PINEDA, Francisco. Las Guerras de Baja Intensidad

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    Pineda, Francisco: La guerra de baja intensidad en Chiapas 2. Mxico, coedicin ERA-IIECc/UNAM, 1996.

    En este informe la meta que se persigue es una aproximacin al conocimiento de la estrategia de la guerra debaja intensidadelaborada por los altos mandos de Estados Unidos. Para ello, se recabaron los planteamientos quetales dirigentes han hecho, empleando sus propias fuentes y eludiendo las versiones de segunda mano. Talesfuentes son los escritos de mandos militares, de acadmicos en las escuelas de guerra y de funcionarios degobierno.

    Considrese que en los documentos consultados no se emplea la nocin de guerra sino de conflicto de bajaintensidad, que es mucho ms amplia y flexible. En este acercamiento al tema, no se pretende una definicin oversin ms, sino slo recoger el material disponible durante una primera bsqueda y presentarlo para sudiscusin. Hasta donde fue posible, se trata de exponer la elaboracin de esa estrategia militar como resultado deun proceso histrico, y no como una serie de principios abstractos que surgieron en el cerebro de sus autores.

    Qu es la guerra de baja intensidad?

    Una nocin clave de la actual estrategia militar de Estados Unidos, para combatir las revoluciones,movimientos de liberacin o cualquier conflicto que amenace sus intereses.

    Sus objetivos principales son:a. Contrainsurgencia: derrotar movimientos de rebelin popular.

    b. Reversin: derrocar gobiernos revolucionarios o los que no se ajustan plenamente a losintereses estadounidenses.

    c. Prevencin: ayudar a gobiernos aliados de Estados Unidos a evitar su desestabilizacin. La victoria que persigue la estrategia de guerra de baja intensidad no es slo militar. Busca una victoria

    ms completa, efectiva para un largo plazo, mediante el aniquilamiento de la fuerza poltica y moraldela insurgencia.

    El principal teatro de operaciones de la guerra de baja intensidad son los pases del llamado TercerMundo. La guerra de baja intensidad significa la intervencin estadounidense en los asuntos internos deotros pases. Sin embargo, los militares consideran que sta tambin puede ser necesaria para reprimirconflictos internos, dentro de pases como Estados Unidos.

    La idea de baja intensidad alude el uso limitado de la fuerza para someter al adversario. Puedetransformarse en una guerra de mediana intensidad, en la que se emplearn mayores recursos. El escalnms alto de conflicto para los militares estadounidenses es la guerra de alta intensidad, una guerraabierta contra otra potencia que cuenta con capacidad para el ataque nuclear.

    Las formas de la guerra de baja intensidad son muchas. Se asocian con situaciones de inestabilidad,contencin agresiva, paz armada, conflictos militares cortos, antiterrorismo, antisubversin, conflictosinternos, guerra de guerrillas, insurrecciones, guerras civiles, guerra irregular o no convencional, guerraencubierta, guerra psicolgica, operaciones paramilitares, operaciones especiales, invasin, etctera.

    La guerra de baja intensidad termina, segn la definicin de los militares estadounidenses, cuando se requiere eluso de una fuerza mayor. Se pasa al siguiente escaln de intensidad al producirse la declaracin formal de guerraentre dos naciones y/o cuando se emplean masivamente fuerzas de intervencin militar convencionales. ste fueel caso de la intervencin militar estadounidense en Irak, al transformarse la operacin Escudo del Desierto enTormenta del Desierto. En El Salvador o Nicaragua, por ejemplo, no ha finalizado la guerra de baja intensidad

    pues ha quedado latente la posibilidad de la insurgencia. Es por ello que los estadounidenses prefieren hablar deLow Intensity Conflict, un concepto que no es eufemista, sino que les permite abordar los problemas de lainsurgencia en una dimensin ms amplia, y no slo militar. Esta definicin es paralela a la adopcin delconcepto iniciativa, que es ms amplio que el de ofensiva militar.

    Las tropas destinadas a la guerra de baja intensidad se agrupan en una triloga: las fuerzas paraoperaciones especiales, las fuerzas para asuntos civiles y las fuerzas para operaciones psicolgicas. Unafuerza especial dotada de doce efectivos, por ejemplo, constituye una unidad flexible que puede incluir

    personal de asuntos civiles o de operaciones psicolgicas y tiene alta capacidad de despliegue. "Lasfuerzas de operaciones especiales tienen experiencia para mantener un dispositivo no muy visible. Es

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    normal que las FOES entren a un pas, completen su misin de apoyo a la nacin anfitriona y luegosalgan sin que su presencia haya sido mencionada en los medios de prensa de ese pas. Segn Locher,estos soldados, marinos e integrantes de dotaciones areas se han desempeado activa, efectiva ysilenciosamente en el mundo por dcadas."[1]

    En general, un plan de contrainsurgencia tiene tres fases. "La primera estabiliza la situacin militar ypoltica. La segunda, que es la ms larga, emplea la presin sostenida y gradualmente intensificada en

    los mbitos militar, psicolgico y poltico, para impulsar a los insurrectos a las negociaciones. La tercerautiliza la ofensiva poltica, psicolgica y militar para llevar a efecto las negociaciones."[2]

    Por qu aparece la idea de la guerra de baja intensidad?

    En la dcada del setenta, la victoria heroica del pueblo de Vietnam sobre la intervencin masiva de las fuerzasmilitares de Estados Unidos fue seguida por el triunfo popular en diversos pases durante casi seis aos: Laos,Camboya, Mozambique, Angola, Etiopa, Yemen del Sur, Granada y Nicaragua.

    La reaccin de los dirigentes polticos, econmicos y militares de Estados Unidos se produjo en 1981, cuandolleg Reagan a la presidencia de ese pas. Se consider entonces que la preocupacin principal debera centrarseen lo que ocurra en el Tercer Mundo.

    En Asia, frica, Medio Oriente y Amrica Latina viven dos tercios de la poblacin mundial y all se encuentranrecursos naturales estratgicos. Durante 1983, el comercio de Estados Unidos con los pases del Tercer Mundollegaba a 175 000 millones de dlares, una cifra casi igual a su comercio con Europa y Japn, juntos.

    En esa poca deca Richard Nixon, expresidente estadounidense, que la mayor amenaza para los intereses deEstados Unidos no era ya la Unin Sovitica o China, sino el levantamiento en los pases pobres del TercerMundo. Y esto era as, segn Nixon, porque "el mayor acontecimiento geopoltico desde la segunda guerramundial es la prdida de la batalla ideolgica por los comunistas", en Europa del Este. Adems, en ese momentoera evidente que una guerra nuclear resultaba inconveniente para cualquier potencia.

    Desde la segunda guerra mundial hasta finales de los aos setenta, en el Tercer Mundo se produjeron cientoveinte guerras, con un saldo de ms de 10 millones de muertos. Nixon observaba que nunca en la historia habaexistido un conflicto de tan grandes proporciones y tan extenso como la guerra del Tercer Mundo.[3]

    Ms recientemente se ha calculado que, slo en el ao de 1988, hubo 111 conflictos tnicos armados, de loscuales 36 fueron guerras en que se exiga autonoma o secesin. Cada diez aos, desde el fin de la segunda guerramundial, han muerto entre 1.6 y 3.9 millones de civiles no armados en las guerras del Tercer Mundo.[4]

    Nixon y muchos generales estadounidenses consideraron, desde el principio de la dcada de los 80, que la guerraen los pases ms pobres del mundo era el desafo mayor, y que Estados Unidos y sus aliados no podran vencer siempleaban las formas tradicionales de hacer la guerra. Consideraron que la superioridad de las fuerzasconvencionales nada puede conseguir en contra de fuerzas no convencionales. Desde entonces, ellos se

    propusieron hacer un cambio global en su estrategia militar contrarrevolucionaria bajo el lema "No msVietnams".

