Revista Historia Primer Numero - Septiembre

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    REVISTADE HISTORIA

    y

    C.S. SOCIALES

    Via del Mar, septiembre 2007, ao I, n 1

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    INDICE

    Editorial.. 3

    Historicismo: Subjetividad y Poltica...... 4 Matas Snchez Barbern

    Acerca de La Va Pacfica.... 9 Documento Histrico

    El blindaje del modelo neoliberal... 18 Anbal Prez Contreras

    Resolucin de la sesin plenariadel Congreso General del Partido Socialista......22

    Documento Histrico

    Caricatura de poca..... 26

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    EDITORIAL

    Este es el primer nmero de laRevista de Historia y Ciencias Sociales , perteneciente anuestra carrera. Desde aqu seguros de que nuestro trabajo como estudiantes de historia no slreproducir, sino tambin producir conocimiento, confiamos en que esta revista sirva como rgincitador al debate acadmico. ste es un espacio creado por estudiantes para estudiantes; por parte de los artculos aqu contenidos son originales de nuestros propios compaeParticularmente en este nmero hemos contado con la colaboracin de Anbal Prez y MaSnchez, quienes respectivamente abordan los temas sobre El blindaje del modelo neoliberal ; e,

    Historicismo: Subjetividad y Poltica (antecedentes para un problema). Recordamos en adelante,que los temas que cualquiera quisiese publicar son completamente libres, con slo requisformales y el nombre real de quin escriba.

    Por otra parte, como Comit Editorial, hemos querido rememorar en este nmero el Gode Estado del 11 de Septiembre de 1973; porque es un hecho que sabemos de vital importan para nuestra historia nacional. Pretendemos a travs, de los documentos publicados, recons parte de un pasado del cual muchos se desentienden, negando todo proyecto poltico, por thistrico habido en los propios sujetos. Por esta razn es que hemos rescatado como fuenAcerca de la va pacfica, documento escrito por el entonces Secretario General del PartidoComunista, Luis Corvaln Lepe, en Enero de 1961; y, la Resolucin Plenaria del CongresoGeneral del Partido Socialista , celebrado en Chilln el ao 1967. Ambos documentosdemuestran que la izquierda chilena previo al golpe, nunca fue homognea, al contrario, proyectos revolucionarios fueron equidistantes debido a las distintas lecturas que cada parhacia de las condiciones histricas del pas.

    Dejamos claro, que los prximos nmeros a publicar, tambin contemplan el rescate fuentes tanto escritas como grficas, las cuales tendrn siempre relacin con el tema deeditorial.

    Dando la bienvenida y dejando estas pginas abiertas a toda la comunidad universitasaludan atentamente

    Comit Editorial

    COMIT EDITORIAL: Brbara Azcrraga Gatica, Carolina Gajardo Berros, Jos Gonzlez Brito, MaGonzlez Martnez, Verena Ahumada Snchez. DIAGRAMADOR: Israel Fortune Fuentevilla.

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    Historicismo: Subjetividad y Poltica (Antecedentes para un problema)

    Matas Snchez Barbern

    Tal como el ttulo lo presenta, el trabajo que a continuacin se expone tiene por objrevisar crticamente la concepcin del sujeto, poniendo especial inters en las implicanctemporales articuladas bajo el modelo historicista, as como tambin en las implicancias presenta para efectos polticos. La eleccin de tal modelo dice relacin fundamentalmente coseduccin que ofrece para articular el conjunto de elementos que lo atraviesan.

    En efecto, el gran salto que se opera en el idealismo, desde Kant a Hegel, dice relacicon una mayor sustantividad del sujeto, como campo conceptual y centro de produccin de actividad. Reyes Mate se refiere a este punto con particular claridad,"la filosofa de la historia enKant esta marcada por la contradiccin que supone declarar al hombre sujeto histrico, sin

    poder reconocer que ejerce de sujeto de la historia (he ah la remisin al naturabsicht, formasecularizada de la Providencia Divina), es en Hegel donde toma forma definitiva la relacinentre tiempo y razn, esto es, en Hegel aparece finalmente identificando al sujeto histrico con elsujeto de la historia" (Reyes Mate 1992:190).

    Tal contradiccin es posible representarla de modo ms adecuado como unvaco entreambas conceptualizaciones, vaco que el filsofo aparenta llenar con el recurso ltimoracionalizar los acontecimientos humanos como insertos en unPlan Natural que ordena y dirigela historia de los hombres, an sin la conciencia de stos1.

    Para Kant en el conjunto del devenir humano no es posible hallar sentido que emerjalos propios sujetos (su produccin, en tanto actividad), cuya actuacin reconoce como partedicho devenir. Por esto mismo el reconocimiento al sujeto no puede efectuarse sino con ci parcialidad y a costa de compartir tal estrado con un elemento que, si bien constituye enfilosofa al sujeto, lo hace de modo condicional ms que para aumentar y consolidar su soberen los asuntos humanos2. El sujeto kantiano mantiene ciertos contenidos objetuales3. Lanaturaleza cumple los efectos de subordinacin de las prcticas y propsitos fijados por hombres.

    Por su parte, las consideraciones de Hegel en torno al sujeto y la importancia que entiene la actividad como componente indispensable4 hacen que este sea necesariamente elconductor de los rumbos que toman las acciones humanas desde la posibilidad misma produccin. Vista de este modo las cosas, es viable reconocer la desaparicin de la tenskantiana esbozada anteriormente entre sujeto de la historia y sujeto histrico. Rubn Dri expcon cierta claridad lo que se plantea, al sostener queser precisamente Hegel quien introduzca

    Estudiante de quinto ao de la carrera de Pedagoga en Historia y Ciencias Sociales de la Universidad Valparaso.1 No se imaginan los hombres en particular ni tampoco los mismos pueblos que, al perseguir cada cual su propsegn su talante, y a menudo en mutua oposicin, siguen insensiblemente , como hilo conductor, la intencin dnaturaleza, que ellos ignoran (Kant 2004: 40)2 De tener la historia un sentido sera una justificacin de la Naturaleza (Kant 2004: 14 y 15)3 El gran paso dado de la filosofa medieval a la moderna dice relacin preferentemente con el trnsito de disquisiciones sobre el hombre como ser esttico, ahistrico, natural, a las consideraciones que insertan enantropologa filosfica la dimensin subjetiva, resaltando su carcter productor en tanto prcticas sociales.Vase Rubn Dri. Sujeto, Racionalidad y Poder. Irradiaciones de la Fenomenologa del Espritu. Biblos. 2002, Argentin4 El hombre tiene que hacerse a s mismo lo que debe ser; tiene que adquirirlo todo por s slo, justamente porquespritu () es, por tanto, su propio resultado. (Hegel 1953:44).

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    nuevos y fundamentales elementos en la concepcin racional del sujeto. Hasta l se seguahablando del sujeto, pero no se le daba el nombre propio (Dri 2002: 61).

    Sin embargo, no slo se trata de hacer del sujeto amo y seor de sus propios dominios.afirmar la objetivacin del carcter productor del sujeto, lo que se puede denominhegelianamente la objetivacin de la subjetividad, y la totalidad que este ocupa en el escenhistrico en un mismo campo conceptual, Hegel hace que todas las posibilidades existentes s

    un producto del mismo sujeto. En otras palabras, Hegel resalta el carcter social de toacontecer 5.La categora que proporciona al sujeto la soberana de sus dominios tiene directa relaci

    evidentemente, con el sujeto mismo. Tal categora condiciona al sujeto mismo y su producciun mismomomento . Siendo el sujeto un ser productivo y transformador, se entiende que tacategora no pueda ser sino laactividad , denominado tambintrabajo 6 .

    Lo importante de tales consideraciones dicen relacin con que el historicismo anudatemporalidad a la actividad de los hombres, hacindolas vinculantes en el proceso autoformacin, proceso que se identifica con determinadas etapas de la historia que produce"elespritu que en la historia universal tiene su escenario, su propiedad y el campo de surealizacin, no flucta en el juego exterior de las contingencias, sino que es en s la absolutadeterminante; su peculiar determinacin es absolutamente firme frente a las contingencias que elespritu domina y emplea en su provecho" (Hegel 1953: 123, 124)7.

    Al ser el sujeto histrico seor de la historia, el tiempo deviene en una construccisocial, en tanto compromete directamente la actividad de los hombres8. Encontramos aqu larelacin existente entre el trabajo y la temporalidad.Definida esta relacin, es posible sostener una serie de conclusiones. Desde luego, el trabcomo condicin del sujeto, debe contar necesariamente con las dimensiones temporales qucorresponden en tanto existente.

