Por qué se suicidan los niños doc luiz carlos formiga
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¿POR QUÉ SE SUICIDAN LOS NIÑOS?
Luiz Carlos D. Formiga
Parte I
“La religión, la moral, todas las filosofías condenan el suicidio como siendo
contrario a las leyes de la Naturaleza. Todas nos dicen, en un principio, que
nadie tiene derecho de abreviar voluntariamente la vida. ¿Entretanto, porque
no se tiene ese derecho? ¿Porque no es libre el hombre el hombre de poner
término a sus sufrimientos? Al espiritismo estaba reservado demostrar, por
ejemplo de los que sucumbieron, que el suicidio no es una falta solamente por
constituir una infracción de una ley moral, consideración de poco peso para
ciertos individuos, más tambien es un acto estúpido, puesto que no gana nada
quien lo practica, antes al contrario es lo que sucede, como nos lo enseñan, en
la teoría, por los hechos que nos pone abajo a la vista. "Allan Kardec (" El Libro
de los Espíritus ", comentan la respuesta a la pregunta 957).
El día 12de mayo de 1979 el periódico “El Globo” reunió a algunos profesionales
para debatir el suicidio y sus razones. El reportaje titulado “Suicidio – una
enfermedad social de múltiples causas” merece ser leído porque es materia que nos
permite innumerables reflexiones. En ella podemos observar que en Río de Janeiro los
teléfonos del Centro de Valorización de la Vida reciben cerca de 100 ligaciones por
día y que en San Paulo hay 30 intentos de suicidios por día, de los cuales tres son
fatales.
Estadísticas sobre Río de Janeiro no es mencionada. Estos números llaman la
atención de cualquier persona, principalmente de aquellas que oyeron a Allan
Kardec solicitar esclarecimientos sobre los cuales son, en general, las consecuencias
del suicidio sobre el estado del Espíritu en la cuestión nº 957 de “El Libro de los
Espíritus”.
Allá observamos que las consecuencias del suicidio son muy diversas más que hay una
consecuencia a la cual el suicida no puede huir es la decepción.
Los teléfonos 248-7171 (24 horas) y 221-7723 (horario de oficina) son atendidos por
voluntarios que básicamente apenas escuchan las confidencias de los que están bajo
tensión y prestos para cometer el suicidio. Personas generosas diplomadas apenas en
“la ciencia de escuchar”, oír pacientemente y, cuando es necesario, emitir algunos
consejos. Según la información del ingeniero Normando Meio, de Oliveira Dias,
presidente de la Sociedad de Beneficencia Vigilia de la Amistad, durante las fiestas de
Navidad, carnaval y ferias la procura es mucho más intensa, pues las personas se
sienten más solos, más deprimidos. Otra observación hecha es que durante la novela
“"Dancing Days", en la TV Globo, casi nadie ligaba. Por eso fue considerada una buena
amiga del Centro de Valorización de la Vida, una vez que extiende su programación
hasta la madrugada, prendiendo y manteniendo a la persona conectada.
Comenta aun el ingeniero que en San Paulo, donde el hábito de hacer ocio es diferente
del llevado a cabo en Río, las personas potencialmente están más protegidas, menos
vulnerables pues allá el sentido de familia está siempre más presente.
El intento de suicidio puede ser interpretado como una conducta destinada a producir
modificaciones en el ambiente familiar de la persona que ejecuta el intento. Cuando,
en realidad, ocurre la indiferencia, los intentos tienen posibilidades cada vez
mayores de intentar la auto eliminación. Es pertinente recordar que la Doctrina
Espirita llama la atención para el problema de la indiferencia humana mostrando en
“El Evangelio Según el Espiritismo” que el hombre de bien (capítulo XVII) poseído del
sentimiento de caridad y amor al prójimo hace el bien por el bien, sin esperanza de
recompensa, retribuye el mal con el bien, toma la defensa del débil contra el fuerte, y
sacrifica siempre su interés a la Justicia. Y encuentra satisfacción en los beneficios
que derrama, en los servicios que presta, en las lágrimas que seca, en el consuelo que
da a los afligidos. Reconociéndose con relativa facilidad a aquellos que realmente
pueden ser considerados como espiritas verdaderos por la transformación moral que
se opero en su interior, y tambien por los esfuerzos que emprenden en el sentido de
domar, de dominar, de vencer sus malas inclinaciones. El verdadero espirita no puede
ser indiferente, al dolor humano. Esa indiferencia generadora de diversos problemas y
que fue recientemente anotada por los alumnos de una gran Universidad brasileña,
en “encuesta” elaborada por el Servicio de Orientación al – Universitario, como una
de las mayores limitaciones del Profesor Universitario. Como se pudo observar no
basta el alto saber intelectual y si el deseo es de vuelo más alto es necesario recordar
que el Espíritu de Verdad enseñó “amaos e Instruíos” y el verbo instruir viene en
segundo lugar.
