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*Fue presidente de la primera Junta Local del Zonal 14 y concejal del segundo periodo. **Tomado del libro «Democracia, ciudadanía y poder, desde el proceso de descentralización y participación popular», Montevideo, Nordan 1999, primera edición. Vintén Editor (Reedición revisada por el autor, agosto de 2010) Promueva la lectura y la discusión: El Comité Allende-Cavani pone a su disposi- ción uno de los materiales que die- ron origen a la polémica hace 15 años en La Teja: ¿Cómo descentra- lizar? ¿Cómo insertarse en el vecin- dario, y entre los propios militan- tes, para realizar los cambios que el Frente Amplio necesita para se- guir siendo una fuerza política vi- gente, vigorosa y una decisiva he- rramienta de cambio? Hugo Cavani Salvador Allende Comité Allende-Cavani Nueva Palmira y Justicia http://lacomercial.vinten-uy.com/ Comité Allende-Cavani Nueva Palmira y Justicia http://lacomercial.vinten-uy.com/ Julio Listre* Descentralización participativa: Aprendiendo desde los conflictos**

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*Fue presidente de la primera Junta Local del Zonal14 y concejal del segundo periodo.

**Tomado del libro «Democracia, ciudadanía y poder,desde el proceso de descentralización y participaciónpopular», Montevideo, Nordan 1999, primera edición.

VinténEditor

(Reedición revisada por el autor, agosto de 2010)

Promueva la lectura yla discusión: El ComitéAllende-Cavani pone a su disposi-ción uno de los materiales que die-ron origen a la polémica hace 15años en La Teja: ¿Cómo descentra-lizar? ¿Cómo insertarse en el vecin-dario, y entre los propios militan-tes, para realizar los cambios queel Frente Amplio necesita para se-guir siendo una fuerza política vi-gente, vigorosa y una decisiva he-rramienta de cambio?

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Salvador Allende

Comité Allende-CavaniNueva Palmira y Justicia

http://lacomercial.vinten-uy.com/

Comité Allende-CavaniNueva Palmira y Justicia

http://lacomercial.vinten-uy.com/

Julio Listre*

Descentralizaciónparticipativa:

Aprendiendo desdelos conflictos**

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Como muchos de mi generación, en losaños 60, me integré a la militancia estudian-til, sindical, y luego al Movimiento de Libera-ción Nacional (Tupamaros).

Estuve preso unos cuantos años durantelos cuales me pregunté — nos preguntamos—junto a otros compañeros, cómo era eso decontribuir al cambio social, a la revolución.

Pasado ese tiempo, en un poco conocidodocumento 6 del Frente Amplio, encontré in-sinuados algunos caminos: democracia par-ticipativa, asambleas barriales, poder popu-lar… Líneas directrices hacia la toma de unpoder menos cercano pero construido desdelo cotidiano y con el común de la gente.Reformulación de las mejores tradiciones delos comuneros de Paris, del «poder a los so-viets», de la revolución cultural china y, so-bremanera, de los cabildos abiertos de la re-volución artiguista.

De allí surge, acaso como autocrítica im-plícita, la experiencia en la que me incluyo yque relato en este trabajo.

La descentralización participativa inicia-da en 1992 fue un hermoso intento por crear

NOTICIA DEL AUTOR

(Pasa página 37)

WALTER HUGO CAVANIRUGGIERO1948 – 1988

Fundador del Comité «Allende»

Walter Hugo Cavani Ruggiero nace en Mon-tevideo el 5 de Marzo de 1948 y fallece el 9 deOctubre de 1988, con cuarenta años cumpli-dos y una vida dedicada a la militancia desdemuy joven. Era oriundo de Villa Dolores, de Na-varra y Talcahuano, de la rotonda del ombú enRamón Anador y Rossell y Rius...*

... Simpatizante del Partido Comunista, durantelos años setenta solía vérselo con el diario «ElPopular» y «Marcha» bajo el brazo, interesán-dose con afecto y dedicación por la suerte de lahumanidad doliente, que padecía algun tipo deinjusticia. De la mañana a la noche era solici-tado por pares y amigos en relación a diversasdificultades y propósitos de la militancia. Te-nía una ascendiente natural sobre sus compa-ñeros, siempre sonriente y dicharachero, y ade-más hincha de Peñarol...

*Tomado de la noticia bigráfica publicada en el blog http://lacomercial.vinten-uy.com/

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Descentralización participativa:Aprendiendo desde los conflictos.

Mi participación en este proceso de Descentraliza-cion y Participación Popular en la zona 14, la puedorastrear desde el inicio de los 90, recorriendo lugarestan diversos como "El Tejano", la Comisión de Comu-nicación, La Junta Local, la llamada Agrupación deGobierno Local del Frente Amplio, El Concejo Vecinaly alguna breve incursión desde Hacer Desur1 colabo-rando en la coordinación de talleres en el primer Forode Montevideo.

Voy a intentar centrar mis comentarios en el en-torno de una práctica conflictiva, con una mirada ha-cia los momentos de dificultad y por qué no de incer-tidumbre.

Cuándo fue que los nuevos problemas nos lleva-ron, o bien al riesgo de ayudar a crear nuevas herra-mientas -riesgo de equivocarse, de quedar a la in-temperie, riesgo ciertamente necesario de correr-, obien a la comodidad de repetir comportamientosadaptados, reproduciendo formas de relación ya es-tablecidas.

Es cierto que cualquier lugar de la Descentraliza-cion ha estado siempre rodeado de desafíos. Pero el

1. Instituto de Asistencia Técnica y Educación Popular que co-organizó con otras ONGs «Montevideo en Foro 1».

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alcanza con abrir locales de reunión a los quese convoca a participar.

La participación que conduce a una demo-cracia radical requiere la mediación y laintencionalidad explícita de programas educa-tivos, no solo ni fundamentalmente desde laacademia sino en el acompañamiento de losprocesos y las experiencias. Decidir, ejecutar,gobernar, implica aprendizaje.

Como las muchas interrogantes que me sur-gieron estimularon mi curiosidad, dediqué unosaños al estudio de la Psicología Social. Otrasexperiencia de intervención en hospitales, cen-tros barriales, Caif, y pequeños productores, meconfirmaron la «pasividad» ciudadana, la ten-dencia a esperar del Estado Protector, las so-luciones. Y al mismo tiempo esas mismas ex-periencias me enseñaron el potencial creadordel saber popular abotagado.

Ojalá sirva el presente trabajo de hace másde 15 años —muy parcial y contextualizado, ypor eso pesado y hasta aburrido— para esti-mular la reflexión ante un nuevo intento des-centralizador.

* Política y subjetividad. Ana M.Fernandez. 2006, Ediciones Tinta y Limón.Buenos Aires

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rol de Concejal y, en menor medida, el de edil local,son quizás lo mas novedoso, los roles que tienen me-nos antecedentes culturales, políticos, sociales. Haypor supuesto un decreto que establece las facultadesde los órganos locales. Pero vienen de muy atrás tra-diciones de participación que van a entrar frecuente-mente en contradicción con esos decretos y que sevan a integrar conflictivamente al proceso. Y hay tam-bién, desde el 90 en adelante, un creciente interéspor participar de otra manera.

