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CORTA www.frasecorta.com

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Número 01 / Un espacio dedicado al Periodismo, a la Literatura, al Arte, Cine, Teatro, etc. / Desde Arequipa para el mundo / Mayo2013

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EN BÚSQUEDA

DE LA VIRGEN

DE CHAPI

Un periodista tuvo el atrevimiento de

entrevistar a la Patrona de AREQUIPA

¿COMPRARÍAS UN

PERIÓDICO A LAS 8

DE LA NOCHE?

La historia de un veterano canillita

que no tiene un puesto de venta.

16MÍRLA,

BÉSALA,

ABRÁZALA

Y ÁMALA

Amor hacia una madre.

30 CRECIMIENTO

El poder de las MYPES

34

¿Un poemita?

Goyo MENAUT

Crónica de un artista que sólo

pinta: toros y toreros. 34 COLÓNIDA

Recordando a Valdelomar

Aquí no se escribe los versos más tristes.

FRASE CORTA

01 Director

Jasson Ticona

jassonxt@frasecorta.com

Editor En búsqueda

Coordinadora general Helen Hancco

Redactores Kelly Tintaya Flores

Dyane Flores Marcos Mamani Quispe

Sonia Quispe Chacón Doris Sarmiento

Fotografía Denis Justo Mayhua Coaquira

Colaboradores Jimmy Boris Flores Quispe

Roberto Rojas Cari Jorge Núñez Patiño Jhon Cusi Rimache

Ilustración Marquiño

Jefa de Publicidad y Marketing: Gris gris@frasecorta.com

Diseño y Diagramación Jassonxt

Contactos: Internet: Facebook o Twitter

No se prohíbe la publicación total o parcial

www.frasecorta.com

No puedo tener hijos. Esa fue la terri-ble noticia que recibí aquella tarde, luego un chequeo me dico. “Jasson, lo sentimos mucho, pero tu no podra s tener hijos”. Quede mudo y perplejo. Era, sin duda, la noticia ma s triste que habí a recibido en toda mi vida. ¿Yo?, ¿este ril?, ¿un dinki?, ¿improductivo? La tristeza y furia me invadio y quise, abrumado por la ansiedad, pedir al me dico que actu e en el acto, que me lo corte de un tiro n, incluyendo las ‘bolon as’; que todo era en vano, que ya no me serví a. Respire hondo, mire a mi alrededor y trate de tranquilizar-me. Ricardo, que era el me dico princi-pal, se acerco y me abrazo . “Eres un afortunado, lo podra s hacer sin pre-servativo”, alcanzo a decirme. Desde ese dí a mi vida cambio . No se si luego llore o celebre aquella ventaja mí a. Pues, naturalmente, preocupacio-nes no tení a. Me envolví en mil aven-turas, viajes y paseos, como un mari-nero que viene y se va. Hasta que oí a un anciano decir que todos deberí a-mos tener un hijo, escribir un libro y sembrar un a rbol; que eso era parte de la vida. ¿Y yo? ¿Co mo reparo esa este ril situacio n? ¡Rayos!

En ese entonces ya estudiaba Pe-riodismo y habí a que cumplir con lo dicho: tener un hijo. Lo habí a intentado en diversas ocasiones y lugares. Pero vaya, ¡que abatimien-to!, todo, sin acierto, ni fortuna. Tal vez por eso, el 7 de octubre del 2010, con un grupo de amigos, lan-zamos la revista digital Frasecor-ta.com, un espacio dedicado al Pe-

riodismo, a la Literatura, al Arte, Cine, Teatro, etc. “¡Es nuestro hijo!”, les dije emocionado. Y así caminamos dí as, tar-des y noches enteras haciendo Perio-dismo. Con caí das y glorias, tristezas y alegrí as. Esta revista digital absorbio el soplo de vida y se hizo carne y hueso, con alma y corazo n, como un nin o que nace al cuidado de su madre. Por eso ahora queremos presentarles la revista digital, pero en esta oportuni-dad ustedes podra n visualizar todo el material digitalizado electro nicamente. Utilizamos el servicio Issuu. No quere-mos ser impresos, tampoco que nos lleven de un lado a otro, y menos en la axila derecha. Queremos permanecer en la red, en el lugar donde nacimos. Queremos seguir aquí , no para reposar tranquilamente, sino para ratificar aquel compromiso empen ado, quere-mos hacer Periodismo. Ser un espacio en donde reine el amor, el humor, la venganza, la pasio n, el sexo y la adora-cio n a las cosas ma s importantes de esta corta vida. No tenemos competidores, ni competi-mos con otros… Somos simplemente Frase Corta y punto..

FRASE

CORTA EDITORIAL

Jasson Ticona

Nos vemos y leemos dentro de 30 días

En búsqueda

de la Virgen de Chapi

No fue un peregrinaje, fue un viaje de trabajo. Todo con un sólo objetivo: entrevistar a la Virgen de Chapi, la patrona de Arequipa.

Llegamos hasta Siete Todos y desde ahí, recorrimos a pie

hasta su Santuario. La luna llena iluminó nuestro camino. En ese momento sabíamos que la aventura no seria en vano.

Entrevista.

POR: JASSON TICONA

N o hay duda. La Virgen de Cha-pi es hermosa. Tiene los ojos grandes, claros, ver-des; la piel fina. Es, insis-to, la mujer ma s bella que he conocido. Tal vez por eso quede impactado, en-cantado, seducido, loca-mente ilusionado. Lo confieso: quede vilmente enamorado. ¿Pecado o milagro? ¿Quie n no se enamoro de un ser di-vino? ¡Santí sima Virgen! ¡Dios mí o! ¿Que demo-nios hago? Aprovechando mi condicio n de Pe-riodista, logre -con fortuna- ingre-sar hasta la plataforma central. Treinta segundos de nerviosismo y quince de afoní a. De pronto un hombre se me acerca.

- ¿Buscas a alguien? - Buenos días. Sí. Soy Periodista y quisiera conversar con la Virgen.

- ¿La Reverenda Madre Teresa? - No, quiero hablar con la Virgen de Chapi.

- ¿Estás loco? Ese hombre, de abultada contextu-ra, se paro delante de mí y me sen a-lo la capilla que quedaba a veinte metros de distancia. “Puedes ir allí si quieres rezar”, me dijo. Natural-mente, no me entendio . Quise re-troceder, insultar al regordete y escapar en el acto, pero de pronto, disimuladamente, note que la Vir-gen nos miraba. Ella estaba quieta en su anda, pulcramente vestida, brillando como oro.

- ¿Puedo pasar un rato? – le pregunté.

- Pero que sea rápido, porque ya va empezar la misa central – me respondió.

Habí a ocurrido el milagro. Saque mi cuadernillo, un lapicero negro y mi credencial de prensa. Sie-te pasos firmes y ya estaba con la Virgen. Habí a que guardar la compostura y calma. El lugar era sagrado.

- Buenos días. Soy Periodista de una revista digital y me gustaría hacerle unas cuantas preguntas.

La imagen no respondio . “A veces ocurren estas cosas”, pense . Suele ocurrir con las autoridades. Fa cilmente no te responden.

- Creo que su Santuario no se llenará, veo po-ca gente – le dije en tono irónico.