    El primer paso de los estrategas estadounidenses despus de Vietnam fue evaluar los errores cometidos en laconduccin poltica y diplomtica de la guerra, en la coordinacin de las instancias que tomaron las decisiones,en el aprovechamiento de la informacin de inteligencia y en el tratamiento de los medios de comunicacin.

    El segundo fue hacer todo lo posible para recuperar la iniciativa e impedir a toda costa nuevas victorias de lospueblos oprimidos en el Tercer Mundo. En esta lnea, lo fundamental no era decidirse por la intervencin o nointervencin, sino intervenir victoriosamente. Y una de las condiciones para lograrlo consista en estudiar qu tipode conflicto tenan enfrente. Una forma de distinguir los conflictos es observar si se trata de guerras regulares oirregulares. Pero luego de la derrota estadounidense en Vietnam se concluy que, adems de la forma, eranecesario calcular la intensidad.

    En la perspectiva militar desarrollada en Estados Unidos, a determinada intensidadde la guerra corresponde unaaplicacin de la fuerza de intervencin. Esta observacin permiti que los militares estadounidenses precisaranque siendo las guerras de baja intensidad las ms frecuentes en el Tercer Mundo, Estados Unidos debera de

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    contar con fuerzas entrenadas, armadas, organizadas y dirigidas especialmente para esos conflictos, contra esosadversarios, en ese terreno y ante el tipo de caractersticas particulares que presenta la guerra en el Tercer Mundo.sta es una conclusin que, aunque aparentemente obvia, se debi a la evaluacin de la derrota estadounidense enVietnam.

    Desde la dcada de los ochenta, bajo esa perspectiva estratgica (la derrota ideolgica de los pases socialistas y

    la importancia de los conflictos en el Tercer Mundo), Estados Unidos ha realizado una gran transformacin desus fuerzas militares. Ha modificado sus leyes, su doctrina militar, la estructura y jerarqua de sus fuerzasarmadas, las relaciones con los medios de comunicacin, los procedimientos para operaciones especiales y latecnologa militar buscando mejorar cuatro aspectos bsicos: Comando, Control, Comunicaciones e Inteligencia,lo que abrevian como C3 I.

    Principales aspectos de la doctrina militar contrarrevolucionaria

    Establecer con toda claridad un objetivo de la guerra, decisivo y alcanzable. Si el objetivo es limitado,tambin la naturaleza de la guerra es limitada. La doctrina militar estadounidense confiere especialimportancia a las guerras limitadas, considerando que el mundo ha presenciado ya la ltima guerraconvencional entre grandes potencias (la segunda guerra mundial) y que a largo plazo la hegemona se

    decidir en guerras no-convencionales y limitadas. En todos los casos, indican los generales estadounidenses, se persiguen objetivos globales, es decir

    polticos, econmicos y psicolgicos, adems de militares. La doctrina militar yanqui resalta laimportancia de atacar las lneas logsticas de los rebeldes. "El mejor modo de poner freno y, con eltiempo, detener la locomotora que impulsa la ofensiva revolucionaria en la guerra del Tercer Mundo es

    privarla de combustible", dijo Nixon. Aplicar decididamente el principio de ofensiva, mediante iniciativas que obliguen al enemigo a

    reaccionar, ms que a actuar segn sus propios planes. El requisito es apoderarse de la iniciativa,retenerla y explotarla. La naturaleza ofensiva de la nueva doctrina supone desechar el gradualismo yaque, segn un militar estadounidense de alto rango, la experiencia en Vietnam "represent un esfuerzodesafortunado por combinar el arte militar y la diplomacia".

    Concentrar elpoder de combate en el lugar y el momento decisivos a fin de obtener tambin resultadosdecisivos; sobre todo all donde los intereses vitales de Estados Unidos son amenazados: Europa, Japn,

    el Golfo Prsico y "nuestros ms prximos vecinos del sur". All debern correrse los riesgos necesarios,sin ninguna duda, aun si no es clara la posibilidad de victoria, seal Nixon.

    Aplicar el principio de economa de fuerzas de acuerdo a la naturaleza y la intensidad de la guerra.Mejorar la capacidad de maniobra, la unidad de mando, el aprovechamiento de la sorpresa, y elaborar

    planes claros y sencillos.

    En general, estas rectificaciones de doctrina -sobre todo la prioridad otorgada a los objetivos y las guerras decarcter limitado, de la economa de la fuerza y la redefinicin de la ofensiva en trminos de iniciativa- son slorevaloraciones de ciertos principios que tienen el propsito de reducir el nmero de las bajas militares, es decir,

    principios de una doctrina militar de naturaleza defensiva. La raz de esa valoracin est en la gran cantidad desoldados estadounidenses heridos, muertos, prisioneros o desaparecidos en Vietnam. Ellos fueron la causa central

    por la que muchos ciudadanos retiraron su apoyo a la guerra y creci un fuerte movimiento por la paz en Estados

    Unidos. ste fue uno de los elementos polticos ms importantes de la derrota en Vietnam que los militaresestadounidenses tomaron en cuenta para la elaboracin de la nueva estrategia.

    Dos guerras de baja intensidad cercanas

    El general James J. Lindsay, comandante en jefe del Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos,reconoci en febrero de 1990 que, desde abril de 1987, las fuerzas bajo su mando haban efectuado 500desplazamientos operativos, en 59 pases.

    a.Invasin de Granada (1983)

    La apreciacinglobalde los conflictos, en trminos de la guerra del Tercer Mundo, tiene como eje la proyeccin

    del poder y el prestigio de Estados Unidos.

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    La maana del domingo 23 de octubre de 1983, la prensa mundial difundi uno de los golpes ms espectacularesen contra de Estados Unidos durante toda esa dcada: la destruccin del cuartel general de los marines en Beirut,llevada a cabo mediante un coche bomba conducido por una sola persona. En esa ocasin murieron 241 marines.

    Aproximadamente a las siete de la noche del mismo da, el presidente Reagan orden la invasin de la pequeaisla de Granada, en el mar de las Antillas. Esta operacin recibi el nombre codificado de "FURIA URGENTE".

    Granada es un pas que sufri durante cinco siglos el colonialismo de espaoles, franceses e ingleses. Logr suindependencia nacional hasta el 7 de febrero de 1974. Tiene un territorio de 344 km2 y una poblacin total de 110000 habitantes, es decir, es una repblica, con representacin en las Naciones Unidas, tan pequea como elmunicipio de San Cristbal de las Casas.

    Luego de su independencia, el 13 de marzo de 1979, se instaur un gobierno popular en Granada, encabezado porel Movimiento de laNueva Joya. Hasta 1983 el pas haba sido clasificado en la categora de "duro desafiante"contra la poltica estadounidense por los servicios de inteligencia de Estados Unidos. Pero este pas no le atribuaningn peligro real, como lo demuestra el hecho de que antes de la invasin no haba colocado en Granada aningn agente de la CIA.

