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La ortopedia pediátrica es un amplio capítulo de la pe- diatría, en el que se incluyen numerosas alteraciones del aparato locomotor, de las que un diagnóstico precoz puede evitar una minusvalía física posterior. Es precisa- mente al pedíatra a quien corresponde, en un examen rutinario de salud, detectar dichas anomalías, como en el caso que nos ocupa, la enfermedad más frecuente de los pies. Aunque, si bien a veces podrá solucionar pe- queños problemas, en otras ocasiones necesitará y debe- rá recurrir al especialista para su completo diagnóstico y correcta resolución. El presente artículo tiene como finalidad principal el conocimiento práctico de las deformidades más fre- cuentes del pie que el pediatra se va a encontrar en el ejercicio diario de la profesión. Consideraciones anatomofuncionales Para llegar al conocimiento de las lesiones/deformida- des y poder establecer medidas terapéuticas adecuadas, es necesario tener conocimientos anatómicos y funcio- nales precisos, que al mismo tiempo ayudarán a la bús- queda de un diagnóstico precoz. El pie, propiamente dicho, se describe desde la articula- ción del tobillo hasta los dedos. Los huesos del pie se or- denan en 3 segmentos: el proximal o retropié, constitui- do por el astrágalo y el calcáneo, que forman el tarso posterior, donde se encuentra la articulación subastraga- lina; el segmento medio, o mediopié, está integrado por el escafoides, cuboides y las 3 cuñas, que forman el tarso anterior, donde se encuentra la articulación mediotarsia- na o de Lisfranc, y el segmento distal, o antepié, que está constituido por los metatarsianos y las falanges (fig. 1). El esqueleto del pie se mantiene mediante elementos de soporte, generalmente tendinosos o musculoligamento- sos, y gracias a su elasticidad el pie puede adaptarse a to- das las irregularidades del terreno 1 . Longitudinalmente considerado el esqueleto del pie se constituye en 2 columnas óseas (fig. 2): la columna me- dial, constituida por el astrágalo, el escafoides, los 3 cu- neiformes y los 3 primeros radios, y la columna lateral, constituida por el calcáneo, el cuboides y los 2 últimos radios del pie. Ambas columnas se superponen en la ar- ticulación talo-calcáneo-navicular. La cabeza del astrá- Ventana a otras especialidades Deformidadesdel pie JESÚS MUÑOZ Departamento de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Hospital Infantil Universitario Niño Jesús. Madrid. España. [email protected] Puntos clave galo se articula con el escafoides constituyendo lo que se ha denominado articulación distal del tobillo o Aceta- bulum pedis. En esa zona, la cabeza del astrágalo, es donde el pie realiza todos sus movimientos, de aquí la importancia de dicha articulación a la hora de com- prender los movimientos del pie 2 . Movimientos del pie Para entender las deformidades del pie hay que analizar minuciosamente los parámetros: equino, talo, varo, val- go, abducción, aducción, pronación y supinación. Sólo a efectos de exploración clínica o de manera didác- tica, se distinguen los siguientes movimientos en las distintas articulaciones del pie. En el tobillo, que es una articulación en mortaja, los movimientos principales son: flexión plantar y flexión dorsal o extensión. Existe un mínimo grado de movi- miento lateral cuando el pie está en flexión plantar 3 . – Flexión plantar. Es el movimiento que discurre en un plano sagital y durante el cual la zona dorsal del pie, o parte de él, se aleja de la tibia. Ocurre sobre un eje de Las malformaciones se producen durante el período embrionario del desarrollo y las deformidades durante el período fetal. Ante la presencia de una deformidad del pie hay que descartar, siempre, una displasia del desarrollo de la cadera. Ante la presencia de un pie cavo sería preciso descartar enfermedad neurológica. El pie plano laxo infantil no precisa tratamiento de ortesis (plantillas) ni calzado ortopédico. El pie zambo y el pie plano convexo o astrágalo vertical congénito requieren un diagnostico precoz y un tratamiento inmediato en el servicio de ortopedia pediátrica especializado. An Pediatr Contin. 2006;4(4):251-8 251

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La ortopedia pediátrica es un amplio capítulo de la pe-diatría, en el que se incluyen numerosas alteraciones delaparato locomotor, de las que un diagnóstico precozpuede evitar una minusvalía física posterior. Es precisa-mente al pedíatra a quien corresponde, en un examenrutinario de salud, detectar dichas anomalías, como enel caso que nos ocupa, la enfermedad más frecuente delos pies. Aunque, si bien a veces podrá solucionar pe-queños problemas, en otras ocasiones necesitará y debe-rá recurrir al especialista para su completo diagnóstico ycorrecta resolución.El presente artículo tiene como finalidad principal elconocimiento práctico de las deformidades más fre-cuentes del pie que el pediatra se va a encontrar en elejercicio diario de la profesión.

