Resumen de cuentos y relatos históricos

8/9/2019 Resumen de cuentos y relatos histricos

1/66

Resumen de cuentos yrelatos histricos

DeSamuel Akinn

SOBREVIVIENTES

WALTER BENJAMNSU ESCAPE DE ALEMANIA Y SU ASESINATO EN

PORT-BOU

Samuel Akinn Levy

En la parte nororiental de La Pennsula Ibrica se encuentra ubicadoste pequeo, colorido e histrico pueblo Cataln, famoso hoy en da porhaber sido entre otras cosas la va de escape de miles y miles de judos endos pocas diferentes; la primera fue durante el acoso de las tribusbrbaras, los Francos enemigos acrrimos de los judos. Esto ocurri


2/66

durante el reinado de Alfonso VIII 1158-1214. Viendo el Rey que los judostrataran de salvarse pasando la frontera de Francia a Espaa, promulg undecreto en el que prohiba la entrada de stos a su pas, pero gracias a laintervencin del tesorero del Rey que para ese entonces era un judo logrque modificara su decreto original permitiendo slo la entrada a aquellos

judos que demostraran tener bienes de fortuna en oro.El tesorero en cuanto vio la modificacin del decreto, se traslad a

Toledo cuna de una de los centro judos ms importantes de la poca. Enmuy pocos das logr reunir dentro de la comunidad una gran cantidad dedinero, que fue suficiente para poder salvar a ms de 6.000 judos. Eltesorero en persona se ocup de darle a cada nuevo inmigrante la cantidadque haba estipulado el Rey como monto mnimo para ingresar a sus tierras.El puerto de entrada en esa oportunidad fue Perthus y Port-Bou, quetraducido del cataln significa Puerto de Bueyes; los pescadores de antaohacan uso de dos bueyes para recoger las redes de pesca y es de ah que

toma su nombre.La segunda oportunidad en que este pueblo ayud a salvar a un

nmero similar de judos, fue durante la persecucin y el acoso de los nazis.Dos pueblos fronterizos ayudaron esta vez a nuestra gente; uno: Port-Bou,enclavado en Gerona la parte Catalana que se encuentra en Espaa y elsegundo Cerbre dentro de la parte Catalana en el corazn de los Pirineosorientales en Francia. Hablamos de los aos 1940, 41 y 42 sus pobladoresse ocupaban de la agricultura, la siembra de la vid era primordialmente sumodus vivendi. Esto permiti que los pobladores de Cerbre pudieran notarcualquier anormalidad que sucediera en sus campos.

Entre los que de una u otra manera ayudaron salvar a tantos alpasarlos por la frontera, se encontraban la familia Planas Vilanova,conformada por Miguel, Jaime y Jorge. Me cuenta Jorge, quien vive enVenezuela desde hace ms de cincuenta aos, que una maana vio a seispersonas que se arrastraban entre los matorrales, se asust porque era laprimera vez que esto ocurra. El tena escasos once aos pero ya estabatrabajando en la siembra, nos dice que se trataba de cuatro adultos y de dosnios. Estos le gritaron en francs que no les temieran que ellos eran judostratando de escaparse hacia Espaa y que estaban perdidos. Despus dehaber pasado el susto, comparti con ellos parte de su comida y los guipor caminos laterales hasta verlos allende la frontera.

La vida tampoco haba sido justa con los padres de Jorge ni con sufamilia, las diferencias en la ideologa con el rgimen espaol, los habaobligado a escaparse al lado francs, quizs por ese mismo motivoentendan a plenitud lo que significaban las persecuciones, tal vez ellos dealguna manera descendan del pueblo judo y es posible que el llamado de


3/66

la misma sangre a veces logre traspasar varias generaciones manteniendovivos lazos afectivos imposibles de explicar, o simplemente el hombre debien est hecho con fibras sensibles al dolor de otros seres humanos y poresto ayudaron junto con muchos otros compaeros por casi tres aos apasar de Francia a Espaa a miles de judos.

Muchas de esas personas pasaron y lograron salvar sus vidas y lasde sus familiares, muchas estarn en deuda con aquellos que de algunamanera les dieron ayuda y apoyo poniendo su vida en juego. Pero loincreble de esta historia, no es eso, no es recordar el pasado para obteneralgn fruto de l, sino todo lo contrario. Este pequeo pueblo cataln quecuenta con apenas 1500 personas, ha querido dejar a la posteridad unaobra arquitectnica que represente de una manera visual, el crimen que secometi en l, con uno de esos judos que habindose librado de los nazis,ya sintindose libre en el lado Espaol, a los pocos das fue asesinado enPort-Bou con la anuencia del mdico que hizo la autopsia y que perteneca

a la Falange (franquista) y la del jefe de la polica Mariano Viuales quiendespus se supo era asimilado a la Gestapo.

Liza Fittko de origen judo, era una de las personas encargadas deayudar a aquellos que tratando de salvarse de los nazis, haban logradopasar la frontera. Entre uno de ellos, se encontraba Walter Benjamn,filsofo judo nacido en Alemania y que durante los aos de 1923 y 1925prepar su tesis doctoral en al Universidad de Frankfurt sobre El origen dela tragedia Alemana. Era tal su descripcin, tal su visin futura, que hoypodramos decir sin temor a equivocarnos que era un politlogo lo natural,pero por su mismo enfoque y por lo delicado del tema, luego se vio obligado

a que muchas de su obras inmortales las tuviera que firmar bajoseudnimos. Pero el mal ya estaba hecho, los alemanes nazis no se loperdonaran ni le permitiran que volviera a usar su pluma como arma, poreso a la larga pag con su vida an estando tericamente fuera del alcancede las manos de los nazis.

Debo recordar que muchos personajes judos del mundo de hoy,pasaron por los mismos lugares que pas Walter Benjamn, pero seraimposible seguir la pista a tantos, por lo pronto hablaremos de ese genioque la humanidad perdi por disidir en ideas en ese momento determinado.

Como dije anteriormente Walter Benjamn naci en Berln en 1892 fueensayista y filsofo; entre sus obras maestras est El concepto de la crticadel arte dentro del romanticismo alemn (1920) y otra gema literaria Laobra del arte en la era de la reproductividad tcnica (1936). y muchas ms.Pero en la era que no se reconocan los valores y en que poco o nadaimportaba la inteligencia de los hombres, de sos que dieron lo mejor de spara la inmortalidad, recibieron en compensacin el mismo odio y el mismo


4/66

trato y se vieron obligados cual asesinos a huir por miedo a perder la vida.Walter Benjamn sali de Alemania y atravesando parte de Francia lleg aPort-Bou en el ao de 1940. Para ese entonces en ese pequeo pueblo depescadores, l era un desconocido al igual que su obra. Se instal por unosdas en uno de los hoteles del pueblo, sintindose libre, pase por sus

calles, habl con alguno de sus habitantes, hizo sus apuntes, respir airesde libertad, medit, sus planes futuros eran prometedores, pero dentro de lainjusticia humana la maldad de algunos hombres hizo que todo se vieratruncado con su muerte.

Estos catalanes que hoy viven en Port-Bou y que apenas conocierona Walter Benjamn, nunca perdonaron ese crimen, ni quisieron que pasaraal olvido, por aos estuvieron pensando en qu hacer, se reunan,proponan y hablaban, hasta que decidieron erigir un monumento a sumemoria adems de crear la fundacin Walter Benjamn que se ocupar derecuperar, reproducir y promocionar toda su obra.

Quiero describir un poco a Port-Bou, es un encantador pueblopequeo pero con una estacin de ferrocarriles internacional, cuenta en supatio ferrocarrilero con 46 vas, lo que demuestra que la estacin es casi tangrande como el pueblo, tiene una iglesia en el centro de la ciudad, variosrestaurantes, una farmacia, muchas empresas aduaneras, ms que enalgunas grandes ciudades ya que por ser considerada una de las aduanasprincipales de Espaa, ha tenido por aos un gran flujo tanto de entradacomo de salida a otros pases de Europa. Port-Bou posee unas playasenvidiables frente al Mar Mediterrneo, en verano acuden gentes de todaspartes del mundo y es por esto que considero la idea de sus pobladores

como algo genial, ya que podrn dar a conocer al mundo de hoy lo quetristemente perdimos en el mundo de ayer.

Hablar de Port-Bou me hace sentir un afecto muy especial, su gentetrabajadora y decente en su totalidad nos da muestras de una superioridadhumana. Trabajadores y asalariados en unin de directivos y hasta de jefesde estado, con mucho esfuerzo lograron hace escasamente un mesinaugurar el complejo escultrico dedicado a Walter Benjamn creado por elartista Israelita Dani Karavan. Dicho evento fue presidido por el presidentede la Generalidad Catalana Sr. Jordi Pujol, quien en su discurso hizohincapi en que ste era un monumento contra la intolerancia, eltotalitarismo, el odio, la indiferencia y la falta de respeto. Tambin loacompaaron entre otros el presidente del sector alemn de Hessen Sr.Hans Eixhel, el del sector de Baden-Wrttemberg Sr. Erwin Teufel, elembajador de Alemania en Espaa Herman Huber y el de Israel YaacovCohen as como la del creador de la obra y la de Lisa Fittko que fue una delas personas que lo ayud a escapar.


5/66

Mas de trescientas personas fueron a la inauguracin del monumento,se citaron sus obras, se oyeron comentarios; entre ellos debo recoger unoque encierra por si solo todo lo dicho. Walter Benjamn era muy conocidoen la dcada de los 60 y de los 70 por los especialistas en el arte, en eltranscurso de los 80 y de los 90 es de mes a mes ms popular.

La majestuosa obra se ha levantado al lado del cementerio en el quepermanecen los restos de Walter Benjamn, en ella el artista Dani Karavancarg un mximo de filosofa de vida utilizando todo el entorno natural. Setrata de un monumento que utiliza dentro de su creacin el mar, lasmontaas y los olivares, que cierran el crculo de ese entorno mediterrneoal posarse a los lados del campo santo. En la montaa que une a dospases, comenzando por el lado espaol, se eleva una gran escaleradirigida al horizonte, que da la apariencia de lograr entrar en el mar y en unsitio determinado, se llega al final donde se encuentra una pared de vidrioque corta e interrumpe el camino de una manera abrupta cual la muerte de

Walter Benjamn.Quisiera en este momento hacer llegar en mi nombre, el de mi familia

y el de la comunidad juda de Venezuela una sincera felicitacin a mi amigosobreviviente y salvador de muchos judos; Jorge Planas Vilanova, alPresidente de la Generalidad Catalana, Jordi Pujol y a todo ese pueblo quedemostr su valenta al reconocer parte de su culpabilidad, demostrando uncoraje como el de muy pocos, y al retribuir al mundo por el dao, no slocon esa obra monumental sino con el compromiso adquirido de publicar ypromocionar internacionalmente al bien querido judo Walter Benjamn.

Samuel Akinin


6/66

Cmo la bondad

destruy a mi familiaPor

Samuel Akinn

Me llamo Soraya de Gonzlez. Hoy, viendo hacia atrs, me doy

cuenta que han transcurrido cuatro aos y an no salgo de mi asombro ydolor. Hay das en que amanezco y sigo esperanzada en que todo hayasido simplemente un sueo, una pesadilla, pero que a mi despertar sedisiparn la pena, el sufrimiento y el dolor que me embargan.