- No seas insolente jovencito. ¿Me decías que eres periodista?

Así empezo aquella historia religiosa, primero de mayo del 2013, para ser ma s exactos. Alejado de la ciudad, en Polobaya, en el dese rtico lugar de-nominado Chapi.

Acostumbro ir todos los an os al Santuario de la Virgen de Chapi. Es milagrosa, dicen todos. La u ltima vez casi muero de frí o. Recostado en un rinco n de su casa trate de dormir, pero fue inu til. El frí o destrozo mis rodillas y mi mejilla querí a partirse. Tal vez por eso, este an o, lleve todas las “armas” para un buen descanso. El punto de en-cuentro fue, como siempre, La Isla. Desde aquí parten todos los carros rumbo a Chapi. Hay au-tos, combis, buses y camiones. Otros deciden ir a pie, cruzan los distritos de Socabaya, Sabandí a, Characato, Yarabamba hasta llegar a Polobaya, pero ¡que tortura! ¡Eso es para los valientes! Por eso subimos a una custer y emprendimos el via-je. Cuando llegamos a “Siete Toldos” decidimos des-cansar, despojarnos de las mochilas y estirar los brazos y piernas. “Iremos por cuestiones de tra-bajo. ¿Hay algu n fiel aquí ?”, pregunto. Denis y Charly sonrí en, ambos son foto grafos. Elenita coge mi brazo y me confiesa que ya esta cansada, que es la primera vez que va a ese lugar santí si-mo. ¿Cansada?, pero si apenas hemos caminado diez minutos. “El camino es ancho y ajeno”, le digo. Lucio y Rita no se inmutan. Ellos conocen el camino mejor que nadie. “¿Alguien quiere ori-nar?”, pregunto a todos. “Aprovechen que ya no paramos hasta llegar”. Nadie responde. Los seis, empezamos a caminar.

La Virgen de Chapi es her-mosa. Tiene los ojos grandes, claros, verdes; la piel fina. Es, insisto, la mujer más bella que he conocido.

8

Desde el sector de Siete Todos la ruta es una mezclara de desierto, piedra y espinas. Toda la llanura es salpicada de Tola y Ccapo. Una sen ora nos cuenta que antiguamente en este sector habí an siete personas que montaron sus toldos para vender alimentos y bebidas a los peregrinos. De ahí el nombre. Cargamos nues-tras mochilas y emprendemos la marcha, como quien ya quiere llegar y dormir. Este an o, todos estamos premiados: Hay luna llena y el delica-do camino se convierte en una pista de baile. Hay una fila de peregrinos que no paran en su cometido. Nin os, jo venes y adultos. Algunos caminan lentamente, otros parecen correr. Todos quieren llegar y ver a la Patro-na de Arequipa. Yo, simplemente, quiero hablar con ella.

- Sí, trabamos en una revista digital, Frase Corta, y hemos venido hasta aquí para hacerle un reportaje. Mis amigos están fotografiando todo su Santuario y lo publicaremos por Internet. - ¿Internet? Suena interesante. Escuché sobre eso. ¿Es complicado? - Un poco.

Ella tiene la mirada sobre toda la gente, su manto es blanco brillante y tiene la vestimenta bordada en oro sobre terciopelo. Sus cabellos negros tambie n brillan. Y en sus brazos sostiene al nin o Cimarro n.

- ¿Crees que la Iglesia debería renovarse? – le pregun-to. - Sí. Hay mucha Hipocresía. Sólo mira a esta gente que llegó desde Arequipa. No vienen con fe. Piensan que llegar a Chapi es un paseo. - ¿Eso te da cólera? - La ira no conduce a ningún lugar. Cohíbe la ira, re-prime el coraje. Me causa tristeza, mucha tristeza. - ¿Tú sabes, cuándo vendrá Dios, cuándo será su se-gunda venida?

Este año, todos estamos premiados: Hay luna llena y el camino se convier-te en una pista de baile. Hay una fila de peregrinos que no paran en su cometido. Algunos caminan lentamente, otros parecen correr. Todos quie-ren llegar y ver a la Patrona de Arequipa. Yo, simplemente, quiero ha-blar con ella.

TRES CRUCES.

Primera parada de aquel viaje en busca de la Virgen de Chapi.

La Virgen de Chapi sonrí e. Hay un silencio de cuatro segundos. Ella responde.

- Jesús prometió que él regresaría. Está en la Biblia, Juan 14:1-4. Ahí dice: "No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Vendré otra vez”.

- ¿Pero no hay una fecha exacta? - Mateo 24:36. Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos.

- Cambiemos de tema. ¿Tienes contabili-zado los milagros que haces?

- Muchos, pero el milagro lo hace Dios. La fe de la gente ya es un milagro.

Antes de llegar al Santuario de la Mamani de Chapi, uno debe cruzar por el sector de Tres Cruces, una montan a de piedras. Aquí los fieles construyen las ce lebres Apache-tas. Ciro Alegrí a hablo de ellas como una ofrenda de piedra. Para quienes gustan recorrer el Peru a pie, una ofrenda de pie-dra es algo habitual. Las buscamos ansio-sos en las montan as, en las cruces, despue s de estar “yendo” o “viniendo” y cuando las encontramos sentimos el alivio, pues el camino es el correcto. Aquí conversamos con Andre s Condori. Tiene 48 an os y es de Puno. “Vengo por quinta vez al Santuario”, me cuenta mien-tras coge una vela y lo enciende. No quiere que se apague, “eso no es bueno”, dice. Cie-rra los ojos y pide el milagro. Seis segun-dos de silencio y nos cuenta su peticio n. “La primera vez pedí una casa y me hizo el milagro, luego pedí un carro y tambie n se cumplio . Ahora vengo a pedir que me ayu-de con mi segundo compromiso, quiero casarme”. A cinco metros esta Teresa Luna, una madre de familia que tiene a su hija postrada en cama. “Vengo por mi hija, ella esta mal, vengo con fe, la virgencita me ayudara , yo confí o en ella”, dice. Baja la cabeza, se quiebra su voz y llora.

Seguimos caminando. Lucio me cuenta que le va bien en la Universidad, que quiere ser un buen profesor. Yo quiero hablarle de Periodismo, que amo esa profesio n, que me encanta, pero vaya… terminamos hablando de chicas. Hace-mos unas cuantas bromas sobre nuestras vidas y seguimos caminando. Casi todos llevan una linterna. Algunos cami-nan en silencio, la mayorí a conversando, otros con full mu -sica, al son del reggaeto n. Cuando llegamos al Santuario, la frí a voz de los comercian-tes rompe nuestra concentracio n. Querí amos entrar jubilo-sos y arrepentidos por nuestros pecados, pero otra vez la voz del negocio fracciona nuestro afa n. Es demasiado tarde para ceremonias o protocolos religiosos. No hay tiempo, tenemos que dormir. Son las tres de la madrugada. ¿Do nde dormir? A lo lejos divisamos un pequen o espacio vací o. Hoy nuestro colcho n sera el cemento. Nuestra almohada, las mochilas. Y de frazada, nuestra ropa y piel. “Hasta ma s tarde, quien duerme ultimo apaga la luz”, digo y me tapo la cara. Corre un viento por nuestros cuerpos, el frí o parece detenerse, la gente sigue llegando. Al fondo, quieta y abri-gada, esta la Virgen de Chapi, ella no duerme, ella espera a todos. Este an o se espera 180 mil peregrinos. A las 11:00 horas, el pastor de Arequipa, Mons. Javier del Rí o Alba presidira la misa central. Luego la venerada imagen Mariana saldra en procesio n por la explanada. Ella ya esta lista. Siempre esta lista. Yo tambie n estoy listo. Continu a con la entrevista.

