Año X V . Madrid 14 de Junio de 1883. Núm. 24.

REVISTA CIENTÍFICA Y PROFESIONAL

PMico on i cm i mmímm M mm . _ • CONSAGRADO 1 L A CLASE FAEMAOEUTICA ESPAÑOLA.'

D i r e c t o r : 1 > . I f r a n c i s c o M a r i n . y S a n c H o .

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S E PUBLICA TODOS L O S J U E V E S .

MADRID, JUEVES 14 DE JUNÍO DE 1883.

E X P O S I C I O N F A R M A C É U T I C A N A C I O N A L D E 1 8 8 2

X V I I I . SR. D . FRANCISCO MARÍN Y SANCHO:

Comprendo perfectamente que algunos comprofesores se lamenten del poco esmero con que se ha sacado á luz el Catálogo de la Exposición fa rmacéu t i ca , porque sin duda alg-una los errores que contiene, las numerosas omisiones que se advierten al repasarle, la falta, en fin, de expresivas noticias acerca de los objetos expuestos en este certamen, dificultan sobremanera el estudio y cabal conocimiento de esta mani­festación honrosa de la farmacia española, y malogran en alguna parte al ménos los bien intencionados esfuerzas de los que han acudido al llamamiento d^l" Colegio de farmacéuticos de Madrid. Quizá nadie to^ue tan de cerca como yo los enumerados defectos, en la obligación de consignar aquí cuanto se ha exhibido en las salas de la antigua estufa del Jardin Botánico matri­tense; y de tal modo es esto cierto, que ahora mismo no puedo, por falta de indica­ción en el susodicho Catálogo, ocuparme

de dos expositores cuyos nombres encuen­tro perfectamente legibles en mis apuntes, pero sin más noticia que me sirva para traer á la memoria olvidados detalles, y sin el recurso, cerradas y a las puertas de l a Exposición, de subsanar la precipi tación, que nunca me perdonaré , con que tomé notas de lo expuesto en el lado izquierdo de la segunda sala. Conociendo bien el funda­mento que hay para quejarse, entiendo, s in embargo, que sobra motivo para no extre­mar la censura, antes me parece que todo el que sepa lo que ocurre con esta suerte de trabajos y se haya penetrado de las dificul­tades con que se lucha para organizar un cer támen farmacéut ico, d isculpará aquellos defectos y no m e r m a r á en lo más minimo, á u n conociéndolos y apreciando la trascen­dencia que tienen, el merecido aplauso á los distinguidos comprofesores que han dir i ­gido la 'Expos ic ión , realizando un pensa­miento largo tiempo acariciado por la clase farmacéut ica española.

Imposible evitar que saquen á plaza su disgusto los descontentadizos que nada per­donan ; imposible t ambién evitar que se exageren perdonables defectos, y que se llegue hasta el extremo de reputar inten-

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clonadas omisiones inocentes; pero todo eso importa bien poco ante la importancia de la obra que se ha realizado, y teng'o para mi que esas manifestaciones de disgusto, de que yo mismo me he hecho eco antes de conocer ciertos detalles, se desvanecerán por completo para que luzca en todo su esplen­dor el ensayo, que ha añadido una p á g i n a en verdad brillante en la historia gloriosa de la farmacia española. Si alguno perseve­ra en censuras y acusaciones injustas, tan­to peor para él; que esas censuras y acusa­ciones más daño hacen, en ocasión seme­jante, al que las fulmina, que á aquellos á quienes se dirigen, por cuanto en ú l t imo extremo el buen deseo, el amor á l a colec­tividad,- á la profesión y á la ciencia, se sobreponen á pequeñeces y detalles que no merecen la pena siquiera de tenerse en cuenta.

Me enoja encontrar omisiones en el Ca­tá logo, pero al mismo tiempo me obliga la imparcialidad y la justicia á disculpar ese defecto á los comprofesores que se vieron en la necesidad de formar el libro susodicho á todo correr, acosados por la comisión y por los expositores, faltos de datos, sin el indispensable personal auxi l iar y sin me­dios materiales para salir de su empeño satisfactoriamente.

Prescindiendo, pues, de los comprofeso­res que han exhibido sus productos en esta segunda sala, y de los cuales no encuentro en parte alguna datos que consignar aquí , prosigo en mi tarea.

Don Antonio Velazquez ^ á ^ w o , farma­céutico en Medina del Campo (Valladolid), ha presentado un TieTlario, fruto de varios años de trabajo, y al cual acompaña una Memoria descriptiva de las plantas medici­nales que crecen en aquel t é rmino munici­pal; extracto de belladona, ergotina, corne­zuelo de centeno, extracto de genciana, flor de malva, citrato magnésico, emplasto simple, u n g ü e n t o balsámico peruviano, fé­cula de patata, nitrato potásico fundido y óxido magnés ico . — Me ha parecido descu­brir en la instalación del Sr. Velazquez Alonso la mano inteligente del farmacéu tico práct ico, que se distingue en el trabajo

del laboratorio, y que s igue incansable los progresos de l a ciencia y del arte. Eso di­cen, á m i entender, las preparaciones quí­micas y g a l é n i c a s presentadas por este iexpos#or|.y. en cuanto al herbario y á los materiales exhibidos, revelan afición á la botánica y afán de estudiar y conocer las plantas que crecen en la localidad; lauda­bil ís ima tarea que considero de trascenden­cia suma para la ciencia y para el país. ¿No merece quien así trabaja que se le esti­mule y se le premie ? Envío , pues, al señor Velazquez Alonso un sincero aplauso, .y le deseo recompensa proporcionada á sus des­velos.

Don Maur ic io Torrecilla y M a r i n , far­macéut ico en Tafalla (Navarra), ha presen­tado lós siguientes productos: aceite iodo-ferruginoso de h ígado de bacalao, vino y jarabe de quina ferruginoso, licor de brea; fosfato t r ibás ico de cal y carbonato de la misma base procedentes de huesos; ioduros mercurioso y mercúr ico , etc. Conozco hace muchos años á este expositor, y tanto le conozco, que durante l a carrera asistimos juntos á las aulas del antiguo Colegio de San Fernando; y por esta causa, al ver es­tampado el nombre de condiscípulo querido en las etiquetas d e los frascos que contenían aquellos productos, examiné todos con g ran , de a tención y cons igné en mis apuntes la siguiente nota: «Sobresale el jarabe de qui­na ferruginoso, preparac ión inmejorable, y por lo ménos tan bien elaborada como la mejor de las que se han exhibido en este cer támen con el propio nombre. E n nada desmerecen los otros productos, todos los cuales me representan al jóven inteligente y estudioso, al condiscípulo que en la cáte­dra mostró muchas veces condiciones so­bradas para el cultivo de la ciencia.» Eso dice la nota, y a h o í a añado que el profesor de farmacia Torrecilla es digno del alumno del mismo apellido. Algo hay, sin embargo, que reprochar: para quien puede y sabe, aquello es muy poco... L a instalación del Sr. Torrecilla me pareció pobrís ima compa­rada con su talento, con su pericia en los trabajos de laboratorio y con su indudable amor á la ciencia que cultiva; pero lo poco

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que l ia exhibido es bueno, y dejando á un lado lo demás, entiendo merecidís imo un aplauso sincero al intelig'ente fartnacéutico de Tafalla.

