PRESAGIO..._ de las ciudades un proceso que puede identificarse con la aparición de tan sólo una...

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...• PRESAGIO Una encuesta sobre la ciudad de México E l año 2010 será el del Bicentenario de la Independencia deMéxico y el del Centenario tanto dela Revolución como de la Universidad Nacional ¿Qué panorama físico y humano of re ce rá, ese año, la ciudad (o las ciudades) de México? En lafrontera entre los ochenta y los noventa del presente siglo, la población de la zona metropolitana excede, se afirma cu asi-o ficial mente, los veinte millones de habitantes... La ciudad original se ha desbordado a los estados de Méxic o, Morelos, Hidalgo ... La oleada migratoria que estalla en las distin- tas t erminales no cesa... La contaminación se det iene pero no se reduce... Consideramos pertinente encuestar a urbanistas, arquitectos, ecólogos, juristas, restaura- dores, arti stas urbanos,h istoriado res, antropólogos, sociólogos, sobre el fu turo inmediato de la ciudad (o, insistim os, ci udades) de Méx ico. ¿ De rrum be final? ¿Sob revivencia? I. URBANISMO Y ECOLOGÍA 1.1 ¿Cómo podría participar la ciuda- danía de la zona metropolitana en la so- lución de los problemas "urbanos"? Arturo Balandrano: La ciudadanía tiene diversas opciones de part icipación en la solución de los problem as urbanos de la zona metro politana. En primera instancia, existe la posibilidad de la par- ticipación individual mediante la torna de decisiones razonada e informada, que considere en un plano de importan- cia la conciencia comunitaria. La locali- zación de un establecimiento industrial contaminante en un área con usos habi- tacionale s, la compra de un lote en una zona de preservación ecológica, la utili- zación del auto para ir de compras al supermercado de la esquina, la limpieza de la banqueta con la manguera, son ejemplos de decisiones cotidianas de la ciudadanía que sumadas en una aglome- ración de varios millones de habitantes alimentan los grandes problemas urba- nos. En segundo término, los miembros de las innum erables comunidades que conforman la metrópoli tienen la opor- ... Edición de Martha Huízar tunidad de promover en el seno de aquéllas los cambios requeridos para mejorar de manera sensible su nivel de vida: la organización de cooperativas de consumo , los grupos de trabajo para in- troducir mejoras en las viviendas, las madres que se rotan para llevar a los ni- ños a la escuela, son ejemplos de lo que se puede hacer en este campo poco ex- plorado , pero con grandes potencialida- des. En una dimensión más amplia, exis- te la posibilidad de la participación de los ciudadanos organizados en grupos de gestión urbana, lo cual ha sido prac- ticado con cierta regularidad en el pasa- do, con objeto de resolver alguna nece- sidad urgente en la comunidad, que por lo general una vez satisfecha, el grupo se disuelve o es incorporado a un par- tido u organización política. La fuerza de la ciudadanía organizada apenas se conoce en nuestro ámbito, por lo que en el futuro veremos cada vez más su influencia en la definición de los proble- mas y de las soluciones de la metrópoli. 1.2 Desde el punto de vista del urbanis· mo, ¿qué medidas mínimas deberán to- 43 marse para la ciudad de México defina- les del siglo xx y principios del siglo XXI? Arturo Balandrano: La ciudad de Mé- xico ya no es una ciudad sino un conglo- merado de ciudades interdependientes al cual denominamos zona metropolita- na y que ha crecido de manera espontá- nea sin responder a un esquema precon- cebido, por lo que su patrón espacial es desorganizado, costoso, ineficiente, in- justo y desarticulado. Estas característi- cas tenderán a agudizarse en el futuro si no se producen cambios urgentes en di- versos ámbitos: el patrón de usos del suelo requiere articularse, acercando las áreas de habitación con las de empleo e integrándose con un sistema de trans- porte y vialidad verdaderamente metro- politano; las redes de infraestructura tendrán que mejorarse y ampliarse con esquemas de autofinanciamiento y en su caso reservando subsidios a las áreas de menores recursos; las zonas de preser- vación ecológica deben mantenerse en su estado natural a toda costa, reorien- tando el alojamiento de población en . ...

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PRESAGIOUna encuesta sobre la ciudad de México

El año 2010 será el del Bicentenario de la Independencia deMéxico y el del Centenariotanto dela Revolución como dela Universidad Nacional ¿Quépanoramafísico yhumano

of recerá, ese año, la ciudad (o las ciudades) de México? En lafrontera entre los ochenta y losnoventa del presente siglo, la población de la zona metropolitana excede, se afirmacuasi-oficialmente, los veinte millones de habitantes... La ciudad original se ha desbordadoa los estados de México, Morelos, Hidalgo... La oleada migratoria que estalla en las distin­tas terminales no cesa... La contaminación se detiene pero no se reduce...

Consideramos pertinente encuestar a urbanistas, arquitectos, ecólogos, juristas, restaura­dores, artistas urbanos, historiadores, antropólogos, sociólogos, sobre el futuro inmediato dela ciudad (o, insistimos, ciudades) de México.

¿Derrumbe final? ¿Sobrevivencia?

I. URBANISMO Y ECOLOGÍA

1.1 ¿Cómo podría participar la ciuda­danía de la zona metropolitana en la so­lución de los problemas "urbanos"?

