Psicología de la Vejez

12
27 Introducción La vejez es un estado en la vida y el envejeci- miento un proceso que sucede a lo largo del ciclo vi- tal. Tanto la vejez como el envejecimiento humano son objetos de conocimiento multidisciplinar en el sentido en el que el individuo humano es un ente bio-psico-social. Por esta razón, el individuo enveje- ciente o viejo es un sujeto de conocimiento psicoló- gico. La psicología es una ciencia básica dedicada al estudio del comportamiento humano a los niveles de complejidad necesarios y, por tanto, incluye tan- to la conducta motora (lo que una persona hace), emocional (lo que siente) y cognitiva (lo que pien- sa), como complejos atributos humanos como la conciencia, la experiencia, la personalidad, la inteli- gencia o la mente. Como ciencia básica, la psicología tiene por obje- tivo el establecimiento de principios básicos que ri- gen en los fenómenos psicológicos, pero también se ocupa de en qué condiciones los comportamientos o atributos psicológicos difieren entre los individuos; o, en otros términos, bajo qué supuestos se produ- cen diferencias individuales en el comportamiento de las personas con base en su edad, su sexo u otras condiciones biológicas o sociales. O sea, hasta qué punto las mujeres difieren de los hombres en ciertas características de la personalidad o en qué medida las personas de más educación difieren de las de menos estudios. Igualmente, la psicología se ocupa del compor- tamiento humano a lo largo de la vida, de cómo evoluciona y se desarrolla. Es del común saber que un recién nacido es un organismo biológico que emite unos comportamientos muy primarios (algu- nos reflejos), que no se diferencian básicamente de los que emiten otras especies. Es con el paso del tiempo, con la maduración de ese organismo en interacción recíproca con el contexto sociocultural en el que vive, cuando emergen toda una serie de complejas constelaciones comportamentales que van desde habilidades motoras (desde subir esca- leras a conducir el más sofisticado artificio) a los más complicados sistemas de pensamiento (ser ca- paz de inventar un teorema matemático) o las más excelsas emociones (en el gozo de escuchar una PSICOLOGÍA DE LA VEJEZ ROCÍO FERNÁNDEZ-BALLESTEROS* Catedrática de Psicología. Departamento de Psicología Biológica y de la Salud. Facultad de Psicología. Universidad Autónoma de Madrid. Madrid (España) *Fundadora y Directora (Editor-in-Chief) del European Jour- nal of Psychological Assessment y miembro del Comité Edito- rial de 17 revistas de Psicología. Fue Presidenta de la Europe- an Association of Psychological Assessment. Sus áreas de interés en cuanto a investigación y publicaciones son la eva- luación psicológica y la gerontología. Autora de numerosos trabajos sobre vejez y envejecimiento.

description

Rocio Fernandez Ballesteros

Transcript of Psicología de la Vejez

Page 1: Psicología de la Vejez

27

Introducción

La vejez es un estado en la vida y el envejeci-miento un proceso que sucede a lo largo del ciclo vi-tal. Tanto la vejez como el envejecimiento humanoson objetos de conocimiento multidisciplinar en elsentido en el que el individuo humano es un entebio-psico-social. Por esta razón, el individuo enveje-ciente o viejo es un sujeto de conocimiento psicoló-gico.

La psicología es una ciencia básica dedicada alestudio del comportamiento humano a los nivelesde complejidad necesarios y, por tanto, incluye tan-to la conducta motora (lo que una persona hace),emocional (lo que siente) y cognitiva (lo que pien-sa), como complejos atributos humanos como laconciencia, la experiencia, la personalidad, la inteli-gencia o la mente.

Como ciencia básica, la psicología tiene por obje-tivo el establecimiento de principios básicos que ri-

gen en los fenómenos psicológicos, pero también seocupa de en qué condiciones los comportamientos oatributos psicológicos difieren entre los individuos;o, en otros términos, bajo qué supuestos se produ-cen diferencias individuales en el comportamientode las personas con base en su edad, su sexo uotras condiciones biológicas o sociales. O sea, hastaqué punto las mujeres difieren de los hombres enciertas características de la personalidad o en quémedida las personas de más educación difieren delas de menos estudios.

Igualmente, la psicología se ocupa del compor-tamiento humano a lo largo de la vida, de cómoevoluciona y se desarrolla. Es del común saber queun recién nacido es un organismo biológico queemite unos comportamientos muy primarios (algu-nos reflejos), que no se diferencian básicamente delos que emiten otras especies. Es con el paso deltiempo, con la maduración de ese organismo eninteracción recíproca con el contexto socioculturalen el que vive, cuando emergen toda una serie decomplejas constelaciones comportamentales quevan desde habilidades motoras (desde subir esca-leras a conducir el más sofisticado artificio) a losmás complicados sistemas de pensamiento (ser ca-paz de inventar un teorema matemático) o las másexcelsas emociones (en el gozo de escuchar una

PSICOLOGÍA DE LA VEJEZ

ROCÍO FERNÁNDEZ-BALLESTEROS*Catedrática de Psicología. Departamento de Psicología Biológica y de la Salud.

