Poca gente en el entierro

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RESEÑAS servicios en la cárce l. Se acuesta co n seis o siete pr esos d ura nt e la jornada, pero en verdad es tá enamorada de uno: Fr edy. El a que su cede la histo ri a, el much acho no tiene para p agar y e ll a to ma es te gesto co mo un desa ir e. Pero es tá dispuesta a "dársel o" gratis porque es tá chiflada y loca de amor. Inter esa n- te acie rt o es r ecoge r e l h ab la del perso- naje femenino: "H oy me lo 1n ando. Ese ma n es una coso t a. Oja me ca iga de prin1ero. H oy no le cobro. Yo a Fredy lo quiero. Hum , yo dizque enatnorada. ¡Gü evo na! ¡Sab i endo mo so n l os h ombres! Pero ese man me gusta. Se lo voy a decir. Le voy a decir: '¿Sabe q ué, Fr edy? Yo lo amo, yo soy una pu ta pe ro lo amo. Sí ust ed no q ui ere, no me si quiere, búrl ese, pero yo lo am o'" (pág. 36). A cos tumbr ad os co mo estam os Jos co lombianos a las variadas fo rm as de violen cia que vi vim os a diario, la his- to ri a de ve n gan za co ntada en P or pica- do r es ulta ev ide nt emente previs ible. Wilson, un in ge niero de clase m edia in vo lucra do en un ho mi cidio luego de un accidente aut omovilístico, es viola- do vejado y humillado por otros pre- sos de su patio. En respu es ta, y al sa l ir libre, se pr opone tortur ar los y matar- los , no sin antes hacer lo mismo con la fa mil ia de cada uno. El r es to de l libro se l ee por co mpr o- miso. Mu chos de los l ec tores no enco n- trarán sorp resas en las nu evas n anac io- n es , co n oce dor es po r alg ún m ed io - pr ensa, dramati zad os televisual es o por inf o rm ación t es tim o ni al dir ect a- so bre lo qu e su cede en las miserables cárceles manejadas por e llnp ec y el Mi- Boh::tín Cultur al y Bioliográlico. Vol. 36. núm. )l. 1999 nisterio de Ju st ic ia co lom bia nos: la am bigua co n ve rsión cris tiana de un de lincuente sexual (La voz del ángel); la actitud indifere nt e y cruel del "yo no vi nada" y de la extorsión habitual de los patios car ce la ri os en La mano de la le y; el expr es idia ri o que vuelve a las misrnas de ant es (Agua la hi storia de un antiguo militante gu err i- llero ahora co nvertido en mediador de negoc i os si cari ales ( El pasado es mi patria). El últi 1n o relato, R eynado. tal vez puede ser co nsiderado el mejor del li- hro. El m onó l ogo de un lus tr abo tas mu je ri ego, dr ogad icto, pa rlanc n, rater ito de supe rm ercados, rne las características heredadas de la gran tra- dición oral cos tu mbrista. proveniente de Tomás Can asqui ll a, que r ecoge la par- la fresca y directa de los antioqueños: ''E l billete es para gastárselo. Yo me la gasto en bu ena mecha , de marca, y en rumba. ¡Uf !, yo soy tremendo rumbero. Yo en Palacé era un rev. Las c hi mbas me bus caba n. ¡Claro que las cacho- ni aba! Uno es un varón y el varón es el que paga" (pág. 11 7 ). Uno de los obstáculos que presenta el libro es el uso exagerado de l argot: copado (ocupado). melon es (millones), peda lear (hacer el amor). cascó n (ma- tón). go l(ga nó), teléfono ( ma lla que da al exteri or de la cárce l), entre otros rminos. Es tos idiolectos -có mo se les deno min a en lingüísti ca pragmá ti - ca- prove nientes del bajo In undo, de l hab la juvenil o comercial y en general de la cultura ver b al antioqueña, limi- ta n la rel ació n com un ica ti va esc ri - tor-l ec tor. Proba ble me nte al final del li bro debe a ve nir un glosario con es- tas palabras. Es cie1 10 que algunas se dedu cen por contexto t ex to lingüís ti co. pero es to no es suf iciente. No sob ra re- cord ar que este gl osar io se podría ha- cer con base en el co mpletísimo Di c- cionario de las hablas populares de An t ioquia ( 1993). elabora do por los diligentes profesores Ca rlos García y César Mu ñoz. En todo caso, y pese a sus limitacio- nes formales y expresivas H istorias de la rcel Be L/ avis ta no debe se r pasado por alto. Co n No nacimos pa :11emilla brutal libro testimonia] de Alonso Sa l azar - , Sentir qu e es un soplo la vida , la insuficient emente valorada an- ENSAYO tología de crónicas y repot1ajes de Juan José H oyo s, La virgen de los sicarios. la n ovela de l anárqu ico Fe r nan do Va ll ejo. y No futuro. la pelíc ul a de Víc tor Gav iria. co nforman una sólida visión artís ti ca de la dolorosa realidad que vivió - y en algunos casos sigue viviendo- la Mede ll ín de tos años ochenta y n ove nta. Un aviso. pues, de que Antioquia co nstituye la vanguardia literaria del pa ís, incluso p or encima de Bogo t á. Karl Kr aus, el gran per io di sta y panfleti sta austriaco. afirmó: "Un esc ri - t or es el que p ue de conve rt ir una res- puesta en un e ni gma". Leído H isto r ias de la cárcel B ellavista, se concluye que las nuevas pr eg untas sobre aquel infier- no que sig ni fica la pérdida de la libe r- tad. qu edaro n aplazadas. C AR LOS S ANCHEZ L OZANO Poca gente en el entierro Jor ge Isaacs. Pericia y drama , Alvaro Cuartas Cm·mclf ACC Editores. [bagué. 1998. 73 págs. Es éste un cor to en sayo escr ito para con me m orar el cent enario de la mu e11e del escrit or Jorge l sa acs, acaecida en la ciudad de !bagué en el ano 1895, un 1 7 de abri l. El autor, miem br o de la Aca- d emia de Historia del Tolima y de la Soci eda d Nariñista de Co lomb ia. entre otras, intenta rendir un homenaje al es- c ri tor y a la ciudad a partir de su esta- día en ella, haciendo re saltar el hecho de que n1u rió allí. D esgraciadamente la verdadera di- mensión de este ilustre colombiano a ratos se confunde con las nos- tálgica s imá ge ne s crea das por su inspiración la c ual un ge las inmortales páginas de Marfa y de su obra poética. Sin embargo. la inten- c ión. que me anima es otra. H ablar del hombre qu e, cansado de recorrer los caminos, vivió. amó y soi1ó en suelo ibag uer eiio ... lpág. 18 J 1 03

