Protocolo 21 10 2013
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21/10/2013
SEMINARIO: Cornelius CastoriadisPROFESOR: Héctor García Cataldo
Protocolo seminario: La institución imaginaria de la sociedad, 1° parte.
La sesión se inicia dando lectura al protocolo de la clase anterior el cual da cuenta,
principalmente, de que no habría una concepción de la historia ex professo en la teoría
marxista. Al final de la lectura del protocolo se realiza una breve discusión respecto a la
aseveración de que “la institucionalidad en Chile se estaría cayendo a pedazos”, a la
cual se le critica tener un acento de factum y no de una interpretación del contexto
institucional chileno. A raíz de esta afirmación, se señala que el Capitalismo y su
institucionalidad, al contrario de lo aseverado, pareciera tener una capacidad increíble
de adaptación y flexibilidad. La discusión continua respecto a nuestro contexto en que
las instituciones del capitalismo neoliberal no han sido capaces de instituir lo que en
otros países sí se ha logrado. Sobre la idea de que el capitalismo ha sabido cómo
adaptarse se menciona que es un punto relevante en el análisis que hace Castoriadis
respecto al marxismo y su balance provisional, en la medida en que, el capitalismo
habría “evolucionado”, no así las teoría marxistas, que apegado a la figura de Marx y a
sus ideas como dogmas, no serviría para plantearnos una transformación radical de la
sociedad. Esta cuestión es la que nos lleva, según Castoriadis, a la siguiente disyuntiva:
“entre la fidelidad a una doctrina, que ya no anima desde hace mucho tiempo ni una
reflexión ni una acción, y la fidelidad al proyecto de una transformación radical de la
sociedad (…)”1.
Por otro lado la aseveración de que “la institucionalidad se estaría cayendo a
pedazos” hace eco de los postulados de Castoriadis referentes a la supuesta
contradicción entre en fuerzas productivas y relaciones de producción. El autor señala
que “Lo que parecía a Marx y a los marxistas como una <<contradicción>> que debía
hacer estallar el sistema fue <<resuelto>> en el interior del sistema”2. Lo que nos
encontramos es la capacidad increíble del sistema para dar solución a sus propias
problemáticas.
Siguiendo la misma idea se cita a Rosa Luxemburgo (1871-1919) en tanto ella
podría ayudarnos a matizar la situación planteada, sin embargo, en “Reforma o
1 Castoriadis, C (2010). La institución imaginaria de la sociedad. Tusquets Editores. Pág. 26.2 Castoriadis, C (2010). La institución imaginaria de la sociedad. Tusquets Editores. Pág. 31.
Revolución”, en concordancia con los supuestos de Marx, los cuales crítica Castoriadis,
la autora señala lo siguiente:
“En el avance “libre” de la producción capitalista acecha una amenaza para el
capitalismo, mucho más grave que las crisis. Es la amenaza de la baja constante de la
tasa de ganancia, que no resulta de la contradicción entre la producción y el cambio
sino del incremento de la productividad misma del trabajo. La caída de la tasa de
ganancia lleva en sí la peligrosísima tendencia a imposibilitar cualquier tipo de
empresa para los capitales pequeños y medianos. Limita, así, la nueva formación y, por
lo tanto, la extensión de las radicaciones de capitales.”3
Vemos así como Luxemburgo entendía que en el seno del capitalismo hay
antagonismos y contradicciones que no serían superables, o que por lo menos, pondrían
en jaque el sistema capitalista, por lo tanto su teorización también estaría sujeta a esa
determinación teleológica de un derrumbamiento del propio sistema por leyes
inherentes a su funcionamiento. En estas breves puntualizaciones respecto a la citada
autora cabe destacar su concepción del crédito en el sistema capitalista y que están en la
misma línea:
“el crédito, al igual que el dinero, la mercancía y el capital, constituye eslabón
orgánico de la economía capitalista en cierta fase de su desarrollo. Como ellos, es un
engranaje indispensable en el mecanismo de la economía capitalista y, a la vez, un
instrumento de su destrucción, puesto que agrava las contradicciones internas del
capitalismo.”4
Sin embargo, el crédito para Castoriadis es parte fundamental de la racionalidad del
sistema capitalista5 y más que contravenirlo viene a dar cuenta de su imperfección.