Facultad de Psicología. Universidad Autónoma de Madrid. Madrid (España)

*Fundadora y Directora (Editor-in-Chief) del European Jour-nal of Psychological Assessment y miembro del Comité Edito-rial de 17 revistas de Psicología. Fue Presidenta de la Europe-an Association of Psychological Assessment. Sus áreas deinterés en cuanto a investigación y publicaciones son la eva-luación psicológica y la gerontología. Autora de numerosostrabajos sobre vejez y envejecimiento.

Page 2: Psicología de la Vejez

sinfonía de Bethoven). Es en esa evolución cuan-do el ser humano adquiere (siempre en contactocon otras personas) las dos condiciones más pro-piamente humanas: la propia conciencia de sí mis-mo y el lenguaje como forma de comunicación.

Así pues, la psicología también se ocupa delcomportamiento a lo largo de la vida tratando de es-tablecer tanto cuáles son las pautas o los patronestípicos o cuáles son los cambios que se producencon el paso de la edad o a través del ciclo vital y,como derivación, cuáles son las más notables dife-rencias a lo largo de la vida desde el nacimientohasta la muerte.

Las etapas de la vida

Como en otras ciencias sociales y biológicas, losexpertos han convenido en establecer distintas eta-pas evolutivas que ocurren a lo largo de la vida. És-tas varían de unos autores a otros pero, en síntesis,los expertos son coincidentes en que la evolucióndel comportamiento humano cuenta con cuatroesenciales períodos: la infancia, la adolescencia, laedad adulta y la vejez.

Si tratamos de establecer qué esenciales diferen-cias se producen en estas cuatro etapas podríamosdecir que desde el nacimiento hasta la edad adulta(incluyendo la infancia y la adolescencia) se produ-ce un fortísimo crecimiento en prácticamente todoslos sistemas comportamentales y, por tanto, los psi-cólogos evolutivos lo han denominado período deldesarrollo. Estas primeras dos etapas de la vida sonperfectamente coincidentes con lo que ocurre en elámbito biológico: en ellas se produce la maduracióndel individuo que, en estrecha interacción con elmedio ambiente familiar y social, es responsable de

esos complejos repertorios comportamentales referi-dos anteriormente.

¿Qué sucede en la edad adulta y en la vejez? Enprincipio, la creencia más común en nuestra culturaes que la edad adulta implica estabilidad; ello tam-bién sería coincidente con lo que sostienen las cien-cias biomédicas. Sin embargo, la investigación de loque ocurre comportamentalmente en la edad adultaes que, aunque con un menor incremento, el indivi-duo sigue desarrollándose o perfeccionando sus re-pertorios comportamentales. Es más, en nuestra so-ciedad actual, la verdadera profesionalización llegamucho después de la adolescencia y la máxima in-versión educativa y formativa no sólo se produce enlos primeros años de la vida, sino a todo lo largo deésta. En un mundo tecnificado como el nuestro, el serhumano ha de seguir inserto en procesos de aprendi-zaje a lo largo de toda su vida adulta, y nuestra so-ciedad ha sido bautizada como una sociedad del co-nocimiento en el que éste se convierte en un objetivopreciado a todo lo largo del ciclo de la vida.

¿Y en la vejez? Ello está todavía más claro: lacomún creencia es que a partir de una determinadaedad empieza «la vejez». La idea más extendida esque existe un comienzo de esa vejez, generalmenteestablecido en la edad de jubilación, y, lo que espeor, que ello conlleva pérdida, declive y deterioro.Y es que la psicología -o mejor aún, algunos psicó-logos- han asumido un modelo biomédico por elque sabemos que, a lo largo de la vida, pasado unperíodo de fuerte crecimiento, todos nuestros siste-mas biológicos pierden eficiencia. Es a este compor-tamiento de los sistemas biofísicos a lo que, desde labiología, se llama envejecimiento y se expresa comouna involución que tiene el signo contrario a lo quellamamos desarrollo. Pero, ¿ocurre realmente esomismo en los sistemas comportamentales?

28

ENVEJECIMIENTO

Page 3: Psicología de la Vejez

Antes de contestar a esta pregunta deberemos re-cordar cuál es el objeto de la psicología (el comporta-miento a los niveles de complejidad necesarios) ycómo se conforma. Hemos dicho que en cualquiercomportamiento humano existe una base biológica,pero que el comportamiento se construye a través deuna compleja transacción entre el individuo y el con-texto sociocultural. De esta forma, todos los compor-tamientos que tengan un mayor componente bioló-gico se verán afectados en forma paralela a lo queocurra con el sistema del que dependen. Así, porejemplo, la habilidad motora depende del sistema lo-comotor y si éste es dañado impedirá esa habilidad.Sin embargo, también sabemos que en esa transac-ción entre los elementos biológicos y los comporta-mentales, lo psicológico influye extraordinariamente(a todo lo largo de la vida) en lo biológico, por loque una fuerte motivación determinará la reinstaura-ción de una habilidad comportamental en ausenciadel sustrato que la hizo posible en un primer mo-mento. En otras palabras, aunque el sustrato naturalen la plasmación de la creación pictórica sea la manodiestra que guía el pincel, ésta puede ser sustituidafácilmente por cualquier otro sustrato comportamen-tal en la expresión artística; de ello tenemos miles deejemplos. En este, como en otros muchos casos, elcomportamiento (en este caso la motivación comomotor de la conducta) explica mucho más el desa-rrollo o la involución del individuo que ningún otrofactor biológico o, incluso, social.

