PERIODO LITICO
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INDICE
PERIODO LITICO O PALEOINDEO.........................................................................2
1. TEORIAS SOBRE EL SURGIMIENTO DE LA CULTURA PERUANA........2
1.1. Teoría inmigracionista de Max Uhle...............................................................2
1.2. Teoría autoctonista de Julio C. Tello..............................................................2
1.3. Teoría aloctonista de Federico Kauffmann....................................................3
1.4. Teoría Hologenista de Luis G. Lumbreras.....................................................4
1.5. Teoría amazónica de Donald Lapthrap..........................................................4
2. RECOLECTORES Y CAZADORES PRIMITIVOS PERUANOS....................4
3. CAZADORES RECOLECTORES Y PESCADORES TARDIOS.....................8
PERIODO ARCAICO O NEOLITICO......................................................................16
1. CARACTERISTICAS DEL ARCAICO..............................................................16
2. ORIGENES DE LA AGRICULTURA Y GANEDERIA...................................17
3. APARICION DE LA CERAMICA......................................................................18
PERIODO LITICO O PALEOINDEO
(±20,000 a ±6,000 años a.n.e.)
1. TEORIAS SOBRE EL SURGIMIENTO DE LA CULTURA PERUANA
En efecto, sobre el origen de la cultura peruana, existen varias explicaciones o teorías; la
inmigracionista, autoctonista, aloctonista, hologenista y amazónica. Según el propio
Kauffmann la discusión se limitaría a dos grandes escuelas: la escuela difusionista y la
escuela evolucionista. La corriente difusionista que explica el universo cultural como
consecuencia de la difusión migratoria o préstamo cultural y la corriente evolucionista
que admite el resultado cultural como una acción evolutiva autónoma de los pueblos; la
similitud cultural se debe al desarrollo unilineal y no multilineal de la sociedad
humana.
1.1. Teoría inmigracionista de Max Uhle
Uhle realizo estudios de la sociedad antigua peruana entre 1896 y 1911. Investigó casi
toda la región de la Costa y parte de la Sierra. Su tesis fundamental era que la cultura
peruana tuvo un probable origen en Centro América y que de allí vino al Perú,
estableciéndose primero en la Costa y después en la Sierra. Estimo que Mochica, Lima
y Nazca fueron derivaciones de las culturas Maya y Azteca. Por esta razón hablo de las
culturas protoides: Protomochica, Protolima y Protonazca.
1.2. Teoría autoctonista de Julio C. Tello
Tello sostuvo que a cultura peruana tuvo su origen y desarrollo en nuestro propio
territorio de manera autónoma. Sustentándose en el descubrimiento que hizo de la
cultura Chavín, en 1919, afirmo que el poblamiento andino había venido de la región
amazónica, posiblemente del grupo étnico arawacs, estableciéndose en Chavín de
Huantar. Chavín habría sido la cultura eje o matriz desde donde el hombre pobló el
antiguo Perú.
Recuso la tesis inmigracionista señalado, además, que el hombre se asentó primero en la
Sierra y posteriormente se trasladó a la Costa y no contrariamente. Afirmo que la
presencia de felinos, monos, etc. en la arquitectura, escultura y chavinense significaba la
supervivencia aun de la tradición selvática.
La mayoría de investigaciones actuales refuerzan la teoría de Tello en la medida que la
cultura peruana es creación de los mismos peruanos. Es importante aclarar, al respecto,
que recientes trabajos demuestran que Chavín no fue la cultura matriz sino que fue una
síntesis de todo un conjunto de desarrollos culturales anteriores; previos, inclusive al
periodo Formativo, acontecidos en los periodos Lítico y Neolítico del Perú.
1.3. Teoría aloctonista de Federico Kauffmann
Kauffmann, también, considero que la cultura peruana se originó en Mesoamérica y que
llego al Perú en un estado muy primitivo para procesarse y desarrollarse más
tardíamente en nuestro territorio. Fundamento su hipótesis en ocho premisas: la primera
consistía en dudar que los focos de alta cultura pudieran haber surgido autónomamente
en México, Perú, Bolivia, etc.; la segunda decía que las ruinas de Chavín no podrían ser
la “cultura matriz” del Perú; porque era muy evolucionada para la época; la tercera era
que no fueron solo elementos selváticos los portadores de cultura incipiente; la cuarta
ponía en duda que las representaciones de monos y felinos fueron propios o exclusivos
de la selva; la quinta hacía notar que en los centros pre-agrícolas y de la agricultura
incipiente no se hizo presente la arquitectura monumental de Chavín; la sexta resaltaba
que el origen del formativo peruano había podido ser motivado por varios movimientos
difusionistas vendos en Mesoamérica; y después en los Andes Centrales; la octava
estimaba que la cerámica inicial, los centros cultistas, el tejido, la iconografía, etc.,
podían ser interpretados como elementos extraños al mundo andino.