    La idea del pasado y su representacin tradicional que lo condena a lainexistencia , quedaabolida por un pasado que necesariamente debe hacerse presente en cada momento del sujetotanto sujeto. Desde luego se afirma aqu la omnipresencia del presente. Sin embargo, en acuerdo a las articulaciones del historicismo, dicho presente no puede jams representaosificado o concluido9. El carcter histrico del sujeto no pasa por fuera de sus jardines10, sinoque lo constituye desde sus races. Rubn Dri afirma a este respecto,"suele decirse que los seres

    5 En este punto en particular Marx sigue insensiblemente a Hegel, aunque aplicndolos a su propio maconceptual, el hombre mismo se diferencia de los animales a partir del momento en que comienza a producir susmedios de vida (...) al producir sus medios de vida, el hombre produce indirectamente su propia vida material (M1985:19).6 Marx fundamenta en l la humanidad del hombre, esto es, la distincin entre hombres y animales, comotambin el fundamento de los procesos de formacin social, lo que a grandes rasgos deviene en la historia misma7 Por su parte Marx afirma la determinacin de los procesos de trabajo como mediacin de las relaciones socialecon ello, en la historia (Marx 1967, 1968).8 Se desplaza aqu el viejo modelo de la temporalidad que seguan autores como Newton (en este puncontemporaneizado por Kant) que afirma la objetividad del tiempo, y por tanto, la innecesaria presencia del su para su produccin en tanto fenmeno, y no categora conceptual, "el tiempo es la condicin formala priori detodos los fenmenos en general" (Kant 1992: 186). Vase Toulmin y Goodfield. El Descubrimiento del TiemPaids. 1990, Espaa.9 El sujeto hegeliano, el espritu, "no consiste en un ser inmvil, sino en una continua negacin de lo que amenanular su libertad " (Hegel 1953: 43)10 Las consideraciones de Rubn Dri a este respecto se dirigen hacia este mismo punto. El sujeto es, paraintrnsecamente dialctico. De no ser as, su movimiento dibujara la trayectoria de algo venido de afuera, exteril, del mismo modo que el reino natural se explica por leyes que las atraviesan y gobiernan. (Dri 2002: 64)

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    histricos tienen historia. En realidad la historia no es algo que los sujetos tienen, no es unacualidad o un atributo que se les agrega. Ellos son el historizarse" (Dri 2002: 81).

    La consideracin del presente como histrico reafirma como necesidad ontolgica sujeto la presencia de las dimensiones temporales que le son propias. La omnipresencia presente no debe comprenderse con exclusin del pasado ni del futuro. Antes bien, la condide todo presente, en vista de su propia historicidad, es la presencia y la accin, a modo

    articulacin, de ellos en el momento de la accin, que precisamente define a todo presente.La idea de un pasado inexistente hace igualmente inexistente al sujeto. Difumina vnculo con el presente en el momento mismo que erosiona su futuro. En otras palabras, el sujen tanto histrico, es pasado, presente y futuro a la vez. Su existencia produce los modelosinteligibilidad con el que lo hombres aprehenden el mundo y su historicidad.

    Esto obliga a dirigirse hacia la teora del conocimiento histrico, en tanto no es el pasaquien habla por boca de hombres del presente, sino que son ellos los que hacen hablar al pasde modo que la historia y la historiografa se produce a la luz de las exigencias de la actualidno de los mandatos de un pasado difuminado,"el pasado slo cobra vida en cuanto nos sirve

    para aclarar nuestros problemas. En el caso de que algo quisiera decirnos que le interesa a l pero no a nosotros, ese pasado permanecera mudo" (Reyes Mate 1992: 200).11

    De este modo, al afirmar la historicidad del presente el historicismo afirma conjuntamela historicidad de su pasado y correspondiente futuro. La clsica visin que representa al pascomo clausurado y al futuro como inexistente cede indefectiblemente al dinamismo a que propio presente se encuentra atado.Esto obliga a pasar a un punto que afecta tanto a la filosofa de la historia como a la teora dmisma.

    En efecto, hechos histricos fcilmente identificables12 han vuelto la mirada hacia elsujeto.

    La historia como camino progresivo al bienestar de los hombres y a la consagracin dehumanidad cede al imperativo de pensar la historia de distinto modo.

    En esta nueva perspectiva el sujeto ha sido reconsiderado. Bajo este propsito se articulas propuestas de pensadores como Manuel Cruz (1986,1991) y Hugo Zemelman (1999), quidesde diversos mbitos reconocen la necesidad de pensar la historia desde los sujetos y sentidos de obrar.

    Sin embargo, la vuelta a la teora del sujeto parece olvidar, no slo el carctextremadamente conflictivo de stos desde su propia constitucin, ya que anclados condiciones histricas lo suficientemente problemticas se ven de modo continuo en oposicidisputa13. Ms aun, la propia constitucin del sujeto, toda vez reconocido como tal, se produceun proceso concomitante con la adecuacin del mundo no nicamente natural, sino tambinlas prcticas sociales a sus propsitos. Esto equivale a sostener la objetualizacin de otros sujincapaces de mantenerse como tales, cuando no renunciados a ello. La diferencia entresujeto e individuo 14 se esfuerza en considerar tal diferencia.

    11 Estas consideraciones sobre el horizonte del pasado, o lo que es los mismo, la omnipresencia de la dimens presente, no es novedad en la prctica historiogrfica. Al contrario, ya se encuentra planteada hacia mediadossiglo XX, por los fundadores de Annales .12 Bsicamente se hace referencia a los mismos hechos con que ciertos intelectuales se apresuran a consagravictoria de lo que Jameson denomina "Milenarismo Invertido", corriente dirigida a echar tierra sobre la historiideologa, la poltica, el proyecto y todo lo que huela a la posibilidad que no sea la extensin del orden.13 A este respecto, baste recordar las primeras pginas del Manifiesto del Partido Comunista, donde se traza en cmodo a la hegeliana, los conflictos que articulan la historia.14 El individuo es el espacio privilegiado en el que reside el sujeto, pero no colma su contenido (Cruz 1986: 36

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    Esto no es nuevo. Se encuentra reconocido en el seno del propio historicismo. No en vel proceso de constitucin del sujeto es tambin una disputa por el reconocimiento, una suertapropiacin del otro para fines ajenos, particularmente los propios del sujeto, que en tal procde objetualizacin, se constituye. La figura hegeliana del amo y el esclavo dice suficiente

    Este problema no florece de los actuales acercamientos al sujeto, sino que arrastra utradicin de la cual stos se sirven. Se enuncia, por lo tanto, a la luz de sus propias evidenc

    histricas y filosficas.Como se comprender, el sendero por el cual nos conducimos encontrar su luz mlejana (o ms prxima) en las consideraciones sobre la poltica.

    Lo que se intenta plantear es fundamentalmente que la revisin crtica a laconsideraciones del sujeto atiende preferentemente su lado positivo, aquel que apunta aconstruccin de posibilidades y proyectos, olvidando el carcter un tanto incmodo que drelacin con la necesaria objetualizacin que se produce en la lucha por el reconocimiento15, sinel cual el sujeto no existe. Ello se encuentra ya anunciado en el pensamiento de Hegel, cotambin en el de Marx. As, la figura de la historia se representa como la realizacin de proyeque producen al mundoa su imagen y semejanza (Hegel 1953, Marx, 2001).

    Se evidencia, pues una tensin entre el extremo positivo de la constitucin del sujeaquel que se vincula con la apertura de horizontes y perspectivas prcticas que den nueimpulsos a su propia historicidad, olvidando uno de sus extremos, el inexorable proceso que lconcomitante: la objetualizacin e instrumentalizacin de prcticas sociales para adjudicarsreconocimiento de los hombres que a ellas se vinculan.

    De la sntesis que de tal problema pueda aflorar, as como de los nuevos horizontsusceptibles de ser despejados, depender en parte la proyeccin poltica y el conocimiento delmites con que los sujetos se encuentran en la historia, toda vez que se proclame necesario pla vinculacin del sujeto con la historia la existencia de proyecto, y con ello la necesaobjetualizacin de los hombres. Del resultado que arroje tal planteamiento, dependerexplotacin de aquella dimensin siempre existente del presente, esto es, la posibilidad generacin de nuevas relaciones sociales que se nieguen a hacerle el juego al orden en que pimportante de los hombres se encuentran objetualizados, en el marco de relaciones de explotano menos intolerables cuanto menos econmicas.

    15 "La lucha por el reconocimiento no es una lucha en la que se utilice la fuerza material. Es una lucha simblicala que los otros son los medios requeridos esencialmente" (Dri 2002: 84).

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    Bibliografa

    Cruz, Manuel: Narratividad: la nueva sntesis. Pennsula. 1986, Espaa. Cruz, Manuel: Tiempo de narratividad (el sujeto, entre la memoria y el proyecto). en

    Cuadernos del Taller. Publicacin del Taller de Epistemologa Social, Facultad dHumanidades, Universidad de Valparaso.2003.

    Dri, Rubn: Racionalidad, Sujeto y Poder. Irradiaciones de la Fenomenologa del EspritBiblios. 2002, Argentina. Hegel, G. W. F: Lecciones de Filosofa de la Historia Universal. Revista de Occidente

    Espaa,1953 Kant, Inmanuel: Filosofa de la Historia. FCE. 2004, Mxico. Marx, Karl: Manifiesto Comunista. Alba. Madrid, 2001. Marx, Karl y Engels, F. La ideologa alemana. Pueblos Unidos. 1985, Argentina. Mate, Reyes: La historia de los vencidos. Un ensayo de filosofa de la historia contra la

    ontologas del presente. en: Gmez, Jos (et al). Cuestiones epistemolgicas. Materia para una filosofa de la religin. volumen I. Anthropos. Espaa, 1992.

    Toulmin y Goodfield: El descubrimiento del tiempo. Paids. 1990, Espaa. Zemelman, Hugo: El rescate del sujeto. La reflexin epistemolgica en Amrica LatinaConferencia dictada el da 10 de Julio de 1999, en el marco del Seminario Epistemolo

    y Sujeto en las Ciencias Sociales, en el Instituto de Estudios Humansticos. Universidde Valparaso.