Cmo dio comienzo esta historia es algo que no tengo claro, pero delo que no poseo duda alguna es cmo se lleg al final. Pero haciendo unaabstraccin a mi pena, tratar de irles contando con la mayor imparcialidadposible, lo que ha significado esta historia, para m y para mi familia, por lasociedad en que vivimos.

Fue una maana como cualquier otra, despert temprano paraayudar a los mos en las labores matutinas. Mis hijos estaban prestos para irunos al liceo y el mayor a su universidad, mi marido por su parte a sutrabajo y yo estaba con apuros, pues deba entregar cierto trabajo el cual yaestaba demorado. Mi marido como de costumbre sali temprano, comoquien dice con su arepa bajo el brazo y con un beso sellamos ese saludoque es y forma ya parte de nuestro sello familiar.

Somos una familia tipo clase media en la que ambos, marido y mujerdebemos trabajar para llevar el sustento diario a nuestro hogar. Los dossomos poseedores de sueos por realizar. Tenemos tres hijos, el mayor,John quien cuenta ahora con 24 aos, graduado como Ingeniero Civil, mipequea Carolina de siete y la otra, quien es motivo central de la historia,

quien esta semana debiera haber cumplido sus 21 aos.Qu hago, a qu me dedico, por qu esta historia. Son todaspreguntas que requieren de un espacio, de un tiempo y de una supuestalgica. Mientras, veremos si soy capaz de dar respuesta a ellas, dejar quemi pluma, consejera de mi mente, asome algn esbozo que pueda dibujar ladesgracia que nos ocurri.


7/66

Ese da que en apariencias era igual a muchos otros. Salimos cadalos cinco a enfrentarnos con nuestras obligaciones. En lo personal, mededico a transcribir tesis a los jvenes universitarios, trabajo que me dagrandes satisfacciones pues me permite entrar y conocer ciertas materiasque no formaron parte de mi instruccin. Recibir a unos muchachos llenos

de sueos y esperanzas y verlos sonrer con la entrega de mi trabajo, es yha sido un aliciente que me sirve para poder ver la otra cara de la vida, paratener fe y esperanzas en el por-venir.

Mi marido, quien apenas me lleva tres aos de edad, trabaja comomecnico en una gran empresa. Su puesto le permite sentirse importante,pues es l, quien sabe cmo resolver los inconvenientes que a cadamomento se suceden en las diferentes mquinas con las que cuenta eltaller.

Mi hijo mayor, desde hace dos aos, ya trabaja en su profesin y porlo que tengo entendido, tiene pensamiento de pronto formar su propiohogar. Mi hija la menor, est en primaria y gracias a Dios, est ajena a loque nos toc vivir. Y queda por ltimo, mi hija Yurubi, quien sin solicitarlo ysin su consentimiento, ser la protagonista de nuestra historia.

Vena dicindoles que esa maana cada uno de nosotros fue acumplir con sus obligaciones. Yurubi con su uniforme, impecablementelimpio y planchado, se vea como una princesa. Ese ao sera el ltimo debachillerato y en su mente paseaba la posibilidad de emular a su hermano;el entrar a la universidad era para ella y para nosotros mismos, casi lo quees para otros, el organizar su boda. Ella era amante de los estudios, muyaplicada y su bandera era poder sobresalir en ellos.

Su liceo estaba relativamente cerca de la casa lo que nos permiti

conocer a muchas de sus compaeras y amigas. Bien sea por un motivo uotro, siempre haba una excusa para venir acompaada, para no tener queestudiar sola, para apoyar a alguna en esos momentos de inseguridad o dedesconocimiento. S, esto que les cuento es la pura verdad, Yurubidisfrutaba la prctica docente, como mismo la maternal y sus amiguitasconocedoras de ello, sacaban provecho a su modo de ser.

Durante el primer recreo Yurubi sali como de costumbre al patio, seacerc a la cantina del liceo y all se encontr con su amiga Marianella,quien siendo tres aos menor, demostraba ser casi de su misma edad, ypodramos decir de que hasta un poco ms, pues ella, ya a sus catorceaos , tena novio y haba experimentado cosas que mi hija an desconoca.

Entre ellas hubo cruce de saludos, algunas palabras y por lasmismas, mi hija pudo reconocer de inmediato la turbulencia que se habaapoderado de la amiga. Ella estaba toda fuera de sus casillas, de momentostemblaba y es algo que ms tarde, luego de los sucesos, nos comentYurubi. Mi hija, haciendo galas de una entereza adoptada, de un supuestoconocimiento aunque en verdad, en paales, le pidi le explicara condetalles su problema. Nos cuenta que Marianella le abri su corazn, le dijo


8/66

sin tapujo alguno que ella tena un novio, que hacan el amor, que l era unapersona influyente y mucho mayor que ella, que a veces se tornaba groseroy hasta violento y, que no deseaba volverlo a ver. Le dijo que l la tenachantajeada con decirle toda la verdad a sus padres y que de enterarseellos, se morira de vergenza.

Mi hija supo todo, mucho ms de la cuenta, ella crey tambin saber,cmo dar solucin a este problema y una vez con esa seguridad que nos dala misma juventud, sabiendo que el amante le haba dado una cita comoultimtum, se ofreci a acompaarla. Decisin que result ser, el mayorerror cometido en su vida.

En el nterin, ese da mi cuerpo vaticinaba que algo no estaba bien,cierto mareo y un constante hormigueo en el estmago, me haca tenerconciencia que algo marchaba mal. Llam a mi casa y aparentemente todoestaba bajo control; hice lo mismo con mi esposo y todo pareca normal. Asque me qued tranquila en contra de mis presentimientos.

Ms que fue lo que ocurri aquella maana, por qu nuestra vida tuvoun cambio tan radical. Para poder llegar al fondo del meollo debemos deuna sola vez enfrentarnos a lo que ese da sucedi. Mi hija creyndoseautosuficiente y, pensando en los problemas que se le estaban presentandoa su amiga, propuso acompaarla, para de algn modo, por un lado, ser doscontra uno y por el otro abogar a su favor, para sino amedrentar al hombre,por lo menos hacerle ver que ya su juego haba sido descubierto.

Ambas muchachas subieron a un autobs y con una confianza queera simple y llanamente ficticia se enrumbaron a la casa del novio deMarianella. La sorpresa fue mayscula cuando a la llegada de ellas, elhombre las hizo pasar y de repente se encontraron con cuatro hombres

ms. Ya no hubo marcha atrs, se haban dado cuenta del error cometidopero ya era tarde. La verdad es que el hombre como despedida a suenamorada esquiva, le haba preparado lo que en el argot de los malandroses conocido como una redoblona.

Tomaron a ambas muchachas y las amarraron, les taparon la bocapara que no pudieran gritar, las amenazaron con armas, las cuales no slolas asomaban sino que tambin se las apuntaban a la cara, a los ojos, a losodos. Ellos mientras tantos sacaron sus botellas y como si se tratase de unfestn, comenzaron a beber, a jactarse de quienes eran y de lo que harancon ellas de no complacer sus apetencias. Las dos estaban adems deasustadas, temerosas por sus propias vidas, y en sus mentes se senta elcastigo por no haber dado cuenta a sus padres. Ahora nadie saba dndeestaban, nadie podra venir a socorrerlas, era una situacin a la que no sehaban enfrentado, ni jams alguien les dijo qu hacer.

Contar en detalles las atrocidades cometidas contra estas dos nias,estas dos jovencitas, considero es innecesario, ms an, si logramosentender que esos bandidos, no tuvieron un pice de misericordia, ese dade nias pasaron a ser mujeres y tratadas como la peor de las prostitutas.


9/66

Pasadas unas horas, cansados los hombres, borrachos, tranquilos de habercomplacido sus apetencias, seguros de que nada les ocurrira pues sesaban guapos y apoyados, maduraron en qu hacer, si acabar con susvidas o dejarlas ir, uno del grupo no quiso manchar sus manos con sangre yforz a los otros a la segunda determinacin, dejarlas ir , no sin antes

advertirlas de que si los acusaban, ellos acabaran con sus vidas y si fueranecesario con la de sus familiares.La menor qued completamente traumada, de algn modo la

venganza del novio fue ejercida contra ella con ms fuerza, Yurubi, encambio temblorosa, sucia, por dentro y por fuera, se vio revivir, pues en sumente se haba anidado la posibilidad de que esos esbirros las matasen, yhaba llegado a tal su creencia que daba por descontado el hecho. Graciasa esto, fue que vio lo ocurrido con otros ojos, con ms madurez, ella estabaconsciente que lo ocurrido haba sido un acto vandlico del cual no eraresponsable, y por ello, el sentimiento de culpa se disip rpidamente de sumente. Ahora deba tomar una determinacin, qu hacer, callar como esoshombres indicaron o tratar de buscar justicia. Lo segundo de nuevo fue otrograve error.

Fue a un hospital y se declar violada, cont con detalles lo ocurrido yhubo que hacer un examen con un mdico forense. No contenta con ello, sedirigi a la Fiscala General y consign su denuncia. En la misma le habanpreguntado su direccin, ella por simple temor, dio el de una ta, cosa quesin querer le dificultara al agresor poder conocer su destino. Viendo lo queocurri ese da y los pasos que la nia dio, haca ver el caso como algosimple, pues conociendo los datos de uno de los hombres, la direccin en laque se haba cometido el crimen, con las pruebas de la Medicatura Forense,

con los rastros de semen y dems, se haban recopilado muchos rastrosfciles de detectar y como ltimo y muy importante en los casos penales,las agraviadas estaban vivas. Visto esto de este modo uno dira que enpocos das se dara captura y solucin del problema. La verdad verdaderafue otra completamente diferente.

La nia lleg cercana a la entrada de la noche, yo con cierta angustiala esper, y al verla venir me tranquilic pues de lejos no se poda notar elcalvario que le haba tocado vivir. Apenas nos encontramos, me dio unabrazo y se desmoron, hasta ese instante se haba comportado como unamujer y ya las fuerzas flaqueaban a su propia realidad. La dej, primerosuspirar, luego permit que llorara por un rato, que desbordara esa rabiainterna que no la dejaba respirar y de a poco me fue diciendo, me balbuceolo que le haba ocurrido. Llor con ella, con su sufrimiento, su impotencia, suira, desgracia, su pena. La acarici como sola hacerle de nia y la volv aver como ella era, si, con cuerpo de mujer, con el dolor de la experiencia,con la inseguridad de la vida, con la duda en Dios, con la rabia que la cubracon todo eso y ms, y segua siendo mi niita.


10/66

Esa noche no quisimos decirle a mi esposo lo ocurrido, dormir aveces un problema, se encuentra con soluciones. Lo que si hice fue llamar ala otra nia, no me la pasaron, ella no temerosa de ms de lo que le habaocurrido, se esconda y evitaba tocar el tema. All me di cuenta, mi hijahaba hecho lo que la lgica me deca hacer. Yo mentalmente caa en el

mismo error de ella. A la maana siguiente la acompa a la fiscala paraver que deberamos hacer, se nos dijo que ya la denuncia esta en marcha yque ellos haran lo correspondiente para no slo atrapar a los cincohombres, sino que en el expediente que se le abrira procesaran laspruebas y cualquier otro dato que tuviesen de ellos, les anexaran losantecedentes penales. Me entr una curiosidad y pregunt que cmo eraeso de que una menor de edad pudiese hacer una denuncia sin la presenciani autorizacin de sus representantes y me enter que eso estaba permitidoen la ley.