Como se puede deducir todo lo andino es cuestionante para Kauffmann. Es un duro
crítico de la tendencia antropológica evolucionista. El autor, posteriormente, ha variado
un tanto su teoría para convenir que los orígenes remotos de las culturas peruana y
mexicana se hallan en Ecuador, forjándose en la cultura Valdivia, cuyo formativo
dataría de hace unos 5,000 año.
Esta teoría cae dentro del campo de la teoría difusionista que el mismo había criticado al
establecer como foco difusor cultural a Valdivia.
1.4. Teoría Hologenista de Luis G. Lumbreras
Propone que todos los factores creadores de cultura, internos y externos, confluyen en
los procesos de cambio cuando el nivel de desarrollo histórico de los pueblos lo
permiten y requieren. En consecuencia la evolución cultural se realizó por estimulo de
la presencia de elementos culturales autóctonos y foráneos; ya que el crecimiento o
desarrollo y cambios que se dan en los pueblos así lo demandan en un determinado
momento histórico concreto.
Esta teoría busca dar, en esencia, una reinterpretación de la teoría de Tello,
flexibilizándola, en la medida que algunos elementos culturales como la agricultura,
ganadería, cerámica, tecnología, etc. han influenciado en aquellas áreas económico-
sociales que no alcanzaron el progreso como en otros contextos históricos se había
logrado.
Empero, los orígenes de la cultura peruana no puede circunscribirse solo al llamado
Formativo. Por el contrario, considero, como indicamos en parágrafos anteriores que la
“alta cultura” del Perú comenzó desde el Lítico y Neolítico. En este periodo esta cultura
se consolidó y se irradio en el mundo andino, persistiendo micho de sus características y
rasgos hasta el presente.
1.5. Teoría amazónica de Donald Lapthrap
Sostiene que tanto la cultura andina como la mesoamericana han tenido su origen en la
amazonia. Los elementos afines; por ejemplo: serpientes, monos, lagartos, caimanes,
etc. son las raíces y expresiones comunes más lejanos de las culturas o sociedades
complejas de América Andina y Mesoamericana.
2. RECOLECTORES Y CAZADORES PRIMITIVOS PERUANOS
Todos los hallazgos encontrados, hasta la fecha, parecen indicar que el antiguo hombre
peruano se ubicó primero en la Sierra y después bajo a la Costa. Los primeros ocupantes
de los Andes Centrales fueron grupos nómades que vivían de la recolección, pesca o
caza.
El problema de la antigüedad del hombre peruano se ha circunscrito, en estos últimos
tiempos, al hallazgo de la evidencia antropofìsica de restos humanos y/o a la evidencia
arqueológica de restos líticos al lado de una fauna extinguida y vigente. Nosotros
tomamos posición con el segundo criterio; es decir, que no es necesario ni indispensable
encontrar restos humanos para hablar de la presencia del hombre peruano. De esta
forma, nuestra cronología sobre el hombre peruano antiguo será más larga. Si se tomara
como determinante los restos humanos el fechado será más corto. Estos planteamientos
se coinciden y guardan relación con aquellos sobre el planteamiento temprano y tardío
de América.
En 1969, el arqueólogo norteamericano, Richard Mac Neish descubrió en la cueva de
Pikimachay (Ayacucho) unos instrumentos líticos, hechos por el hombre, al lado de
huesos de megaterio, esmilodon y mastodonte con una antigüedad de ± 17,650 años
a.n.e. señalo, al mismo tiempo, dos fases para el complejo Piquimachay: fase paccaicasa
(±20,000 a ±16,000 años a.n.e.) y fase Ayacucho (±16,000 a ±12,000 a.n.e.). Sin
embargo, esta esta industria lítica ha sido puesta en duda por otros estudiosos quienes
dicen que el instrumental indicado, como elaborado por el hombre, no es más que u
conjunto de piezas naturales desprendidas de la roca de la cueva. La evidencia humana
se halla en otras cuevas llamadas Jayhuamchay y puente con ± 9,510 años a.n.e. y muy
vinculada a la tradición lítica de Lauricocha que veremos más adelante. Actualmente se
calcula la antigüedad de Piquimachay en unos 15,000 años a.n.e.
La cueva de Pikimachay se ubica en la parte norte del actual departamento de
Ayacucho, a unos 120 km. al sur del pueblo de Huanta, en la confluencia del rio Huarpa
y Pongos, derivados del Mantaro. Se localiza a unos 2.850 m.s.n.m. y tan solo a unos 16
km. al oeste de la cadena oriental de los Andes Centrales.
Mac Neish ha tratado de reconstruir el clima a base de polen y la acidez del suelo de la
cueva. No obstante, el problema central radica en el hecho de que aún no se ha
presentado un informe especializado al respecto, de modo que solo se puede especular a
base de las anotaciones del autor y su equipo. Lo que si hay que indicar es que si bien la
presencia humana durante las épocas pleistocenicas puede ser cuestionable, los datos
concernientes a paleofauna y paleoclimas deberían ser considerados en la discusión,
hasta nuevos reportes de este ecotono del pie de la Cordillera Oriental.
