Primera Moneda y Primer Resello de Honduras...

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Primera Moneda y Primer Resello de Honduras Oscar de la Cruz S. [email protected] 1 Bajo la dominación española circulaba en Honduras como en todo el mundo, la moneda cortada llamada también macuquina 1 , que se acuñaba en las diferentes cecas de América. En 1649 tomaron mucho auge las minas de plata en el territorio hondureño. En esa época no se hallaba moneda suficiente para pagar a los operarios, para suplir las necesidades, y los mineros laminaban desde hacía tiempos la plata y la cortaban en pequeñas hojas, las cuales corrían como moneda, las que eran aceptadas por los jornaleros de las minas en pago de su trabajo, lo mismo que como medio de pago en las compras y ventas hechas al comercio. Para el año de 1821, merced al sistema establecido por España, los pueblos de la Gobernación de Honduras se encontraban en una situación lamentable, no tenían comercio, la agricultura era pobre y el numerario limitado. La Casa de Rescates de Tegucigalpa tenía que enviar, a la Real Casa de Moneda de Guatemala, toda la plata rescatada que producían los minerales de la Villa, para que fueran acuñadas en dicha Casa y esperar algún tiempo para que se efectuara la remisión de moneda. Con este sistema llega la noticia de la Independencia a la ciudad de Comayagua el día 28 de setiembre de 1821. En Junta de ese día, el Gobierno de la Provincia de Comayagua, proclamó su libertad, pero con la condición de quedar independiente de Guatemala y sometida al Gobierno de México, o a Fernando VII. El mismo día, que a Comayagua llegaron los pliegos de la Independencia, a Tegucigalpa, el Ayuntamiento y pueblo en general se adhirieron con júbilo a lo actuado en Guatemala. El 22 de Noviembre de 1821 la Junta Consultiva de Guatemala acordó: “Que el Gobierno Político y de Hacienda de Tegucigalpa y demás pueblos de la Provincia de Comayagua que disientan del Gobierno de su Capital, resida en Tegucigalpa; que habrá una Tesorería General de Hacienda Pública subalterna de la de Guatemala y que ejercerá el empleo de Ministro Contador y de Ministro de la Casa de Rescates, el Teniente don José María Rojas y de Tesorero el Ensayador Don Narciso Rosal”. El 11 de diciembre de 1821 la Junta Consultiva de Guatemala otorgó el título de ciudad a la Villa de Tegucigalpa y el de Muy Noble y Patriótico a su Ayuntamiento. 2 Una de las grandes preocupaciones del Ayuntamiento de Tegucigalpa fue la instalación de una Casa de Moneda, para economizar gastos y facilitar auxilios a los mineros, y así lo hace saber al señor José Cecilio del Valle para que lo solicite en las Cortes Mexicanas. El 19 de abril de 1822 en la ciudad de Guatemala, el diputado por Tegucigalpa, licenciado José Santiago Milla, presentó por escrito, una moción ante la Junta Provisional Consultiva para que se sirviese formar expediente para la fundación de un Cuño de moneda en la ciudad de Tegucigalpa, o la traslación del de Guatemala, manifestando que de accederse a su solicitud resulta esa medida de general utilidad; no sólo para Tegucigalpa sino para las provincias todas, de que se compone el Reyno. La Provincia de Honduras es la única que produce los metales, que se acuñan en esa Casa, que las platas causan un costo considerable a los mineros en su conducción al Cuño, perjudicando a los mismos pues tienen que esperar la moneda acuñada para rescate de las platas y venderlas a menor precio, cuando en las cajas no hay dinero suficiente para el cambio. Esas y otras razones muy poderosas, indicaba el licenciado José Santiago Milla que se harán presentes al Supremo Gobierno, a donde se remitirá el expediente, y que justificarán la necesidad de esta medida. En abril de 1822 emprendieron viaje a México los señores don Joaquín y don Juan Nepomuceno Fernández Lindo con el fin de desempañar sus funciones de diputados a la Asamblea Constituyente del Imperio, en representación de la provincia de Honduras, sin desatender otros deberes. Los Lindo no perdieron tiempo en gestionar ante el Emperador Iturbide el establecimiento de una casa de moneda en 1 Monedas deformada que no tienen orla, ni cordoncillo 2 Castillo Flores, Historia de la Moneda de Honduras, p. 30

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Primera Moneda y Primer Resello de Honduras Oscar de la Cruz S.