Cada da que pasaba en mi hija, se acentuaba ms la necesidad delograr justicia. Ella segua sin comprender por qu le haba ocurrido eso.Esa parte maligna del ser humano no lo captaba su mente. Pero laspreocupaciones pasaron a otro plano cuando unas semanas ms tardesupimos que los hombres o al menos uno de ellos, el principal responsablede los hechos, haba estado rondando por la casa. Eso dejaba ver que tenacontactos, que posea alguna fuente puesto que Yurubi se haba cuidado dedar otra direccin.

En menos de lo que uno imagina, l la esperaba a la entrada del liceo,primero la mir con esos ojos satnicos que irradian miedo, era una especiede amenaza, el con su silencio le recordaba lo que le haban dicho minutos

antes de dejarlas libres. Lo peor vino cuando lo citaron a la fiscala, elhombre ya no aguant ms, en ese instante busc a mi hija, lo hizo con otroamigo y la amenaz para que fuera a la fiscala a retirar la denuncia. Nocontento con ello, la llevaron casi de la mano, estuvieron esperando que ellaretornara de anular la denuncia y se molestaron a niveles que ya veremos adnde los condujo, cuando supieron que una vez realizada una denunciapenal, sta, ya no se puede retirar.

Esa tarde le dijeron que a ellos los condenaran por homicidio perojams por violacin de todos es sabido que al ser juzgados los delincuentespor violacin, al llegar a las crceles, los mismo internos, los toman y losviolan, quizs es una manera de venganza, o tal vez es simplemente paradormirles esa necesidad sexual de abusar, es posible que al ser abusados,ya no vuelvan a reincidir en lo mismo. La verdad no est muy clara, lo que slo est es que ellos rondaban la casa ms a menudo, ejercan su presin deterror, cada da a niveles mayores.

Una maana luego de venir de poner la queja en la fiscala, en dondese nos dijo que la iban a mudar a cierto lugar, en el que ellos podran


11/66

brindarle seguridad, ya no vi otra salida, acept la oferta y llam a miesposo para que se viniera en la tarde con una camioneta, pues estabadispuesta a mudar, a esconder a mi hija de esos rufianes. Llegu de primeraa la casa, habl con mi hija, la puse al tanto de lo que bamos a hacer. Ellaestuvo de acuerdo, la vi serena, tranquila, aunque llena de una gran

frustracin por la vida, la justicia y al final por la misma sociedad.Me fui a comprar algunas cosas que saba necesitara, y cuandoregres, Yurubi no estaba, la busque por todos lados, llam a todas y cadauna de sus amigas, a su tas, a las vecinas, no la encontr por ningn lado,habl con su padre a ver si el tena conocimiento de algo, si lo haballamado, fue en vano. No apareci. Ya no soport le ped a mi esposo queviniese sin dilacin alguna, que presuma algo malo. Al rato vino, trat decalmarme, me dijo que la lgica le deca que la nia habra ido al liceo abuscar cuadernos, tareas, apuntes, o algo por el estilo que no memortificara, que de seguro nada grave le habra sucedido.

Fuimos al liceo, vimos un tumulto en la estacin del metro, noentendamos qu estaba sucediendo, seguimos hasta el liceo, hicimospreguntas, nada, no haba ido por all, en la radio dieron la noticia de quealguien se haba lanzado a las vas del tren. Mi sangre se desplom, baj demi cerebro a los pies y algo me deca que se trataba de ella, se lo hicesaber a mi esposo, l, no slo no lo acept sino que se dirigi al metro,luego de bajarse y preguntar en la estacin del metro e informarse de quinhaba sido, los mirones le informaron haba sido un hombre. l qued mstranquilo, yo no.

Quise ver el cuerpo, quise preguntar a los testigos, me baj, habl

con las autoridades que estaban presentes y de ellas saqu la verdad, nohaba sido un hombre, en este caso se trataba de una mujer joven. Notenan datos, pues no portaba documento alguno que la identificara. Se nosdijo que los bomberos la haban recogido y la haban llevado a la Morgue deBellomonte. Sin pensarlo ms y an sin saber, seguimos a lo que el instintode madre me deca, llegamos a la morgue, vimos los cuerpos de muchaspersonas, jams imagina uno la cantidad de personas que fallecen en unda, jams se me haba paseado por la cabeza la posibilidad de estar en unsitio como se, buscando sin razn aparente a mi propia hija, y con cadacuerpo que nos dejaban ver, por un lado nos asquebamos ms y por elotro sentamos una especie de nueva esperanza, ya que al ir al sitio, lahabamos dejado toda perdida en la estacin del metro. Y as continu laespera de nuevos cuerpos, de llamadas a la casa, a casa de todos losconocidos, hasta que a las seis de la tarde muy en contra de nuestrosdeseos y esperanzas, lleg el cuerpo de mi hija.

S, esos malvados no slo la ultrajaron, la lanzaron viva al metro, esosdesalmados cumplieron con su palabra de que de ir presos sera porhomicidio y no por violacin. Me toc ir al tribunal, se me neg leer los


12/66

expedientes pues el caso no era mo, era de mi hija, por lo tanto no tuveacceso a l. Cogiendo fuerzas del coraje y la energa de mi hija, fui al metroy reconstru lo que ocurri, hubo testigos, estos dieron nombres ydirecciones, cuando fuimos a buscarlos, no vivan en esos lugares. La otraamiga, tambin menor, no nos ayud, segn la justicia no se le puede

obligar a declarar sino quiere. Habamos encontrado mucho a poyo de lajefa civil, ella nos acompa desde el comienzo, ms tarde la destituyeron,y as uno tras otro han ido relegando, destituyendo, quitando, y eliminando acada uno de los que de algn modo podran ayudarnos.

Pasados meses de angustia, el fiscal decidi archivar el expediente.Dijo que sin pruebas el supuesto asesino, quedara absuelto, y nos hizo verde que este tipo de sujetos, reincide casi siempre dentro de un perodo deentre 4 a 5 aos, estamos en el ao cuarto, la suerte puede que cambie,hoy me llamaron de la fiscala, aparentemente tienen detenido a uno de losculpables, me dieron cita a las tres y media de la tarde, ped permiso en mitrabajo, ahora me desempeo como secretaria, en mi cuerpo ha nacido unanueva esperanza, de que mi hija reciba justicia.

Qu va a pasar de ahora en adelante slo Dios lo sabe, lo que noduda es que sus padres, sus hermanos y sus tos, estn dispuestos a todo,a esperar, a seguir, a buscar, a encontrar y al final, dar caza a esos esbirrosque no deben ni pueden quedar impunes de sus actos.

Samuel Akinin


13/66

Jos GrecoUna historia de familia, una vida,

un mundo de problemas

Era un da como cualquier otro, la maana presagiaba un da de lluviaen la ciudad de Valencia, la amenaza latente no daba indicios de que secumpliera; as es el trpico, as ocurra ese da, hasta que son el telfono.

Me encontraba en una reunin de suma importancia en la empresa en

la cual prestaba mis servicios y aunque le haba dado instrucciones a misecretaria para que no nos interrumpieran, ella, luego de tocar, sin esperarrespuesta alguna, abri la puerta y me dijo: -seor Jos, tiene una llamadatelefnica- le dije que la contestara luego, ella, insisti, es urgente, essumamente urgente. Mir a mis compaeros de trabajo, no hubo necesidadalguna de hacer comentarios, todos entendan la premura y denotaban suentendimiento. Sal de la reunin y atend la llamada, del otro lado de lalnea, pude escuchar: -Hola Jos, te he estado buscando, tu hermanoSalvatore muri hace un par de das, lo siento-

Reconoca en su voz a la persona que me hablaba, mas, eranmuchas noticias para ser digeridas de una sola vez, no lograba salir del

asombro, un vaco mental me cubri y por segundos mi mente repas deuna manera veloz lo que haba sido nuestra vida.

Aquellas, fueron las lapidarias palabras que daban fin a una historiade la cual pasado an tanto tiempo, no logro comprender.

Hice preguntas, lo nico que obtuve como respuesta fue que a mihermano a mi querido Toto, lo haban encontrado muerto en la habitacinde la pensin en que viva, su cuerpo ya daba sntomas de descomposiciny en cuanto dieron aviso, llegaron los cuerpos policiales y tras ellos, deinmediato el cuerpo de Bomberos se lo haba llevado la Morgue deValencia. Por su estado, lo enterraron a las primeras de cambio.

Sin dar tiempo siquiera a una reaccin, sin informar ni medir, me diriga la Morgue. Mi mente daba vueltas, se enfrentaban tantos recuerdos, nolos poda creer. As llegu sin dilacin; comenc a hacer preguntas, no huborespuestas, pareciera ser que me haba convertido en un ser invisible, losque all se encontraban, no me entendan, o no queran entenderme.

Angustiosos momentos que demostraban el temple que mi padrehaba forjado en m. Luego, cuando mis lgrimas brotaron por primera vez,como si hubiesen generado lstima, una doctora se me acerc, portaba una


14/66

carpeta, tom con cuidado nota de los datos que le suministr y luego deuna breve consulta, retorn mostrando en su rostro cierta tristeza, se dejabaver afligida; me hizo saber que a mi hermano lo haban enterrado ya en unafosa comn en el Cementerio de la ciudad de Valencia.

La angustia comenz a hacer estragos en mi cuerpo, me sent

violado, vejado, furioso, el hombre que ms admir en mi vida haba sidoenterrado como un pordiosero sin que alguno de sus seres queridos loacompaaran, dijeran algunas palabras o al menos le ofrendaran algnrezo.

A ese punto y en esos momentos, nadie vino a darme luz, no sabaqu hacer. La vida no nos prepara para ciertas cosas. Pero al hablar decadveres y de muertos, se me vino a la mente la posibilidad de unasolucin, me diriga a una funeraria y luego de aceptar y pagar ciertacantidad de dinero, ellos cubrieron los requisitos necesarios y en un par dedas se me permiti como testigo para reconocer el cadver de mi hermano.Aquellos son recuerdos ttricos que durante innumerables noches no medejaban dormir y que de vez en cuando se hacen presente.

