REFLEXIONES A PROPOSITO DEL DESCUBRIMIENTO DE … · sus brazos de amor universal, Colón, el...

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REFLEXIONES A PROPOSITO DEL DESCUBRIMIENTO DE AMERICA Guillenno López Rojas* Cualquier latinoamericano que se siente frente a una máquina de escribir a pensar sobre la España hace quinientos años, se consti- tuye por ese solo hecho, voluntaria o involuntariamente. en un iuzgador. es deCir. en un ¡uez. l. CON SENTIDO CRITICO Y OBSERVADOR Un latinoamericano aparentemf.'nte distraído de los movimientos del mundo politico especí ficamente, ha áprendido con el devenir de cinco siglos, much ísi· mo más <l e lo que mu chos imaginaron. El se sabe con una conciencia transpa- rente, dueño y pro tag.onista de un mun- do nuevo: árbitro de diversas decisiones socio-polfticas y culturales; o])servador agudo y aquilatado de los logros y yerros de los grandes estados. Y sabe además - como ha acontecido en ese largo tra- yeclo histórico- que lo han considerado siempre, en perjuicio de cualquier erro aspecto, como reserva económica, como ftlórt. Las y las manífes\acio· nesen las que se involucran - refulgentes- las relaciones espirituales y culturales que deben unir a todos los pueblos de la tierra, no han sido, en m(Jltiples ocasio- nes, sino el efecto c;!e los mecanizados manejos diplomáticos. Siempre ha sido y sera observado, como a la diagonal, de soslayo. en los yermos parajes de una foránea y ancestral que ya se an toja chata y miope. No sólo la lterencia y la mali-cia indígenas han hecho parte de la formación mental de nuestros pueblos. También lo han sido la ciencia y la cultura no frabricadas pero sf recibidas, aprovechadas y transforma- das. Y la poesía que es la voz creadora, profunda y reflexiva de los Profesor de Etlca y Filosofía del Derecllo, Universidad Militar "Nueva Granada". 324 ln vestigaci6n y Oc;.>rroUo Soelal, Santafé de Bogo ti, Col. V o. 3 No . 3 SEPTIEMBRE·DICIEMBRE 1992

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REFLEXIONES A PROPOSITO

DEL DESCUBRIMIENTO DE AMERICA

Guillenno López Rojas*

Cualquier latinoamericano que se siente frente a una máquina de escribir a pensar sobre la España hace quinientos años, se consti­tuye por ese solo hecho, voluntaria o involuntariamente. en un iuzgador. es deCir. en un ¡uez.

l. CON SENTIDO CRITICO Y OBSERVADOR

Un latinoamericano qu~. aparentemf.'nte distraído de los movimientos del mundo politico específicamente, ha áprendido con el devenir de cinco siglos, much ísi· mo más <le lo que muchos imaginaron. El se sabe con una conciencia transpa­rente, dueño y protag.onista de un mun­do nuevo: árbitro de diversas decisiones socio-polfticas y culturales; o])servador agudo y aquilatado de los logros y yerros de los grandes estados. Y sabe además - como ha acontecido en ese largo tra­yeclo histórico- que lo han considerado siempre , en perjuicio de cualquier erro aspecto, como reserva económica, como

ftlórt. Las ex?tesione~'> y las manífes\acio· nesen las que se involucran - refulgentes­las relaciones espirituales y culturales que deben unir a todos los pueblos de la tierra, no han sido, en m(Jltiples ocasio­nes, sino el efecto c;!e los mecanizados manejos diplomáticos. Siempre ha sido y sera observado, como a la diagonal, de soslayo. en los yermos parajes de una ~is\ón histó~ica, foránea y ancestral que ya se an toja chata y miope. No sólo la lterencia y la mali-cia indígenas han hecho parte de la formación mental de nuestros pueblos. También lo han sido la ciencia y la cultura no frabricadas pero sf recibidas, aprovechadas y transforma­das. Y la poesía que es la voz creadora, profunda y reflexiva de los pu~blos.

• Profesor de Etlca y Filosofía del Derecllo, Universidad Militar "Nueva Granada".

324 lnvestigaci6n y Oc;.>rroUo Soelal, Santafé de Bogo ti, Col. V o. 3 No. 3 SEPTIEMBRE·DICIEMBRE 1992

Es que no mucha agua ha corrido bajo los puentes. durante la milad de un milenio es que muchos mares han sido visitados y conocidos y muchos arcanos han sido revelados. Ya los misterios y las mutaciones no nos asombran como an taño. Bajo e l ftr(gor de nuevas luces entendemos los fenómenos nuevos, y quien lo creyera, a pesar de los lastres propios y de las duras contradicciones ex ternas, nos estarnos acercando al porvenir.

2. ¿QUIEN FUE COLON?

