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    An Pediatr (Barc). 2006;65(2):147-53 147

    SERIES

    Reconocimiento del nio con riesgode parada cardiorrespiratoria

    A. Carrillo lvareza

    , A. Martnez Gutirrezb

    y F. Salvat Germnc

    aSeccin de Cuidados Intensivos Peditricos. Hospital General UniversitarioGregorio Maran. Madrid. bServicio de Pediatra. Complejo Hospitalariode Albacete. cServicio de Pediatra. Hospital Comarcal de Helln. Albacete.

    El pronstico de los nios con riesgo de sufrir una parada

    cardiorrespiratoria es mejor cuanto antes se inicie el trata-

    miento. Por eso, es muy importante reconocer cuanto antes

    los signos clnicos que ponen de manifiesto el compromiso

    respiratorio y/o circulatorio. Una de las claves de la preven-

    cin de la parada cardiorrespiratoria en los nios crtica-mente enfermos radica en la evaluacin rpida, sistemtica

    y constante del estado de oxigenacin, ventilacin y perfu-

    sin. El personal sanitario debe asegurarse de que el nio

    con insuficiencia respiratoria y/o circulatoria permanezca

    en todo momento bajo la vigilancia de una persona capaz de

    identificarlos, interpretarlos, y actuar con rapidez. En la eva-

    luacin respiratoria hay que analizar la frecuencia respi-

    ratoria, los signos de insuficiencia mecnica respiratoria

    (aleteo nasal, tiraje, ruidos respiratorios, respiracin para-

    djica, espiracin alargada) y la coloracin cutneo mucosa.

    Los signos ms importantes a analizar en la evaluacin car-

    diocirculatoria son la frecuencia cardaca, presin arterial,

    perfusin perifrica (relleno capilar y gradiente trmico) es-tado de conciencia y diuresis.

    Ante un nio con signos de insuficiencia cardiorrespi-

    ratoria lo primero es garantizar que la ventilacin y oxi-

    genacin sean adecuadas y si, a pesar de ello, la perfusin

    no mejora se realizar tratamiento de la insuficiencia cir-

    culatoria con lquidos y frmacos vasoactivos.

    Palabras clave:Parada cardaca. Parada respiratoria. Reanimacin

    cardiopulmonar. Prevencin. Nios. Insuficiencia respi-

    ratoria. Insuficiencia cardaca.

    RECOGNITION OF THE CHILD AT RISKOF CARDIOPULMONARY ARREST

    Early treatment is a major factor to improve the outcome

    of children at risk of cardiopulmonary arrest. Thats why it

    is essential to recognize as soon as possible clinical signs

    that indicate a respiratory and/or circulatory dysfunction.

    Immediate systematic assessment and re-assessment of

    oxygenation, ventilation and organ perfusion status is one

    of the keys in the prevention of cardiorespiratory arrest in

    children. Health care staff must assure that a child withsigns of acute respiratory and/or circulatory dysfunction is

    under constant surveillance by a person with ability to in-

    terpret signs, identify problems and to initiate emergency

    treatment, if needed. Respiratory assessment must include

    respiratory rate, signs of mechanical respiratory failure

    (nasal flaring, respiratory noises, paradoxical breathing,

    prolonged expiration) as well as skin-mucous colour. Car-

    diocirculatory failure assessment includes heart rate,

    blood pressure, peripheral perfusion (capillary refill time

    and temperature gradient), level of consciousness and uri-

    nary output. In a child with impending signs of cardio-res-

    piratory failure, the priority is to warrant adequate ventila-

    tion and oxygenation. If, despite this treatment, there is noimprovement in perfusion, treatment of circulatory failure

    with fluids and vasoactive drugs is necessary.

    Key words:Cardiac arrest. Respiratory arrest. Cardiopulmonary

    resuscitation. Prevention. Children. Respiratory insuffi-

    ciency. Cardiac insufficiency.

