Del ciclo Princesitas Muertas, de Thomas Czarnecki

A S T R O L O G Í A , T A R O T , P O E M A S , C U E N T O S Y

O T R O S C U E N T O S . . .

Año 3. Nº 21

Escriben y colaboran en este número:

Horacio Otheguy Riveira; Jorge David Alonso Curiel; Guillem de Rubenhor; María de

la Paz Reyes Peña, Roberto Langella

JULIO 2012

P á g i n a 2 S p e s U n i c a

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Consultorio Astrológico Spesunica

P á g i n a 3 S p e s U n i c a

Sumario

Editorial 4

Noticias del mundillo literario 5

El huésped de Drácula (última parte), por Bram Stoker 6

Súbitos, por Guillem de Rubenhor 8

Ideas y bosquejos para una filosofía y una hermenéutica de la as-trología (9º parte), por Armando Rey

10

Se me cayeron las alas 12

Divagaciones pelotudas, por María de la Paz Reyes Peña 14

Escuchame, por Horacio Otheguy Riveira 15

Tres poetas españoles que apuestan por la claridad, por Jorge Da-vid Alonso Curiel

16

El Astrólogo y la Tarotista 18

Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Rober-to Langella

20

Princesitas muertas, por Thomas Czarnecki 22

Los signos del zodiaco en la historia (Libra) 24

Lesiones del buen vivir, por Roberto Langella 25

Onomancia 27

Horóscopo 28

P á g i n a 4 S p e s U n i c a

Editorial

Noche de horror

D rácula termina su cometi-do por estos lares y Tho-mas Czarnecki se puso a

asesinar princesitas, mientras Gui-llem de Rubenhor nos regala con el recuerdo de una cronista san-grienta y hasta Cronos anda por ahí devorándose a sus hijos.

Hoy mismo, 1º de julio, en que sale esta revista, en México se cele-bran elecciones presidenciales, aun con el fantasma del fraude perpe-trado en el 2006 pisando los talo-nes, mientras, en Buenos Aires los ―indignados‖ recoletos (muy reco-letos), cacerolean por su supuesto derecho a comprar dólares (para ahorrar en esa moneda), así se des-financie el país, a quién le importa.

A esto se refería Fito Páez cuando dijo ―la mitad de Buenos Aires me da asco‖, ¿recuerdan?; casi lo lin-chan por ello los mismos que casi linchan hace pocas semanas a pe-riodistas del programa oficialista de TV 678, y a trabajadores de otros medios, en otras circunstancias, pero con el mismo fondo.

La realidad está más terrible que nunca, al menos ya nada puede enmascararse, los muertos-vivos están entre nosotros; los muertos-vivos, los trolls, los energúmenos, saben de quiénes les hablo, esa gente que no solo pulula por Face-book, sino que también eligen y votan en presidenciales aun en la añoranza de viejas dictaduras, que compran dólares legal e ilegalmen-te enarbolando la escarapela pa-triotera de las sociedades rurales-feudales, que acusan al gobierno del delito de brindar vivienda, edu-cación, salud y posibilidades a los más necesitados.

Que es la misma gente que suspira por un modelo de vida a lo Sex &

The City, superficial y vano—que a la larga, vive el ser latino como a un estigma, porque a ellos les hubiera gustado ser tan sajones, tan rubios de ojos celestes, que llegan a desear jamás las Islas Mal-vinas sean devueltas, así poder se-guir teniendo a un pedazo de la refinada Gran Bretaña tan cerca de casa—

En El Reino de este Mundo, de Alejo Carpentier, el nahual se asombraba de que los europeos llamaran ―delfines‖ a sus príncipes, un mote que para nada advierte de las carac-terísticas de fortaleza y reciedum-bre que una figura de poder y au-toridad debe representar. El jefe originario se representa por medio del águila, el jaguar o el oso, nunca por un delfín, pobre animalito de Dios, envileciéndose así –al huma-nizársele—el símbolo cual fuere que pudiera llegar a representar.