Como no se puede hablar del tema en cuestión sin recordar al Sociólogo Émile
Durkheim, a la Profesora Silvia Regina Pantoja, socióloga, y comentar sus
conclusiones que son indispensables. Durkheim asevera que existen hombres capaces
de resistir las desgracias horribles mientras otros se suicidan después de malestares
menores. Sería importante investigar la causa de esta diversa resistencia y lo que
contribuye para esa estructura mayor o menor. Es interesante anotar que es en las
épocas en que la vida es menos dura cuando las personas abandonan con más
facilidad, lo que hizo el psiquiatra Miguel Chalub, otro entrevistado por “El Globo”,
recordar que en situaciones altamente dramáticas, como en los campos de
concentración, el número de suicidios es bien pequeño, lo que nos hace concluir que
el amor a la vida a todo supera. Analizando diversos sectores, Durkheim asevera que
la tasa social de los suicidios solo se puede explicar sociológicamente. Es la
constitución moral de la sociedad la que fija cada instante el contingente de los
muertos voluntarios. Los movimientos que el paciente ejecuta y que a primera vista
parecen representar exclusivamente el temperamento personal constituyen, en
realidad, la continuación y el prolongamiento de un estado social que manifiestan
exteriormente. La Socióloga Silvia Regina Pantoja en esta oportunidad comentó que
Durkheim hizo un análisis del suicidio procurando desenredarse de todo tipo de
propuesta que reúne como causas del suicido factores puramente extra-sociales, o
sea, aquellos que reposan en la constitución orgánica y psíquica de los individuos o
en las condiciones naturales y físicas del medio ambiente. Así es que Durkheim
abandona las formas como se presenta el suicidio en los sujetos particulares para
buscar sus causas a partir del estado de los diferentes medios sociales: familia.
Grupos profesionales, confesión religiosa, sociedad política, etc.… Y, como medida
metodológica, se vuelve después a los individuos para explicar como aquellas causas
generales se individualizaran para producir los efectos suicidas. Al verificar la
relación entre la frecuencia de suicidios y la confesión religiosa, por ejemplo,
constata que ella es mayor entre los protestantes que entre los católicos y judíos.
¿Porque en el catolicismo y en el judaísmo los creyentes están más preservados de la
autodestrucción? Esto no ocurre por la naturaleza de los argumentos religiosos, más
si por la existencia de un cierto número de credos y prácticas comunes, tradicionales
y obligatorias para todos los adeptos que llevan la constitución de una sociedad.
Concluye el pesquisidor que cuanto más estos estados colectivos sean numerosos y
fuertes, tanto más la comunidad religiosa está fuertemente integrada; tanto más,
tambien, es dotada de virtud preservadora. Más una vez se puede observar que el
esfuerzo que es hecho por gran parte de los espiritas en Brasil en el sentido de la
unidad, más allá de ser el camino adecuado es antes de más de una necesidad.se
observa que la única imposición es que no haya imposición, más si se apela para la
unificación.
Es pertinente recordar que en el libro “Obras Póstumas” (Allan Kardec) encontramos
que el Espiritismo es una doctrina filosófica, que tiene consecuencias religiosas, como
toda filosofía espiritualista; por lo que toca forzosamente en las bases fundamentales
de todas las religiones: Dios, el alma, la vida futura. No es ella, sin embargo, una
religión constituida, visto que no tiene culto, ni rito, ni templo, y, entre sus adeptos,
ninguno tomó ni recibió el título de sacerdote o papa. Hay una autoridad colectiva,
donde cada cual dispone de su voto y que nada pueden sin el concurso uno de los
otros. Más si todos están de acuerdo a cerca de principios fundamentales, condición
absoluta para su admisión y para la de todos los coparticipante de la dirección.
Comenta Kardec que esta autoridad deberá ser, en materia de Espiritismo, lo que es
una academia en materia de ciencia.
