Revista educativa, el impacto de la investigación en la educación

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Una breve compilación de diversos ensayos, que lo llevaran a conocer el proceso de formación del docente investigador.

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ACCIONES Y APORTES

PARA FORMAR UN

DOCENTE

INVERTIGADOR Y

REFLEXIVO.

La formación docente

Autora: Helen R. López O.

Está asociada a la necesidad de nuevas maneras de concebir el conocimiento, en la que se plantean nuevas interrogantes, la primera. No existen verdades absolutas, Y la segunda; debemos saber pocas cosas pero saberlas bien, debido a que muchas veces nos convertimos en un mar de conocimientos con solo un centímetro de profundidad y creemos que sabemos lo que no sabemos.

Cabe destacar que la investigación no es solo una acción metodológica, es un hecho de naturaleza compleja en el que interviene una variedad de factores. Es un suceso social, psicológico, cognitivo, discursivo, conversacional. (Padrón, 2002).

La formación de un docente-investigador es un proceso complejo y dinámico y tiene implicaciones en el estudio del ser, epistemológicas y teóricas, ya que se da en una realidad multicontextual. (Andy Heargraves 1998), expone diversas opciones para examinar los problemas de la formación docente y lo hace

desde cuatro ángulos. El primero, visto como un problema individual y sus desafíos. El segundo, el problema institucional. El tercero, el desarrollo profesional; es decir, la formación permanente; Y el cuarto, que cualquier cambio no funciona, es necesario pensar sobre las estrategias y posiciones.

La formación docente está asociada a la emergencia de nuevas maneras de concebir el conocimiento, en la que plantea nuevas interrogantes según las cuales no existen verdades absolutas, porque su estatuto será siempre provisional. Entonces esta se revela en nosotros desde dos entidades: la práctica y el saber pedagógico (Díaz, 2006).

La práctica pedagógica es el escenario, donde el maestro dispone de todos aquellos elementos propios de su personalidad académica y personal. Es la actividad que realizan a diario los docentes, orientada por un currículo y que tiene como propósito la formación de nuestros alumnos (Díaz, 2006).

Los docentes somos una circunstancia que se forma a partir de una persona, si tiene valores y convicciones; entonces, el docente también las tendrá. Se trata de darle sentido a nuestras vidas, y así evitar quedar llenos de nada y vacíos de todo. En relación con nuestros alumnos; debemos destacar el propósito de formar, para que se

fundamente esta formación el proceso debe tener como orientación al hombre, pues necesitamos una antropología y una cosmovisión; es decir, una concepción del hombre que se quiere formar y un proyecto de la sociedad que queremos.

Estos componentes se desarrollan en un contexto multirreferencial, constituido por una red dinámica y cambiante. Esta ejerce influencia en la vida institucional y en las demás esferas de la vida social. Se trata del mundo diario de intercambios, interacciones, simbolizaciones y significados en los que participamos de manera consciente o inconscientemente los docentes y alumnos.

El saber pedagógico se asume como los conocimientos construidos de manera formal e informal por los docentes; valores, ideologías actitudes, prácticas; es decir, creaciones del docente, en un contexto histórico cultural, que son producto de las interacciones personales e institucionales, que evolucionan, se reestructuran, reconocen y permanecen en la vida del

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docente (Díaz, 2001).

El ejercicio de la docencia no puede estar limitada sólo a consumir conocimientos producidos por otros (Eliot, 1997), se trata de pensar y actuar en la formación de un docente-investigador, desde una relación teoría-practica-reflexión, que este en capacidad de elaborar conocimientos socializados y sistematizados, útiles a la sociedad.

Por otra parte, la formación docente-investigador requiere de mucha paz espiritual este tiene que partir de un proceso de reconciliación con nosotros mismos para poder reconciliarnos con el otro. Si cambiamos las personas todo cambiará. La paz será posible si logramos personas que tengan paz en su corazón.

Según la Dra. María Auxiliadora Chacón en la I Jornada Occidental de Investigación UPEL-IMPM el 19 de noviembre de 2009; expresa, que investigar es una oportunidad para problematizar nuestras prácticas y reflexionar sobre lo que hacemos todos los días: enseñar, pero fundamentalmente, aprender a enseñar.

Freire (2001) nos

señalaba que la educación, “es un acto de conocimiento”. Por tanto, alentadora de cambios y transformaciones, siempre que los educandos se aventuren y se comprometan a luchar por

ese cambio y para lograrlo se necesita de “seres pensantes, curiosos, activos, hablantes,creadores”. Esto nos dice que los docentes están llamados a contribuir con la formación de ciudadanos “libres pensadores”.

Una de las posibilidades

es convertir los espacios de aprendizaje y enseñanza en ámbitos para comprender, para respetar los puntos de vista diferentes y aprender constantemente. Sobre esta base, el docente debe ser un profesional que investiga, delibera y transforma su práctica pedagógica. Giroux (1990), expresa que los profesores y los estudiantes de educación concentran sus mayores esfuerzos en saber cómo enseñar, qué estrategias utilizar en el aula, qué materiales usar; olvidando la importancia de pensar y clarificar sobre los propósitos educativos.

En tal sentido, no

podemos obviar que la actividad humana es una acción del pensamiento, en tanto que se tiene la capacidad de integrar pensamiento y práctica. Esto asume la capacidad de contemplar, analizar e investigar sobre el quehacer educativo, de este modo la investigación se convierte en una ocasión para mejorar, comprender la significatividad del trabajo docente en el aula y el contexto escolar.

