POTENCIALIDAD DE LOS BOSQUES Y ÁREAS REFORESTADAS PARA LA CAPTURA Y FIJACIÓN DE CARBONO EN EL...
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UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA DE LA SELVA
FACULTAD DE RECURSOS NATURALES RENOVABLES
DEPARTAMENTO ACADEMICO DE CIENCIAS AMBIENTALES
CARRERA PROFESIONAL DE INGENIERIA AMBIENTAL
TRABAJO ENCARGADO N° 2:----------------------------------------------------------------------------------------------------------
“POTENCIALIDAD DE LOS BOSQUES Y ÁREAS REFORESTADAS PARA LA CAPTURA Y FIJACIÓN DE
CARBONO EN EL DISTRITO DE PADRE ABAD, UCAYALI”
---------------------------------------------------------------------------------------------------------
ALUMNA : - AGURTO VERGARA JACKELINE - ESTRADA TERREL YULISSA - MARQUEZ SALAZAR JASMINE - NATORRE CENIZARIO GENY MARIELITH - REYES HUAMÁN ROLANDO - SANTILLÁN TELLO BRIAN - ZELAYA MOYA AHNEL
PROFESOR : DIONISIO ALVA FRANKLIN
SEMESTRE : II – 2014
TINGO MARIA – PERÚ
I. INTRODUCCIÓN
El cambio climático representa una de las amenazas más
preocupantes para el medio ambiente global, debido al gran impacto negativo
que está causando en la salud humana, la seguridad alimentaria, la economía
mundial, los recursos naturales y la infraestructura física (EGUREN.2004). Este
fenómeno reflejado en el calentamiento global, es causado por el aumento en
las concentraciones de los Gases de Efecto Invernadero (GEI), especialmente
del dióxido de Carbono (CO2), gran parte del cual proviene del cambio en el
uso de la tierra, la deforestación en zonas tropicales, el uso de combustibles
fósiles y la producción de cemento en países desarrollados (DIXON.1997,
BROWN. 1992).
Ante este hecho, los países industrializados responsables de más
del 36% de las emisiones totales de CO2, asumieron el compromiso de
estabilizar sus concentraciones de GEI en la atmósfera en los términos de un
acuerdo político internacional suscrito durante la Cumbre de la Tierra (1992),
conocido como la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático (UNFCCC) (PNUMA. 1998).
Con la aprobación del Protocolo de Kioto (1997), durante la III
Conferencia de las Partes (COP-3), se establecieron los mecanismos que
facilitan a los países comprometidos ante la UNFCCC (también conocidos
como partes del anexo I) alcanzar sus metas de reducción hasta el año 2012,
despertándose un gran interés sobre el potencial de los sistemas
agroforestales (SAF) en la fijación y almacenamiento de Carbono (ANDRADE &
IBRAHIM. 2003).
Por esta razón, es necesario desarrollar y promover
investigaciones encaminadas a cuantificar con exactitud la cantidad de
biomasa y Carbono presente en los SAF, y a determinar con certeza el precio
que debería pagarse de acceder a un pago por este servicio en el mercado
mundial (SAGE & SANCHEZ. 2002).
Este tema ya forma parte de las legislaciones de algunos países de
América Latina (Costa Rica, El Salvador, México, Brasil y Ecuador) y se
considera como un mecanismo efectivo en la mitigación del cambio climático,
una fuente alternativa de ingresos en zonas rurales y una forma de promover el
desarrollo sostenible en la región (BENITEZ 2001).
Objetivos
Identificar las potencialidades de las áreas reforestadas para captura
y fijación de carbono en el distrito de Padre Abad, Ucayali.
II. REVISIÓN DE LITERATURA
II.1. SISTEMAS AGROFORESTALES (SAF)
II.1.1. CONCEPTO
La agroforestería es un sistema complejo de uso de la
tierra antiguo y ampliamente practicado, en el que los árboles se combinan
espacial y/o temporalmente con animales y/o cultivos agrícolas (FARREL,
1999).
Para lograr los beneficios de la diversificación, se requiere
que los cultivos asociados respondan diferencialmente a las condiciones que
determinan la producción agrícola o económica (SOMARRIBA, 1994).
“La agroforestería es un sistema sustentable de manejo
de cultivos y tierra que procura aumentar los rendimientos en forma continua,
combinando la producción de cultivos forestales arbolados (que abarcan
frutales y otros cultivos arbóreos) con cultivos de campo o arables y/o animales
de manera simultánea o secuencial sobre la misma unidad de tierra, aplicando
además prácticas de manejo que son compatibles con las prácticas culturales
de la población local” (ICRAF, 1982).
