Quien Sale Perjudicado Cuando No Nos Congregamos

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¿POR QUÉ SALIMOS PERJUDICADO CUANDO NO NOS CONGREGAMOS? Le preguntaron a una ancianita, ciega, sorda, y casi invalida, ¿Por qué asistía cada domingo si no ve, y no oye el sermón? Le contestó, “¡porque quiero que todos saben dónde está mi corazón!” 1. Porque dejamos de oír la Palabra de Dios. Romanos. 10:17. Al no asistir a las reuniones de la iglesia con frecuencia, dejamos de oír con frecuencia la Palabra de Dios. Y por tanto, no somos fortalecidos en la fe. “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe” (1 Juan 5:4). Juan dice que lo que vence nuestra mundanalidad es nuestra fe, pero al no haber fe a causa de no asistir a la iglesia a escuchar la Palabra de Dios, somos perjudicados nosotros mismos. 2. Porque dejamos de tener comunión con nuestros Hnos. 1 Juan 1:6-7. Cuando un leño es quitado de la brasa se apaga. Así es con un cristiano que se quita del fuego termina por apagarse. No se necesitan “Llaneros Solitarios” hoy día. Esos héroes de fantasía no son nuestros modelos a seguir, sino el Señor Jesucristo y los primeros cristianos. No hay cristianos anónimos, ni cristianos ermitaños. El aislamiento es un asesino. Juan dice: Si nosotros no queremos tener comunión con nuestros hermanos, tampoco la tendremos con Dios. (1 Juan 1:3) Si estamos realmente andando en la luz, tenemos comunión unos con otros. Ninguna creencia que separe a una persona de las demás puede ser plenamente cristiana. Lo que destruye la comunión no puede ser verdadero. Y quien sale perdiendo somos nosotros.

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¿POR QUÉ SALIMOS PERJUDICADO CUANDO NO NOS CONGREGAMOS?

Le preguntaron a una ancianita, ciega, sorda, y casi invalida, ¿Por qué asistía cada domingo si no ve, y no oye el sermón? Le contestó, “¡porque quiero que todos saben dónde está mi corazón!”

1. Porque dejamos de oír la Palabra de Dios. Romanos. 10:17.

Al no asistir a las reuniones de la iglesia con frecuencia, dejamos de oír con frecuencia la Palabra de Dios. Y por tanto, no somos fortalecidos en la fe. “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe” (1 Juan 5:4). Juan dice que lo que vence nuestra mundanalidad es nuestra fe, pero al no haber fe a causa de no asistir a la iglesia a escuchar la Palabra de Dios, somos perjudicados nosotros mismos.

2. Porque dejamos de tener comunión con nuestros Hnos. 1 Juan 1:6-7.

Cuando un leño es quitado de la brasa se apaga. Así es con un cristiano que se quita del fuego termina por apagarse. No se necesitan “Llaneros Solitarios” hoy día. Esos héroes de fantasía no son nuestros modelos a seguir, sino el Señor Jesucristo y los primeros cristianos. No hay cristianos anónimos, ni cristianos ermitaños. El aislamiento es un asesino. Juan dice: Si nosotros no queremos tener comunión con nuestros hermanos, tampoco la tendremos con Dios. (1 Juan 1:3) Si estamos realmente andando en la luz, tenemos comunión unos con otros. Ninguna creencia que separe a una persona de las demás puede ser plenamente cristiana. Lo que destruye la comunión no puede ser verdadero. Y quien sale perdiendo somos nosotros.

3. Porque dejamos de recibir la bendición del cielo. Salmos 133:1-4. Dios envía bendición cuando su pueblo esta congregado. Esta bendición desciende de Dios y afecta a todo el cuerpo y a todo el pueblo. Dios quiere esta unidad armoniosa, la bendice. No seamos como Tomás que no experimentó la bendición de la presencia de Jesús y de sus palabras porque estaba ausente. “Pero Tomás, uno de los

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doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino” (Juan 20:19-24). No brillemos por nuestra ausencia como Tomás.