Augusto Cardich, en 1973. Encontró en la caverna de Huargo (Huánuco) señales que el
hombre había habitado en ese sitio, porque hallo allí cenizas, huesos de caballo y
perezoso grande así como herramientas a base de hueso pulido. Su antigüedad fue
signada en ± 13,460 años a.n.e.
La cueva de Huargo se localiza a unos 4.050 m.s.n.m a unos 52 km. al nor-oeste de la
cueva L-2 de Lauricocha. El cerro de Huargo es circundante de la altiplanicie de
Huánuco Pampa. El yacimiento de Huargo, ya mientras es conocido por Cardich como
número 1, los lugareños lo llaman Huacuamachay. Es allí donde este autor y su equipo
hicieron excavaciones.
A pesar de que se hicieron pozos de cateo se logró identificar la ocurrencia de diez
capas. La capa número 8 es la que Cardich signa como la presencia humana más remota
en esta parte de los Andes.
Thomas Lynch, en 1980 ubico en la cueva El Guitarrero (callejón de Huaylas-Ancash)
una industria lítica de lascas raspadores, puntas y un cuchillo bifacial. El radiocarbono
dato para el más antiguo ± 12,560 a.n.e.
La cueva del Guitarrero se halla a unos 150metros sobre el piso aluvial oeste del Rio
Santa, en pleno callejón de Huaylas, en la vertiente oriental de la Cordillera Negra, a
unos 2,850 m.s.n.m.
Lynch ha divido la cueva en complejos I, II y III. La capa más profunda con evidencia
humana fue llamada “complejo I”. Estaba conformado por tipo de cieno color naranja y
de grano fino. Por las características que se describen, es posible sugerir que pueda
tratarse de loess, característico del clima glacial, que se ve en yacimientos de todo el
mundo durante esta época, lo que correspondería con el Younger Dryas, esto
confirmaría su antigüedad, mayor a los 9,500 años a.n.e. dentro de esta capa se localizó
una punta de proyectil con ápices en ambos lados, que en prehistoria se conoce como
“hombros”.
Como es habitual en muchos de los yacimientos del Área Andina de esta época, los
habitantes de la cueva del Guitarrero han manufacturado las características puntas de
proyectil con forma de hojas (llamadas también foliáceas) hechas por técnicas de
percusión y eventualmente presión.
Otro sitio arqueológico importante que se puede reseñar en este periodo es la cueva de
Panalauca (Junín). La cueva de Panalauca se ubica en un macizo de piedra caliza, en
un afluente del rio Marañón, en el departamento de Junín en las coordenadas 11°19`20``
latitud sur, y 76°03`53, aproximadamente a 4,200 m.s.n.m., entre cerros riachuelos y
lagunas, en la Quebrada de Panalauca, al pie del cerro Nornanllalloc.
Allí han trabajado Ramiro Matos, John Rick y sus colegas Bocek y Moore desde la
década del 70 del siglo pasado.
Las excavaciones han revelado que se hicieron diversas actividades en lugares
diferenciados de la cueva. Por ejemplo, algunas puntas de proyectil y lascas fueron
encontradas en la boca de la cueva, mientras que otro tipo de herramientas como
raspadores y un especie de chancadores fueron usados en el talud, lo que puede
interpretarse, posiblemente, como trabajo de pieles. En esta misma zona, se habría
efectuado una serie de actividades distintas, tales como la talla lítica y el
descuartizamiento de animales.
Carbón extraído de un fogón, es decir, de un área de combustión de estos primeros
pobladores de Panalauca, ha dado como resultado un fechado radio-carbónico de 9,051
años a.n.e. a esta fase de ocupación los arqueólogos la han denominado “1” y a juzgar
por las evidencias escasas, el paso de los seres humanos en aquella época fue corto. Esta
fecha indica que ellos fueron testigos del proceso de la glaciación y que en poco tiempo,
después de este episodio, la zona fue ocupada por otros grupos humanos.
En todos estos sitios arqueológicos, y seguramente en otros, esos primeros hombres
peruanos se dedicaron a la recolección de frutos, insectos, raíces, ciervos, etc. Tuvieron
casi una acción depredadora sobre la naturaleza.
Vivian como se ha podido notar, en cuevas o cavernas y socialmente andaban en bandas
u hordas que, en ciertos casos, llegaban hasta 15 o 20 personas. Otros eran poco
numerosas, entre 6 a 9 componentes dándose actos de promiscuidad sexual. Eran
seminómades. No vivía todo el tiempo en un mismo sitio, se trasladaban de un lugar a
otro, estableciendo campamentos temporales. La evidencia de la presencia humana, en
este periodo es más arqueológica que antropofísica. Ejemplo de ellos son Pikimachay,
Toquepala o El Guitarrero.
