Pub35837 Ahorro y Eficiencia Energetica, Las Renovables No Bastan

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  • Cambiar lasgafas paramirar elmundo

    Entrevista a JorgeRiechmann: Qu son los transgnicos

    Cambiar las gafas para mirar el mundo, por Beln Gopegui

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  • daphnia 20112

    Edita: ISTAS. Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud Tel.: 914491040

    Colabora: Secretara Confederal de Medio Ambiente de CCOO.

    Director: Manuel Gar Subdirector: Javier Morales Ortiz Secretara: Lourdes Larripa

    Diseo, maqueta y documentacin grfica: Fernando de Miguel ([email protected])

    Produccin: Paralelo Colaborador edicin: Javier Rico Depsito legal: M-24702-1999

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    daphniaboletn informativo sobre la prevencin de la contaminacin y la produccin limpia

    Nucleares, mentiras ycintas de video

    Pdespus del tsunami en Japn, FAES y elcandidato Rajoy plantearon la ineludiblenecesidad de un renacer nuclear paraasegurar las necesidades energticas. Para ellos,la prdida de peso y declive de la industria nu-clear en todo el mundo no cuenta. Ni hacencuentas de lo cara que es la construccin de nue-vas centrales. Ni contemplan la falta de competi-tividad del precio de produccin del kilovationuclear (Esperanza Aguirre pontific sin ruborlo barato que es). Ni se preguntan por qu losemprendedores espaoles no emprenden, nilos inversores invierten, ni los bancos prestan alos empresarios del sector, salvo que les avale eldenostado Estado. Ni se cuestionan los riesgosde prolongar la vida de centrales obsoletas. Niles duele, a ellos tan patriotas, que desde el mi-neral a la tecnologa sea toda fornea, o sea queahonda nuestra dependencia energtica. Ni hanreconsiderado la frgil seguridad tras la tragediajaponesa, ni se acuerdan de la ucraniana. Ni ex-plican por qu el sistema elctrico funciona pesea la parada tcnica frecuente de los reactores.Ni dicen nada sobre los frecuentes incidentesespaoles. Ni reflexionan pblicamente sobre sudisimulado desprecio por los molinillos, quecada da aportan ms a la produccin elctrica.

    Pero la mentira cala en la sociedad y no dejde sorprenderme una carta al director en el ni-co diario progresista de amplia tirada de una jo-ven que deca, ms o menos, que haba queabandonar el viejo modelo de las renovables yoptar por el nuevo, el nuclear, el que asegura elfuturo. El mundo al revs.

    Eso s que me preocupa. Por eso a ella, a lajuventud indignada y a todas las personas quecomparten afiliacin conmigo, no les invito a leer sesudas consideraciones civilizatorias, trata-dos econmicos o pesados informes tcnicos.Les invito a una sesin de video.

    Manual de instrucciones: 1) Abrir Google. Enla barra de herramientas pulsar Videos. Pulsar in-tro en Bsqueda de Vdeos avanzada. Solicitar labsqueda de Chernobil. Aproximadamente16.400 resultados en 0,09 segundos. 2) Proc-dase igual con la palabra Fukushima. Aproxima-damente 18.900 resultados en 0,09 segundos.Ante las imgenes toda retrica deviene vaca.

    Manuel Gar

    tribuna Jaime Doreste. El pleito ambiental. De las dificultades de la defensa jurdica de los bienes pblicos 4 aguaLa demarcacin del Ebro y el difcil proceso de planificacinhidrolgica 7 energa y cambio climticoInseguridad nuclear 8El ahorro y la eficiencia energtica adems generan empleo 10 medio naturalParque nacional de Guadarrama. Especulacin de altura 12 produccin limpiaPuesta a punto de la directiva Seveso 14Qu hago con la lata? 16El residuo de una ley 17 riesgo qumico Siete recomendaciones de la OMS para acabar con el cncer 18Niveles alarmantes de mercurio en la poblacin espaola 19 movilidad Emplate en la movilidad sostenible 21 caso prcticoUn elemento de cuidado 22Una puerta abierta al futuro 24 propuestas 25 entrevista Sonia Castaeda 28 dossier. Ahorro y eficiencia energticaAhorro versus despilfarro INo basta con las buenas intenciones IIILejos de Europa VUn plan para los negajulios VIComo obtener edificios de consumo cero VIIILas Administraciones se lo toman con calma XINH Hoteles. Deber cumplido XIIEspaa necesita una reconversin urgente de su transporte XIVLa opcin de la fiscalidad verde XVIIIEntrevista a Teodorino Lpez, presidente de ANESE XIX

    Daphnia es un crustceo micrfago que habita en aguas eutrofizadas en las que realiza una laborde depuracin de la contaminacin, que le sirve de alimento.

    En portada: Ilustracin de Fernando de Miguel a partir de una imagen combinada de satlitesmetereolgicos que muestra a Europa con sus lucesnocturnas.

    De entrada...

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  • Luces en el laberinto

    Tres leccionesdespus deFukushima

    ocos das antes del accidente de Fukushima,los defensores de la energa nuclear clamabanpor reabrir el debate nuclear centrado en lanecesidad de un renacimiento nuclear enEspaa. Son los mismos que, primero, mini-mizaron el accidente, despus dieron garant-as sobre su evolucin que el tiempo ha des-

    mentido y concluyeron advirtindonos de que no era elmomento del debate

    No pretendo editorializar sobre los problemas de la energanuclear y la necesidad de fijar ya el horizonte de cierre de lasplantas espaolas, pero s traer aqu tres de los argumentos queel accidente ha puesto de actualidad:

    En primer lugar, una de las consecuencias del accidente deJapn ha sido la ruina de la empresa TEPCO, propietaria de lacentral, y la consiguiente traslacin al conjunto de la sociedadde la factura de reparacin y compensacin de daos. Losdefensores de la energa nuclear han negado siempre la proba-bilidad de un accidente de estas caractersticas, pero al mismotiempo se han esforzado en garantizarse una responsabilidadeconmica limitada y no han encontrado entre el capitalismodel bono basura ninguna aseguradora que cubra una plizapara este riesgo.

    El argumento recurrente usado por los pro nucleares es elalto grado de exigencia en seguridad a que se somete a las plan-tas en un pas avanzado. Despus de Fukushima sabemosque en Japn los controles no fueron todo lo exigentes quedeban, y que existi complicidad entre operadores y poderpoltico, porque la capacidad de condicionar e influir de las

    grandes compaas energticas a los poderes pblicos es enor-me. No creo que este sea slo un mal japons. En otro mbi-to las finanzas se ha puesto de manifiesto que los controla-dores no desempearon su labor, que trabajaron para favorecera los que deban controlar. Una industria tan fundamentalcomo la energtica, tan dada a contratar expresidentes y exmi-nistros, cantera de administradores pblicos tiene tanto o mspoder de influencia que la banca. Mejor evitar el riesgo de undbil control del riesgo nuclear. Los test de la Unin Europeaslo refuerzan el temor de que los controles no han sido exi-gentes al mximo. Cunto tiempo podremos estar seguros deque lo son?

    Por ltimo, conocida la decisin del Gobierno de Alemaniade abandonar completamente la energa nuclear en 2022 y quelas ocho centrales desconectadas se quedarn as, los adalides dela energa nuclear han corrido a sealar que eso supondr unencarecimiento de la factura elctrica en un 6% ms que ahora.No s que rigor tiene ese clculo, entre otras cosas porquenadie puede saber el precio del petrleo, el gas o el rendimien-to de las renovables en los aos por venir. Sin embargo, megustara poder calcular cuanto ahorrar Alemania por la ges-tin, durante miles de aos, de los residuos que as evitarn.En todo caso, s que en Alemania, Merkel ha cambiado suposicin porque no hacerlo la abocaba al fracaso electoral. Peroclaro!, para que ser pronuclear tenga un coste en las urnas esnecesario que exista la papeleta de una opcin claramente anti-nuclear.

    Lloren SerranoSecretario confederal de Medio Ambiente de CCOO

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  • Sin utopa el mundo no sera correctoJuan Gelman

    s sobradamente conocida la existencia deun muy voluminoso conjunto de normas,leyes, reales decretos, planes, estrategias,acuerdos e incluso convenios y tratados in-ternacionales que tienen como reconocidafinalidad la proteccin del medio ambiente,del cual como seres vivientes todos y todas

    dependemos. Y se continan dictando nuevas normas.Este esfuerzo, sin embargo, contrasta poderosa y triste-

    mente con la realidad, que nos muestra cmo la degradacinambiental es igualmente creciente. Problemas ambientales deprimer orden, como el incremento de la concentracin de ga-ses de efecto invernadero, la prdida de biodiversidad, la con-taminacin de las aguas y el aire que respiramos, la artificiali-zacin del territorio o la desnaturalizacin de nuestros paisajesindican que algo se est haciendo mal.

    Y es que es desolador constatar el generalizado incumpli-miento de la normativa ambiental, que parece condenada aun mero papel mojado que pretende pintar de verde lasmemorias legislativas de sucesivos parlamentos y cortes re-gionales o nacionales, pero no las polticas y actuaciones tan-to pblicas como privadas de los llamados a cumplirlas; laciudadana, las instituciones y administraciones pblicas ylos actores econmicos.

    De todos ellos, es a la Administracin Pblica (que sir-ve con objetividad los intereses generales y acta de acuerdo conlos principios de eficacia, jerarqua, descentralizacin, descon-centracin y coordinacin, con sometimiento pleno a la Ley y alDerecho, o al menos as reza nuestra Constitucin) a la quemayor responsabilidad hay queatribuir a la hora de aplicar yvelar por el cumplimiento deesa normativa ambiental1. Amodo de ejemplo, son las con-sejeras de ordenacin del te-rritorio de turno las que aprue-ban los planes de ordenacinurbanos u otorgan las autori-zaciones ambientales, losayuntamientos quienes conce-den licencias de construccin oel Ministerio de Medio Am-biente y Medio Rural y Marinoel que aprueba una cuota pes-quera o una moratoria

    Desde un punto de vista ambiental, la Administracin P-blica se presenta as como la garante del cumplimiento de esanormativa ambiental. Lo que ocurre es que dada la cotidianainstrumentalizacin de la Administracin por el poder polti-co y econmico, en la prctica supone poco menos que poneral lobo a cuidar de las ovejas; el medio ambiente como bienpblico de titularidad universal.

    Sin embargo, esas leyes estn ah, vlidamente aproba-das, sancionadas por el jefe de Estado publicadas en su co-rrespondiente boletn oficial. Y precisamente por eso se con-vierten en una herramienta til que permite, en esa ltimatrinchera de la lucha ecologista que suponen los tribunalesde justicia, oponer esos hermosos principios de sostenibili-dad que ensalzan esas leyes a la diaria depredacin ambien-tal y territorial.

    Ah se germina lo que podemos denominar el pleito am-biental, en el que una organizacin ecologista (las ms de lasveces; en otras pueden ser ciudadanos particulares, asociacio-nes vecinales, plataformas de afectados) acuden a los tribu-nales para exigir, en su beneficio o en defensa del inters general2, el respeto a la legalidad ambiental cuando la Admi-nistracin no lo hace motu proprio.