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    http://200.14.68.200/cgi-vp/vp1spa.exe?W1=3&W2=363495&A1=0&A2=0&A3=0&A4=10002295218http://200.14.68.200/cgi-vp/vp1spa.exe?W1=3&W2=363495&A1=0&A2=0&A3=0&A4=10002295218
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    DOCUMENTO N 1ACERCA DE LA VIA PACIFICA

    Prlogo

    El Partido Comunista Chileno desde su fundacin en 1922 se constituy como un Partde masas, democrtico e institucionalizado, el que mantena una manifiesta adhesin a principios del MarxismoLeninismo y las directrices provenientes de la direccin del ComCentral del Partido Comunista de la Unin Sovitica (PCUS) y el movimiento Comuninternacional (MCI).

    Bajo esta peculiar conciliacin de principios es que comienza a intervenir en la poltnacional, promoviendo la unin de los sectores progresistas de la sociedad (Unin NacioFrente Popular, Movimiento de Liberacin Nacional, Unidad Popular) con miras a urevolucin institucionalizada y gradualista, denominada comorevolucin democrticoburguesa , la que aspira a la democratizacin de todos los espacios polticos y civiles, lo q pavimentar el firme e insoslayable camino hacia el socialismo. Si bien no se puede negar quefundamentos tericos provienen de la ortodoxia MarxistaLeninista, en la prctica se constitude forma singular y heterodoxa.

    Se puede sealar que esta dicotoma entre teora y prctica caracterstica de la poltica Partido Comunista Chileno, goz de un efmero xito durante el periodo de la Unidad Popula prevalecer en la conformacin del programa de gobierno, el que es considerado como elemfundamental en el distanciamiento de los sectores ms radicalizados de la izquierda del perio posibilitando el fraccionamiento y la imposibilidad de la conformacin de una unidad de acci

    De esta forma nos parece de importancia la recuperacin de el artculo del secretageneral del Partido Comunista Chileno, Luis Corvaln Lepe, publicado inicialmente por revPrincipios en Enero de 1961, titulado Acerca de la va pacfica , y reeditado enCamino deVictoria por editorial Horizonte en 1971, en donde fundamenta tericamente la vainstitucionalizada, gradualista y no armada de la revolucin Chilena.

    Marco Gonzlez Martnez

    ACERCA DE LA VIA PACIFICA AL REFERIRNOS A LA VIA PACIFICA se debe recordar en primer trmino que los clsidel marxismo nunca la descartaron como forma de trnsito del capitalismo al socialismo. CaMarx, el fundador de la doctrina del socialismo cientfico, en un mitin celebrado en msterden 1872, deca lo siguiente refirindose a la toma del poder por el proletariado:... Jams hemos afirmado que a este fin conduzcan necesariamente medios idnticos.

    ... Sabemos que hay que tomar en consideracin las instituciones, las costumbres y tradiciones de los diversos pases y no negamos que existen pases como Amrica e Inglaterrsi yo conociera mejor las instituciones de ustedes, aadira tal vez Holanda, donde los obre pueden lograr sus fines por medios pacficos.

    Estudiante de quinto ao de la carrera de Pedagoga en Historia y Ciencias Sociales de la Universidad deValparaso. Artculo de Luis Corvaln Lepe publicado enCamino de victoria. Editorial Horizonte, Santiago de Chile, 1971.

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    LO DICHO POR MARX Y LENINAs, pues, Carlos Marx, para hablar con las palabras de Lenin, no se pona cortapisasni

    tampoco se las pona a los futuros dirigentes de la revolucin socialista en cuanto a las formas,los procedimientos y mtodos de la revolucin, comprendiendo perfectamente cuntos nue problemas habran de plantearse entonces, como habra de cambiar toda la situacin, enmarcha de la revolucin, y que frecuentes y profundos habran de ser esos cambios en su curso

    Por su parte, el gran Lenin en sus conocidas y famosas Tesis de Abril, consider posique la revolucin socialista se abriera paso en Rusia por una va pacfica mediante la conquistla mayora de los Soviets. Slo despus de los sucesos de Julio de 1917, del ametrallamientolos obreros en las calles de Petrogrado, cuando ya estaba en marcha la contrarrevolucinKornilov, Lenin y el Partido Bolchevique retiraron la consigna del desarrollo pacfico derevolucin y se lanzaron a preparar la insurreccin. Retiraron esa consigna porque la situachaba cambiado, porque en ese momento se haba cerrado el camino a la va pacfica y no pose estimara imposible esta va en circunstancias favorables como las que prevalecan en Ruinmediatamente despus de la cada del zarismo, en febrero de 1917.

    Se debe agregar, sin embargo, que Marx y Lenin concibieron la va pacfica como u posibilidad excepcional y la va violenta como la forma ms corriente en que se llevara a cab paso del capitalismo al socialismo. Las cosas eran as en su tiempo y ellos tenan plena razn.

    EL PLANTEAMIENTO DEL XX CONGRESO DEL PCUS.El gran mrito, en lo que a este problema se refiere, del XX Congreso del Parti

    Comunista de la Unin Sovitica est en que restableci la validez de la tesis acerca de la pacfica, que desde la muerte de Lenin el movimiento comunista internacional haba desestimincluso como una posibilidad excepcional, y en que la desarroll en forma creadora de a cuerlos cambios radicales operados en la situacin internacional.

    Ahora puede afirmarse que la tesis marxista leninista acerca de la posibilidad de revolucin socialista por la va pacfica ya no es considerada como algo tan excepcional, scomo la forma ms probable del trnsito del capitalismo al socialismo en una serie de pases. varios pases capitalistas dice la reciente declaracin de Mosc de los 81 Partidos Comunista Obreros la clase obrera, encabezada por su destacamento de vanguardia, puede en lcondiciones actuales, basndose en un frente obrero y popular y en otras posibles formasacuerdo y colaboracin poltica de distintos partidos y organizaciones sociales, agrupar amayora del pueblo, conquistar el poder estatal sin guerra civil y asegurar el paso de los medde produccin a manos del pueblo. Apoyndose en la mayora del pueblo y dando una resurplica a los elementos oportunistas incapaces de renunciar a una poltica de conciliacin capitalistas y terratenientes, la clase obrera puede derrotar a las fuerzas reaccionariantipopulares, conquistar una mayora estable en el Parlamento, hacer que ste deje de serinstrumento al servicio de la clase de la burguesa, para convertirse en un instrumento al servdel pueblo trabajador, desarrollar una amplia lucha de masas fuera del Parlamento, romperesistencia de las fuerzas reaccionarias y crear las condiciones necesarias para hacer la revolusocialista por va pacfica. Todo esto ser posible nicamente por medio de un desarrollo amy constante de la lucha de clases de las masas obreras y campesinas y de las capas medurbanas contra el gran capital monopolista, contra la reaccin, por profundas reformas socia por la paz y el socialismo.

    LAS ACTUALES CONDICIONES.Si tenemos en cuenta la experiencia de varios pases, como Francia, Espaa, y Chile en

    poca de los Frentes Populares contra la guerra y el fascismo, est claro que la clase obreencabezada por su destacamento de vanguardia puede forjar un frente obrero y popular amp

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    crear otras formas de colaboracin poltica con distintos sectores sociales y, sobre esta baagrupar a la mayora del pueblo y conquistar el poder por la va pacfica.

    La posibilidad de que la clase obrera una a su alrededor a la mayora del pueblo y llegal poder, en una serie de pases, por una va pacfica, es hoy mas factible que ayer en virtud de profundos cambios operados en la situacin internacional. El socialismo se ha convertido esistema mundial, que se desarrolla incesantemente a un ritmo veloz, demuestra su superiori

    sobre el capitalismo, lucha consecuentemente por la paz y la independencia de las nacioneatrae, por todo esto, las simpatas de centenares de millones de personas sencillas de los pacapitalistas, incluidos vastos sectores de las capas medias y de la intelectualidad. Al mistiempo, el capitalismo se hace cada da mas odiado, los monopolios se apoderan del Estautilizan el poder para colocar toda la economa a su servicio, hieren as los intereses de burguesa no monopolista y se crean, de este modo, condiciones objetivas para que la cobrera, bajo la direccin de sus partidos revolucionarios, promueva y lleve a cabo un polticalianzas muy amplia con todos los sectores que estn contra los monopolios, por el progreso paz y la independencia de las naciones. Luego, para comprender las mayores posibilidades hoy existen para que la clase obrera agrupe en torno suyo a la mayora del pueblo y lleve a cla revolucin por la va pacfica, hay que tener en cuenta el gran desarrollo numrico de partidos comunistas y obreros, su creciente capacidad ideolgica y poltica y el hecho de quetrabajadores comprenden, hoy ms que ayer, la verdad del axioma marxista de que emancipacin ser fruto de su propia obra, se apartan de la direccin burguesa y reformistmarchan por el camino de la conquista de su hegemona en el movimiento social revolucionar

    Quienes, argumentando contra la tesis de la va pacfica, han sostenido que no se ha datodava ningn caso concreto de revolucin socialista por esa va, no han estado en lo ciertoChecoslovaquia, por ejemplo, a la derrota del fascismo y de los colaboracionistas, sobrevinoGobierno de coalicin democrtica que iba desde el proletariado a las burguesa, devinieluego, sin insurreccin popular, sin guerra civil, a travs de una fuerte lucha de clases, de presin y la movilizacin de las masas, en una democracia popular, en un gobierno de dictadel proletariado que ha construido el socialismo.

