Politíca y Burguesia en El Perú 1

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Prefacio p. 11-12 1La historia de este libro comienza con mi tesis de doctorado que defendí en 1997 en la Universidad de Hamburgo. Fue publicada con algunas modificaciones en 1998. Mis investigaciones posteriores fueron incluidas en el libro cuando se tradujo al inglés y se publicó en University of Pittsburgh Press en 2004. El libro que el lector tiene en sus manos es, pues, mi tercer intento de comprender una parte de la historia política peruana y en especial el surgimiento del Partido Civil. Por un lado el libro se basa en los dos libros anteriores, por el otro hay cambios importantes. He vuelto a redactar algunas partes del libro, he corregido otras y naturalmente he incluido y debatido nuevas publicaciones sobre el tema. Espero que el resultado sea una interpretación más sólida y más profunda. 2Dado que el libro tiene una trayectoria tan larga hay un sinnúmero de personas que han contribuido de una manera u otra a su historia. Me limito a mencionar a muy pocas de ellas para no escribir un libro sobre la historia de este texto. Mi tutor de tesis fue Horst Pietschmann y Renate Pieper fue uno de los miembros del comité. Para mí resultó ser una combinación feliz que me ayudó mucho en mi formación como historiador. 3Mis investigaciones en Lima no habrían tenido éxito sin la ayuda de muchas personas, entre las cuales destacan los empleados y directores de los archivos a los que acudí. Aparte de ellos hay que mencionar a algunos historiadores que compartieron

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Historia

Transcript of Politíca y Burguesia en El Perú 1

Prefaciop. 11-12

1La historia de este libro comienza con mi tesis de doctorado que defend en 1997 en la Universidad de Hamburgo. Fue publicada con algunas modificaciones en 1998. Mis investigaciones posteriores fueron incluidas en el libro cuando se tradujo al ingls y se public en University of Pittsburgh Press en 2004. El libro que el lector tiene en sus manos es, pues, mi tercer intento de comprender una parte de la historia poltica peruana y en especial el surgimiento del Partido Civil. Por un lado el libro se basa en los dos libros anteriores, por el otro hay cambios importantes. He vuelto a redactar algunas partes del libro, he corregido otras y naturalmente he incluido y debatido nuevas publicaciones sobre el tema. Espero que el resultado sea una interpretacin ms slida y ms profunda.2Dado que el libro tiene una trayectoria tan larga hay un sinnmero de personas que han contribuido de una manera u otra a su historia. Me limito a mencionar a muy pocas de ellas para no escribir un libro sobre la historia de este texto. Mi tutor de tesis fue Horst Pietschmann y Renate Pieper fue uno de los miembros del comit. Para m result ser una combinacin feliz que me ayud mucho en mi formacin como historiador.3Mis investigaciones en Lima no habran tenido xito sin la ayuda de muchas personas, entre las cuales destacan los empleados y directores de los archivos a los que acud. Aparte de ellos hay que mencionar a algunos historiadores que compartieron sus conoocimientos y tesoros conmigo. El finado Flix Denegri Luna me abri su biblioteca donde pude estudiar todos los documentos que encontraba. Jos Carlos Martin me explic muchsimos detalles del Partido Civil y me dej estudiar gran cantidad de documentos del partido de los cuales posee copias. Scarlett OPhelan Godoy me invit a su grupo de investigacin y as me introdujo al mundo de los historiadores limeos. Con Jess Cosamaln mantuve un sinnmero de conversaciones sobre el sigloxixque muy pronto se reflejaron en mis textos. Tambin en Lima conoc a Nils Jacobsen que desde aquel entonces me ayuda con sus crticas acertadas y comentarios informados.4La investigacin para este libro fue apoyada econmicamente por el Servicio Alemn de Intercambio Acadmico (DAAD), por la Fundacin Friedrich Naumann (Friedrich Naumann Stiftung) y por las universidades de Erfurt y de Hamburgo. Carlos Contreras, Marcos Cueto y Georges Lomn tuvieron la amabilidad de ofrecerme la publicacin con el Instituto de Estudios Peruanos y el Instituto Francs de Estudios Andinos. Javier Flores Espinoza tradujo el texto del ingls al espaol, Victoria Romano revis la traduccin y corrigi las partes que yo haba redactado en espaol y Manuel Bonilla y Vanessa Ponce de Len dispusieron el texto para la publicacin.5Agradezco su apoyo a todas las personas e instituciones mencionadas. Es obvio que sin la ayuda de ellas y la de muchas ms este texto no existira.

6Hamburgo, octubre de 2010.

Introduccinp. 13-34

1El Partido Civil fue el primer partido moderno y, durante ms de medio siglo, el principal conductor del debate y del quehacer poltico en el Per (Contreras & Cueto, 1999: 124-125). Sin embargo, no existe ninguna monografa dedicada a la historia de este partido y se desconocen hasta los datos ms bsicos, como por ejemplo quines fueron sus miembros y sus dirigentes, cules fueron sus rganos y cmo se financi. Esta ausencia se explica, sobre todo, por los enfoques predominantes en los estudios de la historia poltica del Per decimonnico. En la historiografa peruana solo hubo tres momentos en los cuales surgi un inters por el Partido Civil sin que este inters hubiera resultado en una investigacin de fondo. En la dcada de 1930 los historiadores peruanos comenzaron por vez primera a volcar su atencin sobre Manuel Pardo, el fundador y primer jefe del Partido Civil (Pardo, 1935; Revoredo, 1939; San Cristbal, 1945; Lpez, 1947). Tras el derrocamiento de Augusto B. Legua en 1930, las investigaciones estuvieron fundamentalmente dirigidas a rehabilitar a los polticos a los cuales ste haba expulsado del poder, en particular a Jos Pardo Barreda, hijo de Manuel, quien fue Presidente del Per en dos ocasiones. La bibliografa acadmica de este periodo se limit a describir la vida y obra intelectual de Manuel Pardo, y le present en forma completamente idealizada. Se le retrat, no como un jefe de partido, sino ms bien como un terico poltico y un estadista liberal y moderado que iba a democratizar y modernizar el pas en beneficio de todos los peruanos, sin importar su clase social. Debemos agradecer a dichos estudios no solo el habernos brindado una primera interpretacin consistente, sino tambin la publicacin de la mayora de los discursos y ensayos de Pardo. Sin embargo, tales investigaciones defendieron una visin de la historia como una sucesin de grandes hombres y no estudiaron el Partido Civil como una organizacin poltica.2La imagen actual del Partido Civil ha quedado definida fundamentalmente por un debate que tuvo lugar en la dcada de 1970, que gir en torno a la significacin del mercado mundial para el desarrollo peruano. La teora de la dependencia pareca poder explicar por qu el Per no logr industrializarse a pesar de las enormes rentas procedentes del comercio de exportacin del guano (Maiguashca, 1967; Hunt, 1984). Segn Heraclio Bonilla, la integracin del Per en el mercado mundial no logr crear una burguesa nacional sino ms bien, una clase rentista y parasitaria que no tena inters alguno por las inversiones productivas y que limit sus actividades econmicas a la consignacin del guano (Bonilla, 1974: 33, 40). Bonilla sostena que en el Per decimonnico no hubo una burguesa ni tampoco un proyecto nacional (Bonilla, 1974: 164; Yepes, 1972; Cotler, 1992; Burga & Flores Galindo, s. f.). Mientras en los aos treinta los investigadores solamente se interesaron por Manuel Pardo como gran hombre, en los aos setenta se concentraron nicamente en las estructuras sociales y econmicas. Pero en ningn momento se estudiaron las fuerzas polticas como por ejemplo el Partido Civil. Con todo, los supuestos implcitos del mtodo sociolgico iban a ser la imagen estndar de este partido. Dicho enfoque sostiene, en primer lugar, que la actividad poltica se produce a resultas de las estructuras sociales y econmicas subyacentes y, en segundo lugar, que los grupos polticos corresponden a intereses socioeconmicos claramente distinguibles. Segn esta postura basta contar con el anlisis de clase, puesto que los grupos polticos meramente sirven para transferir estos intereses a la esfera poltica.3Por ello hacia finales de la dcada de 1980 se poda hablar del olvido de la historia poltica (Guerra, 1989: 603), al referirse al sigloxixtanto en las investigaciones peruanistas como latinoamericanistas en general.En consecuencia, la bibliografa contiene grandes vacos en la investigacin de cuestiones del todo centrales, tales como la historia del parlamentarismo o de los sistemas polticos en los siglosxixyxx (Pietschmann, 1992, vol. 1: 19).4Mientras los historiadores influidos por la teora de la dependencia se concentraron en la dependencia econmica estructural luego de la independencia poltica, otros autores enfatizaron la herencia colonial, la cual era entendida como una distorsin de las estructuras sociales debida al largo periodo colonial (Henrique Cardoso & Faletto, 1969)1.5Muy pronto se empez a criticar tanto la antigua historia patria como la historiografa dependentista subrayando la importancia de las dinmicas locales e internas para la historia del Per (Flores Galindo, 1977; Manrique, 1987). En este contexto se realiz un gran nmero de estudios sobre la historia poltica peruana en el sigloxix. Se analiz al Estado, al derecho pblico, al pensamiento poltico, a las clases bajas rurales y urbanas como actores polticos, al caudillismo, a las elecciones y a las dinmicas polticas locales (Tantalen, 1983; De Trazegnies, 1992; Gootenberg, 1993; Thurner, 1997; Mallon, 1983; Garca-Bryce, 2004; Aljovn de Losada, 2000; Aljovn de Losada & Nez, 2006; Ragas, 2006; Walker, 1999; Demlas, 2003; Peralta Ruz, 1991; Chambers, 2003). As, en el transcurso de unas dos dcadas se cambi por completo la idea que se tena de la historia, sobre todo poltica, del sigloxix. Dentro de esta revisin historiogrfica, se ubica el tercer momento de inters en la historia del Partido Civil. En los aos 1990 Carmen McEvoy empez a publicar varios estudios sobre el pensamiento poltico de Manuel Pardo (McEvoy, 1994; 1997; 2004). Muy parecido a los enfoques de los aos 1930, McEvoy describi a Pardo como un hombre sabio y bueno que buscaba lo mejor para el pas. Mientras los historiadores de los aos 1970 no se haban interesado por el Partido Civil por considerarlo una mera traduccin de intereses econmicos (Bonilla, 1974: 89), McEvoy se limit a describir la retrica poltica de Manuel Pardo sosteniendo que esta signific un proyecto nacional, al cual tambin denomin utopa republicana, proyecto cvico-republicano y republicanismo de corte democratizante (McEvoy, 1994: 308; 1997: 438).6Pero el Partido Civil no fue una junta de accionistas ni un club literario sino una asociacin que buscaba organizar y ganar poder poltico. Llama la atencin que nadie haya preguntado cmo lo hicieron. Puede haber dos razones para esta falta de inters. En primer lugar, en las ltimas dcadas se ha prestado mucha atencin a rescatar el rol de las clases subalternas en la historia del Per2. Despus de un silencio demasiado largo sobre los esclavos, los chinos, los indios y los trabajadores urbanos era urgente escribir sus historias y obviamente el Partido Civil fue una organizacin de la clase media-alta limea. En segundo lugar, en el Per el nuevo inters por la historia poltica no ha resultado en estudios de partidos o fuerzas polticas