¿Quién vive en nuestra casa?“C loch Mór,

te llenaremos

de amigos,

de música

y de amor”

Luis Santos

¿Quién vive en nuestra casa?

Relato poético en prosa dedicado a todos los familiares y amigos que figuran en él.

C o lmenar del A rroyo , 28 de Diciembre del año 2000

Este relato acompaña al CD de Anita: “A ires de Ir landa”.Han sido realizados por Anita y Luis como una felicitación navideña para desearos a todos :

PAZ Y AMOR

En nuestra casa, además de vivir Anita y yo vive un montónde gente.

Nuestra casa es de madera y se llama “Cloch Mór” en irlandés,en español se diría “Gran Piedra”.

También viven tres olivos, (bueno Fernando el jardinero diceque son dos olivos y una oliva), muy viejos muy callados,apenas dicen nada. Fernando el jardinero también vive ennuestra casa, aunque está jubilado y viva en el barrio dearriba, vive en nuestra casa. Él plantó todos los árboles queviven en nuestra casa, los chopos, las arizónicas, la acacia, eleucaliptus que nos ayuda en los inviernos con sus hojas aromáticaspara despejar la nariz y el pecho y las grandes angustias queduermen en el pecho, ...el amigo eucaliptus... y el membrillo sinsol de Antonio López, que no es de Antonio López sinoque es nuestro y vive en el jardín por detrás de la casa,... elpobre ha pasado varias enfermedades y no se encuentra bien.

Vive la arañita que teje y teje su telar por entre los libros delsalón, la insoportable levedad del ser, la arañita que teje

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y teje por las noches, puedo tejer los versos más tristes estanoche, en el rincón del techo de la habitación azul de Lauray Eva; a veces la digo que tenga cuidado que no se vaya acaer desde el techo y se haga daño y no me hace ni caso.

También viven en nuestra casa Laura y Eva que estánconstruyendo poco a poco sus vidas y construirán sus casas,aunque vienen más bien poco a vivir en nuestra casa porqueLaura ahora está en Alemania aprendiendo alemán y Eva tieneturno de noche en tele 5. Laura y Eva viven desde siempre en nuestra casa y en la casa grande de nuestros corazones.

Y las lagartijas correteando traviesas por las traviesas de larenfe de los escalones del porche y yo las digo: “haced elfavor de salir ahora mismo de este porche que quiero leer elperiódico tranquilo”.

Viven las ardillas, a su manera, siempre muy estresadas,como madrileñas nerviosas que fueran corriendo a coger elmetro, saltando de rama en rama y quedándose en éxtasismirándonos a ver cual es nuestro próximo movimiento. 4

Y viven nuestros amigos, que además de vivir en la casa grande de nuestros corazones, viven en nuestra casa.

Vive nuestro amigo Raúl, que también vive en el Ayuntamientoayudando a la gente, como el que no hace nada, con la pacienciade los hombres grandes y de los grandes hombres, conciliandomiserias de los hombres, ladridos de los hombres, las lindes delos hombres. Mi querido Raúl y Pepa su mujer, construyendosu pirámide de Valle del Sol, egipcios de Vallecas; Pepa tambiénvive en el país de Miguel Yuste donde estuvo Cebrián aqueljoven rebelde que engorda ahora por los Consejos deAdministración.

Viven Raúl y Pepa en nuestros corazones y en nuestra casa,afortunadamente con sus queridos hijos a los que quierotanto, Adrián, con su pelo a tazón y su balón de reglamento,niño que vive su niñez tan plena, que ejerce su niñez y sumanera de dormir tan profunda cayendo en el pozo sin fondodel sueño y de los sueños (podéis decir que soy un soñador,pero no estoy solo...). La encantadora Joana, con su chupetey su vocecita y su mirada morena del desierto del Sahara,

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su inefable sonrisa tuareg de canela y manzanas y sus rizos deMedina Azahara, ¡dáme un beso mi querida Joana !.

Viven en nuestra casa varias tribus de hormigas empeñadasen echarnos de nuestra casa porque han visto la “peli”:“Cuando ruge la marabunta”, pero Anita y yo nos resistimosporque nos gusta mucho nuestra casa y las decimos quepodríamos convivir todos, que si ellas se quedan en el jardíny nosotros dentro podríamos llegar a un acuerdo, buenopues imagináos si serán cabezotas que todavía no han dichola última palabra.

Por la noche viven los cuclillos, que no paran no paran, estableciendo una endiablada competencia con los grillos,que sé que viven en nuestra casa aunque todavía no le hayavisto la cara a ninguno, quizás nos hemos cruzado por elpasillo alguna vez, no sé.