¿Quién fue realme nte Cristóbal Colón, el lege ndario personaje de la histórica gesta? Un man to de dudas se cierne sobre S\r vida desde su nacimiento . ¿Cttál fue su cuna verdadera? Algún modo de pensar ingenuo o ma l informado Jo ha llamado pomposamente.. el AJmir:mte Genovés. ¿Genovés? ¡,De cuál Génova? ¿La itaUana o las dos españolas? Parece q ue no ex iste ni una carta escrita ~n italiano por el osado navegante. El Alrni· ran te de la Mar Océano, tiene también facetas de un estridente claroscuro: nadie duda de su in trepidez. Navcg~r. por primera vez, por el "Mare !enebro· sum", conducido ünicamente por tilla men te alucmada, un optimismo disloca­do y una amb ic ión inmensa. es in trepi· dez, loca intrepidez . Para e l ta maño de la empresa, de Jos mares, de Jos enl~mas y de las b ri?.nas de e :;pcranza y sus tripula­ciones -espirituahllente- mucho menos (¡Ue esas m inliscu)!ls part fcu!as notantes.

Llegó a la convicció n de q ue su navega­ción abrirla una nuev¡¡ ruta ma rítima que uniría a Europa con Catay (Indias Orientales). Y se a t raviesa América. ¿Descubrió, realmente, Colón a Amérk" o América descubrió las coronas de la realeza española? l:>espués del Ccmvcaio de (¡¡pitulación de Granada, con e l cual desapareció la dominación mu:mlmana en Espru1a, gravfsimos problemas sociales comenzaron a inundar la Península.

Entonces los vírgenes brazos de América se abrieron - incond icio nales- para a lbergar dentro de sus d ilatados, puros, fértiles y beli ísimos horizontes a la resaca humana de una nación he rida durante casi ocho s iglos (71 1·1491). Normas jamás fueron dadas a los aventu· reros espaüoles, compuestos de jóvenes sin ningún futuro, de carcelarios y de band idos. La juven tud nobil iaria tenía señalado su derro tero: perteneCt.>r a la Corte como Milicias Reales o en un ca$0 <.le tono menor, hacer parte de los ejércitos de Flandes o de Italia como soldados pagos (mercenarios). Consti· tuían una gigantesca minoría . La mayo­ría era n asaltantes diseminados por toda la Península, ejerciendo la única profesión que habían aprendido bien. a todo Jo largo de los interminable$ siglo$ tic hegemonía á rabe: matar'

¿Quién era realmente capa7 de cnrutar esa multitud de ambiciones desatadas bajo el vago infinito - orden y quitncra­de "descu brir" para sus majestades, las misteriosas vastedades ocultas allende e l mar procelo:;o, engastad~s. en un promi­sorio horizonte de oro puro? ''Conquis· lar". a pesar de sus C~tólic.as M~icsrades. tuvo para k>$ atrevidos ~v~nturerm hispanos la significación, trad ucida apenas unos meses y unos a110s má$ tanic. en toda una barbarie desatada contra un continente desprevenido e Inerme. Como una presa indefensa. América fue lleslro· Lada Jitcrahnentc por las dentelladas irracionales. l'uriosa.5 y )),~sriaJc.s de unos seres desenfrenados. cuya (lnic¡• justifica· ción no pudo ser otra sino la de stt igno­rancia universal y absoluta acerca de Jos hombres y las cosas. i L<1 Culta Europa hacía su primer contacto histórico con e l salvajismo americano~

Las fJ<NJ11&~1<1.S lrordJs es¡1,11íola.s - irtmcn· sas- para todo Jo criminal y reprobable 4ue realizaron, jamás tuvieron un control. Sus men tes confundidas, desconcenadas y desenca nt<~tias por las rotas ilusione~ de

Investigación y Uesarroll(! Soda.l. Santafé de B-ogotá, CoL Vo. 3 No. 3 SEPTIEMBRE·OICI [ ·\'l8f{[ 1992 325

enriquecimiento fácil y enorme y por las dificultades cada vez más crecientes, no alcalzaron a comprender la magnitud de su acción aventurera y descubridora: ese Nuevo Mundo Americano, no era única­mente una vas tlsima extensión de ricrras y dos y mares ignotos, poblada por ma­nadas de ind ios antropoides (forma de hombres), con una fauna y un¡¡ flora ra111bi6n desconocidas. Era la presencia de cuhuras ancesrrales y milenarias (tan aiHiguas o más antiguas que la misma Europa) que escondían, arrancando dd fondo de la prc-historis y dentro del lento y dilatado proceso de su desenvol­vinlicnto. una ingente riqueza antropoló­gica, nn lstica. polftica, social y religiosa. Todo este tesoro manif.:srado a la luz quedaba postergado por la ignorancia y tns nu ,tsanus umbiciones.

Tatnpoco pudo Hemán Coné~. uno$ allos más tarde ( 1519}. cmender la signi­ficación de su hallazgo o conquista(?) al invadir y asolar las culturas azteca y maya. '\o pudo zafarse de la maldición del rey Midas - de transformarlo todo en oro- ni del equivocado y letal pensa­miento de alcunzar la inrnorralidad para sus reyes y pura si mismo, con el llnico expctliente hispá nico conocido y practi­cado, en co;e entonces: invadir, descono­cer y demuir. Quizá Malinche, la bc ll fsi­ma india de Cortés. alcance a insinuar un sentimiento de humanidad y de amor en es1:1s relaciones hispano-americanas.