    Durante casi dos semanas los preparativos militares de la invasin se mantuvieron en secreto, sin conocimientodel congreso estadounidense y de los medios de comunicacin. La invasin se produjo el 25 de octubre, con laintervencin de 1 200 marines y 700 rangers. Para encubrir la agresin estadounidense, participaron tambin 300soldados y policas de algunos pases cercanos: Barbados, Jamaica, Antigua, San Vicente, Santa Luca yDominica. Estados Unidos envi tropas adicionales: batallones especiales de Fort Bragg y grupos de la Fuerza

    Delta fueron enviados al asalto de la prisin de Richmond.

    El pretexto que esgrimi el gobierno de Reagan para la invasin fue el rescate de 400 estudiantes estadounidensesque se encontraban entonces en Granada. Pero las fuerzas especiales de intervencin en realidad no tenan eseobjetivo. Slo pudieron localizarlos despus de tres das, en el occidente de la diminuta isla.

    Los analistas que han evaluado las intervenciones militares ms recientes de Estados Unidos coinciden en sealarque las principales fallas de esa operacin estn relacionadas con la tendencia generalizada a menospreciar lainformacin que proviene directamente de los agentes, la llamadaHuman Intelligence (HUMINT).

    Por esa deficiencia, los generales del Pentgono quedaron sorprendidos cuando sus tropas ms especializadasencontraron una tenaz resistencia en Granada y fueron contenidas por tres das, a pesar de la enorme superioridadde su tecnologa militar. En la resistencia a la invasin participaron destacadamente 600 trabajadores de laconstruccin que el gobierno revolucionario de Cuba haba enviado con anterioridad a Granada. Los mediosaltamente tecnificados de fotografa (PHOTINT), comunicaciones (COMINT), seales (SIGINT) y electrnica(ELINT), para la obtencin de informacin militar, simplemente no permiten evaluar un factor decisivo de laguerra: la moral de combate.

    b.Invasin de Panam (1989)

    La invasin de Panam es una de las intervenciones de las fuerzas de operaciones especiales yanquis que haalcanzado el mximo nivel en laguerra de baja intensidad.

    La navidad de 1989 Estados Unidos desplaz -aparentemente para aprehender a un solo hombre: el presidente dePanam- 7 000 tropas aerotransportadas desde bases en los estados de Washington, California y Luisiana, ascomo desde Fort Benning, Fort Stewart y Fort Bragg. Esas tropas actuaron conjuntamente con las que ya seencontraban establecidas en la zona del Canal de Panam, sumando un total de 20 000 efectivos de guerra.

    De esa fuerza, 4 100 eran personal de operaciones especiales apoyado por 71 operativos areos. Sin embargo,estas tropas slo pudieron actuar como soporte de las fuerzas convencionales de la invasin, realizando labores dereconocimiento y seguridad en ciertos objetivos clave. Equipos de la Fuerza Delta rescataron de prisin a algunosgringos acusados de espionaje en los tribunales panameos.

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    Los militares estadounidenses aseguran que en esa ocasin la coordinacin entre las fuerzas de operacionesespeciales y las fuerzas convencionales fue excelente. Combatieron en contra de 3 500 hombres de las Fuerzas deDefensa de la Repblica de Panam y aproximadamente 1 200 milicianos civiles.

    Analistas estadounidenses han calculado que 2 000 panameos, civiles en su mayora, perdieron la vida duranteesta invasin a la que el gobierno de George Bush le dio el nombre de "CAUSA JUSTA". Las bajas

    estadounidenses, entre muertos y heridos, se calculan en 250.

    La rapidez de la intervencin militar, la sorpresa, los cargos de narcotrfico en contra del presidente panameo,general Antonio Noriega, la enorme publicidad, en la que incluso se presentaron grandes cantidades de harinacomo cargamentos de cocana, tuvieron un resultado inmediato en la opinin pblica estadounidense y mundial.Una encuesta realizada porNewsweekel 1 de enero de 1990, revel que en un 80 por ciento los ciudadanosestadounidenses estuvieron de acuerdo con la invasin. Adems, expresaron su rechazo a devolver a Panam lasoberana del canal interocenico en el ao 2000, segn lo estipulado por el Tratado Torrijos-Carter.

    Oficialmente, la invasin tuvo los siguientes objetivos: arrestar a Noriega, destruir la capacidad de las Fuerzas deDefensa de Panam y dar proteccin a los ciudadanos estadounidenses, as como al canal.

    La propaganda militarista de Estados Unidos difundi la idea de que sus fuerzas actuaron correctamente y quehasta limpiaron su imagen, deteriorada por los crmenes cometidos en Vietnam. Pero, en menos de una semana deintervencin, 90 soldados estadounidenses fueron enviados a los tribunales acusados de asesinato de civiles,asalto a otros soldados estadounidenses, alto consumo de alcohol, ratera, prdida del arma, conspiracin paracontrabando, negligencia, robo de equipo, ausencia injustificada, amenazas de desobediencia e injurias.[5]

    Otros analistas estadounidenses han criticado algunos aspectos de la invasin. Reconocen que Noriega pudoevadir durante varios das a los agentes de inteligencia y de las fuerzas especiales que procuraban su captura.

    Noriega apareci repentinamente en la embajada de El Vaticano, en la ciudad de Panam, y desde all negoci suentrega.

    Las autocrticas yanquis tambin reconocen que la informacin acerca de unidades militares panameas yobjetivos clave fueron deficientes, lo que contribuy a que las fuerzas de operaciones especiales de la marinaestadounidense tuvieran considerables bajas durante la ocupacin del aeropuerto de Punta Paitilla.

    El mayor general Hugh L. Cox, uno de los altos jefes de operaciones especiales de Estados Unidos, reconocidespus: "De nuevo, como en la operacin de Granada, la inteligencia humana (HUMINT), factor que puedecontribuir al xito de las misiones, no fue lo que debera y podra haber sido, y necesitamos hacer un mejortrabajo para el futuro, en esta rea particular". [6] Estas fallas ocurrieron a pesar de que Estados Unidos ha tenidouna presencia militar permanente en Panam desde hace casi un siglo. Es la base del Comando Sur del ejrcitoyanqui.

    Cambios organizativos

    Las fuerzas armadas de Estados Unidos copiaron los mtodos britnicos de entrenamiento y el uso de comandos

    en el ao de 1942. Luego, uno de los cambios ms importantes en la estructura de esas fuerzas ocurri despus dela guerra de Corea (1950-1953), cuando se produjo la especializacin de algunas unidades en contraguerrilla .

    Ms tarde, la creciente fuerza de la guerra de guerrillas en Vietnam hizo que el presidente John F. Kennedyprivilegiara a las fuerzas especiales del ejrcito. Procur el desarrollo de la doctrina de contrainsurgencia, ascomo la creacin de unidades especiales dentro de cada arma. Hacia 1964 surgieron los "Boinas Verdes",unidades militares de Estados Unidos para operaciones de comando, ms que de contrainsurgencia. Cuandotermin la guerra de Vietnam esa fuerza se redujo, a pesar de las protestas de los mandos militares.

    En 1979, tras el fracaso de la operacinDesierto Uno -en que fuerzas especiales trataron de rescatar a los rehenesestadounidenses en Irn-, los estrategas estadounidenses iniciaron una nueva evaluacin de las fuerzas deoperaciones especiales y concluyeron la necesidad de crear un Comando Unificado, con sede en Fort Bragg.

