Retos y Posibilidades de La Formacion Ciudadana - Ruiz Silva

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  • Retos y posibilidades de la formacin ciudadana1

    Alexander Ruiz Silva2

    Resumen.

    Si se asume que la esfera poltica se constituye, fundamenta, corrige o legitima

    en y para lo pblico, la formacin ciudadana habra de propiciar las posibilidades de

    expresin e intercambio de sentimientos, razones, juicios, relatos; posibilitar la

    regulacin de las acciones pblicas de las personas mayores y menores de edad en

    distintos mbitos sociales; promover el ejercicio de la crtica y la autorregulacin y

    hacer posible el cuestionamiento de las injusticias sociales, todo ello de manera situada

    y en el horizonte de nuestras vidas. Con clara conciencia de que el ejercicio de una

    ciudadana activa, no es, ni mucho menos la panacea para todos los problemas de la

    sociedad actual, el presente escrito apuesta por procesos de formacin ciudadana que

    desde la escuela, puedan aportar a la construcciones de sociedades menos desiguales,

    ms incluyentes y equitativas.

    1. El ejercicio activo de la ciudadana.

    La ciudadana es la condicin poltica que nos permite participar en la definicin

    de nuestro propio destino, es algo que o bien se acata o bien se ejerce. Acatar la

    ciudadana significa, al menos, tener conciencia de que se hace parte de un orden social

    e institucional que se encuentra regido por normas de convivencia que nos cobijan a

    todos, como individuos y como parte de grupos sociales especficos con los cuales

    podemos o no identificarnos. Al acatar la ciudadana nos hacemos partcipes de una idea

    1 Publicado en la Revista Novedades Educativas No. 220, abril 2009. Un desarrollo complementario a las reflexiones del presente escrito se encuentran en el libro La formacin de competencias ciudadanas (Ruiz y Chaux, 2005). 2 Profesor Asociado de la Universidad Pedaggica Nacional, estudiante del doctorado en ciencias sociales de Flacso -sede acadmica Argentina-.

  • de ciudad articulada social e histricamente.3 El acatamiento de la ciudadana implica

    una comprensin bsica de las costumbres, valores, tradiciones, formas de interaccin e

    intercambio simblico del lugar que habitamos. Ello a la vez constituye el fundamento

    de la civilidad.

    Ser titular de derechos, vivir en un rgimen que se declara democrtico, respetar

    en general las normas y las leyes de la Constitucin Poltica, tener edad para votar en

    elecciones parlamentarias, son condiciones formales para la ciudadana, pero no

    garantizan su ejercicio. Razn por la cual debe reconocerse a los menores de edad, a los

    grupos sociales histricamente excluidos, a los homosexuales y a los extranjeros no

    nacionalizados derechos civiles y polticos que les permitan ser tratados plenamente

    como ciudadanos y slo en algunos casos -cuando ello les represente algn tipo de

    beneficio o de compensacin social- como ciudadanos en condiciones especiales (p.ej.,

    minoras tnicas, refugiados polticos, asilados, inmigrantes, entre otros).4

    Ser ciudadano activo, por otra parte, significa ejercer con sentido de

    responsabilidad un rol poltico, que en buena medida se define en la participacin de

    proyectos colectivos en los que se hace tangible la idea de la construccin o

    reconstruccin de un orden social justo e incluyente.

    Se pueden reconocer dos formas genricas y complementarias de ejercer la

    ciudadana: una defensiva y otra propositiva. Se ejerce defensivamente la ciudadana

    cuando, por ejemplo, se participa pacficamente en la reclamacin, demanda o exigencia

    de derechos amenazados o efectivamente violados ante instituciones legal y

    legtimamente constituidas -tales como tribunales de justicia-. Se ejerce

    propositivamente la ciudadana cuando se participa en acciones pacficas de reforma

    poltica y/o normativa para eliminar injusticias o para ampliar las condiciones de

    equidad social.