¡,Qllé motivos poderosos irnpu l>:•ron a Colón o volver a América en OCMiones s"cesivas? Dejando de lado con certeza los compromisos ele orden moral o polí­tico qu~ pa<an en su áni mo a un segundo plano, 1'1 ¡\!miran te desnudó pronto. sus intenciones: una vez olvidada la emoción cst.!IICa qu~ le causa la contemplación de los paisajes. con e>-pontancidad escribe en el d iario de su primer viaJ~ lo q lle será ~11\a determinante {]C ~IS fll lllro;,

viajes. Decla ra al respecto Salvador de Madariu¡;a: ''Dos d ías después de que la

cruz abriese sobre el cont inente virgen sus brazos de amor universal, Colón, el mensajero, el Elegido del Señor, inicia la nueva esclavitud que los cristianos intro­dujeron en América".

3. LA ESCLAVITUD

Tal vez Colón no la intuyó ran clara y directamente. Pero su desmedida codicia configura la percepción de Madariaga: la esclavitud que viene a constitufi'Sc! en el camino final del desconocimiento de Jos derechos fundamentales y la codicia ob>esiva qu~ culmina en el despojo. Todo lo que signifique lucro cae bajo su mirada de halcón inquisidor. La mente de Colón ya no vibra sino al ritmo de sus desorbitadas visiones de riquela, de áurea riqueza. A propósito las palabras de Getmán CastTO Caiccdo: "él Almitan­tc se dedicó a recorrer islas e islas, a buscar y a tomar oro a como diese lugar y a mandar a las bodegas de sus barcos pesrilenre5 a cuantos indios cupieran, con el fm de venderlos más tarde en Sevi­lla". Antonello Gerbi piensa así, leyendo el diario de Cnlón, en su primer viujc: "Finalmente, CliUJldO, después de sa li r de Cuba sin encontrar minas de oro, el Alrniranre descubre en Haití las fuentes de aquel metal, el cambio es completo. Hait f es la F.spailola. Es España. Es de España y para él. en todo y por todo se parece a Espaila. Y ya no se acuerda de resaltar la novedad de las plantas y de los animales: la más hermosa novedad son las pepitas y las are nas con oro". 1\ esta clara visión de Colón con respecto a Arnerica (reserva de infinitas e incalcula­ble> proyecciones). hay que a r) adir el propio conccpro de la soldadesca espaflo­la, inhumana y despiadada. Todos los sentimientos dt bondad y de compren­sión fueron olvidados basta Uegar a Jos más increlblcs extremos de crueldad y sevkia. Basta COl\ hoj\\af. u~s~revenida­mente, los cron istas de Indias, pa111 toparse con atrocídadcs lniluaginablcs

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que Jos cristianos "co!onizadore~" de Iberia, cometfan contra los indfgenas americanos. Cua.lquíer cita que se haga de uno de ellos, puede considerarse <:o1no Ul1a sinopsis, de la actitud común ejercida por Jo; <españok.s, a todo lo largo ';1 <lncho de !os viajes de! Almirante Cristóbal Colón.

4. LA CRUELDAD

"Prendieron a tres caciques y el capitán general !os mandó quemilr vivos. Para qucrnar!os hicie.ron 6ertos !e<:hos sobre cuarro horque tas y ks pusieron unas varas a tnanera de parrilla y sobre ellas los caciques muy bien atados. Debajo hicieron fuego y comenzándose a qu~­mar. daoan gritos eXtraños, que de oírlos /as bestias no lo hubi~ran ro!erado. m capitán genera! .:staba l'll un apo~ento apartado de allí alguna distancia, donde tambien escuchaba SU$ do!omsos gemi­d os y gritos !unte ncab!es y como le t\aba pena oírlos, o porque no lo dcj;tban reposar t> por lástima y piedad. mandó tlccir que !os ahogaran. Pero el alg\laci! que ejecut<~va la s·~ntcncía y era el verdu­go de aquel acto, les hito mclcr palo.~ e.n las b<:>cas para que no sonaran y e1 capi­tán no oyera lo< alaridos y gemidos que d~bao. Tc,do ~sto yo lo vi con mis ojO$ co rporales mortales". (El padr;; de las Casas, cilado por G. Castro C. en "B! Humkan"). Y c<:>tHinua e! padre de las Casas: ·• ... dios a<OoSll.nnhraban a hacct un~ horc.a baja, de manera que las puntas de los pies del indio llegaran ;¡l Stle)o para que no muriera, y una vez !istns. tol!!a· van allí a trece seres juntos en hono;· y reverencia de Cristo Nuestro Redcnlor y

. de sus doce apóito!es: y <ISí, colgados<!<;! cuello y vivos, probaban en los indi<>s S\t

bra:t.os y sus esl?adas. J.os abrían de un revés por lo; p;,chos, les sacaban las ~nttaíias y orros lracían de otr~ manera ~stas hazBJ1a.~. De-spués úe llesgarnJdos as!. aún vívos, liaban <ti indio con paja seca y le ponúltl fuego' '.