También vive un potos colgado de una cesta en el porche, es un chico muy serio que está en la adolescencia y crece y crece... y una verde con siete campanitas que en vez de6

mugir cuando el aire sopla hace sonar sus campanitas y dice “welcome” porque es muy “gentle”, una vaca muy educada y leída que habla inglés, (de jovencitaestuvo en un colegio de Irlanda aprendiendo el inglés) ¡qué suerte tiene!.

Y aunque viven enfrente, viven en nuestra casa tres personas,nuestros tres amigos, Pepa y Jordi y su perro Jazz. CuandoJordi y Pepa se van con su “furgo” a viajar, yo me encargode mi amigo Jazz y le doy de comer, porque a él no se le damuy bien eso de hacerse la comida (a mí tampoco) y aunqueellos están en la “furgo” por esos campos de Dios y Jazzesté enfrente ladrando como debe de ser, los tres viven ennuestra casa y en nuestros corazones.

Hace muy poco que se vino a vivir a nuestra casa una mesade cocina, una viejecita muy bella que encontramos en unpueblo de Guadalajara, en casa de otro viejecito encantadorque se llama Julián (como mi padre) y que hacía cerámica.

Hay un murciélago que vive también en nuestra casa que sale7

y entra por las noches de las maderas del borde de laampliación de la casa que nos hizo Santiago, el albañil, quetambién vive en nuestra casa, porque aun le debemos dinerode la reforma tan bonita que nos hizo el verano pasado y quequizás, maybe, perhaps, cuando terminemos de pagarle querráirse de nuestra casa, pero aunque se vaya, vivirá en nuestracasa porque el hizo parte de nuestra casa con José el portuguésy el señor Alberto que les daba los ladrillos desde abajoporque estaba un poco gordito. Viven en nuestra casa y sellevan muy bien con Antonio el fontanero, que también viveen nuestra casa, un hombre cálido, que por eso pone calefaccionesy que nos puso la nuestra llenando nuestra casa de calor y deconfort. Un gran favor que hizo a estos dos frioleros quesomos Anita y yo, ¡gracias Antonio!.

A veces cuando miro nuestra casa, pienso... “ ¿PERO COMOPODEMOS VIVIR TANTA GENTE EN NUESTRA CASA?.

Siempre vivirá en nuestra casa la tía Consuelo, que murióel año pasado en nuestra casa. Se fue pero nos dejó unagran herencia: su alegría y su manera positiva de vivir la8

vida. Se fue como ella diría: “sin dar la lata”. Se fue con suindependencia de zurda, se despidió de nosotros en losbrazos de Anita y de Roxana. Siempre vivirá en nuestracasa la tía Consuelo.

Viven en nuestra casa Roxana y Dan y su hijo Luca que sefueron a Alicante para que Dan, que es arquitecto, construyeracasas, nosotros no les hemos dejado que se fueran de nuestracasa y vamos a la piscina muchas veces y vive en el jardín denuestra casa el pino roto de Luca, que sabe tanto de plantas,aquél que nos regaló cuando se fueron a Alicante, aunquenunca se fueron a Alicante porque están siempre con nosotros.

En nuestra casa vive la música y muchos de sus hijos losmúsicos. Vive mi amigo Mozart y su primo Johann Sebastian,mi amigo Joan Manuel, del Poble Sec, mi amigo Silvio yPablo con Yolanda, Vinicius, Juan Lennon, LuisEduardo, de repente se ponen a tocar la guitarra y a cantary es una delicia estar con ellos en el invierno al lado de lachimenea, o en el verano en el jardín, aunque tengo que deciros que les oigo con un pelín de envidia porque cantan

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y tocan tan bien... como Alfonso e Isabel, nuestros amigosque también viven en nuestra casa, aunque vivan en el barriode arriba rodeados de acordeones, pianos, laudes y guitarras,e Iria, su hija, que es su mejor canción, que también cantacon sus ojos azules y su lengua de trapo, futuro y azucenas.

No creáis que todo es tan sencillo, vive tanta gente en nuestracasa que a veces no es tan fácil vivir con tanta gente, yasabéis. Por ejemplo, las avispas que viven en el alero creenque la casa es SOLO suya y a veces discutimos y tenemosunas cuantas palabras. Este verano sin ir más lejos su guardiapretoriana me atacó y me clavó sus lanzas cuatro veces. Un día tendré que hablar muy seriamente con ellas.