Cuanto más integrados los espiritistas más fortalecida la causa que procura
posibilitar mayores oportunidades de modificar al individuo o su comportamiento y
llegar a la armonía con la sociedad y consigo mismo. “El Libro de los Espíritus” –
Filosofía Espiritualista-, contiene los principios de la Doctrina Espirita sobre la
inmortalidad del alma, la naturaleza de los Espíritus y su relaciones con los hombres,
la naturaleza de los Espíritus y sus relaciones con los hombres, las leyes morales, la
vida presente, la vida futura y la futura Humanidad. Su codificador Allan Kardec
asevera (“Obras Póstumas) que es un deber gravar esta creencia en el espíritu de las
masas y es un hecho que esa creencia es innata, es que entonces no ha dado hasta hoy
los resultados que se debían esperar? Es que, en general, ha sido presentada en
condiciones, que la razón no puede aceptar. Para que la doctrina de la vida futura
produzca, de ahora en adelante, los frutos que podemos esperar, es preciso, antes de
todo, que satisfaga completamente a la, razón y a la, idea que formamos de la
sabiduría, de la justicia y de la bondad de Dios; que no pueda ser desmentida por la
ciencia; no deje en el espíritu ni la duda, ni la incerteza; que la vida futura sea tan
positiva como la presente, de que es la continuación, como el día siguiente lo es de la
víspera. En el reportaje de “El Globo” el médico Fernando Marques de los Reyes
enseña que hay varios suicidios históricos en la política de Roma, recordando lo de
Bruto, como está en “Julio Cesar”, de Shakespeare, y llega hasta nosotros con Camilo
Castelo Branco, Santos Dumont y Getulio Vargas. Más el gran interés del tema,
recuerda el médico, está en que el suicida es, antes de todo, el deprimido, y como dice
el Dr. Paul Luth, estudioso de la historia de la Medicina, “depresión es el mal de la
época”. En Alemania Occidental, que tiene 60 millones de habitantes, se suicida una
media de 38 personas por semana, o sea, cerca de 14 mil por año. La Organización
Mundial de la Salud estima en 150 millones los deprimidos del mundo. Merece un
registro, como es el comentado en “El Globo”, que entre los más acometidos, en ese
capítulo de las depresiones, se hallan los pastores y los psiquiatras, entre los cuales las
cifras de suicidio son ocho veces mayores de lo que en el resto de la población. Estas
cifras parecen indicar que, en términos bien realistas, “nadie salva a nadie y que las
religiones salvadoras no se salvan siquiera”.
Se puede hablar en tres tipos de suicidio, según la visión de Durkheim. El egoísta, el
altruista y el económico. El egoísta es aquel que resultaría de una individualización
excesiva en las sociedades donde la moral se esfuerza para instalar en el individuo la
idea de su gran valor, haciendo que su personalidad se sobreponga a la colectiva.
Debe acompañar el proceso otro constituyente que es la vanidad que en el lenguaje
de moda sería la “inflación” de la personalidad. El egoísmo es tema estudiado en las
obras básicas de la Doctrina Espirita en diversas oportunidades, basta ver el índice
analítico de esas obras. Así Emmanuel en el capitulo XI de “El Evangelio Según el
Espiritismo” enseña que el egoísmo es la llaga de la Humanidad. Comenta el
Instructor que es el objetivo al cual todos los verdaderos creyentes deben dirigir sus
armas, sus fuerzas y su coraje. Coraje porque es preciso más coraje para vencerse a
si mismo que para vencer a otros. Conclama que cada uno, pues, coloque todos sus
esfuerzos y cuidados para combatirlo en si, porque ese monstruo devorador de todas
las inteligencias, ese hijo del orgullo, es la fuente de todas las miserias de este mundo.
Es la negación de la caridad y, por consiguiente, el mayor obstáculo para la felicidad
de los hombres. Allan Kardec en el “El Libro de los Espíritus” nos presenta diversas
reflexiones: como destruirlo, como obstáculo al progreso moral, como verdadera
llaga de la sociedad. Relaciona el egoísmo a la perdida de personas amadas, a la vida
en aislamiento, a las desigualdades sociales, a las ingratitudes, al problema del
hambre y a los lazos de la familia.
La visión de Durkheim nos muestra otro tipo de suicidio el altruista -, practicado en
los medios donde el individuo debe abrir mano de su personalidad y tener espíritu de
abnegación y entrega de si para las causas colectivas. Por ejemplo, es espíritu militar,
que exige que el individuo este desinteresado de sí mismo en función de la defensa
patriota. En ese particular la cuestión nº 951 de “El Libro de los Espíritus” comenta
que todo sacrificio hecho a costa de su propia felicidad es un acto soberanamente
meritorio a los ojos de Dios, porque es la práctica de la ley de caridad. Ahora, la vida
siendo el bien terrestre al cual el hombre atribuye mayor valor, aquel que la renuncia
para el bien de sus semejantes no comete un atentado: el hace un sacrificio. Más,
antes de cumplir, el debe reflexionar si su vida no puede ser más útil que su muerte.
no debemos dejar de enfatizar que André Luiz, en el libro “Conducta Espirita”,
recomienda que el ser humano, en el trabajo, debe situar en posiciones distintas las
propias tareas ante la familia y de la profesión, de la Doctrina que abraza y de la
colectividad a la que debe servir, atendiendo a todas las obligaciones con el necesario
equilibrio, porque el deber, lealmente cumplido, mantiene la salud en la conciencia.