Don J . Paul ino G a r c i a ^ e Alora (Valen­cia), l ia concurrido con ag'ua de azahar y aceites esenciales de l imón y de naranja. Expende este expositor las referidas esen­cias á los precios siguientes: la de l imón, á 17 pesetas 50 céntimos k i lo , y la de na­ranja á 10 pesetas k i lo .

Don Gabriel Foronda, farmacéutico en Búrg-os, ha presentado licor de brea, vino de quina ferruginoso, esencia de zarzapa­rri l la , cápsulas de copá iba , de brea, de éter, etc.; sinapismos, tá r ta ro emético, sali-cilato de sosa; flores de romero, de azahar, de malva, etc.; goma a ráb iga , crémor, b i ­carbonato de sosa y algunos otros materia­les y preparaciones.

Don Rosendo Sanchez, farmacéutico en Valencia, ha exhibido varios productos, en­tre ellos jarabes perfectamente elaborados y na trozo de esparadrapo aglutinante de inmejorables caractéres . He visto en este certámen ejemplares muy buenos de espa­radrapos, y al examinarlos recordaba las dificultades con que se tropieza cuando se extiende sobre la tela, sirviéndose del ins­trumento apropiado, el emplasto hecho con arreglo á la fórmula de la Farmacopea ofi­cial . He leido un trabajo impor tant í s imo acerca de este punto, y si los razonamien­tos en él consignados no fuesen suficientes á convencer áun á los más reacios, bas tar ía examinar con atención los esparadrapos que han figurado en este cer támen farmacéutico para que pidiesen todos la reforma délas fór-m u l a s á q u e me refiero; pero una reforma que permitiese acomodar aquéllas á los diferen­tes climas del país , sin cuyo requisito es i n ­útil suponer siquiera que los farmacéuticos todos sigan, en ese caso, al pié de la letra los preceptos de la Farmacopea oficial. E l Sr. Sanchez presenta un buen esparadrapo aglutinante; pero no sé yo hasta qué punto ha sabido vencer las dificultades á que me refiero, dificultades que señalar ía aquí si la índole de este escrito lo consintiera. De todas suertes, tengo por indudable que el señor

Sanchez conoce bien la práct ica farmacéu­tica, como lo acreditan las preparaciones que ha exhibido en la Exposición, y que en este concepto es digno del mayor encomio.

Don Garlos M a r t i n Sendin, fa rmacéut i ­co en Ciudad-Rodrigo (Salamanca), ha ex­puesto bálsamo tranquilo, emplasto confor­tativo de Vigo ; jarabes de bálsamo de to lú , de ioduro ferroso y de membrillo. Ahito y a de ver y examinar jarabes, me fijé en la instalación del Sr. Sendin, en el aceite medicinal citado y en el emplasto, y confie­so i n g é n u a m e n t e que ambas preparaciones nada dejan que desear. Habrá quien entien­da que los referidos medicamentos no ofre­cen en su elaboración dificultad alguna, pero los prácticos saben de sobra que se requiere no poca pericia para obtener aque­llos en las condiciones que exige el arte. E l Sr. Sendin ha acreditado que merece el nombre de práct ico entendido, y en este concepto entiendo justo felicitarle.

Don Migue l Moreno y Delgado, residen­te en Madrid, ha piesentado un aparato para baños sulfurosos y de vapor, muy út i l según me han dicho algunos de los que le han visto funcionar.

Don Juan Vallescá , farmacéutico en Vi l lanueva de Castellón (Valencia), ha pre­sentado ejemplares de tartrate férrico-potá-sico, citrato de magnesia soluble y ferro-cianuro, valerianate y citrato de quinina, productos todos ellos que ponen de mani­fiesto la competencia del Sr. Vallescá en esta clase de trabajos , m á s de estimar considerando la escasez de medios con que cuentan los farmacéut icos que ejercen la profesión en los partidos rurales para de­dicarse á ocupación tan laudable. De sobra es sabido que no puede exigirse al profesor establecido que prepare esos productos, y por lo mismo aquel que lo hace y muestra así su afición al cultivo de la ciencia quí ­mica, merece la consideración de todos, más justa cuando recae en quien de cierto* sufre las penalidades que lleva consigo el cuidado de la oficina en los partidos facul­tativos.

E l Dr. D . Manuel M a r i n , farmacéut ico en Córdoba, ha presentado aceite de h ígado

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de bacalao ferruginoso, jarabe de ioduro ferroso, » g u a de azahar, pastillas ferrugi­noso-alcalinas, aguas minero-medicinales, etc Las preparaciones farmacéut icas que ha expuesto el Dr. Mar in , son excelentes y le acreditan como profesor muy versado en la practicado la farmacia.

Don Juan de la Puente, farmacéut ico en Torre de Juan Abad (Ciudad -Rea l ) , ha concurrido con una excelente muestra de bálsamo tranquilo, jarabe de quina ferru­ginoso, pomada de belladona y mercurial doble, t intura de mirra compuesta, t intura oleosa de can tá r idas y carralejas para ve­terinaria, etc. Afirmo que las preparaciones expuestas por este farmacéutico revelan elaboración esmerada y sobre todo conoci­miento cumplido del arte, cosa que en todo caso merece alabanza por lo mismo que denuncian laboriosidad y amor al estudio y al trabajo.

L a Sra. Viuda de Valdés, de Santiago de las Vegas, y en su nombre el regente de la oficina de dicha señora, D. Bernardo Campos^ ha concurrido, entre otros produc­tos, con un chocolate vermifugo que el dia que yo le examiné presentaba un aspecto nada agradable. Como desconozco por com­pleto la composición del susodicho chocola­te, claro es que no sé á qué achacar el as­pecto referido, n i en úl t imo extremo merece la pena, á m i entender, de averiguarlo. Chocolate mrmifugo, y nada más . . .

Don Serafín Gomas, farmacéut ico en Malgrat (Barcelona), ha presentado magne­sia efervescente, esencia de zarzaparrilla, agua de azahar, y no recuerdo si a lgún otro producto.

Don Salvador F r e i x i n e t , farmacéutico en Sádaba (Zaragoza), ha exhibido mues­tras de tela impermeable para la completa conservación y l impieza de las camas y cunas. Esta tela, premiada, si no estoy en­gañado , en varias exposiciones, tiene ven­tajas muy grandes que la recomiendan para el uso expresado, y no hay duda que el Sr. Freixinet ha prestado con la tela im­permeable un servicio á las familias, toda vez que procura la limpieza sin perturbar

en lo más mínimo la salud. Muy conocida la tela presentada en este cer támen por el Sr. Freixinet , no es necesario encomiar las ventajas de su empleo, y por esa causa me l imi to á esta sencilla not icia .