Consideracionesanatomofuncionales

Para llegar al conocimiento de las lesiones/deformida-des y poder establecer medidas terapéuticas adecuadas,es necesario tener conocimientos anatómicos y funcio-nales precisos, que al mismo tiempo ayudarán a la bús-queda de un diagnóstico precoz.El pie, propiamente dicho, se describe desde la articula-ción del tobillo hasta los dedos. Los huesos del pie se or-denan en 3 segmentos: el proximal o retropié, constitui-do por el astrágalo y el calcáneo, que forman el tarsoposterior, donde se encuentra la articulación subastraga-lina; el segmento medio, o mediopié, está integrado porel escafoides, cuboides y las 3 cuñas, que forman el tarsoanterior, donde se encuentra la articulación mediotarsia-na o de Lisfranc, y el segmento distal, o antepié, que estáconstituido por los metatarsianos y las falanges (fig. 1).El esqueleto del pie se mantiene mediante elementos desoporte, generalmente tendinosos o musculoligamento-sos, y gracias a su elasticidad el pie puede adaptarse a to-das las irregularidades del terreno1.Longitudinalmente considerado el esqueleto del pie seconstituye en 2 columnas óseas (fig. 2): la columna me-dial, constituida por el astrágalo, el escafoides, los 3 cu-neiformes y los 3 primeros radios, y la columna lateral,constituida por el calcáneo, el cuboides y los 2 últimosradios del pie. Ambas columnas se superponen en la ar-ticulación talo-calcáneo-navicular. La cabeza del astrá-

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Deformidadesdel pieJESÚS MUÑOZDepartamento de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Hospital Infantil Universitario Niño Jesús. Madrid. Españ[email protected]

Puntos clave

galo se articula con el escafoides constituyendo lo quese ha denominado articulación distal del tobillo o Aceta-bulum pedis. En esa zona, la cabeza del astrágalo, esdonde el pie realiza todos sus movimientos, de aquí laimportancia de dicha articulación a la hora de com-prender los movimientos del pie2.

Movimientos del piePara entender las deformidades del pie hay que analizarminuciosamente los parámetros: equino, talo, varo, val-go, abducción, aducción, pronación y supinación.Sólo a efectos de exploración clínica o de manera didác-tica, se distinguen los siguientes movimientos en lasdistintas articulaciones del pie.En el tobillo, que es una articulación en mortaja, losmovimientos principales son: flexión plantar y flexióndorsal o extensión. Existe un mínimo grado de movi-miento lateral cuando el pie está en flexión plantar3.

– Flexión plantar. Es el movimiento que discurre en unplano sagital y durante el cual la zona dorsal del pie, oparte de él, se aleja de la tibia. Ocurre sobre un eje de

Las malformaciones se producen durante el períodoembrionario del desarrollo y las deformidades

durante el período fetal.

Ante la presencia de una deformidad del pie hay quedescartar, siempre, una displasia del desarrollo de la

cadera.

Ante la presencia de un pie cavo sería precisodescartar enfermedad neurológica.

El pie plano laxo infantil no precisa tratamientode ortesis (plantillas) ni calzado ortopédico.

El pie zambo y el pie plano convexo o astrágalovertical congénito requieren un diagnostico precoz

y un tratamiento inmediato en el servicio de ortopediapediátrica especializado.

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– Abducción. Movimiento que tiene lugar sobre un planotransverso, durante el cual la zona distal del pie se des-plaza o aleja de la línea media del cuerpo. Si el pie semantiene en esta posición se origina un pie abductus oen separación.

Los movimientos del pie no son puros, de tal maneraque los del tobillo se complementan con los de la arti-culación subastragalina y la articulación mediotarsiana,según un eje helicoidal, dando lugar a:

– Supinación. Se efectúa sobre 3 planos y consiste en eldesplazamiento simultáneo del pie en flexión plantar,inversión y aducción (fig. 7a).– Pronación. También se efectúa sobre 3 planos y con-siste en el desplazamiento simultáneo del pie en flexióndorsal, eversión y abducción (fig. 7b).