Desde la Intendencia Municipal de Montevideo(IMM) se nos ha convocado para constituir el gobier-no local y esto tendrá entre los militantes barrialesuna traducción quizás lineal y poco graduada peroilevantable: se nos convoca a DECIDIR.

Fui presidente de la primera Junta Local del Zonal14 y concejal del segundo periodo, abandonando elConcejo meses antes de que concluyera dicho perío-do. Este abandono -no exento de sentimientos de cul-pa- está lejos de aceptar aquello de que "te fuiste,perdiste". Susana Regént suele decir que el vecino queparticipa una vez, raramente lo deja de hacer de al-gún modo. Decenas de concejales que dieron mu-cho de su tiempo en estos años se han replegado asu barrio, a colaborar en la comisión vecinal o en lacooperativa, a reparar ausencias en la familia, a recu-perar alguna de las muchas vacaciones dedicadas alas tareas del Concejo. Estoy seguro de que acudiríana compartir experiencias y propuestas si se abriera el

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espacios de decisión y de poder popular. (Lasciencias sociales han dado con una fea pa-labra: «empoderamiento» —traducción,cuándo no, del inglés empowerment—, parapotabilizar la bella y desprestigiada expre-sión «toma del poder»).

De inicio, se produjo en los barrios un «es-tado asambleario» en los que «los colectivosgeneralmente rechazan homogeneizacionesy pertenencias estables; pueden hacer acuer-dos puntuales con organizaciones políticasmuy diversas pero generalmente resisten laidea de adherir, pertenecer, integrarse a orga-nizaciones más amplias o a partidos políti-cos».*

El poder central, que proclamaba la«transferencia del poder a los vecinos», que-dó atrapado en su inercia centralizadora, enun proceso que nos llevó, con otros compa-ñeros, después de reiteradas confrontacionescon la IMM, a la interrogación de si el poderse concede o se toma.

En esa dialéctica poder central versus po-der barrial constatamos la progresiva caídade los vecinos en la pasividad y el desen-canto. Creo que la participación popular seconstruye. La experiencia demuestra que noes suficiente la voluntad política central ni

(Viene de página 2)

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espacio que los convocara. Creo que nadie puede dis-cutir que individualmente los concejales, los que de-jaron y los que siguen, hemos acumulado experien-cia. Pero también creo que es legítimo pretender quetal experiencia pueda acumular para un proyecto real-mente transformador y que hoy encarna en ese co-lectivo de vecinos de todo Montevideo en su procesode formación como ciudadanos.

Estos días, a propósito de la elección para el ter-cer período, han aparecido artículos en la prensa (Bre-cha, por ejemplo) en que la "mirada" al proceso no havariado casi nada en relación a la elección del 95. Sepuede leer en Brecha del 23.10.98: «Hay un cambionotorio con respecto a la elección pasada, en el per-fil de los candidatos a los concejos, mientras sub-sisten lagunas informativas y confusiones generaIi-zadas sobre el cometido y gestiones de estos orga-nismos. Quienes se postulan esta vez fueron propues-tos por comisiones barriales o grupos de vecinos pre-suntamente por su capacidad de trabajar por todo elbarrio y no en círculos estrechos de interés». Estecomentario denota un desconocimiento total o "con-fusión generalizada", porque siempre -puede haberalguna aislada excepción- los candidatos fueron pre-sentados por organizaciones sociales o grupos devecinos. Pero hay opiniones de protagonistas de pri-mera línea (citadas también por Brecha del 16. 10.98),que parecen suspendidas en el tiempo por lo pocoautocríticas y superficiales. Se esperaba que: «los

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Federico Rivero Scarani.– CUENTOS y POEMAS.

Marjorie Mardonez.– POEMAS PARA MUJERES

ROTAS Y OTROS ABIS-MOS. Bernardo Safones.Poesía.

– ALFONSINA STORNI. An-tología poética.Patricia DíazGarbarino: prólogo, selec-ción y notas.

– ANIMAL DOCTRINA;Colecticia FRANZ KAFKA,LA INVENCIÓN INSOPOR-TABLE; MILIBARES DE LATORMENTA y CIELO GENI-TAL. Julio Inverso. Tomo IV.

– ESCRIBO PAJARO. Alber-to Villanueva. Poesía.

– PEQUEÑOS CRIMENESCOTIDIANOS. SebastiánRivero Scirgalea. Poesía.

– LA FRONTERA. DuilioLuraschi. Cuentos.

– PAPELES DE UN POSEI-DO. Julio Inverso. Obras,Tomo V.

– EL ASESINO Y LAS FLO-RES. Julio Inverso. Obras,Tomo VI.

– MICRONARCOSIS. (Versosde un paciente lúcido).Leonardo Colombo. Poe-sía.

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concejos vecinales fueran una caja de resonancia delmovimiento social y una escuela de democracia» ysin embargo se los encuentra «demasiado ligados ala gestión municipal y alejados de su base social, quelleva a que terminen cooptados por la Intendencia".Cuando se leen estas opiniones en las que prima unavisión de la superficie del proceso y otras del estilo:"los concejales se cansaron o fueron cooptados" , "los jóvenes no participan" , " la población no se moti-va", "la participación no es como antes"... Cuando seoyen explicaciones más elaboradas del tipo "esto esun largo proceso que recién se inicia", como si losprocesos fueran regulados desde algún lugar inacce-sible y no pudieran ser pautados por sus protagonis-tas; cuando es posible aceptar que ocho años no esmucho pero que es un tiempo que puede dar cuentade lo fermental de las propuestas y de sus potenciali-dades, se tiene derecho a preguntar qué pasa queesto no se transmite ni se discute ni se intercambia.Yo no me voy a referir a este proceso proponiendocuestiones muy profundas -no sabría- ni originales,sino planteando algunas interrogantes nacidas en lavivencia de estos años junto a otros compañeros conlos que fuimos descubriendo problemas que pudimosresolver en parte o que fueron quedando ahí, paraconversar algún día.

Los elementos para una "conversación" de estasexperiencias han estado y permanecen dispersos. Losprotagonistas también comienzan a dispersarse a

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– MUJER EN CONSTRUC-CION. Mariella Nigro. Poe-sía.

– PROVIDENCIAS y otroscuentos. Dulio Luraschi.

– LITURGIA URBANA.Nelson Díaz. Poesía.

– NO SE DEVUELVEN ORI-GINALES y otros cuentos.Justo E. Vasco. Humor.

– INDIOS Y LATINOS. Uto-pías, ideologías, literatu-ras. Uruguay Cortazzo

– ASEDIO A LA TERNURA.Silvia Prida. Poesía

– EL MAR y EL CIELO SONIGUALES. MargaritaBiescas. Poesía.

– OBRA POETICA ESCOGI-DA: Publicada & Inéditade Sarandy Cabrera.