Llegamos al cementerio, fue un viaje a lo desconocido, una ruta en laque no hubo palabras, el mutis fue general, y por ello not con muchafuerza, lo del silencio sepulcral, cuyo significado contiene algo ms que unasimple frase. La funeraria recomend que furamos muy temprano en lamaana tanto como para no tener que encontrarnos con la gente, concuriosos que vendran a estropear an ms lo por hacer. Y as, con losprimeros rayos de sol, me vi parado frente a un espacio de terreno quequedaba en la parte final del cementerio, y al mirar a uno de los obreros dela funeraria, l como que entendi mi pregunta y me hizo saber que se era

en s donde estaba lo que llamaban: fosa comn; un par de hombres conpico y pala removan los escombros, luego de un rato y de saber que unopuede tener un vaco total en su mente, pues nada pensaba, nada vea, eraalgo as como estar muerto en vida, hasta que alguien me trajo a la realidad,dio un grito, diciendo lo tenemos- ac est el hombre, ac est suhermano.- los despojos de lo que vi, me dejaban claro que no era, se noera mi hermano, ellos insistan, me trataban de convencer de que luego deunos das el cuerpo genera ciertos cambios, repetan, que se era. Loqueran sacar para dar por concluido el asunto, y no les fue posible por lamolestia que mostr, les dije que haba venido a recuperar el cadver de mihermano, y se y slo se, sera el que ellos llevaran y enterraran contodas las de la ley. Vindome de la manera en que me puse, no les quedms remedio que seguir escarbando y as descubrieron a uno, a otro, varioscuerpos, llegado a ese extremo y lleno de una amargura indescriptible, metent la posibilidad de renunciar a esta horrible empresa, hasta que al fin enel prximo cuerpo cuando lo vi, lo reconoc. Era l, o mejor dicho lo quequedaba de l. Aquella haba sido una experiencia nica, no estbamospreparados, la gente de la funeraria tampoco y cubriendo su cuerpo con


15/66

peridicos viejos, lo transportamos a la funeraria para de este modo hacerlo que se deba haber hecho. Darle una cristiana sepultura al lado de latumba de mis padres y de mi inolvidable hermana Giovanna.

Cmo llegamos a esto, qu le ocurri a mi familia, por qu al final delos das, ellos, haban terminado en un lugar tan lejano al que nos vio nacer.

Esto en conjunto forma parte de la historia de mi vida familiar.Creo que para dejarme entender, debo regresar en el tiempo. Primeroa mi amada e inolvidable Italia, luego al pueblo querido Comiso, el que seencuentra ubicado en la provincia de Rabusa en la clida y hermosa Sicilia.Es all exactamente donde daremos comienzo a mi relato que no es msque una parte de la historia de mi familia.

Mis abuelos Salvatore Greco y mi abuela Puglisi en la mitad del sigloXIX, negociaban con pieles. Este oficio les haca ver como una de lasdistintas clases sociales en que estaba por aquellos aos dividida nuestrapoblacin en los que se encontraban: campesinos, obreros, comerciantes,polticos, profesionales y de manera predilecta el credo y su gente. Misabuelos eran profesionales poseedores de un conocimiento amplio encuanto a lo que ellos ejercan, los mismos haban a su vez sido transmitidosde sus padres y se ocuparon con todas la de la ley en que se oficio no seperdiera, llevaron a mi padre siempre de la mano hasta que a la larga losemul.

La Italia de esa poca era un tanto clsica, natural; el modernismo nohaba hecho estragos ni en las edificaciones ni en los habitantes. La gentedel pueblo era toda conocida y cada vez que uno se encontraba con alguienmayor, en caso de generar dudas, la pregunta clsica era: y tu padre o tuabuelo qu hacen o hacan, eso era suficiente como para poder conocer el

origen del joven. Uno trataba de emparentarse con gente del mismo medio,de la misma ideologa ni que pensar de la religin y en un ltimo caso y nomenos importante de una misma clase social.

Cuando se trata de reconstruir una parte de la historia, no se puedehacer justicia sin ver en detalles el mismo entorno, las cosas que eran dealgn modo normales, lo que llamamos la costumbre y visto que el mundoen este siglo que acabamos de pasar ha experimentado tantos cambios,vale la pena miremos algunos flashes del cmo se viva en ese entonces.

Estaba recin finalizada la I Guerra Mundial, el mundo haba perdidoen mucha de la gente no slo algunos miembros de las familias, comotambin, sus bienes, tranquilidad, el temperamento, su paz. La psiquishaba sido golpeada, aqul sentimiento de escases forzaba nuevos valores;la mirada era muy corta, ya uno pensaba como antes, en que se crea en lainmortalidad, en que la historia era algo que se poda leer y encontrar sloen los libros, ahora la realidad haba demostrado con su crudeza quesuperaba a lo conocido, que los combates cuerpo a cuerpo ya eran cosasdel pasado y que la maquinaria blica que estbamos viendo era apenas elabre boca de lo que vendra. Las bombas atmicas haban demostrado que


16/66

el hombre quizs no era responsable de su propia creacin, pero de algnmodo dejaba ver que si lo poda ser de su total destruccin. El miedo a lamuerte ya no era algo exclusivo de la divina figura, o de la malvada ordendiablica, contbamos con un tercer elemento que no se haba tomado encuenta y que era capaz de ejercer dolor a unos niveles no imaginados.

Con todo y el avance tcnico en guerras y en armamentos, habaescases en otros rubros, por la falta de aparatos electrnicos, ya que an nose haban inventado, el mercado se sola hacer a diario; al no poseermedios de refrigeracin forzaba a la gente a tener alimentos frescos, o demantener un espacio en el stano en el que se guardaban los productoscerrados al vacio.

Mucha de la gente en el pueblo y sus alrededores, se ocupaba deproducir, para hacer de manera casera, la pasta, como las salsas detomate, la que se guardaba por meses en botellas, otros tenan comida quedejaban salar y secar, se vean las riostras de ajos, pimentones, vegetales,legumbres y otras verduras, era una manera familiar, de mostrar con orgullolo que en su hogar haba de sobra. Las carreteras estaban llenas demanadas guiadas de animales, que en las maanas iban a algn sitio apastar, el medio de transporte era en mulas, burros y caballos, los jvenesposean para su diversin mucho ms tiempo del que hoy en da tienen. Lasmetas de la gente, eran sencillas, los sitios a visitar, solan ser o estar todosa no ms de unos diez kilmetros a la redonda. Las playas de ese marMediterrneo eran en s la mayor distraccin, y los nios tal como los de hoy

jugaban con pelotas que en aqul entonces eran de trapo.Mis queridos y recordados abuelos tenan una pronunciacin propia

del lugar, una especie de dialecto, el que empleaban para que nosotros los

nios no supiramos de qu estaban hablando. Y su figura era respetadapor todos los que de un modo u otro eran ms jvenes que ellos, se estilabasaludar, quitndose el sombrero, artculo que fuera de las horas de trabajo,y durante las tardes y noches, por lo tan expuesto, era casi un smbolo debuen vestir.

La vida era tranquila, en el patio de la mayora de las casas secosechaban hortalizas, pimientos, pimentones y otras tantas cosas; poraquellos das, no haba robos, no se conoca o al menos no se hacanpblicos los homicidios, cualquier visitante, era recibido con afecto y se leofreca una copa de vino casero, una galleta y hasta un pedazo de la torta obizcochuelo familiar.

Fue un tiempo en que despert el sueo americano, los viejos hacanhasta lo imposible por motivar a sus hijos a que fueran a la Amrica, sin darmayor importancia a cul de ellas se lograsen ir. Los que vivan en pueblosse sentan como sumidos en una paz sin mucha evolucin. Era un sentir singrandes aspiraciones. Y slo con la llegada, con el retorno de alguno queotro de la Amrica es que se poda ver la gran diferencia, pues estospresumiendo de sus logros, dejaban correr su dinero como si fuesen


17/66

chorros ilimitados, y con la ayuda de sus propios familiares, este trabajo enel eco que generaban se incrementaba y duplicaba en las mentes de lagente, soar con oro, ahora a los tranquilos pobladores de mi pequeopueblo y de otras latitudes, les era fcil.

Mis padres Giovanny Greco y Nunciata, dieron continuidad al negocio

de familia, se presentaron aos sumamente duros, no hay que olvidar que sila primera guerra fue traumtica la segunda dej a toda Europa en la mscruel ruina, millones de seres que pagaron con el tributo de sus vidas, laenajenacin de polticos y lderes que no merecen el honor de sernombrados. La falta de vialidad, como la misma intranquilidad, haca hervira jvenes corazones, que abran sus capullos no slo al sol, tenan susmiradas fijas a puntos ms lejanos.

Con la entrada de los alemanes como les dije nuestra casa fuetomada por los nazis, para ellos era un punto central de control, mientrasnos habamos mudado a otra casa cercan que nos fue suministrada por elmismo gobierno. En lo personal debo decir que tuve mucho que ver de losnazis, me llamaba la atencin sus uniformes, siempre impecables, como siesa fuese su bandera, ellos coman opparamente, denotaban una fortalezaque tan slo al final se vino a bajo. Su forma de hablar era la de seressuperiores, envalentonados y aunque su trato conmigo como nio puedodecir que fue agradable, ya que recib de ellos en repetidas oportunidadescaramelos o chocolatines, cuando se vieron perdidos, la transformacin ensus rostros los dejaba ver de otro modo, ya se perdi aquella prepotencia,ese supuesto poder, ese orgullo nacional, eran simples soldados haciendoalgo en contra de sus deseos y cumpliendo con rdenes no muy deseadas.

El haber tenido esa experiencia le hizo a mi padre un poco de bien,

pues y vale la pena aqu acotar, de que mi padre poseedor de buen olfatocomercial invirti todo lo que tena y no, en su negocio en sus pieles y fuegracias a esto, que en corto tiempo luego de acabada la guerra, se vio conproducto solicitado, y as al venderlos, pudo realizar unos grandesbeneficios que nos permitieron comprar la casa ms grande y hermosa delpueblo, era la ms codiciada, misma que estaba en el mero centro de laciudad, frente a la plaza, y donde desde los balcones podamos ver y saberde casi todo, como por ejemplo el movimiento de la gente, la que iba ovena, la que entraba o sala de la iglesia etc., menciono esto pues cuandofuimos invadidos por los nazis, con el arreglo que tenan con Mussolini, losalemanes escogieron nuestra casa como punto central y mientras dur laocupacin, nos tuvimos que mudar a otra casa que ellos nos suplieron.

Al hablar de la familia, debo decirles que ramos cuatro hermanos:Giovanna, Salvatore, llamado cariosamente Toto, Carmelo con dos aosmenos que l, y yo, Jos Greco con 20 aos menos que mi hermana mayory 16 menos que Carmelo, nico sobreviviente de toda la familia que porrazones del destino, vino a morir a este lado del Ocano.


18/66

Es en este punto en que detengo por momentos mi relato y doycomienzo a una gran reflexin. Me remonto para ello a esos das y sinhaberlos vivido, noto a mi padre lleno de un deseo de superacin, no tantopor l como si por su hijo mayor. l, sin escatimar una sola Lira, desde uncomienzo haba puesto los ojos en su hijo mayor, en su primognito, por l

apostaba todo su futuro y en especial el de sus descendientes. En la mentede mi padre se forj una idea fija, quera que sus nietos tuviesen o pudieranformar parte de otro estrato social. Para l era muy importante cumplir esesueo. Y el xito en su negocio luego de la guerra, le permita darse ciertoslujos, como el del cambio de casa y el ms importante, enviar a mi hermanoa la ciudad de Bologna para que estudiara en la Universidad, en la msantigua y prestigiosa de toda Italia.

Pero volviendo a mi niez, vienen muchos y muy gratos recuerdos,pues tuve la suerte de tener tres hermanos que por la misma diferencia deedad para conmigo, me los haca ver como padres. Ellos, todos eran misprotectores, mis mentores y maestros. De ellos y con ellos aprend lamayora de lo que s. Quiero hacer mencin que aunque los alemanestomaron nuestra casa, no los sentimos como un robo o algo por el estilo,sabamos que era un pacto que exista entre Italia y Alemania, estbamosen guerra y por desconocimiento o por lo que otros con ms conocimientode causa puedan nombrar, para nosotros era algo normal, inclusive puededar testimonio de que en lo particular, conmigo ellos se portaban bien, lostrataba como se trataba a los mayores en aquella poca y de lo que hacano decan ellos, yo, estaba completamente ajeno.