Por si a:;¡;¡ mara alguna duda resp~cto a tos sentimientos del español para oon los in­dios., 11n testimonio más de! !'adr~ Fray B Barto!onté de !as Casas: "Una mañana, dos de a caballo, personas s~il aladas como gra graneles jinetes llamados A!debel:>ro y Pon• tevedra, ••ieron a un indio y le dijo el uno al otro - cléjame ir a matarlo - . Arr<:met~ con el caballo y lo alcan?.i!. EJ indio, tan pNnto vlo que lo alcanzaba,se vu~l:<te ha­cia é!(nos~. sí le tiró un flechazo}. El Val­deb~bro lo cn<:uemra con la lllnta y !o pa~a <le lado a lado. El indio tonta eon las manos la lanza y él se la mete más. fJ indio $e l"d agarrando y se va por ella hasta tomar las tiendas en la mano. El del cabaHo saca la ~spada y se la mete por ~~ cuer¡:>o. El indio le quita la espada de l3s 1113nos, t~níendo!a sepultada entre su c.ue.rpo. El español saca el puílal y se lo mete entre el cue.rpo. él inttio se lo quila de las manos. Va quedó e! d~! caba­llo desannado. Ve e~o el oJro desde donde estaba; baJe. las piernas a! caballo, encuentra al indio y lo dava con la l<lnza y hace !u ego lo mismo con la ~spada y con el pulla! y el indio hace lo mismo que la primera ve4. He!os aqui "mbos desarma­dos y el indio con st~s armas entre el cuerpo. lbsm que se aptó el trlt<) y le sacó el puñal .. {'Oo utla rnlll!da que le. tlio, y luego ~ay& muerto el indio en e l ~ucto". Asombwso. No a tí na uno a saocr qué es lo qu~ causa el asombro, si la vesan ia y la cob<m!.la mancomunadas .. o la in ere í· b!e resJstenda y d valur d<d indio tan alevosamente aSQsinado. Son Jos momen· tos de la historia tan doloro>o~ como difíciles de cnto:;nd~r. La conversación se hace videnra y lo que se s.i~nte es l'epu­dio p<~ra el interlocutor. Snc1 !as hor~s .~ombr!as del espiritll humano: por ra.zo­nes cnrtuck!as y desconod(\¡¡s el hontbre se okida de lo razonable y ~e precipita e.n las fauces de la !ocuro.

5. UN JUICJO EQUO'ATIVO

Sí estamos !¡ablando explídtam~nt'e de

irijustJcia, no seria aconsejable, que se incurriera en el error que se 'litupera y se rechaza. Todo tipo d~ iniusticiJI es repu· tlíable. Por esta razón y ser~nanclo el espíritu p<Lra que ves la fu:z de la verdad, no se le puede cnrostr~r a Esp<11'ia to!al lo ~t> e es responsabilidad exclusiva de una de sus partes. No se puede wno~er, a fondo, una pers-)nalill~d por una sola de sus actust:ione$, 11i se puede calific~r la calidad literaria de un escritor por uno solo de sllS libros, o CJl el peor de los casos, por un solo capítulo de \.\no de ellos. España tod;l, no es la E spar1a de 1492, como la lgksia católica, y valga el símil. no es la Iglesia de Alejandro V l.

Es comparable kt España de los atrope­llos, de! desconocimiento de un mundo nvevo en &U ser profundo, de las atroci­óades cometidas co!\t.ra la población aoorígen (¿liMen los indios afma?), con la E>paña de la grandeza del Cid Qun pea· dor -cumbre excelsa de neroismo y de lealtad-- !a E$paña M Teresa de Je~ús, !~ sublime n1onja iktminada ele Avila. la España t.le los Garcil~sos, de Calderón, de Lope, de los Luiscs, de Quevedo, de La Celestina, de Hínconet~ y Cortadillo, del lkr.mciado Vidriera, del Lazarillo de T ormes que de ver.. en vez, alig~ran los pes~res cuotidianos; fa España del Quiio· re que (1! Uc.vi>r a n•slras su tristczg., al senrir en la carne de su propio esp!ri tu. !as injusticias y los dolores llumano~ los quisiera desfacer 3 todos, por amor a su hermano el homb¡·e cansacto de sufrir;~~ España de Gabrií::l y Galán, de Camten, de Manuel de F~!la, !a Espa'ña de la ' ' lncógnira del homhr~", del exctntrico e ini(\ua!ab!e Palí que al estirar, Utl poco más, la punta de sus bigotí's, alcanza a tocar la de la lanza de Alonso Quijano El Bueno, llennanado5 en locuras parale­las; 'la Espalia del tnundo mara"l'illoso ele AJ,orín que condensa rodo e! misterio de la literatura en l~ sencillez que nace de la mi>rna magia de la COtrlp\ejidad, en ta pro(\.mdi<l~d de sus conocimientos de!

