Poesía Posguerra

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INTRODUCCIÓN La dramática convulsión de la Guerra Civil (1936-1939) cerró una etapa de la historia de España. La nueva época de la dictadura franquista comienza queriendo crear una cultura ideológicamente nacionalista. De la guerra civil surge un nuevo régimen político: el régimen franquista, caracterizado: en política interior por una represión muy fuerte; en política económica por la autarquía y la intervención del Estado e la economía; en política cultural por la depuración de intelectuales y la falta de libertad; y en política exterior por el alineamiento con el fascismo. En 1943 Franco declara la neutralidad española en la II Guerra Mundial, y en el 46 EEUU, Gran Bretaña y Francia declaran no legítimo al régimen franquista, ratificado por la ONU. Tiene lugar un bloqueo económico. El fracaso de la política económica hace que se impongan cambios significativos que afectarán también a la producción literaria. Tras la guerra siguen componiendo sus obras, en el exilio o aquí, numerosos autores de las generaciones del 98 y 27. Podemos hablar de una “poesía del exilio” que se caracteriza por abordar los siguientes temas: la patria perdida, preocupaciones humanas, realidades de las tierras que los acogieron. Nuestra poesía había iniciado un proceso de “rehumanización” tras 1827, proceso que se intensifica con las dramáticas circunstancias de los años 30. En esta dirección seguirán - aunque con sensibles diferencias de enfoque- los poetas que escriben en España tras la guerra sólo en fechas cercanas volverán a ponerse en primer plano las preocupaciones formales. Distinguiremos en la evolución de la poesía, unas etapas, unas corrientes o unas tendencias paralelas a las que marcaban el desarrollo de los demás géneros. La poesía de posguerra se divide en tres movimientos: El existencialismo La crítica social La experimentación EXISTENCIALISMO

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Mònica Alujas, Ariadna Julià, Laura Carrera

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INTRODUCCIÓN

La dramática convulsión de la Guerra Civil (1936-1939) cerró una etapa de la historia de España. La nueva época de la dictadura franquista comienza queriendo crear una cultura ideológicamente nacionalista.

De la guerra civil surge un nuevo régimen político: el régimen franquista, caracterizado: en política interior por una represión muy fuerte; en política económica por la autarquía y la intervención del Estado e la economía; en política cultural por la depuración de intelectuales y la falta de libertad; y en política exterior por el alineamiento con el fascismo.

En 1943 Franco declara la neutralidad española en la II Guerra Mundial, y en el 46 EEUU, Gran Bretaña y Francia declaran no legítimo al régimen franquista, ratificado por la ONU. Tiene lugar un bloqueo económico. El fracaso de la política económica hace que se impongan cambios significativos que afectarán también a la producción literaria.

Tras la guerra siguen componiendo sus obras, en el exilio o aquí, numerosos autores de las generaciones del 98 y 27. Podemos hablar de una “poesía del exilio” que se caracteriza por abordar los siguientes temas: la patria perdida, preocupaciones humanas, realidades de las tierras que los acogieron.

Nuestra poesía había iniciado un proceso de “rehumanización” tras 1827, proceso que se intensifica con las dramáticas circunstancias de los años 30. En esta dirección seguirán -aunque con sensibles diferencias de enfoque- los poetas que escriben en España tras la guerra sólo en fechas cercanas volverán a ponerse en primer plano las preocupaciones formales. Distinguiremos en la evolución de la poesía, unas etapas, unas corrientes o unas tendencias paralelas a las que marcaban el desarrollo de los demás géneros.

La poesía de posguerra se divide en tres movimientos:

El existencialismo La crítica social La experimentación

EXISTENCIALISMO

Emergió como movimiento en el siglo XX, en el marco de la literatura y la filosofía, heredando algunos de los argumentos de filósofos anteriores como Schopenhauer, Nietzsche y Unamuno.

El existencialismo es una corriente, movimiento o serie de doctrinas filosóficas y culturales que tiene por objetivo y disciplina, el análisis y la descripción del sentido individual de la vida humana en cuanto “existe”. Sostiene que el existente humano piensa, actúa, se refiere y relaciona consigo mismo, con su propia trascendencia, con sus contradicciones y sus angustias.