republicanos, lo que puede ser una consecuencia del desengao con los partidos polticos despus de las experiencias con el APRA, la Izquierda Unida y Accin Popular en la dcada de los 1980. En el Per prcticamente no existe una historiografa acadmica de las fuerzas polticas del sigloxixy tampoco existen biografas acadmicas recientes sobre figuras como Ramn Castilla o Nicols de Pirola que nos explicaran cmo funcionaron sus redes de poder a nivel nacional. Es decir, la falta de inters por el Partido Civil tiene que ver con el escaso arraigo de estudios sobre la historia de los partidos en sentido amplio en el Per3. Pero muy al contrario de lo que muchos piensan, estudiar un partido poltico no significa preparar una especie de hagiografa colectiva sino ms bien analizar los lazos entre sociedad y esfera poltica. Por ende, estudiar los partidos polticos es fundamental para comprender la historia poltica de cualquier sociedad.7Las definiciones de Max Weber y Maurice Duverger siguen siendo el punto de partida para cualquier estudio histrico de un partido ya que dieron forma, en gran medida, a nuestro concepto actual de partido. Antes de Weber, la teora de los partidos apenas dej huella alguna4. l los defini del siguiente modo:Llamamos partidos a las formas de socializacin que descansando en un reclutamiento (formalmente) libre, tienen como fin proporcionar poder a sus dirigentes dentro de una asociacin y otorgar por ese medio a sus miembros activos determinadas probabilidades ideales o materiales (la realizacin de fines objetivos o el logro de ventajas personales o ambas cosas). Pueden ser formas de socializacin efmeras o de cierta duracin, y aparecer como asociaciones de toda clase y forma: squitos carismticos, servidumbres tradicionales y adeptos racionales (racionales con arreglo a fines, racionales con arreglo a valores, segn una concepcin del mundo). El acento de su orientacin puede inclinarse ms hacia intereses personales o ms hacia fines objetivos. Prcticamente pueden dirigirse, oficialmente o de hecho, de un modo exclusivo al logro del poder para el jefe y la ocupacin de los puestos administrativos en beneficio de sus propios cuadros (partido de patronazgo). O pueden estar dirigidos predominantemente y de modo consciente por intereses de estamentos o clases (partidos estamentales y clasistas), por fines objetivos concretos o por principios abstractos (partidos ideolgicos = concepciones del mundo). La conquista de los puestos administrativos en favor de sus miembros suele ser por lo menos un fin accesorio y los programas objetivos no es raro que solo sean medio de reclutamiento para los que estn fuera (Weber, 1983: 229-230).8En conformidad con su clasificacin de la autoridad carismtica, tradicional y racional, Weber distingui entre los partidos con una dirigencia carismtica y aquellos encabezados por notables o burcratas (Weber, 1983: 705-706; 1076-1094). Podemos encontrar lderes carismticos desde la Edad media hasta el sigloxx, no obstante lo cual su mando sigue siendo invariablemente temporal. Los partidos que perduraban se reconvertan en agrupaciones dirigidas por notables o de corte burocrtico, las cuales entonces solamente podan quedar sujetas a un liderazgo carismtico brevemente, dadas las circunstancias extraordinarias de una personalidad excepcional. La dirigencia de los partidos encabezados por notables estaba conformada por personas que gozaban de un nivel particular de respeto gracias a su status social, y que asimismo contaban con suficiente tiempo a su disposicin como para dedicarse a la poltica. Segn Weber, la transformacin de estas agrupaciones en partidos burocrticos tuvo lugar durante las ltimas dcadas del sigloxix, tras lo cual el partido pas a ser un aparato dirigido por expertos. En contraste con los jefes de los partidos antiguos, que desempeaban su actividad poltica en el tiempo libre, sus agrupaciones dieron a estos expertos cargos permanentes con lo cual se convirtieron en polticos de carrera. Weber pensaba que este cambio se deba a la ampliacin del electorado, lo que haca indispensable el tipo de campaa electoral intensiva que nicamente un aparato burocrtico puede llevar a cabo.9Desde que Weber formul sus teoras, tres puntos fundamentales han conformado la base para la descripcin de los partidos. En primer lugar, stos son asociaciones que buscan alcanzar el poder5. En segundo lugar, el poder permite implementar intereses y/o polticas. Dichos intereses pueden referirse a objetivos tanto de personas particulares como de colectivos sociales. Las polticas asimismo pueden incluir reformas fundamentales o limitarse a medidas concretas. No todo partido tiene que tener una poltica particular, pero todos s deben aspirar a alcanzar el poder. Tercero, las formas de los partidos se hallan sujetas al cambio histrico. Los dos tipos de partido ms importantes son aquellos dirigidos por notables, que solamente existen durante la fase de un electorado restringido, y los burocrticos, que predominan despus de la introduccin del sufragio universal. El partido carismtico es una forma especial que solamente se ha visto de modo ocasional desde la aparicin del partido encabezado por notables, y es el nico componente de este modelo que ha tenido escasa influencia en los estudios posteriores de los partidos6.10La investigacin despus de 1945 no cuestion el enfoque de Weber, pero s lo ampli. El trmino partido empez a limitarse a grupos con cierta estructura organizativa. Ahora, los partidos medievales de Weber ya no eran considerados como partidos polticos de verdad sino ms bien como agrupaciones polticas de otro tipo. Maurice Duverger distingui entre partidos de notables y partidos burocrticos, pero en conformidad con su nivel organizativo mnimo los llam de comit y de seccin. Segn el requisito de propiedad decimonnico, los partidos eran federaciones de comits. stos, un conjunto no muy slido de notables que se reunan para las campaas electorales a nivel local, diferan de los clubes electorales nicamente en la medida en que adquiran una relativa permanencia ya que existan tambin en pocas sin elecciones, pero sin desarrollar mucha actividad. Por eso no siempre es fcil decir dnde comienzan unos [los comits permanentes] y terminan los otros [los comits electorales] (Duverger, 1974: 46-50). En trminos estrictos, los partidos de comit no tenan miembros en cuanto tales, sino tan solo electores y militantes. El perfil local del partido equivala al de sus candidatos, los cuales eran la encarnacin del partido. La dirigencia partidaria contaba por ende con muy poca influencia sobre los miembros del parlamento. Los partidos de comit eran partidos de notables, en tanto que los de seccin tenan miembros integrados a la organizacin, y que estaban involucrados en la poltica partidaria en trminos del largo plazo y no solo durante las campaas electorales (Duverger, 1974: 53-54, 77-78, 92-93, 120, 212-214)7.11El anlisis histrico de los partidos polticos adopt las distinciones bsicas formuladas por Duverger. En Gran Bretaa se distingue a los primeros grupos parlamentarios (denominados facciones o partidos parlamentarios)8de los partidos surgidos durante la segunda mitad del sigloxixgracias a la ampliacin del electorado. La vinculacin de las Asociaciones de Registro a nivel nacional dio lugar a nuevos partidos, los cuales se encontraban a su vez asociados a grupos parlamentarios. Este proceso fue desencadenado por la ampliacin del sufragio en 1832 y 1867, puesto que al haber ms personas que podan votar era necesario efectuar una campaa electoral ms intensiva (Kluxen, 1983)9. Sin embargo, el surgimiento de los partidos polticos no puede explicarse exclusivamente con la cooperacin existente entre los grupos parlamentarios ya sean stos agrupaciones estables o facciones poco unidas y los comits. Despus de todo, los partidos obreros tuvieron su origen como asociaciones polticas extraparlamentarias. Las campaas electorales desempearon un papel central en las actividades polticas de los partidos de los trabajadores, y la demanda del derecho de sufragio universal y equitativo fue uno de los puntos ms importantes de su agenda poltica. De modo que si bien los partidos obreros no surgieron en los parlamentos, ellos s formaron parte de una cultura poltica en la cual la representacin parlamentaria desempeaba un papel central. Por ltimo, ellos fueron la fuerza impulsora de esta cultura poltica y en muchos pases lograron alcanzar el sufragio universal y equitativo. La aceptacin del pluralismo poltico result de crucial importancia para la aceptacin de la democracia representativa. Cuando los partidos nacen: esto es, cuando las divisiones y diferencias polticas quedan institucionalizadas (Sartori, 1976, vol. 1: 15).12Parafraseando a Weber, los partidos burocrticos dieron forma al sigloxxen la mayora de los pases industrializados10. Dada su trascendencia, se intent limitar el trminopartidoa los que eran de corte institucionalizado, de modo tal que uno solamente poda hablar de los mismos cuando las masas movilizadas polticamente han quedado ligadas a ellos a travs de su organizacin efectiva (Huntington, 1968: 417). Sin embargo, esta postura no fue generalmente acceptada. Aunque en general se considera que un grupo poltico solamente puede ser tenido como un partido si ha llegado a cierto grado de organizacin, la mayora de los autores son de la opinin que los de notables ya han alcanzado dicha etapa11. Estos partidos no cuentan con un aparato partidario, pero sus candidatos y parlamentarios se hallan en estrecho contacto entre s, frecuentemente coordinando sus actividades y apoyndose mutuamente. El grado de organizacin alcanzado variaba de partido a partido, pero los intentos organizativos distinguieron a todos los partidos de los movimientos polticos o las facciones porque por vez primera, la actividad poltica ya no quedaba limitada al parlamento ni estaba conectada a una causa particular, sino que fue ampliada desde este ltimo para que incluyera a las elecciones que se daban con regularidad.13Una de las funciones ms importantes que cumplen los partidos es adoptar una posicin particular en relacin con un conflicto social fundamental12. Articulan intereses grupales y les representan en las instituciones estatales; de este modo ayudan a vincular al Estado con la sociedad, as como a distintos grupos de inters. Dentro del partido, estos grupos se ven forzados a controlar sus intereses individuales porque sus objetivos tienen que discutirse y acordarse con otros grupos. Los partidos no solamente median entre Estado y sociedad o entre distintos grupos de inters mediante un trabajo de cabildeo, sino tambin a travs del reclutamiento de elites. Desean conseguir puestos pblicos para sus miembros y/o candidatos, y es a travs de los partidos que la sociedad influye en la ocupacin de los cargos gubernamentales. Como los partidos actan como un lazo entre el Estado y la sociedad, legitiman el poder estatal porque pueden ayudar a esconder las fronteras entre Estado y sociedad (Lsche, 1994: 14-15). Es por ello que en las teoras de modernizacin se les caracteriza como organizaciones suficientemente estables como para brindar un marco estable a la modernizacin, al mismo tiempo que permanecen lo suficientemente flexibles como para integrar nuevos intereses a medida que stos van surgiendo. Los partidos polticos son uno de los requisitos fundamentales de una modernizacin exitosa y al mismo tiempo son una