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Clínica y Salud ISSN: 1130-5274 [email protected] Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid España FERNÁNDEZ MÉNDEZ, J. C.; PÉREZ VIDAL, J. A.; FERNÁNDEZ MÉNDEZ, B. Hipnosis clínica en un caso de enfermedad inflamatoria intestinal Clínica y Salud, vol. 11, núm. 1, 2000, pp. 59-79 Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid Madrid, España Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=180618248004 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Clínica y Salud

ISSN: 1130-5274

[email protected]

Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid

España

FERNÁNDEZ MÉNDEZ, J. C.; PÉREZ VIDAL, J. A.; FERNÁNDEZ MÉNDEZ, B.

Hipnosis clínica en un caso de enfermedad inflamatoria intestinal

Clínica y Salud, vol. 11, núm. 1, 2000, pp. 59-79

Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid

Madrid, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=180618248004

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Clínica y Salud, 2000, vol. 11 nº. 1 - Págs. 59-79

ESTUDIO DE CASOS

Hipnosis clínica en un caso de enfermedadinflamatoria intestinal

Clinical hypnosis in a inflammatory boweldisease case

J. C. FERNÁNDEZ MÉNDEZ*, J. A. PÉREZ VIDAL*,

B. FERNÁNDEZ MÉNDEZ*

RESUMEN

Un sujeto de veinte años con una enfermedad inflamatoria intesti -nal fue tratado con hipnosis. Hasta donde sabemos es el primerinforme que documenta el empleo de la hipnosis clínica en unpaciente con enfermedad de Crohn, para reducir el estrés y afrontarlas demandas originadas por la patología digestiva. Además, otroaspecto importante en el presente trabajo, es el registro exhaustivoy consecutivo de la sintomatología gastrointestinal, un punto débilen la gran mayoría de los trabajos precedentes. Al finalizar la inter -vención psicológica disminuyó notablemente el nivel de intensidaddel estrés, el número de deposiciones diarias así como la intensidaddel dolor abdominal. Estos resultados se mantuvieron a lo largo delseguimiento.

ABSTRACT

A patient aged twenty with an inflammatory bowel disease was trea -ted with hypnosis. Up to all we know this is the first report where it isdocumented the use of clinical hypnosis in a patient with Crohn’s disea -se, to reduce stress and cope with the former demands of the digestive

* Psicólogos Clínicos en el Centro de Psicología Cambio

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p a t h o l o g y. Furthermore, other important face in the present study, isthe consecutive and precise registration of the gastrointestinal sympto -matology, a weak point in the great majority of the precedent works. Tothe end of the psychological intervention, the stress intensity leveldecreased notoriously, as the daily depositions accounts and as theabdominal pain intensity. These results have been maintained throughthe follow-up.

PALABRAS CLAVE

Enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedad de Crohn, colitisulcerosa, hipnosis, dolor, estrés.

KEY WORDS

Inflammatory bowel disease, Crohn’s disease, ulcerative colitis, hyp -nosis, pain, stress.

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INTRODUCCIÓN

En los últimos años ha crecidoexponencialmente la investiga-ción psicosocial dentro delcampo de los trastornos gas-trointestinales, lo cual demuestrael interés que despierta el tema.Es el caso de alteracionesdigestivas funcionales como elsíndrome de intestino irritable,incontinencia fecal y dispepsiafuncional; sin embargo, tambiénes cierto que patologías digesti-vas de origen orgánico como laenfermedad inflamatoria intesti-nal (de aquí en adelante EII)precisan mayor atención paravalorar la incidencia de los facto-res psicológicos en la etiología,exacerbación, mantenimiento yremisión de los síntomas y sig-nos físicos.

El término EII se emplea paradescribir dos patologías intestina-les de curso crónico, la colitisulcerosa (CU) y la enfermedad deCrohn (EC). La CU implica lainflamación y ulceración de lamucosa del recto y todo o algúnsegmento del colon; por su parte,la EC supone la inflamación ylesión de alguna parte o la totali-dad del espesor intestinal y, adiferencia de la CU, puede afectara cualquier porción del tractodigestivo, desde la boca hasta elano. Los síntomas y signos más

