Programa de Formación Pastoral Obras Educativas de … · para superar, tanto el proceder...
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Programa de Formación Pastoral
Obras Educativas de la Provincia de Venezuela
Itinerario 1 - Módulo 7
“EDUCACIÓN RELIGIOSA ESCOLAR (ERE)”
-FORMACIÓN DE LA FE EN LOS ALUMNOS/AS-
PLAN DE MÓDULO
I) CONTENIDOS
¿Qué es la Educación Religiosa Escolar?
Condiciones para la ERE
Coordenadas que orientan la ERE
Modo de proceder de la ERE
Contenidos para la formación en ERE
II) FECHA DE REALIZACIÓN: 22 de mayo - 21 de junio 2013
III) RECURSOS
El PLAN DE MÓDULO, que expone las orientaciones sobre el proceso formativo a seguir.
El TEXTO BASE, que recoge en forma sustantiva el contenido del Módulo.
Evaluación del Participante.
IV) LECTURAS COMPLEMENTARIAS1
La identidad de la Enseñanza Religiosa Escolar (Video). Dª María Eugenia Gómez S. (2012)
Pastoral educativa. Una mirada de fe sobre la tarea escolar. Santiago Rodríguez Mancini, fsc (2005)
1 El subrayado en las lecturas complementarias indica que se accede directamente a la versión digital del documento a través
de su vínculo en internet.
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V) MOMENTOS DEL MÓDULO
ORIENTACIONES PREVIAS
Prever con anticipación los recursos y apoyos necesarios para el desarrollo del Módulo.
Atender cuidadosamente las orientaciones de este Plan de Módulo para asegurar el proceso formativo que se va a desarrollar.
A.- MOMENTOS: COMPRENDER Y AMPLIAR (1ª a 3ª Semana del Módulo)
Los momentos COMPRENDER y AMPLIAR se desarrollarán a lo largo de las 3 primeras semanas del Módulo.
1.- COMPRENDER
En este momento del Módulo, me hago una idea clara del tema, objetivando y contextualizando opiniones, conceptos y sentimientos en torno a contenidos y vivencias, para hallar su significado e implicaciones según la realidad donde se desarrolla mi acción pastoral. Las lecturas y reflexiones que realice deben estar en continua relación con mi experiencia y formación previa.
El momento COMPRENDER se desarrolla en tres partes:
1ª) LEO el Texto Base: “Educación Religiosa Escolar (ERE) – Formación de la Fe en los Alumnos”.
La finalidad de esta lectura es ahondar sobre la importancia de la ERE y su puesta en práctica.
2ª) RELEO el Texto Base precisando las ideas fundamentales que se plantean en cada apartado.
El propósito de esta lectura más detallada es detectar los ASPECTOS de cada elemento presentado
(condiciones, coordenadas, modo de proceder y contenidos) que configuran la Educación Religiosa Escolar.
2.- AMPLIAR
En este momento del Módulo, profundizo en aspectos específicos del tema tratado, a través de bibliografía complementaria, conversaciones o consultas con otras personas, acompañamiento u otras estrategias. La ampliación implica reflexión, es decir, la reconsideración seria y profunda de las informaciones, conceptos, situaciones, acontecimientos y vivencias con el propósito de captar su significatividad para mi acción pastoral.
El momento AMPLIAR se desarrolla en tres partes:
1ª) REFLEXIONO sobre la definición, condiciones, coordenadas, modo de proceder, contenidos de la ERE que más he utilizado en la formación de la fe con alumnos/as.
2ª) IDENTIFICO, en conjunto con la 1ª Lectura Complementaria, las FORTALEZAS y DEBILIDADES que observo en el desarrollo de la ERE en mi institución
3ª) VISUALIZO los CAMBIOS que necesitamos realizar como institución educativa para fortalecer o transformar el modo de entender y trabajar la ERE.
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B.- MOMENTOS: COMUNICAR Y EVALUAR (4ª Semana del Módulo)
Los momentos COMUNICAR y EVALUAR se desarrollarán durante la última semana del Módulo.
3.- COMUNICAR
Este momento del trabajo consiste en dar razón de forma sencilla pero clara de mi aprendizaje. Esta comunicación la realizo a través de un Informe en el que relaciono lo sabido y vivido con mis nuevos aprendizajes, en orden a precisar, tanto los aspectos en que he notado un crecimiento de mi formación sobre la temática, como los aspectos que necesitan ser fortalecidos en la acción pastoral que realizo en la institución educativa.
En lo que respecta al momento COMUNICAR, conviene tener muy presente los siguientes presupuestos:
1º) Que la experticia o habilidad pastoral es el resultado de mi propio proceso de aprendizaje pastoral, el cual se logra a partir de lo sabido, vivenciado y practicado, a partir de lo que investigo, y a partir también de las socializaciones e intercambios con otros que me ayudan a confrontar tales vivencias y habilidades. Todo ello hace que la formación pastoral, como toda formación, sea siempre un proceso abierto a nuevos saberes y aprendizajes.
2º) Que COMUNICAR es exponer, transmitir con claridad y coherencia lo que siento, conozco y practico para que las demás personas tengan información precisa y clara de lo que es mi acción pastoral y, a partir de ello, pueda establecerse un diálogo e intercambio de aportes para el enriquecimiento recíproco de la pastoral.
La COMUNICACIÓN consistirá en un trabajo muy sencillo, centrado en ENRIQUECER el apartado Nº 3 del Texto Base: “Coordenadas que orientan la ERE”
Previo 1: RELEER todo el apartado Nº 3 del Texto Base: “Coordenadas que orientan la ERE”
Previo 2: ANALIZAR los 5 literales: a, b, c, d y e profundizando en los aspectos que comprenden a cada uno
Recomendaciones:
El texto sobre COORDENADAS puede ser modificado en parte o en su totalidad. Esta transformación dependerá de la inventiva de cada participante.