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    En esa operacin de rescate, se presentaron serios problemas dentro de las fuerzas de intervencin. Losintegrantes del grupo, compuesto por miembros de diferentes cuerpos, al momento de la accin no saban quinestaba a cargo. Los grupos de laFuerza Delta desconfiaron de los pilotos de los helicpteros de la Marina y stosde los aviadores de la Fuerza Area. Los equipos de radio de cada uno de ellos no posibilitaban la comunicacinentre s. La Fuerza Area nunca entreg informacin decisiva a la Marina. Adems, participaron miembros de lasfuerzas especiales del ejrcito, rangers, agentes de la CIA y otros cuerpos clandestinos, lo que aument la

    complejidad y los problemas de coordinacin.

    El grupo operativo se form con hombres bien armados y entrenados, pero que nunca haban actuado juntos;adems, las reglas y procedimientos operativos eran diferentes. A pesar de que ese contingente tuvo varios mesesde entrenamiento, nunca se convirti en un verdadero equipo. Y cuando el desastre se produjo, el comandante delaFuerza Delta se encontr de pronto suplicando al piloto de un C-130 que no emprendiera la huida antes de quetodas las tropas en repliegue se encontraran a bordo.

    Quienes evaluaron ese fracaso, concluyeron que una fuerza de combate realmente funciona como equipo slocuando cada miembro conoce la fortaleza y las debilidades de los otros, cuando entiende sus maneras de pensar,reacciona como ellos en circunstancias similares y tiene plena confianza en los dems.

    Los problemas de coordinacin no fueron los nicos que surgieron en Irn. Los estadounidenses no tenaninformadores en Tehern. Poco despus de la captura de los rehenes, cuando el coronel Beckwith pregunt acercade los agentes encubiertos en esa ciudad, supo que no haba ninguno. Recin entonces, Estados Unidos tuvo queinfiltrar agentes de la CIA y del ejrcito para recabar informacin acerca de la ubicacin de los rehenes, tamao,composicin, armamento y rutinas de la guardia en la embajada tomada por comandos islmicos.

    A partir de ese fiasco, bajo el gobierno de Reagan, se inici una reestructuracin en las fuerzas de intervencinyanqui, cuyos aspectos principales son:

    Unificacin de mando: en 1984, se forma la Junta de Jefes de Estado Mayor, que controla la FuerzaDelta, el equipo 6 Sealde la Armada y partes de los grupos 16 y 23 de la Fuerza Area.

    En 1987, se unifican por primera vez todas las bases continentales de fuerzas especiales, bajo un mandonico, el Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos (USSOCOM), con sede en la Base dela Fuerza Area de MacDill, Florida. Controla 46 000 efectivos de las fuerzas de operaciones especiales.

    Mientras el resto de las fuerzas militares se reducen a partir del fin de la Guerra Fra, las fuerzas deoperaciones especiales aumentan de manera sostenida. De este modo, los comandos de operacionesespeciales y de guerra de baja intensidad ocupan actualmente una jerarqua semejante a la del ejrcito, lamarina y la fuerza area dentro de la estructura del ministerio de la guerra estadounidense.

    Para trabajo poltico en el Congreso y la Casa Blanca se crearon el Grupo Asesor en Poltica deOperaciones Especiales y la Oficina de Asistentes del Secretario de la Defensa para OperacionesEspeciales, encargados de la formulacin de polticas, supervisin de presupuestos y relaciones con otrasinstancias del gobierno estadounidense.

    Armamento y equipo: los nuevos comandos unificados estn dotados de la tecnologa ms avanzada.Debido a ello, su presupuesto pas de 500 millones de dolares en 1981 a 3 500 millones de dlares en1990.

    Entrenamiento: los principales lugares de entrenamiento se establecieron en el Centro para la GuerraEspecial "John F. Kennedy", en Fort Bragg; el Centro para la Guerra Especial Naval en Coronado, y laEscuela para Operaciones Especiales de la Fuerza Area en Campo Hurlburt. Algunos analistas militaresconsideran que el castellano va a convertirse en la segunda lengua de las fuerzas de operacionesespeciales, debido a los conflictos que anticipan en Amrica Latina.

    Modificaciones legales: en 1986, el Congreso emite una enmienda para el uso de las fuerzas deoperaciones especiales. Establece normas para realizar las acciones directas, reconocimiento estratgico,guerra no convencional, defensa "interna" en el extranjero, asuntos civiles, operaciones psicolgicas,

    asistencia humanitaria, bsqueda, rescate y antiterrorismo. Inteligencia: a mediados de los ochenta la CIA report una cobertura mundial y destac el incremento

    del nmero de agentes en los pases del Tercer Mundo. Los servicios de inteligencia del ejrcito, a su

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    vez, aumentaron su capacidad de inteligencia humana (HUMINT) y crearon una Agencia de Respaldopara Inteligencia (ISA); sta opera como una rama de la Agencia de Inteligencia de Defensa, pero elPentgono no reconoce an su existencia.

    Cambio de procedimientos: Debido a una evaluacin crtica de experiencias frustradas -como la invasinde Cuba en Baha de Cochinos- y a que ni la Casa Blanca ni la Junta de Jefes de Estado Mayor puedenrevisar detalladamente los planes operativos, el gobierno estadounidense modific los procedimientos

    para la conduccin de las intervenciones. Cuando los planificadores tienen un plan y las fuerzas capacesde ejecutarlo, un equipo independiente con experiencia en operaciones especiales de USSOCOM seencarga de revisarlo y verifica los entrenamientos sobre el campo. Elabora un reporte para la CasaBlanca y la Junta de Jefes de Estado Mayor. Una vez que la operacin se encuentra en marcha, laintervencin del presidente se reduce al mnimo.

    Desde la unificacin del mando de las fuerzas de operaciones especiales, stas intervinieron en dos importantesconflictos, la invasin de Panam y la Guerra del Golfo Prsico. En esta ltima, las unidades de operacionesespeciales se encargaron de inutilizar las bases de lanzamiento de misiles Scud; iniciaron la guerra area,destruyeron estaciones irakes de radar y abrieron un corredor para los jets que bombardearon Bagdad; realizaronmaniobras de diversin simulando un desembarco anfibio en la costa de Kwait y rescataron a los pilotosestadounidenses derribados por la artillera antiarea.

    Algunos analistas consideran que uno de los ms grandes problemas de la coordinacin militar para la guerra debaja intensidad es la desconfianza de muchos mandos de fuerzas convencionales hacia las fuerzas de operacionesespeciales. stos consideran que "las fuerzas especiales siempre han sido los bastardos del ejrcito", critican la"mentalidad deRambos, de lentes oscuros y relojes Rolex", los privilegios y el estilo de vida. Algunos generaleshan expresado que la creacin del USSOCOM constituye una escisin dentro de los militares, no su unificacin.La mayor desconfianza hacia las fuerzas de operaciones especiales deriva de su naturaleza elitista.