3. CAZADORES RECOLECTORES Y PESCADORES TARDIOS
El hombre en este periodo se dedicó principalmente a la caza así como a la pesca y
complementariamente a la recolección. Al respecto, existen muchas pruebas o
evidencias arqueológicas.
Augusto Cardich, entre 1958 y 1959, descubrió y estudio las cuevas de Lauricocha
(Huánuco), mediante una exploración de altura logra documentar al menos tres zonas
con evidencia humana muy temprana. Todas ellas se concentran a la margen este de la
laguna de Lauricocha, la que se halla a una altura promedio de 3,650 m.s.n.m., y que es
literalmente la fuente de rio Marañón que corre hacia el norte y deviene luego en el
amazonas.
Cardich hizo excavaciones en siete yacimientos. Las cuevas L-1, L-2 Y L-3 están
localizadas a aproximadamente 1.5 km. De la orilla este de la laguna, en las faldas del
cerro Huagratacanán, a la margen derecha del rio Lauricocha. Luego tan solo a 1 km. al
sur, sobre la altiplanicie que bordea al mismo rio Lauricocha, Cardich realizo dos
sondeos que llamo PL-1 y PL-2. Finalmentete, desde allí, unos 2,5 km. al sur, siempre
siguiendo el curso del rio Lauricocha, esta vez en su margen izquierda en dos cuevas, la
U-1 y U-2, justamente denominadas así, en vista de que se hallan sobre la falda este del
cerro Uschumachay, a unos 4,020 m.s.n.m.
La mayoría de los hallazgos de los niveles o capas más profundos (denominados
“horizonte I”) consisten al menos hasta donde se ha reportado, de puntas foliáceas,
algunos bifaces, raspadores típicos que asemejan a los hallados y analizados en detalle
en Telarmachay, lascas y huesos de camélidos. En términos generales, da la impresión
que los restos correspondientes a esta primera etapa corresponden a cazadores de
camélidos, quienes procesaban las pieles de estos animales.
El siguiente “horizonte” (llamado “II”) costa de una serie de restos muy similares a los
anteriores, con la única diferencia que parecen ser más numerosos y que se produjeron
instrumentos de hueso y un utensilio lítico en el cual, aparentemente, es exclusivo de
esta época: la llamada “raedera bifacial”, que a juzgar por las ilustraciones (por cierto
no ideales) parece ser, en efecto un instrumento singular.
Además, llama la atención de huesos de tarucas, llamas, guanacos y vicuñas, todos
congregados, aunque nos preguntamos qué tipo de criterio discriminante uso para
diferenciarlos.
Es posible, de igual manera, que la confección de utensilios de piedra se llevaron a cabo
en la misma cueva, pues al parecer se ha hallado desechos de talla, producto de ello.
Hay que mencionar que en las excavaciones llevadas a cabo en el área planicie, casi al
frente del cerro huagratacanan, extrajeron utensilios de piedra como puntas de proyectil.
Ello podría indicar que esta planicie, sobre la cual transcurre el rio Lauricocha, fue
usada como territorio de caza, lo que a simple vista podría ser factible, más aun si la
cueva L-2 se halla a menos kilómetros al norte, al pie del mencionado. Es curioso, pero
este tipo de patrón nos recuerda a la planicie al sur de la misma cueva de Pachamachay,
donde la morada se ubica en las inmediaciones de un lago, un rio colindante, y una
explanada, seguramente donde los animales abrevaban y eran observados por los
cazadores, aunque nuestras observaciones son desde medios digitales y carecen de la
experiencia de haber estado en estos lugares.
Resulta difícil asignar fachados concretos a las capa superiores, pero es posible que
algunas pertenezcan al Holoceno Medio. Lo único que se puede decir a juzgar por las
listas de hallazgos presentadas, es que se registra una continuidad en contacto a los
utensilios de piedra y los animales presentes. Lo que también se puede observar es que,
aun cuando las ilustraciones no ayudan mucho a reconocer detalles, algunas piezas dan
la impresión de haber sido mal terminadas y otras fracturadas por mal golpe de talla
(como en algunas piezas bifaciales que parecen presentar fracturas en “lengüeta”), y
otras en las que han quedado la “cresta” remanente, esto ocurre cuando no se logra
remover a las lascas como se desea. Es posible, también, que muchas piezas hayan sido
retocadas a presión.
En cuanto al tipo de rocas empleadas para la talla, es posible que las selecciones de
rocas volcánicas, cuarcitas, y pedernales, entre otros. Pero hay que volver a subrayar
que estas apreciaciones pueden ser parciales, ya que no se conoce la distribución de los
artefactos líticos ni tampoco si la muestra analizada es representativa.
En la cueva de Lauricocha 2 se ha descubierto 11 entierros del Holoceno Temprano,
de acuerdo al fechado radio-carbónico obtenido de la tumba de un niño, posiblemente
de inicios del milenio noveno antes de nuestra era. De hecho las tumbas de Lauricocha
aun constituyen la mayor fuente de información sobre las características físicas de los
primeros peruanos en la Sierra Central, además de proveernos de una serie de datos
acerca de las costumbres funerarias de la vida de esa gente, nuestros ancestros
directos más antiguos.