caracterstica del proceso modernizador. Se les ha descrito as como un ndice institucional del nivel de desarrollo poltico y como una institucin distintiva del sistema poltico moderno (La Palombara & Weiner, 1966: 7; Huntington, 1968: 89).14Este breve esbozo del anlisis de los partidos polticos deja en claro que un estudio del Partido Civil toca temas centrales de la historia peruana decimonnica. Para escribir la historia de este partido no solo hay que analizar su membresa y estructura interna, sino hay que discutir un gran nmero de preguntas: Qu tipos de intereses polticos, sociales y econmicos hubo, y qu intereses articul esta agrupacin? En qu grado se vio influida la poltica por intereses grupales o plataformas polticas? En qu medida hubo una esfera poltica y/o civil que se distingui de formas de sociabilidad del antiguo rgimen? Qu papel desempearon las instituciones republicanas, en particular las elecciones y el parlamento? En qu medida dichas instituciones influyeron en los conflictos polticos y qu rol jugaron en ellas los conceptos y actores tradicionales? La creacin del Partido Civil realmente fortaleci el pluralismo poltico, en el sentido de Sartori? Y, en qu medida es posible hablar de debates polticos nacionales que incluan tanto a las distintas regiones del Per como a los diversos estratos sociales? As, al examinar al Partido Civil se debe llegar a una visin del quehacer poltico de la poca y no solo a la descripcin de una organizacin poltica.15Se sobreentiende que esta forma de analizar la historia poltica se enmarca dentro de los estudios de lo que se suele llamar cultura poltica. El xito del trmino es bastante reciente y tiene su gnesis en el (re)descubrimiento de la esfera poltica como parte constitutiva de la existencia humana por derecho propio, aunque no del todo independiente. Fueron varios estudios sobre la Revolucin Francesa que estuvieron a la cabeza de este giro. Lynn Hunt analiz discursos y smbolos de la revolucin la cual describi como una revolucin de la cultura poltica (Hunt, 1984: 10-11). Furet describi la revolucin como el apogeo del voluntarismo poltico que no era comprensible a partir de las condiciones sociales o econmicas bajo las cuales tuvo lugar, sino nicamente en trminos de su impulso poltico (Furet, 1978). Los debates producidos luego de esta crtica de la historia socioeconmica tuvieron como resultado una definicin de esta rea (re)descubierta de la existencia humana. En 1990 Keith Michael Baker defini poltica como algo referido a la formulacin de demandas, como la actividad a travs de la cual las personas y grupos de cualquier sociedad expresan, negocian, implementan e imponen las pretensiones rivales que se hacen mutuamente y sobre el todo. La cultura poltica es el conjunto de discursos o prcticas simblicas sobre las cuales estas pretensiones se formulan (Baker, 1990: 4). Esta definicin de cultura sigue de cerca a la de Clifford Geertz, quien describi al ser humano como un animal cogido en las redes de significacin que l mismo ha hilvanado (Geertz, 1973: 5). Por ende la cultura como redes de significacin no se encuentra en las cosas materiales o en las acciones mismas, sino en los significados que ellas tienen o que se les atribuye. Baker distingue as entre la poltica, a la cual define como una actividad, y la cultura poltica, a la que considera como un discurso y una prctica simblica. Que esta distincin no resulta en modo alguno libre de problemas, lo muestra el hecho de que tres aos antes el mismo Baker hubiese propuesto otra definicin en la cual la cultura poltica era entendida como un conjunto de discursos y de prcticas (Baker, 1987, vol 1: XII). Segn la definicin de 1987, la actividad poltica asimismo forma parte de la cultura poltica. Sin embargo, esta amplia forma de entender cultura poltica no logr imponerse, y ahora en general cultura poltica se entiende como las redes de significacin tejidas por los actores en la escena poltica.16En Amrica Latina el concepto de cultura poltica ha sido importante para estudiar el paso del antiguo rgimen al mundo republicano e imperial respectivamente. Franois Xavier Guerra enfatiz que los conceptos y los patrones de comportamiento polticos originados en el periodo colonial frecuentemente sobrevivieron indemnes en la poca republicana, y que algunos se vieron reforzados. Para gran parte de la poblacin las nuevas naciones no fueron formadas a partir de la totalidad de los ciudadanos individuales, sino de la fusin de numerosas agrupaciones tradicionales tales como las aldeas, las comunidades campesinas, los grupos tnicos y las provincias. De este modo, la soberana no estaba en manos de unos ciudadanos annimos sino en las de estos grupos, los cuales haban tomado su propia decisin soberana de unirse y as pasar a ser naciones. Y dado que estas uniones eran percibidas como pactos en conformidad con los conceptos coloniales, se les consideraba revocables (Guerra, 1992; Demlas, 1994: 301-327; 495-510; Annino, 1994a: 215-254; 1994b: 229-253).17Segn Guerra, en el antiguo rgimen una persona contaba con una red fija de relaciones que definan su posicin en la sociedad, y a las cuales no se poda poner fin sin romper por completo con todos los lazos sociales. Como miembros de una familia, una aldea, una fraternidad, un estamento, etc. la gente en las sociedades tradicionales no se define a s misma como individuos sino ms bien como parte de una colectividad. En cambio, la poca contempornea se caracteriza por el concepto de las personas como seres separados, es decir individuos. La modernidad es ante todo la invencin del individuo (Guerra, 1992: 85). Es solo en la poca contempornea que se pueden establecer y romper relaciones por decisin individual de una persona. Y es por ello que solamente en la sociedad contempornea, las relaciones polticas surgen a partir de decisiones programticas. En las sociedades tradicionales la poltica era un asunto de actores colectivos, cuya unidad era el resultado de sus vnculos sociales.Las sociedades tradicionales no contaban con ningn actor poltico especfico... los nicos que se encuentran son actores sociales... y tenemos que buscar la poltica en las relaciones entre los actores sociales (Guerra, 1990: 252-253).18Este modelo de la cultura poltica retoma varios aspectos de los estudios del clientelismo y el caciquismo en Latinoamrica. Tambin en estos estudios, la esfera poltica fue descrita a partir de relaciones personales, entendindose usualmente la relacin patrn-cliente como una amistad instrumental entre dos personas de distinto status econmico (Wolf, 1977: 174; Martz, 1997; Waterbury, 1977: 329-342; Hall, 1977: 510-512). Ambos no solo se conocan personalmente, sino que a menudo estaban vinculados entre s como ahijados o padrinos, o haban quedado ligados a travs de alguna otra forma de ritual.19Tanto los modelos antiguos del clientelismo latinoamericano como los conceptos recientes de cultura poltica, sugieren que los conflictos polticos no eran de naturaleza fundamentalmente econmica, sino que se deban ms bien a diferencias entre diversas redes. Segn dichos modelos, la naturaleza de tales redes era de mayor importancia para la historia poltica que las regulaciones constitucionales referidas a las elecciones, los sistemas parlamentarios, la judicatura, la administracin y as sucesivamente. La historiografa reciente difiere, sin embargo, de las investigaciones previas del clientelismo en la medida que considera que la esfera poltica es un rea que debe investigarse por derecho propio. Por eso, logr describir los cambios fundamentales que surgieron con las independencias en los discursos e imaginarios polticos y a la vez poda demostrar que estos discursos e imaginarios generalmente distaban mucho tanto de los textos constitucionales como de la filosofa liberal francesa e inglesa.20Alan Knight critic el concepto de cultura poltica y propuso enfocar los intereses materiales y polticos (Knight, 2005: 51). La cultura poltica es, segn Knight, una variable dependiente que no puede explicar mucho. Aunque es lgico que sean los intereses los que mueven la poltica, la pregunta es, cules son los intereses que una persona piensa que tiene? Esto depende en gran medida de la manera en la que esta persona se imagina a s misma y a la sociedad en la que vive. Por lo tanto, comprender la cultura poltica significa comprender cmo esta persona se imagina el mundo poltico. Lo que defiende como sus intereses materiales y polticos no depende de nuestra visin de ellos sino de la suya. As, un artesano limeo se poda ver como amigo de un patrn, como miembro de la clase obrera, como ciudadano de la nacin peruana, etc. Analizar la cultura poltica significa analizar en este ejemplo la visin que tenan los artesanos de s mismos y de la sociedad (Jacobsen & Aljovn de Losada, 2005: 58-68).21Knight tiene razn cuando critica el uso indiscriminado del trmino cultura poltica. Si el trmino describe toda accin humana, no describe nada (Knight, 2005: 26). Por eso el trmino debe limitarse a los imaginarios y discursos comunes dentro de una sociedad dada. Solo se puede hablar de una cultura poltica cuando las palabras y los smbolos tienen el mismo significado para todos. Analizar la cultura poltica equivale en gran medida a analizar los significados de smbolos y escritos13.22Cultura poltica no significa proyecto poltico. Mientras que cultura poltica se refiere al imaginario comn de una sociedad o un grupo social grande (que no tiene que ser una nacin), proyecto poltico describe lo que un actor poltico (individual o colectivo) quiere implementar. Mientras que por lo general, los actores polticos enfrentados tienen diferentes proyectos polticos, se mueven dentro de la misma cultura poltica ya que pueden hacerse entender entre ellos. En los estudios sobre el Partido Civil hasta ahora se observa una confusin enorme entre los trminos proyecto poltico, cultura poltica y discurso poltico. Carmen McEvoy estudi los textos publicados de Manuel Pardo (1994; 1997) y lleg a la conclusin de que dos proyectos polticos diferentes rivalizaron entre s a partir de mediados del sigloxix. El primero de ellos fue el patrimonialismo encabezado por Ramn Castilla el cual tena como base al autoritarismo militar, un catolicismo legitimador y el soborno de rivales potenciales. El segundo proyecto fue el civilismo, desarrollado y encabezado por Manuel Pardo. Este proyecto surgi como un rechazo total del patrimonialismo. Segn McEvoy el objetivo de Pardo era democratizar al pas e integrar a las masas, en particular a los indios, campesinos y jornaleros. Para ello el civilismo deseaba plasmar un sistema econmico que tuviera en cuenta los intereses de los pobres.23Segn McEvoy, el civilismo fracas porque la crisis econmica de la dcada de 1870 y la Guerra con Chile limitaron en tal medida el espacio de maniobra econmica que fue imposible integrar a las clases pobres. Despus de la Guerra con Chile los antiguos partidarios civilistas adoptaron prcticas ms cercanas al proyecto patrimonial castillista que a sus propios postulados anteriores.24McEvoy repite la interpretacin que Manuel Pardo hiciera de s mismo, la cual fue revivida en la dcada de 1930. De modo que ella recapitula los puntos de vista del civilismo en lugar de darles una explicacin. Por lo tanto, McEvoy describe muy bien la retrica de Manuel Pardo pero no el proyecto poltico del civilismo ni la cultura poltica de la poca. Para entender el proyecto poltico