Reincidente 82

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Año V, Número 82, 2da. quincena de julio de 2014 * Reincidente no incluye sección de Sociales Año V, Número 82, 2da. quincena de julio de 2014 Y a es cotidiano que al encender la TV, al escuchar la radio o al leer un diario, nos encontremos con noticias como las siguientes: “en Siria se usa gas en la guerra civil”, “los cohetes en la Franja de Gaza no cesan”, “en Croacia los tanques de los rebeldes son dete- nidos”, etc.; o notas sobre nuestro país que, desafortu- nadamente, ya no son noticias: “se encuentra nueva fosa en Michoacán con 19 cadáveres”, o “Fueron abatidos 10 presuntos delincuentes y hubo tres policías muertos en Tamaulipas”, “en una escuela matan a un estudiante sus compañeros, cuando jugaban”. También podemos escu- char en un noticiario deportivo: “las Águilas del América le pegan a las Chivas de Guadalajara”, “La máquina del Cruz Azul humilló a los Gallos de San Luis” etc. Podemos encontrar en la página electrónica inmuje- res.gob.mx del Instituto Nacional de las Mujeres infor- maciones como las siguientes: Violencia de pareja. De acuerdo a los resultados de la ENDIREH 20112, en México 47 por ciento de las mu- jeres de 15 años y más sufrió algún acto de violencia por parte de su pareja (esposo o pareja, ex-esposo o ex-pareja, o novio) durante su última relación. Por entidad federativa: La entidad federativa con mayor prevalencia de violencia de pareja a lo largo de la relación es el Estado de México, con 57.6%. Le siguen Nayarit (54.5%), Sonora (54.0%), el Dis- trito Federal (52.3%) y Colima (51.0%). La entidad federativa con menor prevalencia de violencia de pareja es Chiapas, con 31.6%. Violencia emocional. 4 de cada 10 mujeres en Mé- xico (43.1% ) han sido humilladas, menospreciadas, en- cerradas, les han destruido sus cosas o las del hogar, vigi- ladas, amenazadas con irse la pareja, correrlas de la casa o quitarle a sus hijos, amenazadas con algún arma o con matarlas o con matarse la pareja. Violencia económica. 2 de cada 10 mujeres en Mé- xico (24.5%) han recibido reclamos por parte de su pareja por la forma en que gastan el dinero, les han prohibido trabajar o estudiar, o les han quitado dinero o bienes (te- rrenos, propiedades, etc.). Violencia física. A 14 de cada 100 mujeres en México (14.0%), su pareja la ha golpeado, amarrado, pateado, tratado de ahorcar, asfixiar o agredido con un arma. Violencia sexual. A 7 de cada 100 (7.3%) les han exi- gido o las han obligado a tener relaciones sexuales sus propias parejas, sin que ellas quieran, o las han obligado a hacer cosas que no les gustan. Denuncia de la violencia. Es de observar que sólo casi dos de cada diez mujeres que vivieron violencia en su relación se acercaron a una autoridad a pedir ayuda (13.6%). De ellas, 32.6% lo hizo a un ministerio público para levantar una denuncia, otra proporción importante recurrió al DIF (32%), y en menor medida a otras auto- ridades como son la policía (20%), la presidencia muni- cipal o delegación (15.4%) y a los institutos (estatales o municipales) de la mujer (9%). También podemos encontrar en la página electrónica de UNICEF-México la siguiente información: “Datos recientes sobre violencia arrojaban sobre da- tos tan alarmantes como que siete de cada diez jóvenes sufre violencia en su relación de noviazgo (un 76% de violencia psicológica, 16.5% de violencia sexual y 15% de violencia física). En cuanto a la violencia en la familia, sólo el 34% de las mayores de 15 años no atestiguaron violencia física entre sus padres. El 66% restante ha vivi- do al menos una de las formas de violencia”. “Por otra parte, la violencia contra niños, niñas y ado- lescentes en entornos como la familia, la escuela, la co- munidad, los centros de trabajo o las instituciones, está legitimada y aceptada socialmente, de forma que se ha- cen naturales -y por tanto invisible-, lo cual contribuye a su persistencia y reproducción”. Como puede advertirse, todas estas noticias e infor- maciones, tienen que ver con la violencia, con la muerte, con el desprecio a la vida y, al final, con la falta de reco- nocimiento y de tolerancia de los otros. La violencia si vemos es un concepto o término que implica variantes e interpretaciones. Algunos elementos centrales que han sido tomados por diferentes autores y estudiosos sobre el tema los encontramos en el libro de Gómez, N., Zurita R. y López M: La Violencia Escolar en México. (Ediciones Cal y Arena. 2013) y nos ayudan a entender dicho fenómeno. Por ejemplo, las características que determinan el comportamiento de la acción violenta, en algunas ocasiones centrando su atención en la relación entre individuos involucrados desde la caracterización de víctima y victimario (Hirigoyen, 2010); en otras, a través de las interacciones y problemas que se registran entre pa- res en la interacción cotidiana y que desencadenan accio- nes disruptivas (Ortega, 2001); también se han tomado como eje las condiciones contextuales: la influencia que juega el origen socio-económico, el familiar y cultural in- fantil (Willis, 1988); la posición de los sujetos ante las nor- mas, las reglas, los ritos y las costumbres de la institución (Gómez, 2008); las consecuencias y efectos sobre los indi- viduos, como el aniquilamiento del potencial y la amenaza a la vida (Foucault, 1988); los costos o impactos que tie- nen sobre las personas o grupos, ya sea a través de heridas físicas o psicológicas (Miller, 2001); actitudes específicas como el miedo (Andreas, 1980); o el terror (Lira,1991); así como el tipo de acciones planeadas o impulsivas, como ataques suicidas, agresiones espontáneas, venganzas (Hiri- goyen, 1999) que derivan en conflictos con desenlaces de carácter violento. La violencia escolar es un problema actual y es de suma importancia atenderlo. Sabemos que es un asunto complejo en el que intervienen diversas circunstancias y no solo los actores directos: estudiantes, maestros, padres de familia, directores, etc. También participan factores como los mass media y en especial el internet, las redes sociales y el marco social general. Se trata de un fenóme- no cuyo estudio reclama una perspectiva interdisciplina- ria y multi-metodológica. Su atención no puede limitarse a las aulas o las escue- las. Es una tarea colectiva, es una tarea de reflexión social en la que surgen preguntas como las siguientes: ¿qué tipo de educación queremos para los ciudadanos de hoy y del mañana? O, más bien, al revés ¿qué tipo de ciudadano nos imaginamos para construir una educación apropia- da?; ¿qué sociedad necesitamos que nos permita con- seguir las metas? Eso implicaría regular las televisoras, la radio etc. para que contribuyan con una nueva cultu- ra y una nueva educación. Implicaría también profesores preparados y actualizados, ciudadanos respetuosos de los otros, etc. No es fácil, más bien es muy difícil, pero pode- mos iniciar por lo menos mostrando algunas partes del problema. Partimos de la idea de que la violencia es algo apren- dido socialmente y por tanto es posible evitarla. La vio- lencia es parte de nuestra cultura y es parte importante de la cultura de las instituciones y de la escolar. Necesitamos revisar las normas institucionales, las reglas y reglamentos que norman las instituciones educativas; es necesario revi- sar las prácticas educativas, lo que incluye cuestiones tan- to pedagógicas como de relaciones interpersonales y éticas por supuesto; es necesario considerar la interacción con los diferentes actores que constituyen el mundo escolar. Las bibliotecas, los deportes, laa actividades artísticas son ele- mentos indisociables con una educación integral. En las instituciones de educación del país, la violen- cia no es sólo un fenómeno de actos espectaculares, de esos que nos muestran los medios; no, la violencia es una realidad que se manifiesta de múltiples formas: es cam- biante y silenciosa y se manifiesta y está presente en las relaciones entre estudiantes y otros estudiantes, entre es- tudiantes y maestros, entre directivos y trabajadores, en- tre grupos con otros grupos y también en las relaciones interpersonales cotidianas. El estudio de la violencia escolar puede servir, a las instituciones educativas, sobre todo a las universidades, para comprender la dinámica, los orígenes y las posibles soluciones del problema, también y sobre todo puede servir y eso sería una buena contribución, como un ejem- plo social al convertirse las universidades en un espacio en los que se desarrollen nuevas relaciones y estrategias de atención a la violencia. Las escuelas mexicanas, como dicen María C. Fie- rro y P. Carvajal en Mirar la Práctica Docente desde los Valores, tienen como núcleo atómico de la pedagogía el respeto por la autoridad; en ellas, lo importante no es agregar valor a lo que el profesor instruye sino someter al estudiante, sin derecho de réplica, a las enseñanzas de la escuela. Las tres frases más utilizadas dentro del cen- tro escolar son: ¡guarda silencio!, ¡pon atención! y ¡trabaja sentado en tu lugar! Este modelo pedagógico no ayuda en la construcción de mejores subjetividades, de una formación que haga capaces a los estudiantes de pensar críticamente, de co- municar con eficacia y de contribuir en la edificación del conocimiento. No promueve la innovación y reproduce patrones autoritarios. Debemos de intentar implementar otros modelos, con otros valores y con una cultura de paz. * El autor es Doctor en Psicología Social por la Uni- versidad de París III y actualmente se desempeña como docente en la Facultad de Psicología de la BUAP. * Reincidente no incluye sección de Sociales Eulogio Romero Rodríguez* La violencia es miedo a las ideas de los demás y poca fe en las propias Antonio Fraguas Y a es cotidiano que al encender la TV, al escuchar la radio o al leer un diario, nos encontremos con noticias como las siguientes: “en Siria se usa gas en la guerra civil”, “los cohetes en la Franja de Gaza no cesan”, “en Croacia los tanques de los rebeldes son dete- nidos”, etc.; o notas sobre nuestro país que, desafortu- nadamente, ya no son noticias: “se encuentra nueva fosa en Michoacán con 19 cadáveres”, o “Fueron abatidos 10 presuntos delincuentes y hubo tres policías muertos en Tamaulipas”, “en una escuela matan a un estudiante sus compañeros, cuando jugaban”. También podemos escu- char en un noticiario deportivo: “las Águilas del América le pegan a las Chivas de Guadalajara”, “La máquina del Cruz Azul humilló a los Gallos de San Luis” etc. Podemos encontrar en la página electrónica inmuje- res.gob.mx del Instituto Nacional de las Mujeres infor- maciones como las siguientes: Violencia de pareja. De acuerdo a los resultados de la ENDIREH 20112, en México 47 por ciento de las mu- jeres de 15 años y más sufrió algún acto de violencia por parte de su pareja (esposo o pareja, ex-esposo o ex-pareja, o novio) durante su última relación. Por entidad federativa: La entidad federativa con mayor prevalencia de violencia de pareja a lo largo de la relación es el Estado de México, con 57.6%. Le siguen Nayarit (54.5%), Sonora (54.0%), el Dis- trito Federal (52.3%) y Colima (51.0%). La entidad federativa con menor prevalencia de violencia de pareja es Chiapas, con 31.6%. Violencia emocional. 4 de cada 10 mujeres en Mé- xico (43.1% ) han sido humilladas, menospreciadas, en- cerradas, les han destruido sus cosas o las del hogar, vigi- ladas, amenazadas con irse la pareja, correrlas de la casa o quitarle a sus hijos, amenazadas con algún arma o con matarlas o con matarse la pareja. Violencia económica. 2 de cada 10 mujeres en Mé- xico (24.5%) han recibido reclamos por parte de su pareja por la forma en que gastan el dinero, les han prohibido trabajar o estudiar, o les han quitado dinero o bienes (te- rrenos, propiedades, etc.). Violencia física. A 14 de cada 100 mujeres en México (14.0%), su pareja la ha golpeado, amarrado, pateado, tratado de ahorcar, asfixiar o agredido con un arma. Violencia sexual. A 7 de cada 100 (7.3%) les han exi- gido o las han obligado a tener relaciones sexuales sus propias parejas, sin que ellas quieran, o las han obligado a hacer cosas que no les gustan. Denuncia de la violencia. Es de observar que sólo casi dos de cada diez mujeres que vivieron violencia en su relación se acercaron a una autoridad a pedir ayuda (13.6%). De ellas, 32.6% lo hizo a un ministerio público para levantar una denuncia, otra proporción importante recurrió al DIF (32%), y en menor medida a otras auto- ridades como son la policía (20%), la presidencia muni- cipal o delegación (15.4%) y a los institutos (estatales o municipales) de la mujer (9%). También podemos encontrar en la página electrónica de UNICEF-México la siguiente información: “Datos recientes sobre violencia arrojaban sobre da- tos tan alarmantes como que siete de cada diez jóvenes sufre violencia en su relación de noviazgo (un 76% de violencia psicológica, 16.5% de violencia sexual y 15% de violencia física). En cuanto a la violencia en la familia, sólo el 34% de las mayores de 15 años no atestiguaron violencia física entre sus padres. El 66% restante ha vivi- do al menos una de las formas de violencia”. “Por otra parte, la violencia contra niños, niñas y ado- lescentes en entornos como la familia, la escuela, la co- munidad, los centros de trabajo o las instituciones, está legitimada y aceptada socialmente, de forma que se ha- cen naturales -y por tanto invisible-, lo cual contribuye a su persistencia y reproducción”. Como puede advertirse, todas estas noticias e infor- maciones, tienen que ver con la violencia, con la muerte, con el desprecio a la vida y, al final, con la falta de reco- nocimiento y de tolerancia de los otros. La violencia si vemos es un concepto o término que implica variantes e interpretaciones. Algunos elementos centrales que han sido tomados por diferentes autores y estudiosos sobre el tema los encontramos en el libro de Gómez, N., Zurita R. y López M: La Violencia Escolar en México. (Ediciones Cal y Arena. 2013) y nos ayudan a entender dicho fenómeno. Por ejemplo, las características que determinan el comportamiento de la acción violenta, en algunas ocasiones centrando su atención en la relación entre individuos involucrados desde la caracterización de víctima y victimario (Hirigoyen, 2010); en otras, a través de las interacciones y problemas que se registran entre pa- res en la interacción cotidiana y que desencadenan accio- nes disruptivas (Ortega, 2001); también se han tomado como eje las condiciones contextuales: la influencia que juega el origen socio-económico, el familiar y cultural in- fantil (Willis, 1988); la posición de los sujetos ante las nor- mas, las reglas, los ritos y las costumbres de la institución (Gómez, 2008); las consecuencias y efectos sobre los indi- viduos, como el aniquilamiento del potencial y la amenaza a la vida (Foucault, 1988); los costos o impactos que tie- nen sobre las personas o grupos, ya sea a través de heridas físicas o psicológicas (Miller, 2001); actitudes específicas como el miedo (Andreas, 1980); o el terror (Lira,1991); así como el tipo de acciones planeadas o impulsivas, como ataques suicidas, agresiones espontáneas, venganzas (Hiri- goyen, 1999) que derivan en conflictos con desenlaces de carácter violento. La violencia escolar es un problema actual y es de suma importancia atenderlo. Sabemos que es un asunto complejo en el que intervienen diversas circunstancias y no solo los actores directos: estudiantes, maestros, padres de familia, directores, etc. También participan factores como los mass media y en especial el internet, las redes sociales y el marco social general. Se trata de un fenóme- no cuyo estudio reclama una perspectiva interdisciplina- ria y multi-metodológica. Su atención no puede limitarse a las aulas o las escue- las. Es una tarea colectiva, es una tarea de reflexión social en la que surgen preguntas como las siguientes: ¿qué tipo de educación queremos para los ciudadanos de hoy y del mañana? O, más bien, al revés ¿qué tipo de ciudadano nos imaginamos para construir una educación apropia- da?; ¿qué sociedad necesitamos que nos permita con- seguir las metas? Eso implicaría regular las televisoras, la radio etc. para que contribuyan con una nueva cultu- ra y una nueva educación. Implicaría también profesores preparados y actualizados, ciudadanos respetuosos de los otros, etc. No es fácil, más bien es muy difícil, pero pode- mos iniciar por lo menos mostrando algunas partes del problema. Partimos de la idea de que la violencia es algo apren- dido socialmente y por tanto es posible evitarla. La vio- lencia es parte de nuestra cultura y es parte importante de la cultura de las instituciones y de la escolar. Necesitamos revisar las normas institucionales, las reglas y reglamentos que norman las instituciones educativas; es necesario revi- sar las prácticas educativas, lo que incluye cuestiones tan- to pedagógicas como de relaciones interpersonales y éticas por supuesto; es necesario considerar la interacción con los diferentes actores que constituyen el mundo escolar. Las bibliotecas, los deportes, laa actividades artísticas son ele- mentos indisociables con una educación integral. En las instituciones de educación del país, la violen- cia no es sólo un fenómeno de actos espectaculares, de esos que nos muestran los medios; no, la violencia es una realidad que se manifiesta de múltiples formas: es cam- biante y silenciosa y se manifiesta y está presente en las relaciones entre estudiantes y otros estudiantes, entre es- tudiantes y maestros, entre directivos y trabajadores, en- tre grupos con otros grupos y también en las relaciones interpersonales cotidianas. El estudio de la violencia escolar puede servir, a las instituciones educativas, sobre todo a las universidades, para comprender la dinámica, los orígenes y las posibles soluciones del problema, también y sobre todo puede servir y eso sería una buena contribución, como un ejem- plo social al convertirse las universidades en un espacio en los que se desarrollen nuevas relaciones y estrategias de atención a la violencia. Las escuelas mexicanas, como dicen María C. Fie- rro y P. Carvajal en Mirar la Práctica Docente desde los Valores, tienen como núcleo atómico de la pedagogía el respeto por la autoridad; en ellas, lo importante no es agregar valor a lo que el profesor instruye sino someter al estudiante, sin derecho de réplica, a las enseñanzas de la escuela. Las tres frases más utilizadas dentro del cen- tro escolar son: ¡guarda silencio!, ¡pon atención! y ¡trabaja sentado en tu lugar! Este modelo pedagógico no ayuda en la construcción de mejores subjetividades, de una formación que haga capaces a los estudiantes de pensar críticamente, de co- municar con eficacia y de contribuir en la edificación del conocimiento. No promueve la innovación y reproduce patrones autoritarios. Debemos de intentar implementar otros modelos, con otros valores y con una cultura de paz. * El autor es Doctor en Psicología Social por la Uni- versidad de París III y actualmente se desempeña como docente en la Facultad de Psicología de la BUAP. * Reincidente no incluye sección de Sociales Eulogio Romero Rodríguez* La violencia es miedo a las ideas de los demás y poca fe en las propias Antonio Fraguas SOCIEDAD EN MIEDO Eulogio Romero Rodríguez MUSICA SACRA Carlos Salcedo García RIMAS Dayan Guerra DESDE LA FACULTAD Mariano Torres Bautista ENGAÑO Enrique Condés Lara DE PLANTAS Y ANIMALES Cecilia Vázquez Ahumada ZOOCIEDAD La Cigarra Ilustrada REINCIGRAMA Fernando Contreras AQUÍ, PUROS CUENTOS Paco Rubín FRANTASÍAS José Fragoso Cervón ARITMOMANÍA Gabriela Breña LOS JAPONESES SON EXTRATERRESTRES

