PREMISAS A UNA SEMIOLOGÍA DEL TEXTO LITERARIO

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PREMISAS A UNA SEMIOLOGÍA DEL TEXTO LITERARIO 1. En las páginas iniciales de sus Prolegómenos a una teoría del lenguaje^ Louis Hjelmslev afirmaba que, aun cuando desde un punto de vista científico el lenguaje puede ser considerado como "sistema de signos y como entidad esta- ble", desde el punto de vista de su uso social el habla hu- mana no tiene un fin en sí misma' sino que es un "medio de conocimiento cuyo objeto principal se halla fuera del lenguaje". Con todo, cuando recurrimos a la lengua como a una clave para comprender las situaciones sociales, es fre- cuente que pasemos por alto "el medio que a ese conoci- miento conduce: el lenguaje mismo"; de ahí que para Hjel- mslev la lingüística haya de ! esforzarse por comprender el lenguaje, no como un con- glomerado de fenómenos no lingüísticos (físicos, fisiológi- cos, psicológicos, lógicos, sociológicos), sino como una tota- lidad autosuficiente, como una estructura sui generis?- Y ello no únicamente para poder dar al lenguaje un trata- miento científico, sino porque soló a partir de una teoría lingüística que "descubra y enuncie las premisas de tal lin- güística" podremos establecer los j métodos más adecuados al estudio de los textos concretos j de una lengua o, dicho de otra manera, porque la teoría del sistema que subyace en cada proceso es indispensable para poder definir la inclu- sión de valores lingüísticos y extralingüísticos en el proceso mismo. í i Para los fines del análisis textual que proponemos es, pues, necesario aceptar la tesis qu|e afirma que "todo pro- ceso tiene un sistema subyacente Uy toda fluctuación una 1 Lotus HJELMSLEV, Prolegómenos a una teoría del lenguaje, Ma-, drid, 1971, p. 14. ^ \

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PREMISAS A UNA SEMIOLOGÍA DEL TEXTOLITERARIO

1. En las páginas iniciales de sus Prolegómenos a una teoríadel lenguaje^ Louis Hjelmslev afirmaba que, aun cuandodesde un punto de vista científico el lenguaje puede serconsiderado como "sistema de signos y como entidad esta-ble", desde el punto de vista de su uso social el habla hu-mana no tiene un fin en sí misma' sino que es un "mediode conocimiento cuyo objeto principal se halla fuera dellenguaje". Con todo, cuando recurrimos a la lengua como auna clave para comprender las situaciones sociales, es fre-cuente que pasemos por alto "el medio que a ese conoci-miento conduce: el lenguaje mismo"; de ahí que para Hjel-mslev la lingüística haya de !

esforzarse por comprender el lenguaje, no como un con-glomerado de fenómenos no lingüísticos (físicos, fisiológi-cos, psicológicos, lógicos, sociológicos), sino como una tota-lidad autosuficiente, como una estructura sui generis?-

Y ello no únicamente para poder dar al lenguaje un trata-miento científico, sino porque soló a partir de una teoríalingüística que "descubra y enuncie las premisas de tal lin-güística" podremos establecer los j métodos más adecuadosal estudio de los textos concretos j de una lengua o, dichode otra manera, porque la teoría del sistema que subyace encada proceso es indispensable para poder definir la inclu-sión de valores lingüísticos y extralingüísticos en el procesomismo. í i

Para los fines del análisis textual que proponemos es,pues, necesario aceptar la tesis qu|e afirma que "todo pro-ceso tiene un sistema subyacente Uy toda fluctuación una

1 Lotus HJELMSLEV, Prolegómenos a una teoría del lenguaje, Ma-,drid, 1971, p. 14. ^ \

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constante subyacente". Esta premisa habrá de ser válida tantopara el primer nivel del análisis textual (el lingüístico osemiótico) como para los niveles subsiguientes (ideológicoso semiológicos).

2. Conviene aclarar, de manera stimaria, el valor de losconceptos operativos que manejaremos en adelante. Dire-mos, con Hjelmslev, que toda semiótica se define como ladependencia recíproca de una sintagmática y de una para-digmática; que la paradigmática es un sistema jerárquicode correlatos y la sintagmática un proceso de relaciones:

el factor decisivo es que la existencia de un sistema es pre-misa necesaria para que exista el proceso: el proceso adquiereexistencia en virtud de un "estar presente" de un sistema trasel mismo, en virtud de un sistema que lo rija y determine ensu posible desarrollo (Hjelmslev, Prolegómenos^ p. 62.)

Entenderemos por código el conjunto de invariantes de unsistema analizables en el proceso o, más concretamente, en losdistintos planos de descripción que resulten postulables den-tro de éste; en consecuencia, asumiremos que un texto esun proceso sintagmático en el cual se actualizan determina-das invariantes paradigmáticas en un número determinadode variantes.

Señalaba Hjelmslev (Prolegómenos, pp. 91-92) que paradar satisfacción plena a las exigencias del análisis (los prin-cipios de economía y reducción),

liemos de tener a nuestra disposición un método que nos per-mita, en condiciones fijadas con precisión, reducir dos enti-dades a una sola o, como con frecuencia se dice, identificardos entidades. Si imaginamos un texto dividido en períodos,éstos en frases, éstas en palabras, etc., y un inventario por cadaanálisis, podremos observar que en muchos lugares del textotenemos "un mismo" periodo, "una misma" frase, "una mis-ma" palabra, etc.: puede decirse que hay muchos ejemplosde cada periodo, de cada frase, de cada palabra, etc. A estosejemplos los llamaremos variantes, y a las entidades de lasque son ejemplo, invariantes. Más aún, se observa inmediata-

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mente que no sólo las entidades, sino también las funcio-nes tienen variantes, de modo que la distinción entre va-riantes e invariantes se aplica a los JEuntivos en general.