Constantemente, un

docente piensa ¿Cuándo investigar, si tenemos una agenda llena de actividades y responsabilidades? En tal escenario el docente debe tener presente que se ha apropiado desde la formación inicial y durante el ejercicio docente de un conocimiento pedagógico, didáctico, disciplinar, metodológico que debe ser confrontado, validado y reconstruido constantemente, y como profesional debe asumir el reto de estar preparado para dar respuesta. Y no delegar esta tarea a “expertos”.

Cabe destacar, que

investigar no es otra cosa que reflexionar profundizar y problematizar la enseñanza, Tener presente que se trata de una actividad llena de incertidumbres y conflictos, producto de unadiversidad de elementos que convergen y precisan acciones que orienten la construcción de significados y

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que son útiles para los que protagoniza.

Es importante, destacar

que ser reflexivo trasciende, en lo cognitivo e implica sentimientos y valoraciones ético morales del profesor. De esta forma se crean profesionales investigadores y reflexivos. Dewey (1989), nos advertía sobre la necesidad de cultivar actitudes favorables hacia el pensamiento, de modo que mencionaba tres fundamentos que deberían adoptarse y practicarse: (a) mentalidad abierta. (b) el Entusiasmo o ser “de todo corazón”, y (c) la responsabilidad.

La mentalidad abierta, la responsabilidad y la afectividad son importantes si lo que se pretende es enseñar a pensar, Se trata de desarrollar capacidades para actuar en determinadas circunstancias, que sin duda, son formadoras y requieren de la flexibilidad del pensamiento. La enseñanza reflexiva implica valoración comprometida con la formación permanente del docente, el aprecio por el contexto para el desarrollo de procesos educativos.Por consiguiente, es obvio el puente entre la reflexión y la investigación, en tanto, posibilita observar, describir, confrontar y valorar para cambiar.

Algunos aspectos

ineludibles en la tarea de investigar:Desarrollar actitudes para el cuestionamiento sobre la práctica, Fomentar el trabajo

entre pares, el estudio y revisión de las prácticas en equipos. Elaborar, discutir y ejecutar propuestas, planes de intervención en las aulas y en los espacios escolares. Todo ello forma parte del proceso de aprender a enseñar, desarrollar opiniones, hipótesis y confrontarlas con otros colegas, favorece el desarrollo del pensamiento complejo y la capacidad analítica en relación con el oficio de enseñar. Si los docentes son reflexivos, críticos investigadores, sus estudiantes tendrán mayores oportunidades de formarse como ciudadanos críticos,

autónomos, creativos. Formar docentes

investigadores reflexivos de su propia práctica es una tarea de la Formación Docente y como tal se ha asumido, a través de la mediación de una cultura investigativa, se revela a través de diversas estrategias, técnicas, métodos, actividades, recursos, tiempo, evaluación, entre otros aspectos que subyacen en ese sentido.

La enseñanza de la

investigación educativa se admite como acción pedagógica, en la que interactúan docentes y alumnos, el propósito está

orientado al desarrollo de las capacidades intelectivas para la fundamentación de dominios, competencias y habilidades que se van basando en la divulgación del conocimiento.

Este proceso, de naturaleza compleja, y a su vez dinámico, en el que intervienen múltiples factores, encierra un quién enseña a investigar, qué enseña a investigar, cómo enseña a investigar y cuándo se enseña a investigar; además de por qué y para qué enseñar a investigar; aspectos que se constituyen en la situación de la Enseñanza de la Investigación Educativa en la Formación Docente (Carrillo, 2010). Enseñar a Investigar, es un proceso que se inicia con la formación personal, se refuerza con la teoría, y se cimienta en la práctica pedagógica Stenhouse, (1998).

De acuerdo con Orrego

(1997) el término cultura investigativa se refiere al conjunto de actitudes, comportamientos, actividades del proceso de enseñanza aprendizaje de carácter docente y discente, encaminado a fundamentar la investigación como elemento esencial en el desarrollo científico del profesional. Esto vincula el término de cultura investigativa.

De modo idéntico,

Restrepo (2001) define a la cultura investigativa como organizaciones, actitudes, valores, objetos, métodos y técnicas, todo en relación con la investigación, así como la

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transmisión de la investigación o pedagogía de la misma. El autor señala que la investigación la produce el docente de forma individual para luego poco a poco integrarlas en equipos, grupos, comités y centros de investigación.

La cultura investigativa.

Es un sistema complejo, atinente a una cultura organizacional. Se desarrolla a través de los procesos de enseñanza y aprendizaje, que convergen en el quehacer investigativo en el que intervienen docentes y estudiantes; en este proceso

comparten normativas, actitudes, valores, motivaciones, intereses, saberes, experiencias, estrategias, técnicas e instrumentos. (Ramírez, R. 2009).

En definitiva, en concordancia con (Martín y Cervi, 2006) la formación docente también es reconocida como una actividad diferenciada caracterizada por su complejidad y un campo de conocimiento dinámico influenciado en sus diversos enfoques por los paradigmas de la psicología del aprendizaje.

La práctica pedagógica es asumida como la actividad

que realizan a diario los docentes, y el saber pedagógico se asume como la construcción del hombre conformada por un discurso y conocimientos construidos de manera formal e informal.