Las modificaciones al documento COORDENADAS deben transcribirse con letra en color AZUL.
Sería muy interesante agregar o añadir dentro de cada coordenada algún otro aspecto que la ayude a precisar mucho más; así como alguna otra coordenada que haga falta como horizonte para guiar la ERE.
4.- EVALUAR
Este momento consiste en la apreciación crítica y el buen juicio del participante sobre el quehacer pastoral. La evaluación toma en cuenta el progreso que se logra a partir de la indagación, comparación e interrogación, para superar, tanto el proceder instintivo tan común en la acción pastoral, como la simple medición de resultados, y poder así desarrollar un re-aprendizaje que ayude a la transformación de la práctica pastoral.
El momento EVALUAR se hará a través de un instrumento que permita ponderar el proceso seguido por el participante en la apropiación de este módulo. (Ver instrumento: Evaluación del Participante)
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Itinerario 1 - Módulo 7
“EDUCACIÓN RELIGIOSA ESCOLAR (ERE)”
-FORMACIÓN DE LA FE EN LOS ALUMNOS-
“El porvenir de la humanidad está en manos de quienes
sepan dar a las generaciones futuras razones para vivir y
razones para esperar” (GS 31).
Texto Base
Este texto busca reunir algunos elementos claves sobre la ERE que permitan profundizar
en su comprensión y ayuden a poner en marcha una renovada y significativa Educación
Religiosa en nuestros centros educativos en sintonía con las nuevas realidades y exigencias de
la educación escolar.
1. ¿Qué es la Educación Religiosa Escolar?
Cuando decimos ERE nos referimos a la acción educativa que incorpora de forma
explícita la dimensión religiosa como un componente básico de la formación integral de los
alumnos, independientemente de la fe que profesen, con la finalidad de ayudarles a encontrar
respuestas a sus preguntas sobre el sentido de la existencia humana y contribuya a un
proceso gradual de crecimiento en la relación consigo mismos, los demás, el mundo y con
Dios.
La ERE ofrece a todos la posibilidad de experiencias que se ordenan a vivir la vida con
más intensidad, con más interiorización, puesto que el fenómeno religioso es un aspecto
fundamental de la vida que vincula las demás dimensiones humanas (cognitiva, ética, social,
política, cultural, ecológica, etc.), en tanto permite articular como un conjunto coherente la
totalidad de la persona. Quien cultiva su dimensión religiosa, percibe más intensamente cada
sensación, cada contacto con la experiencia, cada relación interpersonal.
Por tanto, nuestro interés es pensar la ERE, articulada a toda la escuela, como una acción
fundamental y quizá la más determinante, para lograr la formación integral del estudiante,
porque ofrece una visión de la persona, la sociedad, el mundo y Dios (síntesis fe-vida-
cultura), que permite responder a las interrogantes y aspiraciones más profundas del espíritu
humano y da sentido a la vida en sí misma y a su fin último. Desde esta perspectiva,
podemos decir que la ERE nace como una exigencia y posibilidad de la educación integral.
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2. Condiciones para la ERE2
Para nadie es un secreto que la mayoría de las instituciones educativas donde
trabajamos no están pudiendo ofrecer una manera de ver el mundo que cale suficientemente
hondo y de un modo duradero en los alumnos como para que su influencia en la vida social
lleve a cambiar el estado de la cosas.
Cuando miramos el actuar en la práctica para identificar lo que se realiza, nos
encontramos que muchas escuelas delegan la ERE en unas actividades y eventos puntuales,
así como a algunas personas o pequeños grupos, dejando de lado su inclusión en el conjunto
del Plan Escolar.
La ERE se enfrenta a algunos problemas concretos que tenemos que remediar para que
logre acertar en su objetivo de síntesis fe-vida y cultura. En primer lugar en nuestras escuelas
los contenidos “religiosos” están yuxtapuestos junto con todos los otros contenidos
curriculares. Encerrados en las horas de religión o catequesis. Para que la ERE pueda
responder de manera óptima a su finalidad existen unas necesarias condiciones que
necesitamos atender y asumir, entre ellas:
a) La Simpatía por un sentido místico del mundo
Entendemos que la ERE, parte de un serio discernimiento acerca del querer de Dios
sobre el mundo y la historia. Pero para discernir los signos de los tiempos se requiere un serio
convencimiento de fe acerca de lo que comunica la Palabra de Dios para nuestro tiempo. Ese
es el punto de partida. La pregunta religiosa no es de ninguna manera ¿cómo hablaremos
de Jesús a los hombres de hoy?, sino, ¿cómo habla Jesús en los hombres de hoy?
No basta haber oído hablar de Dios. El problema de la ERE no es un problema de
medios, recursos, técnicas y dinámicas, ni siquiera es un problema de adaptaciones de
lenguaje que hay que hacer para que lo religioso sea entendido hoy.
La pregunta ¿cómo habla Jesús en los hombres de hoy? es una pregunta por
mediaciones. Quien se hace esta pregunta ha descubierto que Jesús habló y sigue hablando de
modo único en cada acontecimiento de la vida, de la historia. De ahí que todo lo creado y
todo lo humano sea expresión temporal de Dios, mediación del encuentro con Dios. Este es el
punto de partida de la ERE. Una simpatía con el mundo. Más todavía, una mística del
mundo, del mundo actual. Una simpatía que es una relación de fe.
b) La existencia de una comunidad de educadores que tenga conciencia de su misión.
No hay ERE si el motor no está en los educadores, en todos los educadores y en toda la
acción educativa que realizan. O al menos para empezar, la existencia de uno o varios grupos
2 Cf. Santiago Rodríguez Mancini, fsc (2005). Para leer el documento completo en internet haga click AQUÍ
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de educadores con la conciencia suficiente como para movilizar a todos los demás educadores
y a la escuela completa hacia una acción en clave ERE.
