Revista DMA - Testimonios de un encuentro (Marzo – Abril 2011)

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REVISTA DE LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA damihi animas 2011 Año LVIII Mensual n. 3/4 Marzo/Abril Poste Italiane SpA Spedizione in Abbonamento Postale D.L. 353/2003 (conv. in L. 27/02/2004 n° 46) art.1, comma 2 - DCB Roma TESTIMONIOS DE UN ENCUENTRO

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Revista de la Hijas de María Auxiliadora

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damihianimas2011Año LVIII Mensual n. 3/4 Marzo/Abril

Poste Italiane SpA Spedizione in Abbonamento Postale D.L. 353/2003 (conv. in L. 27/02/2004 n° 46) art.1, comma 2 - DCB Roma

TESTIMONIOS

DE UN

ENCUENTRO

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4 EditorialEstar con...de Giuseppina Teruggi

5DossierTestimonios de un encuentro

13Primerplano14Paso tras pasoEl arte de acompañar de San Francisco de Sales

16Raíces de futuroVer a Dios en el rostro de cada joven

18Amor y Justicia“Dadles vosotros de comer”

20Filo de AriadnaVocación

REVISTA DE LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORAdma damihianimas

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dmaRevista de las Hijas

de María AuxiliadoraVía Ateneo Salesiano 81

00139 Roma

tel. 06/87.274.1 • fax 06/87.13.23.06e-mail: [email protected]

Directora responsableMariagrazia Curti

RedacciónGiuseppina TeruggiAnna Rita Cristaino

ColaboradorasTonny Aldana • Julia Arciniegas

Mara Borsi • Piera Cavaglià

María Antonia Chinello • Anna CondòEmilia Di Massimo • Dora Eylenstein

Laura Gaeta • Bruna GrassiniMaría Pía Giudici • Palma Lionetti

Anna Mariani • Adriana NepiLouise Passero • María PerentalerPaola Pignatelli • Lucía M. Roces

María Rossi • Loli Ruiz Pérez

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27En búsqueda28CulturasLas 24 horas

30 PastoralmenteLa autoridad competenteen la relación educativa

32Mujeres en contextoMujeres en diálogo

34Nuestra TierraPara una agricultura sostenible

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AÑO LVIII • MENSUAL / MARZO ABRIL 2011

35Comunicar36Testimonios digitales¿Qué humanismo en la cultura digital?

38De persona a personaPuentes de ondas radiofónicas

40Vídeo Megamente

42VitrinaRecensiones de vídeo y libros

44LibroMutilada

46Carta a una amiga

n.3/4 marzo abril 2011Tip. Istituto Salesiano Pio XI

Via Umbertide 11,00181 Roma

ASSOCIATAUNIONE STAMPA PERIODICA ITALIANA

Bernadette Sangma• Martha SéïdeTraductoras

Alemán • Inspectorías alemana y austriaca Español • Amparo Contreras Álvarez

Francés • Anne Marie BaudInglés • Louise Passero

Japonés • Inspectoría japonesaPolaco • Janina Stankiewicz

Portugués • María Aparecida NunesEDICIÓN EXTRACOMERCIAL

Istituto Internazionale Maria AusiliatriceVia Ateneo Salesiano 81, 00139 Roma

c.c.p. 47272000Reg. Trib. Di Roma n. 13125 del 16-1-1970

Sped. abb. post. art. 2, comma 20/c, legge 662/96 – Filiale di Roma

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fundo con Aquel que da sentido a todos losotros encuentros.Lo dice de forma poética S. María Pía Giudici,en un texto del 2 de febrero pasado. Lo titulóEstar.“Estar contigo como el sarmiento con la vid yen la vid.Estar contigo como la pequeña yemacon su árbol grande.Estar contigo como la cima del árbolcon el aire azulino,como sus raíces con la tierra que le alimenta.Estar contigo como la amadacon Aquel que le ama. Estar contigoen la primacía de la contemplacióndesembrollándose de presuntas urgenciasde jaleo. Estar contigoaprendiendo el alto silencio del corazóndonde tu Palabra tiene lugar y vozpara comunicarse.Estar contigo¡oh Fuente de la vida!,para que la Palabra límpida brote en nosotrosy desde nosotros se deslicerepleta de Amor Nuevoy alcance el corazón de los jóvenes.¡Oh Maestro, Esposo Señor!estar contigo es el secreto que salvael futuro del mundo”.

[email protected]

Estar con...Giuseppina Teruggi

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“Cuando hago una fuerte experiencia de diá-logo con Dios en la oración, sobre todo en laEucaristía, siento una fuerza renovada paradialogar y encontrar con bondad y apertura alas personas con las que vivo”, me decía unahermana hace unos días. El encuentro en pro-fundidad – estamos todas convencidas de ello– está en la raíz de cada una de nuestras rela-ciones interpersonales, es la premisa, la con-dición para el verdadero encuentro con laspersonas. A distintos niveles.En el plano educativo; donde a menudo elprecio de un encuentro que hace crecer im-plica también el saber tomar decisiones emo-tivamente difíciles, cuando un bien mayor lorequiere. El encuentro se hace cercanía, aco-gida, escucha, firmeza, hospitalidad.En el plano intercultural e interreligioso; don-de el diálogo es el camino para sanar los des-garros de un “mundo desgajado”.Respecto a la naturaleza: en una relación derespeto, de incremento de los recursos, tam-bién con el cuidado de una “agricultura sus-tentable”.En el plano virtual: un espacio de relación, ha-bitado con cada vez mayor frecuencia sobretodo por los jóvenes. Que, sin embargo, no hade disminuir la relación humana.El verdadero encuentro: no necesita muchaspalabras. Hay un diálogo de la vida que se ex-presa en el actuar juntos, en la comunión delos gestos, en la fecundidad del signo. Noso-tros tenemos la certeza de que es encuentroauténtico si se alimenta en el Encuentro pro-

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Testimonios

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nuestro corazón se abre a los demás, esta-mos más atentos a la dignidad de cada per-sona”.A la luz de la Palabra y de la buena noticiacomunicada por Jesús, creemos que elAmor es la naturaleza misma de Dios, que“nos ha amado el primero”. Esto provocauna respuesta que no puede sino estar enla misma línea; un encuentro en el amor. ElAmor, pues, se hace encuentro y se con-creta en los encuentros con cada criaturaamada por Dios. Cuando una persona des-cubre que es objeto de amor, se dispara enella el muelle de la vida, de la felicidad, yel deseo de abrirse a la relación.Es interesante la experiencia referida porBruno Ferrero, que explica sobre una jo-ven víctima de una profunda frustraciónpor no sentirse amada. Desde la infanciaexperimentó la amargura del rechazo, porla impresión de no haber sido deseada porlos padres que sistemáticamente preferíanal hermano y a la hermana a ella, como siella no existiera. Así se convenció de estarde más, de dar molestia, de no ser bienve-nida en parte alguna. Vivió esto con unmalestar profundo y se sintió permanente-mente herida. Ella misma explica: “Cuandoiba a clase todos tenían amigos, menos yo.Tenía la impresión de que nunca ningúnhombre podría amarme. Un día (me en-contraba en un bosque) me senté a lospies de un árbol y al instante me sentí ple-na de la certeza de que Dios me amaba”.La certeza de ser amada por Dios: el moti-vo que hace estallar la necesidad de amar-

Testimonios de un EncuentroEmilia Di Massimo, Giuseppina Teruggi

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Un estudioso de la realidad del encuentro, Ferdinand Ebner, ha demostrado que la relación yo-tú se transforma en “encuentro” sólo y únicamente en un contexto de amor. María Spólnick fma, que ha estudiado su pensamiento, ha manifestado: “Para que uno encuentre al otro en lo profundo de su ser, cada día ambos han de convertirse, uno en presencia del otro. Deben osar actos de amor recíproco (…). Para que alguien pueda dirigirse al otro como a un tú, él mismo antes ha de ser inter-pelado por alguien de forma personal-comunitaria (…). “En esto consiste el amor… en que él nosamó” (1 Jn 4, 10).(“L’incontro è la relazione giusta” –LAS, Roma, 2004)

La dinámica del encuentroEl encuentro, que está en la raíz de cadarelación interpersonal, tiene su génesis enel Amor que Dios ha versado en nuestroscorazones y del que ha llenado nuestraexistencia. Esto se convierte en paradigmay modelo para cada encuentro. “Dios no puede sino amar” repetía frèreRoger, prior de Taizé, convencido de queDios se cuida de cada ser humano con in-finita ternura y profunda compasión.“Cuando entendemos que Dios ama hastaal más abandonado de los seres humanos,

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lo, de amar a los demás, de abrirse al en-cuentro. Más allá de las heridas, más alláde toda desilusión.

La primacía del AmorLa persona es misterio, principalmente ca-racterizada por un ilimitado deseo deamar y de ser amada. De todas nuestrascualidades, es el amor el que nos indicacon mayor certeza la vida superior que es-tá latente en nosotros. La primacía delamor se ha celebrado siempre en narracio-nes y mitos en las más antiguas civilizacio-nes. En el mito griego del laberinto de Cre-ta hay un don mágico que permite a laprincesa Ariadna salvar la vida de Teseo, elpríncipe ateniense del que está enamora-da. Este don es un ovillo de hilo doradoque le ha dado Dédalo, el inventor del la-berinto, junto a las instrucciones; ha de pa-sarlo a Teseo, el cual lo desenrollará a me-dida que procede hasta el centro del labe-

rinto. Allí tendrá que derrotar al terribleMinotauro, luego volver sobre sus pasossiguiendo el hilo, hasta volver a abrazar aAriadna. Aquel ovillo ha pasado a la histo-ria como el “hilo conductor” por antono-masia. Por lo que parece, los antiguos au-tores del mito querían decir que el amores el hilo de Ariadna que guía a través dellaberinto de la vida, y que este hilo es unaespecie de “indicio” de una Existencia su-perior.El amor es, pues, el constante indicador dela vida más grande de la que sentimos lallamada, y tal verdad marca a todo ser hu-mano, independientemente de su credo. En la obra “El pequeño libro del amor”, Ja-cob Needleman cita a Kierkegaard cuandoafirma que “el poder de amar voluntaria-mente a otro ser humano se nos da sólocomo consecuencia de nuestra capacidadde abrirnos a la Entidad Superior (el eter-no o Dios) dentro y por encima de noso-

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Dar del propio tiempo a Dios, fielmente,cada día, más allá de lo que sentimos o nosentimos. La oración es luz, fuerza, con-suelo. Cuanto más implicadas estamos enlas cosas que hay que hacer, tanto másesencial es encontrar espacios de oración,sino en extensión al menos en profundi-dad. Todas estamos convencidas de esto,pero a veces puede aflorar el interrogante:“¿Para qué rezar?”. Los grandes maestrosdel espíritu, responden sencillamente:“Para vivir”. Para vivir es necesario rezar, llegar a rezarininterrumpidamente, porque es la ora-ción la que enseña a amar. Vive verdadera-mente sólo quien ama y sólo ama quien sesiente amado, alcanzado y transformadopor el amor. El amor nace del encuentro yvive del encuentro con el amor de Dios, elmás grande y verdadero de todos los amo-res posibles, el amor más allá de toda defi-nición y de toda posibilidad. Rezando nosdejamos amar por Dios y se nace al amor,siempre de nuevo.No se aferra a Dios, pero se deja que Él pa-se a la propia vida y al corazón, toque el al-ma, y se haga contemplar, aunque sólo seade espalda. Sólo así podemos vivir relacio-nes significativas con las hermanas, conlos jóvenes, con cada persona. Nos con-vertimos en anunciadoras y testimoniosde una experiencia, y quizás es ésta la másgrande y eficaz evangelización: narrarnuestra experiencia de amistad con Jesús,testimoniar la realidad de ¡un Encuentro!

Con estilo salesianoQuien contempla el amor de Dios tiene ungran deseo de expresar al Señor la gratitudal saberse amado. Don Bosco sentía la pre-sencia de Dios como la de un Padre querodea continuamente de amor y de pro-tección a sus hijos. Por esto amaba a los jó-venes que encontraba y amaba su vida y lade ellos. En los jóvenes y en la vida cotidia-

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tros… Es un grave error imaginar que po-demos amar voluntariamente a otra per-sona sin amar al mismo tiempo a la Enti-dad Superior dentro y por encima de unomismo”.La experiencia de amor es, ante todo, ex-periencia de amor pasivo; un amor quenos precede, el amor de Otro que nos“funda”, un amor gratuito. En la medida enque me siento amada por Dios “yo soy”, ysólo si he conocido este amor generador ysanador podré ser, a mi vez, capaz de amar. Quien está llamado a la vida consagradavive el amor de Jesús ante todo como unhecho personalísimo; éste nace del “ha-cerse presente” de Cristo crucificado y re-sucitado en el corazón, y de la “fuerte to-ma de conciencia” de esta realidad porparte del consagrado. De aquí nacen rela-ciones profundas, de persona a persona.Cristo crucificado y resucitado no es algo,sino Alguien. No es un personaje del pasa-do, sino una persona viviente, presente,aquí, ¡ahora! Y con Él, el Encuentro se ha-ce costumbre cotidiana que se concretanecesariamente en la apertura a muchosotros encuentros.