Finalmente, el tercer tipo de suicidio – el anémico -, que viene ocurriendo en los
medios donde el progreso es y tiene que ser rápido, llevando ambiciones y deseos
ilimitados, el deseo de progresar saca del hombre la capacidad de vivir dentro de
situaciones limitadas, le crea la capacidad de resignación y, por consecuencia, tiene
aumento de los descontentos e inquietudes. En ese particular la doctrina espirita no
podría omitirse en diversas oportunidades a sus obras básicas donde se discuten el
problema de la resignación humana. Nos gustaría de recordar apenas que en el libro
“Viña de Luz”, de Emmanuel, este abnegado Instructor una vez más alecciona con
propiedad insólita, ”Jesús ofreció padrones educativos en todas las particularidades
de su paso por el mundo”. El Evangelio nos lo presenta en los más diversos cuadros,
junto al trabajo, a la simplicidad, al pecado, a la pobreza, a la alegría, al dolor, a la
glorificación y al martirio. Su actitud, en cada posición de la vida, señaló una forma
nueva de conducta para los aprendices. “Señala Emmanuel que “las marcas de Cristo
no son apenas las de la cruz, más si tambien las de su actividad en la experiencia
común”, recordando que “la marca de Cristo es, fundamentalmente, aquella del
sacrificio de sí mismo por el bien de todos”. “Todas las realizaciones humanas poseen
marca propia. Casas, libros, artículos, medicamentos, todo exhibe una señal de
Identificación a los ojos atentos. Si medida semejante es aprovechada en la ley de uso
de los objetos transitorios, no se podría substraer el mismo principio, en la
catalogación de todo lo que se refiera a la vida eterna. Jesús posee igualmente las
señales de El. ¿No es una de ellas la resignación?
Durkheim acredita que solamente el Estado podría intervenir, el único capaz de
reconstituir las relaciones individuo-sociedad. ni aun mismo la familia, la religión
pueden hacerlo. Para la socióloga Silvia Regina Pantoja, solamente el estado que
mirase para los grupos profesionales, y no aquel que privilegiase el énfasis económico.
Aquí recordamos el capitulo “las aristocracias” – del libro “Obas Póstumas”. En
ningún tiempo o nación, los pueblos dispensaron jefes, aun mismo en el estado de
salvajería. Es así porque, en razón de la diversidad de aptitudes y de caracteres, que
se dan en la especie humana, hay siempre incapaces que precisan ser dirigidos,
débiles que reclaman protección, pasiones a combatir, de ahí la necesidad de una
autoridad. Sabemos que en las sociedades primitivas la autoridad fue conferida a los
jefes de familia, a los ancianos, a los viejos, a los patriarcas. La fuerza bruta la
segunda aristocracia. Enseguida la aristocracia del nacimiento. Se elevo nuevo poder
– el del oro que fue seguido de otra más justa – la de la inteligencia. Entre tanto el
hombre más inteligente puede hacer un mal uso de las facultades. Por otro lado, las
simples moralidad puede no tener capacidad. Es, pues, necesaria la unión de la
inteligencia y de la moralidad para haber legitima preponderancia, a la que la masa
se someta, confiada en sus luces y justicia. Será esta la última aristocracia porque
estará animada por el sentimiento de justicia y caridad. Supremacía que Allan
Kardec llamó de aristocracia intelecto-moral. Es por eso que la Doctrina espirita, que
en 1857 Inauguró la era del espíritu inmortal, afirma que es por la educación, más
aun que por la instrucción, que se transformará la Humanidad. El hombre, que
trabaja seriamente en su mejoramiento, asegura su felicidad desde esta vida, más
ella de la satisfacción de su conciencia; está libre de las miserias materiales y
morales, que son las consecuencias forzadas de sus imperfecciones; tendrá calma,
porque las vicisitudes no le afectaran sino brevemente, tendrá salud, porque no
agotará el cuerpo con excesos; será rico, porque lo es quien se satisface con lo
necesario; tendrá la paz en el alma, porque no tendrá necesidad de los imposibles; no
será atormentado por la sed de honras y de lo superfluo, por la fiebre de ambición, de
envidia y de celos. Recordemos no se suicidaran.