En las tablas 1 y 2 se diferencian las deformidades delos movimientos del pie y se reflejan la descripción y lo-calización anatómica de los mismos2,3,4.

rotación transversal (bimaleolar). El mantenimiento delpie en esta posición determina un pie equino (fig. 3).– Flexión dorsal o extensión. Movimiento que discurre enun plano sagital y durante el cual la zona distal del pie oparte de él se aproxima a la tibia. Igualmente ocurre so-bre un eje bimaleolar. El mantenimiento del pie en estaposición determina un pie talo (fig. 4).

En la articulación subastragalina se producen los movi-mientos de:

– Inversión. Este movimiento sucede en un plano fron-tal, durante el cual la superficie plantar del pie se inclina(gira hacia adentro) mirando hacia el plano medio. Elmantenimiento del pie en esta posición origina un pievaro (fig. 5a).– Eversión. Movimiento que tiene lugar en un planofrontal y durante el cual la superficie plantar del pie oparte de él gira hacia fuera, se aleja del plano medio. Elmantenimiento en esta postura determina un pie valgo(fig. 5b).

En el antepié, en la articulación mediotarsiana, tienenlugar los movimientos de aducción y abducción (fig. 6).

– Aducción. Movimiento sobre un plano transverso, en elque la parte distal del pie se desplaza o aproxima haciala línea media del cuerpo. Ocurre sobre un eje verticalde rotación. El mantenimiento en esta posición da lugara un pie adductus o en aproximación.

Figura 1. Esquema delesqueleto del pie con los3 segmentos óseos: proximalo retropié, medioo mediopié y distal o antepié.

Figura 2. Esquemade las columnasóseas del pie con ladisposicióndivergente de susejes longitudinales.

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Figura 3. Imágenes de pies neurológicos. Derecho: pieequino; izquierdo: pie talo valgo.

Figura 4. Imagen de pie talo donde se evidencia cómo laparte dorsal del pie se aproxima a la tibia.

Antepié

Mediopié

Retropié

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Deformidades del pie

Antes de empezar a describir la enfermedad de las de-formidades más frecuentes del pie, es necesario hacerunas consideraciones y diferenciar el concepto de mal-formación y deformidad, pues ambas dan lugar a enfer-medades diferentes en cuanto a diagnóstico, el pronós-tico y el tratamiento.La diferencia entre deformidad y malformación tienelugar en el momento en que se han producido. La mal-formación se establece en el período embrionario deldesarrollo y comporta siempre una alteración anatómi-ca. La deformidad presenta siempre una integridadanatómica (están presentes todos los huesos, los múscu-los y las diferentes estructuras del órgano deformado).El fallo se ha producido durante el período fetal y afectaa la evolución y posterior crecimiento de estructuras yaformadas y completas. Es por este mecanismo por elque pueden aparecer, por ejemplo, tanto un pie equinovaro como una tortícolis o una luxación de cadera5,6.De esta manera se entiende que el pediatra, ante unapatología del pie, debe explorar conjuntamente las dis-

Articulación Movimiento Deformidad

Tobillo Dorsiflexión Talo

Flexión plantar Equino

Subastragalina Inversión Varo

Eversión Valgo

Abducción Abducto

Aducción Aducto

Pronación Pronado

Mediotarsiana Supinación Supinado

Flexión plantar Cavo

Flexión dorsal Pie en mecedora

Tabla 1. Movimientos normales de las articulaciones del piey su relación con sus deformidades

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Figura 5. Esquema de los movimientos del pie: a)inversión en el que el pie gira hacia adentro, y b) eversiónen el que el pie gira hacia fuera.

Figura 7. Movimientos complejos del pie alrededor de lacabeza del estrágalo: a) supinación o movimientosimultáneo de flexión plantar, inversión y aducción, y b)pronación o movimiento simultáneo de flexión dorsal,eversión y abducción.

Figura 6. Esquema de los movimientos de aduccióny abducción del pie.