Me comprometo a…Jesús está aquí, está vivo. Pero ¿cómo vivircontinuamente en su Presencia, cómo ha-cer de la vida una “liturgia como alabanzaperenne”? (Const. 48). ¿Cómo prolongaren el tiempo y testimoniar que verdadera-mente lo hemos encontrado?Una sugerencia es la de obligarse a rom-per el ritmo frenético de las jornadas y serfieles, a lo largo del día, a los momentos enque detenerse y encontrarse de nuevo, enlos que encontrar al Amado del corazón, así mismas, al prójimo, y esto porque esta-mos seguras de que “pretender que la ora-ción sea inútil es lo mismo que afirmar quese puede llegar a cualquier lugar sin cami-nar” (Tomás de Aquino).

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na, vivida como lugar de una Presencia,descubría los signos de la cercanía de unDios que se hace encontrar en las circuns-tancias más ordinarias.Sin embargo, no basta con creer que Diosestá presente. Es necesario intentar descu-brir el significado concreto de esta presen-cia misteriosa. Y para descubrirla en nues-tra vida, en los acontecimientos, en la his-toria, se necesita una mirada penetrante,capaz de leer dentro y más allá de la reali-dad y llegar hasta el Misterio que la atra-viesa. Y vivir la existencia cotidiana reco-nociendo el Misterio que la llena. Vivir enla fe no significa aceptar algo, sino acogera Alguien, renunciar a habitarse uno mis-mo para dejarse habitar por Dios.Una modalidad privilegiada para penetrarhasta los umbrales del Misterio que nosenvuelve es la Palabra de Dios. Y, en la es-piritualidad salesiana, una dimensión fun-damental del encuentro con el Misterio esla vida sacramental y el amor a María. Sinestas experiencias no es posible compren-der las realidades de Valdocco y de Mor-nese.Don Bosco subraya con mucha insistenciala centralidad y la importancia que los Sa-cramentos tienen en su sistema educativoy en Mornese; la Eucaristía, sobre todo, esinicio y cumbre de todas las cosas. La pre-sencia del “Dios con nosotros” en el Paneucarístico es una presencia viva y operan-te. A Él se recurre con fe en los momentosde dificultad, en torno a Él nos encontra-mos en los momentos de alegría, con Él seinicia y se concluye cada jornada.Don Bosco tenía un amor profundo, filialhacia María, y Madre Mazzarello compar-tía este mismo entusiasmo potenciado porsu sensibilidad femenina. Nuestros Funda-dores nos han enseñado a reconocer aMaría como Auxiliadora: ayuda, fuerte ypotente, sobre todo en los momentos dedificultad.

La fuerza del contagioQuien ha encontrado a Jesús no puede nodejar transparentar la alegría del encuen-tro con Él. Tonino Bello, ya Obispo deMolfetta, sintetiza bien qué significa viviruna profunda y cotidiana relación con Je-sús. “Enamorarse de Jesucristo, como ha-ce quien ama perdidamente a una perso-na y enfoca todo su empeño humano yprofesional en ella, en torno a ella enlazalas opciones de su vida, rectifica los pro-yectos, cultiva los intereses, adapta losgustos, corrige los defectos, modifica sucarácter, siempre en función de la sintoníacon ella. Por ejemplo, ¿qué es lo que nohace un hombre por su mujer, porque haplanteado su vida en ella? Observando lavida de muchos de nuestros amigos, denuestros compañeros de estudios, nospercatamos de cómo el amor totalizantefunda no únicamente el aspecto de suafectividad, sino que arrastra en su torbe-llino los días, las noches, el reposo, el tra-bajo, la alegría, el dolor, las desilusiones,las esperanzas.Cuando hablo de enamoramiento de Je-sucristo quiero decir esto: una inversióntotal de nuestra vida. Enamorarse de Jesu-cristo quiere decir: conocimiento profun-do de él, familiaridad con él, frecuenciadiuturna en su casa, asimilación de supensamiento, acogida sin descuentos delas exigencias más radicales del Evangelio.Quiere decir volver a centrar verdadera-mente la vida en torno al Señor Jesús, pa-ra que nuestra existencia, sea ‘una existen-cia teológica’.”Enamorarse cada vez más de Jesús puedehacer que nazca en el corazón de los jóve-nes el deseo de “venir y ver”, y de recor-dar para siempre la hora en la que un En-cuentro, o mejor, el Encuentro por exce-lencia, ha dado la vuelta a una existenciaentera.

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cía de investigadora. Con mi novio fija-mos el día de la boda…

Nataliya Vakulishyna – novicia

… El conocimiento de sentirme amadapor un Dios que, “loco” de Amor por mí,me dio su vida. El deseo de una adhesióntotal de amor a su servicio. La voluntadde una vida vivida hasta el fondo, rebo-sante de amor. El misterio de una uniónsilenciosa, invisible a los ojos humanospero que, vista con el corazón, expresauna profunda e intensa intimidad… ¡To-do esto!

Ángela Galizia – novicia

¿Cuánto y cómo el testimonio de una co-munidad ha incidido en tu elección voca-cional?

En el momento del discernimiento éstaha sido la motivación para decidir entraren el Instituto. Desde el período de la for-mación hasta ahora, la vida comunitariasiempre es una referencia de la madurez,una escuela de la caridad y un sostén pa-ra ir adelante en la vocación salesiana.

María Vo Diem Trinh – fma

Creo que la comunidad es el lugar privi-legiado donde Dios habla, se hace ver,educa. En mi familia y en la comunidadcristiana era vivo el compromiso de rezarpor las vocaciones; allí aprendí a concebira Dios como persona, a ver en María a una

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¿Qué motivó tu vocación?

… El deseo de seguir a Jesús, Persona vi-va, encontrada y conocida en mi familia,sencilla pero rica de valores humanos ycristianos, y en una comunidad parro-quial capaz de testimoniar con la vida loque profesaba. En el ambiente familiar ycomunitario entendí que la vida es don yvocación y, haciendo camino, no me fuedifícil intuir que Dios me llamaba a sí pa-ra hacer de mi vida un don para Cristo ypara los demás.

Eliane Petri - fma

Desde que era una chiquilla, sentía en míel deseo de ser religiosa. Esto se ha refor-zado gradualmente por las actividadesparroquiales y por la presencia gozosa,serena, amorosa de las personas consa-gradas.

María Vo Diem Trinh – fma

… La búsqueda de una plenitud de vida,de felicidad; el deseo de vivir en el amor,de ayudar a los jóvenes. La voz interiorque me dejaba inquieta, decía que hay al-go “más” además del acierto, el “buen éxi-to”, que buscaba y que empezaba a tener.En efecto, mientras estudiaba en la Uni-versidad, fui responsable de una ONG es-tudiantil, participaba en acontecimientosacadémicos a nivel internacional. Des-pués de la licenciatura me quedé ense-ñando Economía en mi Universidad y ha-

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Entrevistasa Hermanas jóvenes y a Novicias

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Madre. El contacto con las Hermanasfranciscanas ha incidido profundamenteen mi opción. Pero determinante fue elinesperado con una comunidad FMA: laacogida, el espíritu de familia, la alegríaque reinaba en la comunidad, entre lashermanas y los jóvenes, me hizo enten-der que era allí donde Dios me quería. Lainserción y el acompañamiento en la co-munidad han confirmado mi opción.

Eliane Petri - fma

Conocí de cerca a mi primera comunidadcristiana a los 19 años, cuando recibí laPrimera Comunión y me convertí en par-te de la única parroquia católica en el no-reste de Ucrania. Esta conversión, el estarinsertada en una comunidad pequeña y muy familiar, fue el giro decisivo de

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toda mi vida. Luego encontré a otra comunidad, una comunidad de 3 FMA,centenares de kilómetros al sur de Ucra-nia (Odessa): mi comunidad, donde mesentí en casa y que se ha convertido aho-ra verdaderamente en mi casa.

Nataliya Vakulishyna – novicia

El testimonio de la comunidad ha sidofundamental para mi vocación. Recuerdocuando empecé a frecuentar el Institutode las FMA de Biancavilla (CT); me asom-bró ver a aquellas hermanas sonrientes yque vivían todas juntas. “¡Qué extrañe-za!”, me decía. Creciendo y madurandoen la opción vocacional, seguía viendo losrostros alegres de las hermanas e imagi-naba la alegría, no exenta de dificultades,al vivir juntas distintas por edad, cultura,

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estilo de vida, pero con un objetivo úni-co: vivir para Dios, dándole totalmente lavida a Él.

Ángela Galizia – novicia

¿Ha habido alguna persona que ha incididoen particular en tu elección?

“Trinh, pienso que tú tienes vocación re-ligiosa”, recuerdo siempre estas palabrasde la hermana que nos acompañó en losdiez días de discernimiento. Fue el primercoloquio, no obstante no saber qué era.Estas palabras me hacían sentir la confian-za, también la revelación del designio deDios en mi vda.

María Vo Diem Trinh – fma

Mis padres supieron captar las señales demi vocación, compartieron las alegrías ylas fatigas en el discernimiento. Con dis-creción supieron animarme sin condicio-narme, dejándome serena y libre. Recuer-do a las formadores y a las inspectoras delperíodo de formación inicial; me ayuda-ron a discernir y a acoger el don de la vo-cación salesiana y asumir progresivamen-te la identidad de FMA y las consecuen-cias de la vida consagrada. Cuando pien-so en el significado de estas personas enmi camino vocacional, veo con agradeci-miento la pedagogía de Dios; en cada eta-pa, a través de las mediaciones, me con-ducía a profundizar la vocación como dony como tarea y a vivirla en la alabanza y enel servicio a los jóvenes.

Eliane Petri - fma

He tenido un buen padre espiritual, queme ha acompañado junto con otros jóve-nes. Éramos jóvenes comprometidos quecompartíamos los mismos intereses, lamisma pasión por Cristo y por la vida. Nossiguió pacientemente, nos enseñó a re-

zar, a estar disponibles al servicio, a amarel silencio y la adoración de Jesús Eucaris-tía, a amar a María.Además, mediaciones valiosas en mi ca-mino vocacional fueron un joven semina-rista de mi parroquia y S. Anna, una FMAucraniana que Don Alexey encontró enuna peregrinación mariana. Precisamenteen aquel momento yo había decidido serreligiosa pero no sabía en qué Instituto.Impresionado por el testimonio gozosode S. Anna y por el carisma salesiano, DonAlexey me puso en contacto con el Insti-tuto de las Hijas de María Auxiliadora, co-mo el lugar donde se puede “ir y ver a Je-sús” para permanecer con Él amando amuchos otros.

Nataliya Vakulishyna – novicia

Muchas personas que me han acompaña-do. Recuerdo a los franciscanos en una“misión jóvenes” en mi pueblo; un mo-mento de gracia, que me ayudó a clarifi-car mi elección. Pero la incertidumbre mellevaba a tener miedo a empezar seria-mente un recorrido concreto. De impro-viso, en mi vida entró una FMA, S: Pina,una mujer sencilla, humilde, de oración,comprometida en el camino de santidad.Me acompañó a través del diálogo, la con-frontación y alguna provocación, a daraquel paso que “sola” no tenía el ánimode dar. Con ella descubrí qué significa ha-cer experiencia de Dios en lo cotidiano,intensifiqué el abandono confiado enMaría, presencia constante en mi vida. To-qué con la mano la alegría de la consagra-ción a Dios en la misión con los jóvenes.

Ángela Galizia – novicia

[email protected]@cgfma.org

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Profundizaciones

pedagógicas bíblicas

y educativas

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Don Bosco nos ha dejado un gran maestrode espiritualidad: San Francisco de Sales, eldoctor del amor. Leyendo su obra “Tratadodel amor de Dios” o Teótimo descubrimosun camino sencillo y al alcance de cadacristiano. Dios es el Amor que se abre ca-mino para llegar a nosotros y para llevarnosa Él. Es Amor preveniente en cuanto llega anosotros antes de cada uno de nuestrosmovimientos hacia Él; es amor gratuito queno espera nuestra respuesta para seguiramándonos también cuando se encuentraante un rechazo de su Amor; Amor gana-dor que sana toda herida, pero que se haceimpotente ante el no de nuestra libertad.Pero por nuestra parte basta con dejarnosamar por este Dios que busca una relaciónpersonal con cada una. Él nos alcanza en elpunto en donde estamos; con su Espíritude amor y verdad trabaja en nuestro espí-ritu.Podemos preguntarnos: ¿Por qué motivono nos convertimos a Él si hasta tenemos atoda la Trinidad a nuestra disposición?San Francisco, acompañando especialmen-te a las hermanas de la Visitación en el camino hacia la comunión con Dios, expli-ca en el cap. X del libro I del Teótimo, queel amor busca la unión. Pero ¿qué uniónentiende? Así como la persona ama con lavoluntad, el fin de su amor tiene la natura-leza de su voluntad. Siendo su voluntad espiritual, también la unión a la que aspiraes espiritual. Pero si ama con su voluntadsensual y, repetidamente lo hace, se debili-

El arte de acompañar de San Francisco de SalesDulce Hirata

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Nuestro camino espiritual como FMA, parte de la experiencia vocacional y se desenvuelve hacia la unidad vocacional (cf. Proyecto Formativo, p. 12).