    3 Aqu el trmino ciudad no se refiere a grandes centros urbanos, sino de forma particular al sitio que habitamos y en el que establecemos y mantenemos relaciones interpersonales y en un sentido ms amplio se refiere al pueblo o nacin del cual somos ciudadanos. 4 El reconocimiento de las diferencias exige a quienes detentan el poder, en momentos histricos determinados, no slo llevar a cabo una valoracin subjetiva de la diversidad de formas de vida presentes en otros grupos sociales (particularmente de los que se encuentran en desventaja), sino principalmente, dar respuesta a las exigencias polticas y a las necesidades fundamentales de los grupos minoritarios. Iris Young (1989: 258) denomina ciudadana diferenciada a la manera como el individuo que hace parte de un grupo social particular, requiere incorporarse a la sociedad poltica amplia. Esta incorporacin implica la defensa de la pertenencia a travs del derecho a realizar prcticas sociales vinculantes (de carcter religioso, comunitario, otras), pero tambin, a travs de reivindicaciones polticas y del aumento de su capacidad de autogobierno. En suma, significa orientar su trabajo hacia la superacin de las desventajas sociales padecidas.

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  • Las formas defensivas y propositivas de ejercer la ciudadana suelen cruzarse a

    menudo de tal manera que muchas veces se hacen indistinguibles. Tal es el caso de

    algunas acciones judiciales a travs de las cuales la defensa de derechos fundamentales

    de individuos especficos define formas de proceder que nos orientan a todos y que se

    proyectan al beneficio comn. La solicitud de un estudiante ante un juez de la Repblica

    para que el Estado defienda su derecho a la educacin en caso de que este le estse

    siendo negado ejemplifica una forma defensiva y propositiva de ejercer la ciudadana en

    la escuela. Es defensiva debido a que busca la defensa y proteccin de un derecho

    constitucionalmente amparado y es propositiva porque produce un mensaje para las

    instituciones y para la sociedad en general respecto de cmo proceder en el futuro a fin

    de tomar decisiones justas y actuar de acuerdo con los mandatos constitucionales.

    Ejercer la ciudadana en la escuela significa que sus actores, esto es, los

    estudiantes, padres de familia, directivos, docentes y trabajadores, participen

    activamente en la regulacin de la vida social en el contexto escolar respetando y

    acatando el orden legal y normativo que cobija y orienta las interacciones en la escuela

    (nos referimos aqu a los Derechos Humanos, a la Constitucin Poltica Nacional, pero

    tambin al manual de convivencia y a las normas que se construyen en el aula y en la

    escuela). Ejercer la ciudadana en la escuela significa, tambin, utilizar, cuando as se

    considere necesario, los mecanismos y procedimientos que garantizan la defensa y

    promocin de los distintos marcos normativos mencionados.

    Pero el ejercicio de la ciudadana en la escuela y desde la escuela hacia los

    dems mbitos pblicos requiere compromisos institucionales con la formacin poltica

    de los chicos. Una escuela centrada en la formacin poltica de sus actores ha de

    distinguir al menos dos niveles del desarrollo pedaggico de la ciudadana: el primero

    se refiere a la educacin cvica o civilidad y el segundo a la educacin ciudadana.

    La educacin cvica consiste primordialmente en el aprendizaje de la estructura

    y funcionamiento de las instituciones y procedimientos de la vida poltica y al

    cumplimiento de pactos sociales. Aqu no se trata simplemente de tener buenos modales

    o de ser bien educado, implica un compromiso con la no discriminacin y un

    autntico respeto por las diferencias. Para Kymlicka (2001: 261) la autntica civilidad

    no significa sonrer a los dems sin que te importe cmo te maltratan [] Significa,

    ms bien, tratar a los dems como iguales con la condicin de que aquellos lo hagan

    tambin contigo. Pero incluso si se es objeto de maltrato, esto no legitima el derecho a

    responder de la misma manera. En la formacin de la civilidad el debido respeto por el

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  • otro y el reconocimiento y aprecio de la diversidad permiten contrarrestar la idea de que

    en la escuela y en la sociedad todos tienen que expresarse de manera homognea, lo

    cual tiene poco o nada que ver con la idea de la igualdad. El cuadro 1 sintetiza los

    rasgos bsicos que la educacin cvica y de la educacin ciudadana:

    Cuadro 1. Niveles diferenciales y complementarios en procesos de formacin ciudadana

    nfasis Enfoque Actitud y competencia promovida

    Tipo de decisiones y acciones en la sociedad

    Educacin cvica

    La civilidad: Comportamiento social deseable, segn parmetros normativos socialmente convenidosNo discriminacin