    INTRODUCCINLa parada cardiorrespiratoria (PCR) es la interrupcin

    brusca, inesperada y potencialmente reversible de la res-

    piracin y de la actividad mecnica del corazn1. Sin em-

    bargo, en los nios sta no siempre se presenta de forma

    sbita e inesperada sino que es con frecuencia el resulta-

    do de un deterioro progresivo de la funcin respiratoria

    y/o circulatoria2. Independientemente de cual sea el pro-

    ceso patolgico que desencaden estas disfunciones,

    Correspondencia: Dr. A. Carrillo lvarez.Seccin de Cuidados Intensivos Peditricos.Hospital General Universitario Gregorio Maran.Dr Castelo, 47. 28009 Madrid. Espaa.Correo electrnico: [email protected]

    Recibido en abril de 2006.Aceptado para su publicacin en junio de 2006.

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    cuando progresan, el desenlace es el mismo, la PCR. Si

    slo se ha producido una parada respiratoria el pronsti-

    co es mejor que cuando lo que se presenta es una parada

    cardaca3-5. Por eso, es muy importante reconocer cuan-

    to antes los signos clnicos que ponen de manifiesto el

    compromiso respiratorio y/o circulatorio para establecer

    rpidamente las medidas teraputicas adecuadas.

    Se considera que existe unadisfuncin respiratoria

    cuando el paciente necesita aumentar el esfuerzo respi-

    ratorio para mantener la oxigenacin y ventilacin dentro

    de unos lmites relativamente normales. El fracaso respi-

    ratorio se define como la incapacidad del sistema res-

    piratorio para mantener una presin parcial arterial de

    oxgeno (PaO2) superior a 60 mmHg con una fraccin

    inspiratoria de oxgeno (FiO2) del 60% o la presencia de

    una presin parcial arterial de dixido de carbono

    (PaCO2) superior a 60 mmHg sin patologa respiratoria

    previa. Su origen puede estar en enfermedades que afec-

    tan a las vas areas, al parnquima pulmonar, al controlneurolgico (central o perifrico) de la respiracin, a los

    msculos o al soporte seo de la caja torcica6.

    Excepto en los procesos sbitos, antes de llegar al fra-

    caso respiratorio suele existir una fase de compensacin

    en la que el paciente es capaz de mantener un intercam-

    bio gaseoso adecuado, aunque sea a costa de aumentar la

    frecuencia respiratoria (taquipnea), la profundidad de los

    movimientos ventilatorios (hiperpnea) o de ambas (po-

    lipnea). Esta compensacin no es gratuita sino que se

    consigue a expensas del aumento del trabajo respiratorio,

    y se manifiesta por una serie de signos clnicos tpicos de

    la dificultad respiratoria. Un trabajo respiratorio excesivomantenido en el tiempo conduce a un aumento del con-

    sumo de oxgeno, lo que obliga a su vez a que el gasto

    cardaco tenga que incrementarse. Esto puede llevar al

    agotamiento de los mecanismos compensatorios respira-

    torios y circulatorios y terminar por provocar la PCR2.

    La disfuncin circulatoria se caracteriza por un insufi-

    ciente aporte de oxgeno y sustratos metablicos a los

    tejidos para cubrir sus necesidades. Esto da lugar a la apa-

    ricin de signos clnicos que ponen de manifiesto la hi-

    poperfusin que padecen los rganos. Salvo en los pro-

    cesos de presentacin muy brusca, la insuficiencia

    circulatoria tambin suele tener una primera fase de com-

    pensacin en la que el organismo trata de mantener la

    perfusin de los rganos nobles (encfalo, corazn), en

    detrimento de otros menos importantes (piel y riones).

    Si esta situacin se mantiene en el tiempo, la respuesta

    compensadora termina por claudicar y acaba por pre-

    sentarse la PCR2.