La comunidad es siempre fuente, lugar y meta de toda acción educativa. No hay ERE -ni
ninguna otra educación- si la acción es de una sola persona o de un grupito separado del
conjunto. La ERE es siempre una acción planificada, esto es, que partiendo de un
discernimiento participativo sobre la situación presente (la realidad), en tensión con los
desafíos del Reino de Dios, busca, mediante una acción formativa gradual, ofrecer caminos de
crecimiento humano-espiritual.
c) La existencia de una línea de acción bien definida: Una tarea, dos procesos, tres
opciones, cuatro frentes, cinco competencias
- Una tarea. Lo que le da unidad es la tarea a la que todos los actores son convocados: la
síntesis fe-vida-cultura. Esta es la tarea de fondo de la actividad educativa: conformar
comunidades de personas que se encuentran en torno a los saberes culturales socialmente
significativos para su recreación crítica a la luz de la fe cristiana, buscando la conversión
personal y grupal. Esta es una tarea de todos los actores: directivos, docentes, auxiliares,
alumnos, familias, religiosos y seglares.
- Dos procesos: Esta tarea se da, en la vida escolar, a través de dos procesos que, a su vez,
se abren en múltiples actividades. Por un lado hay un proceso que tiene que ver con la
educación religiosa de la cultura escolar y la inculturación del mensaje cristiano. Es el
proceso relacionado con el discernimiento que la comunidad educativa hace para descubrir a
Dios en el seno de los bienes culturales que hacen al trabajo escolar y para desarrollar, en
ellos, dichos bienes. El lugar privilegiado de las actividades de este proceso son los
aprendizajes sistemáticos. Pero, además, está el proceso no menos central de la educación
religiosa de las situaciones cotidianas. No se trata sólo de ofrecer una visión de la vida
profundamente cristiana como una construcción coherente; se trata, además, de que esa
visión sea operante en la vida de todos los días de todos los actores educativos. Reconocer la
Palabra de Dios en “los bienes de la dignidad humana, la unión fraterna y la libertad, en
todos los frutos excelentes de la naturaleza y de nuestro esfuerzo” (GS 39) nos tiene que llevar
a crecer en dignidad, fraternidad, libertad, en transformación social hacia una sociedad
alternativa. El lugar privilegiado para las actividades de este proceso son la convivencia
diaria y el acompañamiento de todas las personas, las situaciones imprevistas que requieren
intervención, la constitución de grupos y comunidades de fe, el aprendizaje de las elecciones
y el discernimiento vocacional, las actividades asistenciales, solidarias y misioneras.
- Tres opciones: Pensar la ERE de una escuela que quiere proponerse esta tarea con estos
dos procesos implica tres opciones. En primer lugar, la ERE piensa en la educación religiosa
como una cuestión secular (no secularista). Decir esto significa que en el centro de la
actividad escolar no está la catequesis sino el mundo y sus saberes. Y en el centro de esos
saberes está el hombre -todo el hombre y todos los hombres-. Por eso, en el centro de la vida
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escolar están las personas, toda la persona y todas las personas. El centro de interés de la
actividad escolar es el mundo, científica y prácticamente tratado. Un mundo que es
comprendido como un entramado de relaciones. Las relaciones entre las personas son las que
constituyen el tejido escolar y el tejido del mundo y de sus saberes. La ERE reconoce en esto
una actividad educadora: pone en diálogo lo secular y lo cristiano en un ir y venir de
preguntas y respuestas.
Una segunda opción tiene que ver con la búsqueda de una sociedad alternativa. En una
escuela con proyecto de inspiración cristiana, aprendemos para transformar. Para
transformarnos y para transformar la sociedad. Sí, aún en estos tiempos de desencanto y de
dilución de utopías, afirmamos que otro mundo es posible. Por eso la ERE es un asunto que
se discierne desde el lugar del pobre, del desfavorecido.
En tercer lugar, la ERE piensa en clave misionera. Ya no hay cristiandades. Se trata de
procesos de iniciación y reiniciación permanente. No podemos pretender escuelas de
católicos, para católicos, conducidas por católicos. En el marco de la cristiandad la escuela
católica hacía una catequesis de mantenimiento. En nuestra sociedad secularizada se trata de
iniciación. Religión, valores, moral, son cuestiones abiertas y plurales en las escuelas. Se trata
de buscar el diálogo, como Pablo en el Areópago, nuestro Dios, el Dios de Jesucristo, está
aquí, aunque unos y otros lo ignoremos.
- Cuatro frentes: La compleja tarea escolar puede pensarse en cuatro frentes que nos
permiten diseñar los procesos de renovación que nos conduzcan a una actividad planificada
en vistas a una ERE de calidad. Pensamos en frentes, no en dimensiones o partes. La vida
escolar es una sola, pero podemos “pelearla” desde cuatro lugares, desde cuatro frentes.
Por un lado existe lo que llamamos clima institucional o ambiente escolar. Es todo
aquello que constituye la escuela como un verdadero lugar antropológico: un espacio cargado
de historia en el que la relación cara a cara nos confiere una identidad particular a los que lo
habitamos. O justamente todo aquello que impide que ese lugar se configure. Porque se trata
de una matriz, de un ambiente propicio para la vida o nefasto. Forman parte de esta Matriz
elementos que exceden la vida escolar, como las condiciones sociales de la educación. Pero,
fundamentalmente, son elementos planificables: el equipamiento escolar, la relación
comunitaria, la racionalidad institucional, la profesionalidad de los actores, la administración
de los tiempos y los recursos, los reglamentos, los procesos de conducción, animación,
formación profesional y participación. En fin, todo lo que constituye el fondo de una cultura
escolar. Es un frente complejo que puede parecernos inasible pero que debe hacerse plan.