– PANEGIRICO DE LAOBRA DE UN AMIGO PIN-TOR. Damián IbargurenGuathier. Breve ensayosobre su pintura porDaymán Cabrera Sureda.

– FALSAS CRIATURAS yotras obras. Tomo I. JulioInverso. Segunda edicióndel primero y primera deDIARIO DE UN AGONI-

ZANTE y VIDAS SUN-TUOSAS. Premios M.E.C.año 2000. Prólogo deDaymán Cabrera.

– PINTURA y CORAJE.Charla con el pintorDamián IbargurenGauthier. OsvaldoAlzamora de Artá.

– MEMORIAS DE LA GUE-RRA. Recuerdos presentesde la guerra civil española(1936-1939). ElíasBiescas Palacio.

– EL PAIS DE LAS MUJE-RES. Karmar Dibrán. Poe-sía.

– TRAJE DE NOCHE yOTROS SALMOS PARAVESTIR LA LUZ. Poesía In-édita. Obras. Tomo II. Ju-lio Inverso. Prólogo deLuis Bravo.

– SYNTERESIS PERDIDA.Federico Rivero Scarani.Poesía.

– LA PIEL DESIERTA. Pro-sa. Mericy Caétano.

– AGUA SALVAJE y LOS FU-RIOSOS PÉTALOS DE LAMUERTE. Obras Tomo III.Julio Inverso. Prólogo de

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pesar de intentos como estos de PRAXIS que no pue-den más que abarcar un pequeño espacio de las ex-periencias en la Descentralización. La consecuenciaes que, por ahora, cada dos años todo comienza denuevo.

Un poco de historia.Me vinculé a la descentralización junto a un grupo

de vecinos respondiendo a una convocatoria del Cen-tro Comunal Zonal (CCZ) 14 para formar una Comi-sión de Comunicación. En ese entonces ya existía unaMesa de Organizaciones Sociales que coordinaba lasactividades de comisiones vecinales de larga trayec-toria en gran parte del zonal. Tengo de esta época unrecuerdo de mucha efervescencia y caos. Hay un pa-réntesis previo, entre la renuncia del primer coordina-dor zonal y la incorporación de Susana Regént, du-rante el cual se realizaron asambleas de vecinos en elClub Progreso. Eran centenares de personas que enforma muy inorgánica, pese a los esfuerzos de LaMesa, lo discutían todo al mismo tiempo.

Creo que allí se expresaban las distintas ideas acer-ca de algunas prácticas de participación. Había ungrupo fuerte que reconocía a "La Mesa" en su rol coor-dinador y que provenía, en su mayoría, de Nuevo Pa-rís, Belvedere y parte de La Teja, cuyos integranteseran tratados de reformistas por otro grupo tambiénfuerte aunque menos organizado, con históricos mili-tantes a su cabeza. Más que el futuro de la Descen-

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Algunas obras publicadas por Vintén Editor

– CENIZAS DE SUEÑOS. IrisSclavo Armán. Novela.

– DE LA RALEA DE LA VOZ.Alberto Villanueva. Poesía.

– EL INVIERNO DEL AN-GEL. Carlos Brandy. Poe-sía.

– LA MEDICINA ALTERNA-TIVA. Aspectos éticos y ju-rídicos. James F. Drane.

– EL PEON DE LA ESTAN-CIA SAN SEBASTIAN. Al-berto “Beto” Cía. Poesía.

– PALABRA ANTIGUA.Richard Piñeyro. Poesía.

– EN CUANTO LLEGUE APARIS. Eduardo de Souza.Poesía.

– LIMERICK. El epigrama in-glés.

– FIN DEL CAPITULORUSO. Cuentos. AntonioAlvarez Gil.

– CITAS DE ARTIGAS. Se-lección y notas de Alfon-so Fernández Cabrelli. 2a.Edición.

– HIROSHIMA. Elías Uriarte.Poesía.

– RETRATOS DEL MERO-

DEADOR y otros poemas.Teresa Amy.

– MAS LECCIONES PARACAMINAR POR LON-DRES. Julio Inverso. Poe-sía.

– LA LUZ DE ESTA MEMO-RIA. Ida Vitale. Poesía. Edi-ción Facsimilar 50º aniver-sario.

– VELOZ ETERNIDAD.Alfredo Fressia. Poesía.

– SELECCION NATURAL.Enrique Fierro. Poesía.

– UNA OSCURA PRADERAVA PASANDO. René Fuen-tes Gómez. Poesía.

– LABIOS DEL PONIENTE.Jorge Ernesto Olivera.Poesía. Premio Intenden-cia Municipal de Montevi-deo 1999.

– ATMOSFERAS. Poemas enProsa. Federico RiveroScarani. Mención honorí-fica I.M.M. 1999.

– DE MI PIEL ME SALGO.Poemas. Gladys Burci.

– TABACO. Lalo Barrubia.Poesía.

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tralización, creo que en esas instancias se discutía unpasado de huelgas gloriosas, traiciones y heroísmos.Se tenía la sensación de que todo iba a terminar a lossillazos. Se proponían muchas cosas y entre otras queel cargo de coordinador zonal fuera electo en régi-men de asamblea de vecinos. Estas formas de parti-cipación, muy arraigadas en todo el zonal y sobre todoen La Teja, van a atravesar después todo el periodohaciendo pesar muchas veces un estilo del peor asam-bleísmo sindical o partidario,

influyendo casi siempre negativamente, sobre todoen la primera etapa, aunque con rebrotes durante todoel periodo.

Algunos de estos grupos tendrán un estilo de in-tervención espasmódico. Sus representantes se acer-can, prenden o avivan el fuego y se van. Como sesienten llamados permanentemente por causas másprofundas, dejan su mensaje aquí y allá, pero se mues-tran incapaces de un esfuerzo sostenido -al menosen este ámbito- y por eso pierden gradualmente pres-tigio. Como contracara, "La Mesa" orienta grupos yorganizaciones que vienen de otra tradición más fun-cional, más acostumbrada al trámite y la gestión antelos organismos o sus representantes, a través de líde-res de todo pelo político. Son grupos pequeños, cons-tantes, que se integran al trabajo sostenido que pro-pone la Descentralización aunque algunos de estosgrupos o sus líderes tejerán relaciones de cuño clien-telístico con la administración central, provocando

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so complejo de constitución del pueblo como sujetode un proyecto nacional.

En ese sentido, puede admitirse que lo local es unespacio adecuado al desarrollo popular:

a) porque permite abrir nuevas trincheras de lu-cha político-ídeológica, para un proyecto popular;

b) porque admite y alienta procesosautogestionarios en la perspectiva de una democra-cia directa;

c) porque constituye un foro de discusión de losgrandes problemas nacionales;

d) porque permite una mayor participación enasuntos próximos, favoreciendo la posibilidad real delautogobierno como sistema.

Pero el poder "local" no es poder "popular" si no serompe con la división tajante entre representantes y re-presentados, si no hay un ejercicio más directo del

poder por las mayorías populares, si no hay meca-nismos eficaces de control sobre los representantes."

