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Responsable de informe y dirección del estudio: Licda. Delmy Martínez
Revisión de informe Abogada Yadira Minero
Levantamiento de encuestas Alumnos de Promoción Social del Instituto Vicentino Padre Antonio Quetlas: Karen Jackeline Rosales Maira Elizabeth Zavala José Adaly García Jairo Leonel Oliva Thelma Natalia Clotter José Ismael Gómez Claudia Lily Rodríguez Gerson Ayala
Digitalización de la información de encuestas Jenny Zúniga
© Centro de Derechos de Mujeres Telefax 552-8498 / 553-4979 San Pedro Sula, Cortés, Honduras. Correo electrónico: [email protected]
Primera edición: Julio de 2009
Diseño: Comunica
Tiraje: 1000 ejemplares
Impreso y hecho en Honduras
ContenidoPresentación / 5
Introducción / 7
Aspectos generales del departamento de Santa Bárbara / 9
Descripción metodológica / 10
Participativa / 10
Investigación en fuentes secundarias / 10
Aplicación de encuestas / 10
Descripción de los hallazgos / 11
La discriminación de género / 12
Trabajan horas extras involuntariamente / 14
Salarios devengados / 15
Las metas de producción (causa de conflicto entre las obreras) / 16
Malos tratos / 17
Las mujeres en estado de gestación / 18
Violación de los derechos de maternidad de las obreras / 19
Conclusiones / 21
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PresentaciónEl Centro de Derechos de Mujeres (CDM), durante varios años desde su oficina ubicada en la ciudad de San Pedro Sula, ha venido realizando acciones de acompañamiento a las mujeres obreras de la maquila. Me-diante investigaciones para evidenciar y dar a conocer la situación en la que ellas trabajan y viven, el CDM monitorea aquellas fábricas que son denunciadas por las obreras y fábricas en general; desarrolla actividades de divulgación de los hallazgos de estos monitoreos; realiza acciones de incidencia para el respeto de los derechos de las mujeres; y difunde información sobre los derechos laborales de las obreras.
Este estudio es parte de ese quehacer del CDM, que ahora va más allá del departamento de Cortés debido al fenómeno de la movilidad de los maquileros, quienes se han trasladado hacia Santa Bárbara y también hacia Choluteca, motivados principalmente por la puesta en vigencia del decreto que diferencia el salario mínimo en estos departamentos: por una misma labor el maquilero pagará L 853,20 menos de forma mensual o L 28,44 menos diariamente.
Basados en los antecedentes del comportamiento irresponsable de al-gunos maquileros en la región metropolitana, es de esperarse que la situación en estas zonas rurales no sea diferente. Hay factores que fa-vorecen el clima de abuso y de violación de los derechos humanos de las obreras y obreros, como la debilidad organizativa en estas zonas, el desconocimiento casi generalizado de los derechos, la displicencia de las autoridades rurales y, en algunos casos, la complicidad. Todo esto favorece a aquellos empresarios acostumbrados a sacar ventaja de las condiciones en las que viven sus empleados y empleadas.
En CDM, como organización que vela por el cumplimiento de los dere-chos laborales de las mujeres, recurrimos a la investigación de los am-bientes laborales de la maquila; y así, responsablemente, corroborar las hipótesis de que en esos ambientes de trabajo existe una reiterada vio-lación de las leyes laborales.
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IntroducciónLos pobres rurales constituyen más de las tres cuartas partes de la po-blación hondureña, y se concentran mayoritariamente en la zona rural del Occidente y Sur del país, donde el porcentaje es bastante alto: 96%.
Con este escenario, es comprensible que la industria de la maquila sur-giera, principalmente, por la necesidad de fuentes de trabajo en esas zonas para paliar, en alguna medida y de forma rápida y masiva, el gran desempleo; y también por la “necesidad”1 de los inversionistas de los países industrializados de encontrar mano de obra que abarate sus cos-tos de producción.