abdominal, anorexia, pérdida depeso, anemia y cansancio; ade-más, pueden surgir complicacio-nes extradigestivas como las alte-raciones hepatobiliares, las mani-festaciones osteoarticulares, lostrastornos dermatológicos y laslesiones oculares (De Portugal,González y Pascual (1984); Paja-res y Mate, 1993). Quizá la com-plicación más grave sea el cáncerde colon, un riesgo que aumentacon la cronicidad y severidad dela EII (Korelitz, 1987; Farmer,1992). La EII presenta una altaincidencia sobre todo en paísesoccidentales como Norteamérica,Inglaterra y Suecia (Rodríguez,Casado y Pérez, 1995), con unaprevalencia para la EC de 10 a 70casos por 100.000 habitantes ycon una incidencia que oscilaentre 0,5 y 6,3 casos por 100.000habitantes/año (Donaldson,1989); para la CU la prevalenciaes de 30 a 100 casos por 100.000habitantes y la incidencia de 2 a13 nuevos casos cada año por100.000 habitantes (Callo y Sch-neiderman, 1989). Son patologíasque pueden aparecer en cual-quier etapa de la vida, si bien sonmás frecuentes alrededor de los20 a los 30 años. Actualmente sedesconoce la causa que producela enfermedad, por tanto, el trata-miento es paliativo y no curativocon notorios efectos secundarios.Los fármacos antiinflamatorios

J. C. Fernández Méndez, J. A. Pérez Vidal, B. Fernández Méndez

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cina y los corticosteroides; encasos más graves es precisorecurrir a la alimentación artificial(enteral y/o parenteralmente),antibióticos e inmunosupresores;cuando estas medidas fracasanno queda más remedio que acu-dir a la cirugía, que en el caso dela EC no garantiza nunca la desa-parición de la enfermedad, puesun alto porcentaje de pacientessuelen recidivar (Glickman, 1991).Al desconocerse la etiología sebarajan varias hipótesis, la másatractiva es la inmunitaria; sinembargo, el estado actual de lacuestión impide establecer conclaridad si el desequilibrio en lahomeostasis inmunológica escausa o consecuencia de la EII.Por tanto, la postura de mayoraceptación aboga hoy en día poruna causalidad multifactorial quehace énfasis en factores muyvariados: infecciosos, dietéticos,genéticos, autoinmunes y psicoló-gicos. Durante mucho tiempo seatribuyó la etiología de la CU y laEC únicamente a factores psico-lógicos (Sperling,1957), conclu-siones a las que se han llegado através de estudios con notablessesgos metodológicos (Aronowitz,1988; North, Clouse, Spitznagel yAlpers, 1990). Por esta razón,una de las líneas más fructíferasa seguir en la investigación acer-ca de los aspectos psicológicosen la EII es la que permita desen-

sintomatología gastrointestinal, yaque desde hace poco más de unsiglo se reconoce la asociaciónentre trastornos gastrointestina-les y estrés, aunque los meca-nismos fisiológicos subyacentesse conocen rudimentariamente(Thompson, 1985). El estrésparece jugar una baza importanteen la EII en un doble sentido,pues la propia enfermedad duran-te las fases activas supone unafuente de estrés que puede darlugar a trastornos psicológicoscomo la depresión y ansiedad;por otro lado, una mayor frecuen-cia de acontecimientos vitales ymicroeventos, aparte del estrésque produzca la propia enferme-dad, pueden conducir al agrava-miento de la sintomatología física.El concepto e s t r é s presenta ciertaambigüedad, pudiendo referirsetanto a factores externos como afactores internos o a su interac-ción. La “Escala de ReajusteSocial” de Holmes y Rahe (1967)es un claro exponente de la con-cepción del estrés como factoresexternos (separación de la pareja,problemas con la ley, etc.). Porotra parte, la “Escala de Reactiva-ción al Estrés” (González de Rive-ra, 1989) es un buen ejemplo dela concepción del estrés comofactores internos, es decir, de lareacción fisiológica del organismoen situaciones estresantes (palpi-taciones, mareos, etc.). Existe

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una mayor susceptibilidad aenfermar en individuos sometidosa un mayor impacto del estrés; enlo que se refiere a la enfermedadde Crohn, diferentes estudioscoinciden en apuntar que el e s t r é sparece afectar al curso de la misma (Crocket,1952; Whybrow,Kane y Lipton,1968; Ford, Glober y Castelnuovo-Tedesco, 1969;Cohn, Lederman y Shore, 1970;Goldberg, 1970; McKegney, Gor-don y Levine,1970; Garrett, Bran-t l e y, Jones y McKnight, 1991;North, Alpers, Helzer, Spitznagel y Clouse, 1991; Green, Blanchardy Wan, 1994). La mayor parte de tales estudios son retrospecti-vos y basados únicamente en lossucesos vitales mayores; por estarazón, hemos realizado una eva-luación del estrés como una seriede factores externos que acaecendiariamente en la vida del sujeto,medido con el “Daily Stress Inven-tory” (DSI) y que se comenta conmayor detalle en el apartado dei n s t r u m e n t o s .

