Periódico Parroquial “COMUNIDAD” #88
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Monterrey, N. L ., México Enero de 2013 No. 88
M uy queridos hermanos y hermanas en el Señor:
Un mes del primer año 2013 ha
pasado a la historia, a nuestra
historia, personal y comunitaria, a la historia que día a día escribimos con los tesoros que Dios
nuestro Señor ha puesto en nuestras manos.
El dueño de la vida, el dueño de los talentos, nos da vida y
talentos para vivir en armonía y paz, en fraternidad y en
comunión.
Cada día es una nueva oportunidad que Dios nos da para vivirla con plenitud y será bueno aprovecharla con creces,
con entusiasmo, fortalecidos por el pan de vida, que es
Cristo, señor nuestro, que se deja esconder bajo las
sencillas apariencias del pan y del vino que en el sacrificio de la Misa se presentan como dones, que habrán de
transformarse en el cuerpo y la sangre del Señor.
Nuestro Señor Jesucristo encontró la manera de regresar al Padre a presentarle su triunfo redentor y, a la vez, quedarse
para siempre con nosotros, hasta su segunda venida, y ser nuestro alimento, nuestra fortaleza, nuestro viático en el camino de la vida terrena a la vida eterna.
Ahora que estamos en este camino, en este hoy que cada noche se vuelve ayer, vivamos apoyados en Cristo nuestra
vocación y misión, que implica una profunda llamada de Dios nuestro Señor a la comunión. Dios nos quiere hermanos. Dios nos quiere en paz. Dios nos llama a ser sembradores de la paz y de la comunión.
Paz en nuestra vida
personal, paz y amor cristiano en nuestra vida familiar y en nuestras
relaciones humanas, en
la parroquia y en la sociedad en general. Y si
adjetivamos al amor
como cristiano, es porque no se trata de
amarnos con cualquier caricatura de amor, sino
con el amor que nos enseña Cristo: “Ámense unos a otros como Yo os he amado…”
El amor de Cristo es nuestro modelo de amor, de vivir. La
entrega de Cristo en la Cruz es nuestro mejor ejemplo, pues le mismo Jesús nos señala: “… porque nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos…
(cfr. Jn 15, 12-13).
En este AÑO DE LA FE, la fe no se puede quedar en ideas, en cursos o en sentimientos. Hay que traducirla en obras. Esforcémonos por hacer vida la fe que tenemos, la enseñanza que hemos recibido de Jesús, que se centra en la vivencia del amor cristiano: el binomio maravilloso del amor
a Dios y el amor al prójimo.
Recemos unos por otros.
Pbro. Juan Carlos Castillo Ramírez
Párroco
Por su reportero Capsulito
1) Un muy feliz año nuevo, aunque ya se nos fueron los primeros 31
días de enero. Yo les deseo de todo corazón que Diosito los bendiga y
llene de su gracia en estos nuevos 365 días –menos 31- que nos
regalara y a los que les llamamos: 2013.
2) Empezamos muy bien el año nuevo con la solemnidad de Santa
María Madre de Dios, reconociendo que la Virgen María es Madre de Cristo, y Cristo es Dios y por eso desde la antigüedad cristiana se le
llama así “Madre de Dios” (Theokokos).
3) Rapidito llegó el primer viernes del primer mes del año y se tuvo la
Hora Santa, con la participación básica de los socios y socias de la Asociación del Santísimo Sacramento, el día cuatro a las cuatro de la tarde.
4) El seis de enero llegaron los Reyes magos, desde oriente, desde
los pastizales de Bel Zaur, hasta Belén, para adorar al Rey de los Judíos
que acaba de nacer. Al Niño Dios, como le decimos nosotros. Y partimos rosca en varios momentos y a algunos les tocó la figura del “Niño Dios”
y habrán de hacer una “tamalada” el dos de febrero próximo. ¡Invitan!
5) Buena asistencia con todo y frío a la Misa mensual de la Asociación
del Santísimo Sacramento, con rosca y chocolate.
6) El siete se tuvo la reunión del Consejo de Pastoral, del Consejo de
Economía y de los Coordinadores de cada uno de los grupos con una asistencia de 21 personas. Quedaron en trabajar sobre el objetivo y
tener un taller de liderazgo el nueve de febrero. ¡Animo!
