Revista digital MUVIAN Autor: Edgar Allan Lara Paredes ...
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Revista digital MUVIAN
Autor: Edgar Allan Lara Paredes
Tema: Los hogares mesoamericanos. In Calli, la casa.
Centro de Investigación y Docencia Económicas
Fecha: 13 de agosto del 2021
Artículo 1
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Los hogares mesoamericanos. In Calli, la casa
En toda sociedad se implementan los valores morales y éticos para poder vivir en
comunidad. Dentro de los prehispánicos, no fue la excepción y la vida de los
habitantes de la cuenca de México fue muy diferente a la moralidad europea, pues
los nahuas no tenían un concepto de familia por género o padres e hijos (McCAA
2003, 86-95), sino que fue más complejo, así mismo, la arquitectura y organización
urbana tenía que ver con la cosmovisión mesoamericana.
Los calpultin estaban formados de grupos de casas llamadas calli, las cuales tenían
una estrecha relación a la cosmovisión mesoamericana, además de eso, eran
construidas de diversas maneras.
Dentro de este ordenamiento territorial, se encontraban las casas de los indígenas
prehispánicos, las cuales estaban constituidas de diversas maneras, pero con
grandes similitudes, no sólo en México, sino todo el mundo. Víctor José Moya (1988)
ha demostrado las similitudes de casas de Yugoslavia y jalapa Veracruz, así como
las trojes de Turquía o Tlaxcala, esto se debe, principalmente a que los antiguos
habitantes creaban sus casas con materiales que les daba la naturaleza, como la
tierra, troncos, hojas, adobe, etc. Básicamente, es condición humana.
Durante la época precortesiana, hubo una gran diversidad de casas indígenas de las
cuales quedan poco registro de ellas, debido a que gran mayoría se construyeron con
materiales fáciles de derruir, sin embargo, los códices u otros documentos nos dan la
pauta para hacer interpretaciones de cómo llegaron a ser. Seguramente por los
materiales de las casas, principalmente de flora nativa, Cortés las quemó fácilmente
en las diversas batallas que tuvo con los mesoamericanos.
…ya que fue de noche salí con ciertos españoles, y como los tomé
descuidados, ganámosles una calle, donde les quemamos más de trecientas
casas y luego volví por otra, ya que allí acudía la gente y asimismo quemé
muchas casas della, en especial ciertas azoteas que estaban junto a la
fortaleza, de donde hacían mucho daño (Cortés 1866, 132).
Muchos de los materiales con los que se construyeron las casas fueron fáciles de
conseguir para los mesoamericanos de la cuenca de México como el adobe, cal, lodo,
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barro, bejuco, carrizo, tule, garrocha, hojas de maguey, paja, quiote, ramas, tejamanil,
rastrojo, sotol, etc. (Moya Rubio 1988, 29-39). Las casas de los prehispánicos
midieron entre 9 y 12 metros cuadrados, 3 x 3 o 3 x 4 (López de la Rosa s.f., 132).
Incluso muchos de los tipos de tierra con los que se construían las casas tenían
nombre como el Tecontlalli, era una mezcla con cal y se hacía muy dura para pegar
sus casas. También estaba el aticatl, una tierra blanca, la cual tenía greda y con esa
se hacían los adobes para la construcción de casas (Códice Florentino, Tomo XI, f.
231).
Las construcciones de las casas tenían que ver con los recursos económicos que
gozaban los distintos grupos indígenas, así como el contexto urbano, además, hay
que destacar que estuvieron los grandes templos mexicas en la gran Tenochtitlán, así
como las casas más sencillas de los habitantes “comunes” en la misma isla (Vela
2007). Las casas de los indígenas no tenían ventanas ni puerta de madera, las cuales
eran sustituidas con cortinas hechas de diversos materiales orgánicos, además
muchas de los Calli nobles tenían un Temazcal (Moya Rubio 1988, 121), aunque
había una cosmovisión en cada conjunto de hogares, pues la casa central era el axis
mundi, simbolizando el corazón de la familia, conjuntamente había un patio común
entre todas las casas y un temazcal (Vela 2007).