- ¿Y qué le parece la gestión de Ollanta Humala? En cam-paña aseguró la transformación del Perú.

- No opino de política, no es el momento. Hoy es una fe-cha importante.

- Pero hay mucha gente humilde que llega hasta este lugar, justamente porque existe injusticia, pobreza y tristeza, debido a las malas políticas de los gobernan-tes.

- Tú lo has dicho. Yo siempre rezo por vuestro Presiden-te, por todas las autoridades, el Perú, económicamen-te, está creciendo. Eso se debe agradecer.

- Y Arequipa, ¿también está creciendo? La Virgen se impacienta. No le gustan estos temas. Voltea la mirada, como viendo el camino de los peregrinos.

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- Sé que no quieres hablar de política, pero dime, ¿apruebas la gestión del Presidente Regional y del Al-calde Provincial?, ¿merecen ingresar al reino de los cielos?

- Alfredo Zegarra es muy conflictivo, pierde la paciencia fácilmente, pero aquí cuentan las buenas intenciones. Quiere cambiar la ciudad y encuentra mucha oposi-ción. Ustedes deben apoyarlo.

- ¿Y Juan Manuel Guillen? Ya parece un Santo, tiene sus cargadores, ¿no?

- (Risas) Él es inmortal. Está pagando el apoyo que reci-bió en campaña. Amor con amor se paga.

Por tercera vez, el hombre de abultada contextura, me mira y me hace sen as. Debo terminar la entrevista. No quiero que me saquen en hombros. Falta poco para las 11:00 am. La misa esta por empezar.

- Tú que eres milagrosa, haz por favor, que la gente pobre sea feliz – le digo.

- Tienes un buen corazón, ve con tus amigos, te están es-perando. Pronto, todo el mundo será feliz – me respon-de.

Le agradezco por la entrevista, cojo su manto, y le doy un beso. Siento una rara sensacio n por dentro. Quiero llorar. Ella se da cuenta.

- No te pongas triste – me dice. Ambos nos callamos y luego me pregunta. – ¿Y cuándo se publicará esta nota?

- La próxima semana. Todo será por internet. - No tengo Internet, tampoco una computadora. Ya me enteraré luego. Eres el primero en entrevistarme. Te agradezco por eso.

Ahora sí , el hombre grueso se acerca y de un tiro n se lleva a un rinco n. Escucho un ca ntico cristiano y veo al Arzobispo dando la bienvenida a los fieles. La fiesta empieza. Guardo mi lapicero y cuadernillo y me alejo de la Virgen de Chapi. Todo termino . De lejos nuevamente la miro y me despido de ella. Creo que ya no me ve. Ella esta quieta. “De lejos, tam-bie n es bonita”, digo en silencio. No hay duda. La Virgen de Chapi es hermosa. Tiene los ojos grandes, claros, verdes; la piel fina. Es, insisto, la mujer ma s bella que he conocido.

– No te pongas triste – me dice la Virgen de Chapi. Ambos nos callamos y luego me pregunta. – ¿Y cuándo se publicará es-ta nota?

– La próxima semana. Todo será por internet.

– No tengo Internet, tam-poco una computadora. Eres el primero en en-trevistarme. Te agradez-co por eso.

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Siempre habrá una frase corta y punto

Revista Digital

¿DE QUÉ ESTÁN HECHO NUESTRAS

HAMBURGUESAS?

“”Que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina”

Hipócrates

Q.E.P.D.

POR: MARCOS MAMANI

El VIEJO,

los PERIÓDICOS y

la NOCHE

¿Comprarías un periódico

a las 8 de la noche?

Ya es muy tarde para

vender perio dicos. Son

las 8 de la noche. A me-

nos que tengas tu pues-

to en el centro de la ciu-

dad donde los transeu n-

tes van y vienen a rau-

dales. Pero no. Esta s

aquí vendiendo tus perio -

dicos en el puente Santa Rosa de Ma-

riano Melgar donde lo u nico llamativo

es una pollerí a. Y ni siquiera tienes un

puesto, porque tus perio dicos esta n

extendidos en el suelo y la gente que

baja de los micros y pasan a tu lado ni

se dan la molestia de leer los titulares y

so lo te observan como un pobre viejo

hoy. Te haz levantado a las 4 de la ma-

n ana, te haz puesto tu chullo para re-

sistir el frí o y haz tomado un carro ha-

cia el Centro para recoger los perio di-

cos.

Cuando la luz del dí a ha invadido la ciudad, ya haz emprendido

la caminata ofreciendo los perio dicos. Tu recorrido empieza en

el Centro, despue s te vas a Mariano Melgar y terminas en Pau-

carpata. Te ha dolido la espalda por el peso de los perio dicos, te

ha dolido las piernas por el reumatismo, el reumatismo no tie-

ne cura te ha dicho el doctor. Crees que tu reumatismo se debe

al duro trabajo de obrero de construccio n que tuviste cuando

eras joven. “Siempre andaba con mis pies mojados”, te lamen-

tas. Para aliviar el dolor te echas una frotacio n que venden en

botellita en la feria del Altiplano. Dices que ganas 10 centavitos

por perio dico, lo que cuesta un caramelo. Te gustarí a vender

muchos diarios de El Comercio. Se gana un sol cincuenta por

perio dico. “En pueblos jo venes como este no compran este pe-

rio dico, porque cuesta tres cincuenta y los domingos cinco so-

les”, explicas. Y cuando la noche ha caí do, haz llegado al puente

Santa Rosa y aguantas el frio a como de lugar. Como a las 10 de

la noche te vas a tu casa. Esperas que tu esposa Apolonia, que

tambie n es canillita, haya vendido un poco ma s porque tu . Jor-

ge Sallauco Neimamani, haz ganado 8 soles el dí a de hoy.

MA S PESANTE QUE LOS PERIO DICOS

Caminas encorvado por la vejez, pero tambie n lo haces por las muchas preocupaciones que atraviesas. Tienes 9 hijos. Muje-res y hombres. Te refieres a ellos como si fueran nin os: “El ma-yorcito tiene 40 an os, el chamaco 24 o 22”. Algunos trabajan, otros no. No hay trabajo, te han dicho. Mueves la cabeza cuan-do te refieres a uno de ellos: “Me ha salido torcido, le gusta tomar”. Tu pagas la luz y el agua. Ninguno de ellos te apoya. “Ya se dara n cuenta, no tienen experiencia”, los justificas. Una vecina de por aquí te acaba de comprar un Popular y dice que tu hija para escondida por aquí y que te grita cuando no ven-des perio dicos. Ya haz perdido la esperanza en tu jubilacio n.

¿Cuánto haz ganado hoy? 8 soles.