El objetivo de los SAF es optimizar los efectos benéficos
de las interacciones del componente maderable con el componente animal o
cultivo, según las condiciones económicas, ecológicas y sociales
predominantes. Estos sistemas representan una alternativa para los
productores porque reducen la dependencia de un solo cultivo, permiten
desarrollar actividades productivas económica y ambientalmente más
sostenibles y representan una práctica con gran potencial para la captura de
Carbono (SOMARRBA, 1994).
II.1.2. CARACTERÍSTICAS
Según FARRELL Y ALTIERI (1999) la agroforestería
incorpora cuatro características:
a. Estructura: Combina árboles, cultivos y animales en
forma conjunta.
b. Sustentabilidad: Optimiza los beneficios de las
interacciones y mantiene la productividad a largo plazo sin degradar la tierra.
c. Incremento en la productividad: Al mejorar las
relaciones complementarias entre los componentes del sistema, la producción
será mayor en comparación a los sistemas tradicionales de uso de la tierra.
d. Adaptabilidad cultural/socioeconómica: Se aplica
a una amplia gama de predios y de condiciones socioeconómicas, aunque
tiene mayor impacto en zonas donde los agricultores no pueden adaptar
tecnologías muy costosas y modernas.
II.1.3. CLASIFICACIÓN
Los SAF se clasifican de varias maneras según su
estructura en el espacio, su diseño a través del tiempo, la importancia relativa y
la función de los diferentes componentes, los objetivos de la producción y las
características sociales y económicas vigentes.(MONTAGNINI, 1992).
MONTAGNINI (1992) presenta una clasificación
descriptiva de acuerdo al tipo de componente incluido y la asociación existente
entre ellos. Esta clasificación presenta tres tipos de SAF, los cuales se
describen a continuación:
a. Sistemas agroforestales secuenciales
En este tipo de SAF los componentes presentan una
relación cronológica entre las cosechas anuales y los productos arbóreos, es
decir que los cultivos anuales y las plantaciones de árboles se suceden en el
tiempo. En esta clasificación se incluyen los sistemas taungya y la agricultura
migratoria.
b. Sistemas agroforestales simultáneos.
Consisten en la asociación simultánea y continúa de
cultivos anuales o perennes, árboles maderables, frutales o de uso múltiple, y/o
ganadería. Estos sistemas incluyen asociaciones de árboles con cultivos
anuales o perennes, huertos caseros mixtos y sistemas agrosilvopastoriles.
c. Sistemas agroforestales de cercas vivas y
cortinas rompevientos.
Son hileras de árboles que se utilizan para delimitar
propiedades o servir de protección para otros componentes u otros sistemas y
se los considera como sistemas complementarios de los sistemas nombrados
anteriormente.
II.2. SISTEMAS AGROFORESTALES COMO SUMIDEROS DE
CARBONO
En principio, la capacidad de secuestrar Carbono de cualquier
ecosistema terrestre depende principalmente de dos componentes: el área total
de esos ecosistemas y el número de árboles por unidad de área. Los SAF
pueden contener sumideros considerablemente grandes de Carbono y en
algunos casos se asemejan a los encontrados en bosques secundarios (cuadro
N° 1). Asimismo, la cantidad de Carbono acumulada en el suelo aumenta en
los sistemas agroforestales. (HERNÁNDEZ 2004).
Cuadro 1. Resumen de las opciones para la captura de Carbono (C).
Opción Densidad de Carbono
Secuestro (Corto plazo)
Costo de C
Reducir deforestación y protección de bosques
Alta Bajo Bajo
Reforestación Moderada Alto ModeradoSilvicultura Alta Moderado BajoAgroforestería Baja Moderado ModeradoPlantaciones de Madera para Leña
Moderada Alto Alto
Productos Forestales Baja Bajo BajoFuente: KANINEN, 1992.
DIXON (1997) afirma que los sistemas agroforestales pueden ser
manejados para estabilizar la emisión de gases en tres maneras: 1) por el
secuestro de CO2 en las plantas y captura de Carbono y nitrógeno en la
vegetación perenne y suelo a largo plazo, 2) por la producción de alimentos y fibra,
lo cual ayuda a reducir la deforestación y degradación de las tierras y 3) por la
producción sostenida de leña, lo cual puede contribuir en la reducción del uso de
combustible fósil.
BROWN (1992) sugiere que 245 millones de hectáreas (Mha) de
700Mha globales de tierra, podrían estar disponibles para conservación y
secuestro de C en plantaciones y agroforestería. Sin embargo, la disponibilidad
real de tierra para estos programas depende de factores económicos, sociales,
culturales e institucionales, que influyen en el uso del suelo (GODOY, 1998).