Por otra parte, tenemos un frente mucho más dinámico y visible: la red de sentido de la
vida que la institución ofrece, su propuesta curricular. Una escuela configura una
determinada propuesta curricular porque cree que tiene sentido. En el fondo, lo que está
diciendo es que se puede vivir humanamente aprendiendo eso que propone. Una escuela con
proyecto de inspiración cristiana intenta decir algo más: busca descubrir una dimensión
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cristiana en esos mismos saberes, busca poner en diálogo los contenidos de todas las
asignaturas con los del evangelio. Busca educar para la contemplación, busca iniciar a la vida
cristiana. Parafraseando al P. Alberto Parra sj, la ERE está en el currículum o no está.
Pero la conciencia de esta dimensión cristiana de los saberes requiere que existan
también algunos espacios de explicitación del mensaje cristiano. Algunos serán obligatorios,
otros optativos. Algunos estarán permanentemente, otros aparecerán en algunos tiempos
significativos.
Por último, una serie de elementos atan transversalmente todo el currículum. Esos ejes y
contenidos integradores son la marca ética del proyecto ERE. Puede ser un lema anual que es
trabajado de muchas formas, pueden ser algunos contenidos especiales que aparecen tratados
por todos, puede ser un tiempo del año en que todos se concentran sobre algo específico. En
algún momento tiene que haber espacio para hacer conciencia de la unidad de la vida escolar.
- Cinco competencias: Porque la tarea es una: la síntesis fe-cultura-vida. Y esa síntesis puede
expresarse en cinco competencias que todos los frentes están buscando desarrollar. Cada vez
cobra más fuerza concebir la escuela como un lugar en el que se aprende a conocer, a hacer, a
ser y a vivir juntos. La escuela forma competencia científica, competencia tecnológica,
competencia ética y competencia comunicativa. Pero además, la escuela de inspiración
cristiana tiene la misión de formar para las grandes apuestas personales y colectivas y para
ello necesita formar la competencia espiritual.
3. Las coordenadas que orientan la ERE3
a) Jesucristo como clave de la escuela cristiana
La escuela es un lugar de encuentro fecundo y creativo entre las generaciones en torno a
los saberes: saber conocer, saber hacer, saber ser y saber vivir juntos. Pero la escuela de
inspiración cristiana entiende su proyecto anclado a la persona de Jesucristo, Dios y Hombre.
En ella todos los saberes se integran en la sabiduría cristiana, que logra la síntesis fe–cultura–
vida, desarrollada a través de los múltiples procesos pedagógicos. Pensar así la escuela es:
Comprenderla como una realidad espiritual: es un lugar en que personas, niños,
adolescentes y adultos, pueden hacer una auténtica experiencia del Espíritu que es, al
mismo tiempo, la experiencia de la autotrascendencia religiosa, cognitiva y ética.
Hablar de la educación en términos de iniciación. Porque la escuela se comprende a sí
misma como una comunidad eclesial: comunidad de comunidades, ella es lugar de
encarnación del evangelio en la cultura que dialoga con la cultura popular, infantil,
adolescente y juvenil.
3 Cf. Santiago Rodríguez Mancini, fsc (2005). Para leer el documento completo en internet haga click AQUÍ
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Pensarla intersectorialmente, colaborando con otras instituciones y con personas que están
en búsquedas semejantes aun con inspiraciones distintas
b) Situar la relación pedagógica como centro de la escuela
La escuela, lugar de diálogo, de relación. La relación entre los actores pedagógicos es de
hecho el tejido fundamental de la vida escolar. Esta relación pedagógica tiene un carácter
institucional: ha nacido de la necesidad que la sociedad tiene de un espacio consciente de
maduración y socialización. Este vínculo institucionalizado entre las generaciones crea el
sentimiento de pertenencia, la conciencia del nosotros social. Relación es, hoy, el concepto
social de redención, como fue en la modernidad el concepto de razón.
Esta relación pedagógica es sumamente rica y compleja. En ella están implicados el
docente y el alumno como personas cuya relación les confiere dicha identidad. En una escuela
de inspiración cristiana esta misma relación es el lugar religioso por excelencia. El contenido
de esta relación tiene que ver al mismo tiempo con los saberes y sus objetos de conocimiento,
con los valores y su forma de impulsar la vida escolar, con los métodos y las expectativas de
transformación de las personas.
Las personas se transforman por la resolución de los múltiples conflictos que tejen la
relación que construyen en la realidad diaria: conflictos cognitivos, conflictos relacionales,
conflictos valorativos, conflictos sociales, conflictos afectivos... Pensar la relación como
camino de transformación del tejido de conflictos implica pensarla como un espacio de
autotransformación y autoconciencia, de intertransformación e interconcienciación en el que
todos los actores entran en un dinamismo vivificador.
c) Asumir el aula como lugar de relación.
Llamamos aula a todo espacio de aprendizaje intencionalmente planificado. Llamamos
lugar a todo espacio humano que, al transitarlo o habitarlo, nos da identidad, nos permite
encontrarnos cara a cara con los demás y nos hace participar en una historia con conciencia
creciente. En el aula, la relación se vive entre la comunidad de los adultos y la comunidad de
los jóvenes, constituidos en comunidades de aprendizaje.
La comunidad de los adultos incluye a los directivos, los docentes, el personal no
docente y los grupos familiares. En la relación pedagógica cada uno de estos grupos actúa
diferenciadamente en una comunión de participación. Esta comunidad se descubre llamada
por Dios, convocada, a instaurar una convivencia democrática en cuyo seno se resuelven
todos los conflictos desde la vinculación a los valores por encima de los intereses de personas
o grupos.