    Ms all de esas crticas, el descontento militar se ha expresado en acciones de boicot. En 1985 un ejercicio delprimer grupo de operaciones especiales de la Fuerza Area tuvo que suspenderse por problemas mecnicos enaviones, helicpteros y transportes especiales. Otra manifestacin del descontento ocurre en el retraso intencionalen la renovacin de la flota area, en maniobras para reducir el presupuesto de operaciones especiales y laresistencia a transferir al personal ms calificado a esa nueva rea.[7]

    Guerra psicolgica

    La guerra psicolgica es un aspecto de la guerra de baja intensidad. Philip S. Yang, un oficial estadounidense dela fuerza area, especialista en acciones contrarrevolucionarias escribi: "El proceso de las operaciones

    psicolgicas requiere abarcar la totalidad de un estado mental ms que algunos pensamientos en trminos de unaaccin o reaccin especfica. El ltimo objetivo de las operaciones psicolgicas (PSYOP) es asistir a la aplicacinde poder de una nacin sobre otra para influir en las mentes de la gente y acrecentar el logro de las metas. Hoy, lamayor necesidad de operaciones psicolgicas efectivas est en el rea de las guerras de baja intensidad, un reaen la que probablemente Estados Unidos tendr gran involucramiento en lo que resta de este siglo".[8]

    Desde el punto de vista de los militares estadounidenses, la tortura o la explotacin de la mente humana con

    objetivos militares son campos que requieren especial atencin y se preocupan de ciertos avances de Rusia encuestiones de parapsicologa. Consideran que las "armas mentales" sern de invaluable ayuda en los conflictos debaja intensidad, sobre todo cuando pequeos grupos de militantes se encuentren en estrecha relacin ydesconozcan la psicologa de los dems. Las "armas mentales" permitirn al comandante de una guerra de bajaintensidad trabajar el aspecto psicolgico, para infiltrar a los grupos rebeldes.

    En este campo, un nuevo trmino en operaciones militares y especialmente en la esfera de las guerras de bajaintensidad es el de la "defensa paranoica". Un coronel estadounidense seala que un poco de paranoia nunca esmalo para cualquier soldado. Producen estudios especializados acerca de la paranoia como arma en la guerra noconvencional. Los expertos entienden esa paranoia como un poco de miedo al ataque por sorpresa, uno de losmtodos principales de las guerrillas. Han analizado este aspecto, por ejemplo, en el caso de la destruccin delcuartel general de los marines en Beirut, que atribuyen a la falta de paranoia. Consideran que el tipo de paranoiaque se necesitaba en Beirut era una completa desconfianza de cada uno de los marines. La paranoia ha tomado un

    lugar en la doctrina de la guerra de baja intensidad. En este aspecto, consideran que se deben potenciar los

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    hbitos del individualismo estadounidense: "mirar sobre el hombro, para checar a la persona sonriente, justodespus que ha pasado".

    Tambin consideran que debido a que se vive en una poca nuclear, hay efectos psicolgicos de miedo. Laamenaza es la madre de todas las coaliciones y, cuando no se percibe, la opinin pblica reduceconsiderablemente la atencin necesaria para la defensa. Al finalizar la Guerra Fra -dicen militares y polticos de

    Estados Unidos- la amenaza principal est en el Tercer Mundo. Los productos de mayor consumo se refieren aeste tema en el cine, la televisin y los libros. En el futuro, consideran, las amenazas terroristas sern ms grandesdentro del territorio estadounidense. La preocupacin central en "la defensa paranoica" est en tratar deconvencer a los ciudadanos de que lasociedadabierta no puede proteger a las personas y a sus propiedades.

    En el frente de batalla, la guerra psicolgica consiste centralmente en tratar de convencer a la tropa rebelde deque ha perdido la guerra y que es mejor rendirse que morir. Una meta de esa guerra es convencer a la poblacinenemiga de que est insegura. En la guerra de Corea los militares estadounidenses comprendieron las

    potencialidades de la guerra psicolgica atacando con las tcnicas de "lavado de cerebro", conduciendo accionesde sabotaje en contra de hospitales y escuelas, golpeando al adversario en su moral y asesinando a lderes

    polticos y militares claves.

    Sin embargo, algunos militares yanquis se quejan de que esas lecciones fueron olvidadas rpidamente y que lasfuerzas estadounidenses tuvieron que volver a aprenderlas en los conflictos de baja intensidad, especialmente enVietnam y Amrica Latina.

    En Vietnam los batallones de guerra psicolgica estuvieron bajo el control del comandante de cada regin. Sedice que en Vietnam intervinieron 10 de esos batallones. Los objetivos de esas agrupaciones, expuestos en el

    Manual de Campo 33-5 (octubre de 1966) del ejrcito de Estados Unidos, eran: (1) alentar la desercin de lossoldados enemigos y de sus apoyos civiles; (2) controlar la informacin civil acerca de la guerra, y (3) promoveral gobierno de Vietnam del Sur como el nico y verdadero futuro para la unidad nacional.

    Emplearon una estacin de radio de 50 000 watts de potencia y rotativas rpidas de tres cabezas para llevar acabo esa propaganda. A nivel de los batallones los principales esfuerzos de guerra psicolgica se hicieron enoperaciones nocturnas con altoparlantes, equipos audiovisuales y distribucin de propaganda.

    Por ejemplo, el reporte mensual de operaciones (diciembre de 1969) del Cuarto Grupo de Guerra Psicolgicadestac: la impresin de ms de 170 millones de volantes y la campaa Alto precio del arroz. sta tuvo porobjetivo hacer que los campesinos dejaran de proporcionar arroz a las fuerzas revolucionarias. Adems, "cuandoel enemigo iba a buscar arroz, se colocaban emboscadas para esperarlo. El Sptimo Batalln de GuerraPsicolgica report que las tropas aliadas hicieron 393 contactos con el enemigo, en los que hubo 414 muertos y70 detenidos, as como la captura de 20 924 libras (9 toneladas) de arroz".[9]

    Las operaciones sucias de la guerra psicolgica estuvieron a cargo de otras unidades, generalmente bajo laresponsabilidad de la CIA. Ms recientemente los estadounidenses han enfatizado que la guerra psicolgica es unmtodo para cambiar patrones de conducta y de pensamiento. No precisamente la impresin de volantes y el usode altoparlantes nocturnos.

    La importancia de las operaciones psicolgicas y el sentido que tienen dentro de la doctrina de contrainsurgencia,pueden apreciarse en los siguientes prrafos de Claude Strurgill:[10] "En los casos de insurgencia comunista enAmrica Latina, las actividades psicolgicas pueden reforzar nuestro apoyo a gobiernos locales, creando unaatmsfera de inseguridad que muestre los grandes riesgos y el alto costo de las operaciones insurgentes. Como hasido escrito en laRevue dInformation Militaire: 'Por definicin, las operaciones psicolgicas juegan un rol claveen el incremento de la moralde nuestros aliados y en la destruccin de la moral del enemigo y sus fuerzas deapoyo' (U.S., Defense Logistics Agency, 1983)".

    Agrega que las guerras de baja intensidad reclaman tomar todas las ventajas psicolgicas posibles y que no debeperderse de vista

    la importancia de entender la mentalidad latinoamericana. Ella es un acoplamiento de fatalismo y preocupacinpor el herosmo y la muerte. El pensamiento latinoamericano no es positivo, con una profunda creencia en la

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    bondad humana. Ellos son todo lo contrario! Nosotros debemos aprender a entender esa filosofa, tan diferente ala de Estados Unidos.

    Tal vez en el ao 2000, observaremos a esos revolucionarios comunistas como miramos a nuestros indios hace unsiglo. No hay duda que el dicho de una cultura amplia, aqu en Estados Unidos, puede bien ser: El nico bueninsurrecto, es el insurrecto muerto.[11]

    Medios de comunicacin

    Los tericos estadounidenses de la guerra de baja intensidad detectan un problema bsico: la contradiccin entreel derecho ciudadano a la informacin y las necesidades de seguridad de los Estados Unidos. Lo reducen,tratando de resolver una pregunta: cul es la relacin apropiada entre los militares y la prensa durante losconflictos de baja intensidad?

