POLÍTICAS PUBLICAS
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“Orígenes y tendencias del análisis de las políticas públicas”Eugene McGregor.
El término de problema público se refiere, a los bienes y males colectivos característicos
de las situaciones conflictivas que se presentan en las comunidades y sociedades
globales. La formulación de políticas públicas prevé un juego de opciones y acciones que
pueden ser ejecutadas colectivamente en un compromiso global. La naturaleza de los
bienes colectivos, sugiere tres problemas distintos asociados a la elección pública. Las
propuestas de acción colectiva deben: eliminar un mal común, deben estar apoyadas por
un partido o coalición política en el poder y deben ser ejecutadas.
En consecuencia, el análisis de políticas públicas del mundo real confronta
simultáneamente distintos aspectos: solución de problemas, la gobernación y la acción
dos de estos aspectos significaría un fracaso de la política emprendida
El análisis de las políticas públicas supone una responsabilidad compartida. Por ejemplo,
no es válido decir que la política decide lo que hay que hacer y la administración decide
cómo hacerlo. La dicotomía política-administración no proporciona una base suficiente al
análisis de políticas públicas.
El trabajo del análisis de políticas continuará incrementando su complejidad. En una
situación en la que se ha producido una mezcla total de las políticas públicas y los
sectores públicos y privados y esto lo ha entendido una población lo suficientemente
educada para que haya ocurrido, hay un extraordinario abanico de opciones a disposición
de los funcionarios autorizados en los modernos y sofisticados sistemas de gobierno para
diseñar las políticas y supervisar su implantación para el análisis de políticas parece
sencilla. Aquellos que aspiran a tratar con los temas, de políticas reales un buen ejemplo
es el caso de productividad nacional, deben comprometerse con el orden tripartito de:
responsabilidad democrática, efectividad en la resolución de problemas y eficacia
administrativa.
“La Focalización como estrategia de políticas públicas”
Daniel Hernández, eat.
En la última década, tanto en México como en muchos otros países, se ha impulsado
implantación de políticas focalizadas dentro del ámbito del desarrollo social. Con el fin de
dirigir la mayor parte de los recursos hacia la población que enfrenta mayores niveles de
vulnerabilidad.
De forma simplificada, puede decirse que los apoyos focalizados son aquellos que se
dirigen hacia grupos de población que presentan características específicas o que se
encuentran habitando en zonas delimitadas territorialmente. Una de las características
más importantes de los apoyos focalizados es que parten de la premisa de que no existe
un acceso equitativo a los bienes o servicios para toda la población, y que sólo una
direccionalidad intencionada ayuda a que quienes menos tienen puedan superar los
obstáculos para el aprovechamiento de los apoyos.
La aplicación de apoyos dirigidos se puede realizar a partir de mecanismos de
focalización geográfica, focalización individual (a personas u hogares) o una combinación
de ambas metodologías. Adicionalmente, en ocasiones se utilizan también mecanismos
complementarios que tienen como base la participación social. La focalización geográfica
tiene como principio fundamental la selección de zonas caracterizadas por perfiles más
homogéneos en comparación con la situación que prevalece en el resto del territorio.
Micro-regionesLa Estrategia de Micro-regiones se dirige recursos para abatir los rezagos de
infraestructura que han prevalecido durante décadas en las regiones rurales más aisladas
del territorio.
La idea que sustenta esta acción de política pública es que la política social debe
concebirse como pieza de impulso a la competitividad. En este sentido, las personas
requieren de mecanismos para adquirir activos (en un sentido amplio), pero también
necesitan vivir en un entorno propicio para las actividades económicas.
Hábitat
Hábitat, es un programa de desarrollo local que apoya a la población de zonas urbanas
que tienen una alta concentración de hogares en condiciones de pobreza. Su mecanismo
de focalización geográfica se dirige a identificar este tipo de conglomerados de manzanas
basándose en datos censales agregados a nivel de manzana. Hábitat busca mejorar el
entorno en que viven los pobres de las zonas urbanas y apoyar a hacer más competitivas
a las ciudades (donde se genera 85% del PIB en México).
La competitividad territorial depende de localización y recursos naturales, pero también de
otras áreas en que trabaja este programa : Desarrollo de infraestructura urbana y de
servicios; Impulso para aumentar la disponibilidad de suelo; Despliegue de servicios de
capacitación y apoyo para las y los trabajadores (Centros de Desarrollo Comunitario y
Casas de Atención Infantil); Promoción a la cooperación entre gobiernos y sector privado
(Agencias de Desarrollo);Fortalecimiento de la cohesión social, combatiendo la violencia,
la segregación y la exclusión.
Oportunidades
El programa Oportunidades busca el desarrollo del capital humano de la población en
pobreza extrema, mediante apoyos a estas familias en zonas rurales y urbanas de becas
educativas desde el tercero hasta el doceavo año de educación formal, fondos de ahorro
para los jóvenes que concluyen el bachillerato, suplementos alimenticios para los
menores de 5 años y las mujeres embarazadas y en lactancias, servicio médico gratuito y
apoyos monetarios para mejorar las condiciones nutricionales.
Para recibir los apoyos, las familias deben cumplir con compromisos de
corresponsabilidad: los niños, niñas y jóvenes deben asistir diariamente a la escuela, y las
madres deben asistir mensualmente a sesiones de educación para la salud y llevar a los
niños menores de cinco años a la vigilancia de su estado nutricional.