La comunidad de niños y jóvenes, por otra parte, es el polo convocante de la relación
pedagógica. La escuela se constituye como tal por su presencia, su búsqueda y su
construcción social como alumnos. La comunidad de niños, adolescentes y jóvenes trae a las
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aulas y a la relación pedagógica un enorme bagaje de saberes: saben conocer, saben hacer,
saben ser y saben vivir juntos. Ellos participan de una cultura infantil, adolescente y juvenil
que les es propia. Estos saberes son punto de partida y lugar de trabajo para su resignificación
dialógica -siempre conflictiva- con la cultura de la comunidad de los adultos. Cada niño, cada
adolescente, cada joven debe ser conocido personalmente para que la comunidad de adultos
se pueda poner al servicio de sus necesidades profundas en el modo que a aquel le resulte
más provechoso. Esto, sobre todo, en el caso de los alumnos con necesidades distintas de lo
habitual. De este modo, la escuela con proyecto de inspiración cristiana se preocupa por
organizar actividades diversificadas que puedan cubrir los intereses y las necesidades de
todos. Así, los adultos de la comunidad, podrán ser hermanos mayores de los alumnos que
las familias les confían.
d) El docente como actor clave para el cambio.
La relación educativa no es una mera función. La comunidad de la escuela con proyecto
de inspiración cristiana no es una simple organización. La relación educativa, desde la
perspectiva cristiana, es un ministerio, un servicio eclesial, estable y comunitario. Ese es el
nombre de la relación educativa mirada en la clave de Jesucristo, Servidor de los hombres y
de Dios.
Es en el seno de su relación educativa donde el maestro está llamado a encontrar al Dios,
alma del mundo, compañero de la vida, matriz trascendente de toda cultura. Es su propia
concepción de la vida -su saber conocer, su saber hacer, su saber ser, su saber vivir junto con
otros y su vivir espiritual- lo que forma parte de la narración de la cultura que, como
mediador, el maestro presenta a la comunidad de aprendizaje en el seno de la cual desarrolla
su tarea educativa.
La ERE coopera para que el docente se convierta en un actor social del cambio, de la
transformación. La ERE contribuye a profundizar la comunidad de aprendizaje que es el aula
posibilitando una sana comprensión de la tensión que surge entre el sentido de lo realizado y
la esperanza, lo conseguido y lo deseado, lo comprendido y lo ignorado, la fidelidad
cumplida y la apertura del futuro, lo instituido y la novedad de la vida.
e) Currículum centrado en procesos.
El esfuerzo de construir una ERE significativa está puesto en ir pasando de un modelo
centrado en actividades y eventos religiosos a un modelo que considere la misma actividad
escolar como mediación metodológica o procesual, para que la oferta curricular de una obra
educativa sea la oferta de sentido de vida.
Si la escuela quiere hacer una propuesta en Educación Religiosa, entonces, tiene que
hacer una propuesta desde los saberes. Ha de proponer una ERE desde los saberes: si la
Educación Religiosa no está en lo académico, en las asignaturas, si no está ahí, sencillamente
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lo religioso no está. La yuxtaposición de lo religioso-catequístico-litúrgico (cuando no es
simplemente irrupción o interrupción de lo habitual para que nada cambie después) no es
camino válido hacia la síntesis fe-cultura-vida.
4. El modo de proceder de la ERE4
Una escuela con un proyecto de inspiración cristiana, una escuela que oferta la ERE, no
es meramente la que tiene catequesis o algunas actividades religiosas en su horario. Ni
siquiera lo es por conseguir un ambiente saturado de valores evangélicos. Sino la que logra
incidir con el mensaje cristiano, a través de todo el currículum escolar, sobre el pensamiento y
la vida de los adultos, jóvenes y niños que circulan en ella en vistas a la construcción de una
vida y sociedad más fraterna y solidaria.
Para lograr una escuela en clave religiosa o cristiana se necesita atender, de manera
especial, la correlación dialógica de lo religioso implícito en toda la vida escolar y lo
religioso explícito en una serie de espacios curriculares. Pues partimos del hecho que la
religiosidad es evolutiva en la persona y se da en el conjunto del desarrollo humano, con
operaciones semejantes a otras líneas de desarrollo: experimentar, entender, valorar y decidir;
aunque no sólo depende de esas operaciones. El pensamiento religioso es también una
construcción social, lingüística y culturalmente realizada. Y en la educación religiosa, se trata
de educar para un pensamiento religioso.
Asimismo, no hay posibilidad de religión fuera de una matriz de relación humana, de
lenguaje, de rituales y de símbolos. En la religiosidad distinguimos la relación con la
divinidad como una actitud profunda y la relación con las mediaciones de la divinidad que
son las significaciones y los valores, culturalmente construidas. Pero no olvidamos que la
primera relación no existe sin la segunda. No hay actitud de fe sin mediaciones, al margen de
ellas. Las mediaciones se traducen en lenguajes culturales: poético-narrativos (mitos),
dramático-litúrgicos (ritos), éticos, doctrinales. Son mediaciones lingüísticamente formuladas.
Todas ellas constituyen tema de la enseñanza religiosa, desde la perspectiva de la tradición
religiosa de las culturas, de los pueblos, etc.
Tanto el creyente (de cualquier religión) como el no creyente (de todas o de algunas
religiones) tienen relación con las construcciones culturales de su entorno. En el caso
del creyente cristiano, sin estas mediaciones religiosas no hay relación con Dios. Para
uno y para otro, las tradiciones religiosas son parte del inmenso patrimonio cultural de
la humanidad que debe ser reconocido, comprendido, valorado y sobre el que deben
tomarse decisiones en vistas a la construcción de una comunidad plural de creyentes y
no creyentes por valores comunes. Junto a todas las tradiciones culturales.
Si entendemos que la fe es un conocimiento nacido del amor experimentado, parece
importante pensar la educación religiosa, en términos generales, como la posibilidad
4 Cf. Santiago Rodríguez Mancini, fsc (2005). Para leer el documento completo en internet haga click AQUÍ
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de abrir uno o varios espacios conscientes y acompañados, para la contrastación de las
creencias con la propia vida, no tanto en una mirada moralista y controladora, cuanto
en lo que se refiere a la posibilidad de reflexión sobre la verificación de los misterios de
la fe (Trinidad, Encarnación, Redención, Mundo Futuro) en nuestras vidas personales,
comunitarias y sociales.