Inclusive el docente investigador cumple como principal rol, no solo reforzar su conocimiento sino también indagar sobre nuevos temas, teorías y aspectos que le ayudarán a mantenerse al día, para poder aplicar nuevas estrategias e sus clases.

De cualquier forma, la cultura investigativa se refiere al conjunto de actitudes, comportamientos, actividades del proceso de enseñanza aprendizaje de carácter docente y discente, encaminado a fundamentar la investigación como elemento esencial en el desarrollo científico del profesional.

Publicado: Capacho, Independencia 5 de julio de

2014

“Enseñar no es transferir conocimientos, es crear la

posibilidad de producirlos” Paulo Freire.

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LA INVESTIGACIÓN

COMO FUENTE

PRINCIPAL PARA EL

MEJORAMIENTO

DOCENTE EN SU

AMBIENTE ÉTICO,

SOCIAL Y CULTURAL

Autora: Liliana Camargo

Vivimos y estamos en mundo de constante evolución y transformación, el cual se va acelerando cada día con el paso del tiempo, en el que influyen cambios evidentes debido a la continuidad de la evolución humana. Por tanto esto ha ocasionado la demostración de dicha consideración, acentuándose físicamente en las cosas que nos rodean, tanto en el ambiente constructivo material, como en el ambiente social e intelectual. En razón a este acontecimiento en el que persiste el mundo cambiante, siempre se ha presentado la necesidad del conocimiento, lo cual ha permitido el surgimiento de nuevas ideas para la invención o mejor dicho la innovación de mejores criterios, en cuanto al reforzamiento, a lograr una mejor calidad de vida que facilita el movimiento y la realización de lo que soñamos, inventamos y queremos, lo que hace posible un mundo de mayor agrado y habitable.

Según Popper (1994) “El conocimiento siempre está abierto a revisión pues consiste en conjeturas comprobables”; es decir, lograr de investigar a modo penetrante los

conocimientos existentes. Positivamente este comentario, favorece el impulso de seguir abriendo caminos, en la búsqueda de aquellas respuestas sobre lo que ya conocemos, y que aun no han sido lo suficientemente afirmativas, para dar conformidad a las mismas. Así como también hallar nuevos descubrimientos referentes a contextos científicos, que se inclinan hacia diversos temas universales, pero sobre todo en la sabiduría de como adentrarnos a ello.

Consecuencialmente es de allí donde parte un paradigma estratégico de aprendizaje, que se va dando de persona a persona o de pueblos a pueblos, ya sean singular o pluralmente dado. Además esta singularidad del ser humano ha germinado de forma intuitiva, para mantener ese balance en lo que se ha obtenido y en lo que se podría obtener, para la continuación evolutiva y progresiva de la vida y del mundo en general.

En otras palabras podemos asociar esta teoría con la ocupación docente, ya que la misma cumple esta función particular, de llevar la enseñanza hacia otras

personas, sobre todo en la edad infantil. Esto se debe a que los niños y niñas tienden a absorber más información, debido a que el niño se encuentra en una etapa de constante aprendizaje e imitación de las cosas que oyen, ven y siente. Y es de allí donde parte función docente; de hay que la actividad formal de la docencia se considera, como una maravillosa tarea de gran importancia para la vida, ya que posee un ejercicio muy especial, que no ameritan todas las profesiones a nivel universitario. Este ejercicio o como podría decirse en el buen sentido de la palabra, es la enseñanza que comprende la construcción de los conocimientos en los estudiantes, a través del intercambio dialogal entre el discípulo y el maestro, y que para lograrlo se toman en cuenta una serie de estrategias motivacionales. Pero para que este primordial empeño se pueda realizar de lo marjor manera posible, es imprescindible, comprender la carrera que hemos elegido como docentes, cuáles son sus razones, y que nuevos métodos podemos aplicar, para un mayor desenvolvimiento en el que se caractericen nuevas objetivos, y así podamos romper con el paradigma cotidiano, que común mente se ve en la mayoría en la actualidad en las aula de clase.

En contraste con lo anterior, mencionaremos tres características importantes que todo docente debe siempre tener en cuanta, para el buen

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protagonismo en la sociedad estudiantil. Lo primero y relevante es la formación del docente investigador. Pero muchas veces nos preguntamos, porque debemos seguir en la formación si ya hemos estudiado la disciplina que comprende esta ocupación. Pues la importante razón se trata de que no todo conocimiento está debidamente comprobado, como lo dacia al principio, es decir; lo que aprendemos en los diversos aportes teóricos, para luego aplicar en el aula, no quiere decir, que eso es todo o es suficiente, y es el caso como lo aconseja Eliot (1997)”El ejercicio de la docencia no puede estar limitada, sólo a consumir conocimientos producidos por otros; es decir ir más allá de esos conocimientos.

En consecuencia de ser investigadores educativos, es debido a que siempre hay nuevas construcciones de teorías y técnicas en el quehacer educativo, por parte diferentes entes que buscan una mayor mejoría, que vaya en beneficio a los estudiantes, lo cual permita optimizar el aprendizaje significativo. De hecho esta formación continua, permite que nuestra personalidad como docentes, nos dé la posibilidad de abrir nuevos horizontes, panorámicos de las cosas que realizamos y vemos cada día; de poder contribuir a nuevas formas de enseñar, así como también, tomar en cuenta el interés de quienes están recibiendo el conocimiento. Como podría ser posible la

contribución de innovaciones científicas, artísticas, literarias, sicológicas y entre otras teorías, por parte de nosotros como los agentes emisores del saber, que conlleve a que nuestros estudiantes, adquieran las habilidades necesarias, para que también contribuyan a nuevos métodos, con relación a las nombradas ciencias que hacen posible la vida.

