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RESIDENCIAS REGIAS O
EN EL ISLAM OCCIDENTAL
Basilio Pavón
RESUMEN. Estudio de los palacios árabes en general dividido en tres parte
hispanomusulmanes post-califales y la
en claro la influencia de la arquitectura islámica oriental en
muy silenciada en otros autores
casi siempre subyace un resto o recuerdo
complejo arquitectónico de uno, dos o más territorios
responden por los términos maylis
mexuar. La unidad Qasr tipo omeya y abbasi oriental con muralla y torres no es habitual en al
excepcionalmente la Aljaferia, “El Castillejo” de Murcia
ABSTRACT. Study of the Arab p
palaces post-Caliphate and the Royal qubba in Isl
influence of the Umayyad and abbasi East
muted in fairly authors. The palace o
behind a rest or memory of the architecture o
complex of one , two or more residential areas which are
al-Andalus is given the term mexuar. The
unusual in al-Andalus, exceptionally in t
of the castle in Onda (Castellón)
RESIDENCIAS REGIAS O PALACIOS, CIUDADES Y CIUDADELAS PALAT
EN EL ISLAM OCCIDENTAL (Primera parte)
RESUMEN. Estudio de los palacios árabes en general dividido en tres partes: la actual, los palacios
califales y la Qubba Real en el Islam. Es un estudio con la voluntad de poner
en claro la influencia de la arquitectura islámica oriental en la occidental, lo mismo para la decoración
muy silenciada en otros autores. Al palacio o residencia regia normalmente se le lla
o recuerdo de arquitectura de la Antigüedad, entendido que se trata de
complejo arquitectónico de uno, dos o más territorios residenciales con o sin murallas propias
maylis, dar o bayt, avanzando los tiempos en al-Andalus se da el término
tipo omeya y abbasi oriental con muralla y torres no es habitual en al
“El Castillejo” de Murcia y palacio del castillo de Onda (Castellón).
rab palace in general divided into three parts: the present, Hispa
aliphate and the Royal qubba in Islam. It is a study with the intention of
influence of the Umayyad and abbasi East architecture in the West. The same for decoration ve
muted in fairly authors. The palace or royal residence is normally called Qasr in which usually lies
mory of the architecture of antiquity, understanding that it is
ore residential areas which are called maylis, dar or bayt; forward in time in
is given the term mexuar. The Umayyad and abbasi East unification with walls and
exceptionally in the Aljaferia of Zaragoza, “El Castillejo” of Murcia and the palace
of the castle in Onda (Castellón)
INTRODUCCIÓN
La aristocracia empezando por
la realeza en todo tiempo se
hacía construir residencias
palaciegas dentro de las
murallas de las ciudades y a
veces extramuros
PALACIOS, CIUDADES Y CIUDADELAS PALATINAS
la actual, los palacios
n la voluntad de poner
la occidental, lo mismo para la decoración
Al palacio o residencia regia normalmente se le llama Qasr en la que
entendido que se trata de
con o sin murallas propias que
Andalus se da el término
tipo omeya y abbasi oriental con muralla y torres no es habitual en al-Andalus,
da (Castellón).
o three parts: the present, Hispanic Muslim
am. It is a study with the intention of clarify the
architecture in the West. The same for decoration very
royal residence is normally called Qasr in which usually lies
iquity, understanding that it is an architectural
bayt; forward in time in
with walls and towers is
Murcia and the palace
INTRODUCCIÓN
La aristocracia empezando por
la realeza en todo tiempo se
hacía construir residencias
palaciegas dentro de las
murallas de las ciudades y a
veces extramuros, en este
último caso con altas murallas torreadas para guardarse de enemigos exteriores. Se
puede empezar con el palacio de Diocleciano erigido en las orillas del Danubio, en
Split, Dalmacia, construcción tardorromana cuya planta a imitación de los
campamentos romanos dibuja dos grandes pasillos cubiertos cruzados en el centro,
cuatripartito repleto de edificios representativos o simbólicos, laicos y religiosos. Su
fachada principal ubicada en la parte de tierra da imagen de características traídas y
llevadas por historiadores y arqueólogos como modelo de otros imafrontes
representativos de palacios e incluso de mezquitas, cual es el caso de la mezquita
aljama de Córdoba del siglo VIII. El carácter de fortaleza de cara al exterior con cuatro
torres cuadradas, una en cada ángulo flanqueando las tres puertas oficiales y otras dos
más separadas por cada costado. Aquí pues nace propiamente el modelo de
residencia palatina de Occidente y de Oriente; Bizancio como continuista de la
tradición romana lo retiene legándolo a las dinastías árabes omeya y abbasi Figura 1,
2,3). La perspectiva de E. Hebrard. Y el “mosaico helénico” de Iberia, Hispania,
Spania. Una mirada desde Illici, VV. AA..
En lo concerniente a España mencionar el célebre mosaico “Helénico” de la Alcudia,
yacimiento ibérico-romano bizantino de Illici, con representación de muralla simbólica
pero muy realista encerrando dibujo de simbólica roseta e inscripción latina, las
esbeltas torres con o sin aperturas al igual que los lienzos de muralla coronadas de
almenas prismáticas, probablemente muralla de la urbe antigua más que de palacio, si
bien no se descarta que se trate de una villa de la campiña. (figura 1, 1).
Concretamente me refiero a los mosaicos romanos del Museo del Bardo (Túnez)
depositados en la Sala de Dugga (figura 2, 2,3), el primero villa fortificada de madera
con una torre por ángulo y galería y almenas vistas, la segunda villa con torres
angulares y galería de ventanas
que hemos visto en el palacio de
Split. Otro ejemplo de villa en el
mosaico tardorromano de Arróniz
(navarra), Museo Arqueológico
Nacional (figura 2, 5) con las
obligadas torres de ángulo.
Ejemplo único de palacio de la
España visigoda en Pla de Nadal
(Valencia) del que doy un dibujo a
mano alzada (figura 1, 5): parece
edificio torreado, entre las torres
pórtico abierto de cinco arcos en
el frente y sencillo pórtico de tres
arcos en los flancos, entre los tres
larga sala y otras cuadradas en los
Figura 2.
extremos. Semejante tipo de edificación quiere recordar ya las residencias palaciegas
árabes del Norte de África y de Madinat al-Zahra.
Pasando al Norte de África célebres son sus ciudadelas o fortines bizantinos torreados,
sobre todo tunecinos, el caso de Tignica (figura 2, 1, 4), con restos de algunas almenas,
fortines erigidos aprovechando materiales de piedra de ruinosas villas romanas. En el
caso concreto de Tignica su puerta enseña ya entrada de planta de codo sencillo.
Recapitulando este apartado de palacios o residencias fortificadas adelantamos
imágenes de puertas de murallas de ciudades pre islámicas, Oriente y Occidente, e
islámicas con proximidad iconográfica entre unas y otras:
Figura 3. 1. Abajo. Puerta romana tunecina con tres arcos de diferente altura y latitud
al estilo de los arcos antiguos de triunfo; 2 , de mosaico romano de Itálica, almenas en
forma de T; 3, mosaico bizantino con imafronte de tres arcos en el centro, de San
Apolinar in Clase; 4, de la ciudad romana de Tipasa; 5, piedra tardoromana de León; 6,
puerta de la ciudad bizantina de Nicea, según Semavi Eyice; 7, puerta del Qasr al-Hayr
al-Gharbi omeya , siria; 8, Puerta de San Esteban, mezquita aljama de Córdoba, siglo
VIII; 8, puerta de honor del palacio abbasi Jausaq al-Khehani, Samarra; 10, los tres
arcos centrales del pórtico de honor de Madinat al-Zahra.
Figura 4. Continuación. 1, arco de triunfo de Septimo Severo; 2, portada del palacio de
Split; 3, Porta Nigra de Roma; 5, otro arco de triunfo romano; 6, puerta de ladrillo del
anfiteatro de Burdeos; 7, restitución de la puerta de Qasr al-Hayr al-Sarqui, omeya del
siglo VIII; 8, puerta de Qasr al-Hayr al-Gharbi, omeya del siglo VIII; 9, portada interior
del palacio Ujaydir; 10, fachada de la nave central mezquita Zaytuna de Túnez; 11,
Figura 2. 1, planta de la fortaleza o Qasr árabe de Tignica, según Pringle; 4, puerta con ingreso
en codo de la misma fortaleza; 2, 3, villas de mosaicos romanos de El Bardo; 5, villa de
mosaico romano de Aróniz; 6, el Alcázar omeya de Córdoba y sus aledaños de Occidente,
según Basilio Pavón.
puerta de la mezquita fatimí de la ciudad tunecina de Mahdiya; , 12, puerta de honor
de ladrillo de Raqqa, Siria, según Creswell; 13, de marfil visigodo; 14, portada mezquita
de Sidi ´Ali al-Ammar de Susa, siglo X; 13, 1, 14-1, 17, portadas de las miniaturas
mozárabes; 18, muralla de la ciudad de Toledo del Código Virgiliano, con
característico almenaje de la muralla y de las torres con tres ventanas de arcos de
herradura; 19, puerta de Bisagra Vieja del siglo X, con reformas mudéjares.
HACIA LA CONFORMACIÓN DEL QASR O PALACIO OMEYA Y ABBASI. PLANTAS DE
TRAZADO MILITAR REGULARIZADO EN AL-ANDALUS Y EL NORTE DE ÁFRICA
Las siguientes figuras dedicadas a plantas de fortalezas que los árabes pudieron haber
conocido bajo la denominación de Qasr o palacio en base a su planimetría regularizada
más propia de fortalezas del llano frente a los castillos de altura casi siempre de planta
irregular. Luego veremos el significado y contenido del qasr en Oriente y Occidente
A los fortines bizantinos del Norte de África, en Marruecos, Argelia y Túnez los árabes
los llamaron alcázar o qasr, el caso de Anastasiana, planta de fortaleza cuadrada, torre
en cada ángulo y otra central por cada costado, una de ellas haciendo las veces de
puerta en ocasión ingreso en codo, tiene inscripción de Teodosio II (figura 5, 1), según
Pringle; en Marruecos otro ejemplo de castillo muy uniforme en su trazado (figura 5,
2): esta vez la torre-puerta proyectada hacia adentro con pasadizo en codo de
tradición bizantina. En España destaca la fortaleza de Can Pins, en Formentera, (figura
5, 3), esta vez sólo con torres en los ángulos y una junto a otra de ángulo protegiendo
ambas la entrada de en medio; es esta una peculiaridad que ya se advierte en los
castillos de Sádaba, Trujillo y Alcázar de Sevilla como se verá más adelante. El tipo de
fortaleza 1 y 2 se repite en el castillo de
Vacar de Córdoba, de ingreso muy modesto,
probablemente dedicada a encerrar ganado
o paradas militares, toda construida con
tapial (4). Más espectacular es la llamada
alcazaba de Mérida cuya inscripción de la
puerta la denomina hisn (figura 5, 5, 6).
Tiene torre en cada ángulo y cuatro torres
en cada frente, la del frente norte tiene
desplazada la entrada entre dos torres
próximas, puerta precedida de un pequeño
albacar o cerca rectangular. Los almohades
añadieron torres albarranas en algunas de
las torrecillas emirales. La fortaleza la
Figura 3. Repertorio de puertas romanas, bizantinas y árabes, Figura 4. Continuación del repertorio de puertas
romanas, bizantinas, visigodas mozárabes y árabes.
Figura 5.
fundaron Abd al-Rahman II y Muhammad. Las planta 5 de B. Pavón, la otra de F.
Hernández Giménez.
Figura 6. Abajo. El llamado alcázar, a veces alcazaba, de Guadalajara, situado a la
entrada de la ciudad (1), de tapial generalizado (en negro la parte omeya conservada),
entre dos torres próximas se abría la puerta, en un ángulo, inicialmente del siglo X; 2,
parte residencial del Alcázar de Marchena, en Carmona, siglos XI-XIV; 3, el castillo
almorávide de Amergo (Marruecos),
el fortín interior, según H. Terrasse; 3-
1. Alcázar de Algeciras la nueva, siglo
XIII-XIV, según J. P. Verboon, 1736.
Sorprenden los castillos de Trujillo (4)
y el navarro de Sádaba (11) por la
puerta entre dos torres próximas del
lado de uno de los ángulos que vimos
en el castillo balear de Can Pins. Los
otros tres costados cuentan con una
torre en solitario respondiendo al tipo
1, 2 y 4 de la figura 5. Otras fortalezas
de trazado regular en llano: alcazaba
de Jerez de la Frontera (5), alcazaba
de Palma de Mallorca (6), alcazaba de
Marbella (7), castillo de Alora (8),
castillo antiguo de San Servando en
Toledo (9), 12, alcazaba de Bobastro;
13, castillo mudéjar de Buitrago
(Madrid); 14, alcazaba de Olite.
Figura 7. A, castillo de Tarifa que una
inscripción de la Puerta llama bury, como en
Baños de la Encina, planta califal trapezoidal con
torre en cada ángulo y tres torres en dos de los
frentes; 1, castillo desaparecido de Huelva; 2,
castillo de Lepe; 3, Gibraleón (Huelva); 3-1, de
Cartaya; 4, de Fuentes (Sevilla); 5, restitución
del castillo sevillano de Triana; 6, castillo de
Saltés, según Bazzana-Cressier; 7, castillo de
Figura 6. Planimetría de fortalezas
hispanomusulmanas.
Bujalance (Córdoba); 8 fortaleza de Alcaraz (Albacete).
Figura 8. Abajo. 1, castillo de Monteagudo (Murcia), siglo XII: por novedad doble torre
en ángulo en la fortaleza superior. 2, 3, ALCÁZAR DE “EL CASTILLEJO” (Murcia) según
fuente árabe del siglo XII-XIII denominado Qasr Ibn Sa`d, según identificación de Torres
Balbás: dos torres gemelas en cada ángulo formando ángulo recto, tres en los frentes
mayores y una en cada frente menor. En el interior palacio presidido por jardín con
crucero. Lo de la distribución de torres, tres-tres y una-una vendrá, según Navarro
Palazón, del castillo fortaleza de Onda (Castellón) (4). Respecto a las dos torres de los
ángulos, característica reflejada en otras fortalezas murcianas, podría haberse
originado en principio en iglesia mozárabe de Santa Lucia del Trampal, de Alcuescar
(Cáceres), (5), reapareciendo en el mausoleo de los sa´adies de la alcazaba de
Marrakech, siglo XVI (6) y antes en la planta de la Sala de Justicia del palacio de los
Leones de la Alhambra (17); como quiera de fuere dichas torres angulares se dan en el
castillo cordobés de Anzur. Y No deja de ser interesante el paralelo establecido por G.
Marçais entre “El Castillejo” murciano y el palacio de Ziri en Achir, Argelia, del siglo X
(A) basándose en las torrecillas exteriores. “El Castillejo” es pues el primer palacio-
fortaleza del siglo XII con la denominación de qasr justificándose así que este término
se aplica a palacio como venía haciéndose en al-Andalus a partir del palacio o qasr
omeya de Córdoba; 8,
Alcazarseguer, Qasr Sagir, ciudad de
planta circular en la ruta de Ceuta-
Tánger, lugar de embarque de los
ejércitos para hacer la guerra santa
en al-Andalus. Inicialmente surgiría
como fortaleza del siglo VIIII. Al-
Bakri lo llama Qasr Awwal (primitivo,
antiguo) e Idrisi e Ibn Sahid al-Sala
Qasr Masmuda, más tarde figura
como Qasr al-Mayaz (de paso) y
Qasr as-Sagir. Con los almohades se
rehabilitó militarmente el lugar.
QASR- ALCÁZAR, SU SIGNIFICADO. VISIÓN GENERAL DEL TEMA
El tema que afecta por igual a las residencias de élite fortificadas omeyas de Oriente y
las de Islam Occidental, requiere una información especial que procuraré abreviar lo
máximo posible. QASR en principio llevado al campo arquitectónico sería equivalente
a castrum romano en el sentido de fortaleza, qasr y fortaleza residencial de limes o
Figura 8. “El Castillejo” de Murcia, 2, el 8
de Alcazarseguer, según Redma.
frontera en el caso de castrum. Los árabes en Oriente lo retoman o se lo apropian
aplicándole el término qasr. No debe olvidarse que este término empareja de alguna
manera con Caesar= César, Señor, al que algunos autores atribuyen la fundación de
ciudades (Sevilla, Zaragoza, Laqqa), para al-Maqqari, según Fernando de la Granja,
Zaragoza es Qasr al-Sayyi= el Alcázar del Señor e Ibn Hayyan menciona el Qasr
primitivo de Zaragoza de los gobernadores de Abd al-Rahman III. Para torres Balbás
Cáceres era Qasr Ras. Y la equivalencia tradicional defendida por Sauvaget y Dozy,
Castra= Qasr para los casos de los qusur omeyas de Oriente. En al-Andalus se difundió
mucho el compuesto Hisn Qasr= castillo-alcázar (el pueblo sevillano de Aznalcazar). Así
pues andan muy entrelazados los términos caesar, castra y qasr y es preciso subrayar
este párrafo de Sauvaget: “en un principio los omeyas de Oriente se sirvieron de los
castra o fortalezas romanas y bizantinas; Qusayr al-Hallabat era fortaleza bizantina
reconstruida por los omeyas a la que añadieron una mezquita”. Leyendo los escritos
del arabista García Gómez y los de Vallvé Bermejo quiero sacar como conclusión que
los invasores árabes en Occidente llaman qasr a aquel lugar que atesora ruinas
romanas, recuerdos del glorioso pasado de las regiones que iban pisando; allí ellos
construían edificio residencial o reconstruían los edificios abandonados y rotos, el
ejemplo de Córdoba del siglo VIII, el qasr del emir Abd al-Rahman I erigido junto al
palacio visigodo si es que uno y otro eran el mismo, ese emir fundador de la mezquita
aljama de la ciudad a pocos metros del muro oriental del nuevo palacio. El binomio dar
al-Imara y mezquita aljama, palacio gubernamental al lado de la gran mezquita,
siguiendo el ejemplos de kufa, Damasco o Qayrawan entre otros casos. En Oriente
omeya tenemos el caso de Qasr Qastal, este término equivalente a castellun romano:
allí había una fortaleza que los omeyas pasan a llamar qasr bajo el gobierno de al-
Hisam, conservados materiales romanos de expolio en este establecimiento y otros de
la región del mismo género. Se confirma pues en lo omeya oriental lo del qasr
prestigiado por materiales romanos acarreados. En Córdoba el qasr era llamado Qasr
Jilafa, Qasr Qurtuba y Dar al- Imara. Lo del respeto de los árabes que les merecía las
ruinas del pasado bien manifestado en las ruinas de Madinat al-Zahra: fragmentos de
mármoles rotos pero sobre todo la inmensidad de superficies murales plagadas de
acantos antiguos copiados de Roma y Bizancio. Para los árabes los fortines bizantinos
de Ifriqiya, mayormente Tunicia, eran qusur, plural de qasr. Caso curioso el de Alcázar
de San Juan (Ciudad Real), supuestamente el árabe Qasr al-Atiyya, según Ibn Hayyan:
probablemente recibiría tal nombre por restos de ruinas y mosaicos aparecidos en
excavaciones del año 1953, en el siglo XVII había allí edificios llamados “el palacio”.