Yo no creo que esté todo por hacer, pero sí quehay todavía mucho por hacer. De eso que resta porhacer puede que dependa en parte el desarrollo deuna experiencia que contribuiría a fortalecer la demo-cracia. Si no lo hacemos, quizás pueda comentarse,como ahora de cosas que pasaron, que fue una "ex-periencia micro" bastante interesante.

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también conflictos en la frágil estructura de la organi-zación zonal.

En esta época los plenarios contrastaban con ellento trabajo de articulación social propuesto desdeel CCZ. Parecían canchas diferentes donde se juga-ban muchas veces partidos también diferentes. Porun lado las grandes asambleas con encendidos dis-cursos y prensa siempre dispuesta a brindar titulares;por otro, la vida de todos los días, la trama de relacio-nes y de participación que se iba formando en lasrecorridas comisión por comisión, registrando nece-sidades, aspiraciones y expectativas. (Después apa-recerán otros escenarios sentidos igualmente ajenosdesde los barrios: Junta Departamental, estructurade la IMM... Pero en su proceso, la dinámica estructu-ra local irá tomando o dejando lo que le sirve siempreque pueda sobreponerse a los fuertes movimientosdesarticuladores que se le pretendan imponer).

Me parece que, a pesar de los permanentes en-frentamientos entre estas y otras tendencias, hay quehacer un esfuerzo por no descalificar ninguna de lasvertientes o concepciones participativas de que senutrió este proceso. El Zonal 14 tiene una pesada tra-dición de lucha y solidaridad. Muchas veces hemoshablado de ese espacio de fábricas y chimeneas, dela multiplicación de los lugares de encuentro, de laorganización de los tiempos sociales y hasta familia-res tomando como referencia el pito de la fábricasllamando a los turnos, signo sonoro de una cultura

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Breve Conclusión

Puede que estas notas contrasten con el clima decontenida alegría oficial por el apoyo relativamentecreciente a las últimas elecciones a los Concejos Ve-cinales. Es un contraste desde puntos de vista quenunca dejaron de ser constructivos y, aunque críti-cos, no desconocen el cambio de calidad y el funda-mental mejoramiento de la relación entre la IMM y loshabitantes de Montevideo.

Nunca creímos que las transformaciones socialespasaran exclusivamente por la Descentralización. Peroha sido motivo siempre de preocupación que el parti-do político que la promovió no destine prácticamenteningún esfuerzo militante para su desarrollo.

La lectura de algún informe previo a congresos deorganizaciones importantes que integran el FrenteAmplio muestra los extensos análisis de su inserciónen los diferentes ámbitos políticos y sociales. La Des-centralización, sin embargo, parece no existir.

No viene mal antes de terminar esta nota recordarotra vez el Documento 6 del Frente Amplio. Recor-darlo en sus límites para medir nuestras impacien-cias pero también refrescarlo en sus claros objetivosy mostrar nuestras inconsecuencias:

"Las soluciones locales al problema de la demo-cracia y del desarrollo son limitadas, porque son cues-tiones de toda la sociedad nacional. Los poderes lo-cales sólo pueden ser vistos como parte de un proce-

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obrera que afortunadamente no se ha perdido, toda-vía, con el cierre y la desocupación.

Zona de fuertes, a veces virulentos choques deideas y concepciones. Pero también zona de integra-ción y reunión en torno a campamentos de huelguis-tas, clubes deportivos, locales sindicales, murgas com-pañeras. De algún modo todos llegamos con nuestrobagaje de viejos instrumentos, modalidades de parti-cipación necesitadas de adecuación y reformulación.

La Comisión de ComunicaciónEn la Comisión de Comunicación un grupo de ve-

cinos empezamos a vivir la desconformidad con cier-tas formas clásicas: el boletín, afiches, etc. Arranca-mos como una comisión que se planteaba la difusióny la propaganda. Sin descartarlas de plano nos resul-taban insuficientes. Tuvimos el privilegio de contar conacompañamientos: el Grupo Aportes y CIDC-PRAXIS,Cristina Oholeguy -la primera Asistente Social asig-nada al CCZ- y la propia Susana Regént, contribuye-ron fundamentalmente a los cambios y a la proyec-ción que fue adquiriendo esa comisión.

Hubo momentos de desarrollo de modalidadesnuevas. Asambleas de vecinos coordinadas por edu-cadores, de las que resultaban conclusiones sistema-tizadas y devueltas, con el apoyo editorial del "ElTejano", como insumos de nuevas reuniones. Modali-dades que eran rápidamente aceptadas por la mayo-ría de los vecinos ante la incomodidad y a veces el

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La cuestión tan "ilegal" pero tan sólidamente asen-tada de que "el Concejo decide", aceptada unánime-mente por todos dio lugar al mecanismo perverso deque el Concejo decide TODO. Y entonces las reunio-nes del Concejo comenzaban con interminables te-mas previos, invitaciones a cursos, talleres, planes ymontones de expedientes sencillos que antes se re-solvían por vía administrativa.

Hay un momento culminante -para la zona- de estereajuste donde el poder aparece en una forma que noesperábamos. La radio comunitaria "El Puente FM",de funcionamiento itinerante pero a la vista de todo elbarrio, como lo había hecho desde el Club Progresoo desde la Parroquia de La Teja; que era parte, comose dijo más arriba, de un proyecto de comunicaciónde "El Tejano", discutido y respaldado

por la Junta Local y el Concejo, fue allanada enhoras de la noche por la fuerza policial, ante una falsadenuncia. En presencia de autoridades municipalesfue violentada la puerta del local que había sido cedi-do a "El Tejano" por la Comisión administradora delMercadito Victoria, nombrada ésta "Comisión Dele-gada" por el propio Tabaré Vázquez, antes de iniciadala descentralización, para que se hiciera cargo delcomplejo cultural y deportivo del Mercadito Victoria.Sólo había allí un viejo escritorio y una exposición dedibujos adolescentes. La ira del "viejo sistema" rom-pió la antena del televisor comprado por el CentroJuvenil, con apoyo de la Fundación Kellog.

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sarcasmo de los veteranos militantes, aunque, con eltiempo, terminaron aceptando también ellos el inter-cambio en el grupo chico, característico del taller. Creoque la zona acumuló, entre el 90 y el 93, nuevas he-rramientas, discutió cómo quería participar, encontróen la palabra DECISION el nudo de las motivacionespara convocar la creatividad y la iniciativa de los veci-nos que comenzaron así a transitar un camino rubri-cado en el Foro de Montevideo, donde les fue posiblereconocerse -en sus problemáticas, en sus dudas, ensus desconfianzas- con los demás vecinos de Monte-video.

La nueva prácticaEl grueso de quienes nos integramos a la Junta y

al Concejo está conformado por militantes barriales,la mayoría con muy débiles lazos orgánicos partida-rios. Casi todos tienen en el ámbito barrial su trabajofundamental. Algunos desde siempre; otros, produc-to de ese fenómeno de repliegue desde lo partidariohacia lo barrial, que es sentido como una prácticacon objetivos más concretos y realizables.