    Los abogados y abogadas que pleiteamos para las organi-zaciones ambientalistas, con carcter altruista en la mayora delas ocasiones, nos encontramos ante un sistema judicial mspensado para la defensa de intereses y derechos particularesque para la defensa de intereses generales, lo que en la prcti-ca forense implica no pocas dificultades, en las que no ahon-daremos. Y por supuesto, se trata de pleitos en lo que la con-traparte dispone de medios econmicos abrumadores3.

    Si bien debemos por fuerza reconocer el reciente cam-bio de sensibilidad de la Administracin de Justicia,4 lo cier-

    to es que an hoy resulta cuandomenos curioso batallar por ejem-plo contra el emplazamiento es-cogido para un vertedero porafectar al rea de cra del guilaimperial o el proyecto de unpuerto industrial que supone ladestruccin de praderas subma-rinas de singular valor ecolgico.En todo caso, los abogados yabogadas ecologistas han deja-do de ser vistos como una raraavis de la de por s variopinta realidad diaria de los juzgados, ya fuerza de argumentos se hanganado el respeto de propios y

    E

    tribuna

    El pleito ambiental De las dificultades de la defensa jurdica de los bienes pblicos

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    Desde un punto de vistaambiental, la Administracin

    Pblica se presenta as como lagarante del cumplimiento de esa

    normativa ambiental. Lo queocurre en la prctica supone

    poco menos que poner al lobo acuidar de las ovejas

    Jaime DoresteAbogado ambiental

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  • extraos y son numerosas e incluso habituales las sentenciasque avalan los planteamientos defendidos ante las Adminis-traciones por esos grupos ecologistas.

    Llegados a este punto, que la justicia es lenta. Nada nue-vo vengo a descubrir al lector, pues de todos es conocido elmal endmico que azota en este pas a la Administracin deJusticia. Sin embargo cuando esta lentitud se pone en rela-cin con la celeridad con la que se acomete la obra pblica,y tambin la privada, y la irreversibilidad del dao ambientalque esta causa, una sentencia tarda, por ms que en su lite-ratura refrende el planteamiento conservacionista, suponeigualmente un varapalo para quien impulsa ese proceso.

    En un provocador artculo titulado Jueces, medidas caute-lares y Administracin Pblica. Pasara algo si se suprimierala jurisdiccin contencioso - administrativa? 5 y que me cons-ta escoci y mucho entre la judicatura el catedrtico de De-recho Administrativo, Jos Eugenio Soriano Garca, acusaba alos jueces y magistrados de lo contencioso administrativo dededicarse a pintar sentencias maravillosas muchos aosdespus, que sirven solamente para enmarcarlas y luegoarrumbarlas a un museo de arqueologa jurdica entre los tras-tos intiles de una civilizacin olvidada.

    Y lo cierto es que los hechos le dan la razn.Por ejemplo, Ecologistas en Accin ha obtenido reciente-

    mente diversas e importantes victorias judiciales: el 14 de fe-brero de este ao el Tribunal Supremo confirmaba la ilegali-dad de la duplicacin de la carretera M-501, que afectabaterritorios de especies en peligro de extincin en una de laszonas mejor conservadas del Suroeste de Madrid, ignorandolos informes cientficos; el Tribunal Superior de Justicia deMadrid hizo lo propio el 11 de febrero de 2011 con la M30,cuya ampliacin declarada nula por la Sala fue aprobada porel Ayuntamiento de Madrid prescindiendo de todos los tr-mites ambientales habidos y por haber como si de una calle setratara; el 9 de marzo el Tribunal Superior de Justicia de Ex-tremadura anulaba la aberracin urbanstica de la Marina deValdecaas, CCERES un complejo residencial en uno de losmejores dormideros de grullas de toda Europa

    Todos estos casos tienen una serie de denominadores co-munes: por una parte, el temerario desprecio a la legalidadcon la que actuaron sus responsables polticos y administrati-vos; de otra, la triste constatacin de que todos estos proyec-tos o estn ya hace tiempo ejecutados, inaugurados con lapompa que la ocasin requiere y en uso caso de la M30 o laM501 o en fase muy adelantada de construccin.

    En todos estos asuntos podramos referir muchos ms,pero se citan nicamente stos por la inmediatez temporal desus resoluciones la justicia podra haber evitado que sus sen-

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    Se plantea la adopcinde las medidas

    cautelares en el pleitoambiental, como una

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    batalla

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    tencias no sirvan ms que para adornar anales de jurispruden-cia y como base de juiciosas discusiones doctrinales, y dotarlasdel verdadero efecto til pretendido: que nunca se hubieraplasmado en la realidad el grandilocuente proyecto del plani-ficador, contrario a la ley y la proteccin ambiental.

    Y decamos que se podra evitarse de haberse adoptado enel proceso la medida cautelar de suspensin de las obras deconstruccin, perfectamente prevista en el ordenamiento jur-dico y que tiene como finalidad precisamente impedir que seconsolide una situacin de hecho que haga intil la sentenciaque se pueda dictar de asistir la razn al recurrente. En el ca-so de la M501, la abogada recurrente, incansable e inasequi-ble al desaliento, solicit en seis ocasiones la suspensin y enotras seis le fue denegada.

    Se plantea la adopcin de las medidas cautelares en el plei-to ambiental, pues, como una piedra angular, un autnticocampo de batalla. Y es que de lo contrario y como seala Pe-dro Brufao6, cuando la sociedad civil ha de medirse con los po-derosos, stos cuentan con una indudable ventaja: las sentenciasllegan tarde y aunque se gane el pleito es casi imposible ejecutar-las luego.

    Construida la carretera, entregadas las llaves de las vi-viendas Quin va a dictar una orden de demolicin?

    Quin va a ordenar su ejecucin? Las dificultades son evi-dentes7, como tambin lo es la tendencia de juzgados y tri-bunales a contemporizar con los intereses afectados, sea-lando el inters pblico en conservar lo levantado con tantoesfuerzo pese a su ilegalidad y la mismsima imposibilidadde ejecutar lo que ellos mismos han juzgado. Sesudos aca-dmicos, en brillante alocucin, critican a los titulares dejuzgados y tribunales de lo contencioso-administrativo8 quesufren inmunodeficiencia judicial a la ejecucin de suspropias sentencias urbansticas.

    Ms el que la sigue la consigue, recuerda el acervo popu-lar, y no ha llegado el da en el que el movimiento ecologistadesista o sea acallado con facilidad.

    No slo la consolidacin de la construccin o la urbani-zacin juega en contra de la victoriosa parte que ha logradoque se declare la misma ilegal, sino que adems, con indig-nante frecuencia, las autoridades pblicas, prevalindose demayoras absolutas en parlamentos, han modificado la legis-lacin aplicable para tratar de sortear la posible ejecucin dela sentencia obtenida en su contra en un lamentable ejerciciode perversin de las funciones de los poderes pblicos quedetentan y de la legalidad9. En los tribunales nos veremos.

    (1) Sin que ello suponga ni mucho menos desconocer que la proteccin ambientales una tarea colectiva, que requiere del cambio de mentalidad, actitud ycomportamiento de todas y todos, en la que no cabe desconocer nuestra comnresponsabilidad.(2) Es importante destacar la idea de que los valores ambientales son bienespblicos, que como tal hay que conservar y defender. Desde un punto de vistaestrictamente jurdico, cabe hablar de un valor constitucional, pues el derecho a unmedio ambiente adecuado est consagrado en la Constitucin Espaola (art. 45). (3) A modo de ejemplo, de impugnarse un plan parcial uno tendr como contrariosal Ayuntamiento y Comunidad Autnoma de turno, as como a la promotorainmobiliaria del mismo y puede que incluso a ms partes que se sientan afectadasen sus intereses, como propietarios, operadoras de telefona, empresasconstructoras(4) Mndez, Rafael; La justicia empieza a asumir el verde, EL PAS, viernes 6 demarzo de 2009, p.34 y 35.(5) Soriano Garca, Jos Eugenio. Jueces, medidas cautelares y AdministracinPblica. Pasara algo si se suprimiera la jurisdiccin contencioso - administrativa?El Economista 18/03/2009.

    (6) Brufao Curiel, Pedro; Sin medidas cautelares no hay Justicia, ABC Lunes 24de agosto de 2009.(7) Junquera, Natalia; La piqueta de la justicia no funciona, EL PAS, mircoles 9de enero de 2008, p.18 y 19.(8) Por expreso mandato constitucional y legal, la actuacin de la Administracinpblica es controlada por los juzgados y tribunales de lo contenciosoadministrativo; control que evidentemente se limita a la legalidad de su actuacin,no a su oportunidad poltica, pues no es menester vulnerar el principio ilustrado dela separacin de poderes del Estado. (9) La Asamblea de Extremadura aprob en marzo de este ao y en tiempo recordla modificacin de la Ley 15/2001, de 14 de diciembre, del Suelo y OrdenacinTerritorial de Extremadura para neutralizar los efectos de la citada Sentencia contrala Marina de Valdecaas; el Parlamento de Canarias aprob el 4 junio la Ley4/2010 del Catalogo Canario de Especies Protegidas para desproteger el sebadalque se interpona en la construccin del Puerto Industrial de Granadilla; en 2007la Comunidad Autnoma de Castilla y Len aprob la Ley de 28 de marzo deaprobacin del Proyecto Regional Ciudad del Medio Ambiente, una urbanizacinen pleno espacio protegido

    Construida lacarretera,

    entregadas las llavesde las viviendasQuin va a dictar

    una orden dedemolicin?

    Quien va a ordenarsu ejecucin?

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    La demarcacin del Ebro y el difcil proceso de planificacin hidrolgica

    agua

    l proceso formal de elabo-racin y aprobacin delPlan Hidrolgico de laDemarcacin del Ebro es-t casi paralizado y es un

    buen ejemplo de la situacin en la que seencuentran todas las demarcaciones de-pendientes de la Administracin del Esta-do. Y que se puede resumir en cuatroideas fuerza: El retraso en el cumplimiento de los

    plazos establecidos en la DirectivaMarco del Agua (DMA) y la amenazade posible sancin propuesta por laComisin Europea. Esta es la conse-cuencia de la psima transposicin dela directiva a travs de la ley de aguasy su posterior desarrollo normativo.

    Las dificultades para definir los objeti-vos ambientales que se predetermina-ron en el esquema de temas impor-tantes y que deberan materializarse el31de diciembre de 2015.

    La incapacidad para asignar y financiarlos recursos econmicos necesarioscomo consecuencia de las medidas derestriccin y ajuste tomadas por elGobierno.

    La falta de un proyecto de consultapblica y participacin ciudadana quesupere las carencias identificadas en elanterior proceso referido a la defini-cin de los temas importantes de lademarcacin.