Nuestra poesía había iniciado un proceso de “rehumanización” tras 1827, proceso que se intensifica con las dramáticas circunstancias de los años 30. En esta dirección seguirán -aunque con sensibles diferencias de enfoque- los poetas que escriben en España tras la guerra sólo en fechas cercanas volverán a ponerse en primer plano las

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preocupaciones formales. Es una etapa en la que domina el “yo”, con su angustia existencial.

Uno de los aspectos comunes en los escritores son algunos temas sobre la existencia del hombre en el mundo, temas que tienen que ver con el donde vamos, de dónde venimos, la razón de vivir, existencia o no de Dios, miedo a la muerte, problema de la libertad del hombre en la vida y la angustia de todo esto provoca en el hombre. Por eso se va a tratar de una literatura pesimista, tono sombrío...

Distinguiremos en la evolución de la poesía, unas tendencias paralelas que marcaban el desarrollo de los demás géneros durante los años 1940 y 1950:

Poesía arraigada:

Se desarrolla a lo largo de la década de los 40 y es una poesía alineada con la ideología de los vencedores.

- se fijan más en la perfección del verso y en la expresión de la belleza que en pintar la triste situación del momento. Por lo tanto, destacamos su afán optimista de claridad, perfección y orden.

- sentimientos religiosos o temas tradicionales como el paisaje, el amor y la expresión de la belleza.

- pretendían una forma serena y clásica evitando los gritos de angustia.

- se agrupan en torno a la revista de Garcilaso y vuelven sus ojos hacia él.

Los autores más destacados son Luis Rosales, con “La casa encendida”, Luis Felipe Vivanco, con “Tiempo de dolor”, Dionisio Ridruejo con “Primer libro de amor”, etc.

Poesía desarraigada:

Se desarrolla al mismo tiempo que la poesía arraigada, es decir, que son dos etapas paralelas y va en contra el esteticismo clasicista de los arraigados. Los poetas relatal la peripecia existencial del ser humano en tiempos de angustia, dolor y falta de futuro y al mismo tiempo piden cuentas a Dios.

- Espadaña es una revista comprometida socialmente que puso en peligro a sus colaboradores ante el régimen de Franco que acoge a los poetas de esta tendencia.

- En general es una poesía de tono trágico que se enfrenta a un mundo desecho y caótico, influido por el sufrimiento y la angustia.

- Estilo directo, sencillo, poco preocupado por los primores estéticos.

Los autores más destacados son Blas de Otero del que se hablará más adelante durante el período de la poesía social y Dámaso Alonso.

En general, en el período de la década de los 40, el período existencial, los dos autores más destacados son Vicente Aleixandre i Dámaso Alonso.

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Dámaso Alonso. Nació en Madrid en 1898. Pertenece por edad a la Generación del 27, aunque su obra Hijos de la ira (1944) le otorga un destacado papel en la poesía de posguerra. Su poesía inicial está próxima a la poesía pura propia de la época. Más tarde, su obra experimenta el giro hacia la poesía existencial y desgarrada de Hijos de la ira, que tanto influiría en la poesía de posguerra.

Su obra como estudioso y crítico literario lo convierte en una de las figuras más importantes en este campo. Por su doble condición de estudioso y creador, ingresa en la Real Academia Española, que dirige a partir del 1968.

Vicente Aleixandre el gran poeta de la Generación del 27 que permaneció en España y ejerció de maestro y guía de jóvenes poetas, publica Historias del corazón (1954), que combina aparentemente dos tipos de poesía: poesía amorosa y poesía que reivindica la solidaridad humana.

Ambos temas se relacionan, como el título del libro sugiere; lo que en su obra anterior era una búsqueda de armonía en la amada y en la naturaleza, ahora se extiende a una búsqueda de armonía en la sociedad.

Su producción poética tiene varias etapas:

- Poesía pura: donde encontramos su primer libro donde todavía no ha encontrado su propia voz.

- Poesía surrealista: donde se produce un cambio radical en su concepción poética y se basa en el surrealismo.

- Poesía antropocéntrica: tras la guerra su obra cambia, acercándose a las preocupaciones de la poesía social imperante.