Y aunque la oferta de empleos aumentó, al hacer un análisis costo bene-ficio nos damos cuenta de que la medicina salió más cara que la enfer-medad, ya que los costos, sobre todo humanos, de mantener la maquila en el país son demasiado altos; incluso, el Estado de Honduras se ha convertido en infractor de las leyes nacionales y de convenios interna-cionales para tener contentos a los señores inversionistas del sector ma-quilero.
El gobierno continúa impulsando políticas de flexibilidad laboral, al-gunas de hecho y otras mediante propuestas de ley o reformando las existentes.
A pesar de que hay estudios que demuestran la precariedad laboral en el sector maquilero y los impactos negativos en el ambiente, el Gobierno sigue promoviendo el sector como la mejor alternativa, e impulsa políti-cas que le favorecen, como por ejemplo permitirles que en cinco depar-tamentos del país (Choluteca, Valle, El Paraíso, Olancho y Santa Bárba-ra) paguen un salario mínimo 24% más bajo que el estipulado por la Ley, que de por sí es un salario que sólo cubre el 30% de la canasta básica. El salario diferenciado fue un requisito que los empresarios negociaron para “ayudar“ a esos departamentos pobres a salir de la miseria.
1 Entiéndase “necesidad” como la ampliación de sus márgenes de ganancias.
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El avorazamiento de los empresarios y el clima de impunidad que faci-litan las autoridades tienen a la clase obrera de rodillas; de tal manera que continúan las denuncias y las violaciones de los derechos humanos de las obreras y obreros.
Si se tomara en cuenta el costo social, económico y ambiental, las auto-ridades, con un mínimo de responsabilidad, buscarían nuevas alternati-vas de generación de empleo que sustituyeran al sector maquilero, pues el costo se paga ahora y, también, lo pagaran las futuras generaciones.
El Centro de Derechos de Mujeres (CDM) considera que es necesario conocer los impactos del modelo laboral en el que se disminuye el sala-rio de los trabajadores y trabajadoras, implementado a partir de la aper-tura comercial, en forma de exoneraciones fiscales, que atrae la inver-sión extranjera.
Para ello se llevó a cabo este monitoreo, en el que se dio seguimiento a la situación laboral de las mujeres en las diferentes maquilas instaladas en Santa Bárbara.
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Aspectos generales del departamento de Santa BárbaraEl departamento de Santa Bárbara está localizado en la zona norocci-dental de Honduras, tiene 5.115 km² de superficie, y es uno de los siete departamentos originalmente creados por el primer jefe de estado de Honduras, Dionisio de Herrera, el 28 de junio de 1825.
Posteriormente, el 4 de julio de 1893, el presidente Domingo Vásquez dividió al departamento creando el de Cortés. Santa Bárbara limita al Norte con la República de Guatemala, al Sur con los departamentos de Lempira, Intibucá y Comayagua, y al Oeste con Guatemala y Copán.
La población es de aproximadamente 350.000 habitantes (diseminada en pequeños núcleos de escasa entidad), quienes se dedican a la agricul-tura y ganadería; cultivan principalmente café, caña de azúcar, cereales, plátanos y tabaco; mientras que mantienen ganado bovino y caballar. También hay quienes se dedican a labores mineras, sobretodo a la ex-tracción de antimonio, metales preciosos y plomo.
En los últimos años, la mayoría de la población de Santa Bárbara se ha convertido en obreras y obreros de la industria maquilera; en el parque Green Valley, ubicado en el kilómetro 23 carretera a occidente (Quimis-tán), operan siete maquileras: AKH, Ceiba textil, Pardel, Premier, FCY (arnesera), Cintex y RKH; también está la planta de Leer Corporación, en Naco, municipio de Santa Bárbara, ubicado en los límites del de-partamento de Cortés (esta planta tenía hasta agosto de 2008 aproxi-madamente siete mil personas empleadas); mientras que en la cabecera departamental está la maquila Honduras S.A. Textilera, con alrededor de 600 empleadas(os).