Estudios realizados (DIXON, 1997) revelan que el almacenamiento
de Carbono en SAF, incluyendo el Carbono del suelo, oscila entre 12 y 228 tnC
ha-1 y que el potencial para la acumulación de Carbono a través de la biomasa
es mayor en el trópico húmedo. Mientras tanto, ALEGRE (1996) quien evaluó
las reservas de Carbono en diferentes sistemas de uso de la tierra, encontró
que los cultivos de árboles perennes basados en sistemas de multiestratos
alcanzan el 20-46% del Carbono secuestrado en bosques primarios comparado
con solo 10% de los sistemas de cultivos anuales o bi-anuales.
II.3. PROTOCOLO DE KIOTO Y MERCADO DE CARBONO
El Protocolo de Kioto (PK) es el instrumento legal a través del cual
se regulan límites y reducciones de emisiones de GEI mandatorias y
vinculantes a los países industrializados con obligaciones ante la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC). Los
países industrializados se comprometieron en Kioto a reducir sus emisiones de
GEI en al menos un 5.2% con respecto al nivel de emisiones de 1990 y a
evaluar resultados durante el período 2008-2012. (OCIC, 1998)
En el PK también se establecieron los mecanismos que facilitarían
el cumplimiento de las reducciones de emisiones de GEI en los países
industrializados (partes del anexo I) de un modo costo-efectivo. Estos
mecanismos son: (OCIC, 1998).
a. Comercio de Emisiones (CE)
Este mecanismo permite la transferencia de reducciones
de Carbono “no usadas”, entre países industrializados que tengan sus
derechos de emisión por debajo de los límites permitidos, con aquellos que han
excedido sus niveles en un período de cumplimiento dado. Las unidades de
venta se denominan Assigned Amount Units (AAU’s) (CASTRO, 2002).
b. Implementación Conjunta (IC).
Como su nombre lo indica, este mecanismo permite la
reducción de emisiones de Carbono de manera conjunta entre los países del
anexo I. En este caso, se acreditan unidades de reducción de emisiones a
favor del o los países que financian proyectos de mitigación de cambio
climático. Las unidades de venta se denominan Emission Reduction Units
(ERU’s) (IPCC, 1995).
Un país desarrollado que para el 2012 tenga emisiones
que superen los límites previstos por el Protocolo, puede asociarse con otro
país desarrollado que para ese período cuente con emisiones por debajo de los
límites para él establecidos siempre y cuando en conjunto, no superen los
niveles sumados de ambos (PNUMA, 1998).
c. Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL)
El MDL es uno de tres mecanismos de mercado que
permite que proyectos encaminados a fijar, reducir o evitar emisiones de gases
de efecto invernadero en países en desarrollo, obtengan beneficios
económicos adicionales a través de la vente de Certificados de Emisiones
Reducidas (CER´s). Este es el único de los tres mecanismos al que pueden
acceder estos países, entre ellos, los de América Latina. (PNUMA, 1998)
Este Protocolo entró en vigencia en febrero de 2005,
después de la ratificación de Rusia en septiembre de 2004, con un total de 127
países que suman el 61.6% de la emisión global (GURUS, 2004). Con la
aprobación del PK, en la tercera Conferencia de las Partes (COP–3) en 1997,
se sentaron las bases para desarrollar el Mercado del Carbono a nivel
internacional. Este mercado, es un conjunto de transacciones donde se
intercambian cantidades de reducciones de emisiones de gases de efecto
invernadero (ECOS, 2005)
América Latina se ha convertido en la región de países en
desarrollo más activa en este mercado emergente, con alrededor de US$210,6
millones de créditos de Carbono en negociación en el marco del MDL, basada
en la convicción de que este mercado puede significar una herramienta útil
para promover el desarrollo sostenible de la región. (EGUREN, 2004)
Aunque el valor de estos certificados aún no es claro en
este mercado, se pueden distinguir dos grandes escenarios en donde se están
negociando. Uno, definido por las transacciones de Carbono que buscan
cumplir con el marco establecido por el Protocolo de Kioto y otro, por las
iniciativas paralelas de comercio de emisiones fuera del protocolo, como son
las iniciativas voluntarias de restricción de emisiones y las decisiones federales
y estatales de EE.UU. para mitigar GEI, país que no hace parte del Protocolo
de Kioto. (EGUREN, 2004).
II.4. PAGO POR SERVICIOS AMBIENTALES
En los últimos años, el Pago por Servicios Ambientales (PSA) ha
permitido promover un uso más eficiente de los recursos naturales, a través del
fortalecimiento de la conciencia ambiental y la revaloración del sector forestal
en el desarrollo de varios países de América Latina. (FARREL y ALTIERI,
1999).
