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Púrpuraen los secanos de Teruel

El pipirigalloOnobrychis viciifolia

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Mosaico de cultivos en Ferreruela de Huerva(Campo de Romanos) foto chabier de jaime

texto Chabier de Jaime Lorén

foto samir demdoum

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Mañana de abril en cualquier secanode las tierras altas de Teruel…El día sigue alargando y los recientes chubascosmantienen fresco el ambiente de una primavera queno quiere llegar. Sobre el horizonte, en las hoyas ylos llanos, se extiende un verde mar de cebadas quecomienzan a encañar. Aquí y allá, salpican losbarbechos, algunos labrados, otros con rastrojosrenacidos sobre los que pastan los rebaños duranteesta época. En el cielo, alondras y calandriasproclaman sus amores con sus trinos mientrasmarcan sus invisibles territorios. En las tierraspobres, hacia la loma o pegando con el monte, seaprecian unas praderas verde oscuro que estánpobladas por unas rosetas con forma de corona, algoseparadas entre sí. Al acercarnos, se aprecian sushojas divididas, formadas por numerosas foliolosque se disponen a pares a lo largo de un eje. Estamosante un campo de pipirigallo, nombre popular deuna planta conocida por los técnicos como esparcetay por los científicos como Onobrychis viciifolia. En mayo, comienza en esta tierra su breve e intensaprimavera. El día largo, las suaves temperaturas y laslluvias, producen el explosivo desarrollo vegetal encampos y páramos. Las cebadas apuntan sus tiernasespigas sobre las cortas cañas. Al tiempo, la planta depipirigallo sufre una profunda transformación. De lacorona de hojas basales emerge airoso un tallorígido, aunque hueco, que soporta nuevas hojas y, ensu extremo, un racimo alargado de flores, aún enformación. Las inferiores, más precoces, ya muestranla forma amariposada tan propia de la familia de lasleguminosas. Los cinco pétalos, de un color rosaintenso, están surcados de rayas de color púrpura.

¿Qué explica un desarrollo vegetal tanabundante en tierras tan pobres y climastan duros?El secreto de la planta está oculto bajo tierra. Lasraíces, que alcanzan los dos metros de profundidad,bombean agua y nutrientes minerales desde nivelesque resultan inaccesibles a otras herbáceas. Además,cada planta presenta en sus raicillas unos nódulosque alojan a millones de bacterias con las queentablan una singular relación. Estos microbios soncapaces de fijar el inerte nitrógeno del airetransformándolo en amonio, fácil de incorporarpor la planta para así fabricarse las proteínas, tan

abundantes en hojas, semillas y frutos. A cambio lescede parte de los azúcares fabricados en sus hojas.Ante la adversidad, la colaboración mutua.Una planta tan nutritiva es un reclamo para losherbívoros. Multitud de caracolas, saltamontes,chinches y oruguillas se alimentan de las hojas. Porla noche, acuden conejos desde los cercanos vivares,liebres que nomadean por los secanos y, cada vezmás, corzos, cabras monteses o ciervos quedescienden desde los montes próximos. La amplia cobertura de cada mata de pipirigalloproporciona un lugar de cría para las aves de estosambientes abiertos. Alondras, moñudas, calandriaso terreras ocultan su nido a la vista de sus enemigosbajo un manojo de hojas que les protege tambiéndel temible pedrisco. La abundancia de insectosofrece un alimento muy proteico que facilitará elrápido crecimiento de estos polluelos nidícolas, tanvulnerables a ras de suelo. Los depredadores diurnos o nocturnos saben de laconcentración de presas en estos generososcomederos. Aves insectívoras o rapaces, serpientes omamíferos carnívoros recorren los campos depipirigallo buscando, a su vez, alimento para suspequeños.

Entre mayo y junio puede contemplarseuno de los fenómenos naturales másbellos de la primavera turolense.Una llama de un intenso rosa y púrpura asciendepor el eje de la inflorescencia durante casi tressemanas. Su viveza contrasta con el verde oscuro delas hojas y emerge entre los verdes claros de lasmieses de cereal. La floración del pipirigallo es unespectáculo tan impresionante como desconocidopor una sociedad urbana cada vez másensimismada en su jaula de hormigón.Este es un cultivo singular. No requiere ni laboreoni biocida alguno entre los tres y los cinco años quese mantiene en el campo. A lo largo del mismo,entre las matas de la forrajera, crece una comunidadde hierbas anuales que, año a año, se hace máscompleja y desarrollada. Estas praderas mixtas sonde una impresionante riqueza biológica. La flor del pipirigallo produce abundante néctar ypolen. Esto lo conocen muy bien las mariposas yotros insectos silvestres que acuden a libar en grannúmero, sobre todo en las horas centrales del día.