    En ltima instancia, la causa funda-mental hay que buscarla en la dificultadpara resolver el conjunto de conflictosque se exacerban a medida que se acer-ca el momento de la decisin: conflictossociales entre territorios, usos, intere-ses, culturas; conflictos por el repartode competencias entre las comunidadesautnomas y el Estado; y conflictos po-lticos por el modelo de gestin en elque, de una parte se alinean el PP, CiU,sectores del PSOE y otros representan-

    tes de la comunidad hdrica tradicional(regantes, personal de las confederacio-nes hidrogrficas, constructoras, hidro-elctricas) y, en la otra, se posicionansectores del PSOE y del Gobierno, IU yotros representantes, en el mbito pol-tico y social, de la nueva cultura delagua.

    Los aspectos fundamentales que de-ben incorporarse en cualquier plan hi-drolgico deben ser: La definicin de los objetivos ambien-

    tales de los planes de medidas y lafinanciacin y ejecucin de los mis-mos.

    La reduccin de la contaminacin y,en particular, de la difusa derivada delcomplejo agroalimentario de lademarcacin.

    La definicin de los caudales ecolgi-cos exigibles y verificables en todomomento. Esta figura introducida enla legislacin espaola no est recogi-da en la DMA y el procedimiento parasu determinacin presenta dificultadescasi insalvables.

    La asignacin de recursos para los dis-tintos usos y, en especial, la revisin delos volmenes para regado y genera-

    cin elctrica. Todas las comunidadesautnomas han exigido reservas hdri-cas para el complejo agroalimentario yenergtico.

    La caracterizacin del esfuerzo finan-ciero compartido por las distintasadministraciones y otras medidas rela-cionadas con la dimensin econmicade la planificacin, como puede ser larecuperacin de costes.

    El seguimiento del cumplimiento delplan de cuenca y la mejora de las redesde control.

    En este marco, CCOO tiene comoobjetivo participar en el proceso de con-sulta pblica con propuestas dirigidas aavanzar en un modelo de desarrollo sos-tenible de la cuenca y la creacin y man-tenimiento del empleo a travs de losusos del agua, la gestin del recurso y losprogramas de actuacin y las formas decontratacin. Y tambin deber interve-nir en los conflictos centrales en la cuen-ca: caudales ecolgicos, delta del Ebro,extensin del regado y construccin deinfraestructuras.

    La ley de aguas es extremadamenterestrictiva para la participacin de las or-ganizaciones que representan interesessociales amplios, como son los sindicatos.De hecho, aun no estamos presentes enlos consejos del agua de las demarcacio-nes. Esta circunstancia obliga a realizarun importante esfuerzo para coordinar laaccin institucional de CCOO en laConfederacin Hidrogrfica del Ebro yen los rganos dedicados a la gestin delagua en el mbito de las comunidadesautnomas.

    Este esfuerzo debe acompasarse conla configuracin de un marco de relaciny actuacin estable con UGT y con lasONG en la demarcacin. En esta demar-cacin, la ministra del MARM, RosaAguilar, nombrar al representante sindi-cal en el consejo del agua, que corres-ponde a UGT, segn lo convenido, sien-do CCOO invitado permanente.

    CCOO tiene comoobjetivo participaren el proceso de

    consulta pblica conpropuestas dirigidas

    a avanzar en unmodelo de desarrollo

    sostenible de lacuenca y la creaciny mantenimiento del

    empleo

    ngel Muoa BlasSecretara Confederal de Medio Ambiente de CCOO

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    l accidente nuclear de lacentral de Fukushima(Japn) ha puesto de ma-nifiesto de nuevo los ries-gos a los que nos somete

    esta tecnologa. El grave accidente deThree Miles Island en 1979 en Harris-burg (Estados Unidos) o, sobre todo,el de Chernbil (Ucrania) en abril de1986 supusieron un punto de inflexinen la percepcin social de la energa nu-clear. El de Chernbil, que alcanz elnivel 7 (el ms grave) en la Escala Inter-nacional de Sucesos Nucleares (INES),dej 31 victimas inmediatas, ms de4.000 muertes por cncer, al menos330.000 personas desplazadas y unazona de 200.000 km2 inutilizada paraactividades productivas segn algunasestimaciones.

    La evidencia de que la energa nu-clear es intrnsecamente peligrosa uni-do a su propia incapacidad de financia-

    cin en mercados energticos cada vezms liberalizados hizo que, sobre todoen los pases occidentales, apenas hu-biera proyectos de nuevos reactores yde manera creciente programas de cie-rre de las instalaciones existentes.

    Sin embargo, en estos ltimos aosse estaba produciendo en Espaa un re-nacer de las expectativas del sector nu-clear, encaminado no tanto a propiciarnuevos proyectos de centrales, sino msbien a prolongar la vida de las que estnactualmente en operacin. La presinmeditica a favor de la energa nucleartena su caldo de cultivo en el olvido delas consecuencias de Chernbil, en laausencia de accidentes de esa magnituden las dos ltimas dcadas y en la sensa-cin colectiva de que la energa nuclearha mejorado notablemente sus sistemasde seguridad, de manera que lo que su-cedi en Ucrania en 1986 no poda vol-ver a suceder y mucho menos en un pa-s industrializado.

    En el debate sobre el perodo de vi-da de las centrales en Espaa hasta elaccidente de las nucleares japonesas

    apenas se consideraban los aspectos dela seguridad. Sin embargo, en nuestropas ha habido un amplio historial deincidentes graves y de ocultacin demuchos de esos sucesos por parte delas compaas elctricas y de las autori-dades encargadas de velar por la seguri-dad nuclear.

    Es cierto que los protocolos y me-didas de seguridad de los que se ha idodotando la industria nuclear son cadavez ms estrictos y que en las condicio-nes habituales de funcionamiento deuna instalacin esas medidas hacen al-tamente improbable la generacin deun accidente grave. Sin embargo, nose puede afirmar que no exista riesgode accidentes o de escapes radiactivosgraves derivados del funcionamientode reactores nucleares. La probabilidaddepende del nmero de instalacionesen operacin y de su obsolescencia res-pecto del perodo para el que fuerondiseadas. Se trata de centrales cuyosequipos e instalaciones estn sometidosa procesos de desgaste y envejecimien-to como cualquier otra industria.

    En cualquier caso, las situaciones deriesgo ms elevado en las instalacionesnucleares se pueden producir por posi-bles perturbaciones provenientes delexterior, tales como terremotos, inun-daciones, tsunamis, ataques terroristascon explosivos o aviacin... El acciden-te nuclear de Fukushima en Japnvuelve a poner de manifiesto la vulne-rabilidad de estas instalaciones ante fe-nmenos imprevistos en los que pue-den fallar los sistemas de seguridad.Uno de los riesgos ms severos es, pre-cisamente, el de la prdida de suminis-tro elctrico para activar o mantener elsistema de refrigeracin de emergenciaque enfra el reactor.

    En el marco de la mesa de dilogosobre la evolucin de la energa nucle-ar en Espaa, que coordin el Ministe-rio de Industria en 2006, la Confedera-cin Sindical de CCOO present unestudio, elaborado por la FederacinMinerometalrgica titulado Situacinlaboral, de salud y seguridad de los tra-bajadores en el mbito de las centralesnucleares. El citado estudio sealaba:La liberalizacin del mercado elctrico

    Inseguridad nuclearsegn

    ECarlos Martnez CamareroResponsable del Departamento Confederal deMedio Ambiente de CCOO

    energa y cambio climtico

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    ha llevado a ejercer polticas de reduc-cin de costes, que las empresas propieta-rias de estas centrales han venido reali-zando durante los ltimos aos, que hantenido como objetivo primar el beneficiosobre la seguridad. Esto est llevando auna situacin que puede poner en dudala fiabilidad de garantizar esa seguri-dad al 100%.

    El informe sealaba tambin que:La situacin de precariedad y falta

    de rigor est siendo un problema recu-rrente en los ltimos aos en el manteni-miento y la seguridad de las centrales, loque ha sido denunciado de forma perma-nente ante el Consejo de Seguridad Nu-clear (CSN). La poltica de reduccin decostes ha incidido de una forma signifi-cativa en: Un recorte de los recursos econmicos

    en el mantenimiento y supervisin delas instalaciones, que ha llevado aque la supervisin no sea realizadaen el tiempo debido, que se hayanreducido los recursos humanos ymateriales para realizarlas y que lasmedidas que las contratas hanrecomendado no sean llevadas aefecto.

    Falta de formacin en las plantillassubcontratadas, con la consiguienteprdida de profesionalidad, lo que,aadido a la excesiva rotacin, llevaal desconocimiento de los riesgos.

    Polivalencia de los trabajadores,incompatible con un sistema deseguridad imprescindible en unacentral nuclear.

    Estas cuestiones que se sealabanhace tan slo unos aos hacen que laperspectiva de alargar de la vida til delas centrales sea una decisin difcil deencajar si se quiere garantizar la segu-ridad. Despus de lo que ha sucedidoen Fukushima, nadie con un mnimo

    de sensatez y de conocimiento de lahistoria de la industria nuclear puedeafirmar que un accidente grave nopueda volver a suceder. No podemosadmitir un riesgo de tal calibre para lasalud global a largo plazo de la pobla-cin y para las economas regionales,sobre todo si consideramos que exis-ten alternativas energticas viables.Tampoco podemos, como deca ElRoto en El Pas el 2 de abril, dejarque decidan qu es peligroso los quecrean el peligro.

    Lo que hay que decidir est clarodesde hace tiempo: elaborar un plande cierre de las centrales existentes quetenga en cuenta la seguridad y el per-odo de vida til de 40 aos y que in-corpore mientras tanto un impuesto alas compaas para financiar los planesde reactivacin econmica para las zo-nas afectadas y para las tecnologaslimpias que sustituirn a la energa nu-clear.

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    Lo que hay que decidir est claro desdehace tiempo: elaborar un plan de cierre de lascentrales existentes que tenga en cuenta la

    seguridad y el perodo de vida til de 40 aosy que incorpore mientras tanto un impuesto a

    las compaas para financiar los planes dereactivacin econmica para las zonas

    afectadas y para las tecnologas limpias quesustituirn a la energa nuclear

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  • daphnia 2011

    energa y cambio climtico

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    l potencial social y deahorro energtico en larehabilitacin y moder-nizacin energtica deedificios y viviendas es

    muy elevado. As lo pone de manifiestoel estudio La generacin de empleo en larehabilitacin y modernizacin energ-tica de edificios y viviendas, elaboradopor Fucovasa (Fundacin del Condedel Valle de Salazar de la UniersidadPolitcnica de Madrid) en colabora-cin con CCOO. Las proyecciones re-alizadas calculan que se podran crearms de 100.000 empleos estables apartir de 2020 y ahorrar 300 millonesde toneladas de CO2 y 600millones de barriles de petr-leo con la aplicacin de lasmedidas tcnicas que se des-criben tras el estudio del 56%del parque existente.

    Sin embargo, este alto potencial no se traducir ennada o en muy poco si no sefomenta un contexto adecua-do. A da de hoy, podemosafirmar con toda seguridadque no se dan las circunstan-cias favorables para desarro-llar un proyecto nacional re-almente ambicioso derehabilitacin del parque deedificios y viviendas en Espa-a. Los principales obstcu-los son normativos, financie-ros y humanos pero ademsse plantean varios retos con-ceptuales que habr que su-perar para cambiar el rumbotomado estos ltimos dece-nios.