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Descripción metodológica
ParticipativaPara la recopilación de información se involucró a personas de la so-ciedad civil de los municipios de Santa Bárbara, Azacualpa y Pueblo Nuevo. Las encuestas se aplicaron los domingos; se hicieron reuniones con grupos de obreras, representantes de las municipalidades, de las oficinas municipales de la mujer y de grupos de apoyo a las mujeres de Azacualpa.
Para realizar estas actividades se sortearon diferentes obstáculos, los más relevantes son la inaccesibilidad de las obreras y la timidez o miedo de hablar de las situaciones embarazosas que enfrentan dentro de las naves.
El acceso a las obreras cada vez es más restringido, por eso se utilizó una estrategia diferente de abordaje, que consistió en ir a diferentes lugares2 del departamento: Santa Bárbara, Azacualpa, El Virrey, Naco, Pueblo Nuevo y Macuelizo.
Investigación en fuentes secundariasSe revisaron páginas en Internet y se consultaron documentos publica-dos por el CDM.
Aplicación de encuestasSe hicieron dos visitas al municipio de Santa Bárbara, dos a Azacualpa, y una a Pueblo Nuevo.
2 Entiéndase inaccesibilidad a la imposibilidad de abordar a las obreras en los centros de trabajo, ya que se desplazan en autobuses que abordan dentro de los planteles, tanto para entrar como para salir del trabajo.
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Descripción de los hallazgos
Estabilidad laboral
Las fábricas en el departamento de Santa Bárbara, en su mayoría, son textileras, aunque por su magnitud las arneseras emplean la mayoría de personas.
El derecho a la estabilidad laboral es la columna vertebral de los de-rechos laborales; está recogido en el Convenio 158 de la OIT (sobre la Terminación de la Relación de Trabajo por Iniciativa del Empleador) y en el Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos de San Salvador, que determinan, al igual que la legislación nacional, las formas, requisitos e indemnizaciones al término de una relación laboral.
En este monitoreo, un poco más del 20% de trabajadoras no cuentan con estabilidad laboral, evidenciando que falta camino por recorrer para el cumplimiento de la ley.
Gráfico 1. Derecho a la estabilidad laboral
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10%
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Está de acuerdo con el pago de cesantía anual
Le pagan auxiliocesantía anual
Contrato por tiempo inde�nido
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La discriminación de géneroLas condiciones de precariedad no afectan a todos por igual; las muje-res al momento de la contratación soportan discriminación de género. Aunque la Ley de igualdad de oportunidades exige el trato igual a hom-bres y mujeres en las empresas, en éstas, desde el proceso de selección de personal en las entrevistas, a las mujeres se les hacen cuestionamien-tos que no tienen que ver con sus capacidades, sino que se hacen por el simple hecho de ser mujer.
Al momento de contratarlas, al 68,4% de las mujeres encuestadas les preguntaron su estado civil, al mismo número de mujeres les pregunta-ron si tenían pareja estable, mientras que al 73,7% les preguntaron cuán-tos hijos tenían; estos porcentajes altos denotan que la Ley de igualdad de oportunidades no se cumple en el caso de las mujeres, realidad que se agrava por su desconocimiento en el tema de derechos humanos y derechos laborales.
Según el gráfico 2, los chequeos médicos y pruebas de embarazo son prácticas vigentes que violan leyes nacionales e internacionales.
Gráfico 2. Discriminación de género
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La jornada laboral y la doble jornada de las mujeresEl gráfico 3 refleja que la mayoría de las mujeres labora entre 8 y 9 ho-ras, mientras que un porcentaje bastante pequeño labora entre 10 y 12 horas. Este resultado nos refleja que la mayoría de las mujeres laboran 9 horas, pero sólo se les han pagado 8 horas. La mayoría de ellas justi-fican este hecho diciendo que se toman tiempo para almorzar y para desayunar.