Supinación

a

Aducción Abducción

b

Pronación

b

a

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tintas partes del aparato locomotor para descartar pato-logías asociadas a deformidades del pie, evitando asíposteriores dificultades en su tratamiento.Ante una deformidad del pie es fundamental explorarsu flexibilidad y valorar el grado de rigidez de las distin-tas articulaciones, pues cuanto más rígida y estructuradaesté la deformidad más difícil será de corregir.Las deformidades del pie pueden afectar a una o a va-rias articulaciones del mismo, así como a los tejidosblandos circundantes. Aunque pueden ser adquiridas, lamayor parte son congénitas.Se describen: pie equino, valgo, varo, cavo, plano, adductoy zambo7:

Pie equino

Deformidad del pie caracterizada porque la totalidad delmismo está sostenida en posición de flexión plantar conrelación a la pierna. La contractura del músculo tríceps(tendón de Aquiles acortado) es la causa de que el pieadopte esta posición. El individuo realizará la marchacon el apoyo del antepié (marcha de puntillas) (fig. 8).No suele constituir una entidad patológica aislada. Sueleencontrarse asociado a otro tipo de deformidades del pie:

– Pie equino varo (zambo).– Pie equino valgo (parálisis del músculo tibial posterior).– Pie equino de los trastornos neuromusculares. Espe-cialmente de la parálisis cerebral infantil (PCI). Es ladeformidad más frecuente en estos paciente (fig. 3).

Su valoración y tratamiento deben realizarse en un ser-vicio de ortopedia infantil.

Pie valgo

Este tipo de deformidad se define como el pie cuyo ta-lón está en eversión y su parte distal se encuentra eneversión y abducción (fig. 9). El arco de dorsiflexión yflexión plantar del tobillo es normal.Existe una forma en la que el pie está en eversión com-pleta (valgo), con flexión dorsal máxima, lo que consti-tuye el pie talo valgo (fig. 3). Los tejidos blandos deldorso y la porción lateral del pie muestran contracción(contractura de musculatura peronea) y limitan la fle-xión plantar y la inversión. Radiográficamente, son piesde estructura ósea normal. No hay luxación o subluxa-ción de los huesos del tarso. Este tipo de deformidad esla más frecuente en partos de presentación podálica(madres jóvenes y primíparas). La causa es debida a:posición defectuosa del feto, compresión por útero pe-queño o musculatura abdominal potente8,9.En los pies flexibles se inicia el tratamiento con manipu-laciones, y en la mayoría de los casos la musculatura vaadquiriendo tono y el pie se va equilibrando espontánea-

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Figura 8. Esquema de unenfermo hemiplégico conapoyo del pie derecho enequino por atrofia deltríceps sural.

Figura 8. Esquema de unenfermo hemiplégico conapoyo del pie derecho enequino por atrofia deltríceps sural.

Figura 9. Imágenes de pies talo-valgos.

Figura 10. Imagen de pie derecho astrágalo verticalcongénito. Se aprecia el retropié en equino y el antepiéen flexión dorsal.

Localización Deformidad

Retropié Equino-varo-valgo

Mediopié Cavo (equino del antepié)

Plano (aplanamiento de la bóveda plantar)

Antepié Adductus-abductus

Tabla 2. Localización anatómica de las deformidades del pie

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mente. Esta deformidad se resuelve siempre sin proble-mas, salvo que hubiera una alteración neuromuscular6.Se ha de tratar por personal especializado en servicio deortopedia infantil, tranquilizando a los padres de la leve-dad del problema.Hay que diferenciarlo del pie astrágalo vertical congénito(fig. 10), o pie plano convexo, en el que existe una luxacióndorsolateral de la articulación astrágalo-calcáneo-escafoi-dea, con el astrágalo fijado en posición vertical, el calcáneoen equino y el antepié en dorsiflexión y abducción. Este ti-po de deformidad, desde su diagnóstico al nacimiento, aligual que ocurre con el pie zambo, ha de remitirse precoz-mente a un servicio de ortopedia pediátrica para su inme-diato tratamiento, dada la importancia de la deformidad.El tratamiento siempre ha de ser quirúrgico10.