    Realizar un cambioconceptual en el sector dela construccin Dentro del propio sector,conseguir pasar de la cons-

    truccin de obra nueva a la rehabilita-cin de lo existente exige un cambioprofundo de la profesin. Para ello, laspolticas deben enfocarse de otra ma-nera el urbanismo y la arquitectura de-ben adaptarse tcnicamente y concep-tualmente a las nuevas exigencias; lostrabajadores deben adecuar su forma-cin, las entidades financieras deben fa-cilitar nuevas herramientas adaptadas alas necesidades. En definitiva, el sectortiene que organizarse.

    Revalorizar el concepto derehabilitacin Es necesario reflexionar sobre cmohacer ms atractiva la rehabilitacin pa-ra la sociedad. Hasta ahora los argu-mentos se han centrado en los ahorroseconmicos resultantes de la rehabili-

    tacin, pero, dado los elevados costesiniciales y una amortizacin que sealarga en el tiempo, sta no parece seruna estrategia suficientemente convin-cente. Sin embargo, la rehabilitacin vamucho ms all: permite tener una ca-sa nueva por un precio reducido, me-jora el confort, aumenta el valor de lavivienda, proporciona una revaloriza-cin social, etc.

    Cambiar la escala de intervencin Actualmente, el marco financiero, a tra-vs del sistema de ayudas, favorece prin-cipalmente un proceso de rehabilita-cin de forma aislada, es decir, permiteque un usuario de una vivienda obten-ga una ayuda para algn tipo de medi-da, por ejemplo el cambio de ventanas,de caldera Esta tendencia puede ser-

    vir de transicin o de mto-do de sensibilizacin, peroes poco probable que por ssola permita un proyecto re-almente ambicioso de reha-bilitacin del parque de edificios y viviendas. lti-mamente, varios estudios yexperiencias prcticas, ascomo el SBMAD10, semi-nario internacional organi-zado en Madrid el ao pasa-do, abogan por procesos derehabilitacin por barriosenteros. Esta tendencia tie-ne importantes ventajasfrente a la precedente, tieneun impacto mayor tanto am-biental como social, permiteahorrar costes y es ms inte-resante para el sector empre-sarial. Hay un consenso en elsector en que hay que orien-tarse hacia este tipo de reha-bilitacin en el futuro.

    Lograr la implicacinsocialEn las ltimas dcadas, conel proceso de construccinacelerada registrado, se haperdido en gran medida la

    El ahorro y la eficiencia energticaadems generan empleo

    ECarmen viles Palacios (Fucovasa), Mathieu Dalle (Coord. del estudio), Manuel Lpez Quero (Ctedra UPM)

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    participacin social en los procesos detransformacin de los lugares de vida.Los usuarios tienen menos margen demaniobra sobre el entorno, ya que loscentros de decisiones suelen encon-trarse lejos de los lugares de vida. Laimplicacin de los ciudadanos conllevamuchas ventajas, sobre todo porquecuidan ms sus lugares de vida y fo-menta lo social y la proteccin ambien-tal. Sin embargo, tiene una mayor difi-cultad, es que implicar a la genterequiere un esfuerzo muy importantede sensibilizacin y formacin que s-lo puede tener efectos a medio-largoplazo. Adems, requiere un esfuerzode imaginacin en la bsqueda de m-todos de implicacin de la ciudadana yde confianza hacia la capacidad del ciu-dadano a proponer, reconocindoleuna capacidad de decisin. Es un pro-ceso muy complicado y es fcil tender adejarlo de lado. Sin embargo, expe-riencias prcticas en este sentido hanmostrado el importante impacto posi-tivo que tiene a largo plazo.

    Pasar de un usuario consumidor aproductor de energaUn punto que es importante resaltar esel elevado potencial de la produccinde electricidad con fuentes renovableen los edificios y la oportunidad querepresentan los procesos de rehabilita-cin en la implantacin de estos siste-mas para autoconsumo. No solo es in-teresante desde el punto de vistaeconmico sino tambin desde el con-ceptual, porque su puesta en marchaimplica un cambio en el modelo elc-trico. La utilizacin adems de un con-tador que permita la medicin netafavorecera que los usuarios pudieran

    ser remunerados al aportar su energasobrante a la compaa distribuidoraque opere en el sector, con el consi-guiente ahorro econmico para todos.Esto provocara sin duda el despegue ygeneralizacin de este tipo de solucio-nes, que benefician tanto a los consu-midores como a las compaas elctri-cas y a la sociedad en su conjunto.

    Por lo tanto, se plantean toda unaserie de retos que requerirn capacidadde adaptacin y creatividad en las pro-puestas para conseguir un cambio con-ceptual real en el sector de la construc-cin.

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    Las proyecciones calculan que se podrancrear ms de 100.000 empleos estables apartir de 2020 y ahorrar 300 millones de

    toneladas de CO2 y 600 millones de barrilesde petrleo con la aplicacin de las medidas

    tcnicas que se describen en el estudio

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    medio natural

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    El futuro parque nacional de Guadarrama slo proteger las cumbres

    Especulacin de altura

    l entramado urbanstico-especulativo acogi condisgusto e inquietud elproyecto de creacin deun parque nacional en el

    Guadarrama iniciado en el ao 2002por Gallardn, con total respaldo so-cial y poltico. El motivo era evidente:entre las principales finalidades del pro-yecto estaba, como no poda ser deotra manera, poner fin al enladrilladomasivo de un territorio que ya enton-ces sufra daos irreversibles.

    Casi una dcada despus, dicho en-tramado respira ms tranquilo: el Go-bierno Aguirre se ha cargado el pro-yecto, desvirtundolo completamentemediante sucesivos recortes, tan drsti-cos como injustificables, convirtiendola propuesta de parque nacional (enadelante, PN) en una lasti-mosa caricatura de lo quedebera ser: tan slo 21.740hectreas de cumbres, deforma que no interfiera nimoleste a los crecimientosurbansticos previstos en laszonas bajas.

    Poco importa que la co-munidad cientfica a quiense encarg el estudio delproyecto con un cuantiosogasto de dinero pblico-propugnara una extensinmnima para el PN superiora las 60.000 hectreas, msuna franja exterior de pro-teccin de otras 40.000.

    El cambio de la denomi-nacin del proyecto, dePN de la Sierra de Guada-rrama a PN de las Cum-bres de la Sierra de Guada-rrama, ilustra a laperfeccin la magnitud deltijeretazo.

    Bien sabe el Gobiernoregional que el Guadarramano slo son cumbres; y bien

    sabe que el piedemonte y las zonas ba-jas que ha dejado fuera y a merced delladrillo, son precisamente las ms im-portantes desde un punto de vista eco-lgico debido a su mayor productivi-dad y diversidad biolgicas. Tambinsabe que su propuesta es una pantomi-ma: permite incluso urbanizar actualesprados adehesados (fresnedas, rebolla-res, encinares y pastizales), autnticasjoyas biolgicas que habra que prote-ger a toda costa por ser uno de los eco-sistemas ms valiosos y de mayor repre-sentatividad del Guadarrama principalcriterio de un PN y por su inestimablefuncin hidrogeolgica.

    Por si fuera poco, las reformas a lacarta a la ley del suelo regional permi-tirn reclasificar suelo mediante modi-ficaciones puntuales del planeamiento,amplan las posibilidades de hacer cam-pos de golf y edificar en suelo no urba-nizable de proteccin. En idntica l-nea se aprob una ley para tapar los

    ojos a los agentes forestales sobre losmontes privados, que el Constitucionalmantiene suspendida cautelarmente.

    En definitiva, el Gobierno regionalmadrileo ha allanado el camino paraque buena parte de los cuatro camposde golf (Guadarrama, Miraflores de laSierra, Buitrago del Lozoya y Soto delReal) y las casi 50.000 nuevas viviendasincluyendo el suelo reclasificado a ur-banizable no sectorizado previstos enel mbito de ordenacin puedan hacer-se realidad en la prxima dcada, am-pliando en casi 150.000 nuevos habi-tantes la poblacin de un territorio yaagotado urbansticamente, sobre elque lo nico razonable sera declararuna moratoria urbanstica de formaprevia a su total y definitiva proteccin.

    CCOO de Madrid y asociacionesecologistas ya advirtieron de los efectosperversos que tendra la aprobacin deesta propuesta. Lamentablemente, laprediccin se est cumpliendo a rajata-

    bla: la maquinaria de la es-peculacin urbanstica se havuelto a poner en marcha,las revisiones del planea-miento se aceleran, la pre-sentacin de avances, lasmodificaciones puntuales...las oficinas tcnicas trabajana destajo, los planos echanhumo y la tensin urbans-tica se dispara. En algunosmunicipios los bulldozersarrasan ya lo que hasta hacepocos das eran magnficosprados paradjicamente clasificados como suelo ur-bano consolidado. Atrsquedan pronunciamientosjudiciales en los se condenapor desviacin de poder a laComunidad de Madrid poraprobar normas para gran-des proyectos urbansticosdentro de este mbito deordenacin.

    Y es que la presin ur-banstica nunca ha abando-nado la sierra madrilea. Apesar de la crisis inmobilia-

    EJos Luis DazSecretara de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente de CCOO de Madrid

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  • ria, el entramado urbanstico-especula-tivo sabe perfectamente que convertirprados y pastizales en urbanizacionesseguir siendo muy rentable tan cercade la capital, con ms de seis millonesde potenciales clientes. Poco importaque las gras trepen ya por las laderasserranas, y que ya no sean chalets y pi-sos con vistas, sino sobre las vistas.El dinero y los intereses espurios del la-drillo disfrazados, una vez ms, deprogreso, vuelven a poder con todoen Madrid. Si nadie lo remedia, desdeesas mismas cumbres inauguradascomo parque nacional veremos cmoel ladrillo avanza inexorablemente, aca-bando para siempre con paisajes irrepe-tibles.

    Es inexplicable que esto siga suce-diendo peor que lo consintamos jus-to cuando comprobamos da tras da el

    enorme dao que para Espaa ha su-puesto esta sinrazn y locura urbansti-ca que condena ahora a millones deciudadanos al paro y que ha destrozadopara siempre muchos rincones de nues-tro pas. Un dao que marcar la vidade generaciones, dejando a nuestra ju-ventud sin futuro. Quizs sea que elladrillazo, adems de nuestros paisa-jes, tambin haya arrumbado la moralpblica, el alma. Quizs por eso con-sintamos que los incendiarios de estepavoroso incendio tengan ahora la des-vergenza de erigirse, impunemente,en salvadores.

    Por encima de postulados ideolgi-cos, la sociedad quera salvar el Guada-rrama; pero Aguirre da gato por lie-bre y condena la sierra y salva elladrillo.

    Puede que en un da cercano inau-gure esta caricatura, y que inclusoque algunos se lo crean. Pero que a na-die le quepa la menor duda: pasar a lahistoria negra de la conservacin enEspaa como responsable de haberacabado con la ltima oportunidad pa-ra salvar un territorio nico, un paisajemaltratado cuyo futuro ya no admitams trampas ni mentiras.