alm~ de las cosas, del hombre y del !<lio­ma; Ja de Picasso que en UJJ trazo cubista ~inletiza formas y sentimientos, la Espa­ña de l'éttz G11ldós, de Platero. de Don Marcelino Menendez y Pelayo_ tle Menéndez Pidal. la de Don Pío Baroja, envuelto en la niebla gris de su región: !a Espai\a de Don Miguel de \.Jnamuno que destroza. denrro de su apasionada dialéctica. !a cotltTadicclón con !a contra­dicción rnísma; la de José Ortega y G~ssct, con su credo profundo de "lJWl

yo soy yo y mi circUMtitncia"; la España de la> giga o te seas e ¡ncompanlbles ca te· dra!.;s, regadas por doquier, en cuy~ arquitectura formidal>l~ se queda el alma enredada para siempre; ta España de la tarde domhlgU<}ra_ ataviada de sol que se ti.i\e de sangre. cuando el roro dobla dando mugidos de dolor e i<npotencia, sobre la arena {!isplícente de !os circos, después de que el arústa, Jle\•ando su alma en vilo. ha ¡oreado, eo el rnovirnícn­to y el juego de !a muerte, la be)l~;¡:a; la España de lO$ ensue6os, de !a pocsí~, de b.s coronas de laurel, de G~tcfa !.Qrca y la pléyade de sus amigos; la España en fin .. , &< que son muchos los seres y los l10mbre.s itwoluntariameme olvidados, en este rí>pldo y fatigado recuento, por de¡nás arbitrario, un poco, y desor<l<:· nado.

Era necesario recordar_ asi sea lncvernen· le. E-stt España gran(le y Ol'i,'\J!Iosa )lena de b!aso11es por 51> nobleza y abolengos y por wdos los dones úe su sangre y su espíritu. Son reales. Son históricos. Si Colón y su gent~, se equivocaron, en un mal momento, son sólo una vtY¿ inmem en e! ayer. Hoy somos otea reali<lad y debemos sab<~do. La historia es la mM&­tra: recupera p!lra enset'\nr 'f con1pren· tle r no para odi~r.

Y qué se puede concluir después de este fenónteno del "Descubrímiento'' Ul<\

manido actu:alme(l(e y cuando se procl~­ma la comunión de dos murtdos:?

El mito del nacimiento ue 1\Jlt~rica a manos españolas ya queuó arrd~ horra no S<! putd<' dudar -en realidad son mu­chas la• rJwnes- de que aote~ de Coló•\ Am~ri.:a fue •·isirada por navci\Bnt~s d~ otrds latirucfe>. Ofici~hncnt.:. :;e ha accp­rado sin ~mbargo, como fecha of1cial del Descubrimiento . la <.Id 1 ~ •h' Dctul'>re de 1492, c.: u~!\UO Colón. en nornb r~ J~ .\u~ r~:{C>. tmn;~ ¡)osesión del ntuudo :tllleri· ~al\o.

6. ¿QUE :-\OS LEGO ESPAÑA?

Y d "J)rscubrimienlo .. ~~~ 11 con>i<icrado ¿que nos lc¡!ó? El hibndismo rad~l. e., decir t'l nteSlJt.ajr. alabado ¡mr llllOS y lifi¡)C ilriiado par otros: In> pnm~ros. l1:tbl:ul dd fot·(;t!edmwll\0 -y <•ml>dleci · lllklllo <le la ra7.a. y lo3 St'f! llildo.,,dt' que l.\ viol~ndll t¡ue hay t~nemo> 110 e< sino 1111 lran~¡)\~nt-¡, de )J rnalri7 t'>J.)mlola. y qut- s.:r 1.1mo; pacíficos ,, m~no' 'iolen-10~. si l.¡ sangre american;l :.l>orf¡!en 110 .e hubi~r~ mudado con la llhpanica.

l:n cuan!<> J ,,,s otras h,;-r~ndas. el i<lio n1a y la rdigión ca¡ólica ;,qué ,... plte,!e ¡,~i­

nua•'! 1 1'!111 lll lllritud la< ¡l<.>f>ihililla•les ele cn~¡¡.;il)n y de beHn·d t'c31<>rh~ en el ¡¡(In\\ d~l C d~IC \!~1110 l d ÍÓ i(1rna <l 1' (' ~sti-11.1. ('{ ('(lscillano), <"n l>Uéll:l hora. ;,• cu•~>tilu)O ,•n d maradlloso Hhiculo <.le nu\.~,tr(1!> \,.~on¡,;epro:,. t~moc10n"•:. } :\Cnu­lnl'-'nto'\. ''-' obstamt:. st~ sú:nre unJ eran 11o~t~l~1._ ttl n·r <IUe como or~•Jni!iimo ddt"tlh' tJlh.' t'~. t:S<.t kngu~, plt!tta tk J'iqucnh y tJ,: ¡umonia h~l ~~:;\mbbU\'\ ran ru ttU~ Ytl nildtt! ret:<Jt\o..:\! hU \ mag~n y <k qué l'tl virtu~l d~ inllu<llci~' llln:srm­r~>. ínt~rior-ts y ~xh:ríon•:.. >\!> prfstlna; pltr~7.\l y h~rme»ura. s~ consideran ar~JIS\ll~. . l)d nrrv l~~aJo l~n~mo> una ll\ll•'C y po<l.:tO>J prol~cfora .:oro na· o~ ,h.: cstrdl.:h. '-·uyos pi~' twtu.:omcnre se ihlnlllla!l por d r~splandor tk su ('>.:al>d lun~r ) <¡Ut• :Jl ;,•r MJdrc J~ Dio,, es JHJ~:,rr:t (>llHlÍP<HL'nt.:ia suphc¿Jnre. Con ~u