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Bajo la dominación española circulaba en Honduras como en todo el mundo, la moneda cortada

llamada también macuquina1, que se acuñaba en las diferentes cecas de América.

En 1649 tomaron mucho auge las minas de plata en el territorio hondureño. En esa época no se

hallaba moneda suficiente para pagar a los operarios, para suplir las necesidades, y los mineros

laminaban desde hacía tiempos la plata y la cortaban en pequeñas hojas, las cuales corrían como

moneda, las que eran aceptadas por los jornaleros de las minas en pago de su trabajo, lo mismo que

como medio de pago en las compras y ventas hechas al comercio.

Para el año de 1821, merced al sistema establecido por España, los pueblos de la Gobernación

de Honduras se encontraban en una situación lamentable, no tenían comercio, la agricultura era pobre y

el numerario limitado.

La Casa de Rescates de Tegucigalpa tenía que enviar, a la Real Casa de Moneda de Guatemala,

toda la plata rescatada que producían los minerales de la Villa, para que fueran acuñadas en dicha Casa

y esperar algún tiempo para que se efectuara la remisión de moneda. Con este sistema llega la noticia

de la Independencia a la ciudad de Comayagua el día 28 de setiembre de 1821. En Junta de ese día, el

Gobierno de la Provincia de Comayagua, proclamó su libertad, pero con la condición de quedar

independiente de Guatemala y sometida al Gobierno de México, o a Fernando VII. El mismo día, que a

Comayagua llegaron los pliegos de la Independencia, a Tegucigalpa, el Ayuntamiento y pueblo en

general se adhirieron con júbilo a lo actuado en Guatemala.

El 22 de Noviembre de 1821 la Junta Consultiva de Guatemala acordó: “Que el Gobierno

Político y de Hacienda de Tegucigalpa y demás pueblos de la Provincia de Comayagua que disientan

del Gobierno de su Capital, resida en Tegucigalpa; que habrá una Tesorería General de Hacienda

Pública subalterna de la de Guatemala y que ejercerá el empleo de Ministro Contador y de Ministro

de la Casa de Rescates, el Teniente don José María Rojas y de Tesorero el Ensayador Don Narciso

Rosal”.

El 11 de diciembre de 1821 la Junta Consultiva de Guatemala otorgó el título de ciudad a la

Villa de Tegucigalpa y el de Muy Noble y Patriótico a su Ayuntamiento.2

Una de las grandes preocupaciones del Ayuntamiento de Tegucigalpa fue la instalación de una

Casa de Moneda, para economizar gastos y facilitar auxilios a los mineros, y así lo hace saber al señor

José Cecilio del Valle para que lo solicite en las Cortes Mexicanas.

El 19 de abril de 1822 en la ciudad de Guatemala, el diputado por Tegucigalpa, licenciado José

Santiago Milla, presentó por escrito, una moción ante la Junta Provisional Consultiva para que se

sirviese formar expediente para la fundación de un Cuño de moneda en la ciudad de Tegucigalpa, o la

traslación del de Guatemala, manifestando que de accederse a su solicitud resulta esa medida de

general utilidad; no sólo para Tegucigalpa sino para las provincias todas, de que se compone el Reyno.

La Provincia de Honduras es la única que produce los metales, que se acuñan en esa Casa, que las

platas causan un costo considerable a los mineros en su conducción al Cuño, perjudicando a los

mismos pues tienen que esperar la moneda acuñada para rescate de las platas y venderlas a menor

precio, cuando en las cajas no hay dinero suficiente para el cambio. Esas y otras razones muy

poderosas, indicaba el licenciado José Santiago Milla que se harán presentes al Supremo Gobierno, a

donde se remitirá el expediente, y que justificarán la necesidad de esta medida.

En abril de 1822 emprendieron viaje a México los señores don Joaquín y don Juan Nepomuceno

Fernández Lindo con el fin de desempañar sus funciones de diputados a la Asamblea Constituyente del

Imperio, en representación de la provincia de Honduras, sin desatender otros deberes. Los Lindo no

perdieron tiempo en gestionar ante el Emperador Iturbide el establecimiento de una casa de moneda en

1 Monedas deformada que no tienen orla, ni cordoncillo

2 Castillo Flores, Historia de la Moneda de Honduras, p. 30

Primera Moneda y Primer Resello de Honduras Oscar de la Cruz S.