No está ni aparecerá a lo largo del proceso -salvoocasionalmente y cuando se lo convoque en espe-cial- el militante partidario o de Comité de base, aquelque contribuyó decisivamente al triunfo del FrenteAmplio y de su propuesta programática de Descen-tralización. Ganada la elección, seguirá quizás concu-rriendo al comité y se convertirá, desde su casa, en

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producto del desgaste, de la falta de capacitación,empezaron las contradicciones. Había concejales quese contentaban con el nivel de decisión alcanzado ypedían saber cuánto dinero se invertiría en tal área dela zona, para poder planificar. Otros pedíamos cono-cer el detalle del presupuesto total porque si no ladecisión permanecería en el ámbito de unos pocos.

Con el inicio de la segunda administración fren-teamplista se produjeron algunos cambios en la es-tructura de relaciones entre la IMM y los órganos lo-cales. Es cierto que los Encuentros de Trabajo con elanterior Equipo se habían ido crispando, dando lugara verdaderas confrontaciones, en el mejor sentido deesta palabra. Se salía con la idea de haber trabajadomucho. Ahora, los encuentros se hicieron más técni-cos, más distantes.

La Junta Local fue adquiriendo una identidad másclara en el sentido de que ajustó mucho más su prác-tica a los decretos. A su vez el cambio del perfil detrabajo de la nueva secretaria de la Junta le otorgó alsistema de relaciones la funcionalidad necesaria parael golpe de timón que se dio a la DescentralizaciónParticipativa. Este segundo Concejo Vecinal se pasólargo tiempo discutiendo la relación orgánica con laJunta Local. Si enviaría uno o dos delegados, cuán-tas veces por mes, si con voz o con voto. La JuntaLocal había decidido que un concejal acompañara susreuniones, situación que se había dado naturalmentecon la primera Junta, pero que ahora, con las dificul-tades y desencuentros, era necesario reglamentar.

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un demandante enérgico de los servicios municipa-les, pero sin participar.

Este fenómeno curioso, o por lo menos no espe-rado, atraviesa a todas las organizaciones de izquier-da, integren o no el Frente Amplio. El militante barriales un "descolgado" al que su partido recurre, por ejem-plo, en época de elecciones nacionales o para algunamovilización.

El partido, a su vez, "aterriza" en el barrio cuandose trata de "acumular para la organización", o cuandoprecisa "agitar" algún tema que considera importan-te. Y en esto no hay radicales ni moderados que val-ga. Es toda una cultura política desde la cual se de-clara el apoyo a los procesos participativos pero queen el fondo cree -y hasta dónde no habrá razón, porahora- que el poder hay que conquistarlo jugando enotra cancha más importante. El espacio local es siem-pre, para estas organizaciones, el terreno de una tác-tica secundaria.

Se dan la mano en esta cultura actitudes en apa-riencia muy distantes y hasta contrapuestas: los quese mimetizan con un "pueblo" ideológicamente incon-taminado poniéndose a la cabezas de sus reclamosmás espontáneos; y los que "bajan" línea intentando

sujetar los reclamos de la gente a una "visión polí-tica" que culmina en la oficina de algún edil departa-mental. Hay momentos en que parte de estos gruposacuerdan a nivel partidario y se involucran. Un ejem-plo es la elección de los tres ediles locales en la inter-

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La IMM fue parca en acompañamientos y muy exi-gente a la hora de planificar con los vecinos. Aquíhabría que buscar una importante causa de la men-tada "municipalización" de los concejos y también desu encerramiento. Los encuentros de trabajo fueroncada vez más reuniones entre concejales "especiali-zados" y directores.

La tradicional comisión vecinal, la que concu-rría a los plenarios con demandas concretas y ur-gentes sin ajustarse a orden del día alguno, empe-zó a resultar molesta. Se le recomendaba que fueraa la reunión de la comisión temática correspondien-te donde terminaba registrando, como ante unaoficina, su demanda.

Y allí se cerró el círculo. Hubo alguna comisióntemática que adquirió tal autonomía que no dabacuenta al Concejo de sus actividades. No es difícil ima-ginar el paulatino resecamiento de los órganos loca-les, el progresivo vaciamiento de las nuevas estructu-ras democráticas. La dinámica de los encuentros detrabajo con los directores se fue deteriorando. Cuan-do llegamos a las prioridades del segundo Plan

Quinquenal nuestras propuestas ingresaron altema presupuestal. Pedimos saber el total de lo re-caudado por zona, en todo el departamento de Mon-tevideo. Pedimos el desglose, cuánto había para in-vertir, propusimos coordinar con otros Concejos enplanes que involucraban a zonas de otros comuna-les. Todo se complejizaba y los datos muchas vecesse decía que no habían sido procesados. También

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na frenteamplista en torno a algunos candidatos cuyocompromiso de fortalecer el Concejo, como órganode poder local, provoca la adhesión -siempre descon-fiada, es cierto- de una parte que mantiene lazos or-gánicos partidarios. Tienen una gran experiencia sin-dical y una muy buena capacidad organizativa paramarchas, movilizaciones, recolección de víveres parasindicatos en conflicto. Son La Teja legendaria. Sepresentan a la elección del Concejo y obtienen unamuy buena votación.

Hay una franja de estos militantes que ha descreí-do, después de los primeros plenarios de organiza-ciones sociales, de la propuesta descentralizadora. Tie-ne una postura muy crítica, con matices, con periódi-cas reinserciones, pero siempre actuando de francotiradores contra todo lo que pueda aparecer con vi-sos de "oficialismo". Se acercan a último momento ala elección del Concejo, creo que respondiendo a unaconocida lógica de presencia: si la descentralizaciónconvoca gente, hay que estar para denunciar, escla-recer, etc. De esta franja provienen cinco o seis con-cejales.

Instalación de la Junta Localy del Concejo Vecinal

El 31 de diciembre de 1993, a pocos días de ins-talados los órganos locales, se produce la ocupaciónde un terreno municipal, ubicado en Humboldt y Lau-reles, por parte de una decena de familias proceden-tes del edificio semiderruído de la Inlasa.

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entre la Intendencia y una Comisión vecinal, consti-tuida en asociación civil, se puso a esta comisión alfrente de la administración sin planificar un acompa-ñamiento ni la capacitación imprescindible, terminóel proyecto administrándose a sí mismo, por los pro-pios funcionarios contratados y la comisión desmem-brándose o manteniendo una representación formal.