Por al-Bakri sabemos que Qasr al-Sagir= Alcazarseguer estaba donde había restos
antiguos o villa romana. En al-andalus al- Udri menciona un Qasr al-Rum- ¿ de los
romanos, o cristianos?-; Otro qasr del mismo nombre según al-Bakri en el Norte de
África donde varias poblaciones llamadas qasr, bury o madina tenían muchas ruinas
antiguas; el mismo cronista árabe menciona en el Norte de África más de quince
qusur, un castillo o hisn llamado qasr, como en al-Andalus, sería un “palacio
fortificado” más. Es curioso el enunciado en África Bab Qasr, que sería una manera de
llamar a algún arco de triunfo de la Antigüedad. En la Sevilla del siglo XI de los abbadies
había una Qasr al- Zahi, indistintamente llamado hins y qasr, se ubicaba
probablemente en el lugar donde después los almohades erigen el Hisn al-Faray o
Aznalfarache, a la puertas de Sevilla, sería un palacio con murallas propias, tipo
Aljafería.
Volviendo al Norte de África, donde como vimos qasr aplicado a fortalezas complejas
cuadrangulares romanas y bizantinas, sin duda por los árabes aprovechadas, se trata
de la eterna spolia radicalizada por los bizantinos, el término siguió aplicándose por
ejemplo a los ribat-s de Susa y Monastir de planimetría perfectamente regularizada,
en los que consta que había restos antiguos e incluso templo de Trajano y basílica
cristiana destruida por los vándalos. Mosaicos de tradición romana han ido
apareciendo en otros qusur tunecinos de los siglos IX y X: Qasr al Bahr de la ciudad de
Raqqada, qasr de Çabra-Mansuriyya y Qasr del soberano fatimí al-Qa´ïm, en Mahdia,
madina en la que al igual que en Susa aparecen basas y capiteles de tradición
tardorromana y bizantina. La ruinosa Çabra-Mansuriyya recibió también el nombre de
Qasr al-Qadim, “palacio viejo o antiguo”.
En al-Andalus se entendía que el qasr se instalaba dentro de la alcazaba- qasaba- o
ciudadela de las grandes medinas capitalinas, casos de Toledo, Sevilla, Zaragoza,
Almería, Málaga y la misma Alhambra. Concretamente en Zaragoza y en toda la Marca
Superior siguiendo a Razi y a al-´Udri había Qasr Abbad, Qasr Bani Jalaf= Alquezar,
según Fernando de la Granja, Qasr Muns, Qasr Bani Atiyya, e Hisn-al-Qasr.
Los árabes tienen en el qasr su construcción preferida o más noble desde los primeros
tiempos pasando a ser un mito en la literatura, palacios de imponderable belleza y
estatura, materiales preciosos, jardines y agua por todas partes, todo de hechura
paradisiaca, siempre relacionados con soberanos antiguos, los legendarios Cosroe y
Salomón; donde hay Antigüedad, riqueza y poder está el qasr como protagonista. El
campamento o ciudad portátil de Salomón para los árabes tenía un qasr por cada una
de las tribus de Israel, con casas y habitaciones en su interior, presidiendo el conjunto
el palacio del soberano. En este contexto hay que entender Madinat al-Zahra, ciudad
palatina fundada por Abd al-Rahman III en el año 936 donde se menciona el QARS,
cúmulo de palacios o sucesivos salones o maylis, todo enmarcado por férreas
murallas. Allí había dice al-Hayyan la aldea de Qarqanir, posiblemente villa romana,
pues las excavaciones dan cuentas de numerosos restos materiales de la cultura
romana más que bizantina, un caso más de spolia.
El qasr, pasadas las fronteras de los siglos VIII, IX y X e incluso más allá del XI siguió
siendo el palacio árabe por excelencia, principalmente entre el siglo XII y el XIV,
término a veces, como en Córdoba, sustituido por el Dar= casa real o Mexuar con
alusiones vigentes en las paredes de Cosroe y Salomón. En la Alhambra el Palacio de
Comares era qasr, el palacio del patio de Leones era qasr, el Generalife por encima de
la Ahambra era qasr. Fuera de esta ciudad palatina había qusur palatinos, en el Nayd,
El Cuarto Real de Santo Domingo de la madina era un importante qasr del siglo XIII.
EL ALCÁZAR DE CORDOBA
Este alcázar, Qasr al-Jilafa, Qasr Qurtuba, Dar al- Imara, denominaciones constatadas
en las crónicas árabes, nos ha llegado hecho una pura ruina, arrasado, sólo con muralla
en el esquinazo de la calle Torrijos, paramento por frente del costado occidental de la
mezquita aljama y parte de muralla que desde el esquinazo referido avanza en busca
de los baños califales ubicados en la plaza llamada de los Mártires. Ambos lienzos,
incompletos, impiden restituir el perímetro un poco trapezoidal que debió tener el
alcázar: envolvía amplia superficie en torno a las tres hectáreas, casi el doble del
Alcázar o Dar al-Imara de Sevilla, donde estaban las residencias de los emires y los
califas Abd al-Rahman III y al-Hakam II. El recinto se extendía por el sur hasta el rio
Guadalquivir, a la altura del llamado Alcázar Cristiano de Alfonso XI, siglo XIV. Aquí
precisamente han aparecido estos años muros de sillares a soga
y tizón de una de las residencias omeyas, además por el jardín
actual se dibujaba la muralla meridional romana con añadido
de muralla omeya como refuerzo para contener las crecidas
periódicas del rio (abajo figura 9).
Las tres hectáreas aproximadas del núcleo inicial representaban 1/20-1/25 parte de la
medina, 87 hectáreas para al-Udri y 90 ó 96 para Lévi-Provença. No es muy probable
que en esas tres hectáreas cupieran las dos alcazabas de las que nos hablan las
crónicas árabes. Se estima que ya en época
omeya el alcázar experimentó gran
ampliación occidental que alcanzaría al
foso o arroyo de la Arruzafa (ver figura 2
planimetría 3). Por el Bayan de Ibn Idari se
sabe que Almanzor fortificó el Alcázar con
muro y foso circundándole por dos de sus
lados. Se debe pensar que ese mandatario
se limitaría a modificar o reforzar las
puertas descritas por Ibn Baskkwal y los
Anales Palatinos de al-Hakam II. Según las
fuentes árabes dentro del Alcázar había
hasta once palacios o maylis- salones de
aparato-, aparte de huertas y jardines a
los que se sumaban los baños, aún
existentes, dentro de la Plaza de los
Figura 9. Alcázar de Córdoba. Planta restituida, 1; torre con aparejo omeya del esquinazo de la Calle
Torrijos, 2; vista aérea de los edificios actuales erigido en el solar del Alcázar, 4; muralla omeya
conservada en la parte del Alcázar cristiano del siglo XIV.
Mártires. Al-Maqqari bien informado por Ibn Baskwal dice que en el siglo IX había
todavía construcciones antiguas y monumentos maravillosos de griegos, romanos,
godos y otros pueblos más antiguos, todos indescriptibles. Luego los emires
construyeron verdaderas maravillas y se trajo el agua desde la sierra de Córdoba que
llegaba al recinto palatino y a la gran mezquita metropolitana. Es creencia, según Ibn
Baskwal, que el origen del alcázar viene de un palacio visigodo cuyas ruinas fueron
descubiertas entre la maleza; Abd al-Rahman I lo reconstruiría. El Fath al-Andalus dice
que este emir ordenó construir una mezquita cerca del antiguo alcázar visigodo (Dar
al-Imara) que había reconstruido y convertido en centro de poder, a su vez ordenó la
construcción o reconstrucción de las murallas de la madina. En el emirato el alcázar
tenía cuatro puertas básicas, añadida en el siglo X siete más conocidas por los nombres
de lugares próximos exteriores, Puerta del Rio o Puerta de la Mezquita, puertas bien
contraladas, más de una vez fueron tapiadas para evitar las idas y venidas de los espías
eslavos. La fundación de la ciudad palatina de Madinat al-Zahra no muy distante de
Córdoba capital, a donde se traslada la corte de Abd al-Rahman III (936) no significó la
decadencia del alcázar metropolitano, pues dicen las crónicas que ese califa y su hijo
al-Hakam II siguieron atesorando nuevos palacios en el alcázar, maylis conocidos bajo
los nombre de al-Zahir, al- Kamil, al-Munif, an-Nasir, Salón de Zahra y Dar al-Rawda;
en éste último hablan las crónicas que al-Hakam II estableció un oratorio, según un
capitel con inscripción en la que Ocaña Jiménez leyó “Obra de Sa´far para el oratorio
de su señor”. Curiosamente en los palacios de Madinat al-Zahra no ha sido localizado
oratorio privado alguno ni las crónicas lo insinúan. A esta ciudad se trasladó el cliché
de la dualidad Dar al-imara próximo a la mezquita aljama con muralla por medio. En el
siglo XII el Qasr al-Jilafa omeya no debió desaparecer del todo, pues almorávides y
almohades habitaron algunas de sus principescos maylis, según texto de Ibn Sahib al-
Sala. Esta noticia se justificaría por la exhumación de yeserías del estilo de la dinastía
de los unitarios en las cercanías del baño califal de la Plaza de los Mártires. De todas
formas conviene recordar un escrito sobre la decadencia del alcázar de García Gómez
inspirándose en Ibn Hayyan: “En el año 1063 los restos del alcázar se vendían a alto
precio”, frase que se puede aplicar también a las
ciudades palatinas de Madinat aL-Zahra y
Madinat al-Zahira. Como conclusión, no se ha
podido probar si al alcázar árabe cordobés le
correspondía planta regularizada del tipo de
cuadribugium romano-bizantino replicado en el
qasr omeya oriental y el abbasi. Para el Alcázar
de Córdoba según las crónicas árabes son
básicas las publicaciones de Arjona Castro y
otros.
Figura 9-1. Planta A y B del alcázar de
Sevilla referida a la fortaleza omeya, según
Tabales Rodríguez.
EL ALCÁZAR DE SEVILLA
Los excelentes planos que acompañan a este escrito son interpretaciones de M. A.
Tabales Rodríguez, apreciándose en el segundo propuesta de recinto cuadrado tipo
cuadribugium del primitivo alcázar omeya. Los palacios en línea roja de arriba a abajo
son: patio del León, Patio de la Montería con restos de palacio del siglo XI, palacio
mudéjar de Pedro I; a la izquierda palacio de crucero de la Casa de Contratación y a la
derecha palacios del Yeso y de los cuatro cruceros.
Al igual que en Córdoba la planta total con murallas omeyas es trapezoidal. Yo no creo
en el cuadrado de la segunda planta interpretado como alcázar omeya inicial
apoyados algunos autores en la planimetría regular de El Vacar de Córdoba (figura 5,4)
y en la alcazaba de Mérida (figura 5, 5,6). En todo caso por el cuadrado y las tres torres
por cada frente hay que fijarse en Qasr al-Qastal de Siria (figura 13, 4), pero aún así el
pretendido alcázar sevillano de planta cuadrada no cuenta con claros indicios de
fiabilidad. Veamos otro aspecto de este cuadrado: en el plano A de Tabales vemos en
el ángulo superior derecho dos torres próximas, la exterior destacada por dos de sus
frentes, modalidad vista en los castillos de Trujillo y de Sádaba (figura 6, 4 y y 10). De
mi parte la veo en el recinto fortificado de Can Pins de Formentera, cuadribugium
tenido como tardorromano o bizantino (figura 5, 3). Lo curioso es que esa puerta con
dos torres próximas en un ángulo del cuadrilátero no la incluye Tabales en el supuesto
cuadrado o cuadribugium del plano (B). Por ello no parece acertado darle como alcázar
primigenio sevillano, de manera que estamos en la misma problemática de Córdoba:
no hay indicios fiables para dar en Córdoba y en Sevilla un alcázar de planta regular
tipo cuadribugium. Excusado decir que de todos los palacios de líneas rojas del siglo XI
al XIV ninguno tiene murallas propias. .
Figura 10-1. 1, La muralla omeya del alcázar de la Plaza del Triunfo, en la figura 9 planta A,
muralla A-B.
Una breve pincelada sobre la historia del alcázar de Sevilla que trataré con amplia
extensión en la segunda parte del presente artículo. Abd al-Rahman III antes de ser
proclamado califa en 929 sustituye al gobernador desleal de Sevilla por Saíd b. al-
Mundir quien restablece el recinto de la vieja acrópolis probablemente emiral
levantando muros torreados, trece torres reconocidas, dándole forma de rectángulo
irregular o trapezoidal semejante al recinto del alcázar de Córdoba. En extensión
aproximadamente una hectárea y media. En la etapa de los taifas abbadíes al
sobrevenir la fitna, a principios del siglo XI, se desmorona el poder monolítico del
califato cordobés y surge en la ciudad la oligarquía de los Banu ´Abbad que hacen de
la ciudad sede y corte de su reinado (1023-1091). Acerca de los palacios de la dinastía
unos surgirían dentro del recinto del alcázar, en torno al Dar al-Imara omeya, otros
diseminados por la ciudad y sus aledaños, el Qasr al-Zahir que las fuentes árabes
llaman indistintamente qasr y hisn, y el Qar al-Zahi de al-Mu´tamid que las crónicas
describen como castillo palacio provisto de una qubba o sala de honor. El arquitecto
Alfonso Jiménez cree que éste estaría dentro del alcázar, en el entorno del palacio al-
Mubarak de al-Mu´tamid; a este
mandatario se le atribuye también el
palacio de Mukarran extramuros.
Respecto al palacio al-Mubarak, como
anejo del Dar al-imara, brillaba por una
sala regia o qubba llamada Turayya.
Según el cronista Ibn Sahid al-Sala al-
Mubarak, que se viene identificando con
el Salón de Embajadores del palacio
mudéjar de Pedro I, existía en el siglo XII
Figuras 10-2. 1, 2, puerta primitiva
del Alcázar de Sevilla en el ángulo
de las dos torres próximas: arco
de herradura con alfiz rehundido y
encima arco ciego reflejo de la
bóveda interior de la entrada; 3,
un paralelo en Bab Alou de la
muralla del siglo XII de Rabat, siglo
XII.
Figura 11. Planimetría comparada de los alcázares omeyas de Córdoba (A) (B), de Sevilla (C) y
Madinat al-Zahra (D): A, de B. Pavón; B, de Montejo y Carriguet; C, de Tabales Rodríguez.
Frente a la planta ortogonal de al-Zahra la trama más irregular de los otros alcázares. Muy
semejantes entre sí, el recinto sevillano como copiado del cordobés.
en pleno dominio almohade de la ciudad, si bien el mismo cronista dice que en la
Giralda fue reutilizada la piedra de los muros de ese palacio. Por conclusión, por lo
que se refiere a la morfología que más nos interesa es bastante probable que los
palacios de fuera del alcázar, Qasr al-Zahir, Qasr al-Zai y el Mukarran tuvieran muralla
torreada propia, al estilo de la Aljaferia de Zaragoza, palacio del castillo de Onda y “El
Castillejo” de Murcia.
TOLEDO. EL AL-HIZAM (ALFICEN), LA ALCAZABA Y EL ALCÁZAR
De estos términos el menos conocido es al-hizam, con significado de cerca, recinto o
cinto con torres, lugar defensivo exclusivamente militar, terreno de acampada,
equivalente al Jirbat oriental; un al-hizam podía tener dentro una alcazaba y el
alcázar, tal es caso de Toledo. No se debe olvidar que en el siglo XVI a la Alhambra o a
la alcazaba de Almería se las llama al-hizam. No son casos únicos en al-Andalus, en
todas sus marcas se daba al-hizam y su castellanización, alficén, alhizam.
Toledo famosa hoy por su catedral, murallas y puertas árabes y mudéjares y el alcázar
de Carlos V en la cresta de montículo dentro del Alficén. El arabista Jaime Oliver pensó
siempre que el qasr toledano mencionado por las crónicas árabes estaba en donde
Carlos V erigió su alcázar renacentista, dentro de espacio militar amplio o qasaba, todo
dentro del al-hizam de planta rectangular que desde el siglo X por obra de Abd al-
Rahman III, año 932, iba de la muralla oriental al filo Plaza de Zocodover a la muralla
de la puerta y el puente Alcántara, aproximadamente de 9 a 10 hectáreas. Los
costados menores con murallas, una de parte del Alcázar, otra en la zona del Miradero,
convento de Santa Fe, la Concepción Francisca y Hospital de Santa Cruz, terreno en
que se levantaban los palacios del taifa Al-Mam´un. La muralla de Zocodover en la que
se abre centrada la Puerta de la Sangre, en tiempo árabe bab al- Jayl- puerta de los
caballos-, era doble con pasillo o camino de ronda por el que en la Edad Media
cristiana se pasaba del alcázar junto al Miradero al alcázar ocupado por el de Carlos V,
precisamente este tipo de muralla con camino de ronda la implantó Abd al-Rahman III
en toda la terraza palatina del “Salón Rico” de Madinat al-Zahra fundada cuatro años
después de la conquista de Toledo por el califa.
Las citas árabes referidas a Toledo manejadas por Torres Balbás son escasas y a veces
contradictorias. El gobernador ´Amrus en el año 797, en el emirato de al-Hakan I,
construyó el alcázar con muro de tapial, cerca de Bab al-Qantara, según Ibn ´Idari.
Jaime Oliver estima hablando de ´Amrús ben Yusuf, fundador de Tudela en 797, que él
fue quien levantó el alcázar de Toledo para residencia del gobernador, acaso donde
hoy se levanta la mole del viejo y moderno alcázar, en la parte más alta de la ciudad,
zona que fue conocida durante algún tiempo con el nombre de Yabal ´Amrús, recinto
militar que después se llamaría al-Hizam. Ibn al- Atir y otros cronistas expresan que el
alcázar dominaba la puerta de la fortaleza, y Nuwayri atribuye la reconstrucción del
alcázar a al-Walid ben al-Hakam, situándolo sobre Bab al-Jayl. Al-Himyari dice que
Toledo estaba fortificada y tenía una bella y sólida qasaba que algunos traductores
dicen ciudadela. Luego con motivo de la conquista de la ciudad por Abd al-Rahman III
iniciada en el año 932, Ibn Hayyan expresa: “An-Nasir inició inmediatamente la
construcción o reconstrucción del alcázar toledano y el al-hizam sobre el rio para
residencia de los cadíes y la tropa, separándola del entorno de la ciudad y uniendo la
puerta del alcázar con la del puente, que vino a quedar exclusivamente en su poder”.
Aquí vemos con claridad que ese al-Hizam era fundación real o residencia palatina por
excelencia. Concluye Ibn Hayyan con un relato de un toledano sobre la obra realizada
por el califa: “pues no separó del alcázar destinado a sus gobernadores con un alto
muro, lo que fue útil para todos, pues los espíritus se aquietaron”. Dentro del al-hizam
al menos en el siglo XI, existía una mezquita de Ibn Dunay el qadi, (bi-l-hizam min
Tulaytula), según información del arabista Elías Terés. Así se cumple en la ciudad del
Tajo los atributos propios de una alcazaba o ciudadela palatina, en su interior tenía
alcázar y mezquita, caso de la Alhambra y antes de las alcazabas de Almería, Málaga y
Jerez de la Frontera.
En el siglo XI se inicia la etapa taifa con los soberanos al-Qadir y al-Ma´mun cuyos
palacios, sin duda alcázares, se situaban en la parte septentrional del al-hizam como lo
han confirmado numerosos restos decorativos de toda la parte del Miradero, uno de
ellos llamado Alcázar de Galiana desde el cual se podía ir por el muro que iba de un
alcázar a otro, el hoy Alcázar de Carlos V, donde mucho antes Alfonso VI tenía el suyo
(lo del paso por el muro de un alcázar a otro se refiere a doble muralla con el paseo
de ronda inaugurado por Abd al-Rahman III). Sobre el alcázar nuni de la parte del
Miradero existe descripción de Ibn Hayyan
transmitida por Ibn Bassam, ensalzando un salón,
sin duda una qubba, decorada con mármoles con
figuras de árboles y animales e inscripción
dedicada el soberano nuni fundador.