intervendótl <.l~Jlcíflc~ 1odos Jo~ sil'l~~bo­n:• y aspcrtta~ ~~~ t>ta 'l'ida que e~ un "valle d~ l:l)!.rimn'", con leves rnontell!OS de una al~gria c1·anesceme. Si no hubiera sido por 1~ cn11 redenrora de Je~ús. plan­ta<la en la arrna de las playas americ~nas, seríamos hu¿rfanos y posiblemente rn,tcs pro testan rcs s~¡.:u 1 dor~s de Lutero. Zulin· glio o C'alvinn. Pero, ¡,han nwr~:ck\o ¡odas los S!IC('rtlo te;; católicos 1k ~sla> nerras, los esti¡¡ma~d~ Cristo que~~ hinc· ron la~ Cilln.:l> <.!el seráfi,;o Siln Francí;co de Así$'? Mucho' .e han olvidado <le 'll al! ísima digni<latl } las doradas arcl13' mo-;ednas y envolventes los han ami>ITa· do .:n ;u vor~gínc.

PosiblerneJltC, en con trapces.t.ación, una e u ltura n nglooajo n ~ <¡ue nos IH> ltier~ some tid o. u<)')¡ habrCtt or~anin1lo un~ sociedad 'Ul\l~t·klr. <;ncbt. \Oct>oóm•c;, y politi~amcnt..: hablando. El trahdJQ >C ltubkra ~n~1do t•' un ~írnbolo dic¡cn!t' de 1\onor y progreSQ. Otlini. IJ l'<'or CQ~tlnda tk l:t h~rcnci;1 española. ~>que por ~u causa, hemos odiado la ~sda1 irud con l'l equivoco d~ <rue la hemos jd,·nu­ficado co 11 1'1 Ira bajo y -oh maldición hemos llc¡¡nclo <1 odiar rarnh it'rt e l t r:~b;tj(l. Cuando ttn norrcam.-ricano e<ltf<.mi7.ó la ¡mr.riR "'' 'l' hillnrii\ y rons~ir•\ \'1 lr~b~­_io cc•mo el mcjM don dd hombr~. y la mejor herrarnicttta de pm5p~rid~d. li(IW·

Iros no' ~p>lrt-..m<h tlt él por mdJ!!II•'· \,i inictáhamo>. M¡;ullo>amenh\ la no• e la <su\ (in'~l llc nucslfa pr<.>pia inc-ap~cJdad. n·~,_'e;idnd. inferiMidad y 1umisión. Pero hablando de lc~adoo y hl'rcncias. /la)' algíl que nad ie nos pu~dc ~ rrcbatrtr: b<l.i<> }~ égidtt dt• h1 diC.ts:t csperanta y con L.h rC't..'ias aJas de l prL'sfn tt•,. a pcS4r de \\\\~'> .. tras cnfamedadt•s y litttit~donc'>. -d futu­ro flal>rJ \le >Cr. C•)!\\0 llt'<l ~1\lahk) )U!>lU

n:den.:tt'm. una f\!nil ti~rra d·· rc:ali7ilcio­ncs..

ti maestro Ramón Vó.'iQJit?J, en cornpcu1fa eJe w esposg y de poliiJcos, d tétmlno de una ceremonia coa motltll() de ws octh,Jdudrs artfsticos.

HOMENAJE

AL MAESTRO

RAMON VASQUEZ

ARROYA VE

La Utrirtersid.•d Mílilt¡r ,\'tteva Cr<mada, a! celebrarse e11 &,.;te f 992 los JOO arios dellJe~·culrthniento de A mérica, ha querido sr.r'ltUlrSe a (os t.li1)ersos actos prograt1lado, pm· el Col;ien.~) ."-'<>cíon.al para Je>tejar el trascellcfenra( S" ceso, . ,. riudiérráo(e tm ho/Jlenctje ,,/ D.:sc:ubridor del Nt<PVO Muttdo, COIIjllgando las obras de los mae.<tros RORIA.;'DO ORT!?. y J.IA.$QUF1. ARROYA v¡.:, e11 ulla sejlatata ~special de l" f¿cvisra •;fiive,-rigacióJI )' Desarrollo Social". Es por ello jt<sto, e11 es~"s páginas, exaltar la vic/<1 y obM del Mae.stro Ramón VáS<¡uez Arroyave, aHtioquetio, pinlor d..,sde !a it•fimd,t, quicw po1ra los itfctrt tJnaclos de.;tinawrios de s~s obras. wmo las FL<erzas Militares de· Colamhia, Mire ,.,taclu)S. Jw eHgaúnwdo los $(~Io nes de fos c;uarreil$s ctu.tenth:ando corr su firmo c•~<u!ros y tmtrnles que e»tbellecen fas pirl(lcotecas rniliwres. l.a { 'niversid<ul i.11ilit·(¡r •·,\.'uet\t1 GrtJnilda",.. se cuenta eu el grupo favorecido cott tai¡Jdtlil~?gio.