Son lo más rancio de nuestras co-lonizadas sociedades, las que hacen apología del crimen todos los días, las que cometen traición a la patria a cada instante, aun en la queja de ver coartadas sus libertades, de estar siendo censurados, bajo el imperio de la más crasa de las dic-taduras, con la coherencia del Homero Simpson de aquella vez, cuando se metió una crayola por la nariz y le llegó hasta el cerebro.

Nos reímos de nervios. Es lo que Matt Groening quiere representar cuando se le ocurren esas cosas. La broma terminó.

Mientras tanto el mundo liberal y capitalista se cae a pedazos, y es de locos, siguen apostando a ese mis-mo mundo liberal y capitalista que les hundió, y acusando de dictado-res populistas y satánicos a cual-quiera que opte por otras fórmulas.

Somos todos ahora testigos de uno de los momentos más tras-cendentes de la historia de la humanidad, el fin de una época, lo que nos debe augurar el co-mienzo de otra, mejor.

Nuestros nietos querrán que les narremos sobre esta época que ahora nos toca vivir, porque es épica.

Cuando la orquesta sigue to-cando es en observación del desastre, no es una distracción ni un entretenimiento, es una actitud legítimamente religiosa. En cambio hay quien prefiere pensar que la fiesta continúa. Pobres, despiertan entre ver-güenza y ternura.

Mary Paz Reyes Peña,

Roberto Langella,

Julio de 2012.

Recuerden que apareció la edi-ción especial nº 1 de El Astrólogo

y la Tarotista, la que pueden ver haciendo click aquí.

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Not i c i a s d el

mun d i l l o l i t er ar i o

P á g i n a 5 S p e s U n i c a

Discurso final del “El gran dictador”, por Charles Chaplin

―Lo lamento, pero no quiero ser empera-dor; ese no es mi negocio. No quiero gober-nar, ni go-bernar a nadie. Me gus-

taría ayudar a todos si fuera posible: judíos y gentiles, blancos y negros.‖

―Todos deberíamos querer ayu-darnos; así son los seres huma-nos. Queremos vivir con la feli-cidad del otro, no con su angus-tia. No queremos odiarnos y despreciarnos, en este mundo hay sitios para todos, la tierra es rica y puede proveer para todos. El camino de la vida podría ser

libre y hermoso.‖

―Pero hemos perdido el cami-no. La codicia ha envenenado

el alma de los hombres y ha construido barrica-

das de odio en el mundo. Nos

ha hecho mar-

char a paso de ganso hasta la angustia y la sangre derramada. Hemos do-minado la velocidad, pero

estamos encerrados. La maqui-naria que da abundancia nos ha dejado en la privación. Nuestra sabiduría nos ha hecho cínicos. Nuestro ingenio, duros y faltos de bondad. Pensamos demasia-do, sentimos muy poco. Más que la maquinaria necesitamos humanidad., más que el inge-nio, necesitamos bondad y amabilidad. Sin estas cualidades la vida sería violenta y todo

estaría perdido‖

E l oficial miró mi

garganta y replicó:

-Está bien; la piel no

ha sido perforada. ¿Qué sig-

nificará todo esto? Nunca lo

habríamos hallado de no

haber sido por los aullidos

del lobo.

-¿Qué es lo que ocurrió con

ese lobo? -preguntó el hom-

bre que sujetaba mi cabeza,

que parecía ser el menos

aterrorizado del grupo, pues

sus manos estaban firmes,

sin temblar.

En su bocamanga se veían

los galones de suboficial.

-Volvió a su cubil -contestó

el hombre cuyo largo rostro

estaba pálido y que, tembla-

ba visiblemente aterrorizado

mientras miraba a su alrede-

dor-. Aquí hay bastantes

tumbas en las que puede

haberse escondido.

¡Vámonos, camaradas,

vámonos rápido! Abando-

nemos este lugar maldito.