Arturo Balandrano: La ciuda da níatiene diversas opciones de part icipaciónen la solución de los problem as urbanosde la zona metro politana. En primerainstancia, existe la posibilidad de la par­ticipación individual mediante la tornade decisiones razo nada e informada,que considere en un plano de importan­cia la conciencia comunitaria. La locali­zación de un establecimiento industrialcontaminante en un área con usos habi­tacionale s, la compra de un lote en unazona de preservación ecológica, la utili­zación del auto para ir de compras alsupermercado de la esquina, la limpiezade la banqueta con la manguera, sonejemplos de decisiones cotidianas de laciudadanía que sumadas en una aglome­ración de varios millones de habitantesalimentan los grandes problemas urba­nos. En segundo término, los miembrosde las innum erables comunidades queconforman la metrópoli tienen la opor-

...Edición de Martha Huízar

tunidad de promover en el seno deaquéllas los cambios requeridos paramejorar de manera sensible su nivel devida: la organización de cooperativas deconsumo , los grupos de trabajo para in­troducir mejoras en las viviendas, lasmadres que se rotan para llevar a los ni­ños a la escuela, son ejemplos de lo quese puede hacer en este campo poco ex­plorado , pero con grandes potencialida­des. En una dimensión más amplia, exis­te la posibilidad de la participación delos ciudadanos organizados en gruposde gestión urbana, lo cual ha sido prac­ticado con cierta regularidad en el pasa­do, con objeto de resolver alguna nece­sidad urgente en la comunidad, que porlo general una vez satisfecha, el grupose disuelve o es incorporado a un par­tido u organización política. La fuerzade la ciudadanía organizada apenas seconoce en nuestro ámbito, por lo queen el futuro veremos cada vez más suinfluencia en la definición de los proble­mas y de las soluciones de la metrópoli.

1.2 Desde el punto de vista del urbanis·mo, ¿qué medidas mínimas deberán to-

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marse para la ciudad deMéxico defina­les del siglo xx y principios del sigloXXI?

Arturo Balandrano: La ciudad de Mé­xico ya no es una ciudad sino un conglo­merado de ciudades interdependientesal cual denominamos zona metropolita­na y que ha crecido de manera espontá­nea sin responder a un esquema precon­cebido, por lo que su patrón espacial esdesorganizado, costoso, ineficiente, in­justo y desarticulado. Estas característi­cas tenderán a agudizarse en el futuro sino se producen cambios urgentes en di­versos ámbitos: el patrón de usos delsuelo requiere articularse, acercando lasáreas de habitación con las de empleo eintegrándose con un sistema de trans­porte y vialidad verdaderamente metro­politano; las redes de infraestructuratendrán que mejorarse y ampliarse conesquemas de autofinanciamiento y en su

caso reservando subsidios a las áreas demenores recursos; las zonas de preser­vación ecológica deben mantenerse ensu estado natural a toda costa, reorien­tando el alojamiento de población en

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zonas de reserva urbana con altas densi­dades de ocupación; Jos controles pararestringir las emisiones de contaminan­tes de fuentes fijas y móviles se haránmucho más estrictos; la localización denuevos establecimientos industriales de­berá restringirse al máximo, canalizán­dola hacia las ciudades medias del paísimpulsando una verdadera descentrali­zación; el incremento en los niveles devida de la población de menores ingre­sos se estima de la más alta prioridadcon criterios de justicia distributiva y nocon afanes electorales; el gobierno de lametrópoli responderá a un efectivo es­quema metropolitano con unidad decriterios, objetivos y recursos. Todoesto dentro de un marco deseable de

mayor apertura democrática.

1.3 De no tomarse esas medidas míni­mas, ¿cuál será la situación de la ciu­

. dad hacia el año 20lO?

Arturo Balandrano: La incapacidad decontrol y dar nuevo cauce al crecimien­to físico-espacial de la zona metropolita­na, traería como consecuencia el agra­vamiento de la problemática actual y laaparición de nuevas dificultades y com­plicaciones con una escala aún mayor enun marco hipotético poco optimista. Lamancha urbana se extendería indiscri­minadamente sobre terrenos de produc­ción agropecuaria, de recarga acuífera yde recursos naturales no renovables consu consecuente pérdida. La tendenciade conurbación abarcaría centros de po­blación fuera del Valle de México cre­ándose la primera megalópolis en un sis­tema económico dependiente. El go­bierno estable de una estructura mega­lopolitana que incorporara a las capita­les de algunos estados vecinos al D. F.,sería de una altísima complejidad sinprecedente alguno en este contexto. Laeconomía metropolitana entraría en de­cadencia con crecientes costos y meno­res rendimientos, por lo que su sosteni­miento gravitaría todavía más en el res­to de la economía nacional. El funciona­miento de los sistemas urbanos se iríasaturado, por lo que la prestación de losservicios a precios geométricos crecien­tes, requeriría de impopulares políticasde racionamiento. La salud de la pobla-

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ción decaería significativamente por su

dependencia directa con niveles extre­mos de contaminación ambiental y conun sistema de abasto insuficiente y con­gestionado. La seguridad física de loshabitantes de este conglomerado se ve­ría determinada por la ley del másfuerte en un entorno de convulsionessociales cada vez más frecuentes. No esfortuito que la atención a los problemasurbanos adquiera día a día una mayorrelevancia en la conciencia de la socie­dad mexicana.