    En primer trmino consideran que el poder de los medios de comunicacin puede ser mayor en la guerra que entiempos de paz. Existen dos formas bsicas en las que los medios de comunicacin pueden tener influenciadirecta en la guerra: (a) publicando informacin til para el enemigo (agrupamientos, cantidades, movimientos) y(b) criticando la conduccin de las campaas, lo que puede hacer perder el apoyo moral de la poblacin hacia el

    ejrcito.

    En los medios militares est bastante difundida la idea de que muchas de las responsabilidades de la derrota deVietnam descansan sobre los hombros de los reporteros, especialmente de la televisin. Los otros grandesresponsables de la derrota, dicen los halcones, son "nuestros lderes nacionales que no permitieron a nuestroschicos ganar la guerra". La "intromisin irracional" de la prensa en situaciones de conflicto se debe a que elinvolucramiento gradual o clandestino de Estados Unidos en una guerra de baja intensidad es la forma mscomn del inicio de la intervencin.

    En la actualidad, la experiencia que ms valoran acerca de una adecuada relacin entre los militares y la prensa esla operacin Escudo del desierto, en el Golfo Prsico. Los noticieros dieron una enorme cobertura del conflicto,

    pero a la vez, los militares restringieron enormemente el ingreso de reporteros a las zonas de combate yestablecieron reglas, que los comunicadores en general aceptaron, especialmente para unificar las versiones de loocurrido. Esto posibilit que el ejrcito no tuviera que recurrir a la odiosa designacin de un agente de censura encada oficina de noticias. Las agencias aplicaron la autocensura, que ha resultado ms eficiente.

    La siguiente informacin no poda ser publicada, por decisin militar y aceptacin de los jefes de noticias:informacin especfica, como nmero de hombres y tipo de armas, cantidad de municiones; el tamao de lasunidades slo deba ser mencionado como compaas, multibatallones, etctera; el uso de palabras "grande","pequeo" y "muchos", por parte de los reporteros, fue muy aceptable para los militares; informacin especficasobre los planes, incluso aquellos que fueron cancelados; nada acerca de las posiciones exactas de nadie, enningn lugar; los datos podan referirse a "grupo de batalla naval", "Golfo Prsico" y as por el estilo. En general,no se difundi ninguna informacin que pudiera causar dao o impedir la accin de las fuerzas estadounidensesque operaron en la regin.

    Impacto de la alta tecnologa

    El balance que han hecho algunos analistas del impacto de la alta tecnologa en la guerra de baja intensidad sebasa en el anlisis de conflictos como la invasin de Israel a Lbano, la guerra Irn-Irak y la invasin rusa deAfganistn. ste indica:

    Las fuerzas guerrilleras no siguen patrones de accin, ni realizan movimientos que puedan sercaracterizados por los modernos sensores y sistemas de inteligencia. Adems aprovechan coberturasnaturales o reas edificadas para evitar la deteccin de los sistemas de reconocimiento tctico.

    Las fuerzas populares o revolucionarias del Tercer Mundo frecuentemente carecen de sistemas logsticosformales y enfatizan la organizacin de pequeas unidades y los movimientos nocturnos.

    El alto grado de politizacin de esas fuerzas y el alto impacto de las personalidades, de los factores

    tnicos, religiosos, etctera, sobre sus acciones militares y toma de decisiones hace que sea msimportante el factor humano, por encima de nmero de tropas, desplazamiento, tecnologa y orden debatalla. El mando muchas veces se encuentra altamente personalizado en el nivel ms alto de liderazgo y

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    raramente implica comunicaciones extensivas. Estas tendencias inhabilitan la caracterizacin y laprediccin de la emergencia de nuevos grupos polticos, tnicos, religiosos y revolucionarios.

    La tecnologa de reconocimiento e inteligencia no puede aplicarse con efectividad a fuerzas de tcticas ypatrones de conducta militar desconocidos. A menos que un buen trabajo de inteligencia humana(HUMINT) preceda el inicio de la guerra, los indicadores de inteligencia normales tendrn poco valor.

    La utilidad de la transferencia tecnolgica para desarrollar el poder militar de gobiernos aliados de

    Estados Unidos slo puede ser evaluado en la guerra misma.

    En el campo de la inteligencia electrnica (ELINT), los principales problemas que observan los estadounidensesson: slo pocos estados manifiestan disciplina y conciencia de la importancia de la guerra electrnica; uno deellos es Siria. En general, se inclinan slo por los aspectos de la deteccin y la vulnerabilidad y los mandosestadounidenses carecen de estimaciones sobre si una fuerza aliada tiene capacidad de emplear el equipoelectrnico que se le entrega.

    La inteligencia de fotografa (PHOTINT) es capaz de detectar grandes formaciones de tropas, pero es muchomenos efectiva en los conflictos contra fuerzas irregulares, movimientos nocturnos de infantera o aquellos que,teniendo grandes agrupaciones, se desarrollan en las montaas y zonas urbanas.

    La recopilacin de informacin por Satlite, en 1989, tena una cobertura limitada, poca resolucin en objetivosde fuerzas irregulares, adems de que est limitada por el estado del tiempo y usualmente lleva demasiado tiemposu procesamiento e interpretacin. El clima y la noche constituyen algunos de los aspectos ms desfavorables

    para el reconocimiento contrainsurgente. Adems esas teconologas de reconocimiento militar no pueden realizaruna observacin prolongada, lo que impide el anlisis de procesos largos. El desarrollo de nuevos materiales ytecnologas es uno de los aspectos centrales en la guerra de baja intensidad contra los pases pobres. Se cree quelas dificultades del reconocimiento tctico podrn ser superadas mediante el perfeccionamiento de sistemaselectro-pticos. Las guerras modernas muestran que las fallas de inteligencia ocurrieron principalmente por

    problemas en la obtencin de informacin HUMINT, la interpretacin de HUMINT y la conduccin poltica delconflicto.

    Estrategia tecnolgica

    Los tericos de la guerra de baja intensidad estn considerando seriamente que la hegemona mudial de EstadosUnidos necesita de la transferencia de tecnologa avanzada a las fuerzas locales aliadas. stas deben usar la nuevatecnologa para realizar reconocimientos que informen de la situacin y permitan evaluar los patrones decomportamiento en amenazas potenciales o actuales. Las fuerzas locales pueden brindar ayuda a los EstadosUnidos proporcionando tambin agentes de inteligencia para cubrir vacos en HUMINT y para resolver

    problemas lingsticos, muy frecuentes en el mbito de la inteligencia militar contrainsurgente. Ejemplos en queese papel de las fuerzas locales aliadas de Estados Unidos ha sido muy exitoso son Egipto, Israel, Jordania,Arabia Saudita, Pakistn, Corea del Sur y Honduras.

    En la actualidad, el Pentgono esta buscando llevar a cabo una "fusin" con estados aliados claves, en zonasestratgicas del Tercer Mundo. El soporte material de tal "fusin" es la transferencia de la tecnolga militar.

    La entrega de aviones de reconocimiento E-3A AWACS a Arabia Saudita es un ejemplo de esa transferencia ytambin se ha fortalecido la capacidad tecnolgica de Israel y Egipto. El desarrollo de potencias militaresintermedias, dicen los estrategas yanquis, permitir contener las amenazas en el Tercer Mundo, sin la necesidadde una intervencin militar masiva de los Estados Unidos o de otras grandes potencias.

    Francia e Inglaterra han realizado ventas de tecnologas militares avanzadas a Kwait y Emiratos rabes Unidos.