El Psiquiatra Miguel Chalub, en “El Globo”, llama la atención para el perfil del
suicida: Hombre, con más de 55 años, morador de grandes ciudades, AGNOSTICO
(Agnosticismo –doctrina que afirma la imposibilidad del espíritu humano de conocer
las realidades que transcienden al mundo sensible natural), socialmente aislado,
físicamente enfermo, sin antecedentes psiquiátricos y alcohólatras moderado. El
perfil de los que intentan el suicidio: mujer, joven, de buena salud corporal, en
situación de conflictos evidentes con el grupo familiar o social inmediato. Las
estadísticas sobre el suicidio demuestran claramente que se asocian positivamente al
suicidio en orden decreciente de importancia y significación las personas en la
siguiente situación: sexo masculino, edad avanzada, viudez, celibato o divorcio,
ausencia de prole, residente en la gran ciudad, alto padrón de vida, crisis económica,
consumo de alcohol y drogas, hogar deshecho en la infancia y enfermedad mental o
física. Inversamente, esto es, se asocian negativamente al suicidio: sexo femenino,
juventud, baja densidad popular, religión, casamiento, prole numerosa, bajo padrón
de vida y situación de guerra.
Aun , el Psiquiatra Miguel Chalub acentúa que el suicida no quiere matarse a si
mismo más si alguna cosa que carga dentro de sí y que sintéticamente puede ser: a)
sentimiento de culpa b) la voluntad de querer matar a alguien con quien se identifica.
Como las restricciones morales lo impiden, el acaba autodestruyéndose. Así, “el
suicida mata a otra persona que vive dentro de él y que lo incomoda profundamente.
El Psicólogo Adler e o Psicoanalista Ralph hicieron comentarios muy pertinentes
cuando dijeron que todos los fracasados: neuróticos, psicóticos, criminales, los
borrachos, los niños con problemas, los SUICIDAS, pervertidos y prostitutas dan a la
vida un sentido privado. Anidado en las raíces inconscientes está siempre el gran
factor que influencia la conducta consciente – el egoísmo. Un factor además que está
siempre presente, la obsesión , la influencia maléfica, intencional o inconsciente,
ejercida por Espíritus Imperfectos sobre la Humanidad encarnada, de modo
prolongado. En ese particular la Doctrina Espirita lanza luz sobre el problema y el
Psiquiatra parece recibir esa contribución, como se puede percibir consultándose el
“Reformador” año 99, mes de enero de 1981. En la página 16 vamos a encontrar el
“Modelo terapéutico psiquiátrico-espirita” que el Profesor Pedro de Oliveira Mundim
presento en Mesa-Redonda en el I Fórum Brasileño de Medicina da Pessoa, Presidente
Prudente, São Paulo, el 18-10-1980.siendo así, la obsesión podría ser definida como
un constreñimiento que un individuo, suicida en potencial o no, siente, gracias a la
presencia perturbadora de un ser espiritual. Vale la pena leer la descripción hecha
por Allan Kardec, en el Libro de los Mediums”, capitulo 23.
La pregunta que nos resalta es como se siente el suida después de la desencarnación.
Son diversas las obras que comentan el asunto, así tenemos como ejemplo “El
Martirio de los Suicidas”, de Almerindo Martins de Castro, y “Memorias de un Suicida”,
de Ivonne A. Pereira, por otro lado no podemos olvidar que Allan Kardec, en el libro
“El Cielo y el Infierno” o “La Justicia Divina según el Espiritismo”, deja enorme
contribución en examen comparado de las doctrinas sobre el pasaje de la vida
corporal a la, vida espiritual y específicamente en el capitulo V de la segunda parte,
donde cuida de los suicidas.
Parece interesante resumir que después de la desencarnación, no hay tribunal ni
jueces para condenar al espíritu, aun que sea el más culpable. El queda simplemente
ante la propia conciencia, desnudo ante si mismo y todos los demás, pues nada puede
ser escondido en el mundo espiritual, teniendo el individuo que enfrentar sus propias
creaciones mentales.
II Parte
Por lo expuesto podemos verificar que parece raro el encuentro de suicidio en los
niños.¿ Más el existe? ¿Cómo encara el niño el problema de la muerte?