Don. José Suarez Guerra, farmacéut ico en Santa Cruz de Tenerife (Canarias), ha presentado elíxir de malt ina al fosfato fe-r roso-cá lc ico , vino tónico alimenticio con extracto de carne y maltina, vino con ex­tracto de carne y quina, elíxir de iodo bro­muro cálcico, id . de lacto-peptona, denti-cina, etc. Lo m á s notable de esta instalación son los parches porosos, á los que se acom­p a ñ a n la pasta y el diseño del aparato para elaborar aquél los . Parec ióme muy úti l esta forma f a r m a c é u t i c a y muy ingenioso el aparato susodic ho.

Don Rafael Sanj aume, herbolario de Ma- , drid, ha presentado en bien acondicionada instalación propia, numerosa colección de plantas, ra íces , cortezas, ñores y semillas medicinales, y además paquetes muy bien prensados de ñ o r e s y hojas igualmente me­dicinales. Advert íanse algunas equivocacio­nes en los nombres técnicos de las plantas, que aparecían enmendados después, cosa que nada tiene de particular si se considera el ca­rácter modestís imo con que el expositor pre­sentaba los referidos materiales, pero que al fin y al cabo hac í a desmerecer la instalación del Sr. Sanjaume. De cualquier manera bien puede decirse que no se trata de un herbolario vulgar, sino que el Sr. Sanjaume es inteligente en l a recolecion de plantas y las conserva con g rand í s imo esmero para subvenir á las necesidades de su importante establecimiento . A lgo me han referido relativamente á ingerencias en ajeno ve­dado; pero tan común y frecuente se ha hecho que todos cuantos en ello sean gus­tosos elaboren y expendan toda suerte de medicamentos, que no me ex t r añan , dado que sean exactas, las aludidas ingerencias, y de todos modos no corresponde abordar aqu í ese debatido asunto. E n la Exposición debe verse y considerarse lo expuesto, pres­cindiendo absolutamente de todo lo demás , y obrando así, considero merecido aplaudir á quien, como el Sr. Sanjaume, se distingue

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en la recolección y conservación de las plantas medicinales.

Don Eduardo Perez del Molino, farma­céutico en Torrelaveg-a ( Santander) , ha presénta lo sus productos en una vitr ina capricliosa y de muy buen efecto, si bien modesta. Ha expuesto el Sr. Peres;, bálsamo opodeldoch sólido, esencia de zarzaparrilla, licor de brea; extractos fluidos de quina, de ópio, acliicoria compuesto, ipecacuana, cinco raices, corteza de naranja amarga, liquen, quina y genciana, y vino de quina. Sobresalen las preparaciones que he men­cionado por sus excelentes caractéres , que revelan g rand í s imo esmero en la elabora­ción y denuncian al profesor práctico, labo­rioso y amante del estudio . H a expuesto además el Sr. Perez alejandrinas vermífu­gas, preparación muy bien presentada, p^ro de la cual no puedo dar noticia alguna en cuanto se refiere á la composición y , en fin, á su importancia terapéut ica .

Don Eustasio A g u s t í n y Moreno, f&vm-d-céutico en Toledo, ha presentado los si­guientes productos químicos: nitrato argén­tico, ioduro mercúr ico , ioduro p lúmbico , óxido mercúr ico , segun el mé todo / i e Petit, vino de peptona; jarabe de rábano iodado, de corteza de naranjas, de proto-ioduro de hierro; aceite de h ígado de bacalao ferrugi­noso, vino de quina y cacao ferruginoso, licor de brea, zumos de granada y de mem­brillo, etc., etc.—Tanto los productos quí­micos como las preparaciones galénicas , representan un trabajo concienzudo y de­nuncian al farmacéutico que cumple estric­tamente con los deberes que le imponé el ejercicio de la profesión. Fel ici to, pues, al Sr, Moreno por su laboriosidad y por su amor al trabajo y al estudio.

Don /Sebastian Biher, de La Adrada (Ma­drid), ha presentado muestras de excelente papel de filtro blanco procedente de la fá­brica del expositor.

E n la instalación de D. Pablo Arr ie ta , farmacéutico en Madrid, se hallaban ex-

• puestos varios frascos con hierro dializado con gotas amargas, preparación de tan altas virtudes, segun el expositor asegura, que hace inút i l el empleo de todo otro ferrugi­

noso y amargo; esencia de zarzaparrilla, acónito y canchalagua; tintura concentrada de árnica, y varios jarabes, entre ellos de peptona y diástasa y bálsamo de Tolú. Pue­do asegurar que este expositor es un farma­céutico laborioso; que por lo demás no ten­go para qué ocuparme de todas esas prepa­raciones en lo que concierne á su composi­ción, y sobre todo á la portentosa acción terapéut ica que se las atribuye, y á las cu­raciones maravillosas que realizan segun dicen. Muy en moda este procedimiento de ejercer la farmacia, parece como que ha llegado á imponerse; pero se imponga ó no, considerado el asunto sin pasión y bajo el punto de vista científico y profesional, pre­ciso es condenarle sin reparo, y aún m á s que eso, combatirle con energía en benefi­cio de los intereses profesionales y científi­cos de la farmacia.

• Don Pedro P laza y Gómez, industrial de . Madrid, ha exhibido muestras de cajas para pildoras, polvos y papeles. Este modesto industrial trabaja coa esmero, y tengo por seguro que no perdona medio para conse­guir el mayor perfeccionamiento en la con­fección de las cajas mencionadas.

En un sencillo cuadro ha presentado D. Victorino Muñoz, farmacéuüco en M a ­drid, seis clases de papeles esparadrápicos. Los mencionados papeles se preparan por un procedimiento semejante al*que mencio­na el Código farmacéutico vigente para el papel epispástico, si bien la modificación adoptada por el. Sr. Muñoz difiere de aquél hasta el punto de poderse considerar como un procedimiento nuevo. Se ha propuesto este laborioso profesor demostrar que los farmacéuticos españoles pueden y deben evitar que los extranjeros nos exploten en­viando á nuestro país productos que aquí se elaboran con el mismo esmero; y al efec­to ha preparado los papeles esparadrápicos de ungüen to amarillo, de estoraque, de ce-rato simple y de ungüen to blanco, forma de aplicación de los medicamentos referidos que de seguro ha de producir en la práct ica excelentes resultados. E l aparato que usa el Sr. Muñoz para la preparación de los cita­dos papeles es muy sencillo: consiste en