En este espacio vital descubrimos maravi-lladas al Dios del amor preveniente que serevela y de nuevo vierte sobre nosotros suamor llamándonos por el nombre (cf. Is 45,3), es decir, creándonos continuamente,comunicándonos su amor que es vida y pi-diéndonos que le amemos con todo el co-razón, con toda el alma, con toda la mente.En la medida en que entramos librementeen este diálogo, que constituye nuestra ex-periencia vocacional, conocemos a Dios ynos conocemos a nosotras mismas.Pero Dios quiere configurarnos a su Hijosólo con el asentimiento de nuestra liber-tad, ganada por su amor. Así como, diceSan Francisco, la voluntad se dobla única-mente a lo que conoce y ama, no le bastaque la realidad sea verdadera y bella, es ne-cesario que el deseo mueva a la voluntad,sino peligra permanecer siempre ¡en laconstatación! La experiencia del amor de Dios que nospermite estar en relación con Él, es inolvi-dable. Permanece como una marca indele-ble en nuestros orígenes y ninguna otra ex-periencia podrá borrarla. Aunque nos olvi-dáramos de Él, el sabor de su amor perma-nece como una nostalgia perenne.

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ta hasta tal punto que cae más bajo que supropia naturaleza.Con nuestras fuerzas solas no logramosamar siempre y a todos con la voluntad es-piritual. Pero el Señor no nos deja solas enesta batalla.San Francisco de Sales nos lo enseña en elcapítulo XIV del libro II: “Cuando Dios nosconcede la fe, entra en nuestra alma y ha-bla a nuestro espíritu no con discursos, si-no con inspiraciones, proponiendo a la in-teligencia de forma tan agradable lo que seha de creer, que la voluntad recibe de ellogran complacencia, hasta animar a la inteli-gencia a consentir y a conformarse a la ver-dad, sin duda y desconfianza alguna. Y heaquí la maravilla, en efecto Dios proponelos misterios de la fe a nuestra alma mez-clados con obscuridades y tinieblas, de for-ma que, por así decir, lo veamos sin verlo,porque por una parte, no lo vemos de talforma que podamos decir sencillamenteque lo vemos, y, por otra parte, no lo vemostan poco que podamos decir que no lo ve-mos para nada; es lo que llamamos entre-ver” (S. Francisco de Sales, Trattato dell’a-

mor di Dio, a cargo de Ruggero Balboni, Ed.Paulinas, 2001, p. 228). La fe crece en la me-dida en que sigo las inspiraciones con lasque Dios me habla. Y, siguiéndolas, creceen mí el deseo de Él y así como el Señor es-tá ausente, lo deseo desmesuradamente ymoriría si Él no me concediera la Esperanzade poder un día poseerlo. Y así crece estasegunda virtud teologal (cf. op.c., p. 238).Para nuestro doctor, fe y esperanza son for-mas de amar, no sólo como Dios, sino conel mismo amor de Dios, es decir, con la caridad. Así en la sencillez de lo cotidiano,siguiendo los pasitos que la inspiración deDios dicta a nuestra interioridad, dejamossitio al Espíritu que configura en nosotrosaquel único rostro que el Padre reconocecomo hijo suyo, el de Jesucristo.En la escuela de San Francisco de Sales, elacompañante en la vida salesiana sigue losmismos pasos: dejándose amar por Dios élhace primero la experiencia de ser acom-pañado conociendo los caminos del Espíri-tu no por oídas, sino por experiencia vivi-da. Él parte del punto donde se encuentrala hermana o la comunidad, y con amorpreveniente, ayuda en el discernimiento delas inspiraciones – si éstas vienen de Dios,si del maligno, si del espíritu humano – yanima a la persona y/o a la comunidad a lapurificación de todo lo que impide la alian-za de amor con el Señor. Pequeños pasos,pero decididos hacia la dirección del creci-miento de la vida teologal. Radicalidad enla dirección, sabia pedagogía en el respetodel ritmo y posibilidad de cada cual, miradapositiva que apunta a lo que el Espírituquiere hacer en la persona y no tanto a losdefectos a combatir por que éstos son ven-cidos por el amor de Dios en nosotros y notanto por el esfuerzo humano. De aquí el optimismo y la alegría de ser de Dios, características propias de la espiritualidadsalesiana.

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rio festivo… el internado, la casa de la Inma-culada; no sin fatiga la obra educativa tomaforma y se delinea un proyecto de vida en elque emplear todo el día energías y creativi-dad para encontrar las modalidades másadecuadas a la formación cristiana de las jó-venes huéspedes. María Dominica no las pier-de de vista, las escucha; previene con delica-deza y firmeza, con afabilidad y decisión; creaun ambiente sereno, sin imposiciones, peroordenado y armónico, con un ritmo regularde compromiso, abierto a la sorpresa (una ex-cursión, un canto, un baile, una merienda…).Optimismo y esperanza promueven los re-cursos mejores y las jóvenes responden po-sitivamente: “Nos mandaba y quería ser obe-decida, pero comprendíamos que lo hacíasólo por nuestro bien” (Maccono I, p.137).En el corto mensaje de Don Bosco (aún noconocido) que llega a María Dominica y a Pe-tronila, ya está la confirmación de una sinto-nía: “Rezad, sí, pero haced todo el bien quepodáis, especialmente a la juventud, y hacedlo posible para impedir el pecado, aunquesólo sea un pecado venial” (Cronohistoria, Ip. 100).

Don Bosco es un santo

Aún un encuentro, sencillo y corto (8 de sep-tiembre de 1864), marca el inicio de un pro-fundo entendimiento de visión y de proyec-tos que se funden: “Le parecía que las pala-bras de Don Bosco eran como el eco de unavoz que sentía en el corazón, sin saberla ex-

Ver a Dios en el rostrode cada jovenAnita Deleidi

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“Oye, Petronila…”: una confidencia entre amigas, en un sendero del campo. Todo comienza en lo cotidiano de un encuentro, en la sencillez de un compartir que inesperadamente revela una fecunda intuición de bien en el tiempo y en la historia.

En los largos silencios de la convalecencia deltifus, Maín madura la búsqueda del nuevomodo de “estar” a disposición del Señor desu vida, lo intuye en su recorrido por las estrechas calles hacia la iglesia. Con sano realismo mira a su alrededor; encuentra la mirada de las muchachas mornesinas, encie-rra en el corazón una “voz insistente” (A ti telas confío). Y se decide: “A mí me parece queel Señor desea de nosotras que nos ocupe-mos de las niñas de Mornese… Yo estoy de-cidida a aprender el oficio de modista… al-quilaremos un local por nuestra cuenta,aceptaremos algunas niñas que quieranaprender a coser y les enseñaremos; pero, recordémoslo bien, con el fin principal deapartarlas de los peligros, hacerlas buenas yenseñarles especialmente a conocer y amaral Señor” (Cronohistoria I, p. 84). La verdad conocida se convierte en el motorde la acción apostólica; dedicarse a “ellas”,acompañarlas con paciente bondad a descu-brir el sentido de la vida, en la dignidad deun trabajo y en la alegría de una diversiónsana y festiva. El taller, el catecismo, el orato-

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presar; como la traducción de sus mismossentimientos; como algo esperado siemprey que finalmente llegaba. Dos minutos: nadaa ella en particular, ni ella hubiera osado pen-sarlo” (Cronohistoria I, p.127).María Dominica, intuida la santidad de DonBosco, su fascinación, se orienta aún denuevo con decisión y de forma definitiva a un“ministerio” hecho de don cotidiano y cons-tante para la educación de las jóvenes. DonBosco corrobora gradualmente su confian-za interior y le abre nuevos horizontes, diri-giendo aquellos “dones de naturaleza y degracia” que harán de Maín una colaborado-ra excepcional (adiutrix et alumna del Santola define el proceso de canonización) para lasalvación de las jóvenes. “Todo era nada paraella que ya se sentía impulsada de forma pre-ponderante a la entrega completa de sí mis-ma, por el Reino de Dios en las almas joven-citas; y nada le parecería demasiado grave paraalcanzarlo”. (Cronistoria I, 186).Declara el Cardenal Cagliero: “Amaba a todoscon un gran amor y sólo por amor de Dios sinmirar si lo merecían o no; si correspondían osi se mostraban ingratos”. María Dominica nohace acepción de personas, ama sin condi-ciones. Las expresiones de caridad van des-de los pequeños gestos de atención y deli-cadeza hasta el olvido de sí mismo. Tiene ex-presiones de ternura y afecto verdadero

para las hermanas y las muchachas, especial-mente para las lejanas, en tierra de misión:“Os aseguro que os tengo siempre presen-tes” (Carta 37, 1); “no me olvidaré nunca deti” (Carta 65, 5).Don Bosco mismo no teme afirmar a Don Ca-gliero: “Tú conoces el espíritu de nuestro ora-torio, nuestro sistema preventivo y el secre-to de hacerse querer, escuchar y obedecer porlos jóvenes; amando a todos y mortificandoa ninguno, y asistiéndoles, día y noche conpaterna vigilancia, paciente caridad y benig-nidad constante. Ahora bien, estos requisitosla buena Madre Mazzarello los posee… Ellano tiene que hacer sino uniformarse al espí-ritu y al carácter propio de nuestro Oratorio…su Congregación es igual a la nuestra; tieneel mismo fin y los mismos medios que ella in-culca con el ejemplo y con las palabras a lashermanas, las cuales, a su vez, según el mo-delo de la Madre, más que superioras, direc-toras y maestras son tiernas madres hacia susjóvenes educandas” (Memoria histórica delCard. Cagliero en AGFMA, Archivio GeneralFiglie di Maria Ausiliatrice).En la tradición salesiana María Dominica esdefinida “salesiana por instinto” (A. Caviglia);en cambio, me gusta reconocer en ella aque-llos dones de personalidad, de intuición, deauténtica sensibilidad educativa que, orien-tados por una formación espiritual no indi-ferente (por los padres, por Don Pestarino,Don Giuseppe Frassinetti, Angela Macagno,por las lecturas…), por la capacidad de unsano realismo y atención a los signos de lostiempos, perciben, en el encuentro con DonBosco, verdadera sintonía al conducir a Diosla vida de los jóvenes. Es una consigna queaún hoy nos provoca e inquieta delante dela pérdida del sentido de la vida de muchosjóvenes que esperan de nosotros una presen-cia amiga y palabras de esperanza.

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en un año’. Lo afirmó en su discurso el se-cretario general de la ONU Ban Ki Moon. ‘Elmundo tiene alimento más que suficiente –añadió – y, sin embargo, más de un millardode personas están hambrientas. Esto es ina-ceptable’.Para demasiadas personas vivir sin alimentoes una realidad cotidiana, un estado que, amenudo, engendra agresividad y violencia.“Tenía once años, – explica un joven –. Meencontré en un mercado de barro y chapa,caminando con un grupo de turistas. El guíanos avisó: ‘Cuando los niños os pidan algo– y, fiaos, lo harán – no les deis nada. No pormaldad, sino por su bien’. Un turista conmás iniciativa que los otros pensó bien de-satender la indicación; cuando un enjambrede niños sonrientes empezó a rondar anuestro alrededor, él ofreció un caramelo ala niña más pequeña y graciosa, con la ca-beza llena de trencitas y con unos ojazosirresistibles. Tendría unos cuatro años. Losotros niños, poco mayores que ella, la ataca-ron enseguida. Fue desolador, la tumbaron,empezaron a darle patadas, le arrancaronlas trencitas. La dejaron en el suelo, en me-dio del polvo, llena de arañazos y morados.Por un caramelo”.(www.dillinger.it/im-mad-as-hell-48394.html)La crisis alimenticia es un timbre de alarmano sólo para hoy, sino también para mañana.

En las fuentes del amorNos interesa excavar en esta situación paramanifestar algunas de sus causas. Voces au-torizadas afirman que no se trata de un pro-

“Dadles vosotrosde comer” (Mc 6, 37)Julia Arciniegas

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“El hambre es la más terrible de las armas dedestrucción masiva existentes en el pla-neta”. Lo afirmó el ex presidente de BrasilLula da Silva en una Cumbre FAO (Organi-zación de Naciones Unidas para la Alimen-tación y la Agricultura), diciendo que es-taba convencido de que los medios paraderrotarla existen.Esta expresión dura, provocadora, referidaa la situación de millones de personas quecada día mueren de hambre, no es una exa-geración, más bien indica una prioridad yentiende llegar a nuestras conciencias.La humanidad se encuentra hoy ante unreto de orden económico y técnico, perosobre todo de orden ético, espiritual, edu-cativo y político. El hambre amenaza nosólo la vida de los individuos, sino tambiénsu dignidad.