Entramos en un terreno que se me parece extremadamente complejo y lo mejor es
dejar al especialista, el maestro en el asunto, asumir las riendas del pensamiento. Sin
sombra de dudas es el psicólogo el más capacitado para esclarecer nuestras dudas y
a la Psicología Infantil está reservado el importante papel del futuro de la:
Humanidad y es por eso que ella funciona como cátedra básica de cualquier Facultad
de educación.
Un articulo, recientemente publicado por la Psicóloga Wilma Costa Tirres, Profesora
Asistente del Instituto de Psicología de la UFRJ, destaca el abordaje al
desenvolvimiento de la comprensión de la muerte por la criatura. Presenta y discute
los resultados de las pesquisas realizadas para investigar la influencia de factores
madurativos, cognitivos, sociales y efectivos en las etapas de conceptuación de la
muerte. Su titulo – “El tema de la muerte en la psicología infantil: una revisión de la
literatura “-demuestra que, dentro de nuestro espacio disponible, no podremos
explorarlo adecuadamente. Entretanto, es parte extraída de los capítulos 2 y 5 de la
tesis “ El concepto de la muerte en diferentes niveles de desenvolvimiento cognitivo:
un abordaje preliminar, presentado para la obtención del grado de maestro en
Psicología Aplicada y merece por tanto más tarde ser examinado con cariño. Por
ahora hallamos pertinente anotar algunas conclusiones. La primera, que es apoyada
en autores extranjeros, es que “las diferencias de nivel socioeconómico tiene gran
importancia en la adquisición del concepto muerte. Según resultados encontrados por
los autores extranjeros, los niños urbanos de nivel socioeconómico más bajo
adquieren conocimientos conceptuales acerca de la muerte más rápidamente de lo
que la clase media. El estudio de la psicóloga brasileña representa el punto de
partida para la instalación de área de investigación en Tecnología (*) en Brasil. El
equipo del que forma parte prosigue en la realización de una serie de investigaciones
visando, a través de la obtención de datos extraídos de la realidad brasileña, proveer
a psicólogos del área clínica, del desenvolvimiento y de la educación, de
fundamentación teórica-practica para el abordaje adecuado del tema de la muerte
con la criatura.
Resumiendo de forma muy imperfecta el asunto podríamos decir que la pesquisa
clásica publicada sobre el asunto tenía una muestra de 378 niños húngaros y para
examinar como los niños conceptúan y lindan con la muerte en varias edades.
Interpretativa las ideas de muerte expresada por las criaturas a través de palabras
o diseños. El autor encontró evidencias para la existencia de tres etapas diversas.
Hasta los 5 años, no hay noción de muerte definitiva, la criatura no reconoce que la
muerte envuelve total cesación de la vida y no comprende la no reversibilidad de la
muerte. La segunda (entre 5 y 9 años), se caracteriza por una fuerte tendencia a
personificar la muerte. es comprendida como irreversible, sin embargo no como
inevitable. Solamente en la tercera etapa (9 y 10 años), la criatura reconoce la
muerte como sensación de las actividades del cuerpo y como inevitable.
Y, solamente en la adolescencia, estos son verdaderamente capaces de aprender el
concepto de muerte tambien como el significado de la vida.
Posteriores trabajos trajeron nuevas divisiones según la faja etaria y un autor de
lengua inglesa coloca niños entre 9 y 10 años en una tercera fase, donde la muerte es
definitiva, más la muerte funciona biológicamente, acreditando que pueden ver, oír o
sentir. En la cuarta categoría (entre 6 a 12 años), la muerte es definitiva e implica la
cesación de todas las funciones biológicas; las criaturas clasificadas en esta categoría
expresan conceptos realistas sobre la muerte. Así, es posible entre 5 y doce años
percibir la muerte como final e irreversible.
Son muy interesantes las conclusiones de Gessei y colaboradores que describen a los
niños de 10 años como más positivas y prácticas en el abordaje de la muerte. Saben
que después de la muerte, con el tiempo, el cuerpo se desintegra o se momifica, más no
dedican mayor reflexión a este asunto. A los 11 años “teorizan” sobre lo que sucede
después de la muerte. A los 12 años revelan preocupación sobre la naturaleza de la
otra vida. a los 13 años la especulación crece, más su muerte es vista como distante
de un futuro inmediato. A los catorce años, una de las tendencias más fuertes es
asimilar la inevitabilidad de la muerte, lo que, entre tanto, es acompañada de una
aceptación positiva; en esta fase la vida es más importante que la muerte y los niños
revelan el deseo de vivir una vida plena antes de morir.
