PREMIO PEDRO 'HENRIQUEZ UREÑA · El jugar deliberadamente sobre dicha contradicción,...

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Por Franr;:oise Perus P aradiso: rupturadelmodelohistórico, de Eliana Albalá es un libro insólito y en más de un sentido . Primero, por su brevedad: escasas cien cuartillas -60 páginas impresas- para dar cuenta de una novela. de más de 500 densas páginas, reputada hermética y culterana , y luego por su escritura , que va más allá de la libertad con la que la autora conjuga en la palabra escrita la forma de expresión oral -el comentario coloquial, la expresión meta- fórica o la pregunta directa al lector- con las exigencias de una severa exposición académica y conceptual. Estaversatilidad de estilo, que tiene la virtud de sacarnos de lo arduo y tedioso que resulta a menudo la lectura de trabajos acadé- micos, traduce de hecho el dominio y el desembarazo con que E. Albalá aborda su tema (no se dejó amedrentar por la compacta densidad de la obra de Lezama), y con que moviliza un instru- mental crítico adecuado y preciso, sin dar jamás a su lector la sensación de estar movilizando una pesada artillería en cuyo manejo tuviéramos que adiestrarnos .primero antes de lograr entender a dónde se nos quiere llevar. Ciertamente, el lenguaje crítico al que se refiere la autora para desecharlo, no es aquel que se afana por abri r nuevas brechas en la actual jungla de la teoría y la crítica literarias, sino el que forma parte de los usos y costum- bres de la tradicional crítica estilística. ' Puede, por tanto, ser más alusivo que explícito . Sin embargo , ello no le quita a la autora ni el mérito de soltura, ni el de la innovación creadora. Hasta cierto punto formales, estos méritos del trabajo no deben sin embargo opacar otros que son más de fondo. El' principal radica, a nuestro modo de ver, en una justa concepción de la función crítica. Esta, en efecto, no puede consistir en el afán del crítico por sustituirse al lector (y de paso también al autor) propor- PREMIO PEDRO 'HENRIQUEZ UREÑA s en los casos del ex nazi Karl Winnacker en la República Federal Alemana, y del criminal de guerra japonés Shoriki Matsu- taro, lo cual cuadra perfectamente con la política de estos países en cuanto a su resistencia a firmar el Tratado de No Proli- feración Nuclear y a aceptar, en el caso de la República Federal, controles sobre la exportación de tecnología nuclear a los países que no tienen armas nucleares, como lo son, por ahora, Argentina y Brasil, ya que la aceptación del Tratado y de las salvaguardias efectivamente implican la permanencia en un rango de potencia de segunda clase. Ellibro registra una larga lista de predic- ciones y previsiones fallidas en materia de capacidad nuclear instalada para la producción de energía. Por ejemplo, los planes británicos de 1957 triplicaron las proyecciones previas de 1955, sólo para ser abandonados tres años más tarde. Las grandiosas proyecciones del plan quinquenal soviético de 1956 simple- mente desaparecieron sin dejar huella. El plan germano-occidental de 1957 preveía cinco reactores, de los que solamente se llegó a construir uno. El plan japonés de 1957 no tuvo efectos prácticos. Pero nada aprendieron los burócratas entre mediados de los cincuenta y mediados de los setenta. Así, un informe del Orga- nismo Internacional de la Energía Atómica de 1974 sostenía que en Bangladesh habría un mercado para más de dos mil MW, en circunstancias en que la potencia eléctrica total instalada en ese país no llegaba a la décima parte de esa cifra. ¿Alguien recuerda el plan mexicano de veinte centrales nucleares? Mientras los burócratas construían esos castillos en el aire, o parloteaban acerca del brillante futuro del transporte marítimo de propulsión nuclear, la Comi- sión de EnergíaAt6mica de los E.U. dedi- caba sólo una fracción del orden de la milésima parte de su presupuesto a un problema como el de losdesechosnuclea- res, que: habrá que solucionar, por más que se le postergue, a un precio muy alto . A partir de Hiroshima el mundo vive bajo la sombra del holocausto nuclear. Después de Chernobyl , resulta inocul- table la potencialidad destructiva de las aplicaciones pacificas de la tecnología nuclear. Para los que realmente se preocupan por la supervivencia, resulta indispensable iluminar la maraña de confusiones que han conducido a la situa- ción actual. Estos libros constituyen una herramienta imprescindible para esta tarea. O tanteoEn otras palabras, narra el ascenso de la tecnología nuclear militar, y el correspondiente ascenso y caída de la civil. Los personajes positivos de esta historia son los científicos que resistieron en alguna medida este curso de los acon- tecimientos, por ejemplo los que aler- taron sobre los peligros del armamen- tismo y los ensayos nucleares, como LinusPauling y Herman Müller, aunque no todos ellos fueron consistentes , siendo Andrei Sakharov el más egregio ejemplo de que la resistencia al armamentismo no está siempre ligada a la sabiduría sobre energía nuclear. Los científicos al servicio de las burocracias civiles y militares, aliados a tecnócratas, políticos y repre- sentantes del gran capital, dominaron la escena durante décadas, impulsados y unificados por una ideología del "pro- greso", y por el delirio ideológico de diri- gentes políticos y militares, a través de procedimientos marcados por el autorita- rismo, protegidos de cualquier control democrático por el secreto de Estado, y apoyándose en la deshonestidad intelec- tual de algunos científicos tornados m iembros de los aparatos, como el 'famoso belicista Edward Teller y el: germano-occidental Wolf Háfele. Regis- tran una suma de fracasos y derroche de recursos motivada por predicciones erró- neas que en algunos casos bordeaban lo delirante. Dan cuenta asimismo de los 'antecedentes fascistas o extremada- mente conservadores de algunos de los lideres de los programas nucleares, como -------------- 54