    Mas, aunque no se hubiese producido ningn caso de revolucin socialista por la v pacfica, para establecer como tesis la posibilidad de tal va no era ni es obligatorio contar precedentes histricos. Si para la elaboracin de cualquiera tesis marxistaleninista se requiere primero una prueba prctica de la misma, una realizacin acabada, los clsicos del marxismohabran elaborado mucha de sus tesis.

    La tesis acerca de la posibilidad de la va pacfica se refiere, es cierto, al trnsito dcapitalismo al socialismo en determinados pases. Pero hay que tener en consideracin el pude vista marxista de que el derrumbe del colonialismo, la independencia de las naciooprimidas por el imperialismo forman parte de la revolucin proletaria mundial. Del mismodo, hay que tener tambin en consideracin el pensamiento marxista en el sentido de entre la revolucin democrtica y la revolucin socialista no media ninguna muralla china. Testo nos permite afirmar que tericamente la tesis acerca de la posibilidad de la va pacfictambin vlida en el caso de algunos pases donde en este momento no se plantea la revolusocialista, sino la revolucin democrtica o, simplemente una revolucin nacional libertadoral respecto se puede sealar que en Guinea, se conquist su independencia a travs de plebiscito convocado por el gobierno degaullista, y en otos pases africanos, se han opercambios revolucionarios por la va pacfica.

    Claro est que los partidos comunistas no plantean la va pacfica para todos los pasetoda las situaciones. Bien dice la declaracin de Mosc de los 81 Partidos Comunistas y Obre

    En el caso de que las clases explotadoras recurran a la violencia en contra del puebhay que tener en cuenta otra posibilidad: el paso al socialismo por va no pacfica. El lenini

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    ensea, y la experiencia histrica lo confirma qua las clases dominantes no sedvoluntariamente el poder. La dureza y las formas de la lucha de clases, en tales condicionesdependern tanto del proletariado como de la resistencia que los crculos reaccionarios opongla voluntad de la inmensa mayora del pueblo, del empleo de la violencia por esos crculos en u otra etapa de la lucha por el socialismo.

    De lo anterior pueden desprenderse las siguientes conclusiones: Primero, en determina

    pases ahora no hay posibilidad de marchar por la va pacfica. Segundo, en otros paserevolucin puede abrirse paso largo trecho por la va pacfica y, en determinado momento, tola va de la violencia si las clases enemigas obligan a ello. Tercero, una revolucin puede mar por la va violenta hasta cierto punto, para luego desarrollarse por la va pacfica. Y cuartoalgunos casos la va pacfica puede ser un camino continuo.

    UNA SOLA LINEABasndose en el hecho de que la revolucin por la va pacfica no depende slo d

    proletariado, hay quienes han sostenido la idea de que es preciso preparase al mismo tiempo la alternativa de la va violenta. Esto es justo en trminos generales y ello exige primordialmecontar con un Partido Comunista suficientemente capaz para apreciar los cambios en la situaque obliguen a cambiar de tctica. Pero la preparacin para la alternativa violenta no considonde hay posibilidad de la va pacfica, en empeos como el de crear ya destacamentos armaEsto conducira en la prctica a tener una doble lnea, a marchar simultneamente por caminos, con la consiguiente dispersin de fuerzas, y podra exponer al movimiento popular,una parte de l, a la aventura, a la provocacin putschista, a una lnea izquierdista y sectaria. lo dems, el ejemplo de todas las revoluciones que se han desarrollado por la va violedemuestra que el problema de las armas no es insoluble y que l se resuelve en gran escala comomento oportuno, a travs de la accin de masas, conquistndolas en la lucha a las propfuerzas enemigas y atrayendo a una parte del ejrcito al cause revolucionario.

    La declaracin de los 81 Partidos Comunista y Obreros dice con toda razn:En cada pas, la posibilidad real de una u otra va de paso al socialismo vie

    determinada por condiciones histricas concretas.

    NUESTRA POSICIONEn lo que a Chile se refiere, nosotros, comunistas, basndonos precisamente en l

    condiciones histricas concretas de nuestro pas, hemos llegado a la conclusin de que aqu lams probable del desarrollo revolucionario es la va pacfica. En el X Congreso de nuesPartido, celebrado en abril de 1956, el camarada Galo Gonzlez dijo al respecto:

    La posibilidad de que nuestra revolucin se realice por medios pacficos, esto es, sin sea forzoso recurrir a la guerra civil, depende de 2 factores esenciales: del podero y la resistede las clases enemigas y de la capacidad de la clase obrera para unir en torno suyo a la maynacional y conquistar, por medio del sufragio u otra va similar, el poder para el pueblo.

    No hay duda que en nuestro pas el enemigo es relativamente fuerte y presenta presentar una tenaz resistencia a los cambios revolucionarios. Pero tampoco hay duda quclase obrera puede vencer esa resistencia, puede deagrupar en torno suyo a la mayora nacionarribar al poder por medio del sufragio u otro procedimiento que no sea el de la guerra civil.

    El triunfo del Frente Popular en 1938 y el de la Alianza Democrtica en 194demostraron, precisamente, la posibilidad de que la clase obrera y el pueblo de Chile conquiel Gobierno por una va que no es la de la insurreccin.

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    Hoy da existe esta posibilidad? S, existe o, mejor dicho, existir si el pueblo deshacobra de Gonzles Videla y consigue la ampliacin de las libertades pblicas, los camb polticos () contemplados en nuestro programa.

    Esto fue dicho por nuestro Partido, vale la pena subrayarlo, en 1956, cuando todavahallaba en la ilegalidad. Despus sucedieron tres hechos que reafirman nuestros puntos de ven relacin a la posibilidad de cambios revolucionarios en Chile por la va pacfica. Tales hec

    fueron la derogacin de la Ley de Defensa Permanente de la Democracia, esto es, la devoluc por una ley de los derechos polticos y electorales del Partido Comunista; el perfeccionamieaunque muy insuficiente, del sistema electoral con la introduccin de la cdula nica oficial; gran votacin alcanzada por la candidatura presidencial del doctor Salvador Allende (), con locual el movimiento popular estuvo a punto de conquistar el Poder por la va electoral, de origun Gobierno popular y democrtico con la representacin bsica de los partidos ComunistSocialista.

    Ciertamente, no es fcil que el pueblo gane las elecciones en nuestro pas. Pero los hecindican que ha sido capaz de ganarlas de una vez y que las podr ganar con menos dificultadeel futuro, en la medida que se fortalezca y se desarrolle todava ms el movimiento popular y pueda imponer nuevas y ms profundas ampliaciones de sus derechos polticos y electorales.

    La verdad es que el movimiento popular chileno ha logrado resonantes victorielectorales, esto es, por va pacifica, sobre las fuerzas del imperialismo y la reaccin y generado gobiernos democrticos. El hecho de que estos gobiernos no hayan llevado a ctransformaciones profundas y de que, en el caso del Gobierno de Gonzlez Videla, se htraicionado prfidamente al pueblo, no contradice la posibilidad real de la tesis de la va pacien Chile. Las frustraciones de las esperanzas populares bajo esos gobiernos, o la traicin abide esas esperanzas se debieron esencialmente a la existencia de condiciones internacionalesfavorables y al hecho capital de que entonces no exista la unidad socialistacomunista y proletariado estaba muy lejos de tener la hegemona en sus manos, de estar en situacionesvencer las vacilaciones de la burguesa o de pasar hacia delante por sobre los traidores.

    En la prctica, el movimiento popular chileno, en virtud de las condiciones histri

    concretas de nuestro pas, ha venido desenvolvindose por la va pacifica desde hacia vadcadas, desde los tiempos del Frente Popular, es decir, desde hace casi veinticinco aos, demucho antes que se planteara con fuerza la tesis sobre la posibilidad del desarrollo pacifico drevolucin.

    LAS OBJECIONES Y LAS IMPRESICIONESCabe entonces la pregunta: Por qu, si el movimiento popular chileno ha veni

    marchando por la va pacifica desde hace aos, ahora y no antes menudean las objeciones ava en algunos crculos de izquierda? Primero, porque algunas personas de buena fe no alcanzcomprender las verdaderas causas de la frustracin o traicin de las victorias populares y seexplican superficialmente por la simple presencia de sectores burgueses en el movimie popular o por el tipo de las formas y mtodos empleados por ste para llegar al poder; y, segu porque los trotskistas y otros aventureros ven que ahora la va pacfica es mas factible que anla clase obrera tiene ms conciencia de su papel, est en condiciones de marchar por tal va

    Sin duda que aqu no se debe entender por cambios polticos todo lo que en este terreno se propona el Progrdel Partido, sino nicamente los objetivos inmediatos que en este orden se perseguan en 1956, principalmentderogacin de la Ley de Defensa de la Democracia, el imperio de las libertades pblicas y la ampliacin dederechos electorales.

    Esto se refiere a las elecciones presidenciales de 1958, cuyos resultados fueron: Alessandri, 387 mil votos; Alle354 mil votos; Frei, 255 mil votos; Bossay, 191 mil votos y Zamorano, 41 mil votos.

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    ms posibilidades de xito y en estas circunstancias es vital para los amos de esos agentes enemigo, crear dificultades o poner objeciones al desarrollo del movimiento popular porcamino que determina ante todo la realidad histricosocial de nuestro pas y la situacinternacional.

    Forzoso es decir tambin que algunos conceptos errneos e imprecisiones en el lenguno ayudarn a aclarar, sino a embrollar la cuestin.

    Hay, por ejemplo camaradas que identifican la va pacfica con el concepto de la vdemocrtica, como si la va de la violencia no fuera democrtica. La verdad es que tanto la pacfica como la va de la violencia son democrticas, puesto que se conciben en base voluntad, la lucha y la movilizacin de las masas.