El oficial me alzó hasta sen-

tarme y lanzó una voz de

mando; luego, entre varios

hombres me colocaron so-

bre un caballo. Saltó a la

silla tras de mí, me sujetó

con los brazos y dio la or-

den de avanzar, y, dando la

espalda a los cipreses, ca-

balgamos rápidamente en

formación.

Mi lengua seguía rehusando

cumplir con su función y

me vi obligado a guardar

silencio. Debí de quedarme

dormido, pues lo siguiente

que recuerdo es estar de pie,

sostenido por un soldado a

cada lado. Ya casi era de día,

y hacia el norte se reflejaba

una rojiza franja de luz solar,

como un sendero de sangre,

sobre la nieve. El oficial esta-

ba ordenando a sus hombres

que no contaran nada de lo

que habían visto, excepto que

habían hallado a un extranje-

ro, un inglés, protegido por un

gran perro.

-¡Un gran perro! Eso no era

ningún perro --interrumpió el

hombre que había mostrado

tanto miedo-. Sé reconocer un

lobo cuando lo veo.

El joven oficial le respondió

con calma:

-Dije un perro.

-¡Perro! -reiteró irónicamente

el otro. Resultaba evidente

que su valor estaba ascendien-

do con el sol y, señalándome,

dijo-: Mírele la garganta. ¿Es

eso obra de un perro, señor?

Instintivamente alcé una mano

al cuello y, al tocármelo, grité

de dolor. Los hombres se arre-

molinaron para mirar, algunos

bajando de sus sillas, y de

nuevo se oyó la calmada voz

del joven oficial:

-Un perro, he dicho. Si conta-

mos alguna otra cosa, se re-

irán de nosotros.

Entonces monté tras uno de

los soldados y entramos en los

suburbios de Múnich. Allí en-

contramos un carruaje al que

me subieron y que me llevó al

Quatre Saisons; el oficial me

acompañó en el vehículo,

mientras un soldado nos segu-

ía llevando su caballo y los

demás regresaban al cuartel.

Cuando llegamos, Herr Del-

brück bajó tan rápidamente

las escaleras para salir a mi

encuentro que se hizo evi-

dente que había estado mi-

rando desde dentro. Me su-

jetó con ambas manos y me

llevó solícito al interior. El

oficial hizo un saludo y se

dio la vuelta para alejarse,

pero al darme cuenta insistí

en que me acompañara a

mis habitaciones. Mientras

tomábamos un vaso de vino,

le di las gracias efusivamen-

te, a él y a sus camaradas,

por haberme salvado. Él se

limitó a responder que se

sentía muy satisfecho, y que

Herr Delbrück ya había da-

do los pasos necesarios para

gratificar al grupo de resca-

te; ante esta ambigua expli-

cación el maître d'hôtel son-

rió, mientras el oficial se

excusaba, alegando tener

que cumplir con sus obliga-

ciones, y se retiraba.

-Pero Herr Delbrück -

interrogué-, ¿cómo y por

qué me buscaron los solda-

dos?

Se encogió de hombros, co-

mo no dándole importancia

a lo que había hecho, y re-

plicó:

-Tuve la buena suerte de

que el comandante del regi-

miento en el que serví me

autorizara a pedir volunta-

rios.

-Pero ¿cómo supo que esta-

ba perdido? -le pregunté.

El huesped de Dracula (ultima parte), por Bram Stoker

P á g i n a 6 S p e s U n i c a

-El cochero regresó con los

restos de su carruaje, que

resultó destrozado cuando

los caballos se desbocaron.

-¿Y por eso envió a un grupo

de soldados en mi busca?

-¡Oh, no! -me respondió-.

Pero, antes de que llegase el

cochero, recibí este telegra-

ma del boyardo de que es

usted huésped -y sacó del

bolsillo un telegrama, que

me entregó y leí:

BISTRITZ.

“Tenga cuidado con mi

huésped: su seguridad me es

preciosa. Si algo le ocurrie-

ra, o lo echasen a faltar, no

ahorre medios para hallarle

y garantizar su seguridad.