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* Reincidente no incluye sección de Sociales

Año V, Número 82, 2da. quincena de julio de 2014

* Reincidente no incluye sección de Sociales

Año V, Número 82, 2da. quincena de julio de 2014

* Reincidente no incluye sección de Sociales

Año V, Número 81, 1ra. quincena de junio de 2014

* Reincidente no incluye sección de Sociales

Año V, Número 80, 2da. quincena de junio de 2014 E

Es el caso de la virgen de Guadalupe que no

pertenece solo al campo religioso, sino al

arte, migración, comercio, etc. y el de la se-

lección nacional que lo que enuncia va más

allá del universo deportivo, ya que es capaz de iden-

tificar momentáneamente en un partido de fútbol a

diversos sectores sociales. La selección nacional desdibuja simbólica y rápida-

mente las diferencias de clase, las desigualdades socia-

les y culturales de un país que se debate por alcanzar

la modernidad deseada y que posibilita la construcción

de una comunidad imaginada que entona al uníso-

no tanto el himno nacional como el himno emocio-

nal (Cielito Lindo). Se construye un “nosotros” por la

fuerza del cántico de guerra deportivo.

Imaginariamente en la selección nacional se depo-

sita la ilusión de una nación representada como ho-

mogénea, unificada, mexicana, que “si puede” rivalizar

cara a cara con cualquier potencia económica y futbo-

lera y con ello posibilitar la construcción colectiva de

una ilusión: ganar el mundial.

La selección mexicana es un símbolo que edifica una

meta-identidad nacional frente a los “otros” nacionales

(principalmente en las competencias internacionales)

a través del juego que práctica: el fútbol. La selección es

un símbolo que irrumpe fervorosa y transitoriamente

ante el desgaste de los símbolos e instituciones nacio-

nales; frente a ellos trabaja como dispositivo de inte-

gración nacional; quizá solamente la religión logra un

actuar semejante, de ahí la fuerza cultural del fútbol.

La selección nacional es una forma agregativa que

reúne regionalismos futbolísticos, identidades locales,

ya que se conforma incorporando jugadores de dis-

tintos equipos del país, pero que simultáneamente los

prescribe al enunciarse como nacional y así transitar

como la expresión de todos ellos. No hay conflicto de

identidades, cabe señalar que la selección mexicana es

también una empresa globalizada donde las seleccio-

nes y los jugadores se ponen la camiseta de las marcas

comerciales patrocinadoras y televisoras transmisoras

del espectáculo y dueñas de equipos de fútbol, confor-

man otro tipo de identidades culturales, aquí mediadas

por el interés económico. Hay que recordar también

que la selección nacional es bruto y puro negocio donde

muchos sectores económicos obtienen ganancias mi-

llonarias ocultándose bajo el manto de la nación en

juego. Es con la camiseta nacional donde emocional y

patrióticamente se condensa y contienden las iden-

tidades. Simbólicamente la camiseta suple la bandera

nacional porque abrevia los colores patrios, que junto

con el canto del himno nacional al inicio de cada par-

tido “que nos llena de orgullo escuchar estas notas” y

la bandera nacional serpenteando construyen un mo-

mento memorable, experimentado colectivamente y

emocionalmente patriótico. No hay en el país un acto

colectivo que compita o lo supla, ni la toma de pose-

sión de un nuevo presidente o la celebración del cinco

de mayo; quizá algo semejante se exprese en la conme-

moración del grito de la independencia.

En torno a la camiseta como signo nacional se aso-

cian otros signos que enunciados fuera del país emer-

gen como nacionales, construidos desde los más di-

versos campos culturales. Así observamos en los es-

tadios, calles, bares, etc. signos como sombreros de

charro, rostros pintados con los colores nacionales,

aficionados ataviados como personajes de lucha libre

o de Chapulín Colorado, etc. universo signico que

construye una alteridad, la metaidentidad nacional. La

identidad imaginada levantada en los encuentros in-

ternacionales permite deletrear una contradicción so-

cial real que esos signos tratan de ocultar. Por ejem-

plo, cuando ese aficionado con recursos económicos

altos, ya que puede pagar el viaje a Brasil y comprar un

boleto para ver el encuentro México-Brasil, se atavía

de héroe indígena mexica –Cuauhtémoc-, incorpora

simbólicamente a los indios muertos en un “nosotros”

nacional y excluye realmente a los indios vivos que

también son nación, contemporáneos suyos.

Ya lo decíamos, en la camiseta se exhibe la adscrip-

ción al capital global, ya que en ellas se muestra el pa-

trocinio de marcas globales. Capitalismo y naciona-

lismo se complementan. Ya la discursividad sobre la

nación no es exclusiva del Estado, hoy empresas pri-

vadas nacionales y globales participan en ello. Dice un

anuncio publicitario de una firma aérea: “antes de ser

pilotos, sobrecargos, mecánicos….somos mexicanos”;

dice un comentarista deportivo de una televisora pri-

vada: “si se puede porque somos mexicanos”. Ya y por

los discursos de las televisoras el encuentro México-

Brasil es histórico porque se observó “un equipo con

personalidad”, porque fue un encuentro que “huele a

México, sabe a nuestro país, a nuestra nación”; porque

aunque nadie ganó, México triunfó. Emergió un nue-

vo héroe cultural –Memo Ochoa- que salvó nuestro

honor como lo hizo Zaragoza ante los franceses in-

vasores del siglo XIX. Ya el piojo puede ser presiden-

ciable o al menos diputado o encargado del deporte

nacional. Eso también es el fútbol, política nacional.

La identidad nacional no es un constructo inmu-

table, con propiedades esenciales y a- históricas. La

identidad nacional es un proceso, se construye perma-

nentemente, es un sistema relacional, de imágenes y

discursos que se recrea en el espacio-tiempo frente o

en oposición a otras igualmente construidas.

El fútbol reconfigura la identidad nacional, el fútbol

como práctica sociocultural participa en su variación.

Intervienen jugadores, directivos, televisoras, aficiona-

dos, intelectuales, etc. que material y simbólicamente

despliegan significados, hablan de la nación. Dice un

comentarista: “México puede hacer hazañas”, dice otro:

“En Brasil hay una invasión mexicana”. El fútbol es un

medio para asignar determinados valores de una iden-

tidad y sociedad. El fútbol no es solamente un negocio

millonario, es deporte, juego, espectáculo, ritual y expre-

sión de una metaidentidad, factor de identificación co-

lectiva, funcional en una sociedad de desigualdad social.

Con el fútbol se imagina una nación.

*El autor es Doctor en Antropología Social por la

Universidad Autónoma Metropolitana, plantel Izta-

palapa. Actualmente es Coordinador de la Maestría

de Antropología Social de la BUAP.

* Reincidente no incluye sección de Sociales

FUTBOL Y DEPORTE Ernesto Licona Valencia Rogelio Rico LaraLAS CANTINAS DE MÉXICO Carlos Salcedo GarcíaDESDE LA FACULTAD Mariano Torres BautistaENGAÑO Enrique Condés LaraDE PLANTAS Y ANIMALES Cecilia Vázquez AhumadaZOOCIEDAD La Cigarra IlustradaREINCIGRAMA Fernando ContrerasAQUÍ, PUROS CUENTOS Paco RubínFRANTASÍAS José Fragoso CervónARITMOMANÍA Gabriela BreñaCÓMO ACT UAR DURANTE EL MUNDIAL DE FÚTBOL

Ernesto Licona Valencia*

Hoy existe una relación densa y compleja entre fútbol, el tri y la nación.