Castoriadis, parafraseando a Joan Robinson (1903-1983), señala que “La situación
3 Luxemburgo, R (n,d) Reforma o revolución. Pág. 64. Disponible en: www.marxists.org/espanol/luxem/01Reformaorevolucion_0.pdf4 Luxemburgo, R. (n,d). Reforma o revolución. Pág. 64. Disponible en: www.marxists.org/espanol/luxem/01Reformaorevolucion_0.pdf5 “El mercado de capital (y del crédito) es totalmente imperfecto porque al hecho de que los fondos disponibles, como ya lo señalamos, se orientan preferentemente hacia los sitios donde han sido adquiriros se agrega la opacidad de la situación de los deudores y los vínculos muy fuertes entre bancos e industria”. Castoriadis, C. (2001). Figuras de lo pensable (Las encrucijadas del laberinto VI). Fondo de cultura económica. Buenos Aires, Argentina. Pág. 86.
permanente de la economía capitalista es una sucesión de desequilibrios cambiantes, lo
que lo lleva a convertir simultáneamente cualquier anticipación en aleatoria, y a llenar
de fósiles la estructura existente (…)”6, esta complejidad en aumento sería una de las
razones por la cual realizar una conceptualización total del capitalismo es una tarea
imposible. Dilucidar el “funcionamiento” del capitalismo es dilucidar la totalidad social,
en la medida en que la significación imaginaria de la “extremización” (minimización de
gastos/maximización de ganancia) se ha introducido en todas las esferas de la vida
social como nunca antes en la historia, “En pocas palabras, todas las actividades
humanas y todos sus efectos termina siendo considerados, en mayor o menor medida,
como actividades y productos económicos o, por lo menos, como esencialmente
caracterizados y valorizados por su dimensión económica.”7
En el transcurso de la sesión se sigue discutiendo respecto a que el capitalismo
parece haberse adaptado a los cambios y crisis, sin embargo, la teoría política no ha
seguido el mismo camino. No se trata de volver a la lucha armada y violenta, lo que era
propio del contexto de Marx, esos supuestos no son aplicables a las sociedades
descentralizadas donde el poder está diversificado, no bastaría entonces con pensar en
términos de una revolución moderna. En este punto la pregunta se transformó
radicalmente: ¿se estará cayendo a pedazos la teoría revolucionaría?
A un cuestionamiento de tal magnitud no es fácil responder aquí, sin embargo,
creo que se trataría por lo menos de una cierta teoría revolucionaria o de algunas
categorías que hemos heredado y con las cuales aún intentamos comprender lo
histórico-social. Ésta es precisamente una de las tareas del curso y uno de los focos en
los que se trabajó en la sesión.
Pasamos a revisar el apartado de “La teoría marxista de la historia”, el cual se
centra en el contenido más concreto de la teoría marxista, el análisis económico del
capitalismo. Los puntos tratados son los siguientes:
a) El supuesto aumento de la tasa de explotación (la miseria acrecentada, absoluta
o relativa , del proletariado)
b) La supuesta elevación de la composición orgánica del capital (incremento del
ejercito industrial de reserva, es decir del paro permanente)
6Ibíd. Pág. 82.7 Ibíd. Pág.69.
c) El supuesto descenso de la tasa de beneficio (la deceleración de la acumulación
y de la expansión de la producción)
Castoriadis refuta que en el periodo de 1650 a 1850, paso desde el feudalismo al
Capitalismo, estas tendencias hayan ocurrido como lo tenía previsto la teoría Marxista,
la que, por lo tanto, no se sustenta en sus premisas, en su método, ni en su estructura. El
Capital de Marx estaría escrito bajo la intuición de “la incompatibilidad entre el
desarrollo de las fuerzas productivas y las <<relaciones de producción>> o <<formas de
propiedad>> capitalistas.”8. Como se señaló más arriba estas contradicciones
encontraron solución dentro del sistema y si esta máxima del Marxismo es falsa, como
señala Castoriadis en base a su análisis histórico, es en la medida en que la teoría ignora
las luchas obreras y su relación con el reparto; ignora el aumento de control de la clase
capitalista para controlar los movimientos "aleatorios" de la economía. Por otro lado, el
Marxismo como lo entiende Castoriadis teoriza bajo el supuesto de que los hombres
están reificados, cosificados, a un punto tal, de ser meros engranajes dentro del sistema
(de ahí el desconocimiento del papel de las luchas obreras), esta reificación no se da
nunca en su totalidad y si se diera, como señala el autor, el sistema dejaría de funcionar,
se trata tanto de obreros como consumidores y quizá sobre todo de esto último. Es
precisamente en esta dialéctica donde el sistema encontraría su motor.