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    Vista de la cara norte de las dos Cabezas deHierro. Los terceros picos ms altos de la sierra

    de GuadarramaCCOO de Madrid y asociaciones ecologistasya advirtieron de los efectos perversos que

    tendra la aprobacin de esta propuesta.Lamentablemente, la prediccin se est

    cumpliendo a rajatabla

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    produccin limpia

    Puesta a punto de la directivaSeveso

    a Unin Europea estrevisando la normativapara la prevencin y elcontrol de accidentesgraves que pudieran ocu-

    rrir en determinados establecimientosdebido a la presencia de sustanciaspeligrosas, conocida como normativaSeveso. Esta normativa, que afecta aunos 10.000 establecimientos en laUE, de los cuales aproximadamente650 estn en el Estado espaol, nacicomo respuesta a una serie de desas-tres qumicos que tuvieron gravesrepercusiones en el colectivo de tra-bajadores, en la ciudadana y en elmedio ambiente1.

    Las principales actividades afecta-das se corresponden con el almacena-miento y la distribucin de gases ehidrocarburos y la produccin, mani-pulacin y almacenamiento de produc-tos qumicos.

    En diciembre de 2010, la Co-misin Europea present su ltimaPropuesta de Directiva relativa al con-trol de los riesgos inherentes a los acci-dentes graves en los que intervengan sus-tancias peligrosas2, en adelante pro-puesta Seveso III, y que vendr a sus-tituir a la actual Directiva 96/82/CE(Seveso II)3.

    Principales novedades establecidasen la propuesta de revisin de ladirectiva Seveso El motivo principal de esta revisin esla adaptacin de la directiva a los cam-bios introducidos en el sistema de cla-sificacin de sustancias y productosqumicos por el nuevo Reglamento1272/2008 (Reglamento CLP sobreclasificacin, etiquetado y envasado desustancias y mezclas). Para ello, sernecesario adecuar el anexo I de Seveso(donde se establecen las sustancias ysus categoras, cuya presencia determi-nan la aplicacin de la normativa) a la

    nueva clasificacin establecida por elanexo VI de CLP.

    La propuesta Seveso III contieneotra serie de cambios y modificaciones,que afectan al mbito de aplicacin dela norma, al intercambio y sistemas deinformacin entre las autoridades com-petentes y a las disposiciones relaciona-das con el acceso del pblico a la infor-macin y a la participacin y acceso a lajusticia, como obligacin de adaptar lanormativa Seveso a los requerimientosdel Convenio de Aarhus4.

    Estos cambios y modificacionestambin inciden en el rgimen de ins-pecciones en los establecimientos afec-tados e impone la obligacin de realizarinspecciones in situ anuales a los esta-blecimientos con mayor riesgo en casode accidente (umbral superior) y cadatres aos al resto (umbral inferior).

    Propuestas de la sociedad civil parareforzar la seguridad, preveniraccidentes y minimizar susconsecuenciasLa revisin de Seveso es una oportuni-dad para reforzar y mejorar la seguridadde los trabajadores de los establecimien-tos afectados y para prevenir los acci-dentes que pueden causar graves daossobre la poblacin y el medio ambientey limitar sus consecuencias.

    Por ello, diferentes organizacionesrepresentantes de la sociedad civil estnparticipando activamente en la revisinde esta normativa y plantean una seriede propuestas para reforzar y mejorar suaplicacin y efectividad, entre las queconviene destacar las siguientes:

    Inclusin de ms sustancias en elmbito de aplicacin de la directivaSevesoEl anexo I de la directiva Seveso slocontiene 28 sustancias peligrosas indivi-duales a ser consideradas, adems de 10sustancias cancergenas, frente a las msde 900 que estn reconocidas comocancergenas segn el reglamento euro-peo CLP.

    Este nmero de sustancias es clara-mente insuficiente y es necesaria la in-

    clusin de todas las altamente preocu-pantes, segn establece el ReglamentoREACH5 de control y gestin de sus-tancias qumicas, tales como cancerge-nas, mutgenas, txicas para la repro-duccin, txicas, persistentes ybioacumulativas, sensibilizantes, neuro-txicas o disruptoras endocrinas, que,en caso de accidente, provocaran seriosdaos a las personas afectadas y al medioambiente.

    La nueva directiva tambin deberatener en cuenta todas las sustancias pre-sentes en el establecimiento industrial,incluidas las intermedias (utilizadas endeterminados procesos de sntesis qu-mica) y las que podran generarse comoconsecuencia de la prdida de controlde un proceso qumico industrial.

    Ampliar el mbito de aplicacinLos graves accidentes acontecidos en losltimos aos con implicacin de sustan-cias peligrosas en instalaciones y activi-dades que actualmente estn excluidasde Seveso, hacen necesario ampliar elmbito de aplicacin de la directiva.

    Los colectivos sociales proponen lainclusin de las explotaciones petrol-feras off shore , cuya necesidad se evi-dencia tras la explosin de la platafor-ma petrolfera de BP en el Golfo deMxico y el vertido que sigui a la mis-ma. Lo mismo ocurre con las instala-ciones de conduccin de combustiblesy otras sustancias peligrosas (gaseoduc-tos, oleoductos, etc.), ya que presentanunos riesgos intrnsecos evidentes,puestos de manifiesto tras la explosinde una tubera de transporte subterr-nea en Ghislenghien (Blgica) en elao 2004, que ocasion la muerte de24 personas.

    Por otro lado, el reciente vertido delodo rojo de Hungra, ocasionado porla ruptura de una balsa que almacenabaresiduos peligrosos (cromo, arsnico ymercurio, entre otros), que afect a unrea de 40 kilmetros cuadrados y oca-sion la muerte de nueve personas ygraves daos sobre la salud de la pobla-cin local y el medio ambiente, hace ne-cesario clarificar el mbito de aplicacin

    L

    Tatiana Santos OteroGrupo de Riesgo Qumico de ISTASAntonio Ferrer MrquezGrupo de Produccin Limpia de ISTAS

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  • de la normativa a este tipo de instalacio-nes y a los residuos que alojan.

    Igualmente, la nueva directiva debe-ra entrar a regular determinadas opera-ciones de transporte de sustancias peli-grosas. Cabe recordar aqu, porejemplo, el descarrilamiento de un trenen la localidad italiana de Viareggio enel ao 2009, que ocasion la explosinde dos tanques de combustibles queprodujeron la muerte de 32 personas. Sibien el transporte de sustancias peligro-sas est regulado con la normativa co-munitaria especfica, sta presenta seriasdeficiencias y carencias que recomien-dan extender las obligaciones estableci-das en la normativa Seveso a determina-das operaciones.

    Obligaciones de los operadores delos establecimientosEn lo que respecta a las obligaciones delos operadores de los establecimientos,se plantean una serie de medidas ten-

    dentes a reforzar ymejorar la seguri-dad en el interiorde las instalaciones,prevenir la genera-cin de accidentesy limitar sus conse-cuencias sobre lostrabajadores, la poblacin y el medioambiente.

    Entre estas cabra mencionar la exi-gencia de la aplicacin de las mejorestcnicas disponibles en los estableci-mientos afectados; la elaboracin deplanes de sustitucin de sustancias alta-mente preocupantes, a fin de reducir supresencia, cantidad y peligrosidad; y el establecimiento de especifica-ciones mnimas respecto de los riesgos relevantes que deben ser consi-derados por el operador a la hora de es-tablecer las medidas necesarias para pre-venir los accidentes y limitar susconsecuencias.

    Reforzar el ac-ceso a la informa-cin y la partici-pacin pblicaEn lo que se refiereal acceso a la infor-macin y la partici-pacin pblica en el marco de la normativa Seveso,adems de apoyar

    los cambios propuestos en este mbitopor la Comisin Europea, es necesarioreforzar todava ms estos derechos yexplicitar determinadas cuestiones, co-mo por ejemplo, la obligacin de ponera disposicin del pblico, en un plazomnimo, los informes resultantes de lasinspecciones realizadas en los estableci-mientos. Asimismo, se debera hacer p-blico el plazo dado a los operadores pa-ra que adopten las medidas exigidascomo resultado de estas inspecciones, sifuera el caso, con el fin de que los traba-jadores y sus representantes puedan co-laborar y hacer un seguimiento en la im-plantacin de las mismas.

    ConclusionesEl proceso de revisin de la normativaSeveso debe ser aprovechado para re-forzar la prevencin y la gestin de losaccidentes graves ocasionados por lapresencia de sustancias peligrosas y pa-ra mejorar la efectividad de las medidasa adoptar, dando mayor cabida al acce-so a la informacin relevante y a la par-ticipacin de los trabajadores y de laciudadana.

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    Actividades afectadas por la normativaSeveso en Espaa, ao 2007.

    Fuente: elaboracin propia a partir de los datos proporcionadospor las CCAA y la Direccin General de Proteccin Civil y Emergencias

    (1) Para ampliar informacin sobre la normativa Seveso se pueden consultar losestudios realizados por ISTAS-CCOO: www.istas.net/ecoinformas08/web/abreenlacer.asp?idenlace=4122 ywww.istas.net/ecoinformas08/web/abreenlace.asp?idenlace=3409(2) http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=COM:2010:0781:FIN:ES:PDF(3) http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=CONSLEG:1996L0082:20031120:ES:PDF(4) Convencin sobre el acceso a la informacin, la participacin del pblico en latoma de decisiones y el acceso a la justicia en asuntos ambientales, aprobado en elao 1998 y ratificado por la UE en febrero de 2005. (5) Reglamento 1907/2006 sobre Registro, Evaluacin, Autorizacin y Restriccin deSustancias Qumicas

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  • daphnia 201116

    produccin limpia

    Qu hago con la lata?

    ada da entran en el mer-cado espaol 51 millonesde envases de bebidas, loque supone ms de18.000 millones de enva-ses anuales, de los que s-

    lo se recupera una pequea parte. El resto termina en vertederos o incinern-dose.

    Para intentar paliar este despropsitoenergtico y de recursos, en diciembrede 2010, y despus de varios meses decoordinacin interna entre las organiza-ciones que la integran, se present p-blicamente la plataforma Retorna1. Suobjetivo; que se aplique a nivel estatal unsistema de depsito, devolucin y retor-no de envases (SDDR) para determina-dos productos de alimentacin, limpiezay peligrosos.

    La propuesta, vertebrada en dife-rentes fases de aplicacin en funcin dela tipologa de productos, contempla laaplicacin de un depsito de 0,25 eu-ros para aquellos que se comercialicenenvasados en latas, botellas de plstico,vidrio y brik. En una primera fase, sepropone incluir en el SDDR los envasesde un solo uso de agua, cerveza y com-binados, bebidas refrescantes carbona-

    tadas y no carbonatadas, zumos y bebi-das con combinacin de alcohol.

    Los SDDR funcionan de forma sa-tisfactoria en 32 pases o regiones en elmundo y en Europa ya est implantadoen Alemania, Noruega, Dinamarca,Suecia, Finlandia, Holanda, Estonia,Croacia e Islandia y se han alcanzandoelevados objetivos de recuperacin deenvases. Sirva de ejemplo Alemania,donde se recuperan ms del 98% de losenvases adheridos al SDDR, porcentajemuy superior al que se alcanza con elsistema actual de recogida y separacincon contenedores en la calle.