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una caja de hoja de lata de 28 centímetros de larg-a, 20 de ancha y 10 á 12 de fondo, dividida á lo larg-o en dos secciones que se comunican. Se pone agua en esta caja y se mantiene el liquido á la temperatura de 60 á 70°. Encima de una de las secciones de la caja se coloca una plancha de latón de l a medida exacta de los papeles (28 cent íme­tros por 10) y en la parte contigua otra caja también de hoja de lata, que enchufa en la primera y que es donde se coloca el medi­camento (ungüento , cerato, etc.), y man­tiene licuado siempre. Se empapa un peine de pintor y pasa una ó dos veces sobre el papel colocado y a en la plancha de latón, qui tándole en el acto en que queda seco. Pueden impregnarse los papeles de mayor ó menor cantidad de medicamento: el señor Muñoz emplea por lo general un peso igual al del papel usado. • E l papel resulta terso, sin grietas, con la capa u n g ü e n t á c e a con igualdad reparti­da y-, en fin, con las condiciones necesarias para emplearse inmediatamente, evitando el uso de trapos, planchuelas, etc. No es necesario decir que la materia grasa de que se hallan impregnados estos papeles se enrancia con mucha facilidad, y esto obli­ga á prepararlos cuando se demanden ó por lo ménos á no emplearlos después de a lgún tiempo de elaborados; pero de todas maneras, tengo por indudable que presta­r án en la práct ica muy úti les servicios. Y véase cómo el Sr. Muñoz, con to i o de pre­sentar una instalación modest ís ima que quizás haya pasado desapercibida para muchos de los que han visitado la Exposi­ción, ha mostrado por elocuente manera su pericia en el arte y su vivísimo celo por cuanto se relaciona con el progreso de la farmacia nacional, presentando algo nuevo y út i l . Felicito, pues, á este ilustrado com­profesor y deseo que persevere en el camino del trabajo, bien seguro de que su labor resu l t a rá muy estimable para el arte far­macéut ico . Hubieran hecho otro tanto un gran número de expositores, y el cer támen, cuyas puertas acaban de cerrarse, dejaría un recuerdo más patente en la historia de la ciencia y de la farmacia patria.

Don Magín Berenguer , industrial de Madrid, ha presentado morteros de m á r ­mol de varios t amaños perfectamente con­cluidos.

Hasta aquí las noticias que he podido pro­porcionarme acerca de lo expuesto en el pr i ­mer cer támen farmacéut ico. Sé de sobra que hay en m i relación muchos errores y omi­siones; pero el lector debe tener en cuenta las circunstancias que me han impedido dar á mi trabajo el carácter que en realidad le correspondía, y confío mucho en su be­nevolencia, que he solicitado muchas veces, aunque quizás sin lleg-ar á la medida nece­saria . Me recomiendo nuevamente á la benevolencia de mis comprofesores, y á u n cuando espero que han de otorgármela , les ruego sobre todo que no den al olvido el buen deseo y la recta intención con que he acometido tan larga y penosa tarea.

Debía ocuparme ahora de lo que ha expuesto en su propia casa la Facultad de Madrid, cumpliendo de este modo lo que prometí en m i primera carta; pero me ha sido imposible visitar el antiguo Colegio de San Fernando, sintiéndolo mu •hísimo porque al mismo tiempo que cum plía con un deber, hubiera reoordado los mejores años de m i vida al visitar nuevamente aque­llas cátedras , laboratorios, gabinetes, j a rd ín y biblioteca tan queridos, aquella casa don • de escuché , la ilustrada palabra de sábios maestros, la mayor parte por desgracia ¡ay! ya muertos.

Véome, pues, obligado á desistir de m i propósito en esa parte; pero no renuncio á resumir tan brevemente como pueda el juicio que he formado de la Exposición farmacéut ica . Mas deseo conocer antes el fallo del Jurado, porque con ese dato en­tiendo que me será más fácil consignar las consideraciones que me propong'O hacer.

Hago aqu í punto, y permítase que, de­jando ya en paz m i desgarbada é insulsa pluma, tome á m i cargo otra vez olvidados deberes: mi oficina, mi modesto laboratorio, m i bufete, m i pequeño j a rd í n . Dejo el bu l l i ­cio de la córte, esta vida ag i t ad í s ima que trastorna al forastero, y me vuelvo, que-

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brantadas las fuerzas y maltrecho, al oscu­recido pueblo en el que presto á la humani­dad doliente mis servicios facultativos.

De allí m a n d a r é á usted, señor director, las prometidas cuartillas; y agradeciendo en el alma las atenciones de. que he sido objeto por parte de usted, me despido y repito á sus órdenes afectísimo comprofe­sor q. b. s. m . .

U N F A R M A C É U T I C O N A V A R R O .

Madrid, 9 de Enero de 1883.

SECCION CIENTÍFICA.

Naturaleza y acc ión sobre nuestro organis­mo de los miasmas, contagios y d e m á s prin­

cipios infectivos.

Discu r so p r o a u n c i a d o por e l D r . R i o z y Pedra ja on l a i n a u g u r a c i ó n de l a s ses iones de l a A c a d e m i a de M e d i ­

c i n a .

( C o n t i n u a c i ó n . )

Otro punto fundamenta de la doctrina de este fisiólogo es el que se refiere al origen de los ferrq,entos organizados. Según M . Pasteur, los gérmenes de estos seres proceden todos del aire, en el que se hallan suspendidos con las demás part ículas que forman el polvo que aquel fluido deposita sobre todos los cuerpos sumergidos en él; explicándose así la necesidad de que toda fer­mentación sea iniciada por un primer contacto del aire con la masa orgánica , no para que esta absorba oxígeno, como probó Gay-Lussac con su tan conocido experimento hecho con el zumo de uvas, sino para que este aire deposite sobre el cuerpo que ha de fermentar, los gérmenes que lleva en suspension y cujo desarrollo, á ex­pensas de las materias fermentescibles, es pre­cisamente la causa de la descomposición de las mismas. Por este concepto fundamental, debido exclusivamente á M . Pasteur, ha recibido tam­bién la teoría que nos ocupa el nombre especial de Panspermia atmosférica, frase destinada á re­cordar este origen especial que asigna á todos los fermentos aquel ilustre académico.

Como hay muchas fermentaciones en que el microscopio no descubre esta clase de organis­mos, antes bien, se demuestra que son produci­das por el contacto simple de las sustancias fer­mentescibles con otras de carácter albuminóideo, pero solubles en agua, M . Pasteur ha imaginado distinguir dos clases de fermentaciones; unas que designa con el nombre de directas ó verdade­ras, y son aquellas en que el fermento es un

cuerpo, no solamente organizado, sino viviente, y otras qj iq llama, indirectas ó falsas, en que el fermento es alguna materia soluble de las que se aproximan por sus caracteres y composición á los cuerpos azoados'y oxigenados semejantes á la a lbúmina , sin ser precisamente congéneres de esta sustancia. Así ha respondido M . Pasteur á una de las objeciones más fuertes que se han d i ­rigido á su doctrina, sin considerar que con esta distinción se elude, pero no se resuelve la difi­cultad; porque s i , en efecto, hay fermentaciones en que el fermento no es un sér organizado ve­getal n i animal, es evidente que la doctrina del fisiólogo francés, en cuanto al origen de los fer­mentos, cae por su base, y hé aquí por qué d i ­cen sus contrarios que la aparición de estos sé-res en los casos en que se observan, es un fenó­meno puramente fortuito, que de n i n g ú n modo puede ser considerado como la causa de las fer­mentaciones , no ofreciendo dificultad alguna admitir , como cosa muy natural, que los gé rme­nes que el aire pueda depositar en estas masas orgánicas y los que ellas mismas lleven ya con­sigo de otras procedencias, se desarrollen y v i ­van en las mismas masas al propio tiempo que se verifique la descomposición de éstas por la

•acción de los verdaderos fermentos, según la teoría de Liebig; es decir, por su simple contacto con las materias putrescibles en putrefacción; n i repugna tampoco admitir como probable, que aquellos gérmenes encuontrSn en tales mezclas las condiciones físicas .y químicas necesarias para su desarrollo y vida, sin que este fenóme­no fisiológico sea precisamente la causa de las fermentaciones que puedan sufrir dichas mez­clas.