Eso no justifica la sacrificada

jornada que haz tenido .

Jorge Sallauco Neimamani. ¿Alguien

quiere comprar un periódico?

10:15 p.m.

Camina encorvado por la vejez.

PARECE EL HOMBRE MÁS CANSADO

DE LA TIERRA.

Por si fuera poco, Jorge, te ha atropellado un carro hace dos an os y ha agudi-

zado tu reumatismo en tus piernas. “El carro me boto al suelo, no paso enci-

ma de mí, sino peor hubiera sido el maltrato”, recuerdas risueño como si hubie-

ra sido una aventura.

TU ANDAR ES ETERNO

Ya son las 10.15 de la noche. Ahora sí esta desolado el puente Santa Rosa.

Pasan pocos carros, algunos nocta mbulos pasan cautelosamente con sus ca-

sacas cerradas hasta el cuello, los perros caminan con el hocico al ras del sue-

lo buscando comida, la pollerí a au n sigue abierta. Aunque Jorge no tiene reloj

sabe que ya tiene que marcharse. Pero antes de eso, dice que es Punen o y su

mirada con esos ojos apen uscados y tranquilos se pierde en el vací o como si

los recuerdos te invadieran por dentro. Recuerdas tu pueblo de Rosaspata

que queda en la frontera de Peru y Bolivia. “Lo ma s hermoso de alla es el lago

Titicaca, por eso le dicen la ciudad azul”, aclaras. Pero ya es hora de marchar-

se. Coges los perio dicos con esas manos arrugadas y callosas, manos de tra-

bajo, te apoyas en tu basto n y te diriges a tu casa que queda a 8 cuadras de

aquí . Tu regreso parece una peregrinacio n. Pareces el hombre ma s cansado

de la tierra. Una cuadra lo haces en 10 minutos o ma s. No caminas por la ve-

reda. Los carros pasan a tu lado muy cerca. Te pueden volver a atropellar. Las

luces de sus faroles te delatan en la oscuridad de la noche. Un taxista se pre-

gunta: “¿Do nde vivira este abuelito?”. Tu continu as caminando y todos te vas

dejando atra s, porque tu andar es eterno, infinitamente eterno.

Coges los periódicos con esas

manos arrugadas y callosas, ma-

nos de trabajo, te apoyas en tu

bastón y te diriges a tu casa.

Ver los ojos de tu Madre, son

como sumergirte en un crista-

lino arroyo de agua transpa-

rente y encontrar burbujean-

tes joyas y diamantes que es-

tara n por siempre para ti, au n cuando tus esperanzas se hayan esfuma-

do, o tu fe, arrastrada por el vendaval de

problemas que suele presentarte la vida.

Cuando llega el segundo domingo de cada

an o, recuerdas nuevamente esa magia, un

torrente de dulces aromas, que te conduce

hacia los ojos de tu Madre, donde se en-

cuentre, quiza tan cerca como para brin-

darle un abrazo que quisieras que fuese

eterno. Quiza lejos, y desees estirar tus

brazos hasta donde esta ella, so lo para

verla sonreí r. Es lo menos que merece

despue s de tantos caprichos que le has

brindado cuando nin o –y au n de grande-

mientras aprendí as a dar pasos por esta

vida.

Usted que lee estas pa ginas, se preguntara

por que au n encuentra lí neas para ellas; es

porque, justamente ese es un detalle que

olvidamos cotidianamente.

Y es que, cada segundo domingo de Mayo, nos acordamos de prin-

cipio a fin de nuestras mamitas queridas, pero ¿luego de ahí ? y au n

antes? Muy probablemente no las sorprendemos ma s que con un

saludo frí o al de salir de casa o llegando. Tal vez cuando es su cum-

plean os y Navidad. Despue s de ello, absorbidos por el trabajo y

estudio, nos exiliamos de sus brazos y acudimos a su encuentro

cuando los problemas parecen ahorcarnos. Para que nuevamente

ella nos salve.

Escucha su voz, hoy, porque su voz es la voz del Amor, de la vida,

de lo mejor que eres. Porque su voz es la primera que escuchaste,

sin que lo recuerdes mientras gritabas por primera vez al mundo.

Si ella que te escucho entre el dolor y la alegrí a infinita, ¿por que no

te habrí a que escuchar ahora que ya creciste? Escucha la voz de tu

Madre, au n cuando te increpe y le digas que ya eres grande y pue-

des cuidarte solo o sola; no es tan cierto, sin tu madre nunca hubie-

ses aprendido a cuidarte de los atardeceres que se llevan alegrí as o

tristezas, que las caí das duelen pero sanan con el tiempo. Pero ella

no te ensen o todo en tan poco tiempo. Entie ndelo: ella te ensen ara

por siempre. Escu chala, porque es u nica y nadie te ensen ara mejor

que ella.

Pero por sobre todo, escucha la voz de tu madre, porque sus pala-

bras son verdades sinceras. Distintas a las que escuchas afuera, en

el paí s donde la gente le gusta mentir para quedar bien con los de-

ma s. Tu madre es la voz de la verdad. Nunca lo dudes.

Por: Jimmy Boris Flores* Quispe

* En honor a mi Madrecita, primero

mi apellido materno.

“Escucha la voz de tu Madre, aún cuando te increpe. Escucha la

voz de tu madre, porque sus palabras son verdades sinceras”.

Acude a los brazos de tu madre, porque

son los brazos ma s reconfortantes que

hay. Una mezcolanza de ha biles profesio-

nales que te “apapachan” para brindarte

la energí a ma s pura de la vida: la alegrí a.

Porque los brazos de tu madre tienen un

poco de un psico logo, un tantito ma s del

mejor doctor, y sobre todo, de la amiga

ma s fiel y sincera.

Ale grate de la sonrisa de tu madre, por-

que ni siquiera es so lo u nica, sino, es la

sonrisa ma s bella del planeta, y eres afor-

tunado (a), porque tu tienes parte de esa

sonrisa.

Hoy es el dí a de las Madres –sin importar

que lo fue el domingo pasado-, si, porque

hoy tu madre esta contigo, cerca o tan

lejos. Así que no pierdas el tiempo y ense -

n ale lo que aprendiste de ella, ese es el

mejor tributo, la mejor alegrí a que le pue-

des brindar. Ense n ale que sus brazos si-

guen tan livianos, porque el de arriba ha

permitido que el tiempo no transcurra en

ella. Ense n ale que sabes amar: porque la

amas por sobre todo, aquí , en la tierra,

incluso antes que Dios.

Mira nuevamente los ojos de tu Madre,

porque son para siempre y no lo son

Escucha la voz de tu Madre, aún cuando te increpe. Escucha la

voz de tu madre, porque sus palabras son verdades sinceras”.

eternamente. Un dí a, ya no los vera s parpadear, y entonces sabra s

que hay golpes en la vida que son ma s dolorosos que los que ahora

te agobian y crees insuperables. Golpes como esos, te ensen ara n a

valorar lo que hoy te brinda ella, pero para entonces ya sera muy

tarde. Y sentira s que tan poco has vivido a su lado, y peor au n, que

no le preguntaste en una man ana cualquiera si ella estaba bien,

porque sabí as que te iba a decir que sí , porque ella siempre esta n

bien para ti.