Los hechos hablanEl 16 de octubre de 2010, la Jornada Mundialde la Alimentación cumplió 30 años. Unajornada importante, que marca también el65 aniversario de la fundación de la FAO.Unidos contra el hambre fue el tema ele-gido para reconocer los esfuerzos cumpli-dos para afrontar este problema a nivel na-cional, regional e internacional.En efecto, en 2009 se llegó al umbral críticode un millardo de personas que sufren elhambre en todo el mundo. ‘Una meta trá-gica para nuestros días’, según JacquesDiouf, director general de la FAO.‘Más de 17.000 niños morirán hoy de ham-bre, uno cada cinco segundos, 6 millones

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blema de alimento. El hambre existe porqueexiste la pobreza; los desastres naturales aveces tienen lugar en sitios donde los po-bres no tienen los medios para reconstruirlo que se ha destruido; las guerras y los con-flictos armados quitan a las personas todaesperanza de llevar una vida decorosa y dealimentar a las propias familias; algunas mul-tinacionales explotan los recursos naturalesde forma no sustentable; muchos países noinvierten lo suficiente en el sector rural parasostener el desarrollo agrícola. Como coro-lario se añade el encarecimiento del preciode los géneros alimenticios debido a la es-peculación financiera.A este respecto la Doctrina Social de la Igle-sia afirma: “Cuantos en los comercios em-plean prácticas usureras y mercantiles queprovocan el hambre y la muerte de sus her-manos en humanidad, cometen indirecta-mente un homicidio, que se les puede im-putar a ellos”. (Cf. CDSC, 341).En el contexto de la narración de la multipli-cación de los panes, realizada por Jesús

para saciar el hambre de la multitud que leseguía, encontramos un imperativo que nosilumina sobre nuestra responsabilidad anteel problema del hambre: “Dadles vosotrosde comer” (Mc 6, 37). Como los discípulos,estamos llamados a dar, a actuar según elejemplo de Jesús, pasando de la economíade la posesión a la del don, de la gratuidad.Acumular egoístamente produce hambre ymuerte, compartir engendra saciedad y vida(S. Fausti). Con el signo del pan para todos,Jesús nos invita a implicarnos profunda-mente con la necesidad de tanta gente can-sada y hambrienta, aceptando ser mediado-res de una abundancia de vida. En el mo-mento de despedir a quien pide ayuda, deignorar la necesidad de los demás, Él nospregunta: ¿Cuánto amor tenéis? Y aunquesea poco, éste siempre es capaz de saciar,de hacerse cargo, “ya que el amor es deDios, y todo el que ama ha nacido de Diosy conoce a Dios” (1 Jn 4, 7) (M. Davide).

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Me toca a mí… nos toca a nosotros…

El hambre en el mundo nos llama a dar un rostro concreto a la dimensión social dela fe.• Un primer paso es compartir la aspiración a un mundo sin hambre.¿De qué forma nuestra comunidad educativa se compromete a buscar las causasde los problemas que afligen a la humanidad, en este caso el hambre, para asumirestrategias que colaboren a desarraigarlas?

• Hay que intervenir con mayor insistencia para facilitar el acceso de los peque-ños cultivadores a los mercados locales e internacionales. Un medio concreto esel de apoyar el comercio equitativo y solidario.¿Educamos y nos educamos a hacer elecciones coherentes en este campo? ¿Quéobstáculos encontramos?

• La FAO ha lanzado el proyecto 1billionhungry para que las personas puedan fir-mar online la petición contra el hambre en el sitio Internet http://www.1billion-hungry.org/hunger/ Señalemos los valores educativos de esta campaña y… ¡apo-yémosla!

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adolescencia, cuando es más conscientede tener delante de sí muchas posibilida-des y opciones. Sobre todo una opción; laque decide su realización personal y única.

¿Libres de elegir?En nuestras culturas, ¿hasta qué punto,adolescentes y jóvenes son libres en suselecciones? Lo que se brinda como liber-tad, a menudo tiene los tonos de la falsifi-cación y del producto preconfeccionado.Son numerosos los condicionamientospara una opción autónoma; hoy más queen el pasado. Por eso las decisiones se di-fieren en el tiempo, la inseguridad atenazael ánimo de gran parte de los jóvenes, eltemor de asumir una opción definitiva (elansia del “para siempre”) impide una reali-zación de vida plena y significativa.Son varios los condicionamientos queamenazan sobre todo a los jóvenes. Heaquí algunos de ellos.Los modelos publicitarios que crean turba-ción y confusión moral. Muchos de elloscontribuyen a insinuar inseguridad res-pecto a los valores. Hoy en la vida colecti-va existe la incapacidad de llegar a unacuerdo sobre las normas fundamentalesy sobre una jerarquía de los bienes quesea compartida.El relativismo que constatamos tanto en lassituaciones usuales de la vida, como en re-lación con los grandes eventos públicos yprivados. En nuestras sociedades y cultu-ras está presente un “relativismo que, no

VocaciónGiuseppina Teruggi

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En Cesuna, el verano pasado, en los díasde programación de la Revista DMA, refle-xionamos sobre qué temáticas asociar alos argumentos del dossier 2011 para la re-dacción de la sección “Hilo de Ariadna”.Nos vino espontáneo unir al tema “testi-monios de un encuentro” la realidad “Vo-cación”. Porque la vocación nace del en-cuentro, siempre es expresión de un en-cuentro.

Cada persona es llamadaVocación es llamada, relación de un yocon un tú, entrega de un don a acoger, va-lorar, potenciar. A veces es don ofrecidoen absoluta gratuidad; así es la llamada a lavida, a preferencia de muchos otros quehabrían podido, pero nunca han existido.Otras veces es una llamada que implica ala persona de forma activa, e implica bús-queda, discernimiento para poder ser des-cifrada y convertirse en respuesta. Es el ca-so de cada opción en la que se juega elcurso de una existencia entera.Cada vocación es única; cada uno está lla-mado “por su nombre”, querido y amadopor Dios. Para este amor singularísimo, ca-da persona es irrepetible, valiosa. La tareaque se le confía es encontrar la propiaidentidad, su colocación, dar respuesta aun proyecto personal. A menudo estoacontece sin el conocimiento de una tareaprecisa a asumir. Sin embargo, la personase da cuenta de que es libre de elegir. Lomanifiesta en particular en el período de la

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reconociendo nada como definitivo, dejacomo última medida sólo el propio yo consus deseos, y bajo la apariencia de la liber-tad se convierte cada uno en una prisión,porque separa el uno del otro, reduciendoa cada uno a encontrarse de nuevo cerra-do dentro del propio yo” (Benedicto XVI,Convenio diócesis de Roma, 2005).El culto de la emoción, según la definiciónde Michel Lacroix. Se nota una acentua-ción de las emociones fuertes con prefe-rencia de las así denominadas “emocionesserenas”. Nuestro tiempo exalta el exceso,la agitación. Existe una enorme cantidadde estímulos sensoriales que excitan con-tinuamente sobre todo la sensibilidad delos niños y de los jóvenes, con el peligrode una “reacción en cadena”, por lo que setiende a pasar de una excitación a otra,buscando cada vez las más fuertes. Músi-cas ensordecedoras, videojuegos violen-tos, diversiones ruidosas, imágenes digita-les, deporte de riesgo, fiestas frenéticas;son “excitantes” que impiden gustar lasemociones sencillas y profundas, unidas alcontacto con la naturaleza, a la relacióncon las personas, a la visión de imágenesestéticamente bellas y límpidas.La cultura de la prisa y del todo y en seguidahace de forma que el exceso de estímulosconduzca al exceso de opciones, sin distin-ción de valores y sin prioridades precisas.Lo constatamos desde hace años; los jóve-nes saben coexistir con una multiplicidadde experiencias entre sí disparatadas deltodo, sin plantearse la pregunta si son o noválidas. Consideran importante captar to-das las ocasiones de felicidad, de satisfac-ción de los deseos personales subjetivos.

Don y tareaComo Familia Salesiana estamos invitadosa entrar en el corazón de un compromisoque nos implica a todos; la necesidad de

convocar. El Aguinaldo 2011 se mueve entorno a este parámetro que se une directa-mente a la necesidad de promover una cul-tura vocacional, como “mentalidad, actitudcompartida por un grupo”. Con términosclaros se afirma que “la vida es vocación”.Cada persona – subraya Don Pascual Chá-vez – “tiene conciencia de la propia singu-laridad. Comprende que su existencia esexclusiva, cualitativamente diversa deotras, irreducible al mundo. Le pertenecetotalmente, pero tiene las características deun don, un hecho precedente a cada deseoo esfuerzo”.En esta óptica, se supera la visión subjeti-vista de la vida, en la que el individuo se ha-ce ‘centro y medida de sí mismo’. No seprioriza el yo con sus potencialidades,cuanto más bien la interdependencia conlos otros, la acogida y la apertura a cadapersona en su singularidad. La vida hay quevivirla, pues, como don y tarea; ésta es lavocación de la persona. Es un valor bello,del que estar agradecidos. Es una respon-sabilidad a asumir y poner al servicio de unproyecto para un compromiso constructi-vo respecto de los demás y de la historia.

Ante los condicionamientosPueden ser útiles algunas atenciones queabren a la posibilidad de opciones libres.“Vivir con lentitud” es una exigencia ad-vertida hoy quizás más que en el pasado.La idea está elaborada por Bruno Contigia-ni en un libro que tiene este mismo título.Si queremos modificar positivamentenuestra vida emotiva (en la cultura de lasemociones fuertes) y favorecer una vidainterior profunda, es indispensable darseun tiempo, retrasar el ritmo de la propiaexistencia, establecer prioridades, proyec-tar las actividades con realismo inteligen-te. Y acompañar a los jóvenes en estos re-corridos. La lentitud educa la sensibilidad

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no que custodia en el corazón la Palabra:‘No temas, sólo ten confianza’.Hay quien percibe que la llamada de Dioses una vocación para toda la existencia, ad-vertida ya durante la infancia. “El EspírituSanto tiene la fuerza de sostener un sí paratoda la vida. Quizás ¿no ha depositado enel ser humano un deseo de eternidad y deinfinito?”. En todas las edades se puedeencontrar de nuevo el ánimo y decirse:‘Ten un corazón decidido y prosigue el ca-mino’. Hasta llegar al descubrimiento deque es precisamente en situaciones exi-gentes cuando el ser humano se hace ple-namente él mismo. La confianza de un “sí”para siempre trae luz y alimenta valor y au-dacia.

“Tú me perteneces… para siempre”Cada vez que festejamos a hermanas quecelebran 50, 60, 75, 80 años de Profesiónadvertimos un sentido de profunda grati-tud y de admiración. La larga fidelidad deldon de Dios ha entrecruzado una respues-ta plena de fidelidad y de don. Más allá dela rutina, más allá de la frustración de satis-facciones inmediatas, más allá del deslizar-se no ciertamente lineal de la vida, con sucarga de esperanzas y desilusiones, de ob-jetivos alcanzados y de faltas. Como es elrecorrido de cada vida humana.Vocación es don y tarea; la fidelidad demuchas FMA, de ayer y de hoy, es la de-mostración más evidente de esta verdad.Quizás las nuevas generaciones, en las in-certidumbres y dificultades del contextoactual, pueden ser atraídas sobre todo porel testimonio sereno, sencillo, convincen-te de cuantas, por don de Dios, intentan vi-vir lo que San Atanasio afirmaba en el sigloIV: “Cristo resucitado hace de la vida delser humano una fiesta ¡sin fin!”.

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y permite gustar el sabor de la vida. Las co-sas nos hablan si nosotros tenemos eltiempo de escuchar. Además es importan-te reeducar la sensibilidad de los jóvenesayudándoles a “sustituir a la cultura de laemoción-choque una cultura de la emo-ción-contemplación. … Por una parte, lacorriente de una emoción contemplativano puede formarse si ante el mundo no setiene una actitud de acogida y de apertu-ra. Por otra, hay que vigilar sobre la calidadde los objetos a los que prestamos nuestraatención. Estos objetos han de ser eleva-dos, nobles, dignos de admiración… Almismo tiempo hay que estar disponibles yser selectivos” (Michel Lacroix).Son algunos presupuestos para “madurarproyectos de vida evangélica, e implicarenteramente a los que son evangelizadoshasta hacerles discípulos y apóstoles” (D.Pascual Chávez Villanueva).

Una llamada de confianzaEn el libro “Adviertes una felicidad”, frèreRoger, fundador de la Comunidad de Tai-zé, delinea el sentido de la llamada y la res-ponsabilidad de una respuesta en la con-fianza. “Dios ¡nos quiere felices!”, advier-te. “Pero no nos invita nunca a ser indife-rentes al sufrimiento de los demás. En elmomento de la prueba, Dios nos sugiereque seamos creadores. Nuestra vida tieneun sentido cuando ésta es respuesta viva auna llamada de Dios. Pero ¿cómo discernirsu llamada? Son muchos los que se pre-guntan: Dios ¿qué espera de mí? En el si-lencio interior puede brotar esta respues-ta: Osa dar tu vida por los demás y allí en-contrarás un sentido a tu existencia”.Cada vocación, sobre todo en el segui-miento de Cristo, está llamada a ser un re-flejo suyo, a llevar la esperanza del evange-lio, a dar la vida. Quien responde a esta lla-mada no ignora las propias fragilidades, si-

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Dios es amor ofrecido,invitación al amor. La luz que Jesucristo rno sólo responde a nuesino que abre horizontemediante su respuesta

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representa estras peticiones, es completamente nuevos

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Tú eres la Vida. Que nuestro pensamiento, nuestro amor y nuestras obras ¡tengan en ti las propias raíces! Tú eres nuestra Roca. Que la fe en ti sea el ¡sólido fundamento de toda nuestra vida!