Es inglés, y por consiguiente

aventurero. A menudo hay

peligro con la nieve y los

lobos y la noche. No pierda

un momento si teme que le

haya ocurrido algo. Respal-

daré su celo con mi fortu-

na”

Drácula.

Mientras sostenía el telegra-

ma en mi mano, la habita-

ción pareció girar a mi alre-

dedor y, si el atento maître

d'hôtel no me hubiera soste-

nido, creo que me hubiera

desplomado. Había algo tan

extraño en todo aquello, al-

go tan fuera de lo corriente e

imposible de imaginar, que

me pareció ser, en alguna

manera, el juguete de enor-

mes fuerzas..., y esta sola

idea me paralizó. Ciertamen-

te me hallaba bajo alguna

clase de misteriosa protec-

ción; desde un lejano país

había llegado, justo a tiem-

po, un mensaje que me había

arrancado del peligro de la

congelación y de las mandí-

bulas del lobo.

FIN

P á g i n a 7 S p e s U n i c a

M argarita Landi fue la primera

—y única— es-trella del periodismo de

sucesos español. Muy

joven, cuando no era más que una gacetillera

de sociedad (cotilleo de bodas y bautizos) en la

posguerra española, un avispado periodista le

hizo una propuesta que

ella aceptó gustosa, con-vertirse en reportera de

acontecimientos crimina-les.

A pesar de su apa-riencia de rubita frágil,

ML era una mujer in-trépida que ocupó el re-

sto de su vida en anali-

zar, estudiar y entrevis-tar a familiares de muer-

tos y a sus verdugos en-carcelados. Y con gran

éxito. Iba a todas partes

con un modesto cocheci-

to. Recorría los pueblos de España que, sólo a

finales de los 60 del siglo XX, empezaron a tener

“algunos crímenes”. Ella lo explicaba

con su encantador buen humor: “Mira, en la Es-paña de Franco no se mataba. Por eso mi perió-dico, enormemente popu-lar por su alta calidad y respeto por los lectores, se las veía moradas para hablar de casi todo pero con moderación extrema, ya que teníamos un cura que supervisaba la edi-ción. Y la verdad es que querían dar la imagen de la reserva espiritual na-

cional católica de Occiden-te, donde nunca pasaba nada horrible. Y tenían razón de protegerse porque en cuanto llegó la libertad yo fui la primera en asegu-rar que muchas veces —de corazón te lo digo, sucede en innumerables ocasiones, mucho más de lo que se cree—, las víctimas de ase-sinato se habían pasado la vida haciendo lo imposible porque las mataran, tan perversas e hirientes hab-

ían sido, pidiendo a gritos que llegara un valiente o una corajudo y se los car-gara”.

Cuando hablábamos

del arte de matar, se reía y

encendía su pipa. Era deli-ciosa fumando en pipa, en

absoluto masculina, siem-

pre simpática, y con pícaras apostillas: “Vale, venga, yo te invito a co-mer y tú pones el hotel”.

Vecinos y familia-

res ligados a los sucesos la recibían con los brazos

abiertos porque tenían la certeza de que todos iban

a tener voz en su publi-cación, que no iba a

haber distinciones, que

no iba a silenciar a nadie “porque no quedara bien”: “Margarita lo podía

“arreglar” para que pasara la censura, pero siempre colaba la verdad, era muy justa y se tomaba el tra-bajo bien mi-nucioso de es-cuchar a todos los interesa-dos”. Incluso

obtuvo el res-peto de autori-

dades de la Policía Judi-

cial, gracias a lo cual recibía

información confidencial y

datos específi-

cos: “Te puedo asegurar que, después de

tantos años, ya sé qué venenos matan sin dejar rastro, de los que no sal-tan ni en la más cuidada autopsia, pero, claro, no lo diré ni escribiré nunca. Sé de colegas que rompie-ron esa lealtad por sucu-lentas sumas de dinero

P á g i n a 8 S p e s U n i c a

en libros y revistas. Pero poco les ha durado la trai-ción, pronto han sido con-denados al silencio. Esos éxitos son calderilla de la gloria, además de la mise-ria que conlleva la desleal-tad”.