En otro trabajo, de no menor importancia, realizado con criaturas inglesas pueden
identificarse 5 (cinco) categorías para el significado muerte. el nivel más bajo,
categoría A – revela ignorancia completa B – algún grado de comprensión C –
comprensión (define la muerte como negación de vivo), D – comprensión de los
aspectos más abstractos, E (nivel más alto) - comprensión de los aspectos lógicos o
biológicos de la muerte. A edad de 7 a 8 años aparece, en esa investigación, como un
marco de cambio (categoría C). la edad media de los niños en la categoría B fue de 5
años y medio , y la asimilación completa (nivel E) solo surgió en torno a los 12 años.
Piaget considera que a partir del momento en que el niño se torna consciente de la
diferencia entre vida y muerte, la idea de muerte incentiva la curiosidad del niño,
pues, si todo es encasillado a un motivo, la muerte exige una explicación especial.
Sylvia Anthony, en la consideraciones de Piaget, asevera que al establecer la relación
entre muerte y Humanidad como una categoría en la cual ella misma está
lógicamente incluida, atiende el máximo de desenvolvimiento.
En Brasil, Río de Janeiro, la Psicóloga Wilma Torres y colaboradores examinaron 183
niños entre 4 y 13 años de edad y sus resultados parecen confirmar y ampliar a los
de los pesquisidores extranjeros. Permitieron, sus resultados, identificar tres niveles
del concepto de muerte descritos del pensamiento de los niños de diferentes periodos
de desenvolvimiento cognitivo. En el nivel 1, característico del sub período pre
operacional, dar vida a los muertos. En el nivel 2, característico del sub periodo
operacional concreto, ya comprenden la muerte como definitiva y en el nivel 3,
característico del periodo formal, reconocen la muerte como proceso interno,
implicando la cesación de la vida del cuerpo.
Es pertinente recordar que los niños urbanos de nivel socio-económico más bajo
adquieren conocimientos conceptuales acerca de la muerte más rápidamente que los
de la clase media.
Nos gustaría preguntar si esta misma criatura es la que procura el suicidio. ¿Cuáles
son las causas? Tal vez aquí debiésemos procurar un Profesor Titular de Pediatría de
una Facultad de Medicina en Brasil. El "diario de Pediatría " en el volumen 43 en
1977, publico el trabajo del Profesor Samuel Schvartsman. En sus métodos y
monografías se observó que 21 casos de intentos de suicidio se han estudiado en niños
de 9-14 años de edad, por ingestión de productos químicos. Después del atendimiento
médico eran hechos un estudio de las condiciones y circunstancias socio –familiares
del paciente, que pudiese estar relacionada directa o indirectamente con el evento, y
un análisis de los factores que pudiesen permitir la distinción entre el escenario
suicida y el verdadero móvil del suicidio. Este trabajo se reviste de gran importancia
para los diversos profesionales una vez que los intentos de suicidio representan
actualmente una situación preocupante en las estadísticas de morbidez y mortalidad.
En los Estados Unidos – cita como ejemplo al pediatra de San Paulo –el suicidio es
considerado como la 4ª causa más frecuente de óbitos entre los adolescentes.
El trabajo brasileño examina los principales datos relativos al paciente y sus
condiciones socio familiares: nombre, edad, sexo, color, madurez, local del accidente,
escolaridad, profesión del padre y de la madre, numero de hermanos, intentos
anteriores, comunicación del intento, comunicación con otros, planeamiento, objetivo
primordial, relativo ambiente, repetición si es posible, perfil psicológico y religión.
Vamos a comenzar por el fin apenas porque en el trabajo original el autor no discute.
Fueron encontradas 9 niños católicos, 2 adventistas, 2 creyentes y en 8 oportunidades
no se pudo determinar la religión. Estos resultados están en aparente contradicción a
los referidos anteriormente donde discutimos la prevalencia mayor entre los
protestantes, aunque aquellos datos hayan sido retirados de casos de suicidio entre
adultos. Por otro lado merece investigación el hecho de en 8 oportunidades no haber
sido posible definir la religión del paciente o de su grupo familiar, una vez que los
sociólogos afirman que tanto más la comunidad religiosa está fuertemente
integrada, tanto más, tambien, está dotada de virtud preservadora.