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Por Franr;:oise Perus

Paradiso: rupturadelmodelohistórico, deEliana Albalá es un libro insólito y en másde un sentido . Primero, por su brevedad:escasas cien cuartillas -60 páginasimpresas- para dar cuenta de una novela.de más de 500 densas páginas, reputadahermética y culterana , y luego por suescritura , que va más allá de la libertadcon la que la autora conjuga en la palabraescrita la forma de expresión oral -elcomentario coloquial, la expresión meta­fórica o la pregunta directa al lector- conlas exigencias de una severa exposiciónacadémica y conceptual. Estaversatilidadde estilo, que tiene la virtud de sacarnosde lo arduo y tedioso que resulta amenudo la lectura de trabajos acadé­micos, traduce de hecho el dominio y eldesembarazo con que E. Albalá aborda sutema (no se dejó amedrentar por lacompacta densidad de la obra deLezama), y con que moviliza un instru­mental crítico adecuado y preciso, sin darjamás a su lector la sensación de estarmovilizando una pesada artillería en cuyomanejo tuviéramos que adiestrarnos.primero antes de lograr entender a dóndese nos quiere llevar. Ciertamente , ellenguaje crítico al que se refiere la autoraparadesecharlo, no es aquelque se afanapor abri r nuevas brechas en la actualjungla de lateoría y lacrítica literarias, sinoel que forma parte de los usos y costum­bres de la tradicional crítica estilística. 'Puede, por tanto, ser más alusivo queexplícito . Sin embargo, ello no le quita a laautora ni el mérito de soltura, ni el de lainnovación creadora.

Hasta cierto punto formales, estosméritos del trabajo no deben sin embargoopacar otros que son más de fondo. El'principal radica, a nuestro modo de ver,en una justa concepción de la funcióncrítica. Esta, en efecto, no puede consistiren el afán del crítico por sustituirse allector (y de paso también al autor) propor-

PREMIO PEDRO'HENRIQ UEZUREÑA

sen los casos del ex naziKarlWinnacker enla República Federal Alemana, y delcriminal de guerra japonés Shoriki Matsu­taro, lo cual cuadra perfectamente con lapolítica de estos países en cuanto a suresistencia a firmar el Tratado de No Proli­feración Nuclear y a aceptar, en el caso dela República Federal, controles sobre laexportación de tecnología nuclear a lospaíses que no tienen armas nucleares,como lo son, por ahora, Argentina y Brasil,ya que la aceptación del Tratado y de lassalvaguardias efectivamente implican lapermanencia en un rango de potencia desegunda clase.

Ellibro registra una larga lista de predic­ciones y previsiones fallidas enmateria decapacidad nuclear instalada para la

producción de energía. Por ejemplo, losplanes británicos de 1957 triplicaron lasproyecciones previas de 1955, sólo paraser abandonados tres años más tarde.Las grandiosas proyecciones del planquinquenal soviético de 1956 simple­mente desaparecieron sin dejar huella. Elplangermano-occidental de 1957 preveíacinco reactores, de los que solamente sellegó a construir uno. El plan japonés de1957 no tuvo efectos prácticos. Peronada aprendieron los burócratas entremediados de los cincuenta y mediados delos setenta. Así, un informe del Orga­nismo Internacional de la Energía Atómicade 1974 sostenía que en Bangladeshhabría un mercado para más de dos milMW, en circunstancias en que la potenciaeléctrica total instalada en ese país nollegaba a la décima parte de esa cifra.¿A lguien recuerda el plan mexicano deveinte centrales nucleares?