Vivió intensamen-

te. Enviudó a los 20 años. Envejeció mal y murió de

Alzheimer en 2004 con 86

años bajo la protección de su único hijo en Asturias,

una de las Comunidades más hermosas de España,

de mar y montaña y nati-vos muy generosos con el

viajero. En su vejez publicó

varios libros de gran in-

terés para los amantes del género de sucesos: Una mujer junto al crimen, Crímenes sin castigo, Puerta del Sol, 2,30, Cróni-ca sangrienta y Memorias:

35 años de crimen en Es-paña.

Pero en los infor-mes de Margarita no todo

era sangre, tenía buenas

relaciones con carteris-tas, ladrones a mano ar-

mada, ladronzuelos lúmpenes y variopinta

“gente de malvivir”, así como prostitutas que se

metían en líos “en tiem-pos muy corrompidos bajo falsa moralina de misa diaria y por las noches aquí te pillo aquí te mato”.

Gustaba llamar a la redacción alrededor de

las 13 horas: “Me acabo de levantar, majo, pero tú seguro que has llegado temprano, sí, claro, como eres el abominable hom-bre de las 9”, y lanzaba una hermosa carcajada

que alegraba la mañana

hasta bien entrada la tar-

de en que ya nos en-contrábamos, copa me-

diante, con nueva infor-

mación: “Te traigo un cri-men pasional entre hom-bres. Primero le mató con una veintena de puñala-das y después le cortó las manos. ¡Qué habrán toca-do esas manos, por Dios”.

Y enseguida se

ponía a contar divertidas

anécdotas, como si ningún crimen la rozara:

“Yo informo de lo que oigo, veo, intuyo y analizo. Y procuro recordar a los lec-tores que hay una gran

diferencia entre homicidio y asesinato. El homicida actúa por pasión espontá-nea. El asesino estudia cómo hacerlo. Menuda di-ferencia, ¿no te parece?”.

P á g i n a 9 S p e s U n i c a

Esta revista tiene cada vez

peor calidad...

EL INTÉRPRETE,

EL INTERPRETADO

Y LO INTERPRETADO

El intérprete

C uando a mí se me estro-pea el automóvil, lo úni-co que requiero es un

buen mecánico. ¿Qué es un buen mecánico?, aquel que te-niendo el conocimiento y las herramientas adecuadas, sabe diagnosticar el fallo, y reparar o suplantar la pieza rota. Este buen mecánico puede, por más, se cualquier otro tipo de cosa, y vivir de cualquier manera, y a mí ni me importa ni me afecta.

¿Qué ocurre cuando lo que se me estropea no es un objeto sino mi vida?. Ocurre que no voy a buscar un mecánico, sino un astrólogo, un vidente, un psicólogo, un cura, etc., etc. ¿Me importará a mí cómo sea este señor, cómo vive su vida?. O mejor dicho, ¿puede en ese caso separarse la vida que sigue este señor del modo en que ejerce su profesión?. Pues no. así que, me de cuenta o no, a mí me importa.

Porque este señor trabaja con un ser humano, no con una máquina. Así, un buen mecáni-co puede ser fascista, machista, etc., y esto no afectará su des-empeño en el oficio. ¿Puede ocurrir lo mismo en el caso del astrólogo?. Rotundamente, no. El oficiante, en tales casos, no puede evitar desempeñarse en su consulta u oficio exactamen-te igual a como se desempeña en su vida entera. Esto a nivel de desempeño real, no a nivel de la máscara socio-profesional que los oficiantes se imponen, o

ponen, de cara al cliente. Ya sabe-mos, esto de que con el cliente pretendo ser abierto, simpático, tolerante, espiritual, y sobretodo, muy sabio, y al llegar a casa con mi mujer y mis hijos, amigos, etc., me convierto en un manipulador egoísta.