    Acatar la ciudadana: Adscripcin a un estatus poltico y jurdico a partir del cual se es sujeto de derechos y deberes

    Ciudadana mnima: Respeto por las normas y leyes y de los derechos y libertades de los otros. No interferencia

    Educacin ciudadana

    La ciudadana activa: Comportamiento social pro-activo en la construccin y cumplimiento de la norma. Acciones solidarias

    Ejercer la ciudadana -Defensiva y propositivamente-:Consecucin de una condicin poltica a travs de la accin ciudadana

    Ciudadana mxima: ejercicio activo de derechos civiles, polticos y sociales.Deliberacin y participacin en la esfera pblica

    La educacin ciudadana, por su parte, propicia la reflexin intencional sobre las

    finalidades y lmites de la esfera poltica, implica el desarrollo de la capacidad

    deliberativa y la preparacin para la participacin responsable en procesos sociales y

    polticos. Si una persona o grupos de personas no pueden participar en la crtica a las

    instituciones sociales y en su mejoramiento, incluyndose aqu la escuela misma, no

    puede hablarse propiamente de una educacin ciudadana. En un sentido jurdico la

    ciudadana implica que la persona es portadora de derechos, mientras que en un sentido

    poltico la ciudadana se entiende como una prctica (Zapata, 2001), de esta manera se

    diferencia entre la ciudadana en sentido nominal y la ciudadana en sentido activo.5 La

    educacin ciudadana propende por ambas, pero sobre todo se orienta a la formacin de

    la segunda si lo que la inspira es la idea de participar en la construccin de un sistema y

    una sociedad democrtica.6 5 La ciudadana nominal es la condicin poltica que el Estado otorga a una persona con base en un criterio jurdico - legal. De esta manera, el derecho a participar, por medio del sufragio universal, en la eleccin de un gobernante requiere -en la mayora de los pases democrticos- ser nacional del pas en que se ejerce el derecho al voto, tener 18 o ms aos cumplidos y un documento que lo constate. Sin embargo, la ciudadana nominal no garantiza querer ejercer tal derecho o participar activamente en la construccin de la sociedad. 6 Para Carlos Thiebaut (1998: 278 y s.s.), lo que denominamos sistema democrtico se concreta en tradiciones polticas de diverso orden, que suelen encarnar, al menos, dos tipos de instituciones: la de los ciudadanos dotados de derechos (aquello que en la tradicin liberal se refiere a la autonoma privada de los sujetos) y a la de participacin de todos en la esfera pblica (aquello que, desde la tradicin republicana y democrtica apunta a la colectiva autonoma pblica de los ciudadanos). Por su parte, las instituciones nucleares del sistema democrtico se refieren a la divisin de poderes, a los controles entre

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  • 2. Ciudadana, autoridad y pedagoga.

    El concepto de ciudadana tiene su gnesis -en occidente- en una racionalidad

    tica y poltica orientada hacia la construccin y el cumplimiento de la norma. La

    institucin educativa puede cumplir el doble papel de educar al ciudadano para que sea

    capaz de darse a s mismo la norma -autonoma- (habiendo participado en su

    construccin o significacin) y para que vele por su cumplimiento en la vida pblica,

    esto es, en la regulacin de acciones orientadas a la preservacin del inters general. Las

    normas se convierten, de este modo, en el fundamento de la vida social y de la idea de

    comunidad cvica.

    Comprender el sentido de las normas y su importancia prctica exige, a su vez,

    un pensamiento crtico y un criterio moral desde dnde juzgar su pertinencia y validez.

    Quizs esto resulta mucho ms notorio cuando se solicita o se exigen razones para

    impugnar o derogar una norma. En estos casos siempre es necesario presentar motivos o

    razones que justifiquen de que modo la modificacin o eliminacin de una norma

    protege derechos inalienables de las personas o facilita sus posibilidades de desarrollo.

    De este modo, basados en un discurso racional, en la idea de la autoridad de los

    mejores argumentos, se definen lmites normativos a las acciones humanas (Apel, 1995;

    Habermas, 1999 y 2002).