2. SERVICIOS

2.1 Es evidente que la ciudad no sólopresenta severosproblemas de transpor­te público sino que seguirá expandién­dose. ¿Qué habrá que hacer todavía enlo que se refiere a transporte y vialidaden las próximas dos décadas?

Margarita Camarena Luhrs: Como seafirma en la primera parte de la pre­gunta, las ciudades de México seguiránexpandiéndose durante los años de1990 al 2010 Yseguramente aún después.También es cierto que en la mayorparte de las ciudades de nuestro país, laexpansión urbana se ha visto acompa­ñada de severos problemas de trans­porte público, pero también privado.

Probablemente, en el curso de lospróximos años seguirá predominandoese tipo de relación entre localizaciónde las actividades y prácticas de despla­zamiento que ha hecho del crecimiento

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_ de las ciudades un proceso que puedeidentificarse con la aparición de tan sólo

una de sus múltiples características: lafacilidad, aunque por ahora y cada vezmás sea la dificultad , con que se tieneacceso a los diferentes sitios.

El acceso a diversos lugares por partede personas , pero también de mercan­cías, se ha resuelto de muchas mane­ras, todas ellas con un costo social muy

elevado. Podría pensarse que cada ciu­dad del país lo ha hecho a su modo yque , en consecuencia, existe una grandiversidad de alternativas de solución.

Sin embargo, las po sibilidades detránsito en las ciudades que dependenprimero de las necesidades de sus habi­tantes y de la capacidad disponible parasatisfacerlas han sido definid as, másbien, por intereses parti culares relacio­nados con la construcción de las vías yel diseño y vent a de los vehículos.

En lugar de intereses comunes, hansido intereses parti culares los que handado la paut a para tener acceso a las di­versas partes de las ciudades. Se suma alo anter ior la facilid ad de enca uzargrandes movimient os de personas o co­mercio por medio del contro l de las víasy vehículos.

Lo cierto es que las condiciones deltransport e se encuentran estrechamentevinculadas con otras condiciones de lavida urbana y resultará imposible resol­ver cualquier probl ema part icular sin,por lo menos, una visión de conjunto.

Como el tr ansport e no es una activi­dad aislada con una utilidad intrínseca,sino, por el contrario, una extensión deotros procesos y produ ctos sociales, seráindispensabl e encontrar soluciones enfunción de: los usos de la tierra; el r i tmo

de las actividades de cada ciudad; losflujos urbanos e interurbanos de pasaje­ros; las formas de relación de las ciuda­des entre sí y de cada una de ellas consus alrededores, y por supuesto, en fun­ción de las diversas políti cas urb anasque se han practicado aisladament e.

Si hubiera que resumir lo que estápor hacerse en transporte y vialidad enlas ciudades mexicanas durante laspróximas dos décadas , podría decirseque hace falta desarrollar un criterio co­mún para valorar las necesidades decada lugar y, por supuesto, crear losmedios que satisfagan esas necesidades .

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En lo referente a la organización delos sistemas de transporte y vialidad sedeberán rediseñar las rutas del trans­

porte colectivo de superficie con el ob­jeto de atender a las zonas insuficiente­mente atendidas y descongestionar lasáreas centrales. En particular se debe­

rán crear circuitos anulares interconec­tando otras lineas y modos de trans­porte con el fin de imprimir mayorfluidez a la circulación y responder a lasdemandas de los diversos segmentos delmercado. La decisión sobre nuevas ru­tas deberá sujetarse más estrictamente alos programas de control sobre la ocu­

pación del suelo urbano para evitar elcrecimiento anárquico que favorece eltransporte concesionado.

Deberá imprimirse mayor fluidez a lacirculación mediante la construcción depasosa desnivelen-intersecciones de ar­terias principales y la revisión de lossentidos de la vialidad secundaria con elfin de lograr una mayor continuidad.

Los estacionamientos deben ser objetode especial atención para favorecer ' ladisminución del tráfico vehicular haciazonas congestionadas: Su localizacióndeberá seleccionarse con el objeto de fa­cilitar el intercambio del transporte in­dividual al colectivo.

Gerardo Ferrando: Necesariamente de­berá de continuarse la expansión encantidad y calidad del transporte colec­tivo, principalmente el de cará cter eléc­trico, privilegiándolo sobre el uso delautom óvil.

La visión metropolitana en la visuali­zación del problema de transporte y sus

posibles soluciones es imperativa. Terri­torialm ent e se requiere limitar el creci­miento de la mancha urbana del áreametropolitana de la ciudad de México, yestimular el desarrollo de ciudades dor­mitorio autosuficientes en servicios, enlas zon as colinda ntes a Cuernavaca,Cuautla, Puebla y Querétaro, que de­berán ser comunicadas con el área me­tropolitana por medio de trenes subur­banos cuyas terminales coincidan conlas terminales del Metro de la ciudad de

México.El Metro deberá crecer otro tanto de

lo que contamos en la actualidad, y de­berán ampliarse los sistemas superficia­les de autobuses, trolebuses y tren li­

gero.

Alejandra Moreno Toscano: El trans­porte en la ciudad de México es un pro­blema sumamente complejo. La exten­sión física de la ciudad y la localizaciónde las zonas de trabajo respecto de lasáreas residenciales obligan a realizar re­corridos de grandes distancias. El ta­maño de su población exige cada vezmayor número de unidades de trans­porte.

