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PRÁCTICAS DOCENTES INCLUYENTES A
TRAVÉS DE ESTRATEGIAS
DIVERSIFICADAS EN ATENCIÓN DE
CONDUCTAS DISRUPTIVAS DE ALUMNOS
CON DISCAPACIDAD
Irene Rodríguez Avitia [email protected] Víctor Manuel Alarcón Pérez
[email protected] Leticia Isabel Ibarra Favela
[email protected] Escuela Normal de Especialización del Estado de Sinaloa
RESUMEN
El presente estudio de caso fue
realizado con el objetivo de indagar como
responden los alumnos con discapacidad
intelectual que presentan conductas disruptivas
ante prácticas docentes con estrategias
diversificadas, se eligió Servicio Educativo en
el cuál acudieran a clase alumnos con estas
condiciones, que, al presentar alteraciones en
su conducta, se afectara su socialización y con
ello presentara implicaciones en su desarrollo
cognitivo y su inclusión en el aula. Se describe
el concepto de conductas disruptivas y cómo se
hacen presente en los alumnos con
discapacidad intelectual, se enfatiza en cómo
pueden ser atendidas y el impacto que tienen
en la socialización de éstos alumnos. Se
describen las estrategias aplicadas durante el
proceso de prácticas pedagógicas en el
seguimiento de caso, recuperando los logros,
las dificultades y el impacto del trabajo docente
con el alumno en estudio, se explica cómo se
favoreció la socialización y los alcances en el
proceso de inclusión en el aula escolar, se
impulsa una pedagogía para la diversidad,
orientada a romper con las rutinas igualitarias y
homogenizadas a través de estrategias que
empleen de manera creativa e innovadora
todos los recursos disponibles.
PALABRAS CLAVE: Estrategias diversificadas, conductas disruptivas, discapacidad intelectual.
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PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
El presente estudio se realizó producto de las prácticas profesionales presentadas en
un Centro Educativo de nivel de primaria, dando atención psicopedagógica a alumnos con
discapacidad intelectual que presentan conductas disruptivas, limitándose su desarrollo
socio-emocional y el aprendizaje escolar, poniendo atención en las características de cada
alumno, se detectó en especial un caso de un alumno con discapacidad intelectual, tal
situación, despertó el interés investigativo, en particular de que dicho alumno fuera el sujeto
de estudio debido a las dificultades que presentaba en la socialización dentro del grupo, pues
incurría constantemente en conductas disruptivas, alterando el orden en las clases.
Algunas situaciones que enfrentaba este alumno, tienen relación con la dificultad para
concentrarse, prestar atención, concluir las actividades que se le asignaban en el aula, con la
manifestación de conductas inadecuadas también llamadas “disruptivas” por las que sufría
rechazo por parte de sus compañeros. Se consideró relevante realizar un trabajo de
intervención docente que atendiera específicamente el comportamiento inadecuado,
disminuyendo la manifestación de las conductas disruptivas. Se tenía como principal
supuesto que el uso de estrategias diversificadas favorecería la manifestación de una sana
convivencia entre compañeros, se consideró adecuado tomar registros continuos de los
comportamientos del alumno sujeto de estudio, en función de las actividades implementadas
y el impacto de las mismas en la disminución de las conductas disruptivas, en cuanto a la
prevalencia de sus manifestaciones.
Se tenía la idea de que, si se lograba disminuir la incidencia de conductas disruptivas
y a la vez, se ampliaría su nivel de participación y aprendizaje, además lograría socializar con
mayor pertinencia, de la misma manera, se consideró podría tener más independencia y
autonomía en el desarrollo de las actividades escolares y habilidades adaptativas, esto en
conjunto tendría un gran impacto en su vida diaria.
La conducta de este alumno solía ser diferente, dependiendo del lugar donde se
encontrará y de quien estuviera acompañado. Al observarlo en forma constante en su aula,
fue notorio que el alumno se comportaba de diferente manera al estar con sus compañeros
de clase, en algunas ocasiones influían en él como distractores y motivadores para no
obedecer.
El comportamiento inadecuado del alumno fue uno de los puntos a trabajar mediante
estrategias que ponderan su nivel de participación en el aula, la implementación de
actividades que desarrollaran sus habilidades digitales, estrategias que mejorara el ambiente
de aprendizaje, la utilización de materiales pertinentes a las actividades escolares,
distribución de agrupamientos de alumnos que variara y sobre todo se diversificaran las
actividades acorde a los intereses de los alumnos, especialmente pensando en el sujeto de
estudio.