    La deteccin de los signos de disfuncin respiratoria

    y/o circulatoria requiere unos conocimientos sanitarios

    que no suele tener la poblacin general. Por eso, el per-

    sonal sanitario debe asegurarse de que el nio con insu-

    ficiencia respiratoria y/o circulatoria permanezca en todo

    momento bajo la vigilancia de una persona capaz de

    identificarlos, interpretarlos, valorar de forma adecuada

    su evolucin y actuar en consecuencia. Debe ser capaz

    de decidir cundo el nio puede permanecer en su do-

    micilio o debe ser trasladado al hospital. En este caso,

    debe elegir el medio de transporte ms adecuado y se-

    leccionar al personal sanitario que est suficientemente

    cualificado para garantizar la asistencia correcta en el

    caso de que el proceso empeorase de forma brusca7. En

    resumen, los sanitarios no slo deben saber valorar los

    signos clnicos de alarma, sino que deben hacerlo cuan-

    to antes, preferiblemente en la fase de compensacin,

    dado que las posibilidades de revertir el proceso dismi-

    nuyen con la progresin del mismo.

    EVALUACIN DE LA FUNCIN RESPIRATORIALa funcin respiratoria se evala comprobando la fre-

    cuencia y la mecnica respiratoria, el color de la piel y

    de las mucosas6,8,9.

    Frecuencia respiratoriaEs inversamente proporcional a la edad del nio. La

    frecuencia respiratoria del neonato vara entre 40 y

    60 resp./min, en el nio de un ao de edad es de unas

    25, en el preescolar de 20 y en el adolescente de 15. La

    taquipnea suele ser el primer signo de dificultad respira-

    toria en los nios. Lo habitual es que en presencia de un

    trastorno respiratorio aumente la frecuencia de las res-

    piraciones. Por eso, cuando en un nio que padece una

    enfermedad respiratoria que le mantena taquipneico, en-

    lentece bruscamente la frecuencia respiratoria o la respi-

    racin se hace irregular, lejos de significar una evolucinfavorable, es un signo de fatiga y de parada respiratoria

    inminente.

    Mecnica respiratoriaSu valoracin tiene como objetivo descubrir aquellos

    sntomas que demuestran un incremento en el trabajo res-

    piratorio. La respiracin normal es tranquila, el trax se

    expande suavemente durante la inspiracin, es silenciosa

    y el aspecto de nio es apacible; cuando llora, su llanto es

    enrgico y vigoroso. Por el contrario, cuando padece una

    insuficiencia respiratoria moderada o grave aparecen una se-

    rie de signos entre los que destacan los siguientes:

    Empeoramiento del estado general: de forma que

    ahora el nio est intranquilo, parece asustado, con la mi-

    rada perdida o desconectado del medio.

    Aleteo nasal: trata de ampliar los orificios de la na-

    riz y favorecer la entrada del aire.

    Retracciones torcicas o tiraje: subcostal, intercostal,

    y/o supraesternal, que se hacen tanto ms perceptibles

    cuanto mayor es la dificultad respiratoria y ponen de ma-

    nifiesto la intensidad del trabajo respiratorio. El tiraje se

    presenta ms fcilmente en los lactantes y en los nios

    pequeos en los que su pared torcica es ms elstica;

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    por eso, cuando aparece en nios mayores de 5 aos in-

    dica que el compromiso respiratorio es importante.

    Balanceo de la cabeza: que se acompasa con los

    movimientos inspiratorios e indica que los esternocleido-

    mastoideos estn siendo utilizados como msculos acce-

    sorios de la respiracin.

    Respiracin ruidosa: se produce cuando el paso del

    aire durante la inspiracin, la espiracin, o en ambas fa-

    ses de la ventilacin, se efecta a travs de unas vas

    areas ms estrechas, lo que hace que el flujo se haga tur-

    bulento. El estridor es caracterstico del estrechamiento

    de la va area superior (extratorcica); los roncus y las si-

    bilancias indican que la estenosis afecta a los bronquios y

    bronquiolos (intratorcicos); el quejido pone de manifies-

    to el cierre parcial de la glotis durante la espiracin para

    intentar generar una presin positiva al final de la misma

    y as conservar o aumentar el volumen residual pulmonar

    y evitar el colapso alveolar.