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2

Tegucigalpa. Más aun propusieron, en unión de don Cayetano Bosque, también diputado, que se

trasladara a Tegucigalpa el cuño que funcionaba en Guatemala, fundamentándose en:

“... la improporción de la colocación de la Casa de Moneda en la capital de aquél reino con

respecto a la inmediación de las minas, resultando males y costos muy graves...”

Los representantes de la Provincia de Honduras, se dirigen al Secretario de Estado, para que

éste lo haga del conocimiento del Emperador Iturbide, un memorial fechado en la ciudad de México, el

31 de mayo de 1822, en el cual manifiestan que la falta de numerario es el principal motivo para que no

florezca la agricultura y la minería para lo cual sugiere acuñar moneda de cobre ofreciéndose a

suministrar los quintales necesarios para hacer la acuñación, lo que serviría para el pago de operarios y

gastos menores, acuñando 200.000 pesos por lo que pide que se fabrique en el cuño de la Ciudad de

Guatemala y que se reparta 40.000 a cada provincia, de esta forma la moneda no desaparecerá del

mercado ya que nadie tendría interés en ella3

Esta solicitud fue pasada al Sr. Rafael de Lardizábal, Superintendente de la Casa de Moneda de

México, quién con fecha 22 de junio de 1822 dice que se ejecute la labor de dicha moneda de cobre, no

hay inconveniente que en esta Casa se abran los troqueles de cuenta de aquella, o se remitan las

matrices si allí no hay quien pueda tallar.

Los mismos diputados Lindo y Bosque, en otra exposición presentada en México el 31 de mayo

de 1822 para conocimiento del Emperador, dicen: “La ciudad de Tegucigalpa que merece este nombre

sin la nulidad con que se lo dio la imaginaria autoridad de Guatemala, es el punto céntrico de las minas

de la Provincia de Comayagua y por esta razón se fijó en ella la Casa de Rescates de plata y oro para

que sin dispendio ni perjuicio cambiaren en ella su oro y plata los mineros por el precio de su ley,

remitiéndose los caudales de la Casa de Moneda de Guatemala. La remisión de estos caudales se

verificaba a voluntad del Superintendente de la Casa de Moneda cada año en cantidad de 100,000 a

150,000 pesos. Los comerciantes de platas de Tegucigalpa en el tiempo que no hay numerario en la

Casa de Rescates la pagan a 6 ps. 3 rs. y hasta 5 ps. y la reúnen para introducirla en la misma Casa de

Rescates que se los paga a 7 ps. 5 rs. a 7 ps. 4 rs., según su ley. La conducción de las platas en barras a

la Casa de Moneda desde la Provincia a Guatemala y la remisión de moneda de aquella a la de Rescates

de Tegucigalpa se verifica de cuenta de los mineros; deduciendo el tanto por ciento que se regula, que

siempre excede a más del costo que realmente causan las dos remisiones. El primer paso de protección

al ramo de minas es el de fijar en la ciudad de Tegucigalpa, como centro de las minas, el Cuño o Casa

de Moneda gobernada por una ordenanza sencilla a cargo de un Superintendente que lo puede ser el

Jefe Político subalterno de aquel Partido y los demás subalternos que exige aquel establecimiento

debiendo ser uno de ellos el Administrador actual de la Casa de Rescate4, los mineros de la zona

crearon un fondo con el cual haría frente a los gastos necesarios para abrir una Casa de Moneda.

Estas gestiones fueron hechas por conducto del Superintendente Lardizábal, quien informó al

Emperador el 22 de junio que:

“...con una sola Casa de Moneda en aquel territorio, hay suficiente para la acuñación de

cuantas platas produzca sus reales minas y en tal evento sería lo mas conveniente y más económico

trasladar la fábrica de monedas que hasta aquí ha estado funcionando en Guatemala con sus cuños y

demás máquinas a la expresada ciudad de Tegucigalpa, pues aunque los costos de su traslado sean

3 esta moneda no se acuño

4 Castillo Flores, Historia de la Moneda de Honduras, p.33-34

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grandes, mucho mayores deben ser los que deberían emprenderse en construirse de nuevo estos

instrumentos...”5

El Diputado D. Juan Lindo había comunicado el 25 de junio de 1822 a las autoridades de