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Para dar un seguimiento al impacto de la implementación de estas estrategias, se hizo
necesario llevar un registro constante de la evolución, poniendo énfasis en el manejo
conductual hacia la manifestación de conductas disruptivas, ¿cuándo se presentan?, ¿con
qué frecuencia?, ¿cuándo ceden?, definir ¿qué factores benefician la socialización del sujeto
de estudio?, así como, se hizo énfasis en las estrategias que tuvieran impacto al desarrollar
en él la capacidad de decidir lo que es correcto e incorrecto al momento de estar en su
contexto social, sobre todo, en describir en qué circunstancias lograban la capacidad de
actuar con control y no por impulso.
Por lo anteriormente expuesto, fue necesaria la aplicación de estrategias
diversificadas, acordes a las necesidades mencionadas que presentaba el alumno,
respetando estilo de aprendizaje y conocimientos previos. Por ello, se plantean las siguientes
interrogantes: ¿Qué características manifiestan las personas que tienen discapacidad
intelectual y su impacto en la manifestación de las conductas disruptivas, la socialización y el
aprendizaje escolar?, ¿Las estrategias diversificadas favorecerán el control de conductas
disruptivas y la socialización en un alumno con discapacidad intelectual? ¿Cuáles son las
estrategias que más se ajustan a las necesidades de un alumno con discapacidad intelectual
que presenta conductas disruptivas?
MARCO TEÓRICO
Iniciamos este apartado, enunciando aspectos relevantes sobre esta temática, su
definición, las conductas manifiestas como disruptivas y recomendaciones sugeridas para su
atención sobre todo su relación con aspectos de discapacidad intelectual.
Iniciamos como antecedente el estudio de Herruzco y Luciano (2001) quienes en su
investigación titulada Disminución de las conductas disruptivas mediante un procedimiento
de correspondencia, los comportamientos inadecuados en alumnos son clasificados como
disruptivos, y pueden ser definidos como “aquellos que no resultan socialmente adaptativos
porque dificultan o reducen tanto la probabilidad de integración del sujeto en el contexto
social, escolar y familiar lo que hace que estos alumnos sean rechazados al presentar
conductas inadecuadas para la sana convivencia en sociedad” (p.1). Por lo que deben ser
tratados adecuadamente en los servicios escolares de cualquier nivel que se trate.
En cuanto a estudios de las habilidades sociales y conductas adaptativas en niños y
adolescentes con discapacidad intelectual moderada publicada por Verdugo (2001) en Quito
(2013) quien señala que “la conducta adaptativa se entiende como el conjunto de habilidades
conceptuales, sociales y prácticas aprendidas por las personas para funcionar en la vida diaria
lo que le permite ser una persona más autosuficiente e independiente” (p.1). De la misma
manera estas habilidades le permitirán actuar de manera adecuada en los diferentes
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contextos de su vida, es decir el comportamiento del individuo en diversos ámbitos,
situaciones y condiciones que este atraviesa.
De igual manera, Delgado (2015) realizó una investigación a la que tituló rechazo social
a alumnos con discapacidad intelectual en educación primaria, habla de las competencias
sociales y dice que “éstas son todas las destrezas imprescindibles para tener un
comportamiento apropiado y positivo que permita al sujeto superar adecuadamente los
desafíos de la vida diaria” (p.18). Ciertamente, las competencias sociales nos hacen ser
consideradas personas gratas poco gratas a los ojos de las personas que están a nuestro
alrededor, familia, maestros, amistades, entre otros.
Esta autora explica que las competencias sociales no son innatas, sino que se
adquieren y se van aprendiendo a lo largo de la vida en la interacción social de alumno, las
competencias sociales desarrolladas dependerán del contexto en el que está inmerso el
sujeto al igual que su comportamiento ya sea adecuado o inadecuado.
De acuerdo con la American Psychiatric Association (APA), en el manual DSM IV
(2004) las conductas disruptivas se expresan como conductas perturbadoras infantiles y
pueden ser observadas en los niños y niñas desde edades muy tempranas hasta la
adolescencia impidiéndoles la adaptación a los diversos contextos escolar, familiar y social
en general, ya que no respetan las reglas o normas que los demás pares aceptan. Moreno
(2003; p.1) explica que “es frecuente encontrar niños y niñas que no se integran en las
dinámicas educativas de la enseñanza obligatoria” ciertamente, hoy día con mayor incidencia
se presentan más alumnos que incurren en conductas que limitan su participación y
aprendizaje en las aulas.