Ilustración 1 1 Indígena haciendo adobes, Códice Florentino, Tomo XI, F.231
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Sobre las casas de Moctezuma, Torquemada las describió de la siguiente manera:
Tenía esta casa, real veinte puertas que salían a la plaza y a otras calles
grandes. Tenían tres patios grandes y en el uno una fuente donde recibía el
agua que venía de Chapultepec. Estaban en esta casa real muchas salas y
cien cámaras o aposentos de a veinte y cinco pies de largo y otros tantos en
ancho (por manera que eran cuadrados) y cien baños en ellos. Los edificios de
cal y canto y las paredes de muchas piedras preciosas y particulares (conviene
a saber) mármol, jaspe y pórfido y de una piedra negra, que es a manera de
azabache. tan lisa y clara que se parecen en ella los rostros como en espejos
y de otra piedra blanca que casi se trasluce y es transparente. Los
enmaderamientos eran de cedros blancos y de palmas (que es madera tan
dura como hueso). de cipreses y pinos y otras muy buenas y excelentes
maderas y todas estas maderas muy bien labradas y entalladas. En una sala
de estas casas reales (que era de ciento y cincuenta pies en largo y cincuenta
en ancho) tenía Motecuhzuma su capilla o oratorio, todo chapado con
planchas de oro y plata, casi tan gruesas como el dedo. Estaba también muy
adornada esta capilla de piedras muy preciosas. esmeraldas, rubíes y topacios
(según de ella se afirma. por los que la vieron) y de otras piedras preciosas de
otras especies y géneros. En esta capilla o oratorio entraba Motecuhzuma a
hacer sus idolátricas oraciones y a cumplir sus votos. si algunos en guerras o
por otras causas los hacía; y en este mismo lugar ofrecía los sacrificios que
tenia de costumbre (Torquemada 1975, 197).
Tanto Cortés como Bernal, describen que
había Cu dedicadas a diversos dioses en
cada pueblo al que iban, probablemente
porque había ritos cotidianos dentro de las
casas, así como un fogón que alumbraba el
conjunto de hogares (Vela 2007). También
Sahagún nos habla de los diversos ritos que
se hacían a los dioses en sus casas, como
Ilustración 2 Festividad del mes Huey Tocoztli en Calpulli (códice Florentino, Tomo II, F. 28.)
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el mes del Huey Tocoztli, en donde los habitantes llevaban cañas, elotes y hacían
comida dedicado al maíz y sus deidades como Chicomecóatl y Cintéotl.
…para hacer esta honra al báculo, le ponían en una de las casas de oración
que tenían en los barrios (Códice Florentino, I, XIX, f. 18)
Hernán Cortés explicó los rituales que se llevaban en las casas de la siguiente
manera:
Las casas en las partes que alcanzan piedra son de cal y canto, y los aposentos
de ellas pequeños y bajos muy amoriscados; y en las partes adonde no alcanza
piedra, hacenlas de adobes y encanlanlos por encima, y las coberturas de
encima son de paja. Hay casas de algunos principales muy frescas y de
muchos aposentos, porque nosotros habemos visto más de cinco patios dentro
de unas solas casas, y sus aposentos muy aconcertados; cada principal
persona tenia en ellas servicio separado de por si; y tienen dentro sus pozos y
albercas de agua, y aposentos para esclavos y gente de servicio, que tienen
mucha; y cada uno de estos principales tienen a la entrada de sus casas fuera
de ellas un patio muy grande, y algunos dos o tres y cuatro muy altos, con
gradas para subir a ellos, y son muy bien hechos, y en estos tiene sus
mezquitas y adoratorios y sus andenes, toda a la ronda muy ancho, y allí tienen
sus idolos que adoran de ellos de piedra y de ellos de barro y de ellos de palo
a los cuales honran y sirven en tanta manera y con tantas ceremonias que en
mucho papel no se podría hacer todo de ello… (Cortés 1866, 24)
Cortés a lo largo de su trayecto para llegar a Tenochtitlán, sobre los diversos pueblos
que pasó en la cuenca, mencionó que muchas de sus casas estaban en el agua, y
bien labradas como lo explicó cuando visitó Cuitláhuac o Iztapalapa. Según Cortés,
eran aproximadamente 20mil personas, lo que significa que en cada pueblo puede
haber entre 5mil y 8mil casas (Cortés 1866, 82-83). Las casas que más describió
fueron las de Iztapalapa (véase apartado de Iztapalapa), principalmente por la belleza
que representó el Jardín de Cuitlahuatzin.
Hay que destacar que muchas de las casas de la cuenca de México de la población
en general a inicios del siglo XX, estaban hechas con flora nativa y fueron muy
parecidas a las que se describen y dibujan en diversos códices.
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Las casas de los prehispánicos fueron de diversas maneras, las más importantes y
grandes llevaron cimientos. Los cimientos prehispánicos, sólo se usaban cuando las
casas eran de adobe o piedra, aunque se destaca que la gran mayoría de las casas
de los indígenas eran hechas con materiales vegetales. Las paredes se hacían con
varas, troncos, carrizo, paja, tule, pencas de maguey, horcones, etc. Así mismo, los
techos eran hechos de materiales similares, sin embargo, estos llevaban un
procedimiento en el que se unían varias varas para después taparlo con materiales
vegetales como el zacate, tule, paja, hojas de maguey (Moya Rubio 1988, 45-77).