El acompañamiento de las personas y de los grupos consistirá en una serie de
estrategias del amor sanador y de amor creativo para colaborar en la disminución de
los desvíos personales, grupales institucionales hacia realizaciones más auténticas. Es
importante, en este acompañamiento, el trabajo sobre los sentimientos. Ellos son tanto
los que nos vinculan a lo simbólico como los que no permiten acceder a la conciencia
de los valores. Lo religioso no se reduce a los afectos, pero tampoco se reduce a las
intelecciones.
5. Los contenidos para la formación en ERE5
Todo proceso educativo cuenta con contenidos, sean estos del carácter que sean. Hay un
“corpus” de conocimientos, actitudes, habilidades, acumulados y elaborados durante
generaciones que tenemos la intención y la necesidad de compartir y comunicar a las nuevas
generaciones. No se trata de que los trasmitamos como píldoras que no deben ser tocadas ni
trasformadas; de lo que se trata es de facilitar que los estudiantes entren en relación con esta
experiencia y conocimientos humanizados y vividos y lo reelaboren críticamente. Ningún
contenido llega a ser personalmente asumido ni, por tanto, puede enriquecer e iluminar la
vida de la persona en profundidad si no es críticamente reelaborado.
No hay que perder de vista que los contenidos que aquí se señalan solo son de referencia
y ayuda, un “vademécum” para las personas, los educadores, como apoyo a la dinámica de
encuentro y relación entre los estudiantes con Jesús. La guía del proceso está más en el
corazón que en la cabeza, pero las experiencias del corazón necesitan contenidos que
permitan elaborarlas para convertirlas en pilares del propio crecimiento humano y espiritual.
a) Contenidos básicos
Las tres áreas de contenidos básicos, en la Iniciación Cristiana, parte del dato de partida de la
apuesta por Jesús para mirar, desde esta apuesta, lo propio de Jesús, la fe de la Iglesia y el
mundo en que vivimos. Estos contenidos se irán a su vez trenzando en lo concreto, en la
acción y en las áreas de contenido del currículum. La Buena Noticia de Jesús nos habla de
Dios, pero nos habla también, de nuevo, de todo lo humano: de lo que somos y lo estamos
llamados a ser, lo que el mundo es y lo que podemos soñar y esperar para él.
5 Este parte ha sido tomada y adaptada del libro: Mirar como Jesús, contenidos de la Iniciación cristiana, nº 6. ADSIS
(2012)
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- En la formación teológica vamos repasando los contenidos fundamentales para realizar
una iniciación cristiana. Los estudiantes necesitan contar con herramientas, conocimientos y
con una perspectiva general que les permita vivir racionalmente su fe en un contexto en
ocasiones cuestionador y contradictorio, a fin de poder situar desarmar las falsas
contradicciones y situarse con criterio ente las reales. Queremos formar personas adultas,
capaces de diálogo y con una fe fundamentada. Algunos contenidos a tratar: 1. La persona de
Jesús; 2. El Dios de Jesús; 3. El Proyecto de Jesús: el Reino de Dios; 4. El camino de Jesús: comunidad y
fraternidad; 5. La respuesta de Jesús: el servicio y la generosidad;
- En el área de desarrollo personal se trata de ofrecer a los estudiantes herramientas que
les ayuden a entenderse y a configurarse personalmente como seguidores de Jesús
presentando y ayudando a elegir y asumir un modelo de ser persona que se reconoce y
construye en el conocimiento y acercamiento a Jesús. Pretende ayudar a que el joven
adquiera una visión de su historia y la descubra como lugar privilegiado de la presencia de
Dios; hacer una lectura creyente y reconocerla como Historia de Salvación; identificar las
bienaventuranzas como propuesta de proyecto vital y desarrollar habilidades para crecer en
equilibrio y madurez afectiva. Entre los contenidos: 1. Identidad personal y seguimiento de Jesús;
2. Un Dios que nos ama; 3. Un Dios que está presente en nuestra historia; 4. “Que vuestro sí sea sí”.
La asertividad; 5. Las relaciones y los conflictos; 6. Vivencia integrada de la afectividad y la sexualidad;
7. Libertad, responsabilidad y opción; 8. Proyecto de vida, estilo de vida, valores y opciones.
- En el área de el mundo y su historia los contenidos intentan ayudar a que los estudiantes
adquieran una visión de los elementos que configuran las estructuras sociales, económicas y
políticas de nuestro mundo a fin de situarse crítica y comprometidamente ante esta historia
desde los valores del Reino. Incorporan elementos básicos de Doctrina Social de la Iglesia
(DSI) como referencia fundamental, junto con el Evangelio, para leer y posicionarse ante la
realidad del mundo en el que vivimos; intentan realizar una mirada a la realidad partiendo
de la certeza de la presencia de Espíritu de Dios en ella y proponer y proponer desde DSI,
caminos de trasformación social. Algunos contenidos: 1. Mundo globalizado y en construcción; 2.
Modelo socioeconómico y cultural actual; 3. Problemas urgentes; 4. Caminos de trasformación social.
b) Contenidos de síntesis
Los contenidos que define la Iniciación Cristiana es la relación de amor y seguimiento
con Jesús. Los contenidos de síntesis desarrollan cómo vamos haciendo experiencia de
encuentro como hijos de Dios (Interioridad), cómo vamos trenzando relaciones de fraternidad
y aprendiendo a vivir como hermanos unos de otros (comunitariedad) y cómo nos
implicamos de forma trasformadora en la historia, especialmente a favor de los más pobres, al
estilo de Jesús haciendo nuestro el proyecto de Reinado de Dios y convirtiéndolo en el centro
y horizonte de nuestra vida y de nuestro hacer (compromiso). Podríamos aprender mucho
sobre quien es Jesús, lograr un gran conocimiento y desarrollo personal y ser capaces de un
profundo análisis de la realidad del mundo y la historia, pero si esto no se traduce y aterriza
en un estilo de relación con dios y con uno mismo, con los demás y en una forma de situarme
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ante la historia, no llegará a convertirse en la aventura vital y globalizadora que supone el
seguimiento de Jesús.