Para descentralizar el poder tiene que haber unaestructura central por lo menos consciente de sus di-ficultades y que desarrolle las potencialidades de ca-pacitación de sus funcionarios. Si pretendemos quela organización social no sea meramente un instru-mento para el abaratamiento de la gestión y aposta-mos al fortalecimiento de los órganos locales y almayor protagonismo de la gente, habría que ir conmucha fuerza a una planificación de las acciones, a laelaboración de estrategias de capacitación y acom-pañamiento de las organizaciones sociales. Esto im-plica destinar recursos humanos, trabajadores socia-les, que se metan entre la gente planificando un tra-bajo de largo aliento. ¿Significa esto una contradic-ción insalvable en la medida en que se le pide al pro-pio Estado que otorgue recursos para luego transferirpoder? Para el Documento 6 del Frente Amplio, "Ba-ses programáticas para el gobierno departamental",esto no era problema "La funcíón de la descentraliza-ción como pauta de reforma del Estado consiste endesarrollar Ia participación y cooperación de entida-des y ciudadanos, atribuyéndoles representación yasignándole medíos de acción..."

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Acompañan la ocupación tres de los concejalesrecién referidos. Días después, en la primera reunióndel Concejo se plantea el apoyo a la ocupación y enmedio de una situación de mucho dramatismo se votaafirmativamente. Ni la Junta Local ni el Concejo Veci-nal han empezado a funcionar y ya se encuentran enmedio de un conflicto en el que pondrán en juegorelaciones de fuerza, de poder.

¿Cómo se juega en esta pugna el tema del poder?Yo no podría contestar a esta pregunta. Me animo

un poco a mostrar algunas de las contradicciones quevivimos desde la Junta y el Concejo, vislumbres deuna nueva realidad. Los ocupantes se instalan en elterreno. Dicen tener el apoyo del Concejo Vecinal, dediferentes comisiones y organizaciones sociales y es-peran el apoyo de la Junta Local. Desde esa posiciónde hecho consumado quieren negociar con la Inten-dencia el otorgamiento del terreno. Advierten que noabandonarán el lugar y que enfrentarán el desalojopolicial. Quieren construir allí sus viviendas. Es inte-resante ver cómo desde el principio manejan la esce-na terrible del desalojo por la fuerza, imagen que loscohesiona y convoca adhesión. Pero también resultainteresante registrar -y el señalarlo siempre provoca-ba el enojo de los ocupantes- que en el Zonal 14 haymuchos terrenos baldíos y son escasos los terrenosmunicipales, y que era muy poco probable la inter-vención policial teniendo en cuenta que recién se ins-talaban los órganos locales en el marco de una inten-dencia frenteamplista.

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como filtros, obstáculos culturales que operan con-tradictoriamente en la dimensión del protagonismo,entre el querer decidir y el temor a decidir. La genteparticipa mucho en actividades recreativas, cultura-les. Participa bastante en reclamos: el cambio de re-corrido de un ómnibus provocó asambleas de veci-nos en las esquinas de una zona de Nuevo París enlas que participaron concejales, ediles, el director deTránsito de la IMM y un directivo de Cutcsa. Se llegó amodificar el recorrido en asambleas en la calle. Perodespués se convocó a una reunión para planificar unapropuesta que incluyera a otros barrios -el transportees un tema integrador con otras zonas- y el númerode vecinos, muy importante al principio, fue decre-ciendo en la medida en que se ampliaba el marco aotros barrios y en que se profundizaba el tema, hastaquedar reducido el grupo a unos pocos concejales yvecinos.

La gente participa poco en iniciativas globales, par-ticipa menos en propuestas, no participa casi nadaen planificación. Los concejales quedamos enreda-dos en nuestras propias carencias, entre planos quin-quenales, planes estratégicos, ordenamientos territo-riales, zonales...

Para descentralizar o transferir el poder tiene queexistir gente organizada y capacitada.

Cuando en una oportunidad se destinaron impor-tantísimos recursos para el equipamiento de una redde policlínicas en el zonal 14 y mediante un acuerdo

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Sin embargo, la Intendencia, a través del Departa-mento de Descentralización, tiene una reacción pú-blica inmediata, casi refleja: no negocia con los ocu-pantes hasta tanto estos no desocupen. Califica laocupación de "salvaje" y declara que iniciará trámitede desalojo judicial, hecho que refuerza inmediata-mente el sentimiento de amenaza en los ocupantes.Es decir que en un movimiento rápido entran en jue-go fuerzas que ignoran la recién inaugurada distribu-ción o transferencia de poder. Los órganos locales noexisten. Creo que es bastante significativo este estre-no del "Gobierno local". Cuando concurrimos al te-rreno ocupado con nuestra nueva investidura nos re-ciben recelosos y tajantes: "queremos que venga elIntendente a negociar con nosotros". En la Intenden-cia, con rara sencillez, se nos informa que el Departa-mento Jurídico inició ya el trámite de desalojo. Eneste contexto rápidamente polarizado, la Junta Localy parte del Concejo comienzan a tejer lentamente unatrama de acuerdos entre los concejales, en la Comi-sión de vivienda, con el propio Intendente.

En la zona hay una tradición muy fuerte de apoyoa las ocupaciones. Es preciso discutir, en esa nuevasituación de gobierno local, cómo ubicarse. Desdeque se inició el proceso descentralizador, fundamen-talmente a través de la Comisión de Vivienda zonal,se ha venido planteando el relevamiento de terrenos,casa desocupadas, fábricas abandonadas. Se hablade reciclajes, de regularizaciones, de cartera de tie-

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los jóvenes de la zona que, a veces, es cierto, seaburrían en el Concejo aunque igualmente se pro-digaban en permanentes iniciativas.

Las Comisiones TemáticasFue desde las comisiones temáticas que llegamos

a elaborar propuestas de planes de obras, salud, alum-brado, vivienda, limpieza, etc. En los encuentros detrabajo con el equipo de gobierno discutíamos condatos las explicaciones que nos daban los Directores.Las cosas empezaron a caminar. No en el sentido idealde aquella "decisión" que reclamábamos, que eracomo pensar "este es nuestro presupuesto, queremosla plata, nosotros la administramos". Pero sí en la di-rección que veníamos aprendiendo: estas son nues-tras prioridades, pretendemos que se atiendan. Y pro-poner seriamente, con datos, negociando, tensandoa veces la relación, disputando y construyendo espa-cios de decisión y poder.

El trabajo desde las comisiones temáticas se cons-tituyó en el punto más alto del programa de la des-centralización en la zona 14 en lo que se refiere a laelaboración de propuestas. Pero creo que a la vez,paradojalmente, haya sido el momento de mayor di-ficultad en la participación de los vecinos desde suscomisiones barriales.

Hay que empezar por reconocer que aquí hubograndes carencias. La participación, la que conoce-mos, la que intentamos reformular o aumentar, tiene

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rras. Si logramos un ordenamiento de prioridades,de urgencias por carencia de vivienda relevadas entretodos; si por fin nos proponemos planificar e inclusootorgar terrenos aún en base a los escasos recursosexistentes, ¿cómo actuaremos en situaciones de gru-pos de vecinos que "ganan de mano" e interponiendosu poder de organización desconocen esas priorida-des? Sin ir más lejos hay varias organizaciones socia-les en espera de respuesta a diferentes proyectos quetoman a ese terreno ocupado como referencia. En elmovimiento popular ¿rige Ia ley del más fuerte?