En los signos verbales, en los procesos en que éstos se articu-lan, hemos de distinguir dos planos semióticos interdepen-dientes: el de la expresión y el del contenido; en principio,ambos

puden describirse exhaustiva y consecuentemente como siestuvieran estructurados de modo análogo, de tal manera queen ambos planos se prevén categorías que se definen demodo totalmente idéntico (Hjelmslev, Prolegómenos, p. 89).

aunque conforme avance el análisis de ciertas semióticas des-cubriremos que en el plano del contenido se actualizan sis-temas jerárquicos divergentes.2

Ahora bien, considerando que los sistemas semióticos (ver-bales y no verbales) no sólo utilizan diversos soportes ma-teriales en el plano de la expresión, sino que analizandiversamente las entidades extrasemióticas (los "denotata" o"referentes") en el plano del contenido, tendremos que re-conocer que cada sistema semiótico conforma de modo pecu-liar tanto la sustancia de la expresión como la del contenido.Diremos entonces que expresión y contenido son analizablesen forma y en sustancia y que

en virtud de la forma del contenido y de la forma de laexpresión, y sólo en virtud de ellas, existen respectivamentela sustancia del contenido y la sustancia de la expresión,que se manifiestan por la proyección de la forma sobre elsentido [o continuuin amorfo no analizado], de igual modo

3 Precisa Hjelmslev, en op. cit., p. 161, que "al preparar el aná-lisis lo hemos hecho suponiendo tácitamente que el dato es untexto compuesto en una semiótica definida, no en una mezcla dedos o más semióticas... Esta premisa, sin embargo, no es válidaen la práctica. Por el contrario, cualquier texto que no sea deextensión tan pequeña que no dé base suficiente para deducir unsistema generalizable a otros textos, suele contener derivados quese basan en sistemas diferentes".

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que una red abierta proyecta su sombra sobre una superficiesin dividir (Hjelmslev, Prolegómenos, p. 85).

Hemos de aceptar, con Hjelmslev, que de todas las cade-nas lingüísticas puede extraerse un "sentido informe" y,consecuentemente, asumiremos que la forma del contenidomantiene una relación arbitraria —pero codificada— conrespecto de la sustancia del contenido. Emilio Alarcos Llorachsintetizó de la siguiente manera estos conceptos de la glo-semática danesa:

el sentido amorfo [.. .] se conforma en cada lengua diversa-mente. Cada lengua hunde las fronteras de sus formas en laamorfa masa del pensamiento y realiza diferentes momentosde ella en orden distinto: un mismo sentido se conforma yestructura diferentemente en diferentes lenguas, y esta estruc-turación diferente constituye la forma, en este caso del con-tenido, de cada lengua.3

Al cotejar cómo aparece conformado un "sentido" cualquie-ra en tres lenguas distintas

leña

madera

bosque

.selva

bois

forét

Holz

Wald

comprobaremos que "en español hay cuatro formas distin-tas para designar la zona del sentido designada en francésy en alemán con dos formas (aunque con distinto valor)".

Pero no sólo en lenguas diferentes,, diferentes formas delcontenido conforman una misma zona del "sentido"; den-tro de un mismo sistema semiótico (una lengua natural,digamos) una misma sustancia del contenido, esto es, unamisma zona del sentido, es susceptible de ser manifestada

3 EMILIO ALARCOS LLORACH} Gramática estructural, Madrid, 1951,p. 20.

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por más de una forma del contenido y, a su vez, una formadel contenido es manifestable por más de una forma de laexpresión. De igual modo, una misma forma de la expresiónpodrá ser manifestada por diversas sustancias de la expre-sión. (Véase infra3 p. 193) .

3. Aunque habremos de volver sobre estas consideraciones,es posible ejemplificar ahora, de manera provisional, la ma-nifestación de diferentes formas del contenido por medio deuna misma forma de la expresión señalando los diferentesvalores paradigmáticos de una misma "palabra"; sea ésta lapalabra rosa y sean las distintas formas del contenido lasprimeras acepciones que, para ella, registra el Diccionariode Autoridades:

Expresión Contenido Paradigma

rosa

"flor"

"mancha"

"rostro"

"lazo"

"diamante"

A

B

G

D

E

De hecho, pues,

la función de signo instituye una forma, la forma del con-tenido que es arbitraria desde el punto de vista del sentidoy que sólo puede explicarse por la función de signo y esevidentemente solidaria con ella. (Hjelmslev, Prolegómenos^p. 82).

Para los efectos del análisis que proponemos, importa re-tener que las relaciones entre la forma y la sustancia sebasan en la dependencia de dos funtivos —o términos de unafunción de signo—, y que en virtud de esta dependencialos signos manifiestan "algo que en cierta forma reside fueradel signo mismo".

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Siguiendo a Hjelmslev, asumiremos que las dependenciasrecíprocas entre funtivos pueden ser de tres clases: interde-pendencias (A implica B y B implica A), determinaciones(A implica B, pero B no implica A) y constelaciones (A noimplica B ni B implica A). Ahora bien, cuando queramosregistrar las funciones de los signos en cuanto miembros deun sistema o paradigmática o en cuanto partes de un procesoo sintagmática, estableceremos los siguientes juegos de rela-ciones: a la interdepedencia entre miembros de un sistemala llamaremos complementaridad y a la interdependenciade las partes de un proceso, solidaridad; a la determinaciónentre los miembros de un sistema la llamaremos especifica-ción y a la de las partes de un proceso, selección; a las cons-telaciones entre miembros de dos o más paradigmáticas lasdesignaremos autonomías y a la constelación entre partes delproceso, combinación (Cf. Hjelmslev, Prolegómenos, pp.42 ss.)

En cuanto atendamos a las relaciones entre sistemas y pro-cesos, entederemos por interdependencia la complementari-dad entre la expresión y el contenido; por determinaciónentenderemos la especificación de una expresión por mediode la selección de un contenido que no constituya una va-riante del paradigma o paradigmas con los cuales la expre-sión contrae relaciones de complementaridad; por constela-ción entenderemos la conexión de una expresión con un con-tenido en el cual se hallen combinadas diferentes variantesde invariantes distintas o, dicho de otro modo, la clase desemióticas en las cuales una sintagmática manifiesta simultá-neamente miembros paradigmáticos pertenecientes a más deun sistema.