De este modo, es de granrelevancia valorar la eficacia dela intervención psicológica en lareducción del estrés en sujetoscon enfermedad de Crohn y coli-tis ulcerosa. Existe poca eviden-cia con respecto a la interven-ción psicológica en la EII, peroparece apuntar en direcciónpositiva. Ya en 1978 Whiteheadreconocía que, al igual que en el

entrenamiento en bio-feedbackpodría ser útil. En ese mismoaño Susen (1978) publica losresultados de un estudio decaso de una paciente con CU,quien se valió del entrenamientoautógeno de relajación parareducir la duración y la intensi-dad del dolor abdominal; al cabode doce semanas el dolor desa-pareció completamente y semantuvo la remisión al año deseguimiento. Años más tarde,Joachim (1983) presentó losresultados de 14 pacientes diag-nosticados con EII y que sehabían sometido a un programabasado en ejercicios de respira-ción abdominal profunda ymasajes del área abdominal,encontrándose incrementos enla capacidad de discriminacióndel estrés y la relajación, asícomo en la habilidad para tran-quilizarse y conciliar el sueño;además, hubo un significativoaumento en el control de la per-cepción del dolor abdominal.Patricia Norris (citado por White-head y Schuster, 1985) aportaevidencia positiva sobre la inter-vención psicológica en estasenfermedades; en concreto, pre-senta resultados de dos estudiosdiferentes en los cuales seemplearon procedimientos debiofeedback para el tratamientodel estrés en sujetos diagnosti-cados de CU. En 1986 Milne y

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ma de manejo del estrés, con-sistente en relajación autógena,habilidades de planificación ytécnicas de comunicación, conun grupo de 80 sujetos quepadecían una EII; los sujetosque recibieron tratamiento psico-lógico mostraron decrementossignificativos en sus niveles deestrés y en la actividad de laenfermedad; sin embargo, elgrupo de enfermos que no fuesometido a dicho tratamiento nomostró tales cambios. Un añodespués, Shaw y Ehrlich(1987)desarrollaron un programa deentrenamiento en relajaciónmuscular progresiva en veintesujetos de CU con dolor abdomi-nal padecido desde, al menos,seis meses; encontraron que nohabía diferencias significativasentre el grupo control y el experi-mental en el pretratamiento; alconcluir el tratamiento hallarondiferencias significativas y tam-bién al finalizar el seguimiento,con un menor número de pala-bras para describir el dolor; dis-minución en la intensidad, dura-ción, frecuencia del dolor, ymayor capacidad para aliviarlo;además, disminuyó el empleo defármacos antiinflamatorios. Sch-warz y Blanchard (1991) trataronde valorar la efectividad de unprograma conductual multicom-ponente, consistente en infor-mación sobre la EII, relajación

back electrodérmico y estrate-gias cognitivas de afrontamiento;tras el tratamiento, los sujetosinformaron de la disminución deldolor abdominal. Para el restode los síntomas, sin embargo,se apreció un confuso efectonocivo del tratamiento; quizás,podría estar en función del tipode patología, pues en el grupotratamiento el 70% de los suje-tos padecían una EC, mientrasque en el grupo control el 70%padecían CU. Los pacientes conEC respondían mejor al trata-miento psicológico que los deCU, por tanto, dicho efecto rela-t ivamente nocivo podría serespecífico de la CU. Uno de losmejores estudios realizados ennuestro país sobre el tema (Gar-cía, 1995) valoró, entre otrascosas, la utilidad terapéutica deun programa conductual demanejo de estrés en 45 sujetoscon EC; se concluyó que el tra-tamiento médico más la inter-vención psicológica era más efi-caz que la mera intervenciónmédica. Los beneficios del trata-miento psicológico, además, semantenían al año de seguimien-to.

Presentamos un estudio decaso en el que se valora la efecti-vidad del tratamiento psicológicoen un campo poco explorado, elde la EII, donde cada aportación

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Resaltamos la novedad de laintervención psicológica, pueshasta donde conocemos (fue revi-sada la literatura anglosajona y delengua española sobre el tema) esla primera vez que se presenta uninforme sobre la aplicación de lahipnosis en la EII, que en el casode patologías intestinales funcio-nales, como el síndrome de colonirritable, ha demostrado ser de uti-lidad (Creed y Guthrie, 1989).Además, se ha llevado a cabo unregistro exhaustivo y consecutivode la sintomatología, un puntodébil en la mayoría de los trabajosp r e c e d e n t e s .