Honduras que su Majestad Imperial le había conferido el Gobierno Político Superior e Intendente de

esta Provincia, en Julio se puso en camino para Comayagua, en donde el 12 de octubre tomó posesión

de su cargo.6

Sin Perjuicio de proseguir sus gestiones para el traslado del cuño de Guatemala a Tegucigalpa,

los señores Lindo mientras permanecían en México, lograron obtener un cuño provisional para

amonedar reales y medios reales en moneda cortada que hicieron llegar hasta Tegucigalpa para

amonedar las platas de este real de minas. La amonedación se hizo en el edificio del convento de San

Francisco7

Dicho cuño comenzó a funcionar en los primeros meses del año 1823, con no disimulado

descontento de los habitantes de Comayagua.

Pocos días debe haber trabajado este cuño, puesto

que el 1° de mayo de 1823 la Provincia de

Comayagua acordó unirse al Reino de Guatemala

para formar una nación independiente. Desde esa

fecha las monedas acuñadas con los troqueles de

los Lindo resultaban inadecuadas para la nueva

situación política

No ha sido posible saber quien instaló un

cuño provisional en la ciudad de Comayagua, pero

es de suponer que fue el Señor Lindo, quién a la vez era Intendente de la Provincia, se dedicaba a la

minería, también se sabe que él posteriormente acuñaba moneda en el Pueblo de Minas de Oro. No

consta en ningún documento oficial que Lindo haya traído troqueles para amonedar desde México.

Cuando Centro América perteneció al Imperio de Iturbide en México se acuñaron en

Tegucigalpa y Comayagua monedas de plata

de uno y dos reales, se han registrado dos

variedades mayores en monedas de dos reales,

se utilizaron dos juegos de cuños, un juego

lleva en el anverso, al centro la cabeza de

Iturbide, por orla ENPER—AGUSTIN. 1823

y al reverso: El Águila Mexicana coronada

sobre cactos — MP. 2 R y otra moneda que

llevaba en el anverso: el Aguila Mexicana

coronada, sobre cactos — M.P. 2 R y en el

reverso: Dentro de la Cruz, leones y castillos

con cuatro festones en semicírculo M. P. 2 R.

5 Zelaya , Manuel A. Apuntes para la Historia de la Moneda de Honduras., p. 11

6 Durón Rómulo, Bosquejo Histórico de Honduras, p. 150

7 Vallejos Antonio R., Fomento capitulo XIII

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Los troqueles utilizados en

Tegucigalpa para monedas

de uno y dos reales tenían

los mismos tipos de la

moneda española, es decir

en el anverso: entre los

brazos de la cruz, castillos

y leones con cuatro juegos

de doble semicírculo, a los

lados M:P., en la parte

superior PLVS VLTRA.

En el reverso las columnas

de Hércules, encima de

dos líneas onduladas. Las

columnas están divididas

por dos líneas horizontales, P-2-M ---SVLTR --- T-823-G.

Excepto uno que tenía el escudo del Imperio Mexicano en el reverso, casi todas llevan la leyenda

TEGVSIGALPA, las letras M. P. Que corresponden a moneda provisional 2 R, la fecha 1823 y LA que

suponemos corresponden a las iniciales del ensayador8

Macuquina acuñada en Tegucigalpa 1823, plata, 2 reales9

Se fabricaron aproximadamente siete troqueles, los cuales fueron gravados por Juan Pablo

Andrade (herrero) que grava (sic)

A mediados del mes de marzo de 1823 se dio principio a la acuñación de moneda provisional en

una casa propiedad del señor Mariano Castejón.

Durante y después de la fallida anexión al Imperio de Iturbide, en Honduras se acuñaron

monedas provisionales utilizando cuños traídos aparentemente de México y maquinaria construida

localmente tanto en Comayagua como en Tegucigalpa. Existieron monedas de ½, 1, 2, y 4 Reales de

acuñaciones realizadas en 1823 y 1824 que no se ajustaban a las normas – de forma y contenido de

plata – de la Federación Centroamericana de la que el Estado de Honduras formaba parte.