Intentando ampliar la información de cómo se manifiestan estas conductas disruptivas
en las aulas se puede mencionar la enunciación de características de acuerdo a Moya (2011)
quien enuncia las siguientes manifestaciones como golpear, morder constantemente a pares
y docentes, patear, lanzar cosas a la cara de los demás, perseguir a otros compañeros para
agredirlos con materiales variados como juguetes, palos, legos, romper materiales, arrugar y
romper las producciones de otros en hojas o materiales diversos, hacer rabietas, gritando y
pateando o golpeando, traer cuchillos de cocina en sus bolsos y empezar a amenazar a otros,
gritar constantemente mientras el docente habla con el grupo…(p.7). Estas manifestaciones
pueden variar en relación a la cantidad de las mismas y de la frecuencia y la intensidad en
que se manifiestan.
Ante el cuestionamiento de qué genera que se presenten estas conductas en los niños
de preescolar y adolescentes existen diversas opiniones, ciertamente debido a que estas
conductas son inadecuadas ocasionan un cierto rechazo y exclusión hacia la persona que las
presenta impidiéndole o dificultándole la socialización e inclusión en los diferentes contextos
socioculturales. Schneider y Robín (2010), “Los niños no muestran malas conductas porque
si, ellos actúan inapropiadamente porque existe un refuerzo para hacer eso. Suele suceder
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que, al prestarle atención a este tipo de conductas, esto sirve como reforzador para que
actuara de esa manera” (p.4). De ahí la importancia de una buena orientación tanto a los
padres como a los maestros en estas temáticas, para tener una actuación que no refuerce la
manifestación de conductas inadecuadas.
Las conductas disruptivas pueden afectar la interacción en los distintos contextos como
la familia, la escuela, amigos y personas cercanas al alumno como lo dice Luengo (2014;37),
en muchos casos son problemas transitorios que puedan ser superados con facilidad, pero
en otros casos adquieren dimensiones más severas por su frecuencia e intensidad generando
como consecuencia, un deterioro en las relaciones familiares y sociales. De ahí la importancia
de brindar apoyo suficiente y necesario en forma oportuna.
Sin embargo, este autor también expresa que el comportamiento de estos niños
genera emociones negativas en los padres, profesores e incluso en otros niños porque se
niegan a hacer lo que se les pide, tienen mal genio y se saltan o ignoran las reglas habituales,
estas conductas las presentaba el sujeto en estudio, motivo por el que se decidió atender y
dar seguimiento en esta investigación.
En cuanto a la intervención algunos autores como Ison-Zintilini (2008;358) menciona
que las habilidades socio-cognitivas en niños con conductas disruptivas y víctimas de maltrato
les implica poner retos importantes en la práctica de habilidades y estrategias que les permita
internalizar, interpretar y responder a las demandas y restricciones provenientes de los
diferentes agentes socializantes, por ello, requieren adquirir y consolidar determinados
esquemas cognitivos afectivos que sustentan los mecanismos de autorregulación del
comportamiento social.
De acuerdo a lo anterior, todos tenemos gran influencia de los contextos en los que
nos desenvolvemos, por ello, es necesario que en ellos existan y se hagan patentes el respeto
de reglas impuestas en cada grupo social y por consiguiente el alumno con conducta
disruptiva requiere de la motivación, acompañamiento, valoración, empatía, de los que lo
rodeamos, para alcanzar los difíciles procesos de autorregulación en estos contextos tan
elementales en nuestra vida.
Definitivamente, la escuela y el profesor en sí, tenemos un gran compromiso en el
proceso de intervención para que se minimicen o incluso se exacerben la manifestación de
estas conductas disruptivas, como lo afirman Schneider y Robín (2010) “Basándose en ciertos
estudios con niños de todas las edades se ha encontrado que la mirada del profesor puede
convertirse en un refuerzo a la conducta disruptiva haciendo que aumente e inadvertidamente
puede estar provocando en la conducta del alumno el efecto contrario del que el mismo
desea.”(p.4); por ello, se hace necesario tener plena convicción de que es necesario poner
reglas y límites claros y no solo en la escuela, sino en el hogar es indispensable que los
padres sepan que los hijos no pueden hacer solo lo que les plazca, si no que se hace
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menester que comprendan cuáles conductas son adecuadas y cuáles inadecuadas y en qué
circunstancias pueden o no manifestarse.