“Estrategias para reducir el consumo de alcohol en los menores”U.S Department of justice
Estudios recientes muestran que el consumo de alcohol durante la adolescencia podría
surtir un efecto negativo en el desarrollo cerebral a largo plazo (Brown et al. 2000). No hay
duda alguna de que el consumo de alcohol entre los menores de edad es un problema de
extrema gravedad. No obstante, también es un problema que se puede atender. Se
pueden adoptar muchas estrategias efectivas para prevenir el consumo de alcohol entre
los menores de edad y los problemas relacionados con este tema.
Las estrategias para reducir el consumo de alcohol entre los menores de dad se agrupan
dentro de cuatro categorías generales que funcionan conjuntamente, para reducir el
consumo de alcohol entre los menores de edad. Estas categorías incluyen: Límites con
relación al acceso al alcohol por menores de edad; Expresiones de normas comunitarias
contra el consumo por menores de edad; Estrategias con base en las escuelas u
organizaciones para jóvenes; y Estrategias para reducir las incidencias de menores de
edad que beben y manejan.
La combinación de estrategias puede fortalecer y solidificar a cada una. Por ejemplo, el
imponer el cumplimiento de las leyes contra la venta a los menores de edad es de vital
importancia, pero es más probable que esto suceda y que sea sostenido si las normas
comunitarias en contra del consumo de alcohol por parte de los menores de edad son
reforzadas y publicadas. Al planificar un abordamiento global en la prevención del
consumo de alcohol entre menores de edad, los estados y las comunidades deben estar
alerta a las oportunidades de sinergias y estrategias que podrían complementarse y
amplificarse entre si. Las leyes que restringen el consumo de alcohol en las personas
mayores de 21 años han sido extremadamente exitosas en reducir el daño causado por el
alcohol. El problema del consumo de alcohol entre los menores de edad continua siendo
enormemente grave. Los estados, comunidades, agencias, y organizaciones que se
preocupan por la juventud, así como los jóvenes, padres de familia y otros ciudadanos
involucrados, pueden jugar un papel en la implementación de estas estrategias.
“El Estado y las Políticas Publicas”Yves Surel.
El análisis de las políticas públicas en América Latina es una materia aún poco desarrollada si tomamos en cuenta los estudios de caso en ciencias políticas. Se debe tanto al objeto de la investigación, las políticas públicas, como a la visión que se tiene de la acción pública en los países latinoamericanos.
Los contextos latinoamericanos son a menudo casos de estudio fascinantes para el análisis de políticas públicas. Los problemas sociales que enfrentan los responsables político-administrativos son de particular intensidad si se les compara con los contextos occidentales. Las relaciones sociales y políticas son a la vez densas y menos formales desde el punto de vista institucional y de su organización.
El análisis de las políticas públicas reposa poco o mucho en la idea de que los actores político-administrativos son estimulados por eventos, movilizaciones y/o presiones impulsadas por actores públicos y privados situados a diferentes niveles del gobierno. En función de las capacidades de acción y de las oportunidades políticas, los actores gubernamentales llevan a cabo un tipo de filtración en el seno de estas dinámicas de emergencia de manera a inscribir, en la agenda gubernamental, los problemas que determinarán más tarde el contenido de la acción pública.
América Latina constituye un excelente laboratorio para interrogar y mejor caracterizar esas lógicas de gobernanza. Primero por una razón histórica mayor: El Estado, como ya lo hemos dicho, a menudo se presenta como inacabado y a veces como poco legítimo, lo que se refleja, en especial, en su persistente incapacidad para imponer un monopolio fiscal que le permita disponer de los recursos financieros necesarios para su acción. Luego, porque a América Latina a menudo se le presenta como el área geográfica en donde mejor se ha dado la doble dependencia hacia una gran potencia, Estados Unidos, y hacia organizaciones internacionales.
El otro cambio politicoinstitucional importante se relaciona con la “presidencialización” de los procesos de decisión. No porque el fenómeno en sí sea especialmente nuevo: después de todo, la figura del “Caudillo” es todavía una característica de América Latina, tanto en la práctica política como en la expresión artística, en particular en literatura. Algo más original es la codificación institucional y jurídica de este papel que ahora confiere a las elecciones presidenciales un lugar determinante en la definición de los marcos y orientaciones de las políticas públicas.
La integración regional, aun cuando fuera decepcionante y por obligación, pudo facilitar los intercambios de ideas y de experiencia así como conducir a varios países hacia reformas similares. Por supuesto, en América Latina los procesos de integración se caracterizan más bien por la fragilidad de sus instituciones comunes, por persistentes
reticencias para transferir competencias a nivel supranacional en varios ámbitos de la acción pública y por una gran fragmentación de las iniciativas (Dabène, 2009).
A los límites de las instituciones y de los actores políticos tradicionales que a menudo son destacados, se suman fragilidades estructurales a nivel de las burocracias, de las capacidades administrativas y de los procedimientos de implementación de las políticas públicas. No es algo específico de los países latinoamericanos dado que la implementación se considera como una fase crucial, a menudo conflictiva y muy parcialmente controlada de la acción del Estado.
En el caso de los países latinoamericanos, una vez más, la particularidad reside más en la forma y en la intensidad de los problemas que estos países enfrentan, que en una originalidad esencial. Lo que se observa en varios estudios es la incapacidad de los actores de terreno, sean éstos administrativos o privados, para hacerse cargo y hacer efectivas las decisiones lanzadas al nivel central. Muchas de las reformas emprendidas se “diluyen” así en la realidad de contextos locales desigualmente controlados por el aparato burocrático o que enfrentan fuertes movilizaciones sociales.