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RESEÑAS

servicios en la cárcel. Se acuesta con seis o sie te presos durante la jornada, pero en verdad está enamorada de uno: Fredy. El día que sucede la historia, el muchacho no tiene para pagar y ella toma este gesto como un desaire. Pero está dispuesta a "dárselo" gratis porque está chiflada y loca de amor. Interesan­te acierto es recoger el habla del perso­naje femenino: "Hoy me lo 1nando. Ese man es una cosota. Ojalá me caiga de prin1ero. Hoy no le cobro. Yo a Fredy lo quiero. Hum, yo dizque enatnorada. ¡ Güevona! ¡Sabiendo cómo son los hombres! Pero ese man me gusta. Se lo voy a decir. Le voy a decir: '¿Sabe qué, Fredy? Yo lo amo, yo soy una puta pero lo amo. S í usted no quiere, no me crea~ si quiere, búrlese, pero yo lo amo'" (pág. 36).

Acostumbrados como estamos Jos colombianos a las variadas formas de violencia que vi vimos a diario, la hi s­toria de venganza contada en Por pica­do resulta evidentemente previsible. Wilson, un ingeniero de clase media involucrado en un homicidio luego de un accidente automovilístico, es viola­do vejado y humillado por otros pre­sos de su patio. En respuesta, y al salir libre, se propone torturarlos y matar­los, no sin antes hacer lo mismo con la familia de cada uno.

El resto del libro se lee por compro­miso. Muchos de los lectores no encon­trarán sorpresas en las nuevas nanacio­nes , conocedores por algún medio - prensa, dramatizados televisuales o por información testimonial directa­sobre lo que sucede en las miserables cárceles manejadas por ellnpec y el Mi-

Boh::tín Cultural y Bioliográlico. Vol. 36. núm. )l. 1999

nister io de Justicia colombianos: la ambigua conversión cristiana de un delincuente sexual (La voz del ángel); la actitud indiferente y cruel del "yo no vi nada" y de la extorsión habitual de los patios carcelarios en La mano de la ley ; el expresidiario que vuelve a las misrnas de antes (Agua bautismal)~ la hi storia de un antiguo mil itante guerri­llero ahora convertido en mediador de negocios sicari ales (El pasado es mi patria).

El últi1no relato, Reynado. tal vez puede ser considerado el mejor del li­hro. El monólogo de un lustrabotas mujeriego, drogadicto, parl anchín , raterito de supermercados, reúne las características heredadas de la gran tra­dición oral costumbrista. proveniente de Tomás Can asquilla, que recoge la par­la fresca y directa de los antioqueños: ''El billete es para gastárselo. Yo me la gasto en buena mecha, de marca, y en rumba. ¡Uf!, yo soy tremendo rumbero. Yo en Palacé era un rev. Las chi mbas

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me buscaban. ¡Claro que las cacho-niaba! Uno es un varón y el varón es el que paga" (pág. 11 7 ).