A esta situación se añade el problemade la contaminación que se origina, engran medida, por las emisiones de hu­mos y gases producidos por los vehícu­los automotores que circulan por la me­trópoli.

Esta realidad implica para las politicasde transporte público de las próxi­mas dos décadas, promover con mayorénfasis el transporte colectivo sobre to­do de los sistemas que sean capaces demover a la población con eficiencia cre­ciente y reforzar las acciones que con­trolen y disminuyan el volumen de emi­siones contaminantes derivadas deltransporte.

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o,2:2 lQué sitfUJción guardará, durantela primera década del siglo XXI, el"abasto'~ general de la ciudad de Mé·xico (alimentos, productos; tzgUfI; ener-

o o

gía, etcétera)'

Gerardo Ferrando: La ciudad de Méxi­co en la actualidad, aun con su granmagnitud, ha logrado resolver sus pro­blemas fundamentales, por lo que noconsidero que el abasto de bienes y ser­vicios en la ciudad de México del sigloXXI no pueda resolverse .

El "talón de Aquiles" de nuestra ciu­dad seguirá siendo el agua, tanto en susuministro como en su desalojo. Sin em­barg~~ las medidas que nos permitiráncontar con el liquido suficiente están a

nuestro alcance y se refieren principal­mente a un uso más racional del mismo.Los malos tiempos que podamos prede­cir para el futuro de nuestra ciudad, se­rán más favorables o críticos, en la me­dida en que la comunidad en general asílo desee. o

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La magnitud de nuestras necesidadesy de los problemas que conlleva el satis­facerlas, implica que solamente me­diante la movilización solidaria de la so­ciedad en su conjunto, podamos resol­verlos: deterioro del ambiente, creci­miento incontrolable, uso irracional deenergéticos y de agua, vida agobiante yestresante; todo ello sería consecuenciade nuestra incapacidad -como comuni­dad- para resolver nuestros propiosproblemas.

Alejandra Moreno Toscano: Con rela­ción al abasto general de la ciudad deMéxico, la alternativa que se vislumbracomo deseable para las próximas dosdécadas se centra en el manejo de lossubsidios y en particular de las políticastarifarias de los servicios. Las tendenciasapuntan hacia una mayor racionaliza­ción y transparencia en su utilización;hacia una rigurosa selectividad y haciaun encarecimiento de la ciudad por unamayor relación entre costos y precios delos servicios.

2.J Es indudable que sobre la ciudaddeMéxico se ciernen malos tiempos. Cam­bio declima, zonas inundables, poluciónamenazante, expansión apenascontrola­ble, crecimiento de la población, etcéte­ra. Su otra cara es el desecho: basura,detritus, aguas negras. Háblenos de estaardua realidad en el marco prospectivode los próximos veinte años.

Alejandra Moreno Toscano: La actualpolítica de manejo de los recursos (sue­lo, agua, energía) favorece su utilizacióndispendiosa y propicia una abundantegeneración de desechos que en su granmayoría no se reciclan. Un cambio enlos patrones de recolección, manejo,tratamiento y disposiciónfinal de los de­sechos deberá adoptarse para evitar ladegradación irreversible del ecosistemadel Valle de México. El diseño de políti­cas que responsabilicen del mal uso yabuso de los recursos a los directamentecausantes, deberá traducirse en medidasfiscales e instrumentos precisos de rno­

nitoreo y control de calidad y cantidadde los desechos generados. Los sectoresprivado y social deberán participar demanera creciente en actividades quepuedan ser concesionadas para hacer

eficiente la prestación de ciertos servi­cios, explotando con criterios de renta­bilidad económica el manejo de losdesechos e imprimiendo una función so­cial a la actividad privada .

3. ESTÉTICA

J.1 ¿Existe un "estilo" ciudad de Méxi­co? ¿Varios? ¿Cómo podria definirlo, de­finirlos?

Guillermo Hoils: No existe un estilo. Nisiquiera en edificios fundamentales -co-

mo la catedral metropolitana- se puedehablar de un unidad estilística, dadoque contempla una diversidad de ver­tientes. Por ende, es improcedente pen­sar que haya un estilo citadino. Hay, sí,ciertas tipologías que tienen alguna re­currencia. Así, en el centro histórico,encontramos una presencia importanteen edificios del siglo XVIII, tanto del gé­nero religioso como del civil, de la co­lumna estípite; y, por tanto, cabe hablarde un relativo arraigo de!' llamado chu­rrigueresco. Hay también una impor­tante presencia de los revivals, del sigloXIX, con un marcado predominio delneoclásico que viene de un poco antes, yello sobre todo en la arquitectura civil.Existen, además , en el propio centrohistórico, en mi opinión más como cica­trices que como lunares, un númeroapreciable de edificios del denominadoestilo moderno internacional, produci­dos después de la segunda o tercera dé­cadas de este siglo. Saliendo del centrose hace más presente el predominio delas tipologías "modernas" con e1emen-

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tos Art Deco en edificios de los treinta ycuarenta: colonias como la Hipódromo­Condesa, la Anzures y otras, sobre todohacia el Poniente de la ciudad. Hay ele­mentos de esa suerte de estilo llamado"Colonial-californiano" en Polanco oLas Lomas de Chapultepee. y una espe­cial referencia debe hacerse al caso de laC. U. que, sin ser un estilo propiamentedicho, logró una peculiar expresión delllamado estilo internacional, con ele­mentos propios, de incuestionable iden­tidad arquitectónico-urbanística. Por úl­timo, habría que señalar la creciente

presencia de elementos tardo modernosy postmodernos, sobre todo en plazas yedificios comerciales , realizados en lasúltimas dos décadas.