Es interesante que mientras ocho individuos fueron sepultados dentro de la cueva, tres
se hallan fuera de ella, en el talud externo. De hecho, el estado de conservación de estos
tres restos es malo, por lo que nos referimos mayormente a los que se encuentra dentro
del abrigo.
Estos entierros han sido colocados casi en la zona media de la cueva, aunque algunos
se hallan replegados en una de las paredes de esta. Casi todos ellos yacían sobre una
especie de fosa cavada directamente en la arena, lo que Cardich piensa que es la capa
glacifluvial, producto de la glaciación final. Por lo general, se encuentran y con la típica
posición exionada, común entre tantos grupos del paleolítico. Una serie de artefactos de
piedra y desechos de ella aparecen haberse colocado dentro de las fosas, empero, aún
quedan dudas sobre si fueron colocados intencionalmente o si, simplemente, fueron
acarreados con la con la basura que se removió del suelo para hacer las mismas fosas,
sobre todo por el hecho de la ausencia de huesos, posiblemente explicable por
problemas tafonomicos. Junto a estos restos se encontraron huesos de tarucas y
camélidos, aparentemente calcinados.
Dentro de este grupo se encontraron tres niños, los cuales llamaban poderosamente la
atención por el tipo de ofrendas, aparentemente colocadas de manera intencional. A un
adolecente de unos 12 años se le coloco entre otras ofrendas, utensilios de hueso de
cérvido, una cuenta de turquesa y un fragmento de ocre amarillo. Su tumba fue marcada
por tres lozas de piedra.
Edward P. Lanning descubrió en 1963, en el Valle del rio Chillón, en el sitio
arqueológico Chivateros (Lima) que destaca por su industria lítica y cuyo fechado es de
± 10,430 años a.n.e. Sobresalen aquí muchas hachas de mano; pero, actualmente, se
afirma que esas hachas de mano bifaciales no son instrumentos acabados sino
semielaborados o preformas que eran hechas en las mismas canteras para luego ser
llevados a otra zonas; sirviendo para confeccionar puntas y cuchillos. Las hachas de
mano son grandes y pesadas, tienen un largo de hasta 15 a 20 centímetros y un ancho de
8 a 10 centímetros.
Otros sitios registrados por Lanning son: Los Perros, Ventana, E l Perro, Cucaracha,
Valparaíso y Oquendo en ventanilla-Ancón cuya característica común es la fabricación
de artefactos líticos semejantes a las “hachas” de tipo Chivateros.
En el año de 1960 fue hallada la cueva Toquepala (Tacna) por Emilio Gonzales García.
Dentro del marco de las investigaciones dentro del marco delas investigaciones
arqueológicas de Rogger Ravines en la prolífica década de 1960, se excavo la cueva de
Toquepala, la que se hiso famosa por sus pinturas, por demás interesantes.
La cueva era usada como refugio de mineros que trabajan para la Southern Peru Copper
Corporation. Existen dos versiones sobre su descubrimiento. La primera es de Ravines,
quien afirma que el peruano Emilio Gonzales García (profesor de la escuela y a la
sazón, estudiante de arqueología) fue el primero en llamar le atención a los arqueólogos.
La segunda es de Jorge Muelle, quien dice que la cueva fue descubierta a fines de la
década del 50 por los obreros de la Utah que colocaban las torres de suspensión de
cables de alta tensión, como parte de los trabajos relacionados con la mina. Sin
embargo, ambas pueden complementarse, pues los obreros dieron avisos a Gonzales.
Luego de avaluar evaluar arqueólogo, un equipo del Museo Nacional de Arqueología y
Antropología de Lima, liderado por Muelle, efectuó las excavaciones. Como resultado
de ello se produjo una tesis, un artículo (1972), una serie de pequeños artículos, sobre
todo de Jorge Muelle (e.g. 1970) y algo más recientemente un libro de Guffroy (1999),
en torno a las pinturas rupestres. Vamos a dedicar algunos párrafos, pues a pesar de
que ya se ha dicho mucho sobre este importante yacimiento, tal vez podamos aportar en
algo a nivel de la cronología y en la perspectiva sobre las fascinantes pinturas rupestres.
Las localidades por Ravines se sitúan al noreste del Cerro Toquepala, sobre una parte de
la falda del Cerro Huancanane Grande (o simplemente Cerro Grande), entre las
Quebradas Simarrona y Huancanane Grande, dentro del actual departamento de Tacna,
a solo un Kilómetro del límite con Moquegua y a unos 2,700 m.s.n.m. esta zona es
importante, pues constituye, literalmente, tal como lo afirma Ravines, como una especie
de intermediaria entre la costa y el altiplano.