Simplificando estas relaciones, designaremos como semió-ticas denotativas aquellos procesos en los cuales el plano dela expresión y el plano del contenido sean interdependienteso, dicho diversamente, los procesos ninguno de cuyos planos(expresión y contenido) sea una semiótica; llamaremos semió-ticas connotativas a los procesos en los cuales la expresióny el contenido contraigan una relación de determinación, esdecir, aquellos en los cuales el plano de la expresión vengadado por una semiótica denotativa, y llamaremos semiolo-

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gías a las semióticas connotativas en cuyo contenido se com-binen miembros de paradigmáticas diversas relacionadoscomo nna constelación. Los siguientes diagramas pueden ha-cer más claras las relaciones que hemos intentado describir:

Semiótica denotativa

E c

Semiótica connotativa

E C

l) r

• T ~\1 11 « 1

¡ - ll , '

i Ir. I

1 ¡

Semiología

ri! E C 'I !i i

r_1 1| C' | C'

L L

n1l1i

Atendiendo a lo anterior, diremos que la expresión y elcontenido de una semiótica denotativa son isomórficoSj estoes, que contraen relaciones de solidaridad y complementari-dad o, de otra manera, que son interdependientes: a unaforma de la expresión (E) corresponde una forma del con-tenido (G) y sólo una, y —por ende— la forma del contenidoes también complementaria de una misma sustancia o zonade sentido.

En las semióticas connotativas, en cambio, la forma delcontenido de la semiótica denotativa base de la expresión,resulta seleccionada por la variante del contenido de la se-miótica connotativa o, en otras palabras, la forma del con-tenido manifestada por la semiótica denotativa base no escomplementaria (en el sistema) de la forma del contenido.En las semióticas connotativas, pues, a la forma de la expre-sión E [E:C] le corresponde una forma del contenido espe-cificada para ella; es decir, E [E:C]<-CJ. Consecuentemente,diremos que la expresión y el contenido de las semióticasconnotativas son anisomórficos y que esta relación de determi-

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nación entre sus planos es responsable d.e la ambigüedad(o "irrealidad" referencial) que les resulta característica.

Por su parte, las semiologías —a las que identificaremosprovisionalmente con los procesos literarios— tienen la par-ticularidad de manifestarse sobre la base de las semióticasconnotatívas, de las que se diferencian, sin embargo, porcuanto en la forma del contenido (G) aparecen combinadosvalores paradigmáticos que no pertenecen —por sí mismos—al sistema semiótico actualizado en el proceso, pero que sonprecisamente manifestados por las funciones de signo de dichosistema. Adelantando algunas de las conclusiones a las quepretenderemos llegar, diremos que la forma del contenidode las semiologías (CJ — C1) manifiesta valores pertene-cientes a sistemas divergentes, esto es, actualiza valores que,no presuponiéndose dentro del sistema semiótico que rige elproceso, resultan compatibles con él y expresables a tra-vés de él.

4. Recapitulando, observaremos que los planos de las se-mióticas denotativas son solidarios (en cuanto al proceso) ycomplementarios (en cuanto al sistema) ; en ellas se mani-fiesta el mismo tipo de dependencias recíprocas que, al decirde Ferdinand de Saussure, contraen el significante (Se) y elsignificado (So) del signo lingüístico, cuyas "fases" o ele-mentos

están íntimamente unidos y se reclaman recíprocamente. Yasea que busquemos el sentido de la palabra latina arbor ola palabra con que el latín designa el concepto de "árbol",es evidente que las vinculaciones consagradas por la lenguason las únicas que nos parecen conformes con la realidad

Por su parte, las semióticas connotativas suspenden la com-plementaridad de la expresión y el contenido, es decir que,en cuanto al sistema, expresión y contenido contraen rela-ciones de especificación (A implica B, pero B no implica A) ,

* FERDINAND DE SAUSSURZ, Curso de lingüística general, Buenos Aires,1971 (9? ed.) , p. 128.

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y, en cuanto al proceso, de selección. A reserva de analizareste problema con mayor detalle, diremos por ahora que lasemiótica connotativa cabellos de oro} frente a la semióticadenotativa cabellos rubios¿ suspende la complementaridadoro^'metal" a fin de introducir la determinación oro<-"ru-bio". De ello resulta que la forma del contenido de una se-,miótica connotativa se halla en conmutación suspendidarespecto de su forma de la expresión, dada por la semióticadenotativa base cabellos de oro, a la que, como tal, correspon-dería la forma del contenido "cabellos de oro", en cuantooro y "metal" fueran solidarios en el proceso y complemen-rios en el sistema.

De acuerdo con Hjelmslev, entenderemos por conmuta-ción un cambio —o mutación— entre las invariantes para-digmáticas, esto es, el cambio de un miembro de un paradig-ma por otro perteneciente a un paradigma diverso; dichocambio afecta tanto a la complementaridad de los fruitivosdel signo (oro^V'oro") como a la complementaridad de laexpresión y el contenido de la semiótica connotativa: cabe-llos de o?*o<H»"cabellos de oro'3. Con sustitución aludiremosa la falta de mutación entre las invariantes paradigmáticaso, dicho diversamente, al cambio de una variante por otravariante del mismo paradigma. Así, una mutación de in-variantes dará lugar a una conmutación y una mutación devariantes a una sustitución.

Ahora bien, la mutación de invariantes entre la expre-sión y el contenido de las semióticas connotativas es elresultado de xma relación de especificación entre uno y otroplanos, esto es, del hecho de que la variante "rubio" de unparadigma A seleccione la variante "oro" de un paradigmaB. Por lo tanto, si "rubio" selecciona oro como su formade expresión, estaremos ante una conmutación suspendidaque resulta de la determinación de una forma de la expre-sión —variante de un paradigma A— por una forma delcontenido —variante de un paradigma B. En este sentido,diremos que las semióticas connotativas efectúan operacionesde conmutación (mutación de una invariante por otra in-variante) entre los planos de la expresión y del contenido,conmutaciones que resultan suspendidas en cuanto la forma

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de la expresión seleccionada por la del contenido quedeespecificada en el sistema que subyace a ese proceso. De allíque las semióticas connotativas puedan ser des codificadaspor los destinatarios como si se tratara de un proceso en elcual la expresión y el contenido fueran sustituciones entrevariantes de un mismo paradigma, esto es, como formascomplementarias de un mismo contenido.

