PROBLEMATICA DELSERVICIO DOMESTICO

REMUNERADO EN VENEZUELA *

CARACTERISTICAS PRINCIPALES DEL SERVICIO DOMESTICO

El tema que desarrollaré a continuación está directamenterelacionado con la situación actual y las perspectivas del empleo delas mujeres en actividades de bajo status social, me refiero, enconcreto, al caso del servicio doméstico remunerado (SDR).

Para comenzar es bueno señalar que en relación con estetema, en nuestro país -al igual que en la gran mayoría de los paíseslatinoamericanos- prácticamente no existen materiales bibliográ­ficos, 10que es una clara indicación de la ausencia de investigacióno análisis sobre la problemática de este grupo particular de tra­bajadores. En principio, esto no debiera sorprender porque, comoes ampliamente reconocido, el servicio doméstico constituye unafigura que institucionalmente pertenece a la organización precapí­talista del trabajo, siendo de hecho una herencia del sistema feudal(Watson, 1935). Es por 10 tanto un anacronismo histórico o algoparecido y muy pocos investigadores demuestran interés por elanálisis de este tipo de instituciones. No obstante ésto nos ha pa­recido conveniente aproximarnos (aunque sea superficialmente) alestudio de la problemática implícita en la organización de este tipode trabajo, en sus características económicas y sociales y en susperspectivas de evolución histórica.

* Cap. 4 del Libro El Trabajo Femenino, publicado por el Ministerio de laJuventud, Caracas, Mayo de 1985.

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En este intento podemos partir de una breve caracteriza­ción histórico-estadística de la situación ocupacional del grupo 1.

El prmer rasgo que cabe destacar en relación al SOR es elpredominio numérico del personal femenino. A partir de 1941, laparticipación de las mujeres en el SOR ha sido sistemáticamentecreciente, llegando a constituir en 1981 el 96% del total; lo que in­dica abiertamente que el trabajo doméstico a sueldo constituye una

.de las ocupaciones que presenta un mayor índice de feminización.(Ver Cuadro Nº 1)

En segundo lugar, que -desde el punto de vista de su evo­lución histórica- existe una clara tendencia al estancamiento y, alparecer, a la regresión de su crecimiento numérico. Mientras entre1941 y 1950 el SOR femenino aumentó en 13 mil trabajadoras, en1950-61 disminuyó en 2.600, para luego volver a incrementar en13.700 personas en los 20 años que van de 1961 a 1981. Este com­portamiento vacilante de la oferta de trabajadoras del SOR alserconfrontado con la evolución del número de hogares, ha de­terminado que relativamente cada vez sea menorel número de éstosen los cuales se dispone de dicho personal. Así, y expresado enforma alternativa, mientras en 1941 era posible encontrar un SORpor cada seis hogares, en 1981 esta proporción era de 1 a 22.

Tercero, el SOR ha sido y continúa siendo un trabajo rea­lizado predominantemente por mujeres jóvenes. En 1950,44% deestos trabajadores tenían menos de 24 años y 28% no habíancumplido los 20 años; cifras que se habían elevado a 46 y 29% en1981, respectivamente. Además, en ese mismo período la media-

La principal fuente estadística para este tipo de análisis lo constituyen loscensos de población levantados por la OCEI. Debe agregarse que debido arazones de clasificación censal aquí sólo consideraremos a aquellas perso­nas que realizan labores domésticas por un sueldo y salario, vivan o no enel hogar en el cual trabajan. Se excluyen, lógicamente, de esta cifra a losayudantes familiares no remunerados, puesto que si bien muy corriente­mente llevan tareas lÍpicas del SOR, no lo hacen en condiciones que le seanequiparables desde el punto de vista de la relación de trabajo.