Figura 11-1. Sobre cómo sería el palacio árabe de Galiana del al-
Hizam de Toledo. Pudo ser como el palacio del mismo nombre
erigido como palacio-fortaleza en la misma orilla del Tajo (4) (5),
siglos XIII-XIV: planta rectangular, apaisada con 15 espacios (A), en
parte semejante a palacio abbasi de Samarra (2), sala de audiencia,
palacio de arriba, que nos lleva al complejo de Salón de
Embajadores del palacio mudéjar de Pedro I del Alcázar de Sevilla,
sala apaisada (1) (3) con cuadrícula de 11 espacios, esta y la
cuadrícula del palacio de Galiana extramuros semejante en parte a
la planta baja del palacio de la Zisa de Palermo, siglo XII (6), según
reflexión de Gómez-Moreno. De aquí pasamos a curioso edificio de
nueve espacios de Resafa, de estilo bizantino, estudiado por Cyril
Mango (7), es la sala de audiencia de al-Mundir jeque árabe
protegido del emperador bizantino, siglo VI. Esta vez el espacio
.
Figura 12. El al-hizam. 1, vista panorámica como
hipótesis que realicé en el año 1982: en la parte
de la izquierda arriba el alcázar omeya con sus
torres precedido de dos recintos o albacares en
donde estaría la alcazaba emiral. En el año 932
Abd al-Rahman III construye la muralla superior
de Zocodover que iban del alcázar a la explanada
del Miradero, prolongándose por lo tanto la
alcazaba para la tropa in crescendo del siglo X; en
ese muro en el centro estaba Bab al-Jayil.
Arriba a la derecha restos de muralla omeya más
meridional del al-Hizam.
En las dos terrazas escalonadas de la derecha construiría el taifa al-Mam´un su palacio luego llamado alcázar de Galiana.
En la panorámica (1) entre la muralla de Zocodover y la más exterior de Bab al-Qantara junto al rio Tajo he dibujado una
muralla torreada transversal de N. a S. en base a información de Román Rodríguez que le transmitió el coronel Manuel
Castaño: “Muro de contención recientemente construido en el declive oriental del Alcázar el cual está edificado sobre
trozo de muralla ciclópea formada por grandes sillares toscamente labrados y sin argamasa alguna. Pensaba Román
Martínez que ese muro corresponde al muro de contención de la explanada del Alcázar que iba a parar al ábside de la
Concepción Francisca, terminando en torreón de la muralla romana existente en la escalinata que asciende al miradero”.
En el territorio entre esa muralla y la más exterior de Bab al-Qantara junto al rio Tajo habría población con la iglesia de
Santa María del Alficén mencionada a partir del año 1085 que desde el tiempo árabe funcionaría como sustituta de la
metropolitana Santa María visigoda ubicada en el centro de la medina suplantada por la mezquita aljama emiral. Pasamos
a las imágenes (2) en limpio el al-hizam rectangular con el actual alcázar con la muralla a la izquierda de Zocodover (3),
muralla doble con la Puerta de la Sangre, según dibujo y estudio de Román Martínez, Torres Balbás certificó que los sillares
Puerta califal, único resto
del alcázar de Abd al-
Rahman III (1). Al lado (2)
una de las puertas de la
mezquita del Cristo de la Luz
de Toledo,
central más grande que los ocho restantes, propio entre mezquita e iglesia o de sala de audiencia de Samarra. Esta
vez su planta engañosa y palacio. No hay que olvidar la estrecha proximidad morfológica entre la arquitectura
religiosa y la palatina en lo bizantino y el sucedáneo arte árabe oriental.
LA ALCAZABA DE TALAVERA DE LA REINA (TOLEDO)
Panorámica del recinto de al-Hizam, delante de la plaza de Zocodover, a la
derecha el alcázar de Carlos V
ver señalada con el número 5. Este tema de la “coracha” viene de González Simancas que comparó la doble muralla
toledana con el largo pasillo entre las murallas que unían la alcazaba de Málaga con el castillo vecino de Gibralfaro en
alto (7). Así lo acepté en artículos míos posteriores en base a que documentos del siglo XVI referidos a Toledo hablan
de muro y puerta de la “coracha”; es decir, coracha es la doble muralla de Zocodover, así lo aceptó J. Carrobles.
Aunque esta teoría o propuesta no acababa de convencerme del todo, se me quedó muy débil la comparanza Toledo y
alcazaba de Málaga y pensé que en la ciudad del Tajo “coracha” era el gran espacio de la alcazaba, es decir espacio
entre Zocodover y la muralla de la Puerta Alcántara en base a que este término como probé en varios de mis artículos
se aplicaba mucho a espacios anejos, grandes o pequeños, a fortalezas y ciudades, y : en escrito antiguo toledano, del
siglo XVI, a esa parte de la ciudad se la conocía como “el abajo”.
Respondían a aparejo omeya del siglo X. en (5) un plano con los edificios actuales del al-Hizam- alficen- de la Plaza de
Zocodover a la muralla junto al rio de Bab Qanhtara; 6, vista desde el otro lado del río del al-Hizam con el alcázar de
Calos V en el montículo de la izquierda. Interesante es el plano de J. Carrobles Santos (4) con explicación dos columnas
de abajo:1, la parte del Miradero donde se ubicaban los palacios árabes del siglo XI: 3, 4, 5, la doble muralla con la
Puerta de la Sangre ; 6, restos de la muralla árabe in situ; 9, 10, supuesta doble muralla según de la Higuera. Pero lo
más interesante que se presta a polémica tal vez inacabada es que Carrobles llama “coracha” a la muralla de Zocodo-
EL CUADRIBUGIUM CON TORRES REDONDAS EN EL QASR, RIBAT, CARAVANSEROS E
INCLUSO EN MEZQUITAS.
RIBAT TUNECINO
De entrada en el Norte de África el
ribat, construcción militar con torres
redondas, léase el caso de los ribat-s
de Susa y Monastir, ambos también
llamado qasr en los textos árabes.
Dejo la explicación absoluta de los
ribat-s tunecinos a los artículos
publicados básicamente por G.
Marçais y A. Lézine. Indiscutible su
parangón con los qusur omeyas de
Siria, fortalezas-palacios del desierto a
donde se retiraban los mandatarios
para desahogo y descanso, eran a la
vez mansiones básicas en medio de
cultivos, aunque para Lézine eran
fortalezas refugios de la familia real en
casos de peligro. De todas formas aquí
tenemos vivos ejemplos de la
engañosa arquitectura árabe, lo
plurifuncional: morfología privilegiada
para fortaleza, palacio e incluso
mezquita, a imitación de la edilicia
Figura 12-1. En la orilla del rio Tajo, hábitat árabe nombrado ya en el año 713. En el siglo IX uno de sus
gobernadores de tiempos de al-Hakam I, es ´Amrús. Según al-Razi Abd al-Rahamn III dotó a la plaza de
fuertes murallas y de una alcazaba o ciudadela en la lucha entre árabes y cristianos. Para Himyari la
alcazaba figuraba entre las fortalezas mejor defendidas de al-Andalus. La ciudad fue conquistada por
Alfonso VI, a continuación de la caída de Toledo (1085). La madina de 17 hectáreas de extensión
superficial, fuertes murallas fabricadas en su mayor parte con sillares romanos del lugar, la consabida
spolia, apreciándose el aparejo omeya de sogas y tizones; las torres de planta rectangular. La alcazaba,
señalada con una X en la imágenes 1 y 2, tiene planta cuadrada con torres, la puerta de desconocido
nombre entre dos torres próximas, como en la cerca califal de la vecina ciudad-fortaleza de Vascos y
puertas toledanas del siglo X. Una de las torres de ángulo de la alcazaba luce arriba caja rehundida
probablemente de lápida fundacional desaparecida y más arriba aparejo de piedra y fajas de
mampostería con verdugadas de ladrillo (4) (5).
Figura 13.
bizantina en Oriente y Occidente.
Sobre los arcos de las puertas de entrada del segundo piso se aprecia la rosca de medio punto
de las bóvedas de las celdas según tradición romana-bizantina (7), con ejemplos en el alminar
de la Gran Mezquita de Qayrawan. Encima por corona friso de almenas redondeadas con
saeteras, claro signo de la función militar del edificio junto con la configuración de la puerta de
entrada (2) destacada al exterior según tipo omeya oriental, en su interior juego muy eficaz de
rastrillo y buhederas de tradición bizantina; junto a la puerta a la derecha torre cuadrada de
ángulo con espigada torre vigía redonda añadida con remate moderno (figura 15 1), reiterada
en el ribat de Monastir (2). Véase que las torres redondas descansan en zocalillos de piedra
cuadrados, también presentes en algunas de las torres de la Aljaferia. Respecto a la
modalidad de una torre en el centro de cada costado del ribat de Susa recuerda algunos de
nuestros castillos y la fortaleza cuadribugium omeya de Minya además de la cerca del palacio
de Jirbat al-Mafyar, cuya puerta destacada al exterior se asemeja también al portalón de la
fortaleza de Susa.
Figuras 13, 14 y 15. 13, el ribat de Susa viene datándose en el siglo VIII, con reformas en el IX, allí había
restos antiguos romanos-bizantinos lo cual puede valer para comprender el término qasr que se aplica a
este tipo de arquitectura básicamente militar: cuatro galerías en el amplio patio cuadrado rodeado de
múltiples celdillas o bayt para las soldadesca, celdas reiteradas en la planta alta, en el costado meridional en
alto el oratorio o mezquitilla de once naves con el mihrab redondeado en el centro (4). En las galerías a
tramos bóvedas de aristas (figura 24, 1,2), nada más entrar la bóveda de aristas de piedra, priorizada la
clave (figura 13, 5).
Figuras 14 y 15.
M
MEZQUITAS FORTALEZAS
Figura 14. Ribat de Monastir, 3, 5, 9. Inicialmente ribat-fortaleza cuadrado con torre de ángulo redonda la
cuarta de base cuadrada con prolongación de torre vigía redonda del siglo VIII; este edificio comprendía una
mezquitilla aún vigente (5) de siete naves perpendiculares a qibla, el mihrab redondo destacado en
cuadrado al exterior, según tradición de mezquitas omeyas cordobesas. En los siglos X y XI se agranda el
ribat quedando el primitivo dentro de nueva planta rectangular con murallas torreadas, torres cuadradas,
una puerta de ingreso directo en el costado meridional y otra al oeste con acceso en codo sencillo Las
murallas más antiguas permiten ver sus almenas redondeadas como parapeto de los adarves (9). Entre los
materiales de fábrica de los muros figura en el rectángulo exterior aparejo de sogas alternando con un tizón
de tradición omeya de Córdoba. Estos ribat-s tunecinos se asemejan bastante a los Caravansares orientales
según tipo 4 de la figura 14 correspondiente a fortaleza oriental de Jorasán, siglo XI-XII, de época
selyúcida. A propósito de estas fortalezas de camino o estaciones para el tránsito de viajeros, mercancías y
tropas, normalmente provistas de celdas dispuestas en serie, viene al caso mencionar el llamado palacio
Favara de Palermo (6) según Goldschmit, del siglo XII, sólo que esta vez el supuesto caravasar carece de
torres; va provisto como los ribat-s tunecinos, de edificio religioso, esta vez capilla, seguida de sala de
audiencia por lo que cabe hablar aquí de ribat palatino. También caben en este apartado tres edificios
medievales de España, concretamente rábitat de la Islam de San Fernando de Cádiz, castillo de San
Romualdo estudiado por torres Balbás (A), castillo valenciano de Chera (7) y el patio claustral de Santa Clara
de Moguer con celdas en derredor (8), los dos primeros con gruesas torres de ángulo y una centrada en los
costados mayores.
Figura 16. Se trata de mezquitas cuyos oratorios
techados y patios enseñan torres semejantes a las de
las fortalezas que venimos estudiando. Como tal, por
primera vez, las mezquita de Kufa y las de Samarra (2),
mezquita aljama de Córdoba de los siglos, VIII, IX, X
(1), mezquita aljama de Madinat al-Zahra, protegida
por torres en todo su perímetro; también torreada la
mezquita de la Qal´a de los Banu Hammad de Argelia,
con influencia cordobesa (3); mezquita aghabli de Susa
cerca del ribat descrito, la cual aún enseña algunas
torres redondas (4) (4-1), además sus galerías del patio
diseñadas como celdas castrenses (7) y algunas de las
puertas del patio (6) con almenas redondeadas con
saeteras, las mismas que se ven en los remates
superiores de los dos cuerpos primeros del alminar de
la Gran Mezquita de Qayrawan (8).
Figura 15. Las torres almanares de los ribat-s de Susa y Monastir, 1, 2; aparejo a soga y tizón de una de las
murallas de ribat de Monastir, 3; aparejo de soga y rizón del Qasr Maizhra, Túnez, pre islámico.
EL QASR Y LA CIUDAD PALATINA EN LA ARQUITECTURA OMEYA Y ABBASI DE
ORIENTE. REFERENTES OBLIGADOS PARA LA ARQUITECTURA HISPANOMUSULMA
Sobre este tema lo dijeron todo o casi todo Sauvaget, K. A. C. Creswell, O. Grabar, R.
W. Hamilton, E. Herzfeld, a los que se suma A. Almagro con sus estudios sobre la
ciudadela palatina de Amman.
Añádese la mezquita aljama de Mahdiya (Túnez) (5), con dos espesas torres en los ángulo en el costado en
que se abren la puerta destacada al exterior la que por sí misma aparece como un bastión con forma y
decoración de un arco de triunfo romano. Al-Bakri mencionan mezquitas con función de ribat en el Norte de
África y es conocido que en determinadas mezquitas, como la aljama de Madinat al-Zahra, encontraron
refugio sus habitantes cuando la revolución bereber de principios del siglo XI, lo mismo en la Qarawiyyin de
Fez y mezquita de Laribus.
Figura 17. El Qasr 0meya a través de los autores comentados. 1,
Qasr al-Hayr al-Sharqi (Grabar); 2, qasr-palacio de Maxatta
(Brünnov y von Domaszewski); 3, Qasr al-Qastal, antes castellum
romano; 4, Umm al-Walid de Jordania; 5, palacio de Jirbat al-
Mafyar (Hamilton); 6, ciudadela de Amman (A. Almagro); 7, Qasr
Mynia (Patrich-Regniar): generalizado el cuadribugium con torres
redondas en los cinco primeros y el séptimo. En los qusur 2, 5 y 6
palacios con sala de audiencia cruciforme con cúpula
desconocida en lo hispanomusulmán. Importante es la
extremada cercanía de la mezquita extramuros o intramuros, el
caso de la entrada en Maxatta, Qasr al Hayt Sharqi y Mynia,
extramuros en Jirbat al-Mafyar y junto a la entrada o vestíbulo
real en el palacio de Amman, extremo sólo constatado en la
Córdoba califal y en Madinat al-Zahra.
Figura 18. La proximidad de mezquita y qasr prácticamente
unidos con el muro de qibla por medio en Kufa, ambos recintos
con muros de torres redondas. El cliché cordobés se dio antes
en la ciudadela de Amman, el palacio y la mezquita separados por
una plaza pública. La misma proximidad de Kufa se daba en el
palacio-mezquita aljama de Damasco, en Qayrawan y la ciudad de
´Ayn al-Anjar que vemos a continuación. El plano de Dar a-Imara
de Kufa, de Creswell.
Debe ser desestimada
Figuras 19 y 19-1. Ciudad de ´Ayn Anyar izquierda (planos de M. Chahab y B. Finster). Figura 19-1. Palacio
de Uhaydir (1) (3) (4); el (2) arriba a la derecha palacio sasánida de Firuzabad. ¨Ayn ´Anyar delineada cual
si fuera un campamento romano, recuerda la ciudad de Resafa (Sergiopolis) de Justiniano, con planta
tipo cuadrícula. Es fundación omeya. Este tipo de planta con las vías en cruz ya lo vimos aplicado en el
palacio de Split en Dalmacia. El plano completo de la ciudad se debe a Barbara Finsker, recinto
ligeramente rectangular con torres redondas, plano del ángulo inferior derecho. Siguiendo el curso de las
sucesivas excavaciones tenemos en primer lugar el plano reseñado con los cuatro cuadrantes: abajo en el
ángulo de la derecha el módulo 2, palacio, y el 3, mezquita, unido, como en Kufa, con el muro de qibla
por medio; el mihrab semicilíndrico destacado al exterior en forma rectangular, como la mezquita
aljama de Córdoba de los siglos VIII y IX. El módulo palacio tiene dos salas de audiencia enfrentadas con
amplio patio al parecer con dos pórticos, el hecho de tener tres naves el palacio inferior le confiere
prioridad cortesana frente al de arriba. Dos palacios así enfrentados se daban en la ciudad fatimí de
Mahdia (Túnez) y en parte se reaviva en la terraza del Salón Rico de Madinat al-Zahara: aquí dos salones
basilicales separados por gran alberca. Al igual que esta ciudad cordobesa al- Ányar tiene un segundo
palacio en el cuadrante superior derecho (4) con patio central ya sin pórticos y bayt-s honoríficos
enfrentados, y más arriba los restos de unos baños con tres naves a la entrada.
Tipos de superposición de
arcos: ´Ayn ´Anyar y mezquita
aljama de Córdoba
En los dos cuadrantes de la izquierda (6) se alinean con rigurosa geometría tiendas de zocos y viviendas
unicelulares. En el centro de las dos vías de la cruz se ubica el Tetraphylon (9) o edificio de cuatro grandes
arcos. Las ciudades palatinas del Islam Occidental quedan muy lejos de la rigurosa simetría de ´Ayn Änyar,
si bien en Madinat al-Zahra la planificación de los edificios de sus terrazas superiores quieren participar de
las cuadrículas de herencia romana-bizantina. No debe ser desestimada por lo tanto la delineación edilicia
de la ciudad palatina andaluza frente al caos urbanístico que reinaría en el Alcázar de Córdoba, a juzgar
por el perímetro murario, con sus tres siglos acumulados de construcciones y reconstrucciones. Para
mayor énfasis de esta tesis recordar que las cruces de jardines de al-Zahra obedecen a influencia de
jardinería abbasi de Samarra cuyos núcleos palatinos básicos siguen con rigor la planimetría omeya
comentada de al-Änyar.
SAMARRA. CIUDAD PALATINA DE LA DINASTÍA ABBASI
Ujaydir, derecha, 1, 3, 4 (plantas de Stierlin, según Creswell), es un palacio abbasida fortificado con sus
torres redondas punteando todo el recinto murario, dentro de esta cerca semi urbana se dibuja el
cuadribugium o palacio propiamente dicho con las mismas torres, al igual que en el Dar al-Imara de Kufa;
como en los campamentos antiguos cuatro son sus puertas una de ellas dando paso directo al palacio
según planta de Pagliero y Creswell (1) (2). Al igual que en Maxatta una mezquita figura a la derecha de la
entrada (A). Gran patio rectangular de tres pórticos, tipo patio de mezquitas que como en la ciudadela de
Amman precede a la sala rectangular de honor o audiencias cortejada por nueve espacios alineados a
semejanza del palacio extramuros de Galiana de Toledo y otros parecidos estudiados de la figura 11. La
restitución del palacio de Creswell deja bien claro que el núcleo central descrito se ve acompañado de
cuatro palacetes, dos a cada lado, los dos inferiores con patio de pórtico único y sendas habitaciones
enfrentadas en forma de T, habitáculos presentes en Samarra y casas del Fustat de El Cairo. Este tipo de
simetría edilicia pasó al palacio de Ziri en Achir, Argelia, del siglo X que veremos más adelante. El palacio
fortificado (2) de la derecha es el sasánida Firuzabad con parecida simetría habitacional y torres más
simbólicas que efectivas.