Podremos decir, entonces, que el enunciado /cabellos ru-bios/ se define como una semiótica denotativa por cuantose trata de un proceso isomórfico en el cual la expresión y elcontenido actualizan miembros paradigmáticos complemen-tarios; en cambio, el enunciado /cabellos de oro/ se definecomo una semiótica connotativa por cuanto se trata de unproceso anisomórfico en cuyo plano de la expresión (la se-miótica denotativa base) se actualizan miembros paradigmá-ticos que no son complementarios respecto de los miembrosactualizados en el contenido, sino que resultan especificadospor éstos.

Vistos esquemáticamente, los procesos anisomórficos o se-mióticas connotativas afectan la siguiente figura:

E C

Se

Se So

So'

donde el significado (So) de la semiótica denotativa de laexpresión (E) no es complementario del significado (So1)del contenido (C). La conmutación entre So y So' se re-suelve como una sustitución cíe So' por So en cuanto ambossignificados se incluyan en un mismo paradigma, es decir,en cuanto "rubios" sea especificado como "de oro".

La traducción de la semiótica connotativa /cabellos deoro /por la semiótica denotativa/cfl£>e//o.j rubios (o dorados) /es una operación por medio de la cual se repone el isomor-fismo entre la expresión y el contenido de los procesos ani-

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somórficos; a las operaciones que permiten rescribir una se-miótica connotativa en los términos de una semiótica denota-tiva las llamaremos metasemióticas. Por tales entenderemosuna clase de semióticas cuyo contenido es una semiótica con-notativa resuelta conforme a las reglas del isomorfismo ycuyo esquema es como sigue:

Si analizamos ahora el proceso metasemiótico, obtendre-mos la siguiente figura:

E G

Se So

Se So'

donde en el plano del contenido aparece resuelta la conmu-tación suspendida entre So y So1 de la semiótica connotativa.Afirmaremos, por lo tanto, que las metasemióticas son losaparatos técnicos del análisis, tal como lo practica la semán-tica retórica, por cuyo medio cada "expresión figurada" (osemiótica connotativa) es resoluble en una "expresión rec-ta" (o semiótica denotativa).

5. Si bien en los párrafos precedentes hemos aceptado quelas operaciones metasemióticas permiten reponer el isomor-fismo entre los dos planos de las semióticas connotativas,no es posible deducir que éstas se identifiquen — in toto—con las semiologías y los procesos literarios. Es evidente queun lector avezado advertirá de inmediato la insuficienciade tales operaciones cuando se intente rescribir textos como—pongamos por caso— el soneto de Góngora que comienza

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Mientras por competir con tu cabello,oro bruñido, el sol relumbra en vano...

La determinación cabello<-oro bruñido no agota su signi-ficado en el metatexto /cabellos rubios/ ni siquiera en suce-sivas rescríturaciones por medio de las cuales se intentarapormenorizar los procedimientos que han permitido, en esetexto gongorino, redistribuir los componentes sémicos de"oro", es decir, en metatextos del tipo /cabellos rubios comoes rubio el oro¡} /cabellos femeninos que son del color y labrillantez del oro bruñido¡} etc. Para los lectores, la ambigüe-dad o, si se prefiere, la riqueza informativa del texto, re-sultan patentes por cuanto se advierte que sobre esa relaciónde determinación se asienta una constelación. Pero lo quela competencia de los destinatarios alcanza con relativafacilidad, en el análisis retórico suele verse reducido a ope-raciones metalingüísticas del tipo que hemos señalado arriba.

Deberemos reconocer, pues, que por medio de los análi-sis metasemióticos no es posible acceder al significado glo-bal de las semiologías , es decir, a ese "límite real más altode la significación lingüística" que Valentín Voloshinov de-finía como "la expresión de la situación histórica concretaque engendró el enunciado".5

Se nos impone, pues, la necesidad de elaborar algunas hi-pótesis capaces de dar razón, de los niveles ideológicos de lassemiologías, en general, y de los procesos literarios, en par-ticular.

Anteriormente definimos los procesos literarios como aque-llos aparatos semiológicos en los cuales los miembros de unapar/adigmática semiótica (lingüística) aparecen combinados

B VALENTÍN N. VOLOSHINOV, El signo ideológico y la filosofía dellenguaje, Buenos Aires, 1976, p. 128. De acuerdo con Voloshinov,"la investigación del significado de un elemento lingüístico puedeseguir dos direcciones [...] o hacia el límite más alto, hacia el tema[o significado global], en cuyo caso se trataría de una investigacióndel significado contextual cíe una palabra dentro de las condicionesde un enunciado concreto; o bien puede tender hacia el límite másbajo [...], en cuyo caso se trataría de la investigación del significadode una palabra en el sistema de la lengua..."

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con valores pertenecientes a determinados sistemas ideoló-gicos de una comunidad cultural. Añadiremos ahora quelas operaciones metasemióticas por cuyo medio se repone elisomorfismo entre los planos de las semióticas connotativas—que hemos considerado las bases de las semiologías yde los procesos literarios— sólo accederían al significado glo-bal de esa clase de textos en la medida en que tales opera-ciones pudieran dar cuenta de los valores histórico-culturalesmanifestados por la base connotativa.

Así, rescribir la relación cabello^oro bruñido del versogongorino como /cabellos del color y de la brillantez deloro bruñido/ supone prestar exclusiva atención a los signi-ficados semióticos —esto es, a los miembros paradigmáticosque son reproducibles e idénticos a sí mismos en cuantoaparezcan como partes segmentables de diferentes sintagmá-ticas— con mengua de los contenidos ideológicos que con-forman el significado global del texto y que son susceptiblesde ser manifestados por más de una forma de expresiónsemiótica.