María Luisa Franco: A mi modo dever, en la ciudad de México se conjugano se contraponen -según el color delcristal con que se mire- varios estilos,de entre los cuales destacan por su pres­tancia, su simbolismo, su belleza de for­mas, colorido y texturas, dos grandesapartados que prestan carácter a su mo­mento, a su historia , a sus culturas: loprehispánico y lo colonial. Quizá cadauno fue un estilo en su momento, perodefinitivamente no creo que exista un"estilo" ciudad de México.

J.2 ¿Qué sehaceactualmente en lo rela­tivo a la conseroucién, restauración o

simple ''fichaje'' de los edificios (y sitiosy monumentos) de la ciudad de Méxicocon valor artístico o histórico?

Guillermo Boils: En primer término

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hay una ley que los protege, sobre todoa los de origen prehispánico y colonial.Además existe un catálogo (más o me­

nos completo y no de mera ficha) elabo­rado por el INAH , al que se agrega el

del Depto. de Arquitectura del INBA Yotros realizados para algunas zonas dela ciudad, por las instituciones de educa­ción superior, en especial por las escue­lasde Arquitectura. Por desgracia no se

atiende a los edificios y monumentosdel siglo XIX y mucho menos a los delXX , con lo que se deja fuera de protec­ción a los mismos. Respecto a su conser-

vación 'y restauración, el problema escon frecuencia grave; dado que muchosde ellos están en el centro histórico yson para usos habitacional y/o comer­cial, pero bajo el régimen de renta con­

gelada, o con muy bajas rentas. Así suspropietarios no tienen interés, a vecesni siquiera por darles mantenimiento,en tanto que sus usuarios no se sientenidentificados con esos espacios y tam­poco hacen nada por conservarlos. Ade­más habría que añadir que los interesesde la renta del suelo en esas zonas cita­dinas, se contraponen con el área cons­truida en inmuebles de dos o tres nive­

les, como suelen ser los edificios históri­cos o de valor monumental. Como la leylos protege, entonces los dejan que, vir­tualmente, se vengan abajo por sí solos,para vender el terreno.

María Luisa Franco: En el' caso de losmonumentos históricos (Época Colonialy siglo XIX) se tienen registrados en elCatálogo Nacional de Monumentos His­tóricos Inmuebles 1279 edificios sólo en

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el Centro Histórico de la Ciudad de Mé­

xico (Perímetro A). En este catálogo

han quedado asentadas las siguientes ca­racterísticas: identificación del monu­mento , localización, descripción (partes,

detalles y materiales predominantes), as­

pectos legales, contexto inmediato, da­tos históricos, observaciones, bienes

muebles y estado de conservación, ade­más de croquis , planos y fotografías. Ala par de esta información se van deter­

minando tipos y prioridades de inter­vención para su conservación y restau­ración, disciplinas en las cuales intervie-

nen los arquitectos con maestría en res­tauración de la Dirección de Monumen­tos Históricos del INAH para la coordi­nación y realización de proyectos en losque en ocasiones participan restaurado­res de la Dirección de Restauración delPatrimonio Cultural del INAH .

En relación con los monumentos artís­ticos (siglo xx) también están registradosen un catálogo, contando con la canti­dad de 957 inmuebles dentro de los Pe­

rímetros A y B. En él se asientan casi las,mismas características mencionadas ytengo entendido que se interviene enelsentido de su conservación y restaura­ción por especialistas, en este caso delINBA.

Pero en esta pregunta no se está con­siderando a los monumentos arqueoló­gicos. Si estamos hablando de la ciudadde México no podemos dejar afuera losmonumentos que constituyen la funda­ción y la base de esta ciudad, y me estoyrefiriendo solamente a lo que se conocedel Recinto Ceremonial de Tenochti­tlan, así como de Tlatelolco y otros si-

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tíos, amén de lo que queda como testi­

monio en las crónicas y que todavía -o

ya no- nos es posible ver. Estos edificiostambién han sido y siguen siendo inter­venidos, tanto por arqueólogos como

por restauradores especialistas delINAH.

3,3 De qué forma podrían participarlos artistas urbanos, los críticos intere­sados enesta máxima expresión delartepúblico, los cronistas lugareños, los ha·bitantes, en el desarrollo estético de laciudad de mañana y paiado mañana'

Guillermo Boils: En principio la parti­cipación de esos sectores es fundamen­tal. En efecto, no depende tanto del go­bierno, como de los propios ciudadanos,sobre todo los que se mencionan en lapregunta, el que se mantenga y redigni­fique la estética urbana. La ciudad esante todo de sus habitantes como colec­tividad y no de los empresarios pudien­tes o de los funcionarios inmersos confrecuencia en un ethos burocrático yhasta plagado de corruptelas. Las fun­ciones de estos sectores para la preser­vación de la calidad estética citadinapueden ser, entre otras, las siguientes:Vigilancia y tutelaje para impedirladestrucción o modificación de inmue­bles o espacios colectivos. Intermedia­ción y gestión, ante las autoridades co­rrespondientes, para que éstas interven­gan para frenar el deterioro, la modifi­cación o elabandono de los espacios devalor artístico y cultural. De divulgacióny análisis (sobre todo por parte de loscríticos), para un mayor conocimientopatrimonial y sobre todo para la gesta­ción y consolidación de una sólida con-

, ciencia colectivaque defienda los bienespatrimoniales. Y, hasta donde sea posi­ble, de promoción de campañas finan­cieras de, solidaridad, encaminadas a la

conservación y restauración de esos bie­nes; de manera similar a las que se desa­rrollan en países europeos o en EstadosUnidos, donde existen esa llamadas "so­ciedades de amigos del Museo X" o "dela Catedral Y".