Toda sociedad y grupo social imprime sentidos sociales a las prácticas sociales

que despliega en espacios y tiempos específicos. Una peregrinación, carnaval,

bautizo y, entre otras muchas, un partido de fútbol, emiten significados

dentro de su propio contexto y algunas prácticas por su fuerza simbólica,

impactan más allá de su circunstancia enunciativa.

Las cantinas llenan una necesidad primaria, la

de comer y beber, pero son lugares que recla-

man a quienes buscan algo más que satisfa-

cer al estómago; los que buscan acompañar

la ingesta con una bebida alcohólica, pero aún exigen

más, un lugar agradable, un ambiente que los satisfaga.

Con esto se quiere decir que las cantinas no solo ofre-

cen condiciones materiales deseables, sino también

condiciones subjetivas esperadas.

Estos sitios mercantiles se rigen por las leyes im-

puestas por el sistema económico y social vigente, son

estancos privados dedicados a la venta de bebida y co-

mida. Este objetivo utilitario solo se realiza en el mer-

cado si se ofrecen determinadas condiciones socio-

culturales a la clientela objeto y, por ello, el servicio

y la ambientación se vuelven importantes. Al hom-

bre no le basta simplemente con satisfacer una necesi-

dad esencial, busca también su placer, satisfacción que

comprometa la lengua, los ojos, la piel, el olfato y el

oído. Otro elemento comprometido con el placer es la

palabra, el compartir con otro lo que se piensa, lo que

se desea, el plato más suculento es un poco desabrido

si no se habla, si la palabra no se humedece con una

estimulante bebida.

Todos estos elementos guardan un equilibrio muy

delicado, sumamente fino, propician la relación, pero

los excesos suelen favorecer lo contrario, es decir, dis-

placer y romper la armonía. Pero sin prejuicios y ob-

sesiones debemos reconocer en el exceso la naturaleza

humana: al hombre no lo niega su vulgaridad, lo ex-

hibe y reafirma.

Hay cantinas de lujo, de medio pelo y algunas de

plano piqueras, verdaderos agujeros malolientes. Esta

división es bastante arbitraria, ya que de manera más

estricta deberíamos de clasificar a estos lugares por

los elementos que las definen, es decir, por sus servi-

cios, calidad de los mismos, ubicación, personal que

lo atiende, características de los asistentes, calidad y

variedad de las bebidas y los alimentos. Pero esta divi-

sión en tres grandes grupos también refleja, en parte,

la división de la sociedad en tres estratos, sobre todo

de la llamada clase media, porque la gran burguesía

no asiste a las cantinas ni los más pobres y desposeí-

dos, estos extremos de la estructura social debemos ex-

cluirlos. A las cantinas asisten fundamentalmente los

que trabajan y tienen cierta seguridad en sus ingresos.

El antropólogo Dionisio Garza Maltos dice que “los

casinos son a la burguesía lo que las cantinas al traba-

jador”. Así que nos queda la clase media, trabajadores

que tienen un ingreso seguro. Y en este estrato pode-

mos encontrar tres sectores definidos por sus ingresos,

por su formación educativa y cultural, por su posición

social. Esos sectores son alto, medio y bajo.

Las cantinas también son refugios, resguardos a

donde se dirigen las personas para disipar un poco la

dura marcha de lo cotidiano. Solaz en el rudo comba-

te del trabajo contra el capital, donde se elude la dura

disciplina de la extracción de la plusvalía, aunque se

caiga en la zona aparentemente fantasmal, ineludible,

de la subsunción al sistema capitalista. Es ahí, en es-

tos sitios, en que los sentimientos afloran, se confiesan

las frustraciones, los anhelos truncados, los amores en

conflicto o en plena realización y llenos de expectati-

va. También pueden ser centros de irreverencias fatuas

e insurrecciones inicuas, falansterio furierista de gente

que cree –por unos momentos– que es libre.

El origen de estos lugares probablemente se re-

monta a las primeras sociedades, lo que sí queda muy

claro es que tiene una línea directa con las hosterías y

postas que hacían menos pesado el camino de los via-

jantes. Ya en el siglo XIX, aparecen en las ciudades, en

los pueblos, como lugares de reunión y satisfacción y

divertimiento. Su concepto actual sin duda es del si-

glo pasado.

Como centro mercantil, da reunión a múltiples ac-

tividades remuneradas, hablamos de personal adminis-

trativo y operativo, y un sinfín de servicios, desde los

avituallamientos esenciales para la función –vinos, li-

cores, refrescos, verduras, carnes, sopas, vasos, mesas,

servilletas-, hasta servicios eventuales –vendedores de

ropa, de juguetes, billetes de lotería, de flores, cantantes.

Cabe destacar a los meseros y cantineros, perso-

najes que ocupan un lugar importante en estos giros;

su disposición y oficio hacen diferencia de una canti-

na a otra. Un engrane importante más en esta cadena

de servicios son los cocineros, que generalmente son

hombres: con su sazón inician toda una fiesta. Pero no

hay que olvidar al barman o cantinero, atento y dili-

gente preparador de los tragos, sobre todo, que es co-

nocido doctor y psicólogo para los parroquianos ne-

cesitados de “curársela” o urgidos por recibir consejos

para resolver los embrollos de la vida.

La música crea todo un ambiente, lo mismo alegre,

dicharachera o guapachosa, que melancólica, triste o

romántica. Ya que estamos hablando de lugares que en

primer lugar reúnen estados de ánimo, con una gran

disponibilidad para sacar su yo interior, la música tam-

bién facilita esta operación.

A través del tiempo, la cantina se ha apropiado

de muchas manifestaciones musicales que se adaptan

perfectamente a su ambiente, desde aquellas compo-

siciones que hablan explícitamente de la cantina, o de

los problemas que ahí se tratan. El cine contribuyó

mucho a la mala fama de las cantinas, centros de bo-

rrachos bravucones, machos frustrados que a la menor

provocación sacaban la pistola. José Alfredo Jiménez

sigue siendo un icono musical cantinero, es impres-

cindible cantar “Estoy en el rincón de una cantina //

oyendo la canción que yo pedí, // me están sirviendo

ahorita mi tequila // y va mi pensamiento rumbo a ti”,

o Julio Jaramillo cantando “La cantina es el oasis // del

que tiene sed de besos, del que tiene sed de abrazos,

del que tiene sed de amor //”.

La industria de los destilados, así como la produc-

ción artesanal de los mismos, es de una gran variedad,

además de reunir y conservar muchos años en sus pro-

cesos de elaboración. Hablar de vinos y licores es ha-

blar de historia, es hablar de fórmulas, que algunas se

mantuvieron en secreto mucho tiempo, y es hablar de

producción agrícola de determinada región. Todo ello

en la cantina.

En las cantinas se habla y se ríe mucho, lo que les

atribuye un encanto especial: es estar a gusto con la

gente con la que se quiere estar, lo que también signifi-

ca tener la libertad de conversar sobre lo que se antoje,

sin mayor restricción que un pacto social sobreenten-

dido por los que se reúnen, permeado por una gran

disponibilidad a la tolerancia. Es así que las cantinas se

convierten en plaza pública donde se comparten even-

tos o se abordan temas que atañen a toda la sociedad o

a una buena parte de ella; aspecto que se destaca por-

que son un centro de reunión en donde no se exige a

la concurrencia militancia o afiliación de ningún tipo.

Esa es su particularidad.

*El autor, egresado de la Facultad de Ciencias Políti-

cas y Sociales de la UNAM y maestro de la Escuela

Nacional de Maestros, actualmente es escritor y editor.

* Reincidente no incluye sección de Sociales

CANTINAS Y CERVECERÍAS

Carlos Salcedo García

Joel Ortega

Carmen Ríos

DESDE LA FACULTAD

Mariano Torres Bautista

ENGAÑO

Enrique Condés Lara

DE PLANTAS Y ANIMALES

Cecilia Vázquez Ahumada

ZOOCIEDAD

La Cigarra Ilustrada

REINCIGRAMA

Fernando Contreras

AQUÍ, PUROS CUENTOS

Paco Rubín

FRANTASÍAS

José Fragoso Cervón

ARITMOMANÍA

Gabriela Breña

JUSTICIA POPULAR

SIN PARQUÍMETROS

ESCRÍBENOS

•Paracualq

uieraclarac

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•Para

algúncome

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Si quieres recibir Reincidente, nuestro correo electr

ónico es:

[email protected]

Carlos Salcedo García*

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amigoso

conocido

s,con

elfinde

platicar

sobreasu

ntoscon

tingente

sotrasc

endentes

.

Ya es cotidiano que al encender la TV, al escuchar

la radio o al leer un diario, nos encontremos con

noticias como las siguientes: “en Siria se usa gas

en la guerra civil”, “los cohetes en la Franja de Gaza no

cesan”, “en Croacia los tanques de los rebeldes son dete-

nidos”, etc.; o notas sobre nuestro país que, desafortu-

nadamente, ya no son noticias: “se encuentra nueva fosa

en Michoacán con 19 cadáveres”, o “Fueron abatidos 10

presuntos delincuentes y hubo tres policías muertos en

Tamaulipas”, “en una escuela matan a un estudiante sus

compañeros, cuando jugaban”. También podemos escu-

char en un noticiario deportivo: “las Águilas del América

le pegan a las Chivas de Guadalajara”, “La máquina del

Cruz Azul humilló a los Gallos de San Luis” etc.

Podemos encontrar en la página electrónica inmuje-

res.gob.mx del Instituto Nacional de las Mujeres infor-

maciones como las siguientes:

Violencia de pareja. De acuerdo a los resultados de la

ENDIREH 20112, en México 47 por ciento de las mu-

jeres de 15 años y más sufrió algún acto de violencia por

parte de su pareja (esposo o pareja, ex-esposo o ex-pareja,

o novio) durante su última relación.

Por entidad federativa:

• La entidad federativa con mayor prevalencia de

violencia de pareja a lo largo de la relación es el Estado

de México, con 57.6%.

• Le siguen Nayarit (54.5%), Sonora (54.0%), el Dis-

trito Federal (52.3%) y Colima (51.0%).

• La entidad federativa con menor prevalencia de

violencia de pareja es Chiapas, con 31.6%.

Violencia emocional. 4 de cada 10 mujeres en Mé-

xico (43.1% ) han sido humilladas, menospreciadas, en-

cerradas, les han destruido sus cosas o las del hogar, vigi-

ladas, amenazadas con irse la pareja, correrlas de la casa

o quitarle a sus hijos, amenazadas con algún arma o con

matarlas o con matarse la pareja.

Violencia económica. 2 de cada 10 mujeres en Mé-

xico (24.5%) han recibido reclamos por parte de su pareja

por la forma en que gastan el dinero, les han prohibido

trabajar o estudiar, o les han quitado dinero o bienes (te-

rrenos, propiedades, etc.).

Violencia física. A 14 de cada 100 mujeres en México

(14.0%), su pareja la ha golpeado, amarrado, pateado,

tratado de ahorcar, asfixiar o agredido con un arma.

Violencia sexual. A 7 de cada 100 (7.3%) les han exi-

gido o las han obligado a tener relaciones sexuales sus

propias parejas, sin que ellas quieran, o las han obligado

a hacer cosas que no les gustan.

Denuncia de la violencia. Es de observar que sólo

casi dos de cada diez mujeres que vivieron violencia en

su relación se acercaron a una autoridad a pedir ayuda

(13.6%). De ellas, 32.6% lo hizo a un ministerio público

para levantar una denuncia, otra proporción importante

recurrió al DIF (32%), y en menor medida a otras auto-

ridades como son la policía (20%), la presidencia muni-

cipal o delegación (15.4%) y a los institutos (estatales o

municipales) de la mujer (9%).

También podemos encontrar en la página electrónica

de UNICEF-México la siguiente información:

“Datos recientes sobre violencia arrojaban sobre da-

tos tan alarmantes como que siete de cada diez jóvenes

sufre violencia en su relación de noviazgo (un 76% de

violencia psicológica, 16.5% de violencia sexual y 15%

de violencia física). En cuanto a la violencia en la familia,

sólo el 34% de las mayores de 15 años no atestiguaron

violencia física entre sus padres. El 66% restante ha vivi-

do al menos una de las formas de violencia”.

“Por otra parte, la violencia contra niños, niñas y ado-

lescentes en entornos como la familia, la escuela, la co-

munidad, los centros de trabajo o las instituciones, está

legitimada y aceptada socialmente, de forma que se ha-

cen naturales -y por tanto invisible-, lo cual contribuye a

su persistencia y reproducción”.

Como puede advertirse, todas estas noticias e infor-

maciones, tienen que ver con la violencia, con la muerte,

con el desprecio a la vida y, al final, con la falta de reco-

nocimiento y de tolerancia de los otros.