Los esquemas de PSA vigentes a nivel mundial, se han
desarrollado teniendo en cuenta las condiciones naturales, sociales y
económicas propias de cada país y las condiciones específicas de mercado.
Algunos Servicios Ambientales (SA) que están en discusión mundial son: la
protección de biodiversidad, el almacenamiento de Carbono, la protección de la
belleza del paisaje natural y los servicios hidrológicos (MAYRAND y PAQUIN,
2006).
Existen diferentes metodologías para valorar económicamente
estos servicios, como el costo de oportunidad de la tierra y los costos de
producción forestal, pero que aún no reflejan su verdadero valor en el mercado
internacional. Algunos valores oscilan entre los US$16 y US$2.671 por
hectárea por año (ARAYA, 2005).
II.5. CRECIMIENTO DE LAS ESPECIES FORESTALES
El crecimiento de un árbol es su aumento de tamaño en el tiempo y se
puede expresar en términos del diámetro, altura, área basal o volumen (LOUMAN,
VALERIO y JIMÉNEZ, 2000). Según LOUMAN, VALERIO y JIMÉNEZ (2000) “El
crecimiento es producto de los procesos de anabolismo o síntesis, y catabolismo.
El primer proceso captura la energía necesaria para producir tejidos y para cumplir
con las funciones del organismo. El segundo mantiene los tejidos y en este
proceso consume y libera parte de la energía mediante la respiración”.
El crecimiento diamétrico (sin incluir la corteza), es el incremento que
presenta el árbol cuando se acumulan capas de xilema alrededor del eje central
del mismo. Éste puede ser continuo o periódico dependiendo del ambiente
climático y la genética de la especie (JIMÉNEZ, 1984).
A la magnitud del crecimiento se denomina incremento. Todo
crecimiento implica un estado inicial mensurable y cambios en el ese estado con
respecto al tiempo.
El crecimiento de las especies forestales está determinado por
factores internos y externos. Los internos son principalmente genéticos y
fisiológicos; los externos son fundamentalmente climáticos, edáficos y de
competencia con los demás árboles o cultivos asociados (LOJAN, 1967).
II.6. COMPORTAMIENTO DE LA BIOMASA EN ECOSISTEMAS
La biomasa de una comunidad de plantas se define como su masa
seca total, considerándose dentro de esta, a la biomasa aérea como el
compartimiento más importante en proyectos de captura de Carbono, tanto en
peso como en su tasa de cambio (VASQUEZ 19887).
Su acumulación se produce cuando la cantidad de CO2 fijado en el
proceso de fotosíntesis, es exactamente igual a la cantidad de energía liberada
durante la respiración (punto de compensación de la luz) y va hasta un límite
en el cual un aumento en la intensidad de la luz, no ocasiona un aumento en la
tasa fotosintética (punto de saturación lumínica). Ambos puntos dependen de la
especie, el tipo de follaje del árbol, condiciones ambientales, nivel de nutrientes
disponible y potencial hídrico (VASQUEZ 1987).
Los estudios sobre crecimiento de biomasa, tienen como fin
entender los ciclos de energía y de los nutrientes. También se usan para
estudiar el efecto de la vegetación en el ciclo global del CO2 (BROWN, 1992)
II.6.1. Metodologías para estimar biomasa.
Según SEGURA (1997) para estimar la biomasa sobre el
suelo se pueden emplear dos métodos: a) los métodos directos o destructivos y
b) los métodos indirectos, que generalmente se aplican cuando los árboles son
de grandes dimensiones (PARRESOL, 1999). En los dos casos, los valores
obtenidos se extrapolan a una hectárea.
Los métodos destructivos incluyen mediciones en campo,
cosecha y toma de muestras de la totalidad de la vegetación, teniendo en
cuenta algunos criterios de evaluación. Aunque este método es más costoso y
requiere de mayor tiempo, arroja resultados de alta confiabilidad, en
comparación con el segundo método. (SEGURA (1997)
Entre los métodos indirectos para estimar biomasa, se
encuentra el uso de modelos de biomasa específicos para cada especie, donde
los valores de inventarios forestales como diámetro (dap) y altura, se
transforman a términos de biomasa con la ayuda de modelos generales
(MACDIKEN, 1997).
ANDRADE e IBRAHIM (2003), aconsejan emplear
modelos específicos para cada especie y que hayan sido construidos bajo
condiciones similares a las del lugar donde se quieran aplicar, principalmente
en términos de tamaño de árboles y densidad arbórea.
Dentro de los estudios de biomasa, la medición de raíces
representa un trabajo más amplio y tedioso con niveles bajos de precisión. Por
esta razón, algunos autores recomiendan utilizar valores reportados en
literatura para bosques tropicales, donde el porcentaje de biomasa radical
puede encontrarse en un rango entre 11 y 54%, aportando en promedio 18%
de la biomasa total (ANDRADE e IBRAHIM.2003),
II.6.2. Modelos de biomasa.