Antes de aportar los datos delestudio queremos aclarar algu-nos conceptos acerca de la hip-nosis, una herramienta valiosaque permite facilitar y potenciarla eficacia de los procedimientospsicoterapéuticos. Resulta com-plicado explicar el concepto dehipnosis. Los defensores de lateoría del Estado definen la hip-nosis como un “estado alteradode conciencia” (Hilgard, 1965;Erickson y Rossi, 1966; Spiegely Spiegel, 1978; Haley, 1980;Rossi, 1980; Zeig, 1980; Cher-tock,1981), diferente a la vigilia,al estado “consciente” habitual ytambién diferente al sueño.

Los defensores de la mencio-nada teoría reconocen quepodemos acceder a recursos y

pliando nuestra experiencia ysuperando las limitacionesimpuestas por la conciencia(Zeig, 1980). Del mismo modoque no necesitamos pensarconscientemente en todos losmovimientos que efectuamos alconducir y funcionamos casiautomáticamente, en estado detrance tenemos un mayor acce-so a las sugerencias, ideas ysoluciones que de otro modosería difícil obtener. Sería algoasí como ir conduciendo al tiem-po que podemos pensar en loque ocurrió el día anterior, cómosolucionar un problema difícil,etc. El tiempo en estado de tran-ce se puede alargar o acortarsubjetivamente al igual quecuando asistimos a una confe-rencia muy aburrida y los minu-tos se convierten en horas, ocuando lo estamos pasandomuy bien y el tiempo se esfumavolando. Esta facultad podemosevocarla a voluntad (autohipno-sis) o mediante las sugestionesdel hipnoterapeuta (Cooper yErickson,1982). Quizá la carac-terística más sobresaliente de lahipnosis sea la analgesia, unfenómeno que puede ser evoca-do en estado de trance y quenos permite reducir dramática-mente el dolor percibido, emple-ándose en diversidad de trata-mientos médicos (Barber, 1995).

Aunque el debate sobre la

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cuestión del estado no ha con-cluído si ha variado notablemen-te; por esta razón, en otro extre-mo se encuentran los autoresque sostienen que el estado hip-nótico no es un estado alteradode conciencia, es decir, no esalgo diferente al estado cons-ciente (Barber, 1969). Sostienenque todo fenómeno hipnóticopuede explicarse sin recurrir aun estado especial y rechazan elconcepto de estado hipnóticopor inexacto y engañoso (Spa-nos,1986, 1991; Coe y Sarbin,1991; Kirsch, 1991; Dixon y Lau-rence,1992). Recientemente,Kirsch y Lynn (1995) han soste-nido que las teorías de la hipno-sis no pueden clasificarse sola-mente en dos grupos, la teoríadel estado y la teoría del noestado, y han llegado a proponerun continuo dimensional. Entreambos extremos sobre la cues-tión del estado y entendiendo eltrance en calidad de estado alte-rado, pero sin ser exclusivo de lahipnosis se encuentran Spiegel ySpiegel (1978), Edmonston (1991)y Walters y Havens (1993).

Capafons (1998) compartecon Sarbin (Sarbin y Andersen,1963) el punto de vista sobre elfenómeno hipnótico y nosadvierte que en la vida diariaexisten multitud de fenómenossimilares a los producidos a tra-

gestivos. Curiosamente Ericksondefendió este mismo punto devista sobre la hipnosis, desmitifi-cando cualquier aspecto mágicoo inusual y entendiendo éstacomo un proceso normal y coti-diano al que accedemos todaslas personas de manera natural(Zeig, 1980), aunque se le ubicóen el extremo del continuodonde se concibe la hipnosiscomo un estado alterado.

¿Qué es pues la hipnosis?Podemos comenzar diciendo loque no es la hipnosis. No esdesde luego un evento mágico-supersticioso mediante el cualse obtienen curaciones milagro-sas. La hipnosis per se es unestado (diferente o no a la con-ciencia) y no una terapia. Comodijo atinadamente De Shazer(1994) se parece a la novocaínaen el sentido de que ésta “sirvepara la extracción de una muela,pero la novocaína por si sola nodesprenderá la muela” (De Sha-zer,1994).

La hipnosis no es un fenóme-no espectacular y cinematográfi-co, de “feria” mediante el cuallas personas se comportan demanera inusual o ridícula. Habi-tualmente uno no deja de saberquién es y dónde se encuentraen todo momento durante eltrance (Hawkins,1998). Las per-sonas que se sumergen en el

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rantes, y mucho menos quedana merced del hipnólogo anulán-dose completamente su voluntad(Capafons, 1998). Quizás el las-tre más importante que arrastrael concepto de hipnosis son susmitos y creencias erróneas man-tenidas a lo largo del tiempo(Capafons,1998; Hawkins, 1998).