Lo que hizo el marxismo fue extrapolar un período histórico particular (1650 -
1850) al resto de la historia de la humanidad. A pesar de la fuerte crítica que realiza
Castoriadis, reconoce que a Marx le debemos el comprender
“la relación profunda que une la producción y el resto de la vida de una
sociedad. Nadie a partir de Marx puede ya pensar la historia <<olvidando>> que toda
sociedad debe asegurar la producción de las condiciones materiales y que todos los
aspectos de la vida social están profundamente vinculados al trabajo, al modo de
organización de esta producción y a la división social que le corresponde.”9
Pero lo que hace el marxismo es un reduccionismo al posicionar la esfera
productiva, económica, como si fuese el centro, donde todas las otras dimensiones
gravitan, como si la producción estuviese apartada, desarrollándose autónomamente.
8 Castoriadis, C (2010). La institución imaginaria de la sociedad. Tusquets Editores. Pág. 27.9 Ibíd. Pág. 33.
Contra esto Castoriadis esgrime el papel que la técnica -en tanto fuerza productiva- ha
tenido en diferentes culturas -como la griega-, y cómo la técnica en el sistema actual
está completamente sometida, orientada y dirigida explícitamente hacia las metas que se
proponen las capas dominantes de la sociedad. Lo que constituye una particularidad
histórica y no una regla en las sociedades humanas como lo hacía ver el marxismo.
Se trata entonces de que el capitalismo instituyó una nueva actitud respecto a la
Naturaleza, al Saber y al Trabajo. Donde lo económico desplazó otras esferas, como la
política. La relativización histórica que realiza Castoriadis nos permite comprender el
papel de las significaciones imaginarias que pudieron operar en el seno de las
civilizaciones antiguas, en donde por años se mantuvieron con el mismo nivel de
desarrollo técnico. Entonces el desarrollo científico y técnico no puede ser separado de
las “otras” condiciones sociales y culturales de una sociedad dada.
En este punto la sesión se focalizó en el mundo griego en la medida en que en
éste habría un respeto a la Naturaleza a la que incluso se la honraba. La tierra para los
Helenos era otro yo, si bien la explotaban (y quizá el término es abusivo) pero no la
destruían ya que ésta tenía un estatuto de sujeto. Se comenta que ciertos pasajes
respecto a los griegos tienen resonancias eurocéntricas, en la medida que se trataría de
un retorno a Grecia, al lugar donde, como señala Castoriadis, se dio inicio al proyecto
de autonomía, “la liberación de los pensamientos y de los actos; en realidad, se trata del
nacimiento de la democracia y de la filosofía [es decir, al mundo griego]”.10
Frente a estas interrogantes se señala ya finalizando la sesión un texto en donde
se le acusa abiertamente de eurocentrista a Castoriadis. En Democracia y Relativismo
debate con el MAUSS11 (Movimiento anti-utilitarista en las ciencias sociales) señala lo
siguiente:
“me siento un poco molesto. Porque vuelven otra vez las acusaciones de
helenocentrismo, en primer lugar, yo no hablo exclusivamente de la sociedad griega,
hablo del movimiento de autonomía dentro del segmento de la historia universal que
supone el segmento griego-occidental. No se trata solamente de Grecia. Se trata, sin
duda, también de Europa occidental a partir de cierto momento, probablemente de los
10 Castoriadis, C. (2001). Figuras de lo pensable (Las encrucijadas del laberinto VI). Fondo de cultura económica. Buenos Aires, Argentina. Pág. 194.11 (2007). Democracia y Relativismo. Debate con el MAUSS. Editorial Trotta.S.A. Pág. 31. Disponible en: http://es.scribd.com/doc/167197668/Cornelius-Castoriadis-Democracia-y-relativismo-Debate-con-el-MAUSS-Editorial-Trotta-Madrid-2007-pdf
siglos XI o XII. En segundo lugar, siempre me he tomado la molestia de afirmar que no
considero que la cultura griega o, por supuesto, la cultura occidental, incluso en lo
mejor de ellas mismas, sean un modelo para el resto de la humanidad o para nosotros
mismos en el futuro. Simplemente digo que ahí se encuentra el principio de algo, el
germen de algo.”