Pero si tu Madre ya no esta aquí , ale grate au n ma s, porque ella

nunca se fue; vive en ti, mientras la pienses y la recuerdes. Nunca

estara sola, y tu tampoco: porque tu eres su semilla aquí en la tie-

rra, tu eres su todo y ella para ti.

Mira nuevamente los ojos de tu Madre, porque son para siempre y

no lo son eternamente. Un dí a, ya no los vera s parpadear, y enton-

ces sabra s que hay golpes en la vida que son ma s dolorosos que los

que ahora te agobian y crees insuperables. Golpes como esos, te

ensen ara n a valorar lo que hoy te brinda ella, pero para entonces

ya sera muy tarde. Y sentira s que tan poco has vivido a su lado, y

peor au n, que no le preguntaste en una man ana cualquiera si ella

estaba bien, porque sabí as que te iba a decir que sí , porque ella

siempre esta n bien para ti.

Pero si tu Madre ya no esta aquí , ale grate au n ma s, porque ella

nunca se fue; vive en ti, mientras la pienses y la recuerdes. Nunca

estara sola, y tu tampoco: porque tu eres su semilla aquí en la tie-

rra, tu eres su todo y ella para ti.

Fotografiando al

Santuario

de Chapi

Son miles los fieles que acuden a su Santuario. No importa la distancia, ni el recorrido.

Todos quieren ver a la Mamita de Chapi, la Virgen más venerada del Sur del Perú,

la Patrona de Arequipa.

POR: DENIS JUSTO MAYHUA COAQUIRA

Un buen lugar para descansar y esperar el día central: la explanada del

Santuario. Unos instalan sus carpas, otros prefieren dormir a la

intemperie. Todos con el calor divino.

AQUI NOS QUEDAMOS

DEVOCIÓN. Al medio día, del 1 de mayo, la Sagra-da Imagen inicia su recorrido. El momento más esperado. Todos buscan la bendición de la Virgen de Chapi. Hay alegría, felicidad, tristeza y llanto.

PRIMERA PARADA. En el camino, muchos deciden encender una vela. Es el primer contacto con la Virgen. No importa el frío, ni el cansancio. El camino se acorta.

Cuenta la historia que, por órdenes del párroco de Pocsi, la imagen iba a ser traslada desde el valle de Chapi hacia Sogay, cde Quequeña. Para ello se nombró a dos comisiones de indígenas. Ellos sacaron a la imagen de su capilla y cargándola en hom-bros comenzaron su recorrido. Cuando, de pronto, cuando descansaban, ocurrió un hecho insólito: comenzó a llover ceniza y a correr fuerte viento. Quisieron reemprender la marcha pero al querer levantar la imagen no pudieron.

“CHAYPI”

Cuenta la historia que, por órdenes del párroco de Pocsi, la imagen iba a ser traslada desde el valle de Chapi hacia Sogay, cerca de Quequeña. Para ello se nombró a dos comisiones de indígenas. Ellos sacaron a la imagen de su capilla y cargándola en hom-bros comenzaron su recorrido. Cuando, de pronto, cuando descansaban, ocurrió un hecho insólito: comenzó a llover ceniza y a

En el trayecto, los peregrinos se van

proveyendo de piedras de distinto

tamaño, que luego colocan, formando las

llamadas "apachetas", a un lado del

camino en los poblados de Tres Cruces,

Alto de Hornilla y Siete Toldos. Estas

pequeñas pirámides de piedra,

simbolizan el cansancio y los pecados que

los devotos van dejando atrás.

TRES CRUCES

Es ahí cuando oyeron una voz en quechua que decía: " ¡¡¡Chaypi, Chaypi!!!", que significa "¡¡¡Aquicito nomás!!!". Estas personas dijeron: "La Virgen no sólo quiere quedarse aquí sino que se ha dado el nombre". Todo habría ocurrido en 1970.

CORONACIÓN. El 2 de febrero de 1985, el Santo Padre Juan Pablo II, coronó canónicamente a la Virgen de Chapi y al Niño Jesús que sostiene en sus brazos.

El camino es salpicado de es-pinas. Distrito de Polobaya.

Muchos van por un milagro, otros prefieren agradecerla.

PATRIMONIO. En el 2013, la fiesta de la Virgen de Chapi fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación.

El camino es salpicado de es-pinas. Distrito de Polobaya.

Fe y devoción. Capilla ubicado en el Santuario.

Reflexión. Cada parada es propicio para reflexionar.

Una cola de vehículos y

otra de fieles.

Fieles colocan su ofrenda esperando la

bendición de la Patrona de Arequipa.

Todas las rutas conducen a Chapi. Aquí el

movimiento nunca para.

CAMINO A CHAPI

Fieles colocan su ofrenda esperando la

Actividad crediticia crece en 15% cada año

Informe fue premiado por la Caja Arequipa

Dicen que hacer negocio es la única manera para salir de la pobreza, y así lo han entendido muchos arequipeños, como Dámaso Carlos Yucra, un hom-bre de 65 años que dedicó la mitad de su vida al negocio de las artesanías y los estampados. Él hace trabajos en serigrafía que vende en los negocios particulares y en librerías. Aunque su trabajo es in-formal, no se considera ambulante, pues sus pro-ductos los hace a pedido, 10 a 12 docenas por día, y es cliente de la Caja Arequipa, desde hace 3 años. Llega a prestarse de 3 mil a 5 mil soles para comprar los insumos que necesita. “No hay mucho interés… sí hay facilidad, me refinancian algunas cosas”, seña-la. Según el estudio realizado por el economista Dey-mar Centy Villafuerte, “La Inversión en Recursos Humanos y la Competitividad de las Mypes de la Región Arequipa”, este sector cerró el 2012 dando empleo a 85 mil 973 personas, tanto negocios for-males como informales. Dámaso, al igual que otros comerciantes, contrata asistentes a quienes logra pagar el sueldo mínimo. La misma fuente establece que las Mypes concen-tran el 62% de la PEA (Población Económicamente Activa) de la región. INFORMALIDAD Sin embargo, el 74% de las MYPES aún es informal, hablamos de 90 mil negocios, de un total de 122 mil 122, según el mencionado estudio. Para el año 2011 en la región habían 111 mil 191 MYPES, creciendo a una tasa neta de 4,8% al año, lo que nos dio dicha cantidad al 2013. Pero el economista Deymar Centy advierte que, cantidad no siempre es calidad: “Las Mypes tienen como característica peculiar un índice de morbilidad infantil importante (es decir que muchas mueren antes de alcanzar una edad adulta), muchas quie-bran a los dos a tres años”, dice. Aun así, el crecimiento es tan acelerado que se esti-ma que el 99% de las empresas que hay en la región son Mypes. CRÉDITOS También crecen las colocaciones de créditos, se estima en 15% al finalizar el año, según la Asocia-ción de Instituciones de Microfinanzas del Perú, lo