- El área de interioridad apoya la experiencia de encuentro con Jesús y de crecimiento
progresivo en ese encuentro. Aquí es donde se realiza lo nuclear del proceso; la fe es un
misterio e encuentro entre Dios y el ser humano; entre la llamada de Dios y la respuesta de la
persona. Este encuentro íntimo y personal es lo que afianza y estructura el proceso de cada
persona, ya que es dónde se va incorporando y asumiendo todos los elementos que vienen
“de fuera”: conocimientos, experiencias, relaciones… La interioridad ha de ir pasando a ser
cada vez más el espacio donde todo lo que se vive se va refiriendo a Jesús y su Reino., que así
se va configurando como apuesta y experiencia central en la propia identidad y en la
orientación de la vida. Entre los principales contenidos a tener en cuenta: 1. Hacernos personas
cristianas (Conversión e interioridad); 2. La oración personal; 3. Métodos para ayudar a la oración
personal; 4. La celebración comunitaria de la Fe; 5. “Acudían constantemente a partir el pan”; 6.
Discernimiento cristiano.
- El área de la Comunitariedad se centra en el amor como mandamiento nuevo rector de las
relaciones nuevas que Jesús inaugura. La comunidad, el grupo, como concreción de la iglesia,
“escuela de comunión”, es un ámbito privilegiado para aprender a amar y a colocar el amor
como criterio rector de la propia vida. Se trata de aprender amar al estilo de Jesús, desarrollar
las actitudes que facilitan la fraternidad e incorporar vitalmente la dimensión comunitaria
como dimensión ineludible de la fe y el seguimiento de Jesús. Desde esa misma propuesta de
amar y servir como Jesús, hasta dar la vida, se sitúa el tema del estado de vida como opción
de amor. Los principales contenidos a tratar: 1. Ser comunidad; 2. La única ley: el amor; 3. La
comunidad, un espacio para aprender a amar; 4. Opciones de amor, estilo de amar.
- El área de compromiso intenta ir ayudando a discernir y orientar, desde el valor central
del servicio, la forma de concretar la misión que implica en seguimiento de Jesús en nuestra
vida. Desarrolla dos grandes perspectivas: anunciar y construir el Reino con obras y palabras
(solidaridad, evangelización, testimonio), con tarea ineludible del seguidor de Jesús, invitado
a comunicar y compartir el tesoro que vive; y los distintos ámbitos para desarrollar esa
misión en la vida cotidiana: el trabajo y profesión, la participación sociopolítica; y esos
elementos que podríamos decir que configuran un “estilo de vida” que tienen mucho más
peso en lo que finalmente somos de lo que a veces somos conscientes: el uso del tiempo, el
uso del dinero, las relaciones y la participación. Algunos contenidos a tratar: 1. El servicio: una
forma distinta de ser y vivir; 2. Anunciar el Reino de Dios; 3. Trabajo y profesión; 4. Participación y
compromiso sociopolítico; 5. Estilo de vida.
c) Hacia un discernimiento vocacional personal.
El punto de partida de la iniciación cristiana es la puesta en marcha para seguir a Jesús.
El punto de llegada o de salida de la etapa es el discernimiento inicial de cómo, en lo concreto
de mi vida, voy a continuar el seguimiento de Jesús. Las áreas de síntesis tratan de dar
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herramientas, generar hábitos, dar claves que ayuden a discernir el siguiente paso; esto es,
que permitan que las grandes opciones de estado de vida y profesión se puedan iluminar
desde la fe y el seguimiento de Jesús, y de procurar espacios comunitarios en los que hacer
concreto este seguimiento. En definitiva, ayudar en el primer discernimiento vocacional, que
luego habrá de ser continuado y profundizado desde las intuiciones y opciones primeras de
cada uno en procesos de identificación vocacional o en los ámbitos eclesiales
correspondientes.
Todas las áreas de contenido, tanto básicas como de síntesis, están estrechamente
relacionadas y en continuidad con los contenidos de la Convocatoria Evangelizadora. El
criterio para comenzar la Iniciación Cristiana no es un logro total de todos los objetivos, sino
el interés vital por conocer a Jesús. A veces comenzaremos la Iniciación Cristiana con
estudiantes que han trabajado pocos objetivos y contenidos previos en cualquiera de las
áreas, lo que supondrá dar más tiempo e ir trabajando estos contenidos a lo largo del proceso
de Iniciación Cristiana. Recordando siempre que el objetivo no es acumular conocimientos,
sino alimentar una experiencia vital y ofrecer herramientas para continuar creciendo en la fe
durante toda la vida.
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Ayudas para ORAR al final de la Lectura y Reflexión del Texto del Módulo LECTURA BÍBLICA: Ezequiel 37, 1-14 (Revivir con la fuerza del Espíritu)
Ponte en presencia de Dios. Pídele la gracia del encuentro personal… Haz conciencia de su presencia… Toma el texto
del Profeta Ezequiel. Léelo con calma… reviviendo la escena bíblica… saboreando cada palabra y su sentido…
Dios no se ahorra modos, formas y métodos para ayudarnos a entrar en la realidad del entorno para que
saquemos afuera toda la potencialidad que llevamos dentro y provoquemos más vida.