    Esto nos obliga a distinguir, al menos, entre dos sentidos de autoridad. Uno de

    ellos es cuando la autoridad se constituye como fin en s mismo y no requiere

    justificacin alguna ms all de las relaciones de poder establecidas. Desde este tipo de

    autoridad -autoritarismo- no suelen tolerarse las diferencias, y cuando ello ocurre, se las

    asimila y adapta a los intereses de quien detenta el poder. Un sentido de autoridad

    distinto a ste implica un proceso de crtica, de debate, de aceptacin temporal de

    alguno de los puntos de vista en disputa, exige una orientacin tica, un proceso de

    legitimacin. De lo que se trata, en palabras de Giroux (1998: 120) es de armar un

    punto de vista de la autoridad que legitime a las escuelas como esferas pblicas

    democrticas, y a los maestros como intelectuales transformadores que trabajan para

    ellos, a diversas formas de elecciones por sufragio universal, a un poder legislativo electo, etctera.

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  • hacer realidad sus puntos de vista de comunidad, de justicia social, de delegacin de

    poderes y de reforma social.

    La formacin ciudadana depende, en buena medida, del tipo de relacin que los

    actores de la escuela establecen con la norma. Un esquema educativo autoritario puede

    hacer que las personas obedezcan normas, se sometan a ellas, pero difcilmente puede

    lograr que las acaten voluntariamente, es decir, que asuman responsabilidad moral con

    su significado y finalidad. La promocin de la norma suele producirse de manera

    negativa, es decir, a travs de las consecuencias punitivas que se siguen de su no

    acatamiento, esto es, la represalia y el castigo. Ello conduce al establecimiento de una

    relacin externalista con la norma, que usualmente se orienta hacia la idea del control

    social, dificultando u obstruyendo la constitucin de la autonoma. Por otra parte, una

    concepcin pedaggica as orientada no permite una autntica legitimacin de la norma.

    Los estudiantes no suelen legitimar lo que se les impone, dado que no lo dotan de un

    sentido propio, como consecuencia se hace frgil el orden institucional que enmarca la

    norma. sta es entonces la va paradjica, a travs de la cual se debilita todo lo que se

    pretende fortalecer y se obtiene a cambio de respeto, resentimiento y rencor.

    La formacin ciudadana propende por otro tipo de relacin con la norma. Se

    requiere encaminar los esfuerzos pedaggicos hacia la formacin de un sentido de

    responsabilidad a partir del cual el estudiante descubre la importancia de cumplir

    acuerdos y de asumir las consecuencias que individual y socialmente trae consigo el no

    hacerlo. Se trata, entonces, de formar para el acatamiento voluntario de la norma pero

    tambin para la participacin activa en su construccin y reforma. Este modo de

    legitimacin y validacin de la norma permite a los grupos ganar en cohesin social y

    en la construccin de un sentido de comunidad. En sntesis, si los estudiantes participan

    en la definicin y significacin de las normas, podrn valorar su importancia y estarn

    ms comprometidos con su acatamiento. El incumplimiento de las mismas se enfrenta

    aqu no mediante el castigo, sino a travs de acciones de reparacin del dao producido

    y de restauracin de la comunicacin y el equilibrio social y la confianza en el otro.

    Este proceso de internalizacin voluntaria de la norma, de su sentido y valor,

    propicia la autonoma y promueve la solidaridad. sta, podramos decir, es la va de la

    consistencia moral -de la correspondencia entre decisiones y acciones-, a travs de ella

    intencional y explcitamente se reconoce la dignidad del otro y se construyen relaciones

    basadas en el respeto mutuo y en la reciprocidad. El cuadro 2., presenta una descripcin

    de tipos ideales de significacin de la norma en contextos educativos.

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  • Cuadro 2. Tipos paradigmticos de relacin con la norma en contextos educativos

    Ambiente educativo

    Orientacin poltico educativo

    Decisiones y acciones

    promovidas

    Respuesta en la voluntad

    Reaccin que se privilegia ante incumplimiento

    Opcin de desarrollo

    Autoritario(Vertical e Impositivo)

    Control social.Obediencia irrestricta.Externalidad de la norma.

    Sometimiento por imposicin.

    Castigo.Retaliacin.

    Heteronoma.Individualismo.

    Democrtico(Dialgico Crtico integrador)

    Cohesin social en clave de solidaridad e inclusin.

    Cumplimiento.Valor personal y social de la norma.

    Comprensin de la norma. Acatamiento voluntario.Impugnacin o reforma (de considerarse necesario)Sentido de responsabilidad.