- Poesía de vejez: en sus últimos libros el estilo del poeta vuelve a dar un giro, la cercanía a la muerte y la experiencia le llevan de vuelta al irracionalismo juvenil aunque en una modalidad extremadamente depurada y serena.

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POESÍA SOCIAL (AÑOS 50)

Durante la década de los cincuenta son muchas las voces que, tanto a través de la creación poética como a través del planteamiento teórico, manifiestan la necesidad de compromiso del arte, del artista, con la realidad histórica más inmediata. En España, esta voluntad, que se percibe también en la novela y el teatro, se inscribe en un contexto algo distinto al de la década anterior, que sin duda la favorece. La situación política surgida de la Guerra Civil ha entrado en su segunda década, y forzosamente ha cambiado.

Algunos grupos sociales que habían apoyado al régimen se distancian de él y al mismo tiempo hay mayor disponibilidad de textos prohibidos, tanto nacionales como extranjeros y muchos estudiantes y trabajadores empiezan a publicar. En este contexto se produce el auge de la poesía social.

La mayor parte de la producción poética de los cincuenta se inscribe en esta tendencia que desplaza su atención de lo íntimo a lo colectivo, que lleva a la intimidad del poeta la preocupación por sus semejantes, que se dirige a la mayoría y se concibe a sí misma como instrumento de denuncia. Así pues, esta poesía social parte de la poesía desarraigada. La poesía debe “tomar partido” ante los problemas del mundo que le rodea. Sirve como un acto de solidaridad con los que sufren, abandonando la expresión de los problemas íntimos o “existenciales”.  

Se ha señalado, acertadamente, que muchos poetas publican un solo libro que pueda adscribirse a esta tendencia y luego evolucionan en otras direcciones, dado que la poesía social, adolecía de ciertas limitaciones. Se ha criticado en ella el dominio de la orientación ideológica sobre la preocupación estilística e incluso un cierto descuido formal, y hubo una gran cantidad de obras cuyo interés es más sociológico que literario, pero los grandes poetas lograron composiciones excelentes dentro de esta nueva poética.

Algunos de los poetas más destacados fueron Vicente Aleixandre, comentado ya anteriormente; Gabriel Celaya, quien se inicia como continuador del Surrealismo y pasa por una etapa existencial y finalmente Blas de Otero y José Hierro, poetas en los cuales nos centraremos.

Blas de Otero

Nació en Bilbao en 1916. Cursó la carrera de Derecho, aunque nunca ejerció. Se dedicó durante algún tiempo a la enseñanza, que abandonó para entregarse por entero a su obra cuando y era un poeta de prestigio internacional.

Su trayectoria es similar a la de otros poetas que escriben después de la traumática experiencia de la Guerra Civil. Se inicia con una poesía existencial, a menudo religiosa, marcada por la angustia. A esta etapa pertenecen sus primeros libros: Ángel fieramente humano (1950) y Redoble de conciencia (1951). En un segundo momento, inaugurado por su obra Pido la paz y la palabra (1955), el poeta se abre a un enfoque más social de la realidad; su poesía busca ser una forma de solidaridad y de lucha. A partir de 1965, su poesía se renueva forma y temáticamente como la de otros poetas. Murió en Madrid, en 1979.

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Evolución poética; del existencialismo a la poesía social

La soledad de Blas de Otero crecía con su prestigio. Su búsqueda de un "yo" con el que dialogar había fracasado. No obstante, encontró una manera de mitigar su soledad: el encuentro con los otros, ser hombre entre los hombres. Así apareció el "nosotros" en su poesía: un cambio en su poética que no sólo significó una nueva dimensión en su obra, sino también el descubrimiento de la solidaridad humana, que terminó con su crisis y le devolvió la paz espiritual. La poesía del desarraigo pasó a ser poesía del encuentro.

Ayudaron a este giro de timón sus nuevas amistades, poetas y artistas del grupo bilbaíno y nombres importantes, que lo encaminaron a "la inmensa mayoría". Por aquel entonces, su prestigio había crecido tanto que empezaba a ser estudiado por los eruditos (Dámaso Alonso, Alarcos...), a aparecer en antologías, ser protagonista de monografías, artículos y ensayos y ganar todos los premios importantes de su época.