Mientras los burócratas construíanesos castillos en el aire, o parloteabanacerca del brillante futuro del transportemarítimo de propulsión nuclear, la Comi­sión de EnergíaAt6mica de los E.U. dedi­caba sólo una fracción del orden de lamilésima parte de su presupuesto a unproblema como el de losdesechosnuclea­res, que: habrá que solucionar, por másque se le postergue, a un precio muy alto .

A partir de Hiroshima el mundo vivebajo la sombra del holocausto nuclear.Después de Chernobyl , resulta inocul­table la potencialidad destructiva de lasaplicaciones pacificas de la tecnologíanuclear. Para los que realmente sepreocupan por la supervivencia, resultaindispensable iluminar la maraña deconfusiones que han conducido a la situa­ción actual. Estos libros constituyen unaherramienta imprescindible para estatarea.O

tanteoEnotras palabras, narra el ascenso

de la tecnología nuclear militar, y elcorrespondiente ascenso y caída de lacivil.

Los personajes positivos de estahistoria son los científicos que resistieronen alguna medida este curso de los acon­tecimientos, por ejemplo los que aler­taron sobre los peligros del armamen­tismo y los ensayos nucleares , comoLinusPaulingy Herman Müller, aunquenotodos ellos fueron consistentes , siendoAndrei Sakharov el más egregio ejemplode que la resistencia al armamentismo no

está siempre ligada a la sabiduría sobreenergíanuclear. Los científicos al serviciode las burocracias civiles y militares,aliados a tecnócratas, políticos y repre­sentantes del gran capital, dominaron laescena durante décadas, impulsados yunificados por una ideología del "pro­greso" , y por el delirio ideológico de diri­gentes políticos y militares, a través deprocedimientos marcados por el autorita­rismo, protegidos de cualquier controldemocrático por el secreto de Estado, yapoyándose en la deshonestidad intelec­tual de algunos científicos tornadosm iembros de los aparatos, como el'famoso belicista Edward Teller y el:germano-occidental Wolf Háfele. Regis­tran una suma de fracasos y derroche derecursos motivada por predicciones erró­neas que en algunos casos bordeaban lodelirante. Dan cuenta asimismo de los'antecedentes fascistas o extremada­mente conservadores de algunos de loslideres de los programas nucleares,como

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r í t .I e o

cionándole - ¿o imponiéndole?- el sentidoo la significación de la obra mediante unaardua manipulación de los elementos quela componen . Manipulación que, porcierto, tiene por única virtud la de anularen el lector todo deseo de acercarse a laobra. ¿Para qué, si ya le señalaron adóndetenIa que llegar, y ya no tiene nada quedescubrir? La démarche de E. Albalá esmuy distinta, y por eso su texto -mas nola reflexión que le subyace- pudo ser tanbreve : consiste en proporcionarle allector las llaves necesarias para aden­trarse en la ficción, moverse en ella a susanchas, y disfrutarla . Esinvitación e incita­ción a leer, y restitución de la crítica ­deformada por afanes pedagógicos queapuntan a la producción de tesis que nadieleerá, más que los jurados (et encore) a sufunción primordial y necesaria.

Ahora bien, ¿qué supone el descubri­miento de estas llaves? Antes que nada,unacrítica homogénea con respecto a suobjeto, esto es, el reconocimiento de queel texto es ante todo escritura, procesovivo; que como tal obedece primordialmas no exclusivamente, a sus propiasleyesde organización interna; y que lo quesenos ofrece y aparece en primera instan­cia como forma homogénea y compacta-desconcertante o no- en el plano dellenguaje y de la organización de loselementos de la narración, tiene en algúnlugarsu "centro", su ámbito privilegiado,en donde se anuda esta paradoja que es

. toda obra literaria: forma acabada ycerradasobre símisma que, sin embargo,nosabre puertas sobre un mundo insólito,hetereogéneo y contradictorio que tienesu origen en una experiencia vital a la vezinsustituible y concreta.--EITana Albáláparte del reconocimientodel hecho de que los personajes de Para­diso no se distinguen entre sí por sulenguaje (como en la mímesis aristoté­lica), sino por los modos de su oralidad(gesto, entonación, etc.) . Esta oralidad,sin embargo, se encuentra reelaborada yprofundizada por una escritura única , quela autora denomina homolenguaje. Demodo que el ámbito privilegiado por laescritura de Lezamaradicaría en la consti­tución del lenguaje, o más exactamentedel significante, en objeto de la represen­tación artística. En este primer plano,Paradiso puede entonces ser consideradacomo "la primera novela hispanoameri­cana del significante" . Para el narradorcubano se trataría concretamente derestituir al lenguaje las funciones primor­diales que tiene para el niño , quienencuentra en la sonoridad de las palabras. .