7) El ocho se reinició el catecismo. Las voces, las risas y los juegos de
los niños y niñas que asisten los martes, llenaron los salones
parroquiales. ¡Bendito sea Dios! Lo mismo pasó el sábado 12 con los que asisten los sábados. Y así hasta el sábado anterior a Domingo de
Ramos.
8) El día 17 se aplicaron, día mensual de oración especial a nuestra
Patrona Parroquial, Santa Beatriz de Silva, se aplicaron las Misas por los
habitantes de la Parroquia, los bienhechores y amigos.
9) Nos unimos a la intención mundial del “Octavario de Oración por la
Unidad de los Cristianos”, que se llevó a cabo del 18 al 25 de enero,
culminando precisamente con la festividad de la Conversión de San Pablo. Un día, esperemos no muy lejano, hemos de ser todos los
que creemos en Cristo, un solo rebaño bajo un solo pastor.
10) La Unión de Enfermos Misioneros llevó a cabo la Misa mensual
por los enfermos el día 24. En ella se pidió por nuestros enfermitos, las enfermeras y los enfermeros, que celebraron su día el seis de enero.
11) El 21 y el 22 se iniciaron los cursos sobre el Concilio Vaticano
II, como parte del Año de la Fe, que estamos viviendo. Los lunes a las
9.30 a.m. y los martes a las 8.00 p.m. El lunes el curso está a cargo del P. Humberto Torres y el martes del P. Juan Carlos Castillo. Además, el 23
se inició el curso sobre el Catecismo de la Iglesia. Le pedimos a Dios que estos cursos den mucho fruto, pues de lo que se aprende se vive, o
¿no?
12) Durante el mes cinco “Horas Santas” semanales nos permitieron
adorar al Señor, orar ante El y presentarle nuestras vidas, nuestras
necesidades espirituales y materiales, y las de la comunidad en general.
13) El 11 de enero se presentó ante el Señor, Don Manuel Arturo
Sánchez Núñez, que fuera Ministro Extraordinario de la Comunión, aquí
entre nosotros. Muy apreciado no sólo por los compañeros Ministros, sino por la comunidad en general. Se nos adelantó. Nuestras
condolencias a su esposa Elsy, que está en la Unión de Enfermos Misio-
neros, y a su familia. ¡Descanse en paz!
14) Tuvimos la grata visita de los Misioneros Colombianos, en una
jornada misionera, donde nos ayudaron a reflexionar sobre nuestras responsabilidad en este campo, y pidieron nuestra oración y ayuda
para sus obras misioneras.
15) Igualmente el Grupo Lolek, de jóvenes que por medio de las
enseñanzas del Beato Juan Pablo II quieren conocer y amar más a Jesús, para servirlo con mayor entusiasmo, hicieron su campañita de nuevos
socios.
16) Y vino también, el 20 el grupo “Con participación”, ciudadanos
que comparten su convicción de que el futuro de la Patria mexicana depende de nuestra conciencia y participación, orientada por una
plataforma humana que contiene principios, valores y temas básicos para lograr el bien de todos, que es tarea de todos.
¡Hasta la próxima! Si Dios quiere.
Les dice “Capsulito”, su reportero favorito.
2
3
VIVAMOS INTENSAMENTE
EL AÑO DE LA FE
En su Carta Apostólica “Porta fidei” (La Puerta
de la Fe), el Papa Benedicto XVI nos señala, en
el número 13 de la misma que por la fe los
mártires entregaron su vida como testimonio de
la verdad del Evangelio, que los había
transformado y hecho capaces de llegar hasta el
mayor don del amor con el perdón de sus
perseguidores.
Por la fe, hombres y mujeres han consagrado su
vida a Cristo, dejando todo para vivir en la
sencillez evangélica la obediencia, la pobreza, la
castidad, signos concretos de la espera del
Señor que no tarda en llegar. Por la fe, muchos
cristianos han promovido acciones a favor de la
justicia, para hacer concreta la palabra del
Señor, que ha venido a proclamar la liberación
de los oprimidos y un año de gracias para todos
(cfr. Lc. 4, 18-19).