Pie varo

Es la deformidad del pie en la que el talón (retropié) es-tá invertido y la parte distal del pie se encuentra enaducción e inversión, siendo los límites de la dorsifle-xión normales (fig. 11). La deformidad en varo aisladadel retropié no existe. Generalmente se acompaña, oasocia, de deformidad en aducción del antepié con cavo,o con equino, constituyendo así los pies cavo-varos oequino-varos (pie zambo), que suelen estar asociados aprocesos neuromusculares del tipo del mielomenigocele,Charcot-Marie-Tooth o parálisis espásticas. Han de sertratados por personal especializado en ortopedia pediá-trica, requiriendo en la mayoría de los casos tratamientoquirúrgico10,11.El pie varo postural, por torsión tibial interna y antever-sión femoral, se debe a la posición intraútero de las ex-tremidades inferiores, que incluye aducción e inversióndel antepié e inversión del retropié; los límites de ladorsiflexión del tobillo y el pie son normales. Este tipode deformidad, que con tanta frecuencia se remite a lasconsultas de ortopedia pediátrica, no requiere ningúntipo de tratamiento (a veces ejercicios de estiramientopasivos) y sí un seguimiento durante los primeros añosde vida. No obstante, ante cualquier duda, se remitirá alos servicios especializados de ortopedia infantil.

Pie cavoEs el pie que presenta un aumento anormal de la alturade la bóveda plantar en el mediopié por flexión acen-tuada de los metatarsianos. Es una entidad complejadada la diversidad etiológica, su diferente evolución ysus múltiples formas de tratamiento. La edad de pre-sentación está entre los 8-12 años, aunque en ocasionesestá presente al nacer con el primer dedo en garra9.Raramente idiopático, la mayoría de las veces (80%)asociado a una causa neurológica (ante todo, hay quebuscar una lesión del cono medular que se acompaña, aveces, de una enuresis nocturna, o de un nevo en la re-gión lumbar); a una enfermedad heredodegenerativa ti-po Charcot-Marie-Tooth, o a una malformación lum-bosacra (espina bífida oculta, espondilolístesis).Clásicamente el pie cavo comporta (fig. 12):

– Un aumento del arco plantar con convexidad del dor-so del pie que progresa con la edad de forma lenta delos 5 a los 11 años.– Un varo de calcáneo (raramente valgo).– Garra de los dedos con horizontalización del astrágalo.

Clínicamente existen trastornos en la marcha, con ten-sión permanente y contractura dolorosa en la planta delpie, metatarsalgias y durezas en la zona de la cabeza delos metatarsianos y con dificultades para el calzado porla garra de los dedos y la joroba del dorso del pie.

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Figura 11. Imagen de pie derecho varo donde se apreciaque el talón está invertido y el antepié en aducción.

Figura 12. Imagen de pies cavos. En la posición lateralel pie presenta aumento del arco plantar y gibosidaden el dorso. En la posición anteroposterior observamosgarra de los dedos y callosidades en el dorso de éstos.

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Al comienzo, la deformidad es flexible ya que puede sercorregida mediante la simple elevación del antepié.Antes de los 5 años de edad no precisan tratamiento,pues el niño no se queja de nada y la deformidad del piees inaparente.Los pies cavos con ligera alteración morfológica y sintrastornos funcionales nunca deben ser tratados quirúr-gicamente. La cirugía sólo está indicada ante una defor-midad grave, y de alguna manera incapacitante en ado-lescentes y adultos, o con evidencia de mala evoluciónen los niños, pues en éstos la deformidad y el trastornofuncional suelen ser muy discretos12.

Pie plano

Es un término genérico poco preciso que se utiliza paradescribir cualquier cuadro del pie en el que la bóvedaplantar es demasiado baja o está desaparecida, creandoun área de máximo contacto de la planta del pie conel suelo, el retropié presenta una deformidad en valgo y elantepié se encuentra abducido (fig. 13).La mayoría de los niños presenta un pie plano antes de los3 o 4 años. Se considera que la bóveda plantar inicia su de-sarrollo a partir de los 4-6 años, en cuya formación influyenla pérdida de la grasa plantar, muy abundante en el pie delniño; la disminución de la laxitud ligamentosa; el aumentode la potencia muscular, y el desarrollo de una mayor confi-guración ósea. Todo ello se desarrolla con el crecimiento13.Como consecuencia de todo lo anteriormente dicho, elpie plano no es una condición necesariamente patológi-ca y, sin embargo, esta deformidad es la causa de con-sulta más frecuente en la edad pediátrica6,14.

Clasificación

Hay que diferenciar diversos tipos de pies planos que,según sus características, presentan sintomatología otratamientos diversos: rígidos, neurológicos y flexibles.