Y el montón de amigos poetas que viven en nuestra casa.Ellos creen que están muertos, qué tontos. Ellos creen quesolo reposan sus libros en las estanterías. ¡Qué tontos lospoetas qué tontos!. ¡Qué tonto Federico y Miguel yPablo, León Felipe, Cesar, Rafael y don Antonio!,perdón don Antonio ¿cómo puede decir que usted murióen Collioure? Don Antonio, si usted pasea casi todas las10

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noches junto al olivo grande. Miguel ¿qué te has creído, quéno te veo mirar a las cebollas de reojo cuando pasas por lacocina a las tantas de la madrugada?.

Y por si fuera poca la gente que vive en nuestra casa, este veranonos hemos traído de Canarias a otro montón de amigos a vivir en nuestra casa, a Silverio y a su casa de la Atalaya de la Rosa del Taro, a Annalisse Guttenberger deslumbrada alemana pintora por la luz de Canarias que pinta y hace grabados como supropio nombre indica y a Stefan y a sus verdes azules cerámicasque flotan en el agua porque hacen Tai-chi y a César que inventóuna isla llamada Lanzarote, y a Siona con esa manera de pronunciar la “ese “ y pronunciar la vida, y Sol desde Guinea que se ha venido a vivir con su hija Lorena a nuestra casa, dicenque estarán muy a gusto en nuestra casa, y nosotros también,comeremos pipas de girasol y Sol contará cuentos y cantaremos “majorero majorero hombre de Fuerteventura”, “no vuelvo aFuerteventura, si no es abrazado a tu cintura”, “Fuerteventura,fuertedulzura” . Jeremías también se ha venido a vivir a nuestracasa con su barco y además se ha traído a la Graciosa y a la Alegranza, las dos islas y dice que las va a poner en el jardín,

yo no sé si cabrán..., y también dice que no va a parar de tocar las chácaras, me temo que algún día habrá que decirle que deje de tocarlas un ratito, mi niño.

No creáis aunque a simple vista lo parezca, que es tan simplevivir en nuestra casa, a veces es muy difícil, por ejemplo,cuando hablo con el ciprés de la entrada que vive a la entradade nuestra casa y le digo que se ponga más recto que todoslos de su familia son muy rectos muy rectos y él me contestaque “no me da la gana tío”, y se inclina a la izquierda comoun joven rebelde, como si estuviera en mayo del 68 y sepone a hablar con su amigo el chopo que vive también ennuestra casa a la entrada y le dejo por imposible que haga lo que le dé gana, que al final es lo que va a hacer.

A veces las maderas que viven en nuestra casa, que es de madera, se ponen a hacer ruidos y es difícil calmarlasy las digo, callaros por favor, pero nada, ellas siguen“crac” “crac” ” “crac” “crac” “ratacatrac” y las dejo por imposibles como al joven rebelde de la entrada y por finallá sobre las cuatro de la madrugada se callan y nos 12

dormimos todos, allá sobre las cinco de la madrugada.

Y vive en nuestra casa nuestra querida amiga Christineque vive en Bélgica porque ella es belga y vive en el preciosojardín de su casa y en su hospital de enfermos, a caballoentre la medicina oriental y la medicina occidental deBélgica y los belgas de los que solo sabemos que hubo unavez una reina que se llamó Fabiola y se casó con un reyque tenía gafas y se llamó Balduino, creo...

En nuestra casa de madera viven Susan y Neil con susniños Nathaniel y Roxanne que hablan inglés con acen-to de Colmenar del Arroyo, y con Amelia que acaba dellegar y me mira muy fija y me sonríe en la cocina toman-do el biberón. A Neil le hemos dicho que se traiga a vivircon nosotros el saxofón, aunque creo que a nuestro vecino Armando no le va a gustar nada porque creo quele gusta más la zarzuela como a francisco franco aquellaestatua que vive en su jardín.

¿Cómo deciros lo que es obvio?, aunque ellos disimulen 13

y se vayan cada vez más lejos, en nuestra casa viven Sean y Domi, que primero se fueron a Francia para hacercomo que se iban muy lejos, y después se fueron más lejos, a Inglate rra, cerca de Londres capital de Inglaterra, para irsemás lejos; si ellos os dicen que viven allí no les hagáis ni casoporque ellos viven aquí dentro de la casa de nuestros corazones junto con Olga la madre de Domi con su vozinconfundible y su acento rumano de Collado Villaba.

Y cuando Julio se pone a cantar con Silvio, Valle nos miracon sus ojos serenos de mirar tan bello, nuestra casa sequeda muy a gusto y se duerme en los brazos de Valleque va a tener un niño que vendrá repartiendo sonrisas y se llamará Lucas (como el evangelista), que naturalmente,no faltaría más, vivirá desde siempre en nuestra casa.