Por la fe, hombres y mujeres de toda edad,
cuyos nombres están escritos en el libro de la
vida (cfr. Apoc 7, 9;13,8), han confesado a lo
largo de los siglos la belleza de seguir al Señor
Jesús allí donde les llamaba a dar testimonio de
su ser cristianos: en la familia, la profesión, la
vida pública y el desempeño de los carismas y
ministerios que se les confiaban.
“También nosotros vivimos por la fe; para el
reconocimiento vivo del Señor Jesús, presente
en nuestras vidas y en la historia”, dice.
Añade, en el número 14, que el Año de la fe será
también una buena oportunidad para
intensificar el testimonio de la caridad.
Nos hace ver que San Pablo nos recuerda:
“Ahora subsisten la fe, la esperanza y la
caridad, estas tres. Pero la mayor de ellas es la
caridad” (I Cor 13, 13). Con palabras aún más
fuertes –que siempre atañen a los cristianos-, el
apóstol Santiago dice: “¿De qué le sirve a uno,
hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene
obras? ¿Podrá acaso salvarlo esa fe? Si un
hermano o una hermana andan desnudos y
faltos de alimento diario y alguno de vosotros
les dice: *Id en paz, abrigaos y saciaos*. Pero no
les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve?
Así es también la fe: si no se tiene obras, está
muerta por dentro. Pero alguno dirá: *Tú tienes
fe y yo tengo obras, muéstrame esa fe tuya sin
las obras, y yo con mis obras te mostraré la fe*
(Sant 2, 14-18).
“La fe sin la caridad no da fruto, y la caridad
sin fe sería un sentimiento constantemente a
merced de la duda. La fe y el amor se necesitan
mutuamente, de modo que una permite a la
otra seguir su camino” señala el Santo Padre.
Agrega que en efecto, muchos cristianos
dedican con amor sus vidas a quien está solo,
marginado o excluido, como el primero al que
hay que atender y el más importante que
socorrer, porque precisamente en él se refleja el
rostro mismo de Cristo. Gracias a la fe,
podemos reconocer en quienes piden nuestro
amor el rostro del Señor resucitado.
Continúa diciendo: “Cada vez que lo hicisteis
con uno de estos mis hermanos más pequeños,
conmigo lo hicisteis” (Mt 25, 40):
estas palabras suyas son una advertencia que
no se ha de olvidar, y una invitación perenne a
devolver ese amor con el que él cuida de
nosotros.
Es la fe la que nos permite reconocer a Cristo, y
es su mismo amor el que impulsa a socorrerlo
cada vez que se hace nuestro prójimo en el
camino de la vida. Sostenidos por la fe, miramos
con esperanza a nuestro compromiso en el
mundo, aguardando *unos cielos nuevos y una
tierra nueva en los que habite la justicia*
(II Pe 3, 13; cfr. Apoc 21, 1).
Puntualiza en el último número de su Carta
apostólica que: “Llegados sus últimos días, el
apóstol Pablo pidió al discípulo Timoteo que
“buscara la fe” (cfr. 2 Tim 2,22) con la misma
constancia de cuando era niño (cfr. 2 Tim 3, 15).
Escuchemos esta invitación como dirigida a
cada uno de nosotros, para que nadie se vuelva
perezoso en la fe. Ella es compañera de vida que
nos permite distinguir con ojos siempre nuevos
las maravillas que Dios hace por nosotros.
Tratando de percibir los signos de los tiempos
en la historia actual, nos compromete a cada
uno a convertirnos en un signo vivo de la
presencia de Cristo resucitado en el mundo. Lo
que el mundo necesita hoy de manera especial
es el testimonio creíble de los que, iluminados
en la mente y el corazón por la Palabra del
Señor, son capaces de abrir el corazón y la
mente de muchos al deseo de Dios y de la vida
verdadera, ésa que no tiene fin. Nos propone
“Que la Palabra de Dios siga avanzando y sea
glorificada” (2 Tes 3, 1): que este Año de la fe
haga cada vez más fuerte la relación con Cristo,
el Señor, pues sólo en él tenemos la certeza de
mirar al futuro y la garantía de un amor
auténtico y duradero.