– Pies planos rígidos: aquellos que no son susceptiblesde modificación pasiva. Corresponden a alteracionescongénitas, como el astrágalo vertical congénito, o deldesarrollo, como las coaliciones tarsales.– Pies neurológicos: son los que se presentan secunda-riamente a desequilibrios neuromusculares graves. Lascausas suelen ser: la parálisis cerebral y la espina bífida.En estos casos el plan terapéutico difiere entre procedi-mientos estabilizadores (cirugía) y movilizaciones (re-habilitación).– Pies planos flexibles: son aquellos que presentan recu-perabilidad morfológica, tanto activa como pasivamente.Excepcionalmente sintomáticos, constituyen la mayoríade los pies planos de los niños (90%)15. En este grupo seincluyen los pies calcáneo valgos, los pies planos laxos ylos pies planos con el tendón de Aquiles corto14,16.

El pie calcáneo valgo es el precursor, según Giannestras15,del pie plano17. No es un pie propiamente plano, ya quesu aparición es en el recién nacido y en el lactante; portanto, en niños que no han iniciado la marcha. La tenden-cia habitual de su evolución es hacia la corrección espon-tánea. En los casos en que la evolución no es favorable,deben ser tratados mediante manipulaciones y aplicaciónde yesos correctores para conseguir la flexión plantar y laeversión del pie.El pie plano laxo infantil es la forma más frecuente depresentación del pie en patología infantil. La sintomato-logía dolorosa es excepcional. Suelen ser niños obesos,hiperlaxos, habiéndose considerado que la debilidadmuscular16 sería la responsable del pie plano, pero estu-dios electromiográficos han desmentido esta aseveración;suelen acompañarse de alteraciones torsionales y angula-res de los miembros inferiores como genu valgo, general-mente fisiológico.El examen del pie hay que realizarlo en apoyo estático ydurante la marcha, tanto de talón como de puntillas, loque nos proporcionará información sobre la rigidez, la

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Figura 13. Imágenesde pies planos: a) imagenanterior donde se observaausencia del arco plantar;b) visión posterior de lospies donde se aprecia valgode talón; c) posición depuntillas donde se recuperala morfología del arcoplantar, y d) test de Jack.

a b

c d

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deformidad y la tensión del tendón de Aquiles. Debe ob-servarse de frente (antepié en abducción), de perfil (desa-parición del arco plantar) y por detrás (valgo decalcáneo)14,16 (figs. 13a-c). Existe un examen comple-mentario llamado test de Jack que se realiza produciendouna hiperextensión pasiva del dedo gordo, con el niño enbipedestación. Esta prueba, junto con la marcha de pun-tillas, puede evidenciar la reaparición del arco plantar ydescartar, así, un pie plano rígido.Al iniciar el tratamiento hemos de considerar una seriede aspectos: la edad del paciente, la intensidad de la de-formación, la repercusión en el calzado y la existencia ono de síntomas (dolor plantar, disconfort, molestias enpantorrilla, etc.)15, 17.Se han realizado estudios para poder evaluar los resulta-dos comparativos de los diversos tratamientos y ha sidomanifiesta la ausencia de sintomatología en niños de paí-ses con etnias que caminaban descalzos18,19. Otros estu-dios comparativos, durante 3 años, de grupos control congrupos de niños menores de 6 años tratados con planti-llas de cazoleta, grupos tratados con calzado y grupostratados con plantillas de molde no han evidenciado dife-rencias en los resultados finales entre ninguno de ellos.Todo ello confirma el criterio de que las plantillas no co-rrigen un pie plano, pero sí pueden ayudar a equilibrarloy evitar que sean dolorosos.En cuanto a calzados, se aconseja utilizar calzados flexi-bles, que sujeten retropié y que permitan estimular el de-sarrollo muscular y la función dinámica del pie. Es nece-sario insistir en la nula indicación de la cirugía de un pieplano estático asintomático.