Los modelos de biomasa son modelos matemáticos (o
alométricos) donde se relaciona la masa seca de algún componente o del árbol
completo, con variables del tamaño del árbol (diámetro, altura, área basal y
volumen) (). Según ZAPATA, COLORADO y DEL VALLE (2003) el
procedimiento más recomendado para estimar la biomasa en bosques
tropicales, consiste en relacionar estas variables en una regresión lineal bajo
las escalas logarítmicas, lo cual simplifica los cálculos e incrementa la
validación estadística al homogeneizar la varianza sobre el rango de los datos.
El procedimiento más recomendado para estimar la
biomasa en bosques tropicales, consiste en relacionar estas variables en una
regresión lineal bajo las escalas logarítmicas, lo cual simplifica los cálculos e
incrementa la validación estadística al homogeneizar la varianza sobre el rango
de los datos.
ORTIZ (1993), recomienda construir gráficos de puntos
entre la variable dependiente y cada una de las variables independientes, para
probar cuales modelos o ecuaciones de regresión explican mejor esta relación.
Después se debe aplicar un análisis de varianza y escoger el o los modelos de
mejor ajuste con la ayuda de algunos estadígrafos. Según MACDIKEN (2003),
estos modelos pueden ser construidos usando como mínimo una muestra
representativa de 30 árboles.
II.7. CICLO DEL CARBONO
El ciclo del Carbono comienza con la fijación del anhídrido
carbónico (CO2) atmosférico a través de los procesos de la fotosíntesis
realizados por las plantas y ciertos microorganismos. En este proceso, el CO2 y
el agua reaccionan para formar carbohidratos y liberar oxígeno a la atmósfera.
Parte del carbohidrato se consume directamente para suministrar energía a la
planta y el CO2 así formado, se libera a través de sus hojas o de sus raíces.
Otra parte es consumida por los animales que también respiran y liberan CO2.
Las plantas y los animales mueren y son finalmente descompuestos por
microorganismos del suelo lo que da como resultados que el Carbono de sus
tejidos se oxide en CO2 y regrese a la atmósfera (ORDOÑES, 1999)
II.7.1. El Carbono en ecosistemas forestales
El CO2 atmosférico es incorporado a los procesos
metabólicos de las plantas mediante la fotosíntesis. Este CO2 participa en la
composición de todas las estructuras necesarias para que el árbol pueda
desarrollarse (follaje, ramas, raíces y tronco).
SNOWDON (2003) los agro ecosistemas acumulan
Carbono en cuatro grandes componentes: biomasa aérea (o biomasa sobre el
suelo), hojarasca, sistema radical y Carbono orgánico del suelo. La influencia
de la vegetación herbácea en el almacenamiento y fijación de Carbono es muy
baja, por lo que puede omitirse dentro de un estudio de Carbono.
Durante el tiempo en que el CO2 se encuentra
constituyendo alguna estructura del árbol y hasta que es enviado nuevamente
al suelo o a la atmósfera, se considera almacenado. En el momento de su
liberación (ya sea por la descomposición de la materia orgánica y/o por la
quema de la biomasa) el CO2 fluye para regresar al ciclo del Carbono.
(PNUMA)
Entre los métodos empleados para determinar la cantidad
de CO2 presente en la biomasa total, se encuentra el método del factor de
conversión. Este consiste en multiplicar los datos de biomasa por un factor de
conversión o fracción de Carbono que involucra la relación entre el peso de la
molécula de CO2 y el peso del átomo de Carbono (C). Este factor
generalmente, asume un valor de 0.5g de C con respecto a un gramo de
biomasa (SEGURA, 1997).
II.7.2. Carbono almacenado (Ca).
Hace referencia a la cantidad de Carbono que se encuentra
en un ecosistema vegetal, en un determinado momento. Tiene en cuenta criterios
como tipo de bosque o vegetación, densidad de la madera, factores de ajuste que
se basan en datos de biomasa calculada a partir de volúmenes por hectárea de
inventarios forestales (SEGURA, 1997).
Generalmente, este tipo de Carbono se paga por
conservación de bosques y no puede ser liberado a la atmósfera si se accede a un
pago por servicios ambientales (RAMIREZ y GOMEZ, 1999). El Carbono
almacenado se expresa en tnC ha-1.
II.7.3. Carbono fijado (Cf).
Se refiere al flujo de Carbono dentro de una unidad de área
cubierta con vegetación en un lapso de tiempo dado. Su cuantificación permite
predecir el comportamiento del C en cualquier momento durante el crecimiento de
la población (SEGURA, 1997).