    Respiracin paradjica: que se caracteriza por lapresencia durante la inspiracin de retracciones intercos-

    tales al mismo tiempo que el abdomen se expande. Esto

    indica que la entrada del aire depende exclusivamente

    del esfuerzo inspiratorio del diafragma y que, al movilizar

    unos volmenes muy escasos, en poco tiempo terminar

    por fatigarse y claudicar.

    Espiracin alargada: que acompaada de sibilancias

    es un signo tpico de obstruccin de los bronquios o

    bronquiolos por procesos como el asma, la bronquiolitis

    y los cuerpos extraos en las vas areas.

    Coloracin cutaneomucosaEn condiciones normales el color de la piel del tronco

    y las extremidades es similar cuando el paciente ha sido

    explorado en un ambiente con temperatura adecuada.

    Las mucosas de los labios, los lechos ungueales, las pal-

    mas de las manos y las plantas de los pies estn sonrosa-

    das. La cianosis central es un signo tardo y grave de hi-

    poxemia, sobre todo en los nios en los que la cantidad

    de hemoglobina es menor que en los adultos, ya que

    para que aparezca, es necesario que haya ms de 5 g/dl

    de hemoglobina reducida. La cianosis perifrica aislada

    suele estar ms relacionada con una insuficiencia circula-

    toria que respiratoria. Por ltimo, tambin hay que tener

    en cuenta que la hipoxia, al producir vasoconstriccin y

    palidez cutnea, puede enmascarar la cianosis.

    La pulsioximetra es un excelente mtodo no invasivo

    para evaluar, de forma continua, la saturacin sangunea

    de la hemoglobina y valorar sus fluctuaciones segn sea la

    evolucin del proceso respiratorio del nio. La gasometra

    arterial y la pHmetra sirven para medir la PaO2, PaCO2y

    el pH en un momento concreto del proceso evolutivo de

    la enfermedad10. Sin embargo, su normalidad no debe in-

    fluir de manera decisiva a la hora de tomar una decisin

    en cuanto al apoyo respiratorio que el paciente necesita,

    dado que puede darse la circunstancia de ser aceptable,

    pero coincidir con los ltimos momentos de la fase com-

    pensadora y presentar poco despus una PCR. Por eso,

    los datos obtenidos con la valoracin clnica deben pre-

    dominar siempre sobre los resultados gasomtricos.

    EVALUACIN DE LA DISFUNCIN CIRCULATORIALa irrigacin sangunea de los rganos est subordina-

    da al mantenimiento de una adecuada presin de perfu-

    sin (presin arterial). La presin arterial media (PAM) de-

    pende, a su vez del gasto cardaco (GC) y las resistencias

    vasculares sistmicas (RVS). PAM = GC RVS. El GC se

    obtiene de multiplicar la frecuencia cardaca (FC) por el

    volumen latido (VL).

    GC = FC VL

    Es decir, la perfusin tisular depende de la presin ar-

    terial que, a su vez, est determinada por la FC el volu-

    men latido y las resistencias vasculares sistmicas, comopuede verse en el siguiente esquema11:

    Precarga (volemia)

    VL { ContractilidadPoscarga

    GC {Presin arterial {RVS FC

    La taquicardia puede ayudar a mantener el gasto car-

    daco cuando disminuye el volumen latido, mientras que

    la vasoconstriccin puede colaborar al mantenimiento de lapresin arterial cuando baja el gasto cardaco. Estos dos

    mecanismos compensatorios explican los signos que apa-

    recen de forma ms precoz en el shock compensado: la

    taquicardia y la mala perfusin de la piel. La perfusin

    de los rganos depende tanto del gasto cardaco como de

    la presin arterial.

    Tanto la frecuencia cardaca como la presin arterial

    pueden medirse de forma objetiva. Sin embargo, la taqui-

    cardia, an teniendo un gran valor diagnstico, no es ex-

    clusiva de la disfuncin cardiocirculatoria y la hipotensin

    es un parmetro que aparece de forma tarda. Por ello, es

    indispensable buscar otros signos que, aunque indirectos,

    puedan reflejar de forma fiable y precoz las alteraciones

    del flujo sanguneo de los rganos y de las resistencias

    vasculares sistmicas. Esto se consigue explorando los

    pulsos arteriales (presencia y calidad) y la perfusin y fun-

    cin de rganos tan accesibles como la piel, el cerebro y

    los riones12.