Dicho de otro modo esto es algo muy imprescindible, porque si nos vamos a los tiempos anteriores, podemos apreciar, de que el mundo se ha venido

acrecentando de invenciones, tanto intangibles, como la sabiduría, así como también tangibles en lo que podemos ver y tocar. Por tanto tenemos el reto de hacer realidad estas posibilidades, como lo mencionaba anteriormente. En esta perspectiva tomamos en cuenta al autor Pérez (1995) que afirma “una nueva concepción y desarrollo en la formación docente, lo que debe posibilitar la ruptura con el plan de la simple transmisión de saberes y repotenciar la idea, del diálogo permanente, como

una manera de democratizar la enseñanza”.

Por consiguiente para dar ese cambio relevante o esta mejoría, debemos examinarnos si realmente poseemos la pedagogía eficiente, si verdaderamente estamos convencidos de los que sabemos, y si en verdad logramos de convencer a través del discurso. Pues para ello necesitamos de una pedagogía balanceada, en cuanto a inferir la información solo la necesaria e importante, a demostrar un liderazgo ejemplar. Puesto que la pedagogía es la dirección estratégica de aplicar la enseñanza de la manera más astrictiva, llamativa, ilustrativa y que produzca motivación e interés en los niños. Pues es así como podremos fomentar un desarrollo pedagógico y mejorable, y encontrarnos con nuestro ser. Que nos permita a diario, realizar una autoevaluación de nosotros mismos, de cómo actuamos y nos demostramos en el ambiente, y como nos estamos dirigiendo. Con respecto consideramos esta posibilidad, cuando nos damos verdaderamente con amor, entusiasmo, empeño y saber lo que estamos haciendo y ser consientes de nuestros propios actos. Ya que cumplimos una función de gran importancia, de ser los segundos padres en la educación. Tal es el caso como lo afirma el aporte de Wolf (1999). La educación está concebida desde la emancipación la construcción de los valores, éticos y morales. Por lo que la pedagogía no se

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queda en solo aportar nuevas ideas, sino también darle la importancia, al contexto que nos rodea, es decir; valorar nuestras vivencias costumbres y tradiciones.

En relación con la secuencia del tema de la docencia y sus posibles alcances hacia un nuevo paradigma optimo y dinámico, tomamos en cuenta la segunda idea primordial que comprende la investigación, en el mejoramiento de la docencia. Consecuencialmente la investigación está estrechamente vinculada con la formación docente investigativo, ya que la misma nos conlleva a encontrarnos y relacionarnos, con las diversas teorías aclaratorias de la responsabilidad que asumamos en labor docente, y de donde se origina dicha disciplina. Es por ello que tenemos la necesidad recurrir a la búsqueda de ciertas interrogantes, ya que muchas veces no tenemos el conocimiento exacto, del porque se da dicha disciplina, cuáles son nuestros objetivos a alcanzar, nuestras metas y porque siempre debemos prevalecer en la enseñanza, o que no entendemos las finalidades o los retos, que día a día se nos van presentando.

A esta proporción, investigar es buscar, hallar, encontrar y enterarnos para estar al tanto de las expectativas que van surgiendo, por parte de los aportes científicos educativos, con la finalidad de permanecer en la constante formación y

aprendizaje de metodologías, que se van modificando con el paso del tiempo. Y es afirmante que el hecho investigativo, nos otorga la preparación necesaria para adaptarnos a los cambios contantes, que van sucediendo en el ámbito del sistema curricular. Ya que si, nos toca manejar otro tipo de formato o plan de enseñanza pedagógico, o bien sea de comprobar la integración de los aprendizajes a través de la evaluación, pues estamos dispuestos a aceptar ciertos cambios venideros, y con el conocimiento suficiente, para llevarlos a cabo adecuadamente, sin ningún perjuicio a frustrarnos por no comprenderlos, o por la falta del estudio de los mismos. Al ubicarse según Freire (2001) nos señalaba que la educación, “es un acto de conocimiento”, por tanto es de aquí donde parte la perseverancia del arte del conocer, porque más que conocer, es adentrarnos al mundo de los saberes creativos y pensantes, para la buena formación y evolución de la educación.

Por otra parte, el acto investigativo posee varios horizontes de búsqueda, uno

de ellos resulta la investigación realizada a base de libros, revistas, aportes teóricos, pensamientos temáticos de autores, noticias, documentales escritos y entre otros medios. Cuya forma de investigar la denomino como la investigación metodológica, o bien teórica. Otro seria la investigación de campo, que la podemos realizar, a través de las entrevistas dirigidas a personas con, capacidades de alto nivel conocimiento suficientes , como también a aquellos que poseen saberes innatos, como cultores, historiadores, cronistas y entre otros más. Otro tipo de investigación es la que a diario nos hacemos, esta la podemos lograr aprendiendo de nuestros estudiantes; como lo decíamos anteriormente, no todo lo sabemos, también dejemos que los educandos nos ensueñen a nosotros o bien aprender de ellos, permitiendo así, su participación en la contribución de nuevas ideas, y tomar en cuenta sus conceptos y opiniones. Evidentemente esto se convierte en una forma de investigación participativa, entre el profesor y el alumnado, donde a la vez estamos enseñando y al mismo tiempo, formándonos e investigando continuamente, por medio de la práctica pedagógica.