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Lecturaevangélica

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Las 24 horasMara Borsi

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Con la ayuda de dos hermanas africanas S. Clémentine Tete (AFO) y S. Lorenza Campanet Segorbe (AEC), abordamos en este artículo la realidad juvenil de algunas Nacionesdel continente y la misión educativa de las FMA.

Para ti ¿cuál ha sido la experiencia pastoralmás significativa?

S. Clémentine – En mi vida salesiana he tra-bajado en diversas obras: centro juvenil,centro de formación profesional. Pero laexperiencia que considero más significati-va ha sido en el Foyer para muchachas Vi-domegon es decir, una casa para las mu-chachas explotadas. Las Vidomegon son ni-ñas confiadas por familias de zonas ruralesdel África occidental a un tutor con la fina-lidad de garantizar su mejor educación. Es-ta antigua tradición “hoy” ha cambiado ymuy a menudo las niñas y las muchachasson explotadas como mano de obra gratui-ta, a veces hasta son echadas y dejadas enla calle. Esta obra de nuestra misión en Co-tonou (Benin) propone un proyecto deacogida, de formación integral y de rein-serción familiar y social a muchachas entrelos 8 y los 18 años. Esta experiencia en misprimeros años de vida religiosa, me ha per-mitido experimentar la exigencia y la belle-za del don sin reservas a los jóvenes, losmás pobres y abandonados. Me he con-frontado cotidianamente con los elemen-

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tos esenciales del Sistema Preventivo, conla necesidad de las muchachas de mi pre-sencia continua, con la demanda de dispo-nibilidad al escucharlas para acompañarlasen su difícil situación. Una donación de las24 horas del día que me ha hecho entrar ensu realidad y comprender su cultura.

S. Lorenza – Mi experiencia apostólica mássignificativa la he vivido en Batete, una al-dea situada a 65 kilómetros de la ciudad deMalabo (Guinea Ecuatorial). A las FMA estáconfiada la animación de la aldea: oratorio,catequesis de los niños, escuela elementalpara los niños de las aldeas cercanas queno tienen escuela, una casa de acogida pa-ra las muchachas que vienen de las aldeasmás lejanas y para aquellas que tienen unasituación familiar difícil.Como se puede constatar, la obra es tradi-cional, nada de extraordinario. Pero la co-munidad se ha propuesto vivir de formaextraordinaria lo ordinario de la misióneducativa. Se vive las 24 horas del día conlas muchachas: la mesa, el recreo, las bue-nas noches, la oración, en suma todo conellas. Sin embargo, la comunidad tiene ase-gurados algunos momentos para sí mismacomo las reuniones comunitarias y algúnotro momento.La vida en Batete también tenía sus dificul-tades. El sacrificio, los mosquitos, la falta decomunicación… pero el trabajo, la vidaaustera y sencilla nos hacía felices. Era fuer-te el conocimiento de estar en una verda-dera familia según el estilo de Mornese.

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¿Qué retos, necesidades, expectativas has teni-do que afrontar en la misión entre los jóvenes?

S. Clémentine – Las jóvenes de mi contextopiden a las FMA que sean mujeres de fe,que muestren con los hechos el amor aJesús. Se esperan propuestas que respon-dan a necesidades reales. Piden la comu-nión en la Familia Salesiana para dar testi-monio de unidad en la diversidad, de tra-bajo realizado juntos, sobre todo allí don-de reina el espíritu de división, de margi-nación, de individualismo. Invocan la ca-pacidad de saber implicar en proyectosconcretos de promoción social, en losque los jóvenes pueden ser actores y pro-tagonistas más bien que espectadores yconsumidores.

S. Lorenza – El rostro intercultural denuestras comunidades interroga constan-temente a nuestros destinatarios y cola-boradores. Componer e integrar las dife-rencias es para mí una de las exigencias

más verdaderas de la vida fraterna en co-munidad y la considero también un retoen la relación educativa. La diversidad si-gue dando miedo. Pienso que educar a laacogida de la diferencia en un contextomultiétnico como el mío, representa uncamino concreto de evangelización. Enefecto, nuestro Dios, el Dios de los cristia-nos es comunión en la diferencia.

¿Qué signos de esperanza entrevés en la re-alidad juvenil de tu contexto?

S. Clémentine – A pesar de la situación depobreza, de falta de trabajo en el que seencuentran los jóvenes de mi contexto lossignos positivos no faltan. Son muchos losjóvenes de buena voluntad que dan sutiempo gratuitamente en la animación delas actividades del tiempo libre.El espíritu del ser jóvenes apóstoles deotros jóvenes crece y se concreta en el dartiempo para la alfabetización de los pro-pios coetáneos. Algunos se organizan encooperativa para trabajar juntos y entraren el mercado; otros dan vida a organiza-ciones no gubernamentales para la difu-sión de valores como la paz, la justicia, elperdón, la solidaridad, el bien común. Es-tos hechos confirman que el compromisode las FMA de educar las conciencias acer-ca de las exigencias de la justicia y el res-peto de la dignidad humana da sus frutos.

S. Lorenza – Más de la mitad de la pobla-ción de mi País es joven. Esta realidad ensí misma es un signo de vida. Es una ju-ventud profundamente religiosa, abierta ala trascendencia. Ciertamente es verdadque no basta con tener un fuerte sentidoreligioso, hay que ser cristianos. La juven-tud de la que tengo experiencia está dese-osa de aprender, de conocer, de vivir y es-to es desde luego una señal positiva.

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El sentido de fracaso y de impotencia quehoy parecen caracterizar la experienciaeducativa de padres, profesores y educa-dores en general está siendo el pretextopara alimentar la convicción de que recu-rrir a prácticas que valoren el gobierno, lassanciones, las amenazas y las obligacioneses la respuesta a la crítica situación en queha resbalado la educación.Por lo tanto, es importante en la prácticaeducativa el ejercicio de una “virtud” algopálida que es la de la firmeza educativa. Lacapacidad típica de quien sabe tomar deci-siones emotivamente difíciles a favor delos hijos, de los propios estudiantes, “resis-tiendo a las presiones psicológicas internasy externas que tienden a debilitarlas”.Este ejercicio comporta para el adulto laexperiencia de una cierta dificultad emoti-va que presupone un trabajo paciente so-bre uno mismo para reconciliar los aspec-tos del propio carácter con el valor encuestión que se está proponiendo.

Divina ternuraDado que no se trata de un esfuerzo de vo-luntad, entonces ¿con qué se alimenta esta“fuerza” moral y psicológica del educador?La pasión educativa en todas sus formasencuentra su alimento y su vigor en la “di-vina ternura” que, según M. Ballet, con lafuerza del cuidado amable, de la cercaníarecíproca, de la acogida y de la escuchaatenta, restituye al hombre a la plenitud desí mismo y a la verdad de la propia vida. Esdivina, pero tan divina que es enteramente

La autoridad competenteen la relación educativaPalma Lionetti

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“L’amor che move il sole e l’altre stelle” es el último verso del Paraíso y de la Divina Comedia, momento en el que Dante concluye su itinerario, del infierno al paraíso, experimentando que sólo el amor mueve su voluntad y su deseo. Pero ¿qué “mueve” las dinámicas relacionales en la educación?

Si educar quiere decir “hacerse cargo” delas emociones y de los sentimientos de losjóvenes, entonces no podemos dejar decontar con dos modalidades relacionalesque sostienen la educación: la autoridadcompetente y la amorevolezza.Esto porque la educación, más que otrosaspectos de la vida común, se juega dentrode incómodas contradicciones comoaquellas apenas citadas. Aparentementeparece que ternura y autoridad vayan juntoa fatiga en la práctica educativa. Y, sin em-bargo, hoy más que nunca se hace urgentevolver a poner al día algunas categorías in-terpretativas del estilo de nuestra pastoraljuvenil para que den forma a nuevos pro-cesos y estrategias.En efecto, volver a poner al día el propioser autorizado ”es, pues, una nueva res-ponsabilidad, también para evitar las tenta-ciones de fuga y de abdicación de la tareaadulta”.Pero ¿existe aún la autoridad? ¿Cómo recu-perar el conocimiento del propio estilo enla relación educativa?

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humana, es el amor de la amistad, es pre-sencia, hospitalidad, palabra intercambia-da, no juicio. Es todo lo que nos da vida anosotros mismos, a nuestras relaciones.Un adulto, un padre, puede y quizás ha demodificar al menos en parte el propio ca-rácter, los propios comportamientos, no enel sentido de construirse un “falso yo”, unyo más “adaptado”, más “complaciente”, si-no cultivar “aquellas posibilidades del sen-timiento que consienten conocerse más,precisamente para poder ser” más verda-dero y más cercano a sí mismo y a los de-más.Según una autora los sentimientos que nosayudan a vivir son: el saber aceptar, saberesperar, saber enternecer la mente.

creto de confianza y de aper-tura al otro, con el alma amante del cuerpoque actúa.“Sin afecto no hay confianza. Sin confianzano hay educación” y aún “Quien quiere seramado, tiene que hacer ver que ama”. Éstaes, hoy como ayer, la mejor síntesis delpensamiento de Don Bosco.Sólo sobre una relación de confianza entreel joven y el educador se puede establecerel concepto de autoridad competente; esteextraño juego de equilibrios que sabe do-sificar bien cercanía y distancia en la rela-ción, capaz de aligerar, intuir, anticipar,sonreír, alegrarse, entender y compadecerhabiendo aprendido a mirar a los límites condisponibilidad y comprensión.

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Estos dependen directamen-te de nuestra capacidad decultivar la alegría; intentar vi-vir la alegría como senti-miento de la realidad, delpresente vivido lo más inten-samente posible. Una expe-riencia de alegría es el placerde pensar junto a los demás,que está en la base del diálo-go, la fuente energética delas relaciones familiares yeducativas. Dar voz a todos,también a los más pequeños.Juntos encontrar soluciones.La confianza en el futuro, laesperanza, es el efecto deuna manera de vivir, de unestilo colectivo.Es la tonalidad emotiva de laternura que en su dinámicade tensión y distensión, decercanía y distancia sabe ha-cer espacio al otro, no reco-nocido intelectualmente oen las declaraciones verba-les, sino en el ejercicio con-

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ta, de poblaciones y generaciones dife-rentes, que luchan juntas para dar unnuevo significado a su vida. Su historia,entretejida por un lazo matrimonial, po-día disolverse por el evento de una muer-te. Por consiguiente, la vida de las dosmujeres hubiera podido tomar direccio-nes distintas; cada una volviendo a la pro-pia raíz religioso-cultural, inmersa en elpropio dolor y en la propia pérdida, lu-chando privadamente el estigma y la dis-criminación de la humillante y dolorosasuerte de viudedad. En cambio, las dosmujeres, hacen una elección conscientey libre de acogerse y afrontar juntas el fu-turo oscuro e ignorado, con la sola fe enDios.

Seguid a las mujeresUna iniciativa extremadamente creativa,que se origina en 2004 por el genio de unamujer de nombre Detta Regan, del ReinoUnido es “Follow the Women”, o sea “Se-guid a las mujeres” que hoy, se ha desa-rrollado y se ha convertido en una orga-nización que recoge mujeres de alrede-dor de 40 Naciones.La iniciativa principal de la organizaciónes la marcha anual en bicicleta, por lasNaciones de Oriente Medio, con el obje-tivo de promover el diálogo interculturalcapaz de atraer historias de amor y debondad en la Región.Afirma Detta Regan que la elección de ha-cer la marcha en las bicicletas está guiadapor el hecho de que “tradicionalmente las

Mujeres en diálogoPaola Pignatelli, Bernadette Sangma

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“Rammendando il mondo squarciato.Donne in dialogo interreligioso” es el tí-tulo del libro de Maura O’Neill publicadopor Orbis Books en 2007. El libro exploralo que puede suceder cuando mujeres dedistintas creencias y de diferentes puntosde vista ideológicos entran en diálogo in-terreligioso y dentro de, sobre las cues-tiones que conciernen a toda la humani-dad. Aún sin entrar mucho en el fondodel contenido del libro, es interesanteconsiderar sencillamente su título.Desde las épocas más antiguas hasta hoy,se pueden encontrar figuras de mujeresque “remiendan las sociedades desgarra-das”, poniéndose en diálogo y colabora-ción las unas con las otras.