La pregunta de Dios ¿piensas que podrán revivir estos huesos? está muy relacionada con una ERE que puede
aportar sentido y resignificar la acción educativa. De la mano de Dios puedes descubrir y construir caminos
nuevos para crecer, soñar, contribuir a que muchos se realicen en generosidad y libertad… Deja que la
Palabra de Dios resuene en ti…
PARA REFLEXIONAR:
TÚ, ME MOLDEAS, SEÑOR
Tú, Señor, me estás trabajando por medio de todo lo que existe y resuena en mí, por
medio de lo que me dilata por dentro, por medio de lo que me excita, me atrae o me hiere
desde fuera. Tú modelas y espiritualizas mi arcilla informe. Tú me cambias en Ti.
Para adueñarte de mí, Dios mío, Tú que estas más lejos que todo y más profundo que
todo, te apoderas de mí y me asocias a la inmensidad del mundo, la inmensidad del universo.
Siento que abrigo en lo más secreto de mi ser la fuerza total de tu presencia. Por eso no
quiero dejarme llevar pasivamente a esas benditas pasividades. Pero a veces me ofrezco a
ellas y las favorezco con todo mi poder.
Sé perfectamente que tu gracia tropieza con mi libre albedrío. Pero, aunque yo cierre la
puerta de mi corazón y me quede en las tinieblas, no puedo resistirme a sus sensaciones, a sus
ideas, a su atracción, a su pureza. Y aunque vuelva la espalda, inmediatamente, Tú invades
mi alma a través de la intención pura para sostenerme, para despertar mi conocimiento y
devolverme la vida.
Me has concedido, Dios mío, el don de sentir, aún en medio de las incoherencias, la
unidad viva y profunda que tu Gracia ha desparramado misericordiosamente sobre nuestra
pluralidad. Universalidad de tu amor y manifestación poderosa de tu forma de operar en lo
humano. Ardo en deseos, Dios mío, de propagar esa revelación que Tú me haces, y de
realizarla.
Si me juzgas digno de ello, Señor, descubriré a quienes la vida resulta banal y carente de
interés y sentido, los horizontes ilimitados del esfuerzo humilde que puede, cooperar en la
transformación del mundo.
Porque, Tú, Señor, no destruyes los seres a quienes adoptas, sino que los transformas,
conservando todo lo que hay de bueno de ellos. Nada hay, por insignificante y vicioso que
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sea, que no pueda cooperar, al menos mediante su repulsa o su reflejo, al perfeccionamiento
del mundo.
Yo quisiera ser, Señor, con mi modesta aportación el apóstol, y así puedo decirlo, el
evangelista de tu Cristo. Quiero convertirme en parcela viviente del Cuerpo de Cristo. ¡Oh,
Señor!, yo lo deseo así.
Que mi aceptación sea cada vez más completa, más amplia, más intensa. Qué yo me
presente cada vez más abierta, más transparente a tu influencia. Para que sienta tu acción
cada vez más cercana y, tu presencia, cada vez más densa, en todas las cosas, en todas las
personas, por todas partes y en toda mi existencia. Amén.
Himno al Universo
Teilhard de Chardín sj
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Programa de Formación Pastoral
Itinerario 1 - Módulo 7
“EDUCACIÓN RELIGIOSA ESCOLAR (ERE)” -FORMACIÓN DE LA FE EN LOS ALUMNOS-
-Formación de la fe en los
alumnos-
EVALUACIÓN PARTICIPANTE
Nº 7 - Mayo-Junio / 2013
Enviar esta evaluación al correo: [email protected]
Nombre y Apellido:
Institución:
Cargo / Desempeño:
[Ponderar del 1 al 4 los siguientes aspectos: 4= excelente; 3= bueno; 2= satisfactorio; y 1 insatisfactorio]
Promedio
Total: 0,0
Nota (1-20): 0
1.- Aspectos Programáticos y de Contenido
Aspectos Punto
s
1 Claridad y coherencia en el Diseño del Módulo 0
2 Profundidad de los Contenidos tratados en el Texto Base 0
3 Conexión entre el Tema del Módulo y la Acción Pastoral de la Institución 0
4 Pertinencia de la lectura complementaria para la profundización y ampliación del Módulo. 0
Total 0,0
2.- Aspectos Organizativos, Estratégicos y Logísticos
Aspectos Punto
s
1 Mi nivel de organización personal para realizar el Módulo 0
2 Nivel de orientaciones ofrecidas por el Programa de Form. Past. para mi desarrollo del Módulo 0
3 Mi nivel de comunicación con la Coordinación del Prog. Form. Past. para obtener orientaciones 0
4 Apoyo recibido de mi Institución para el desarrollo del Módulo 0
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Total 0,0
3.- Aspectos sobre Mi realización del Módulo
Aspectos Punto
s
1 Mi motivación personal para el Módulo 0
2 Calidad y profundidad de mi trabajo personal para el desarrollo del Módulo 0
3 Mi disposición a recibir aportes e ideas para profundizar en mi realización del Módulo 0
4 Mi capacidad de relacionar el Módulo con la Pastoral que realizo en mi Institución 0
Total 0,0
4.- Aspectos sobre la Estrategia de Aprendizaje empleada (CACE)
Aspectos Punto
s
1 Coherencia entre los 4 MOMENTOS del Módulo 0
2 Sensibilidad lograda a través del momento COMPRENSIÓN 0
3 Profundidad alcanzada a través de los momentos AMPLIACIÓN y COMUNICACIÓN 0
4 Nivel de auto-crítica alcanzado en el momento EVALUACIÓN 0
Total 0,0
[Responder en forma sencilla, clara y precisa las siguientes interrogantes]
5.- ¿En qué me ha ayudado este Módulo para mi crecimiento Humano-Espiritual?
1º)
2º)
3º)
6.- ¿Qué aporta este Módulo para la Pastoral que realizo en mi Institución?
1º)
2º)
3º)
7.- A partir de lo trabajado en este Módulo ¿en qué temáticas o aspectos necesito seguir profundizando?
1º)