Los das transcurran tranquilos, nuestro aeropuerto, me refiero al deComiso, de a poco pas a ser importante, por das se notaba el incremento

de los vuelos, y ya era un pasatiempo, ver como salan o aterrizaban losaviones, los uniformes que vi, durante esos aos eran dignos de recordar,pues los alemanes y hasta nuestros mismos oficiales, demostraban granglamur y al dejarse ver en las calles, ellos se mostraban cual si fuesen adesfilar, de punta en blanco como dijera mi mam, que Dios la tenga en suSanta Gloria. De esta poca uno puede decir que vivimos el crecimiento yluego la cada del rgimen, pues tambin recuerdo luego de la guerra, queen mi casa dbamos comida a las gallinas poniendo el alimento en loscascos de los alemanes. Los emplebamos como platos para animales,para eso y para colocarles una cantidad de agua. Ver hoy esto, es comodarse cuenta de la cada de aquel poderoso imperio que se vino a bajo deun modo inimaginable.

Les he hablado algunas cosas de mis padres, ahora me referir a mihermana quien era la mayor de todos, Giovanna era una mujer chapada a laantigua, con un padre frreo en tratos y costumbres, aunque a ella, se leconoca un enamorado por ms de ocho aos, mi padre no lo aceptaba, hayque ver y entender que en ese entonces en una Sicilia conocida por el


19/66

carcter fuerte de los hombres y su estilo de mando, ninguna mujer poratrevida que fuese, quedndose a vivir en el mismo pueblo osara casarsesin el consentimiento del padre. Y esto fue lo que le ocurri a mi pobre yabnegada hermana. Ella se vea con su enamorado por varios aos, erauna relacin como de trtolos, pero carente de cualquier futuro.

Carmelo era el hombre que mi padre haca trabajar hasta elcansancio, de algn modo, y sin que todava pueda yo saber el por qu, lhaba sido escogido como el pen, pues todo trabajo duro le eraencomendado y creo que mi padre, no senta por l algn tipo de lstima,este era el hijo escogido por mi padre para seguir su trabajo; el de mihermana el de encargarse de las cosas del hogar, ayudando a mi madre yen lo concerniente a m, deba estudiar, hacer lo mimo que Toto.

Carmelo aprendi a ser hombre antes de lo normal, y dentro de esto,como el mismo ttulo dice, se ocup de conocer, tratar y estar con cuantaprostituta hubiere en nuestro pueblo, le encantaba luego del trabajo quemarsu rabia con ellas y tambin en el alcohol. Pero puedo decir en su defensaque jams contest o le neg alguna orden a mi padre, aunque en lo fsicoera superior, su mentalidad de buen hijo no se lo hubiera consentido. Era lavida a la que estbamos acostumbrados en la Italia de posguerra. Era lamanera lgica de vivir, tal y como la gran mayora haca.

Como les dije Salvatore, (Toto) quien era dieciocho aos mayor queyo, viva en Bologna, y en mi casa se senta el orgullo con cada carta querecibamos de l, cada letra, cada mensaje era ledo por mi padre con,hasta se podra decir, algo ms que admiracin, haba un respeto. Meadelanto en el tiempo y llego al momento ms feliz de mi hogar, la fecha enque todos salimos a Bologna a la graduacin de mi hermano, se logr

graduar con honores como Ingeniero Qumico. Pareciera bamos a unaboda, todo fue calculado, todos andbamos de estreno, mi padre no iba apermitir que otros jvenes dudaran de la calidad de la familia Greco, elnombre estaba en juego, al menos eso se barajaba en su mente.

Eran aos duros, recuerdo que para estudiar, los muchachossalamos a la calle y bajo una farola aprovechbamos la luz, en mi casoespecfico, fue peor, pero eso lo veremos cuando me toque relatarles esaparte. Ahora reviviendo la poca debo decirles que por la escases, y todo loque encierra una Europa de posguerra en un pas que de algn modoestuvo enfilado con los perdedores ante este cuadro, y quizs por ello, auna peticin de Venezuela de un Ingeniero Qumico, la Universidad deBologna propuso a mi hermano para el cargo. Era una oportunidad muyinteresante, el nombre de Venezuela sonaba a pas tropical, creciente, pordesarrollar, con enormes riquezas, con cierta fama por lo del oro, el petrleoy tantas otras cosas, adems mi padre ya haba escuchado de algunosemigrantes que de Amrica, sin tomar en cuenta de cual de las Amricas,los paisanos mandaban mucho dinero a sus familias, era como si secontase con una invitacin al Dorado.


20/66

El tiempo para decidir fue muy corto, pues con el cruce de miradas,entre mi hermano y mi padre, fue suficiente, ya el futuro estaba marcado ydecidido, l se ira a trabajar con la nueva fbrica que se estabadesarrollando en Valencia, Sanitarios Maracay, mi madre no estaba muy deacuerdo, senta que la familia se estaba por primera vez desmembrando y

su alma le haca ver que esto no sera nada bueno. Prevaleci la decisinde mi padre.Nosotros regresamos al pueblo, mientras mi hermano se qued unos

das ms para solventar algunos asuntos pendientes. Entre ellos, el de unarelacin que durante ms de tres aos mantena con una novia, ella era lahija de la duea de la pensin en que viva. Cuando ella se enter quemarchara lejos, le hizo ver de las promesas con que ella aliment durantetanto tiempo, le dijo que no era justo la dejara y no hiciera honor a eseamor. De algn modo lo convenci y se casaron con todas las de la ley, unavez pasados los das de fiesta, Salvatore le hizo ver de que ambos vendrana vivir a Venezuela, ella se neg rotundamente, le dijo que eso no estaba ensus planes y que el pas al que marchaba, era an un sitio no muy seguropor lo que recomendaba se fuera l un par de aos, hiciera fortuna como lamayora supona se podra hacer y luego retornara a vivir en el lugar y conlas condiciones a las que estaban ella, y su familia acostumbrados. Bueno,viendo que ella no dara su brazo a torcer, no le qued ms remedio quedejar a su reciente esposa y arrancar en esa aventura, solo.

Para no hacerles perder el hilo y no hacerlo ms complicado de lo quees, pienso que debo seguirles contando lo que ocurri con mi hermano. llleg, se estableci, le gust por lo que decan sus cartas, y de la misma

manera que creca la fbrica as le fue a l. Pero al cabo del segundo ao.Ya casi finalizando el mismo, perdimos todo tipo de contactos con l. En micasa se pensaba lo peor, temamos que algo malo le hubiese sucedido. Yen este sin vivir, mi padre sin ms miramientos, luego de hablarlo en unacena, tomo la determinacin de mandar a mi hermano Carmelo en subsqueda.

Sabamos lo que estaba sufriendo, mi padre no poda vivir, sus horasde sueo se haban agotado y el malestar era no slo en nuestro hogar, micuada llamaba a cada rato, extraada, preocupada, temerosa; la mezclaera explosiva. Y as fue que un da parti Carmelo rumbo a la Amrica enpos de saber de su hermano.

Las comunicaciones no eran las de hoy en da, y hasta recibirrespuesta va correo, pasaron unas tres semanas antes de saber deCarmelo, pero luego con su carta, nos tranquilizamos. Las noticias sobre mihermano eran buenas de un modo y malas de otro. Buenas pues estabavivo, nada en lo fsico le haba sucedido, pero de algn modo se habaempatado con una mujer hngara quien era diez aos mayor que l, ella sedesempeaba como la primera esposa y casualidades de la vida, era la


21/66

ama de llaves del Hotel Maracay donde l se hospedaba, pero no terminabaall, se haban casado y tenan un hermoso nio, lo llamaron Giovanni(Vanni). El mundo se vena abajo. Mi hermano Toto haba cometidoadulterio, cosa que en la Italia se castigaba con largos aos de crcel.

Esta noticia fue casi mortal para la idea y los sueos de mi padre,

pues Salvatore se haba convertido en un Infractor de nuestras leyes y deregresar a Italia sera detenido y puesto preso por las autoridades, de algnmodo as, se sellaba de por vida su no retorno. Mi padre estaba a punto deenloquecer. Con todo y su carcter, ya no saba qu hacer. S que contestuna carta a Carmelo, pero no lo hizo con Toto. Algo de vergenza, de rabiay temor no lo dejaba.

Carmelo en ese sentido era ms prctico, en su segunda carta l fuequien dio luces y mostr el camino a seguir, su recomendacin fue seguidaal pie de la letra. Pues le dijo: pap tienes un nieto precioso y creo quedeberas venir a conocerlo. Palabras mgicas que hicieron su efecto y enmenos de lo que uno se imagina, contando yo para ese entonces, conapenas 12 aos, al poco tiempo, fui a despedir a mi padre que se iba porunas semanas y al cual en realidad, no volv a ver sino once aos mstarde.

De repente sent que esos pilares que mantenan erguido mi orgullo,se desvanecieron. Ver de una sola el vacio que me dejaron al marcharse ala vez los tres hombres que ms quera: mi querido y admirado Toto, mihermano, Carmelo, el fuerte, el hombre y, ahora mi padre, mi seguridad.Fue una prdida que por aos no entend y, que con la muerte de Toto volva experimentar de igual modo. Son sucesos que nos marcan de una manerainexplicable, que nos llenan de incertidumbres, que generan de por vida

preguntas sin respuestas, que no permiten entender los hechos y que alfinal desestabilizan hasta un poco la misma cordura. Preguntas como porejemplo, qu le ocurri a mi familia, por qu nos vinimos, por qu tuvimosque seguir la ruta de alguien que no marcaba pautas, y no realizar quenuestras mejores vivencias las habamos logrado en nuestra madre patria.Por qu el terreno que tenamos reservado como panten familiar ennuestro pueblo natal no cuenta con los huesos de ninguno de los mos. Porqu luego de haber logrado adquirir una casa tan hermosa, dejamos todopor ver la posibilidad de un sueo, de otro Dorado. Cmo, una carrerauniversitaria no me permiti poder entender lo que nos iba a suceder, porqu hacamos caso sin refute alguno a las apetencias de mi padre. Por qumi madre no se neg. Y al final, era este fin el que nos merecamos. Habrque creer en un destino.

Pero volviendo a lo que venamos hablando, al momento en que mipadre nos abandona, toma un barco y se va a la Amrica en busca de sushijos y de su nuevo nieto. A la llegada de mi padre a este hermoso pas,muchas cosas lo enamoraron, volver a ver a su su hijo, establecido,gerenciando una gran empresa, su primer nieto, ver a Carmelo lleno de


22/66

ganas de producir, trabajar y todo lo que se vea que se podra hacer en esepas. Sin ponerlo ms en dudas, escribi diciendo que iba a probar suerteac, que no nos preocupramos, que en cuanto la situacin se estabilizaramandara a buscarnos. Si, mi padre lo hizo como lo prometi, pero estosucedi casi once aos ms tarde.