La violencia si vemos es un concepto o término que

implica variantes e interpretaciones. Algunos elementos

centrales que han sido tomados por diferentes autores y

estudiosos sobre el tema los encontramos en el libro de

Gómez, N., Zurita R. y López M: La Violencia Escolar

en México. (Ediciones Cal y Arena. 2013) y nos ayudan a

entender dicho fenómeno. Por ejemplo, las características

que determinan el comportamiento de la acción violenta,

en algunas ocasiones centrando su atención en la relación

entre individuos involucrados desde la caracterización de

víctima y victimario (Hirigoyen, 2010); en otras, a través

de las interacciones y problemas que se registran entre pa-

res en la interacción cotidiana y que desencadenan accio-

nes disruptivas (Ortega, 2001); también se han tomado

como eje las condiciones contextuales: la influencia que

juega el origen socio-económico, el familiar y cultural in-

fantil (Willis, 1988); la posición de los sujetos ante las nor-

mas, las reglas, los ritos y las costumbres de la institución

(Gómez, 2008); las consecuencias y efectos sobre los indi-

viduos, como el aniquilamiento del potencial y la amenaza

a la vida (Foucault, 1988); los costos o impactos que tie-

nen sobre las personas o grupos, ya sea a través de heridas

físicas o psicológicas (Miller, 2001); actitudes específicas

como el miedo (Andreas, 1980); o el terror (Lira,1991);

así como el tipo de acciones planeadas o impulsivas, como

ataques suicidas, agresiones espontáneas, venganzas (Hiri-

goyen, 1999) que derivan en conflictos con desenlaces de

carácter violento.

La violencia escolar es un problema actual y es de

suma importancia atenderlo. Sabemos que es un asunto

complejo en el que intervienen diversas circunstancias y

no solo los actores directos: estudiantes, maestros, padres

de familia, directores, etc. También participan factores

como los mass media y en especial el internet, las redes

sociales y el marco social general. Se trata de un fenóme-

no cuyo estudio reclama una perspectiva interdisciplina-

ria y multi-metodológica.

Su atención no puede limitarse a las aulas o las escue-

las. Es una tarea colectiva, es una tarea de reflexión social

en la que surgen preguntas como las siguientes: ¿qué tipo

de educación queremos para los ciudadanos de hoy y del

mañana? O, más bien, al revés ¿qué tipo de ciudadano

nos imaginamos para construir una educación apropia-

da?; ¿qué sociedad necesitamos que nos permita con-

seguir las metas? Eso implicaría regular las televisoras,

la radio etc. para que contribuyan con una nueva cultu-

ra y una nueva educación. Implicaría también profesores

preparados y actualizados, ciudadanos respetuosos de los

otros, etc. No es fácil, más bien es muy difícil, pero pode-

mos iniciar por lo menos mostrando algunas partes del

problema.Partimos de la idea de que la violencia es algo apren-

dido socialmente y por tanto es posible evitarla. La vio-

lencia es parte de nuestra cultura y es parte importante de

la cultura de las instituciones y de la escolar. Necesitamos

revisar las normas institucionales, las reglas y reglamentos

que norman las instituciones educativas; es necesario revi-

sar las prácticas educativas, lo que incluye cuestiones tan-

to pedagógicas como de relaciones interpersonales y éticas

por supuesto; es necesario considerar la interacción con los

diferentes actores que constituyen el mundo escolar. Las

bibliotecas, los deportes, laa actividades artísticas son ele-

mentos indisociables con una educación integral.

En las instituciones de educación del país, la violen-

cia no es sólo un fenómeno de actos espectaculares, de

esos que nos muestran los medios; no, la violencia es una

realidad que se manifiesta de múltiples formas: es cam-

biante y silenciosa y se manifiesta y está presente en las

relaciones entre estudiantes y otros estudiantes, entre es-

tudiantes y maestros, entre directivos y trabajadores, en-

tre grupos con otros grupos y también en las relaciones

interpersonales cotidianas.

El estudio de la violencia escolar puede servir, a las

instituciones educativas, sobre todo a las universidades,

para comprender la dinámica, los orígenes y las posibles

soluciones del problema, también y sobre todo puede

servir y eso sería una buena contribución, como un ejem-

plo social al convertirse las universidades en un espacio

en los que se desarrollen nuevas relaciones y estrategias

de atención a la violencia.

Las escuelas mexicanas, como dicen María C. Fie-

rro y P. Carvajal en Mirar la Práctica Docente desde los

Valores, tienen como núcleo atómico de la pedagogía el

respeto por la autoridad; en ellas, lo importante no es

agregar valor a lo que el profesor instruye sino someter

al estudiante, sin derecho de réplica, a las enseñanzas de

la escuela. Las tres frases más utilizadas dentro del cen-

tro escolar son: ¡guarda silencio!, ¡pon atención! y ¡trabaja

sentado en tu lugar!

Este modelo pedagógico no ayuda en la construcción

de mejores subjetividades, de una formación que haga

capaces a los estudiantes de pensar críticamente, de co-

municar con eficacia y de contribuir en la edificación del

conocimiento. No promueve la innovación y reproduce

patrones autoritarios. Debemos de intentar implementar

otros modelos, con otros valores y con una cultura de paz.

* El autor es Doctor en Psicología Social por la Uni-

versidad de París III y actualmente se desempeña como

docente en la Facultad de Psicología de la BUAP.

* Reincidente no incluye sección de Sociales

Eulogio Romero Rodríguez*

La violencia es miedo a las ideas de los demás

y poca fe en las propias

Antonio Fraguas

SOCIEDAD EN MIEDO

Eulogio Romero Rodríguez

MUSICA SACRA

Carlos Salcedo García

RIMAS

Dayan Guerra

DESDE LA FACULTAD

Mariano Torres Bautista

ENGAÑO

Enrique Condés Lara

DE PLANTAS Y ANIMALES

Cecilia Vázquez Ahumada

ZOOCIEDAD

La Cigarra Ilustrada

REINCIGRAMA

Fernando Contreras

AQUÍ, PUROS CUENTOS

Paco Rubín

FRANTASÍAS

José Fragoso Cervón

ARITMOMANÍA

Gabriela Breña

LOS JAPONESES SON

EXTRATERRESTRES

Ya es cotidiano que al encender la TV, al escuchar la radio o al leer un diario, nos encontremos con noticias como las siguientes: “en Siria se usa gas

en la guerra civil”, “los cohetes en la Franja de Gaza no cesan”, “en Croacia los tanques de los rebeldes son dete-nidos”, etc.; o notas sobre nuestro país que, desafortu-nadamente, ya no son noticias: “se encuentra nueva fosa en Michoacán con 19 cadáveres”, o “Fueron abatidos 10 presuntos delincuentes y hubo tres policías muertos en Tamaulipas”, “en una escuela matan a un estudiante sus compañeros, cuando jugaban”. También podemos escu-char en un noticiario deportivo: “las Águilas del América le pegan a las Chivas de Guadalajara”, “La máquina del Cruz Azul humilló a los Gallos de San Luis” etc.

Podemos encontrar en la página electrónica inmuje-res.gob.mx del Instituto Nacional de las Mujeres infor-maciones como las siguientes:

Violencia de pareja. De acuerdo a los resultados de la ENDIREH 20112, en México 47 por ciento de las mu-jeres de 15 años y más sufrió algún acto de violencia por parte de su pareja (esposo o pareja, ex-esposo o ex-pareja, o novio) durante su última relación.

Por entidad federativa:• La entidad federativa con mayor prevalencia de

violencia de pareja a lo largo de la relación es el Estado de México, con 57.6%.

• Le siguen Nayarit (54.5%), Sonora (54.0%), el Dis-trito Federal (52.3%) y Colima (51.0%).

• La entidad federativa con menor prevalencia de violencia de pareja es Chiapas, con 31.6%.

Violencia emocional. 4 de cada 10 mujeres en Mé-xico (43.1% ) han sido humilladas, menospreciadas, en-cerradas, les han destruido sus cosas o las del hogar, vigi-ladas, amenazadas con irse la pareja, correrlas de la casa o quitarle a sus hijos, amenazadas con algún arma o con matarlas o con matarse la pareja.

Violencia económica. 2 de cada 10 mujeres en Mé-xico (24.5%) han recibido reclamos por parte de su pareja por la forma en que gastan el dinero, les han prohibido trabajar o estudiar, o les han quitado dinero o bienes (te-rrenos, propiedades, etc.).

Violencia física. A 14 de cada 100 mujeres en México (14.0%), su pareja la ha golpeado, amarrado, pateado, tratado de ahorcar, asfixiar o agredido con un arma.

Violencia sexual. A 7 de cada 100 (7.3%) les han exi-gido o las han obligado a tener relaciones sexuales sus propias parejas, sin que ellas quieran, o las han obligado a hacer cosas que no les gustan.

Denuncia de la violencia. Es de observar que sólo casi dos de cada diez mujeres que vivieron violencia en su relación se acercaron a una autoridad a pedir ayuda (13.6%). De ellas, 32.6% lo hizo a un ministerio público para levantar una denuncia, otra proporción importante recurrió al DIF (32%), y en menor medida a otras auto-ridades como son la policía (20%), la presidencia muni-cipal o delegación (15.4%) y a los institutos (estatales o municipales) de la mujer (9%).

También podemos encontrar en la página electrónica de UNICEF-México la siguiente información:

“Datos recientes sobre violencia arrojaban sobre da-tos tan alarmantes como que siete de cada diez jóvenes sufre violencia en su relación de noviazgo (un 76% de violencia psicológica, 16.5% de violencia sexual y 15% de violencia física). En cuanto a la violencia en la familia, sólo el 34% de las mayores de 15 años no atestiguaron violencia física entre sus padres. El 66% restante ha vivi-do al menos una de las formas de violencia”.

“Por otra parte, la violencia contra niños, niñas y ado-lescentes en entornos como la familia, la escuela, la co-munidad, los centros de trabajo o las instituciones, está legitimada y aceptada socialmente, de forma que se ha-cen naturales -y por tanto invisible-, lo cual contribuye a su persistencia y reproducción”.

Como puede advertirse, todas estas noticias e infor-maciones, tienen que ver con la violencia, con la muerte, con el desprecio a la vida y, al final, con la falta de reco-nocimiento y de tolerancia de los otros.

La violencia si vemos es un concepto o término que implica variantes e interpretaciones. Algunos elementos centrales que han sido tomados por diferentes autores y estudiosos sobre el tema los encontramos en el libro de Gómez, N., Zurita R. y López M: La Violencia Escolar en México. (Ediciones Cal y Arena. 2013) y nos ayudan a entender dicho fenómeno. Por ejemplo, las características que determinan el comportamiento de la acción violenta, en algunas ocasiones centrando su atención en la relación entre individuos involucrados desde la caracterización de víctima y victimario (Hirigoyen, 2010); en otras, a través de las interacciones y problemas que se registran entre pa-res en la interacción cotidiana y que desencadenan accio-nes disruptivas (Ortega, 2001); también se han tomado como eje las condiciones contextuales: la influencia que juega el origen socio-económico, el familiar y cultural in-fantil (Willis, 1988); la posición de los sujetos ante las nor-mas, las reglas, los ritos y las costumbres de la institución (Gómez, 2008); las consecuencias y efectos sobre los indi-viduos, como el aniquilamiento del potencial y la amenaza a la vida (Foucault, 1988); los costos o impactos que tie-nen sobre las personas o grupos, ya sea a través de heridas físicas o psicológicas (Miller, 2001); actitudes específicas como el miedo (Andreas, 1980); o el terror (Lira,1991); así como el tipo de acciones planeadas o impulsivas, como ataques suicidas, agresiones espontáneas, venganzas (Hiri-goyen, 1999) que derivan en conflictos con desenlaces de carácter violento.

La violencia escolar es un problema actual y es de suma importancia atenderlo. Sabemos que es un asunto complejo en el que intervienen diversas circunstancias y no solo los actores directos: estudiantes, maestros, padres de familia, directores, etc. También participan factores como los mass media y en especial el internet, las redes sociales y el marco social general. Se trata de un fenóme-no cuyo estudio reclama una perspectiva interdisciplina-ria y multi-metodológica.

Su atención no puede limitarse a las aulas o las escue-las. Es una tarea colectiva, es una tarea de reflexión social en la que surgen preguntas como las siguientes: ¿qué tipo de educación queremos para los ciudadanos de hoy y del

mañana? O, más bien, al revés ¿qué tipo de ciudadano nos imaginamos para construir una educación apropia-da?; ¿qué sociedad necesitamos que nos permita con-seguir las metas? Eso implicaría regular las televisoras, la radio etc. para que contribuyan con una nueva cultu-ra y una nueva educación. Implicaría también profesores preparados y actualizados, ciudadanos respetuosos de los otros, etc. No es fácil, más bien es muy difícil, pero pode-mos iniciar por lo menos mostrando algunas partes del problema.

Partimos de la idea de que la violencia es algo apren-dido socialmente y por tanto es posible evitarla. La vio-lencia es parte de nuestra cultura y es parte importante de la cultura de las instituciones y de la escolar. Necesitamos revisar las normas institucionales, las reglas y reglamentos que norman las instituciones educativas; es necesario revi-sar las prácticas educativas, lo que incluye cuestiones tan-to pedagógicas como de relaciones interpersonales y éticas por supuesto; es necesario considerar la interacción con los diferentes actores que constituyen el mundo escolar. Las bibliotecas, los deportes, laa actividades artísticas son ele-mentos indisociables con una educación integral.