Tales son las ideas generales que caracterizan la teoría de M . Pasteur sobre el origen y activi­dad de los fermentos. Las demás afirmaciones que establece este fisiólogo en sus interesantes escritos, no son ya otra cosa.que consecuencias y ampliaciones de los principios anteriormente indicados. Así como al tratar de la teoría mecá-nica he omitido todos los detalles práct icos y áun algunas de las consideraciones que le sirve n de base, me creo obligado á observar con esta, igual conducta, porque proceder de otro modo me hubiera con lucido á dar á este discurso las dimensiones de un libro no pequeño. Cumplo, sin embargo, á mi propósito, hacer aqu í una. breve indicación de las observaciones que le ha n sido dirigidas por varios autores.

E l célebre Berzelius nunca quiso reconocer en la levadura de cerveza la existencia de un sér vegetal viviente, el llamado por Mitscheriich

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Hongo del fermento, y, por consiguiente, negó siempre que el acto de la fermentación fuese de­bido al desarrollo y vida de este sér organizado. Según el químico sueco, este fermento no es otra cosa que el resultado de l a precipitación conti­nua de'nna materia orgánica que se hace inso­luble en los l íquidos que fermentan, y toma l a forma ordinaria de los precipitados no cristali­nos, á u n los inorgánicos, es decir, la forma de pequeñas bolas, que se agrupan las unas á con­t inuación de las otras, de modo que vienen á imitar, rosarios ó collares de perlas. Es claro, d i ­ce Berzelius, que cuando se descomponen en el agua los productos de séres organizados y se precipitan materias que estaban disueltas, ban de tomar éstas una forma determinada, y como, para muchas de ellas, esta forma no es ninguna de las geométr icas regulares, deben resultar ne­cesariamente otras que dependan de la natura­leza misma de la sustancia, siendo muy natural que, en este caso, imiten las m á s sencillas de l a vida vegetal de que proceden. Pero la forma sola no constituye todavía ninguna especie de vida, porque debe existir un l ímite entre la forma de las moléculas que se encuentran en un cuerpo viviente y las que se hallan en el mismo des­pués de su muerte. S i no se trata de determinar este l ímite sin prevención alguna, y si siempre que se forman precipitados celulares en un lí­quido, en v i r tud de las metamorfosis que en él se realicen, ha de admitirse la presencia de plan­tas imperfectas, pero vivientes, en incesante re­producción, se introduce en la ciencia un grave error. Sin duda es muy difícil no pronunciarse en este sentido, cuando se miran con el micros­copio estas nuevas formaciones continuas; pero en las cuestiones de este género , el que dude por m á s tiempo, es el que llega siempre al resul­tado más seguro. Así concluye aquel eminente químico su juicio crítico sobre este punto tan fundamental.

E n un sentido análogo al que encierran estas palabras, se expresa el barón L i e b i g al emitir su juicio sobre la misma cues t ión. Tampoco admite género alguno de vida en la levadura, y rechaza, por consiguiente, la idea de considerar este pro­ducto como formado por vegetales ó animales microscópicos que en la fermentación dei azúcar se nutran ó alimenten á expensas de esta sus­tancia, de ta l suerte, que el alcohol y ácido car­bónico resultantes de esta metamorfosis, vengan á ser productos excrementicios de aquellos séres.

{Se continuará.)

VARIEDADES,

L A B I B L I O T E C A ECONÓMICA.

Con mucho gusto insertamos á cont inuac ión la carta que nos ha dirigido uno de nuestros más antiguos é ilustrados suscritores. Agrade­cemos las inmerecidas frases de elogio que d i r i ­ge al Sr. Marín, y por miestra parte debemos decir que estamos dispuestos á comenzar cuanto antes la publicación de la proyectada Biblioteca Económica, empresa mucho tiempo hace acaricia­da por nosotros, y sobre cayo pensamiento con­signa en su carta a t inad ís imas consideraciones el estimable suscritor aludido.

Pero es preciso primero asegurar el éxito de la Biblioteca y contar ante todo con el apoyo de los comprofesores, requisito este ú l t imo indis­pensable para conseguir el resultado que se per­sigue.

E n cuanto al segundo punto de la carta, ro­gamos á nuestros apreciabies colegas se fijen en la proposición que allí se formula, debiendo ha­cer constar por nuestra parte que desde luego estamos dispuestos á contribuir á la publicación de todo lo relativo al proyecto de ley de sanidad.

L a carta dice as í :

«SR. D . F R A N C I S C O M A J U N Y S A N C H O :

May señor mío y distinguido compañero: M i constante entusiasmo por la ciencia y el deseo de ver realizada en el m á s breve plazo posible una promesa apuntada en el prospecto de L A F A R M A C I A E S P A Ñ O L A , este año repartido, me mueven á tomar la pluma, lamentando que otras mejor cortadas que la tosca mía no lo hayan ve­rificado antes.

Me referia á la idea feliz de publicar, junta­mente con la mencionada .Smsifii, siquiera sea independiente de ella, una Biblioteca económica á semejanza de lo que desde hace algunos años viene practicando FA Siglo Médico con su respec­t iva clase.

No es m i án imo encarecerle la ut i l idad del pensamiento, que demasiado se alcanza á su ele­vado criterio, sino m á s bien llamar la a tención de nuestros comprofesores hácia una mejora que tantas ventajas puede reportar á todos, para que se apresten á secundar su iniciat iva; y al mismo tiempo excitar á V . á que apresare la inaugura cion de los primeros trabajos, en la convicción de que el éxito m á s lisonjero coronará sus es­fuerzos. Y ya que de excitaciones me ocupo, d i ­rigiré también otra á aquellos de nuestros com-

L A FARMACIA ESPAÑOLA. 377

pañeros que opinen como el autor de estas l íneas y deseen como él la realización del proyecto de esa Redacción, para que procuren coadyuvar al mismo fin, haciendo resaltar la bondad, oportu nidad y conveniencia de aquél , tanto en las par­ticulares relaciones cuanto por medio del perió­dico.