el ritmo o la entonación de unafrase, aper­turas mágicas hacia laprofusión de signifi­cados posibles. En otros térm inos, elmecanismo esencial de la escritura deLezama descansaría en la contradicciónfundamental que existe entre la "arbitra­riedad" el signo lingüístico y la rela­ción socialmente convencional y relativa­

mente estable entre significante y signifi­cado . El jugar deliberadamente sobredicha contradicción, desconstruyendosistemáticamente las asociaciones prag­mática y culturalmente aceptadasmediante el restablecimiento de ciertas"arbitrariedades" permitiría así liberar elmundo profuso e inagotable de lafantasía. Fantasía que, por otra parte,tuviera por fuentes no sólo una vastaherencia libresca, sino también los giros,refranes y acertijos del humor y la sabi­duría popular. Lo que en el plano de laescritura se traduciría por una originalconjunción de la imagen y la fórmulaconceptual, y desembocaría en la evoca­ción sensual y emotiva, libérrima en todocaso, de un paraíso ("paradiso") parasiempre perdido: el de la aristocraciahabanera de principios de siglo.

Profundamente vital, llena de fantasía, .humor y ternura mezclados, esta evoca­ción y recreación del universo perdido,calificada de "realismo total" tendría,según E. Albalá, su origen en unacompensación, por la vía de la escritura,de la frustración física que, desde niño,padeció el autor de Paradiso . Sea éste ono el mecanismo sicológico desencade­nador de la actividad creadora, importa

sin duda más la especificidad de la escri­tura y sus resultados : el "paradigmatotal", a la vez universal y concreto, ofre­cido a la imaginación del lector.

Con cierta razón señala la critica chilenaque la escritura de Lezama descansa enuna concepción implícitamente materia­lista del lenguaje (pero ¿todaescritura noseríaen fin de cuentas unapráctica mate­rialista, como lo sostiene el crítico francésHenri Meschonnic?l, que desemboca enuna visión esencialmente contradictoria,si no del mundo al menos de las represen­taciones que acerca de él tenemos. Aesta concepción del lenguaje ElianaAlbalá le atribuye un carácter "dialéctico"que opone al idealismo del realismo tradi­cional, fundado en la ilusión de la transpa­rencia del lenguaje. Que la escritura deLezama Lima rompa con ciertas concep­ciones realistas basadasendeterminadasconcepciones de lahistoria, o almenos delas posibilidades de su representaciónliteraria , no cabe duda. Sin embargo,resulta difícil entender cómo se puedeser"materialista" y "dialéctico", sin ser almismo tiempo "histórico". De ahí queresulte ambiguo el "realismo total" deParadiso. Tal vez sea así, pero el trabajono lo sustenta debidamente, o en todocaso deja al lector la exploración de estadimensión de la novela del cubano, sinproporcionarle las claves suficientes.Para ello, y para fundamentar la rupturacon el modelo histórico vigente en la narra­tiva latinoamericana anterior, haría faltaponer de manifiesto los mecanismosespecificas mediante los cuales el textode Lezama se vincula con su contextosocio-cultural concreto. Sólo así podríacorroborarse el "material ismo" y la"dialéctica" de la escritura de Lezama.

Por otra parte, y si de historia se trata,nos parece que las conclusiones deltrabajo hubieran ganado en fuerza aldestacar con nitidez el aporte especificode Lezama al desarrollo de la literaturalatinoamericana, ubicándolo no sólo con'respecto a formas pasadas, sino tambiénen elconcierto de lasmúltiples búsquedasactuales de nuestra narrativa, por cuantoésta comparte con Paradiso la ruptura conel realismo tradicional.

Desde luego, estas observacionesnuestras no son sino interrogantes, o másbien maneras de prolongar la valiosa ysaludable invitación a leer que acaba deofrecernos Eliana Albalá.O

Eliana Albalá . Paradiso: ruptum del modelo hist6·rico. Textos de Humanidades. Direcci6n General deDifusi6n Cultural, UNAM. México. 1985. 64 pp,

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