hay que tomar en cuenta los intereses tanto de Pardo como de los otros civilistas y sus acciones y medidas polticas que a menudo iban en contra de lo que decan en sus discursos. Para comprender la cultura poltica hay que analizar en qu medida los diferentes actores polticos se movan dentro del mismo imaginario. Un primer paso es por ejemplo analizar los significados de ciertos trminos claves o de ciertos smbolos polticos.25Este libro intenta comprender la historia poltica antes de la Guerra con Chile a travs de un anlisis del Partido Civil. Por eso se analizan tanto la historia social y econmica, como la historia del pensamiento poltico y la de las instituciones polticas. Para entender los discursos y las prcticas simblicas debemos tener en cuenta los conflictos materiales polticos, sociales, econmicos. Ellos estn estrechamente relacionados con la cultura poltica. Si no se analizan las realidades polticas, sociales y econmicas, una historia de la cultura poltica corre el riesgo de ser una historia abstracta de ideas. Esto ocurre especialmente en el caso de la historia peruana porque nos falta mucha informacin elemental sobre las realidades polticas, sociales y econmicas en el Per del sigloxix.26Como se ver ms adelante el Partido Civil fue una fuerza poltica dominada por la clase alta limea. Por eso, este libro no pretende escribir una historia poltica nacional en el sentido de prestar la misma atencin a todas las regiones y grupos sociales. Sin embargo, tambin se analizar la actuacin del Partido Civil en diferentes regiones del pas, sobre todo en el Sur Andino ya que en los ltimos aos muchos estudios han demostrado la importancia de las luchas polticas en las diferentes regiones del pas y el impacto que tenan sobre las dinmicas e instituciones limeas (Flores Galindo, 1977; Walker, 1999; Chambers, 2003). A pesar de su origen limeo el Partido Civil era una fuerza poltica importante no solo en Lima sino tambin en provincias. Por lo tanto, el rol del Partido Civil no se limit a los grupos sociales y las zonas geogrficas de los cuales haba surgido. Al contrario, el estudio del Partido Civil en las provincias ayuda a comprender mejor cmo fuerzas polticas de distintas regiones interactuaron con un partido poltico surgido en Lima que intent de expandir su influencia desde la capital hacia toda la repblica.27Este libro se divide en tres partes. En la primera se analizan los desarrollos histricos que hicieron surgir el Partido Civil y la conformacin social de este en Lima (caps. 1-4). En la segunda se enfoca el rol de las elecciones y del trabajo parlamentario para la historia del partido (caps. 5-7) y en la tercera se describen la prctica gubernamental de Manuel Pardo y la relacin entre partido y artesanado por un lado y fuerzas polticas provinciales por el otro (caps. 8-10).28El anlisis de la burguesa limea enfoca sus caractersticas y peculiaridades (cap. 1). La cuestin no es si se trataba de una clase genuinamente burguesa (Bonilla, 1974: 165) o de un proyecto burgus de corte monoltico (McEvoy, 2004: XI) ya que obviamente todas las burguesas en los diferentes pases y pocas tienen diferencias marcadas (Osterhammel, 2009: 1079-1104). Estas diferencias se encuentran tanto en su actuar econmico y social como en las expresiones culturales y por eso no se puede hablar de burguesa sin tomar en cuenta las estructuras y actividades econmicas14. En Lima fue el guano que hizo cambiar la burguesa de manera radical desde mediados del sigloxix. Pero muy pronto la burguesa dej de reinvertir todo su capital en la exportacin guanera y comenz a invertir en otras reas tales como las finanzas, la agricultura de exportacin y la construccin de ferrocarriles. Se trat de una burguesa banquera y mercantil que invirti montos muy pequeos en la produccin industrial y no puede por ello ser descrita como una burguesa industrial. La enorme gama de actividades financieras y comerciales, as como la agudeza empresarial con la cual se las llev a cabo, permiten hablar de una burguesa antes que de una oligarqua o una plutocracia15. Sin embargo, el reducido nmero de familias con capitales considerables y la falta de una clase alta no-burguesa y de un proletariado industrial le dieron algunos rasgos oligrquicos. A la vez, la vida burguesa limea conservaba muchas estructuras del antiguo rgimen, como la estratificacin tnica, el rol de la casa como espacio semipblico y el poco valor de la educacin para la posicin social.29El Partido Civil defendi ideas liberales que correspondan a los intereses de la burguesa surgida por el auge del guano (cap. 2). Los dos puntos ms importantes eran una poltica econmica liberal delaissez fairey un Estado vigoroso, los cuales deban asegurar el orden pblico y la resolucin pacfica de las luchas polticas. El Estado asimismo deba crear una infraestructura de transporte (ferrocarriles, puertos, etc.) para un desarrollo sostenido. En contraste con las actitudes liberales radicales, el Partido Civil no busc un conflicto con la Iglesia o con las comunidades de indios. Ms bien esperaba que el desarrollo econmico cambiara la sociedad, lo que significaba que el civilismo no busc cambiar las estructuras sociales rurales a travs de medidas polticas estatales. Por eso no es correcto decir que el civilismo no se preocupara por el desarrollo de la nacin porque efectivamente Manuel Pardo y otros se imaginaron el desarrollo. Pero pensaron que la mano invisible iba a hacer la mayor parte del trabajo. Por eso estaban lejos del pensamiento desarrollista del sigloxxen el cual el Estado cumple una funcin mucho ms importante (Gootenberg, 1993: 71-89; McEvoy, 1994: 147-222).30Desde el punto de vista organizativo las asociaciones en Lima fueron una experiencia fundamental para el surgimiento del Partido Civil (cap. 3)16. Lasociabilitde Lima vivi un periodo de cambio radical desde mediados del sigloxix. Este cambio reflejaba la crecida importancia de la burguesa y desempe un papel central en el surgimiento de una identidad burguesa. Se crearon numerosas asociaciones, entre ellas las de artesanos, clubes de esparcimiento para las clases altas, sociedades educativas y brigadas de bomberos (Forment, 2003; 1999: 202-230)17. El Club Nacional y el Club de la Unin, en particular, contribuyeron al surgimiento de una identidad burguesa comn puesto que brindaron una oportunidad para que los varones de las clases alta y acadmica se conocieran separados del resto de la sociedad y como miembros iguales de clubes. La Sociedad Amiga de los Indios y el concejo municipal de 1869-1870 tuvieron un papel claramente poltico, pues intentaron influir en la poltica estatal movilizando a la sociedad civil. Estas experiencias asociativas fueron aprovechadas a partir de 1871 por el Partido Civil. Sin embargo, hay que recalcar que la sociedad civil no fue ms democrtica que la sociedad limea en su totalidad. Muchas de las asociaciones excluan personas por su cultura, educacin, ingresos, etnia o posicin social. Y en las asociaciones en las cuales se encontraban personas de diferentes orgenes sociales por lo general regan jerarquas que correspondan a estas diferencias. Por eso es difcil trasladar el modelo tocquevilleano a la sociedad limea del sigloxix.31La estructura social y geogrfica del Partido Civil fue elitista y centralista (cap. 4). En primer lugar, el Partido Civil no comprenda a todas las clases sociales (McEvoy, 1994: 278-286). La mayora de sus miembros18provena de la nueva elite (banqueros, comerciantes exportadores y hacendados) y de la clase media acadmica (catedrticos, juristas y mdicos), esto es de las clases alta y educada. Por otro lado, la clase media baja o pequea burguesa (comerciantes y profesionales), as como los artesanos, estaban mal representados19. Los miembros de las fuerzas armadas tuvieron un papel sorprendentemente grande para un partido denominado civil. En resumen, el Partido Civil no fue una pequea camarilla de financistas y ex-consignatarios guaneros, pero tampoco era representativo de la poblacin urbana. En segundo lugar, el Partido Civil fue una organizacin dominada por limeos. Tena una dirigencia limea y estatutos que garantizaban su dominacin (Bases para el reglamento, 1871). El Partido Civil fue un partido nacional en el sentido de que buscaba ganar partidarios y poder en todo el pas. Pero no fue nacional considerando el lugar de residencia de sus dirigentes o el contenido de sus estatutos.32Las elecciones fueron de suma importancia para el surgimiento del Partido Civil (caps. 5 y 6). As la historia peruana se parece a las historias de muchos pases de las Amricas y de Europa en que el primer partido poltico moderno naci en el contexto de la historia electoral20. Fueron en especial las elecciones y la campaa electoral de 1871-1872 las que marcaron el cambio. En la campaa electoral de 1871-1872, Manuel Pardo y sus colaboradores hicieron un enorme esfuerzo organizativo, gracias al cual lograron, por un lado, establecerse como fuerza poltica nacional y por otro, ganar las elecciones. Su partido contaba con clubes electorales en ms de 150 localidades y Manuel Pardo escribi docenas de cartas diariamente para asegurarse el respaldo de los votantes en todo el pas, creando as una red poltica de seguidores que le apoyaron durante toda la campaa y despus. Como los otros candidatos tambin estuvieron en campaa, todo el pas qued polarizado polticamente debido a un conflicto central en el cual las diferencias locales naturalmente tambin quedaban reflejadas. Los clubes electorales encabezados por notables locales, que intentaban movilizar al resto de la poblacin para sus fines polticos, a menudo estuvieron involucrados activamente en la campaa21. Las manifestaciones de masas que el Partido Civil llev a cabo en Lima y Cuzco, fueron las concentraciones polticas ms grandes que dichas ciudades haban visto. Para ganar tanto apoyo, el partido tuvo que hacer grandes esfuerzos. Por un lado se aprovecharon antiguas relaciones de clientela, pagos de dinero, invitaciones a banquetes, etc. y por otro los medios de comunicacin modernos, como peridicos, folletos y fotos. Manuel Pardo estaba tan convencido de la importancia de la prensa que compr una imprenta para la campaa electoral en el Cuzco e hizo que fuera transportada a lomo de mula a esta ciudad. Dados los altos costos de la campaa, los candidatos (para la presidencia o el congreso) se vieron forzados a invertir grandes sumas de dinero en sus candidaturas. En resumen, las elecciones llevaron a una amplia movilizacin poltica, en particular en las reas urbanas, y ayudaron a legitimar el poder poltico22.33A pesar de que ya hay muchos estudios sobre elecciones, hay varios temas que siguen siendo materia de debate23. As por ejemplo, no queda claro el rol de los indios y el impacto de las elecciones sobre la conciencia poltica de los sectores populares (Peloso, 1996: 187). Mientras los artesanos aprovecharon las coyunturas electorales en los aos 1870, parece que jornaleros y peones actuaron de otra manera ya que su movilizacin se debi a mecanismos ms tradicionales. Otra pregunta es si el Partido Civil intent extender la participacin poltica a las clases populares. Analizando el perfil del partido, los mtodos de ganar apoyo popular y el modo de actuar de los dirigentes frente a reclamos populares se llega a la conclusin de que el partido logr movilizar bastante apoyo en las clases populares urbanas a pesar de que la dirigencia del partido