En cuanto al proceso de intervención se retomó la idea que plantea la Secretaría de
Educación Pública en el texto de Sánchez Regalado “Educación Inclusiva y recursos para la
enseñanza (2011), quien define cuatro estrategias denominadas diversificadas, siendo éstas
las estrategias que se implementaron para el manejo de las conductas disruptivas del sujeto
de estudio.
El concepto de estrategias diversificadas retomado de Sánchez Regalado (2011; 9-10)
explicita que son aquellas que coadyuvan al desarrollo de una serie de acciones articuladas
que responden a la pluralidad en el aula. En este sentido, su implementación rompe con las
rutinas igualitarias y homogeneizadoras donde se pide lo mismo y en el mismo momento a
todo alumno o alumna; en el contexto áulico su impacto radica en que, a través de estas
estrategias, es posible construir una práctica docente que emplea de forma creativa e
innovadora los recursos didácticos, los espacios, las formas de interacción y organizativas,
los materiales, los tiempos, las propuestas metodológicas, etc. y que hace del aprendizaje y
de la participación, experiencias atractivas y retadoras para todos.
Las estrategias que se presentan y aplicaron con el sujeto de estudio son las
siguientes: a) Tecnologías de la información y la comunicación como estrategias de apoyo a
la discapacidad, b) Enriquecimiento de ambientes para potenciar el aprendizaje, c)
Estrategias de filosofía para niños en el aula inclusiva y Programa de Desarrollo de la
Inteligencia a través del Arte (DIA), con ellas, se elaboró un proyecto de enseñanza para la
atención psicopedagógica con el alumno sujeto de estudio.
METODOLOGÍA
La metodología que se implementó fue de corte cualitativa, un estudio de caso, el
alumno a quien se dio seguimiento e intervención docente es un alumno que presenta
conductas disruptivas, de quinto grado de primaria. El propósito de este estudio era registrar
el impacto que las estrategias diversificadas tienen en la manifestación de conductas
disruptivas y con ello en las habilidades socio-afectivas del alumno.
El escenario de esta investigación fue la Escuela Primaria Benito Juárez, en este centro
educativo se encuentra actualmente el sujeto de estudio a quien se denominó AN para cuidar
su anonimato, con 10 años de edad, cursando el quinto año de primaria, presenta
discapacidad intelectual. Aunada a la discapacidad, el sujeto presentaba conductas
disruptivas fuertes, las cuales afectan el proceso educativo, y el desarrollo social en los
diferentes contextos, ya que AN no regulaba sus emociones y agredía constantemente a sus
compañeros.
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DESARROLLO Y DISCUSIÓN
El alumno era excluido del grupo, porque no respetaba reglas y no tenía interés de
compartir con sus compañeros ni actividades, ni materiales, manifestaba dificultades para
integrarse, participar y aprender en clase.
Primeramente se caracterizó el caso sujeto de estudio en las distintas áreas del
desarrollo, como se explica a continuación: AN es un niño de estatura normal para su edad,
es moreno claro, complexión delgada, cabello negro, mostraba dificultad en su motricidad
fina, sabía colorear, dibujar, conocía los colores, recortaba con dificultad, no sabía leer ni
escribir, contaba hasta el diez por memorización, se distraía mucho y perdía el interés
rápidamente, en las actividades que realizaba necesitaba apoyo constantemente, no
permanecía sentado por mucho tiempo y gritaba constantemente, le gustaba imitar lo que
hacían sus compañeros.
En el desarrollo social mostraba dificultades, sus juegos eran por periodos cortos ya
que presentaba conductas disruptivas que obstaculizan una socialización adecuada con sus
compañeros de clase, sus problemas de conducta eran traducidos por no obedecer órdenes
ni indicaciones, se enfadaba con mucha facilidad, no quería trabajar, tomaba a juego lo que
le decía la maestra, no cooperaba ante las medidas disciplinarias, no respetaba acuerdos de
clase ni reglas sociales.