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CUADRO N'1INDICADORES DE LA EVOLUCION HISTORICA DEL SERVICIO DOMESTICO REMUNERADO (SDR)

INCREMENTO

ABSOLUTO RELATIVO (2)

SDR

AÑOS MUJERES % (1)

1941 109.438 88.6

1950 122.419 82.7

1961 119.819 93.3

1981 133.527 96.0

Fuente: OCEI, censos de Poblaci6n(1) Por cientode mujeresen el SORtotal(2)Tasa de crecimiento anual

12.981

-2.600

13.708

+1.2

-0.2

0.6

SDR POR HOGAR

1;6

1;8

1;12

1;22

na de edad de dichas trabajadoras descendió de 28 a 26 afios.(VerCuadro Nº 2).

Cuarto, aunque progresivamente feminizada en su con­junto para todos los grupos de edad, el SOR constituye, sin embar­go, un campo de trabajo que cada vez atrae menos al personal fe­menino venezolano. Así, en 1940, en esta ocupación estaban em­pleadas el 40% del total nacional de trabajadoras; en 1981 , aquéllasólo daba empleo al 11% de las mujeres activas en el mercado detrabajo. Este hecho que es más pronunciado en el caso de las mu­jeres adultas, parece poner de relieve un cierto patrón de compor­tamiento (conforme a la edad) de las trabajadoras del SOR, y el cualse caracterizaría: a) por la temprana incorporación de la mujer aestas actividades; b) por la permanencia en la misma durante unperíodo más o menos amplio (aproximadamente 10 años), despuésdel cual la trabajadora doméstica cambia de ocupación se retira delmercado de trabajo y, e) permanencia en el SOR en un lapso detiempo mayor para un segmento más reducido de las trabajadoras,lo que podría indicar la propensión a una cierta especializaciónocupacional de este subconjunto.

Quinto, el SOR está experimentando cambios importantesen lo que respecta a sus condiciones de contratación. Entre estosquizás el más resaltante tiene que ver con la sustitución progresivade la doméstica tradicional, que habita en el hogar donde trabaja,por el SOR contratado para un trabajo regular sobre una basemensual o por día y esporádico, pero que no reside en su lugar delabor. En efecto, de acuerdo con una investigación que realizamosen 1983,2 casi la mitad del SOR era del tipo "fijo que no habita"(48,7% deltotal); 20% estaba constituido por personal contratado;16% era servicio doméstico tradicional y 13% realizaba su trabajoen forma esporádica.

2 Héctor Valecillos T., División del Trabajo, distribución personal deltiempo diario y valor económico del trabajo realizado en los hogaresvenezolanos. Ministerio para la Participación de laMujerenel Desarrollo,Caracas, 1983. Cap. V.

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Sexto, ha namdo Igualmente una tendencia a la continuasuplantación del personal venezolano por empleadas domésticasde origen extranjero (especialmente, colombianas, dominicanas yecuatorianas). De este modo, aunque las venezolanas aún son ma­yoría (54% deltotal), ellas se localizan principalmente en lasciudades medianas y pequeñas. Por el contrario, en las grandesciudades (Area Metropolitana de Caracas, Maracaibo, Valencia ySan Cristóbal) el porcentaje de extranjeras es mayoritario. 3

Séptimo, el SOR venezolano sigue siendo desempeñadopredominantemente por las mujeres que han emigrado del campoo de pequeñas localidades. En tal caso, el SDR va mucho más alláde las funciones que ordinariamente cumple otro tipo de trabajo,constituyéndose en el camino de socializaciónpor excelencia de lasadolescentes o de las jóvenes que emigran a la ciudad. Es decir, enestas circunstancias, el SOR se constituye prácticamente en elabrigo, la comida, la casa y la familia. 4

Octavo, la gran mayoría de estas trabajadoras se empleanen hogares de la clase media y alta, 10que indica que la contrata­ción del SDR es función creciente del nivel de ingreso de la familia.Según el Estudio antes citado, "... en 1983, mientras los hogarescon ingresos inferiores a Bs. 3.000 al mes que constituyen e166%del total de hogares encuestados, emplean sólo el 14% del total de

3 Un hecho conexo interesante que cabe señalar es que, como resultado de ladevaluación del bolívar y de la consiguiente baja del salario del SDR ex­presado en moneda extranjera, se ha producido una detención (probable­mente transitoria) de aquél proceso, así como una aparente reversión de latendencia sustitutiva arriba señalada. Este fenómeno, en el marco de unaescasez general de mano de obra disponible para el SDR ha dado lugar a lareaparición de formas de "contratación" de dicho personal que prác­ticamente habían desaparecido del país. Nos referimos a la búsqueda deniñas o adolescentes (preferentemente campesinas o de origen sernirural),a quienes se mantiene en los hogares con el propósito de "terminarlas decriar", utilizándolas entonces como "muchachas de servicio" .

