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    POR QU SOMOS AS? CATLOGO DE ZONCERASDEL SENTIDO COMN COLONIZADO 2016, La Batalla CulturalIlustracin de cubierta: Mora Sarquis (Esto es poco serio)

    Valadares, EricoPor qu somos as? Catlogo de zonceras del sentido comn colonizado, revisin acargo de Jessica Lillia. - 1. edicin, Buenos Aires: La Batalla Cultural, 2016.96p. ; 21x14,8 cm. -

    ISBN 978-987-33-9900-8Impreso por IRAP Servicios Grficos.Rosales 4288B1672APN San Martn Provincia de Buenos Aires Argentina

    1. Sociologa. 2. Cultura. 3. Poltica. I. Lillia, Jessica, colab. II. Sarquis, Mora,ilus. III. Ttulo. CDD 306

    Fecha de catalogacin: 28/01/2016

    Cualquier forma de reproduccin, distribucin, comunicacin pblica o trans-formacin de esta obra solo puede ser realizada con la autorizacin de sus titu-lares, salvo excepcin prevista por la ley.

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    A NstorEl original y el retoo

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    El fascismo se cura leyendo.M U

    Y la zoncera tambin.

    U U

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    ZONCERAN. 5 DELSENTIDOCOMNCOLONIZADONOTENEMOSBANDERAPOLTICA

    Esta zoncera intermitente es la favorita de los oportunistas. Hacen de todo: mar-chas, cacerolazos, actos, cortes de calles con quema de neumticos, intentan des-tituir gobiernos y promocionar candidatos para suceder al que quieren derrocar.De sus movidas participan numerosos dirigentes polticos y en ella se gritan con-signas netamente polticas. Tienen absolutamente todo de poltica, pero cuandoaparecen el micrfono y la cmara aclaran que all no tienen banderas polticas. Ylo hacen con tanta hipocresa que da ternura.

    Y el zonzo no solo les cree, sino que tambin se prende en esas maniobras,porque esa es la finalidad de la zoncera. Asociados a la campaa de desprestigio

    de la poltica que es permanente desde los medios de comunicacin, como he-mos visto anteriormente, se presentan como apolticospara granjear seguidoresque, ms adelante, les van a servir de base para la aplicacin de su proyecto, quees poltico, por supuesto. La zoncera de ac no hay banderas polticas es elinstrumento que algunos sectores de la poltica utilizan para manipular al sen-tido comn. Como ya est instalado el relacionar la poltica con todo lo sucio,lo corrupto y lo violento, esos dirigentes se exponen al ridculo papel de negarla actividad a la que han dedicado toda la vida para... seguir dedicndose a lamisma actividad!

    Lo que proponen es una imposibilidad lgica, que debera ser flagrante si lascategoras fueran suficientemente comprendidas por el sentido comn. Un sec-tor de la sociedad que se manifiesta con consignas para interpelar al Estado, seancuales fueren sus objetivos, est haciendo poltica y tiene banderas. En otraspalabras, la poltica es la lucha por el poder en el Estado y, si alguien intervieneen esa lucha, aunque marginal o espordicamente, en el lugar y momento de esaintervencin hace poltica.

    No tendra que ser necesario perder mucho tiempo con esto, pero la cosava en serio. De tiempos en tiempos se pone de moda despolitizar la poltica.

    Surgen en la escena dirigentes que niegan su propia actividad y se llevan conello los aplausos de una buena parte del pblico, que detesta la poltica pero,naturalmente, no sabe hablar de otra cosa. Desde que se despierta hasta que seva a acostar, el zonzo apolticodel medio pelo no hace otra cosa que despotricary repetir consignas polticas. Va a comprar el pan se queja del precio, habla depoltica; en su lugar de trabajo cuestiona los salarios y los impuestos, habla depoltica; al cenar con su familia habla de poltica con tal efusin que por poco nole da un ACV sobre el plato de fideos. Pero si uno lo interpela, se ataja: Ah, no...yo no. No me meto en poltica, soy un tipo honrado. No ando en cosas raras!.Da o no da cierta ternura?

    No es casualidad que esos apolticosse vean representados por dirigentes que

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    evitan hablar de temas concretos y para disimularlo bailan, cantan y repartenglobos de colores, cotilln a lo pavote. Y denuncian a los dems, que la denunciapermanente es cosa de gente honesta. Hacen poltica despolitizando, sin presentarpropuestas ni hechos, poltica perfumada y judicial ptima para el consumo detilingos antipoltica. Pero su finalidad sigue siendo la misma, no ha variado jams:

    la conquista del poder poltico en el Estado. El hecho de que se valgan para ellode mtodos que ms tienen que ver con el engao y la distraccin no modifica elcarcter de la actividad que realizan. Solamente la vulgariza.