Iconos bíblicos de las mujeres en diá-logoEs de sorprendente actualidad consideraralgunas figuras de mujeres en diálogo enla Biblia. Uno de los iconos surge del librodel Éxodo. Se trata de la madre y de la her-mana de Moisés y de la hija del Faraón.Mujeres hebreas y egipcias, pertenecien-tes a poblaciones en conflicto, que se en-tienden para salvar la vida de un niño, in-fringiendo el mandato del soberano. Notuvieron necesidad de lugares o momen-tos de encuentro formales, no hay dema-siadas palabras entre ellas, sino gestos ypasos inmediatos. Es un diálogo de la pra-xis, ¡centrado en el valor de la vida!El segundo icono es el de Rut y Noemí.Dos mujeres: una hebrea y la otra moabi-

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mujeres no van en bicicleta en OrienteMedio, por lo tanto la vista de un grangrupo de mujeres solas atrae un gran in-terés”. Esta atención de los medios de co-municación ayuda al grupo a alcanzar elobjetivo: transmitir su mensaje de diálo-go y de paz. En efecto, cada año partici-pan varios centenares de mujeres de alre-dedor 20 o 30 naciones.Lo que hace especial a esta marcha es lainteracción social y el diálogo entre lasmujeres participantes y entre las ciclistasy las mujeres que encuentran en las variasetapas del recorrido.

Mujeres que saben tejer

Ilda Curti, Asesora para las Políticas de In-tegración, describe así la realidad de Por-ta Palazzo un barrio popular de Turín: “Lasmujeres, en Porta Palazzo, tienen mil co-lores, mil rostros y mil idiomas. Mil mira-das distintas: de fatiga, de cansancio, depreocupación, de alegría. De juventud yde vejez. Vienen de todo el mundo. Com-

pran alimentos de todo el mundo: la ta-pioca, la menta, el couscous y el tomatede Pachino. Mezclan, se intercambian re-cetas, ponen juntos olores, perfumes,idiomas, pensamientos, historias y cos-tumbres que antes no existían. Se cocinael futuro, si se tienen ganas de mirarlo yde creer en él, al menos un poco.Sobre esta vida mestiza y confusa delmercado más grande al aire libre de Euro-pa desde hace muchos años se intenta in-vertir inteligencias, recursos públicos yprivados, proyectos y acciones que go-biernen la transformación, el cambio y elcamino cotidiano de las personas. Desde hace algunos años se ha añadido,a este conjunto creativo de presencias,recursos, asociaciones, instituciones yAdministración del ayuntamiento, la pre-sencia de una comunidad intercultural deFMA y la asociación 2PR. Las Sisters comolas llamamos en estos sitios. Mujeres,también ellas. Que con la inteligencia, ladisponibilidad y la sencillez de quien creeen ello verdaderamente han entrado encontacto con otras mujeres: moldavas, ru-manas, marroquíes, italianas, senegalesas.Jóvenes y algo menos. Desesperadas, so-las, alegres, felices.Las Sisters han sabido apostar con ellos,sobre la capacidad de integración entrepersonas que comparten, aquí y ahora, sudesarmante y extraordinaria humanidad.Se logra estar juntos charlando, bebiendoel té, cosiendo. Se bajan las barreras, lasdesconfianzas de los estereotipos. Se lo-gra dar una mano cuando se está parahundirse. Esto, las Sisters, han hecho connosotras. Han puesto a disposición su ca-pacidad de coser: hilos de humanidad ymujeres que saben tejer”.

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Nos preguntamos...En un tiempo en el que se multiplican“las mesas” de diálogo y de confronta-ción, se potencian las asociaciones(partnership) de colaboración, se peligracon la inflación de los términos: inter-cultural, religioso… y mucho más, aún¿somos capaces de detenernos “ante Élpara aprender el secreto de un diálogoauténtico con el prójimo”? (C. 40). ¿Estamos dispuestas a mirarnos sencilla-mente a los ojos, a regalarnos un tiempopara explicarnos nuestra historia y dejarque el intercambio nos cambie, que eldiálogo, realmente, nos regale palabras,perspectivas, pensamientos nuevos so-bre nosotros mismos, sobre los otros,sobre el mundo?

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ducción agrícola sumaria ha aumentado deforma impresionante. Sin embargo, en algu-nas regiones, tal aumento fue anulado por elaumento de la población. Además, los recur-sos naturales de los que depende la activi-dad agrícola necesitan cuidados apropiadosy el sostén de los sistemas de producciónagrícola suscita inquietud creciente”.El reto de la agricultura sustentable, que to-dos los Países del mundo deberían aceptar,no concierne exclusivamente a las políticasagrícolas, los métodos de explotación delsuelo, las actitudes del agricultor y del con-sumidor; sino también un compromiso res-ponsable y consciente para aliviar y eliminarlos sufrimientos de quien, cada día, sufre elhambre.Pero hay todavía algunas preguntas quenos han de hacer reflexionar e invitar a mi-rar con sentido crítico a quien propone fá-ciles soluciones. ¿Es lícito recurrir a toda lapotencialidad dada por la manipulación ge-nética o está uno obligado a poner límites in-superables? ¿Cuáles son los instrumentosnormativos que los Gobiernos han de intro-ducir para proteger el ambiente y la salud detodos los seres vivientes de posibles conse-cuencias negativas debidas a la utilización deorganismos genéticamente modificados? Y,finalmente, ¿es posible impedir que los Pa-íses en vías de desarrollo, no sean excluidos,sino dañados, por los beneficios que los or-ganismos genéticamente modificados podrí-an aportar?

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Para una agricultura sostenible Anna Rita Cristaino

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En el mundo cada día más de 800 millones depersonas tienen hambre y alrededor de 170millones de niños por debajo de los cincoaños sufren por grandes disturbios psicofí-sicos debidos a la desnutrición. Por lo tanto,es necesario pensar en acciones de sosténque lleven a una mejora concreta de esta si-tuación, partiendo de la agricultura.La agricultura sostenible es la que además deofrecer alimentos y otros productos agríco-las también es económicamente ventajosapara los agricultores, respetuosa del ambien-te y socialmente justa. Quien se ocupa deagricultura sustentable, privilegia aquellosprocesos naturales que consienten preser-var el “recurso ambiente”, evitando así recu-rrir a prácticas dañinas para el suelo (comolos cultivos intensivos) y a sustancias quími-cas (pesticidas, hormonas, etc.) y emplean-do fuentes de energías renovables. Por lo tan-to, consiste en el empleo de técnicas agríco-las en grado de respetar el ambiente, la bio-diversidad y la capacidad natural de absor-ción de los desechos de la tierra.Agenda21 es un programa de Naciones Uni-das dedicado al desarrollo sustentable. En elcapítulo 32 se lee: “La agricultura ocupauna tercera parte de la superficie del plane-ta y constituye la actividad central de buenaparte de la población mundial. Las activida-des agrícolas están desarrolladas en estrechocontacto con la naturaleza, haciéndola fruc-tificar y produciendo recursos renovablespero, al mismo tiempo, haciéndola más frá-gil en caso de explotación excesiva o de ges-tión errónea (…). Desde hace 20 años, la pro-

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Informaciones

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del mundode los media

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lución digital, sobre todo por su tarea enel desarrollo de la virtual reality (realidadvirtual). En su manifiesto cultural Tú noeres un artilugio, Lanier apunta con el de-do contra los grandes cambios culturalesy sociales del continente digital; nos hace-mos progresivamente prisioneros denuestras mismas “expansiones tecnológi-cas”. Cada vez damos más confianza alconcepto que de la red surgiría un tipo deinteligencia superior, de “sabiduría de lasmuchedumbres interconectadas”, unaideología que minusvalora tanto la inteli-gencia humana como el valor del indivi-duo. Las reflexiones de Lanier revocan elreto que McLuhan preveía; el peligro queal prestar atención a la red se olvide la hu-manidad de las personas reales.

Ves… tengo un pueblo numerosoen aquella ciudad

“Donde vive el hombre y ve puesta aprueba su humanidad, la Iglesia no puedeestar ausente”, afirma Mons. Claudio Giu-liodori * en su intervención en el Congre-so de la Conferencia Episcopal ItalianaTestimonios digitales. Es tarea fundamen-tal de la Iglesia llevar a cada contexto “unavisión plena e integral del hombre segúnsu identidad de estar llamado a la comu-nión con Dios y con los hermanos”.Se nos pregunta: ¿Hacia qué humanismonos empuja el nuevo ambiente digital?Siempre Giuliodori afirma que la culturadigital se caracteriza por su capacidad de

¿Qué humanismo en la cultura digital?Lucy Roces

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En Wall-E, una película del 2008 de An-drew Stanton, los seres humanos padecenun proceso de involución patológica ha-ciéndose tan obesos que ya no puedencaminar. Su ambición viene a menos, pa-san las jornadas hablando a través de losvídeos del teléfono móvil y mirando pro-gramas en la pantalla. Están totalmentedependientes de la asistencia tecnológica.Han perdido el contacto con quien les ro-dea y viven una vida privada de sentido yde humanidad. Pero a un cierto punto,cuando el flujo de datos entre dos ciuda-danos se interrumpe, ellos descubren y semaravillan del contacto humano y de labelleza del mundo y de las personas que,más allá de sus monitores, les rodean.Mientras algunos menosprecian esta vi-sión más bien apocalíptica del futuro dela humanidad, otros han examinado seria-mente el impacto transformador de la cultura digital. Ya hace algunas décadas, el teórico de la comunicación MarshallMcLuhan había entendido el efecto revo-lucionario de los medios de comunica-ción y en El médium es el mensaje, unode sus textos más conocidos, escribía:“Todos los medios de comunicación noscercan por completo. Penetran de tal for-ma con sus consecuencias personales,políticas, económicas, estéticas, psicológi-cas, morales, éticas y sociales, que no de-jan ninguna parte nuestra intacta, virgen,inmutada”.Miembro del McLuhan renaissance es Ja-ron Lanier, uno de los pioneros de la revo-

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engendrar tres tipos de humanismo. Entreéstos un humanismo homogeneizado.Con el colectivismo digital de la Web 2.0,está el peligro de considerar la existenciasólo en torno a un aspecto que absorbetodos los demás o los relativiza.La nueva percepción de la relación líquidadel espacio con el tiempo determina unhumanismo de orden variable. Todo, elpasado, el presente, el futuro, se da entiempo real, y es cada vez más tremenda-mente virtual, relativo y transitorio. La em-briaguez del navegar, de conocer y de te-ner contactos sin límites, puede hacer ol-vidar el ser persona con una historia colo-cada en un tiempo y un espacio preciso,en relaciones bien definidas.Con la elevada capacidad de socializaciónde las redes sociales (social network), nospodemos aislar o esconder hasta alimen-tar una segunda o doble vida. Por eso, “esnecesario que todos trabajen consciente-mente para hacer de forma que el huma-nismo plasmado por la red sea verdadera-mente integral y esté integrado. La red

puede contribuir a hacer crecer un huma-nismo capaz de reforzar y enriquecer lasrelaciones sociales y al mismo tiempoatento a cultivar la dimensión trascenden-te de la existencia humana, dimensión sinla cual ninguna experiencia puede ser ydefinirse auténticamente humana”. Sin embargo, conviene Giuliodori, elmundo digital está habitado por personasque “están en búsqueda y manifiestan susdificultades y esperanzas”. Por eso se re-quiere una pastoral que no se detengaempleando lenguajes e instrumentos digi-tales, sino que se haga presente en la vidade la sociedad digital, dentro de los pro-cesos de humanización que surgen para“encarnar” en ella la visión evangélica delhombre y de su destino.Es la persona la que hay que tener presen-te, siempre, como antídoto para no instru-mentalizar las relaciones que se estable-cen en la Red. Es el mismo Benedicto XVIel que en su Mensaje para la XLV JornadaMundial de las Comunicaciones Socialesque tiene por tema: Verdad, anuncio y au-tenticidad de vida en la era digital, nos lorecuerda con insistencia: “En este mundonuevo ¿quién es mi ‘prójimo’? ¿Existe elpeligro de estar menos presentes haciaquien encontramos en nuestra vida coti-diana ordinaria? ¿Existe el peligro de estarmás distraídos, porque nuestra atenciónestá fragmentada y absorta en un mundo‘diferente’ respecto al que vivimos? ¿Tene-mos tiempo de reflexionar críticamentesobre nuestras opciones y de alimentarrelaciones humanas que sean verdadera-mente profundas y duraderas? Es impor-tante recordar siempre que el contactovirtual no puede y no debe sustituir elcontacto humano directo con las perso-nas a todos los niveles de nuestra vida”.

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”El sentido y la finalidad de los medios de comunicación hay que buscarlos en el fundamento antropológico. Éstos pueden ser ocasión de humanización sobre todo cuando se organizan y se orientan a la luz de una imagen

de la persona y del bien común que refleje sus valores universales (…).El humanismo que excluye a Dios esun humanismo inhumano”. “Sólo encontrando a Cristo, también en la red y en el mundo

digital”, afirma Giuliodori, “se puede descubrir y vivir en plenitud la dignidad humana”.

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surge una gran pasión por su trabajo y ungran amor por la gente de Sudán.“La visión de la red social – explica – es unasociedad reconciliada, que está enraizadaen los valores humanos y cristianos y queestá atenta a la justicia, con cuidado parti-cular para los sectores más desaventajadosde la población: las mujeres y los jóvenes”.Hace poco que ha terminado el referén-dum. Ha ganado el sí a la separación delsur de Sudán. Ahora hay un país para hacer¡renacer! La radio, en países con alto nivelde analfabetismo y donde la corriente eléc-trica no llega a todas partes, permanece elinstrumento privilegiado para informar,educar y hacer comunidad.Durante las fases de preparación y de de-sarrollo del referéndum, las Radios del So-cial Catholic Radio Network han ayudado ala población a participar activamente y conresponsabilidad en las decisiones a tomar.“Nuestro servicio ha sido ante todo unservicio de educación – continúa con

Puentes de ondas radiofónicasAnna Rita Cristaino

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Una cosa es cierta; yo, como muchos otros, seguiremos narrando. Emplearé la palabra como una manera para compartir, para arreglar el mundo, para entender (Roberto Saviano).