En las instituciones de educación del país, la violen-cia no es sólo un fenómeno de actos espectaculares, de esos que nos muestran los medios; no, la violencia es una realidad que se manifiesta de múltiples formas: es cam-biante y silenciosa y se manifiesta y está presente en las relaciones entre estudiantes y otros estudiantes, entre es-tudiantes y maestros, entre directivos y trabajadores, en-tre grupos con otros grupos y también en las relaciones interpersonales cotidianas.

El estudio de la violencia escolar puede servir, a las instituciones educativas, sobre todo a las universidades, para comprender la dinámica, los orígenes y las posibles soluciones del problema, también y sobre todo puede servir y eso sería una buena contribución, como un ejem-plo social al convertirse las universidades en un espacio en los que se desarrollen nuevas relaciones y estrategias de atención a la violencia.

Las escuelas mexicanas, como dicen María C. Fie-rro y P. Carvajal en Mirar la Práctica Docente desde los Valores, tienen como núcleo atómico de la pedagogía el respeto por la autoridad; en ellas, lo importante no es agregar valor a lo que el profesor instruye sino someter al estudiante, sin derecho de réplica, a las enseñanzas de la escuela. Las tres frases más utilizadas dentro del cen-tro escolar son: ¡guarda silencio!, ¡pon atención! y ¡trabaja sentado en tu lugar!

Este modelo pedagógico no ayuda en la construcción de mejores subjetividades, de una formación que haga capaces a los estudiantes de pensar críticamente, de co-municar con eficacia y de contribuir en la edificación del conocimiento. No promueve la innovación y reproduce patrones autoritarios. Debemos de intentar implementar otros modelos, con otros valores y con una cultura de paz.

* El autor es Doctor en Psicología Social por la Uni-versidad de París III y actualmente se desempeña como docente en la Facultad de Psicología de la BUAP.

* Reincidente no incluye sección de Sociales

Eulogio Romero Rodríguez*

La violencia es miedo a las ideas de los demás y poca fe en las propias

Antonio Fraguas

SOCIEDAD EN MIEDO Eulogio Romero Rodríguez

MUSICA SACRA Carlos Salcedo García

RIMAS Dayan Guerra

DESDE LA FACULTAD Mariano Torres Bautista

ENGAÑO Enrique Condés Lara

DE PLANTAS Y ANIMALES Cecilia Vázquez Ahumada

ZOOCIEDAD La Cigarra Ilustrada

REINCIGRAMA Fernando Contreras

AQUÍ, PUROS CUENTOS Paco Rubín

FRANTASÍAS José Fragoso CervónARITMOMANÍA

Gabriela BreñaLOS JAPONESES SON EXTRATERRESTRES

Page 2: Reincidente 82

222

Thomas Frey*

La nueva era de los colegios y Universidades será la consecuencia de un proceso de desar-ticulación masivo. El avance de la nueva di-dáctica hace que los métodos de aprendizaje

ya comiencen a salir de la sala de clase. Los cursos se-rán creados en cualquier tiempo, prácticamente sobre pedido: “a la carta”, y formateados alrededor de uno o más modelos de aplicación según las necesidades de cada lugar. Los profesores de mayor reconocimiento declararán su independencia y trabajarán para varias instituciones en lugar de solo una Universidad espe-cífica. La acreditación pasará de la Institución para el curso y para el individuo. Por otra parte, los libros de texto, la versión de la tinta sobre el papel que cono-cemos hoy en día, a pesar de todo lo amenazante que se ven las versiones electrónicas, no van a desaparecer. Una de las razones es su capacidad de permanencia per secula seculorum, contrariamente a la efímera vida que han conocido los disquets, ahora discos compactos

El otorgamiento del diploma, poderoso documen-to que genera prestigio y privilegios para sus dueños, comenzará a erosionarse a medida que los estudian-tes y futuros profesionistas se enfrentan a una amplia gama de cambios cada vez más rápidos, y con opciones más baratas y menos complicadas de “status”.

En cuanto a los Campus, muchos de los que se han construido en los últimos dos siglos, comenzará una transformación dolorosa, ya que dejaran de ser las fá-bricas de educación superior modeladas en el siglo XIX. Los muros que se han construido durante varios siglos para contener las Universidades se parecen mu-cho a las paredes legendarias de Jericó: están a punto de “derrumbarse”. Estamos entrando en una época de gran experimentación. La mayor oportunidad para los colegios y Universidades se encuentra en territorios desconocidos fuera de su dominio actual.

El objetivo de este documento es el de tratar as-pectos de la vida universitaria del futuro puesto que se hace indispensable predecir las fuerzas que de una u otra forma incidirán en cambios que tendrán lugar.

Lecciones del Mundo Antiguo En la antigua civilización griega, hubo varios matemá-ticos famosos por su trabajo: Arquímedes, Pitágoras, Euclides, Hiparco, Ptolomeo por citar a los más cono-cidos. Todos ellos fueron pensadores influyentes en su sociedad y fomentaron el campo de las matemáticas. En ciertos elementos mejoraron los trabajos anteriores de Babilonia y los matemáticos egipcios.

Algunas generaciones después, el Imperio Roma-no se convirtió en la sociedad dominante en la Tierra. Sin embargo, hubo un aspecto de la sociedad romana que estuvo notablemente ausente: la falta de matemá-ticos romanos. Es innegable que los académicos de la sociedad romana heredaron también un buen acervo genético y eran tan dotados y talentoso como los grie-gos, pero la sociedad romana estaba siendo rehén de sus sistemas. Fue su sistema de numeración, los toda-vía utilizados números romanos, el que la detuvo.

La característica que hace a los números romanos tan poco práctica es que cada número carece de po-sicionamiento numérico específico, por lo que cada número parece más como una ecuación que un solo entero. Esta realidad compleja impidió que tuviesen matemáticas avanzadas. Los números romanos eran un problema de sistema, y un problema enorme. Ellos impidieron a toda una civilización promover el cam-

po de las matemáticas y la ciencia. Sin embargo, los rromanos estaban tan inmersos en su sistema de

numeración que no tenían ni idea de que esto les im-pedía hacer siquiera operaciones matemáticas rudi-mentarias tales como la adición de columnas de nú-meros o una simple multiplicación o división; lograrlo era para ellos una verdadera hazaña, aún manejando el ábaco. También les impidió la creación de algunos sistemas más sofisticados como el bancario y el de la contabilidad. También restringió a su academia avan-ces en diferentes áreas de la ciencia como la astrono-mía y la medicina.

Estos comentarios parecen extraños ya que vivi-mos en una sociedad donde casi todo es diferente de los días del Imperio Romano. Pero lo que parece tan contrario a la percepción de la mayoría es que esta-mos aún más dependientes hoy de nuestros sistemas que los romanos de su sistema numeral. El arraigo a la mayoría de los sistemas hace que se den por sentados y por lo tanto eficaces. Es el caso de los sistemas de pesos y medidas, la contabilidad, la banca, las compras, la gestión del tráfico y el etiquetado de alimentos. Con cada uno de estos sistemas nos parecemos mucho a los romanos, inmersos en su uso a tal punto que rara vez cuestionamos el razonamiento y la lógica que hay detrás de ellos.

Nuestros sistemas regulan prácticamente todos los aspectos de nuestras vidas, al igual que los peces no entienden lo que es el agua. Rara vez reflexionamos en los pasos que subyacen atrás de nosotros para entender el contexto del mundo que nos rodea.

La pregunta fundamental que debemos hacernos es: “¿Qué hacemos con los sistemas que empleamos hoy, que son el equivalente de los números romanos, que nos impiden hacer mejor cosas?”

Mi argumento es que todo nuestro sistema univer-sitario y la Universidad es el equivalente a los núme-ros romanos, que de hecho nos impiden hacer grandes cosas.

La experiencia universitariaColegios y Universidades llevan consigo una inercia considerable. Tienen tradiciones de larga data, enor-mes redes de ex alumnos, marcas sólidas en la mente de los consumidores, y han sido más duraderas que cualquiera de las corporaciones existentes hoy en día. La mayoría se han integrado en sus respectivas co-munidades con múltiples tentáculos de financiación, muchas de ellas con presupuestos sufragados por el Estado, y otras con intensas operaciones de recauda-ción de fondos que se extienden por todo el mundo.

La gente asiste a las universidades por muchas ra-zones, incluyendo el deseo de un mejor trabajo, un sentido de realización personal, para mejorar su hoja de vida, status y prestigio, construir relaciones, y has-ta para divertirse. Sin embargo, todas estas razones se reducen a una motivación global: la búsqueda de una vida mejor.

Con los años, las universidades han pasado de ser un simple lugar de aprendizaje a una amplia gama de experiencias. En realidad, las aulas y los maestros son solo una pequeña parte de la acción de asistir a la Uni-versidad. Los puntos de contacto para la experiencia de la Universidad (ya sea pública o privada), incluyen:

1. Dormitorios 2. Libros de texto

3. Créditos 4. Deportes

5. Amigos 6. Fiestas 7. Círculos Sociales 8. Hermandades 9. Colegios profesionales 10. Bibliotecas 11. Computadoras 12. Clubs 13. Eventos

14. Investigación 15. Publicaciones 16. Aulas 17. Profesores 18. Asesores 19. Laboratorios 20. Entrevistas de trabajo 21. Y mucho más

Sin embargo, irónicamente la mayoría de estos puntos de contacto se han satanizado como “toda esa basura que sucede fuera del aula.” Lo cierto es que los amigos de la Universidad, sus fiestas, eventos sociales, y todas las otras “cosas”, proporcionan muchos de los ingredientes de la Universidad que la hacen un cambio de vida, una experiencia que todas las charlas informa-tivas jamás podrían aspirar a lograr. No obstante, los créditos solo se dan para los cursos realizados.

Por lo general, los jóvenes comienzan el proceso a la edad de 18 años y la salida entre las edades de 22-25. Al concluir, no solo tienen conocimientos varios o una mejor educación, también son más maduros, cuentan con un nuevo círculo de amigos, y un gru-po de historias que enmarcarán su pensamiento por el resto de sus vidas. Cualquier persona entiende que en una guerra el resultado de la batalla depende en gran medida del calibre de personas de pie al lado de ellas. Del mismo modo, el resultado de la experiencia de la Universidad depende en gran medida del calibre de los estudiantes involucrados.

Con los años, las “reglas del juego” han sido erró-neamente escritas para excluir el valor de la experien-cia, lo que da una ventaja frente a los proveedores de bajo costo y un mínimo de experiencia laboral. Los estudiantes actuales pareciera que simplemente pre-guntan: “¿cuál es la forma más rápida de obtener un diploma?”

* Presidente Ejecutivo de The Da Vinci Institute, Inc. Derechos reservados. (The Da Vinci Institute is a 501(C)3 non-profit under the laws of the State of Colorado).Traducción: Mariano Torres Bautista

A medida que avanzan las aplicaciones del Internet, algunas de las cuales comienzan a sustituir las tareas de los colegios y Universidades, todo el mundo está empezando a sentir los principales vientos de la tormenta inminente, pero pocos tienen una visión clara de los cambios por venir. Un ejemplo es lo que ha pasado con los periódicos, agencias de viajes, páginas amarillas y las compañías discográficas, para mencionar algunas de las industrias y servicios más afectados por el Internet. La evolución de éstas prefigura lo que puede deparar a otras el futuro.

ESCRÍBENOS •Paracualquieraclaración •Paraalgúncomentario •Parahaceralgunacontribución •Paraexternarunacrítica •Paraprotestarporalgo •Paraalgunamentada(peroleve) •Paradiscutirelfuturodelahumanidad •Paradudas(quenoseanexistenciales) •Parapreguntas(nocapciosas)

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No obstante, en la realidad las cosas no son tan sencillas como estar a tiempo en el lugar por el que pasará el conejo para atraparlo. Desde el momento en que todos los servi-

cios de inteligencia buscan infiltrar o reclutar agentes dentro de los agencias de espionaje de otras naciones, la detección y cacería de topos se convierte en una de las prin-cipales responsabilidades de los departamentos de contra-inteligencia, la cual es una labor extraordinariamente delicada que exige tanto perspicacia como paciencia y objetividad. De lo contrario, se corre el riesgo de caer en paranoias y ver por todas partes moros con tranchete, como le sucedió a James Jesus Angleton (1917-1987), Director Adjunto de Operaciones de Contrainteligen-cia de la CIA de 1954 a 1975, tiempo en el que fueron directores de la CIA Walter Bedell Smith (1950-1953), Allen W. Dulles (1953-1961), John McCone (1961-1965), William Raborn (1965-1966), Richard Helms (1966-1973), James R. Schlesinger (1973) y William Colby (1973-1975).

Egresado de la Universidad de Yale, estuvo liga-do al mundo de la literatura y la poesía de la entre-guerras –lo cual le forjó una imagen de intelectual—, sirvió en la rama de contrainteligencia de la Organi-zación de Servicios Estratégicos (OSS) durante la Se-gunda Guerra, época en la que conoció a Kim Philby, de quien se hizo amigo y aprendió mucho. Miembro fundador de la CIA, fue designado jefe de contrain-teligencia en 1954 por Allen Dulles, cargo que ocupó por más de veinte años. Además, fue responsable de la coordinación con los servicios de inteligencia aliados y con el FBI; en 1975, Agleton recibió la Medalla de Inteligencia, la más alta condecoración otorgada por la CIA. “En su día, Jim (Angleton) fue reconocido como la figura de contrainteligencia dominante en el mundo no comunista”, escribió Richard Helms. (Una Vida en la CIA, 2003. p. 275).