    Sancin social.Reparacin del dao producido.Restauracin de la comunicacin y la confianza.

    Autonoma.Respeto y cuidado del otro.

    Vale la pena aclarar que difcilmente existen escuelas en las que estos rasgos se

    presenten de forma absoluta. Por el contrario, en las escuelas se da una especie de

    hibridacin de signos autocrticos y democrticos que hacen sumamente compleja la

    cotidianidad escolar y la manera como se regulan las interacciones, aunque, por su

    puesto, en algunas instituciones educativas se suele marcar ms una tendencia que la

    otra.

    Contribuir con la formacin de ciudadanos activos en la escuela significa, en

    suma, poner en relacin pedaggica la bsqueda de la autonoma individual con el valor

    poltico de la solidaridad. Y ello pasa por la voluntad de hacerle frente a toda expresin

    de irracionalidad -violencia, fanatismo e indiferencia extrema- (Ruiz 2007) y por

    construir condiciones, relaciones, estrategias y espacios que faciliten el desarrollo del

    pensamiento crtico, la valoracin favorable de la heterogeneidad, el despliegue y la

    expresin de diversas identidades y la posibilidad del entendimiento.

    3. Educacin, ciudadana e inclusin.

    La ciudadana se da en la inclusin y en la integracin social. Una institucin

    educativa que estigmatiza, somete y humilla a sus miembros impide la consolidacin de

    un proyecto democrtico, por ms que el discurso y las actuaciones de sus actores estn

    llenos de buenas intenciones. La educacin -se supone- permite, en principio, la

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  • integracin de todas las personas a la sociedad y la posibilidad de construir sus

    proyectos de vida y de respetar sus orientaciones de valor.7 La educacin -seala

    Giddens (2001:83)- ha de ser redefinida para focalizarse en facultades que los

    individuos sean capaces de desarrollar a lo largo de la vida.

    Puede hablarse de ciudadana incluyente slo si hay mecanismos,

    procedimientos, instrumentos y espacios de participacin libres de coaccin (entendida

    como negacin del otro y como anulacin de su capacidad de eleccin), si se fomenta el

    debate pblico sobre los asuntos que afectan los intereses vitales de los actores en la

    escuela y si la autoridad del mejor argumento puede desplazar al criterio de quien ejerce

    el poder e impone arbitrariamente su voluntad (Ruiz, 2008). Y esto aplica no slo a las

    relaciones adulto-nio o profesor-estudiante, sino tambin a las relaciones entre pares,

    las cuales muchas veces se establecen de manera desequilibrada pudiendo generarle

    mucho dao a los involucrados. Un ejemplo de esto son las relaciones de intimidacin,

    en las que uno o varios estudiantes maltratan constantemente a un compaero, ante la

    mirada pasiva o permisiva de los otros.

    Una de las tareas de mayor responsabilidad que asume la escuela cuando se

    encuentra comprometida con procesos de formacin ciudadana es la creacin y/o

    fortalecimiento de la sociedad civil.8 La carencia de una sociedad civil activa y

    deliberativa no habla a favor de un Estado legtimo. Contrario a ello, cuando la sociedad

    civil tiene un rol protagnico en la construccin de un proyecto de nacin, la sociedad

    se hace ms democrtica y el Estado ms legtimo, adems del invaluable complemento

    que ello representa en sus funciones y tareas. Entendemos, por tanto, que una escuela