que colocaría a las Mypes en el sector más benefi-ciado. Durante su ceremonia por el 27 aniversario, la Caja Arequipa anunció la inversión de 400 millo-nes de soles en préstamos para este sector, de los 500 millones que tiene destinado al crédito. Pero si de intereses se trata, en el sistema financie-ro, estos oscilan entre 18, 24 y 30%, lo que sigue siendo muy elevado, a decir del economista y expre-sidente del Consejo Regional de Decanos (Conrede), Edui Chávez Núñez. Pero la Caja Arequipa se deslin-da de esta lista, ya que tendría mayores ventajas al captar dinero de amplia base y cobrar bajos intere-ses. “La Caja Arequipa el día de hoy está dando grandes ventajas y se está convirtiendo en entidad financiera de amplia base debido a que está concediendo cré-ditos a bajos intereses y plazos fijos determinados (13 a 21%)”, señala. Pero hay una advertencia, y es que el 50% del dine-ro (que hay en el País) está debajo del colchón y no en un sistema financiero, “el Gobierno debe preocu-parse de que estas entidades paguen mejores in-tereses y concedan créditos a corto y mediano plazo con intereses más bajos, con el propósito que las Mypes puedan planificar sus empresas para 1 ó 5 años, porque entonces no se verán obligados a po-ner en garantía sus casas”, sostiene. Así, el Gobierno a través de los bancos de promo-ción de desarrollo (la Corporación Andina de Fo-mento) pueda conceder créditos con intereses bajos a través de fondos que destina el Estado, utilizando la banca de segundo piso (financieras). ASOCIATIVIDAD La unión hace la fuerza, reza la frase, y en cuestión de créditos parece que se cumple, Chávez Núñez considera que los centros comerciales son los más beneficiados con los créditos, por su asociatividad ofrecen menor riesgo de morosidad, posición que también comparte la presidenta de la Cámara de Mujeres del Sur, Ana María Choquehuanca. Acceder a créditos de menor costo y buscar opera-ciones de corto plazo, puede ser la solución. Para muchos especialistas, las cajas continúan en su ta-rea de impulsar el sector y la formalización del mis-mo, pero la labor demanda mucho esfuerzo para que se logre finalmente el desarrollo de la región.

Las Micro y Pequeñas Empresas en Arequipa (MYPE) generan 85 mil puestos de trabajo, ci-fra no superada ni si-quiera por el sector construcción.

Mientras se augura un mayor crecimiento en la actividad crediticia, sólo la Caja Arequipa destinará 400 millones en préstamos durante el 2013. Para los economis-tas el crédito posibilitará combatir la informalidad empresarial y la pobreza.

ESPEJISMOS

Las aves con su canto ya no informarán que el día está aquí…

El sol ya no iluminará y aún, vivo en el día que rompe tu única pa-

labra… mientras tu mirada sesgada se desvanece

l e n t a m e n t e,

tal vez tú no lo sepas… pero es la solución, solamente importa

ÚLTIMO MELODRAMA

Es el último melodrama que escribo porque entendí la ausencia de mi caligrafía.

Escuché hablar del universo e inferí la luz de aquella torre y en el silencio de la silla podrá

ahogarse el anagrama de un caracol.

Sin embargo; quieres comprar con tus besos a hierba mojada mis mañanas de algodón.

El tren se va y las lágrimas de los transeúntes salpican a las calles.

Te buscaré en secreto bajo la sombra de los días con mi corazón teñido de niebla.

Egresada de la Universidad

Nacional del Altiplano—UNA

Puno

DORIS SARMIENTO

COLÓNIDA REVISTA QUINCENAL DE LITERATURA, ARTE, HISTORIA Y CIENCIAS

Director: Abraham Valdelomar

Año I- Tomo I Lima, Perú, 15 de Enero de 1916 Número 1

FALSA CARÁTUlA

EL LADRÓN

En el Parque de Neptuno, al crepúsculo. El sol, occíduo, patina de oro los frondosos ficus y torna rosadas las flores lilas de los jacarandás. El Arco del Triunfo, bello des-pojo de una fugaz magnificencia nacional, se pierde entre los ramajes obscuros. Desde allí se ve, coronando la fuente central, a Neptuno. El hijo de Júpiter que, perdido todo su prestigio sirve apenas para decorar una fuente de agua potable, desnudo, con sus músculos clásicos cubiertos de fino musgo, en actitud forzada, hunde su tridente inútil sobre las hojas de los helechos frágiles que danzan bajo la lluvia transparente.

Un joven, casi niño, espera, pensativo, sobre una banca, en la avenida solitaria, un instante propicio. De pronto se pone en pie, escudriña medroso todas las avenidas, y fija la mirada ansiosa en un rosal florecido y medio oculto entre arbustos de lina-je humilde. Detrás del Arco un guardia vigila y observa, agazapado, todos sus movi-mientos. – “Es éste”, dice. El niño, convencido de estar solo, se aventura temblan-do, salta la cerca, produce ruido en el follaje, rasgúñase la americana, salva la dis-tancia y asorado coje unas rosas. El policía aparece de improviso con aquella vil y humana satisfacción en el rostro de quien sorprende un pecado. El niño palidece y tiembla. – “Por fin caíste. Tú eres el de las rosas… ¡Vamos!”

Lo toma del brazo. El niño se resiste, suplica y por fin, llora. El silbato produce un agudo característico. Acude a un compañero. Agrúpanse curiosos, detiénense tran-seúntes, comentan desocupados, y el niño entre los guardias es conducido preso. Las lágrimas se deslizan por sus mejillas rosadas y frescas y las pupilas negras miran la tierra avergonzadas. Un hombre obeso dice al paso: - “Un ratero”. Alguien, a quien no conozco, suspira a mi lado con ternura: -“Pobre poeta”.

Los curiosos se marchan, el crepúsculo muere, el niño con los guardias se pierde en las sombras y la avenida queda regada de frescos pétalos de rosa…

POR: HELENCITA

Han pasado ya 472 an os des-

de que en 1540 se fundo

nuestra ciudad, desde que el

Inca Mayta Ca pac les respon-

dio a sus guerreros Ari-

quepay, es decir “Si quedaos”.

Y Aquí estamos, felices de ser

arequipen os y siempre orgullosos de serlo. Arequipa cuna

de revoluciones, “Arequipa revolucionaria”, se llego a decir.

Grandes personajes han salido de Arequipa, ciudad que au n

conserva el liderazgo del Sur del Paí s.

Se viene a mi memoria el recuerdo de haber visto alguna

vez en todo arequipen o, su alegre expresio n cuando se le

pregunto de que paí s vení a, y ajustando su garganta e in-

fla ndosele el pecho, dijo: “de la Repu blica Independiente de

Arequipa”. Idea que para algunos puede parecer muy vaga,

puesto que segu n especialistas, Arequipa no estarí a prepa-

rada para ser una Repu blica Independiente; pero idea que

ha llevado a crear una identidad so lida en los arequipen os.

Co mo no recordar esos momentos de infancia cuando, escu-

cha bamos del corso arequipen o y veí amos a toda la gente

con gran patriotismo izar sus banderas, preparar esos pla-

tos tan deliciosos, caracterí sticos de nuestra ciudad, y con el

pasar de tiempo y a medida que crecí amos comprendimos,

porque tambie n lo sentí amos, ese ferviente amor por la pa-

tria chica, ese amor que nos hace defenderla cuando alguien

atenta verbalmente contra ella, que nos hace saltar cuando

se hace algo que la perjudique.