La discusión se complejiza, hay encono, dudas en-tre viejos compañeros. El planteo se unifica por fin enbase a la reivindicación de poder decidir localmente,con los ocupantes con el Concejo Vecinal. Llegamosa una reunión con el Intendente Vázquez donde apa-rece la señal de coherencia: hay que buscar en la pro-pia zona la solución, el Intendente la respalda.

El saldo de esta experiencia, las preguntas que sepueden formular acerca de las formas de lucha, de laorganización, de cómo contribuir al desarrollo de lacapacidad de representación de los más débiles, decontra quién hay que luchar; éstas y muchas máspreguntas darían para largo, para repensar muchascosas. Sólo puedo decir que empezamos a entenderque todo era mucho más complejo de lo que había-mos imaginado. Ocupantes, concejales y ediles sali-mos a recorrer la zona en un camión a la búsquedade un terreno que por fin concretaría las aspiracionesde esos vecinos.

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En una sola oportunidad acudieron, cuatro ediles,a un Plenario que discutía la habilitación para votar ypostularse como candidatos a los Concejos, a jóve-nes desde los 16 años. La idea, promovida por jóve-nes de nuestro Concejo y apoyada por la Junta Localy el Plenario de Organizaciones, era considerada, porestos ediles departamentales, como carente del debi-do respaldo legal, hecho que la convertía en posiblefoco de desacuerdo a nivel interpartidario. Creo quees importante mencionar este hecho porque marcóun momento de duro enfrentamiento con la "vieja"estructura de poderes (IMM, Junta Departamental) yporque además denota los tropiezos de un discursoque lamenta hoy la poca participación juvenil. El plan-teo, que iba ganando espacio en otros Concejos fue,en definitiva, bloqueado con el argumento de la ne-cesaria transparencia de procedimientos electorales.

En el zonal 14 los jóvenes participaron y partici-pan. "El Tejano", proyecto de jóvenes, en sus oríge-nes dedicado a publicar un periódico barrial, peroabarcando desde el 90 en adelante un amplio cam-po en materia de comunicación, organizando y pro-moviendo actividades, acompañando desde dentroel proceso de Descentralización, es el mejor ejem-plo de esta afirmación. La Radio Comunitaria "ElPuente FM", el proyecto de Centro Juvenil en LaTeja y Nuevo París que coordina la actividad de cien-tos de jóvenes, son otras tantas prolongaciones deesta organización social tan peculiar y exitosa de

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Esta solución discutible ¿es producto de una trans-ferencia de poder? ¿Es poder conquistado, negocia-do? ¿Qué quiere decir "transferir el poder", es un actovoluntario, de desprendimiento del poder central, eneste caso la IMM? Porque hubo manejo de poder enla ocupación, hizo uso de poder el director queremarcó públicamente su autoridad desde una IMMpropietaria, hay poder en el abogado municipal que,según se nos dijo "hizo el trámite de desalojo que co-rrespondía, que siempre se hace", poder en el Inten-dente, poder, al fin —el más dudoso—, negociado,otorgado, en la Junta Local y el Concejo.

La Junta Local y el Concejo salen de esta expe-riencia con un espacio ganado que no es el de "Go-bierno" sino el de mediador, el de ponerse en el me-dio de un conflicto entre fuerzas y obtener un acuer-do. Es evidente que de no existir los órganos localesotros hubieran ocupado ese lugar. Pero aquí importano sólo quién lo hace sino cómo lo hace. En ese"cómo" está la posibilidad del debate local y de unaprofundización democrática de temas que desde eldiscurso de una parte de la izquierda aparecían comode principios: el apoyo a las ocupaciones de tierras;pero también de discusión de asuntos que otra partede la izquierda, cuando no la mayoría, tiraba para unfuturo lejano: la posibilidad de planificar una ciertadistribución en relación a la vivienda, el ejercicio de lacapacidad de decisión local, la articulación de inci-pientes formas de poder popular, etc.

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los acuerdos de la Comisión Mixta. Para este lugar depoder ni siquiera rnediadores pudimos llegar a ser.

Y el conflicto siguió planteado: una de estas coo-perativas, con un estilo muy formal de relacionamien-to, hacía años que se había recostado a la Junta De-partamental, a su Comisión de Vivienda, para obte-ner permisos, acelerar trámites, etc. La otra coopera-tiva, con una modalidad totalmente opuesta, volca-da, por lo menos al principio, a la tarea social a travésde su policlínica, mantenía una permanente actitudde crítica hacia su vecina reclamándole una franja deterreno. Pues bien, este conflicto atravesó los dosperíodos del Concejo, enfrentó concejales, creó re-sentimientos y viene teniendo todavía un trámite noresuelto, con una cuña desde la Junta Departamen-tal que no facilitó sino que entorpeció los intentos deresolución a escala local.

Salvo estos episodios, la relación de los órganoslocales con la Junta Departamental fue nula o casinula durante los dos períodos. Hubo participación dealgunos ediles departamentales en los plenarioszonales, previos a la primera elección del ConcejoVecinal, donde cumplieron un papel esclarecedor enlo referente a las discusiones en la Comisión Mixta.También fue importante su contribución en cuanto a

establecer los límites de las atribuciones de los dis-tintos poderes de la Descentralización, si bien no fue-ron pocas las discrepancias con lo local, las que seatribuyeron casi siempre a diferencias entre los "tiem-pos políticos" y los "tiempos sociales".

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Hay que ver cómo golpea en alguno de nosotrosla comprobación en la realidad de, por ejemplo, cuántolo popular reproduce a su interior el sistema de jerar-quías de poder: el grupo de familias que sale de Inlasadesde su liderazgo ha impuesto una selección previaen la que se discrimina familias en las que vive unhomosexual o una prostituta. O, en el caso de la In-tendencia, los amagues y esquives de ciertas jerar-quías, la duda y la indecisión en la mayoría. Es ciertoque quien delega poder de decisión a la Junta Locales el Intendente a través de decretos que ya estaban

vigentes. Sin embargo hubo que salir a buscar elreconocimiento personal de esas atribuciones.

Esto determinó, a la larga, una modalidad que ne-cesariamente iría desgastándose: cada vez que desdelo local se quería apresurar el cumplimiento de unadecisión, enlentecida, bien por la estructura adminis-trativa -¿resistencia de un poder?- o por una vacila-ción intermedia -¿miedo a asumir un poder?- habíaque ir a golpear a las puertas del Intendente o susmás allegados quienes, quizás por transición inevita-ble del proceso, concentraban mucho poder.

Estos momentos de descalabro y contradicciónen que cada actor parece querer profundizar su auto-nomía y cerrarse en sus procedimientos, en que larealidad social parece tender más a fragmentarse enintereses particulares que a integrarse sobre la basede necesidades comunes; estos momentos no son laexcepción sino cosa de todos los días cuando el pro-

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Relaciones con el Centro Comunal ZonalHay una relación que en general no es considera-

da, quizás porque estuvo pocas veces presente, y esla de los órganos locales con la Junta Departamen-tal. Como se dijo no fueron pocas las veces en quelos órganos locales actuamos como mediadores. Fuemas bien la tónica. No sólo entre vecinos y estructuracentral sino también en conflictos entre los propiosvecinos. Hay que reconocer que este rol de mediado-res, del que nosotros queríamos zafar y que quizássólo lo logramos desde las Comisiones temáticas, fueel que se nos adjudicó de hecho por los vecinos. Estoaparecía reforzado cuando en la mayoría de los servi-cios el CCZ dependía de la estructura central y desde laJunta Local no podíamos hacer otra cosa que un lista-do de demandas, de quejas por incumplimiento, etc.