Los autores del presente estu-dio hemos basado el tratamientoguíados por los presupuestosericksonianos o nauralistas de lahipnosis (Haley, 1980; Rossi,1980; Zeig, 1980; Rosen, 1982;OíHanlon, 1987). Afortunada-mente, en el trabajo de Ericksonsiempre predominan los aspec-tos clínicos del tratamiento.Nuestro objetivo prioritario eraestablecer una intervención útilen un caso de enfermedad deCrohn, teniendo en cuenta queno existen trabajos específicossobre hipnosis en este campo.

MÉTODO

Sujeto

I . P. F. tiene veinte años y fuediagnosticado de enfermedad deCrohn a los catorce, cuyos sínto-mas han estado siempre presen-tes desde entonces e incluso sehan ido agravando progresiva-mente. Cuando acudió a la pri-

digestiva se encontraba en faseactiva con un elevado númerode deposiciones diarias, en bas-tantes casos acompañadas desangre, así como frecuentesdolores abdominales de intensi-dad moderada. Presentabavarios síntomas extradigestivos:nefrolitiasis, artritis periférica yeritemas nodosos en la piel delas extremidades inferiores. Ade-más, era muy patente el adelga-zamiento como consecuencia delsíndrome de malabsorción intesti-nal. En ese momento era tratadocon varios fármacos: un compues-to de 5-ASA (Claversal 500 mg),esteroides (Zamene 15 mg); inmu-nosupresores (Imurel 100 mg);para reducir el dolor utilizaba anal-gésicos como el Nolotil Composi-t u m .

La descripción realizada per-mite hacernos una idea bastanteaproximada del estado generalde I.P. F., que refleja un cuadrode Crohn grave.

Instrumentos

Elaboramos un cuestionarioespecífico para recoger losdatos biográficos, así como laevolución y situación actual desu enfermedad, considerandoelementos de los índices másimportantes de actividad clínica

J. C. Fernández Méndez, J. A. Pérez Vidal, B. Fernández Méndez

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Se emplearon, además, variaspruebas psicológicas: el STA I -Estado (Spielberger, 1982) paravalorar el nivel de ansiedad, elBDI (Beck, 1983) que permiteconocer si un sujeto está o nodeprimido y la severidad de ladepresión y, por último, el EPI(Eysenck y Eysenck,1990) paraevaluar el nivel de neuroticismo.También se registró diariamente(122 días, más concretamente)sus principales síntomas (núme-ro de deposiciones diarias, fre-cuencia e intensidad del dolorabdominal) así como la medica-ción analgésica empleada.

Además, registraba cada día elnivel subjetivo de estrés a travésdel DSI (Brantley y Jones, 1989),un inventario compuesto por 58ítems y que permite reflejar deuna forma bastante cómoda loseventos diarios estresantes o losestresores menores (discusióncon la pareja, una multa de tráfi-co...). El sujeto indica cuál de las58 situaciones estresantes ocu-rrieron a lo largo de las 24 horasanteriores; valorándola en unaescala tipo Likert desde 1 (“ocurriópero no fue estresante”) a 7 (“mecausó pánico”). El “Daily StressInventory” posee una buena vali-dez de constructo y convergente( B r a n t l e y, Dietz, Mcknight, Jones yTu l l e y, 1988b).

escala analógica visual, dondedebía puntuar la frecuencia delos dolores abdominales que leapareciesen a lo largo del día,indicando también la intensidadde los mismos de acuerdo a unaescala que oscila entre “1” (dolorl e v e ) y 4 (dolor grave, incapaci -tante).

Procedimiento

En una primera fase, pretrata -m i e n t o , se aplicaron los tests(EPI, BDI, STAI-Estado) y elcuestionario específico pararecoger datos sobre la historiade la enfermedad, su evolucióny severidad; además, duranteveintiocho días consecutivoscumplimentó diversos autorre-gistros (de síntomas –número dedeposiciones diarias, frecuenciae intensidad del dolor abdomi-nal–, analgésicos utilizados ynivel de estrés). Posteriormente,tras quince días en los que nocubrió ningún registro, se pasó ala fase de tratamiento psicológi-co que se desarrolló a lo largode unas trece semanas en lascuales siguió cubriendo los auto-rregistros (excepto durante losúltimos quince días). El trata-miento requirió nueve sesiones(ver tabla 1), las cinco primerasespaciadas aproximadamentecada semana y las restantes,

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entrevistas finales se contó conla presencia de toda su familia;en la última entrevista se le vuel-ven a pasar el BDI, el EPI y elS TAI. Durante el s e g u i m i e n t o(tercera fase), un par de mesesdespués de finalizar el trata-miento, se volvieron a registrarconsecutivamente los síntomas,medicamentos empleados y elnivel diario de estrés por un perí-odo de un mes. Al terminar elperíodo de seguimiento se volvióa evaluar al cliente con el BDI,EPI y STAI.