Viven también con nosotros Alejandro y Kay, chileno e inglesa que viven en Quijorna, quizás maybe perhaps elmejor sitio para vivir una inglesa y un chileno, Quijorna, en cuyas curvas pronunciadas, aunque ellos no lo saben, mi coche y yo nos escurrimos una vez una noche sin luna 14

y él se rompió las gafas y una pierna, la derecha, creo. Yono me rompí nada.

Viven en nuestra casa, Juan y Sylvie profesor, profesora,aunque vivan tan lejos en Francia, muy cerca de Argelésdonde estuvo mi padre prisionero en un campo de concentración cuando aquello de la Guerra Civil con DonAn to nio Machado que murió de pena en Collioure con mi padre que murió en la calle Reina Victoria en un sanatorioque no le sanó pero por lo menos decía “Cruz Roja”.

Y cómo no deciros que vive en nuestra casa la familia “A”,Ana y Agustín con sus niños Álvaro y Andrea y aunqueahora Ana esté un poquito lejos, viven en nuestro corazonesy en nuestra casa porque ellos son los “culpables” de queAnita y yo y Bankinter tengamos esta casa o esta casa nostenga a nosotros...no sé muy bien.

Y en nuestra casa viven Paco y Raquél que suelen andarmucho por el jardín, Paco, con su extraña manía de darpalos al aire y Raquél siempre sonriendo rodeada de

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delfines; por mucho que se empeñen en construir su pirámide, comoRaúl y Pepa en el Valle del Sol, Raquel y Paco, digo, por mucho que se empeñen, viven en nuestra casa.Y sé que hay mucha mas gente que vive en nuestra casa y que no es que no quiera acordarme, como en el Quijote,sino que ahora mismo no me acuerdo.

Vera que todos los días me felicita el cumpleaños con suprecioso acento brasileño de la calle Huertas de Alcorcón.

Viven en nuestra casa desde el mismísimo día de nuestraboda, Ana, Jan, Ángel y su violín, Balbina, Pep y Pilarcon toda la canalla, a veces cantamos todos juntos como sifueramos L’Orfeó Catalá aquello de “Ara que tinc vint anys”,aunque ninguno de nosotros tengamos ¡ay! vint anys y lopasamos molt bé.

Anne y Stéfan irlandeses de Irlanda riendo y regalandobolígrafos a todo el mundo para que pintemos la vida con elazul de la verde Irlanda.

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Carmen persiguiéndonos con sus agujas chinas como unbanderillero por el pasillo a Anita y a mí. Suelo esconderme en el jardín detrás del chopo alto que se parte de risa, ya veremos el día que Carmen le pongalas agujas a él si se ríe tanto.

Paco y Bea que se fueron a Asturias a arreglar muebles y aarreglar niños siguen viviendo en nuestra casa.

Y el ratoncito que entró un día en nuestra casa y que tuvimos que matar porque esta sociedad a la que pertenecemos no soporta ratoncitos en sus casas. Solo en las “pelis” de Walt Disney. Perdóname ratoncito

Los padres de Anita, Owen y Edith, y sus hermanos Tony,Paul que acaba de casarse con Angela, (nuestra casa, Anitay yo estuvimos en su preciosa boda irlandesa en Irlanda).María, con su marido Raphael, (con el que comparto dosgrandes aficiones, Internet y el chorizo) y sus hijos, Olivia, y los tres “jotas” John, James y Joshua, viven en nuestracasa, aunque sean irlandeses y os digan en su idioma rubio,

no sé si lo entendéis, que viven en Irlanda del Norte en un pueblo precioso que se llama Warrenpoint, y aunqueles entendáis haced como que no les entendéis, porque vivenaquí con nosotros y de vez en cuando salimos toda la panda,a pasear por el pueblo y todo el mundo les saluda y en elfondo están encantados de vivir en nuestra casa. Bueno...quizás Tony lo pasa un poco mal por el calor en el verano...

Mis padres Julián y Marina viven en nuestra casa como sifuera la frutería de la calle Manzanares con su báscula y todo;aunque no los hayáis visto nunca, no os preocupéis, vivendentro de mí...

Y vive en nuestra casa una gran piedra que tiró un gigantedesde el pueblo de Anita (que creo que ya os he dicho quese llama Warrenpoint y que está en Irlanda) y por esonuestra casa se llama Cloch Mór (Gran Piedra). Un día ladijimos al oído que la llenaríamos de amigos de música y deamor y despacito despacito, lo vamos consiguiendo...

Besos.18

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Dibujo de Christine Gaisse.