3 Figura 19-2. En torno a los nueve
espacios en plantas áulicas y
religiosas en lo omeya oriental y
lo califal de al-Andalus. 1, de
aljibes bizantinos del Norte de
África, entre los pilares arcos
rehundidos, como en la
mezquita del Balk (2),
predecesora de la mezquita del
Cristo de la Luz de Toledo, aquí
también los arcos rehundidos (5)
(7).
Y en la misma ciudad mezquita de las Tornerías (6). Entra aquí en juego la Sala de audiencias del palacio
omeya de Jirbat al-Mafjar (3) (4, restitución), según Creswell: tiene nueve espacios iguales, en lugar de los
arcos profundos de los anteriores ejemplos van ábsides, tres por cada frente, de influencia bizantina; el
tramo central tal vez destacado en altura respecto a los otros, como en el Cristo de la Luz (5). Y no
olvidamos las plantas plurifuncionales (7) de la figura 20.
Figura 19-2. 8., mezquita de
las Tres Puertas de Qayrawan.
5
2
7
Figura 20. Palacios de Balkuwara (1) (3) (4) (6) y el Gawsaq al- Haqani (5). Palacios hispanomusulmanes supuestamente
relacionados con los árabes orientales en estudio (7) y la Zisa de Palermo (8). Los dos palacios principales (1) (5) construidos
por el califa al-Mutawakkil para sus hijos. El Balkuwara según trazas impecablemente simétrica siguiendo un eje que pasa por
tres entradas o iwanes de naves y tres patio-jardines; 4, sala audiencias cruciforme con cuatro espacios en los ángulos
formados por nueve estancias, mayor el central, de amplia repercusión como sala de honor, empezando por la sala de
honor de palacio de al- Mundir, jeque árabe protegido del emperador bizantino, ubicado en Gerasa, supuestamente del siglo
VI.VII, según Cyril Mango (ver figura 11). En realidad esos mismos espacios se pueden ver como núcleo central del palacio
.
8
4
6
7
1 3
5
campestre de Galiana de Toledo (5) (6) ) y el complejo del Salón de Embajadores del Alcázar de Sevilla (7-3). Estas
semejanzas o paralelismos para ser más firmes hay que recurrir al módulo o casa palatina de Samarra (2) y a la conformación
total de los palacios hispanos aludidos (7). En esta ocasión se trata de módulo de once espacios que según se mire pude
ser de hasta quince espacios según vemos en la planta del palacio toledano de Galiana. En este de probabilidad o engañosa
arquitectura cabe la planta baja del palacio la Zisa de Palermo. Véase detenidamente el módulo (7-1) y el sevillano (7-2) del
cuadro de módulos hispanos. Por derivación de lo abbasi se puede extraer el módulo (7-4), de la Sala de las Dos Hermanas
de la Alhambra, a veces detectado en mausoleos norteafricanos. Respecto al Gawsaq destacar su entrada monumental, tres
arcos y bóvedas profundas a modo de iwanes o arcos de triunfo recordando el gran pórtico de honor de múltiples arcos de
Madinat al-Zahra. Partiendo de la certeza de la ausencia de murallas en Samarra, todo lo contrario de al-Zahra, sorprende
que algunas manzanas de vivienda de linaje se vean rodeadas de muralla de diseño rectangular con torrecillas semiredondas
al estilo de Firuzabad y de Ujaydir. Este mismo caso se da en el Qasr al-Giss en la misma orilla del Tigris.
LA DECORACIÓN. DE LA ARQUITECTURA OMEYA Y ABBASI Y MADINAT AL-ZAHRA.
INFLUENCIAS CONSTATADAS
Figuras 22 y 23. Abajo. En primer lugar serie de almenas de dientes agudos con decoración vegetal características del
palacio omeya de Jirbat al-Mafyar (1) (2), otra almena de Samarra (3); de la mezquita de Madinat al-Zahra son las
almenas, 4, 5, 6, 7. Las almenas (A) de mosaicos del Bardo de Túnez. Segunda serie, registro de medallones de cuatro
lóbulos: omeyas de Jirbat al-Mafyar, 1, 3, y estucos de la mezquita de Nayin; 4, frisos de Madinat al-Zahra, del salón de
las albercas de la terraza del “Salón Rico”. Serie de modillos con discos o rizos: 1, de Qasr al-Hayr Shalq, según O. Grabar;
3, 4, modillones de Madinat al-Zahra. Serie de palmetas gemelas con palmeta erecta en el eje central: A, Jirbat al-
Mafyar; B y C de Samarra; D, de la Gran Mezquita de Qayrawan; E, de Madinat al-Zahra; G. de la mezquita aljama de
Tudela (Navarra). Serie de palmetas gemelas con palmeta floreada invertida en el centro: a, bizantina; b, Samarra y
mezquita de Nayin; c, de Madinat al-Zahra, según G. Marçais.
Figura 21. Repercusión de los módulos palatinos
omeyas y abbasies en el Fustat y Norte de África. En el
siglo IX con Ibn Tulún el arte abbasi se instala en El
Cairo, en el casco viejo o Fustat donde aparecieron
viviendas de linaje en las que se impone la cruz en
forma de T de Samarra y de Ujaydir en uno o los dos
costados menores del patio alargado o rectangular, 1, 2.
Bien entendido que aquí la sala apaisada se troca en
pórtico de tres arcos, el central de mayor luz,
irreconocible en Ujaydir o Samarra, mientras por
ejemplo en el palacio de Ziri en Achir, Argelia, siglo X
(4), figura la T cinco veces, pero sin el pórtico columnado
de los enclaves abasíes comentados, ese mismo módulo
cobra particular fuerza en la Qal´a de los Banu Hammad
de Argelia, principios del siglo XI (5) y la arquitectura de
al-Andalus de los siglos XII, XIII y XIV; por el contrario, la
T con pórtico se instala en Sabra-Mansuriyya, en
Madinat al-Zahra y en sucesivos palacios posteriores
hispanomusulmanes, como el Partal de la Alhambra.
Figura 23. Abajo. Serie de almendra o lágrima con media palmeta dentro de relleno: 1, omeya oriental; 2, de la Gran
Mezquita de Qayrawan; 3, 5, cerámica de Madinat al-Zahra; 4, omeya oriental, Jirbat al-Mafyar; 6, plato abbasi, según
A. U. Pope. Serie de estrellas de ocho puntas y brazos iguales, composición floreada: A, dos modalidades de Samarra; B
C D E, de Madinat al-Zahra; F, Samarra; G, madera techo califal de la mezquita aljama de Córdoba, según F. Hernández
Giménez.
TUMBA O MAUSOLEO DE AL-MUNTASUR O
QUBBA AL-SULAIBIYA DE SAMARRA
Estudiada por Herzfeld y Creswell,
Figura 24. Plantas árabes de doble octógono en
Oriente y Occidente. A la derecha sección del
mausoleo de al-Sulaibiya de Samarra, según
Creswel y sección de la torre de Porvera de Jerez
de la Frontera, según B. Pavón.
La estructura de al-sulaibiya ubicada junto al rio Tigris, mitad del siglo IX es de doble
octógono abierto por todos los lados, es decir edificio permanentemente abierto
(Figura 24, 2, 3) al igual que muchos de los mausoleos y qubaybas de cementerios
islámicos, al parecer obedeciendo dictamen coránico, diseño o baldaquino, como le
llama Creswell, muy semejante de la Cúpula de la Roca de Jerusalén (1), y
remontándonos a Europa mencionar la Capilla Palatina de Aquisgrán con planta
bizantina de doble planta octogonal (4) (5). Obsérvese la configuración de supuestas
bóvedas del deambulatorio del mausoleo de Samarra y de Aquisgrán alternativamente
rectangulares y triangulares; también en este sentido mencionar la iglesia de
Hierápolis (6). Descendiendo a la arquitectura hispanomusulmana tenemos
semejantes diseños pero esta vez referidos a la arquitectura castrense: una torre
almohade de la cerca de Jerez de la Frontera (8) con paralelos en la configuración de
torre de la alcazaba de Badajoz (9) y Torre del Oro de Sevilla (10). Tanto el mausoleo
abbasi como sus paralelos comentados con origen probable en construcciones
romana-bizantinas, cual es el caso de departamento de las Termas de Antonino de
Cartago (7). En la misma línea estructural dibujo de muqarnas de bóveda almorávide
del Alcázar de Sevilla y esquema muy generalizado de muqarnas de estuco (11). Es de
precisar que casi todos los ejemplos comentados de doble planta octogonal se
obtienen mediante traza de estrella de ocho puntas de proporcionalidad empleada en
la Qubba de la Roca de Jerusalén. A la derecha sección del mausoleo según Creswell y
sección de la Torre de Jerez de la Frontera según B. Pavón.
PALACIO de LASCHKARI BAZAR EN AFGANISTAN
ORIENTAL
Figura 25. El palacio, según
Schlunberger.
Repercusión de la fachada del gran patio del
palacio de Ujaydir (A), restitución según
Creswell: sobre la arquería de abajo otra
decorativa con arquillos entre las enjutas. B,
modelo de las mezquitas de Ibn Tulún y de la
mezquita de Sfax; 1, 1-1, mezquita de Sidi ´Ali
Ammar, Susa, discos sustituyendo a los
arquillos de Ujaydir; 2, de la catedral de
Monreale de Palermo; 4, 9, de la catedral de
Palermo; 3, 10, de la mezquita de al-Azhar de el
Cairo; 6, mezquita de al-Akmar de El Cairo; 7,
de las sinagogas toledanas de Santa María la
Blanca t de El Tránsito; 8, de arcos cordobeses
del siglo XII.
SOBRE LA QUBBA O SALA DE AUDIENCIA DE LOS PALACIOS DE SAMARRA CON RESEÑA
DE LAS QUBBAs CONOCIDAS DE PALACIOS HISPANOMUSULMANES
,
Figura 26. La qubba o sala de audiencia de los
palacios árabes nacería en la Qubba de la Roca
de Jerusalén que junto con el mausoleo de al-
Muntasir de Samarra como hemos visto arroja la
planta de doble octógono; también citadas por
las crónicas árabes la qubba del Dar al-Imara de
Damasco que era de gran tamaño igual que la
Qubba al-Jadra de la ciudad redonda de Bagdad
que O. Grabar tenía como símbolo universal del
Islam. En Samarra las qubbas de los palacios ya
comentados han llegado deterioradas en grado
extremo: se menciona la qubba de al-Mitaya y
la de al- Mazalim, según Sourdel. Qubba en los
palacios de Watsit. A diferencia de la qubbas de
al-Andalus, en Oriente la qubba se instalaba en
el centro de la planta cruciforme de la sala de
audiencias. En Madinat al-Zahra mencionada por
al-Maqqari una Qubba Real con tejas de oro y
plata de palacio de Abd al-Rahman III, además
de una qubaybat o sala de honor menor, ambas
hasta hoy sin descubrir o identificar. Y en la
Mezquita aljama de Córdoba del siglo X los
cronistas Ibn Nazzam e Idrisí mencionan las
tres qubbas de la nave central del oratorio de al-
Hakam II. Sorprende que las crónicas silencien
por completo presencia de qubba en el Alcázar
de Córdoba. Al estudio de las qubbas
hispanomusulmanas dedicaremos un largo
apartado de la segunda parte de este artículo.
Estudiado por D. Schlumberger. El cronista árabe al-Muqaddasi llama al-Askar a este
enclave con palacio de principios del siglo XI. Al-Askar es término árabe con significado de
campamento militar. Ese mismo autor habla de que en la ciudad africana de Sijilmasa había
al-askar con palacio y mezquita en el centro.
El palacio ghaznévide de Lashkari tiene diseño de tradición sasánida por sus grandes iwanes
a uno y otro lado de gran patio rectangular. La sala de audiencia de arriba tiene planta cruciforme al estilo sobre todo del palacio Jawsaq
Khaqani de Samarra, al parecer mezquita privada y fuente en medio con canalillos, tipo sala
del Ninfeo del palacio de la Zisa de Palermo. Schlumberger estima que el palacio es una
representación provincial y tardía de la arquitectura palatina abbasi. Para comprensión del
mismo hay que situarlo entre el palacio de Ujaydir y los de Samarra.
LAS CIUDADES PALATINAS NORTEAFRICANAS. AL-QAHIRA-EL CAIRO, ABBASYYA,
RAQQADA, ÇABRA-MANSURIYYA, MAHDIYA
Difícil es juzgar estas ciudades de Ifriqiyya, Túnez, sobre todo las dos primeras
desprovistas ahora de murallas y más que un montón de ruinas, de ellas nos hablan las
crónicas árabes. Çabra-Mansuriyya de forma circular, como la Bagdad abbasi, de
morfología muy irregular el cinto o al-Hizam de Mahdiya. Como referencia puede
servir al-Qahira, El Cairo, recinto fatimí (969). Tenía forma rectangular a modo de
campamento, a escasa distancia del Fustat, sucesor del al-Askar y el Qata´i de la etapa
abbasi; las yuxtaposiciones sucesivas del recinto de al-Qahira relatadas en un
excelente plano de Creswell. Al-Qahira venía a ser ciudad áulica o califal de diseño
campamental; tenía dos palacios enfrentados,
uno de ellos junto a la mezquita al-Azahr, con
dos puertas principales, Bab al-Futuh y Bab
Zuwayla, los mismo nombres que tenían las
puertas de la africana al-Mansuriyya. Respecto
al diseño de campamento en ciudades vale la
pena mostrar algunas plantas singulares
hispanomusulmanas, la misma Córdoba con
su gran recinto rectangular de delineación
romana (figura 27, 1), la antigua planta de
Zaragoza (2), con murallas de torres redondas
romanas conservadas. En Túnez la ciudad de
Sfax (2-1, 3), la antigua Taparura, con restos
Arriba. Las tres qubbas son de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X, según Saladin y Ewert, aludidas por
las crónicas árabes. Las arquitecturas islámicas de Oriente y Occidente son diferentes a veces con puntos de
contacto o coincidencias, también influencias viajando de Este a Oeste. La Quba Real era una realidad
islámica, el término ampara a cualquier edificio regio con sala de honor con cúpula sublime en estatura y
decorados. La Qubba es el centro aplicable además de a palacios a zonas capitales de la ciudad; por ejemplo
las crónicas dicen Qubba a la medina amurallada de Córdoba rodeada de arrabales por todas partes. Algunos
autores poco expertos en arquitectura islámica se empeñan en ubicar una o más qubbas en el Salón Rico de
al-Zahra, inexistentes, no obstante, por las crónicas sabemos de Qubba Real con tejas de oro de Abd al-
Rahman III en ciudad palatina.
Figura 27.
Detalle de Bab al.Zuwayla de El
Cairo,
arquitectónicos y mosaicos preislámicos, excepcionalmente con la mezquita justo en el
centro de la ciudad donde al parecer habría una fortaleza o ribat. Las cuatro puertas,
una por cada frente murario, al estilo de campamentos. Otra villa casi tipo aproximado
de campamento, la de Elche (4), en la misma provincia alicantina el recinto de la villa
de Concetania (6). Sobre todo el recinto de Cáceres ciudad con muralla de diseño
romano incuestionable. (5).
ABBASIYYA, nombre en homenaje de la dinastía abbasi, también conocida como Qasr
al-Qadim o palacio-fortaleza vieja, según Ibn Idari; fundación de Ibrahim I, siglo IX,
gobernador aghlabi, cerca de Qayrawan. Para al-Bakri era ciudad rodeada de murallas
con puertas con sus nombres. Muy ponderado un gran pabellón de lujo o kiosco. Su
carácter de ciudad lo dan las diversas construcciones de su interior: baños, bazares y
carabanserallos, grandes cisternas y silos. Los muros eran de tierra o tapial y adobes.
RAQQADA, fundado este
Versalles regio por el
gobernador Ibrahim II, villa
también muy próxima de
Qayrawan, de ella nos
hablan Nuwayri e Ibn Idari:
sobresalía el castillo de la
Victoria- Qasr al-Fath-, una
gran mezquita, baños,
zocos, varios jardines y
grandes estanques de agua
de carácter utilitario a la vez que de recreo o placer, el agua conducida por sistemas
sofisticados de canalización, rodeada de murallas de 10 kilómetros de recorrido. Aún
se pueden ver restos de estanques-fisqiyat- con contrafuertes semiredondos en los
ángulos, con revestimiento hidráulico de color dentro, muros de recio hormigón. Como
en Samarra o en Madinat al-Zahra se nombran varios palacios: Qasr al Fath con gran
lago por delante de planta rectangular, de hormigón y contrafuertes semicirculares,
residencia también llamada Qasr al-Bahr-del Lago- como otro palacio de la Qal´a de los
Banu Hammad, Argelia; en uno de los frentes destacaba suntuoso palacio del que tan
sólo han llegado mosaicos tipo romano; otros palacios eran Qasr al-Sahn y Qasr
Bagdad, sobresalía uno con murallas de torres redondas, estucadas, este palacio fue
habitado entre 909 y 921 por al-Mahdi, fundador de la dinastía fatimí. Obsérvese lo de
estanque delante de suntuoso palacio y palacio con murallas propias, extremos
constatados en la terraza del “Salón Rico” de Madinat al-Zahra.
ÇABRA-MANSURIYYA. Con brevedad. Ciudad palatina de perímetro redondeado único
remedo en el Norte de África de la ciudad redonda de Bagdad, exceptuado el caso de
la ciudad de Alcazarseguer estudiada por Redma. Muralla torreada y restos
conservados de importante palacio de planta rectangular con muralla torreada propia
imitando el palacio Uhaydir y tal vez la terraza del Salón Rico de Madinat al-Zahra.
Coincide también con esta ciudad andaluza en que el palacio excavado se ubica en la
periferia muy próximo a la muralla urbana, asimismo en la extensión urbana, entre las
110 y 120 hectáreas.
Edificada por el soberano fatimí al-Mansur, hijo de al-Qaïm, hacia la mitad del X, por
tanto contemporáneo de Madinat al-Zahra, basta recordar que esta ciudad cordobesa
se levanta entre 936 y 972 y el soberano al-Muízz constructor de un importante
palacio de Mansuriyya gobierna entre 953 y 975. Algunos de los palacios tenían
nombres prestados de la arquitectura oriental, Palacio Jawarnaq y Palacio Iwan, el
Figura 28. Abajo. Çabra-Mansurilla, planta de M. Terrasse con el palacio excavado.
Abajo el palacio ya con columnas añadidas en los tres pórticos.
primero nombre mítico de palacio entre sasánida y bizantino de las afuera de Kufa.