Porque ,como decia muy bien en una de sus i i l t imas cartas sobre la Exposic ión, el dist ingui­do farmacéut ico navarro, en nuestra literatura se nota algo de ñojedad, y el mejor medio, en mi concepto, para combatir és ta y levantar aquél la de la postración en que yace, seria agruparnos todos, ó el mayor número , en una suscñc ion , para que gozando vida robusta pudiese acome­ter sin temor la empresa el que á ella censagrase sus desvelos.

E l hallarse ésta bajo la ilustrada dirección de V . sería para todos ga ran t í a suficiente de que, suscritos á ella, recibiríamos todos los años , por una módica cantidad, la obra ú obras que más llamasen la atención en el mundo científico, unas originales, traducidas otras, con lo que habr ía lo bastante para no quedar rezagados ante nues­tros comprofesores de las más cultas y adelan­tadas naciones. Y además de que se nos da r í an trabajos notables por su mér i to científico, reuni­r ían la circunstancia de hallarse elegantemente escritos, esmeradamente impresos, y los que no fuesen or ig ína les , cuidadosamente traducidos; condición esta ú l t ima que no suele brillar en to­das las obras que se dan á la estampa y que por cierto contribuye en gran manera á dificultar la elección cuando se trata de adquirir alguna de ellas.

Y no se crea que teniendo una buena Revista es innecesario el l i b r e antes al contrario, éste es el complemento de aquél la: ambos se mueven en distinta órbi ta . L a primera da cuenta dé todas las cuestiones á medida que aparecen en el cam­po de la ciencia; pero por lo mismo que tiene que abarcarlo todo, n i puede comprobar la exactitud de los datos, que no hace m á s que recoger y trasmitir, n i ocuparse en ciertos tratados con la necesaria amplitud, par m á s que en otros én t re en detalles que no cabrían en un l ibro; n i mucho menos puede, y esto es lo fundamental, formar de cada materia un compacto cuerpo de doctri­na. E l segundo, por el contrario: elaborado con más serenidad de juicio, recoge las indicaciones de los varios autores que precedentemente han estudiado el mismo ramo de la ciencia, las orde­na metódicamente , las añade á veces con los fru­tos de la experiencia propia del autor, y cuando no, emite un juicio crítico imparciai sobre la im­

portancia relativa de las mismas y abraza el objeto ú objetos de que se ocupa en toda su ex­tension, bajo el punto de vista que el autor se propusiera. E n una palabra: la esencia del perió­dico es la variedad; la base del libro, la unidad. Podría decirse que el'primero semeja en cierto modo los materiales de un edificio en construc­ción, acá y allá esparcidos en confuso desórden, y el segundo el edificio entero ó los varios departa­mentos de que consta, majestuosamente decora­dos, formando un conjunto armónico: un todo perfecto.

Ahora bien; atendido el rápido paso con que en nuestros tiempos avanzan las ciencias, entre las que figura, sin duda en primer término por sus incesantes progresos, la química con sus congéneres y darivadas, no puede haber en Es­paña un farmacéutico que deje de verse todos los años en la necesidad de adquirir alguna obra nueva si quiere mantenerse á la altura de su misión. Esta necesidad sube de punto t r a t ándose de los profesores de partido que vivimos aislados de todo trato científico, y á quienes principal­mente vendría á favorecer la publicación de la repetida Biblioteca, puesto que no conociendo á los varios autores n i pudiendo guiarnos por los anuncios, porque con éstos va sucediendo lo mismo que con los específicos, que todos son los mejores (con algunas honrosas excepciones), ne­cesitamos una ga ran t í a de acierto que nadie me­jor podría darnos que un compañero tan conoci­do como V . por sus trabajos é i lus t rac ión .

Otra idea me ocurre para terminar, que tam­bién espero merezca la aprobación de V . Todo parece indicar que, si después de las mi l peripe­cias y dilaciones que viene experimentando el proyecto de ley de Sanidad, llega por fin á discu­tirse, el debate será muy empeñado. L a cuest ión afecta muy directamente á las clases médicas para que todos ó la mayor ía de los que nos hon­ramos en pertenecer á ellas no tengamos in te rés en saber al por menor lo que con tal motivo sa diga. Como los periódicos políticos no dan do esas cuestiones más que ligerísimos extractos? entiendo sería oportuno que la prensa profesio­nal de ambas facultades se reuniese para hacer una gran tirada tomada i e l Diario de las Sesío-W Í , tirada que, por lo numerosa, h a b r í a n l e re­sultar muy económica, y que podría repartirse á los suscritores por pliegos para formar al fin un interesante folleto, mediante el estipendio que se creyese equitativo.

Y aqu í hago punto, Sr. Director, que observo me he extendido m á s de lo que en un principio

378 LA FARMACIA ESPAÑOLA.

me había propuesto, y temo molestarle dema­siado.

S i con estas mal perjeñadas l íneas , que desea­r ía mereciesen el honor de ocupar un modesto lugar en las columnas de su apreciable Revista, consiguiese despertar en nuestros ilustrados com­pañeros una protección decidida para su loable empresa en proyecto, y al propio tiempo animar á V . á entrar de lleno y con decision en la ejecu­ción del plan, vería colmados sus m á s vehemen­tes deseos su constante suscritor, afectísimo ami­go y compañero , Q. B. S. M . ,

U N F A R M A C É U T I C O D E P A R T I D O . — M . A . F.» 1.» de J u n i o de 1885.

CRÓNICAS. N e c r o l o g í a . — H a fallecido en Madrid el de­

cano y catedrát ico de la Facul tad de Farmacia D . Rafael Saez Palacios. Los numerosos amigos, compañeros y discípulos del ilustrado maestro lloran la pérdida de uno de los hombres que con m á s asiduidad han dedicado su existencia á la enseñanza de la qu ímica , E l dolor que nos ha producido la muerte de una persona tan bonda­dosa, de sentimientos tan puros y tan amante de la más extricta justicia y de la exactitud en el cumplimiento de sus deberes todos, embarga nuestro ánimo de tal suerte, que apenas acerta­mos á trazar estas l íneas para trasmitir á nues­tros lectores la triste nueva. Dejamos para otro dia el consignar en las columnas de nuestro pe­riódico los datos biográficos m á s salientes del Dr . Saez Palacios, fa rmacéut ico sobremanera distinguido, como lo acredi tó en los años que tuvo al frente de la oficina de farmacia del Hos­pi tal General; ca tedrá t ico muy ilustrado y con­cienzudo en el cumplimiento de su honrosa m i ­sión, en cuyo concepto dejó grato recuerdo en las universidades de Barcelona y Granada y le deja ahora en la de la corte; erudito, de afable y cariñoso trato, por extremo amante del estudio y del trabajo: bien merece quien ha mostrado cualidades tan excelentes una página que sirva para ensalzar su memoria.