Pie aducto/metatarso varo

Es una deformidad leve que afecta sólo a la parte anteriordel pie y que consiste en una desviación interna o medialde los metatarsianos y de los dedos, con supinación leve omoderada del antepié, estando el talón en posición neu-tra o moderado valgo. La relación entre astrágalo y calcá-neo permanece normal Es característico un plieguetransversal en el escafoides (fig. 14). El metatarso adduc-

tus puede acentuar la marcha en intratorsión cuando seasocia a torsión tibial interna o anteversión femoral.La etiología es desconocida, y en la deformación inter-vienen factores genéticos y mecánicos.Se ha llamado de diferentes maneras: metatarso varo(Kite)20 y metatarso adductus (Ponseti y Becker)21, y ladiferenciación es principalmente un problema de no-menclatura.Existen formas leves (postural), moderadas y graves, de-pendiendo de la flexibilidad y la rigidez en el momentode las manipulaciones para corregir la deformidad. Laevolución es favorable en los casos leves22.El tratamiento suele ser conservador (fig. 15) (manipula-ciones simples por parte de la familia) entre los 12 y los18 meses de edad. En algunos casos (formas moderadaso graves) precisa tratamiento en servicio de ortopedia in-fantil mediante manipulaciones simples o asociadas a ye-sos y posterior calzado corrector. Los resultados son sin-tomática y clínicamente satisfactorios en todas las seriescon menos de un 2% de recidivas. Cuando el diagnósticose realiza en niños mayores la respuesta al tratamientoconservador no es homogénea y habrá que considerar untratamiento quirúrgico23.

Pie zambo

El pie zambo no es una deformidad embrionaria, sinodel desarrollo. Constituye la deformidad más frecuentedel pie, de fácil diagnóstico por el ortopeda pediátrico ex-perto, y su frecuencia es de 1 por cada mil nacidos vivos.La deformidad tiene 4 componentes: equino, varo, cavoy adductus, asociados a una torsión tibial interna. Lasdeformidades más graves de pie zambo se localizan anivel del retropié (fig. 16a):

– Equinismo: el pie está en flexión plantar.– Varo: el retropié está invertido a nivel de la subastra-galina. El escafoides está desviado medialmente y elcalcáneo y el astrágalo están deformados y en equino.Sus ejes son paralelos.– Adductus: el antepié está desviado medialmente.

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Figura 14. Imagen de pies adductus donde se aprecia unadesviación medial de los dedos.

Figura 15. Esquemade tratamiento del pieadductus mediantemanipulación pasivadel antepié.

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bles y se corrigen manualmente. En ambos casos no seprecisa tratamiento. Al mismo tiempo, hay que descar-tar una displasia de cadera, enfermedad que se asociacon gran frecuencia al pie zambo.Una vez que se ha diagnosticado un pie zambo, y con lamayor brevedad posible, se remitirá a un servicio de or-topedia pediátrica para su tratamiento inmediato, de-pendiendo de la precocidad del mismo el éxito alcanza-do. El tratamiento27 empleado en la actualidad, en losservicios especializados de ortopedia infantil, es el pre-conizado por el profesor Ponseti24,27, mediante manipu-laciones y yesos seriados, con una mínima cirugía deltendón de Aquiles, una vez que se han corregido todossus componentes, a excepción del equino (fig. 16a-c).La finalidad de este método de tratamiento es la de re-ducir las deformidades para que el pie sea funcional, in-doloro, plantígrado con buena movilidad y no precisecalzado especial.

– Cavo: viene determinado por la pronación del primery segundo radios junto con el varo de retropié 24.

La patogenia del pie zambo suscita gran controversia25.Se han barajado diversas teorías para su explicación: fre-no al desarrollo fetal (se habla de que la detención deldesarrollo fetal a partir del primer trimestre determinaun pie zambo); factores hereditarios; plasmáticos; mecá-nicos; de origen neurogénico, etc. En la actualidad, des-pués de trabajos de Fukuhara et al26, las consideracionesetiopatogénicas van afianzándose con las observacionesdel desarrollo fetal.A la hora de establecer su diagnóstico se ha de explorarla extremidad inferior, para descartar: la no existenciade un metatarso adductus (fácil de diferenciar por noexistir componente equino y sus deformidades ser muyflexibles y corregirse manualmente); un pie zambo pos-tural, en el que las deformidades son igualmente flexi-

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Figura 16. Imágenes de pies zambos: a) deformidades; b) tratamiento mediante yesos inguinopédicos, y c) resultado a los 4 añosde edad, tras tenotomía del talón de Aquiles.

12. Schnepp JU. Le pie creux essentiel, anatomoclinique, méthodes et indica-tions thérapeutiques. Cahiers d’Enseignement de la SOFCOT n.º 10. Pa-ris: Expansion Scientifique Française; 1979. p. 73-92.

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