En su lenguaje y comunicación AN, entendía suficientemente bien lo que se le decía,
tenía problemas para pronunciar algunos fonemas, no participaba en clase si se le pedía y
estaba de humor constantemente. En el recreo no jugaba con sus compañeros, solo
caminaba por las banquetas y en la cancha, la mayor parte del tiempo se quedaba en los
columpios meciéndose. Sabía comer solo, utilizaba cuchara o tenedor, sacaba y guardaba su
lonche, era independiente para ir al baño, identificaba los lugares de la escuela y se ubicaba
en cada situación y espacio, (casa, recreo, homenaje, baño), en el salón de clases se aburre
y distrae con facilidad. Se mostró como un niño con buenas posibilidades de progresar
brindándole la atención debida y reforzando lo que ya sabe.
En el contexto familiar, se comentó que le agradaba usar su bicicleta, que no tenía
amigos y que los familiares pequeños como él no querían jugar con él porque no respetaba
las reglas, sus padres comentaban que no le agradaba hacer tareas, pero las hacía para
pasear en bicicleta.
Durante el proceso de prácticas profesionales se atendió directamente la problemática
de un alumno AN, en específico buscando potencializar la socialización y la disminución de
las conductas disruptivas mediante la utilización de estrategias pedagógicas “estrategias
diversificadas”, las cuales cumplieron funciones específicas, éstas estuvieron enfocadas
completamente al problema que presentaba AN, durante todo el ciclo escolar, se aplicaron
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actividades de manera individual, grupal y áulico, para mejorar su desarrollo conductual y
socioafectivo.
RESULTADOS Y CONCLUSIONES
En el proceso de análisis de la información recuperada en el Diario de campo y de la
aplicación del proyecto de enseñanza, así como de la opinión de los docentes entrevistados
surgen cuatro categorías de análisis que son las siguientes: Las conductas disruptivas en el
aula, el trabajo docente atendiendo las conductas disruptivas mediante el uso de estrategias
diversificadas y Autorregulación de las conductas disruptivas. Las cuales se detallan a
continuación para exponer los resultados del trabajo docente, habiendo analizado los
patrones emergentes que dan soporte interno a estas categorías.
Categoría de análisis 1: Las conductas disruptivas en el aula:
La conducta disruptiva en AN, refiere a actitudes que día a día obstruye la socialización
y el desarrollo cognitivo del alumno, pues es notorio al observar diferentes situaciones dentro
del aula el comportamiento inadecuado de AN. De acuerdo a Ison Zintilini (2008) “los niños
con conductas disruptivas presentan dificultades para autorregular sus emociones y
desarrollar conductas alternativas a la agresión.”(p.7) Una de las dificultades más severas
que se manifestaron en AN tuvo relación con la autorregulación de sus emociones y con ello
sus conductas, de acuerdo a este autor, se denominan disruptivas, cuando irrumpe la
tranquilidad de los espacios donde conviven los niños, con rabietas, gritos, pataletas, golpeteo
de cosas, etc.
Algunas de las manifestaciones que se presentaron durante el proceso de
observación eran relacionadas con llamar la atención, se mostraba retador, alteraba el orden,
hacía mucho ruido con objetos y con gritos, para molestar al maestro y a sus compañeros.
Autores como Luengo (2014) explica que “los problemas de conducta son, generadores de
otro problemas que se van acumulando y que van limitando las oportunidades de un
desarrollo saludable, en una cascada de efectos que se ha descrito como bola de nieve.”(p.2)
Ciertamente los efectos de las conductas disruptivas que presentaba AN tenían impacto con
el resto del grupo que se vieron afectados colateralmente y en ocasiones promovidos por los
propios compañeros, que alentaban a AN a comportamientos inadecuados.
Categoría de análisis 2: El trabajo docente atendiendo las conductas disruptivas
mediante el uso de estrategias diversificadas.
En esta categoría surgieron una serie de patrones emergentes derivados de
diversificar la enseñanza, es a través de estas estrategias que se generaron ambientes
enriquecedores, utilizando materiales didácticos, aprovechando espacios, tiempos, para
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potenciar la socialización y la inclusión de todos los alumnos, especialmente al alumno en
estudio.