Vemos como la acusación de helenocentrista, si bien no lo descartan de una
postura “eurocentrista”, si da cuenta de que fue una posición que combatió de alguna
manera en vida, de la cual tuvo que dar mayores detalles y defender por lo tanto su
posición. A pie de página los autores nombran otro texto de Castoriadis donde explicita
lo que entiende por lo de “germen de algo”:12
“Grecia es el locus histórico-social donde se creó la democracia y la filosofía y
donde, por consiguiente, están nuestros propios orígenes. En la medida en que el sentido
y el vigor de esta creación no están agotados –y yo estoy profundamente convencido de
que no lo están-, Grecia es para nosotros un germen, no un 'modelo' ni un ejemplar entre
otros, sino un germen.”
A mi parecer y siguiendo lo que señala más adelante en Democracia y
relativismo se trataría de que Grecia nos contribuyó a la posibilidad de cuestionar
nuestros propios “centrismos” y es quizá tarea de nosotros trasponer y relativizar a un
Castoriadis que nos sirva para la situación particular de latinoamerica. De todas formas,
las masacres en América por parte de españoles, portugueses e ingleses y luego la de los
Estados nacionales, nos dejaron pocas raíces donde poder rastrear nociones, como la
democracia, que nos permitan otras formas políticas. En este sentido sería interesante
rastrear estudios respecto a formas de organización y participación política de pueblos
pre-hispánicos13.
Para finalizar a modo de reflexión: el marxismo sería un reflejo de la relevancia
que tuvo y tiene la esfera económica en el capitalismo y su imbricación con las otras
esferas de la vida social, donde éstas quedarían relegadas como secundarias. El
12 Los autores se refieren al texto: La polis griega y la creación de la democracia, en Los dominios del hombre: Las encrucijadas del laberinto, Gedisa, Barcelona, 1988, p.9913 Hay un estudio respecto a los rituales Mapuche Williche y la conformación sociocultural, organización política, que se desprendía de estos encuentros. “La mediación ritual de la sociedad Mapuche Williche”: http://mingaonline.uach.cl/scielo.php?pid=S0718-17952009000200004&script=sci_arttext
marxismo habría sido demasiado “capitalista” al efectuar la misma operación. Cuando
Castoriadis postula el proyecto de autonomía y deja de lado el Socialismo, es quizá bajo
la intuición de que en éste aún se trata de pensar en un modelo social en el que lo
económico sigue estando de forma central y determinando el resto de la vida social,
donde una vez que el reparto de bienes está “satisfecho” se puede pensar en lo demás.
El proyecto de autonomía entendido como “la capacidad de cuestionar lo instituido, y
las significaciones establecidas […] de cuestionarse a sí mismo y de cuestionar las
instituciones existentes.”14, permitiría romper con el énfasis económico en la medida en
que se trata de una revisión y cuestionamiento, constantes, siempre inacabado, a todas
las instituciones y a todas las significaciones sociales, sin privilegio de unas sobre otras,
donde “El centro está en todas partes”15.
14 Castoriadis, C. (2004). Sujeto y verdad en el mundo histórico-social. Buenos Aires: Fondo de cultura económica de Argentina, S.A. Pág. 144.
15 Nietzsche, F. (1983). Así habló Zarathustra. Proyectos editoriales S,A. pág. 246.