    Otros pases europeos como la Re-pblica Checa, Reino Unido, Lituania,Serbia y Montenegro estn estudiandosu implantacin.

    La implantacin en nuestro pas delSDDR ayudar a incrementar los por-centajes de envases reciclados evitandoque estos residuos acaben en vertede-ros o incineradoras y que formen partedel paisaje habitual en calles, jardines,campos y playas.

    Adems, el nuevo sistema mejorarala calidad de los materiales recuperados(plstico, metal, aluminio, etc), lo quefacilitara su reciclaje y el consiguienteincremento del precio en el mercado demateriales reciclados, lo que ayudara asu crecimiento.

    Los estudios que en es-tos momentos se realiza enRetorna aportan datos so-bre un menor impacto am-biental de la gestin de es-tos residuos de envases si serealiza a travs de este sis-tema de depsito, compa-rado con su gestin actual.La puesta en marcha delnuevo sistema y el incre-mento de los envases recu-

    perados y reciclados supondra la gene-racin de ms de 20.000 nuevos em-pleos.

    El nuevo proceso hara efectiva laaplicacin del principio de responsabili-dad del productor en la gestin de losresiduos. En la actualidad, una impor-tante cantidad de envases quedan fuerade los circuitos de recogida de los siste-mas integrados de gestin y, por tanto,no pagan por ella. Se evitara as que sean las administraciones pblicas quie-nes se hagan cargo de los costes de sugestin.

    La implantacin de las mquinas derecogida automtica de devolucin deenvases o los circuitos de retorno ma-nual de los mismos, sujetos al sistema dedepsito facilitarn el uso de envasesreutilizables, sobre todo en el caso delvidrio y el PET. La inclusin en fasesposteriores de envases reutilizables en elsistema de depsito lo har an ms efi-ciente, reduciendo los impactos ambien-tales asociados a la gestin y disminu-yendo el consumo de materiales. Unabotella de vidrio puede reutilizarse hasta70 veces y una de PET hasta 15 veces.

    El sistema de depsito ayudar amejorar la conciencia ciudadana y laparticipacin en la gestin de los resi-duos de envases. Es previsible que in-cremente los porcentajes de reciclaje yde reutilizacin y que se obtengan ma-teriales reciclados de mayor calidad. S-lo ser necesario que la nueva legisla-cin de residuos lo haga obligatorio enbase a sus beneficios ambientales, eco-nmicos y de generacin de empleo.

    CJess Prez GmezGrupo de Produccin Limpia de ISTAS

    Maquina similar a las del SDDRinstalada en Pamplona. Devuelvepuntos (canjeables por entradasde cine) en lugar del deposito,forma parte de una campanapedagogica de la Mancomunidadde Pamplona.

    (1) En estos momentos ya forman parte de Retornalas organizaciones ambientales Amigos de la Tierra,Ecologistas en Accin, FSC Espaa, FederacinEcologistes de Catalunya, Fundaci Catalana per a laPrevenci de Residus i el Consum Responsable,Fundacin Global Nature, Greenpeace, Ecologistas deCatalunya, Verdegaia, Centro dEcologa i ProyectesAlternatius, Plataforma per a la Reducci de Residusde Mallorca, Fundacin Quepo y DeutscheUmwelthilfe E.v. Ayuda Ambiental Alemana; agentessociales como Comisiones Obreras y la Confederacinde Consumidores y Usuarios (CECU); y empresas uorganizaciones de recicladores como la AsociacinEspaola de Recuperadores de Economa Social ySolidaria (AERESS), REAS (Red de Redes deEconoma Alternativa y Solidaria) o las 350 empresasdel Gremi de Recuperaci de Catalunya.

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  • Ahorro y eficiencia energtica

    Las renovables no bastan

    dossier

    a financiarizacin de la econo-ma estres al conjunto del sis-tema productivo y le empuj al

    crecimiento ilimitado y, por tanto, a in-tensificar de manera insostenible el usode materias primas, el consumo de ener-ga y la generacin de emisiones. El modelo de globalizacin neoliberal haimplicado la desregulacin y un incre-mento desorbitado de los movimientosde capitales, pero tambin de mercanc-as y personas. El modelo productivoexistente es, adems de ineficiente entrminos materiales, inviable por su in-capacidad para efectuar una gestin ra-cional de los recursos renovables y suvoracidad sobre los no renovables. Esun modelo que, adems, est basado entecnologas sucias intensivas en carbo-no. El efecto combinado de financiari-zacin econmica, globalizacin capita-lista y modelo productivo insosteniblees el aumento exponencial de los impac-tos negativos irreversibles sobre la basede nuestra vida, la biosfera.

    El motor del sistema productivo y,por extensin, del conjunto de la vidasocial material es la energa. Sin energala sociedad humana no existira. Sinembargo, actualmente, el modelo ener-gtico es desigual e injusto, como co-rresponde al modo de produccin en elque se da. E insostenible. A este respec-to, la cuestin central a la que debemosdar respuesta es cunta energa necesi-tamos, cmo la producimos, para qula empleamos y quin la posee, decide ydistribuye.

    En los ltimos aos, ha habido unavance importante en la extensin de laconciencia de sustituir las fuentes ener-gticas fsiles o nucleares por fuenteslimpias y renovables. Digamos, pues,que del lado de la oferta energtica seha avanzado algo en el buen camino enalguno de sus aspectos. Pero no pode-mos afirmar lo mismo en dos terrenosrelacionados con el lado de la demanda:a) en el del uso eficiente de la energa,cuestin clave para el cambio de mode-lo productivo; y b) muy particularmen-te en el del ahorro energtico, cuestinbsica para el cambio de modelo de ci-vilizacin.

    No basta con cambiar la forma deproducir la energa. Es necesario deflac-tar la energa, de lo contrario no habrsuficientes gigawatios renovables paraatender un crecimiento irracional de lacantidad de energa. Quizs la mejor yms trgica metfora que podemos su-gerir es el contra ejemplo de las calles hi-per iluminadas de Tokio y su crisis hu-manitaria, econmica y energtica. Lalgica del lado de la oferta en el actualsistema econmico es actuar sobre la so-breproduccin y de ello no se escapanlos titulares de energas renovables. Esconsecuencia directa de la bsqueda dela maximizacin de la ganancia.

    Ahorro versus despilfarroManuel GarDirector de Medio Ambiente de ISTAS

    L

    En los ltimos aos las energas renovables se han convertido en una realidad.Pero no basta con cambiar la forma de producir la energa. Es necesario reducir

    el consumo, de lo contrario no habr suficientes gigawatios renovables paraatender un crecimiento irracional de las necesidades energticas. Este dossier

    intenta aportar algunas luces en este camino

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  • Del lado del uso de la energa, de lademanda, todo aquello que avance en laeficiencia que acertadamente se defineen uno de los artculos del presente dos-sier como cubrir las necesidades consu-miendo menos, es bueno. Pero tambintiene lmites. La eficiencia por s sola nosoluciona la cuestin de la incorporacinexponencial de nuevos consumidores enun mundo en crecimiento poblacionalconstante. Por tanto y aplicando el crite-rio de la justicia ambiental a escala mun-dial no solo habr que repartir la energaque hay (y los bienes) sino tambin ha-cerse una pregunta civilizatoria: lo quellamamos necesidades bsicas realmentelos son?. Lo que nos llevar a nuevascuestiones: cules son las necesidadesuniversales que constituyen derechos pa-ra toda la humanidad? Sea cual sea la res-puesta deberemos plantearnos la necesi-dad de ahorro de un recurso esencial (laenerga) y, no nos engaemos, limitadoen su obtencin y aplicacin. No pode-mos confundir lo inagotable de la fuenteprimaria, el Sol, con su conversin enbien energtico. Se podra dar la parado-ja en un futuro cercano de un incremen-to exponencial de la eficiencia y dificul-tad de abastecimiento.

    Por tanto, cabra decir que hay unorden jerrquico en el binomio eficien-cia y ahorro. Eficiencia s, por supuesto,

    pero al servicio de un ahorro neto glo-bal de la cantidad de energa primaria yfinal requerida por el sistema producti-vo y el conjunto social. Un indicadortan potente e ilustrativo como el de laintensidad que relaciona la cantidad deenerga empleada por unidad de pro-ducto el PIB en el caso de la economaagregada de un pas, no puede ocul-tarnos que puede funcionar como velode la realidad del consumo energticoen el caso de un incremento de la efi-ciencia mayor que el crecimiento expe-rimentado por el PIB, pero sin em-bargo estar en un escenario de insoste-nibilidad material. Eso a escala planeta-ria podra resultar desastroso.

    En el marco de la Unin Europea(UE) vienen barajndose propuestasque, a la par que no se apean de un no-civo discurso del crecimiento sin cues-tionarse la sostenibilidad del mismo y lanecesidad de un desarrollo alternativo,vuelven a insistir en el cambio de pesosen el modelo impositivo del trabajo alconsumo. Este modelo se califica in-debidamente de verde, sin tener encuenta que las cargas sociales no sonsino parte del salario necesario para elmantenimiento de la fuerza de trabajo yno impuestos a los empresarios. Ello esconfundir el medio de pago con el ori-gen del pago.

    El dossier de este nmero de Daph-nia constituye un primer esfuerzo desdenuestra revista para sistematizar la cues-tin. El trabajo de Carlos Martnez, Po-lticas de ahorro y eficiencia, constituyeun excelente estado de la cuestin enel marco normativo e institucional. El deSara Prez, Evolucin del ahorro y la efi-ciencia energtica, pone negro sobreblanco y de forma sinttica el retraso es-paol, pese a los avances, respecto a lospases industrializados de la UE en mate-ria de intensidad energtica. BegoaMara-Tom Gil repasa el estado real dela cuestin de un concepto, el negajulioo energa no consumida por efecto demedidas de eficiencia y/o ahorro que,pese a su escasa traduccin en medidasvinculantes en el mbito de la UE, debe-r constituir una de las piezas clave en elcambio de modelo energtico y, por tan-

    Del lado de la ofertaenergtica se ha

    avanzado algo en elbuen camino enalguno de sus

    aspectos. Pero nopodemos afirmar lo

    mismo con el lado dela demanda

    dossier daphnia 2011II

    La central trmica Compostilla II, de Endesa,ubicada en Cubillos del Sil, a 5 kilmetros dePonferrada.

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  • as sociedades de los pases in-dustrializados son tremenda-mente energvoras. Necesitan

    demasiada energa para producir bie-nes, para proveernos de servicios y paratrasladar mercancas y personas. Todoesto lo hacemos, adems, de maneramuy ineficiente. En Espaa ms, inclu-so, que en otros pases occidentales.

    Ahora sabemos que todo esto no lopodemos seguir haciendo como si laenerga fuese gratis o como si no tuvie-ra costes ambientales graves. Hay quecambiar de fuentes energticas, perotambin hay que usar menos energa(ahorrar) y usarla mejor (de manera efi-ciente). En la industria, en los servi-cios, en el transporte, en la agricultu-ra... nosotros, en nuestra casa, ennuestros desplazamientos.