Quiere decirse que si los valores ideológicos se manifies-tan sobre la base de una semiótica connotativa, esto es,por medio de significados lingüísticos, tal como éstos resul-ten especificados en procesos de ese tipo, será necesario pos-tular que una misma función de signo y una misma de-terminación entre signos puede depender de dos —o más—sistemas, divergentes en cuanto jerarquías paradigmáticas,pero compatibles en cuanto que los valores de uno y otroson manifestables a través de una misma forma de la ex-presión.

Veamos —a guisa de ejemplo— cuáles son los valores se-mióticos de orOj según los registra el Diccionario de Auto-ridades:

G 3P

oro

"metal"

"rubio"

"riquezas"

A

B

C.

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Advertimos que el contenido de oro correspondiente alparadigma A se manifiesta como complementario de su ex-presión y que los contenidos de los dos paradigmas restantesse manifiestan como especificaciones de su expresión; dichodiversamente, el valor A ("metal") aparece como una inter-dependencia entre Eo'C, es decir, como la relación isomór-fica que la expresión y el contenido contraen en las semió-ticas denotativas, en tanto que los valores de B ("rubio") yG ("riquezas") son determinaciones entre E*-C, esto es,se trata de una relación anisomórfica como la que hemosconsiderado propia de las semióticas connotativas.

Comparemos ahora estos contenidos semióticos con losque el significante oro manifiesta en los siguientes versos deun soneto de Fernando de Herrera:

Hebras que amor purpura con el oro,en inmortal ambrosia rociado,tanto mi gloria sois y mi cuidadocuanto del sol sois mayor tesoro.

La expresión ¡cabellos de oro/ aparece aquí transformada en/hebras [cabellos] que amor purpura [enrojece] con el oro¡}

de manera tal que la determinación "hebras" <^"de oro" esel resultado que se atribuye a una particular acción del amor,que "purpura" o, dicho de otro modo, concede una cuali-dad entendida como propia del "sol" y del "oro" a la mujeramada. Por otra parte, oro aparece determinado por la ex-presión, ¡en inmortal ambrosia rociado/^ es decir, dotadoexpresamente de la condición de "inmortal" que, a su vez,determina a ambrosia^ el manjar con que "se mantenían losDioses", o, si se prefiere, "la bebida de que usaban y conque se hacían inmortales" (Diccionario de Autoridades).Más aún, de la mujer amada se predica que /del sol soismayor tesoro/, pues no en balde sol "llaman los chímicosal oro entre los metales" (ibidem) y, de acuerdo con M.Mejer, según cita Jung:

eri virtud de millones de rotaciones alrededor de la tierra,el sol tejió en ésta el oro. El sol imprimió paulatinamente su

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imagen en ía tierra. Eso es el oro. El sol es la imagen deDios, el corazón es la imagen del sol en el hombre, comoel oro en la tierra [...], de suerte que en el oro se reconocea Dios,G

De ello resulta que, en el texto de Herrera, sobre la basede las determinaciones que hemos señalado se produce unaconstelación que podríamos expresar con la siguiente fórmula

E[E:C] ^C[C' —C1]

o sea, un proceso en el cual la forma de la expresión oro nosólo aparece especificada por el contenido "rubio" (en cuan-to se refiere a cabellos femeninos), sino que este G' apa-rece constelado con "inmortal", C1, que se atribuye a lamujer amada por intermedio de la sinécdoque "hebras [deoro]" <-"mujer".

Parece posible concluir que el significante oro 110 sólopone de manifiesto los contenidos semióticos de 'G ("metal")y de C' ("rubio") —este último especificado como forma de]a expresión de la semiótica connotativa base— sino el valorideológico G1 ("inmortalidad"), es decir, el tipo de valorestraducibles semióticamente como "incorruptibilidad", "in-mortalidad", "divinidad"... en cuanto sean miembros de unaparadigmática ideológica cuyos opuestos se expresarían como"corruptibilidad", "mortalidad", "humanidad"...7

Esquemáticamente representados, los valores semióticos ysemiológicos de oro y de sol en el texto herreriano afecta-rían la siguiente figura:

* M. MEJER, Viatorium, hoc est de montibus plañetarum septetn seumetallorum, Rothomagi, 1651; cit. por C. G. JUNG, Psicología y al-quimia, Buenos Aires, 1957.

7 Para Hjelmslev (Prolegómenos, pp. 153-154), "una lengua es unasemiótica a la que pueden traducirse todas las demás semióticas —tantolas demás lenguas como las demás estructuras semióticas concebibles—.Ello es así porque las lenguas, y solo ellas, se encuentran ea condi-ciones de dar forma a cualquier sentido, sea cual fuere".

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OflQ"metal"

"lublo"

"riquezas"

A

B

C

SOL

"planeta"

"luz"

"belleza"

A

B

C

en la cual, por medio de las llaves, se quiere indicar queambas formas de la expresión son compatibles en cuantocombinen contenidos de P y de P1, es decir, valores seinió-ticos y semlológicos, y que estos últimos —manifestables através de formas de la expresión dependientes de un sistemasemiótico dado— se ordenan dentro de sus propias paradig-máticas ideológicas.

6. Llegados a este punto, conviene destacar algunas funda-mentales cuestiones con las que tendremos que habérnoslasde ahora en adelante.