María Luisa Franco: La gente en gene­ral podría participar CONSERVANDOlos monumentos arqueológicos, históri­cos y artísticos. Para ello se necesitan

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básicamente dos cosas: respeto a la inte­gridad de los monumentos y cuidadosconstantes para una buena conserva­ción. Esto se logra concientizando a lagente par a saber apreciar, respetar ycuidar su patrimonio. Yo dejaría a unlado la preocupación por la estética ensí y me adentraría más en el aspecto dela conservación de los monumentos in­muebles o muebles para tratar de pro­longar la vida a toda la información quede ellos recibimos, además del enormeplacer de su contemplación, ya que losedificios de ayer lo son de hoy y debe­rán ser del mañana.

4. ASPECTOS POLÍTICOS YJURÍDICOS

4.1 LosMunicipios del DistritoFederaldesaparecen en 1928. Pero hoydeliberauna Asamblea de Representantes. ¿Es desuponerse una reforma política queperomita la elección directa de gobernantesy una descentrali:ación, regional o dele­gacional, efectiva?

Antonio Azuela: Cuando se discute laprofundización del proceso de demo­cratización del Distrito Federal, normal­mente se piensa en una ampliación delas facultades de la Asamblea de Repre­sentantes y en la elección del gobiernode la capital. Tan importante como esasdos cuestiones nos parece la que la Re­vista de la Universidad pone sobre la me­sa, a saber, ¿cómo democratizar el go­bierno de la ciudad en ámbitos geográ­ficos más reducidos? La respuesta inme­diata parece ser la transformación de lasdelegaciones en municipios. El desarro­llo de esta propuesta tendría que consi­derar, al menos , tres elementos. Pri­mero, las dimensiones geográficas ydemográficas de las delegaciones son to­davía demasiado grandes como paraque las autoridades electas resulten"cercanas" a la experiencia cotidiana delos ciudadanos, por lo que habrá quepensar en circunscripciones menores.Segundo, para evitar una dispersión ex­cesiva del gobierno local por la existen­cia de numerosos ayuntamientos, estosdeberán tener básicamente funciones decontrol y vigilancia de la aplicación de

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las estrategias generales de desarrollourbano y, en general , de las normasemanadas de la Asamblea en materia deusos del suelo, giros mercantiles, espa­cios públicos, policía, etcétera. Tercero,es necesario diseñar un sistema de trans­

ferencia gradual de funcione s a fin de

que éstas sean ejercida s en la medida enque los ayuntamientos vayan desarro­llando la capacidad real para ejercerlas.

En la definición de un nuevo sistemade gobierno tendrá que desarrollarseun esfuerzo sin precedentes para crear

mecanismos de concurrencia y coordi­nación que permitan combinar un gra­do importante de autonomía en la ges­

tión municipal, con la existencia de unaestrategia general de desarrollo urbanoy protección ecológica en la que se ex­prese un proyecto global para el con­junto de la ciudad.

Héctor Fix Zamudio: En cuanto a la or­ganización política y administrativa delDistrito Federal, que ahora es sólo partede la ciudad de México, ha resultado unpaso positivo la creación de la Asambleade Representantes , con facultades defiscalización y de expedición de regla­mentos para el propio Distrito, pero re­sulta difícil concebir la elección directade un gobernador del propio Distrito,en forma similar a lo que ocurre con losEstados de la Federación, debido alasiento de los poderes federales, puesun gobierno autónomo local podríacrear conflictos serios de atribución, ypor ello se creó la figura del Distrito Fe-

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deral , a semejanz a del Distrito de Co­lumbia en los Estados Unidos, que hasido adoptado en otros países federale j

de América Latina como Brasil, Vene­zuela y Argentina (aun cuando esta úl­

tima con el nombre de Capital Federal).Lo que sí result a factible es una ma­

yor y efecti va descent ralización en la di­versas dele gaciones en que se ha divi­dido el Distrito Federal, descent raliza­ción que se inició de sde hace variosaños.

Jorge Sayeg Helú: Muy compleja es ya,ciertamente, la problemática que, en to­dos aspectos, pero muy parti cularmenteen el jurídico-político que en especialnos interesa, nos presenta el Distrito Fe­deral, en tanto comprende a la mayorconcentración urbana que por hoy re­gistra el planeta que habitamos. Cuales­quiera que sea la solución, o más biendicho, los intentos de solución que pre­tendamos darle, empero , tendrá n quepartir del hecho de que dicha ent idadfederati va de la República es la sede delos poderes federales de la misma. Pre­

cisamente por ello es que no es posibleenfrentarla , como algunos ilusos lo pre­tenden, con sólo una reforma políticaque permita la elección directa de susgobern antes.