    El objetivo europeo es reducir elconsumo de energa en un 20% para el2020. Pero este es un objetivo pobre sise incrementa el objetivo de reduccinde emisiones de CO2 en un 30% paradicho ao y en cualquier caso pobre sitenemos en cuenta la dimensin de lacrisis energtica y ecolgica. En estecaso habra que ahorrar ms energa.

    En Espaa no se parte de cero encuanto a polticas de ahorro y eficienciaenergtica. El Instituto para la Diversi-ficacin y Ahorro de la Energa(IDAE) y otras Administraciones hanpuesto en marcha desde hace tiempoplanes y medidas de ahorro. La medidaestrella ha sido la Estrategia Espaolade Eficiencia Energtica de 2004 (co-nocida como E4) y sus sucesivos pla-nes de accin, el ltimo de 2008-2012. Son medidas consistentes enincentivos econmicos, reglamentacio-nes sectoriales o sensibilizacin.Losfondos pblicos puestos a disposicinson de poco ms de 400 millones deeuros al ao para todos los sectores. Suejecucin ha sido generalmente lentapor parte de las comunidades autno-mas y no existen, a fecha de hoy, ni in-

    dicadores ni resultados claros sobre sueficacia.

    En el marco de estos planes o almargen de ellos se han desarrolladotambin diversos programas sectorialeso parciales con distinta repercusin. ElPlan para el Ahorro en los Edificios dela Administracin del Estado (2007) seimplementa, por ejemplo, con notablerelajacin, como se comenta en otro ar-tculo de este dossier.

    En el terreno de la edificacin sehan aprobado, aunque muy tardamen-te, normas como el Cdigo Tcnicode la Edificacin (2006), el Regla-mento de Instalaciones Trmicas(2007) o el procedimiento para la cer-tificacin energtica (2007), que me-joran la eficiencia energtica de los nue-vos edificios; pero los programas deayudas para actuar respecto de los edifi-cios y viviendas existentes no son sufi-cientemente audaces.

    En la industria, mecanismos comolas autorizaciones ambientales integra-das (AAI) o los planes nacionales deasignacin para el comercio de dere-

    Polticas de ahorro y eficienciaenergtica

    Algo ms que buenasintenciones

    Ahorro y Eficiencia Energtica

    2011 dossier daphnia III

    Carlos Martnez CamareroResponsable del Departamento Confederal deMedio Ambiente de CCOO

    L

    to, productivo, tal como se deduce en elartculo Un plan para los negajulio.

    Bruno Estrada aborda algunas delas medidas hacendsticas inductoraso favorecedoras de los cambios de acti-tud energtica de productores y consu-midores en el trabajo La accin de lafiscalidad verde, desde una perspectivaambiental, social y econmica rigurosa.En el artculo Espaa necesita una re-conversin urgente del transporte, PauNoy Serrano coloca en el centro de lacuestin energtica la derivada movili-dad, en consonancia con los acertadosanlisis que viene realizando en pos deun modelo sostenible para pasajeros yque deseamos que en breve se extiendaal de mercancas. Cambiar de modelorequiere voluntad, planificacin e in-versin, pero tambin formacin y co-nocimiento, investigacin e innova-cin, por ello resulta especialmenteinteresante el artculo de Jess HerasRincn El Ciemat investiga como obte-ner edificios de consumo cero en uncampo, el de los inmuebles residencia-les, carente de confortabilidad energ-tica eficiente y ahorradora. La aporta-cin de Francisco J. Cabezos, Lasadministraciones se lo toman con calma,constituye un incisivo anlisis desde laptica ecosindical de las posibilidadesno realizadas en un sector con altsimacapacidad de impacto econmico yejemplarizante. Luis Ortega, en Con latranquilidad que da el deber cumplidoexplica las decisiones empresariales dela cadena NH en el terreno que nosocupa. La fuerza de un caso prctico esprecisamente lo que demuestra la via-bilidad de las propuestas. Javier Mora-les Ortiz y Sara Prez han entrevistadoa Teodorino Lpez, presidente deAnese, y logran introducirnos en unanueva realidad, los servicios energti-cos, escasamente desarrollados todavaen nuestro pas.

    El ahorro energtico realmente tie-ne pocos valedores en nuestro modeloproductivo, muy pocos entre los pro-ductores de energa. Y, sin embargo,constituye la clave de la solucin. Hoydimos un paso ms.

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  • IV

    chos de emisin, podran haber contri-buido a mejorar la eficiencia energticaindustrial, pero est por ver que eso ha-ya sido as de manera sustancial.

    En transporte, las polticas han sidoescasas. La modificacin del impuestode matriculacin segn las emisiones deCO2 (2007) algunas medidas de movili-dad sostenible de carcter ms bien mu-nicipal. Lo dems, mucha estrategia ymucha literatura, pero pocas medidascontundentes y eficaces en un sector queconsume el 40% de la energa.

    Recientemente, el Gobierno hapuesto en marcha otros planes comple-mentarios: el de Intensificacin delAhorro y la Eficiencia Energtica delMinisterio de Industria (marzo de2011) y el de Ahorro en el Transpor-te y la Vivienda, que aprob el Minis-terio de Fomento (abril de 2011). Elprimero comprende veinte medidas es-pecficas de las que la mayora ya esta-ban enunciadas en otros planes. La mspolmica de ellas, la de la limitacin de

    la velocidad a 110 kilmetros a la horaen autovas es razonable y acertada, pe-ro hace falta que el Gobierno la d con-tinuidad.

    Todas las medidas del Gobierno sonsensatas y adecuadas, pero en generalcarentes de ambicin, profundidad ycontinuidad. Hace mucho tiempo que

    anunciaron com-promisos de apro-bar determinadasleyes sectorialesque inciden direc-tamente en elahorro de ener-ga. La legislaturaest a punto deacabar y no sehan atrevido ahacerlo. CCOOy algunas orga-nizaciones eco-logistas hici-mos el esfuerzo

    de presentar propuestas de ley concre-tas: movilidad sostenible (2007), aho-rro y eficiencia energtica (2008) y fis-calidad ambiental (2009). Se handejado de lado y se ha perdido un tiem-po precioso para crear un marco nor-mativo favorable para el ahorro de laenerga en todos los sectores. En estedossier se profundiza en algunas de lascuestiones clave para dar un impulso se-rio a estas necesarias polticas sectorialesde ahorro.

    dossier daphnia 2011

    Todas lasmedidas delGobierno sonsensatas y

    adecuadas, peroen generalcarentes deambicin,

    profundidad ycontinuidad

    dossierA la izquierda, imagen de la campaa del IDAEsobre ahorro de energa. Debajo, el ministroSebastin, prueba el vehculo elctrico Peugeotconcept BB1 por las calles de Madrid en 2009 yposa para El Mundo en 2008, sin corbata y conuna de sus famosas bombillas de bajo consumo.(Foto: El Mundo).Ms abajo, portada de la Gua prctica de laenerga: consumo eficiente y responsable, una delas publicaciones divulgativas del IDAE.

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  • 2011 dossier daphnia V

    Ahorro y Eficiencia Energtica

    Ahorro y eficiencia energtica en Espaa

    Lejos de Europa

    pesar de nuestra dependenciadel exterior y a que necesitamosms energa para producir una

    unidad de producto que el resto denuestros vecinos europeos, hasta 2004en Espaa los reguladores y gobernantespolticos no le dieron ninguna importan-cia a la cuestin del ahorro y la eficienciaenergtica.

    En las dos ltimas dcadas, espe-cialmente hasta el ao 2005, el sistemaenergtico espaol se ha caracterizadopor su baja eficiencia y por el fuertecrecimiento de la demanda energtica:el incremento de energa primaria en elperiodo 1990 a 2008 fue del 55,3%.Muy significativos han sido los incre-mentos entre 1997 y 2005. En este pe-riodo, el consumo de energa aumentun 44,2%, aunque a partir del ao2005 el incremento fue ms modera-do. En el 2009 disminuy un 8% res-pecto al ao anterior. Pero dicha re-duccin es excepcional y hay queachacrsela a la crisis econmica (grfi-co 1)

    A finales de 2003 entra en vigor laEstrategia Espaola de Eficiencia Ener-gtica (E-4), 2004-2012, con la que sepretende mejorar la intensidad energ-

    tica1 de la economa e inducir un cam-bio de convergencia hacia los compro-misos internacionales en materia demedio ambiente. Esta estrategia estdirigida principalmente a los consumi-dores finales y se identifica un potencialde ahorro de energa primaria en el ao2012 equivalente a 15.574 toneladasde petrleo equivalente. Para lograr es-te objetivo y adaptar la normativa espa-ola a la europea, se aprueba el Plan deAccin PAE4 2008-2012 (precedidopor el PEA4 2005-2007). Si la directi-va europea sobre eficiencia en el uso fi-nal de la energa y los servicios energ-ticos de 2006 marca un objetivo deahorro energtico anual del 1%, el planespaol plantea el 2% anual.

    Los sectores sobre los que se con-centran las ayudas pblicas de dichoplan son: equipamiento (46%), indus-tria (15%), servicios pblicos (14%) yedificacin (11%).

    A nivel europeo, la directiva marcaun punto de inflexin en las polticasde ahorro y eficiencia energtica, aun-que en la mayora de los pases de laUnin Europea (UE) ya se haban to-mado medidas para mejorar la eficien-cia energtica del pas, como demues-tra la evolucin de la intensidadenergtica media de la UE en compara-cin con la espaola (grfico 2).

    En Espaa, el cambio de tendenciaen la intensidad de energa primaria seinicia en 2004, cuando comienza unacierta estabilizacin con una ligera ten-dencia a la baja. Sin embargo, seguimosteniendo un valor mayor que la media dela Unin Europea, donde en promediose registran mejoras interanuales de la in-tensidad energtica en torno al 1% desde1990. Esto indica que existe un gran po-tencial en el ahorro y la eficiencia ener-gtica hasta alcanzar la convergencia conel resto de la UE.

    El modelo de crecimiento experi-mentado estas dos ltimas dcadas es,sencillamente, insostenible. Si bien elprogreso de las civilizaciones se ha medi-do hasta el momento a partir del consu-mo energtico, en un futuro prximo sehar en funcin de su capacidad de ra-cionalizar la misma. En un pas como elnuestro, altamente dependiente de losmercados energticos exteriores y con elprecio del crudo al alza, la eficienciaenergtica, lejos de ser una moda, es unaimperativa necesidad.

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    Sara PrezGrupo de Energa y Cambio Climtico de ISTAS

    1. Evolucin del consumo energticoespaol por fuente de suministro(energa primaria)

    Fuente: MITYC/IDAE. * Incluye Mini Hidrulica

    2. Evolucin de la intensidad energticaen Espaa y UE (1991-2008)

    (1) La intensidad energtica es un indicador de laeficiencia energtica de cada pas que indica lacantidad de energa necesaria para aumentar unaunidad el PIB del pas

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  • dossier daphnia 2011VI

    El Plan Europeo de Eficiencia Energtica 2011

    Un plan para los negajulios1

    e seguir con las polticas actualesa nivel nacional y europeo, se es-tima que la Unin Europea ob-

    tendra un 9% de reduccin del consumode energa primario para 2020, menosde la mitad del objetivo del 20% de me-jora de la eficiencia energtica estableci-do en el paquete 20-20-20.