    Los problemas centrales de la relacin de Washington con sus aliados nativos en el Tercer Mundo son: garantizarun "adecuado desarrollo" de esos estados; asegurar la efectiva cooperacin y seguridad regional, y facilitar susubordinacin al Comando Central de Estados Unidos. La transferencia de tecnologa implica el reforzamiento delas relaciones de subordinacin con las fuerzas nativas aliadas de Estados Unidos. La estructura ideal debera seraquella que facilite una rpida fusin entre las fuerzas locales y las fuerzas de "Occidente", a nivel de mando,control, comunicaciones e inteligencia (C3 I).

    La estrategia estadounidense con sus aliados en zonas estratgicas supone:

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    1. Crearcentros de fusin de los diferentes servicios y mandos, integrando la inteligencia a los sistemas de mandoy control.

    2. Adecuar los sistemas de comunicacin y control para enlazar a las unidades de combate, particularmente en laguerra de montaa y el combate urbano.

    3. Mejorar la integracin para seleccionar objetivos y efectuar la intervencin con la rapidez necesaria.

    Para la guerra en la montaa y el combate urbano los analistas ms pragmticos de Estados Unidos indican,insistentemente, que la tecnologa debe resolver una mayor visibilidad y elevacin del can de los tanques y enla artillera incrementar la capacidad letal y la puntera.

    Algunos autores sealan que en las guerras modernas -en que los tanques han sido empleados adecuadamente- latctica, el apoyo, la recuperacin y la reparacin fueron generalmente ms importantes que ciertas caractersticastcnicas, como el blindaje, la movilidad y el poder de fuego.

    Los helicpteros de combate claramente han aumentado su importancia, pero su efectividad en la guerra dependede varios factores: la tctica, la disponibilidad de tecnologa y municiones avanzadas y la disponibilidad en el

    lado opuesto de moderno armamento para la defensa area. Tanto en Afganistn como en las Malvinas, elhelicptero mostr gran capacidad para apoyar con poder de fuego, movilidad y versatilidad a las fuerzas queenfrentaban un oponente guerrillero. Pero tambin, los helicpteros ligeros demostraron que son extremadamentevulnerables ante tiradores y lanza misiles SAM.

    El examen de esas guerras modernas muestra, en cuanto a los sistemas logsticos, algunas lecciones que parecenreiterarse:

    En la guerra de Irn-Irak, la logstica y el apoyo actuaron como sustitutos de la masa. Irak usintensamente sus bases logsticas para compensar la superioridad de hombres por parte de Irn.

    Los clculos del consumo de municiones, armamento y reservas de guerra que se hacen antes delcombate generalmente son rebasados, incluyendo el material ms sofisticado, cuyo consumo se planifica

    con mayor detalle. Esta situacin de sobreconsumo ha obligado a intentar sustituir el consumo portcticas ms adecuadas, mejor comando, control, comunicaciones e inteligencia (C3 I), maniobras yempleo de otras armas, as como el incremento de la letalidad.

    Las fuerzas militares regulares padecen de una particularvulnerabilidadante los ataques sobre sus lneaslogsticas. Ninguna fuerza occidental puede suponer que el mar, el aire o la tierra y las facilidades deapoyo logstico sern seguras en la guerra del futuro, han sealado estrategas del Pentgono.

    La rapidezpara concentrar fuerzas militares es un principio bsico de la ciencia militar, y el estudio delas guerras modernas lo confirma. En la actualidad eso significa aumentar las capacidades de accinregional asegurndose aliados locales, que proporcionen bases de apoyo a las fuerzas estadounidensesde intervencin. Uno de los factores ms crticos en las guerras recientes fueron los transportes paramovilizar material de guerra decisivo, de manera directa y con la mnima demora. En todos los casos fueesencial cortar todas las trabas burocrticas o de organizacin en la guerra.

    Hay abundantes pruebas de que los sistemas demasiado complejos de direccin son menos efectivos y

    ms costosos. Las fallas de muchas municiones y sistemas de operacin en el desierto, las zonas pantanosas y la

    montaa reducen la letalidad y aumentan el consumo. Las implicaciones logsticas del terreno y el climarequieren una cuidadosa atencin.

    De esos anlisis de las guerras modernas, los analistas del Pentgono concluyen: que es de importancia vital que"Occidente" no desestime las capacidades de un potencial enemigo que tiene que confiar en sistemas logsticos"primitivos", ya que muchas veces las caractersticas de stos se encuentran asociadas a los sistemas msavanzados.

    El Comando Central de Estados Unidos ha llegado a la conclusin de que invariablemente tendr que combatir enalianza con fuerzas locales, en la guerra del Tercer Mundo. Esto supone ciertas bases tecnolgicas, en la guerra

    de baja intensidad:

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    Diseo de equipo militar cuyo rehabilitamiento, mnimo apoyo requerido, fcil reparacin y bajoconsumo tengan igual o hasta superior prioridad que otras caractersticas.

    Enfatizar el empleo de sistemas de alta tecnologa para cubrir las necesidades de las misiones crticas, yminimizar los requerimientos de armamento y equipo en trminos de cantidad y volumen.

    Desarrollo de los sistemas de comando, control, comunicaciones e inteligencia y la rapidez dedesplazamiento y apoyo tecnolgico, que reducirn las tensiones y demoras inherentes a la creacin o

    conversin de las nuevas bases operativas en el Tercer Mundo. Facilitar la transferencia de armas, lo que alentar a los aliados locales a crear bases que empleen equipo

    estadounidense o directamente compatible.

    Los problemas que observan el Pentgono y sus centros acadmicos para la implementacin de una nuevaestrategia tecnolgica en la guerra del Tercer Mundo se refieren principalmente a las caractersticas del terreno, elclima y las condiciones polticas. Consideran que el ms difcil de ellos es el factor poltico; la interaccin de los

    problemas polticos locales, las limitantes del terreno, el clima y otras condiciones locales es consideradaespecialmente.

    Pero adems, han establecido que la dominacin extranjera es un problema poltico extremadamente sensible paratodo el Tercer Mundo. Las intervenciones armadas sern un gran agravio, a menos que "los estados occidentales"

    combatan contando con la cooperacin directa de fuerzas locales y movimientos nacionales. La contrainsurgenciaenfrentar una considerable resistencia si acta exclusivamente como una fuerza de intervencin fornea. Ahradica la importancia de establecer posiciones polticas aliadas en el teatro de operaciones, controlandocontingentes de la poblacin desplazada por el conflicto o ganando la aceptacin de las comunidades mediante laintervencin sostenida de las Fuerzas de Asuntos Civiles, para la guerra de baja intensidad.

    Las intervenciones estadounidenses y de otras potencias en la guerra del Tercer Mundo no sern exitosas si esasfuerzas no son capaces de distinguir a sus amigos de sus enemigos locales. Por eso, agregan, a nivel nacional unaapropiada estrategia tecnolgica debe incluir subestrategias para la venta de armas y la transferencia tecnolgica alos gobiernos aliados, lo que a su vez permitir a esos estados "combatir eficazmente junto con las fuerzasoccidentales, disuadir y defender en crisis de baja intensidad, con ayuda occidental slo limitada o indirecta".[12]

    En el caso de que grandes crisis o conflictos hagan inevitable la intervencin directa y masiva de las tropasestadounidenses, han considerado que una adecuada estrategia tecnolgica, combinada con misiones de combate,

    permitir compensar la inferioridad numrica y las bajas que sufran las fuerzas aliadas aborgenes.