4 Este hecho posee tremendas implicaciones limitativas para el desarrollo dela personalidad, favoreciendo la negación de la mujer como persona, de susexualidad y de su vida privada, y creando las bases para hacer efectiva lanegación del ejercicio de su autonomía como persona.

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del trabajo, salascondiciones enquese realiza y albajostatus quele es socialmente inherente.

Enla práctica, noobstante loscambios apreciables experi­mentados en el "ambiente interno" donde lleva a cabo su trabajo(debido principalmente a la disminución, en promedio, de la di­mensión física del hogar, a la reducción del tamaño del grupofamiliar y a la mayor disponibilidad de electrodomésticos), encuanto a la actividad altamente personalizada, tanto en 10 querespecta a las tareas ejecutadas como a la relación patrono-em­pleado, y a la reducida especialización laboral que conlleva sugestión, la labordelSDRsiguesiendo idéntica a la quefuehace50o más aflos.

Estehechoseve agravado porel bajostatus socialdeestetipodetrabajo queasigna almismo uncarácter servil, o entodoca­so subordinado, desprovisto de todo reconocimiento, indeseado ysobrellevado solamente por razones de estricta necesidad econó­mica. Este auténtico status servil del trabajo doméstico remune­radoha impedido quela ocupación atraiga y conserve personal enconsonancia con10que aparenta serunapermanente demanda in­satisfecha delmismo. Fenómeno quecoincide conunamejoría in­discutible enlasremuneraciones reales y enlascondiciones de tra­bajoy de vidade estostrabajadores.

5 Aunque no nos es posible, en esta oportunidad, examinar en detalle los di­versos rasgos que especificanel trabajo domésticoasalariado; cabe señalar,empero, algunas características que le asignan una dimensión atrasada oanacrónica a esta actividad, en comparación con otros tipos de trabajo lle­vados acabo fuera del hogar. Para comenzar, aquel es un proceso de trabajotípicamente individualizado que se lleva a cabo aisladamente en el hogar.Es por lo tanto, una actividad que se realiza en ausencia de cooperación ydivisión del trabajo, no existiendo mayormente necesidad de coordinartareas y esfuerzos entre distintos ejecutantes. Su realización se percibecomo la gestión simultánea de tareas distintas, cuya ejecución conlleva enforma regular interrupciones y recomienzos. La secuenciay los horarios delas tareas están condicionadas por las rutinas y gustos de la familia (Cf.Katzman, 1978, y CEPAL, 1984).

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Al factor básico antes mencionado se agregan otros ele­mentos vinculados a la dinámica del mercado de trabajo, a la evo­lución del sistema económico, y a cambios más amplios en las for­mas de vida de la población venezolana. Entre estos factores cabecitar:

a) La apertura y disponibilidad de otros tipos de trabajopara las mujeres, y la reducción del número de em­pleadas del SDR deseosas de trabajar en las condi­ciones tradicionales. Más allá de retrocesos de cortoplazo, que reflejan en gran medida las coyunturasrecesivas de la economía, es indiscutible -y fácil dedocumentar-la creciente incorporaciónde las mujeresvenezolanas al mundo de trabajo extrafamiliar, cons­tatable en la elevación de largo plazo de las llamadastasas de participación femenina, y en una diversifica­ción menos acentuada de los patrones ocupacionalesde nuestras trabajadoras (Valecillos, 1982). Natural­mente, en la medida en que las mujeres han tenido ac­ceso a empleos en las actividades comerciales, banca­rias, de servicios públicos y, en menor grado, en cier­tas ramas de la industria manufacturera, y en que esteacceso ha privilegiado la incorporación de los jóvenes;la disponibilidad de personal femenino para trabajarcomo domésticas en los hogares se ha resentido críti­camente.