El ser humano no se «termina» psicológicamentehablando (o no termina su desarrollo) cuando acabasu máxima maduración física y biológica ni empiezasu deterioro cuando termina, en la edad adulta, suetapa laboral, se marchan los hijos del hogar o cuan-do ocurre cualquier otra condición física, biológica ysocial. El desarrollo humano, desde una perspectiva

psicológica, dura mientras siguen produciéndose lastransacciones entre el organismo biológico y el con-texto sociocultural. Pero, desde luego, en esa ecua-ción del cambio a lo largo de la vida -en ese balanceentre evolución y desarrollo e involución y deterioro(o, en otros términos, entre pérdidas y ganancias)-existen factores psicológicos que experimentan ga-nancias y otros que experimentan pérdidas.

Teniendo en cuenta un amplio conjunto de ca-racterísticas psicológicas, Heckhausen y Schulz1 es-tablecieron cuáles de ellas experimentaban ganan-cias y cuáles presentaban pérdidas a lo largo delciclo de la vida desde los 20 a los 90 años de edad.En la figura 1 podemos apreciar cuáles fueron losresultados: si bien es cierto que en los primerosaños de la vida se producen máximamente cambiospositivos (desarrollo), y que también lo es que seproduce una cierta meseta de estabilidad comporta-mental en la edad adulta (que llega a los 70 años) yque se experimentan amplios declives a partir de los70 años, los autores concluyen que existen ganan-cias o mejoras, en distinta medida y proporción, atodo lo largo del ciclo de la vida, aun a los 90 años.Así, por ejemplo, sabemos que mientras que existenfunciones cognitivas (en las que el tiempo de reac-ción o ejecución es importante) que declinan muytempranamente (a partir de los 20 años), otras apti-tudes cognitivas, como la amplitud de vocabulario olos conocimientos, no lo hacen hasta muy avanza-da edad (a partir de los 70 años) o, incluso, queotras funciones socioafectivas (como el balance en-tre el afecto positivo y negativo) se articulan muchomejor en la vejez. En definitiva, existe crecimiento ydeclive a todo lo largo de la vida.

También es verdad que existen determinadas ca-racterísticas psicológicas como, por ejemplo, el neu-roticismo, la sociabilidad, o las actitudes y los inte-

29

PSICOLOGÍA DE LA VEJEZ

Page 4: Psicología de la Vejez

reses que, una vez instauradas en la edad adulta, semodifican muy poco a todo lo largo de la vida. Endefinitiva, la teoría de la continuidad2 establece queexiste un escasísimo cambio por lo que se refiere alas preferencias, actitudes y actividades que las per-sonas realizan a lo largo de su vida.

A pesar de que la investigación psicológica pre-senta el panorama aquí sintetizado, la visión estero-tipada de lo que acontece durante la vejez nos pre-senta un cuadro sombrío en el que, paralelamente alo que ocurre en el plano físico, lo que necesaria-mente se produce según avanza la edad son cambiosnegativos, es decir, deterioro y decrepitud en todoslos planos del psiquismo humano. Estos clichés sonextraordinariamente importantes, no sólo porque im-plican falsas creencias, sino porque tiene efectos per-versos en las personas, como se verá más adelante.

Lo importante ahora es ejemplificar estos patro-nes de cambio que ocurren a lo largo de la vida y

que expresan que algunos factores psicológicos ex-perimentan deterioro o declive (isomórficamentecon lo que sucede con nuestros sistemas biofísicos),mientras que otros experimentan desarrollo o cam-bio positivo. Hay que resaltar que se consideran de-clives aquellos cambios que sucederán con probabi-lidad al envejecer, mientras que hablamos dedeterioro cuando se produce un cambio patológico(excedente del declive) generalmente causado poruna determinada enfermedad.

Algunos ejemplos de cambio y estabilidad en la vejez en funcionescognitivas y afectivas

Dado que la psicología agrupa múltiples manifes-taciones, no resulta aquí posible tratar con la nece-saria extensión los cambios que en el conjunto de la

30

ENVEJECIMIENTO

FIGURA 1. Estimación de ganancias y pérdidas en características psicológicas a lo largo del ciclo de la vida

100

80

60

40

20

020 30 40 50 60 70 80 90

Pérdidas Ganancias

Heckhausen, J. y Schulz, R. (1993).

Page 5: Psicología de la Vejez

actividad psíquica ocurren en la vejez. Tan sólo va aser posible realizar un breve resumen de aquelloque sucede en relación con las más importantesfunciones psicológicas.