Adicionalmente, tales monedas – debido a su diseño burdo -, así como otras piezas provenientes de

otros lugares que circulaban en los mercados, estaban siendo falsificadas tanto localmente como en los

Estados vecinos.10

El 19 de marzo de 1824 se aprobó una ley que define las características que deben tener las

monedas acuñadas en las Provincias Unidas del Centro de América, claramente se establece la ley y el

peso de las monedas acuñadas en la Federación. Las acuñadas en Honduras no cumplían con estos

requerimientos, por lo que eran rechazadas en los Estados vecinos, en vista de lo anterior, y del

problema originado por la circulación de moneda falsa la Municipalidad de Tegucigalpa y el Gobierno

del Estado de Honduras acordaron solicitar a Guatemala la compra de máquinas para acuñar monedas

debido a la carencia de recursos fiscales que padecían, esta compra no se pudo realizar por lo que se

solicitó a los vecinos un empréstito para edificar la Casa de Moneda, dinero que se devolvería con las

ganancias que produciría la Casa de Moneda. Dos meses después el gobierno no logra concretar su plan

8 Castillo Flores, Historia de la Moneda Hondureña p. 37

9 Krause Chester L, Mishler Clifford, Bruce Colin R, Spain, Portugal and the New

World, 2002, 292 p. 10

Jovel Roberto La Contramarca de Honduras en 1825, p.1

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por lo que decide marcar las monedas para diferenciar la buena. El 5 de noviembre de 1824 la

Asamblea Constituyente del Estado de Honduras emitió un decreto ordenando que se marquen las

monedas con punzones después de examinarlas las así marcadas no podrían ser repugnadas por ningún

sujeto dentro del Estado, las que resulten adulteradas se amortizaran por su contenido en plata con

deducción de los costos que haya de erogarse en la operación, los habitantes podrán presentarse con

este tipo de monedas desde el 15 de diciembre hasta el 15 de febrero para ser remarcadas.

En vista de que los punzones no llegaban de la Casa de Moneda de Guatemala la Asamblea del

Estado hondureño encargó al ensayador local don Narciso del Rosal que fabricara urgentemente cuatro

de ellos. A fines de diciembre del mismo año los punzones no habían sido fabricados y el problema de

la moneda falsa se había agudizado. Por ello del 17 de diciembre de 1824 la Asamblea decidió que por

ese momento y mientras llegan los punzones se remarque las monedas con el sello público que antes se

utilizaba para quintar la plata. El Poder Ejecutivo ratificó el decreto y designó para realizar dicho

trabajo, de examen y resello de las monedas de Tegucigalpa, al ensayador Don Narciso del Rosal, al C.

Juan Pablo Andrade y a un individuo de la municipalidad. Esta comisión llevaría un libro de las

monedas que recibieran con destino a la fundición y otro para las que se resellarían. La marcación de la

moneda dio inicio el 7 de junio de 1825. Los punzones que se utilizaron eran los que usaban en tiempo

de la colonia para certificar que se había cumplido con el pago del quinto real a la Corona11

Macuquina acuñada en León Nicaragua, Plata,

4 reales, 1824 con doble resello de corona12

Una preocupación constante del

Gobierno del Estado, desde la declaratoria de

independencia, fue el establecimiento de un

cuño formal o Casa de Moneda en

Tegucigalpa, para lo cual sobraban razones,

como las que expuso don Juan Lindo en su petición al Gobierno Imperial de México. En sesión del 25

de noviembre de 1824 de la Asamblea Constituyente, la Comisión de Hacienda propuso lo siguiente:

“Que de las gruesas cantidades que adeudan a la Haceduría de Diezmos de Comayagua varios sujetos,

el Gobierno pueda tomar en calidad de empréstito las mejores deudas hasta la cantidad de quince mil

pesos con el objeto de que esta suma se invierta en las máquinas necesarias de un cuño formal.” Por

este tiempo ya el Gobierno había comisionado a los C. C. Próspero Herrera y Francisco Aguirre,

residentes en Guatemala, “para que entendiesen en facilitar los instrumentos, grabador. etc., que se

necesitan para el establecimiento del cuño de está ciudad” (Tegucigalpa).

Estos ciudadanos informaron que habían pasado en persona a la Casa de Moneda de aquella

corte a reconocer los instrumentos que se pidieron; que se había recomendado al mejor inteligente la

formación del cálculo del costo de ellos y que se procedería a fabricarlos inmediatamente después de

recibidos los fondos necesarios. Parece que hubo dificultades en la situación del dinero y que por ese

motivo la operación no se llevó a cabo.