    Otros hablan indistintamente de la va violenta o va revolucionaria, como si la v pacfica no fuera tambin revolucionaria. La verdad es que ambas vas son revoluciona porque se trata de alcanzar, tanto por la va pacfica como por la va de la violentransformaciones revolucionarias.

    Hay tambin algunas personas que identifican la va pacfica con los causes legaleconstitucionales, lo cual es completamente errneo. Partidarios como somos de la va pacfqueremos al mismo tiempo que el movimiento obrero y popular rompa con el lastre del legaliy se gue, antes que por las leyes y la Constitucin dictadas por la burguesa, por sus propintereses de clase, considerando la situacin concreta de cada momento. Los hechos y no slas palabras indican que tal es nuestra lnea de conducta.

    Tambin creen algunos que la va pacfica es obligatoriamente la va parlamentaria. E puede ser efectivo en ciertos pases de Europa, donde existe el rgimen parlamentario. Puedetambin efectivo en Chile, pero en nuestro pas, donde existe el rgimen presidencial hay considerar tambin la posibilidad de operar cambios revolucionarios empezando por la conqudel Poder Ejecutivo.

    Algunos, incluso, hablan de llegar al poder mediante la poltica de coexistencia pacficomo si sta fuera sinnimo de va pacfica. Tal planteamiento no es claro. La poltica coexistencia pacfica se refiere a las relaciones entre estados de diferentes sistemas sociales ya las relaciones entre las clases en el interior de un pas dado. Un planteamiento claro sersiguiente: Nosotros estamos por la va pacfica en lo nacional y por la coexistencia pacfica einternacional. La va pacfica presupone lucha de clases y no colaboracin de clases, no existencia amigable entre explotadores y explotados, ni la renuncia al derecho a tomar las arsi ello fuera necesario. La coexistencia pacfica es tambin una forma de la lucha de clases e plano internacional, limitada al terreno econmico, poltico e ideolgico y envuelvecompromiso entre las partes de no dirimir el pleito entre capitalismo y socialismo por el medila guerra y de dejar que cada pueblo determine por l mismo el rgimen que prefiere.

    NI REVISIONISMO NI EVOLUCIONISMO. NI REFORMISMO NI COPIAS MECANICAS Nos permitimos subrayar que la va pacfica como la va de la violencia son v

    revolucionarias que exigen, ambas, una tenaz lucha de clases, la movilizacin activa de las amplias fuerzas populares alrededor del proletariado, un gran partido comunista, la conquistla hegemona por la clase obrera. De consiguiente, la va pacfica no tiene nada de conciliaciclases y, a travs de ella, se persigue desplazar del poder a las clases condenadas por la histordesaparecer y traspasar, en ltimo trmino, los medios de produccin, hoy de propiedad decapitalistas, a propiedad de todo el pueblo. Por lo tanto, el concepto de la va pacfica nada tque ver tampoco con la concepcin revisionista de la derivacin del capitalismo en sociali por medios evolutivo, ni con la poltica de los reformistas que no luchan por los cambrevolucionarios, sino por simples reformas.

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    Refirindose a lo que es bsico en todo proceso verdaderamente revolucionario, en discurso a la memoria de Sverdlov, deca Lenin:

    Es indudable que sin este rasgo sin la violencia revolucionaria, el proletariado habra podido vencer (al proletariado ruso se refiere Lenin. Nota de L. C.), pero tampoco ofduda que la violencia revolucionaria constituy un medio necesario y legtimo de la revoluslo en determinados momentos de su desarrollo, slo cuando existan ciertas condicio

    especiales, mientras que la organizacin de las masas proletarias, la organizacin de trabajadores, ha sido y sigue siendo una propiedad mucho ms profunda y permanente de direvolucin y una condicin de triunfo. Precisamente, en esta organizacin de millones trabajadores se encierran las mejores premisas de la revolucin, la fuente ms profunda de victorias.

    Cuando hablamos de la revolucin por la va pacfica slo estamos sealando posibilidad de cambios revolucionarios sin recurrir a la insurreccin armada o a la guerra civno estamos descartando otras posibles formas de violencia en menor escala. La huelga generatoma de terrenos por los pobladores, las luchas callejeras e incluso la conquista de la tierra pocampesinos en algunas partes, son tambin formas de violencia y ellas, por cierto, se han dadse dan en el caso chileno. Podramos decir que, por el contrario, tales tipos de violencia formtambin parte de un proceso revolucionario que se desarrolla por la va pacfica, atendindono a tales o cuales hechos aislados sino al conjunto del movimiento.

    Las grandes transformaciones que se estn llevando a cabo en Cuba tendrn que operaen toda Amrica Latina, pero no siguiendo el mismo camino obligatoriamente en todos nues pases. A caso en la mayora de ellos la revolucin se abrir paso por la va violenta. Pero eque respecta a Chile, insistimos, consideramos factible la va pacfica. En todo caso, nada m pernicioso para el movimiento popular que tratar de copiar mecnicamente los procerevolucionarios que tienen o tengan lugar en otras partes. Como deca Lenin: Todas las naciollegarn al socialismo, eso es inevitable; pero no llegarn de la misma manera: cada una de eaportar su originalidad en una u otra forma de democracia, en una u otra variante de la dictaddel proletariado, en uno u otro ritmo de transformaciones socialistas en los diversos aspectosla vida social. No hay nada ms msero desde el punto de vista terico y ms ridculo desd punto de vista prctico que en nombre del materialismo histrico, dibujarse en sta con un color grisceo; eso sera una mamarrachada y nada ms.

    EL MOVIMIENTO DE MASASLa poltica de nuestro Partido, ahora y siempre, se basa en la movilizacin y en la lucha

    las masas. En el ao que acaba de terminar, en 1960, nuestro Partido impuls enrgicamentecombates reivindicativos de los trabajadores como la heroica huelga del carbn, las huelga paros de los trabajadores de la salud, de los profesores, de los ferroviarios, de los obrerossalitre y del cobre, de los trabajadores de la construccin, la metalurgia y otras industrias, como los paros nacionales del 17 de marzo y del 7 de noviembre, convocados por la Cennica. Ms todava, nuestro Partido ha sealado la justa orientacin y ha trabajado de acuerdella, de la presentacin de pliegos simultneos de peticiones por ramas de la industrcoordinando los movimientos y las huelgas, sin esperar, en muchos casos, el vencimiento deconvenios, pasando as por encima del Cdigo del Trabajo, all donde este Cdigo constituye amarra. Nuestro Partido ha sido y es tambin el principal organizador de las acciones de pobladores por la toma de terrenos. De esta manera se demuestra en la prctica que nuestra les combativa y revolucionaria y que el hecho de pronunciarnos a favor de la va pacfica no tnada que ver con la pasividad, el reformismo, el legalismo o la conciliacin de clases.

    Calumnian, pues, miserablemente a nuestro Partido, aquellos elementos atolondrados q pretenden presentarlo como empeado en amarrar las manos de los trabajadores. No slo

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    atamos las manos de los trabajadores, sino que estamos dedicados a romper los obstculos entraban sus luchas. A lo que nos hemos opuesto y nos oponemos es a la aventura del golpeEstado, a las acciones descabelladas a que han querido y quieren arrastrar al movimiento oblos trotskistas y otros elementos, principalmente pequeoburgueses desesperados. Y noponemos a ello porque ese no es un camino revolucionario sino contrarrevolucionario, destina hacerle el juego al enemigo.

    LAS ELECCIONES PARLAMENTARIASEsos mismos elementos atolondrados que objetan la va pacfica critican a los comunis

    y socialistas por el empeo que ambos partidos ponen en las prximas elecciones parlamentarCon ello tambin no pretenden otra cosa que favorecer al enemigo. En las elecciones de mnuestro Partido, si trabaja con decisin y empuje, puede duplicar su actual representacin eCmara y llevar algunos representantes suyos al Senado, donde ahora no los tiene. El FRAP econjunto est en situacin de elegir a unos cuarenta diputados en vez de los 25 actuales y unsenadores, es decir, de mejorar sus posiciones en el Parlamento, lo cual sera una nuemanifestacin popular de repudio a la poltica de Alessandri, de solidaridad con Cuba, reafirmacin de los sentimientos antiimperialistas y antioligrquicos de nuestro pueblo. ()

    La posicin de principio de los comunistas respecto a los parlamentos burgueses fue sealada por Lenin en su histrica obra El extremismo, enfermedad infantil del comunismodicha obra, Lenin critic tanto a los socialdemcratas de derecha, que consideran queParlamento lo es todo, como a los comunistas de izquierda, que lo despreciabcompletamente. De modo pues que, independientemente de la posibilidad que hoy existe en serie de pases de transformar el Parlamento de instrumento al servicio de los intereses de burguesa en instrumento al servicio del pueblo trabajador, nunca ha sido propio de revolucionarios, de los marxistas, mirar despectivamente las luchas electorales.