Sin embargo, conviene comenzar resaltando queestamos considerando la vejez como una etapa dela vida. Los individuos llegan a esa (no bien deter-minada) etapa con muy distintos bagajes y expe-riencias debido no sólo al estado de su organismoen su sentido biológico sino, sobre todo, de la histo-ria de aprendizaje y de las circunstancias que les hatocado vivir. De hecho, una de las característicasmás notables del proceso de envejecimiento es suenorme variabilidad. En otras palabras, en la medi-da en que se incrementa la edad aumentan las dife-rencias existentes entre los individuos enjevecientesdebido, lógicamente, a la diversidad de circunstan-cias y de contextos históricos vividos, de forma talque, aunque aquí vamos a presentar unos determi-nados patrones de cambio en la vejez, la variabili-dad entre los distintos procesos, funciones psicológi-cas y comportamientos es extraordinariamentedivergente entre los distintos individuos.

Funciones cognitivas

El ser humano puede ser entendido como un pro-cesador activo de información. A través de sus senti-dos la información es captada, almacenada, analiza-da y elaborada y, finalmente, el ser humanoresponde a esa información. En este sentido, el indi-viduo debe atender y percibir esa información, pro-cesarla y retenerla. En realidad, cualquier comporta-miento humano está dependiendo tanto de losestímulos y circunstancias externas como de esasfunciones psicológicas aprendidas a su vez a lo largo

del proceso de aprendizaje. En definitiva, cabe pre-guntarse qué funciones cognitivas cambian con elpaso del tiempo y cuáles permanecen estables.

Teniendo en cuenta que la recepción de informa-ción depende de los sentidos y que el procesamientode la información tiene como soporte el sistema ner-vioso central, una primera conclusión es que duran-te el proceso de envejecimiento se produce un enlentecimiento y una menor eficiencia del funcio-namiento cognitivo. En definitiva, el ser humanomayor tarda más en responder a la información querecibe que la persona más joven, sobre todo cuandolas tareas que se le demandan requieren muchos re-cursos atencionales. No obstante, conviene tambiénresaltar que esos cambios o declives en las primerasfases de procesamiento ocurren desde muy tempra-no en la vida.

Sin embargo, no cabe duda de que el procesa-miento de información lleva consigo el aprendizaje,la retención o la memoria de esa información. Trasel examen de los distintos tipos de aprendizaje, losautores ponen de relieve que las personas mayores,amén de requerir un mayor número de ensayos deaprendizaje y mayores tiempos de ejecución (encomparación con las más jóvenes), tienen una am-plia capacidad de aprendizaje.

Un alto porcentaje de personas mayores afirmatener fallos en el recuerdo de nombres, números deteléfono, cosas que tiene que hacer, si han apagadoel gas y otros muchos eventos de la vida cotidiana.En la tabla 1 se presentan los distintos sistemas dememoria, junto a ejemplos, y los que declinan conel paso del tiempo y los que permanecen estables.Como podemos apreciar en dicha tabla, tan sólo lamemoria de trabajo (también llamada operativa) yla memoria episódica sufren cambios negativos aso-ciados a la edad3.

31

PSICOLOGÍA DE LA VEJEZ

Page 6: Psicología de la Vejez

32

ENVEJECIMIENTO

Sin embargo, llegado este punto, tal vez lo másimportante sea señalar que existen recursos paramejorar aquellos sistemas de memoria que han de-clinado. Así, Ruiz Vargas pone de relieve cuáles sonlos recursos que pueden ponerse a contribuciónpara la mejora de la memoria durante la vejez: 1)estar muy motivado; 2) jugar a recordar en formadeliberada: ¡recordar por recordar!; 3) prestar muchaatención; 4) repetir, repetir y repetir; 5) dedicar mu-cho tiempo al aprendizaje y la memoria; 6) organi-zar mentalmente la información a recordar; 7) bus-car y establecer asociaciones entre la informaciónque se quiere recordar y otros eventos cotidianos;8) crear imágenes mentales de lo que se quiere re-cordar y, finalmente, 9) utilizar ayudas externascomo agendas, libretas, etc.

Las funciones cognitivas o intelectuales se ex-presan en un producto o estructura psicológica: lainteligencia. La inteligencia puede ser entendidacomo la capacidad de adaptación al medio o como elconjunto de competencias que permiten resolverproblemas contextualmente relevantes. Por supues-to, la inteligencia es también el producto interactivoentre factores biológicos y ambientales. ¿Qué cam-bios se producen en el funcionamiento intelectual?

En la figura 2 podemos apreciar los patrones decambio y estabilidad del funcionamiento intelectuala lo largo del ciclo de la vida. Así, por lo que se re-

fiere a la inteligencia biológica (también llamadafluida), que aglutina aptitudes como la velocidadperceptiva, la fluidez verbal, el razonamiento o laaptitud espacial, ésta se desarrolla exponencialmen-te en las primeras etapas de la vida para declinarmuy tempranamente, a partir de los 30 años. Sinembargo, la inteligencia cultural (también llamadainteligencia cristalizada), que abarca aptitudes deinformación, comprensión, vocabulario, etc., unavez alcanzada una cierta meseta, se mantiene cons-tante o, incluso, puede ser incrementada hasta eda-des avanzadas de la vida.