En tanto asiento que es de los pode resfederales, surg ido en el año de 1824con ese preciso objeto : constituir el ám­bito territorial necesario al alojamientode los supremos poder es de la federa­ción que recién se implantaba. efectiva­mente, nuestro Distrit o Federal no ad­mite la directa elección de autoridadesprop ias; tal sería la duplicidad y el cho­que de las unas fre nte a las otras; pues sipor esencia dicha ent idad federativa nopuede sino depender ejecut ivamentedel presidente de la Repúbl ica como

. hasta hoy ha venido siendo , goberná n­dola a tra vés de un " Regente" . una au­toridad distinta, por más que sea libre­mente electa, no vendría sino a desqui­ciar el orden y el propio principio deautoridad.

Por ello habría de ser , precisamente,que, dada la singularidad que para sugobierno ha venido reclamando nuestroDistrito Federal, se pensara en un orga­nismo adicional ; órgano suigeneris que,como en tantos otros aspectos de la vida

política de México, surgiría ante nues­

tras propias necesidades, experiencias yexigencias: la Asamb lea de Represen­tantes, como órgano auxiliar del Legis­lativo, pero dotado, fundamenta lmente,

de atribuciones muni cipales: " dictarbandos, ordenanzas y reglamentos depolicía y buen gobierno..." , ant e el im­perativo de una descentralización quede hecho ha existido pero que, de dere­cho , se hab ía visto nulificada desde

1928, en que desaparecieron de nuestralegislación los mun icipios que lo inte­graban .

Ello no es, empero, ni con mucho, su­

ficiente para resolver la compleja pro­blemática que hoy nos presenta el Dis­trito Federal; la mancha urbana no cesa

y la conu rbación parece defini r el pro­ceso conte mporáneo de la enorme me­trópoli que ya rebasó sus límites. No

es, sin embargo. una definición de éstos,lo preocupante ; dej émos lo co n susfront eras actuales, y tratemos de atacar,dentro de nuestro ámbito j urídico-polí­tico, el verdadero prob lema: el dejar deser sede de los poderes federa les.

El translado de los poderes federales,que se ha prese ntado como auténtico" leitmotiv" de nuestro constitucionalis­mo, si bien por sí sólo no nos resolveríael probl ema, sí lo atenuaría considera­blement e. '

Se ha pensado , suces iva ment e, enQue rétaro y Aguascalientes para ello;nuestros dos últimos congresos constitu­yentes: el de 1856-1857 y el de 1916­1917 , abordaron seriamente el proble­ma, y llegaron a considerar que si la ciu­dad de México era la más rica y prós­pera del país, al cambiar la sede a otrolugar , se crearía en ese otro lugar la ri­queza y prosperidad , de llevarlos hastaahí; y así nacieron los artículos 460. y440 ., respectivamente, de las constitu­ciones de 1857 Y1917, previendo dichotranslado y dand o cabida al Estado delValle de México en el lugar que ahoraocupa el Distrito Federal.

La hipóte sis, como se ve, no es deahora; se planteó hace bastante más deun siglo ya; pero ahí ha quedado simple­mente; en letra muerta. Los no pocosintereses existentes le han restado viabi­

lidad, y el translado se ha imposibilitado.y aunque bien sabemos que ello por sísolo tampoco resolvería el problema,

o ••

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juzgamo s que la coyuntura para ate­nu arlo al menos , se nos presentócuando el terremoto de septiembre de1985, que dañó sensiblemente ampliaszonas de la capital del país; así lo mani­festamos insistentemente entonces a tra­vés de nuestras periódicas publicacionesen la prensa nacional, pero no se realizótampoco , tratándose de apro vechar po­sitivamente tan dramáticos momentos ; ynuestro Distrito Federal continuará,aún, quién sabe hasta cuándo, en esperadel nue vo territorio que, encaminadohacia dicha finalidad, se disponga.

Diego Valadés: La pregunta comportados cuestiones: una, la elección de lostitulares de los órganos de gobierno delDistrito Federal y, otra, la descentraliza­ción que se opera en esta entidad de laFederación . Por lo que se refiere a esteúltimo asunto la descentralización es unhecho consumado que se ha venido pro­duciendo desde hace varios años y que ala fecha se encuentra plenamente conso-

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lidado. Más aún: aspectos vitalespara laciudadanía como los concernientes a laseguridad y a la procuración de la justi­cia han recibido nuevo impulso encuanto a su descentralización hacia lasdelegaciones en la actual administra­

ción.Por lo que se refiere a la elección de

los titulares de los órganos de gobierno,es necesario admitir que en un númeroimportante de países las capitales nacio­nales, ya sea en repúblicas federales,unitarias o monarquías (como es el caso

. de España) tiende a contar con estatutos

diferentes al resto de la organizaciónpolítico-territorial. Esta tendencia quese va generalizando es en el sentido deque las autoridades de las capitales na­cionales no entren en conflicto políticocon los órganos del poder nacional. Ental medida la elección directa de los ti­tulares de los órganos de autoridad enel Distrito Federal constituiría una me­dida que pondría en riesgo el equilibrioconstitucional de los poderes y que , a

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cambio de un discutible beneficio de­

mocrático para los habitantes de la ciu­dad de México, ocasionaría un inme­diato perju icio político para e! gobiernode los habitantes de todo e! resto delpaís.