Su extraño sentimiento hacia España, de amor y repulsión a la vez, lo llevó al autoexilio en París. Allí accedió a los círculos comunistas e incluso se afilió en 1952 al Partido Comunista por afinidad, si no política, sin duda ideológica: en él veía cristalizados sus ideales humanistas. Asumió el marxismo que le otorgó una explicación global del hombre en la historia. El descubrimiento de un prisma filosófico y vital alternativo al dominante en la España de la época le llenó de satisfacción. En París se fraguó Pido la paz y la palabra desde su nueva fe en el género humano: el verso se había convertido en una herramienta para tratar de cambiar el mundo

José Hierro

Poeta español nacido en Madrid en 1922. Es uno de los poetas de la «Generación del medio siglo» cuya poesía contiene rasgos sociales basados en su experiencia como «Niño de la guerra». Está considerado como uno de los grandes poetas contemporáneos de habla hispana.

Su obra abarca temas sociales y de compromiso con el hombre, el paso del tiempo y el recuerdo, como puede observarse en «Cuaderno de Nueva York» y «Alegría», dos de sus publicaciones más importantes.

Durante la guerra civil se dedicó a actividades clandestinas que motivaron su encarcelamiento en 1939. Después de ser liberado en 1942, se desempeñó en diversos oficios durante varios años, hasta radicarse en Madrid, donde inició entonces una larga carrera como escritor, jalonada por numerosos premios y distinciones. Desde 1999 fue nombrado Miembro de la Real Academia de la Lengua En 2002 el Ayuntamiento de Madrid le concedió la Medalla de Oro de la ciudad. Falleció en diciembre 21 del mismo año.

Evolución poética

Sus primeros versos aparecen en distintas publicaciones del frente republicano. Acabada la contienda, padece cuatro años de cárcel, y esta experiencia lo marca indeleblemente. De ahí que, al reaparecer en el panorama lírico de los años cuarenta, con dos libros casi simultáneos, lo haga urgido por un amargo poso autobiográfico que dota a su poesía de una madurez poco frecuente en jóvenes poetas.

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Su primera obra se titula Tierra sin nosotros (1947), donde arraiga, no ya sólo este libro, sino buena parte de la producción surgida de la guerra: la patria un día habitable aparece en ruinas.

Al cabo de unos años, su producción poética empieza a cambiar de rumbo y con su publicación Quinta del 42 (1953) comienza la exploración de la vía solidaria; en esta publicación aparece la poesía social y es el momento en que deja atrás la poesía arraigada.

En Cuanto sé de mí (1957), acentúa la preocupación verbal, reivindica ámbitos imaginativos y se aleja de la historia y del tiempo para acceder a la «sonora gruta del enigma».

A finales de los 90 publicará Cuaderno de Nueva York, considerada ésta última una obra maestra contemporánea.

Su poesía es poderosamente evocativa y ahonda en una intimidad erosionada por un tiempo implacable. Se inició con una temática reivindicativa testimonial, la memoria de un niño de la guerra, si bien no es un poeta social al uso; poco a poco fue haciéndose más colectiva y existencial.

En los primeros 60 comienza las primeras críticas al simplismo y a la baja calidad de alguno de los autores. Contribuyeron al descrédito de esta poesía la repetición de temas y formas y el cambio en las formas de vida con el desarrollismo social de los 60. Pese a esto la actitud crítica se mantiene en autores posteriores.

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EXPERIMENTALISMO

A finales de los 50 se empieza a superar la etapa social, y comienzan a surgir nuevas tendencias y movimientos artísticos y literarios.

Las características generales de la poesía entre los años 1960 y 1980 son la preocupación fundamental por el hombre y el inconformismo sin llegar al realismo crítico.

Su temática vuelve a lo íntimo: nostalgia, la familia, el amor, el erotismo…

En el estilo es muy visible un voluntario alejamiento de las tendencias anteriores.

Se rechaza el patetismo de la “poesía desarraigada” y se busca una labor de depuración de la palabra.

Uno de los movimientos que se puede destacar entre los años 60 y 80 es el experimentalismo.

Se llama experimentalismo, por oposición al clasicismo, a toda aquella manifestación artística de acusada tendencia transgresora y rupturista respecto de los modelos anteriores.

En este movimiento se aplican innovaciones de la literatura europea, la narrativa hispanoamericana, un interés por los aspectos formales y una interpretación de la realidad.