Siempre de acuerdo a Ravines, las preferencias de los artesanos de la piedra para la
manufactura de sus herramientas, en el abrigo de Toquepala, han sido dadas a las de
tipo volcánico. Entre ellas tenemos a los cuarzos de los tipos más variados, calcedonias,
rocas vitrificadas similares a la obsidiana, pero también riolitas, dacitas, etc.
Es difícil seguir a las descripciones de tipología lítica de este arqueólogo esto debido a
las peculiaridades de sus reportes, pero parece que hubo una gran cantidad de desechos,
lo que podría indicar que se llevaron a cabo eventos de talla in situ, lo que a su vez
puede indicarnos que el sitio funciono, al menos en parte, como un taller.
Por otro lado, una serie de utensilios dan impresión de ser comunes con otros
yacimientos de esta época. Así tenemos, por ejemplo, los tradicionales raspadores (que
ya hemos visto con frecuencia en las cuevas y abrigos de la Puna Central del Perú), las
raederas, las escotaduras, los perforadores, entre otros. Tal como venimos dilucidando
en los yacimientos de la sierra sur peruana, las puntas elaboradas en este yacimiento
son diferentes comparadas con las de sierra central. Mientras que durante la primera
fase de ocupación en Toquepala (posiblemente durante el sexto o séptimo milenio
a.n.e.), las puntas son de tipo Foliáceas, y durante el Holoceno Medio, más bien son
frecuentes las puntas con pedúnculos y sobre todo las de base con escotadura y
apéndices laterales. Este tipo de herramientas guardan similitudes con las encontradas
en otros yacimientos del Altiplano Sur y de las zonas más australes, tal como se constata
en los sitios de Asana o Caru. Los pedúnculos de estas formas pues responden
simplemente a variaciones en la forma de sujeción de las puntas a los vástagos,
posiblemente en función al tipo de caza del guanaco (74% de la alimentación estaba
basada en este animal, de acuerdo a los huesos hallados).
En cuanto a si esta gente que moraba este ambiente estaba de paso o no, como bien lo
sugiere Muelle, la presencia de hiatos y las diversas concentraciones de artefactos
pueden responder a un patrón de vida en la cueva de Toquepala, el cual no fue
permanente, sino más bien ocasional, aprovechando las mejores estaciones anuales. Por
tanto, estaríamos con un patrón trashumante contrario a lo que propone Aldendrfer en
Asana.
En la cueva posiblemente se han hallado elementos posiblemente importados no para
ser manufacturados, sino destinados a otros fines, tal vez rituales o de otra índole no
necesariamente pragmática. Este es el caso, por ejemplo, de pirita de cobre o cristales de
cuarzo. En este sentido resulta de interés que se haya encontrado un bloque pequeño de
piedra que una mancha cuadrangular roja, que Ravines piensa que es hematita, u óxido
de hierro y que tal vez se trate de una suerte de paleta para depositar la materia
colorante. Todas estas piezas y fragmentos son de las capas 3 y4, es decir posiblemente
del Holoceno Medio, y podrían haber servido, en efecto para hacer las pinturas
rupestres.
Las pinturas están elaborados en una serie de paneles, tanto en l cueva como en el
mismo abrigo. De acuerdo a Guffroy, y por lógica de estilos en el paleolítico, es muy
posible que las pinturas en rojo marciano hayan sido las primeras en elaborarse.
El panel “B” es el reúne las características más importantes. Tal como Guffroy lo
describe, está compuesto por dos camélidos (posiblemente guanacos, en opinión de
Muelle) en aparente estado de agotamiento y en posición puesta. Aunque no
exactamente en estas posiciones, la idea de posición de este tipo de representaciones de
animales mirando en direcciones contrarias ha sido ampliamente documentada en
mucha de las cavernas francesas (Lascaux, Chauvet), y probablemente escondan algún
mensaje semiótico.
En resumen en la cueva de Toquepala destacan las pinturas rupestres que representan
escenas de caza, principalmente de guanaco, y en la que los cazadores se acercan con
sus lanzas y los rodean a manera de “chaco”.
Algunos otros sitios importantes son: Amotape (Piura) con una antigüedad de ± 9,250
años a.n.e. donde existió una industria lítica muy tosa (denticulados, laminas y núcleos);
siendo, al parecer, inmensos campos de caza. Fue estudiado por James B. Richardson en
1973.
Paijan y Pampa de lo Fósiles (La Libertad), de igual manera, constituyen dos
yacimientos donde se han hallado puntas bifaciales con un pedúnculo pequeño junto a
una fauna extinguida (esmilodón y caballo). Poseen una antigüedad de ± 10,845 años
a.n.e. A este complejo Paijan pertenecen los sitios La Cumbre y Quirihuac de Valle de
Moche (La Libertad) que han sido estudiados, entre otros, por Paul Ossa y Edward
Moseley. En Paijan ha encontrado un resto humano de unos 25 años de edad cuya
antigüedad ha sido fechada en 8,250 años a.n.e.