Según las fuentes árabes un palacio estaría asociado a gran estanque o bahr, como en
Madinat al-Zahra o el palacio de este nombre de la Qal´a de los Banu Hammad. Es
dudosa la presencia de cúpulas en las salas de audiencia o maylis, en esto coincidiendo
con al-Zahra cuyos principescos maylis las ignoran. Igualmente no se sabe a ciencia
cierta si uno de los palacios estaba en el mismo centro de la ciudad a imitación de
Madinat al-Salam de Bagdad. Los materiales constructivos nuevamente eran de adobe
y ladrillo. Las primeras prospecciones llevadas a cabo por el profesor Zbiss permitieron
identificar salas dispersas simétricamente dispuestas y atauriques semejantes a los de
Samarra según este autor. Las fuentes árabes reseñan salas con cúpulas, fuentes,
estanques y jardines. Sobre la influencia que pesó en esta ruinosa ciudad se barajan la
abbasi oriental y por mi parte la omeya de Madinat al-Zahra. De todas formas a tenor
de la decoración, incluida la cerámica vidriada y esculturas con aves y personas
estudiadas por Barrucand, la ciudad se asemejaba bastante a la ciudad palatina
cordobesa.
MAHDIYA
MAHDIYA
A
Este módulo palatino de Çabra-Mansuriya en
mucha parte se asemeja al Salón Rico de Madinat
al-Zahra. Obsérvese que las naves terminan
adelgazándose en los testeros, a modo de al-
haniyyas, modalidad iniciada ya en el palacio de
Ziri en Achir, del siglo X, modalidad sin registrar en
Oriente.
B
QAL´A DE LOS BANU HAMMAD
Ciudad inicialmente militar
reiterado en al-Andalus y en
Magreb Central a partir del año 1007
Hammad, príncipe bereber
en Túnez y España. Para L. Golvin se puede fechar en tiempos de Yusuf al
(1088-1105). Por ella pasaron almorávides y almohades. Verdadera capital de la
dinastía hammadi dotada de gran mez
públicos, mercados, etc. La arquite
relacionada con las residencias estudiadas de las dinastías ag
Figura 29. A y B. Mahdiya. Ubicada en la costa oriental de Tunicia, prácticamente en una pe
continente por un estrecho istmo; nace en los primeros años del siglo X sobre un viejo ribat del siglo IX, bajo el
gobierno de ´Ubayd Allah primer soberano de la dinastía fatimí, más conocido por el
la ciudad. Estaba sólidamente protegida por muralla torreada con dos puertas de hierro (plano según A. Lézine,
1). A Mahdi se atribuye la mezquita aljama sita sobre el mar (1 en el plano); a su sucesor al
conquistador de Sicilia, inicialmente se le
en realidad se trata de dos palacios, enfrentados, del padre y del hijo, a uno y otro lado de explana (planos B de
la derecha), en esto recuerdan la terraza del Salón Rico de Madinat a
gran alberca por medio. Su hijo Al-Mansur trasladó la capitalidad a Sabra
siglo XI con la dinastía zirí. Prácticamente poco se sabe de los tiempos preislámicos si se exceptú
capiteles, basas y fustes antiguos reutilizados en la mezquita y en los palacios o qusur (figura A, 8). Como
defensa principal sobresalía la puerta Zuweila
árabes por Skifa el Khala o vestíbulo de la sombra, toda reconstruida en el siglo XVI si bien siguiendo el modelo
de tiempos del Mahdi. También los almohades dejaron huella de su paso por la ciudad
del istmo a la que se añadieron a los extremos dos sólidas
(figura A, 5, muralla H-H). Por las fuentes escritas árabes, el
1221 cuando era gobernador de Sevilla levantó la Torre del Oro a continuación de fort
muralla de la puerta principal de Mahdiya, torres que sin duda eran las dos circulares ya mencionadas que
figuran en el plano de A. Lézine sin duda fiándose de informe del siglo XVI de Luis de Mármol (figura A, 5), en
realidad esos baluartes pudieron ser inicialmente de planta dodecagonal, como la Torre del Oro sevillana. Por
último, sería probable que Abu-l- ´Ula el Mayor fuera autor del antemural o barbacana de delante de Skifa,
con puerta en medio de pasadizo en codo y f
5). Así pues, Mahdiya eran ciudad de fundación real, ciudad palatina, sólidamente defendida, inexpugnable, un
verdadero ribat protector de la dinastía fatimí
crónicas árabes, con acceso por sólo Ist
oratorio, su entrada (figura A, 4) como copiada de arcos triunfales de la Roma antigua, como ejemplo puerta de
la muralla bizantina de Nicea (A, 10) y arco de triunfo de Medinaceli (A, 9). Muy interesante la puerta,
destacada al exterior, con modelo en el palacio omeya de Jirbat al
fotografía (6) con el foco puesto en el leja
tiene entrada de dos mochetas destacada al exterior a modo de torre, como la puerta de la mezquita, y dos
salientes más del segundo palacio, con la particularidad en el l primer palacio de
dentro del recinto regio (A, 2) con dibujo publicado por Ettinghausen y O. Grabar.
DE LOS BANU HAMMAD
Ciudad inicialmente militar, ciudad refugio, con nombre de fortaleza
Andalus y en el Norte de África. Fundación bereber, ziri
Magreb Central a partir del año 1007, según el General L. de Beylié. Se atribuye a
príncipe bereber nieto de Ziri de la dinastía de los ziríes con bril
L. Golvin se puede fechar en tiempos de Yusuf al
. Por ella pasaron almorávides y almohades. Verdadera capital de la
dinastía hammadi dotada de gran mezquita, tres tipos de palacios, baños
La arquitectura de esta nueva capital regia estrechamente
onada con las residencias estudiadas de las dinastías aglabida, fatimí y zirí
Figura 29. A y B. Mahdiya. Ubicada en la costa oriental de Tunicia, prácticamente en una pe
mo; nace en los primeros años del siglo X sobre un viejo ribat del siglo IX, bajo el
gobierno de ´Ubayd Allah primer soberano de la dinastía fatimí, más conocido por el
taba sólidamente protegida por muralla torreada con dos puertas de hierro (plano según A. Lézine,
1). A Mahdi se atribuye la mezquita aljama sita sobre el mar (1 en el plano); a su sucesor al
conquistador de Sicilia, inicialmente se le atribuye un palacio cercano metido más tierra adentro (figura A, 2),
en realidad se trata de dos palacios, enfrentados, del padre y del hijo, a uno y otro lado de explana (planos B de
la derecha), en esto recuerdan la terraza del Salón Rico de Madinat al-Zahra, con dos palacios enfrentados con
Mansur trasladó la capitalidad a Sabra-Mansuriyya. Vuelve a ser capital en el
siglo XI con la dinastía zirí. Prácticamente poco se sabe de los tiempos preislámicos si se exceptú
capiteles, basas y fustes antiguos reutilizados en la mezquita y en los palacios o qusur (figura A, 8). Como
defensa principal sobresalía la puerta Zuweila (figura A -3), ubicada en el istmo conocida por los cronistas
o vestíbulo de la sombra, toda reconstruida en el siglo XVI si bien siguiendo el modelo
de tiempos del Mahdi. También los almohades dejaron huella de su paso por la ciudad
mo a la que se añadieron a los extremos dos sólidas torres o bury-s circulares con rampa o talud a su pie
H). Por las fuentes escritas árabes, el Qirtas, se sabe que Abu
1221 cuando era gobernador de Sevilla levantó la Torre del Oro a continuación de fort
muralla de la puerta principal de Mahdiya, torres que sin duda eran las dos circulares ya mencionadas que
figuran en el plano de A. Lézine sin duda fiándose de informe del siglo XVI de Luis de Mármol (figura A, 5), en
sos baluartes pudieron ser inicialmente de planta dodecagonal, como la Torre del Oro sevillana. Por
´Ula el Mayor fuera autor del antemural o barbacana de delante de Skifa,
con puerta en medio de pasadizo en codo y foso de agua que vio y describió Idrisi, muerto en 1165 (figura A,
5). Así pues, Mahdiya eran ciudad de fundación real, ciudad palatina, sólidamente defendida, inexpugnable, un
protector de la dinastía fatimí a la vez que de la población, un “Qasr Ribat” asi llamado en las
rabes, con acceso por sólo Istmo, la misma mezquita aljama tiene diseño más de fortaleza que de
oratorio, su entrada (figura A, 4) como copiada de arcos triunfales de la Roma antigua, como ejemplo puerta de
a muralla bizantina de Nicea (A, 10) y arco de triunfo de Medinaceli (A, 9). Muy interesante la puerta,
destacada al exterior, con modelo en el palacio omeya de Jirbat al-Mafyar. Es de destacar la vista de la
fotografía (6) con el foco puesto en el lejano puerto del mar del fondo. Respecto a los palacios uno de ellos
tiene entrada de dos mochetas destacada al exterior a modo de torre, como la puerta de la mezquita, y dos
salientes más del segundo palacio, con la particularidad en el l primer palacio de
dentro del recinto regio (A, 2) con dibujo publicado por Ettinghausen y O. Grabar.
con nombre de fortaleza -qal´a-tan
África. Fundación bereber, ziri y hammadi del
eylié. Se atribuye a
con brillante papel
L. Golvin se puede fechar en tiempos de Yusuf al-Mansur
. Por ella pasaron almorávides y almohades. Verdadera capital de la
baños privados y
ctura de esta nueva capital regia estrechamente
labida, fatimí y zirí, siendo
Figura 29. A y B. Mahdiya. Ubicada en la costa oriental de Tunicia, prácticamente en una península unida al
mo; nace en los primeros años del siglo X sobre un viejo ribat del siglo IX, bajo el
gobierno de ´Ubayd Allah primer soberano de la dinastía fatimí, más conocido por el-Mahdi que dio nombre a
taba sólidamente protegida por muralla torreada con dos puertas de hierro (plano según A. Lézine,
1). A Mahdi se atribuye la mezquita aljama sita sobre el mar (1 en el plano); a su sucesor al- Qaïm (908-934), el
atribuye un palacio cercano metido más tierra adentro (figura A, 2),
en realidad se trata de dos palacios, enfrentados, del padre y del hijo, a uno y otro lado de explana (planos B de
Zahra, con dos palacios enfrentados con
Mansuriyya. Vuelve a ser capital en el
siglo XI con la dinastía zirí. Prácticamente poco se sabe de los tiempos preislámicos si se exceptúan algunos
capiteles, basas y fustes antiguos reutilizados en la mezquita y en los palacios o qusur (figura A, 8). Como
mo conocida por los cronistas
o vestíbulo de la sombra, toda reconstruida en el siglo XVI si bien siguiendo el modelo
de tiempos del Mahdi. También los almohades dejaron huella de su paso por la ciudad reflejada en la muralla
s circulares con rampa o talud a su pie
se sabe que Abu-l- Ula Idris el Mayor en
1221 cuando era gobernador de Sevilla levantó la Torre del Oro a continuación de fortificar con dos torres la
muralla de la puerta principal de Mahdiya, torres que sin duda eran las dos circulares ya mencionadas que
figuran en el plano de A. Lézine sin duda fiándose de informe del siglo XVI de Luis de Mármol (figura A, 5), en
sos baluartes pudieron ser inicialmente de planta dodecagonal, como la Torre del Oro sevillana. Por
´Ula el Mayor fuera autor del antemural o barbacana de delante de Skifa,
y describió Idrisi, muerto en 1165 (figura A,
5). Así pues, Mahdiya eran ciudad de fundación real, ciudad palatina, sólidamente defendida, inexpugnable, un
“Qasr Ribat” asi llamado en las
mo, la misma mezquita aljama tiene diseño más de fortaleza que de
oratorio, su entrada (figura A, 4) como copiada de arcos triunfales de la Roma antigua, como ejemplo puerta de
a muralla bizantina de Nicea (A, 10) y arco de triunfo de Medinaceli (A, 9). Muy interesante la puerta,
Mafyar. Es de destacar la vista de la
no puerto del mar del fondo. Respecto a los palacios uno de ellos
tiene entrada de dos mochetas destacada al exterior a modo de torre, como la puerta de la mezquita, y dos
salientes más del segundo palacio, con la particularidad en el l primer palacio de dos pasadizos en codo ya
revelador en ella la impronta del palacio argelino
través de las anteriores ciudades palatina
de Oriente, y no renuncia por lo que se refiere a la arquitectura religiosa a influencia
de la Córdoba califal.
Figura 30. La Qal´a, según las prospecciones llevadas a cabo por el General Beylie, L. Golvin y otros. 1,
planta muy irregular general de la ci
derecha concentración de los tres palacios, el Manar, palacio del Lago y palacio cuadrado, además de
la mezquita abajo. La particular topografía del lugar dio lugar a que las construcciones
como en Madinat al-Zahra en terrazas escalonadas, la mezquita más en el llano, la palatina de al
también, entregada a la población.
2, Palacio del Manar, edificio autónomo de planta central verdadera sala de audiencias cruciforme,
perdida la cúpula, rodeado de pasillos con escalera. Su originalidad reside básicamente en esto, planta
centralizada, una qubba real, al estilo oriental, y los tres salientes de los costados como preludio de los
palacios del siglo XII de Palermo. A la dere
redondeados. Abajo palacio cuadrangular con la entrada destacada vista en Mahdiya, esta vez con
absidiolos interiores y exteriores. El patio cuadrado de pilares, la disposición de las salas o mayl
asemeja al Patio de los Pilares de Madinat al
Hayr al-Sharqi sirio, en los dos primeros casos con escalera de subida al segundo piso. La influencia del
palacio de Ziri en Achir evidente en los
ya vimos en el palacio de Çabra
revelador en ella la impronta del palacio argelino de Ziri en Achir, Argelia, del siglo X. A
s ciudades palatinas norteafricanas la Qal´a se acoge a
y no renuncia por lo que se refiere a la arquitectura religiosa a influencia
Figura 30. La Qal´a, según las prospecciones llevadas a cabo por el General Beylie, L. Golvin y otros. 1,
planta muy irregular general de la ciudad-fortaleza con trayectoria sinuosa de la muralla, abajo a la
derecha concentración de los tres palacios, el Manar, palacio del Lago y palacio cuadrado, además de
la mezquita abajo. La particular topografía del lugar dio lugar a que las construcciones
Zahra en terrazas escalonadas, la mezquita más en el llano, la palatina de al
también, entregada a la población.
2, Palacio del Manar, edificio autónomo de planta central verdadera sala de audiencias cruciforme,
erdida la cúpula, rodeado de pasillos con escalera. Su originalidad reside básicamente en esto, planta
centralizada, una qubba real, al estilo oriental, y los tres salientes de los costados como preludio de los
palacios del siglo XII de Palermo. A la derecha estanque con paramentos del interior formando nichos
redondeados. Abajo palacio cuadrangular con la entrada destacada vista en Mahdiya, esta vez con
absidiolos interiores y exteriores. El patio cuadrado de pilares, la disposición de las salas o mayl
asemeja al Patio de los Pilares de Madinat al-Zahra y muy anterior a palacio o residencia de Qasr al
Sharqi sirio, en los dos primeros casos con escalera de subida al segundo piso. La influencia del
palacio de Ziri en Achir evidente en los atajos más estrechos o al-haniyyas de las salas oblongas que
ya vimos en el palacio de Çabra-Mansuriyya.
Mezquita y palacio a la derecha
con patio de cuatro pórticos de
pilares. Qasr al-Hayr al-Sharqi,
según O. Grabar.
Ziri en Achir, Argelia, del siglo X. A
se acoge a influjos
y no renuncia por lo que se refiere a la arquitectura religiosa a influencia
Figura 30. La Qal´a, según las prospecciones llevadas a cabo por el General Beylie, L. Golvin y otros. 1,
fortaleza con trayectoria sinuosa de la muralla, abajo a la
derecha concentración de los tres palacios, el Manar, palacio del Lago y palacio cuadrado, además de
la mezquita abajo. La particular topografía del lugar dio lugar a que las construcciones se dispusieran
Zahra en terrazas escalonadas, la mezquita más en el llano, la palatina de al-Zahra
2, Palacio del Manar, edificio autónomo de planta central verdadera sala de audiencias cruciforme,
erdida la cúpula, rodeado de pasillos con escalera. Su originalidad reside básicamente en esto, planta
centralizada, una qubba real, al estilo oriental, y los tres salientes de los costados como preludio de los
cha estanque con paramentos del interior formando nichos
redondeados. Abajo palacio cuadrangular con la entrada destacada vista en Mahdiya, esta vez con
absidiolos interiores y exteriores. El patio cuadrado de pilares, la disposición de las salas o maylis se
Zahra y muy anterior a palacio o residencia de Qasr al-
Sharqi sirio, en los dos primeros casos con escalera de subida al segundo piso. La influencia del
haniyyas de las salas oblongas que
Figuras 31, 32, 33. 1, Palacio del Manar; 2, palacio del Lago, reiterado en la planta de la figura 32: tiene por testero
gran espacio vacío, especie de patio, rodeado de angostos pasillos semejantes a los de fortalezas murcianas del
siglo XII; precedido de espacio tripartito a modo de antesala, delante pórtico de columnas de diez arcos con el
central más ancho, reiterado en el otro extremo del lago pero esta vez con catorce arcos iguales. Por entrada
simetrizada en la parte inferior salas alargadas con ingresos simétricos en codo, que vimos en palacio de Mahdiya,
las salas con nichos bajos, y por entrada puerta destacada al exterior, como en Mahdiya, con espacio en cruz
interior (3), el exterior completamente punteado de torrecillas decorativas, reiteradas en la muralla derecha del
Lago. En el costado opuesto abajo sala tripartita priorizada la central con esquema cruciforme (4), sin duda a juicio
de varios autores sala de audiencia, para mi Qubba Real de tres espacios anunciando la qubbas nazaries de
Granada de los siglos XIII y XIV. Arriba a la derecha se instaló baño palatino (6). En la figura 32 el mismo palacio
seguido a la derecha del caserío de élite de la ciudad. Abajo de la figura 31 la planta de la mezquita aljama de
Madinat al-Zahra (7) y el Palacio de Comares de la Alhambra de Granada (8) que permiten establecer relaciones
iconográficas. En primer lugar la mezquita de la Qal´a (5) se asemeja a la de al-Zahra en la planta torreada al
exterior y ubicación a los pies del alminar en el eje de la nave central del oratorio, además la torre o alminar
destacada ligeramente al exterior. Tiene por novedad la existencia de cuatro pórticos en el patio, como en la
mezquita de Mahdiya. Es curioso el cercado de la maqsura de cinco naves de delante del mihrab ya presente de
alguna manera en la mezquita palatina omeya de Áyn al-Anyar. Respecto al diseño del Palacio de Comares de la
Alhambra en mi criterio el arquitecto tuvo muy en cuenta el Palacio del Lago de la Qal´a. En la figura 32, dos
imágenes del exterior del palacio Manar con su característicos absidiolos exteriores.
Figuras 34 y 35. 1, “basmala” de la Qal´a, inscripción estampada en piedra del enclave; 2, alminar de la Qal´a,
fachada real y restitución de A. Lézine: tres calles más ancha la central, balconadas bíforas centrales con arcos
mixtilíneos, en los laterales nichos con venera semejantes a los del Palacio de la Cuba de Palermo (4); las tres
calles dibujadas como en las fachadas de la Giralda de Sevilla (3). Respecto a los absidiolos del exterior del palacio
Manar (figura 31) fueron imitados en la entrada del palacio almorávides de Marrakech, Qasdral-Sajra (5) y en la
puerta del castillo también almorávide de Thasgimout (6), según Allaín y H. Terrasse. Figura 35. Radiografía del
módulo de T invertida o sala- antisala. 1, de Samarra, Ujaydir y el Fustat ; 4, 5, 6. Palacio de Ziri en Achir, Argelia;
8, planta superior de la Zisa de Palermo; 9, de Çabra-Mansuriyya; 10, módulos de la Qal´a y A, B, C, D, E, I;
hispanomusulmanes los tipos F, G, el de arriba de “El Castillejo de Murcia”; H, de vivienda nazarí de Granada.
