Personalmente Fernando Carmona de la PeñaFERNANDO CARMONA de la Peña tiene una arrebatadora...

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29 ¿cómoves? Fernando Carmona Concepción Salcedo Meza Personalmente Foto: Marco Mijares FERNANDO CARMONA de la Peña tiene una arrebatadora pasión por la vida, por la economía, por la universidad, por su país, y cree sin cortapisas en el talento y capacidad de los jóvenes. Investigador emérito, es un analista crítico de la eco- nomía mexicana y latinoamericana; miem- bro de una generación de científicos sociales identificados por un sentido na- cionalista y de justicia, e impulsor de la economía científica en el Instituto de In- vestigaciones Económicas de la UNAM. Nos abre las puertas de su casa, allá en Tlatilpa, montaña de Contreras. Char- lamos amenamente acompañados de sus obras sinfónicas favoritas y de sub- yugantes aromas que fluyen de los cien- tos de flores cultivadas por su esposa Anita Mariño, colega del mismo instituto. De inmediato trae a la memoria aquellas gra- tas páginas que perfilaron su infancia: “Vine a este planeta, en Saltillo, Coahuila, en plena efervescencia nacional a conse- cuencia de la revolución mexicana; mi padre se había involucrado en ella. Soy hijo del segundo matrimonio de mi ma- dre y el penúltimo de una familia de siete hermanos”. Su infancia transcurrió en Saltillo hasta que en 1934 su familia decidió emigrar a la Ciudad de México. Ingresó a la Secun- daria 4, y recibió influencia de un profe- sorado sorprendente. Por ejemplo, de Carlos Benítez Delorme, el gusto por la geografía; de Maximino Martínez, el amor por la botánica, y de Carlos Pellicer, el disfrute de la literatura. “Nos domaba con sus declamaciones y sus bromas”, recuer- da con satisfacción. En la secundaria era muy bueno en quí- mica y gracias a su ingenio para hacer ex- perimentos ganó un concurso anual en esa materia. No obstante, su brújula giró 360 grados ya que ingresó a trabajar al Banco de México. Ahí desempeñó diversas fun- ciones: desde mozo, administrador y archivista hasta convertirse en ayudante de investigador. Para entonces ya tenía varios semestres cursados en la Escuela Nacional, hoy Facultad de Economía de la UNAM, a la cual ingresó en 1944. Más tarde se convirtió en investigador del De- partamento de Investigación bajo la coor- dinación de Daniel Cosío Villegas. En 1948, al concluir la licenciatura, el Banco le otorgó una beca para hacer un posgrado en la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres ( The London School of Economics and Political Science). A su regreso se convirtió en profesor de la Escuela Nacional de Economía de la UNAM y en 1966 ingresó al Instituto de Investigaciones Económicas. Desde todas las trincheras ha sido un acucioso analista de los procesos del capitalismo y de la globalización. De su pluma han sa- lido cuatro libros individuales y 40 colec- tivos, además de 125 artículos y ensayos publicados en revistas como Investigación Económica, Comercio Exterior y Proble- mas del Desarrollo, esta última fundada por Carmona de la Peña en 1969. Como director del Instituto de Inves- tigaciones Económicas (1968-1974), investigador y maestro siempre ha fomen- tado el rigor científico del análisis eco- nómico. “Lo que da cientificidad a la economía es comprenderla como una cien- cia social, histórica y política que analiza fenómenos, pero sobre todo que hace pro- puestas que beneficien a las mayorías”. Suele comentar con orgullo que el Ins- tituto es y ha sido el centro de su vida. En efecto, allí ha desarrollado su obra inte- lectual. En los últimos años se ha empe- ñado en investigar fenómenos como la transnacionalización y el subdesarrollo de los países de Latinoamérica, así como las condicionantes del neoliberalismo. Al res- pecto ha hecho propuestas para liberar el potencial que tienen dichos países para afrontar los efectos negativos de estos pro- cesos. La mejor muestra de esta aporta- ción son sus libros Una alternativa al neoliberalismo y La brega por la econo- mía política. Estos empeños académicos han tenido varios reconocimientos pero quizá el más notable fue el premio Uni- versidad Nacional en Ciencias Económi- co-Administrativas en 1990. Durante el festejo de su cumpleaños 75 (en noviembre de 1999) se dio la opor- tunidad de renovar amores, ideales y com- promisos. Inicia este etapa con su año sabático dispuesto a trabajar arduamente: “Tenemos mucho que hacer... nuestro país es grande y complejo, de los más desigua- les y contrastantes”, concluye. Perfil humano. Soy un viejo joven que tiene fe en la capacidad humana. Soy un profun- do admirador de mi patria y de América. Creo que la vida es bella, pese a los que- brantos vale la pena vivirla. Pasiones. Estar activo y sentirme útil a mis 75 años. Pero mi pasión fundamental es Aniushka, mi mujer. Gustos artísticos. Aprecio lo clásico y lo mo- derno. Prefiero el arte figurativo; sin em- bargo, lo mismo me emociona la Capilla Sixtina que la de Chapingo. Admiro la obra de Orozco, Tamayo y Siqueiros. Música. Disfruto las obras de Chávez, Ponce, Revueltas, Beethoven. Malher y Stravinsky. También la música latinoamericana y anti- llana. Un joven economista de 75 años de la Peña

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FERNANDO CARMONA de la Peña tieneuna arrebatadora pasión por la vida, porla economía, por la universidad, por supaís, y cree sin cortapisas en el talento ycapacidad de los jóvenes. Investigadoremérito, es un analista crítico de la eco-nomía mexicana y latinoamericana; miem-bro de una generación de científicossociales identificados por un sentido na-cionalista y de justicia, e impulsor de laeconomía científica en el Instituto de In-vestigaciones Económicas de la UNAM.