Las características generales de la poesía experimental son; una vuelta a la poesía vanguardista, culta de influencia modernista utilizando metáforas, símbolos, juegos lingüísticos… Otra característica de la poesía experimental es la utilización de unos personajes que representan una clase social concreta, la aparición de una alteración voluntaria de la sintaxis, una anulación de la sucesión temporal lógica y la pérdida de importancia del argumento para dársela a la tensión del relato y así hacer que ella recaiga en temas como la muerte y los sentimientos.

Otro movimiento que aparece en los años 70 es el de los Novísimos.

En 1970 se publica una antología de amplia repercusión, titulada Nueve novísimos poetas españoles. Estos poetas nacieron después de la Guerra civil y recibieron una educación distinta a la de los anteriores autores, les son frecuentes los viajes, lo que les pone en contacto con nuevas tendencias culturales.

En la tendencia de este movimiento se encuentra lo personal (infancia, amor o erotismo) junto a lo “público” (la guerra de Vietnam, la sociedad de consumo). Al lado de un interno malestar que aparece una provocadora frivolidad.

Es el estilo lo que les importa realmente a los novísimos y su objetivo principal es la renovación del lenguaje poético.

La poesía de este grupo se caracterizó por el lenguaje culto y refinado, que recuerda en algunos aspectos al Modernismo, y por los temas tratados que procedían del arte,

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la cultura y la propia literatura; también incluyó elementos procedentes de géneros como el cómico o el cine.

En esta época se puede destacar tres autores, Blas de Otero, Gil de Biedma y Claudio Rodríguez.

El primer autor, Blas de Otero, ya lo ha explicado Ariadna pero cabe destacar que éste no solo pertenece al movimiento social si no que tiene tres etapas; la primera de humanización en la que canta al hombre sus luchas y anhelos, la segunda etapa que es la social y la tercera que esta caracterizada por su experimentalismo. Una obra que pertenece a esta última etapa es “Historias fingidas y verdaderas” que escribió en 1970.

El segundo autor destacado de este período es Gil de Biedma

Gil de Biedma era un poeta español nacido en Barcelona en 1929 en el seno de una familia de la alta burguesía.

Inició sus estudios de Derecho en Barcelona y los continuó en Salamanca, donde se licenció.

Su poesía, de tono elegíaco, enlaza con la de Vallejo, Antonio Machado y con el delicado erotismo de Cernuda.

Aunque su obra no es muy extensa, es una de las que más influencia ha ejercido en las generaciones recientes.

Su primer libro, «Según sentencia del tiempo», se publicó en 1953, seguida de «Compañeros de viaje» en1959, «En favor de Venus» en 1965, «Moralidades» en1966, «Poemas póstumos» en1968, «Las personas del verbo» en 1975 y 1982, donde recoge su poesía hasta esas fechas. Escribió agudos ensayos literarios, y después de su muerte se editó un diario suyo, «Retrato del artista».

Murió en Barcelona en 1990.

I por último Claudio Rodríguez fue un poeta español nacido en Zamora en 1934.

Licenciado en Filología Romántica por la Universidad de Madrid, fue lector de español en las Universidades de Nottingham y Cambridge entre 1958 y 1964. Esta circunstancia le permitió conocer a los románticos ingleses y a Dylan Thomas quien fue fundamental en su formación como poeta.

Antes de cumplir los veinte años, en 1953, obtuvo el premio «Adonais», al que siguieron luego el premio «Nacional de la Crítica», el «Nacional de Literatura» el de «Letras de Castilla y León», el «Premio Nacional de Poesía», el «Príncipe Asturias de las Letras», y el «Reina Sofía Iberoamericana».

En 1987 fue elegido miembro de número de la Real Academia Española de la Lengua para ocupar el sillón I, sustituyendo a Gerardo Diego. Fue nombrado Hijo Predilecto de la Ciudad de Zamora en 1989, y en 1999, falleció en Madrid cuando se encontraba trabajando en su último libro de poemas.

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La poesía de Claudio Rodríguez es una poesía reflexiva y severa, que consiste en la contemplación de la naturaleza, la existencia de los hombres y la consideración de su posible trascendencia.