A la derecha, la Qubba Real o sala de audiencias, módulo tripartito, en este caso
qubba o Sala de Abencerrajes de la Alhambra, con modelo remoto en el Palacio
del Lago de la Qal´a de los Banu Hammada (figura 31, 4).
Figura 35-1. Modelos de módulo palatino de planta central
tipo donjon de Manar de la Qal´a: 1, Manar, sala audiencias
cruciforme central y cuatro estrechas rampas exteriores
con bovedillas de aristas en los encuentros; 2, la Torre
Pisana del palacio de Ruggero II de Palermo, según David
Knipp, siglo XII; 3, plantas de alminares almohades de
Sevilla y la Kutubiya de Marrakech; 4, una de las plantas de
la Torre de la Vela de la alcazaba de la Alhambra; 5, sótano
de la Sala de Dos Hermanas del Palacio de Leones de la
Alhambra; 6, esquema de estructura palatina sin excavar
junto a la muralla norte de Madinat al-Zahra, según plano
de la ciudad de M. Gómez-Moreno. La probable relación
del donjon Manar de la Qal´a y la Torre de la Vela es
propuesta diseñada por L. Golvin.
AL-ANDALUS
MADINAT AL-ZAHRA. CIUDAD PALATINA DE ABD AL-RAHMAN III Y DE SU HIJO Al-
HAKAM II (936-1011)
Rafael Castejón y Martínez de Arizala, gran conocedor del arte califal de Córdoba y de
Madinat al-Zahra en uno de sus numerosos escritos dedicados a Madinat al-Zahra
dice: “A los siete años de haber alcanzado el Califato Abd al-Rahman III funda en al pie
de la Sierra la ciudad palatina de Madinat al-Zahra (936). Cuenta la poética tradición
de los cronistas árabes que deseoso el Califa de que sus obras perdurasen y fueran
asombro de los siglos, fundo al pie de Yebel Al-Arús (El Monte de la Novia), en la Sierra
de Córdoba, una ciudad llena de palacios y jardines, que fueran asiento de su corte, a
la que puso el nombre Zahara, por el de una de sus bellas esposas, cuya estatua en
mármol colocó sobre la puerta principal (Bab al-Qubba) en homenaje perpetuo de su
hermosura.
Las prospecciones y excavaciones de la Qal´a van desde Achilla y Paul Blachet al general de Beylié que
exhumó en 1907 las construcciones principales, L. Golvin, Bourouïba y exploraciones y publicaciones de H.
Terrasse y G. Marçais entre los años 1951 y 1956. Fue en las campañas de Golvin cuando aparecieron
restos de muqarnas de estuco semejantes a los mocárabes almorávides norteafricanos y los de los palacios
de Palermo del siglo XII.
Canecillos. 1, de la Qal´a
de los Banu Hammad,
según Baylié, con
puntas de lanza en la
base; 2, canecillo de la
Aljaferia; 3, canecillo del
siglo XI de Granada.
Estuco supuestamente de arco del desaparecido palacio de
Bugía (Biyaya), ciudad habitada por los hammadies cuando
abandonaron la Qal´a, según G. Marçais. Los arcos
entrelzazados de tradición hispanomusulmana.
El arquitecto principal era Maslama ben Abdalalah repetido numerosas veces; el
maestro de albañiles o director de obras fue Abdallah ben Yunus ayudado por Ali
ben Cháfar y Hasan ben Muhamad el Cordobés. A la nueva ciudad llegaron cuatro mil
columnas venidas de la sierra cordobesa de donde procedía el mármol azul, otras de
color rosa eran de la sierra de Cabra. Daban prestigio a la ciudad columnas elaboradas
en Cartago, Túnez, Sfax, Tarragona; otras regalo del emperador de Constantinopla y
del país de los francos.
Los historiadores árabes relatan en detalle los arquitectos o alarifes de la ingente
obra, los obreros y sus jornales, los materiales y obras de arte allí acumulados y mil
referencias más que han podido ser atribuidas a fantasía oriental hasta que las
excavaciones modernas han confirmado la escrupulosidad de los datos.
Toda la enorme construcción está fabricada con grandes sillares o bloques de piedra
caliza de aquellas inmediaciones, colocados por el sistema de soga y tizón, diariamente
llegaban seis mil sillares. El califa venía constantemente desde Córdoba a vigilar las
obras, en cuya tarea le auxiliaba su hijo al-Hakam II, príncipe heredero”. Ya quisieran
para sí semejantes descripciones en abundancia los palacios hasta aquí estudiados de
Oriente y el Norte de África. Por Ibn Jaldún se sabe que la ciudad tenía casa Ceca- casa
de la moneda- y casa del Tiraz de tejidos o bordados.
Además de Madinat al-Zahra Córdoba estaba rodeada de numerosas almunias reales
de la campiña con o sin murallas propias, residencias campestres de cada uno de los
miembros familiares de los califas. Hoy los aledaños de Córdoba sembrados de restos o
vestigios de piedra de palacios arrasados con el paso del tiempo: vestigios de palacios
de la Arruzafa, en la finca de Turruñuelos, Qasr al-Na´ura o Dar al-Na´ura (de la Noria),
en el Cortijo del Alcaide, Qasr o almunia de Quintos y palacio o almunia de
Rummaniya, antes Amariyya o Alamiria y otras más residencias palatinas estudiadas
por A. Arjona Castro y otros, ello bien reflejado en el mapa siguiente.
Figura 36. Córdoba (1); Madinat al-Zahra (2) con la almunia vecina de rumaniyya; almunia
quintos (3); almunia de la Noria (4); almunia palacio de Rusafa, en Turruñuelos (5), inicialmente
residencia de Ab d al-Rahman I, entre otras almunias o regias residencias.
Abajo vista general de Madinat al-Zahra, con el Alcázar en negro ubicado junto a la muralla
norte, las excavaciones iniciadas en 1911 por Velázquez Bosco. El mismo Alcázar en (3). El plano
2) publicado por M- Gómez-Moreno (1951): lomas de tierra cabalgan en toda la parte oriental o
de la derecha hasta el arroyo San Jerónimo, por allí se aprecian vagos diseños de naves
basilicales y edificios de planta central, tipo Manar de la Qal´a de los Banu Hammad de Argelia.
Tal vez se sitúe aquí la qubba de tejas de oro de las crónicas árabes, donde quizá nacería
propiamente la Madinat al-Zahra palatina inicialmente con el nombre de Qarqari, especie de
almunia regia anterior a la construcción del Alcázat y la mezquita aljama (941-942)..
A, arquitecturas califales
dispersas por la campiña
cordobesa; 1, 2, puente de
los Nogales, de paso para al-
Zahra; 3, arcos entrelazados
de alberca en parajes del
cortijo del Alcaide o almunia
de la Noria; 4, arrecife de la
almunia de Quintos, según
Arjona Castro y Marfil Ruíz;
aparejo califal en la finca de
Turruñuelos (5) donde estuvo el
palacio Arrusafa.
El origen de Madinat al-Zahra
Ibn Hayyan, autor árabe del siglo XI, afirma que la fundación de Madinat al-Zahra se
hizo en el alcázar que Abd al-Rahman III había construido años antes en la aldea de
Qarqarit. Ahora se piensa que ese humilde hábitat probablemente fuera romano,
según el historiador local Arjona Castro, quien a propósito de la magna construcción
añade un dístico que se atribuye a Abd al-Rahman III: “cuando los reyes quieren
perpetuar para la posteridad el recuerdo de sus más altos pensamientos lo hacen por
el lenguaje de las bellas construcciones. Un edificio cuando es de grandes
proporciones, indica la majestad del rango del constructor”.
Vaya por delante que en al-Zahra el Qasr, en paralelo con el Qasr de Córdoba, estaba
formado por varios palacios con patios y jardines y barrios de casas de élite de la corte,
es decir el término no se aplica a un solo edificio regio como ocurría con los qusur
omeyas de Siria. De todo ello dan fe los sucesivos planos acumulados tras las primeras
excavaciones iniciadas en 1913 por el arquitecto R. Velázquez Bosco que analizamos a
continuación. Va mucho con arquitectos y a veces arqueólogos el olvido de planos
urbanos anteriores a los suyos sin mirar las ideas, interpretaciones y aportaciones que
aquéllos conllevan. Nunca un plano en Madinat al-Zahra es completamente nuevo o
definitivo.
Figura 33- el paso de la conducción de agua
potable de la sierra por Madinat al-Zahra
camino de Córdoba, según Vallejo Triano: 3,
acueducto; 4, palacios del Alcázar con la
mezquita palatina; 2, otra mezquita de la
ciudad por fuera del recinto palatino.
Figura 35. Abajo. La denominación de tales palacios individualizados es muy distinta según los
distintos autores. En el plano 1 , Qasr Jilada para el palacio (C) , Maylis Garbi-occidental el
palacio (A) y Dar al-Mulk e incluso Dar al-Wuzara- de los ministros-el (B), tal propuesta es de
Rafael Castejón. Las interpretaciones de los palacios aludidos de Torres Balbás se basaron en
el plano 1 que comentamos. El plano 2, del que soy autor lo publique en la revista al-Andalus
el año 1968. En los dos años anteriores fue desescombrada toda la parte izquierda de la
terraza del “Salón Rico”, escombros caídos o echados del palacio (C) por Velázquez Bosco,
equivocadamente, según Félix Hernández, ya que en la masa de escombros figuraban piezas
decorativas importantes e incluso mármoles constructivos y con figura animadas. A la par se
limpió al completo el maylis rodeado de cuatro albercas, en frente del “Salón Rico”, en el
mismo centro del gran jardín de tierra negra, y nos percatamos de que a la derecha a este
pabellón regio había una muralla que cerraba por esa parte la terraza por debajo del cual se
producía un escalón, aquella inutilizada ya en el siglo X. En la misma jornada de prospección se
reveló largo recorrido del camino de ronda militar en dirección oeste, justo al frente de la
explanada rebajada de la terraza ajardinada donde luego apareció patio cuadrado con crucero
al estilo de Samarra, y se pudo limpiar al máximo las dependencias orientales de los baños de
la vivienda del “Salón Rico”.
Planta y aérea del alcázar de al-Zahra. A la derecha la mezquita aljama palatina como modelo de aterrazar la
pendiente con toneladas de tierra y canto con el muro de contención esta vez confiado a la doble qibla de abajo.
Perspectiva del alcázar de Madinat al-Zahra con diferenciación de los niveles de las terrazas por colores,
ocho niveles, según B. Pavón (léase la escala de colores del margen izquierdo).
Diseño infográfico de Juan Carlos Pavón.
El plano 3 publicado por F. Hernández Giménez en el que figuran ya la mezquita aljama que
excavamos don Félix y yo, el pórtico de honor de la terraza del salón Occidental, el camino
de ronda completo y fueron descubiertos al completo los baños anejos al Salón Rico,
además del maylis de las cuatro albercas. El plano 4 de López Cuervo en el que se hace
hincapié en las solerías de los distintos edificios.
Figura 35-1. Planos, 1, 2, 3 , el primero, según A. Almagro Gorbea, el segundo publicado en el libro Las
artes islámicas en España (1992), y plano de Alfonso Jiménez, el grande de la derecha según Vallejo Triano
(2010), el más moderno y cabal o completo hasta la fecha . En el primero se aprecia exceso de recreación
rayano en el invento, muy propio del autor, unido a veces a ausencias de obligada bibliografía, ello patente
sobre todo en la mezquita aljama, módulo añadido por encima del Salón Rico (4), desechado por Vallejo
Triano, y la entrada del salón en medio de las cuatro albercas de la terraza; en éste no apareció pórtico y las
tres naves sólo en cimientos muy confusos. El plano (3) de Alfonso Jiménez insiste en los arreglos de salón
de las cuatro albercas propiciados por Almagro. Concretamente, reitero aquí que todo salió en cimientos
con escasa decoración encontrada justo en la entrada (ver figura 47, 4, 5).
En el plano de Vallejo Triano de la derecha se señalan con dígitos dentro de círculos los edificios en que han
aparecido decoraciones arquitectónicas, si bien hay que precisar que éstas también aparecieron en el patio de la
mezquita aljama (50); en el salón 43 de las albercas sólo salió escasa decoración en la entrada del mismo.
Sobre el supuesto pórtico del salón en medio de las albercas de
la terraza del Salón Rico. Los arquitectos aludidos ven pórtico de
cinco arcos e incluso tres naves con tres y dos arcos a la entrada
con modelo en el Salón Rico, pero se debe contar con que el
Salón Rico y el que nos ocupa son módulos palatinos
independientes pese a encontrarse vecinos y enfrentados, como
son diferentes los dos palacios de la ciudad omeya de ´Anjar y de
la ciudad de Mahdiya. No se trata de pabellones simétricos a uno
y otro lado de un patio como vemos por ejemplo en la vivienda
del Fustat, El Cairo (1). Aún así otro ejemplo de residencia
palatina de Samarra (2): a uno y otro lado de patio pabellones
de audiencias diferentes. El salón de las cuatro albercas de al-
Zahra bien pudo ser edificio de recreo o Qiosco, pabellón para
fiestas de uso no permanente, en todo caso especie de serrallo.
Vayamos al Palacio de los Leones de la Alhambra, ¿por qué son tan diferentes las qubbas enfrentadas, el patio por
medio, de las Dos Hermanas y de los Abencerrajes?
Figura 36. El gran pórtico oriental de la
terraza del maylis de cinco naves 3, 4, 5,
restituido casi al completo por el
arquitecto R. Manzano Martos en base
seguramente del arco de entrada del
castillo califal de Gormaz. Pórticos de
múltiples arcos se dan en Itálica (1) y la
ciudad romana-bizantina de Volubilis
(Marrueco) (2). Otra imagen parecida se
da en la entrada del palacio Djawsak
Khajani de Samarra (6). La imagen (7) es
de la Casa del Príncipe o de la alberquilla,
dotada de semicrucero con portiquillos
de tres arcos gemelos o el tribelón
bizantino.
Figura 37. 1, el “Salón Rico” de al-Zahra: tres naves con pórtico cerrado de cinco arcos gemelos y apoyos
cuadrados dando ingreso a salas laterales cerradas desde las que se podía ingresar a las tres naves
centrales; 2, arquerías de las mismas; 3, tres arcos, tribelón bizantino, también presente en el salón
oriental de las cinco naves (4); 5, detalle de la muralla restituida de la terraza del Salón Rico; 6, basa con
inscripción cúfica de la vivienda aneja al Salón Rico; 7 vista de una de las de las albercas excavadas de la
terraza del Salón Rico, recién descubierta; 8, pared lateral de las tres naves de ese salón, con alacenas,
restitución; 9, detalle de la imagen anterior sin restaurar; 10, 11, arco plano del testero de la nave central y
arco de los testeros de las naves colaterales., restituciones.
Figura 38. A la izquierda. El Salón Rico y sus precedentes. A, el Salón Rico; 1, 3 iglesias bizantinas
anteriores a Madinat al-Zahra; 1 planta de San Juan de Studios, entre las dos se puede extraer la imagen 2
que en realidad es el salón de Abd al-Rahman III, los cinco arcos del pórtico impuestos por Félix Hernández
(4) hacia los años 1966 y 1967, además el quinteto lo hemos visto en el palacio de Sabra-Mansuriyya.
Respecto a los atajos o torreones del pórtico las imágenes 5, 6 y 7 pueden darnos la autentica figura de las
torres de al-Zahra. Se trata de las torres ochavadas de los atajos de sala o tarbea mudéjar de Toledo, el
llamado “Taller del Moro”.
Figura 39. Abajo. 1, los tres arcos o tribelón bizantino de entrada a la nave central del Salón Rico en proceso
de restauración: 2, interior restituido por Félix Hernández; 3, 6, los baños contiguos al Salón Rico, según B.
Pavón y Vallejo Triano: la planta da tres espacios cuadrados, patio con pila y nicho simbólico a norte, sala
equivalente al frigidarium, sala del tepidarium, sala del caldarium, el horno y habitación de leñera; 5,
lucernas de mármol de los baños. Estos baños se encuentran a la derecha del Salón Rico (4) (5).
;
La Mezquita Aljama
Figuras 40 y 41. El palacio de la terraza más superior o Maylis del Príncipe, 1, junto al palacio de la
almunia de Rumaniyya abajo, cerca de al-Zahra. La primera planta anuncia la del palacio de Rumaniyya (2)
en el que con claridad se da rectángulo ocupado por nueve espacios, los tres centrales oblongos,
cuadrados los otros conformando el modelo tipo nueve espacios, con probable origen oriental, A, de
Samarra, abajo. En Toledo palacio de Galiana extramuros (B), en Palermo palacio de la Zisa (C); en (D)
esquema del complejo mudéjar del Salón de Embajadores, Alcázar de Sevilla. En definitiva se obtienen dos
tipos de cuadriculas, el de nueve espacios (E) y el de once espacios (F), el palacio de Galiana da quince
espacios. Más cerca del palacio de Rumaniyya se encuentra el diseño del palacio central de la Aljaferia de
Zaragoza (G) de Zaragoza (G), con cuadrícula de nueve espacios.
Más residencias palatinas accesorias de al-Zahra, 3, núcleo de viviendas de élite, el principal el (B) con
patio no porticado delante de maylis oblongo con entrada de tres arcos gemelos del que se pasa a tres
salas oblongas perpendiculares y dependencias de servicio. Otra vivienda unicelular de servicio es la (A),
esta vez por primera vez en la ciudad palatina con pórtico de dos arcos y en (C) vivienda de la alberca o del
Príncipe: patio-jardín con alberquilla sobresaliente y dos parterres, a uno y otro lado maylis oblongos con
entrada de tres arcos gemelos o tribelón bizantino. Todavía un módulo más altamente significado, es el
llamado patio de pilares (1) y (4): patio cuadrado con cuatro pórticos de pilares y tres salas alargadas por
tres de sus costados, salas con atajos o al-haniyyas y entrada de tres arcos , en una esquina unas letrinas y
en el ángulo opuesto restos de escalera de subida al piso de arriba. Este tipo de módulo debió pasar a la
Qal´a de los Bnnu Hammad de Argelia, el palacio de patio de pilares cerca del Manar.
Figura 42. Palacio del Príncipe de al-Zahra. 1, pasadizo con puertas alternativas de control (2), al fondo
arco de herradura de piedra con dovelaje completo (3) el primero o único de esta clase de la ciudad
palatina, siguiéndole otro ya meramente decorativo de las salas palatinas (5), según dibujo de Camps
Cazorla; 4, capitel y basa esculpidos con acanto muy evolucionado que permite fechar el palacio en los
últimos años del siglo X; 5, diversas solerías tipo mosaicos con esquemas geométricos de las distintas
habitaciones.
Figura 43. Abajo. la mezquita palatina de Madinat
al-Zahra excavada entre los años 1964 y 1966 por
Félix Hernández y B. Pavón según la Memoria
publicada por la dirección General de Bellas Artes.
Erigida fuera del marco fortificado de la terraza del
Salón Rico del que partía un pasadizo cubierto o
sabat que iba a morir en el testero o muro de qibla
del oratorio. Entre la mezquita y el alcázar unas
salas de las abluciones. Ejemplo de mezquita
palatina cercana al Alcázar a la vez que entregada a
la población. La excavación dio un conglomerado de
vestigios de índole decorativa, muros casi en
cimientos, destrozada la doble qibla de delante de
la maqsura con solería de losas de barro (1) (9).