Mi padre se tom un tiempo, analiz la situacin, estudi losmercados, vio las necesidades, y luego de ello, fund la TeneraAnzotegui. Ya mi familia tena races en Venezuela y sin darse cuenta, conesta accin, l, sin querer, marc su despedida a la madre patria. Mi padrelogr encaminar su empresa, l como ya les dije era emprendedor,trabajador incansable y adems contaba con mi hermano Carmelo, quienviva a sus anchas, haca lo que le gustaba y dominaba el ambientefarandulero de la poca. Lleg a tal extremo que una de sus fiestas, conociy se cas con una francesa, mujer muy hermosa y tuvieron una hija,Claudia, quien vive en Canad.

Pero el tiempo corre, tanto como ya pasan diez aos y nos llega laorden que debemos reunirnos con ellos en Venezuela, ya yo me habagraduado en Ragusa de Ingeniero Qumico. Ciudad ubicada a unos ochokilmetros de mi pueblo, a la que iba al comienzo a en auto bus y al final enlos ltimos aos de mi carrera por los estudios y tareas me tocestablecerme en ella hasta que me gradu. Con esa carrera, la misma de mihermano, me senta realizado pues le di a ambos a mi padre y mi hermanoel placer de llegar a dnde ellos aspiraban de m. Lo escribo y me doycuenta que portaba con las herramientas y la edad como para tomardecisiones, de quedarme en Italia y de no tener que hacer lo mismo que losmos, pero no, eso no era posible, de algn modo los Greco estbamos

hechos con una fidelidad que no slo la hemos desarrollado entre familia,cuando hago un repaso a mi vida laboral me encuentro que llevoentregados ms de treinta y seis aos a la empresa con la que comenc atrabajar, jams me ha pasado por la mente irme a otro lugar y quierodestacar que ofertas y buenas, nunca me han faltado; estas pudieron habervenido como asociado, de muchos modos y maneras, pero no ha sidoposible, la honorabilidad y el apego a lo de uno, est en nuestros genes yest tan marcado que jams escuch los cantos de sirenas y me sientoorgulloso de formar parte del grupo en el que me encuentro. Ah, se meolvid contarles, en el ao de 1964 se quema la fbrica en la que mihermano trabajaba para ese entonces, Resinas Venezolanas, ambosestbamos en la nmina, y nos toc abrir la nueva compaa de HanzNeumann, Resimn, empresa que ha cambiado de socios pero con la cualme siento como parte del inventario, como parte de la mismainfraestructura, como algo mo.

Les estaba relatando de mi pobre padre, como les dije mont suempresa, elabor sus productos, le iba bien y en el mejor de los momentoseconmicos se enferma, un mal que lo obliga, lo operen, nada grave, fue


23/66

una ciruga simple, ms se comete un error y por exceso en la anestesiamuere. Tanto mi hermano Toto como yo trabajbamos en otra empresa,nuestra responsabilidad no nos permiti abandonarlas y en manos deCarmelo, la misma al poco tiempo se cerr.

Mi hermana quien dej a su novio de ocho aos, al llegar a

Venezuela, se coloca, trabaja, produce, ahorra y a los dos aos convence ami padre que slo quiere a ese hombre, al que dos aos antes haba dejadoen Comiso, le ruega, que la deje ir, y l, ya con otra mentalidad, la entiende,y le da su bendicin Giovanna retorna a Italia con un saco de sueos, llenade alegras y contentos, se imaginaba ya casada, paseando por el pueblotoda ufana de su marido, dando al mundo unos hijos fuera de serie. Sueosmismos que se desvanecen con apenas su llegada, pues encuentra que suamor, su vida, su hombre, ya le perteneca a otra, l, al no recibir noticias deella, se haba casado un ao antes. Ella no pudo soportar el dolor, cayenferma con un derrame cerebral, la trajimos de vuelta a Venezuela, vivipor quince aos en cama hasta que muri, con ella se fue mi queridamadre.

Al hablar de Carmelo debo reconocer que no corri mejor suerte, elcigarro, agot su corazn antes de tiempo y ste, lo llev, muri de cancer ymi querido hermano Salvatore, como ven, cometi un grave error, seacerc demasiado al alcohol, entre todos hicimos hasta lo imposible, perono hubo salida, mi querido y amado Toto termin muy lejos de la meta quemi padre con todo orgullo soaba para nosotros.

Y lleno de inquietudes me sigo preguntando, vali la pena el viaje alDorado, mi padre cometi un grave error, lo debimos pagar todos con tantasangre y dolor. Se justifica que una familia se desvaneciera del lugar en que

vio nacer a toda una familia por generaciones y que ahora no quede sinoslo recuerdos de ellos que si no se han desvanecidos, deben de estarlohaciendo de un momento a otro.

Yo ac, vivo de mis recuerdos, me cas con Palmina Roseto,tenemos dos hijos: Sergio y Mauricio, el primero con gusto por la msica yel segundo Ingeniero Electricista. Veo que el tiempo corre, que losrecuerdos se borran y antes de que sea llamado y luego sea tarde comopara dejar testimonio de nuestro pasado, quise compartir con ustedes y atravs de mi amigo Samuel Akinn, parte de mi historia, muchas gracias.

Samuel Akinin


24/66

SOBREVIVIENTES

103024

PorSamuel Akinn


25/66

Hace poco cumpl mis setenta aos. Muchos de ellos los he queridoolvidar. Vivir con esas memorias, no se llama vivir. Noches de insomnio, depesadillas y malos recuerdos por siempre me acompaan. Siempre sentdistancia entre la vida y la muerte. Las almas de mis padres, de mishermanos y de la casi totalidad de mi familia, no pueden reposar en paz en

sus tumbas, despus de casi cincuenta aos. Mi silencio no les permitedescanso. Debo revivir y dar a conocer mi pasado, mi vida.

Nieto de Isaac Trachtenberg y de Margula Goldman, ricoscomerciantes especializados en pieles, cueros tratados y artculosderivados. Junto a mis tres hermanos menores, Edmundo, nacido el 25 deseptiembre de 1.925, mi hermana Bronia en el ao 1.926, Salomn en el27 y yo, Max, nacido el da 19 de agosto de 1.923, somos hijos de JacoboTrachtenberg y de Julia (Yulche) Griffel. Mi padre, natural de Zocal,Ucrania, era industrial, posea una fbrica de zapatos; mi madre, polaca, deSchnatin, era violinista de profesin. Nosotros nacimos en Viena, Austria.

Perdimos a mi hermanita Bronia con apenas ao y medio de nacida.Nuestro camino de la muerte comienza en el ao de 1.939, cuando llega elantisemitismo con toda su fuerza a nuestro pueblo Kracov, en Polonia. Porlas persecuciones y las constantes molestias, nos mudamos a Voyisuav,ubicado a escasos 12 kilmetros de Senyison. Es el ao de 1.942; es lavspera del ao nuevo judo. Los alemanes vienen con la orden de limpiarel pueblo de judos. Toman a las mujeres y a los nios. Ellos nos separande mi madre y de mi hermanito Salomn. Solamente una despedida nos espermitida. Siendo nosotros hombres dispuestos a defender con la vida acualquiera de sus seres queridos, nos dejan anonadados, indefensos; su

fuerza militar es desproporcionada, su sadismo no tiene lmites. Gritan,golpean, no permiten ni que por un segundo los hombres reaccionemos. Mipadre no puede soportar el dolor y, muy a su pesar, por su estado, sudebilidad, no le permitimos que viera nada. Por un lado se llevan a lasmujeres y a los nios; por otro, los hombres fuimos brutalmente apresados.

Desde ese mismo instante supimos que no los volveramos a ver. Ladesolacin nos embargaba y encima de ese dolor, habamos sido burladospor los polacos; uno de ellos haba ofrecido no llevarse a mi madre acambio de todas nuestras joyas. Cmo nos engaaron! Eran criminales yladrones. El recuerdo de las palabras de mi madre, an las tengo

grabadas: "No te preocupes por nosotros, Max; cuida de tu padre y de tuhermano, que ellos s te necesitan". Ambos fueron llevados al peor de loscampos de concentracin, Treblinka.

En el noreste de Polonia los alemanes enclavaron lo que despus seraconocido como la fbrica de exterminio. Ellos lograron la industrializacinautomatizada. Sin necesidad de maquinarias sofisticadas, utilizando a lospropios judos como animales de carga y como combustible natural,ochocientos cuarenta mil judos fueron sacrificados, en ese solo campo


26/66

de exterminio. Menos de un millar logr salvarse luego de una valiente ysacrificada evasin, no tanto por mantener sus propias vidas, como poratestiguar al mundo los martirios, las matanzas, el robo, la destruccin desus cuerpos y por ltimo, la conversin de los restos en simples cenizas.Los que lograron evadirse y alcanzar las montaas, fueron perseguidos por

los nazis y por los mismos pobladores polacos. Salvaron sus vidas delcampo de exterminio de Treblinka, pero con casi un pueblo en contra,apenas cincuenta de ellos lograron sobrevivir.

Ni mi madre ni mi hermanito tuvieron oportunidad alguna. Treblinka noperdonaba, era el principal campo de exterminio. Haba logrado destruirlas vidas de cientos de miles de personas. No slo lograron alcanzar susmetas de destruccin, sino que las superaron con creces, y as, el siete deenero de 1.943, segaron la vida y los sueos de mi madre y de mihermanito.

A nosotros nos llevaron a Shenyisov, donde nos tuvieron seis meses.

Durante los dos primeros, nos obligaron a cavar zanjas. El temor que ellosles tenan a los rusos los obligaba a preparar sus lneas de defensa en laretaguardia. Luego servimos como ayudantes de albailera en lafabricacin de pequeas casas para los alemanes. Mientras tanto, vivamosen barracas, dormamos en literas triples cuya capacidad era de unapersona por nivel; pero en verdad, eran tablones sin colchones. ramosciento ochenta judos viviendo en las dos barracas. Dos judos hermanos ynosotros tres, ramos los nicos que vivamos como familia en las barracas;ellos dos murieron de tifus en el campo al cual fuimos llevados luego,Skarzysko Kamienna.

Una ventaja tuve frente a los dems judos presos en cada uno de loscampos en que estuvimos, bien sea de trabajo o de exterminio, a los cualesfuimos llevados. Esa ventaja era mi idioma materno, el alemn. El buenhablar es una de las cualidades que por mucho tiempo me permitidestacarme. Durante toda mi vida, practiqu el arte de la conferencia. Hedado discursos por diferentes motivos: la pasin por mi pueblo, lacontinuidad religiosa, la defensa de la fauna americana, tcnicas de ventas,labores comunitarias, Centro Amrica y sus necesidades, etc., etc.; esto,hasta mi reciente derrame cerebral, que en consecuencia hace dificultosami habla.

Ese don natural, ms el dominio perfecto del idioma alemn, de algnmodo hizo permeable mi acceso a los guardias alemanes.Los judos ramos considerados cual seres en proceso de exterminio.

Pero de alguna manera los que tenamos la oportunidad de hablar su idiomay como en mi caso, la contextura, el color y la apariencia aria, logrbamosdespertar su curiosidad y en casos excepcionales, hasta su lstima. Puedoatestiguar que utilic lo que tena a mano para lograrlo; labia, dominio del


27/66

idioma, apariencia, osada, el sentimiento de lstima que eventualmentelograba despertar en nuestros verdugos y toda mi suerte.