Con respecto a ello, es aconsejable que las universidades en materia de las carreras educativas, incentiven a los universitarios, la importancia de la investigación, permitiendo inculcar el habito

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de investigar, como parte de la formación docente. Porque gracias a la metodología de la investigación, no sería posible la perfección educativa. Como es el caso del autor Stenhouse, (1998) que señala: “Enseñar a Investigar, es un proceso que se inicia con la formación personal, se refuerza con la teoría, y se cimienta en la práctica pedagógica.

En virtud a este tema que se vincula al constante aprendizaje, también se relaciona con el dicho popular que dice: “todos los días se aprende algo nuevo”. Pues es así, que nuestra vida como docentes debe tener sentido, para el desarrollo de perspectivas admirables y que produzcan motivación, con relación de romper el común movimiento monótono, que se ve dentro del área educativa, evidenciado en las aulas de clase. Y como lo veníamos comentado, el hecho investigativo, también se puede inculcar desde la edad escolar; promoviendo la curiosidad, el interés y empleado estrategias didácticas, que motiven a la realización de trabajos investigativos, comenzado por lo mas sencillo, y que además los temas estén relacionados a su entrono local, como a su ambiente familiar, escolar, cultural, nacionalidad y curricular. Sin duda es de esta manera, como podemos construir, una cultura investigativa; y de acuerdo a lo planteado, la investigación en la formación docente pude ser un medio cultural, porque en cierto modo la palabra cultura

viene de culto, que cultiva; es decir cultivar, sembrar, cosechar. Es de allí que la investigación se transforma en una cosecha de conocimientos, la cual va ampliando la manera de pensar y de hacernos más creativos e intelectuales, para recoger la futura semilla.

Atendiendo a esta consideración temática, hemos visto la importancia que tiene la formación, la investigación y la enseñanza investigativa en el ámbito de la docencia. Puesto que permite en si el avance constante de conocer y de progresar en nuestro desarrollo tanto individual como colectivo en la sociedad, aplicando satisfactoriamente, una mejoría continua que hace posible la apertura a nuevos rumbos y metas, que deseamos alcanzar, es más, cuando nos proponernos el intento de seguir adelante, ya estamos asegurando nuestro objetivos. Canalizando en si la diversidad multicontextual en variar el conocimiento, la enseñanza y el aprendizaje, y de esta manera crearnos nuevos paradigmas, que estén de acuerdo a las necesidades actuales y a los cambios e invenciones constantes, que se van desenvolviendo, a medida que avanzan las generaciones a través de su formación educativa. En consecuencia a ello, no solo se basa en la formación de generaciones, sino también ser creativos, es decir creadores del saber. Lo que fomenta la edificación de nuevas estrategias pedagogías, didácticas, lúdicas, discursivas, tecnológicas, metodológicas y

formativas y documentarias. Promulgando el enraizamiento de los valores éticos, sociales y morales, para un lograr un mundo cooperativo, donde nos ayudemos los unos a los otros de manera frecuente.

Finalmente queda de parte de nosotros, seguir impulsando nuestro caminar, en hacer realidad la práctica de los que, aquí literalmente se ha presentado, y no quede meramente como un acto de cumplimiento, sino que se accione verdaderamente como una necesidad principal, para la mejora de la cadena del conocimiento como lo señalo inéditamente “hoy me educas tu, mañana yo educare

“Nunca consideres el

estudio como una

obligación, sino como

una oportunidad para

penetrar en el bello y

maravilloso mundo del

sabe” Albert Einstein

Publicado: Capacho, Independencia 5 de julio de 2014

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ROL DEL DOCENTE,

EN SU FORMACIÓN

INVESTIGATIVA Y SU

INCIDENCIA EN LA

ACCION PEDAGÓGICA.

Autor; Yasser Abrahán

Gómez Rincón

El actual sistema educativo orienta a los docentes para que cumplan con algunas metas y acciones pedagógicas, basadas en fundamentos curriculares con ideales muy alejados de la realidad educativa, descontextualizados, que no se toman en cuenta ciertas variantes, que hacen del proceso de enseñanza aprendizaje, un reto tanto para los docentes, como para los estudiantes, existen ciertas particularidades que solo el educador y los educandos pueden determinar, acatarlas, modificarlas para contribuir al mejoramiento de la calidad educativa. En tal sentido ¿los docentes toman en cuenta todas las ciencias del saber y los procesos cognoscitivos, al

momento de ejercer la

enseñanza?, ¿Qué aportes hacen los docentes, para apoyar al mejoramiento de la calidad educativa?; los elementos que nos permiten contribuir al fortalecimiento de la educación, están en las manos de los docentes, ya que estos, son los que experimentan, en su cotidianidad, diversas experiencias, que accedan a desarrollar, en un contexto cambiante, fundamentos que nos permitan construir conocimientos para solventar problemáticas en distintos escenarios. La actividad educativa no debe estar limitada a copiar modelos de otros docentes, si no por el contrario, mediante la investigación, lograr crear estrategias metodológicas y didácticas, en base a realidades y experiencias, que permitan construir ideas, que solucionen problemáticas y necesidades muy puntuales de utilidad al colectivo educativo. En el proceso de la investigación educativa, intervienen los docentes, estudiantes, en un ambiente o contexto, con el propósito de atender lineamientos de un currículo y cuya finalidad, es el de fomentar o crear capacidades que admitan, instituir competencias o habilidades que van a permitir sistematizarlas y ponerlas en práctica, para esto es necesario fomentar en los docentes la cultura investigativa, “el

espíritu de la curiosidad, el deseo de búsqueda permanente, la lectura y conversación sobre novedades

científicas….. Entre otras actitudes y

hábitos, promueven la cultura de la investigación”.