El 7 de marzo de 1825 se emitió el decreto No. 32: La Asamblea Constituyente del Estado de

Honduras, deseando por cuantos medios sean posibles el establecimiento de la Casa de Moneda en

Tegucigalpa, decreta: que sobre el valor del oro y la plata se cobrara un 5% como derecho provisional

de la Casa de Moneda, lo que se produzca por esto se llevara en cuentas separada de otro ingresos de la

11

Jovel Roberto La Contramarca de Honduras en 1825, p. 5 12

Jovel Roberto La Contramarca de Honduras en 1825, p. 6

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Hacienda Publica, solo se podrá disponer de este dinero para asuntos de la Casa de Moneda, solo se

cobrara hasta que sea instalada la Casa de Moneda y para su arreglo y administración, formará el

Gobierno, una ordenanza especial que pasará a la Asamblea para su aprobación.

En enero de 1825, el C. Diputado a la Asamblea Nacional Próspero Herrera dio aviso de que de

las máquinas que se habían pedido para el cuño se estaba trabajando la de acordonar, única que podía

ser de fácil transporte, y sugería que se fabricaran en Tegucigalpa las demás, que serían muy pesadas.

A mediados de este mismo año sé comisionó al C. José Cecilio del Valle para que contratara en

Guatemala un grabador.

Los numismáticos atribuyeron por varios años las monedas de 2 reales de 1825 a Nicaragua

debido a las letras “NR” que aparecieron al reverso con circuncisión con la letra “P”. El profesor y

numismático Jorge Línes de Costa Rica acreditado para aclarar el problema, quien se basó en las

siguientes reflexiones para asegurar que estas monedas se había acuñado en Honduras:

l°—La orden de suspender la acuñación salo se refiere a monedas de Tegucigalpa y de Costa

Rica; 2°—En Nicaragua nunca se ha acuñado moneda; 3° Las iniciales “N.R.” del reverso, que

equivocadamente fueron tomadas como representativas de Nicaragua, corresponden al nombre de don

Narciso Rosal quien era el Ensayador Oficial de la Casa de Moneda de Tegucigalpa en aquella época;

4° —La inicial “T” es la de la ceca dc Tegucigalpa; y, 5° —“II D” indica la ley de la moneda, once

dineros.

Con la exacta interpretación que el Prof. Lines da a las diferentes inscripciones contenidas en

estas monedas, no queda la menor duda de que se trata de aquellas cuya fabricación fue autorizada por

la Asamblea Constituyente del Estado, el 15 de noviembre de 1824, conforme al modelo presentado

por el C. Miguel Rafael Valladares, y que estaba arreglado, en lo posible, a lo prevenido por la

Asamblea Federal, en su decreto del 19 de marzo de 1824 sobre la moneda que se acuñase en los

Estados.13

Don Dionisio de Herrera en su Mensaje leído en Comayagua ante la Primera Asamblea

Ordinaria del Estado, el 5 de abril de 1826, manifestó que había trabajado incesantemente por el

establecimiento de la Casa de Moneda, o por perfeccionar siquiera la acuñación provisional, y que hizo

cuanto dependía de sus facultades para la acuñación del millón y medio de pesos, decretada por la

Asamblea Constituyente. La Asamblea Constituyente del Estado de Honduras autorizó a Miguel R.

13

Zelaya Manuel A., Apuntes para la Historia de la Moneda en Honduras, p. 22

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Valladares acuñar moneda el 15 de noviembre de 1824. El diseño, el cual propuso Valladares cumplía

con las regulaciones de la Federación, fue certificado e inició la producción en enero de 1825 y aseguró

que podía acuñar hasta quinientos pesos diarios. En marzo la acuñación estaba en pleno

funcionamiento y así continuó hasta el mes de mayo en que la Asamblea, reunida en Comayagua, le

fijó un término de quince días al C. Valladares para que se presentara a ocupar su asiento de Diputado.

Por más que se excusó, alegando que con su ausencia se interrumpiría la fabricación de moneda. Fue

obligado a trasladarse a Comayagua. A fines del mes de julio, por mandato de la Asamblea del Estado,

en obediencia a una orden del Gobierno Federal de Guatemala, quien a su vez, cumplía una resolución

del Congreso Federal, se suprimió definitivamente la acuñación de estas monedas.

