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  • 7/27/2019 Potica de Yves Bonnefoy

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    Potica de Yves Bonnefoy

    PATRICIA MARTNEZ GARCA. U.A.M.

    En la obra de Bonnefoy, la prctica potica parece desdoblarse en dosvivencias indisociables y en muchos casos enfrentadas: a del poeta, en lavibrante y sostenida interpelacin potica, en la perseverante btisqueda del

    sentido que intenta retomar Ja definicin del ser como presencia y no comopermanencia; y la del terico que se cuestiona sobre las condiciones verba-les necesarias para la aprehensin y revelacin potica de dicha presencia.

    En sus libros de poesa, desde Douve (1953) hasta Ce quifutsans lumi-re (1987), el poeta ahonda en el misterio del ser y se cuestiona sobre losmodos de enunciar una presencia redimida de toda formulacin idealista oconceptual.

    En sus ensayos en prosa, desde LImprobable (1959) hastaLa Vrit deParo/e (1988), eJ critico indaga en las diferentes formas de Ja expresinartstica y reflexiona sobre las condiciones de una Potica del objeto de arte

    como presencia sensible y reveladora del Ser.2

    Damoavemenl etde iimmobilitde flouve (953); lcrr4gnan dsert (1965); Dans le learre

    daSeal (975), Ce qaifi~ sarisIumi?re (1987). A partir de ahora utilizaremos las abreviaturas siguien-les: D.; H.R.D.; PE.; D.L.5. Todas ellas, excepto la ltima han sido reunidas en una edicion comunbajo el ttulo de Po?mesen Mercure de France, 978 y ms tarde en la coleccin Posie de Galli-

    n,ard, 1982. Es esta ltima edicin la que utilizamos para todas las referencias.

    Para referirnos a los distintos ensayos, utilizamos las siguientes abreviaturas: 1.: Limprobable,Paris, Mercure de France, 977; E.: Enirelieris Sartaposie, Neuchfttel, La Baconni~re, 1981; AP.:LArri?re Pays, Skira, 1972; vP.: Lz~ Vril deparole, Paris, Mercure de France, 989.

    Revistade Filviogia Francesa, 2. ~dstonal Complutense, Madnd, 1992.

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    Esta interaccin entre prctica potica y reflexin metapotica, se tradu-

    ce, en muchos casos en agresin, ofensiva verbal e intelectual contra deter-

    minados valores poticos de cuya renovacin parece depender el xito de labsqueda. Ofensiva contra el lenguaje que es tambin una ofensiva contra

    el poeta mismo: Contre qui luttons-nous jamais sinon contre notre dou-

    ble, escribe Bonnefoy en su ensayo sobre la Chanson de Roland (N.R.p,ll7). Y Bonnefoy reconoce a su doble en la tentacin de esa palabra

    desvirtuada, transformada en espacio conceptuaJ izado, formalista, decorati-

    yo o esttico, incapaz de dar cuenta de lo inmediato, de asistir al fenmenode ver brotar mundo sin que en su encarnacin de la realidad vivida inter-

    fieran las mediaciones conceptuales o la tentacin esteticista.As, para llevar a buen trmino su proyecto ontolgico, la aprehensin

    verbal del ser como presencia, el poeta presiente Ja necesidad de deshonrar

    al Jenguaje en el que no estn presentes las marcas mas desasosegantes de

    la imperfeccin, y de reinventar unos nuevos actos poticos capaces dearrancarnos del orden bien articulado del pensamiento conceptual, de la

    plenitud formal e intelectual, y de abrirse a esa errancia ilimitada que es la

    existencia humana lobscure possible terrestre.

    En la presente exposicin intentar poner de manifiesto los distintos pa-

    sos, las sucesivas estrategias figurativas de la palabra en su trayecto episte-

    molgico hacia el mundo. Trayecto siempre incierto y provisional, que es

    cuestionamiento, tanteo, aproximacin, antes que afirmacin rotunda, puesel poema no es repuesta, ni objeto, ni objetivo, el poema es mediacin,

    acercamiento, bsqueda y fracaso.Toda itinerancia potica en Bonnefoy arranca del espacio de la carencia,

    del reconocimiento de la ausencia como primera certidumbre de orden on-

    tolgico. Lo absoluto, el mundo en su ser absoluto, es aquello de lo que secarece, y al mismo tiempo, esa carencia, ese no-ser la plenitud del ser, es

    lo que impulsa al poeta a interpelar, a interrogar, a buscar con las palabras

    el sentido siempre misterioso de Ja existencia.