“Investigar es una oportunidad para problematizar nuestras prácticas y reflexionar sobre lo que hacemos todos los días: enseñar, pero fundamentalmente, aprender a enseñar.” Chacón (2009).Una de las posibilidades es provocar la ideología, el razonamiento, Convertir los espacios de aprendizaje y enseñanza en espacios para comprender, para respetar, los puntos de vista diferentes y para cultivar la disposición de aprender constantemente.

La investigación es un momento para aprender sobre los procesos educativos. De ninguna manera, son los docentes los que ejecutan, lo que los expertos nos indican en relación con los componentes y agentes del currículo. Por el contrario, desde la observación

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de nuestras actuaciones, suponemos a fin de construir conocimientos respecto a la enseñanza, al aprendizaje, entre otros aspectos vinculados a nuestra tarea.

Giroux (1990), “cuando

expresaba que los profesores y los estudiantes de educación concentran sus mayor es esfuerzos en saber cómo enseñar, qué estrategias utilizar en el aula, qué materiales usar; olvidando la importancia de pensar y clarificar sobre los propósitos educativos” y evaluativos ya que estos nos permiten tener en constante revisión y mejoramiento de la calidad educativa.

En las múltiples tareas y

compromisos que tenemos en las escuelas relacionados con los lineamientos oficiales del ministerio de educación, zona educativa que en algunos casos, hasta llegan a interrumpir o desplazar significativos procesos de aprendizaje en las aulas, pero que debemos llevar a cabo porque así lo han dispuesto las autoridades educativas

“Se trata

entonces, de contextualizar la investigación para generar teorías, tal como lo afirma Litwin (2008) “así como los docentes planifican, evalúan y proponen actividades para los estudiantes, o llevan a cabo

diferentes estrategias, también pueden realizar procesos investigativos” (p. 202).Por supuesto, que estaremos pensando ¿Cuándo investigar, si tenemos una agenda llena de actividades y responsabilidades?”

La investigación desde la

meditación de nuestra labor permite entender nuestra realidad y cambiar cada situación en un momento para aprender, trazando nuevas perspectivas para revalorizar la profesión docente y su compromiso con la sociedad.

Los docentes deben

revisarse, autoevaluarse y cuestionar su labor constantemente en pro de un mejoramiento progresivo, la investigación educativa ejercida directamente en campo laboral y la formación permanente son los procesos fundamentales para que este mejoramiento sea efectivo ,y por ende la calidad de los procesos educacionales y el sistema educativo tenga mejores frutos y avances significativos.

Publicado: Capacho, Independencia 5 de julio de

2014.

“Dime y lo olvido,

enséñame y lo recuerdo,

involúcrame y lo

aprendo”

Benjamín Franklin

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LA INVESTIGACIÓN

COMO PRINCIPIO DE

FORMACIÓN DOCENTE,

PARA LA INNOVACIÓN

Y REMODELACIÓN DEL

SISTEMA EDUCATIVO

Autora: Elaine A. López O.

La educación es el

proceso de formación académica compleja, dinámica multidireccional, convencional y no convencional; por medio del cual, el educador enseña y transmite conocimientos, valores, costumbres, sentimientos y hasta formas de actuar. Este proceso se consolida en la medida que el adoctrinador y adoctrinado se inmiscuyen más en el mundo de la investigación tomándola como el principio de su formación personal y profesional. “El ejercicio de la docencia no pude estar limitada a solo consumir conocimientos producidos por otros” (Elliot, 1997).

El investigador

profesional debido a su capacidad crítica y reflexiva de actuar y pensar tiene la capacidad de trasferir enseñanzas no solo a través del habla sino también con

acciones, actitudes, afecto y pensamientos; enseñando lo que conoce y a su vez aprendiendo de lo que no. Todo lo anteriormente mencionado le permite llevar a la realidad sus ideas haciendo uso del intelecto y formación educativa previa con lo cual construirá el conocimiento.

Actualmente; se puede

afirmar que la investigación para el educador es como un reto que no todos logran enfrentar y superar. Quien se educa tan solo para obtener un título universitario y para repetir metodologías tradicionales; además, que no tiene motivaciones futuristas de superación personal; no llegará en lo absoluto a ser reconocido como un verdadero docente investigador; un maestro en su totalidad debido a su continua renovación, más bien un mediocre dentro del campo educativo. Un anodino con título, así como un cargo dentro de este proceso multidireccional quien se encuentra enseñando a nuevas generaciones dentro de un marco rutinario tradicional herrado que no le permitirá al educando ser futurista, mucho menos investigador en un mundo con tantas aventuras y creaciones que explorar de los cuales aprender.

Es por esto, que se

puede afirmar que el docente que investiga tiene la capacidad de lograr enfatizar, minimizar y solventar los enigmas que presentan este proceso tan

transcendental como es el educativo, en el cual no solo es necesario enseñar sino aprender a hacerlo; formándonos primero para luego educar.