Sin embargo, el funcionamiento intelectual tam-bién se puede compensar; existen pruebas sólidasde que la actividad intelectual (desde hacer cruci-

TABLA 1. Patrones de cambio en los sistemas de memoria

Sistema de memoria Ejemplos Patrón de cambio

Semántica La lista de los Reyes Godos Estabilidad

Procedimental Conducir un coche Estabilidad

De trabajo u operativa Recordar una secuencia al revés de como se ha aprendido Declive

Episódica Cuándo se vio por última vez a alguien Declive

Tomado de Baltes et al, 1997.

100

50

020-29 40-49 60-69

Inteligencia fluida Inteligencia cristalizada

FIGURA 2. Cambio y estabilidad en lainteligencia fluida y cristalizada

Page 7: Psicología de la Vejez

gramas a jugar al ajedrez) mejora el funcionamientointelectual en la vejez e, incluso, disponemos tam-bién de datos experimentales según los cuales laspersonas que realizan actividad intelectual en suvida cotidiana son menos propensas a presentar de-mencia4.

Los psicólogos del envejecimiento han investi-gado esencialmente el funcionamiento cognitivo delas estructuras más comunes que comienzan su de-sarrollo en la infancia y llegan a su culmen al finalde la adolescencia. No ha sido hasta los años 90cuando se han ocupado de ciertas condiciones cog-nitivas que pudieran ser propias de la vez. Cuandouno conversa con una persona mayor y le pideconsejo o ayuda o, también, cuando uno mismoenvejece, cabe apreciar que el consejo del mayor osu forma de pensamiento tienen componentes es-peciales que expresan una forma especial de resol-ver problemas, por lo que pudiera hipotetizarse quejunto a los declives señalados ocurren también al-gunos cambios positivos en el funcionamiento inte-lectual. Así, la sabiduría ha emergido en los últimosaños como un nuevo constructo sujeto a investiga-ción científica y se postula que pudiera ser un atri-buto que se diera con mayor probabilidad en la vejez. Este relativamente nuevo objeto de investi-gación ha sido definido por Baltes y colaboradores5

como un conjunto de conocimientos de experto enla pragmática de la vida. Pero la sabiduría no pare-ce ser sólo una característica de la vejez; cabría de-cir que ni todos los viejos son sabios ni todos losjóvenes no sabios. Como señalaba Epicuro en sucarta a Meneceo: «han de amar la sabiduría tantoel joven como el viejo, éste para que sintiéndoseanciano rejuvenezca..., aquel para que sea joven yviejo al mismo tiempo». Sin embargo, las pruebashoy disponibles nos llevan a pensar que la sabidu-

ría se produce con mayor probabilidad en la vejez,aunque con una frecuencia reducida. Por otra par-te, también cabe resaltar que la sabiduría tampocose puede conceptualizar como un atributo exclusi-vamente cognitivo, sino que tiene componentesafectivos, emocionales y, cómo no, intelectuales.

En resumen, existen funciones intelectuales quedeclinan en función de la edad y, también, existenotras que se mantienen a lo largo de la vida e, in-cluso, existen ciertas formas de juicio y compren-sión que se incrementan en la vejez.

Funciones afectivas

Pero este procesador de información, como muybien puede ser conceptualizado el ser humano, noparece atender, percibir, aprender o memorizarcomo si fuera una máquina (por muy inteligenteque la máquina fuese). El ser humano es un orga-nismo emocional en el que la inteligencia se entre-mezcla con el sentimiento y la pasión a la hora decomportarse inteligentemente. Los sentimientos ylas emociones conforman la afectividad como im-portante ámbito psicológico. Así pues, a continua-ción va a presentarse una síntesis de los esencialescambios que ocurren en la vejez en el ámbito de laafectividad y del mundo emocional.

La vejez conlleva una serie de situaciones conflic-tivas: la jubilación, la pérdida de seres queridos, lamarcha de los hijos, con frecuencia la enfermedadcrónica y, lo que es peor, un conjunto de polipatolo-gías, en ocasiones discapacidad y dependencia y,desde luego, mayor proximidad a la muerte, y todoello junto a otros eventos negativos más que ocurrencasi inevitablemente. Es lógico pensar que todos esoseventos producirán en los individuos que los sufren

33

PSICOLOGÍA DE LA VEJEZ

Page 8: Psicología de la Vejez

reacciones afectivas negativas: depresión, soledad,malestar, en definitiva, sufrimiento. Examinada lacuestión «fríamente», habría que concluir que conalta probabilidad las personas mayores han de expe-rimentar una afectividad displacentera. ¿Es esto así?

Una primera respuesta a esta pregunta es clara-mente negativa. Las personas mayores no expresanuna menor felicidad, bienestar o satisfacción con lavida cuando se las compara con las más jóvenes.Muy al contrario, las investigaciones existentes(tanto en el Estudio Mundial de Valores como en elEuro-barómetro, y lo mismo puede verificarse condatos en España o en Estados Unídos6) ponen demanifiesto, como podemos apreciar en la figura 3,que no existe influencia de la edad en la expresiónverbal de la experiencia de la felicidad.