Se realizaron nueve sesiones,siete individuales y dos familia-res. En las entrevistas con todala familia se destacó, sobre todo,la manera en que podían contri-buir a los cambios que ya esta-ban ocurriendo y los recursosque todos podían utilizar paramantenerlos “rodando”. Encuanto a las sesiones individua-les, la mayor parte ocurrieron enestado de hipnosis.

Además de nuestros objetivosde investigación, se tuvieron encuenta las demandas de I.P. F. :reducir el estrés diario; la situa-ción de angustia y ansiedad quele producía llegar algún lugar yno tener un W.C cerca, debido asus frecuentes deposiciones; sutemor a perder el contacto social(amigos, especialmente) y acep-tar que a veces podía “meter la

sus dolores abdominales.

Nuestro plan terapéuticopodría resumirse de la siguienteforma:

• Reducción del estrés diariodel sujeto.

• Proveerlo de la convicciónde que tenía un mayor con-trol sobre su esfínter analexterno, del que presuponía(trabajo que se desarrollócasi específicamente enestado de trance)

• Redefinir su agudo sentidodel humor como una cuali-dad suya que tendría comoresultado el ser simpático yser apreciado por amigos yconocidos, sin ser tildadodel “listillo que mete la pata”.

• En cuanto al dolor abdomi-nal, le enseñamos a focali-zar su atención hacia otrosaspectos para poder “olvi-darse” (distracción) en ciertamedida de su percepción deldolor.

• Animarle a sal ir con susamigos.

En estado de trance la atenciónse focaliza y se concentra enor-memente; la facultad crítica dis-minuye notablemente o se pierdepor completo, y las sugestionesdel terapeuta son tomadas demanera literal y sin cuestionarse

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si planteamos al sujeto todas lascuestiones arriba citadas en unestado de “percatamiento cons-ciente” (Zeig, 1980) es probableque las rechazase, pero en unestado especial de comunicaciónentre el terapeuta y el cliente,donde existe una gran conexión,se aceptan las sugestiones enmucho mayor grado. La hipnosisse construye entre las personasimplicadas en el tratamiento ysurgirá siempre que “estén deacuerdo en que el método es h i p -nótico y los fenómenos que elsujeto experimente sean, asimis-mos, hipnóticos” ( C a p a f o n s ,1998, p.75).

Para evaluar el grado desugestionabilidad del pacientese utilizó la Escala de Imagina-ción Creativa (Creative Imagina -tion Scale) de Barber y Wi l s o n(1978), donde de un total de 40puntos el sujeto consiguió 28.Tomamos este dato como unabuena susceptibilidad a la hipno-sis y a partir de aquí se comen-zó el tratamiento.

La técnica de inducciónempleada fue la de “levitaciónde la mano” (Rossi, 1980; Erick-son y Rossi, 1981), sugiriéndoleal sujeto que su mano flotaba sinhacer ningún esfuerzo (movi-mientos ideodinámicos) como siun globo tirase de ella hacia arri-ba y, efectivamente, sentía como

sola”. Se utiliza como forma dedisociar al sujeto. Se trata deuna manera muy potente dedemostrar al sujeto que dentrode sí tiene muchas capacidadespor descubrir, una fuente derecursos todavía sin explorar. Almismo tiempo se trata de unfenómeno que “confirma” alsujeto y al terapeuta la experien-cia del trance. Se obtuvo buenresultado con la técnica deinducción por levitación.

Con el paciente en estado detrance (catalepsia palpebral, res-piración lenta y profunda, hipoto-nía muscular, movimientos ocu-lares rápidos, aumento de latemperatura cutánea y enrojeci-miento de la piel) comenzamosel tratamiento, induciendo prime-ro un estado de profunda relaja-ción. Seguidamente, utilizamos“técnicas del reforzamiento delyo”, hablándole acerca de todoslos logros que había conseguidoa lo largo de su vida; hablamosde su perseverancia, de suagudo sentido del humor, de lotrabajador y buen estudiante queera. Las técnicas de reforza-miento se repitieron a lo largo detodo el tratamiento.