Ilustración 3 Casa en Xochimilco
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Ilustración 6 Tipos de casas y cuevas (códice Florentino, Tomo 11, f.241-246)
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Ilustración 4 Recreación de casas prehispánicas. Fuente: Museo Virtual Anáhuac
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También las casas estaban construidas de piedra y argamasa, con recámaras, patios,
paredes blancas y pintadas con arte de la cultura propia. En el códice Florentino se
dibujan varios tipos de casas, una de esas formas son las cuevas, las cuales tenían
cercanía con los cerros. Dentro dicho códice, se ve que las cuevas tuvieron
modificaciones, pues se les hacía un muro de piedras y la puerta con jambas y dintel
de madera. Otro tipo de casas que vienen en el códice citado se asemejan a las
fotografías de inicios del siglo XX, hechas con horcones y un techo inclinado por las
dos partes para salvaguardarse del agua. Así mismo, se encuentran las casas con
techos en forma de colmena. Según Cortés (1866, 87), cuando Moctezuma lo vio por
primera vez, le explicó que no tenía oro y sus casas eran comunes y corrientes, “las
casas ya las veis que son de piedra y cal de tierra”.
También había tipos de colmena-casas, las cuales se pueden apreciar en el códice
Florentino, probablemente de mayores dimensiones, pues se aprecian más
rectangulares, además se puede observar que estas casas tenían techos tanto de
paja como tejamanil.
Otro tipo de calli, aún más grandes también son descritas en el códice Florentino, las
cuales estaban construidas de adobe y piedra unidas con argamasa, algunas en la
puerta tenían jambas y dintel de manera, otras probablemente con dintel de piedra y
así mismo el techo de ese mismo material.
Una de las casas más sorprendentes que aparecen en el códice Florentino son las
que tenían un piso más y una azotea, que contenían tubos de otate o madera para
sacar el agua que se juntaba y de la misma manera el dintel y jambas de madera, una
ceja de piedra labrada y el rodapié de cantera gris.
También se puede apreciar que algunas casas contaban con temazcal, el cual tenía
diversos usos dentro de la cosmovisión indígena. Fray Diego Durán nos dice sobre
los temazcales:
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estos baños se calientan con fuego: los cuales son unas casillas muy bajas,
cuando caben dentro hasta diez personas echadas, porque en pie no ppueden
estar y apenas sentados. Tienen la entrada muy baja y estrecha, que, si no es
uno a uno y a gatas, no pueden entrar. Tienen atrás un hornillo por donde se
calienta, y es tanto el calor que recibe que casi no se puede sufrir.
También las casas contaban con trojes indígenas llamadas cuezcómatl. Esas
construcciones eran de gran importancia para los pobladores, más para aquéllos que
vivían de la cosecha de temporada, pues tenían que guardar sus alimentos para el
resto del año, ya que los mesoamericanos de la cuenca tenían miedo al mes ce tochtli,
mes de “secas” por lo que era importante guardar distintos tipos de semillas,
vegetales, fruta, etcétera, para no morir de hambre (códice Florentino, Tomo VII, fojas
15-16).
Los cuezcómatl, eran rectángulos parados, parecidas a algún edificio convencional,
los cuales probablemente estaban hechos con troncos de árboles que se ponían de
manera vertical y unidas por tablas para que aguantan el peso de su producto (Moya
Rubio 1988, 124-125).
Ilustración 5 Temazcal, Códice Florentino, Tomo XI, f.180
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Antes que llegase ce tochtli, a quien temían mucho por el hambre, todos
procuraban de juntar y esconder en sus casas muchos mantenimientos: y todos
los géneros de semillas que se podrían comer: aunque eran comidas muy bajas
que se dicen en este capítulo…
Según López de la Rosa, los elementos
que integraban el calli eran los siguientes
(López de la Rosa 1987, 122-123):
1. Calmilli, campo que bordea una casa.
2. Calnacaztli, el rincón o ángulo de la
casa
3. Calotli, camino que llevaba a un calli
4. Otli, camino, ruta
5. Caltechtli, pared
6. Caltentli, cerca de pared de la casa
7. Chinancali, cerca de cañas
8. Tleculli, fogón
9. Cuezcómatl, troje
10. Ithualli, patio
11. Quauhtlazacuilot, puerta de madera
12. Chantli, cuarto
Ilustración 6 Cuezcómatl
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Ilustración 7Ideal del Calpulli, sacado de: (Centeno Vargas, 2020)
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Ilustración 8 Tipos de casas y cuevas (códice Florentino, Tomo 11, f. 241-246)
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Bibliografía Cortés, Hernán. Cartas y relaciones de Hernán Cortés al emperador carlos V. Imprenta
Central de los Ferrocarriles. Paris: Don Pascual de Gayangos, 1866.
López de la Rosa, Edmundo. «Glosario de términos nahuas sobre los espacios en torno a la
habitación.» Vivienda, s.f.: 166-131.
McCAA, Robert. «El Calli de los nahuas del México antiguo: hogar, familia y género.»
Revista de Indias, 2003: 79-104.
Moya Rubio, Víctor José. La vivienda indígena de México y del mundo. México: Universidad
Nacional Autónoma de México, 1988.
Torquemada, Fray Juan de. Monarquía indiana. Universidad Nacional Autónoma de México,
Instituto de Investigaciones Históricas. VII vols. México, 1975.
Vela, Enrique. «La casa.» Arqueología mexicana, 2007: 70-73.