Establecemos pues la siguiente premisa: En el caso de los oficios que tienen como objeto de su sa-ber al ser humano, conocimiento y vida van inseparablemente uni-dos; de lo contrario es cuando el intelecto se impone, desconectán-dose del resto del ser, y rompe la experiencia, para reducirla a un tratamiento intelectual, que siem-pre implica una separación o bi-furcación; en cambio, el trabajo con símbolos debería siempre propiciar el salto del pensamiento a la experiencia; el astrólogo debe evitar el error de dar al cliente interpretaciones y explicaciones que acaben impidiendo tal salto liberador, en el que la persona puede liberarse del filtro social-cognitivo del lenguaje y la lógica, y experimentarse como ser univer-sal, en contacto con las fuerzas más profundas de su propio ser, que son las de la humanidad ente-ra.

La captación de la realidad del símbolo astrológico debe ser hecha por uno mismo; no puede ser aprehendida en fórmulas inte-lectuales ni transmitida así al estu-diante o al cliente; el significado de un símbolo no puede entender-se si no se toma en consideración la idea que el alcanzar la verdad está indisolublemente ligado a una transformación interior, por eso la Astrología debería hacer suya la finalidad del propio zen, y verse a sí misma como un arte de ver de-ntro de la naturaleza del propio ser, y señalar el camino de la servi-dumbre y determinismo de la in-

consciencia, a la libertad de la consciencia.

En un punto, la práctica del astrólogo, del terapeuta-psicólogo y la del sacerdote, se unen, o deberían unirse. Jung diría que todas estas profesio-nes brotan de un mismo núcleo arquetípico: El curador. Así, el astrólogo, reconciliando al suje-to con su destino, o con el cos-mos; el terapeuta, reconcilián-dolo consigo mismos, y el sa-cerdote, con Dios, son varias maneras de aludir a un único y mismo proceso, aunque cada uno utilice técnicas distintas y lenguajes diversos.

Transcribo una cita de Michael R. Meyer (ya sabes, supongo, el delfín y heredero de Dane Rudhyar), que creo que viene a cuento (traducción mía del inglés):

―La Astrología es un sistema simbólico universal, que puede definirse como unas técnicas que aplican la percepción solista a la interpretación de la relación dinámica, que existe entre y dentro de todas las totalidades orgánicas, con el objetivo o propósito de revelar una verdad universal o particular‖. A hand-book for the humanistic astrologer.

Pues bien, por aquello de que no hay nada tan viejo como la verdad, ni nada tan nuevo como la verdad, lo queramos o no, nuestro instrumento y nuestras técnicas, como los que usa el psicólogo y el sacerdote, etc., han de ayudarnos en esta esen-cial tarea.

La verdad de uno mismo, y la verdad que subyace al tipo de circunstancias que me toca vi-vir, no es fácil alcanzarla. Tam-poco sirve para nada que demos un listado de fechas, aunque el

Ideas y Bosquejos para una Filosofía y una Hermenéutica de la Astrología (9º parte, ensayo), por Armando Rey Publicado por primera vez en la revista digital Gente de Astrología-GeA nº 23, diciembre de 2002.

P á g i n a 1 0 S p e s U n i c a

cliente crea que es esto lo que necesita. El cliente, se de cuenta o no, cuando se acerca al astrólo-go quiere acercarse a sí mismo, quiere entrar en contacto con el símbolo de su individualidad y de peculiar camino o destino, que es su expresión. Entrar en contacto con la verdad de sí mis-mo, cuyo símbolo es su carta astral. El astrólogo debería ser el mediador de este encuentro, un mediador, que más que ati-borrarle con fechas o inútiles consejos, focalizará el uso de sus técnicas y de su energía, para esta importante tarea. Ahí está el arte, ahí está el corazón. Devolver al cliente, no lo que pide literalmente: Cuándo me voy a casar, mo-rir, etc., sino hacerle ver que una preocupación acerca del futuro esconde otra más im-portante que ésta, ya en su presente. Y que acceder a ella implica exponerse a descu-brir una verdad de sí mismo. Como dice Don Juan:

―La esencia de una explicación no aclara el mundo ni sus miste-rios, los hace menos pavorosos. En cambio siempre buscamos explicaciones convenientes, que se ajustan a nuestro mundo y a uno mismo‖.