b) El agotamiento progresivo de las reservas de mano deobra campesina, la cual ha conformado tradicional­mente la fuente principal de la oferta de trabajadorasdel SDR. Dicho agotamiento, implícito en la desacele­ración del ritmo migratorio hacia las ciudades, se hizopatente ya a finales de la década de 1960, pero adquie­re un carácter abieno a partir de los anos 1970. Unfactor contrarrestante de esta tendencia, que tempo­ralmente ha amortiguado la escasez de este personal 10constituye la mano de obra extranjera, proveniente

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principalmente de Colombia, República Dominicanay Pero.

e) La disminución del tamaño medio de las familias,especialmente en los sectore s de clase media, y el usodel apartamento como vivienda predominante. La pro­gresiva conformación de los estratos medios sobre labase del tipo de familia llamado nuclear (la pareja yuno o dos hijos) y la progresiva disminución en eltamaño medio de la unidad residencial (implícita en lasustitución de la casa o quinta por el apartamento, ensus diferentes variantes) han tendio un efecto neto ne­gativo sobre la demanda de trabajadores del SDR,alterando de paso el patrón temporal de contrataciónde dicho personal. En efecto, mientras el primer ele­mento ha favorecido el empleo de domésticas, espe­cialmente cuando los hijos del grupo se encuentran enla "primera infancia" y simultáneamente la madretiene obligaciones laborales fuera del hogar; el segundoelemento ha contribuído, a su vez, a disminuir la in­corporación de aquellas trabajadoras, entre otras cosasporque ha resultado crecientemente oneroso para la fa­milia disponeren forma permanente de una habitaciónpara el uso exclusivo del servicio doméstico. Esteúltimo elemento ha ejercido una mayor incidencia ne­gativa en la medida en que se ha agudizado la crisishabitacional y se han encarecido fuertemente los cos­tos de adquisición o arrendamiento de los apartamen­tos; fenómeno indiscutible observable en las grandesciudades del país.

d) Un factor que se agrega negativamente, deprimiendoaún más la demanda de trabajadoras dométicas tieneque ver con la creciente introducción y uso de elec­trodomésticos en los hogares, y con el empleo masivode productos alimenticios envasados al vacío y de fácil

preparación y conservación. Estas modificaciones enla tecnología del trabajo doméstico y en la forma desatisfacer necesidades de consumo dclgrupo familiar,han contribuido a aligerar la carga real del trabajo ho­garcño llevado a cabo por las amas de casas, y/o hanpermitido conciliar la realización (por parte de las mu­jeres casadas o con responsabilidades familiares) deuna actividad laboral extradoméstica conlas que carac­terizan típicamente la gestión al interior de los hoga­res. Las razones de esta contribución radican en que loscambios citados permiten a la mujer compartir con loshijos y/o con la pareja la ejecución de ciertas tareas do­mésticas, así como diferir y concentrar temporalmentela ejecución de otras. 6

Esto ha hecho que se reduzcan las presiones en favordel SDR en condiciones tradicionales alentando másbien la demanda del mismo para la realización de ta­reas específicas y por días.

e) Finalmente, un factor adicional que ha contribuido adesalentar la demanda de SDR se asocia al deterioro enlos niveles ocupacionales de la clase media, en par­ticular a la baja de los salarios reales del estrato pro­fesional. Este fenómeno, inherente al cuadro de estan­camiento de la economía venezolana observable a par­tir de 1979, Yen especial a la congelación de los cargosa nivel gubernamental, han conducido a una modifica­ción en e patrón de gastos de la clase media, una decuyas manifestaciones más frecuentes consiste en el

6 Naturalmente, como se constata en la investigación antes citada, ni la mayorduración de electrodométicos ni el uso generalizado de alimentos envasa­dos conducen por sí solos, es decir en asuencia de la eliminación de la se­gregación tradicional de los roles hombre-mujer en la vida cotidiana de lafamilia, a la supresión o reducción significativa de la doble jornada laboralde las amas de casa incorporadas al mercado de trabajo socializado.