    Frecuencia cardacaAunque la taquicardia sinusal es una respuesta comn

    a mltiples situaciones de estrs (ansiedad, fiebre o do-

    lor), no es menos cierto que tambin refleja las situacio-

    nes de hipoxia, hipercapnia e hipovolemia. En los nios

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    el gasto cardaco depende sobre todo del incremento de

    la frecuencia cardaca y menos del volumen latido. Sin

    embargo, en los neonatos, cuya reserva cardaca es muy

    pequea, el primer signo de hipoxia puede ser la bradi-

    cardia, sin pasar por la fase previa de taquicardia que pre-

    sentan los nios ms mayores. Pero en estos ltimos, si

    con el tiempo se agotan las catecolaminas miocrdicas,

    tambin desaparece la respuesta taquicrdica y se pre-

    senta una bradicardia progresiva que, si no se consigue

    revertir rpidamente, termina en PCR9.

    La frecuencia cardaca vara con la edad y, en condi-

    ciones normales, se relaciona con la frecuencia respira-

    toria (tabla 1).

    Presin arterialLa presin arterial puede mantenerse normal aunque el

    gasto cardaco est disminuido siempre que la respuesta

    compensadora endgena consiga aumentar las resisten-

    cias vasculares perifricas. Es decir, el shock no siempre

    es sinnimo de hipotensin. Dependiendo de la intensi-

    dad del shock esta respuesta es capaz de mantener la

    presin arterial durante ms o menos tiempo, excepto

    en los de etiologa cardiognica u obstructiva en los que

    la hipotensin se presenta desde el principio. Si la vaso-

    constriccin perifrica no es suficiente o se agota, apare-

    ce la hipotensin, evidenciando una descompensacin

    manifiesta de la situacin circulatoria.

    Los valores normales de la presin arterial varan con la

    edad (tabla 2). Por eso, en las situaciones de urgencia, en

    las que es difcil saber con exactitud cules son las cifras

    que se corresponden con cada edad, puede ser muy til

    utilizar una regla mnemotcnica que ayude a recordar los

    valores por debajo de los que ha de considerarse que un

    nio est hipotenso (presin arterial sistlica [PAS] por de-

    bajo del percentil 5%)11. Estos datos se reflejan en la tabla 3.

    En situaciones de extrema urgencia, la PAS puede va-

    lorarse con la palpacin de los pulsos centrales (carot-deo, braquial o femoral) y los perifricos (radial y pe-

    dio). As, si se palpan los pulsos radial y pedio significa

    que la PAS es, al menos, de 90 mmHg. Cuando la pre-

    sin arterial disminuye hasta el punto de que dejan de

    palparse los pulsos perifricos pero todava se notan los

    centrales, la PAS se sita entre 90 y 50 mmHg11. Por lti-

    mo, si tampoco se palpan los pulsos centrales, la PAS es

    menor de 50 mmHg. Si adems de esto el paciente est

    inconsciente y no respira ha de interpretarse que se en-

    cuentra en PCR y se deben iniciar inmediatamente las ma-

    niobras de reanimacin.

    Perfusin de rganos diana Perfusin de la piel: cuando la piel est bien per-

    fundida, permanece turgente, sonrosada y caliente desde

    la cabeza hasta la punta de los dedos. Por el contrario, en

    las situaciones de shock los dedos de los pies y de las

    manos palidecen y se enfran, avanzando el gradiente tr-

    mico en sentido centrpeto, al tiempo que se agrava el

    proceso. Todo ello, suele acompaarse de un relleno ca-

    pilar tanto ms alargado (> 2 s) cuanto ms avanzado es

    el estado de shock. La piel fra, plida, ciantica o mo-

    teada y con mal relleno capilar, indica que est mal per-

    fundida. Estos signos cutneos son muy valiosos, ya que

    aparecen en las fases ms tempranas del shock, indican-

    do que la respuesta vasoconstrictora perifrica ya se ha

    puesto en marcha como consecuencia de la liberacin

    de catecolaminas endgenas. As mismo, son muy tiles

    para observar la evolucin, ya que cuando se desplazan

    en sentido centrpeto indican empeoramiento y mejora

    cuando lo hacen en sentido inverso11.