También lo saben los colmeneros de la tierra bajaque, en esta época, traen sus cajas a los tomillos ysalvias que crecen en montes con campos próximossembrados de esta leguminosa.Esta maduración ascendente de la inflorescenciahace coincidir la floración de su extremo con laformación de los frutos en su base. Sorprende suobservación detallada. Redondeados ycomprimidos, con pelos y espinas cortas y con unared de huecos laterales. Un capricho de laNaturaleza. Cada fruto encierra una única semillacon forma de riñón, una pequeña legumbre.Este es el momento de la siega. Antes a dalla, ahoracon segadora, el agricultor corta raso el tallo y lodeja sobre el suelo formando alargados remos. Conlos calores de junio se irá secando el heno paradespués ser empacado y recogido, quedando en elcampo un rígido tallo rojizo y una roseta de hojasjunto al suelo.

Inflorescencia en plena madurezfoto chabier de jaime

Fruto en formacióncon diversos herbívoros

foto rodrigo pérez

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En julio y agosto se siega el cereal.Los llanos y lomas de las tierras altas del Teruel sonahora un mar de rastrojos. Hasta los ribazos se hanagostado. Los cabezos están ya secos, pero en susmárgenes quedan unas pequeñas islas de verdor: lospipirigallos. De madrugada acuden perdices osisones a picotear sus hojas, consiguiendo a la vez lacosecha de agua que ha condensado el frío de lanoche. Aún quedan saltamontes y semillas caídasdurante la siega que ponen lustrosos a sus pollos.Los cazadores conocen bien de esta cualidad, por loque siembran pipirigallo en bancales y camposabandonados para favorecer a las poblaciones deperdiz, liebre y conejo. Lo que, indirectamente,beneficia a casi toda la vida silvestre. En veranos secos, estos campos son verdaderosoasis. Si es un verano de tormentas, hecho no raroen el Maestrazgo o en el Alto Alfambra, se produceun segundo desarrollo, produciendo una segundafloración, menos vigorosa, durante el mes de julio.En este caso es común que se dedique a producciónde semilla, quedando en el campo el nutritivorastrojo para pasto.Estas lluvias pueden descargar fuertes y violentosaguaceros en poco tiempo. Es en este momentocuando se aprecia la protección edáfica que realizaesta planta. Su corona de hojas cubre buena partedel suelo, frena las gotas de agua y evita su sellado,reduciéndose la escorrentía y la erosión de lossuelos agrícolas. Esta función, complementaria a sufertilización, es bien conocida, por lo que seaconseja para revegetar taludes en autovías o endesmontes mineros.Por eso, acertadamente, ante el abandonogeneralizado de las tierras de labor en bancales yladeras en fuerte pendiente, el doctor PedroMontserrat recomendaba «abandonar sembrando»con pipirigallo para proteger y enriquecer los suelosy favorecer la formación de praderas pastables por laganadería de montaña. Una práctica que limitaría laentrada de los arbustos y contribuiría a mantener unmodelo de vegetación en mosaico, de gran riquezabiológica y con menor continuidad en el matorralmediterráneo, tan vulnerable a los incendios. Esdecir, una serie de pequeños cortafuegos con pasto ymenor erosión que los convencionales.

Finales de mayo en los campos de Las Cuerlas(cuenca de Gallocanta) foto chabier de jaime

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En septiembre y octubre las ovejaspastan los rastrojos de cereal que,simultáneamente van siendo labrados.Complementan con el pasto del pipirigallo, bastantemás nutritivo. En el otoño, estación breve, llegan lasprimeras heladas, que cubren de rosada labrados ysembrados. Cambio de escenario, cambio de actores.Los secanos del Teruel frío, a partir de noviembre,albergan bandadas de miles de calandrias. A su vez,desde la Europa atlántica, llegan nutridos grupos dealondras y de bisbitas comunes. Unas y otras,recorren los suelos picoteando las semillas de lasplantas silvestres nacidas entre las mieses. Lacompetencia es tremenda y el riesgo de ser cazadastambién. Estos serios problemas los solventanmediante la especialización. Las calandrias, quebasan su defensa en la vigilancia colectiva de susgrandes bandos, seleccionan los expuestos rastrojosde cereal. Alondras o bisbitas, menos gregarias,prefieren la protección y la abundancia de alimentode los campos de pipirigallo.A estas poblaciones invernantes les acompañan susfieles depredadores alados: esmerejones, cernícalosvulgares y aguiluchos pálidos. Estas rapacescomplementan su dieta con los topillos, queconstruyen sus madrigueras en terrenos apropiados.Los campos de cereal no lo son, pues sonlaboreados año tras año. Los eriales con sueloprofundo y los prados son escasos y habitualmenteya están ocupados. En los campos con pipirigallo,donde no hay laboreo durante varios años, lostopillos encuentran temporalmente un lugar dondeformar nuevas colonias. Por eso no es raro versobrevolar a estas rapaces invernantes los camposde esta forrajera.