Mezquita con patio casi cuadrado de tres pórticos
columnados (5) (8), restitución, y alminar adjunto
prácticamente en cimientos (2): planta cuadrada,
interiormente planta ochavada con machón de igual
forma (4). Una probable restitución del edificio en
(5).
El oratorio techado o haram es de cinco naves, más
ancha la central, las laterales más estrechas, con
arquerías sencillas tal vez remontadas por registro de
ventanas ciegas (10) siguiendo quizá la pauta que se ve
en la nave central de la sinagoga toledana de Santa
María la Blanca (11). En lo decorativo novedades muy
gratas: capiteles de piedra caliza con decoración de
espiguillas visigodas (A), en la decoración del patio friso
de estrellas de ocho puntas con rosetas en los bordes al
gusto del arte omeya oriental; 6, celosías con
decoración geométrica y vegetal (7) de ascendencia
bizantina con reiteración en celosías de la mezquita
aljama de Córdoba de la ampliación de Almanzor y en el
Museo de la catedral de Amalfi. Se detectaron cinco
puertas, al menos una de ellas con imafronte de arco de
herradura remontado por registro con arcos
decorativos de herradura y corona de almenas de
dientes agudos, tipo de portada omeya de la mezquita
aljama de Córdoba empezando por la puerta de San
Esteban. La novedad es la presencia de varios tipos de
almenas, las más pequeñas pudieron pertenecer al
mihrab.
Enjuta con acantos y restitución con
decorados aparecidos in situ de arquería
del oratorio de la mezquita aljama de al-
Zahra, según B. Pavón.
Figuras 44 y 45. Arriba. Inscripciones árabes murales de Madinat al-Zahra: “Basmala”, “en el nombre de Dios” de los
palacios y de la mezquita aljama (E). De otras latitudes: A, alminar de Sfax; B, mezquita de Nayin; C, de la mezquita de
Ibn Tulún; D, mezquita de Bu Fatata, Túnez; F, de la fachada de la mezquita de las Tres Puertas, Qayrawan. Arriba
varias unidades decorativas o palmetas árabes: 1, 2, 3, tipos bizantinos; 4, tipo Samarra y mezquita de Nayin; 5, de la
mezquita aljama de Tudela, siglo X; 7, de Madinat al-Zahra, según G. Marçais; 6, Gran Mezquita de Qayrwan; 8, de
mosaicos bizantinos de Palermo, siglo XII.
Figura 46. Fragmentos de inscripciones aparecidas en la zona de patio de la mezquita aljama de al-Zahra, cada pieza
Figuras 47 y 48. Las almenas decorativas y decoración
animada de Madinat al-Zahra. La mezquita palatina dio
interesantes almenas de dientes agudos decoradas con temas
vegetales, figuran piezas de distinta escala: unas
correspondientes al mihrab del oratorio, otras lisas grandes
de los muros al exterior, otras de fachadas y otras
correspondientes a los dos cuerpos del alminar, las 7 y 8 son
del alminar. El modelo se localiza en el palacio omeya de
Jirbat al-Mafyar (9), según ilustraciones de Hamilton.
Importantes son los decorados aparecidos en el pabellón de
las cuatro albercas de la terraza del Salón Rico (4) (5): un friso
con decoración de medallones de tres lóbulos unidos por
nudos, ya presente en el palacio de Jirbat al-Mafyar. Respecto
a la decoración animada: 1, mármol procedente del palacio
de la terraza superior, con tres personajes según tipología o
diseño bizantino´-omeya, lo publiqué en el años 1968; 2,
placa de piedra areniscas de al-Zahra publicada por F.
Hernández y A. A, Vicent, con pavos y cervatillos enfrentados
de tradición omeya en general; A, jinete guerrero de
cerámica vidriada en versión mía y otro (B) de cerámica
vidriada de Çabra-Mansuriyya, según Zbiss; abajo otro plato
con arquero de cerámica (A); 6, cabeza de grifo de estuco
aparecido en la plaza de los Mártires del Alcázar de Córdoba,
imagen también presente en la decoración animada de
estuco de Çabra-Mansuriyya, según Barrucand.
Figura 48. 1, personaje sedente con copa aparecido en
Mahdiya, según G. Marçais; 2, músico esculpido en un capitel
califal de Córdoba; 4, cervatillos enfrentados en liso de piedra
arenisca, procedente del palacio de la terraza más superior
de al-Zahra: 4, cabeza de mármol de al-Zahra; 5, músicos de
la pila de Játiva, siglo X-XI. Por lo que se refiere a la técnica
escultórica de estas figuras es la misma del arte figurativo de
estuco de Çabra-Mansuriyya publicado por Barrucand.
1, Inscripción fundacional del alminar,
mezquita aljama de al-Zahra, con el año
942, según Ocaña Jiménez. 2, Restitución
del oratorio de la mezquita con arcos
superpuestos, según Vallejo Triano, pero sin
indicio alguno que lleve a tal propuesta.
Además imposible semejante estructura en una mezquita cuya duración edilicia según al-Maqqari fue de cuarenta y
ocho días.
Figuras 49, 50. Gran tablero de mármol con representación del mítico árbol de la vida,
aparecido en la terraza del Salón Rico, estudiado por L. Golvin; cimacios de mármol
procedentes del palacio de la terraza más superior, decorados con diseños visigodos, 1, 2, 3,
4 y 5; capitel romano reutilizado con añadido de inscripción árabe del ábaco, 4, 7.
Respecto al mítico árbol de la vida en el Salón Rico se le representa en los muros de las tres
naves veintiséis veces, todos de diferente diseño, últimamente estudiados por Ewert.
Figura 50. Decorados de acantos de tradición clásica patentes en al-Zahra. 1, de pilastra del
palacio del Príncipe; 2, 3, 4, de pilastras y capitel del Salón Rico; 5, 6, 7, detalles
decorativos de capiteles desvelados por B. Pavón.
1, “Los reyes del mundo”, pinturas de los baños
omeyas de Quayr ´Amra, según Ettinghausen,
paralelo del mármol (1) de Madinat al-Zahra de la
figura 47; 2, detalle de la plaqueta califal cordobesa
(2) de la misma figura, la técnica de alas y colas
semejante a relieves animados de Sabra-
Mansuriyya publicados por Barrucand.
Figuras 51, 52, 53. Decoraciones de acantos y geométricas de al-Zahra. Decorados del Salón Rico, los nueve
primeros fragmentos de piedra arenisca, los restantes del Palacio del Príncipe. A la derecha diversos temas de
decoración geométrica clásica, palacios del Príncipe, Salón Rico y mezquita aljama. Y tema decorativo de tradición
romana-bizantina: A, de estucos romanos de Villajoyosa (Alicante); B mármol árabe de la alcazaba de Málaga; C, de
al-Zahra; D, de la cubierta de la Capilla de Villaviciosa, mezquita aljama de Córdoba.
Figura 54. B, lazo de seis en piedra del Salón Rico de Madinat al-Zahra; A, mosaico de solería de la
Capilla Palatina de Palermo, siglo XII. El origen localizado en las mezquitas cairotas de Ibn Tulún y de al-
Azhar siglos IX y X).
Figuras 55 y 56. Como complemento de los maylis regios de al-Zahra dos aspectos, arquitectónico y decorativo. El
primero referido a los pórticos presentes en al-Zahra: 7, 8, 9, 10, 11, 12, pórticos de cinco arcos, de dos, de tres y los
cuatro pórticos del patio de los pilares (12). El (11) el gran pórtico de honor de la terraza del maylis de cinco. Los
precedentes, aparte de las iglesias bizantinas del siglo IV ya estudiadas: 1, edificio hitita; 2, 2-1, de palacio aqueménida; 3
del Dar al-Imra de Kufa; 3-1, de la ciudad omeya de ´Ayn al-Anyar y patios de cuatro pórticos en Qasr al-Hayr al-Sharqi;
4, del palacio valenciano preárabe Pla Nadal; 5, del palacio de Teodorico; 6, palacio de Çabra-Mansuriyya; A, palacio de
Ziri en Achir, Argelia, siglo X; B, del Qasr al-Sihrin y palacio Ujaydir; C, de casas del Fustat de El Cairo; 13, Palacio del Lago
de la Qal´a de los Banu Hammad, siglo XI: pórticos en los costados menores del gran estanque; 14, palacio de crucero en
la Casa de Contratación, siglo XI-XII (por primera vez en al-Andalus se aclara aquí el pórtico abierto de columnas delante
de sala con tres arcos iguales al estilo de al-Zahra). Figura 56. El problema de la decoración de los maylis omeyas por
encima de las arquerías de las naves hasta el techo. Lo mismo en Samarra que en Madinat al-Zahra se desconoce la de-
CONCLUSIÓN. PLANTAS DE TRAZA REGULAR U ORTOGONAL, FUNCIONES DE LOS
PALACIOS Y LA PLANTA BASILICAL DE LOS MAYLIS
En conjunto los edificios palatinos ocupan el gran recinto cuadrado con sus sucesivas
terrazas sin que se advierta con rigor la rígida compartimentación de espacios
simétricos de los palacios orientales estudiados, omeyas y abbasies de Samarra, pero
se logró borrar mediante un orden jerarquizado la estampa un tanto caótica y sesgada
que ofrecerían los pabellones regios del viejo Alcázar de Córdoba. Exceptuado el
palacio de la Aljafería el rigor o impecable simetría de éste, los pabellones o palacios
de al-Zahra se diseñan un poco a capricho del regio patrocinador, módulos
aparentemente descolocados vistos a vuelo de pájaro aunque en el interior en cada
uno de ellos rija la más absoluta axialidad dimanada del ceremonial o aparato de la
corte. En Madinat al-Zahra todo era un tanto aleatorio ¿Obedecería realmente la
nueva estampa de Madinat al-Zahra al sueño de Abd al-Rahman III de crear una nueva
ciudad al estilo de las árabes de Oriente? Por el contrario, ¿se impuso en ello el
estímulo de las ciudades antiguas occidentales cuyas ruinas aún se mantenían en pie
como Zaragoza, de planta rectangular de civilizada simetría? No creo en la tesis de
Ewert que ve en la ciudad palatina ausencia de simetrías y grandes ejes centrales
propios de los palacios abbasies. Ocurre que las sucesivas terrazas alteran el orden
ortogonal o trama de simetría regular que en realidad existe. Respecto a las murallas
exteriores de la medina naciente se sabe por Ibn Hawqal que no estaban terminadas
al comienzo del reinado de al-Hakan II. Bien defendido el gran Alcázar con sólidos
muros y pasadizos militares, ¿qué interés habría en establecer barreras defensivas
para la población de cuyo definitivo asiendo cabe dudar? Aún siendo de tapial,
procedimiento constructivo no detectado en el complejo palatino, la construcción de
esa muralla perimetral sería de realización lenta y costosa.
coración de encima a esa altura por ello imposible cualquier tipo de restitución. De Samarra el paramento decorado con
estucos, (1); de otro palacio Abbasi, según H. G. Franz, (2), en ambos predominan las tacas sobre zócalos, el mismo caso
del Salón Rico de al-Zahra (3), sólo que aquí se da juego de tres portadas por encima de las cuales se daba estrecho friso
decorativo, de éste al techo de imposible restitución, probablemente completamente liso. En esto radica uno de los
problemas de la arquitectura doméstica o residencial hispanomusulmana de los tres primeros siglos, VIII, IX y X. Para
comprenderlo traigo algunos ejemplos de salas regias de qubbas y maylis de palacios hispanomusulmanes de los siglos
XIII y XIV. De la tradición almorávide-almohade no hay elementos de juicio. Se dan paredes de decoración parcial y
paredes de decoración plena, esta última modalidad rige en la Qubba Real. El Cuarto Real de Santo Domingo de Granada
(5), Qubba de la Sala de Dos Hermanas de la Alhambra (4) y qubba del palacio de Comares de la Alhambra (6). Paredes
de decoración parcial con ejemplo en la qubba o Sala de la Justicia del Alcázar de Sevilla (7), completamente sin decorar
desde los tres arcos al friso de ventanas junto al techo. Obsérvese que en todos estos ejemplos post-califales se da un
registro de cinco arcos de ventanas junto al techo. Lo de las paredes lisas al completo, excluido el friso decorativo bajo el
techo sin significado alguno es norma muy generalizada en dependencias palatinas de segundo orden.
Frente a la idea de Sourdel de que Madina al-Zahra surgiría con la intención de
suplantar a Córdoba, la voluntad inicialmente no sería otra que un ensayo de liberar a
la nueva medina del laberintico urbanismo de Córdoba con el Alcázar y la mezquita
aljama poco menos que asfixiados o infravalorados en medio del caserío urbano y sin
un orden ortogonal adecuado para el Califato. Un sueño o capricho en definitiva de un
déspota aunque de su mente no se borraría el carácter de interinidad de la magna
empresa que pronto hubo de abandonar por lo insano del clima de la sierra. Otro tema
oscuro aún por dilucidar es si las excavaciones iniciadas por el arquitecto Velázquez
Bosco en la zona palatina más inmediata a la muralla norte- sector del maylis del
Príncipe Hisam- era realmente el punto neurálgico y motor de la ciudad, lugar en el
que durante siglos se había pensado estaba la Córdoba la Vieja tomada como ciudad
romana. La propia centralidad de todo el sector excavado respecto a la medina y la
razonable cuadrícula antes descrita con compartimientos de plurales funciones
estrictamente palatinas y administrativas formando recinto de 300 metros de lado
equivalente grosso modo a 9 hectáreas, certifican que el excavador Velázquez Bosco
acertó con el núcleo básico y principal de la ciudad. No obstante, en el Muqtabis V de
Ibn Hayyan se habla de que en el año 941 Abd al-Rahman III hizo una calzada de la
almunia de la Noria al Alcázar de al-Zahra ubicado en el lugar de Qarqari, cuando aún
no se habían iniciado, o estaban en trance de ser construida la mezquita y los regios
maylis excavados. Estimada como válida esta noticia, el alcázar en Qarqani, sería una
almunia más de la campiña cordobesa, pero ¿en qué lugar estaría? Gómez-Moreno sin
conocer tal noticia, sobre el terreno reparó en construcciones insinuadas bajo tierra
formando cabalgadas de lomas en toda la parte más oriental de la medina por donde
se ramifica el arroyo de San Jerónimo (figura 32, 2), advirtiéndose naves basilicales e
incluso edificio de planta central, tal vez despojos de la Madinat al-Zahra más
primitiva, en la misma orilla del arroyo. ¿Sería esa planta la aún desconocida Qubba
Real de tejados de oro de Abd al-Rahman III de la cual nos hablan las crónicas árabes?
Ello aquilataría la centralidad palatina a lo largo de toda la muralla norte hasta el
arroyo.
De los relatos breves y un tanto confusos de las crónicas árabes sobre los palacios que
Rafaela Castejón publicó en la revista Al-Mulk se pueden derivar aspectos funcionales
de edificios regios. Las arabistas Labarta y Carmen Barceló con mayor conocimiento
de los textos abordan este tema que aquí resumimos. Las fuentes árabes no se
detienen en hacer descripciones topográficas serias, a nuestro gusto, por lo tanto al
hablar de los distintos salones o maylis del sector palatino no es posible identificarlos
con certeza con los excavados. Se habla de salones de naves precedidos de atrio o
vestíbulo- mu´tarif-, otras veces figura bartal, portal; a veces se habla de visitantes de
rango que esperaban en la nave central- que sería el bahw, y sus acompañantes en el
vestíbulo o bartal. Es creíble que los salones de recepciones solemnes serían el
“oriental”, el “Occidental” y el “meridional”, el primero de cinco naves (ahora llamo
Dar al-Yund, el segundo arrimado a la muralla norte, ahora llamado Dar al-Mulk o del
Príncipe Hisam, ambos excavados por Velázquez Bosco, y el tercero que está en el nivel
bajo identificado con el “Salón Rico” o “Salón de Abd al-Rahman III”, en la terraza
ajardinada de las cuatro albercas con el pabellón central de tres naves imposible de
identificar en las crónicas. Parece que el Salón Rico sería el principal “donde el califa se
sentaba en el trono en uno de los salones que daba a los jardines –riyad-“. Entre otros
espacios se mencionan al-Sath con equivalente de nivel o azotea, calles- mumarrat-,
espacios libres o patios – afniya-; arrabales- rabad-, puerta- bab- (bab al-Sudda y Bab
al-Sura), casas- dar-, muchas casas. Maravilla de la ciudad era el maylis al-Radial o
Alcázar de la tejas de oro que pienso sería la Qubba Real con dichas tejas ya analizado
de la parte del arroyo de San Jerónimo. Para nada se habla de bóvedas o cúpulas. La
teja de cerámica o barro cocido es de lomo pronunciado, la llamada teja árabe, que
salieron en abundancia en la excavación de la mezquita palatina.
Teóricamente como se ha visto el conjunto de sector palatino de Abd al-Rahman III, el
Alcázar propiamente dicho, conforma un cuadrado de 9 hectáreas que triplica la
superficie del Alcázar de Córdoba y en manifiesta su superioridad con respecto a los
llamados qusur omeyas y abasíes de Oriente, exceptuado el complejo palacial de
Balkuwara de Samarra, de 750 por 500 m. La cuadratura del sector que nos ocupa se
define como gran cuadrado dividido en otros cuatro cuadrados: el del palacio oriental
con cortejo de viviendas, el cuadrado del palacio de Príncipe Hisam, el de la terraza
inferior el Salón Rico y el gran patio con crucero en bajo a occidente. ¿Hasta qué punto
la Antigüedad, Bizancio o Bagdad pudieron entrometerse en estos escenarios
palatinos de Madinat al-Zahra? Las fuentes escritas árabes dicen que Abd al-Rahman III
hizo venir de Constantinopla y Bagdad ingenieros o arquitectos para planificar los
jardines del Alcázar de Córdoba. El recuerdo de Roma, presente en la ciudad palatina a
través de pilas y sarcófagos y el mismo pórtico de múltiples arcos a la derecha del
Palacio Oriental, que ahora se quiere identificar con Bab Sudda, en la línea de pórticos
de Itálica y de Volubilis, es referencia ineludible para la ciudad califal. Y de otra parte la
arquitectura hispanomusulmana post-califal acostumbra a dejarnos perplejos ante un
hecho muy característico de ella: las incontrolables regresiones, la vuelta a estructuras,
formas o especímenes arquitectónicos del pasado árabe. Se ha acuñado por diversos
autores del arte islámico para Madinat al-Zahra el término “Renacimiento” o regreso a
la Antigüedad o Bizancio. Realmente aparte de la herencia antigua que subyace en el
siempre bien canalizado desarrollo del arte omeya cordobés, sobre todo en la
vertiente decorativa, nadie puede dudar que los árabes de al-Andalus en los primeros
siglos se toparon con gran cantidad de monumentos antiguos en ruinas de los que
extraían sus preciosos materiales de piedra para ser utilizados en los edificios de nueva
planta; fue un hábito propio de cualquier civilización, como Bizancio con respecto a
Roma. Aparte de estos gestos instintivos o automáticos, los árabes de Córdoba
estaban descubriendo la Antigüedad que tenían delante de sus ojos. Estos gestos
regresivos tienen en Córdoba el siguiente enunciado: el arte cordobés en mucha parte
nace bajo el tutelaje o el auspicio de la Antigüedad y de sus epígonos, de tal manera
que la lección de Roma, Bizancio o lo godo está revivida en los palacios y en los
alzados de la mezquita aljama de Córdoba.