4.2 Puesto quela mancha urbana no ce­sa, y la conurbación parece definir elproceso contemporáneo de la ciudad,¿procede una redefinición de fronterasdel Distrito Federal, de la Gran ZonaMetropolitana en realidad? ¿Cuál seriaésta a juicio de usted?

Antonio Azuela: La redefinición de loque podríamos llamar la geopolítica dela Zona Metropolitana es indispensablesi se quiere crear un esquema racionalpara la gestión de su constante creci­miento y tra nsformación. Dado que noes deseable ni políticamente viable quee! D. F. absorba a los municipios conur­bado s del Estado de México , la pro­puesta más razonable parece ser la que,desde hace algunos años, se ha venidoformulando en el seno de la SociedadMexicana de Planificación: reducir e!Distrito Federal al centro histórico e in­corporar e! resto de su ter ritor io al Es­tado de More los. Así quedaría un es­qu ema que podr íamos llamar "triangu­lar" en el que e! Gobierno Federal ac­tuaría como una especie de ár bitroentre dos gobiernos que tendrían , cadauno, la gestión de la mitad de la ciudad,sin que ninguno de ellos tu viese su sedeen ella. Uno desde Cuernavaca y e! otrode sde Toluca, participarían , en igual­dad de condiciones, en la toma de deci­siones sobre e! destino común de la me­trópolis. Todo lo anteri or implicaría lacreaci ón de instancias públ icas en lasque se desarrolle la discusión (que es ne­cesariamente política) sobre e! futuro dela ciudad, así como e! establecimientode entidades metropolitanas para la ges­tión de ciertos servicios que no puedenser prestados eficiente mente si se admi­nistran de manera fragmentada (agua ytransporte , entre ellos).

Héctor Fix Zamudio: Por lo que se re­fiere a la creciente conurbación de laciudad de México, que ha reb asado am­pliamente e! Distrito Federal y se ha ex­tendido a otras entidades federativas,

especialmente las de México y Morelos,la que será todavía mayor en el año2010 , es conveniente una delimitación

precisa de las fronteras del Distr ito Fe­deral con esos estados, pero el pro­blema esencial es la coordinación de lasactividad es administrativas, especial­mente de servi cios pú blicos, entre e!mismo Distrito y las zonas conurbadas,ya que estas últimas están gobernadaspor autori dades municipales que cons­tantemente entran en conflicto con lasdistritales, especialmente en materia deservicios de transporte y segur idad, y es­tas cont roversias pueden incrementarseen e! futu ro.

Resulta ría conveniente e! examen dealtern ativas para establecer un orga­nismo de coordinación, a través de con­venios con los gobiernos de las entida­des federativas afectadas, a fin de quepuedan abordarse por los delegados detodos ellos, de manera conjunta y con­certada, estos problemas esenciales queson comunes a la zona metr opolitana.

Diego Valadés: No veo ningún efectopráctico en esa redefinición de fronte­ras.

4.3 ¿Considera queel translado (hipóte­sisconstitucional) de sede de losPoderesFederales a otro territorio aparejaria lasolución del problema, trauma nacio­nal, que representa la ciudad de Méxi­co? ¿Porquésí?¿Por quéno? Abunde enuno u otro caso.

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Antonio Azuela: El tra nslado de los Po­deres Federales resultaría sumame ntecostoso y sus efectos no serían suficien­

tes para contrarrestar las tendencias ac­tuales de la Zona Metropolitana . Parano hablar de las fuerzas económicas y

demográficas que seguirán impulsandoel crec imie nto de la ciudad indepen­dientemente de dónde esté la sede delos Poderes Federales, baste con decir loque parece (y es) una redundancia: en laera del adelgazamiento del Estado, cadavez podemos esperar menos de su " pesoespecífico" dentro de la sociedad.

Héctor Fix Zamudio: El translado de la

sede de los Poder es Federales a otra re­gión del país, aun cuando teóri camentepuede res ulta r muy conve niente , pre­senta problemas casi insalvables en elfuturo inmediato. El único ej emplo detranslado parcialmente satisfacto rio ese! de la ciudad de Brasilia, pero el inten­to aprobado constitucionalmente sobrela fijación de la capital federal argentinaen e! Sur del país no se ha iniciado yparece remoto que lo sea. Debe pensar­se en alternativas de lar go plazo y demanera paulatina para evitar un traumanacional. Pudiera iniciar se con el trans­lado de cierta s Secretarías de Estado alugares más adecuados para sus funcio­nes, como ya se ha propuesto con las Se­cretarías de Pesca, de Agricultura, de laReforma Agraria y de Marina. lo queimplicarí a una des conce ntra ción quepudiera inte nsificarse progresivamente.

Diego Valadés: En primer lugar la si­tuación ju ríd ico-política de la ciudad deMéxico no representa un trauma nacio­nal. Esta afirmación es exagerada e ine­

xacta. En segu ndo lugar el translado dela sede de los Poderes Federales supon­dría , de acue rdo con nuestro ordenconstitucional, que la ent idad federat ivaen la que se establecieran los Poder es dela Unión cambiara su situación act ualde Estado Libre y Soberano por la deDistrit o Federal. Sólo una lectu ra in­completa de! artíc ulo 44 de la Constitu­ción permite inte rpre tar que el DistritoFederal y la ciudad de México son lo

mismo. La sede de los Poderes Federa­les, dond e qu iera que éstos radiquen ,será un Distr ito Federal. O

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