Con sus imponentes volcanes y con dos de los can ones ma s

profundos de la tierra, “hermoso cielo azul, puro sol…” dice

el yaraví , no me alcanzarí a la hoja para describir a nuestra

ciudad. Toda nuestra historia no quedo en el pasado, esta

presente en nuestras mentes para refrescarnos a la memo-

ria de todo lo que tuvieron que hacer nuestros antepasados

para el desarrollo de Arequipa; identidad que debe llevar-

nos a luchar por el desarrollo de nuestra casa.

Necesitamos que los jo venes se sientan identificados, pero

que adquieran esa identidad arequipen a que, incluya la

iniciativa de plantear alternativas para un desarrollo positi-

vo para nuestra ciudad, procurando el bien comu n, tratando

de vivir siempre nuestro orgullo de haber nacido en una

ciudad tan acogedora.

Arequipa:

unidos por una

identidad

Hoy, Goyo Menaut saltará al ruedo. Es 5 de octubre de 1952. Los volantes -a blanco y negro- anuncian la Gran Corrida de Toros en la Plaza de Cabanillas.

Menaut también fue torero. Estuvo frente a la muerte y conoció la bravura de una bestia indomable.

Goyo Menaut

Jamás tuvo un profesor, tampoco pisó una escuela de arte. A corneadas y a

banderillazos su obra conquistó el mundo taurino.

Sólo pinta y dibuja: toros y toreros. Un estilo que ningún pintor tuvo el

atrevimiento de imitar.

Las leyendas

nunca mueren

Uno perfil de: Jasson Ticona

Es pintor y es arequipeño

C uando abrio ojos, dudo por un se-gundo que estaba con vida. Vio aquellas paredes blancas y por fin pudo sonreí r. Dí as atra s, habí a escuchado con desa nimo que su corazo n no resistirí a una operacio n ma s. Ahora esta con vida. Como al inicio. Como si hubiera vuelto a nacer. Quiso levantarse, coger su pincel, matizar los colores y llenar esas paredes blancas con toros furiosos. Lentamente movio sus brazos y dijo sonriendo: “La muerte no me ha doblegado. Creo que tengo la sangre de un toro”. Hace cuatro an os Goyo Menaut Ya n ez ingre-so por tercera vez al quinto piso del hospi-tal de EsSalud de Arequipa. El motivo del internamiento era el mismo: su corazo n ya no querí a latir. “Tuvieron que abrirme el pecho y ponerme tres bypass”, conto luego de la prolongada operacio n. Erro neamente, horas antes, Goyo Menaut se despidio casi en silencio de sus ma s í ntimos amigos. Ima-ginariamente colgo su pincel y la infinidad de cuadros que hizo durante su nin ez, ju-ventud y adultez. Literalmente la muerte paso por su vida. Pero Goyo Menaut no de-bí a morir. Au n no y quiza nunca. “Las leyen-das nunca mueren” dicen algunos. Cuatro dí as despue s de aquella peligrosa operacio n cardiovascular, Goyo Menaut cogio su pin-cel, matizo su paleta e inicio a pintar al o leo lo que siempre hizo: temas taurinos-costumbristas. Un estilo que ningu n pintor tuvo el atrevimiento de imitar. Ahora Goyo Menaut Ya n ez supera los 70 an os. Es pintor y es arequipen o. Jama s tuvo un profesor y mucho menos asistio a una escuela de pintura o dibujo. A corneadas y a banderillazos su obra de arte ha sabido po-sicionare en el mundo taurino. So lo pinta y dibuja: toros y toreros. Nacio en la calle La Merced, un 28 de noviembre de 1928 y se ha convertido en el primer pintor taurino indigenista del Peru . La historia de Menaut inicio en el distrito de Rí mac, en Lima, cuando apenas tení a 10 an os de edad. Nunca, en su corta vida, habí a visto una corrida de toros, ni sabí a que exis-tí a. Pero ese dí a caluroso, sintio

su bitamente que su vida cambio , como si estuviese en medio del

ruedo recibiendo el reconocimiento de todo el pu blico.

Esa man ana, la Plaza de Acho lucí a impresionante. Los gritos cre-cí an y la gente ingresaba a empujones. Goyo recuerda que ingreso a la plaza de toros sacando brillo a su curiosidad traviesa, sin imagi-narse que al estar pra cticamente cara a cara con esos toros de pura casta, su tierno corazo n sentirí a un amor a primera vista: “Me causo un impacto y creo que fue suficiente para dedicarme a ser un aficio-nado a los toros y a las corridas”. Horas despue s de la faena, Menaut hizo su primer dibujo con viejo la piz, que le sirvio como ejemplo para ingresar y dibujar en el diario La Prensa de Lima, en la seccio n taurina. Apenas tení a 16 an os.

Goyo Menaut es un hombre delgado, de mento n siempre afeitado, frente pronunciada y ojos pequen os, achinados. Tiene los pelos ca-nosos, muy bien alineados y recogidos hacia atra s. De lejos, Goyo no parece un pintor. O mejor dicho, no parece un pintor para quienes piensan, que los pintores siempre llevan una pipa humeando, un saco de noble duque, una bufanda pegada al cuello, una gorra tipo Jorge Cha vez y una crecida barba desordenada. No. Goyo no refleja esas caracterí sticas de pintores del Renacimiento. E l ahora viste una camisa celeste a cuadros, un pantalo n jeans azul y lleva uno moderno lentes de sol. Tras recorrer varios paí ses del mundo, re-tratando y dibujando corridas de toros, enalteciendo la cultura cos-tumbrista, ha llegado a su tierra natal, a Arequipa, en donde recibio un justo homenaje y la promesa de ser condecorado con el ma ximo galardo n que entrega esta ciudad: la medalla de oro. Hace cuatro an os, el Congreso peruano le entrego la medalla de plata y un diplo-ma de honor por promover la cultura taurina del Peru en todo el mundo. Ahora ha sido invitado por el alcalde de Arequipa, Simo n Balbuena Marroquí n por cumplir 50 an os en esta terca actividad y lucha constante. Por eso cuando el Alcalde anuncio que Goyo Ma-naut recibirí a la medalla de oro de la ciudad, so lo atino a responder pausadamente: “Para mí es un gran estí mulo, un reconocimiento de tantos an os en esta lucha, el arte es muy lindo, pero tambie n es muy duro... He recorrido muchos pueblos, he cruzado la Cordillera de los Andes varias veces, para recopilar y mostrar las tradiciones tauri-nas al extranjero. Esta es mi ma s grande satisfaccio n”. Luego conta-rí a a la prensa local, que los artistas no tienen ningu n apoyo.

“Luchamos por amor al arte. No pintamos para ganar dinero”. Para Menaut el arte es perseverancia, disciplina, sentimiento y amor a lo que se hace.

38

Hace poco, la obra de Manaut, cumplio 50 an os. La exposicio n realizada en el corazo n de Arequi-pa fue denominada: “Los Pinceles de Goyo Me-naut: 50 an os en los Ruedos”. Ma s de 60 obras, entre cuadros y fotografí as taurinas, fueron ex-puestas para el deleite de los aficionados tauri-nos.