El hecho de afirmar que las semiologías y los procesosliterarios no podrán ser caba]. o satisfactoriamente descritossi nos atenemos exclusivamente a sus bases semióticas, im-plica qne no deberemos considerarlos como meras semióticasconnotativas en las cuales la forma de la expresión resultade sucesivas determinaciones de los valores de P (o para-digmáticas semióticas) J3 por lo tanto, que no será posiblehomologar los miembros de P1 (o paradigmáticas semioló-gicas) con los miembros de P; en otras palabras, que nosresulta indispensable postular la existencia autónoma de sis-temas ideológicos (histórico-culturales) cuyos valores se ma-nifiestan precisamente por intermedio de semióticas diversas,con cuyos valores semánticos son compatibles, pero que —sin

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embargo— orclezaan el "sentido amorfo" de acuerdo con mo-delos y con propósitos divergentes.. Dicho aún de otro modo, que los sistemas lingüísticos(semióticos, en general) por el mismo hecho de conformarde determinada manera la "masa amorfa" del sentido instau-ran su propia ideología, o sea su peculiar segmentación ycomprensión de la realidad extralingüística, pero que sobreesta primera y convencional reticulación del sentido es posi-ble producir nuevas reticulaciones y, por ende, nuevos siste-mas ideológicos que —al igual que los lingüísticos— sonsusceptibles de convertirse en vastas convenciones culturales,cuya aceptación y difusión puede hacernos confundirlas uhomologarlas con los sistemas semióticos propiamente dichos.

Parece evidente que si decimos ¡María es un sol/ o /Luisrevienta de oro/ podremos analizar dichos enunciados comosemióticas connotativas en las que sol y oro son formas dela expresión seleccionadas por los contenidos "belleza" y"riquezas"; con todo, nada hay en ellos que nos permita—o nos obligue— a pensar que sol y oro son, además, signosen los cuales se hallan combinados los valores semióticosanotados con valores semiológicos como "inmortalidad", "di-vinidad", etc. La constelación resultará, pues, no sólo de ladependencia del proceso con respecto de los valores A y Bo G de P¿ sino —además— de su dependencia de los valoresa o p o y de P1.

Así, en el poema en que Borges escribe:

El alquimista, piensa en las secretasLeyes que unen planetas y metales.

Y mientras cree tocar enardecidoEl oro aquel que matará la Muerte,Dios, que sabe de alquimia, lo convierteEn polvo, en nadie, en nada y en olvido.

habremos de leer /El oro aquel que matará la Muerte/ a)como una semiótica connotativa en la cual oro es una formade la expresión seleccionada por el contenido "sol alquími-co" y b) como una semiología en la cual oro^~"sol alquí-

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mico" se combina con "inmortalidad"; importa, entonces,que Dios —el verdadero o máximo alquimista— acabe redu-ciendo esos "oros"¡En polvo, en nadie, en nada y en olvido/,por cuanto estos últimos términos se enuncian como oposi-ciones de dos paradigmáticas ideológicas: la de la alqui-mia y la del catolicismo.

7. En "Lingüística y poética", Román Jakobson afirmabaque

muchos de los recursos que la poética estudia no se limitanal arte verbal. Podemos referirnos a la posibilidad de haceruna película de Cumbres borrascosas, de plasmar las leyendasmedievales en frescos y miniaturas, o poner música, conver-tir en ballet y en arte gráfico L'aprés-midi d'un faune [...]En pocas palabras, muchos rasgos poéticos no pertenecenúnicamente a la ciencia del lenguaje, sino a la teoría generalde los signos [...] Esta afirmación vale, sin embargo, tantopara el arte verbal como para todas las variedades del len-guaje, puesto que el lenguaje tiene muchas propiedades queson comunes a otros sistemas de signos o incluso a todosellos (rasgos pansemióticos).8

Estos "rasgos pansemióticos" actualizables en diferentes siste-mas sígnicos permiten —a nuestro parecer— la rescrituraciónde un mismo mensaje a) en los términos del propio sistema enque dicho mensaje haya sido originalmente codificado (res-crituración endosemiótica) y &) en los términos de otrossistemas equivalentes (rescrituración ínter semiótica) .

En las lenguas naturales, la doble articulación de sus uni-dades sígnicas favorece particularmente los procesos de rescri-turación. Como ha explicado André Martinet,

la primera articulación del lenguaje es aquella con arregloa la cual todo hecho de experiencia que se haya de trans-mitir [...] se analiza en una selección de unidades, dotadascada una de una forma vocal y de un sentido [...] Pero laforma vocal es analizable en una sucesión de unidades, cada

* ROMÁN JAKOBSON, Ensayos de lingüistica general, Barcelona, 1975,pp. 348-349. Los subrayados son nuestros.

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una de las cuales contribuye a distinguir cabeza de unidadescomo cabete, majeza o careza. Esto es la segunda articulacióndel lenguaje [...] Gracias a la segunda articulación, las len-guas pueden limitarse a algunas decenas de produccionesfónicas distintas que se combinan para obtener las unidadesde la primera articulación [.. .]9

Así, la forma de la expresión (o forma vocal) es analizableen una sucesión de unidades fónicas, en tanto que la forma delcontenido lo es en una agrupación de unidades sémicas (ode significación). Las primeras son susceptibles de ser mani-festadas a partir de códigos paralelos, de manera que a cadaunidad fónica corresponda una entidad gráfica análoga; las se-gundas son formulables a partir de códigos siistituthjos} desuerte que a cada forma del contenido pueda correspondermás de una forma de la expresión. En las rescrituracionesendosemióticas, la forma de la expresión es capaz de englo-bar dos o más formas del contenido, de modo que el Se deun So perteneciente a un paradigma A puede manifestar unSo' perteneciente a un paradigma B, C, etc.

Ahora bien, de acuerdo con lo observado en párrafos pre-cedentes, un miembro de una paradigmática P puede actua-lizar valores no expresamente pertenecientes a dicha para-digmática semiótica, sino a una paradigmática semiológicaP1. En tales casos, en un enunciado del tipo Se [Se:So]<-So'(fórmula de las semióticas connotativas) se introducen valo-res de una paradigmática P1, de suerte que la fórmula pasea ser Se [Se:So]<-Sof—So1, donde puede observarse la actua-lización simultánea de valores semióticos —representados porSo y So'— y de valores semiológicos —representados porSo1. Diremos, en consecuencia, que los procesos semiológicosse construyen con arreglo a códigos combinatorios, esto es,que tanto las semiologías como los procesos literarios depen-den tanto de paradigmáticas semióticas como de paradigmá-ticas ideológicas. Dicho diversamente, que los valores propiosde una paradigmática P1 se combinan o constelan con valorespropios de una paradigmática P.