A lo largo de la terapia “sem-bramos ideas” mediante metáfo-ras y anécdotas (Zeig, 1980).Aludimos al deporte que habíapracticado desde niño, hockey

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y laboriosamente todo el proce-so que implica aprender a pati-n a r, los músculos utilizados, sucoordinación y destreza, el equi-librio; hablamos del esfuerzo y lasatisfacción del descanso, y laeducación que había realizadocon su cuerpo, alcanzando grandominio y control. Le recorda-mos que si él se había portadobien con su cuerpo durante tantotiempo, éste sería agradecidocon él. Nos proponíamos demanera indirecta sugerirle quepodía recuperar el control de suesfínter anal externo (el cual noestaba lesionado). Si reconocíadicho control se demostraba a símismo que no tener un bañocerca no sería excusa para pos-poner sus salida con los amigos.Pensábamos que si se encontra-ba más relajado y con mayorconfianza en sí mismo crearíaun ligero distanciamiento entreél y su enfermedad.

También empleamos una “téc-nica de proyección al futuro”(Erickson, 1980; Haley, 1980; DeS h a z e r, 1987) para alentar alsujeto a imaginar un futuro sinlas dificultades que había plante-ado; pudo ilusionarse con nue-vas metas y proyectos. Podíaverse saliendo con sus amigos yestableciendo relaciones conotras personas. Se veía saliendocon sus amigos el fin de sema-

taña, organizando cenas y comi-das. Quizás apareciese algunachica en su vida, con sus mis-mos gustos e inquietudes. Tam-bién imaginaba la posibilidad deretomar el deporte. Esta sesiónno se llevó a cabo bajo trancehipnótico, aunque la técnica deproyección al futuro es altamen-te sugestiva y facilita la focaliza-ción de la concentración y aten-ción.

En la séptima y novena sesiónse trabajó con toda la familia,compuesta por sus padres y suhermana. Investigamos los cam-bios y mejorías que habían nota-do en los últimos tiempos y dequé forma habían contribuidoellos para que los cambiossiguiesen ocurriendo. Se mos-traron sumamente colaborado-res. Por ejemplo, su padre secomprometió a dejarle más elcoche para que pudiese despla-zarse a otros lugares con susamigos; la madre hizo votos deno estar tan encima de él.

En la última sesión, el padreinformó que uno de los hechosmás sobresalientes desde supunto de vista era el ir a cual-quier parte todos juntos, sin quesu hijo mostrase inquietud por elhecho de tener o no un bañocerca. Para la madre resultóimportante el hecho de verlo ircon menos frecuencia al baño

J. C. Fernández Méndez, J. A. Pérez Vidal, B. Fernández Méndez

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que había hecho nuevas amista-des y disfrutaba saliendo consus amigos y ya no se preocu-paba de si había un W.C. cerca.Además manifestó que ahora seencontraba más tranquilo, rela-jado y con menos dolores abdo-minales. En esta sesión se soli-citó al cliente que diese unapuntuación en una escala de 1 a10, donde 1 significaba el peormomento que había tenidoantes de iniciar la terapia, y 10significaba que los problemas sehabían resuelto. Respondió conun “8”, y enfatizó que las cosashabían mejorado notoriamente.Consideraba que había alcanza-do lo objetivos terapéuticos,pues iba con bastante menosfrecuencia al baño, tenía menosdolores abdominales y estabamenos estresado. De esta formase dio por finalizada la terapia, yse fijó una sesión de seguimien-to.

RESULTADOSAunque el registro de datos se

ha llevado a cabo diariamentese han presentado promediadosde forma semanal para facilitarel análisis visual de las gráficas.

En las tablas 2, 3 y 4 puedenapreciarse los resultados de loscuestionarios en las distintasfases; tales resultados concuer-

en algunos síntomas físicoscomo se refleja en las figuras 1,2 y 3. En la gráfica de la figura 1se aprecia claramente la dismi-nución progresiva del número dedeposiciones diarias a lo largode los diferentes momentos delestudio. Los datos recogidos através de autorregistros para laobtención de la línea base inicialponen de manifiesto un númerodiario de 7 u 8 deposiciones,tras el tratamiento su número sereduce a 4 ó 5.

La inspección visual de la figu-ra 2 muestra la importante caídade la intensidad del dolor duran-te la intervención psicológica;además, en el seguimiento, esteresultado no sólo se mantienesino que aún disminuye más.Estos datos tienen correspon-dencia con el empleo de analgé-sicos en las diferentes fases, un64% de los días durante el pre-tratamiento versus un 19% des-pués del tratamiento.

En la gráfica de la figura 3también puede apreciarse unnotable decremento de la inten-sidad percibida del estrés diariodurante la intervención, resulta-dos que se mantienen a lo largodel seguimiento.

Por último, una buena señalde la mejoría general del pacien-te es que al final del tratamientopesase dos kilogramos más.