Conseguido el acceso, la comunicacin con cualquier alemn, lotrabajaba hasta el cansancio y siempre lograba que nos trasladaran enconjunto a mi hermano Edmundo, a mi padre y a m, de un campo al otro.

Luego de dos das de viaje en tren llegamos a Skarzysko Kamienna.Estbamos en una gran fila, yo ocupaba el primer lugar, luego mi hermanoy despus mi padre. El nazi encargado de la seleccin me pregunt cul erami oficio, le ment diciendo que los tres ramos mecnicos de automviles;le habl en plural. Se lo dije en su idioma, en un perfecto acento. Se notabaa leguas que el nazi estaba muy bebido; era norma de ellos mantenerse enese estado, para que luego sus mentes no castigaran a sus cuerpos.

Nos seleccionaron y nos mandaron pasar a la fila A. Tres filas habaluego de la seleccin, A, B y C. Aquellos que eran seleccionados para la filaC, estaban condenados a una muerte segura. A estos de la fila C, los

utilizaban para manipular la nitroglicerina, eran conejillos de indiaencargados de vivir en la cuerda floja. Ninguno lograba sobrevivir ms detres meses. Muchos de ellos no soportaban vivir con ese miedo; en lasnoches se cortaban las venas y moran desangrados; otros se ahorcaban,haciendo uso de los tablones de las literas como trampoln. Cuando lagente analizaba su situacin, cuando trataban de ver hacia el futuro, al noconseguirlo, tomaban la determinacin de acabar de una sola vez con sudolor. Muchas noches oamos el Kadish (rezo que se le efecta a losmuertos).

Los escogidos para la fila B, eran enviados a trabajos muy fuertes; los

seleccionados para la fila A, ramos los ms afortunados. Pero si durante elAppel te mandaban al final de la fila, esto significaba tu condena a muerte.El tiempo que pas en este campo me sirvi para aprender el oficio demecnico; aunque habamos dicho serlo, no tenamos ni la menor idea,

jams habamos trabajado sobre un torno, o una troqueladora.Lo que hacamos en el taller mecnico eran pequeas piezas de

ametralladoras; tambin trabajbamos en grandes hornos para la fundicinde metales y elaborbamos en este proceso granadas. Dentro del campo,en una barraca especial, haba varios mecnicos polacos que trabajabanlibremente en el campo. Uno de ellos entabl una buena amistad conmigo.

Siempre que poda, me escapaba y a hurtadillas me iba a su sitio de trabajo,lo ayudaba y aprenda en profundidad el oficio. Este polaco durante mesesme daba su racin de alimentos que era muy superior y ms completa quela nuestra; con ella logr mantener y recuperar la fortaleza de mi padre, aligual que la de mi hermano. Varias veces me ayud a meterme comidadentro de mi pijama y luego a amarrrmela, para que la pudiera introducirdesapercibidamente en mi barraca.


28/66

Sola hacerse una seleccin, que consista en la supervisin de losenfermos o dbiles, no con la idea de curarlos o de atenderlos, los escoganpara deshacerse de ellos, el haber sido anotado en una seleccin, eragaranta de muerte segura al prximo da. A mi hermano y a m noscontagiaron con el tifus dentro del mismo campo. Estando enfermo, sin

fuerzas como para levantarme y soportar el tiempo que duraba la seleccin,un militar muy bien vestido, al ver mi estado deplorable, mand a anotar minmero, sabamos ya lo que significaba, el prximo da sera mi ltimo da.De nuevo lo increble, ese militar por cosas del destino fue transferido a otrolugar y no se ejecut la seleccin.

Estbamos an en el mismo campo de concentracin cuando recibimosuna nota del esposo de mi prima Miska Seltzer; l se llamaba Dunek, nosdeca que vendra cerca del campo a traernos algunas cosas. Mi primohaba pasado como ario, alguien le haba facilitado documentos con nombrefalso y esto le permita el desplazarse de una ciudad a otra. Hasta ese

momento sus papeles le funcionaban a perfeccin. Mi padre, pendiente dela llegada de Dunek, sali del campo a su espera. Unos soldados alemaneslo vieron en la noche fuera de la alambrada; l tena en su brazo la bandablanca con su estrella de David. Se enfurecieron al verlo. Entraron al campoy preguntaron por el judo responsable del campo, por el jefe.

Luego que me enter que se trataba de mi padre y que los alemanessolicitaban al jefe judo del campo y sabiendo que dicho jefe no exista,inmediatamente les inform que yo era el jefe, no poda permitirles que lehicieran algn dao a mi padre. Ese da recib una paliza como jams en lavida, ni antes ni despus recib. Ellos no saban de nuestro parentesco, de

saberlo nos habran matado en ese mismo instante.Mi hermano Edmundo salv mi vida esa vez, l era el limpiabotas deuno de los oficiales de alto rango dentro del campo; por la calidad de sutrabajo, el oficial le tena mucha estima. Viendo mi hermano que los nazisme estaban matando a golpes con sus ametralladoras, corri a suplicar aloficial para que intercediera por m. El oficial lleg a tiempo y pudo detenerla golpiza, pero de cualquier modo tuve que pasar 10 das en cama,incapacitado totalmente; esa semana tambin hubo seleccin y de nuevo nome tomaron en cuenta. De mis primos, lo nico que sabemos es que nolograron salvarse del Holocausto.

Este campo era uno de los pocos cuya vigilancia interna dejaba muchoque desear; todas las maanas lograba escaparme, aunque era slo dentrodel mismo campo y me iba a trabajar para mi amigo el polaco; a ste lepagaban por produccin, yo le era til, adems de econmico. No era uncampo de exterminio, era una especie de fbrica de armas o piezas para elejrcito alemn. Habamos llegado en el mes de marzo del 43 y salimos enfebrero de 1.944.


29/66

Somos transportados en tren los tres, mi padre, mi hermano y yo,llegamos al campo de Piotrkow, nos tenan como animales, no habacondiciones para recibir a la gente. Diariamente moran muchos. Tresmeses pasamos en este cuasi manicomio. De ah nos trasladan de nuevoa los tres hasta Czestochowa; ste s era un verdadero campo de

concentracin; entramos a lo loco, nos encargaban de bajar las papas quetraan los trenes para el ejrcito alemn. A veces podamos comer algunapapa, pero cruda y sin que nos dejramos ver.

Este campo estaba divido en dos; el llamado A y el otro llamado B. Elprimero era el peor, por sus condiciones, por la falta de comodidades y deno ser por la comida que nos podamos robar, quizs habramos muerto. Enel lado bueno, o sea, en el campo B, tenamos a un buen amigo de mi padrellamado Reuben Immerclik, se desempeaba como polica de los judos;era, por decir algo, el jefe del campo. El trat de todas las maneras paraque nos mudaran a su sector, pero cuando logr que le autorizaran el

traslado, ya nos haba mudado a otro campo. Aqu vale la pena decirlesque la gran mayora de los que estaban en el campo B, logr salvarse talcual lo hizo nuestro amigo.

Con el mismo medio de transporte nos llevaron a Buchenwald, otrocampo de concentracin, ste es el primero que conocemos de los camposde exterminio, tena hornos crematorios, empezamos a ver la muerte muchoms cerca de nosotros, lo que habamos pasado aunque duro, era posiblede soportar, el vivir dentro de una fbrica organizada de exterminio,manejada por puros criminales, les estoy hablando de noviembre de 1.944.Varias cosas fueron novedades para nosotros los expertos en campos de

concentracin; ste contaba con guardias mujeres adems de los normales,pero stas eran peores que cualquiera de los hombres que hasta ahora noshaba tocado conocer, todas ellas sin excepcin, disfrutaban golpeando ymatando con motivos o sin ellos, las duchas de gas, los hornos crematorios,el sadismo en las mujeres y adems fue el primer campo en que nosquisieron separar de mi hermano, lo queran mandar a otro sitio, habl conel capo judo, logr implorarle al guardia alemn y fue ste el que en un actode bondad por mi dominio del idioma alemn, acept mi peticin.

Dos de los campos que conocimos, me impactaron por su tamao;Buchenwald y luego Bergen-Belsen. Desde aquella experiencia del

primero de los campos, a cualquiera de estos dos, donde la mejorcomparacin es; una hormiguita al lado de un elefante, era demasiadogrande. Si queremos sentir la diferencia de tamaos, piensen e imagnenselo que nos toc vivir cuando llegamos a Bergen-Belsen, Diez y ocho milcuerpos de judos muertos, estaban a un lado del campo, casi a la entrada,a la espera de ser enterrados o cremados. Durante varias semanasestuvieron a la intemperie y solo luego de que nos liberaran, los inglesesfueron los que se encargaron de sepultarlos. Entre el primer campo y ste


30/66

ltimo, notamos que en uno solamente habamos ciento ochenta judospresos, pero vivos y al ver nada ms la cantidad de los muertos insepultos,se podrn dar cuenta de lo que les estoy hablando.

Los que estbamos en Buchenwald, ramos usados para la granfbrica de aviones que tenan muy cerca del campo de concentracin, sta

se llamaba Guslav Werke, los aliados la destruyeron completamente, fueluego de esto, que empec a escuchar a los alemanes, cuanto deseabanque la guerra terminase, estbamos ya en los finales de 1.944.

Nos mudan en tren hasta el prximo campo, Mittlebau-Dora. Los SSestaban violentos, sumamente nerviosos; les habl en su idioma, les pedcierta consideracin y logr aplacarlos un poco. Pasamos de nuevo unaseleccin; de ah nos conducen en fila para que nos taten nuestro nmero,estigma que nos ha acompaado desde entonces, que nos ayuda a que noolvidemos, que nos recuerda los aos en que unos animales nos trataroncomo bestias de carga y de trabajo, nos rememora a nuestros hermanos

esclavos en Egipto, nos demuestra que la maldad en su mxima expresin,no solamente exista durante la poca bblica en aquellas ciudades quefueron destruidas por orden de Dios; nos hace reflexionar, que no podemosni debemos ser tolerantes, nos obliga con el estado de Israel, para queseamos nosotros mismos los encargados de defendernos, cuando otros nolo quieran o puedan hacer.

Pero debo volver al asunto. Luego de bajar de los trenes y de pasar alcuarto donde se nos iba a tatuar, le toca el turno a mi hermano Edmundo yle asignan el nmero 103023, a m, el 103024 y a mi padre, el 103027.

Estbamos en el campo de Mittlebau-Dora. Este era un campo

subterrneo. Durante tres meses los ingleses y los americanos lobombardearon, pero no le hicieron mella alguna. Estaba edificado con losms modernos sistemas de proteccin, y por ser subterrneo, el hormigncon que estaba construido era una coraza indestructible. Desde el primerda logr ganarme la simpata de uno de los alemanes; mi aprendizaje deltorno y de las mquinas de metalmecnica, me haba convertido en un sermuy til para l, me esmeraba tanto en mi trabajo, que me traa todos losdas una zanahoria escondida en su chaqueta.

Mittlebau-Dora era un campo de puros hombres; las nicas mujereseran unas treinta o quizs cuarenta alemanas prostitutas, usadas como

pasatiempo de los alemanes. En este campo se fabricaba la bomba V-2, lafamosa y destructiva bomba responsable de los daos infligidos a Londresy otras ciudades.