La extensión de la jornada de trabajo genera grandes conflictos en las obreras de las maquilas. Primero por la asignación cultural de exclu-sividad de las tareas domésticas. En nuestra sociedad no se ha logrado que los hombres se comprometan con el trabajo doméstico: los padres no cocinan, no lavan, no planchan, prácticamente no se involucran en el trabajo doméstico. Esto es más evidente en las comunidades rurales de nuestro país.
El segundo factor lo encontramos en la violencia de género contra las mujeres: en muchos casos, cuando las mujeres llegan tarde de las ma-quilas por el cumplimiento de horas extras, las mujeres enfrentan vio-lencia por parte de sus compañeros de hogar quienes, por patrones cul-turales, demandan la cena servida en la mesa cuando las obreras vienen de trabajar.
Gráfico 3. Jornada laboral
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Trabajan horas extras involuntariamenteEl 42,1% de las mujeres expresó que trabajan horas extras obligatoria-mente. Mientras que el 68,4% dijo que trabajan horas extras, pero no especificaron que estuvieran obligadas a hacerlo; sin embargo, al pre-guntarles qué sucedía si se negaban, explicaron que se convertían en candidatas a ser despedidas, por lo que mejor trabajan horas extras (lo que les permite, además, incrementar un poco el salario). El 47,4% de las mujeres consideran que se les obliga a trabajar horas extras, y del 57,9% de las mujeres que se han negado a trabajar horas extras, el 26,3% han sido amonestadas por ese hecho.
También expresaron que cuando hay mucho problema con respecto a las horas extras, la fábrica opta por un sistema que es más rentable: 4 x 4, o el 4 x 2; que consiste en rotar los equipos: 4 días trabajan y 4 días descansan, o trabajan 4 días y descansan 2 días; dependiendo de cómo se porta la obrera, la incluyen en uno de los sistemas y así evitan que la gente labore horas extras; con este sistema las obreras llegan descansa-das y son más productivas.
Gráfico 4. Jornada extraordinaria
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Salarios devengadosEl 68% de las obreras consultadas dijo devengar lo que corresponde al salario mínimo, mientras que el 26,3% devenga menos de ese importe. Aunque este último porcentaje es bajo, resulta significativo si se toma en cuenta el alto costo de la vida y el salario tan bajo que reciben.
Por otro lado, el 68,4% de las obreras desconoce cuánto es el salario mínimo, mientras que el 63,2% no sabe cuánto deben pagarles por las horas extras laboradas. Este desconocimiento favorece a los dueños de las fábricas, porque las obreras no cuestionan el valor que se les paga cada semana.
Gráfico 5. Salarios devengados
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Sabe cuanto es el salario mínimo diario que deben pagarle
Sabe cuanto deben pagarle por horas extras
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Gráfico 5. Salarios devengados
Las metas de producción (causa de conflicto entre las obreras)Las metas de producción no son asignadas individualmente, estratégi-camente se asignan a equipos de 15 a 18 operarias, distribuyéndose las tareas para lograr dichas metas. Lo que provoca que el salario no de-penda sólo de la producción individual si no también de la producción colectiva. Esta organización del trabajo va creando discordias y enemis-tades entre las obreras, lo que provoca la interiorización de la ideología del sistema capitalista: “Vale la producción, no la persona”. Se inicia una cacería en busca de las obreras que no son tan rápidas en su labor, y una vez identificadas, sus mismas compañeras inician las medidas de presión para que se cambien de línea o de módulo, y en algunos casos el hostigamiento es tal que terminan dejando la fábrica.
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Los incentivos por producción son un arma de doble filo, porque si por un lado su salario puede aumentar, por otro lado, cada semana (gráfico 6) suben las metas de trabajo, lo que provoca que llegar a esas metas se convierta en motivo de discordia tanto individual como colectivo.