Frederic Engel, en 1969, hizo un nuevo descubrimiento: tres ventanas, en la zona altina
de Chilca y Huarochirí Sur (Lima), con un fechado de ±10,080 años a.n.e. donde,
también, se ha hallado una industria lítica muy tosca.
Otros yacimientos de menor importancia o poco estudiados son por ejemplo: Cabeza
Larga de Paracas (Ica); pampa Colorada, Puyenca y Matarani (Arequipa); Lomas de Ilo
(Moquegua), Loma de sama (Tacna); Ancona (Lima) en sus fases: Arenal, Luz,
Canario, Corvina y Encanto que van desde ± 9,500 años a.n.e. hasta ± 4,000 años a.n.e.
La economía principal fue la casa de guanacos, tarucas, roedores y venados, etc.
Utilizando, además de sus carnes para su alimentación, sus pieles para el abrigo. Así
mismo, complementaron su dieta alimentaria cazando lobos marinos, pescando peces y
recolectando concha, mariscos, frutas, etc. Seguían en viviendo en bandas seminomadas
y trashumantes.
A estos hombres primitivos peruanos se les pueden ubicar, de igual manera, como
integrantes de llamado Paleolítico Medio y Superior, ya que sus instrumentos fueron
esencialmente a base de piedra tosca, no pulida y muy escasamente de hueso y madera.
El nivel cultural de estos era del Paleolítico Superior, en su fase final o más avanzada.
La caza, como hemos hecho referencia, fue la tarea a la que más se dedicaron esos
lejanos peruanos. Ideológicamente, surgieron las creencias animatistas (atribuir poderes
sobre naturales a la tierra, piedras, cerros, aguas).
La prueba de la presencia del hombre en este periodo es tanto arqueológica como
antropofisica. Allí están los casos de Lauricocha, Paijan o Telarmachay.
PERIODO ARCAICO O NEOLITICO
(±6,000 años a ± 2,000 años a.n.e.)
1. CARACTERISTICAS DEL ARCAICO
Este periodo resume un conjunto de rasgos. Se subdivide, a su vez, en tres momentos:
temprano, medio y tardío. El Neolítico Temprano o Inferior está asignado por los inicios
de la domesticación de plantas y animales, el Neolítico Medio por una horticultura
aldeana y el Neolítico Tardío o Superior por la presencia de la cerámica y otras
artesanías así como por una verdadera revolución agropecuaria.
Durante este periodo, así mismo se inician los cultivos de papa y maíz, desarrollo que se
da en forma paralela en varias áreas culturales andinas. Además, se inicia la
domesticación de animales como la llama, alpaca, cuy, pato y perro. Existía ya una
textileria a base de fibras vegetales y algodón. Utilizaron para ello las técnicas del
“entre lazado” y el “anillado” recurriendo a ruecas de madera y no al telar que todavía
no era conocido. Como vajilla emplearon los mates, conchas, huesos y maderas; porque
no conocían, aun, ni la metalurgia ni la cerámica,
Desde el punto de vista religioso se adoraba a los muertos y a la tierra; siendo los
cadáveres enterrados indistintamente de manera horizontal y reflexionados. Se
difundieron más las creencias más animatistas y animistas. Las construcciones eran de
piedra y adobe; existiendo varias clases de habitaciones: ceremoniales, públicas y
familiares.
Siguen las pinturas rupestres dentro de la concepción ritual de esos antiguos peruanos.
Se considera que aquí surgieron los primeros Ayllus Andinos que eran uniones de
personas que eran por tener vínculo de sangre o parentesco, territorio y deidades
comunes.
Gordon R. Willey y Fhilip Phillips caracterizaron el periodo arcaico como el estadio de
cultura cazadores y recolectores nómadas que continúan su tránsito a condiciones
ambientales aproximadamente parecidas a las actuales. Haciendo un análisis económico
social se le puede tipificar como el estadio inferior de la barbarie llamado aquí arcaico.
De otro lado, puede ser considerado como el Mesolítico andino y una forma
prereevolucionaria.
Todo parece indicar que durante esta etapa el hombre efectúa aun faenas como la caza,
recolecta y pesca; pero, poco a poco, se va iniciando en la domesticación de algunas
plantas y algunos camélidos. La sedentarización va siendo más notoria que en el periodo
anterior mientras que en la agricultura, ganadería y artesanía, van pasando a ser las
principales actividades económicas realizadas por los hombres de aquellos tiempos. Al
finalizar este periodo surgió cierta especialización; es decir, aparecieron ayllus que que
se dedicaron a la actividad agropecuaria, otros a las artesanías y a la caza-pesca
marinas.
2. ORIGENES DE LA AGRICULTURA Y GANEDERIA
Las primeras manifestaciones agrícolas en el Perú se han encontrado hace ± 5,730 años
a.n.e. en El Guitarrero (callejón de Huaylas-Ancash) donde cultivaron pallares, ají,
lúcumas y pacaes; en Chilca (Lima) con más o menos 3,800 a.n.e. sembraron ají,
pallares, achira, calabacino y en Paccaiccasa (Ayacucho) son 5.000 años a.n.e. se
cultivó quinua y quizás la papa más tardíamente. Esto hace suponer que la agricultura
era conocida desde hace ±6,000años a.n.e.