    La bsqueda potica de Bonnefoy, se inicia desde la nostlgica aspiracin

    a ese lejano horizonte luminoso de la Vraie Vie siempre ausente, reginremota y sagrada del virtual sentido plenario de la existencia que el poeta

    evoca en los ltimos poemas de Douve, su primer libro:Ainsi niarcherons~nous sur les ruines duncml immense,Le site au bm saccotnplira

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    Corome un destin dans la vive Iumi~re.

    Le pays le plus beau longtemps cherch.

    Stendra devant ricas ferie des saIamandz~s. (0., 93)

    Pero, cmo acceder a ese espacio todava ausente de la improbablerevelacin del mundo en su sentido absoluto?. Cmo llegar hasta el VraiLieu, metfora csmica del horizonte siempre diferido de la presencia?

    Antes de emprender el camino hacia la estancia luminosa y difana del

    sentido, ser necesario aceptar y ahondar en la oscuridad, asumir intensa-

    mente el vaco significativo de lo real:

    Demande pour tea yeux que les rompe la nuit,

    Rien nc eommencera quau-del de ce voile. (0., 88)

    El primer imperativo de la moral potica de Bonnefoy se concentra puesen destituir las formas ms luminosas de la ensoacin potica y substituir-las por el reconocimiento de la finitud, de lo inmediato, de lo improbable,

    pues la verdadera presencia slo puede fundamentarse sobre el previo reco-

    nocimiento de la ausencia, de la fnitud, de la muerte:

    II te faudra franchir la mort pour que tu vives,

    La plus puro prsence est un sang rtpandu. (0., 74>

    Decir que lo que es requiere de la muerte para afirmar su realidad, su-

    pone renovar y continuar una corriente de pensamiento que desde Heideg-

    ger formula el ser como presencia y no como permanencia y afirma la exi-gencia ontolgica de decir el ser a partir del no-ser. Frente a la tradicin

    filosfica que postula el sentido pleno de la existencia y la posibilidad deun conocimiento absoluto del mundo, Bonnefoy se situara del lado de

    aquellas ontologas de nuestro siglo que cuestionan la posibilidad de expli-car La existencia como plenitud significativa, y afirman que lo nico que es

    absolutamente cieno es la finitud, como probabilidad extrema de toda exis-

    tencia.Esta intuicin central del ser que se revela como presencia en el recono-

    cimiento de su abocamiento a la ausencia, constituye una clave imprescindi-

    ble para adentrarse en la lectura de Douve, texto ciertamente hermtico, en

    el que Bonnefoy lleva a cabo una violenta ofensiva contra los valores de

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    identidad y de permanencia, a los que el poeta opondr las nociones de

    diferencia e impermanencia como demarcadores existenciales de la presen-

    cia.La agresin y destitucin de la nocin de presencia como permanencia e

    identidad se realiza poticamente en la destruccin de Douve, ambiguo y

    cambiante sujeto poemtico, cuya re-presentacin potica es constantemente

    diferente -y por lo tanto no-idntica- a si misma, y, al mismo tiempo, mdi-

    sociable de su abocamiento a la finitud.

    As, la agona incesante renovada de Douve revela la necesaria acepta-

    cin de la ausencia, es decir de la imperfeccin y de la finitud como condi-

    cin primordial para la revelacin de la presencia. Slo una vez asumida su

    vocacin sacrificial podr sta aprehender su verdadera esencia y revelarse

    como Prsence ressaisie dans la torche du froid! Prsence exacte quaucu-

    ne flamme ne saurait restreindre. Y slo entonces podr real izarse el acto

    de la nominacin potica, que es tambin un acto de conocimiento, un actode posesin: Douve, je parle en toi etje tenserre dans lacte de connaitre

    et de nommer.

    Al mismo tiempo, el vector de la destruccin se presta igualmente a una

    lectura metapotica en la que Douve podra ser considerada como alegora

    de la propia poesa. As, del mismo modo que sta accede a su verdadero

    ser a travs de la experiencia de la finitud, la palabra potica, para hacerse

    presencia, deber erigirse sobre su propia destruccin. Destruccin funda-cional y regeneradora, Tabla rasa nocional y formal, de la que la palabra -

    como Douve o el ave Fenix- resurge depurada de toda resonancia concep-

    tual, arraigada aJ tiempo y a la fmitud preparada para encarnar el sentido

    precario e improbable de lo que es: para hacerse presencia.lcr regnant dserr constituye el segundo momento de la qu6te. Tras

    las llamas del incendio regenerador, el poeta se recrea en el paisaje calcina-

    do, para rememorar el sacrificio y seguir indagando en la imposibilidad de

    toda plenitud significativa.