siempre trat de impedir que estas clases ganaran poder poltico. Sin embargo, las elecciones desarrollaron su propio impulso que era independiente de las concepciones de la dirigencia del Partido Civil. Finalmente un sector del artesanado poda reclamar ms poder e imponerse incluso frente a la poderosa dirigencia civilista. A diferencia de otros pases, las elecciones en el Per en los aos 1870 eran de suma importancia para la participacin poltica24. Esta importancia radic menos en el acto de voto sino ms bien en las prolongadas campaas electorales. El da de los comicios, por lo general, se caracterizaba por luchas sangrientas en las cuales un bando intentaba impedir que sus oponentes votaran. Pero durante la campaa electoral las diferentes fuerzas polticas buscaban ganar seguidores y mucha gente elega siguiendo criterios diferentes a quin iba a apoyar. La eleccin se hizo antes del da de comicios. Y para ganar esta eleccin en 1871-1872 se levant una estructura organizativa que ms tarde se transformara en el Partido Civil.34El trabajo parlamentario jug un papel importante en la formacin del Partido Civil (cap. 7). Los miembros de ambas cmaras del parlamento comenzaron a formar partidos parlamentarios a partir de la dcada de 1860, o incluso antes. stos se caracterizaban por un comportamiento de votacin extremadamente homogneo en cualquier legislatura. Aunque desempearon un papel importante en la Cmara de Diputados durante el decenio de 1870, el comportamiento de votacin en el Senado continu siendo ms individualista, a pesar de la creciente importancia de los partidos parlamentarios. Sin embargo hubo una diferencia entre las dcadas de 1860 y 1870. En la primera, los partidos parlamentarios se disolvieron despus de cada legislatura mientras que en la de 1870, el Partido Civil logr sobrevivir de 1872 hasta la Guerra con Chile. La fuerza del partido en el Congreso variaba segn la legislatura. Mientras el Partido Civil dominaba el Congreso en 1872-1873, su posicin se debilit en los aos siguientes debido, en primer lugar, a desarrollos durante la presidencia de Manuel Pardo, en segundo, al fin de la presidencia de Pardo en 1876, y por ltimo, a conflictos internos. Solo cuando Pardo sali al exilio a Chile, sus partidarios lograron superar estos conflictos y constituir una oposicin parlamentaria contra el presidente Mariano Ignacio Prado. Durante la legislatura de 1878-1879, el Partido Civil era con mucho la agrupacin parlamentaria ms grande en la Cmara de Diputados. Las crticas manifestadas con respecto a su dura lnea opositora desembocaron en un debate en torno al papel de los partidos en el sistema poltico, lo cual tuvo como resultado que en 1878 la Cmara de Diputados aprobara una resolucin declarando que la existencia de partidos polticos era una caracterstica fundamental de una democracia.35La poltica civilista en contra de Mariano Ignacio Prado durante la legislatura de 1878-1879 se debi en gran parte a las elecciones de 1877. Como Manuel Pardo estaba viviendo en Chile, la campaa electoral fue encabezada por la dirigencia partidaria, la cual logr establecerse como la autoridad suprema del partido incluso despus de terminadas las elecciones. Este liderazgo tuvo una influencia significativa sobre el comportamiento del grupo parlamentario y su institucionalizacin. Una tesorera partidaria, cargos ejecutivos fijos, la divisin del trabajo y as sucesivamente significaban que el partido poda convertirse en una organizacin poltica importante que ya no dependa del liderazgo de su fundador Manuel Pardo. Gracias a estas semillas de institucionalizacin, el partido logr no solo sobrevivir a la muerte de Pardo en 1878 sino fortalecerse en los meses siguientes hasta que la Guerra con Chile iba a interrumpir este proceso.36Aunque el surgimiento del Partido Civil fue fundamentalmente una respuesta a las demandas de la campaa electoral y las actividades parlamentarias, la presidencia de Manuel Pardo entre 1872 y 1876 tambin tuvo un papel importante. Durante este lapso Pardo ampli y fortaleci su red, la cual haba construido principalmente en el transcurso de la campaa electoral. Para ello utiliz todos los medios que estaban al alcance del Presidente de la Repblica. Los grupos que eran claves para que el Partido Civil se consolidara como la fuerza poltica ms importante del pas fueron los artesanos y las elites provinciales25.37Los artesanos conformaron una fuerza poltica significativa en las reas urbanas durante la dcada de 1870 (cap. 8). No estaban bien representados en los comits partidarios, pero la dirigencia del Partido Civil se esforz bastante por ligarles al partido, tanto a travs de contactos personales como mediante la esfera pblica. Fue con este fin que el partido apoy a candidatos artesanos en las elecciones de 1877 yEl ArtesanoyEl Obrero, los primeros dos peridicos de este sector, fueron impresos en imprentas vinculadas al partido. Ambas publicaciones fueron escritas por artesanos y representaban sus intereses, siguiendo una lnea liberal26. Es obvio que los lderes polticos de los artesanos no pueden ser considerados como defensores de los intereses de las clases populares. Ellos constituan una elite entre los artesanos y usaban su liderazgo para mejorar su situacin personal (Krueggeler, 1993). Sin embargo, su poder poltico radicaba en su capacidad de movilizar por lo menos a una parte del artesanado y por eso estaban obligados a tomarlos en cuenta y a defender sus intereses.38Cuando Manuel Pardo lleg a la presidencia en 1872, muchos de sus partidarios de la campaa electoral obtuvieron empleo en el Estado, de modo tal que la relacin entre candidato y partidario frecuentemente se transformaba a otra entre jefe de Estado y empleado pblico (cap. 9). Pardo utiliz todos los medios al alcance de un Presidente de la Repblica para extender su red de lealtades polticas.De iureel presidente contaba con inmensos instrumentos de poder. Pero de hecho la relacin entre Pardo y los empleados pblicos en las provincias estaba caracterizada por una dependencia mutua, antes que por la autoridad y la subordinacin. Pardo necesitaba contar con su apoyo porque en muchas partes del pas el Estado, como institucin por derecho propio, no exista en absoluto o solamente era rudimentario. Sin embargo, como el Estado central era lo suficientemente poderoso como para tener una influencia decisiva en el desenlace de los conflictos regionales, los integrantes de las elites provincianas estaban interesados en mantener una buena relacin con los presidentes, en particular porque la elite de la mayora de las provincias estaba dividida en varias facciones. De este modo Pardo logr asegurar el respaldo de al menos una de estas facciones en cada provincia, puesto que ellas a su vez buscaban el apoyo del presidente en sus conflictos con sus rivales locales. As, los lazos entre las estructuras de poder regional y nacional eran mucho ms estrechos de lo que frecuentemente se asume.39Sin embargo, haba poco inters por seguir los lineamientos programticos de Lima, y fue por esta razn que muchos de los proyectos de reforma de Pardo fracasaron (cap. 10). Sus seguidores por lo general no estaban interesados en llevar a cabo medidas puntuales ni hablar de cambios estructurales. Por ende la presidencia de Pardo no se caracteriz por una poltica de reformas sino ms bien por la continuidad respecto al gobierno de Jos Balta y algunas medidas ad-hoc frente a la crisis econmica. Pardo no intent implementar reformas en contra de sus seguidores en provincias. En primer lugar, no tena el poder para obligarles sino ms bien dependa de su apoyo. Y en segundo lugar, el Partido Civil defenda los intereses de la burguesa limea. Esta necesitaba estabilidad poltica para realizar sus negocios pero no buscaba una reforma radical del pas que con seguridad hubiese llevado a luchas sangrientas y duraderas como se haba visto antes en el Per y en otros pases latinoamericanos, como Mxico por ejemplo. En resumen, el Partido Civil estaba ms interesado en el poder poltico que en un proyecto poltico. Dicho de otra manera: el proyecto poltico del Partido Civil era, antes que nada, el poder.40A nivel nacional, el Partido Civil estuvo conformado hasta mediados de la dcada de 1870 por la red personal de Pardo, y por ello an no haba terminado su transformacin en un partido poltico moderno. Esto solo se alcanz con el exilio de Pardo y su temprana muerte, lo cual tuvo como resultado que la dirigencia del partido ocupara el centro de dicha red. Las que alguna vez fueron definidas como relaciones polticas con una sola persona, pasaron ahora a ser relaciones con la dirigencia de un grupo poltico, cuya etiqueta era la de Partido Civil27.

NOTES1Para el Per, vanse por ejemplo Bonilla (1975-1977: 5 vols.), en especialLos mecanismos de un control econmico(vol. 5: 104-121); Cotler (1992). Para Amrica Latina, Halpern (1993); Stein & Stein (1970). Para una crtica de la teora de la dependencia, vase Packenham (1992).2Para la historia social del Per decimonnico, vase Aguirre (2002: 445-501).3Algunos libros que llevan la palabra partido en el ttulo no estudian organizaciones polticas sino ms bien corrientes ideolgicas (Garavito, 1989; Mir Quesada, 1961).4Para un temprano examen de la naturaleza y el papel de los partidos vase Hume (1875: 127-144).5Schumpeter (1950: 283) y Panebianco (1988: 3-5) enfatizan la importancia de alcanzar el poder.6Para el estado actual de la investigacin sobre partidos polticos en las ciencias polticas, vanse Decker (2007: 19-61) y Lucardie (2007: 62-78).7Duverger propone un tercer tipo de partido, que denota que los partidos fascistas, nacional socialistas y comunistas son agrupaciones que tienen a las clulas como base. Les caracteriza una mayor disciplina partidaria y el fanatismo poltico (282-301).8El trminofaccinse emplea de diversos modos. Puede denotar alianzas parlamentarias inestables, en contraste con las bancadas permanentes en el congreso, agrupaciones de existencia efmera dentro de un partido o alianzas formadas para alguna finalidad especfica, sin referencia a la pertenencia a un partido. En todo caso, las facciones son grupos que se desarrollan en las mrgenes establecidas por los conflictos polticos y no se encuentran institucionalizadas. Utilizo el trmino en este sentido amplio y no limito su significado a los conflictos polticos que se dan dentro del sistema poltico oficial (Boissevain, 1978: 192-200; Brady & Bullock, 1985: 137; Chalmers, 1977: 404).9Comprese con la experiencia alemana, en la cual no fueron las bancadas parlamentarias sino ms bien las asociaciones extra-parlamentarias las que resultaron ser precursoras de los partidos (Langewiesche, 1978).10Los partidos totalitarios son una forma especial de los partidos burocrticos. Ellos rechazan el pluralismo poltico y eliminan las elecciones democrticas una vez que alcanzan el poder. Sin embargo, son iguales que cualquier otro partido poltico en que tambin intentan persuadir al pueblo con sus objetivos, incluso si los medios que emplean para este fin son fundamentalmente distintos de los de los partidos democrticos. Una dictadura de partido siempre tiene en comn con los partidos democrticos modernos al aparato burocrtico llamado partido, incluso si ste recuerda ms a los regmenes militares o dictatoriales de otro tipo (Duverger, 1974: 46-90).11Esto se aplica no solo a Weber & Duverger, sino tambin a Kluxen (1983: 132-137); Langewiesche (1978: 325, 352-355); Ritter (1985: 10-11); Sartori (1976, vol. 1: 63) y Raschke (1978: 12-13).12En un estudio clsico Lipset & Rokkan (1967: 1-64) distinguen cuatro conflictos fundamentales: primero entre el Estado y la Iglesia, segundo entre los intereses agrcolas e industriales, tercero entre los propietarios de los medios de produccin y los trabajadores, y cuarto entre el centro y la periferia (esto es, entre la cultura dominante y la subordinada). Segn este modelo, los partidos cristianos surgieron a partir del primer conflicto, los de agricultores del segundo, los de trabajadores del tercero y los regionales del cuarto. La aparicin de los partidos liberales y conservadores-autoritarios puede explicarse vinculando los diversos conflictos.13El reciente auge de la historia de conceptos forma parte de los estudios de la cultura poltica. Vase, por ejemplo el nmero 45 (2008) del Jahrbuch fr Geschichte Lateinamerikas/Anuario de Historia de Amrica Latina dedicado a la historia de conceptos en Amrica Latina. Comprese con Palti (2007).14Para el Per existen estudios importantes que enfocan la burguesa como fenmeno cultural. Sin embargo, desde hace dcadas se ha dejado de estudiar la burguesa como formacin social y econmica (McEvoy, 2004).15El hecho de que en esta clase podamos encontrar descendientes de la aristocracia, que sus miembros hayan adquirido haciendas o que hayan dependido de privilegios estatales, no es razn alguna para no caracterizarles como parte de la burguesa, puesto que estas mismas observaciones podran tambin aplicarse a, digamos, la burguesa europea del sigloxix(Kocka, 1987: 21-63).16En el Per las asociaciones no llegaron a ser sustitutos de partidos. Su importancia para la historia del Partido Civil se encuentra en el aprendizaje de formas de organizacin. Comprese el caso de Colombia en el sigloxix, o incluso el de Alemania (Langewiesche, 1978: 339-357; Zambrano, 1990: 197-203; Tovar, 1986, vol. 2: 369-395).17De manera bastante parecida, la dcada de 1850 constituy un punto de giro dramtico para la sociedad civil en Buenos Aires. Segn Hilda Sbato (2001: 17-31), estos cambios llevaron a un incremento en la participacin poltica.18Utilizo aqu el trmino miembro de partido an cuando en trminos estrictos, el Partido Civil no contaba con miembros sino tan solo con candidatos, congresistas, dirigentes y seguidores. Para denotar este grupo variado con una sola palabra eleg el trmino miembro, a pesar de que ste es ms adecuado para los partidos burocrticos que para aquellos dirigidos por notables. El trmino miembro se utiliza aqu junto con el trmino partidario aunque el ltimo insina un compromiso menos fuerte con el partido. Para un examen ms detallado de la pertenencia a los partidos vase (Duverger, 1974: 120).19Estas divisiones fueron desarrolladas a partir de la teora de Jrgen Kocka, segn la cual la burguesa alemana del sigloxixpuede ser dividida en una vieja burguesa urbana, a la cual posteriormente se conoci como la pequea burguesa (y en la cual, a diferencia de m, Kocka incluye a los artesanos), una burguesa conformada por comerciantes, banqueros e industriales (en este caso la clase alta o dominante, puesto que en el Per no haba industriales), y las clases educadas (Kocka, 1987: 24; 38-41). Con respecto a las clases educadas vase tambin Ulrich Engelhardt (1986: 26-28). Para un examen de las clases sociales en la Latinoamrica decimonnica vaseinter aliaTorcuato S. Di Tella (1994).20Comprese, por ejemplo, Buenos Aires luego de la cada de Rosas, en donde una nueva institucin, el partido electoral, se desarroll a partir del sistema electoral (Sbato, 2001: 174). Para la historia institucional de las elecciones en el Per antes de 1860 consltese Gabriella Chiaramonti (2005).21Entiendo por notables a personas que gozan de un respeto especial en un sistema social local. Su status econmico y/o habilidades personales les permitan asumir obligaciones honorarias. El supuesto vlido para la historia europea, a saber, que los partidos encabezados por notables surgieron bajo requisitos de propiedad, no resulta aplicable en el caso peruano dado que el Partido Civil apareci durante un periodo en el cual casi toda la poblacin masculina tena el derecho al voto. Con respecto al trminonotables, consltese Weber (1983: 233-234). En esta edicin espaola se mantiene el trmino alemn Honoratioren hablando de honoratiores, palabra poco comn en espaol. La traduccin correcta es notables.22Uso el trmino poder en el sentido que Weber le da. Poder significa la probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relacin social, aun contra toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa probabilidad. En forma ms simple, esto quiere decir que el poder es la posibilidad de imponer la propia voluntad sobre la conducta ajena (Weber, 1983: 43; 696).23En los ltimos aos se ha publicado un gran nmero de estudios sobre la historia electoral en el Per. Aparte de los resmenes bibliogrficos de Aljovn de Losada & Nez (2006), Ragas (2006) y del antiguo estudio de Jorge Basadre (1980), me limito a citar dos estudios pioneros: Carmen McEvoy (1994) y Vctor Peralta (1999).24Segn Sbato, en Argentina la esfera pblica fue mucho ms importante que las elecciones en lo que se refiere a participacin poltica (Sbato, 2001: 117-171).25Entiendo a la elite como un sujeto social cuyos integrantes cuentan con una influencia decisiva sobre los procesos sociales caractersticos del sistema social. Hasta la Guerra con Chile no hubo en el Per ninguna diferenciacin entre esta elite (la elite funcional) y la elite de posicin (un grupo de personas que ocupan las posiciones ms altas en un sistema social particular). Por ello no he trazado ninguna distincin entre elites de posicin y funcionales. Sin embargo, s distingo entre las elites en los sistemas sociales de distinto tamao. Una elite provincial simplemente es la elite dentro del sistema social relativamente pequeo de una provincia. Esto no excluye la posibilidad de que miembros individuales de dicha elite de provincias igualmente pertenezcan a una elite supraprovincial (Endruweit, 1986: 22-30; Meissner, 1993: 9-11).26Dado su limitado nmero, los trabajadores industriales no contaban con ninguna organizacin independiente antes de la Guerra con Chile. Las organizaciones de artesanos se vean a s mismas como representativas de todos los trabajadores empleados en la produccin manual. Esto tambin se manifestaba en el nombre de su peridico,El Obrero(Garca-Bryce, 2004: 133-163; Krueggeler, 1993: 279-317).27Un partido es toda agrupacin poltica identificada por una etiqueta oficial que se presenta en las elecciones, y es capaz de colocar candidatos en cargos pblicos a travs de elecciones (libres o no) (Sartori, 1976, vol. 1: 63).

Captulo 1. La burguesa limeap. 37-63

1El Partido Civil surgi en Lima como organizacin poltica de la burguesa1. Por ende es indispensable tener una idea de la burguesa limea para analizar el Partido Civil. Este anlisis, por lo general, enfrenta dos problemas. En primer lugar, se suele confundir burguesa como formacin social (o clase social) con burguesa como experiencia (Gay, 1984-1998). Mientras que formacin social se refiere a la estructura social y econmica de una sociedad, experiencia burguesa se refiere al modo de vivir, sentir y pensar. Burguesa como formacin social es una categora estructuralista, burguesa como experiencia una categora de historia cultural. Pero nadie va a poner en duda que el trmino burguesa se refiere a una formacin social y a una experiencia a la vez2. En segundo lugar se suele confundir una parte de la burguesa con el conjunto de la burguesa. Como cualquier grupo social, la burguesa de cada pas tiene sus peculiaridades, se transforma permanentemente y se divide en varios grupos. No existe burguesa homognea. Por eso no basta con analizar solo uno de los grupos de los cuales se compone. Esto es especialmente importante en el caso del Partido Civil ya que uno de sus logros fue precisamente unir varios grupos burgueses limeos. As en las siguientes pginas se describir primero los cambios que vivi la economa limea ya que la burguesa limea de los aos 1860-1870 (como formacin social) fue un producto de estos cambios. Despus se analizar un ejemplo destacado, la carrera empresarial de Manuel Pardo, para finalmente dedicarse al modo de vivir burgus en Lima. Se ver que el conjunto de sus caractersticas hicieron que la burguesa limea fuera un fenmeno bastante peculiar.2En el sigloxix, el Per en modo alguno era una economa integrada sino ms bien estaba dividido en diversas regiones econmicas. Si bien stas se hallaban interconectadas de un modo u otro, su dinmica no se deba a estas conexiones sino ms bien a factores internos y a relaciones comerciales con el extranjero, y sus ciclos econmicos en consecuencia eran en gran medida independientes entre s. Por lo tanto, en el Per decimonnico no hubo un desarrollo econmico uniforme, como tampoco hubo una integracin continuamente creciente (Manrique, 1995: 77-79; Cotler, 1978: 71-118).3Despus de la independencia, algunos de los ms importantes ejes econmicos coloniales desaparecieron debido tanto a razones econmicas como a las nuevas fronteras nacionales. Adems las guerras de independencia y las luchas internas tuvieron consecuencias desastrosas en muchas partes del pas. El renacimiento econmico posterior a la emancipacin vari de una regin a otra3. El surgimiento de la burguesa limea se debi a la recuperacin de la economa de las regiones de la costa central y del norte a partir de la dcada de 1840. En el centro de esta recuperacin estaba la exportacin del guano. El Per tena un monopolio casi perfecto de este fertilizante en el mercado mundial y pudo as continuar elevando sus exportaciones hasta la dcada de 1870 (Yepes, 1972: 59; Hunt, 1982: 70). El guano se encontraba en unas pequeas islas no muy lejos de la costa, y para su extraccin no era necesario contar con una tecnologa especial o efectuar una gran inversin en materiales o infraestructura; simplemente haba que palearlo en sacos y llevarlo a las naves que esperaban. Ni siquiera los trabajadores generaban un gran gasto, puesto que la extraccin y el transporte podan ser llevados a cabo por grupos relativamente pequeos, conformados principalmente por trabajadores chinos. El guano fue un monopolio sin costos de produccin (Hunt, 1982: 47. Vase tambin Mathew, 1977; Mndez, 1987).4Como se hallaba en unas islas ridas y despobladas, el guano era propiedad del Estado, el cual se haba tropezado as con una inmensa fuente de ingresos (Hunt, 1982: 74). Para exportarlo, el gobierno firm contratos con una serie de empresas privadas. Podemos dividir la era del guano en cuatro etapas en base al tipo de contratos, las partes que los suscriban y a los montos exportados. Durante la primera etapa (1841-1848), diversas casas comerciales exportaron relativamente poco guano. En la segunda fase (1849-1861), la Casa Gibbs logr obtener el monopolio de Inglaterra, el mercado ms importante, y las exportaciones se elevaron considerablemente. En la tercera fase (1862-1869), un consorcio de empresarios peruanos control el trfico de guano, el cual fue devuelto a las casas comerciales extranjeras durante la cuarta fase (1869-1879), antes de colapsar con el estallido de la Guerra del Pacfico (Levin, 1960; Maiguashca, 1967; Hunt, 1982; Yepes, 1972; Bonilla, 1974).5La riqueza amasada con el comercio guanero a mediados del sigloxixfue crucial para el desarrollo de la