La mencionada resolución del Congreso Federal estaba redactada en los siguientes términos:

“Llamada la atención del Congreso

Federal por uno de sus miembros acerca del

desarreglo y ninguna identidad con la moneda

del cuño de esta capital, de la que se está

fabricando en Tegucigalpa y Costa Rica, así de

oro como de plata: de los notables defectos del

tipo de dichas monedas, que aunque es el de la

Republica, está muy mal figurado, y de la

facilidad con que por lo mismo puede

contrahacerse principalmente por los extranjeros. Y deseando el Congreso evitar el descrédito y demás

fatales consecuencias que de aquel principio puede resultar, en grave daño de los intereses de la

Nación, se ha servido acordar en sesión de hoy se diga al Gobierno:

Que en conformidad con lo expuesto por las leyes, haga suspender la acuñación en los Estados de

Honduras y Costa Rica, hasta que tengan matrices tales que la moneda salga enteramente igual a la

que se fabrica en la Casa o Cuño de esta, capital cuidando el mismo Gobierno de remitirlas a la mayor

brevedad” 14

Este acuerdo del Congreso Federal fue emitido el día 6 de mayo de 1825 y comunicado al Gobierno en

la misma fecha, para su cumplimiento.

Como se ha dicho, la Asamblea Federal reunida en Guatemala no quedó satisfecha con el

arreglo, en lo posible, de la moneda acuñada en Honduras y a la vez que ordenó la suspensión de su

fabricación, dispuso que se remitieran a Tegucigalpa, a la mayor brevedad posible, matrices tales que la

moneda saliera enteramente igual a la que se fabricaba en el cuño de aquella capital.

Muy pronto deben haber llegado las matrices a Tegucigalpa, puesto que el mismo año de 1825

ya se estaban amonedando piezas de 2 Reales con los troqueles amoldados en dichas matrices, y es

probable que sólo piezas de ese valor se hayan acuñado. Al centro del anverso lleva una cordillera de

cinco volcanes con un sol naciente tras el primero de ellos y alrededor la leyenda que dice:

“REPUBLICA DE CENTRO-AMER. 1825”. En el reverso tiene grabado al centro el árbol de la

libertad (una ceiba) con la cifra “2” y la letra “R” a uno y otro lado del tronco; al contorno lleva la

inscripción: “LIBRE CRESCA FECUND. T. M. 10 D. 20 G”. Aparentemente, después de acuñada una

reducida cantidad de estas piezas, no se volvió a fabricar legalmente otra moneda, sino hasta el año de

1831. La casa de acuñación de Tegucigalpa fue cerrada por varios años después de la pequeña

producción de las monedas de dos reales de 1825, hasta que los esfuerzos fueron hechos a través de la

14

Zelaya Manuel A., Apuntes para la Historia de la Moneda en Honduras, p. 20-21

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Federación para reabrirla a finales de 1830, cuando ya se había instalado la nueva maquinaria que don

José Cecilio del Valle hizo llegar de Guatemala, por encargo del Presidente Morazán.

No he encontrado referencias de monedas macuquinas de 4 reales acuñadas en Tegucigalpa o

Comayagua, sin embargo Krause and Mishler, en su catálogo, presentan fotografías. También en las

subastas de Ponterio y Asociados se han puesto a la venta dos ejemplares de 4 reales catalogados como

acuñados en Honduras. En los libros de Arturo Castillo Flores, “Historia de la Moneda de Honduras” y

Manuel A. Zelaya, “Apuntes para la Historia de la Moneda de Honduras”, así como en otros

documentos que he podido consultar no se habla de macuquinas de 4 reales.

El General Francisco Morazán una figura prominente en la historia hondureña y de

Centroamérica, y mas tarde presidente de la Federación 1830 a 1838, ordenó que los cuños y

maquinaria fueran enviados de Guatemala a Tegucigalpa en 182915

A principios de 1829, persistiendo el Gobierno en la adquisición de una maquinaria completa

para la acuñación de monedas, dio poderes al C. José Cecilio del Valle para que contratara su compra

en Guatemala. Después de vencer muchas dificultades de orden técnico y económico, y de haber

transcurrido más de un año, llegó el cuño a Tegucigalpa y con él el Teniente-Coronel Angel Floripe,

quien comenzó a instalarlo a mediados de 1830, teniendo como grabador al C. Juan Pablo Andrade.