    7 Para Agnes Heller, la tarea principal de una sociedad es la construccin de una tica cvica basada en la formacin de virtudes. Las virtudes son rasgos del carcter que se adquieren con la prctica y que son considerados ejemplares por una comunidad de personas. La autora aclara, adems, que a pesar de que las virtudes se suelen comprenden en consideracin del sistema de valores vigente en cada poca, ello no sucede en todos los casos: Cuando la jerarqua es un valor, la humildad y la obediencia ciega son virtudes. Cuando la igualdad es un valor, ya no existen virtudes sino vicios. Ciertos vicios y virtudes son constantes. Su constancia indica que estn relacionados con ciertas formas constantes de asociaciones y relaciones humanas que siempre se consideran valiosas. La generosidad est generalmente considerada un rasgo de carcter virtuoso, al igual que la justicia. La envidia, la vanidad, el rencor o la adulacin, se consideran generalmente vicios. (Heller, 1998: 219-220). 8 Para Charles Taylor (1997: 273) la sociedad civil existe donde la sociedad como conjunto puede estructurarse por s misma y coordinar sus acciones a travs de asociaciones libres [] podemos hablar de sociedad civil donde quiera que el conjunto de asociaciones puedan determinar o modular significativamente el curso de la poltica estatal. Esto hace que la visin abstracta de la sociedad civil se aterrice en prcticas sociales reconocibles en su dimensin pblica: la accin de las organizaciones no gubernamentales funcionando en forma de redes de apoyo, las reivindicaciones sociales o laborales de movimientos sociales, as como las peticiones o exigencias de minoras organizadas dan vida propia al concepto de sociedad civil y hacen comprensible su dinmica (Ruiz, 1999: 271). Marchesi y Sotelo (2002: 184) enfatizan que para que exista una colectividad civil fuerte son necesarios valores compartidos y el reconocimiento de derechos y deberes por parte de todos los ciudadanos.

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  • que orienta su proyecto hacia la formacin de sujetos polticos, ciudadanos

    participativos y propositivos contribuye, en serio, a la construccin de un orden social

    justo e incluyente.

    A travs del tiempo, la educacin ciudadana ha mantenido y actualizado el reto

    de construir sistemas sociales justos.9 En nuestra poca, esto significa que los nios y

    jvenes expresen o desarrollen una preocupacin particular por quienes no se

    encuentran incluidos y para quienes la justicia es apenas una aspiracin.10 Es importante

    que los estudiantes comprendan la enorme complejidad que encierran las relaciones

    entre conocimiento, ideologa y poder y la manera como el conocimiento es usado por

    muchos como mecanismo de dominacin.11 De esta manera se puede propiciar un

    abordaje comprensivo y crtico del mundo escolar, de sus pretensiones formativas y de

    sus apuestas polticas.

    Los conflictos que se producen en la escuela y que en buena medida son el

    resultado de la tensin entre autoridad y autonoma tambin se producen en las

    relaciones de la escuela con las dems instituciones sociales, a partir, principalmente, de

    las exigencias que stas le plantean a aquella. As, la tensin que se genera entre los

    actores de la escuela, especialmente entre algunos adultos frente a la participacin de los

    estudiantes en la construccin del manual de convivencia, es similar a la que se genera

    en las familias a partir de la progresiva conquista de la autonoma de los hijos, esto es,

    al tiempo que se promueve capacidad de autodeterminacin en los nios y jvenes, se

    prescribe cmo es que stos deben lograrlo, lo cual resulta claramente contradictorio.

    La valoracin positiva del punto de vista del estudiante es propia de una

    educacin ciudadana orientada por enfoques pedaggicos aperturistas. Una escuela

    aperturista se distingue de otra que no lo es y que no desea serlo, en que la primera le

    apuesta a la formacin de ciudadanos autnomos, tolerantes y solidarios como parte de

    su proyecto poltico - pedaggico, mientras que la segunda abandona intencionalmente 9 Tal y como lo ejemplifica el debate actual sobre ciudadana social. Desde esta perspectiva se hace necesario enfrentar la contradiccin entre igualdad poltica y desigualdad social. Al disminuirse las condiciones de exclusin econmica (derechos sociales: trabajo, educacin, etctera) a las que estn expuestos o sometidos amplios sectores de la sociedad se expanden tambin las posibilidades de ejercicio de la ciudadana. Vase el trabajo de Javier Pea (2000) dedicado en buena parte a la discusin de este problema. 10 Desde la perspectiva pedaggica de Henry Giroux (1992: 213 y ss.), la racionalidad se entiende como una estructura conceptual que media las relaciones entre las personas -tanto individual como colectivamente-, que define su orientacin ideolgica no solamente a partir del tipo de cuestionamientos que explicita, sino tambin del tipo de preguntas que es incapaz de plantear. Por tanto, as como un tipo particular de racionalidad -tcnica- legitima el statu quo, otro tipo de racionalidad -emancipatoria- impulsa transformaciones sociales y cambios culturales. 11 C. Cherryholmes (1980) considera que el estudio de estas relaciones histricamente ignoradas pasa por la problematizacin de la condicin de clase social y del modelo econmico hegemnico.