4. Porque dejamos de colaborar en el equipo de Cristo. Eclesiastés 4:9-10.

Este pasaje nos habla de los beneficios o resultados cuando se trabaja en conjunto. Cuando se colabora en conjunto uno da y recibe. La vida no está diseñada para el aislamiento, sino para el compañerismo; no para la soledad, sino para la intimidad. Algunas personas prefieren el aislamiento debido a que sienten que no pueden confiar en nadie. Sin embargo, no estamos aquí en la tierra para servirnos a nosotros mismos, sino para servir a Dios y a los demás. No se aislé de los demás ni trate de crecer por su cuenta. Busque compañeros, congreso con fidelidad. Todos somos diferentes. Pero todos tenemos algo en común, llegar a estar con el Señor. Y para eso necesitamos trabajar juntos. Salimos perdiendo cuando queremos estar solos. Un equipo es más eficaz que uno solo.

5. Porque dejamos evidenciar los frutos de nuestra salvación. Hebreos 2:1-3. Pablo nos amonesta diciendo: “Esfuércense por demostrar los resultados de su salvación obedeciendo a Dios con profunda reverencia y temor” (Filipenses 2:12) Cuando uno no se congrega uno está descuidando su propia salvación y por tanto, los perjudicados somos nosotros mismos. A nadie podemos responsabilizar de nuestra pérdida, ni a Dios, ni a los hermanos, ni al predicador, ni a nuestros padres, sino a nosotros mismos.

6. Porque dejamos de crecer espiritualmente. Hebreos 6:1.

Uno de los beneficios de congregarse es que nos ayuda a ser mejores personas. Pero este proceso de mejoramiento se trunca cuando dejamos de asistir a la iglesia. El Señor nos ha llamado a “ir adelante” y no conformarse con los fracasos o con la mediocridad. Una cosa tienes que saber, que para “ir adelante” necesitas dejar algo. Cuando uno asiste a la iglesia uno siempre deja algo que es de menos importancia para lograr algo que es más importante. Quien no lo hace, simplemente pierde.

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7. Porque dejamos de prepararnos para la segunda venida de Cristo. Hebreos 10:25

Cuando uno quiere ser un atleta necesita ir a un gimnasio para prepararse. Cuando quieres ser un doctor vas a la escuela a prepararte. Lo mismo sucede si uno quiere ir al cielo. ¿A dónde debemos ir? Pues a la iglesia. Quien no se prepara de esta manera sufrirá las consecuencias. El creyente debe estar consiente que como Iglesia de Jesucristo, esperamos la Venida de nuestro Señor  para llevarse a Su Iglesia. Desde el tiempo del apóstol Pablo, la Iglesia lo ha estado esperando. Romanos 13:11 «Hagan todo esto estando conscientes del tiempo en que vivimos. Ya es hora de que despierten del sueño, pues nuestra salvación está ahora más cerca que cuando inicialmente creímos». Noten la importancia de estar conscientes del tiempo en que vivimos. Al ver la maldad multiplicarse, guerras y rumores de guerra, sabemos muy bien que la Venida de nuestro Señor está bien cerca.

Conclusión

Un asiduo asistente a la iglesia le escribió al editor de un periódico quejándose que no tenía sentido ir a la iglesia todos los domingos. “He ido durante 30 años”, escribía, “y durante ese tiempo habré escuchado como 3.000 sermones. Pero juro por mi vida que no recuerdo ni uno sólo de ellos. Por eso pienso que estoy perdiendo mi tiempo, y los sacerdotes también dando sermones”.

Así empezó una controversia en la columna de “Cartas al Editor”, para deleite del mismo editor. La misma que continuó por varias semanas hasta que alguien escribió lo siguiente: “Ya llevo casado 30 años. Durante todo ese tiempo mi esposa debe haber preparado 32.000 comidas, y juro por mi vida que no me acuerdo de ni un solo menú. Pero sí sé esto: Todas me alimentaron y me dieron la fuerza que necesitaba para hacer mi trabajo. Si mi esposa no me las hubiera preparado, estaría físicamente muerto el día de hoy. ¡De la misma manera, si no hubiese ido a la iglesia para alimentarme, estaría espiritualmente muerto en la actualidad!”.