Una vez que fuimos a la Junta Departamental, in-teresándonos por un viejo conflicto entre dos coope-rativas de vivienda, lo hicimos conscientemente comomediadores. Se trataba de un problema de límites delterreno entre estas cooperativas vecinas. Nos recibióla Comisión de Vivienda de la Junta Departamentalinteresada por ediles de todos los partidos. Una ediladel Partido Nacional nos preguntó en plena sesiónquién nos había dado atribuciones para pedir cuen-tas de un asunto que ya estaba laudado a favor deuna de las cooperativas, qué era eso de edil local oconcejal, quién nos había nombrado, etc. Todo enpresencia de los ediles frenteamplistas, a dos años de

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yecto pretende ser participativo y democrático. Latarea de articular, de tejer acuerdos de base , de pla-nificar y elaborar propuesta, se convirtió en un desa-fío a la capacidad creativa, mediadora y negociadorade los Concejos.

La falta de apoyo y acompañamientos técnicosprodujo muchas veces un rápido desgaste -eso deestar en el medio tiene un real significado y realesconsecuencias- y el posterior abandono de muchosconcejales.

Después de la ocupaciónEstos hechos van a marcar un estilo de trabajo de

todo el primer período en la relación entre el ConcejoVecinal y la Junta Local. Aquí conviene hacer otra vezun poco de historia. A principio del 92 el Plenario Zo-nal de Organizaciones -que venía siendo citado des-de el 90 y que entre otras cosas elaboró las priorida-des del primer Plan Quinquenal- adquiere mayor re-levancia con motivo de la proximidad del llamado aelecciones para el Concejo Vecinal. Este es quizás elperiodo de mayor auge de participación. "Ahora deci-dimos los vecinos" o "A gobernar desde los barrios"eran las consignas (que tanto contrastan con la ac-tual "Quién habla por su barrio") que rezaban las invi-taciones a participar. Se discutían calurosamente lasatribuciones del Concejo mientras en la ComisiónMixta de la Junta Departamental se acordaba reser-var la parte resolutiva a la Juntas Locales.

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que se oponían habían sido convencidos -no se sabecómo aunque se pueda suponer por quién- de que eltablado era bueno para el parque y, salvo el Arq. Ma-ñana -hay que hacerle justicia- los demás ediles vota-mos a favor.

Este hecho causó naturales resistencias en el Con-cejo Vecinal a pesar de nuestras explicaciones del pocotiempo con que contamos para resolver y del conve-nio que firmamos mediante el cual la empresa se com-prometía a realizar mejoras en el parque. Hubo unareunión de trámite sorprendente en medio de las dosdecisiones.

Estuvieron presentes Daecpu, el Sr. Pucheta porla División Turismo, la Junta Local, el Sr. Iglesias porla empresa y no estoy seguro si el club Liverpool. Eldelegado de Daecpu se transformó en el coordinadorde la reunión llegando a perdonar la inexperiencia delos órganos locales en temas carnavaleros, por el pocotiempo que hacía que funcionaban, lo cual era abso-lutamente cierto y porque además el carnaval comien-za a organizarse mucho antes de la fecha en que ini-ciamos los órganos locales. Se adivinaba que alguiencon mucho poder se había movido rápidamente, con-vencido a los comerciantes de que habría buena vigi-lancia en la zona, persuadido a la escuela de que searreglaría todo lo deteriorado y a los preocupados porlas bellezas del parque asegurado de que éste iba aser conservado entre otras cosas con la instalaciónde baños químicos. Y además, a Liverpool no le falta-rían conjuntos en su escenario.

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En los plenarios se restaba importancia a estasnoticias argumentando que pese a los decretos lesería muy difícil a los órganos "políticos" (JuntaLocal y Gobierno Central), pasar por encima de lavoluntad de los organismos de base "social" (Con-cejo Vecinal, Plenario Zonal). De manera que cuan-do se nos vino el decreto y al Concejo le quedó lareducida facultad de iniciativa, asesoramiento ycontrol, a un grupo de compañeros nos pareció quela Junta era un lugar peligroso en la medida en quedesde allí podía jugarse un partido propio, concen-trar el poder local, pensábamos.

Y entonces decidimos que algunos nos presenta-ríamos a candidatos a ediles locales en la eleccióninterna del Frente Amplio. Así llegamos algunos denosotros a la Junta Local habiéndonos preparado paraconcejales. Creo que es interesante hacer notar cuántonos pesaba la desconfianza por un poder central,como herederos que somos de una matriz cultural deoposición. La verdad es que sentíamos un poco devergüenza por el cargo y eso contribuyó a undesdibujamiento o a una identidad difusa de la JuntaLocal. Repetimos hasta el cansancio que estábamospara ejecutar las resoluciones del Concejo. Esto nospermitió un diálogo permanente, muy operativo, y unaparticipación conjunta en los distintos ámbitos. Ediles,concejales y vecinos, trabajando juntos, le dieron alas Comisiones Temáticas un sentido claro de elabo-ración y propuesta.

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Hubo también otros conflictos. No habíamos re-suelto el tema de la ocupación cuando aparece en laJunta para "resolver" el permiso a una empresa decarnaval que quería levantar un tablado en el ParqueBellán. La empresa ya tenía encaminado, por no de-cir resuelto, el trámite en la División Turismo. Entrelos integrantes de dicha empresa se encontraba unveterano funcionario municipal con vastos conoci-mientos en este tipo de trámites. Sucedió entoncesque la escuela primaria que hay en el parque, la co-misión de padres de la misma, los vecinos, los co-merciantes y hasta el club Liverpool -que tenía un es-cenario a cinco cuadras-, se pusieron en contra de lainstalación del tablado por razones que luego fueronampliamente explicitadas y ampliadas en un docu-mento elaborado por el Arq. Mañana -en ese enton-ces edil local por el Partido por el Gobierno del Pue-blo-, con argumentos urbanísticos, ambientales y deseguridad.

Era Febrero y teníamos dos o tres días para resol-ver. La empresa ya había contratado, desde hacía me-ses, propaganda, puestos de venta, cuarenta trabaja-dores, decían. No había tiempo para consultar al Con-cejo pero teníamos la opinión en contra de todas lasorganizaciones sociales del barrio. La Junta Local re-solvió entonces que no se hiciera el tablado. Aquí síque no pudimos con los poderes, valga el rebusca-miento de la frase. A la reunión siguiente de la JuntaLocal hubo qué rectificar la decisión porque todos los