Las estrategias diversificadas que se trabajaron con el alumno sujeto de estudio
aportaron apoyos importantes al maestro de grupo, para fortalecer la enseñanza y para
favorecer el aprendizaje y la participación de los alumnos y alumnas con discapacidad,
iniciamos con el uso de las artes como lo aborda el Manual Educación Inclusiva y Recursos
para la Enseñanza de acuerdo a Ortega (2012;109), como estrategia diversificada la
enfocamos a través de experiencias de aprendizaje significativo y formación integral.
Las artes se trabajaron con AN y su grupo, para desarrollar la creatividad, la
sensibilidad, la reflexión y la conciencia crítica, se puedo observar que estas actividades
resultaron motivantes para todos los participantes no solo para AN, pues el trabajar con
materiales concretos, texturas y diversos materiales les llamó la atención y se mostraron más
atentos, los intervalos de tiempo destinado a las actividades fue mayor para AN, se pudo
comprobar por medio de la observación que en estas actividades hubo menor incidencia de
conductas disruptivas, en relación a otras actividades, AN mostró un mejor desempeño y
participación cuando se trabaja alguna actividad que tenga que ver con las artes.
Otra de las situaciones didácticas implementadas como estrategia diversificada es el
enriquecimiento de ambientes de aprendizaje en contextos de interacción, de acuerdo a
Valdés (2012) “Es una herramienta pedagógica que tiene como finalidad generar respuestas
educativas que atienda las necesidades educativas de la diversidad de alumnos y alumnas
en el aula, a través de la promoción y articulación de acciones que permitan asegurar que
todos aprendan y desarrollen al máximo sus potencialidades”. (p.87), en este sentido, se
consideró primeramente, organizar el aula de forma que se mirara atractiva a los ojos de los
alumnos.
A la vez, se enriquecieron los materiales didácticos, se pusieron al alcance de los niños
y las niñas, se crearon situaciones didácticas que permitieran tomar en uso los materiales, se
promovieron movilidad en los equipos y organización del grupo, se añadieron otros
escenarios fuera del aula para realizar actividades de aprendizaje, esto favoreció
grandemente la participación de AN, se mostró receptivo y aunque al principio no colaboraba
mucho en los equipos, fue acercándose al trabajo por lapsos más largos y con observar lo
que otros hacían, sus rabietas y llamadas de atención disminuyeron en frecuencia e
intensidad, aunque no dejaron de presentarse.
Como podemos observar, el trabajar con los alumnos en ambientes adecuados de
aprendizaje y variarlos en forma frecuente, potencializa en los alumnos la curiosidad, el
interés y la participación, AN centró más su atención en las actividades, tuvo menos cantidad
de crisis que en otras actividades que se realizaban pues el tocar materiales diversos se le
notaba que le agradaba aunque no lo expresara, molestó menos a sus compañeros y logró
aprendizajes más significativos, esto confirma la idea de que el alumno que presenta
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problemas de conductas disruptivas necesita diversos estímulos que ayuden a mejorar tanto
su concentración como su conducta y la socialización, en éste último punto, no se avanzó
mucho, pero sí en la manifestación de sus conductas disruptivas.
Una tercera estrategia diversificada que se puso en práctica con AN y su grupo, es el
uso de las TIC´S de acuerdo a Pérez en Echevarría y Requesens (2011) mencionan que
“éstas son capaces de simplificar los quehaceres de la vida diaria, el modo habitual de trabajar
y la forma de relacionarnos…si las TICS tienen ese gran impacto en nuestra sociedad porque
no utilizarlas para beneficio de nuestros alumnos, para mejorar su relación interpersonal y su
conducta”. (p.109) Ciertamente, las Tecnologías para la información y la Comunicación
permiten cambiar las rutinas en las que se han ido convirtiendo las clases, acercan la
información a los alumnos.
En este sentido, decidimos introducir las TIC´S en el desarrollo de las clases, aunque
no podíamos llevarlas a cabo en el salón de clases, implementamos esta estrategia en el aula
de tecnología, con anticipación al traslado de los alumnos se elegían los videos, los
cortometrajes y los software con los que trabajamos, AN tuvo crecientemente mejor
comportamiento en el aula de cómputo, aunque se empecinaba en no dejar de trabajar en la
computadora, también se mostró más cooperador, sin embargo, era insistente en decidir el
juego y el tiempo de trabajo.