    Apais rnaintcnant, te souvicns tuDun temps oit nous luttions grandes armes,

    Que restait-iI

    Daris nos coeurs qutsn dsir de nous pcrdre,

    infmni? (H.RD., 69)

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    Se inicia entonces la fase ms intimista de la bsqueda. La tendenciamstica, que ya se perfilaba en el libro anterior, se intensifica ahora y se

    traduce en la voluntad del poeta de sappliquer se dtacher de toute illu-sion et tre prt ~ tout accepter, tout et dabord et surtout la mort (Ham-

    Iet, p. 14); en el desee de ahondar en la oscuridad, de adentrarse verslautre rive encore plus nocturne (H.R.D., p. 133), de dejarse llevar por

    cette fi~vre dinexister.

    El pensamiento de la ausencia y del vacio constituye el tema modularque vertebra y conduce las imgenes del despojamiento, de la estancia de-

    socupada, del espacio desierto, figuraciones emblemticas del vacio espi-

    ritual en su voluntad de acoger la opacidad nocturna.

    Le (cts veille dsert u jardin de msnoirc.Et tol, ombre daris ombre, qul est-tu, oitest-tu? (HR,D. 8)

    La poesa deviene entonces espera y vigilia, despojamiento y depuracindel yo histrico, recogimiento e indagacin en las formas de la ausencia y

    del silencio:

    Hier rgnant dsert jfais feulile sauvage

    cf libre de mourir. (H.R.D. 66)

    Indagacin que ocasiona un hallazgo esttico de gran rentabilidad figura-tiva: la belleza de la ruina, encarnacin de la decadencia de la materia sen-

    sible que deja presentir esa carencia trgica y secreta, esa premonicin de

    la muerte futura le tragique manque secret por el que Bonnefoy siente

    tanta predileccin. Pues pensar la ruina es casi pensar la ausencia a la queste se ver abocada, pero es sobre todo pensar lo que es como realidad

    sometida al tiempo, producto inacabado y en trance de temporalidad.

    La ascesis verbal le impone entonces la necesidad de desmantelar todaplenitud significativa, toda perfeccin formal, Ruiner la face nue qui mon-

    te dans le marbre,/Marteler toute forme toute beaut (p. 139), para afir-mar que Limperfection est la cime, ahondando as en el proceso de auto-

    crtica deconstructiva instaurado en Douve.Pero la ascesis potica puede desembocar en el vacio absoluto, temor

    significado por la figura acechante de Ltranger que nos induce a pensar

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    que no hay sino vacio y ausencia. Y la va abierta por la Potica de la des-

    truccin podra desembocar en un impasse: Vois, dja tus chemins que

    tu suivais se ferment,/ II ne test plus donn mme ce rpit/Daller mameperdu. (p. 118) Los textos de Bonnefoy sobre Jouve y San Juan de la

    Cruz ponen de manifiesto su cautela ante el peligro de toda indagacin

    mstica de perderse en una experiencia trop abyssale (NR. p. 265).No hay revolucin literaria que pueda persistir indefinidamente, escriba

    Barthes por esas mismas fechas, y tras el periodo de ascesis, el poeta co-

    mienza a desbrozar nuevos caminos en los que encauzar su itineranca.

    A partir de Pierre crte, se puede apreciar un cambio en la nocin depresencia que abre una nueva va al impulso potico de la bsqueda. Me

    refiero aJ reconocimiento del fenmeno de la alteridad como caracterstica

    prmitiva de nuestra insercin en el mundo, como elemento fundacional yrevelador de la presencia. Pues la conciencia de uno mismo se da al opo-

    nerse a otras consciencias y decir Yo es reconocer la singularidad de los

    otros: Dire Je -escribe Bonnefoy- demeure pour les potes la relit com-me telle et une tche prcise; celle qui recentre les mots, franchies Jes bor-

    nes du rve, ~ la relation autrui qui est lorigine de ltre. (1. p. 249) La

    poesa, atrada por los signos furtivos del virtual desvelamiento del otro, se

    escora entonces, hacia el conocimiento del mundo exterior y de las dems

    conciencas. La intrusin del otro como presencia, no se manifiesta como

    experiencia negativa de dolorosa separacin o de reafirmacin en la sole-dad, sino como voluntad de encuentro, de comunicacin, de absoJuta co-

    existencia. Tarea siempre problemtica, incierta, aproximativa, que repre-

    senta tambin el paso de la conciencia esttica a la conciencia tica.Desde los primeros poemas de Pierre crte, se perfila una nueva estra-

    tegia potica que coexistir de ahora en adelante con la pulsin destructora:

    el impuJso de la apertura, vector progresivamente poderoso, invade todo elentorno csmico. As, las formas nocturnas del vacio -figuracin potica

    del vacio espiritual- se preparan para acoger un posible aunque inciertoamanecer:

    Je suis cet autel vide, el ce goulfre, el ces archesEf toi mnle peut-trc, et e doufc: njais 1aubc

    Ef le rayonnernent de pierres descelcs. (248)

    Apertura de la noche que anuncia el fin de Ja intensa espera, aparente

    deselladura de la opacidad material hacia la luz todava indecisa. Y apertura

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    tambin del paisaje, ensanchamiento csmico del horizonte que parece pre-pararse para acoger en su seno la incierta experiencia de la alteridad:

    11 me sembe ce soir,Que le del toil, sdargissant

    Se rappmche de nous; cf que la nuit,

    Denire tant de feux, csf moma obscurc.(lSS)

    El universo poemtico abierto a la alteridad, ser invadido y subjetiviza-

    do por la presencia del otro para constituirse en espacio carnal de la expe-riencia altruista. Todos los fenmenos del mundo sensible -rboles, astros,

    ros, nubes y piedras- constituirn el espacio virtual de la aparicin del otro

    como presencia,y

    el poemase

    transformaen

    instancia proyectiva, altro-pisrno hacia el tu de la allocucin lrica:

    Tu es une can, a plus obscure,

    La plus fraichc oit gofcr limpartagcable asnour. (201>

    Parfois je te savais la terre, jc buvala

    Sur tea vrea angolase des lonfaines. (225)

    De este modo, la progresiva apertura del paisaje hacia el t desenboca en

    las imgenes del encuentro, de la acogida, de la integracin: convergencia

    de lo mltiple en lo uno, de Jo dispar en lo indiviso, de lo eterno en loatemporal.

    Retrouvona-nous, prenons It poignca notre pure prsence.

    Acccuile-moi, intcnsment mala djacrtcmcnt

    Faja queje naie pas de visage, pas dc noro. (277)

    La poesa posibilita entonces la experiencia del mundo aprendido como

    totalidad, como fusin integradora de contrarios: Le contact avec Iun, ce

    que jappelle prsence, Lun immanent ~ tout ce qui est, Tout ce haut

    pays que Un trs proche brle. El grave reconocimiento de la finitudcede paso a la celebracin jubilosa del aqu efmero, aceptacin intensa y

    trgica del lugar mortal que, en la mstica materialista y pagana de Bonne-

    foy, recibe el nombre de incarnation.

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    Y al mismo tiempo, esta pulsin de apertura no se agota en su propia

    manifestacin, sino que se constituye en alegora metapotica de la palabra

    en su requerimiento de abrirse a a contingencia, de transformarse en O-u-verture tente dans lpaisseur du monde en la que pueda injertarse la

    substancia informe de lo real, la sbita intrusin del tiempo (presencia) en

    lo atemporal (palabra).Y tras el ensanchamiento de la frase-tierra en su intento de abarcar, en-

    globar, acoger la unidad presentida, una ltima cadencia figurativa com-

    pleta el ciclo de la apertura: son las imgenes del recogimiento, del replie-

    gue, de la curbatura, en las que Toute Ame se vote autour dun dire

    simple (242). Dinamismo siempre descendente, escorado hacia lo terrenal,

    a contrario de toda ensoacin de elevacin hacia alguna trascendencia

    suprasensible, en su afn de celebrar la immanencia de lo simple.La palabra potica que antes se desplegaba en su instancia proyectiva

    hacia el mundo, invierte ahora el movimiento, se repliega sobre s misma,

    Aile de limpossible replote, para transformarse en receptculo, cauce,

    depsito en el que cosechar el germen fecundador de la presencia:

    Je te reccuille dtns mes maitis rapprochcsPour une coupe. (272)

    Daris la main dc dehora ferm&

    A commencA

    germcrLe bId des choses du monde. (270)

    La referencia ertica se intensifica a partir de los poemas de Sur le leu-

    rre du Seuil, para significar el encuentro, la comunin vibrante y jubilosacon la materialidad fundamental del mundo, la fusin del cuerpo y de la

    conciencia con lo inmediato: Tu acceuilles la terre qui excede le dsir. Elespacio poemtico abstracto e indefinido de los primeros textos ceder paso

    al resurgimiento vegetal, la tierra estril y deshabitada se habr transforma-

    do en paisaje regenerado, fecundado por la palabra hecha presencia: Une

    terre saisie fertilise. (241)La morfologa de los espacios imaginarios, en sus sucesivas figuraciones

    dinmicas, describen las diferentes estrategias de la palabra potica en subsqueda ontolgica. Las claves de la Potica de Yves Bonnefoy estaran

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    por tanto contenidas en los espacios figurativos del texto que se configura,

    as, como metapoema o realizacin alegrica del acto potico.