El perfil psicológico das criaturas revela en la gran mayoría – INSEGURIDAD. El
objetivo primordial – la MUERTE. la mayoría repetiría el intento, aunque esta no
haya sido planeada. No comunicaron el intento, el ambiente no era relativo, no hubo
intentos anteriores y el local principal fue la habitación (cuarto)de entre los factores
socio- familiares relacionados de algún modo con el intento y las circunstancias que
podrían ser consideradas como precipitantes, se destacan el alcoholismo de los
padres en 6 oportunidades, su mal relacionamiento en 5 y su ausencia en 3.las
circunstancias más relacionada como principiante fue la desavenencias familiar. Los
autores discuten la infrecuencia de suicidios en niños con menos de 14 años de edad
en otras localidades, hallando de difícil explicación el hecho de 19 (90, 5%) de los
niños en San Paulo estarán entre 9 y doce años. Admiten los pesquisidores brasileños
que la intensidad y persistencia de condiciones socio- familiares desfavorables
generaran una precocidad de la maduración en el sentido depresivo de la necesidad
de atención o afecto. En la muestra cerca de 62% de las madres (13 casos) tenían
actividades profesionales diurnas fuera de casa y, usualmente, sus hijos menores
quedaban apenas bajo vigilancia del más viejo. Resaltan los autores que existe la
posibilidad de muestra falseada, una vez que en familias de nivel socioeconómico
superior estos casos son generalmente, y en la medida de lo posible, poco divulgados
o diagnosticados de manera confusa o inadecuada. Al contrario de lo que pudimos
observar en adultos, en otros trabajos, hubo preponderancia del sexo femenino. Aquí
merece atención la observación de que si precozmente reconocidos por la familia o
diagnosticados por el pediatra es posible alterar evidentemente la secuencia de
eventos. Son los siguientes: tedio, inquietud, fatiga, preocupación corporal,
dificultades de concentración, dificultades escolares y comportamiento agresivo. La
conclusión que parece discutible es la del hecho de la criatura no procurar la
muerte como dice hacerlo. Lo que se refleja en la dificultad en definir o
caracterizarla, lo que no ocurriría con el adulto.
Como tentativas de suicidios son relacionadas a ciertos tipos de estructuras familiares
y condiciones ambientales, que, en general los padres o parientes son hostiles a la
criatura o entre sí, su finalidad seria la modificación de estas situaciones. El suicida
visa no apenas recuperar el objeto perdido, como recuperar el afecto y la atención de
las personas significativas de su medio ambiente.la procura de afecto es tambien, de
cierta forma, enfatizada por la frecuencia relativamente pequeña de tentativas de
suicidio en el hijo único, posiblemente porque la capacidad afectiva de los padres sea
suficientemente grande para compensar otras dificultades. De los casos estudiados
por los autores brasileños apenas as uno era hijo único, mientras 14 tenían de 4 a 8
hermanos.
El espiritista no puede quedar indiferente a esa problemática. En el momento en que
tenemos una Campaña permanente de Evangelización Espirita Infanto- juvenil es
necesario que debates sobre problemas diversos de la criatura sean realizados
deforma que podamos mejor adecuar esa actividad pedagógica. Mucho se podría
hacer, entretanto, en esa hora de decisión “es impracticable” el mejoramiento de las
almas sin educación, y educación exige legiones de cooperadores. Olvidar a la
infancia y la juventud será despreciar el futuro”. Es por eso que Bezerra de Meneses
(El Reformador” –junio de 1978) afirma que “nadie puede emprender tareas nobles,
sin vigoroso empeño en la educación evangélica del niño”. Y Francisco Spineli, en el
libro "Crestomatía de la Inmortalidad", asevera que el niño aun es la sonrisa del
futuro en la cara del presente. Evangelizarlo es, pues, espiritualizar el porvenir,
legándole la lección clara y pura de la enseñanza cristiana, a fin de que,
verdaderamente, viva Cristo en las generaciones del mañana. Evangelizarlos de
modo que su fe, la fe razonada, pueda apoyarse en los hechos y en la lógica, sin dejar
ninguna oscuridad. Solo de esa forma la criatura tendrá la certeza. Y nadie tendrá la
certeza si no atiende, por lo menos, el 2. El nivel de la toxicomanía de los objetivos
educacionales según Bloom. Porque “la fe necesita de una base, que es la inteligencia
perfecta de aquello en que se debe creer. Y para creer no basta ver, es preciso
sobretodo comprender”. Los estudios realizados, por los pesquisidores de las causas
del suicidio adulto e infantil, revelan la propiedad y actualidad de las palabras de
Marta de la Anunciación (Anotaciones Vivas):
“Por encima de todas las cosas, el amor que observa y corrige, que acompaña y educa,
que disciplina y consuela, mientras, sin duda alguna, no hay método pedagógico de
educación mejor que el AMOR honrado, constante y firme.”
Los textos correlatos pueden ser encontrados en artículos del NEUR
Traducido al español por: M. C. R