[;'/ maesrro I·:.J.W2VIC7. dise,)t\ para la Rr? t•ista de la l 'niversiciad Militar varios JIIQ1HeJ'It().~ de la crrcci~tl rn·lpTl~stJ dt~l Oescubrintie-uto, adOYPumdo el r>e JI Sd'"

micHto de "" v"rÓ11 de ht po(!.da rolmnbím•a )org~ Uoblt>do Orríz, q11ien dibujó con (,, 111o1~ia de Sil plrwM el wr.<o de .•iJúgr.al be!l,,:a, el desarroiTo ipico de l(t cntd«l truvest~l, cert<HHlo d .:.'lelo de .StJ produc:cióu inmorral. COII

un poe-n1 .. t~ que lto y se e lll te:¿ a al ntttHdu d!!. l.¡ cultura <~" !J.f p~ígit1as de "1-ces:cr<.t rl?visJa y el cual tiwlo: "C/U S 'fOllA L COLON, DON QUIJOTE DE LA MA R ocr: -l.\' O .. _

R.-J.HO.Y 1 >JSQL'E.%, el pi.,tor arltiOqt<ctlo . (,,dejado eJt (a., par<tdesde !ll<e.l'· ero ct'•,lf.fSfiO de educaciÓJJ .superio r. mura]e$ y lic:u;:o...: qtte representar1 la. j~ en los ,·alares del ..;ri:;ti-.tnisnto1 Rl pt•J.JStHJJiento románti<;o det Libercadvr Boil'var1

f\1 ~~picct luc/r,J enuwcltJ(_rdor'? de .:.·inco ntJCÍOites. la e¡.•olttcióu C11lrur,tl de las

"'' ..

"Con su ni1iez al hombro como cargando un tdno O el trencito de cuerda que el tiempo le negó, Descalzo de rencores, volviéndose camino Y nombre sin olvido, va el inmenso Ramón .

Es un nifio que eleva cometas de granito, Un huracán que gíra en trompos de color, Con sus pinceles puede pintar el Caballito De los Siete Colores para que monte Dios.

Es un Quijote atleta que no precisa Sancho, Que vendió a Rocinante para salir de ltuango, Pues nació consagrado a Francisco de Asís.

Ramón es mar;o v loco, es genio y culebrero. Puede pintar a Júpiter galopando en Platero Y un florete clavado en una flor de Lis".

Hoy, d<!>}H<és de los Parí os recouocíllliefltoS pictóricos que VrlSQl'F:L d ibujó para la poesía e/,• RORLEDO CJR'J'JZ, plasmó en afortunadas figura.$ para la rel'i.~ta de [q Universidad l\,Uiit4r, ~ iuterpretación exaCf(l de i ll poen'la inédito ,d Qujjore de ht. Alar Océano, conrrib Hy cmdo as/ co mo se rlijo antes. a permi· cfn·to.-· a fa };un m a "'Jieogrcuwdina '', s:umarse af !J onJenaje ,, qu{eH hace cúrco n !uturi<ls trcljo t1 este Cou tincn te la cruz, el idioma y un poco de.• smrgr~. co mp011CIJF('3 q ue sronados a i.t~ Jrerettcio, itu.l{gena {orm<tYOH /a arr¡uilf?CIItf<l de 1westra ra.:a.

Cons{~1w eu e.lfu jeclra destf,lcada y en esta cdicióu especial h~ {_ ·Hit'f'rsidad \lilirm· -"" <><'ll Cremada, (ldl'd el 111t1estro l ',lSQI •¡:;;, .m éSf">·~'' (· hijo>. l<1 expre¡ión de .w perenne gratit11d.

Saw afé de llogorJ, D.C .. 1 l de octubre dé 19?2.

Don Quijo1e. Renrcscn~ taCIÓ/1 del HicJahm, afi~ cionodo a la le( tu ro, va· 1/tmlt.:, Qeoe, oso, noble, GllldO de iUS!fCIIJ, t/1.' óoacl(ul '"· O'ttNJr , C'(iY<J' alws idt•ale:; chocan e un la tluda ff't¡/id11d. ' 'Ya, Sancho, tiOt't' puto \'iFk mt.tdrndo' ·.

Fuerzas Militares de Colombia y su irrtcrpretació>r del poema del inmortal Goethe, "EL I~EY DE I. OS SILFOS", forjando corr estilo propio Ul'l wadro incomparable y enriqueciendo as/ 1ma herencia cult11ral de sirrgular valor.