El pasto comienza a faltar en el largoinvierno.Ahora es cuando el ganadero recurre al heno depipirigallo para alimentar a sus ovejas, lo que leevita el consumo del costoso pienso. Es un alimentoextraordinariamente nutritivo y saludable. Tiene unalto contenido en proteínas y en glúcidos, es de fácildigestión y no produce hinchazón abdominal porgases, como sí le ocurre a la alfalfa. Antaño tambiénera muy consumida por los animales de corral y losde labor. En inglés y francés, esta planta es conocidacomo sainfoin (heno sano) por evitar los parásitosintestinales en el ganado.

Pasado y presenteEl pipirigallo es una leguminosa originaria deEuropa oriental y Asia occidental que se introdujoen el siglo XVI en Alemania y, desde allí, a travésde Francia lo hizo hasta la península Ibérica. Aquíha sido cultivada por su gran rusticidad, sobretodo en terrenos calizos de suelos pobres y climasfríos y secos de su cuadrante nororiental. Suinclusión en la rotación de cultivos permitíaromper el ciclo de los parásitos y malas hierbas,ofrecía forraje de gran calidad y, sobre todo,dejaba fertilizado para un par de años los campostras ser levantado, lo que les ahorraba los abonos.La Política Agraria Comunitaria ha penalizado elcultivo de las forrajeras de secano sin considerarlos beneficios ambientales y económicos en estastierras pobres y secas. En Teruel, primeraprovincia española en superficie cultivada a(12.239 ha de promedio 1946-2000) pasó a ser uncultivo meramente anecdótico. Mientras tanto, elfomento del monocultivo cerealista y laintensificación agraria están perjudicando a lavida silvestre, contaminando los acuíferos y lasaguas superficiales por nitratos y biocidas.Además no cesa la importación de leguminosasgrano para fabricar piensos. Sus efectosbeneficiosos no solo son locales, también globales,pues favorece la recarga hídrica, reduce el uso dela maquinaria y la producción industrial deabonos y, por lo tanto, la emisión de CO2, ademásde evitar la producción de metano (otro gasinvernadero) por los rumiantes. En la actualidad,su inclusión entre los cultivos beneficiados de lasayudas agroambientales en Aragón ha favorecidoun repunte en la superficie cultivada,especialmente en la cordillera Ibérica.El pipirigallo es un cultivo tan apropiado en lastierras pobres y en los climas fríos de los secanosdel sur de Aragón que hay un refrán que dice:

«Eres más de Teruelque el pipirigallo».

Este cultivo, de gran interés agronómico yambiental, ofrece en estas fechas primaveralesuna magnífica oportunidad para disfrutar de unacontecimiento natural sin igual: la explosión desus flores rosadas y púrpuras.

Aproximación didácticaUna novedosa experiencia educativa ha sido realizada enel IES Valle del Jiloca de Calamocha. El alumnado delúltimo curso de Secundaria cultivó durante dos añospipirigallo, cebada y leguminosas anuales en parcelasexperimentales dentro del propio recinto. Además deaprender el trabajo agrícola, su problemática social y suincidencia en el ambiente, han realizado unas aportacionesvaliosas, además a aprender el método de trabajo de loscientíficos. Investigaron la capacidad que tiene el pipirigallo,comparándola con la cebada, de ofrecer hábitat para losorganismos del suelo, para los invertebrados que vivensobre la planta y para las aves. Han estudiado su influenciaen la protección del suelo construyendo rampas de erosión,además de visitar centros de investigación, experienciasagroambientales novedosas o aprender de especialistascomo son los agricultores, agentes forestales o naturalistasde su entorno. Es decir, conocer bien la problemáticaeconómica y ecológica de su entorno personal.

Interés ambiental del cultivode Pipirigallo (Onobrychis viciifolia):una investigación en el aulaColección Difusión, número 23Chabier de Jaime Lorén | Consejo de Protecciónde la Naturaleza, Gobierno de Aragón | 112 páginas

El libro recoge una interesante experiencia deeducación ambiental en el aula y en el campo,

realizada con alumnos de 4º de ESO del instituto Valle del jiloca deCalamocha. Con un objetivo netamente didáctico, muestra a losalumnos un método de trabajo científico y riguroso al tiempo que lesaproxima al medio natural de su entorno. La iniciativa se centra en losvalores que aporta la planta forrajera denominada esparceta opipirigallo, tanto en lo que se refiere a su contribución para eldesarrollo de la avifauna como en su evidente aportación al paisaje.

arribaOvejas paciendo foto ignacio delgadoRoseta foliar en invierno foto chabier de jaime

foto chabier de jaime