Angleton partía de que las agencias de inteligencia a las que se enfrentaba harían cuanto esfuerzo fuera necesario para penetrar a la suya y que, por ello, nunca había que descartar la posibilidad de que ya estuviera infiltrada o que pudiera serlo. El supuesto contrario llevaría a la autocomplacencia y facilitaría la labor de los agentes enemigos. No se basaba en meros conside-randos teóricos; su experiencia en la Segunda Guerra y, sobre todo, el impacto que le causó el descubrimien-to de la condición de agente soviético de su amigo Kim Philby y de los espías de Cambridge, le indicaron que nunca había que confiar ni confiarse de nadie; le hicieron reservado, partidario del secretismo y los mis-terios, arrogante, obsesivo e intrigante. Su personal y trabajos, los modeló con esos atributos. Incluso en la actualidad el término Angletonian es un adjetivo usado para describir algo conspirativo, excesivamente para-noico, raro, extraño o misterioso.

Pero, independientemente de la personalidad es-pecífica que pudiera haber generado el jefe de contra-inteligencia de la CIA, en un medio plagado de disfra-ces y mascaradas, de manipulaciones y hechos que no son más que montajes para encubrir otras realidades, los directores de los servicios de inteligencia y con-trainteligencia deben separar su personalidad, prefe-rencias, obsesiones y simpatías o antipatías del trabajo y la atmósfera en que se desenvuelven; no hacerlo los

hará caer y ser arrollados por ese mundo de espejos, engaños y mentiras.

La paranoia puede tener varias caras. Una de ellas, quizá la más peligrosa, se presenta cuando un organis-mo de inteligencia desarrolla su propio concepto de lo que cree que es la verdad y aunque tal concepto sea equivocado se aferra a él por encima de todo. Entonces, los agentes y datos que confirmen tal concepto, aunque sean falsos, prosperarán; en cambio, los que lo nieguen, aunque tengan razón, serán cuando menos sospechosos; y cuando mejor y más abundante sea la información que aporten, mayor será la sospecha que generarán en sus jefes. No pocos estudiosos de la materia aseguran que cuando se presentan estos casos, no es el contraespiona-je del país contra el cual trabajan el principal enemigo de los agentes operacionales y analistas de información, sino su propia gente, su propia agencia y sus propios di-rectores. Fue lo que ocurrió a la CIA con Angleton.

Su insensata obsesión por destapar a los topos que supuestamente estaban ya incrustados en la CIA —particularmente en su división soviética— y en depen-dencias gubernamentales norteamericanas y de países aliados, le hizo cometer innumerables pifias, despedir y acusar a agentes y empleados de la CIA leales, des-montar sin base operaciones en el extranjero, denostar a grupos de inteligencia aliados. “Había saboteado a los jefes de base de toda Europa, había socavado los servicios de inteligencia extranjeros y había emponzo-ñado el ambiente en el cuartel general, y todo ello sin la más mínima evidencia que respaldara la posibilidad de que hubiera entonces o de que hubiera habido nun-ca un topo dentro de la división soviética de la agen-cia.” (Tim Weiner: Legado de Cenizas. La historia de la CIA. Debate, Barcelona, 2008. p. 291).

Se mantuvo en el cargo durante tanto tiempo por sus conexiones, influencias y conocimiento del drena-je profundo político de Estados Unidos, porque su personalidad anticomunista cerrada concordaba con la mentalidad dominante en los círculos de poder nor-teamericanos de la Guerra Fría y por algunos éxitos que alcanzó. Por ejemplo, gracias a su relación con el Mossad israelí obtuvo para el gobierno norteamerica-no una copia del Informe Secreto de Jruschov al XX Congreso del PCUS sobre los crímenes de Stalin; por esos mismos contactos proporcionó a la Casa Blanca una acertada previsión sobre la guerra de los Seis Días.

Pero, encerrado en sus obsesiones, para fines de los años cincuenta, había perdido todo sentido de objeti-vidad y de proporción; era prisionero de sus propios prejuicios. Las divisiones en el mundo comunista que empezaron a tomar fuerza no eran, para él, más que un”engaño estratégico” o un “complot maestro” dise-ñado por Moscú para desinformar, confundir a Occi-dente y fracturar la solidaridad y unidad del “mundo libre”. “El comunismo internacional sigue siendo mo-nolítico” afirmó en 1966.

Desde esa visión, le eran muy sospechosos los comportamientos de diversos personajes y líderes po-líticos. Dos veces informó a la Real Policía Montada del Canadá que creía que el primer ministro Lester B. Pearson (premio Noble de la Paz, 1957) y su suce-sor, Pierre Trudeau, eran agentes de la Unión Sovié-tica. Acusó al primer ministro sueco Olof Palme, y al primer ministro británico Harold Wilson, de usar su

acceso a los secretos de la OTAN para beneficiar a la URSS. Angleton llegó a sospechar del secretario de Estado Henry Kissinger. Y en privado acusó a nume-rosos miembros del Congreso y al Presidente Gerald Ford de traición.

Su fanático apego a la idea del “engaño estratégico” le hizo caer en aberraciones mayúsculas. En febrero de 1964, desertó de la KGB el teniente coronel Yuri No-senko, quien ya desde un par de años antes facilitaba información a la CIA, pero Angleton, convencido de que era parte del “complot maestro” y que Moscú le había enviado como agente doble para ocultar su parti-cipación en el asesinato del presidente Kennedy, lo puso bajo cautiverio en una casa de seguridad de la CIA has-ta el año 1967. Y aunque Nosenko reveló una gran can-tidad de secretos, durante todo ese tiempo fue sometido a duros interrogatorios y a dosis de “drogas de la ver-dad”; se le proporcionaba insuficiente comida y estaba con hambre todo el día; no tenía contacto con nadie, no podía leer, no podía fumar. Los duros interrogatorios se prolongaron durante 1277 días. No fue sino hasta el 1 de marzo de 1969 cuando fue liberado al no ser ha-llado culpable de ser doble agente de la KGB y de que los soviéticos no tuvieron injerencia en el asesinato de Kennedy. La CIA tuvo que indemnizarlo por los malos tratos y privación de libertad que sufrió.

No obstante, Angleton y su equipo jamás dieron por cerrado el caso. Su búsqueda de un traidor dentro de las filas de la CIA continuó, siguió persiguiendo a los agentes con apellidos eslavos y ascendió en la cadena de mando hasta llegar al jefe de la división soviética; con ello paralizó las operaciones rusas hasta entrada la dé-cada de los setenta. Su encargo terminó abruptamente cuando el New York Times reveló en diciembre de 1974, las operaciones ilegales en territorio nacional que desde muchos años atrás venía realizando.

*El autor es Doctor en Sociología Política por la Uni-versidad de Granada, España. Actualmente es Direc-tor del Museo de la Memoria Histórica Universitaria de la BUAP.

Enrique Condés Lara*

Allen W. Dulles, director de la CIA (1953-1961) dijo que la esencia del trabajo de contraespionaje consiste en una vigilancia continua y un conocimiento de cómo operan los espías de las potencias hostiles y qué están buscando. El contraespionaje está basado en la práctica más adecuada para cazar conejos: en lugar de correr tras el conejo, uno se ubica en un lugar por el cual es probable que pase.

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De ahí que las grandes piezas musicales nos trasmitan la condición humana y nos enamoren y nos lleven a estados de gran satisfacción. La identificación con deter-

minada música es subjetiva, va más allá de la intención y contenido que el autor imprime en su obra. Conocer les condiciones y motivos que inspiraron la obra, lejos de acotar su universalidad, nos permiten interpretar su excelsa particularidad.

La música sacra no la conocía y la rechazaba. La fundamental razón obedecía a mi dogmatismo ideo-lógico; antes por ser marxista ortodoxo, luego por ser cientificista. Sigo siendo ateo y descreído de toda reli-gión, pero ahora de viejo he descubierto esta manifes-tación musical que me tiene sorprendido gratamente, gracias a que he encontrado un nuevo amigo que me ha llevado de la mano con una generosidad muy gran-de. Se llama Francisco Enciso quien, además de ser tolerante y respetuoso de mi escepticismo, es fervien-te creyente y católico militante. Desde muy joven se acercó a la música sacra y obtuvo una gran satisfacción como hombre apegado a la religión y como aficionado a la música clásica. Me comenta que mucho aprendió de tres profesionales de la música a los cuales reme-mora constantemente, el clarinetista Rafael Quijano Osorio, el pianista Luis Chávez y del maestro organis-ta Víctor Urban, este último reconocido concertista en nuestro y en otros países. Como lego en música sacra, gran parte de lo expresado aquí son conocimientos de mi amigo Francisco Enciso pero, eso sí, el entusiasmo y la intención de compartir la experiencia de una mú-sica monumental son míos.

La música sacra está dedicada evidentemente a Dios. Se trata de composiciones hechas ex-profeso para acompañar los ritos y ceremonias religiosas, ge-neralmente su contenido son salmos, oratorios y misas (Respecto a estas últimas guardan cierto apego a su liturgia). En un inicio fueron solo cantos, posterior-mente se introdujeron instrumentos, siendo el órga-no, considerado por algunos musicólogos el rey de los instrumentos. el que mejor se adaptó a los fines cere-moniales.

Podemos enumerar grandes y monumentales com-posiciones, y podremos observar que todos los grandes músicos escribieron música sacra, no solo por el bien sabido dominio de la iglesia católica sobre todos los órdenes de la vida sino también porque la música era tutorada por la iglesia y por los reyes –muchas veces representantes de la Iglesia– y, desde luego, porque la fe cristiana o la idea metafísica de un Dios todo pode-roso dominaba la explicación del mundo, las cosas y el comportamiento humano.

Podemos nombrar las cantatas, como las 52 o más –se tienen clasificadas cerca de 200- que para cada

domingo del año compuso el padre de la música Jo-han Sebastian Bach (1685-1750). Las monumenta-les misas de Wolfang Amadeus Mozart (1756-1791), de Franz Schubert (1791-1828), de Joseph Hayden (1732-1809); la majestuosa misa solemne a Santa Cecilia de Charles François Gounod (1818-1893), la misa de Gloria de Giacomo Puccini (1852-1924). Hay que destacar la misa en si menor del mismo Bach, el oratorio El Mesías de Georg Friedrich Händel (1685-1759) así como su oratorio Judas Macabeo.

La música sacra alcanza increíbles niveles musicales con las composiciones para el órgano, au-tores como Bach, Cesar Frank (1822-1890), Die-trich Buxtehude (1637-1707), Charles-María Widor (1844-1937), Louis Vierne (1870-1937), Marcel Du-pre (1886-1971), Olivier Mesiaen (1908-1992) han dejado profunda huella en la historia de la música.

Volviendo a la música coral podemos citar el ex-traordinario y famoso Gloria del padre Antonio Vival-di (1678-1741); la misa en fa menor de Anton Bruc-kner (1824-1896), la Misa Solemne en re mayor de Beethoven (1770-1827), su oratorio Cristo en el Monte de los Olivos y no se nos debe pasar mencionar esa obra cumbre de la polifonía y el contrapunto de Giovan-ni Pierluigi da Palestrina (1525-1594), que es la misa Papa Marcelo, así como el monumental oratorio Las Beatitudes de César Frank.

Muchas de estas composiciones salen de los tem-plos y se convierten en genuinas piezas de sala de con-ciertos. Creadas en su origen para acompañar la li-turgia, superan al rito y cobran vida propia, aunque a muchos papas esto no les gustó ya que deformaba la intención primera de acompañar los evangelios y las oraciones, como fue el caso del disgusto del Papa Mar-celo con Palestrina cuando escuchó la misa compuesta en su honor, una obra monumental, que lejos de ser música de acompañamiento se colocó como la primera figura del evento.

Al órgano, por su variada cantidad de voces, se le considera el padre de los instrumentos. Podemos dis-tinguir los llamados órganos barrocos antiguos del si-glo XVII y XVIII, como los de la Catedral Metropo-litana, y los de la ciudad de Oaxaca y de Puebla. En muchos templos de nuestro país, que están dotados de instrumentos antiquísimos, lamentablemente se en-cuentran en el más absoluto y total abandono, siendo verdaderas joyas musicales. Hoy, algunos, substituidos por órganos electrónicos, que hay de excelente factura, imitan con buenos resultados a los verdaderos.

Los órganos monumentales destacan por su gran tamaño, por la cantidad y número de registros y sus características de sonorización. En la ciudad de Mé-xico contamos con órganos tubulares monumentales como, por ejemplo, el del Auditorio Nacional, el del

Conservatorio Nacional de Música, el de la nueva Ba-sílica de Guadalupe, el de la antigua Basílica y, aunque más chico, el órgano de la iglesia Luterana Alemana.

A nivel de la República destaca el majestuoso ór-gano llamado San Gregorio Magno de la Catedral de Morelia, Michoacán, sede del Festival Internacional de Órgano. Podrían seguirlo el órgano “Internacional” de la Catedral de Puebla y el de la Catedral de Gua-dalajara. A nivel mundial muchas salas de concierto en Europa y los Estados Unidos están presididas por un monumental órgano. ¿Qué decir de las iglesias de Francia, de Alemania, de Inglaterra y podríamos afir-mar de casi toda Europa?