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despido o no contratación de trabajadoras domésticas.Es decir, ante un aumento más o menos contínuo yapreciable en los niveles de remuneración de estastrabajadoras, la clase media ha intentado preservar sunivel de consumo, despidiendo o no empleando SDRcuya contratación puede significarle un desembolsoque oscila entre 10 y 25% del ingreso familiar.

En el caso de las parejas de profesionales jóvenes, esteencarecimiento relativo del SDR (es decir, como pro­porción del ingreso del grupo) tiende a reforzar lapredisposición al no empleo regular de dicho personalque nace de una convicción que al parecer se extienderápidamente conforme a10cual sejuzgainconvenientela contratación de dichas trabajadoras (bien sea por 10que se da en llamar "intrusión en la privacidad", o porlos efectos negativos o distorsionantes que en materiade socialización y conformación de la personalidad delos niños, se consideran como rasgos inherentes alempleo de dicho personal), 10cual va unida a un cam­bio de importancia en la división del trabajo al interiordel hogar experimentado por los miembros del grupo,cambio que conlleva una mayor participación delhombre en la realización de las actividades domés­ticas.

PERSPECTIVAS

A la luz de las características antes señaladas qué cabe es­perar en relación a la evolución futura del SDR en el país? Lo pri­mero que puede afirmarse es que, en ausencia de una masiva ocreciente inmigración de trabajadoras venidas de países vecinos,con mucha probabilidad se producirá una agudización aún mayoren la escasez que caracteriza a la oferta de este personal. Haciendoabstracción de los factores ligados al trabajo y a las condiciones en

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que se lleva a cabo; los rasgos más sobresalientes del desarrolloeconómico venezolano tienden a incidir negativamente sobre ladisponibilidad futura de esta mano de obra. En efecto, sea que semire al agotamiento del éxodo rural, a la continuación del procesomasivo de escolarización de la población, a la creciente urbani­zación de la misma y al envejecimiento de la fuerza de trabajo, laconclusión que cabe sacar es que, en forma casi inevitable, la ofertade trabajadores del SDR progresivamente irá disminuyendo; demanera que el actual nivel de simple reposición, será sustituído poruno de abierta regresión numérica.

Este hecho concidira y se articulará causalrnente, con unreforzamiento de la tendencia a la sustitución del trabajadordoméstico tradicional por aquel que es contratado por día o pararealizar una labor específica; lo que conllevará una especializaciónprogresiva de estas trabajadoras y una elevación de sus salariosreales.

Estos cambios favorecen un mejoramiento sustancial y ne­cesario en las condiciones legales e instítucionales que enmarcan eltrabajo del servicio doméstico asalariado. En tal sentido, es deesperar que se produzca una disminución en la dispersión de lossalarios y que logre hacerse efectiva la normativa de legislaciónlaboral y de seguridad social.

La concreción en el futuro de las tendencias antes indica­das, se verá acompañada por la agudización de ciertas tensiones,presentes con bastante frecuencia en el marco de las relaciones detrabajo que caracterizan al servicio doméstico. En especial, cabeesperar que este sea el caso en los hogares de clase media, en loscuales el ama de casa forma parte de la población económicamenteactiva. En estos hogares, la actividad del SDR es indiscutiblementevaliosa (Ver Cuadro Nº 3), y se ha constituido de hecho en lacondición necesaria que posibilita la incorporación y el mante­nimiento de las amas de casa al mercado de trabajo remunerado.