    Perfusin cerebral: los signos de hipoperfusin de-

    penden de la intensidad y del tiempo de instauracin.

    Cuando la hipoperfusin se instaura de forma brusca

    aparecen una serie de signos como la prdida del tono

    muscular, las convulsiones y la dilatacin de las pupilas

    TABLA 1. Regla mnemotcnica de la relacinentre la frecuencia respiratoria y cardaca

    Edad > 30 das 5 aos 12 aos 18 aos

    Frecuencia respiratoria 30 20 18 14

    4 5 5 5

    Frecuencia cardaca 120 100 90 70

    TABLA 2. Valores normales de la presin arterialsegn la edad

    EdadPA sistlica PA diastlica

    (mmHg) (mmHg)

    Recin nacido< 1.000 g 39-59 16-36

    Recin nacido de 3.000 g 50-70 25-45

    Neonato de 4 das 60-90 20-60

    Lactante de 6 meses 87-105 53-66

    Nio de 2 aos 95-105 53-66

    Nio de 7 aos 97-112 57-71

    Adolescente 112-128 66-80

    PA: presin arterial.

    TABLA 3. Regla mnemotcnica de la relacinentre la edad y la PAS (mmHg)

    Edad PAS normal PAS lmite inferior

    < 30 das > 60 50

    1-12 meses > 80 70

    1-10 aos 90+ (2 edad) 70+ (2 edad)

    > 10 aos 120 90

    PAS: presin arterial sistlica.

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    Carrillo lvarez A, et al. Reconocimiento del nio con riesgo de parada cardiorrespiratoria

    que pueden preceder a la inconsciencia. Por el contrario,

    cuando la hipoperfusin cerebral se instaura de forma

    lenta los sntomas neurolgicos son insidiosos y aparecen

    estados de confusin, irritabilidad, letargia o fases alter-

    nantes de irritabilidad y letargia o estupor. El letargo es

    un signo de mal pronstico y debe poner sobre aviso del

    riesgo de una PCR inminente. En cualquier nio, la dis-

    minucin de la respuesta al dolor es anormal y suele in-

    dicar un grave compromiso neurolgico. La exploracin

    neurolgica inicial de un nio en estado crtico no debe

    ser demasiado exhaustiva, sino que debe limitarse a valo-

    rar si est consciente, obnubilado o inconsciente. Slo

    cuando el paciente est estable desde el punto de vista

    respiratorio y hemodinmico puede invertirse ms tiempo

    en hacer un examen neurolgico ms detallado11.

    Perfusin renal: la diuresis, al estar directamente re-

    lacionada con el flujo sanguneo renal, es un excelente

    indicador de la perfusin renal a pesar de tener el in-

    conveniente de depender del sondaje vesical. A pesarde esto, en los enfermos en estado crtico, la colocacin de

    una sonda vesical es de gran utilidad, ya que no slo sir-

    ve para valorar si la diuresis es adecuada sino que tam-

    bin permite evaluar de forma inmediata y continua la

    respuesta a la teraputica11.

    EVALUACIN DE LA DISFUNCINCARDIORRESPIRATORIA

    La disfuncin cardiorrespiratoria es la va comn en la

    que pueden terminar tanto el fracaso respiratorio como el

    circulatorio y suele preceder de forma inmediata a la PCR.

    El aporte de oxgeno a las clulas (DO2) depende de

    dos componentes: uno respiratorio, el contenido arterial

    de oxgeno (CaO2); y otro circulatorio, el gasto cardaco

    (GC).