    Es claro que en nuestro caso no slo se trata de participar en la campaa electoral phacer agitacin poltica, para denunciar la obra nefasta de Alessandri, para educar a las ma populares o para elegir una docena o ms de parlamentarios comunistas y unos cuarenta o parlamentarios verdaderamente de izquierda, lo cual de por s ya sera muy importante. Se tramismo tiempo, de comprender que tal avance del Partido Comunista y del FRAP marcardebilitamiento de las posiciones del enemigo, ayudar al desarrollo de las futuras luchas demasas y atraer nuevas fuerzas hacia la izquierda con miras a imponer los cambios de fondo se precisan en nuestra patria. Por todo esto resultara un flaco servicio a la causa del puecualquier debilidad en esta campaa eleccionaria. A pesar de que el Parlamento actual tiatribuciones en verdad precarias, existe la posibilidad de utilizarlas para lograr ciertos fines interesan al pueblo combinando la accin parlamentaria con la extraparlamentaria. En esta fose logr la derogacin de la Ley Maldita y una reforma electoral de carcter progresista, auncomo y dijimos, todava muy insuficiente. En este sentido los comunistas no abandonamoesperanza de que en base a una fuerte movilizacin de masas, el prximo Parlamento, con marepresentacin del pueblo, puede legislar en orden a reconquistar atribuciones que han vencediendo al cesarismo presidencialista, a reformar la Constitucin en aspectos vitales, a crearAsambleas Provinciales por la va del sufragio directo, a ampliar los derechos polticoselectorales del pueblo, esto es a democratizar la Repblica y abrir ms campo a la va pacfEstas posibilidades no estn descartadas y la historia no cambia de curso sin haber agotado alas que an caben dentro de determinado camino por el cual han venido marchando.

    Los resultados de estas elecciones, las parlamentarias de 1961, dieron efectivamente 40 diputados al FRAP y 9senadores. El Partido Comunista tena 7 diputados y sac 16. Eligi, adems, 4 senadores.

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    LO REVOLUCIONARIOLa revolucin no consiste, pues, en sostener con las palabras posiciones supuestame

    revolucionarias, no consiste en pronunciarse por la va violenta si ella no es la que corresponno consiste en emplear un lenguaje avanzado y mucho menos, como en el caso de trotskistas y otros aventureros, en propiciar asonadas descabelladas. Por el contrario ta posiciones son de hecho reaccionarias sea cual fuere el lenguaje con que se cubran y los fines

    se invoquen.La cuestin de la va a seguir, la pacfica o la violenta, no es algo que pueda determinasubjetivamente, guindose por los deseos, sino objetivamente, de acuerdo a la realidad concY cualquiera que analice de este modo la realidad chilena, sin ponerse anteojeras, sin saconclusiones simples de hechos complejos como los sucesos del 2 de abril de 1957, tendr convenir en que la va ms probable del desarrollo de la revolucin chilena es la va pacfique sta, como lo hemos expuesto, es una va revolucionaria, por lo cual hay que marcharvacilaciones, con decisin entera.

    Pudiera ocurrir que maana las cosas se presenten de otro modo y que hubiera qcambiar de rumbos. No se habr perdido el tiempo cumpliendo hoy las tareas relativas a la pacfica, ya que ellas permiten seguir agrupando fuerzas para triunfar en cualquier circunstanY por cierto que ante tal eventualidad actuaramos tambin con toda decisin y firmeza.

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    El blindaje del modelo neoliberal Anbal Prez Contreras

    El conjunto de estas relaciones de produccin forman la estructura econmica de la

    sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurdica y poltica y a la quecorresponden determinadas formas de conciencia social. (Marx, K: 1955:556)

    Resumen:

    Alejado de pretensiones mecanicistas y ortodoxas realizadas en torno al anlisis de Malo que se pretende sostener con la cita arriba sealada y mediante el desarrollo del preseartculo sera que, existira una relacin neta entre el aparato jurdico que se levanta enconstitucin de 1980 y la implantacin del modelo econmico sustentado histricamente poderecha chilena, es decir el neoliberal. De esta forma, a travs de la argumentacin del artcse apreciar la enorme conciliacin de diversas tendencias ideolgicas en lo que en el pl

    terico se refiere, establecidas para asegurar, con la implantacin de dicho modelo, entre ocosas, la despolitizacin de la sociedad y una democracia excluyente.

    a) Declaracin de principios del gobierno de Chile y la conciliacin ideolgica de la derechSer pues, en el documento titulado Declaracin de principios del gobierno de Chil

    emitido por la Junta Militar el 11 de marzo de 1974, donde se habra llegado a una enorconciliacin de la mayora de las vertientes ideolgicas de la derecha chilena, que van desdecorporativismo, el neoliberalismo, el autoritarismo y el nacionalismo, las cuales, medianteanlisis del documento las iremos debelando.

    La tesis principal expuesta en dicho documento, sostendra que Chile se encontraba en un profundo proceso de reconstruccin nacional, en los momentos en que una aguda crisis es

    remeciendo al mundo, la cualpone en tela de juicio los valores y formas de vida de los diversostipos de sociedad (Correa 2001:428), en este sentido, la Junta Militar, anunciaba de ante manoque no se propondra como un gobierno transitorio entre dos de tipo partidista (Correa2001:429), sino que por el contrario, enfrentara todo un enorme proyecto de reconstruccnacional, a nivel poltico, econmico, social, cultural e ideolgico. Es decir, presentaba entonla implementacin de un proyecto global.

    Entre uno de sus primeros aspectos, encontramos la presencia de elementos de ticorporativista, basados en el hispanismo tradicionalista de Primo de Rivera y Vsquez de Mlos cuales denotan su influencia al momento de plantear que se debeasegurar la independencia

    y despolitizacin de todas las sociedades intermedias entre el hombre y elestado (Correa:2001:432) , de esta forma el gremialismo de Jaime Guzmn marcara su

    influencia, al momento de resaltar la importancia de los cuerpos en el desarrollo de la nacin ynecesaria despolitizacin. Esto explica el auge de las juntas de vecinos y los centros de mad promovidos desde la dictadura, quienes como cuerpos intermedios se desarrolladespolitizadamente.

    As pues, y partiendo de una nocin cristiana del hombre, se sostiene la idea del bicomn como nica funcin del Estado. Aquella institucin sera limitada en su campo de accdebido entre otras cosas, por el hecho de ser creado artificialmente por hombres y enton Estudiante de cuarto ao de la carrera de Pedagoga en Historia y Ciencias Sociales de la Universidad deValparaso.

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    carecer de espiritualidad. Por el contrario se plantea que Dios sera el creador del individuo, qdotara a sus hijos de derechos naturales los cuales teniendo como su fuente de origen creador, los haran superiores a cualquier entidad, incluyendo al Estado. Es decir, mediante etrea justificacin cristiana y metafsica, carente de todo sentido histrico, se argumentalimitacin de la participacin del Estado en el desarrollo nacional, abrindole paso entonces atendencias neoliberales. Junto con ello se da paso ahora, para presentar al pas el llama

    principio de subsidiariedad que tomara el carcter del Estado. De esta forma, se argumenexplcitamente que: El respeto al principio de subsidiariedad representa la clave de la vigenciade una sociedad autnticamente libertaria Por oposicin a l, cuanto mayor sea el estatismoque afecte a una sociedad, menor ser su efectiva libertad, por extendido que sea el ejerciciociudadano de los derechos polticosEl estatismo genera, en cambio, una sociedad gris,uniforme, sometida y sin horizontes (Correa 2001:432). Aqu pues, presenciamos la relacinentre el corporativismo y el neoliberalismo, al momento de sostener que la funcin nica Estado es asegurar el bien comn, y desde el principio corporativo de los fines especficos decuerpos intermedios, al Estado solo le quedara un rol subsidiario, por ende se asegurabimposibilidad de intervenir en fines que no le son propios, es decir los econmicos. De eforma, proyecto de la derecha y el gran empresariado liderado por Alessandri, quien desde 1vena sosteniendo: la apertura econmica, junto con la liberalizacin de los mercados , y juntocon ello, el deber deaumentar la capitalizacin a travs de los propios esfuerzos nacionales yde la ayuda del capital extranjero (Correa 2001:243) quedaba ingresado al proyecto global de ladictadura. Adems de esto, todo este planteamiento de la desmantelacin del Estado, srespaldado por las posturas tcnicas de los economistas neoliberales que estudiaban en Chicgracias al proyecto Chile, firmado en 1958.

    Dentro del documento, otro de los aspectos que encontramos, sera la idea de autoritarismo presidencial. En este sentido, las ideologas como el marxismo quedar prohibidas. De esta forma, se le daba cabida entonces, a las vertientes nacionalistas con presupuesto de decadencia nacional y rechazo a las ideologas forneas, junto con las tendenliberales y conservadoras que presuponan el carcter de un presidencialismo fuerte, todo estmomento de sostener que:la alternativa de una sociedad de inspiracin marxista debe ser rechazada por Chile, dado su carcter totalitario y anulador de la persona humana, todo lo cualcontradice nuestra tradicin cristiana e hispnica. (Correa 2001:229)

    Finalmente, se encuentra la conciliacin con las FF.AA. pues stas quedaran encargadel normal funcionamiento del proyecto a imponerse y de la sociedad chilena en su conjunto.

    De esta forma, el nacionalismo, las corrientes liberales y conservadoras, junto con presupuesto de la libre empresa para el desarrollo econmico, y la teora de la despolitizacila sociedad, asegurarn la implantacin del proyecto de la derecha y del gran empresariado hemos presenciado desde Alessandri hasta el Partido Nacional. La aplicacin del neoliberalitendra entonces, su camino pavimentado faltndole slo su sustento jurdico

    b) La Constitucin de 1980:Dicha constitucin, ser la expresin jurdica de la conciliacin ideolgica q

    anteriormente describimos, constituyendo as un cuerpo polticamente autoritario. A su vezneoliberalismo, ser asegurado mediante la institucionalizacin jurdica del rol subsidiario Estado. De esta forma, aquella constitucin ser nada ms que la institucionalizacin deDeclaracin de principios del gobierno de Chile.