burguesa limea. Ella se hallaba directamente involucrada en la exportacin del guano, pero adems el Estado transfiri parte de las ganancias obtenidas con dicho trfico a ella. En la fase inicial, los comerciantes peruanos organizaron la exportacin del guano pero pronto el gobierno empez a preferir casas comerciales extranjeras (Mathew, 1981: 22-50; Yepes, 1972: 297-299; Basadre, 1968-1970, vol. 3: 147-165). Estas casas contaban con suficiente capital para pagar al Estado una parte de las ganancias esperadas por adelantado. Por lo tanto, en 1847 el gobierno firm un contrato con las casas comerciales Gibbs de Inglaterra y Montan de Francia. A cambio de crditos que sumaban 850000 pesos, se conceda licencia a estas empresas para que exportaran 100000 toneladas de guano a nombre del gobierno. El Estado deba entonces pagar el crdito con las ganancias procedentes de la exportacin (Mathew, 1981: 79-86; Basadre, 1968-1970; vol. 3: 156-158). Este contrato fue el paso decisivo que llev al sistema de consignacin, el cual predomin hasta la Guerra del Pacfico. Segn dicho sistema, el Estado peruano segua siendo el propietario de los bienes hasta su venta en el pas de destino, en tanto que la otra parte del contrato era simplemente un agente que los fletaba y venda. El Estado pagaba los gastos de las casas comerciales y adems una comisin. Los acuerdos de consignacin incluan prstamos otorgados al gobierno por las partes privadas del contrato. El Estado a su vez prometa pagar las sumas prestadas junto con los intereses correspondientes, con las rentas obtenidas con la exportacin del guano. Este sistema inicialmente exclua de las transacciones ms importantes a las casas comerciales peruanas, pues ninguna contaba con suficiente capital como para efectuar prstamos tan grandes.6Desde comienzos de los aos 1850, los peruanos intentaron ingresar en el comercio de guano. Mientras que algunos proyectos fracasaron por falta de capital, otros se realizaron aunque se tratase de mercados poco importantes, como los Estados Unidos, Asia, Costa Rica, Espaa, Cuba, Puerto Rico y Guatemala (Yepes, 1972: 302-308; Basadre, 1968-1970; vol. 4: 332-334). Con todo, el comerciante guanero ms importante a mediados de siglo era Gibbs, una firma inglesa, porque manejaba el negocio de las consignaciones originalmente junto con Montan, y posteriormente por cuenta propia en Gran Bretaa y virtualmente toda la Europa continental. La impresionante alza en las exportaciones del guano estuvo estrechamente vinculada con esta casa comercial (Bonilla, 1980: 33; 39). Adems de los consignatarios, fue el Estado peruano el que fundamentalmente gan con este incremento porque desde mediados de la dcada de 1840 reciba aproximadamente las dos terceras partes de las ganancias. Y si bien la renta guanera equivala a menos del 10% del presupuesto nacional en 1846, quince aos ms tarde alcanzara casi el 80% (Hunt, 1982: 46-47; 74).7Desde mediados de siglo, la renta del guano permiti al Estado seguir una generosa poltica fiscal. La consolidacin de la deuda interna y los pagos efectuados en conexin con la abolicin de la esclavitud, fueron de especial importancia. Las deudas internas eran aquellas obligaciones que el Estado haba contrado durante la guerra de independencia y las guerras civiles posteriores a ella, a travs de prstamos forzosos y confiscaciones, as como los salarios de los empleados estatales (que a veces no haban sido pagados por aos) y los prstamos usuales obtenidos de las casas comerciales privadas. La crisis financiera durante las dos primeras dcadas de la independencia hicieron que fuera imposible pagar dichas deudas. Pero a finales de la dcada de 1840, la renta guanera permiti comenzar a hacer frente a la deuda interna (Basadre, 1968-1970; vol. 4: 19-40; 337-343; Quiroz, 1987). Si bien en un principio se calcul que sta en total no sumara ms de 10 millones de pesos, en realidad el valor total de los nuevos bonos emitidos alcanz los 24 millones (Quiroz, 1987: 89). El enorme incremento de la deuda pblica se debi fundamentalmente al reconocimiento de reclamos infundados, los cuales fueron presentados con papeles fraudulentos o sin ninguna documentacin. Fue el guano el que hizo posible semejante generosidad de parte del Estado.8A pesar de la garanta ofrecida por el guano, el valor real de la nueva emisin de bonos a comienzos de la dcada de 1850 fluctuaba entre apenas el 25 y el 50% de su valor nominal. La causa de este bajo valor era su origen a menudo dudoso, lo cual haca que su cancelacin no estaba asegurada. En consecuencia, en 1852 el gobierno de Echenique decidi convertir una parte de los bonos de deuda interna en deuda extranjera, obligando as a gobiernos subsiguientes a que reconocieran estos bonos reconvertidos. En 1852 y 1853, varias casas comerciales peruanas y otras extranjeras adquirieron los bonos al 25-32% de su valor nominal, solo para cambiarlos por otros a su valor nominal total que deba ser cancelado en Europa con el guano all vendido (Quiroz, 1987: 59). Sin embargo, el comercio de las emisiones de deuda interna era tambin un negocio rentable. Muchos comerciantes compraban ttulos de deuda interna al 10% de su valor nominal en la dcada de 1850 y los vendan al 90% ya que los gobiernos posteriores reconocieron todos los bonos a pesar de su orgen fraudulento.9Por lo tanto, fue fundamentalmente un pequeo grupo de comerciantes dispuestos a especular con la emisin de deuda el que se benefici con la consolidacin de la deuda interna. A comienzos de la dcada de 1850, los 126 acreedores ms grandes posean las dos terceras partes de las emisiones de deuda, un grupo de 402 acreedores tena el 21,8%, en tanto que a los 1500 acreedores menores solamente les quedaba el 11,9%. Los comerciantes eran el grupo de acreedores ms importante. Ellos ya posean el 38% de la deuda emitida en 1852 y el 50% para 1857. Por otro lado los hacendados, que haban sufrido las prdidas ms grandes en las guerras de la independencia, tenan el 29% de la deuda en 1852 y apenas el 14% en 1857 (todas las cifras son de Quiroz, 1987: 86; 184). Las casas comerciales ya existentes fueron las que ms ganaron con la consolidacin de la deuda interna, puesto que ellas lograron obtener enormes ganancias especulando con las emisiones de deuda pblica. Incluso si esta consolidacin no cre a ningn capitalista peruano, ella s permiti que las casas comerciales locales, que eran demasiado pequeas como para participar en el trfico guanero, aprovecharan la oportunidad para beneficiarse con el auge de este producto4.10Los pagos efectuados por la liberacin de los esclavos fueron otro mecanismo mediante el cual el Estado logr repartir dinero entre un grupo asombrosamente pequeo de comerciantes y hacendados. Ramn Castilla decret la emancipacin de los esclavos en diciembre de 1854. Sus propietarios recibieron 300 pesos de compensacin por cada uno de ellos, fuera cual fuese su edad o sexo, un monto que era en general el mismo que el precio de mercado en Lima en ese entonces (Basadre, 1968-1970; vol. 4: 343-345; Quiroz, 1987: 159-170; Aguirre, 1993: 297-311). Al igual que con la consolidacin de la deuda interna, las transferencias de dinero estatal fueron financiadas principalmente con emisiones de deuda pblica. De un total de aproximadamente 8 millones de pesos en pagos de compensacin, ms de cinco millones fueron pagados en bonos y solo 2,75 millones en efectivo.11Como en la consolidacin de la deuda interna, buena parte de los pagos por la abolicin de la esclavitud se fundaron en documentos fraudulentos o inexistentes. As por ejemplo se pag la liberacin de 25000 esclavos aunque solo haba unos 17000. Por lo tanto, un tercio de los pagos de compensacin representaba una transferencia neta del Estado a los ex propietarios que no corresponda a ninguna prdida. A pesar de que casi la mitad de los esclavos del pas vivan en reas urbanas, los propietarios de hacienda costeas por lo general posean un nmero mayor de esclavos. Sin embargo, muchos de ellos estaban endeudados con casas comerciales limeas y por ende los pagos de compensacin ayudaron tanto a la agricultura costea a cancelar sus deudas como a los comerciantes limeos a recuperar sus prstamos. Apenas dos aos despus de emitidos, las casas comerciales posean la mayora de los vales (Quiroz, 1987: 164-165)5.12En los aos 1860 los comerciantes ms ricos de Lima se haban enriquecido lo suficiente para encargarse de la exportacin del guano a Inglaterra y Europa continental. Por eso se desat una campaa a finales de dicho decenio que buscaba terminar el contrato con Gibbs que pronto expirara, y transferir el lucrativo negocio con Inglaterra a consignatarios peruanos (Mathew, 1981: 198-214; Basadre, 1968-1970, vol. 4: 330-331). Esta campaa se benefici de una ley aprobada en 1849 y ratificada en 1860, segn la cual el Estado deba preferir a las compaas peruanas en todas las transacciones efectuadas con empresas privadas (Basadre, 1968-1970, vol. 4: 334-335). El xito de esta campaa reflej el creciente peso econmico y poltico de la burguesa peruana. El cnsul britnico, Jerningham, se quej:He sabido que el Presidente estaba dispuesto a continuar el contrato de guano con esta Empresa (Gibbs) [sic], pero fue derrotado por otros que lo asustaron diciendo de que si no lo entregaba a una compaa nacional habra una revolucin (Jerningham to Russell, Lima, 13 de oct. de 1860, Public Record Office [Londres], Foreign Office, series 61/193, citado en Bonilla, 1974: 41).13Como en los aos 1850, el primer intento de exportar guano a Inglaterra fracas por falta de capital (Basadre, 1968-1970, vol. 4: 335-336). Pero esta vez haba una segunda opcin. En 1862 Clemente Ortiz de Villate, Felipe Santiago Gordillo, Jos F. Canevaro, Manuel Pardo, Carlos Delgado Moreno y Felipe Barreda obtuvieron el contrato de consignacin para Inglaterra. Para reunir el capital necesario el primer prstamo al Estado peruano vala por s solo un milln de pesos se form la Compaa Nacional de Consignacin de Guano en Inglaterra, la cual emiti acciones por valor de dos millones de pesos6. Finalmente los peruanos dominaron el trfico de guano, en tanto que las casas comerciales extranjeras asumieron el papel secundario con el cual los peruanos hasta ese entonces haban tenido que contentarse. Ahora las empresas peruanas tenan recursos de capital tan grandes que en la dcada de 1860 consorcios peruanos comenzaron a competir entre s por las consignaciones de guano (Basadre, 1968-1970, vol. 5: 349-350).14El predominio peruano no dur mucho. En 1869 el gobierno firm un contrato con Dreyfus, una casa comercial francesa, transfirindole el monopolio de la venta de guano en Europa y sus colonias (sin Cuba y Puerto Rico). El contrato con Dreyfus signific el fin del sistema de consignaciones ya que Dreyfus compr el guano y paralelamente dio un prstamo al gobierno central. Las condiciones del contrato eran excelentes para el gobierno pero no para los comerciantes peruanos que quedaron fuera de este negocio lucrativo (Basadre, 1968-1970, vol. 6: 134; Bonilla, 1974: 81-85). Por eso, las grandes casas comerciales intentaron impedir la firma del contrato (Basadre, 1968-1970, vol. 6: 136-144; Bonilla, 1974: 85-89). Mejoraron sus ofertas y emplearon todos los medios a su alcance para obligar al Presidente Balta de anular el contrato. La Corte Suprema fall a favor de las casas peruanas, tres de los cinco miembros del gabinete renunciaron, la comisin permanente del Congreso (que reemplaz