    Pero la poltica es otra cosa. Para las grandes mayoras de los que tienen pocoy nada, para las clases populares y medias que son vulnerables a la fuerza brutaldel dinero precisamente por no tenerlo la poltica es la nica herramientaposible de transformacin. Desde el Estado los desposedos tienen el poder quenecesitan para transformar la sociedad, corregir las distorsiones del sistema ca-pitalista, mitigar sus efectos y hasta para suprimirlo, creando algo nuevo y ms

    justo. Sin la poltica queda clausurado el acceso de los pueblos al Estado, quedanlos pueblos impotentes ante el poder real del dinero.Pero el apolticono ve las cosas as. En su mediocridad formateada por los me-

    dios de comunicacin, concibe la poltica (con conceptos que le llegan prestadosde otros, por supuesto) como un curro, una actividad tpica de ladrones e ineptos.Ve a los dirigentes como corruptos dedicados a robar la plata de los impuestos ya los militantes como jvenes cooptados y adoctrinados para seguir ciegamentea esos dirigentes (o bien como aspirantes a dirigentes corruptos, segn sea laprocedencia del joven en cuestin). As, el medio pelo apolticoes incapaz de

    aceptar el hecho de que existan dirigentes que trabajan efectivamente por lasociedad de lunes a lunes, y de militantes que realmente creen en sus causas. Enel fondo est el egosmo del que ve las cosas as: como es incapaz de hacer nadaque no sea en beneficio propio, no acepta que otros puedan actuar de maneradiversa. Proyecta lo que hara l mismo si fuera dirigente o militante, y vuelca elresultado de esa proyeccin sobre los dirigentes y militantes de la realidad, a losque juzga con espantosa autoridad desde la comodidad del silln y en posesinsoberana del control remoto.

    La incomprensin como meta

    Ya sabemos que el discurso de la antipoltica parte de los medios de comu-nicacin. Pero, por qu? Qu intereses subyacen la permanente campaa dedesprestigio de la actividad poltica, tan caracterstica en esta posmodernidadmeditica? Los intereses de los dueos de los medios y de sus socios.

    La organizacin de los pueblos es el camino para la imposicin del poder po-pular sobre la sociedad en general. Cuando las masas se organizan polticamente

    logran imponer sus intereses, que son contradictorios a los de las corporaciones,y estas son precisamente las propietarias de los medios de comunicacin. El do-

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    minante necesita desmovilizar a las masas, alejarlas de la poltica y as asegurarque su triunfo sea permanente, es decir, para seguir teniendo la vaca atada. Si lasmasas se interesan por la poltica y se organizan, son imparables y su conquistadel poder en el Estado se torna una cuestin de tiempo.

    Entonces los medios de comunicacin juegan a la confusin y a la incom-

    prensin: meten ruido para silenciar los argumentos. Si hay en el Estado co-rrupcin, presentan el hecho de modo tal que el mismo Estado y la poltica seansinnimos de corrupcin, desprestigindolos; y si no hay corrupcin, la inventancon dirigentes creados y promocionados al efecto, y cuya nica funcin es de-nunciar y denunciar. El que esas denuncias no se confirmen luego en los tribu-nales importa poco. Los medios no buscan la condenacin jurdica del acusado,pues ya con titulares y noticias que nunca tienen desmentida posterior imponenla condena social al denunciado y, por extensin, a toda la actividad poltica yal Estado en general. Otro escndalo de corrupcin? Claro, qu otra cosa se

    puede esperar de los polticos?. As queda instalada la zoncera.Y el zonzo, que no piensa por cuenta propia ms all de lo necesario para re-producir fielmente lo que ve en televisin, escucha en la radio o lee en los diarios,condena la poltica. El zonzo, que es de clase popular o est ubicado en difusasclases medias, tendra que organizarse y movilizarse para la defensa de sus in-tereses. Pero no se mete en cosas raras, porque tiene de s mismo una imagenimpoluta, aunque muchas veces sea algo lento para pagar los impuestos y bastan-te rpido para ofrecer una coima. El zonzo solo defiende intereses particulares,pero adems lo hace muy mal. Cuando sube la marea de la reaccin de las clases

    dominantes y no existe la barrera de contencin de la poltica para defender losintereses colectivos de la clase a la que pertenece, la oleada arrasa con su castillode arena particular. Entonces s, el zonzo sale a cacerolear y a golpear las puertasde los bancos, pero ya hurfano de todo liderazgo y proteccin.

    Esta pelcula ya la hemos visto repetidas veces, pero el zonzo no comprende,no se organiza para defenderse y, ms bien por el contrario, sigue condenando alque lo hace. Si comprendiera ya no sera zonzo y, claro, vuelve a golpear el pechouna y otra vez para decir que no tiene bandera poltica, votando en consecuenciaa los candidatos que afirman no tenerla tampoco. Le imponen la incomprensinde su propia realidad. Es castillo de arena y lo inducen a votar con devocin a laoleada que lo destruye, cada vez que la marea sube. Es zonzo.

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    NDICE

    Introduccin 10Civilizacin y barbarie 20No tienen cultura/son negros incultos 26La grieta que divide a los argentinos 33Son obsecuentes del poder 39No tenemos bandera poltica 47Estn adoctrinando a los chicos 50No respetan al que piensa distinto 53El relato (y la sensacin de inseguridad) 55La izquierda 59Los tcnicos apolticos 67La democracia es la libertad 75

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    Este libro termin de reimprimirse en el mes de abril de 2016,en IRAP Servicios Grficos, Rosales 4288, San Martn, Provincia de

    Buenos Aires, Argentina.