    En la constitucin de 1980 se mantiene una concepcin cristiana del hombre, basada ederecho natural, cuyos principales postulados sostienen que el ordenamiento jurdico, tiene cofuente creadora una fuerza divina y superior al hombre. En este sentido, dichos postulados, sereflejados en su primer artculo al enfatizar el rol importante de la familia, como nc

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    fundamental de la sociedad y conjuntamente a ello al resaltar que:el estado est al servicio dela persona humana y su finalidad es promover el bien comn , ms an en el mismo artculo,denota los rasgos corporativistas anunciados en la declaracin de principios, al momento plantear:El Estado reconoce y ampara los grupos intermedios a travs de los cuales seorganiza y estructura la sociedad y les garantiza la adecuada autonoma para cumplir sus

    propios fines especficos (Constitucin de 1980, 1994: 10). De esta forma, automticamente,

    cuando se le otorga la funcin a la mayor institucin de la repblica, de asegurar la independede las sociedades intermedias, al mismo tiempo se auto limita a su rol subsidiario, abriendo pentonces, a la no intervencin del Estado en la economa, es decir, ingresa jurdicamente proyecto neoliberal, cumplindose as la tesis de Marx.

    Ms an en el captulo III, artculo 19, numeral 10, se establece quelos padres tiene elderecho preferente y el deber de educar a sus hijos (Constitucin de 1980, 1994: 20), es decir,haciendo gala del rol subsidiario del Estado, este se debe limitar slo a incentivar a las fami para la educacin de sus hijos, pero de ninguna forma establecer un sistema estatal y gratuiteducacin en todos sus niveles, ya que de ser as, el estado se estara inmiscuyendo en fines no le son competentes. Por otra parte, en el mismo artculo, pero en el numeral 15 se establProhbanse las asociaciones contrarias a la moral; al orden pblico y a la seguridad delestado. Los partidos polticos no podrn intervenir en actividades ajenas a las que les son

    propias ni tener privilegio alguno o monopolio de la participacin ciudadanasu financiamientono podrn provenir de dineros, bienes, donaciones, aportes ni crditos de origenextranjeroSon inconstitucionales los partidos, movimientos u otras formas de organizacincuyos objetivos, actos o conductasprocuren el establecimiento de un rgimen totalitario, comoasimismo aquellos que hagan uso de la violencia, la propugnen o inciten a ella como mtodo deaccin de lucha (Constitucin de 1980, 1994:21:22). En otras palabras, se asegura ladespolitizacin de los cuerpos intermedios, limitando la participacin poltica a lo que propios fines, segn estos principios, le son propios. Junto con ello, y puesto que se considermarxismo como una ideologa totalitaria, los partidos que de esa tendencia se declaren quedaclausurados. Por otra parte, la idea de resaltar el tema de la violencia, se relaciona con las tque especialmente el PC llevaba como mtodo de accin poltica en dicho proceso, es decillamada Rebelin popular de masas.

    Dicha constitucin, limitaba tambin el derecho a huelga, mtodo sindical, qhistricamente se ha convertido en una tctica de lucha para los trabajadores, demostrandoque este cuerpo jurdico, guarda una especial conexin con el proyecto capitalista neoliberal. al momento de expresar abiertamente en su numeral 16 que:no podrn declararse en huelgalos funcionarios del estado ni de las municipalidades. Tampoco podrn hacerlo personas quetrabajen en corporaciones o empresas, cualquiera sea su naturaleza, (Constitucin de 1980,1994:23) y no limitndose a lo anteriormente descrito, adjudicaba tambin en su numeral 24Elderecho de propiedad en sus diversas especies sobre toda clase de bienes corporales oincorporales (Constitucin de 1980, 1994:25)

    Ahora bien, otro aspecto interesante de resaltar acerca de la constitucin, ser la temtde los estados de excepcin, en este sentido se plantea en el artculo 40, numeral 3 que:El

    presidente de la Repblica, con acuerdo del Consejo de Seguridad Nacional podr declarar todoo parte del territorio nacional en estado de emergencia, en casos graves de alteracin del orden

    pblico, dao o peligro para la seguridad nacional, sea por causa de origen interno oexterno .(Constitucin de 1980, 1994:38) En otras palabras la hegemona de la coaccin p parte de la dictadura estaba asegurada, ms aun, el denominado Consejo de Seguridad Naciose compondra por: el Pdte. de la Repblica, los Pdtes. del Senado y la Corte Suprema, Comandantes en Jefe de las FF.AA y Carabineros de Chile junto con el Contralor General dRepblica, de los cuales, slo en el futuro, el representante del senado y el Pdte. De la Repb

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    seran elegidos por votacin popular, mientras que los otros dependern de ste ltimo. En o palabras, la dictadura aseguraba cualquier intento de rebelin y a su vez, poda ejercer un golpe en forma constitucional.

    Finalmente, y como para poner la ltima plancha de acero a este bunker constitucionel aseguramiento del cumplimiento de todos lo principios antes analizados quedarn en manolas FF.AA. brindndoles el derecho de intervenir, en caso de que as no sea.

    Con esto, el proyecto neoliberal de la derecha y el gran empresariado, estaba entoncabsolutamente protegido hasta el ms mnimo pice demostrndose as nuestra hiptesis cenla cual sostiene, la existencia de la relacin superestructural entre la Constitucin Poltica de 1y el modelo econmico neoliberal.

    Bibliografa:

    Marx,C. Prologo de la contribucin a la crtica de la economa poltica . Obras escogidas en dostomos, Ed. Mosc, URSS, 1955.

    Jorge Alessandri, la verdadera situacin econmica de Chile en la actualidad, en Correa, So junto a varios autores, Documentos del siglo xx chileno, Ed. Sudamericana, Santiago, 2001

    Declaracin de Principios del gobierno de Chile, Santiago, marzo 11 de 1974, Correa, Sofvarios autores, en Documentos histricos del siglo XX, Ed. Sudamericana, Santiago, 2001.

    Constitucin Poltica de la Repblica de Chile 1980, Ed. Jurdica, Santiago, 1994.

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    DOCUMENTO N 2:REOLUCION DE LA SESION PLENARIA DEL CONGRES

    GENERAL DEL PARTIDO SOCIALISTA.Prlogo

    La Historia que conocemos del Partido Socialista que se define marxista desde fundacin en 1933 esta marcada por la constante bsqueda de un proyecto poltico claro, formulacin terica que conduzca a la transformacin revolucionaria de la sociedad.

    Para interiorizarnos en este tema podramos establecer algunos hitos que no hacen mque confirmar que la bsqueda del PS esta determinada por la inexistencia de una lnea polcoherente, motivo por el cual en la prctica, su avidez poltica se superpona a los objeti polticos que el partido se planteaba.

    Si bien en la dcada del 30 existan claras condiciones que favorecan la creacin demovimiento popular de izquierda, su poltica electoral y de coalicin no estuvo exentadesencuentros con el resto de la izquierda, lo que se va a manifestar por ejemplo en el apoyo

    proscripcin del Partido Comunista en 1948. En la dcada de los 50 reafirma sus principmarxistas al abandonar el gobierno de Ibez, concentrndose en la unidad del partido. conformar el FRAP, el PS sostiene que la lucha poltica ha de darse por medio de la creacinun frente de trabajadores, por lo que se opone al ingreso de partidos burgueses a esta coalicinque confirma en este periodo su divisin con el PC. Influenciado fuertemente por la RevoluCubana y luego de la derrota electoral que sufriera el FRAP en la selecciones de 1964, el comienza a cuestionar con mas fuerza el juego electoral en el que participa, de esta forcomienza una frrea oposicin al ingreso del Partido Radical al FRAP, junto con plantearseidea de la inevitable violencia en el triunfo de la revolucin. La postura, generada luego deelecciones va a concretarse en las resoluciones publicadas del Congreso General del PS celeben Chillan el ao 1967, en el cual el PS institucionaliza como lnea poltica la radicalizacin d

    lucha poltica, sosteniendo que la lucha armada era inevitable y se constituye como la nica para alcanzar el poder.La importancia de el documento que publicamos a continuacin, radica en que es a tra

    de este, donde tericamente el PS asume una lnea poltica extrema, que lo va distinguir deotros partidos de izquierda, pero que sin embargo no lo conduce a dejar la va electoral, reconoce como un elemento limitado- de accin.

    Por lo anteriormente expuesto nos parece de gran relevancia la recuperacin de resoluciones del congreso de Chillan, donde se fundamenta tericamente la va armada parrevolucin chilena, publicadas inicialmente por Julio Cesar Jobet en El Partido Socialista deChile en 1971 y reeditadas en Documentos del Siglo XX chileno de editorial Sudamericana acargo de Sofa Correa.

    Carolina Gajardo Berros

    Estudiante de quinto ao de la carrera de Pedagoga en Historia y Ciencias Sociales de la Universidad deValparaso.

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    RESOLUCION DE LA SESION PLENARIA DEL CONGRESO GENERAL DEL PARTIDSOCIALISTA

    El Congreso General del Partido Socialista estima que el desenlace de la prxima eleccextraordinaria por Bio-Bio, Malleco y cautn, no contribuye en manera alguna a la solucin

    los problemas que afectan al pueblo chileno y piensa que los intentos que, a pretexto suyoestn realizando para resucitar una combinacin poltica radical-socialista-comunista profundamente perjudiciales para el desarrollo y maduracin de la Izquierda chilena.