A este hecho -la falta de incidencia de la edad enla percepción de bienestar- se le ha llamado la «pa-radoja de la felicidad». ¿Cómo es posible que la edadno influya en la felicidad cuando la edad está aso-ciada a eventos vitales negativos, a penalidades ysituaciones conflictivas que, necesariamente, debenconllevar sufrimiento? Veamos brevemente quéocurre con los afectos en la vejez.

En la última década han proliferado los estudiosen los que se compara la afectividad a distintas eda-des (desde la juventud hasta la vejez) así como,dentro de la vejez, a los jóvenes-viejos y los viejos-viejos, y ello tanto en estudios transversales (en losque se compara la experiencia afectiva de personasde entre 18 y más de 90 años, en un momento con-creto) como en estudios longitudinales (en los que secompara a las mismas personas en el proceso de en-vejecer y se va siguiendo su experiencia afectiva,por ejemplo, cada 5 años (a los 50, 55, 60, 65, 70,etc.). Tanto unos como otros estudios llegan a lostres siguientes hallazgos:

1.- Cuando se es mayor, se experimentan emo-ciones con la misma intensidad que cuando se esjoven y los mayores sienten emociones positivascon igual frecuencia que las personas más jóvenes.

2.- Existen pruebas sólidas de que la experienciaemocional negativa se da en mucha menor frecuen-cia a partir de los 60 años. Así, a esas edades, exis-te más expresión de «felicidad», «gratitud», «conten-to» que de «frustración», «tristeza» o «rabia».

3.- La conclusión de la mayor parte de los auto-res que investigan el mundo afectivo de los mayo-res es que en la vejez existe una mayor complejidady riqueza emocional. En otras palabras, que en lavejez se incrementa el manejo adecuado de los afec-tos y que, por tanto, existe una mayor «madurez»afectiva.

Dos preguntas asaltan ante este panorama clara-mente positivo: qué otras condiciones pueden expli-car o justificar estos tres hallazgos y, por ende, laparadoja de la felicidad en la vejez, y de qué formapuede integrarse esta visión globalmente positivadel mundo afectivo en la vejez cuando esencialmen-te se utilizan instrumentos de autoinforme y noexiste ni un «felizómetro» que evalúe objetivamentela felicidad ni ninguna otra medida de la experienciasubjetiva de contento que no pase por su expresiónverbal.

Los autores han examinado minuciosamente enqué medida el contexto (la condición socioeconómi-ca, el estado civil, etc.), la salud y la situación fun-cional y las relaciones interpersonales influyen en laafectividad (positiva y negativa) en la vejez y enqué medida estos factores son más importantes quela edad. Nuevamente, la conclusión parece ser bas-tante contundente: no se encuentran efectos de laedad en la afectividad positiva cuando se controlanotras variables. En otras palabras, la edad es una

34

ENVEJECIMIENTO

Page 9: Psicología de la Vejez

variable vacía y tan sólo conlleva los efectos deotras covariantes. De entre ellas, no son precisa-mente la salud o el estado funcional los mejorespredictores de la afectividad, sino la personalidad yel funcionamiento intelectual.

Carstensen7 ha elaborado una teoría que permiteexplicar tanto el bienestar como el balance entre elafecto positivo y el negativo en la vejez: la teoría dela selectividad socio-emocional. En breve, el rol delafecto y de la cognición van reestructurándose conla edad. Ello permite una mayor cohesión entre losdos e influye en que haya una mayor regulación dela emoción en la vejez, lo que lleva consigo unamaximización de los aspectos positivos y una mini-mización de los negativos, cuyo producto es unamayor satisfacción o bienestar.

En definitiva, si en el mundo cognitivo ocurrencambios negativos debidos a la edad, en el mundoafectivo parecen ocurrir cambios positivos esencial-

mente ligados a un declive de la emocionalidad ne-gativa que algunos autores han conceptualizadocomo una mejor integración o elaboración emocio-nal. Por supuesto, resulta vital continuar investi-gando estos aspectos de afectividad y emocionali-dad en la vejez con el fin de descifrar lo que a mientender sería no sólo una «paradoja» sino la «cul-minación» de la experiencia de la vejez.

Llegados a este punto, parece conveniente refle-xionar sobre la congruencia entre lo que la experi-mentación científica afirma que sucede en el funcio-namiento cognitivo y afectivo a lo largo de la vida yel común sentir y pensar en nuestra sociedad.

Estereotipos sobre la vejez y sus efectos

La percepción y la conceptualización (o, en otrostérminos, las «teorías implícitas») sobre el envejeci-

35

PSICOLOGÍA DE LA VEJEZ

FIGURA 3. Porcentaje de personas que expresan su grado de «felicidad» según su edad (N=32.029)

60

50

40

30

20

10

018-27 28-37 38-47 48-57 58-67 68-77 78-89

Muy feliz Bastante feliz No demasiado feliz

Mroczek y Kolarz, 1998.