Según un informe fechado el 4 de agosto de 1834 y firmado por los C. C. José Inés Navarro, Francisco

Botelo y Rafael Estrada, todos

ellos empleados de la Casa de

Moneda, el cuño Comenzó a

funcionar el día 2 de agosto

1831, amonedando piezas de

dos reales, un real, medio real

y un cuartillo. Sin embargo,

las primeras monedas

acuñadas llevan la fecha de

1830, posiblemente porque los

troqueles fueron preparados

con mucha anticipación por el

grabador Andrade.

El diseño de estas monedas estaba en un todo ajustado a lo prescrito por la Asamblea

Constituyente de Guatemala en su decreto de 19 de marzo de 1824. Las piezas de dos reales y de un

real tienen grabada en el anverso la cadena de cinco volcanes y detrás de ellos y a su derecha un sol

naciente; al contorno llevan la leyenda: “REPUBLICA DEL CENTRO DE AMERICA 1830.” Al

reverso tienen el árbol de la libertad con el valor de la moneda a la altura del tronco y la leyenda:

“LIBRE CRESCA FECUNDO. T. F. 10 D. 20 G.” Estas monedas del tipo federal sólo se acuñaron

durante el año de 1831. En adelante la acuñación fue de moneda del Estado. Para corroborar la

afirmación de que estas monedas sólo se acuñaron en 1831, se copia en seguida el punto de acta de la

sesión celebrada el 7 de abril de 1831 por la Asamblea Ordinaria del Estado, que dice

“Se leyó otra nota del mismo Ministerio (Ministerio General) manifestando que estando ya

para dar principio a la amonedación de Reales, Medios y Cuartillos, es de absoluta necesidad la

derogación del Decreto del 6 de abril del año pasado de 29 que permite la extracción de platas en

pasta pagando un seis por ciento, y que al efecto la Legislatura emitiese otro prohibiendo dicha

15

Alcedo Almanzar

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extracción, y discutida del momento se acordó: que pasase en comisión a los Ciudadanos Diputados

Francisco Lazo y Miguel Bustamante para que mañana de toda preferencia sea despachada, y

mientras tanto se diga al Gobierno, mande ahora mismo publicar bando en esta Ciudad sobre estar

derogada dicha ley de 6 de abril del año de 1829. Haciendo igual manifestación a la comisión de

Hacienda”.

De la moneda del tipo federal; es decir, la que lleva la leyenda “República del Centro de

América” se acuñaron 18.676 pesos, 2 reales y un cuartillo, con la ley de 10 dineros y 20 granos, que

era la misma de la moneda acuñada por el Gobierno español.

En resumen, podemos decir que en Honduras se acuño moneda macuquina que no fue

reportada, y que no hay registro de su lugar de acuñación, por lo que de varias monedas macuquinas

que han aparecido clasificadas como raras, no se puede determinar su procedencia.

Bibliografía Básica:

Barahona Rubén, Breve Historia de Honduras, 5° edición, editorial Azteca, 1943, p. 193

Baldallo, Rolando información enviada por Internet

Brian R. Stickney and Alcedo F. Almanzar, The Coinage and Paper Money of Honduras.

Castillo Flores, Arturo, Historia de la Moneda de Honduras, Edición del Banco Central de Honduras,

1974, 233 p.

de la Cruz de Lemos, Vladimir, revisión de texto

Durón, Rómulo E., Bosquejo Histórico de Honduras, Editorial Baktun, 3° edición 1982, 216 p.

Heritage Auctions, algunas fotos utilizadas en este trabajo se encontraron en internet:

http://coins.ha.com/world-and-ancient-coins/?ic=Task-coins-world-121913-interior

Jovel, Roberto, La Contramarca de Honduras en 1825. información enviada por Internet

Krause Chester L, Mishler Clifford, Bruce Colin R, Spain, Portugal and the New World, 2002, 648

p.

Revista Ariel , Historia de la Moneda en Honduras. Abril 1971, p. 7 ª 9

Vallejos R. Antonio Primer Anuario Estadístico, Correspondiente al año 1889, Fomento, capítulo XIII

Zelaya , Manuel A. Apuntes para la Historia de la Moneda de Honduras.,

Nota: el tamaño de las monedas en las fotos es mayor al tamaño de la moneda original