Nos abre las puertas de su casa, alláen Tlatilpa, montaña de Contreras. Char-lamos amenamente acompañados de susobras sinfónicas favoritas y de sub-yugantes aromas que fluyen de los cien-tos de flores cultivadas por su esposa AnitaMariño, colega del mismo instituto. Deinmediato trae a la memoria aquellas gra-tas páginas que perfilaron su infancia:“Vine a este planeta, en Saltillo, Coahuila,en plena efervescencia nacional a conse-cuencia de la revolución mexicana; mipadre se había involucrado en ella. Soyhijo del segundo matrimonio de mi ma-dre y el penúltimo de una familia de sietehermanos”.

Su infancia transcurrió en Saltillo hastaque en 1934 su familia decidió emigrar a

la Ciudad de México. Ingresó a la Secun-daria 4, y recibió influencia de un profe-sorado sorprendente. Por ejemplo, deCarlos Benítez Delorme, el gusto por lageografía; de Maximino Martínez, el amorpor la botánica, y de Carlos Pellicer, eldisfrute de la literatura. “Nos domaba consus declamaciones y sus bromas”, recuer-da con satisfacción.

En la secundaria era muy bueno en quí-mica y gracias a su ingenio para hacer ex-perimentos ganó un concurso anual en esamateria. No obstante, su brújula giró 360grados ya que ingresó a trabajar al Bancode México. Ahí desempeñó diversas fun-ciones: desde mozo, administrador yarchivista hasta convertirse en ayudantede investigador. Para entonces ya teníavarios semestres cursados en la EscuelaNacional, hoy Facultad de Economía dela UNAM, a la cual ingresó en 1944. Mástarde se convirtió en investigador del De-partamento de Investigación bajo la coor-dinación de Daniel Cosío Villegas.

En 1948, al concluir la licenciatura, elBanco le otorgó una beca para hacer unposgrado en la Escuela de Economía yCiencias Políticas de Londres (TheLondon School of Economics and PoliticalScience).

A su regreso se convirtió en profesorde la Escuela Nacional de Economía dela UNAM y en 1966 ingresó al Institutode Investigaciones Económicas. Desdetodas las trincheras ha sido un acuciosoanalista de los procesos del capitalismo yde la globalización. De su pluma han sa-lido cuatro libros individuales y 40 colec-tivos, además de 125 artículos y ensayospublicados en revistas como InvestigaciónEconómica, Comercio Exterior y Proble-mas del Desarrollo, esta última fundadapor Carmona de la Peña en 1969.

Como director del Instituto de Inves-tigaciones Económicas (1968-1974),investigador y maestro siempre ha fomen-tado el rigor científico del análisis eco-nómico. “Lo que da cientificidad a laeconomía es comprenderla como una cien-cia social, histórica y política que analizafenómenos, pero sobre todo que hace pro-puestas que beneficien a las mayorías”.

Suele comentar con orgullo que el Ins-tituto es y ha sido el centro de su vida. Enefecto, allí ha desarrollado su obra inte-lectual. En los últimos años se ha empe-ñado en investigar fenómenos como latransnacionalización y el subdesarrollo delos países de Latinoamérica, así como lascondicionantes del neoliberalismo. Al res-pecto ha hecho propuestas para liberar elpotencial que tienen dichos países paraafrontar los efectos negativos de estos pro-cesos. La mejor muestra de esta aporta-ción son sus libros Una alternativa alneoliberalismo y La brega por la econo-mía política. Estos empeños académicoshan tenido varios reconocimientos peroquizá el más notable fue el premio Uni-versidad Nacional en Ciencias Económi-co-Administrativas en 1990.

Durante el festejo de su cumpleaños75 (en noviembre de 1999) se dio la opor-tunidad de renovar amores, ideales y com-promisos. Inicia este etapa con su añosabático dispuesto a trabajar arduamente:“Tenemos mucho que hacer... nuestro países grande y complejo, de los más desigua-les y contrastantes”, concluye.

Perfil humano. Soy un viejo joven que tienefe en la capacidad humana. Soy un profun-do admirador de mi patria y de América.Creo que la vida es bella, pese a los que-brantos vale la pena vivirla.

Pasiones. Estar activo y sentirme útil a mis 75años. Pero mi pasión fundamental esAniushka, mi mujer.

Gustos artísticos. Aprecio lo clásico y lo mo-derno. Prefiero el arte figurativo; sin em-bargo, lo mismo me emociona la CapillaSixtina que la de Chapingo. Admiro la obrade Orozco, Tamayo y Siqueiros.

Música. Disfruto las obras de Chávez, Ponce,Revueltas, Beethoven. Malher y Stravinsky.También la música latinoamericana y anti-llana.

Un joven economista de 75 años

de la Peña