Page 10: Psicología de la Vejez

36

ENVEJECIMIENTO

miento y la vejez forman parte de las más clásicascorrientes de pensamiento. Así, por ejemplo, Platónconceptualizaba la vejez como sinónimo de pérdida,enfermedad y deterioro, mientras que Aristóteles laconcebía como una etapa de oportunidad, de sabi-duría y de conocimiento. De estas dos visiones, laque cuenta con una mayor inserción en nuestra cul-tura es la que conceptualiza la vejez negativamente.No es de extrañar; la belleza, la salud, la rapidez es-tán en la base de los valores de nuestra época y to-das estas condiciones físicas son algunas de las quedeclinan a lo largo del ciclo de la vida. Pero empece-mos por aclarar previamente a qué llamamos este-reotipo.

En breve, un estereotipo es un cliché o un mode-lo fijo, compartido por una determinada colectivi-dad, que se utiliza para conceptualizar a un determi-nado sujeto de conocimiento abstracto como lavejez o la juventud, la inmigración o el poder, y nossirve a modo de teoría implícita respecto de ese su-jeto de conocimiento. Estos clichés, en términos ge-nerales negativos, son aprendidos a través del pro-ceso de socialización del individuo, el cualtranscurre en un ambiente sociocultural determina-do. Lo importante es que estas imágenes o clichés,una vez aprendidos, tienen un poder causal en elsentido de que son la causa de la conducta tanto in-dividual como social referida a ese objeto de conoci-miento e, incluso, pueden convertirse en profecíasque tienden a su autocumplimiento.

Pero esas imágenes o clichés actúan no sólo ex-plícitamente a través de opiniones y juicios, sinoque lo hacen en forma implícita; en otras palabras,los individuos no son conscientes de que algunas desus formas de conceptualización sobre la vejez sonextraordinariamente negativas e influyen -inclusodeterminan- comportamientos «edaístas» discrimi-

natorios. Por ejemplo, se ha demostrado que, cuan-do personas de distintos grupos de edad son some-tidas subliminalmente a elementos verbales aso-ciados a la vejez, toman decisiones negativasperjudiciales más rápidamente que si se enfrentan aestímulos relativos a la juventud8.

Es más, estos estereotipos desencadenan actitu-des negativas que, a veces, provocan desigualdadessanitarias o sociales. Tan es así que Naciones Uni-das y la Organización Mundial de la Salud han ve-nido emitiendo recomendaciones que tratan de pro-vocar decisiones gubernamentales que combatanlos estereotipos o falsas creencias en torno a la ve-jez9.

Hace algunos años, investigamos las creenciasde la población española referidas a la vejez10. Ha-cíamos preguntas del tipo: «La mayor parte de losadultos mantiene un nivel de salud aceptable hastalos 65 años, aproximadamente, edad en la que seproduce un fuerte deterioro de la salud», o «Laspersonas mayores son, en muchas ocasiones, comoniños». Pues bien, el 72,6% de la muestra encues-tada (representativa de la población española ma-yor de 18 años) estaba de acuerdo con la primeraafirmación y el 75% estaba de acuerdo con la se-gunda. En resumidas cuentas, es cliché muy co-mún que la gente mayor está deteriorada, es inca-paz de aprender nuevas cosas, no pueden cuidarsea sí mismos, y son desagradables y regañonas. To-das estas afirmaciones son falsas; los datos con losque contamos no avalan la existencia de un mo-mento puntual en el que la salud se deteriore; atodo lo largo de la vida existe una amplia capaci-dad de aprendizaje, y la gente no cambia su perso-nalidad cuando llega a la vejez sino que, muy alcontrario, avala el aserto de que se envejece comose ha vivido.

Page 11: Psicología de la Vejez

Es más, los datos experimentales y empíricoscon los que contamos expresan la existencia de unaextraordinaria variabilidad en la vejez; en resumi-das cuentas, las diferencias entre las personas ma-yores superan a las que existen entre las de cual-quier otra edad. Por tanto, no podemos generalizarentre individuos mayores e, incluso, cuando afirma-mos que a una determinada edad declina una deter-minada función psicológica, queremos decir que lapuntuación promedio en esa función en ese grupode edad es más baja que la que presenta otro grupode menor edad o el mismo grupo de edad cuandoera más joven pero, incluso, tendríamos que decirtambién que existen personas, en ese grupo deedad, en las que esa función no declina en absoluto.

Pero, además, sabemos que en gran parte de con-diciones psicológicas la práctica es más importanteque la edad. Por ejemplo, no cabe duda de que lavelocidad de tecleo declina con la edad; sin embargo,una persona mayor entrenada será mucho más rápi-da que una no entrenada. En otras palabras, en múl-tiples aspectos la edad no es más importante que lapráctica o la experiencia, sino que, muy al contrario,la experiencia o la práctica tienen mayor influenciasobre el comportamiento que la edad.

Pero los estereotipos no sólo implican al ampliogrupo social que los sustenta sino al propio grupode personas mayores. Preguntémonos lo siguiente:una vez que se ha aprendido e internalizado quecon la vejez necesariamente llegan todo tipo de pe-nalidades, ¿cómo influyen los estereotipos negati-vos en torno a la vejez cuando se envejece?