Nuestro país ha tenido excelentes organistas. En-tre ellos, destacan el maestro Víctor Urban, Alfonso Vega Núñez, Javier Estrella, Gustavo Delgado Parra, Ofelia Gómez Castellanos, Agustín Peñuela Cortés, Francisco Domínguez, y Héctor Manuel Salcedo Be-cerra.

Disfrutar la música no necesita contenidos ideo-lógicos ni finalidades de creencia; la apreciación mu-sical es subjetiva y es una experiencia personal; sentir y valorar la riqueza de su composición y su armonía es un ejercicio de humanidad y sensibilidad. Así lo he entendido, estoy descubriendo un mundo y con gusto disfruto mucho más la música que antes.

Por cierto: no me ha hecho menos ateo, menos descreído y si ha aumentado mi conocimiento del ser humano.

* El autor, egresado de la Facultad de Ciencias Polí-ticas y Sociales de la UNAM, actualmente es escritor y editor.

La música como todo el arte es expresión de la sensibilidad del ser, del ser humano que se alimenta de toda su capacidad para interpretar y sentir su mundo y su tiempo, es decir, la realidad, y eleva su percepción, su explicación, su creencia, valiéndose de instrumentos y técnicas que le permitan expresarse de la mejor manera.

Carlos Salcedo García*

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HORIZONTALES

1. (Giuseppe Ottavio), compo-sitor italiano de música sacra (1657-1743).

6. Compositor austriaco, autor del motete Ave Verum Corpus, basado en un himno eucarístico homónimo del siglo XIV.

11. Autor de Missa Solemnis, casi al mismo tiempo que su Novena sinfonía.

12. Símbolos de resistencia eléctri-ca y carbono.

14. Dulce, jalea.15. Una fórmula de leche para be-

bés.16. Símbolo del rutenio.17. Prefijo que significa tres.19. Ventilar.21. Abreviatura de secante.22. Barra al norte de Venecia, ahí

se celebra del Festival Interna-cional de Cine de Venecia.

24. Diosa griega de la aurora.25. Compositor alemán, autor de

La Pasión según San Mateo.26. Ponga una cosa junto a otra

que le sirva de respaldo o apoyo (inv.).

28. Signo con que se representan gráficamente los sonidos de una lengua.

29. Perezoso, mamífero.30. Y en francés.31. Compositor húngaro, autor de

Misa de la coronación húngara.33. (Alejandro), compositor espa-

ñol, autor de Libera me, Domi-ne, de morte aeterna.

36. Sustancia resinosa que se em-plea en la producción de barni-ces.

37. Carcome.40. Esposa de Abraham (Biblia).41. Orificio del recto.42. Canto que expresa sentimien-

tos positivos de alegría y cele-bración, muy usado en las litur-gias religiosas.

44. Apócope de santo.45. Negación.46. Tipo que personifica al gobier-

no de EU.47. Abreviatura de señora.49. Símbolos de norte y de tera.

50. Se dice de quien pertenece a la congregación fundada por San Juan Bosco.

52. Cántico sagrado entre los cris-tianos y judíos.

53. Compositor alemán, autor de Réquiem alemán.

VERTICALES

1. Autor de Pie Jesu.2. Símbolos del tesla y boro.3. Organización de Estados

Americanos.4. Limpio, puro.5. Repita, reitere.6. Hembra del mono (pl.).7. Ciudad portuguesa en el distri-

to de Aveiro.8. Forma japonesa del budismo.9. Prefijo negativo.10. Pez de la familia de los salmó-

nidos.13. Que profesa el cristianismo.16. Del verbo recrear.18. Distraído.20. Río de Galicia.21. Sistema de Administración

Tributaria.23. Carne asada (inv.).25. Equipo de fútbol de Sevilla Es-

paña de la segunda división.27. Hermana o prima del padre

o de la madre de una persona (inv.).

28. Unidad monetaria de Bulgaria.31. Lisos, planos.32. Símbolos del escandio y del

oxígeno.34. Te diriges a un lugar.35. Libres de culpa y pecado.37. Hagas rimas.38. Sílaba sagrada en la mística

hindú.39. Voz que en el Distrito Federal

que significa negocio (inv.).42. Círculo luminoso que rodea

algunos astros, especialmente el Sol y la Luna.

43. Rezar.46. En mayor cantidad (inv.).48. Medida de longitud antigua.50. Abreviaturas de segundo y de

litro.51. Interjección de sorpresa.

GIOCONDASe derrumbó desmoronándose de a poco la pared de

aquel museo.Demasiado peso para un solo clavo soportar la gran-

deza de Da Vinci.

CASA DE CITASNo hay previa cita y sin embargo llegan puntuales los

caballeros a las siluetas de las ocupadas damas.

HIPÓDROMOPoseía una fortuna.Era el hombre más rico de la zona.Cinco segundos después era el más pobre.Todo por una mala apuesta.

VIAJEEl tren expreso más veloz jamás antes visto.Y los viajeros llegaron a su destino.

Tendrán que esperar un millón de años a que el mundo los alcance.

RIESGO-Soy un mentiroso- dijo.Nadie supo si dijo la verdad.

ASUNTO RESUELTOCerró el paraguas y acabó la tormenta.

SIN FINEl espejo se mira a otro espejo.Cara a cara se encuentra a sí mismo infinitas veces.

REGRESÓPara morir. El agua se ahogó en un vaso de agua.

Cuando amplíe su compasión a todos los seres vivientes, el ser humano encontrará la paz.

Albert Schweitzer, Premio Nobel de la Paz 1952

Tití es el nombre vulgar de diferentes especies de primates americanos que suelen ser pequeños, pero hay uno que es más pequeño, diminuto: el mono tití pigmeo. El más, más pequeño del mun-do de entre todos los monos. Habita en las selvas amazónicas. Mide entre 14 y 18 cm. de largo sin incluir la cola, la cual suele ser más extensa que el cuerpo de este pequeño primate, de la especie de los platirrinos (monos del Nuevo Mundo). Su peso puede alcanzar los 120 gr. y le gusta vivir en pequeños grupos. Su futuro es poco prometedor porque los humanos están arrasando las selvas y como si eso no fuese suficiente, además los usan de mascotas.Ve más en: https://www.youtube.com/watch?v=oS02yIjNaes

¿Serán los gibones de la isla de Hainan, los pri-meros grandes simios que se extingan gracias a la desastrosa intervención humana en la naturaleza? Parece que sí. El gibón de Hainan, considerado el primate más raro de la Tierra, ha sido maltratado hasta su casi extinción. Existían 2 mil ejemplares en 1950 cuando toda la isla de Hainan, China, era su hogar. Hoy: entre 23 y 25, recluidos en los escasos 20 km² de bosque que quedan (Reserva Nacional de la Naturaleza Bawangling), diezma-dos por la tala de su hábitat y la caza furtiva. Un tifón podría acabar con todos ellos. Su extinción daría a esta especie (Nomascus hainanus) la triste distinción de ser el primer simio que se extingue por las acciones humanas. Lee más en: http://www.ecoticias.com/naturale-za/90424/noticia-medio-ambiente-quedan-gibo-nes-Hainan-extincion-servida

+ Una noticia curiosa provocada por las mescolan-zas que hacen los humanos y a las que no nos opo-nemos los animales. Resulta que en el zoológico de la ciudad de Reynosa, en el estado de Tamau-lipas, ha nacido un curiosísimo animal, resultado de los amores entre un burro albino de nombre Ignacio y una zebra llamada Rayas, el cual ha sido bautizado con el nombre de Kumba. Este joven animal, se ve diferente, con rayas como su madre pero no en todo el cuerpo. Este zebrurro no es el único de su especie, existen otros ejemplares en Italia, China y Japón.Lee más en:http://latinonewstoday.com/2014/05/01/a-rare-zonkey-has-been-born-in-mexico/

Y para variar, como cada entrega, les informo de otro animal en peligrísimo de extinción. Se trata del francolín de Djibouti. Quedan alrededor de 500 y pertenece a la familia Phasianidae. Como su nombre lo dice, es oriundo de Djibouti, un país en el cuerno de África. Es un ave terrestre que se alimenta de insectos y vegetales, y es extremada-mente tímido. Los lugares donde se le encuentra son dos zonas pequeñas: las Montañas Mabla y las Montañas Goda, este último ahora más viable para su conservación, ya que en el pasado reciente, Mabla se localizaba dentro de un parque prote-gido pero, desgraciadamente, en el siglo XXI los humanos se olvidaron de su compromiso con el francolín y otros animales que habitan esa región.Lee más en: http://www.arkive.org/djibouti-fran-colin/francolinus-ochropectus/

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Según Bill Laws en “Cincuenta plantas que cambiaron el curso de la historia”, el agave es originario de México. Lo clasifi-có Linneo en el año de 1753, bautizándo-

lo como Agave americana. Se creía que esta plan-ta florecía cada cien años pero hoy se sabe que lo hace tres veces cada cien años y que la planta madre muere después de dar la flor. Se regenera con vástagos.

Según la Enciclopedia de México, en nuestro territorio existen unas doscientas especies. Y es una planta de primera importancia para uso in-dustrial, ya que de sus hojas se desprenden fibras muy resistentes (henéquen, zapupe y lechugui-lla), además por la producción del jugo azucarado que genera, materia prima de bebidas alcohóli-cas (pulque, mezcal, tequila, bacanora, comiteco). También se pueden hornear las hojas con pilon-cillo, y se crea un buen dulce. Existen otras espe-cies que en contacto con el agua producen espu-ma y son usadas para el aseo (tanta, tantilla).

El nombre del maguey proviene del taíno (idioma hablado por los aborígenes que habita-ban las islas, después conocidas como La Espa-ñola, Cuba y Puerto Rico, a la llegada de los es-pañoles en 1492). Se piensa que los aborígenes mesoamericanos la trasladaron a las Antillas. En la Segunda Carta de Relación, Hernán Cortés le explica a Carlos V, el 30 de octubre de 1520, que en el gran mercado de Tenochtitlan “…venden miel de abejas y caña de maíz que son agua miel de maguey”.

La primera versión conocida de la obtención del pulque data del siglo XI. Se cuenta que en tiempos de los toltecas, cuando reinaba el señor Tecpancaltzin, un día del año décimo de su rei-nado, se presentó ante él un pariente, el Prínci-pe Papatzin quien le explicó que su hija Xochitl había descubierto, en el centro de los magueyes, una especie de agua dulce que le fue ofrecida. Y por esa situación, el señor Tecpancaltzin y Xo-chitl entablaron amistad y luego relaciones amo-rosas. La mitología nahua dice que fue el dios Ix-quitecatl, el inventor de la forma de obtener el aguamiel del corazón de los magueyes. La prime-ra descripción del maguey fue realizada por Fran-cisco Hernández, médico de Felipe II.

En México, esta planta es de suma utilidad. Los aborígenes americanos la usaron para vestir-se, hacer cuerdas, cocer alimentos, diseñar cercas,

producir pulque, como “papel”, para proporcio-nar alimento; sus agujas servían para cocer y para mortificarse. También la usaron como combus-tible.

Los españoles trajeron a América el alambi-que y, gracias a ello, el aguamiel del agave se ha trasformado en tequila, mezcal, sotol y bacano-ra. Estas bebidas en su tratamiento requieren la fermentación de sus azucares. El tequila contie-ne 50% de alcohol; esta fuerte cantidad, hizo que Carlos Herrera, un camarero de Tijuana, inven-tara el “Margarita” para gusto de una dama nor-teamericana que se quejó del fuerte sabor del te-quila.

Con las fuertes fibras de agave se han fabrica-do cuerdas de suma utilidad, hasta para amarrar navíos de gran calado.

En la ciudad de San Pedro Cholula se lle-va a cabo cada año, el 4º. lunes de cuaresma, “la Tlahuanca”, es decir, la “Fiesta de la borrache-ra espiritual”, donde los mayordomos de los 11 barrios de San Pedro se reúnen para ofrendarse pulque, que se considera un alimento espiritual y símbolo de la resurrección y sacrificio divino. La fiesta se realiza en el inicio del calendario agrí-cola y se une a la conmemoración de la muerte y resurrección de Cristo. Según Mararita Tlapa Al-monte (Celebran cholultecas la f iesta de Tlahuanca o de la Embriaguez Espiritual. E-Consulta. 30 de marzo de 2014), hay en esta festividad un culto a la muerte porque se recuerda a los “principa-les” difuntos, al mismo tiempo que se pide por la lluvia para el nuevo ciclo agrícola. Todo este evento se enmarca en la Capilla Real o de Natu-rales. En el ritual se hace una procesión, una misa y “…se regala un vaso de pulque, como símbolo del alimento espiritual de resurrección y sacrificio divino”. Es un rito de legitimación y más de los “Principales de los barrios”. Los barrios son las unidades vecinales y de parentesco de San Pedro Cholula que organizan la vida ceremonial y coti-diana de la ciudad más antigua de América. Este entramado de relaciones ha garantizado la me-moria mesoamericana y su continuidad, propor-cionando identidad a los habitantes de la región.

Larga vida a los magueyes que tanto le han dado a México.

* La autora es Antropóloga Social adscrita al INAH-Puebla.