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  • o deja al azar la responsabilidad civilista de la cohesin social que se supone debe

    cumplir toda institucin en un sistema democrtico. No resulta igual para una sociedad

    tener ciudadanos que desarrollen competencias para cuestionar aquello que les parezca

    injusto y que busquen transformarlo por vas pacficas y democrticas que tener

    personas dispuestas slo a asumir el rol de consumidor pasivo y reproductor cultural. La

    pregunta que no se formula en este ltimo caso pero que resulta necesaria para toda

    institucin educativa es: Qu capacidades y conocimientos requieren los actores de la

    escuela para contribuir -de forma individual y colectiva- a la construccin de un orden

    social justo y equitativo?

    Cualquier intento para dar cuenta de esta pregunta implica atender las

    dimensiones normativas y polticas de las relaciones maestro-estudiante y de las

    relaciones entre estudiantes -sobre todo cuando hay desbalance de poder, agresin y

    maltrato- y en las dems instancias y espacios educativos. Implica, tambin, rehacer la

    relacin que unos y otros establecen con el conocimiento en un reto que podra

    permitirle al estudiante transitar de un modelo imposicin y repeticin de contenidos a

    procesos de construccin social guiados por la iniciativa individual y colectiva y por la

    creatividad. sta es tambin la va del pensamiento crtico y del dilogo constructivo en

    las escuelas.

    El anlisis de la estructura poltica de la escuela y de las relaciones sociales en el

    aula puede orientarse, igualmente, a una reflexin ms amplia sobre el funcionamiento

    de la sociedad, a una mirada detenida a la Constitucin Poltica, a la estructura del

    Estado y sus relaciones con la sociedad civil. A una reflexin pedaggica sobre la

    ciudadana activa le viene bien centrarse en el valor de la pregunta, en su capacidad de

    apertura y en los vnculos afectivos, sociales y polticos que se pueden fortalecer en la

    comunicacin, en el dilogo.

    El estudio y la discusin de las complejas relaciones entre escuela Estado

    sociedad permite problematizar el papel que desempean y han desempeado en el

    orden social las distintas prcticas sociales e ideologas polticas, los modelos de

    crecimiento econmico y las opciones desarrollo humano. Todos los esfuerzos por

    comprender histricamente la configuracin de estos factores, sus relaciones y formas

    de expresin pueden contribuir a dotar de sentidos nuevos la cotidianidad de la escuela

    y a significar la experiencia de cada uno de sus actores. De este modo, el desarrollo de

    competencias para el aprendizaje de disciplinas especficas -tomemos por caso la

    historia- promueve y complementa procesos de formacin ciudadana.

    10

  • Si cada quien se reconoce en el mundo escolar como sujeto histrico tambin

    puede valorar sus propias experiencias, reconocer las responsabilidades, potencialidades

    y lmites que su condicin de ciudadano le confiere a sus acciones y el significado que

    le otorga a sus circunstancias. Es decir, si se entiende que la historia es construida por

    personas de carne y hueso, y no por hroes mticos, es muy probable que cada quien

    sienta que puede contribuir a transformar su entorno y, que si no lo hace, puede estar

    contribuyendo a que se mantengan las injusticias que hay a su alrededor.

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    11

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    El autor: Alexander Ruiz Silva:

    Profesor Asociado de la Universidad Pedaggica Nacional (Colombia), investigador en el campo de la formacin tico-poltica. Actualmente cursa el doctorado en Ciencias Sociales de FLACSO (Argentina), es Magster en Educacin; Psiclogo y Filsofo.

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  • Investigador del Grupo Moralia de investigacin y del grupo de Filosofa moral y poltica (Colciencias Colombia). Autor de: El dilogo que somos. tica discursiva y educacin (Cooperativa Editorial Magisterio, 2008); Pedagoga en valores. Hacia una filosofa moral y poltica de la educacin (Plaza & Jans, 2000). Coautor de los libros: La formacin de competencias ciudadanas (Ascofade, 2005); Que significa investigar en educacin (Universidad Distrital, 2005); Qu es educar en valores hoy? (Octaedro - OEI, 2004). Ha publicado trabajos sobre tica, ciudadana y formacin en diversas revistas y publicaciones colectivas. Correos electrnicos: [email protected] / [email protected]

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