A m me mandaron a la barraca n. 2, a mi padre y a mi hermano, haciael sur, al campo de Nordhausen. Esta vez, por ms que trat, no logrque nos mantuviramos juntos. Una enfermedad en mi cuello me habaobligado a quedarme en cama en la enfermera; cuando pude ir a pedirle ami amigo el alemn que me ayudara, ya era tarde. Fue el ltimo sitio en


31/66

que vi a mi padre; el destino lo arranc de mi lado en sus ltimos cincomeses de vida. Por tres meses y medio, permanec en Mittlebau-Dora.

La falta que me haca mi padre, no la poda soportar; mi relacin con lno se ha equiparado con ningn otro ser humano: su bondad irradiaba unaespecie de calor, que permita cual buen calidoscopio, ver lo malo, lo

desfigurado, transformaba las burdas imgenes en bellos destellos de fe. Supalabra de consuelo mantuvo viva, no solamente en sus hijos, sino tambinen extraos la esperanza en una pronta libertad. Mi padre, cual libroabierto, slo hablaba para ensear, para construir, para enlazar, paraayudar a los dems; no lo recuerdo quejndose, ni suplicando, saba que sudestino no lo manejaba l, aceptaba lo malo y aplauda cualquiercircunstancia, siempre que sta sirviera para animar al prjimo.

Mi ltimo destino fue Bergen Belsen; a los mos los haba mandado alsur, a m, me enviaron hacia el norte; nos colocaron en lados opuestos.Llegu un 15 de febrero de 1.945. El 30 de abril de ese ao nos liberaron.

Ya los alemanes no podan controlar nada, el desorden era increble, sedesmoronaban los alemanes cual montaa de arena atacada por unvendaval.

Llegan los ingleses, con sus tanques; embisten contra las cercas y lasrompen. Uno de ellos vena con altoparlantes, diciendo que se rindieran,dando instrucciones; hablaban en diez idiomas, no podamos creer lo queveamos; esos grandes monstruos eran ahora pequeos animalesindefensos, daban lstima, quizs tanto como nosotros.

Los ingleses estaban vigilantes para que los judos no tomramosvenganza con sus nuevos prisioneros los alemanes. Con su caracterstica

flema, ellos se sentan libertadores, su postura altiva paseaba alrededor deaquel dolor mientras custodiaban y protegan a los alemanes para mantenersu prestigio.

Desconoca lo que haba pasado con mi padre y con mi hermano, lonico que saba era que los haba trasladado a Nordhausen; en cuantopude, me escap de los ingleses y fui en busca de ellos.

Demor dos das de camino hasta que logr llegar Nordhausen; noestaban ni mi padre, ni mi hermano. Me dijeron que mi padre no habapodido soportar ms; el hambre, adems de la separacin obligada de suhijo ms querido, su primognito, fueron responsables de su muerte. El 23

de abril de 1.945 falleci mi padre; est enterrado en Nordhausen, murifaltando solamente siete das para la liberacin; lo habamos protegido entremi hermano y yo como a la nia de nuestros ojos, pero al final, no lologramos salvar.

Mi hermano Edmundo, tambin liberado, tuvo el mismo pensamientomo y fue en mi busca a Bergen-Belsen; seguramente nos cruzamos en elcamino y ocurri que esa primera noche yo dorm en Nordhausen, en la


32/66

cama de mi hermano y l hizo lo mismo en mi cama en Bergen-Belsen. Eldestino segua jugando con nosotros.

Esper en Nordhausen y unos das despus lleg mi hermano. Noquiero contar el fin de mi historia dejando un sabor de boca cual final decuento de hadas; reconozco la felicidad del encuentro con mi hermano, la

recuerdo y cada vez que la pienso, siento la alegra de ese momento, perono puedo ni podr perdonarles a ninguno de los alemanes nazis lo que noshicieron; no puedo ni podr aceptar como dato histrico lo que nos pas.

No es posible, que estando an vivos tantos de nosotros, sobrevivientesde ese holocausto, tengamos que escuchar, ver y sentir que gentedesalmada, con intereses desconocidos, propaguen la idea de que fuimosun sueo, de que no existimos, que nuestros muertos jams alcanzaroncifras importantes; tantas majaderas me asquean y me enferman; meagreden como hombre, como judo, como testigo de cargo, me irrespetancomo hurfano de padre y madre y me obligan a decir lo que a nosotros los

judos se nos est prohibido, pero que en conciencia los nazis se merecen.Ojala que cada uno de ellos sienta alguna vez lo que sentimos, que

sus corazones entiendan que el amor y la fidelidad a la familia es lo msimportante de un ser y que viendo en la historia toda la destruccin queprovocaron, pierdan de una vez por todas esos malvados instintos que nadapositivo han dejado para la historia y que tanto dao caus a millones deseres inocentes que murieron y a los que por su culpa no pudieron nacer.Yo, como sobreviviente, despus de esta leccin, har lo imposible paraimpedir que esto vuelva a suceder. Amn, as sea.

FUENTE: MAX TRACHTENBERGGRIFFEL

Samuel Akinn Levy

POR EL AMIGO DE MI AMIGO


33/66

Eramos seis hermanos, dos hembras y cuatro varones. Mis padres sellamaban Ignacio Matyas Legman y Bertha Schmidt. El mayor de mishermanos, Frank, nacido en 1907 y residenciado en Los Angeles desde1925; el segundo, quien fue mi profesor de deportes y atletismo, Alexander

(Hertzi), nacido en 1909; Livia (Diszi), en 1911; Judith, en 1915; Andor, en1920 y yo, Tibor, el Benjamn, nac el 25 de mayo de 1925.

Cuando tena siete aos, muri mi abuelo materno, quien fue unmdico muy conocido y querido por todos, se llamaba Mordechai Schmidt.De mis abuelos paternos, recuerdo slo sus nombres; Efrain Shalon Matyasy Dici de Matyas.

Pas mis primeros aos en Cluj, ciudad de ms de 100.000habitantes, de los cuales, 15.000 ramos judos. Era una ciudad moderna.Bellos y decorados edificios se encargaban de engalanarla. Muchassinagogas, varias iglesias, tanto catlicas como ortodoxas, daban muestrasde la gran fe de sus habitantes.

Hasta el ao de 1939 nos rigieron los Rumanos. Un ao despuspasamos a formar parte del pueblo hngaro, en virtud de un acuerdo firmadopor Hitler.

Por el hecho de ser el menor, era mimado por mis padres, mishermanos y hasta por algunos de mis tos. Al recordar, me parece ver a mimadre, quien muchas noches vena a mi cama, a vigilar mi sueo y cuandome notaba intranquilo, me trataba de calmar, contndome ancdotas de misabuelos, experiencias de mis tos y travesuras de mis hermanos. Ella, Diosla tenga en su gloria, fue una madre ejemplar.

Diez y seis aos me llevaba mi hermano Hertzi, me quera como a unhijo; l era el que se ocupaba de ensearme y mejorar mis conocimientos yestilos en lo referente a mis gustos por el deporte. El me ense a pararmede manos y luego con una gran paciencia, a caminar sobre ellas. A Hertzi ledebo la mayora de mis gratos recuerdos de nio. Lo concerniente anosotros, debo decir, estaba rodeado de una gran pasin. Mi hermano veaen m al deportista que no pudo ser. Tena mucha fe en mi futuro comodeportista profesional, me daba nimos y se comportaba cual padreorgulloso,

Tena unos siete aos de edad, cuando un circo ambulante se

present en la ciudad y mi hermano Hertzi me llev. Fue una experienciainolvidable; al ver las acrobacia de los payasos apreci lo aprendido con mihermano, la parada de manos pas a tener un gran sentido para m. En sushow, ellos montaban una silla encima de una mesa, luego otra encima de laprimera y con una demostracin de habilidad, se paraban de manos en eltope de ambas. Apenas llegu a mi casa, en cuanto vi que no haba nadie,hice lo mismo. La mesa, una silla, luego otra y con gran determinacin logr


34/66

pararme sobre ellas, de la misma forma que vi en el circo. Mi madre entr enese momento al comedor y al verme, se qued sorprendida, pasmada. Nogrit para no hacerme perder el equilibrio, pero s que las ganas no lefaltaron. Su expresin de susto y de asombro, la recuerdo con placer.

Mis aos de nio los pas en el edificio Urania Palota en Cluj; este

edificio quedaba en la calle principal, en la Ferenz Joseph Ut. Tena cuatropisos y en la planta baja haba otros negocios, adems del cine Urania, comoun mayor de pieles, una muy famosa pastelera y heladera llamada Takacs,una mercera, una frutera y una tienda de telas.

Uno de mis ms extraos recuerdos, fue cuando a travs de laventana de mi casa, que estaba en el primer piso, vi cuando a la duea de laheladera se le cay dentro de la paila del helado una gallina que estabapelando y preparando para su cena, y ni siquiera se inmut!. Este hecho fuepara mi repugnante, baj indignado a reclamarle la accin, supuse quebotara el helado, pero lo nico que recib a cambio fue una negativa, un

regao y una amenaza de paliza. Encima, la seora me tild de mentirosoante los dems.

Recuerdo con agrado la primera vez que fui al cine, por cierto alUrania; era una pelcula de vaqueros, el actor era el muy conocido Tom Mix,ya estbamos al comienzo, a la entrada del moderno e injusto siglo veinte.

En mi poca, el cine era mudo. El Urania tena contratado a variosgitanos que tocaban msica, lo ms notorio era el violn y en la medida enque se desarrollaba la pelcula, los gitanos tocaban acompasando lasacciones que veamos. Si los actores corran, la msica era acelerada, odramatizada en ocasiones segn el temor o el riesgo y no faltaba la msica

romntica, cuando al fin quedaba unida la pareja protagonista, luego detantas peripecias. Impresionaba ver a Tom Mix, corriendo tras los indios y aveces tras los bandidos; era el bueno contra todo lo que representaba lamaldad. Se destacaban su habilidad al montar sobre los caballos y laspiruetas que ejecutaba. A veces, lo veamos disparando a los malos y cuandostos trataban de hacerle lo mismo, Tom Mix de una manera muy propia, seocultaba completamente acostado de un lado del caballo, lo que dejababoquiabiertos a los malos y despertaba el entusiasmo del pblico; losespectadores nos levantbamos y aplaudamos. Lo increble era que lasarmas, tanto de los malos como las de los buenos, nos parecan mgicas, los

actores disparaban y disparaban sin cesar y jams se les acababan lasbalas...Y nunca se les caan sus sombreros. Las pelculas terminaban con unfinal de una lucha o batalla, en que siempre triunfaba el hroe en beneficio dela justicia.

En otra oportunidad, un famoso cantante llamado por pura casualidadJoseph Schmidt, y a quien no me una ningn parentesco, vino a mi casa acomer invitado por mi padre. Fue un gran honor el recibir su visita luego desu actuacin en el teatro, a la vez que fue al primer hombre que vi con


35/66

zapatos de tacn alto. El era muy pequeo de estatura, pero su voz mepareca muy grande, tanto, que podra compararlo con la de Eddy Nelson yhasta con la de Janet MacDonald.

Debo reconocer la calidad de mis padres, pero al detallar misrecuerdos, v

Resumen de cuentos y relatos históricos

Documents

Transcript of Resumen de cuentos y relatos históricos