    De este modo, la concepcin de la escritura como necesaria destruccinfundacional o regeneradora, la exigencia de romper la clausura significativa

    y tbrmal del poema, cede paso, progresivamente, a una prctica potica

    concebida como acercamiento, mediacin, integracin y encarnacin, siem-pre problemtica y aproximativa, de la presencia.

    La estrategia potica de la bsqueda habr evolucionado pues desde la

    ruptura inicial a la apertura, deselladura, despliegue, ensanchamiento, aco-

    gida, y repliegue final, para conformar la ensoacin potica del Vrai

    Lieu, espacio clausurado y abierto a la vez, estancia desocupada, rememo-

    racin de un signo hecho lugar, de la palabra hueca, deshabitada, tempora-

    lizada, abierta al mundo, en la paciente espera de la replecin semntica.Pero la pulsin de la apertura no slo se manifiesta en la conformacin

    temtica de los espacios figurativos. Tambin se traduce en el plano de loformal ocasionando lo que en otro momento defin como la Potica de la

    Imperfeccin que atae a los niveles prosdico y fonofonolgico, sintctico

    y semntico del texto. El tiempo me impide desarrollar estos aspectos en un

    anlisis detallado, pero si me gustara esbozar muy brevemente los diferen-tes vectores formales de la apertura:

    - En el plano prosdico y fonofolgico merecen especial atencin la decon-

    struccin del alejandrino clsico en el mbito del verso, y del soneto en el

    mbito de la estrofa, as como el efecto silenciador de la E muda francesa

    en posicin tona. El efecto de estos tres elementos es el silencio prosdicoy la derogacin de toda plenitud formal y esttica.

    - En el plano sintctico, la Potica de la Imperfeccin se manifiesta en la

    fragmentacin de la continuidad sintagmtica del enunciado, ocasionada por

    los recursos sintcticos de la aposicin, el apstrofe, la elipsis a los quehabra que aadir el uso de determinadas marcas grafmicas, instauradoras

    de discontinuidad. Al mismo tiempo, el aislamiento del substantivo con res-

    pecto a su contexto frstico y discursivo, y la enfatizacin de la funcin

    nominal promovida por el juego de los determinantes, acusan el tempera-mento nominal de la Potica de Bonnefoy.

    - En el plano semntico, queda patente la voluntad del poeta de abrir la

    clausura significativa del lenguaje, de invalidar las mediaciones discursivas

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    lgicas y analgicas que garantizan la cohesin final del texto como totali-

    dad significativa.La revocacin de las leyes de cohesin y de coherencia lgico-discursiva

    se lleva a cabo a travs del desmantelamiento del entrejuego predicativo,

    que impide a menudo la comprensin y la representacin conceptual del

    poema.En lo que respecta a la discursividad analgica, el trabajo deconstructivo

    consiste en la invalidacin, mutilacin o disgregacin de la deriva simblica

    del texto que impide la culminacin de toda posible sntesis interpretativa.

    La moral Potica de Bonnefoy acusa el esfuerzo del poeta por aislar,delimitar, acotar, el espacio de la nominacin, interrumpiendo a travs de

    las estrategias de la apertura y de la fragmentacin del verso, de la frase y

    del discurso, todo encadenamiento conceptual y de restituir a las palabrassu funcin originaria de signo, mdcx, que seala las cosas. La poesa no

    tendra por objeto representar o significar el mundo, sino intensificar la

    experiencia de lo real. Desestructurar el sistema cerrado del Lenguaje -Langue- para transformarlo en palabra - Parole- y hacer de cada palabra

    un nombre. Un nombre propio, restituyendo as, cette ontologie dlmen-taire de lhomme archaique, de l6tre-l davant la parole, notre impli-

    cation pure et simple dans lexprience du Lieu

    Y quisiera terminar evocando las palabras de Bonnefoy que ilustran me-

    jor que cualquier definicin de orden terico los designios de la Potica de

    la imperfeccin: II y a une possible vertu du manque, cest de connaitrequil est un manque et dacceder ainsi A un savoir passionnel. Et si le lan-

    gage est incapable de lide tout autant que de la prsence, il nous reste A

    le savoir, et A tourner contre la facile parole notre anxieuse lucidit (1.-125). Ansiosa lucidez que se mide en el simple reconocimiento de la imper-

    feccin de toda poesa que es tambin aceptacin de la terrestre imperfec-

    cin.