El nacimiento de Madinat al-Zahra, junto con la mezquita aljama de Córdoba principal
exponente del arte cordobés, casi mágica por la ausencia de precedentes cercanos
esclarecedores, la celeridad sorprendente de su desarrollo en tan solo medio siglo, en
la que se incardinan como síntoma de madurez el “horro vacui” en los niveles
decorativos, y ser todo ello fruto de único patrocinador regio y de alarifes cualificados
locales, no puede llevarnos a la falsa imagen de una arquitectura provinciana,
introvertida, ensimismada o egocéntrica, tesis de Ewert, adjetivaciones tal vez
aplicables al emirato-, porque el estudio detenido de todos los componentes de al-
Zahra nos habla de manifiesta universalidad con plurales esferas de influencia externas
que conllevaban sobrecarga de boatos y riqueza mítica o milenaria con expresiones
admirativas de parte de ilustres emisarios de otras latitudes, visitantes de Córdoba y
de Madinat al-Zahra, además de ser ésta luminaria para el futuro arte
hispanomusulmán con reflejos constatable en los palacios árabes del Norte de África
de los siglos X y XI.
No es lícito dejar marginado uno de los valores básicos de al-Zahra en su aspecto
arquitectónico. Me refiero a las salas o salones basilicales de tres o cinco naves que
nos lleva de nuevo a “de donde viene la ciudad palatina”. ¿En qué se diferencian los
maylis basilicales de la sala de la mezquita basilical de al-Zahra? Hay autores que
relacionan estos dos entes, la sala de oración de la mezquita como modelo de los
maylis, desde luego sus funciones divergen, orantes en la primera y todo el aparato de
corte o ceremonial en los segundos. Éstos tienen ceremonioso pórtico o bartal
delante. Lo que nos arrastra hasta las basílicas bizantinas surgidas en el siglo IV y
sucedáneas en el tiempo, básicamente tres naves y pórtico o vestíbulo tripartito en la
delantera, cuadrados los dos módulos de los atajos, a modo de torres o torreones. No
se debe obviar que desde los tiempos de la Roma antigua la basílica o “aula regia”
actuaba como sala de ceremonia en la doble modalidad de oficial-pública- o privada,
lo que en términos árabes palatinos es Diwan- i- Amm y Diwan-i- Haas. Y luego la
función, ya en la basílica bizantina se advierte diferenciación de clases y sexos a tenor
del lugar que ocupaban en las distintas naves o espacios. En los maylis de al-Zahra el
ceremonial con clara distinción del grado jerárquico de los ocupantes. En los Anales
palatinos del califa de Córdoba al-Hakam II de´Isa Ibn Ahmad al-Razi, 971-975, en
traducción de García Gómez, se describen recepciones de embajadores cristianos y
bizantinos: “el califa se sentaba para recibirlos en el mihrab del salón oriental en
sesión solemne de organización perfecta”. “Recibió primero a los visires, situados
conforme a su categoría, a la derecha y a la izquierda. Al llegar a la puerta de la
entrada del salón del trono se postraban, se acercaban al califa, le besaban la mano y
luego retrocedían”. En otra recepción el califa se sentaba en el trono del salón oriental
del Alcázar de Madinat al-Zahra y fueron introducidos en la cámara del califa, ¿sería
este nuestro Salón Rico de la terraza ajardinada? En la relación de fiesta de ruptura del
ayuno el califa se sentó para recibir las felicitaciones de aparato en el salón oriental del
Alcázar de Córdoba; asistieron diferentes clases sociales, hermanos, visires a los lados,
los funcionarios en la parte central. Respecto al léxico arquitectónico, como vimos, se
barajan los términos mihrab, bahw, bartal, balat, dar. En al-Zahra, dentro del Salón
Rico bahw era la nave central, mihrab era el arco esta vez plano- no ábside- del testero
de la nave central, otros dos, uno por cada nave lateral, también en el testero, el
vestíbulo o bartal a la entrada, las otras naves eran balat, como en las mezquitas. De
toda esta parafernalia de corte nos quedamos con que la implantación de los salones
basilicales, de fácil fabricación o montaje, pudo ser consecuencia de la celeridad que
se imprimió a la ciudad palatina y siendo así queda justificada la relativa pobreza que
tal iconografía conlleva al aplicarse a escenario palatino de la categoría de Abd al-
Rahman III. Toda Madinat al-Zahra quedó ciertamente atenazada por la urgencia; la
mezquita aljama palatina quedó lista para uso oracional en 45 días recordando los
engañosos tiempos del emirato: la mezquita aljama de Córdoba levantada en un año.
Yo he escrito que de seguro si el Salón Rico lo hubiera construido al-Hakam II, o en su
tiempo como califa, la nave central se vería coronada por la Qubba Real, la que por
tres veces se instaló bajo su mandato delante del mihrab de la aljama cordobesa en la
que por esta parte cabe hablar de verdadero palacio o qasr. Ciertamente el diseño de
los palacios omeyas y abbasies de Oriente referidos a las salas de recepción no parece
estar presente o no se deja reconocer en Madinat al-Zahra y si existen entre ésta y
aquéllos semejanza alguna será por la concepción de palacios preislámicos de fácil
alcance lo mismo para los jerarcas de Oriente que de Occidente. En mi criterio el
pluriempleo del formato basílica antigua y la bizantina, edificio por otra parte de
elemental alcance de maestros de mediana formación, de ahí su prodigalidad y con
funciones jerarquizadas en el pórtico triple y plurales naves, desembocaría en su
adopción por los califas cordobeses para sus residencias y ello sin saberse a ciencia
cierta si los palacios bizantinos se configurarían de igual forma que aquéllos. Para
terminar, los estudios sobre el conjunto de Madinat al-Zahra se deben a los siguientes
autores según orden cronológico: R. Velázquez Bosco, M. Gómez-Moreno, L. Torres
Balbás, F. Hernández Giménez, B. Pavón Maldonado y A. Vallejo Triano.
EL NICHO Y
LA PILA
Único nicho jerárquico o mihrab de fondo plano existente en Madinar al-Zahra, 1. Se encuentra en
patio pequeño entre el Salón Rico y los baños de la terraza ajardinada. La imagen es o era de atrio
romano con compluvium e Impluvium, la solería de mármol algo rebajada respecto a los pequeños
andenes, todo de mármol, por ejemplo el patio romano de Herculano (2). El patio de al-Zahra con pila
de mármol en el centro con decorado vegetal tipo visigodo, fotografía 1 de 1966, la 3 de 2010. Sobre el
protagonismo del nicho como icono aúlico, cuadrado, rectangular o semicircular en palacios árabes,
NECIPOGLU, G., “Pre-moderne Islamic palaces”, Ars orientalis, 1993.
Siguiendo con el tema de nichos jerárquicos o
mihrab palatino como dicen las crónicas. El caso
único visto en la imagen anterior. En él no cabe
duda que se aposentaba un jerarca cortesano,
tal vez el califa. Viene al caso la imagen (1) de las
pinturas de baños omeyas de Qusayr ´Amra
(Jordania), últimamente objeto de estudio del
arqueólogo J. M. Blázquez: soberano sentado en
el trono dentro de nicho con arco y dos
columnas, verdadero icono arquitectónico de
mihrab palatino mencionado cuando las crónicas
árabes hablan de los palacios del alcázar de
Córdoba. La imagen no es nueva, ya los sasánidas
en los últimos tiempos, recuerda Blázquez,
tuvieron predilección por la imagen real metida
en un nicho; véase igualmente el díptico del
cónsul Anastasio del Victoria and Albert Museum
(2), en las manos centro y rollo. El nicho palatino
y el nicho de mihrab de mezquita serían de casi
análoga morfología, siempre bajo tutelaje
preislámico.
En la mezquita al-Aqsa ilustración decorativa (3), supuesto mihrab simbólico con arco de herradura
albergando una concha simbólica y sendas columnas del estilo del nicho de Qusayr ´Amra.
Trasladándonos a Occidente, en lo visigodo de Mérida (4) icono de nicho con la concha y las dos
columnas, esta vez dintel bajo la venera; en (5) uno de los ejemplos de Crismón, de Sevilla, venera y dos
columnas; así llegamos a Madinat al-Zahra (6): dintel con venera encima dentro de arco de herradura
esta vez con alfiz y las dos columnas, pieza de mármol de fácil movilidad, ¿mihrab portátil? Y una réplica
sin duda en icono del interior del mihrab de la Gran Mezquita de Qayrawan (7) que se fecha en el siglo X,
según Gómez-Moreno. Por último, representación de califas de Oriente y Ocidente: A, medallón de plata
del califa al-Muqtadir, siglo X, Bagdad, Museo Nacional de Berlín; B, medallón de oro de emir de Bagdad,
siglo X, Museo de monedas de Estambul: C, de caja de marfil califal de Córdoba. En las tres imágenes
personaje sedente con vaso y bastón, los dos últimos con doble compañía de asistencia. En los tres casos
se prescinde de nimbo y la simbólica concha. El icono de al-Zahra (6) estudiado sucesivamente por R.
Castejón, B. Pavón y A, Vallejo. Sobre los jerarcas efigiados en medallones y monedas árabes de Oriente
vale la creencia de la ausencia o falta de una tradición monárquica en la etapa omeya, en cambio a juzgar
por los medallones de Bagdad la dinastía abbasi hace alarde de presencia regia sagrada o casi divina
emulando a los soberanos sasánidas.
Nicho con concha sobre una silla de trono, mosaicos de
San Vital de Ravena; 2, la concha cobijando el
simbólico árbol de la vida, una enseña jerarquizadora
del mismo. Gran Mezquita de Qayrawan, siglo IX,
según dibujo de G. Marçais.
COMPARATIVA. A, El Salón Rico de al-
Zahra: 1, la fachada de los cinco arcos; 2, el
pabellón quiosco centrado de las cuatro
albercas del jardín, según plano de 1966; 3,
otra interpretación del mismo pabellón y
albercas: el agua, jardín y la arquitectura
en perfecta simbiosis como símbolo
genérico de palacios post-califales.
B. el palacio de la Zisa de Palermo, siglo XII.
1, fachada festiva con esquema tripartito
abajo; 2, planta del primer piso con acequia
de agua arrancando de fuente del testero
de la sala de Ninfeo. El agua sale para morir
en gran alberca que tiene en el centro un
pabellón de recreo, según se ve en
recreación de la imagen 4.
ARRIBA. EL MODULO PALATINO DE ESPACIO CUÁDRUPLE EN LA ARQUITECTURA ÁRABE Y LA
CUADRÍCULA DE NUEVE ESPACIOS Y QUINCE ESPACIOS.
Se entiende por cuádruple palacio o residencia con unidad central que puede ser patio, qubba o
sala de audiencia, encima sala oblonga y otras dos en los laterales, las tres con o sin al-haniyyas
en los atajos. El cuádruple puede verse insinuado en el palacio de ´Ayn-´Anyar (1) y palacio de
Ujaydir (1-1), ambos dan patio central y cuatro viviendas de linajes simetrizadas a cada lado. Con
ellos puede relacionarse los palacios apaisados de Ziri en Achir, Argelia (2), palacios de la Zisa (3)
(F) y de la Cuba de Palermo (12). Interesante el módulo (4) de la Qal´a de los Banu Hammad, A y
B. Insertamos el cuádruple del Salón Rico de Madinat al-Zahra (5): pórtico, las tres naves
centrales y salas con atajo en los laterales. Cuádruple dentro del complejo palatino en palacio de
Samarra (6) y el Salón de Embajadores del Alcázar de Sevilla (7). Por abreviación el (8) del salón
sevillano y la sala-qubba de Dos Hermanas del Palacio de Leones de la Alhambra (9) que puede
pasar a mausoleo en el Norte de África y en El Cairo el 10). De aquí se puede pasar a casas o
viviendas de élite: de Tremecén (11), palacete de la Torre de las Infantas de la Alhambra (14),
casa de Linaje de Túnez, siglo XVI.XVII, según Revault. Otra serie de palacios según cuadrícula de
nueve unidades (D): A, palacio de la almunia cordobesa de Rumaniyya; B, del palacio del príncipe
Hisam de Madinat a-Zahra (B); palacio norte de la Aljafería de Zaragoza (C). De la cuadrícula (D)
se puede pasar a la cuadrícula (6) de quince espacios: palacio de Galiana de Toledo (E) y palacio
de la Zisa de Palermo (F).
EL MODULO PALATINO QUÍNTUPLE EN LA ARQUITECTURA ISLÁMICA
Se entiende por módulo platino quíntuple el formado por
patio normalmente cuadrado con espacios habitacionales
en los cuatro costados. Es el módulo del Qasr omeya
estudiado, concretamente el de Qasr al-Hayr al-Sharqi.
Otro ejemplo el palacio de Jirbat al-Mafjar (1); 2, de la
ciudad omeya Ayn ´Anyar; 3, tipos habitacionales del
palacio omeya de Amman; 6, palacio de Lahskari Bazar; 4,
edificio de los cuatro pórtico de pilares de al-Zahra; 5,
ribat de Susa. Abajo a la derecha palacio cuadrado vecino
del Donjon Manar de la Qal´a de los Banu Hammad; 8, la
Alhóndiga o Casa del Carbón de Granada, siglo XIII; 9,
primer patio del Generalife de Granada, siglo XIV; 10, el
Maristas de Granada, siglo XIV.
El TEMA DE LAS ESCALERAS Y DE LA SEGUNDA PLANTA. La literatura de las
crónicas árabes a veces incrementada por la de arqueólogos e
historiadores de arte de nuestro tiempo han amasado una y otras
propuestas sobre segunda planta palatina aunque la huella de escaleras no
se deja ver en la mayoría de las veces. Es claro que la arquitectura islámica
en general no eran siempre plana o achatada; en esta figura la puerta del
Qasr al-Hayr al-Sharqi, según restitución de Creswell (1): 2,
restitución de una fachada del patio del palacio
de Ujaydir, según Creswell y alzado de la puerta
exterior del recinto palatino (A). Respecto a al-
Zahra escasas muestras de escaleras: en (4) un
escalón de entrada de vivienda y abajo el inicio
de escalera del edificio de los pilares (3), arriba a
la izquierda estado de la escalera de las viviendas
de los baños de la terraza del Salón Rico, año
1966.
Escaleras hemos visto en el palacio del Patio de Pilares de la Qal´a de los Banu Hammad y en Palermo del siglo
XII el palacio de la Zisa (6) con dos escaleras gemelas simétricamente dispuestas, y ya del siglo XIII el palacio
toledano de Galiana extramuros (7). ¿Era el Alcázar de madinat al-Zahra realmente plano en el mismo grado
que la mezquita aljama de Córdoba por modelo? El tema últimamente viene siendo tratado por diversos
autores de diferentes disciplinas. Las alturas desparecidas de la ciudad áulica del Islam dan de sí para pensar,
sólo pensar, que por ejemplo el Salón Rico de al-Zahra tendría cúpulas, como las de la mezquita aljama de
Córdoba de al-Hakam II, pero el responsable de al-Zahra no era este califal sino su padre Abd al-Rahman III.
Imposible de imaginar cúpulas en lo conocido hoy de al-Zahra. Almagro seguido de Ruiz Souza recrean las
alturas de los palacios islámicos nuestros: ven como probable la altura de cúpulas inexistentes, sobre el pórtico
de honor de múltiples arcos de la terraza del maylis de cinco naves imaginan especie de quiosco en altura desde
el que Abd al-Rahaman III vería espectáculos de la explanada de delante, especie de balcón de las “apariciones”
de monarcas de palacios preislámicos. Esta propuesta en parte alimentada por opiniones de O. Grabar
respecto a los qusur omeyas de Siria, sin indicios arqueológicos probatorios, la sitúan en una larga línea
estilística esta vez hispanomusulmana: se entretiene Souza Ruiz en la especie balconada de cara al exterior
que dice debió existir en la fachada meridional del patio del Palacio de Comares con repercusión en los altos de
las fachadas de los palacios mudéjares del Alcázar de Sevilla, Tordesillas y Astudillo últimamente tratados por
Almagro. En los tres palacios ventanas festivas de altura de doble o trío de arcos. Todo ello pudiera ser, pero el
examen arqueológico, arquitectónico o artísticos no arrojan creíbles indicios.
LA QUBBA REAL. ORIENTE Y OCCIDENTE. RESUMEN
Trasladar la fachada con ventana alta de dos arcos
gemelos de la arquitectura omeya oriental, léase
fachada del Qasr al-Hayr al-Gharbi (1), a fachadas
hispanomusulmanas comentadas de Sevilla, Tordesillas
y Astudillo equivale a decir que estas fachadas vienen
de la arquitectura omeya, pero esto está por demostrar.
Tampoco nos dice mucho la siguiente equivalencia:
fachada con ventana en alto de Qasr al-Hayr al-Gharbi y
las mismas fachadas de las puertas del Vino y de la
Justicia de la Alhambra (2) (3), siglo XIV.
Tipo Qubba Real de palacios abasíes, Balkuwara y Gausaq Haqani de Samarra. Visión infográfica a partir de
documentación de Herzfeld y Creswell de complejo palatino con la qubba en el centro de la cruz o triple iwan
entre cuatro plantas de nueve espacios. Este último modulo reiterado en otros palacios, incluidos los
hispanomusulmanes, como sala de audiencia.
Figuras A y B. Abajo. Resumen de la Qubba Real en el Islam Occidental. Plantas y alzados referidos a la qubba de
mezquitas. No existe hoy Qubba Real palatina de los siglos VIII al XIII. A. mezquitas aljamas: 1, 2, 5, 6, 7, de la Gran
Mezquita de Qayrawan, siglo IX-X; 3, nave central con dos qubbas, mezquita aljama de Susa; 4, 4-1, mezquita aljama de
Córdoba, siglo X; 8, qubba de los pies de la nave central, mezquita Zaytuna de Túnez.
B. Frente a la qubba o edificio exento del Norte de África, al-Andalus da tres edificios qubbas delante del mihrab de la
mezquita cordobesa, 1, 2, 4, 5; la 6 de Qayrawan. En Palermo, siglo XII, palacio de la qubba (7) (7-1), la qubba central con
salas de compañía a los costados, sistema tripartito que pasa a al-Andalus a partir del siglo XIII, la qubba de la Sala de Dos
Hermanas del Palacio de Leones de la Alhambra como ejemplo, 9. Excepcionalmente en esta ciudad palatina tres qubbas
consecutivas formando la Sala de Justica, siglo XIV (8). La sala tripartita en occidente por primera vez en el palacio del
Lado de la Qal´a de los Banu Hammad.
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de la Mediterranée, 17, 1974 (la presencia de muqarnas en la Qal´a pienso sería a
partir de las dominaciones almorávide y almohade, es decir, primera mitad del siglo
XII, adelantándose a las muqarnas de los palacios Zisa y de la Cuba de Palermo; el
hallazgo por Bourouïba de monedas almohades en el yacimiento arqueológico de la
Qal´a avala la presencia de los unitarios en esta ciudad. Según propuesta de Hoag las
muqarnas o mocárabes pasaron de El Cairo a Occidente a fines del siglo XI. Los
primeros testimonios de las mismas datan de la dominación almorávide. El tema lo
traté en el artículo “El maylis del taifa al-Mutasim en la alcazaba de Almería”, Revista
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