    DO2 = CaO2 GC

    El contenido arterial de oxgeno depende, a su vez,

    de la concentracin de hemoglobina (Hb) en la sangre, de

    su capacidad de captacin del oxgeno y de la saturacin

    de oxgeno (SaO2).

    CaO2 = Hb 1,34 SaO2

    De lo anterior se deduce que si disminuye uno de los

    componentes (CaO2 o GC) sin haber sido compensado

    por el aumento del otro, disminuye el aporte de oxgeno

    a los tejidos. En el caso de la insuficiencia respiratoria, la

    disminucin del CaO2 como consecuencia de la hipoxe-

    mia puede ser compensado con un incremento del gasto

    cardaco. Sin embargo, en las situaciones de shock que

    cursan con disminucin del gasto cardaco o en las arrit-

    mias graves, el aporte de oxgeno a los tejidos no puede

    ser compensado por un aumento del CaO2. Es decir, en la

    insuficiencia respiratoria la sangre est desaturada, pero

    puede que circule de forma ms rpida, mientras que en

    la insuficiencia circulatoria la sangre puede estar satura-

    da al mximo pero al circular con demasiada lentitud no

    es capaz de transportar suficiente oxgeno. En ambos ca-

    sos, si el aporte de oxgeno a las clulas es inferior a sus

    necesidades, el metabolismo se transforma en anaerbico

    y termina por producir la lesin y necrosis de la clula

    con la subsiguiente activacin de mediadores inflamato-

    rios que perpetan el proceso2.

    En resumen, ante un nio con sospecha de padecer

    una insuficiencia respiratoria, circulatoria o cardiorrespi-

    ratoria es necesario hacer una evaluacin urgente y siste-

    mtica, aplicando la regla de los ABC9:

    A. Permeabilidad de la va area

    a) Mantenimiento de la permeabilidad de la va area.

    B. Evaluacin de la respiracin

    a) Frecuencia respiratoria.

    b) Entrada de aire:

    Expansin del trax.

    Sonidos respiratorios (anormales o aadidos).

    c) Trabajo respiratorio:

    Aleteo nasal.

    Tiraje intercostal.

    Utilizacin de los msculos accesorios. Respiracin paradjica.

    d) Color de la piel:

    Cianosis, palidez.

    e) Oxigenacin cerebral:

    Grado de consciencia.

    C. Evaluacin de la circulacin

    a) Frecuencia cardaca.

    b) Presin arterial.

    c) Pulsos centrales y perifricos (presencia, ausencia

    y amplitud).

    d) Perfusin de la piel.

    Temperatura.

    Relleno capilar.

    Color (palidez, cianosis, moteado).

    e) Perfusin renal (diuresis).

    f) Perfusin cerebral.

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    Carrillo lvarez A, et al. Reconocimiento del nio con riesgo de parada cardiorrespiratoria

    152 An Pediatr (Barc). 2006;65(2):147-53

    Grado de consciencia.

    Tono muscular.

    Tamao de las pupilas.

    Si los signos que presenta el paciente son los que figu-

    ran en la tabla 4, la PCR es inminente.

    ACTITUD ANTE UN NIO GRAVEMENTE ENFERMOSegn los signos encontrados en la evaluacin urgente

    los pacientes pueden ser clasificados en (fig. 1):

    Estables.

    Insuficiencia respiratoria o circulatoria compensada.

    Fracaso respiratorio o circulatorio (insuficiencias

    descompensadas).

    Insuficiencia cardiorrespiratoria.

    PCR.

    Actitud en la insuficiencia respiratoriay/o circulatoria compensadas

    Para no aumentar sus necesidades de oxgeno, se debe

    explorar y tratar al nio con el mximo cuidado para no

    aumentar su estrs, pero sin prdida de tiempo. Es obli-

    gado administrarle oxgeno por el medio que le sea ms

    confortable (gafas o mascarilla), monitorizndole de for-

    ma no invasiva (electrocardiograma, respiracin y satu-

    racin de Hb transcutnea) y consiguiendo un acceso

    venoso por donde obtener muestras sanguneas para ana-

    ltica e infundir los lquidos y/o los frmacos que sean ne-cesarios.