Levy11, tras realizar múltiples estudios transcul-turales, experimentales y longitudinales, concluyeque los estereotipos negativos sobre la vejez queasumen las personas mayores influyen en su me-moria, causan estrés y peores formas de combatirlo

e, incluso, predicen menor sobrevivencia. Visto des-de otra vertiente, en estudios longitudinales, laspersonas que tenían asumidos estereotipos más po-sitivos vivieron 7 años más que las que tenían con-cepciones negativas en torno a la vejez.

Conclusiones

La vejez es una etapa de la vida y el envejecimientoun proceso que ocurre a lo largo de la vida. Ambos ob-jetos de conocimiento son multidisciplinares, puestoque el ser humano es una realidad bio-psico-social. Lapsicología, como disciplina científica que se ocupa delcomportamiento humano a los niveles de complejidadnecesarios, es una disciplina básica que estudia loscambios psicológicos que se producen en el transcursode la vida.

El proceso de envejecimiento psicológico no ocurreisomórficamente al envejecimiento biofísico. Existenfunciones psicológicas que declinan muy temprana-mente, una vez llegadas a su máximo desarrollo, yexisten otras que se mantienen e incluso se desarrollana todo lo largo de la vida.

Notas

1. Heckhausen J, y Schulz R. Optimization by selection andcompensation: Balancing primary and secondary controlin life span development. Int J Behav Develop 1983;16:115-124.

2. Véase Achley RC. Continuity and adaptation in aging.Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1999.

3. Véase Ruiz-Vargas JM. Mejore su memoria, siempre haytiempo. En: Fernández-Ballesteros R (ed.). Vivir con Vi-talidad. Tomo III: Cuide su mente. Madrid: Pirámide,2002.

4. Véase Calero MD. La actividad mental. Prevención del en-vejecimiento cerebral. En: Fernández-Ballesteros R (ed.).

37

PSICOLOGÍA DE LA VEJEZ

Page 12: Psicología de la Vejez

Vivir con Vitalidad. Tomo III. Cuide su mente. Madrid:Pirámide, 2002.

5. Para una revisión véase Fernández-Ballesteros R, MoyaR, Iñiguez J, Zamarrón MD. Qué es Psicología de la vejez.Madrid, Biblioteca Nueva, 1999.

6. Véase Fernández-Ballesteros R. Psicología del envejeci-miento. Lección Inaugural del Curso Académico 1996-1997. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid,1996, yMroczek DK, Kolarz CM. The effect of age on positive andnegative affect. J Personality Social Psychology 1998;75:1333-1349.

7. Carstensen LL. Selectivity theory: Social activity in life-spancontext. Annu Rev Gerontol Geriatr 1991;11:195-217.

8. Perdue CW, Gurtman MB. Evidence for the automaticityof ageism. J Experiment Soc Psychol 1990;26:199-216.

9. Véase Naciones Unidas. Plan Internacional de Acción so-bre el Envejecimiento. Nueva York, 2002. UN, OMS. En-vejecimiento Activo. Ginebra: Organización Mundial de laSalud, 2002.

10. Fernández-Ballesteros R (ed.). Mitos y realidades en tor-no a la vejez y la salud. Barcelona: SG Ed., 1992.

11. Levy BR. Mind Matters: Cognitive and Physical Effects ofAging Stereotypes. J Gerontol 2003;58B:203-211.

Lecturas recomendadas

Achley RC. Continuity and adaptation in aging. Baltimore:Johns Hopkins University Press, 1999.

Calero MD. La actividad mental. Prevención del envejecimientocerebral. En: Fernández-Ballesteros R (ed.). Vivir con Vita-lidad. Tomo III. Cuide su mente. Madrid: Pirámide, 2002.

Carstensen LL. Selectivity theory: Social activity in life-spancontext. Annu Rev Gerontol Geriatr 1991;11:195-217.

Fernández-Ballesteros R (ed.). Mitos y realidades en torno ala vejez y la salud. Barcelona: SG Ed, 1992.

Fernández-Ballesteros R. Psicología del envejecimiento. Lec-ción Inaugural del Curso Académico 1996-1997. Madrid:Universidad Autónoma de Madrid, 1996.

Fernández-Ballesteros R, Moya R, Íñiguez J y Zamarrón MD.Qué es Psicología de la vejez. Madrid: Biblioteca Nueva,1999.

Fernández-Ballesteros R (ed.). Vivir con Vitalidad. 5 Tomos.Madrid: Pirámide, 1999.

Levy BR. Mind Matters: Cognitive and Physical Effects ofAging Stereotypes. J Gerontol 2003;58B:203-211.

Mroczek DK y Kolarz CM. The effect of age on positive andnegative affect. J Personality Social Psychology 1998;75:1333-1349.

Naciones Unidas. Plan Internacional de Acción sobre el En-vejecimiento. Nueva York: UN, 2002; OMS. Envejeci-miento Activo. Ginebra: Organización Mundial de la Sa-lud, 2002.

Perdue CW y Gurtman MB. Evidence for the automaticity ofageism. J Experimental Social Psychology 1990;26:199-216.

Ruiz Vargas JM. Mejore su memoria. Siempre hay tiempo. En:Fernández-Ballesteros R (ed.). Vivir con Vitalidad. TomoIII. Cuide su mente. Madrid: Pirámide, 2002.

38

ENVEJECIMIENTO