Del maestro de .4utioquia d(io en célebre discurso RA lJL GUT!f;RREZ VE U!Z. 1>alor de las letras 1utcumales:

"Ha esrvdiado la naturaleza y la anatomía humana con entusiasmo por desentrañarla y precisarla con el pincel, en todas las técnicas que ato largo de la historia ofrece este Arte decisorio de las imá­genes.

Se formó al amrHirO de situaciones diffciles, con una vocación decidida de que su condición de Artista, sería para devolverla a la sociedad que se deba te entre las ambiciones siempre inSPtisfechas del dinero, y la formación del trabajo honesto, para participar den­tro de los cánones de la responsabilidad y dignidad humana, esenciales en la estructura de los hombres, queriendo alcanzar metas positivas en el ejercicio y avance de las Artes como determi­nantes del progreso colectivo':

¡

Nace el Artista IVlMO.V VtlSQUE/. er~ las montaritJS de: ITUi lNCO, e/5 ele: agosto de 1922. Hijo de Fra.Hcisco de Paul<t Vásquez, campesino de t1<1ci\1lie11· to y hacedor de rique;as con el azadón y co11 d /wcha, de qu ien lrerada la co.,.t.sttmcia e11 el trabajo y Id riqueza de srr fe ert Dios)' en s-u raza. ~t,V. -1 Df:' ....,.

1 • .

}J:S('S AR R0 Y.1 f'E jíw su madre, qrúell e regó por sus r•e11as el rJrte de la p~nh<r<t íH.fi~u(lténdofe cot~ ~\•:> or<lcioue=', tjiu?. to»1hién ~e liega u Dios cV1'~ e-{ hechizo d(>J pincel, estdmpando pensamietHos de amor r'nspirados en elresta-ttl<!11to de fa Cruz. Se ensay6 por primera I'€Z cuando r.eu{a cuarro an.os en las parr:de.< de la escuda de su pueblo, pi•uarulo cotr sapcJifll 1111 dilntjo que llamó H LA COAj F.T:\ " , cowien::o adt,ertido premonitoriamenre por su maestra como el presa,~io de la obra de "JI gran attista.

Tiel!ell l,H F!<t'r:as Militares y /" /..'11iversidad Militar la fortu¡¡;J de COilocerlo et't pi.ena t'italidad r1e su producción. de l'.,cttdwr su ¡>cns1~miento franco . abi(•rro y sapiúnr(', de pregu ntar1e el por qué efe sus i n~piracione.s y d~ apreciar w este modc,;to hombre de !rogar y de luw:inl.ul frmtciscaHa, a•irttwes co11 las que trdla ti" opacar lax~nialidad de~~~ trabajo. rm símbolo de aquello~ P•"so­nafc!.'l' que tle(.4 esdrr'cunettte deben q uedarse rtfcridos ert capltulo especial de la cultura ~rata rle los pueblos grande.<.

Sabemos de /,a amistad y afecto nrutw> que se profesatoo1 cou JORGE ROHLEDO ORTIZ, el l'oera dt' la Mo111mla. Presemamos e11 est<r páfiina, lwsra donde llegó el reconocimiento de ese bardo, cHwulo qt1iso e11corrtr.ar l~<j!<tr en la ámn de sw inspimáoll~.~ partl sil/lar al/{ al po<!ta del pil•cel, <:litcie.,dr.¡ asi de RAMO.\! V tSQCEZ:

lmestig<¡ción ~· De.s.tr•oll..> Socia!, Sant.lfédé Bo&o!<i ,Col. Vó. 3 !\o. 3 SEPTIEMBRE·t.>ICIEMBRE 1992 331

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El Rey de los Silfos. /nte,prewción del poema del smgular bardo aleman - fuan Wolfgcm Goethe (1749-1832}-, poeta illlegral, romántico, c/rJsico y de losliempos modernos.

lnvesti~a-~;lón \ Dcs,mo!lo ~ndal, :;an-ttlfJ de Bog<.~tJ, Col. Vo. 3 \ o. 3 SEP I IEMBRE·OICII- \1BRf 1992 333

Proce&o cultural de las FF.MM. en Colombia. Mural del maeslro Ramón Vásquez. que decora lo sede sociai de la Universldad M /litar; representa J?n,mafestuosa panorámica, el procesn dr. capodtac/ón del recur:sohurnono, desde lo gesta libertadora hasta nue!Uros i -:.'"'

334 ln\'t:.>tiP.:tCió.'l )' O~sarrcl l\) Social, 5anulé d~ Uogot.i, C01. Vo. 3 ~o. 3 SfPTIEMBRE·DlCI(MBRE 1992

dlas cor1 unu grao ptOyecciór¡ de conr¡tt/sw del futuro pala Jq P,1frifl a ua, ... es de {o ciencia y la lccnologia .

\nv..:.s;)gatibn y Ue~.vl'ullo ~ocit~ l , Slnrafc dt 6(1gofi. Coi, Vo. 3 8o. J SI:Pl 1 EMBRF ·DICI ~\tlf.3;RE 1991 335