al Congreso entre dos legislaturas) se pronunci en contra del contrato. Sin embargo, el presidente de la repblica no lo revoc. As, la burguesa limea comprendi que no era igual quin era presidente del Per y que haba que defender sus intereses econmicos en la esfera poltica. El Partido Civil fue fundado en 1871, luego que ambas cmaras del Congreso aprobaran el Contrato Dreyfus en 1870.15Aunque el Contrato Dreyfus fue un golpe para la nueva burguesa, no era una cuestin de vida o muerte. El guano haba hecho posible el surgimiento de una nueva clase social y sta ya viva de otros negocios aunque el guano segua teniendo alguna importancia. En el centro de los negocios se encontraba ahora un sistema bancario surgido en los aos 1860. En 1862 el belga Francisco Watteau abri La Providencia, Sociedad Annima General del Per, el primer banco privado peruano. El banco se hallaba estrechamente asociado con el negocio guanero, siendo consignatarios al menos la mitad de los diez integrantes de su junta directiva (Camprub Alczar, 1957: 38-39). El Banco del Per, fundado en 1863, estaba aliado de un modo an ms estrecho con el comercio del guano. De los diez fundadores, casi todos exportaban guano y cinco de ellos haban fundado la Compaa Nacional de Consignacin del Guano en Inglaterra el ao anterior (Camprub Alczar, 1957: 40-42). Dejando de lado la filial peruana del banco ingls London, Mexico and South American Bank Limited que abri en 1863, el tercer banco peruano en fundarse fue el Banco de Crdito Hipotecario. Fundado en 1866, signific un intento de canalizar ingresos del comercio guanero a la agricultura, especialmente de caa de azcar y algodn. La liberacin de los esclavos haba ayudado a las haciendas agrcolas costeas a pagar sus deudas y dar a sus acreedores una fuente fresca de capital. Ahora, diez aos ms tarde, estos acreedores dirigan el Banco Hipotecario y facilitaron el auge subsiguiente en la produccin de azcar y algodn7.16El xito de los primeros bancos condujo a la fundacin de una serie de instituciones bancarias y doce aos despus de la fundacin del primer banco peruano privado, el pas contaba con 16 bancos (Camprub Alczar, 1957: 84-86; 90-107; Alfageme Rodrguez-Larran, s.f.: 26-28). Ninguno de ellos estuvo inicialmente sujeto a ningn requisito legal especial o al control del Estado. La forma descuidada en que emitan billetes de banco, en combinacin con la deuda pblica, pronto llevaron a una crisis bancaria. Aunque durante los aos 1870 medidas del gobierno lograron salvar el sistema bancario, ninguno de los bancos sobrevivi a la Guerra del Pacfico (Alfageme Rodrguez-Larran, s.f.: 26-30; Basadre, 1968-1970, vol. 7: 46-50; 299-232; Camprub Alczar, 1957: 175-416).17El auge del guano no solo produjo un floreciente aunque efmero sistema bancario, sino tambin la expansin de la agricultura de exportacin en la costa y el incremento de las construcciones ferroviarias. Aunque tanto el azcar como el algodn se haban producido en el Per desde la poca colonial, durante las primeras dcadas posteriores a la independencia solamente tuvieron un papel marginal (Bonilla, 1980: 26-39; Eguren Lpez, 1981: 11-125). Solo a mediados de los aos 1860 la agricultura de exportacin comenz a florecer. Mientras que entre 1856 y 1865 anualmente se exportaban en promedio 361 toneladas de algodn y 1,189 de azcar, entre 1866 y 1870 las exportaciones subieron a 2,085 y 8,709 toneladas respectivamente, y a 4,264 y 27,380 toneladas entre 1871 y 1875. Si bien el volumen anual de algodn exportado volvi a caer nuevamente a 2,799 toneladas a finales de la dcada, las exportaciones de azcar continuaron elevndose rpidamente hasta las 65,261 toneladas (Rodrguez Pastor, 1989: 296; Macera, 1977, vol. 4: 9-307).18Para esta expansin se invirtieron grandes sumas de dinero en la agricultura costea. Esto no solo comprenda inversiones en infraestructura (canales, ferrocarriles, etc.) y maquinaria, sino tambin en mano de obra, sobre todo trabajadores chinos contratados. Estas inversiones fundaron la agricultura de exportacin como una rama importante de la economa en el Per, demostrando as que los empresarios peruanos eran capaces de aprovechar la situacin favorable del mercado mundial, como por ejemplo la guerra civil en los Estados Unidos.19Las haciendas azucareras, en particular, se transformaron en el lapso de dos dcadas en empresas agrcolas capitalistas, en las cuales los canales irrigaban los campos y los ferrocarriles llevaban la caa de azcar a molinos a vapor8. Despus de que el hacendado Domingo Elas haba empezado a llevar trabajadores chinos al Per en 1849 a finales de la dcada de 1860 anualmente llegaron miles de chinos al Per para trabajar sobre todo en la agricultura de exportacin (Orrego, 1990: 320-321; Stewart, 1951; Rodrguez Pastor, 1989). Aunque tericamente estos trabajadores llegaron al Per por voluntad propia, en realidad eran esclavos temporales. Los contratos, que por ser analfabetos no podan leer y que a menudo tampoco haban sido firmado por ellos, les obligaban a servir al amo que compr su contrato en el Per por ocho aos. Unas condiciones laborales inhumanas eran la norma en las haciendas costeas, lo que a menudo provoc la resistencia de parte de los chinos (Rodrguez Pastor, 1979; 1989: 83-111). Con todo, la llegada de estos trabajadores resolvi el problema de la mano de obra y era al mismo tiempo un negocio lucrativo para los comerciantes limeos (Secada, 1986: 111).20La riqueza guanera fue asimismo responsable de los grandes proyectos ferroviarios. Pero la mayor parte de las lneas construidas por el erario pblico no fue terminada o no cumpli las expectativas por falta de mercadera a transportar (Pennano, 1979: 131-150; Regal, 1965; Stewart, 1946)9. En contraste con los ferrocarriles pblicos, las pequeas lneas privadas s resultaron rentables. Adems de las vas que unan Lima con el Callao, Chorrillos y Magdalena, lneas privadas corran de los ingenios azucareros, los campos de algodn y las minas de nitrato a los puertos vecinos. Por esta razn, los hacendados a menudo eran quienes financiaban dichas lneas. La construccin de estos ferrocarriles fue una inversin en la modernizacin de la infraestructura, cuyos costos por lo general se pagaban a s mismos rpidamente. A pesar de su alcance limitado, estas lneas constituyeron una oportunidad importante para la reinversin de las ganancias procedentes de la exportacin de guano, nitrato, azcar y algodn10.21La nueva burguesa, que haba adquirido su fortuna durante el auge del guano, tambin desempe una funcin importante en la exportacin del nitrato, aunque no el papel principal que tuvo en la agricultura de exportacin. Hasta 1868, el Estado haba permitido que los campos de nitratos, situados en el extremo sur, estuvieran disponibles sin costo alguno y sin que las exportaciones estuvieran sujetas a restriccin o impuesto alguno (Basadre, 1968-1970, vol. 7: 54-62; 288-294; Bermdez Miral, 1963; Greenhill & Miller, 1973: 107-131; Amayo, 1988: 147-165). La extraccin y exportacin del nitrato estaba en manos de un gran nmero de empresarios. Entre ellos se hallaban tanto poderosas casas comerciales internacionales como Gibbs como tambin numerosos productores ms pequeos, y por ende unos mtodos de extraccin del nitrato primitivos coexistieron al lado de costosas tcnicas modernas. Dado que el nitrato tambin se usaba como fertilizante, en la dcada de 1870 ste comenz a presentarle una competencia formidable al guano. El gobierno de Manuel Pardo intent, por ende, controlar su extraccin elevando los impuestos de exportacin, introduciendo un monopolio estatal sobre la exportacin pero al cual no logr imponer y por ltimo comprando los campos. Se firm un contrato con cuatro prominentes bancos peruanos para que manejaran las expropiadas minas de nitrato y compensaran a los dueos privados11. Para 1878, el banco La Providencia pas a ser el responsable del manejo de todo el trfico de nitrato, as como de las ventas europeas sobre la base de la consignacin (a cuyo fin se fund la Compaa Salitrera del Per). El negocio de este producto fue transferido ipso facto de un grupo de empresarios de distinta nacionalidad y origen social, a un banco que se hallaba estrechamente asociado tanto con el Estado como con la burguesa guanera. Una vez ms sta haba encontrado un campo de accin que le garantizaba ingresos considerables.22Para mediados de la dcada de 1870 era obvio que el auge del guano haba creado una nueva burguesa en Lima, la cual desde el decenio anterior ya no limitaba sus inversiones a la especulacin, sino que tambin usaba su capital para abrir bancos, invertir en la agricultura de exportacin, en la construccin de una red ferroviaria, en la extraccin del nitrato y muchos negocios menores. Esta burguesa estaba dispuesta a invertir su capital en la produccin, lo que hizo con gran perspicacia financiera, siempre y cuando estuviera segura de conseguir ganancias razonables. Pero como no invirti en proyectos industriales ya fuera en textiles o alimentos de ningn tipo, sera inapropiado llamarla una burguesa industrial. Desde un punto de visto econmico, se trataba de una burguesa comercial-bancaria. Adems, esta clase nueva constaba de un pequeo grupo de personas que en su mayora se conocan entre s, y cuyos contactos personales y a veces familiares frecuentemente determinaban los negocios12. Por ltimo, las relaciones laborales no eran relaciones contractuales libres, ni siquiera en las modernas haciendas azucareras, sino que estaban ms bien determinadas por constreimientos y obligaciones no econmicos. As, la burguesa bancaria y mercantil creada por el comercio de exportacin del guano ya no se mova en los sistemas econmicos del pasado, no obstante conservaba varios de sus atributos. Por lo tanto, la nueva clase no puede ser descrita ni como una clase rentista y parasitaria, ni tampoco como unos empresarios schumpeterianos (Bonilla, 1974: 33; Amayo, 1988: 229).23Manuel Pardo, el fundador y primer jefe del Partido Civil, es un buen ejemplo de los cambios ocurridos en la actividad econmica en la dcada de 1860. Pardo provena de una familia respetada pero no particularmente acaudalada13. Aunque estudi en Francia, en Per se ganaba la vida mediante transacciones comerciales de pequea escala y como administrador de una hacienda perteneciente a Jos Antonio Lavalle, un primo de su madre (McEvoy, 1994: 46-47; Miranda Costa, 1993: 437-439; 578-579). El ascenso de Manuel Pardo como hombre de negocios comenz en 1859 al casarse con Mariana Barreda y Osma, cuyo padre era uno de los hombres ms ricos del Per. Si bien la fortuna de Pardo en ese entonces era de 62000 pesos, la dote de su mujer era de 100000 pesos14. A estos 162000 pesos se sumaron unos 18000 pesos adicionales que l manejaba para su padre, lo que significa que contaba con un capital total de 180,000 pesos a su disposicin (San Cristbal, 1945: 608-609; BNP-FMP,Cuaderno de contadura: 71; 143). Manej su capital con tanto xito que para 1873, el capital de Pardo y su esposa vala ms de 670000 pesos15(vase cuadro 1). Esto no le haca uno de los hombres ms ricos del Per, pero s significaba que su posicin econmica haba mejorado significativamente16.24A comienzos del decenio de 1860, Manuel Pardo invirti su capital, sobre todo, en la exportacin de guano, en el trfico de trabajadores chinos y en diversas empresas financieras. Como miembro de la Compaa Nacional de Consignacin de Guano en Inglaterra, en 1864 Pardo invirti las dos terceras partes