Cecilia Vázquez Ahumada*

Un tequila, dos tequilas, tres tequilas y al sueloGeorge Carlin, cómico norteamericano

Grabé en la penca de un maguey tu nombreVicente Fernández, cantante mexicano

Si dormido

Si dormido puedoen un claro sueñover al mundo ensu mayor esplendor,donde la mentira, el ego y la irano causan el terror

Mas despierto veríaal egoísmo comiéndonosa la gente llena de ira,las mentiras matándonosla insensibilidad y la hipocresíala mediocridad y al cobarde,una caricatura de hombrey otros iguales servilesen su nombre venerarle

Un niño que lloraporque a sus padresle arrebato la guerra,un mendigo suplicandoy una burguesa comprandozapatos y a su hijo una ham-burguesa,mientras que el hombrede allá prueba el hambrey la vida le pesa

Prefiero dormido estary ese triste mundonunca más contemplar,prefiero en mi mundode valientes quedarmesin la mediocracia infame¡Prefiero soñando estar!

Maniquíes fríos y sin libido

Maniquíes fríos y sin libidomaniquíes idiotas,ellas se han reprimidomujeres tontas

Alaban a la moraly temen al que diránpero de ayer lo anormalhizo hoy lo normal

Son jueces de todas,son unas chismosas,odian a las perrasse odian a ellas

Maniquíes fríos y sin libidomaniquíes idiotas,ellas se han reprimidomujeres tontas

Quieren respetopero se atacan primero,quieren igualdad …son parte de la enfermedad

Son débilesporque así lo consideran;son mediocresporque así lo desean

Maniquíes fríos y sin libidomaniquíes idiotas,ellas se han reprimidomujeres tontas

*El autor es estudiante de la Facultad de Psicología de la BUAP.

Dayan Guerra*

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Director y editor: Enrique Condés LaraConsejo Editorial: Mariano E. Torres Bautista, Juan Lozada León, José Fragoso Cervón,

María de Lourdes Herrera Feria, Hugo López Coronel, Miguel Ángel Rodríguez, Ernesto Licona Valencia, Gabriela Breña y Eulogio Romero Rodríguez

Corrección: Enrique Condés BreñaDiseño: Israel Hernández Cedeño

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RE~INCIDENTE. Año 5. No. 82. Segunda quincena de julio de 2014. Es una publicación quincenal editada por el C. Enrique Condés Lara, domicilio Costado del Atrio de San Francisco 22 bis. Cuadrante de san Francisco, Delegación Coyoacán, CP. 04320, tel. (55) 55-17-76-63. Correo electrónico: [email protected]. Editor res-ponsable: Enrique Condés Lara. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo 04-2011-032210460200-101. ISSN: 2007-476X. Otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certificado de Licitud y Contenido No. 15198 otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas de la Secretaría de Gobernación. Impresa en los talleres de El Errante, Editor. Privada Emiliano Zapata No. 5947, San Baltasar Campeche, Puebla Pue. C.P. 72550. Este número se terminó de imprimir en agosto de 2014 con un tiraje de 5000 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de RE-INCIDENTE.

Solución alReincigRama de eSte númeRo

El último día de labores antes de salir de va-caciones de verano en la Benemérita, como siempre (ya se hizo tradición) los integrantes

de la banda de los atascados (más bien de los rucos pasados) nos reunimos para confabularnos sobre lo que haríamos en este tiempo y para saber si habría un buen contacto que nos abasteciera la miscelánea de lo necesario (un cualquier cualquier), para resistir este periodo.

Como siempre salieron a relucir las bachas de to-dorcio (hierba y alcohol) y ya a medios chiles y ento-nados empezaron los planes de adónde escondernos en estas vagaciones. “¿Por qué no huimos a Huautla?”. “No, mejor vamos a Puerto Escondido y hacemos el recorrido hasta Cipolite y Huatulco”. “No, mejor vá-monos a Palenque y de ahí nos vamos a acampar a las cascadas de Agua Azul que hace un chingo de años que no las visitamos”. Fueron algunas de las propuestas que se hicieron. Incluso se dijo, con mucha seriedad: “Son casi tres semanas de güeva, ¿por qué no vamos a todos estos lugares?; están por el mismo rumbo, o sea por el sureste, y llegamos hasta Chetumal”.

--¡Sí cómo no!-- intervino el Ratón—, como tú no tienes familia, ni perro que te ladre tienes todo el tiempo. Pero la mayoría de la banda la tiene –agre-gó-- y en mi caso los chigaos escuincles ya están con la clásica pregunta de estas épocas: “a dónde vamos ir de vacaciones”, y están proponiendo desde las Vegas los de más edad (tendrás un chingo de lana), hasta, ya de perdida, a Veracruz o, como dice mi esposa, a algún lado donde haya playa y alberca.

En esa onda alucinante estábamos (solteros y mandilones) cuando el Cru, pensativo y ya bajo los efectos del cruce, con la mente y la mirada en la in-mensidad, alcanzó a balbucear: “Oye Rucovich (le de-cimos así por ser un izquierdoso de los años sesentas), ¿te acuerdas en los tiempos aquellos que no teníamos que pensar a dónde ir? Solamente echábamos al vo-cho la casa de campaña y una mochila con lo indis-pensable, y nos lanzábamos a la carretera sin rumbo fijo. Visitando principalmente (absolutamente) todos los lugares del Tercer Regimiento de proscritos de la Tierra. Para empezar ya hasta atrás, pasábamos por un congal de Atlixco que era un jacalón lleno de chi-cas buenas y siempre estaba amenizado por una orques-ta de tres que tocaba desde rock hasta danzones, pa-sando por música tropical y rancheras. Y ahí empeza-ba el reventón romántico –continuó relatando el Cru, porque el cabrón tenía la costumbre de bailar hasta el amanecer y enamorarse en medio de la pista de la princesa de la noche, luciéndose ante el respetable con sus mejores pasitos aprendidos en sus días de es-

tudiante en los bajos tugurios (Barba Azul, Tenampa, el Buca, etc.) de Chilanguitlán.

“Al otro día –continuó el Cru su nostálgico rela-to— después de un pozole de rigor y unas chelas en el mercado del lugar, continuábamos al siguiente lu-gar: Izúcar de Matamoros, Oaxaca, Tuxtla Gutiérrez, Chiapa de Corzo, San Cristóbal de las Casas, en el que buscábamos el respectivo antro del Tercer Regi-miento de los desheredados de la vida”.

El Junior, intrigado, intervino en el alucine: “¿Pos donde están esos lugares? Conozco algunos antros que solo te permiten un agasajo tentador, si quieres hacer, ir más allá con las chicas del bien, como ustedes le dicen a las sexo-servidoras, tienes que ponerte de acuerdo con ellas para que cuando cierren el antro, las levantes y te la lleves donde quieras”. Pero ¿por qué irse con una de esas; acaso no tenían novia?, preguntó intrigado.

“Mira chavo –le respondió el Rucovich—, hace 40 o 50 años, en mis años de joven, las mujeres tenían que llegar vírgenes al matrimonio, y casi todos los jó-venes teníamos nuestra primera experiencia sexual en esos lugares y, bueno, cuando andabas entre la banda y la noche llamaba al reventón, no había nada me-jor que tomar unos tragos en un congal y hacer un concurso de baile con los cuates y las chicas. Yo tam-bién acompañé a estos cabrones en algunas de sus co-rrerías en lupanares sórdidos que, decíamos, eran del Tercer Regimiento de los marginales de Mesoaméri-ca. En el reventón y no lejos de aquí, en los alrededo-res de la ciudad, los fines de semana encontrábamos esos refugios para corazones solitarios sin futuro (so-cial, económico, cultural)”.

Entonces habló nuevamente el Junior: “La noche es joven y ya se está acabando el ron; ¿por qué no vamos a uno de estos lugares santos del Tercer Regi-miento y nos tronamos un frasco?, yo invito”, De in-mediato, el Rucovich le contestó: “Yo conozco uno por la salida a Tlaxcala”. “No, ese está muy chafa”, reviró el Cru. “Pura damisela saca centavos hay ahí”, explicó. “Pues se de uno que está en la salida a Tehuacán”, in-tervino Serafín. “¡No!, mejor vámonos a Tecamachal-co, ese si es del Tercer Regimiento”, apuntó el maistro. ¡Discrepo!, en la entrada, de regreso, está la pinche tira y con el pretexto de un operativo y nosotros ya pedos, nos atracan”, dijo el José. “Pues mejor vámonos a la entrada de Canoa” propuso el Ratón. “No chin-gues, ahí matan”, advirtió el hongo.

— Vámonos a donde quieran, replicó el junior, pero vámonos ya.

* El autor es Doctor en Sociología Jurídica por la BUAP, y cuatachín.

José Fragoso Cervón*

Ahora que ya pasó la fiebre futbolera y ratificamos que ya merito la selección llega al paraíso y el mediocre lugar que ocupa, un tercer lugar no nos cae nada mal. Pero este ter-

cer lugar es también por tristes, lamentables, deprimentes razones: México ocupa, entre los miembros de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), el tercer lugar en productor de ninis. En este selecto club de países y en este rubro en específico, solamente nos ganan Turquía e Israel.

El 56% de los jóvenes entre 15 y 19 años va a la escuela. ¿Qué pasa con el restante 44%?

El 24.7% de los jóvenes mexicanos de 15 a 29 años, en 2011, re-conoció que ni estudiaba ni trabajaba, cifra que se ha mantenido prácticamente invariable durante los últimos 10 años. O sea que no hemos movido ni medio dedo al respecto.

El fenómeno afecta primordialmente a las mujeres: 37.8% de las jóvenes de 15 a 29 años, lo que es tres veces mayor que el por-centaje para los hombres en ese rango de edad (11%). Tal dis-paridad encuentra su explicación en que las nini-mujeres, en su mayoría, son amas de casa debido a un embarazo no planeado o a un matrimonio temprano, usos culturalmente muy arraigados en este país.

37% de los muchachos de 18 años están inscritos en alguna es-cuela: 20% en educación media superior y 17% en escuelas de educación superior.

Entre los veinteañeros, solamente el 27% están matriculados en la educación: 3% en educación media superior y el 24% en edu-cación superior.

Solamente el 12% de los jóvenes entre 20 y 29 años de edad par-ticipan en la educación.

En México, la educación obligatoria abarca hasta la secundaria. Concluido este periodo, miles de jóvenes ya no vuelven a pisar un aula en su vida. Y tomando en consideración que el 50% del total de la población de México tiene menos de 26 años, el pa-norama es desalentador, por decir lo menos.

Fuente: http://www.oecd.org/edu/Panorama%20de%20la%20educacion%202013.pdfhttp://www.oecd.org/edu/Mexico_EAG2013%20Country%20note%20%28ESP%29.pdf

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Cientos de miles de años atrás llegaron a la Tierra y se aclimataron en ella, a tal grado de que pasan ahora desapercibidos, como si fueran gente normal. Solamente una concienzuda indagación sobre su

vida cotidiana y costumbres más arraigadas pudo descubrirlos. Su organización, constancia, perfección y puntualidad los hicieron sospechosos, porque, así, ¿dónde quedó la sal de la vida, el sabor picante de lo imprevisto y lo impredecible, la adrenalina generada por la aventura y el “ahí se va”? Señores, los

japoneses no son de este mundo y he aquí las evidencias:

1. Los niños japoneses limpian sus escuelas todos los días, por 15 minutos junto con sus profesores.

2. Todo ciudadanos japonés que tiene un perro está obligado a usar bolsas de tela especial para guardar los desechos del perro.

3. En Japón se llama “ingeniero de salud” a todo em-pleado de limpieza, el cual puede tener salarios de entre 5,000 y 8,000 mil dolares al mes. Eso sí, ne-cesita aprobar examen escrito y oral.

4. Aunque Japón carece de recursos naturales estraté-gicos y padece constantes sismos, en la actualidad es la tercera potencia económica del planeta.

5. A pesar de ser una de las poblaciones más ricas del mundo, los japoneses no tienen empleados domés-ticos y los padres son responsables por la casa y por los hijos.

6. En los restaurantes de autoservicio, la gente solo se sirve lo que va a comer y se lo come todo. No se desperdicia ningún alimento.

7. Tan solo diez años después de que le estalló una bomba atómica (7 de agosto de 1945), la ciudad de Hiroshima había sido reconstruida y cuenta con una economía pujante.

8. En Japón está terminantemente prohibido el uso de celulares en trenes, restaurantes, cines, estadios, salas de conciertos y explanadas.

9. Son excesivamente puntuales y cumplidos. Los trenes de alta velocidad presentan un retraso de aproximadamente 17 segundos por año.

10. Los alumnos de primero a sexto de primaria aprenden ética en el trato con las personas.

11. Su educación básica busca conceptos y desarrollar el carácter de los niños. Por eso no existen exáme-nes de primero a tercer año de primaria.

12. En edad escolar, los niños se cepillan los dien-tes después de comer en la escuela para aprender a cultivar la higiene bucal desde la infancia.

13. Para garantizar una buena digestión, los estudian-tes terminan la comida en media hora.

14. Y, ¡el colmo!, los hinchas japoneses limpiaron las gradas y lugares del Estadio Arena Pernambu-co luego de que la selección nacional de Costa de Marfil derrotase a su equipo el pasado 14 de junio del 2014. ¿Qué no conocen a los hoolligans ingle-ses, a las barras argentinas o a las porras mexica-nas?