En cabeza Larga- Pampa de Santo Domingo Ica) con una antigüedad, según Engel, de
± 6,500 a.n.e se encontró señales de domesticación de algunos productos como guayaba,
tomatillo, yuca y calabacino.
Manifestaciones similares se ha ubicado en las zonas de Encanto y Arenal (Ancón-
Lima) y Rio Grande de Nazca (Ica). Allí los hombres se hallaban en tránsito hacia el
cultivo definitivo de algunas plantas; sin abandonar, totalmente, la caza, la pesca y
recolecta marina. Es más, en Chilca y Rio Grande Frederic Engel pudo ubicar ciertos
conjuntos habitacionales hechos a base de sauce, caña, totora, junco, etc. Eran pequeñas
chozas de forma cónica y donde posiblemente se agruparon hasta más de 100 familias.
En el sitio La Paloma de Chilca, con unos 6,000 años a.n.e., se encontró construcciones
de chozas a base de madera, esteras, cañas así como batanes, agujas, anzuelos, etc.
En el complejo de Piki (Ayacucho), entre los 5,000 a 3,000 años a.n.e., se han
encontrados algunos cultivos de maíz y casi coetáneos al maíz hallado en México. De
igual manera, en Huarmey (Ancash) se halló cultivos de maíz desde hace una
antigüedad ± 4,700 años a.n.e.
Al mismo tiempo, la caza constante de animales permitió la domesticación de algunos
de ellos. Este fenómeno, parece ser, se presentó primero en la Sierra y después en la
Costa. La llama, la alpaca y cuy fueron los animales domesticados de un principio. La
ganadería, gradualmente, fue adquiriendo mayor desarrollo y fue un proceso que se dio
casi paralelo y probablemente hasta anterior a la agricultura.
Vestigios ganadero-pastoriles lo constituyen Telarmachay y Pachamachay (Junín), entre
los 5,000 a 2,000 años a.n.e. así como el Altiplano (Puno) y Chihua (Ayacucho), desde
hace unos 6,000 años a.n.e., donde se han encontrado infinidad de huesos de auquénidos
(especialmente de alpacas y llamas), criaderos y corrales.
3. APARICION DE LA CERAMICA
Durante la fase del Neolítico se consolido la agricultura como la actividad más
importante del Perú Prehispánico. Se dio una verdadera Revolución Agropecuaria
Neolítica en la que se llegaron a domesticar más de 60 plantas. O.F. Cook estima en
más de noventa las variedades de plantas conocidas con los antiguos peruanos. La
agricultura fue la tarea a la que más recurrieron los peruanos para sobrevivir.
Casi al finalizar el Neolítico en el Perú comienza a surgir la cerámica. No se tiene un
conocimiento cabal sobre si hubo uno o varios centros de invención ceramista. Lo que sí
se sabe es que en los Andes Centrales fue conocido más tardíamente. Al respecto
existen dos hipótesis: una que es oriunda del Perú (no se sabe si propia de la Costa o de
la Sierra o contemporánea en ambas regiones) y otra que vino al Perú procedente de
Valdivia (Ecuador), cuya antigüedad es de ± 5,150 años a.n.e. o de Puerto Hormiga
(Colombia) que tiene una antigüedad de ± 4,800 años a.n.e. algún sitios muy antiguos
donde conocieron, la cerámica son Monagrillo (Panamá) y Barlovento (Colombia) con
± 3,000 años a.n.e.
La evidencia es que desde hace ± 1,800 años a.n.e. la cerámica existía en Tumbes,
Guañape y Huaca Pietra ( La Libertad), las Haldas (Ancash); Chira, Villa, y Curayacu
(Lima); Disco Verde y Erizo (Ica); Kotosh-Huayrajirca (Huánuco) entre otros lugares
por investigarse. Es, por lo común, una cerámica tosca, color marrón con ciertas líneas
como decoración. Este es el periodo llamado por otros estudiosos como cerámico. Lo
anterior es concebido, en consecuencia, como pre-cerámico.
Recientemente, se han realizado nuevos descubrimientos ceramistas; verbigracia los de
Huacaloma (Cajamarca), Paita-Talara (Piura) y Tutiscainyo (Pucallpa-Ucayali) con una
antigüedad aproximada de casi 3,000 años a.n.e. vinculadas, probablemente a la
cerámica Valdivia y Chorrera de Ecuador. Estos hallazgos abonan a favor del
autoctonismo de la cerámica peruana.
Comenzaron a proliferar a esta fase, los centros ceremoniales, especialmente en la
región de la Costa. Posteriormente, se desarrollaron otras artesanías como la metalurgia-
orfebrería y arquitectura.