Las palabras del apóstol Pedro proyectan un
último rayo de luz sobre la fe: “Por ello os
alegráis, aunque ahora sea preciso padecer un
poco en pruebas diversas; así la autenticidad de
vuestra fe, más preciosa que el oro, que aunque
es perecedero se aquilata a fuego,
merecerá premio, gloria y honor en la
revelación de
Jesucristo; sin
haberlo visto lo amáis
y, sin contemplarlo
todavía, creéis en él y
así os alegráis con un
gozo inefable y
radiante, alcanzado
así la meta de vuestra
fe; la salvación de
vuestras almas” (1 pe
1, 6-9). La vida de los
cristianos conoce la
experiencia de la
alegría y el
sufrimiento.
“Cuántos santos han experimentado la soledad.
Cuántos creyentes son probados también en
nuestros días por el silencio de Dios, mientras
quisieran escuchar su voz consoladora.
Las pruebas de la vida, a la vez que permiten
comprender el misterio de la cruz y participar
en los sufrimientos de Cristo (cfr. Col 1, 24), son
preludio de la alegría y la esperanza a la que
conduce la fe: *Cuando soy débil, entonces soy
fuerte* (2 Cor 12, 10). Nosotros creemos con
firme certeza que el Señor Jesús ha vencido el
mal y la muerte. Con esta segura confianza nos
encomendamos a él: presente entre nosotros,
vence el poder del maligno (cfr. Lc 11, 20), y la
Iglesia, comunidad visible de su misericordia,
permanece en él como signo de la reconciliación
definitiva con el Padre” indica.
Confiemos a la Madre de Dios, proclamada
*bienaventurada porque ha creído* (Lc 1, 45),
este tiempo de gracia”, concluye el Santo Padre
Benedicto XVI su Carta apostólica.
4
¿DEBEN TODOS LOS FIELES
TENER LAS MANOS EXTENDIDAS
EN EL PADRE NUESTRO DE LA MISA?
Algunas personas han preguntado si es o no correcto el que los fieles en el Padrenuestro de la Misa alcen o extiendan sus manos como lo hace el sacerdote que preside la Eucaristía.
Por eso acudimos a una fuente autorizada en Liturgia, que con los personajes (el Padre) Firminio y (el Padre) Liberio, nos responden de manera precisa. “Muy estimado Padre Firminio: Hemos observado que últimamente en su Misa, los fieles extienden sus brazos en el
Padre nuestro como lo hace el sacerdote. No es que usted los impulse a hacerlo, pero lo tolera tranquilamente y no les dice nada. Lo mejor sería que los fieles no extiendan así sus brazos al rezar en la Misa el Padre Nuestro. La razón es muy sencilla. En la Misa el gesto de extender los brazos para orar es un gesto sacerdotal, propio del que preside. La Institución General del Misal Romano (IGMR), siempre que habla de la oración
presidencial del sacerdote, prescribe que lo haga “con las manos extendidas”. En cambio, cuando habla de la postura de los fieles nunca menciona que deban extender los brazos para orar. En el número 43 de la 3ª. Edición de la IGMR (2ª ed., n. 21),
hablando de las posturas corporales que se deben de tener durante la Misa, se dice: Los fieles queden de pie desde el principio del canto de entrada, mientras el sacerdote se acerca al altar, hasta el final de la (oración) colecta; al canto del Aleluya que precede al
Evangelio; durante la profesión de fe y la oración de los fieles; y desde que empieza la oración sobre las ofrendas hasta el fin de la Misa, excepto en los momentos que luego se enumeran. En cambio, estarán sentados durante las lecturas que preceden al Evangelio, con su salmo responsorial; durante la homilía, y mientras se hace la preparación de los dones en el
ofertorio; también, según la oportunidad, a lo largo del sagrado silencio que se observa después de la Comunión. Estarán de rodillas, a no ser que lo impida la salud, la estrechez del lugar o el gran número de los presentes u otras
causas razonables, durante la consagración. Los que no se arrodillan para la consagración deben hacer una profunda inclinación mientras el sacerdote hace la genuflexión después de la consagración. El sacerdote debe recitar el Padrenuestro con las manos
extendidas (IGMR, 3ª edición., n. 152/ 2ª. Ed., n. 110). Los fieles lo recitan junto con él, pero no deben en ese momento hacerlo con las manos extendidas (cfr. IGMR, 3ª ed., n. 237). La Iglesia cuida mucho que se perciba claramente la diferencia entre el sacerdocio ministerial de los sacerdotes y el sacerdocio común o bautismal de los fieles. La Constitución
dogmática sobre la Iglesia Lumen gentium, en el n. 10, dice lo siguiente: El sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial o jerárquico se ordena el uno para el otro, aunque cada cual participa de forma peculiar del sacerdocio de Cristo.