    Y por qu las proyecciones son tan po-co alentadoras? Una evaluacin de laComisin Europea de los planes nacio-nales de accin para la eficiencia ener-gtica (PNAEE)2 de los Estados miem-bros revel un planteamiento pococoherente, con medidas fragmentarias ydispersas en el mbito de la eficiencia

    energtica. En la mayora de los progra-mas no se incluan de forma generaliza-da los correspondientes objetivos cuan-tificables y medibles, as como laasignacin de recursos econmicos yhumanos dimensionados para un deter-minado perodo de tiempo, hacindo-los poco efectivos.

    Pero la falta de ambicin y coordi-nacin poltica a nivel nacional no sonlos nicos fallos que se admiten en losdocumentos de la citada comisin. Sino hay cultura del negajulio es tambinpor la falta de visin empresarial en losbeneficios potenciales de la eficienciaenergtica, o por la escasa inversin quese hace en la formacin de las habili-dades profesionales requeridas. En loque respecta a las PYME, a la escasaconcienciacin hay que sumarle la bajadisponibilidad de fondos para cubrir loscostes iniciales de loscambios en sus in-stalaciones.

    As las cosas, y contra toda lgicapero como caba esperar, en la cumbrede jefes de estado de la UE que se cele-br en febrero no se acord, como re-clamaban el Parlamento Europeo y lasorganizaciones ecologistas, convertir envinculante el objetivo del 20% de mejo-ra de la eficiencia energtica para 2020.Por el contrario, la Comisin decidiadoptar un plan de eficiencia energticaen 2011 y revisar la situacin en 2013.

    Ese ao deber decidir de nuevo sobrela obligatoriedad de objetivos naciona-les jurdicamente vinculante as comolas futuras medidas adicionales.

    El Plan Europeo de Eficiencia Ener-gtica 2011 representa, por tanto, unaestrategia de ltimo recurso paraaprovechar el potencial de ahorro deenerga en los edificios, los productos,los procesos y el transporte. En cuantoa este ltimo sector, las medidas las cir-cunscribe al prximo Libro Blanco so-bre el Transporte.

    La combinacin de las nuevas medi-das a las ya existentes en ejecucin po-dran generar un ahorro econmico dehasta 1.000 euros por hogar cada ao,mejorar la competitividad industrial deEuropa, crear hasta dos millones deempleos y reducir las emisiones anualesde gases de efecto invernadero en 740millones de toneladas.

    D

    Begoa Mara-Tom GilCoordinadora del Grupo de Energa y Cambio Climtico de ISTAS

    Proyeccin del consumo de energa primaria para la UE en 2020 (en MTep)

    (1) Los negajulios representan la energa que no esconsumida gracias al ahorro y eficiencia energtica.(2) La base legal para los PNAEE se estableci en laDirectiva 2006/32/CE. La Directiva, en su artculo 14,especifica que los Estados miembros presentarn a laComisin tres PNAEE. El 1 antes del 30 de junio2007, el segundo antes del 30 de junio de 2011 y eltercero antes del 30 de junio de 2014.

    dossier

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  • Ahorro y Eficiencia Energtica

    VII2011 dossier daphnia

    Medidas del Plan Europeo de Eficiencia Energtica 2011

    En primer lugar, se pretende promocionar la ejemplaridad del sector pblico: Para ello, propone un objetivo vinculante para acelerar la tasa de renovacin en las construcciones del sector pblico. Las

    autoridades pblicas debern renovar anualmente al menos el 3% de sus construcciones, casi el doble de la actual tasa derenovacin. Cada reforma que se realice debe situar al edificio hasta el nivel de eficiencia energtica en que se site el 10% delos edificios nacionales ms eficientes.

    Cuando los organismos pblicos alquilen o compren edificios existentes, estos siempre deben estar en la mejor categoraenergtica existente respecto a su clase.

    La eficiencia energtica tambin se introduce en la contratacin pblica. Se debern aplicar altos estndares de eficienciaenergtica de manera sistemtica cuando las autoridades pblicas adquieran bienes (por ejemplo, aparatos de oficina), servicios(por ejemplo, energa) y realicen obras (por ejemplo, la renovacin de edificios). Debido al gran volumen del gasto pblico (17%del PIB, o alrededor de 2.000 millones de euros, los edificios pblicos son aproximadamente el 12% de la UE de rea edificada),esta medida podra servir como un importante motor para un mayor desarrollo del mercado de la eficiencia energtica y elfomento de las habilidades y conocimientos requeridos.

    En el sector de la construccin privada: Se contempla tambin la activacin del proceso de renovacin en las construcciones,

    as como la mejora de la eficiencia energtica de los electrodomsticos. Los Estadosmiembros tendrn que introducir medidas para abordar cmo se dividirn los costesentre inquilinos y propietarios en el caso de edificios y apartamentos arrendados

    En la mejora de la produccin de la energa y del calor: Se pretende promover la cogeneracin, en particular a partir de instalaciones de

    tratamiento de residuos municipales y de los sistemas urbanos de calefaccin yrefrigeracin. Se supedita la autorizacin de nueva produccin de energa trmica aque se combine con sistemas que permitan utilizar el calor produccin combinadade calor y electricidad (PCCE) y obligando al acceso prioritario de estasinstalaciones a las redes de transporte de la energa.

    Las compaas de energa tienen que ser capaces de disminuir el consumo energticode sus clientes. Esto se puede conseguir de diversas formas. En el Reino Unido, porejemplo, los grandes suministradores de electricidad y gas estn obligados por ley areducir el consumo energtico de sus clientes a un nivel predefinido. Las empresasde energa pagarn por las nuevas instalaciones en viviendas particulares, tales comoventanas de doble cristal para reducir el consumo la energa. Recuperarn suinversin a travs del precio de la energa.

    Otro modelo posible a apoyar por los Estados miembros es el de las empresas deservicios energticos, que podrn renovar las viviendas particulares con sus propioscostes y obtendrn beneficios mediante la recepcin de la diferencia entre los costesde energa antes y despus de la renovacin en un perodo de tiempo determinado.

    En la gestin de energa en las empresas: Se plantea que las grandes empresas tienen que hacer auditoras energticas

    peridicas e independientes. Y se anima a los Estados miembros a desarrollarincentivos para aquellas empresas que introduzcan un sistema de gestin de laenerga como un marco sistemtico para el uso racional de laenerga.

    Para las microempresas y las pequeas empresas se proponeel intercambio de mejores prcticas en eficiencia energtica yproyectos destinados a la construccin de la capacidad degestin de la energa.

    Y respecto a los consumidores: Se centra en la puesta en marcha de redes elctricas y

    contadores inteligentes, de modo que se facilite a losconsumidores la informacin y servicios necesarios paraoptimizar su consumo y calcular su ahorro energtico. Lasfacturas tienen que ser claras y enviadas regularmente a losclientes reflejando los costes reales, y no estimaciones. Seprev que se pueda ayudar a descomponer el consumoenergtico por habitaciones especficas e incluso mquinas yaparatos.

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  • dossier daphnia 2011VIII

    Cmo obtener edificios de consumo cero

    a Unidad de Eficiencia Energ-tica en la Edificacin, UiE3,como se la conoce en el organi-

    grama del Departamento de Energadel Centro de Investigaciones Energ-ticas, Medioambientales y Tecnolgi-cas (Ciemat) tiene su origen en el ao1986, cundo Espaa ingresa en laUnin Europea (UE) y su comisin fo-menta la investigacin en el ahorro deenerga en la edificacin.

    Veinticinco aos ms tarde, esta ilu-sin impulsada tambin por su investi-gadora titular, Mara del Rosario HerasCelemn, se ha traducido en la partici-

    pacin de mltiples proyectos de I+Ddestinados a reducir el consumo ener-gtico en calefaccin y refrigeracingracias al desarrollo de componentesy tcnicas naturales de acondiciona-miento en la edificacin, la evaluacinenergtica de edificios y la integracinde esta tecnologa, que tiene su ori-gen en las energas renovables.

    Un traje a medida para cada edificioPoca gente sabe que el Ciemat tiene enla Plataforma Solar de Almera (PSA)un laboratorio de ensayos energticospara componentes en la edificacin(LECE). Dicho de otra forma: unosrecintos, de carcter experimental, enlos que se pueden cambiar muros,orientaciones, componentes y dems

    variables para determinar el coeficienteglobal de prdidas y otras caractersti-cas energticas de los mismos. Esto sehace, en cada uno de los casos que sehan estado ensayando desde finales dela dcada de los 80.

    Con esta idea, desde el ao 2005, elProyecto Singular Estratgico sobre Ar-quitectura Bioclimtica y Fro Solar haaportado otros cinco laboratorios, tam-bin llamados contenedores-demostra-dores de investigacin en los que se haaplicado todo el conocimiento adquiri-do en estos ms de veinte aos de arduotrabajo. Comprobar un determinadoaislamiento, el diseo y la modelizacinde fachadas ventiladas o simplementelas conclusiones a las que llegan los in-vestigadores despus de estudiar un ao

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    Jess Heras RincnDepartamento de Energa, Unidad de EficienciaEnergtica en la Edificacin del CIEMAT

    dossier

    DAPHNIA55 final:ER47_24_27__REALMADRID 21/06/11 13:09 Pgina VIII

  • 2011 dossier daphnia IX

    Ahorro y Eficiencia Energtica

    La clave para elacondicionamientotrmico es la simulacin yla monitorizacin

    Para desarrollar esta lnea deinvestigacin, el Ciemat cuenta confsicos, arquitectos e ingenieros,responsables de la parte terica yprctica de este anlisis.

    Simular el comportamiento deledificio a construir o rehabilitar consoftware especializado (Transy o DOE)fue el inicio de esta serie decomprobaciones, con anterioridadrealizadas en rudimentarios programasde este tipo.

    Un estudio terico que, una vezconstruidos los edificios, ha venidoacompaado de la toma de datosexperimentales (monitorizacin), quehan registrado los sensores de medidadistribuidos en diferentes puntos deestas construcciones. Datos que handado como resultado innumerablespistas para poder implementar toda latecnologa renovable emergente en losltimos aos.

    En pgina anterior, el Laboratorio de EnsayosEnergticos para Componentes de la Edificacin(LECE) y Mara del Rosario Heras, jefa de laUnidad de Eficiencia Energtica en la Edificacindel Ciemat, presidenta de la Real SociedadEspaola de Fsica y patrona de la FundacinRenovables, posando frente al edificio ED70 IIIdel Ciemat (arriba en esta pgina).

    Tambin en la otra pgina, abajo, el edificioC-DdI de la PSA-Ciemat es un prototipo deedificio singular, dentro del proyecto Arfrisol estdestinado a albergar a investigadores de laPlataforma Solar. Incorpora las ltimas tcnicassolares activas y pasivas. Entre lo