0 ANDRÉ MAR.TINET, Elementos de lingüística general, Madrid, 1968,pp. 21-22.

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De ello resulta que tanto las semiologías como los pro-cesos literarios... requieren de dos operaciones complementa-rias para el análisis de su contenido, como puede observarseen los siguientes diagramas:

Se So

Se So'

Se So'

Se So'

II)

que expresan la res cri tu ración de tales procesos I) en lostérminos de una semiótica denotativa (A— B), esto es, pormedio de una metasemiótica que reponga el. isomorfismoentre los planos de la expresión y del contenido de la se-miótica connotativa base, y II) en los términos de una para-digmática ideológica (P = P1), tal como éstos aparezcanmanifestados por medio de signos de una semiótica deter-minada.

Asumiremos, pues, que las semióticas son el vehículo so-cial de las ideologías y que éstas aparecen ordenadas en sis-temas semíológicos cuyas unidades se fijan y transmiten pormedio de procesos pertenecientes a múltiples sistemas se-mióticos. Tal afirmación se apoya en el hecho, bien obser-vado por Ferruccio Rossi-Landi, de que

todas las ideologías privilegian su propio discurso [...] Undiscurso se sirve del lenguaje en la forma concreta de esta oaquella lengua, es decir, de una estructura siempre histórica-mente determinada, social por definición y, por ende, siem-pre ideologizada como producto e ideologizada como ins-trumento.10

S. Plantear en los términos que anteceden la estructura delcontenido de las semióticas, en. general, y de las semiologías,en particular, implica —primero— descartar la engañosa re-lación de dependencia entre los órdenes del "mundo" y las

10 FERRUCCIO ROSSI-LANDI, // linguaggio come lavara c come mércalo,Milano, 1968, p. 208. La traducción es nuestra.

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categorías semióticas y semiológicas y —segando— permiteentender los contenidos semióticas como resultado de lainterrelación de los códigos propios de un sistema de signosy los contenidos semiológicos como producto de la combina-ción de códigos semióticos y códigos semiológicos en unamisma base sintagmática; en fin, permite asumir que el sig-nificado de las semiologías y/o de los procesos literarios noresulta exclusivamente de los valores semánticos actualiza-dos en dichos procesos (esto es, del "sentido del mundo" talcomo aparece conformado por un determinado sistema se-miótico), sino de la dependencia del proceso de dos para-digmáticas divergentes pero compatibles: la semiótica y lasemiológica.

Decía Umberto Eco, en relación con cuanto venimos tra-tando, que

si afirmo que ¡En Cristo subsisten dos naturalezas, la hu-mana y la divina, en una sola Persona/¿ el lógico y el cien-tífico pueden observar que este complejo de significantes notiene ninguna extensión y carece de referente y, así el lógicoy el analista del lenguaje no lograrán explicar nunca porqué enormes grupos humanos han combatido durante siglospor una afirmación como ésta o por la negación de la misma.Evidentemente, esto fue posible porque este mensaje trans-mitía significados que existían precisamente como unidadesculturales dentro de una civilización. La existencia de éstosproporciona los soportes necesarios para desarrollos connota-tivos y abre una gama de relaciones semánticas capaces deoriginar esas reacciones del comportamiento.11

Ahora bien, en la práctica social, los destinatarios descodi-fican las semiologías por medio de procedimientos análogosa los empleados para interpretar las semióticas connotativas.Esta competencia de los destinatarios supone, pues, la inme-diata percepción tanto del carácter anisomórfico de ras se-mióticas connotativas como de la interrelación de valoressemióticos e ideológicos en el contenido de las semiologíasy/o de los procesos literarios; dicho con otras palabras, los

11 UMBERTO Eco, Le forme del contenuto, Milano, 1971, pp. 32-33. Latraducción es nnestra.

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destinatarios no sólo advierten la relación anisomórfica entrela expresión y el" contenido de las semióticas connotativas—base de las semiologías— sino, además, el carácter aniso-tópico de su contenido.

Adecuando a nuestro propósito la terminología usada porA. J. Greimas,12 llamaremos isotópicos a los procesos cuyocontenido sea semánticamente homogéneo (es decir, a la re-lación de complementarídad entre la expresión y el contenidode las semióticas denotativas y de las resoluciones metalin-güísticas de las connotativas), y llamaremos anisotópicos a-los procesos cuyo contenido no esté en relación de comple-mentaridad con su expresión (es decir, aquel tipo de pro-cesos en los cuales la forma del contenido especifique laforma de la expresión, como ocurre en las semióticas con-notativas) .

Según hemos observado, la anisotopía de las semióticasconnotativas se resuelve en isotopía por medio de la mismaoperación metasemiótica que repone el isomorfismo entresus planos de expresión y de contenido, en. tanto que laanisotopía de las semiologías y/o de los procesos literariosrequiere de un segundo análisis puesto que, interrelacio-nándose en su contenido códigos semióticos y códigos se-miológicos, se harán necesarias dos operaciones analíticassucesivas y complementarias: una para reponer el isomorfis-mo entre los planos de la expresión y del contenido de lasemiótica connotativa, base de la semiología, y otra que per-mita rescribir los valores actualizados en el nivel semiológicodel contenido.

Esquemáticamente representada, la estructura de las se-miologías y/o de los procesos literarios sería como sigue

E C

Se

Se So

So'

So1

A. J. GREIMAS, Semántica estructural, Madrid, 1971.

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En la figura que antecede, el plano de la expresión vienedado por una semiótica denotativa (Se: So) y el plano delcontenido por la función contraída entre So' (significadode la semiótica connotativa base) y So1 (significado del "sig-no" ideológico constelado con So'). La función Se [Se:So]<-Sof

es responsable de la relación anisomórfica entre la expresióny el contenido de la semiótica connotativa base, de igualmodo que la función Se [Se:So]<-So' — So1 lo es de la rela-ción anisotópica de la semiología.