Su diferencia es esencial no sólo gradual. Por eso, aunque el Padrenuestro lo recitan juntamente sacerdote y fieles, la postura de cada uno debe significar de modo diverso la condición de cada quien.
Como ve, Padre Firminio, es mejor que Usted le indique a sus
fieles que en la Misa no deben rezar el Padre nuestro con los brazos extendidos.
Atentamente
“Actualidad Litúrgica”.
5
Epifanía o
manifestación del Señor
Epifanía viene del griego epiphaneia que significa aparición o manifestación. Manifestar es una entrada triunfante en la notoriedad y
se refería a la llegada de un rey o de un emperador. En el N.T. indica la manifestación de Jesús en su humanidad (Sn 1, 14)
y la palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros, y hemos
contemplado su gloria…. El nacimiento de Jesucristo no es solo un acontecimiento histórico, sino
que es la entrada de Jesús en la historia del hombre y sabemos que este encuentro es por iniciativa divina pues no somos nosotros, sino Dios
quien nos ha elegido, pues El nos amo primero. En el Evangelio de San Mateo capitulo 2 encontramos esta revelación
y los siguientes mensajes: V.1 Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempos del rey Herodes unos
magos que venían de oriente.- La presencia de estos reyes representan a todas las naciones del mundo que buscan a Dios y
caminan o peregrinan en medio del desierto que representan nuestras dificultades. O problemas que tenemos en la vida y buscamos ayuda
pero no quedándose con los brazos cruzados o dejando todo a Dios, sino que también marchamos para encontrar la vida.
V.2 Los magos se preguntan ¿Dónde esta el Rey?.- A pesar de ser hombre sabio van en búsqueda de la verdad y lo reconocen como Rey,
pero solo saben que ha nacido en Belén y tienen que buscar al Rey de todas las naciones y no solo de Israel.
V.10 Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría.- Quien tiene la virtud de admiración, experimenta siempre la grandiosidad de Dios pues
percibe todas las maravillas de la creación y no solo vive en medio de las desgracias o de las cosas negativas de la vida como quienes son
pesimistas. V.11 Entraron en la casa y vieron al niño con María su madre.
Los magos buscaban al niño pero no estaba solo pues a Dios no se le encuentra en la soledad, sino en la compañía con el hombre.
Recodaremos que Jesús es comunión. Y postrándose lo adoraron.-
Ponerse de rodillas significa reconocer que estamos frente a un ser supremo y que estamos dispuestos a obedecerle.
Es un compromiso de servir y de cumplir los mandamientos. Quien no es humilde no puede hacer esto pues siempre buscara hacer
lo que quiere. Abrieron sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra.
Jesús quiere que le abramos nuestro corazón y le regalemos nuestro reconocimiento como Dios que nos ama y como hermano que murió
para salvarnos. Pidamos al Señor que su manifestación aumente nuestra fe y nuestro
compromiso de ser siervos fieles y trabajadores de su Reino.
MENSAJE DEL PADRE VICARIO
“No tendrás otros dioses….” El primer mandamiento prohíbe honrar a otros dioses y los pecados contra este mandato divino son: la superstición y la irreligión.
La superstición es una desviación del culto que le debemos a Dios y nos
conduce a la idolatría y a las distintas formas de adivinación o de magia; pero también puede afectar al culto a Dios cuando le damos valor
mágico a algunas prácticas, oraciones y signos sacramentales, por ejemplo, cuando se usa el agua bendita para protección de envidias o
se hacen cadenas como la de San Judas, para no ser castigados o recibir algo que pedimos con desesperación.
La idolatría no consiste en solo tener otros dioses como ala o buda; sino
en divinizar lo que no es Dios como aquellos que adoran el dinero, el sexo o el poder.
Hay idolatría desde el momento que el hombre se olvida de Dios y deposita su confianza y su felicidad en estos valores.
Cundo el hombre desprecia a Dios y elige al demonio cae en el satanismo.