Este tipo de Carbono depende de las características de la
especie, la tasa de crecimiento y la longevidad, así como también de las
condiciones del sitio, como localización, clima y rotación. Se expresa en tnC ha-1
año-1 (GUTIERREZ y LOPERA, 2005).
II.8. MARCO LEGAL
La producción forestal se encuentra regulada por la Ley Forestal y
de Fauna Silvestre (Ley Nº 21.147), el Reglamento de Extracción y
Transformación Forestal de la misma (DS 161-77-AG) y el Reglamento de
Aprovechamiento Forestal en Bosques Nacionales (DS 002-79-AA). Estos
dispositivos legales regulan los contratos de extracción forestal, tanto referidos
a la madera como a sus derivados. Asimismo, regulan la extracción en los
Bosques Nacionales, en los Bosques de Libre Disponibilidad, en las
Comunidades Nativas y en las unidades agropecuarias, tanto con fines
industriales como de subsistencia.
El citado Reglamento de Extracción y Transformación regula la
transformación de los productos forestales, su transporte, las infracciones y el
control, así como los procedimientos y registros administrativos establecidos.
En su artículo 110º señala que sólo se podrá comercializar madera rolliza seca,
preservada y adecuada para su uso como poste de 3 metros.
El Decreto Ley N.º 21.147 tiene como propósito lograr el
aprovechamiento racional de los recursos naturales del país para que estos
contribuyan al desarrollo social y a la efectiva independencia económica de la
nación. Asimismo, norma la conservación de los productos que se deriven de
ellos; de esta forma, en su artículo 69.º, prohíbe la exportación con fines
industriales o comerciales de productos forestales y de fauna silvestre en
estado natural. Además, esta ley prohíbe usar las tierras forestales para usos
no forestales con el fin de conservar los recursos naturales renovables.
Entre los principales dispositivos legales que modifican
significativamente la Ley Forestal se encuentra la Ley de Promoción y
Desarrollo Agrario (DL 02), promulgada en 1980, la cual crea el canon de
reforestación para garantizar la reposición de los recursos forestales
maderables y los contratos de extracción en Bosques de Libre Disponibilidad,
mientras que en los Bosques Nacionales el contratista está obligado a planificar
y realizar por sí mismo la reforestación, en un esquema de 2x1 (dos árboles
sembrados por cada uno extraído).
De igual forma, destacan la Ley de Descentralización
Administrativa (DL n.º 21.798) y la Ley de Bases de la Regionalización (Ley n.º
24.650), que permiten dar mayor agilidad a la administración pública forestal en
el cumplimiento de sus funciones. Por otro lado, la Ley de Promoción de
Inversión en el Sector Agrario (DL n.º 613), promulgada en septiembre de
1990, refuerza los lineamentos de políticas forestales sobre conservación,
manejo y aprovechamiento de los recursos.
Los derechos cobrados por el Estado incluyen el derecho por
contratos de exploración y evaluación forestal y por contratos de extracción, así
como el canon de reforestación. Existen en debate tres propuestas distintas
para una nueva Ley Forestal, provenientes tanto del sector público como del
privado y coincidentes en la necesidad de establecer la propiedad privada
forestal y una nueva forma de gerencia de los bosques.
La legislación peruana clasifica los bosques naturales en Bosques
Nacionales, Bosques de Libre Disponibilidad, Bosques de Protección y
Unidades de Conservación. La Ley Forestal y de Fauna Silvestre, promulgada
en 1975, consideraba a los Bosques Nacionales como bosques aptos para la
producción permanente de madera, otros productos forestales y de fauna
silvestre, cuya utilización sólo podía ser realizada directa y exclusivamente por
el Estado. Posteriormente, en 1979, el Gobierno decidió no crear la empresa
pública forestal prevista para el manejo de estos bosques y abrió la posibilidad
de que estos fueran explotados por compañías privadas, estando éstas
obligadas a llevar a cabo la reposición de los recursos forestales maderables.
Los cinco Bosques Nacionales en la Amazonia peruana cubren
3.137.638 hectáreas, dos tercios de las cuales corresponden al Biabo-cordillera
Azul. En ellos, los contratos de extracción o concesiones forestales se otorgan
por períodos de 20 años renovables sobre áreas de 20.000 a 200.000
hectáreas. En la actualidad existen siete contratos de extracción en estos
bosques sobre un área de 265.000 hectáreas.