    La incorporacin del Partido Radical al frente poltico que hasta ahora dirige el FrenteAccin Popular, lejos de fortalecer a la Izquierda, la debilita extraordinariamente, engendrandrobusteciendo en ella toda suerte de ilusiones electoralistas que la experiencia ha demostradoabsolutamente inconducentes para desencadenar un proceso revolucionario dirigido a la toma poder, mxime cuando las elecciones se realizan con el fin principal de conseguir el manumero de votos, aspiracin que es contradictoria con el propsito de fortalecer orgnideolgica y polticamente al movimiento popular.

    Estos intentos de incorporar al radicalismo al ceno de la Izquierda, significan asegur

    artificialmente, la supervivencia de un partido caduco que no expresa social ni ideolgicamenninguna fuerza progresiva y que aspira a subsistir como factor poltico, mediante desplazamieoportunistas en el dispositivo poltico nacional, que le permiten poner precio a se mengua podero parlamentario y electoral, como lo ha demostrado, hasta la saciedad, la experie poltica de los ltimos veinte aos. Reacurdese la Concentracin Nacional, duranteadministracin de Gonzlez Videla, su cooperacin interesada al gobierno de Alessandri y papel que jugo en las elecciones de 1964 la candidatura radical.

    Es la descomposicin de los partidos Radical y Democratacristiano, y no su artificsupervivencia, el objetivo que busca la Izquierda Revolucionaria como uno de los medios adecuados para ir definiendo el campo poltico chileno. Y quienes estn interesados en proveste esclarecimiento no pueden otorgar al radicalismo patente de corzo para que, so pretextuna presunta posicin izquierdista alimenten en el seno de la Izquierda ilusiones reformistaelectoreras que, felizmente, estamos logrando superar.

    En consecuencia, el Partido Socialista promover, durante esa campaa electoral, esclarecimiento poltico he ideolgico, a travs del que se denunciara aquella, como umaniobra que pretende reconstituirla caduca combinacin del Frente Popular, es decir, la aliade un sector de la burguesa nacional, supuestamente progresista.

    De ah que se requiere un esfuerzo orgnico de todo el Partido, y en particular de direccin nacional, de los parlamentarios y de los Comits Regionales de Bio-Bio, MallecCautn, a fin de cumplir con este propsito lo que, en definitiva, significa la defensa de postulados ideolgicos del partido, su independencia de clase y la aplicacin consecuente dPoltica del Frente de Trabajadores, lo que sentara un precedente para las futuras acciones Partido Socialista que, insistimos, deben conducir indefectiblemente hacia la toma del poderlas clases trabajadoras.

    En cuanto al voto sobre la posicin poltica nacional del PS su texto aprobado en plenario del XXII Congreso General por la unanimidad de sus integrantes, dice as:

    1.- El Partido socialista, como organizacin marxista-leninista, plantea la toma del pocomo objetivo estratgico a cumplir por esta generacin, para instaurar un Estado Revolucion

    Documento publicado en, Sofa Correa et all. Documentos del Siglo XX chileno . Editorial Sudamericana, Santiago,2001.

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    que libere a Chile de la dependencia y del retraso econmico y cultural e inicie la construccdel socialismo.

    2.- La violencia revolucionaria es inevitable y legitima. Resulta necesariamente dcarcter represivo y armado del estado de clase. Constituye la nica va que conduce a la todel poder poltico y econmico y a su ulterior defensa y fortalecimiento. Solo destruyendoaparato burocrtico y militar del estado burgus, puede consolidarse la revolucin socialista.

    3.- Las formas pacificas o legales de lucha (reivindicativas, ideolgicas, electorales, eno conducen por si mismas al poder. El Partido Socialista las considera como instrumenlimitados de accin, incorporados al proceso poltico que nos lleva a la lucha armada.

    Consecuentemente, las alianzas que el partido establezca solo se justifican en la meden que contribuyen a la realizacin de los objetivos estratgicos ya precisados.

    4.- En 1957, el Partido Socialista formulo en trminos generales la poltica del FrenteTrabajadores. La experiencia histrica nos permite enriquecerla en los siguientes trminos:

    La Poltica del Frente de Trabajadores propugna la unidad de accin del proletariadcampesinos y clases medias pobres, bajo la direccin del primero. El Frente de Trabajadoreve reforzado por la incorporacin de sectores estudiantiles y de intelectuales revolucionarios lucha poltica por el socialismo.

    Postulamos la independencia de clase del Frente de Trabajadores, considerando que burguesa nacional es aliada del imperialismo y de echo es su instrumento; por lo tanto,terminado por ser irreversiblemente contrarrevolucionaria. La alianza y compromis permanentes con ella, ha trado solo derrotas y postergaciones al campo de los explotados.

    Los acontecimientos vividos en Amrica Latina durante los ltimos anos comconsecuencia directa o indirecta de la revolucin cubana han ido progresivamencontinentalizando el proceso revolucionario y desplazndolo al terreno de la violencia, enmedida en que el imperialismo ha ido acentuando su estrategia continental y mundcontrarrevolucionaria para oponerse a los movimientos populares liberadores.

    La poltica del Frente de Trabajadores se prolonga as, y se encuentra contenida en poltica de la Organizacin Latinoamericana de Solidaridad, la que refleja la nueva dimencontinental y armada que ha adquirido el proceso revolucionario latinoamericano.

    El Frente de Accin Popular, ha constituido desde los ltimos diez anos la expresi poltica de la clase obrera sobre la base del entendimiento de los partidos Socialista y Comunde Chile.

    En las actuales condiciones chilenas y latinoamericanas, el FRAP debe adecuarse en objetivos y organizacin a la lnea general de la poltica de OLAS y debe estar destinadconvertirse en el Frente Poltico que una a todas las fuerzas anti-inperialistas revolucionarias luchen consecuentemente por la revolucin socialista.

    5.- La situacin de Chile se caracteriza por el equilibrio inestable de muchos anos,coexistencia pacifica entre las clases, esta llegando a su termino, en coincidencia conagudizamiento de la lucha contra el imperialismo a escala continental.

    El fracaso de la poltica del gobiernos de Fre, que ha precipitados este proceso, expresa, entre otras cosas, por el estancamiento de la economa por una inflacin que se acel por la cesanta creciente y, ltimamente por el propsito de imponer por la fuerza una mediadimpopular como el reajuste inferir al alzas del costo de la vida en el prximo ano.

    El conjunto de clases trabajadoras a comenzado a reaccionar vigorosamente, con uunidad mas amplia contra la poltica de despojo de la burguesa y del gobierno, y ante ecircunstancia , este ultimo, previendo que la protesta nacional adquiera mayores dimensionemontado y sigue desarrollando un aparato policial militar destinado a la represin en gran escHAY UNA GRAN CRISIS NACIONAL EN MARCHA!

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    Paralelamente a la izquerdizacion de sectores cada vez mas amplios de la poblacin enceno de los partidos burgueses radical y democratacristiano, surgen directivas izquierdistque reflejan la inquietud en sus sectores de clase madia. Por otra parte, pese a su servilismo sendurecido la conducta del imperialismo frente al gobiernos de Fre, por que este no ha aplasthasta ahora, al movimiento organizado.

    Adems, de hecho, el gobiernos democratacristianos ha perdido el apoyo del sec

    empresarial que la ayudo a llegar al poder. La gran burguesa, representada por el Parti Nacional, las centrales patronales, etc., ha recuperado su solidez y optimismo ante la posibilde convertirse en la alternativa yanqui para detener la insurgencia revolucionaria de las maexplotadas de nuestro pas.

    A todo lo anterior se suma un descontento general con evidente perdida del apoyo popude que el gobierno democratacristiano gozo al comienzo de su mandato. Hay desplazamiehacia la Izquierda que cada da abarca sectores ms extensos de la poblacin, traducido endescontento general, lo que nos permite concluir que se estn creando las bases reales paracambio decisivo en las estructuras del poder.

    Se esta creando un vaci poltico, que el imperialismo yanqui esta dispuesto a no permque sea explotado por las clases explotadas.

    En resumen, se estn desgastando con extraordinaria rapidez las bases del rgimdemocrtico burgus, hasta ahora relativamente estable en nuestro pas.

    La evidencia dramtica de lo que hemos concluido, esta dada por el carcter adquirido el ltimo paro nacional organizado por la CUT. En este conflicto se despego el esprituvoluntad de combate de los trabajadores a lo largo del pas, superando los lmites de una batcon sentido estrictamente economista, en que se haban planteado las contiendas anteriorerespondiendo con el coraje y valenta a la represin brutal y sistemtica desencadenada pogobierno.

    La agudizacin de la lucha de clases y la tendencia del gobierno a acentuar las medirepresivas y a cerrar progresivamente el campo de la legalidad, obligan al PS a modifisubstancialmente sus prcticas organizativas.

    Es imperativo de nuestro partido es convertirse realmente en una amplia estructura ncleos profundamente enraizados en la clase, rodeados de una gama de organizacio perifricas y preparados para afrontar las contingencias de la ilegalidad. El centralidemocrtico y la disciplina consecuente sern convertidos en condiciones fundamentales parfuncionamiento del Partido en el nuevo contexto poltico.

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    Caricatura de la poca que grafica la situacin polticaprevia a las elecciones parlamentarias de 1973

    Revista Ercilla, edicin extraordinaria. 23 de febrero de 1973. p. 47

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