El hombre quiere conocer el futuro y Dios se lo puede revelar pero
entonces ya no se confiaría en la providencia divina; por ello, todo tipo de adivinación es un pecado, así como el consultar los horóscopos, para
tomar decisiones que deberían de ser confiando en Dios. La magia y la hechicería son pecado desde el momento que se busca
tener algún poder sobrenatural que influya sobre el próximo y máxime
cundo se busca dañar a otro que se considera como enemigo. Es muy curioso, como aun siendo muy religiosos de comunión frecuente
y hasta teniendo algún apostolado; buscamos otras protecciones como amuletos que nos den buena suerte o nos ayudan a vivir mejor
económicamente o nos den la salud.
Otra forma de superstición es el espiritismo que se practica muchas veces para sanar de enfermedades que son incurables y en cierta forma
no solo se busca la salud; sino que es rechazar la voluntad de Dios. Los principales pecados de irreligión son:
A) La acción de tentar a Dios con palabras y con obras como cuando Satanás se lleva a Jesús para tentarlo y esto es
pecado por dudar en el poder y el amor del Señor. B) El Sacrilegio consiste en profanar o tratar indignamente los
sacramentos como cuando alguien comulga estando en pecado mortal o si alguien hace algún daño a un templo y
profana las cosas u objetos sagrados, sobre todo cuando se insulta a los consagrados a Dios o alguna religiosa o ministro
del Señor. C) La Simonía que es una compra o venta de cosas espirituales.
Como vemos; no solo tenemos fe cuando decimos: Señor, Señor; sino
que nuestra confianza debe toda estar puesta en Dios y reconocer que El es nuestra herencia.
P. Humberto Torres Hernández 6
DIA DEL SEMINARIO DE
MONTERREY
SEMANA VOCACIONAL
El próximo 17 de febrero se celebrará. Dios
mediante, en la Arquidiócesis de Monterrey el
DIA DEL SEMINARIO.
Esta ocasión es un llamado a apoyar la formación
de los futuros Pastores del pueblo de Dios, es decir
de los jóvenes que ahora se están formando en el
Seminario para llegar a ser, por la gracia de Dios,
los sacerdotes de hoy y del mañana.
La formación al sacerdocio comienza con la
llamada del Señor, de Dios nuestro Señor, a quien
El quiere, como quiere y cuando quiere, a que lo
siga, a que lo sirva, sirviendo a los hermanos como
sacerdote.
La edad no importa, Dios llama cuando El quiere.
Así es que niños, jóvenes y menos jóvenes, pueden
en un momento dado recibir su llamado y …
seguirlo.
La actividad tampoco. Se puede ser estudiante,
empleado, obrero, profesionista, etc. Dios llama a
quien quiere y el llamado puede … seguirlo.
El lugar de residencia, tampoco. Dios sigue
llamando por todos los lugares del mundo. Dónde
El quiere llama y el llamado puede… seguirlo.
La celebración del DIA DEL SEMINARIO DE
MONTERREY se hace con oración. Oración que
pide a Dios, el dueño de la mies, que envíe
obreros a sus campos, porque la mies es mucha y
los obreros pocos (cfr. Mt. 9,37).
Igualmente oración por los que ahora son
alumnos del Seminario, que cursan ya alguno de
las etapas de formación, para que sigan
escuchando a Dios y si es su vocación le sigan
dando una generosa respuesta.
No se diga, el pedir por los que ya son sacerdotes,
para que sigan entregando su vida y su ministerio
asociados con Cristo, por el sacramento del orden
sacerdotal, para la salvación de todo el mundo.
Celebrar el DIA DEL SEMINARIO DE
MONTERREY es también retomar la conciencia
de que el Seminario necesita de nuestra ayuda
material, económica, para llevar adelante la
formación de los futuros sacerdotes.
Y al retomar dicha conciencia, sacar con ge-ne-ro-
si-dad de nuestro bolsillo, bolsa o cartera, un buen
apoyo para el Seminario y entregarlo en la
colecta que se realiza dicho día en las parroquias,
en los templos y algunos cruceros y sitios
comerciales de la Arquidiócesis.
Así el binomio oración-ayuda nos permitirá vivir
esta celebración del DIA DEL SEMINARIO DE
MONTERREY con gusto y con un aporte
espiritual y material, personal y familiar, afectivo
y efectivo.