Tal como lo expresó Paulo Freire

“…el educador ya no es solo el que educa sino aquel que, en tanto educa, es educado a través del diálogo con el educando, quien, al ser educado, también educa.”

De igual manera, se debe tener en consideración que;

“Ninguna verdad es absoluta. Las verdades siempre son provisionales. Además, que debemos saber pocas cosas pero saberlas bien” Díaz 2006 de igual manera lo expresó (Popper 1994) “El conocimiento siempre estas abierto a revisión pues consiste en conjeturas

comprobables” Por lo tanto, el

educador no debe resumirse a una sola realidad, menos educar para que sus estudiantes lo hagan; más bien, investigar e inmiscuirse más a conocer sobre temas de interés y estudio. A su vez, este debe reconocer que para realizar la

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práctica pedagógica existen componentes influyentes en la misma donde no es él el único que interviene. Los componentes son: como forjador del conocimiento; el Docente, quien debe regirse por un Currículo en el cual se encuentran temas y contenidos que a su vez llevan a una Enseñanza, que tendrá como receptores a los Alumnos quien en conjunto con los demás componentes se encuentran relacionados por un Contexto.

Sin excepción todos estos componentes son parte del proceso más relevante de formación como es el educativo. Actualmente, es notorio el mal uso del componente académico; Currículo el cual en las instituciones educativas coexiste en tres diferentes realidades o versiones. Uno oficial el cual es emanado por las autoridades educativas competentes, otro oculto, que se deriva de rutinas y prácticas educativas tradicionales y por último el currículo real que viene siendo el resultado de la mala fusión de los dos anteriores. Por lo que Díaz indicó que es una cosa la que dice el programa que se enseñe; otra la que realmente se enseña y otra muy distinta la que aprenden realmente los alumnos.

Es por esto, que se

puede asumir la investigación como un acto de actualización y culturalización; la cual en los últimos años así como; la reflexión han cobrado importancia en el contexto

educativo surgiendo de las mismas propuestas para promover la enseñanza reflexiva. Ser reflexivo trasciende, entonces, lo cognitivo e implica sentimientos y valoraciones ético morales del profesor. Es de gran relevancia entonces mencionar que ya Dewey (1989), nos advertía sobre la necesidad de cultivar actitudes favorables hacia el pensamiento al mismo tiempo nos hizo aportes personales como: primero poseer una Mentalidad abierta, entendida como escuchar, reconocer otras visiones, prestar atención a otras posibilidades y aceptar el error para poder encontrar soluciones a las situaciones presentadas, segundo tener Otra actitud, es el Entusiasmo o ser “de todo corazón”, fíjense que refiere el componente afectivo que impregna las relaciones entre las personas y su oportunidad para aprender y convivir; Por último, aboga por la Responsabilidad, relativa a las implicaciones éticas y morales de la actuación de cada ser humano.

Así, ser responsable es una condición necesaria en el pensamiento reflexivo. Aportes que desde el punto de vista académico son de gran importancia no solo

aprender sino también asumir y ejecutar.

Por consiguiente, si la meta del educador es ensañar a pensar se debe dar espacio a que el educando posea una mentalidad abierta, que sea responsable además de afectivo lo que le dará como resultado un nuevo ser que resolverá problemas y dudas a través del pensamiento razonable y reflexivo.

Lo que se quiere lograr;

es que el nuevo educador sea forjador de nuevas generaciones relacionando lo relevante e indispensable de la investigación profunda y continúa de temas de interés y estudio. Tal como lo expresó la Dra. María Auxiliadora Chacón en la I Jornada Occidental de Investigación UPEL-IMPM el 19 de noviembre de 2009:

“La investigación permite comprender nuestra realidad y convertir cada situación en una ocasión para aprender, trazando nuevas perspectivas para revalorizar la profesión docente y su compromiso con la sociedad”.

Por tal motivo debemos

asumir que el cambio del sistema educativo y social está en manos de todos, la sociedad y la forma de educar no

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cambiara si solo así lo desean; más bien cambiara si cada miembro de las mismas aportan un granito de arena cambiando de esta manera, el modelo de educar tradicionalmente que aún existe, creando nuevas doctrinas y formas de adoctrinar que permitan la relevación del pensamiento reflexivo e investigativo de la gran triada educativa; miembros de la escuela; familia y comunidad.

Motivado a lo mencionado anteriormente, es que los educadores continuamente como renovadores y mejoradores del proceso educativo deben realizarse preguntas personales como, ¿Qué estamos haciendo para mejorar el proceso?, ¿Para qué y quien lo estamos haciendo?, ¿Si lo estamos haciendo bien? Y muchas otras preguntas a las cuales el mismo forjador del conocimiento dentro del entorno contestará según los resultados de cambio y mejora evidentes.

Fusionado a todo el proceso de educación del cómo formar y preparar a un docente investigador, además de las características peculiares del mismo; se presencia otra evidente realidad semejante a está como lo es la cultura

investigativa. Que desde el punto de vista de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio, Núcleo Académico Táchira, en la labor mancomunada entre docentes y estudiantes “Formar docentes investigadores reflexivos de su propia práctica es una tarea de la Formación Docente y como tal se ha asumido, a través de la mediación de una cultura investigativa, en distintas asignaturas del pregrado; las cuales hacen evidentes con diversas estrategias, contentivas de técnicas, métodos, actividades, recursos, tiempo, evaluaciones, entre otros”.