    Si la dificultad respiratoria es secundaria a un proceso

    obstructivo de la va area, debe permitirse al nio que

    adopte la postura que el mismo elija, ya que es la

    que mantiene la mxima permeabilidad, dejando que los

    padres, si la situacin es estable, permanezcan a su lado

    y colaboren en la administracin de oxgeno y/o aeroso-

    les. Si existe hipertermia, ha de ser tratada cuanto antes9.

    TABLA 4. Signos de riesgo de PCR

    Dificultad respiratoria

    1. Taquipnea moderada2. Ruidos algo disminuidos o anormales3. Aumento del trabajo respiratorio4. Color de piel normal o cianosis ligera5. Consciente u obnubilado

    1. Taquicardia moderada2. Ligera alteracin perfusin cutnea3. Relleno capilar normal4. Presin arterial normal5. Consciente u obnubilado

    Shock compensado

    1. Taquipnea > 60 resp./min o bradipnea2. Hipoventilacin3. Taquicardia > 160-180 lat./min o bradicardia4. Pulsos centrales disminuidos o ausentes5. Coma o convulsiones

    Insuficiencia cardiorrespiratoria

    PCR

    1. Taquipnea intensa o bradipnea2. Ruidos disminuidos o anormales3. Excesivo trabajo respiratorio4. Piel plida, ciantica o moteada5. Estuporoso o en coma

    1. Taquicardia intensa o bradicardia2. Mala perfusin cutnea3. Relleno capilar alargado4. Hipotensin (< P 5%)5. Estuporoso o en coma

    Fracaso respiratorio Shock descompensado

    Figura 1. Secuencia clnicaevolutiva del desarrollo de la

    parada cardiorrespiratoria (PCR)en los nios.

    Coma o alteracin de la conciencia

    Alteracin de la conducta

    Convulsiones

    Agotamiento respiratorio

    Taquipnea> 60 resp./min

    Cianosis

    Taquicardia> 180 lat./min en los menores de 5 aosy> 160 en mayores de esa edad

    Bradicardia< 60 lat./min hasta la adolescencia

    Fiebre con petequias

    Traumatismos graves o quemaduras de ms de un 15%de la superficie corporal

    PCR: parada cardiorrespiratoria.

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    Carrillo lvarez A, et al. Reconocimiento del nio con riesgo de parada cardiorrespiratoria

    Actitud en el fracaso respiratorioLa primera actitud a tomar debe ser garantizar la aper-

    tura de la va area (manual, instrumental y/o aspiracin

    de secreciones), ventilar con bolsa autoinflable con re-

    servorio de oxgeno y mascarilla y, si es necesario, in-

    tubar9.

    Actitud en el fracaso circulatorioLo prioritario es, despus de administrar oxgeno, con-

    seguir un acceso venoso para infundir lquidos y, si es ne-

    cesario, frmacos vasoactivos. La nica excepcin a esta

    regla es el shock cardiognico secundario a una arritmia

    grave cuyo tratamiento sea la cardioversin, sobre todo si

    el paciente est inconsciente. En este caso, debe realizar-

    se la cardioversin aunque el paciente an no tuviera ca-

    nalizado un acceso venoso9.

    Actitud en la insuficiencia cardiorrespiratoria

    Lo primero es garantizar que la ventilacin y oxigena-cin sean adecuadas y si, a pesar de ello, la perfusin no

    mejora se tratar la insuficiencia circulatoria con lquidos

    y frmacos vasoactivos9.

    CONCLUSIONES1. La intervencin ms importante en RCP peditrica es

    la prevencin. Si se produce la parada cardaca, el pro-

    nstico empeora de forma significativa.

    2. Una de las claves de la prevencin de la PCR en los

    nios crticamente enfermos radica en la evaluacin rpi-

    da, sistemtica y constante del estado de oxigenacin,

    ventilacin y perfusin, que permita realizar cuanto an-tes el tratamiento ms adecuado.

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