Aquí en nuestra Parroquia de Santa Beatriz de
Silva, la semana previa a esta celebración, es
decir del 10 al 16 de febrero, la dedicaremos a la
oración ya mencionada. Todas las Misas que se
celebren se ofrecerán al Señor para que nos
bendiga con el don de las vocaciones sacerdotales
y por el Seminario de Monterrey.
Igualmente la Hora Santa del día 14, a las
8:00 p. m. será eminentemente vocacional.
Vivamos entusiastamente el
DIA DEL SEMINARIO DE MONTERREY.
7
CALENDARIO DE ACTIVIDADES PARROQUIALES DE FEBRERO 2013.
Para el mes de Febrero 2013 tenemos programadas las siguientes actividades, a las que invitamos a todos a participar: Día, Hora y Actividad
1 4:00 p.m. Hora Santa mensual y reunión de las celadoras de la A. del Santísimo. 2 La Presentación del Señor en el Templo. Fiesta de la
Candelaria. 3 Domingo de la Caridad Fraterna. Los invitamos a traer
despensa para Familias necesitadas. 5 7 y 7:30 p.m. Rosario y Misa mensual del Santo Padre Pío.
6, 7 y 8 a las 8 p.m. Pláticas del Año de la Fe: Concilio Vaticano II. 10-16 Semana de Oración por las Vocaciones Sacerdotales.
13 Miércoles de Ceniza. Día de Ayuno y abstinencia de carne. La imposición de ceniza, signo de compromiso de conversión, será de las 8:30 a. m. a las 9:00 p. m. Con esta celebración iniciamos
la Cuaresma. 17 Día del Seminario de Monterrey.
18-19 Asamblea Eclesial Diocesana. 23 Retiro espiritual para los grupos de apostolado de esta Parroquia.
25 -28 a las 10 am y a las 4 p.m. Ejercicios espirituales para señoritas y señoras. (y 1° de Marzo).
28 5:00 p. m. Misa mensual por los enfermos.
LA CUARESMA
En nuestro caminar cotidiano en el año litúrgico, el día 13 de Febrero iniciaremos la Cuaresma, que nos prepara la celebración de la Pascua
de Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, la fiesta magna de los cristianos. La cuaresma, de por sí, es un tiempo de CONVERSION y si la
enmarcamos en la vivencia del Año de la Fe, con mayor razón, pues este “Año” tiene entre sus grandes finalidades llamarnos a la
conversión.
¿Qué es la conversión? Es la respuesta del hombre y de la mujer, que al
escuchar la voz de Dios, de muy diversas maneras, a dejar el mal, a
dejar el pecado, a vivir el bien, a vivir en su amistad, le dan un sí generoso.
Para esto las personas se apoyan en la misma gracia de Dios, en su amor, pues, con las solas fuerzas humanas, será difícil mantener la
respuesta conversión. Dios llama esta Cuaresma. Toca al corazón de cada uno. Que nadie se
quede sordo ante su llamado. Que nadie le cierre la puerta a Dios. Meditemos en esto con el soneto del gran poeta español Lope de Vega:
“¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
¿Que interés se te sigue Jesús mío, que a mi puerta cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno a oscuras?
¡Oh cuánto fueron mis entrañas duras, pues no te abrí! ¡Que extraño desvarío
si de mi ingratitud el hielo frío secó las llagas de tus plantas puras!
Cuántas veces el ángel me decía:
“¡Alma, asómate ahora a la ventana, verás con cuánto amor llamar porfía!”
¡Y cuántas hermosura soberana:
“mañana le abriremos” –respondía-, para lo mismo responder mañana!
Igualmente con el siguiente soneto, del mismo Lope de Vega:
Pastor que con tus silbos amorosos me despertaste del profundo sueño;
tú, que hiciste cayado de ese leño en que tiendes los brazos poderosos,
vuelve los ojos a mi fe piadosos,
pues te confieso por mi amor y dueño, y la palabra de seguirte empeño
tus dulces silbos y tus pies hermosos.
Oye, Pastor, que por amores mueres, no te espante el rigor de mis pecados
pues tan amigo de rendidos eres.
Espera, pues, y escucha mis cuidados… Pero ¿Cómo te digo que me esperes
si estás para esperar los pies clavados?
8