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CUADRO N' 3DISTRIBUCION DEL TIEMPO PROMEDIODEDICADO POR LAS AMAS DE CASA VENEZOLANAS

A LAS ACTIVIDADES DEL HOGAR, SEGUN CONDICION ECONOMICA y TENENCIAO NO DE SERVICIO DOMESTICOREMUNERADO (1) 1983

TENENCIA DE SERVICIO DOMESTICOREMUNERADO

ACTIVIDADESAMAS DE CASA ECON. ACTIVAS AMAS DE CASA ECON. INACTIVASEN EL HOGAR

SDR FIJO SDR NO FIJO SIN SDR TOTAL SDR FIJO SDR NO FIJO SIN SDR TOTAL(MINUTOSAL DIA)

COCINAR 40 75 76 72 55 153 138 135LIMPIEZADEL HOGAR 10 47 53 49 43 124 79 78LAVADO DE ROPA 1 38 25 24 35 23 63 61COMPRAS 7 27 18 17 16 12 12 I 12OTROS OFICIOS DEL HOGAR 15 O 28 25 43 52 54 53CUIDADOS DE NIÑOS 24 5 20 20 17 11 30 29OTRAS ACTIV. CON NIÑOS 12 20 9 10 14 3 18 18

TOTAL 110 210 229 217 222 376 394 386

Fuente: Ministerio de Estado para la Participación de la Mujer en el Desarrollo y BCV, División del Trabajo. Distribución Personaldel Tiempo Diario y Valor Económico del Trabajo realizado en los Hogares Venezolanos. Caracas, 1983. Cuadros 3-12 y3-13.

(1) Areas Urbanassolamente

Por tal razón, en la medida en que la escasezde estas tra­bajadoras se agudice, las mujeres de clase media tenderán a de­sarrollaruncomportamiento ambivalente respecto alSDR.Porunaparte,concederánforzadamente enelalzadelasremuneraciones dedicho persona, pero, por la otra, no podrá evitar la sensación deinseguridad respecto a la permanencia en suspuestos detrabajodeesas trabajadoras, ni eludir la reducción significativa de la otroraexistente capacidad de determinación no compartida de las condi­cionesde trabajo. Fenómenos estos,que se agravarán si el sumi­nistrode servicios talescomocasas-cunas, guarderías, comedores,lavanderías, etc., continúa prestándose en la forma y a los preciosrelativos que hoy presenciamos. (Ver Cuadro NI! 4)

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CUADRON'4DISTRIBUCION DEL SERVICIO DOMESTICO REMUNERADO (SOR) SEGUN

NACIONAUDAD, TIPO DE SERVICIO Y LOCAUDADES

CONSOLIDADO (1) CARACAS INTERIORTIPO DESDR

VENEZ. COLOMBo OTRA VENEZ. COLOMBo OTRA VENEZ. COLOMBo OTRA

(PORCENTAJES)

FIJO Y HABITA 24.2 8.2 7.7 5.9 36.1 13.3

FIJO Y NO HABITA 37.1 65.3 40.0 38.5 64.7 40.0 36.1 67.7

POR OlA 21.0 16.3 30.0 30.8 17.6 30.0 13.9 13.3

ESPORADICO 17.7 10.2 30.0 30.0 11.8 30.0 13.9 6.7

TOTAL 53.0 41.9 5.1 39.4 51.5 9.1 70.6 29.4

Fuente: Igual que Cuadro N' 3(1) Caracas y ciudades del interior

BIBUOGRAFlA

CEPAL.,LaMujerenel sectorpopularurbano. AméricaLatinayel Caribe,Santiago de Chile, especialmente pp. 155-164.

DAVID M. KATZMAN,'Dornestlc Service Woman's Work", en Women Working Theoriesand facts in perspective, A. Stromberg y Sh. Harkess (edit),Mayfield Publishing Company, California, 1978, p. 377.

HECTOR VAlEClllOS T.,"Evolución Histórica, situación actual y perspectivas del TrabajoFemenino en Venezuela", Caracas, 1982. Publicado en ActaFinal de la PrimeraJornada sobre la Productividad yel Trabajo dela Mano de Obra Femenina, Caracas, 1983.

HECTOR VAlEClllOS T.,et al, Divisióndel Trabajo, Distribución Personaldel tiempodiario y ValorEconómicodel Trabajo realizadoen los hogaresvenezolanos.Edit. del Ministerio para la Participación de la Mujer en elDesarrollo, Caracas, 1983 (2 volúmenes)

E. WATSON.Artfculo sobre el Servicio Doméstico en Encyclopedia of theSocialServices, 1935, VM. S, p. 158-206.

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