Fue difícil decidir el grado de avance en el manejo de las conductas disruptivas, porque
no respetaba reglas, quería tomar decisiones por sí mismo, también se mostraba berinchudo,
era evidente que a pesar de centrar su atención en el video no cooperaba suficientemente
con las reglas de uso y acuerdos del grupo, sin embargo, a medida que continuábamos y
celebrábamos logros que se veían en él, fue mejorando su actitud hacia las tareas escolares
con el uso de las TIC´S.
Categoría de análisis 3: Autorregulación de las conductas disruptivas.
En esta categoría destacamos la importancia de la autorregulación en la atención de
las conductas disruptivas, siendo una variable psicológica importante en el desarrollo
personal de todo individuo recobra gran relevancia en el caso de la atención de estos
alumnos. De la Fuente, Sánchez y Roda (2009) citando a Brown (1998) definen la
autorregulación como “la capacidad de la persona para planificar, supervisar y dirigir su
comportamiento en circunstancias cambiantes.” (p.62).
De acuerdo a este concepto, se puede entonces explicar el cómo entonces los alumnos
que presentan conductas disruptivas, necesariamente requieren una intervención en el
manejo de su autorregulación, en forma sistemática y bien organizada, informativa,
autorreflexiva, intencionada, planificada y sobre todo sistemática para alcanzar las metas
propuestas, es por ello, que formaron parte importante del trabajo docente con AN, se puede
mencionar que en las estrategias elegidas y aplicadas se tuvo la intencionalidad de mejorar
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su autorregulación, con la intención de disminuir y/o erradicar en frecuencia e intensidad las
manifestaciones de conductas disruptivas.
AN, tuvo avances significativos en el manejo de su autorregulación, ya que las
estrategias implementadas, le hicieron saber que tiene alta responsabilidad para reflexionar,
y mejorar su impulsividad y su comportamiento, ya que se le motivaba cuando no presentaba
incidencias y se le apreciaba que le agradaba ser motivado, además se hizo reflexión en las
consecuencias y sanciones que ameritaba cuando incurría en algunas conductas
inadecuadas, se hizo hincapié en su capacidad personal para decidir cómo comportarse, con
la participación de los compañeros, de los docentes y del propio alumno se reflexionó
constantemente en las consecuencias positivas y las consecuencias negativas de las
conductas adecuadas e inadecuadas. Se considera que AN tuvo buena evolución a lo largo
del ciclo escolar, que, de continuarse con estas actividades, se pude esperar que el alumno
mejore sustancialmente en el manejo de su autorregulación.
A modo de conclusión, se exponen los resultados de la aplicación del proyecto de
enseñanza, que sin duda fueron muy benéficos, arrojados por el trabajo colaborativo que
existió entre el maestro practicante y los docentes que se implicaron en las actividades
realizadas, teniendo gran relevancia la adecuada planeación didáctica que se realizó
haciendo uso adecuado de las estrategias diversificadas que se emplearon en todo momento
adecuándose a los temas a tratar. El alumno actualmente muestra un mayor autocontrol, ha
aumentado su capacidad para prestar atención y concentrarse lo que ayuda a que exista una
mejor comprensión de los contenidos que se proporcionan.
Como resultado significativo es necesario mencionar la disminución de eventos
disruptivos en el aula por parte del alumno ya que en un inicio el alumno tenía frecuentes
actos de conductas inadecuadas a lo largo de la jornada escolar los cuales fueron
disminuyendo en el transcurso del ciclo, se puede decir que el alumno al inicio de la
intervención era constante la manifestación de eventos con conductas disruptivas y al término
de la investigación era muy rara vez durante la jornada de clases, lo que es satisfactorio y
que da la pauta para seguir trabajando con las estrategias diversificadas en el aula de clases
y en la escuela en general.
Uno de los aspectos que se beneficiaron también fueron las relaciones interpersonales,
pues estas estrategias aplicadas con un enfoque pedagógico, sirvieron para ayudar a
desarrollar las habilidades sociales no solo en el alumno sujeto de estudio, sino en todos los
alumnos del grupo clase. Fue evidente el cambio que hubo en el desarrollo social del alumno
sujeto de estudio, pues este al principio tenía grandes problemas para socializar debido a las
conductas disruptivas que hacían que éste fuera rechazado y por ende obstaculizando la
inclusión social. Después de haber trabajado la autorregulación en el alumno, éste ahora es
capaz de controlar mejor las conductas inadecuadas lo que permite una mejor socialización
en el contexto escolar.
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