E l domingo ú l t imo se verificó el entierro del Dr . Saez Palacios, á cuyo acto concurrieron co­misiones de la Academia de Medicina^ del Conse jo de Sanidad y del Colegio de Farmacéut icos-el c l á u s t r o de la Facultad de Farmacia , los ayu­dantes de esta Escuela, el señor Rector de la la Universidad, catedrát icos , médicos, farmacéu­ticos y discípulos del finado. Los alumnos de la Facu l t ad depositaron en el carro fúnebre una magnífica corona.

¡Descanse en paz el venerable maestro]

Reunion importante.—En los días 29 y 30 del pasado Mayo celebraron dos importantes se­siones los profesores de medicina, cirujía, farma­cia y veterinaria que ejercen en la provincia de Teruel, con objeto de fundar una Asociación para el progreso científico y la defensa de los intereses profesionales. E l apreciable colega La Asociación, que se publica en Teruel, reseña ex­tensamente las sesiones referidas, y se felicita del entusiasmo con que todos los concurrentes acordaron fundar la nueva Sociedad profesional. Se discutieron y aprobaron los estatutos y se nombró la junta provincial interina, compuesta de veintidós profesores, dos por cada partido judicial .

Hace a!gun tiempo que varios compañeros trabajan con asiduidad para la formación de la citada Sociedad médico-farmacéutica, especial­mente aquél apreciable colega; y en verdad que los esfuerzos hechos han producido resultado satisfactorio. Deseamos á la naciente Asociación larga vida, felicitando á los dignos compañeros de la provincia de Teruel por sus loables propó­sitos.

U á s anuncios...—Recortamos de un perió­dico político el siguiente se dice:

«El dictamen sobre el proyecto de ley de Sa­nidad se presen ta rá á mediados del presente mes, y como ha sido ya discutido extensamente en el Senado, es casi seguro que la discusión no sea muy lenta en el Congreso, y que por tanto sea aprobado en la presente legis la tura .»

Es de advertir que en otro sitio del mismo número asegura el aludido colega que el asende­reado proyecto no se d iscu t i rá en el Congreso antes del año que viene. Por su parte D . Zoilo Perez aseguró días a t r á s en la Cámara popular que en breve se presentar ía el esperado dictá-men. Haya calma y ¡á esperar otra temporadita!

Medallas.—Hemos visto los modelos de me­dallas en car tón-piedra y en zinc al natural, bronceadas, plateadas ó doradas, de la Exposición farmacéut ica , que D . Jacinto Fragua, que vive Independencia, 3, Madrid, ha ejecutado para portadas.

Las de car tón-piedra son de 27 cent ímet ros en blanco, bronce, plata y oro; y las de estereotipia de 13,18 y 27 mi l ímetros .

Pueden dirigirse los expositores á dicho señor, cuyo trabajo es digno de ÍI plauso y llena una gran necesidad para los efectos ulteriores de la Exposición. También hace sellos de caoutchouc, metal, etiquetas en relieve y litografía.

Monograf ías . — Hemos recibido el cuader­no 5.° de la Colección de monograf ías nacionales y

L A FARMACIA ESPAÑOLA, 379

extranjeras de medicina y cirugía que se publica en Madrid bajo l a . inteligente dirección del doc­tor D . Manuel M . Carreras. Contiene este cua­derno la conclusion del Estudio sobre la anestesia quirúrgica y dos pliegos del Estudio sobre la eri­sipela.—Agradecemos al Dr . Carreras tan esti­mable obsequio.

Nuevo colega.—Hemos recibido el n ú m . I.0 de la Revista de la Sociedad Española de Higiene, que aparecerá mensualmente, bajo la dirección de los Sres. Carreras y "Fernandez de 7elasco. Contiene este primer n ú m e r o interesantes traba­jos, que suscriben los Sres. Méndez Alyaro, Ca-la t raveño, Mar in Perujo y Serret.

Deseamos al nuevo colega larga vida para cumplir con los patr iót icos fines de la Sociedad que representa en la prensa.

Otra maravilla. — E n la calle del Caballero de Gracia habita un señor ó señora J . S. D u -doux que, según dice en unas tarjetas repartidas profusamente, tiene un enjuagatorio soberano para curar el dolor de muelas, y otro menjurge para las enfermedades de los ojos. Treinta y cuatro años liace que viene haciendo curaciones portentosas, y ha visto que sal ían insectos de la boca de algunas personas que ha tenido ocasión de curar.

Dudoux debe estar muy triste. E n treinta y cuatro años no ha tenido que entenderse con n ingún subdelegado que admire, ensalce y pro­clame las maravillas de los maravillosos reme dios. Y ya verán ustedes cómo no se da ese re­gocijo.

Una caverna preh i s tór ica .*—El Dr . don Jaime Almera , presbí tero , catedrát ico del Semi­nario conciliar de la diócesis de Barcelona y pro­fundo conocedor de la Geología y de la Paleonto­logía, ha publicado en La Ciencia Católica una curiosa nota con el propósito de l lamar la aten­ción de los naturalistas acerca de una caverna prehistórica observada por él en la base del pico de Moneada, m o n t a ñ a poco distante de Barcelo­na. De las investigaciones practicadas, ya estu­diando la const i tución del terreno, ya determi­nando la naturaleza de los fósiles encontrados en la indicada caverna, deduce el ilustrado autor de la nota las siguientes deduciones: 1.a Que en una e'poca anterior á la actual estaba la cueva abierta y su entrada expedita para los animales. 2-a Que el oso pardo ó de los Pirineos la habi tó , y de consiguiente pobló nuestra comarca. 3.a Que más tarde el hombre se guareció en dicha caverna, como lo demuestra el hallazgo de una valva del Pectunculus glycimeris, que tal vez sir­vió de instrumento para recoger y llevar á la

boca el agua \x otras bebidas. 4.a Que después las corrientes de las aguas arrastraron de lo alto de la m o n t a ñ a una gran cantidad de detritus, quedando tapada la entrada de la cueva, la cual, sólo ha podido manifestarse cuando se han prac­ticado las operaciones necesarias para explotar los bancos de caliza que forman el terreno.

E l libro médico azul.—Con este t í tulo se ha publicado en Lóndres , y traducido al espáñol , un libro que contiene las fórmulas, notas tera­péuticas y reports sobre nuevos adelantos en la quí­mica y la farmacia, habiendo recibido un ejem­plar de los muy pocos que han llegado á esta corte, por lo que damos las gracias á la casa que lo ha publicado,, y á su representante en Barce­lona D . Cárlos J . Christ ie.