La enseñanza de la investigación educativa se admite como acción pedagógica. La misma, es un proceso que se inicia con la formación personal, se refuerza con la teoría, y se cimienta en la práctica pedagógica Stenhouse, (1998), todo esto se enseña en el proceso de formación educativa del docente; quien durante el mismo se inicia en nuevos espacios educativos, donde aprende temas, actividades, estrategias, métodos, demás… todos ellos orientados a la reflexión en la acción y después de la acción; es decir, reflexionando de resultados en un antes, durante y después del acto a ejecutar.

La cultura investigativa

no solo le da valor a la capacidad de reflexión de los

seres humanos; sino que también, incentiva al educador y educando a fortalecerse de conocimientos varios que estimulen todos sus demás procesos convirtiéndose en el anhelado investigador que necesitan las sociedades.

La misma, es el

resultado de la indagación profunda de diferentes autores, quienes han mostrado su interés investigativo además de sus ansias de adquirir conocimientos y expresarlos como aportes en áreas educativas. De acuerdo con Orrego (1997) el término cultura investigativa se refiere al conjunto de actitudes, comportamientos, actividades del proceso de enseñanza aprendizaje de carácter docente y discente, encaminado a fundamentar la investigación como elemento esencial en el desarrollo científico del profesional. Además alude, que desde el punto de vista sistémico, la cultura investigativa requiere de la interacción grupal de los distintos estamentos de la comunidad académica, la búsqueda de estrategias para la promoción y desarrollo de la investigación, así como del trabajo interdisciplinario y transdisciplinario de todos los miembros de la comunidad educativa.

En el mismo orden de ideas, Restrepo (2001) define a la cultura investigativa como organizaciones, actitudes, valores, objetos, métodos y técnicas, todo en relación con la investigación, así como la

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transmisión de la investigación o pedagogía de la misma; con lo que asegura que esta cultura es iniciada por los docentes pero que a la misma se suman otros individuos que también realizan aportes a la misma.

Por otra parte; Ciccone (2007), concibe a la cultura investigativa universitaria, como un complejo sistema, socialmente construido e integrado por leyes, valores y costumbres que comparten los miembros del personal docente de una institución universitaria respecto con la práctica investigativa. También señala la autora que en su forma habitual y tradicional de pensar y hacer las cosas, que comparten en mayor o menor grado todos los docentes. Por una parte, se encuentra el estamento o normativa legal que, de manera explícita, regula esta actividad en el recinto universitario y por otra está la praxis investigativa representada por las prácticas, significados, creencias, mitos, motivaciones e intereses de los docentes, en relación con esta función.

La anterior triada de citas hace énfasis en la actitud de aceptación que debemos poseer las personas sobre la investigación en nuestras vidas; que de alguna manera, la

investigación y la cultura de la misma, deben ser el timón de nuestra formación personal y profesional que entre más se conozca y aprenda, más se tendrá que enseñar dentro de las aulas y sociedades en el caso del educador. Así es como se lograra cambiar al mundo mostrando nuestras acciones y sus resultados, no nuestras opiniones e inquietudes como lo expresó Zhuangzi “Los que saben no hablan. Los que hablan no saben. El sabio enseña a través de sus actos, no de sus palabras”. Siempre estará de más que solo se hable, si lo hacemos sin fundamentos e ideales pero si nuestros aportes son fundamentados con un respaldo investigativo consolidado no lo debemos callar debemos enseñarlos y ponerlos en práctica.

“No son los hechos, no es la superficie lo que hay que transformar, es el hombre… y empecemos por nosotros mismos… por nosotros mismos, dando el ejemplo de que realmente estamos impregnados de una nueva idea, que no es nada nueva, es muy vieja, pero en este momento es nueva para este mundo…”

Hugo Chávez Frías Es necesario

transformar el proceso educativo. Renovarlo hacer que los nuevos forjadores del conocimiento innoven, evolucionen el proceso; tengan aspiraciones de superación personal y profesional. Que si están inmersos en el campo de

la educación tengan anhelos de brillar, de resaltar por sus alcances y logros pero también siendo conscientes de sus debilidades teniendo en cuenta que se debe enseñar para pensar luchando por el cambio de la educación y no por una educación que nos enseñe a obedecer no teniendo ambiciones futuristas.

En conclusión; como lo expresó Simón Rodríguez el 28 de octubre de 1769 “El título de maestro no debe darse sino al que sabe enseñar, esto es al que enseña a aprender; no al que manda aprender o indica lo que se ha de aprender, ni al que aconseja que se aprenda. El maestro que sabe dar las primeras instrucciones, sigue enseñando virtualmente lo que se aprende después, porque enseño a prender”; es decir, no se debe enseñar a obedecer sino se debe enseñar a aprender inculcando sutilmente como medio para adquirir conocimientos la investigación y culturalización constante; dejando la semilla de curiosidad a conocer y aprender más.

Publicado: Capacho, Independencia 5 de julio de

2014.

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“Enseñen los niños a ser preguntones, para que, pidiendo el por qué de lo

que se les mande hacer; se acostumbren a obedecer a la razón, no a la

autoridad como los limitados, no a la costumbre como los estúpidos”

SIMÓN RODRÍGUEZ