A su vez, la mencionada Ley Forestal y de Fauna Silvestre define
los Bosques de Libre Disponibilidad como bosques declarados aptos para la
producción permanente de madera, otros productos forestales y de fauna
silvestre que pueden ser utilizados por cualquier persona debidamente
autorizada. Los 38 Bosques de Libre Disponibilidad, con 36.739.750 hectáreas
de extensión, constituyen la reserva forestal de Perú. A diferencia de los
Bosques Nacionales, estos bosques no son otorgados en concesión a
extractores forestales, sino que se otorgan contratos de extracción forestal
sobre áreas de hasta 100.000 hectáreas por períodos de 10 años renovables
(PEAH, 2007).
III. MATERIALES Y MÉTODOS
III.1. Lugar de ejecución o descripción de la zona de estudio
El proyecto de reforestación con sistemas agroforestales se realizó
en 1000 ha ubicadas en:
DEPARTAMENTO : Ucayali
PROVINCIA : Padre Abad
DISTRITOS : Padre Abad, Curimana, Irazola.
Estas tierras se encuentran localizadas en ambas márgenes de la
Carretera Federico Basadre, entre la localidad de Von Humboldth y en la
margen izquierda de la parte media del río Aguaytía.
Figura 1. Mapa de ubicación de los distritos donde se ejecutó el proyecto.
III.2. Materiales
Para efectuar el muestreo para la determinación de la biomasa, se
transectó una sección del terreno de proyecto, para realizar a cabo este
procedimiento se empleó:
Rafia.
Wincha de 50m.
Estacas.
Cinta métrica.
III.3. Metodología
- Elaboración de un mapa base georeferenciado, todas las vías,
caminos, carreteras, información hídrica, quebradas, cuerpos de agua, todos
los centros poblados que existen en los 3 distritos del proyecto
- Para determinar la densidad de siembra de las 1000 has de
parcelas agroforestales se midió las distancias que separaban los árboles y las
columnas en un espacio controlado del área de muestreo.
- Cálculo de la biomasa arbórea y del carbono almacenado por
formación vegetal.
- Se realizó el muestreo para la biomasa arbórea en parcelas de
4x25m:
- Para determinar la biomasa de cada árbol ubicado en el área de
muestreo se empleó medidas alométricas para masa seca de la biomasa aérea
siguiendo la ecuación propuesta por Winrock (2006), para especies
amazónicas:
Biomasa árbol = 0.22582367xD2.4049471
Donde:
D: Diámetro del tronco a la altura del pecho (1.3m) en centímetros.
- Para el cálculo del carbono almacenado:
Se multiplicó la biomasa obtenida con fórmula por el factor
promedio de Carbono registrado en plantas que es 0.5 (IPCC, 1996).
Dicha cantidad representa el carbono almacenado en un área de
4x25m del total de proyecto, debemos multiplicarlo por una cantidad tal que nos
permita obtener la cantidad de carbono que la totalidad de árboles dentro del
proyecto almacenarán, en este caso nuestro terreno es de 1000 has, entonces
multiplicamos a 0.01 has (100 m2) por 10 000.
IV. RESULTADOS
IV.1. Especies identificadas dentro del área de estudio
Cuadro 2. Identificación de especies y respectivos diámetros
Árbol Nombre de especie DAP (cm)1 Calicophilum sprusianum 872 Calicophilum sprusianum 903 árbol no identificado 105.54 Calicophilum sprusianum 675 Calicophilum sprusianum 996 árbol no identificado 18.5
7 Calicophilum sprusianum 84
Fuente: elaboración propia
IV.2. Cuantificación de carbono promedio almacenado
Cuadro 3. Cálculo de carbono promedio almacenado por 0.01
Ha
Árbol Nombre de especie DAP (cm) BiomasaC almacenado
promedio
1 Calicophilum sprusianum 87 10428.23149 5214.1157432 Calicophilum sprusianum 90 11314.08187 5657.0409333 árbol no identificado 105.5 16580.00268 8290.0013414 Calicophilum sprusianum 67 5563.944154 2781.972077
5 Calicophilum sprusianum 99 14228.74299 7114.3714976 árbol no identificado 18.5 251.9129157 125.95645787 Calicophilum sprusianum 84 9584.27684 4792.13842
TOTAL 33975.59647
Fuente: elaboración propia
Observación. Para la obtención de la biomasa se usó la ecuación
de Winrock, el cual, es necesario tener registrado el DAP para cada especie
arbórea con la finalidad de obtener el carbono almacenado promedio. La
Biomasa por el factor 0.5 nos dará como resultado el promedio de carbono
registrado en plantas (IPCC. 1996).