    Requerimientos tecnolgicos

    La inteligencia deber estructurarse en la lnea de la guerra contra los pases pobres promoviendo la mximafusin de HUMINT, PHOTINT, ELINT y SIGINT. Esto requiere una sofisticada fusin tecnolgica de lasdiversas fuentes de inteligencia, para mejorar el procesamiento y el anlisis de la informacin, as como paracomunicarla a los mandos militares de Estados Unidos. La necesidad de esta clase de fusin ha sido discutidadurante por lo menos una dcada entre los mandos yanquis, pero nunca se ha traducido en equipos y programasde cmputo prcticos (1989).

    Dicen los comandantes de Occidente que tienen la necesidad vital de "ver el campo de batalla" en todo momento,y esto es imposible si las fuerzas aliadas locales no se ajustan a una cobertura continua y a las necesidades de losaltos mandos, o si se atora el procesamiento de la informacin por deficiencias tecnolgicas o de instruccin. Lasiguiente tabla muestra en forma resumida los problemas tecnolgicos que plantea la estrategia de la guerra de

    baja intensidad.[13]

    Retos Respuestas Tecnolgicas

    Desierto, selva, montaa, terreno urbano. Avanzada tecnologa, vehculos blindadosligeros y helicpteros de combate. Armamento

    porttil, para combate urbano, combate de

    montaa y guerra en el desierto.

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    Condiciones climticas diversas, desdemontaas con nieve, a zonas tropicales y ridas.

    Equipo con mnimos requerimientos demantenimiento, logstica y reparacin.

    Diseo de todo el equipo crtico "para todoclima".

    Disponibilidad incierta de bases decontingencia para las fuerzas de Estados Unidos.

    Creacin de alta tecnologa para Comando,Control, Comunicaciones e Inteligencia y equipode rpida instalacin.

    Helicpteros de combate y tiros de largoalcance. Vehculos terrestres con extenso alcanceoperativo.

    Carencias en la evaluacin de la amenaza y enuna fcil identificacin de los blancos militares.

    Enfasis en HUMINT, sistemas de punteraavanzada para fuerzas terrestres y apoyotecnolgico en Comando, Control,

    Comunicaciones e Inteligencia.

    Necesidad de cooperacin con fuerzas aliadaslocales.

    Sistemas especiales para una fcil conexin delas fuerzas aliadas, que preserven la seguridad yla autonoma del sistema estadounidense.

    Necesidad de reducir el nmero de vctimas yprdidas estadounidenses.

    Armamento de alta tecnologa acoplado coninteligencia avanzada y sistemas de inspeccin

    para zonas urbanas, montaa y guerrapredominantemente de infantera.

    Necesidad de maximizar el impacto de lasfuerzas de intervencin. Desarrollo del diseo de sistemas de "tecnologaemergente" para suprimir rpidamente amenazasa bases areas, uso de armas como MRLs paraconducir el fuego masivo de artillera, bombascon submuniciones, municiones de rea. Altatecnologa para puntera.

    Potenciales fuerzas locales hostiles ymovimientos polticos.

    Diseo de estrategia para la transferencia dearmamento y tecnologa a fin de maximizar lacooperacin en el periodo preconflicto y lainteroperatividad con fuerzas locales, permitiroperaciones conjuntas y minimizar la necesidadde la presencia estadounidense o de otras fuerzasde Occidente.[14]

    Notas:

    [1] Mayor Robert B. Adolph, subcomandante del Octavo Batalln de Operaciones Psicolgicasde Estados Unidos, "Empleo estratgico de las Fuerzas de Operaciones Especiales", en

    Military Review, edicin hispanoamericana, noviembre-diciembre de 1992.

    [2] Steven Metz, profesor de Conflicto de Baja Intensidad en el Departamento de Estudios sobrela Guerra del Air War College, en la Base Area Maxwell, Alabama, "Victoria y compromisoen la contrainsurreccin", en Military Review, edicin hispanoamericana, noviembre-

    diciembre de 1992.[3] Richard Nixon,No ms Vietnams, Planeta, Barcelona, 1985.

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    [4] Barbara Harff y Ted Robert, "Genocides and Politics since 1945: Evidence and Anticipation",en Inernet on the Holocaust and Genocide, The International Conference on the Holocaustand Genocide, Jerusaln, diciembre de 1987.

    [5] Claude C. Strurgill,Low Intensity Conflict in American History, Wesport, Connecticut, 1993.

    [6] Lucien S. Vandenbroucke, Perilous Options, Special Operations as an Instrument of U.S.Foreign Policy, Oxford University Press, Oxford, 1993.

    [7] Ibid.

    [8] Claude C. Sturgill, op. cit.

    [9] Ibid.

    [10] Profesor del Air War College, Air University de la Base Maxwell y del United States ArmysMilitary History Institute.

    [11] Claude C. Strurgill, op. cit.

    [12] Anthony Cordesman y Abraham Wagner, The Lessons of Modern War, San Francisco, 1990.

    [13] Ibid.

    [14] Desde enero de 1995, el alto mando militar de Mxico comenz una profundareestructuracin del ejrcito, cuyas lneas generales estn contenidas en un documentoconfidencial: "El programa de desarrollo del ejrcito y la Fuerza Area mexicanos" y suanexo, resumidos por Ignacio Rodrguez Reyna deEl Financiero. Esos documentos pretendendelinear el ejrcito mexicano del comienzo del siglo XXI, con base en las doctrinas militaresestadounidenses y la nocin de la guerra de baja intensidad. En octubre de 1995 el jefe delPentgono, William Perry y el secretario de la Defensa Nacional, general Enrique Cervantesacordaron, en el Campo Militar nmero uno de la ciudad de Mxico, establecer un organismoestadounidense-mexicano de cooperacin militar.

    Fuente: Pineda, Francisco: La guerra de baja intensidad en Chiapas 2. Mxico, coedicin ERA-IIECc/UNAM,1996. http://www.revistachiapas.org/No2/ch2pineda.html (11.08.2012) 21:46

    http://www.revistachiapas.org/No2/ch2pineda.html#4ahttp://www.revistachiapas.org/No2/ch2pineda.html#5ahttp://www.revistachiapas.org/No2/ch2pineda.html#6ahttp://www.revistachiapas.org/No2/ch2pineda.html#7ahttp://www.revistachiapas.org/No2/ch2pineda.html#8ahttp://www.revistachiapas.org/No2/ch2pineda.html#9ahttp://www.revistachiapas.org/No2/ch2pineda.html#10ahttp://www.revistachiapas.org/No2/ch2pineda.html#11ahttp://www.revistachiapas.org/No2/ch2pineda.html#12ahttp://www.revistachiapas.org/No2/ch2pineda.html#13ahttp://www.revistachiapas.org/No2/ch2pineda.html#14ahttp://www.revistachiapas.org/No2/ch2pineda.html#4ahttp://www.revistachiapas.org/No2/ch2pineda.html#5ahttp://www.revistachiapas.org/No2/ch2pineda.html#6ahttp://www.revistachiapas.org/No2/ch2pineda.html#7ahttp://www.revistachiapas.org/No2/ch2pineda.html#8ahttp://www.revistachiapas.org/No2/ch2pineda.html#9ahttp://www.revistachiapas.org/No2/ch2pineda.html#10ahttp://www.revistachiapas.org/No2/ch2pineda.html#11ahttp://www.revistachiapas.org/No2/ch2pineda.html#12ahttp://www.revistachiapas.org/No2/ch2pineda.html#13ahttp://www.revistachiapas.org/No2/ch2pineda.html#14a