Hipnosis clínica en un caso de enfermedad inflamatoria intestinal

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J. C. Fernández Méndez, J. A. Pérez Vidal, B. Fernández Méndez

TABLA 1Técnicas empleadas y metas conseguidas a lo largo del Tratamiento

Tratamiento (técnicas)

Recogida de datosEntrevista inicial

Pruebas de sugestionabilidad y1.ª inducción hipnótica

Hipnosis clínica. Técnicas dereforzamiento del yo y sembra-do de ideas

Técnica de proyección al futuro

Hipnosis clínica. Técnica dereforzamiento del yo y sembra-do de ideas

Hipnosis Clínica. Técnica delreforzamiento del yo

Entrevista familiar

Hipnosis Clínica. Técnica dereforzamiento del yo

Entrevista familiar

Metas

Establecimiento de objetivos

Acuerdo de un tratamiento «hipnóti-co». Comprobación del grado desugestionabilidad. Aumentar la con-fianza en sus propios recursos.

Aumentar su autoestima y confianza.Comenzar a pensar en un mayorcontrol de sus músculos y más con-cretamente, de los músculos querodean el esfínter anal externo.

Esperanza e ilusión. Ver los objetivoscomo cercanos y accesibles. Incre-mentar la adherencia terapéutica y lacolaboración.

AnalgesiaRelajaciónAtención dirigida hacia cosas agrada-bles en contraposición a la atencióndirigida al dolor abdominalReforzar la ilusión de los pequeñosavances

AnalgesiaRelajaciónAumentar la confianzaSeguir ampliando los avances

Organizar aspectos que la familiapuede realizar para ayudar a mante-ner los cambios. Corroborar los cam-bios que estaban ocurriendo desde elpunto de vista de la familia.

Tranquil idad y seguridad en unomismo. Reforzar avances

Contrastación de los avances con lafamilia. Contribución a las mejorías ya su mantenimiento.

1

2

3

4

5

6

7

8

9

Nº de Sesión

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DISCUSIÓNEn el caso de alteraciones diges-

tivas funcionales como el síndromede intestino irritable existe eviden-cia suficiente acerca de la eficaciadel tratamiento psicológico para lamejoría de los síntomas (Svedlundy cols., 1983; Whitehead y Schus-t e r, 1985; Creed y Guthrie, 1989).Aunque en la EII existe menos evi-dencia, los resultados obtenidos ennuestro caso indican con claridadla eficacia de la hipnosis en losdiversos síntomas de la EII. Dondese ha podido apreciar una mejoríamás notable es en el caso del dolorabdominal, concordando así conestudios anteriores (Susen,1978;Joachim, 1983; Shaw y Ehrlich,1987; Schwarz y Blanchard, 1991).

Parece existir evidencia acercade que niveles elevados de estréspodrían conducir a la exacerba-ción de los síntomas físicos(Garret y cols., 1991;North y cols.,1991; Greene y cols., 1994).Nuestros resultados reflejan quela intervención psicológica podríaincidir sobre la intensidad delestrés diario y la severidad de lossíntomas físicos. Por tanto, consi-deramos, como anteriormentehan sugerido Garret y su equipo,que es de la “incumbencia de losprofesionales de la salud mentaldesarrollar intervenciones quepermitan a los pacientes utilizar

Hipnosis clínica en un caso de enfermedad inflamatoria intestinal

TABLA 3Resultados, en centiles, en el

cuestionario de personalidad en lasdiferentes fases.

TABLA 2Resultados, en puntuacionesdirectas, del cuestionario de

depresión en las diferentes fases.

FASES BDI

PRETRATAMIENTO 47

TRATAMIENTO 13

SEGUIMIENTO 15

FASES EPI( N e u r o t i c i s m o )

PRETRATAMIENTO 90

TRATAMIENTO 75

SEGUIMIENTO 75

TABLA 4Resultados, en centiles, del

cuestionario de ansiedad en lasdiferentes fases.

FASES STAI( E s t a d o )

PRETRATAMIENTO 80

TRATAMIENTO 55

SEGUIMIENTO 40

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J. C. Fernández Méndez, J. A. Pérez Vidal, B. Fernández Méndez

FIGURA 1Evolución del número de deposiciones, en puntuaciones medias semanales, a lo

largo de las diferentes fases

FIGURA 2Evolución de la intensidad del dolor abdominal, promediado semanalmente, a lo

largo de las diferentes fases

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tratar con el estrés y las deman-das de esta enfermedad” (1991,pág.95). Abogamos, por tanto,por un abordaje multidisciplinardonde la hipnosis clínica puedeser una herramienta valiosa parareducir el estrés y afrontar mejorlas demandas originadas por la

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las diferentes fases

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