IV.3. Cuantificación del total de carbono almacenado promedio
Cuadro 4. Calculo de total de carbono promedio almacenado
Área de estudio (Ha)
Carbono promedio almacenado
Total carbono promedio
almacenado (tC)
0.01 33975.59647 339.7559647
1000 33975.59647 33975596.47
Fuente: elaboración propia
Observación. Para obtener el carbono promedio almacenado para
el proyecto Potencialidad de los bosques y áreas reforestadas para la captura y
fijación de carbono en el distrito de Padre Abad, se ha realizado una
extrapolación por medio de la regla de tres simples. La zona de estudio
muestreada (0.01 Ha) tiene 339.7559647 tC y para la zona reforestada total
tendría 33975596.47 tC.
IV.4. Mapa base de la Provincia de Padre Abad.
IV.5. Valoración de la captura y fijación de carbono para las
comunidades beneficiadas.
CUADRO 4. POBLACIÓN DIRECTA BENEFICIADA
Provincia / Distrito
Nombre Area CategoríaTotal Familias Beneficiarias
(*)Total Habitantes (*) x (**)
Pad
re -
Ab
ad
Nuevo San Martín Rural Caserío 60 300Santa Rosa de
AguaytiaRural Otros 127 635
Barrio Unido Rural Caserío 69 345
Puerto Azul Rural Otros 89 445
Boquerón Rural Caserío 90 450
Chonta Rural Caserío 79 395
Divisoria Rural Caserío 61 305
Paraya Nuevo Porvenir
Rural Caserío 58 290
SUB TOTAL 633 3165
Cu
rim
ana
Maronal Rural Caserío 40 200
Bello Horizonte Rural Caserío 48 240
Cambio 90 Rural Caserío 45 225
Monte Sanai Rural Caserío 42 210
San Juan de Tahuapoa
Rural Caserío 40 200
SUB TOTAL 215 1075
Iraz
ola
Sinchi Roca Rural Caserío 123 615
La Unión Rural Caserío 120 600
Pueblo Nuevo Rural Caserío 23 115
El Milagro Rural Caserío 147 735
Shiringal Alto Rural Caserío 80 400
SUB TOTAL 493 2465
TOTAL 1341 6705
Fuente: INEI Centros Poblados (información correspondiente al Pre – Censo de 1999)
(**) el número de habitantes por familia es de 5 personas
V. DISCUSIÓN
La cantidad de carbono promedio almacenado en la zona de muestreo
con un área de 0.01 Ha se obtiene un registro de 339.7559647 tC, y con estos datos
se procedió a calcular el total de carbono almacenado para 1000 Ha (área que
abarca toda la reforestación) que se obtiene un registro de 33975596.47 tC. Estos
datos serán tomados como muestra base para poder determinar la valorización de
carbono que será repartido para cada comunidad beneficiada.
De las 18 comunidades beneficiados obtendrán una monto de
1887533.14 dólares, ya que a cada una de las comunidades le correspondería
1887533.14 tC, y como resultado en cantidades de CO2 capturado por el proyecto
de reforestación obtendrán una captura de 6921584.01 CO2, estas cantidades de
carbono promedio almacenado son de plantaciones de Calicophilum sprusianum de
11 a 12 años, estos datos pueden aumentar con el trascurso del tiempo y es por
esto que es necesario que el proyecto se mantenga operativo. Para las plantaciones
de Calicophilum sprusianum entre un promedio de 20 a 25 años se obtendrá la
mayor cantidad de carbono promedio almacenado.
VI. CONCLUSIONES
- De acuerdo al estudio realizado en el área de estudio de 0,01Ha que
pertenece a la facultad de R.N.R se estimó un promedio 339.7559647 tC carbono
total almacenado. Siendo una cantidad aceptable tomando en cuenta la capacidad
de captura de la especie forestal Calicophilum sprusianum.
- La captura de carbono nos permitirá en largo plazo contribuir
directamente en la mitigación del fenómeno conocido como cambio climático.
- Los ecosistemas forestales contienen más carbono por unidad de
superficie que cualquier otro tipo de uso de la tierra y sus suelos que contienen
cerca del 40 por ciento del total del carbono son de importancia primaria cuando se
considera el manejo de los bosques
- Por lo general, en los bosques naturales el carbono del suelo está en
equilibrio, pero tan pronto como ocurre la deforestación o la reforestación, ese
equilibrio es afectado. Actualmente, se estima que cada año son deforestadas entre
15 y 17 millones de hectáreas, sobre todo en los trópicos (FAO, 1993) y que muy a
menudo parte del carbono orgánico se pierde dando lugar a una considerable
emisión de CO2. Por lo tanto, donde la deforestación no puede ser detenida, es
necesario un manejo correcto para minimizar las pérdidas de carbono. La
reforestación, sobre todo en los suelos degradados con bajo contenido de materia
orgánica, será una forma importante de secuestro de carbono a largo plazo, tanto en
la biomasa como en el suelo.
VII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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