Estoy en el teléfono con S. Paola, una her-mana comboniana, que desde hace añosestá en Sudán. La voz es vivaz. Y su hablarpersuasivo. Acompaña el proyecto del So-cial Catholic Radio Network. Llegó al sur deSudán para poner su experiencia de perio-dista al servicio de una radio que estabaapenas empezando. Ahora las radios sonocho. Están esparcidas en todas las dióce-sis. Transmiten en inglés y árabe, pero em-plean mucho las lenguas locales de las dis-tintas etnias.La llamo para una entrevista radiofónica,pero la línea está interrumpida. Ella graba yme envía las respuestas. Por lo que narra

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convicción S. Paola – pero también unservicio de diálogo para crear un foro,donde las distintas culturas y los variosgrupos étnicos pudieran dialogar. Promo-ver este sentido de coexistencia pacíficaen un ambiente muy militarizado comotodavía es el del sur de Sudán, es muy im-portante. El nuevo Estado que está na-ciendo está sin infraestructuras, con ape-nas 5 años de experiencia en el sector deadministración pública. Prevemos que pa-ra los próximos años la situación será par-ticularmente difícil, precisamente porquelas expectativas de la población son muyaltas. Hay que construir una nación queestá naciendo. Por lo tanto, pienso que latarea que las estaciones de radio desarro-llarán será precisamente esto; animar através de la educación e información, unacoexistencia pacífica dentro del sur. He-mos de pasar de una mentalidad de las ar-mas a una mentalidad de la ley, a unamentalidad del diálogo”.Lo que queda de este encuentro, un pocoen directo y un poco en diferido, es el co-nocimiento de que todo puede emplear-se al servicio de la misión.El corazón misionero es aquel corazónque late y no halla descanso, hasta que noestá seguro de haber hecho todo lo posi-ble para comunicar a todos la Buena Noti-cia del Evangelio.S. Paola explica. Se siente que su hablarbrota de la vida. Está en medio del pue-blo, comparte con él alegrías y dolores,ansias y esperanzas.Su trabajo es dar voz a la vida de la gente,a sus necesidades y deseos, a sus sueñosy a sus verdaderos problemas. Construye puentes, favorece la integra-ción, educa a altos ideales como los de lapaz y del diálogo. Hace cultura y la difunde. La entrevista está preparada para enviarseen onda en Italia. Las redes informáticas ylas nuevas tecnologías están envolviendoal mundo, haciéndolo más pequeño. Tra-

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bajo en una redacción de diario por radio,durante dos meses. El trabajo prosigueininterrumpido. Muchísimas informacio-nes y lanzamientos de agencias se siguensegundo tras segundo en un display. Des-de mi escritorio a través de aquella panta-lla, me llegan las voces del mundo. Situa-ciones políticas, hechos de crónica, emer-gencias humanitarias, comentarios y de-claraciones. Me digo a mí misma, desdeaquí logro sentir el pulso del planeta. Estapantalla es mi ventana al mundo.Pero con el paso de los días me doy cuen-ta de la ilusión. La conversación con S. Pa-ola es un despertar. Ella habla de cosasque vive, que ve, que siente personal-mente. Cada día dialoga, reflexiona, bus-ca a partir de su gente, de lo que vive. Lavida vivida y compartida, se convierte envida también para los demás.Ante aquel mar de informaciones peligroahogarme. Necesito una ruta. Necesitouna orientación. La elección puede ser di-fícil pero es determinante. Entonces, en laredacción se me propone un criterio. Es-cucha la voz de los más lejanos, de losmás desatendidos, de los más margina-dos, de los que nunca son considerados.Dirige la atención hacia los más pobres,aquellos cuyos derechos no se recono-cen, ni se escuchan. Relata sobre quienhace opciones valientes, sobre quienconstruye puentes, sobre quien se da to-talmente para que los pequeños seanprotegidos. Sobre quien defiende la liber-tad, la justicia, la verdad.También en el mar de noticias donde meencuentro surcando, se encuentra aque-lla barca, desde la que el Señor calma losvientos y las aguas. En aquel mar, se pue-de oír, como soplo ligero, la BUENA NO-TICIA. Basta con estar atentos a los susu-rros, a la brisa ligera. Y allí las semillas delReino siguen dando fruto.

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por Dora María Eylenstein

MEGAMENTEde Tom McGrath –Estados Unidos 2010

Megamente es un super-villano, con unamente brillante que ha intentado a lo largode los años conquistar la Tierra. Sin embar-go, todos sus intentos han sido frustradospor su archienemigo, el superhéroe MetroMan, que además es bueno. Pero todo cam-bia un día cuando Megamente mata a MetroMan en medio de uno de sus planes maléficos.Es así como se encuentra de repente sin unenemigo a quien vencer, por lo que decidecrear uno nuevo, un oponente más grande, ymás fuerte que lo que fue Metro Man.“Megamente” no es una de las produccionesmás interesantes y atractivas, despierta inte-rés al principio y hacia el final, el resto pasasin gloria, pero deja pensando y al menos ofre-ce la oportunidad de un momento de diver-sión para espectadores de todas las edades através de la cual se reivindica en el celuloidelos conceptos de superhéroe y villano.Villano y superhéroe, personajes de ficción cu-yas características son la de “superar” ya seadesde el mal, la maldad, como el bien desde lafigura del héroe.¿Por qué el título “Megamente” para el desa-rrollo de un tema de lucha entre el bien y el

mal, obvia-mente no des-conocido porla humanidad?La mente es elnombre conque el habitual-mente nos refe-rimos al entendi-miento, la capa-

cidad de crear pensamiento, el raciocinio, lapercepción, la emoción, la memoria, la imagi-nación, la voluntad y otras habilidades cogni-tivas.“Mega” (con su símbolo “M”) es un prefijoproveniente del griego, que significa grande.El prefijo no se aplica de forma estándar. Laciencia confirma las vastas manifestacionesdel cerebro humano, diversas y múltiples, co-nocimiento por el que, al no estar al alcancede todos, calificamos a entre otros, procesosconscientes e inconscientes, abarca funcionesno intelectuales como las afectivas. Desde esta consideración, el “dibujante” TomMcGrath, director de “Megamente”, plasmósu idea en una silueta humana de medidas des-proporcionadas: cabeza extremadamentegrande en relación con un cuerpo extremada-mente flaco.

Más allá

La historia de “Megamente”es simple, sencilla y compli-cada a la vez. El personaje“narra” la vida de un niñoque al momento de nacerexpresa: “Éste soy yo, vengoa visitarte”.El tiempo transcurre, el pro-tagonista se sabe distinto:“Yo era un alien estándard”.Y va en busca del destino.

Contemporáneamente ,otro niño hace lo mismo.Megamente se propone co-nocer a este otro personaje,lo que marcó el inicio de larivalidad. Dada su precozinteligencia se dedica al es-tudio de las ciencias ocultasy ejerce su talento en crea-ciones y destrucciones.Pasado un tiempo, dado elbuen comportamiento, esasignado a un lugar llamado“escuela” donde tiene la

oportunidad de mejorar suaprendizaje.En la escuela había un per-sonaje que atrajo fanáticos,y compró la adhesión demuchos de ellos mediantepoderes extraordinarios. Larivalidad incipiente empezóa crecer. Megamente decidió ganarel prestigio de su rival, perofracasó en el uso de sus po-deres y mereció el rincónde la reprobación. No se dio

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Otra mirada El guión de la película rela-ta la vida entre el bien y el mal a travésde los personajes de Megamente y MetroMan, dos superhéroes enviados a la Tie-rra cuando eran apenas unos recién na-cidos.Megamente, el super-villano más pode-roso y brillante jamás visto, no tieneéxito. Su afán y trabajo durante añosfue el de conquistar la Metro City. Paralograrlo emplea todos los medios posi-bles, pero los intentos significan fraca-so. El objetivo es difícil dado que sí o sídebe enfrentarse a Metro Man, un hé-roe invencible. Megamente, que vienehaciendo carrera, logra matar a MetroMan, todo un éxito, pero a su vez sequeda sin contrincante, en el futuro notiene a quien oponerse, no cuenta conrival para medirse y qué puede hacerun supervillano sin un superhéroe conquien enfrentarse.Su vida pierde sentido… Toma con-ciencia de que el haber logrado su mi-

sión en vida es la peor cosa que le pu-do haber pasado. Pero su mente nodescansa: crea un contrincante, crea aTitán, supuestamente bueno… Titántiene otras miras, piensa que es muchomás divertido ser malo que ser buenoy además pretende conquistar y derro-tar el mundo. A Megamente se le plan-tea la disyuntiva: ¿derrotar a su diabóli-ca criatura o cambiar de plan? La res-puesta la tiene el espectador.También al ser humano de todos lostiempos -varón, mujer, niño, joven,adulto, trabajador, soltero, casado, viu-do, empresario, pordiosero, servidorsocial, político, consagrado- que habitael globo terráqueo lo cuestiona el temadel bien y del mal. ¿Estamos vacunadoscontra el mal? ¿Qué vacuna nos aplica-mos? ¿Nos aseguramos con una dosisde mantenimiento, cuál?¿Somos naturalmente buenos? ¿Quévitaminas consumimos que nos ayudea mantenernos en estado de bondad?

PARA HACER PENSAR

por vencido: “Mientras élhace amigos –dice–, yo des-cubrí cómo volver a la vidalo que destruía”.La situación de rivalidad cre-ce y el protagonista sienteque le dieron las espaldas, sesiente solo y llega a conven-cerse de que él es malo: “Yoen serio no era bueno, eramalo”. Si ser bueno, y quererserlo no le resultó, Mega-mente decide no pertene-

cer al mundo de los malos,sino al de los más malos. Essu propósito. La búsqueda demétodos para lograrlo semultiplica, también la veloci-dad en aplicarlos. Así comen-zó su carrera épica y se con-virtió en el peor villano. Peleócontra Metro Man hasta quelo venció. Pero la realidad esque Megamente no puede vi-vir sin rivales, lo que lo llevaa crear un contrincante más

fuerte y poderoso que él.Su cerebro se desarrolla demodo desproporcionado res-pecto al resto del cuerpo queaparentemente parece des-nutrido.La ciencia nos informa que elcerebro “aloja” el conocimien-to y el plexo solar los senti-mientos. Megamente, ¿mues-tra un desarrollo armónicoentre conocimientos y senti-mientos?

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que se va llenando de mariposas negras y elpaisaje en un bosque abierto cubierto deblanco.El director mexicano sitúa su historia en unaBarcelona totalmente distante de aquella visi-tada por tantos turistas en búsqueda de Gaudíy del bullicio de las Ramblas, para acercarnos aun punto de encuentro de inmigrantes africa-nos, chinos, rumanos, que también dolorosa-mente y de muchas maneras luchan entre la vi-da y la muerte. Uxbal estará ahí igualmente co-mo intermediario, para ellos.Para vivir la contradicción tan humana entre elpeso de una realidad que nos agobia día a díay el deseo esperanzado que nada ni nadie nospuede arrebatar, ni siquiera la muerte. “¿Quéhay ahí?”, ¿qué hay del otro lado, más allá?…La secuencia última del filme resume esa ten-sión entre la oscuridad cotidiana y la luz de laesperanza, en la sonrisa del protagonista y elencuentro con el padre; en esa comuniónamorosa que permite dar el paso final.