Uno de los obstáculos que presenta el libro es el uso exagerado del argot: copado (ocupado). melones (millones), pedalear (hacer el amor). cascón (ma­tón). goleó (ganó), teléfono (malla que da al exterior de la cárcel), entre otros términos. Estos idiolectos -cómo se les denomina en lingüística pragmáti­ca- provenientes del bajo Inundo, del habla j uvenil o comercial y en general de la cul tura verbal antioqueña, limi­tan la relación comun icativa esc ri ­tor-lector. Probablemente al final del libro debería venir un glosario con es­tas palabras. Es cie110 que algunas se deducen por contexto texto lingüístico. pero esto no es suficiente. No sobra re­cordar que este glosario se podría ha­cer con base en el completísimo Dic­cionario de las hablas populares de Antioquia ( 1993). elaborado por los diligentes profesores Car los García y César Muñoz.

En todo caso, y pese a sus limi tacio­nes formales y expresivas H istorias de la cárcel Be L/ avista no debe ser pasado por alto. Con No nacimos pa :11emilla ~el brutal libro testimonia] de Alonso Salazar- , Sentir que es un soplo la vida , la insuficientemente valorada an-

ENSAYO

tología de crónicas y repot1ajes de Juan José Hoyos, La virgen de los sicarios. la novela de l anárqu ico Fe rnand o Vallejo. y No futuro. la pe lícula de Víctor Gaviria. conforman una sólida visión artística de la dolorosa realidad que vivió - y en algunos casos sigue viviendo- la Medell ín de tos años ochenta y noventa. Un aviso. pues, de que Antioquia constituye la vanguardia literaria del país, incluso por encima de Bogotá.

K arl Kraus, el gran periodista y panfletista austriaco. afirmó: "Un escri ­tor es el que puede convertir una res­puesta en un enigma". Leído Historias de la cárcel Bellavista, se concluye que las nuevas preguntas sobre aquel infier­no que significa la pérdida de la liber­tad. quedaron aplazadas .

C ARLOS S ANCHEZ L OZANO

Poca gente en el entierro

Jorge Isaacs. Pericia y drama ,

Alvaro Cuartas Cm·mclf ACC Editores. [bagué. 1998. 73 págs.

Es éste un corto ensayo escrito para conmemorar el centenario de la mue11e del escritor Jorge lsaacs, acaecida en la ciudad de !bagué en el ano 1895, un 1 7 de abri l. El autor, miembro de la Aca­demia de Historia del Tolima y de la Sociedad Nariñista de Colombia. entre otras, intenta rendir un homenaje al es­cri tor y a la ciudad a partir de su esta­día en ella, haciendo resaltar el hecho de que n1urió allí.

D esgraciadamente la verdadera di­mensión de este ilustre colombiano a ratos se confunde con las nos­tálg icas imágenes creadas p or su inspiración literaria~ la cual unge las inmortales páginas de Marfa y de su obra poética. Sin embargo. la inten­ción. que me anima es otra. Hablar del hombre que, cansado de recorrer los caminos, vivió. amó y soi1ó en suelo ibaguereiio ... lpág. 18 J

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E:\ S.\ YO

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El c~ t ucr LO pt)r encajar un argumen­

to J nnuc no llene cahiua puede es tar hicn documentado. pero lo. daw~ d~ la concspondcnu a o <.k los e. c ri Lo · con­~ ultad o~ Jan t u mbo~ sm ton nt son. tra­tando Lic \ Jtuar Ja~ fic ha~ In terpre tada. ..;ohrc una ha~c e~trcc h a .

AunqUL' qu í e r~ hace r parece r que b aac' hu htcra c ~cog tdo e~ ta ciudad por gusto para radtcar~c en el la y que ~u

c\ t:ldía hubiera ~i do placentera. lo~ npa rt c~ que cita de 1<1 con·cspondcnc ia delc,c ritor dic~n otra cosa:

.. .. . SL'rú i ncv i tahk que mi fanlÍ l ia y vo con ti nuc m o" hahi tan do e:-. tc lugar. - -donde L'l l a '1 ve como tk s t~rrada dcsdt.' 18XO".

Y luego afirma Cuartas Coy1nac

En e.Has cartas escriws con d(j(•ren­cio tlf' cuatro mios lwr dos elemen­

tos que se• repiten : el del inst~(rible exlraiiamiento ,. el desdc1ioso cali-.ficclli\'o de ··este lu¡¿ar " que da al alero il>a)?uere1io. P(' ro ramhién uti­

li-:_una el de este lugarejo. ea/abras contenulas en la mtsma carta que en\·iu a Sierra: ello nos pennitiría

P('ll .\ ar que l saacs rene~aba d e ll>agu~. Pero la situacir5n era hien

d1s1inta. A un amigo lejano en cor­ta citada por /viario Carvajal. poe­w ,. cscriro r ca le1io. en su ohra Vida

y pos{(5n de Jorp,e Isaac.\', le dice: "!Ji en se estlÍ aquí '' ...