Gráfico 6. Metas de producción
Malos tratosAunque hay muchas denuncias a nivel nacional y en cortes internacio-nales, los malos tratos continúan. En el gráfico 7 se muestra el sufri-miento de las obreras por los malos tratos que reciben en las empresas donde laboran. Los datos evidencian que el ambiente laboral es bastante tenso e intimidante, ya que los porcentajes de situaciones adversas vivi-das por las obreras son altos.
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Gráfico 7. Malos tratos y represalias
Las mujeres en estado de gestaciónLas mujeres obreras en estado de gestación tienen que enfrentar nume-rosas situaciones adversas en el lugar de trabajo, condiciones que han mejorado un poco gracias al trabajo de organizaciones que contribuyen a la defensa de los derechos laborales de las mujeres. Por ejemplo, las campañas en las que se ha denunciando el irrespeto de los derechos laborales y humanos han tenido sus resultados; pero, a pesar de eso, las condiciones laborales de las mujeres no son las mejores.
En el gráfico 8 se puede observar que el 42,1% de las mujeres encues-tadas dijo saber de mujeres embarazadas que han tenido hemorragias dentro de la fábrica, y explicó que se debía a que las mujeres embara-zadas no tienen el trato preferencial que su condición les otorga; así, aunque necesiten descanso no se les concede, porque significaría una merma en la producción. A esto hay que agregar que muchas veces las compañeras también se enojan con las embarazadas, porque no logran las metas y no se consigue el bono por producción.
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Además, según los datos de las encuestas, hay un 31,6% que dice saber de mujeres que han abortado dentro de la fábrica, lo que es realmente preocupante.
Gráfico 8. Situación de mujeres en estado de gestación
Violación de los derechos de maternidad de las obrerasLa violación a los derechos de las mujeres en estado de gestación no se ha subsanado, a pesar de que en los últimos años el CDM y varias organizaciones que trabajan el tema han denunciado esta situación. Los resultados de las encuestas aplicadas evidencian más de lo mismo: mujeres a las que no se les pagan las horas de maternidad; la arbitrarie-dad de los patronos decidiendo por las obreras, fijando ellos la hora de lactancia y otras situaciones; la negación del permiso para ir al control médico durante el embarazo y después del parto.
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Gráfico 9. Violación a derechos de maternidad
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ConclusionesLas condiciones laborales de las obreras y obreros no han mejorado; ��es más, se ha incrementado la violación en algunos de los derechos.
Cada vez se dificulta más hacer labores de monitoreo del ambiente ��laboral debido a las medidas tomadas por los maquileros, y es muy difícil acceder a los planteles. Esta situación encarece significativa-mente los procesos de consulta.
Las autoridades encargadas de la vigilancia y cumplimiento de las ��leyes laborales reconocen que la política del Estado ha debilitado el organismo que vela por los derechos de las trabajadoras y trabaja-dores, pues no cuentan con el personal necesario para cubrir las de-mandas de servicios; además, el personal desconoce la importancia de su cargo y no cuenta con los recursos logísticos para responder�eficiente y eficazmente ante las violaciones de los derechos laborales de la población trabajadora.
Las obreras se sienten intimidadas, temerosas de dar respuestas en ��las que se denuncie el incumplimiento de las leyes laborales; algunas de ellas expresaron que aunque tengan un mal ambiente laboral, eso es preferible a no tener una fuente de ingresos con la cual sobrevi-vir.
En el proceso de socialización, representantes de la sociedad civil y ��de las autoridades (que fueron en un número muy reducido) se com-prometieron a dar seguimiento a la problemática de las mujeres tra-bajadoras del departamento, a través de la red de mujeres.
Se propuso solicitar a la Universidad Tecnológica de Honduras, cam-��pus de Santa Bárbara, que realicen sondeos de la situación laboral (aplicación de encuestas a mujeres trabajadoras), y que publiciten el consultorio jurídico gratuito.