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BIUTIFULALEJANDRO GONZÁLEZ IÑÁRRITUEspaña y México - 2010

Es la historia de Uxbal, papá de un niño y unaadolescente que es diagnosticado con cáncerterminal. Su enfermedad removerá el peso desus afectos, de su responsabilidad paterna, desus culpas, sus recuerdos, sus tristezas, sus ra-bias, sus deseos. Quiere ahora dar el paso ha-cia el encuentro con su padre muerto en elexilio mexicano, y a quien no conoció, y -almismo tiempo- sufre la inminente separaciónde sus hijos, que traerá su muerte, y la angus-tia de lo que sucederá con ellos.Intermediario entre los vivos y los muertos,para ofrecer a los familiares de los difuntos unconsuelo y una esperanza, Uxbal luchará porhallar una esperanza para él mismo y los suyosal vivir en el límite de ese tránsito, en un techo

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ficios, los espacios que atraviesan son angostoscorredores, metáfora quizás producto de la an-gustia por la temida noticia y también represen-tando puentes que los llevan inevitablemente ha-cia el encuentro de diversas culturas.El guión no profundiza tanto en el suceso trágico,más bien lo hace en el nexo de unión de estosdos personajes tan dispares: la búsqueda de unhijo desaparecido. El contraste continúa en elelenco. El sorprendente actor nacido en Mali So-tigui Kouyate comparte protagonismo y dramacon una actriz mucho más experimentada que él,la británica Brenda Blethyn.No es tan importante en el relato si los jóvenes Ja-ne (hija de Elizabeth) y Alí (hijo de Ousmane) es-tán vivos, es interesante cómo estos dos persona-jes que no están presentes en carne y hueso en elfilm –el espectador sólo los conoce a través de fo-tografías o relatos de otras personas– calan hondoen el público deseando que sus vidas no hayan si-do sesgadas.

a cargo de Tonny Aldana

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LONDON RIVERRACHID BOUCHAREBFrancia, El Reino Unido, Argelia - 2009

Ousmane y Elisabeth son dos perfectos descono-cidos: él es un musulmán residente en Francia;ella, una viuda cristiana que vive en una isla delCanal de la Mancha. Sus caminos se cruzan lamañana del 7 de julio de 2005, cuando una seriede bombas explotan en el metro de Londres. Apartir de ese momento, todas las diferencias reli-giosas que separan a Ousmane y Elisabeth van aquedar unidas en un fin común: buscar a sus res-pectivos hijos por toda la ciudad con la esperanzade que siguen vivos. Ambos, sin tener conoci-miento uno del otro, emprenden el viaje hacia laciudad. Un recorrido externo e interno de cadapersonaje, en el cual el vehículo son los propiospies; ya sea en la calle o en el interior de los edi-

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tres formas distinta, partiendo de la mis-ma fuente original: la Palabra de Dios, pe-ro desarrollada con estilos diferentes. Elmétodo teológico, el del corazón y el po-ético, quizá este último sea el más humil-de, pero no por ello menos útil. Hace yaalgunos años, el autor experimentó que sila poesía, la narración y el artículo perio-dístico se dejaban guiar por el Arte conmayúsculas, podían llegar a convertirseen uno de los mejores caminos para acer-carse al misterio que nos rodea.

Ballester Trinidad y Ortín BernadoCUENTOS QUE CURANEd. Océano. Barcelona

Conocernos mejor con el poder terapéuti-co de los cuentos.Los cuentos nos conectan con nuestros de-seos más profundos, ya que nos permitenimaginar el mejor de los mundos y viajar anuestro propio centro. De la mano de dosespecialistas, este manual práctico es uninstrumento para incorporar a la vida coti-diana la sabiduría de los cuentos. Con nu-merosos ejemplos y textos escogidos, in-cluye, entre otros temas: cuentos para leery analizar, ejercicios prácticos para escribircreativamente, lo que nos revelan los cuen-tos, el relato como herramienta de creci-miento personal, la escritura como vía deconocimiento. Presenta aplicaciones dellenguaje metafórico que pueden realizarseen procesos educativos, así como en otroscontextos de interacción interpersonal. En-seña un método de construcción de rela-tos y los factores que convierten un relatoen una forma efectiva de comunicación.Es el resultado de mucho tiempo de aten-ción a los relatos. El relato como una formade reorganización emocional y vital ya quedice cosas que no se pueden decir de otromodo.

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PRADERVAND PIERREEL ARTE DE BENDECIRSal Terrae. Colección: Pozo de Siquem

Para el autor no existe una espiritualidad au-téntica si no se produce en la vida cotidia-na. Partiendo de una experiencia espiritualpersonal, el autor subraya la existencia deunas leyes espirituales universales en las quetodos podemos descansar plenamente se-guros. La más elevada de todas ellas es la delamor incondicional, que debemos practicartanto con nosotros mismos como con los de-más. Y ofrece un instrumento privilegiado,el simple arte de bendecir, para hacer con-creto y eficaz en todo momento ese amor in-condicional que, al ser expresión de launión con el Amor supremo, salva la vida lle-vándola a su cima.Ser espiritual se convierte en un estado deconciencia, en una manera de ser a ima-gen y semejanza del Amor incondicionalque nos ha dado la vida y nos sostiene enella para que, en armonía con Él, llenemosde creatividad positiva todas las circuns-tancias de nuestra vida y de nuestras rela-ciones.

José Luis Martín DescalzoAPÓCRIFO DE MARÍASígueme «NUEVA ALIANZA MINOR», nº 35. Salamanca. 2011

Para aproximarse al misterio existen mu-chos caminos, y no sólo el de la racionali-dad. De hecho, hay algunos más rápidos,como aquellos que pasan por el corazón.Si esto es verdad referido a todo misterio,doblemente lo es cuando se habla del mis-terio de Jesús y de su madre, María. Comodecía Pascal “el corazón tiene razones quela inteligencia no conocerá jamás”.Sobre Cristo y María se puede hablar de

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trará marido, tendrá que luchar mucho porconseguir un hombre. Buscan en la tradi-ción una justificación difícil de encontrar deotro modo.

La autora nos hace ver como en una socie-dad acostumbrada a esta práctica, es fácil vi-vir con razones o justificaciones erróneas,sin cuestionarla, incluso fijándola como pre-cepto de la religión. Pero cuando se indagay se piensa con inteligencia y racionalidad,se ve que no tiene ningún sentido, ni la reli-gión la prescribe. He aquí el testimonio desu “despertar”:«La revelación de esta barbarie me saltó re-almente a los ojos cuando una niña de Malí,murió en Francia, a consecuencias de la ex-cisión. Fue en 1982, se llamaba Bobo Traeré.Durante mucho tiempo, yo había aceptadoesta mutilación, hasta el punto de que mis tresprimeras hijas la habían sufrido. Incluso la ha-bía “olvidado”, perdido entre mis problemaspersonales. Pero la muerte de aquella niñitaen París, de la que se hicieron cargo los me-dios de comunicación, y con razón, me des-pertó, como despertó a la sociedad france-sa de la época y a muchos africanos» (p.224).

¿Cómo ponerle fin?

Hace falta paciencia, perseverancia, una granlabor de diálogo, de cambio de mentalidady de cambio de comportamiento. Además,es necesario llevar a cabo una ardua tarea desensibilización y de prevención que necesitair acompañada de medidas legales.La sociedad puede hacer algo para solucio-

MutiladaLoli Ruiz Pérez

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Cada año, dos millones de muchachas entodo el mundo padecen la mutilación geni-tal femenina. Ciento treinta millones de mu-jeres ya han experimentado esta cruel humi-llación... La tradición asegura que la mutila-ción genital femenina aumenta la fecundi-dad de las mujeres, garantiza la virginidad deuna muchacha y aumenta la fidelidad de unaesposa. Pero lo cierto es que esta brutal mu-tilación pone en peligro la vida de las niñasque la sufren. El trágico y valiente testimonio de Khady es elde una mujer, que siendo niña, a los sieteaños, vivió esa pesadilla, y ya de adulta “des-pertó”, se hizo consciente de la irracionalidady sufrimiento que supone semejante prác-tica. Es el relato de una senegalesa nacida en1959, la autora, que denuncia, con asom-broso valor, lo que ha sufrido. Una militanteque lucha en el mundo entero, con otrasmujeres para salvar a niñas de semejanteatrocidad. Esta mujer se ha convertido en unsímbolo de la reivindicación social de la mu-jer africana. En la dedicatoria del libro en-contramos estas palabras suyas: “A las que su-fren, ahora y siempre en su carne y en sualma”.

Despertar de la “justificación” irracional

“Mis padres lo han hecho y yo tengo que se-guir haciéndolo”. Ésta es, a menudo, la justi-ficación que se hacen muchas personas paraseguir con esta práctica. La tradición tam-bién hace que en ciertas regiones se conti-núe pensando que se trata de un asunto re-ligioso: si la chica no es mutilada, no encon-

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narlo. Hay que tomar conciencia de los da-ños que esta práctica causa en las mujeres,se debe movilizar a la gente y ofrecer ayudaseconómicas a las personas que trabajan enel terreno.Hay países en los que hay un tres o un cua-tro por ciento de casos y otros en los queesta cifra se eleva al 99 por ciento. Algunosde los más afectados son Somalia, Eritrea,Djibouti, Malí, Gambia, Sudán, Egipto, Se-negal, Benin y Costa de Marfil.

Una esperanza activa

Aún sabiendo que queda mucho trabajo porhacer en lo referente a la sensibilización y lamovilización de todo el mundo, y esto noocurre de manera inmediata, la autora hamanifestado en entrevistas: “estoy segura deque con la generación de mis hijos se termi-nará la mutilación”. Khady es militante de la asociación GAMS

(Grupo para la Abolición de las MutilacionesSexuales Femeninas), trabaja concienciandoen escuelas, institutos, universidades. Van acentros de protección materno-infantil paraorganizar reuniones informativas con muje-res africanas y para el personal. El GAMS esla primera asociación de Europa sobre estacuestión y participan en conferencias inter-nacionales. Ella asiste como consultora ex-perta y conferenciante.

El protocolo de Maputo

En julio de 2003 los países africanos firmaronun acuerdo conocido como el “Protocolode Maputo”, una adenda a la carta de losDerechos Humanos para el continente afri-cano. Su nombre completo es “El Protocoloa la Carta Africana de Derechos Humanos yde los Pueblos” y garantiza la igualdad dehombres y mujeres en África, incluyendo elderecho a tomar parte en los procesos socia-les y políticos y el fin de las mutilaciones. El Protocolo de Maputo es, un instrumentolegal regional que prohíbe explícitamentela mutilación genital femenina; ratificado por15 países africanos, entró en vigor en no-viembre de 2005. Un mes después, 100 par-lamentarios africanos adoptaron la nove-dosa “Declaración de Dakar”, que resalta laimportancia de la participación de la comu-nidad y hace hincapié en los cambios legis-lativos que se requieren para que deje depracticarse esta costumbre.Lamentablemente, algunos países que fir-maron este protocolo no lo han ratificado to-davía. Las mujeres africanas están pidiendoque sea no sólo ratificado, sino aplicado entodos los países.Leer este libro de Khady Koita es conmove-dor y ayuda a ver que se puede vivir en unasociedad con la sensibilidad “atrofiada”, siuno no “despierta”. Y, desgraciadamente, aveces, son hechos dolorosos los que nosdespiertan. Tenemos siempre una gran ta-rea: trabajar para que los derechos humanossigan existiendo y sean respetados.

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Dile a alguien que yo estoy aquí

Nuestra reflexión parte esta vez de una frase sacada de la carta de una FMA,que quizás da voz a muchos silencios y a muchas increíbles soledades:… muchos son los motivos de sufrimiento que persisten, agravados quizás porla sensación de “no existir” a los ojos de los demás.Todos tenemos una necesidad a no suprimir; la de existir para alguien, la depertenecer a alguien que ¡nos quiera! Encontramos este anhelo insaciable enla narración de un médico del hospital pediátrico de Managua:Una víspera de Navidad se quedó a trabajar hasta tarde. Cuando Fernando deci-dió irse a casa donde le esperaban para la fiesta, dio una última vuelta a travésde los pasillos para ver si todo estaba en orden, y de repente oyó un leve rumorde pasos a su espalda. Pasitos de algodón. Se volvió y vio a uno de los peque-ños pacientes que le seguía. En la penumbra le reconoció, era un niño que notenía a nadie. Fernando reconoció aquel rostro ya marcado por la muerte y losojos que pedían perdón, o quizás pedían permiso… Fernando se le acercó y elniño lo rozó con la mano: “Díselo…” susurró. “Dile a alguien que yo estoyaquí”. (Del libro de los abrazos de Eduardo Galeano).Cuántas soledades, reales o subjetivas y psíquicas, hacen amargas y algo pesa-das nuestras jornadas. Quisiéramos pertenecer a comunidades ante todo hu-manas. Capaces de calor, de amabilidad, de atención. En cambio, a menudo te-nemos la sensación que con el pasar de los años no existimos ya para nadie…¿Quién custodiará nuestro corazón? ¿Quién se percatará de nosotros? Hoy¿quién tendrá para nosotros una mirada de amor? Cuántas veces tendríamosganas de decirle a alguien: Dile a la directora que yo estoy aquí…Pero una vida de pesar y de lamento ¿qué sentido podría tener? Seguir dicien-do que no somos de nadie, aunque fuera humanamente verdad, ¿qué testimo-nio sería? ¡Somos de Dios! Custodio y buen pastor. Somos como vides en elseguimiento de un Jesús que dijo: AMAOS. ¡Cada cual ame al otro! El dramaverdadero no es ser olvidados. El drama verdadero es olvidar. “A los pobres los tendréis siempre con vosotros”. Quizás aquella directora,aquella persona para quien tú sientes que “no existes” necesitan que tú lasquieras. Que tú siembres en su camino estratos de compasión y humildad. De-lante de cada rostro y de cada vida pensemos: “Le he dicho a mi corazón quetú estás aquí…”.

Tu amiga

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DOSSIER: Testimonios de la Escucha

PRIMER PLANO: Paso tras paso Caminar con seguridad. Santa Teresa de Ávila

EN BÚSQUEDA: Pastoralmente ¿Qué educación para el amor, hoy?

COMUNICAR Testimonios digitales ¿Qué anuncio en el tiempo de la conexión?

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EL AGUA LE ENTRABA EN LOS ZAPATOSY LAS ESTRELLAS EN EL ÁNIMO.

(Victor Hugo)

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SEGÚN TU PALABRA

PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN LOS CIELOS...

(Mateo 6,9)