CORRESPONDENCIA P A R T I C U L A R D E « L A F A R M A C I A E S P A Ñ O L A . »

Bilbao.—E. L.—Pagado fin Diciembre 83. Valoría la Buena.—A. A . — I d . fin Mayo 84. L i l l o . — P . Q.—Id. fin Diciembre 83. Langa de Duero.—J. E . A . — I d . fin Febrero 83. As tud i l lo .—S. M . ' M . — I d . fin Diciembre 83. L a Carolina.—S. M.—Id fin Junio 83. V a l de San Lorenzo.—E. P.—Id. fin Mayo 83. Sar iñena.—R. L . — I d . fin Marzo 83. Navahermosa.—A. G. C — I d . fin Setiembre 83. Riaño .—P. V . — I d . fin Diciembre 83. Villahermosa.— A . B . — Contestado particular­

mente. Palencia.—F. S.—Recibida y está bien. Fuentecen. — D . N . — Contestado particular­

mente. Portugalete.—B. L . — I d . i d . Tendilla.—-P. L . C — I d . i d . Sueca.—F. P.—Pagado fin Diciembre 83. Guijuelo.—M M.—Id . fin Diciembre 83. Madr id .—H. F . F .—Id. fin Mayo 84.

A V I S O Á L O S F A R M A C É U T I C O S .

Á los que solicitasen la vacante de f a rmacéu • tico titular de Trebugena, deben tener presente que en dicha población se halla establecido u n profesor que hace diez años la venia desempe­ñando y que la ha renunciado por falta de pago y que cuenta con numerosa fanuiia en el vecin­dario. (3)

—Se vende una oficina de farmacia, bien sur­tida, en un pueblo de la provincia de Madr id . Para más pormenores pueden enterarse en casa de los Sres. Ulzurrun, calle Imperial, n ú m . 1, droguer ía . (1)

— P E A C T I C A N T E : Para la farmacia de D . Die­go Jorquera, se necesita uno perfectamente ins--

380 LA FARMACIA ESPAÑOLA.

truido en el despacho. Dirigirse á dicho señor en Cartagena, barrio de Santa Luc ía , expresan­do edad, años de práct ica, ú l t imas farmacias en donde haya estado y condiciones que imponga.

(3) — B O T I C A : Por retirarse su dueño por edad

del ejercicio de la profesión, se vende una esta­blecida hace cincuenta años en Madr id , acredi­tada y en sitio inmejorable. Droguer ía de Mel­qu íades , Bordadores, 3, dan razón. (1)

— F A R M A C I A : Por fallecimiento de su actual propietario, se vende una de moderna construc­ción, bien surtida y aceditada en la ciudad de Caspe (Zaragoza). Para más detalles, dirigirse á IB viuda doña Concepción Vandellós^ en dicha población. (4)

—Para la oficina de un pueblo, con estación de ferro-carril, próximo á Madrid, se necesita un practicante joven, de buena práct ica y antece­dentes .

Dará razón D . Jul ian de la Cruz , calle de la Montera, 11, farmacia; Madrid.

— R E G E N T E : Se necesita para un pueblo de la provincia de Segovia. Dirigirse á D . Ricardo Torres, Abada, 22, farmacia, Madrid . (2)

— U n practicante de larga práct ica y con bue­nas referencias desea colocarse en una farmacia. Dirigirse con condiciones á D . G-regorio G i l Pe­rez, en Abades, provincia de Segovia. (4)

—Para una oficina de farmacia de Santander se necesita un dependiente de esmerad ís ima práct ica y buenos antecedentes.

Dirigirse con condiciones á D . José de la Vega, Plaza Vieja, Santander. (1)

— F A R M A C I A : Se vende la única que tiene el Puerto de Santa Cruz (Cáceres). Sus ingresos ascienden á 13.000 rs. con la t i tular que son 3.000 rs. por la asistencia á 30 familias 'pobres. Informará D . Fernando García Fernandez, San Miguel, 11, Truji l lo. (3)

—Se vende en una importante ciudad de Extremadura una oficina de farmacia, en buenas condiciones para el comprador. In formará don Pablo Fernandez Izquierdo, Pontejos, 6, farma­cia, Madrid. (1)

— P R A C T I C A N T E : Para la farmacia del doctor D . Santos del A g u i l a , se necesita Un joven ins­truido, de buena conducta, el cual puede estu­diar privadamente. Dirigirse con proposiciones á dicho señor en Alcaraz (provincia de Albacete.)

— B O T I C A : Se vende la única establecida en L i l l o (Toledo). E l pueblo, cabeza de partido judi­cial , consta de 800 vecinos. Tiene 3.000 rs. de t i tular y el despacho se hace por recetas pagadas al contado. Para m á s pormenores dirigirse á D . Pedro Quintas, farmacéut ico en dicho punto.

^ (5) •

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en la práctica los antiguos extractos, ya por su variable consistencia, ya por su á veces, difícil solubilidad, por lo cual los extractos actuales no llenan por completo las exigencias de la práct ica .

Los citados inconvenientes desaparecen con el uso de los extractos fluidos, cuyo fácil manejo y conservación ofrece notorias ventajas para la preparación de pomadas y soluciones, y en espe­cial para la de los vinos y jarabes , de los que se puede preparar en el acto la cantidad pedida por corta que sea, s in m á s que añad i r el extracto fluido al jarabe ó al vino.

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LA FARMACIA ESPAÑOLA. 381

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artificialmente). ^ artificialmente). Se recomiendan en las convalecencias de largas enfermedades,. cuando el

estómago no tolera ninguna alimentación, ülceras gástr icas, catarros intes­tinales , de los niños con especialidad, debilidad general, tisis, consunción, clorósis, anemia, y siempre que la nutrición se verifica de una manera ir­regular.

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kilos 100 rs » » dehipericon » » de tapsia compuesto. . . »

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Agua dest. de hinojo. . . » » » » de h isopo, . » » » » ( de lechuga. » » » » ' de menta. . . » » » » de m e l i s a . . » » » » de rosas. . . . » »

Achicorias (hojas) » Agrimonia (hojas) » Ajenjos (sumidad) » Alcoholaturo de acónito »

» de belladona » » de digital » » de rábano comp.0 »

Artemisa (hojas) » Bálsamo de Malast »

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Belladona (hoja sola) » » en pasta fresca, 10

kilos » » en i d . , 100 kilos »

Beleño (hojas) » Bayas arrayan »

12 reales 8 » 8 » 8 »

11

9 4

20 24 24 24 24 24 24

3 4 3

18 18 18 18 3 V*

18 » 11 » 10 » 9 »

26 » 180 »

4 » 5 »

enebro ki lo 3 reales » saúco ,v . i »

Carqnesia » Celidonia (hojas) » Centáura » Centeno cornezuelo » Cera amarilla, 10 kilos 160 rs . »

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Crémor primera grano. . . j » » » polvo . . \ var. » » cristalizado extra) >>

Digi ta l (hojas) » Dulcamara (tallos) » Emplasto verde de cicuta »

x> » de belladona.. » » confortativo »

Extracto de acónito » de » del zumo.. » de » seco en es­

camas . . . » de belladona . . . . . » de » 10 botes

'A ki lo 160

4 3 4 4

var. 18 20

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382 LA FARMACIA ESPAÑOLA

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LA FARMACIA ESPAÑOLA. 383

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384 LA FARMACIA ESPAÑOLA.

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