9. Partiendo de los esquemas a que anteriormente reduji-mos la estructura de las semiologías y/o de los procesos lite-rarios, podremos diagramar el tipo de relaciones que seestablecen en su seno: a) las relaciones anisomórficas (o dedeterminación entre los planos de la expresión y del conte-nido de la semiótica connotativa base) y b) las relacionesanisotópicas (o de constelación) entre los niveles semióticoy semiológico del contenido.

Volvamos, para ello, al soneto de Góngora al que antesaludimos y que ahora transcribiremos íntegramente:

Mientras por competir con tu cabello,oro bruñido, el sol relumbra en vano,mientras con menosprecio en medio el llanomira tu blanca frente al lilio bello;

mientras a cada labio, por cogello,siguen más ojos que al clavel temprano,y mientras triunfa con desdén lozanodel luciente cristal tu gentil cuello;

goza cuello, cabello, labio, frente,antes que lo que fue en edad doradaoro, lilio, clavel, cristal luciente

no sólo en plata o viola troncadase vuelva, mas tú y ello juntamenteen tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.

Conviene tener presente que el soneto de Góngora desarrollaun tópico de larga vitalidad en la literatura de Occidente,

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el tópico del carpe diem, y que este texto exalta la plenitudde la belleza femenina por medio de una serie de enuncia-dos que relacionan elementos corporales (cabello, cuello,labio j frente) con elementos pertenecientes al mundo de lanaturaleza (oro, lilio} clavel, cristal), de suerte que los valo-res semiológicos que éstos vehiculen se predicarán de losprimeros. Los términos por medio de los cuales se analiza elrostro femenino constituyen una serie de sinécdoques de lapersona humana —corruptible y perecedera—, en tanto quelos términos relativos a los objetos de la naturaleza formanparte de otra serie metafórica cuyo paradigma semiológicoes el de la "belleza" suprema. Sin embargo, esta segundaserie de metáforas aparece simétricamente distribuida entorno de dos ejes semánticos netamente definidos: lo mine-ral, por un lado, y lo vegetal, por otro. Dentro del primereje se incluye la oposición "oro'Vcristal", que marca doscondiciones extremas de lo mineral: la de lo "incorruptible"("oró"') frente a lo "perecedero" ("cristal"); dentro del se-gundo eje, los dos miembros actualizados ("lilio", "clavel")poseen como marca semiológica común la de su "fragilidad"y como marcas opuestas las de "inocencia>7"pasión". Seña-lemos, demás, que oro es el. único término que combina lossemas de "riqueza" y de "incorruptibilidad" y, en cuantoaparece determinado por sol3 los semas de "belleza" y "divi-nidad".

Así pues, siendo la relación "cabello"<-"oro" la semióticaconnotativa de la base sintagmática; "cabelIo'Wrubio" lametasem¡ótica correspondiente, y "oro"—"incorruptibilidad"la relación semiológica manifestada en el contenido de lasemiótica connotativa, podremos simplificar las relacionesanisomórCicas y anisotópicas de ese segmento del soneto gon-gorino por medio del siguiente esquema:

Relación amsomórfica

e c

Relación anisotópica

ORO

ORO "oro"

"rubio"ORO

ORO"oío"

"rubio"

"incorfUpUble"

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El esquema de la relación anisornórfica pone de mani-fiesto la conmutación suspendida (o sincretismo) entre elplano de ía expresión (cabellos / oro) y el plano del conte-nido ("cabellos'Wrubios"), propia de las semióticas con-notativas, anisomorfismo que se resuelve en la metasemiótica/cabellos rubios/. El esquema de la relación anisotópica delas semiologías nos permite deslindar las diferentes funcionesconsteladas en el contenido de la semiótica connotativa base,es decir, la compatibilidad del significado "rubio" con elsignificado "incorruptible", ambos manifestados por el sig-nificante oro en cuanto sea signo de dos paradigmáticas di-versas, una semiótica (lingüística) y otra semiológica (ideo-lógica) .

Así, la semiótica connotativa /cabellos de oro/ genera dossignificados anisotópicos: "rubio" e "incorruptible". El pri-mer análisis resuelve el anisomorfismo de la. semiótica con-notativa (oro*-"rubio") a partir de la determinación de laforma de la expresión por la forma del contenido; el segundoanálisis permite rescribir el significante oro en cuanto el sig-nificado semiológico "incorruptible" lo ha seleccionado comosu forma de expresión semiótica (oro—"incorruptible").

Ahora bien, las relaciones "oro"<-"rubio" y "oro—"in-corruptibilidad" serían semióticamente enunciables —y, porende, descodificables— a partir de dos textos dependientesde dos paradigmáticas divei'sas; sin embargo, cuando ambosenunciados aparecen sincréticamente formulados en una mis-ma sintagmática, diremos que nos hallamos en presencia deun proceso semiológico en el cual, como queda dicho, seInterrelacionan valores semióticas y semiológicos en unamisma base sintagmática.

Ya hemos dicho que las operaciones metasemióticas repo-nen el isomorfismo y la isotopía en las semióticas connota-tivas simples, pero no así ea las semiologías y/o en losprocesos literarios. Concluiremos de ello que las operacionesmetasemióticas atienden a la base connotativa de las semio-logías y que este primer nivel del análisis deberá ser com-pletado por operaciones que permitan rescribir los valoresideológicos constelados con los semióticos. Diremos, enton-ces, que las metasemiologias son los aparatos técnicos del

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análisis de las semiologías y de los procesos literarios pormedio de los cuales se revela que a cada discurso anisotópicocorresponden dos —o más— signincados manifestados simul-táneamente por la misma forma de la expresión, en cuantoésta dependa de paradigmáticas semióticas y semiológicas, esdecir, en cuanto resulte compatible con valores de ambasjerarquías sistemáticas.

JOSÉ PASCUAL Buxó

Seminario de Estudios del Lenguaje Poético,Instituto de Investigaciones Filológicas.

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