La mquina escogida brind la facilidad al ser humano de escuchar msica sin que alguien tu-viera que cantar o tener los conocimientos para tocar un instrumento. Por ello, aunque esta m-quina es propiamente un instrumento analgico, se trata de un paso ms hacia la digitalizacin: la msica, como en las partituras, es siempre discreta, pero cuando la reducimos a esta mquina, a unas muescas de metal determinadas e infini-tas, pierde toda relacin con el ser humano, segn, a perecer del autor, analgico a todas luces. Si adems atendemos a cmo es vendida y utilizada la mquina (en una caja de cartn que reduce toda relacin con nuestras manos a una palanquita de metal), me interesa abrirla y co-menzar a crear relaciones con el ser humano, sus orgenes, explicar, iaveriguar, inventar, lo que tiene:

LA MQUINA COMO AMPLIACIN DEL YO, como explica Otl Aicher en su libre Analgico y digital.

Para ello volver a las imgenes que defien-de, sus relaciones, base del pensar. Y relaciona-r cada parte del mecanismo, cada paso, con una accin bsica del hombre, volviendo a los orge-nes. Las muescas de metal se convierten en msica, las sujeciones en puos cerrados... Creando otra forma de conocer el objeto.

Luisa Costales Prez-Enciso Prentrega 1

ANALGICO DIGITAL

Continuo DiscretoValoracin DatoNmero ImagenRetcula MedidaRelacin ExclusividadIntuicin PrecisinIntuicin PrecisinFlujo EstanqueidadFenmeno Ley naturalBosque "Muchos rboles" Las manos El Saber