Menaut a pinceladas taurinas ha construido un mundo propio, por eso reniega cuando oye la voz de los antitaurinos, que exigen el cese a las matanzas con la reiterada frase: "La tortura no es cultura". “¿Pero no es parte de la tradicio n?”, se pregunta Manaut. La historia sen ala que las corridas de toros, como hoy las conocemos, na-cen en el siglo XVIII, cuando la nobleza espan ola abandona el toreo a caballo y la plebe comienza a hacerlo a pie, demostrando su valor y destreza. Era como un deporte elitista. “Siempre ha habido los antitaurinos y nosotros los respetamos. Pero ellos deben respetar las tradiciones”, dice el pin-tor arequipen o, frunciendo la entreceja levemen-te y levantando la voz. Nos dice que incluso darí a su vida en defensa de este arte. Por eso, cada an o, religiosamente acude a la Plaza de Toros de Acho, en Lima, para ser parte de la fiesta brava, de la Feria del Sen or de los Milagros. Estuvo en 1967 cuando Pedro Moya, el “Nin o de la Capea”, diestro espan ol, gano por segundo vez el Escapu-lario de Oro del Sen or de Los Milagros, la ma xi-ma distincio n de la feria. Y tambie n sufrio cuan-do murio el diestro Francisco Rivera Pe rez, El Paquirri. El gaditano toreaba engalanado en Po-zoblanco sin imaginarse que segundos despue s fuera corneado por el Avispado que lo engancho y zarandeo durante ocho segundos en el aire. ¡Que instante de dolor y soledad! El furioso toro le partio las venas safena e ilí aca, así como la arteria femoral. El Paquirri murio desangrado en el trayecto a Co rdova, ubicada a sesenta y siete kilo metros de Pozoblanco. “El Paquirri hací a faenas extraordinarias”, recuerda Goyo quien vio tambie n co mo en 1968 y 1981, El Paquirri con-quisto en la Plaza de Acho el Escapulario de Oro. “A pesar de todas estas tragedias, la corrida de toros no debe desaparecer”, sentencia Manaut.

Hace ocho meses, visito con un amigo un camal de Arequipa y vio co mo crí an y luego matan a cerdos, pollos y toros. “Eso sí es cruel-dad, de eso deberí an ocuparse los antitaurinos”, an ade con furia, queriendo embestir como un verdadero toro.

Las obras de Manaut -como e l mismo dice- esta n regadas en casi todos los paí ses del mundo. “Patio de Cuadri-llas” es una de ellas en donde se vis-lumbra la brillantez del traje de siete toreros, que llevan dignamente en su cabeza una montera negra, chaqueti-lla amarilla, medias de seda y color rosa, corbatí n fina anudada como corbata, camisa blanca y zapatillas negras. Todos llevan en el brazo u hombro, el capote de paseo para la faena del recuerdo. Hay otra pintura “Tarde Gris” que muestra su autor con tristeza. Aquí una madre de apa-riencia dia fana y vestido celeste, llora al saber que su joven hijo es embesti-do y lanzado hací a arriba por ese frene tico toro que reacciona en su intento desesperado por sobrevivir, tal como ocurrio en 1985, cuando Jose Cubero, el Yiyo, de 21 an os, mu-rio en la plaza de Colmenar Viejo, en la provincia de Madrid. ¡Fue tra gico! El diestro, cuando ya se retiraba, lue-go de dar la estocada final, fue sor-prendido por e ste y quedo tendido en el ruedo.

El animal cayo fulminado instantes despue s. Esa tarde, recuerda Goyo Ma-nuat, un silencio invadio la cancha, y los ¡oles! se convirtieron en la grimas. Todas esas ima genes, tristes y alegres, sombrí as y solemnes, las tiene Manuat. “La pintura para mí , es mi vivir”, co-menta y sonrí e. Las revistas de toros de Espan a, coinci-den que la cla sica pintura de Menaut, es espectacular cuando muestra a un toro arranca ndose o un matador en la apoteosis, pero tambie n es roma ntica y tierna al mostrar las fiestas patrona-les de los pueblos o aquellas escenas nocturnas en las que gusta retratar al toro en la soledad de la pradera, bajo la luz de esa luna de la que esta perdi-damente enamorado. ero para retratar la furia de un toro, la peligrosidad en vilo, el ju bilo de estar en el ruego, no basta observar desde alguna platea preferencial. ¿Co mo pin-tar las vivencias de los toreros con so lo observar? “Quiza salga muerto”, bromea mien-tras se viste con ese traje de colores.

“Nunca voy a

abandonar

este arte,

moriré con

mis pinceles”.

Hace cuatro años Goyo Menaut ingresó -por tercera vez– al hospital de

EsSalud de Arequipa. El motivo del internamiento era el mismo: su cora-

zón ya no quería latir. Literalmente la muerte pasó por su vida.

Hoy, Goyo Menaut saltara al ruedo. Es 5 de octubre de 1952. Los volantes -a blanco y negro- anuncian la Gran Corri-da de Toros en la Plaza de Cabanillas. Dos novillos de toros de muerte de la ganaderí a de Don Fernando Romero Carreo n, sera n lidiados, banderilleados y muertos en estoque por dos novilleros: Goyo Manaut y Oscar Quiroz. Esa tarde, de pronto, bajo unos focos tenues y mu-cha niebla, por la puerta de cuadrillas de la cancha provinciana, relucio un cha n-dal amarillo precioso. La gente lo reco-nocio y aplaudio de inmediato. Lenta-mente llego al centro, saludo al pu blico, estiro las manos e inicio su faena. Varios oles, otros tantos sustos y la estocada de muerte. Goyo Menaut tambie n fue tore-ro y festejo a lo grande en la Fiesta Pa-tronal de la Virgen del Rosario. Por eso cuenta orgulloso que aprendio a captar con su mirada fotogra fica el momento supremo y efí mero en que un hombre despliega su arte frente a la muerte y la bravura de una bestia indomable.

Ahora Goyo Menaut descansa pla cida-mente en los altos del portal de la Municipa-lidad Provincial de Arequipa. Tiene en mente varias escenas que dibujar: corna-das, estampas regio-nales, toros en el campo, santos y ví r-genes pueblerinas, y apoteo sicas tardes de triunfo. Sus trabajos han sido reproduci-dos en medios ex-tranjeros como las revistas 6 Toros 6 y Aplauso, y por ellos ha sido condecorado con Medalla de Plata por el Congreso de la Repu blica, Pergamino

de la Beneficencia de Lima, reconoci-miento del Distrito Metropolitano de Quito (Ecuador), Diploma del Instituto Nacional de Cultura y otras importantes distinciones. Pero teme que su corazo n le falle nuevamente. Cuando recuerda aquella u ltima operacio n cardiovascular, enmudece, respira hondo, y sonrí e y antes de dar la estocada final a esta con-versacio n, el gran pintor taurino an ade: “Nunca voy a abandonar este arte, mori-re con mis pinceles”.

“Nunca voy a

abandonar

moriré con

mis pinceles”.

al hospital de

EsSalud de Arequipa. El motivo del internamiento era el mismo: su cora-

zón ya no quería latir. Literalmente la muerte pasó por su vida.