AfirmacJOnc. como ésta. una fra e di ­cha al azar a un amigo lejano y tal vez dentro de otro contt!.x.to. no son base \ Ufic ientc para apoyar el afecto por la ciudad. rn tí . aún si una páginas 1ná. ade lante e l mi smo Cuartas ubraya la importancia de que An tioqu ia hub iera pedido los restos de lsaacs años más

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tarJe. hacienJ \.1 caso a la pcticit)n del poe ta. quien se negaba a pc'rmanecer por rna. tiempo. aunque esluviera muer­LO. en ese "lugarejo ...

Así nú . mo. lo presenta t:t'mo ama­do por la ciudad y sus habi tante. para acto ~e guido afirmar que era tildJdo de hon1bre esqui,·o y eliti sta y Yisto con poc-a . impatía, asunto que se vio rctlc­j ado en e l pol'o concurrido y modesto Cl1llCITO.

'na a una. e!-lgrime razone~ para hn­ccr ibaguereno a alguien que se negó siempre a serlo y odió es tar en ese lu ­gar que le había tirado la fortuna. don­de contrajo las fieb res y . e aiTuinó bus­cando fi lone. de oro inexistentes, y una a una las n1i smas razones de Cuartas se vue 1 ven en su contra. m o. trando al lec­tor una realidad totaln1ente dife rente a la que intenta erigir e l au tor .

Evidentemente se consultó la co­rre ~ pondenc ia de lsaacs y uno que otro e cri to sobre él. pe ro e l tcx to resultan­te tli sta de . er una publicación úti l. no alcanza a ser fuente de consulta, pues únicamente se anotan datos sob re la sj­tuación económica y se hace uno q ue otro cornentario sobre la fianza que le pagó a su hijo por problemas políti ­cos, pero no aparece Isaacs poeta. ni e c ri tor : no se intenta situar a l lector en la época, ciertamente compleja ~ no cuen ta qué fue de . us hijos , de su ami ­go. de su muje r; q ué pasaba cultural­mente en la c iudad; qué . ucedía con Ma ría mjentras lsaacs moría de ham­bre; cuáles e ran en realidad Jos con­fl ictos político que Jo habían alejado del Cauca; en fin , qué le pasaba en rea­lidad a Isaacs además de ocupar por

RESt:ÑAS

casualidad una tumba en e l cemente­rio central dL' la c iudad <.k lhaguc du ­ra nte algo m~is dt' nueve afll)S. ...

El Magazín que fue

l\1en1oria impresa: antología de artícuJos del 1\ lagazín Dontinical de El Espectador Claudia All(onio An·ila.

Mnrisol Cono. Jtw11 M oflll<' l Rora (compilado r(>.,·)

Coopaativa Editori al Magist~rin.

El Espc( tadnr. EJi torial LIJu ver:-.iJad d~ A nt w quia. Mt' <.l~ ll ín. 1997. J tl-1 .

Es tu M em oria impresa es la antología de diez años de labores de l Magazín Don1inical del periód ico El Especta­dor. Está compues ta por tres tomo . . e l pri1ne ro de ellos sobre 1 i teratura. en el que hay entrev istas. ensayos, cuentos y poemas de autores nacionales y ex­tranjeros. El segundo tomo contiene una erie de artículos sobre derechos humanos, política. period isrno, cultu ­ra popular y te. timo nio. El tercer to mo está dedicado a cotnentarios. aná li sis y e rí 1 i e a so bre a r q u i te e t u r a, art es escénicas. artes pl ásticas, cine. filoso­fía, mús ica . y algunas mues tras de Magazines monográficos sobre te n1as como a1nor y hUinor, lo dernoníaco, la noche, e l anarqui stno y la casa, entre o tros. Son 1.193 páginas, sumadas las de los tres vo l ú1nenes.

Prólogo

La intención de esta antología es. se­gún el prólogo. echar una mirada hac ia atrás, H1nirar por un c ri stal retrovisor [ ... ]lo ocurrido en diez año ··, acudien­do a la distancia que los años han pues­to entre lo publicado y lo antologable. Se nos habla de lo que fue algo así como el es tandarte de esta publicacjón cultu­ral llamando "al debate claro y nada complac iente, que luche a dos manos contra la banalización , de una parte, y contra el pirañeo intelectual, de otra". También nos aclara que hay artículos

Aoletin CulturéJJ y BihJiográfico. Vol .. 16. núm. 52. 19lJ9