El interpretado y/o los dioses reimaginados

A sabiendas, el título es capcioso, puesto que más que reimaginar a los

dioses, se trata de reimaginar nuestra relación con ellos; de eso se trata, pues, es de dicha rela-ción que obtenemos nuestra sa-lud, ontológica, psicológica y física, o nos ganamos nuestro deterioro, y no solo el nuestro, sino el del planeta entero.

Existe un mito contemporáneo (para romper la tradición en nuestros medios, uso la palabra ―mito‖, aquí, en su sentido más

vulgar, de historia falsa) que reza así: Los tránsitos, progre-siones, etc., influyen, son causa de, o coinciden sincrónicamente con épocas de cambio. Se da el cambio por garantizado, pero nunca se cuestiona qué decimos cuando usamos conceptos tales como cambio, transformación, etc.

La idea más corriente es la de que el cambio de suerte es algo

que está más o menos garantiza-do, en el transcurrir de un tránsito. Por supuesto que bajo su álgida, nuestras circunstancias y experiencias cambian, en el sentido más llano de la palabra; ocurren fenómenos y cosas que muchas veces ni cabrían en nuestras expectativas, y que su-ponen un corte, una alteración del cotidiano fluir de las rutinas y conductas; incluso, suponen la emergencia de poderosos senti-mientos y emociones.

Que cambien las circunstancias no significa que cambie el ser que las experimenta; hay algo que casi siempre no cambia, y con ello desvirtúa el resto de los cambios; es el carácter, ese ge-nio, daimon, que nos habita, y que es el núcleo generador de destino.

Lo interpretado

E scuchar la interpretación de la carta natal implica un acto de encontrarse

con uno mismo. Pero no el uno

mismo que uno ya conoce, sino que requiere un acercarse a ese centro del ser, que está más allá o más acá de todo lo que uno ya conoce de sí mismo. Este en-cuentro está mediado por un sistema de símbolos, que confi-guran la imagen de la totalidad del ser.

Este encuentro es mediado por el intérprete, que es el astrólogo, cuyo trabajo consiste en actuar

como un traductor, esto es, ha de traducir unos símbo-los ilegibles para el no ex-perto, al lenguaje hablado, con el fin de facilitar su comprensión, pero como todo buen traductor debe hacer, al texto original ni le quita ni le añade nada; es decir, nada que no esté en el texto. Claro, que en el caso de los símbolos, no se en-contrarán dos traductores

que digan la misma cosa, pero si ambos lo hacen bien, darán una traducción correcta, y es la que el cliente necesita oír en aquel momento. En el fondo, es como si uno viniera a escucharse a uno mismo, pero no lo que cotidia-namente uno cansinamente se repite, sino que se trata de escu-char al Otro de uno, que va a utilizar a los mediadores para hacerse oír. Ese Otro recibe va-rios nombres según la tradición o escuela de pensamiento: El inconsciente, el Yo Superior, el Sí Mismo, el Espíritu, etc.

Continúa en el próximo número

P á g i n a 1 1 S p e s U n i c a

#153 09-nov-2010 23:12

Alma Delia Chávez Rojas

Mi queridísimo amigo argenti-

no:

Claro que como de día, de tar-

de y de noche, ¿usté no?; nun-

ca dije mi peso, por obviedad

que no peso 70 kg. Le dije que

no era obsesa.

Tampoco le dije que midiera

1.90, le dije que mido 1.73 y

que con tacos subía a casi uno

noventa; a mí se me hace que

la graduación de sus lentes no

está bien enfocada. Y sí soy

alta, demasiado para el resto

de mis congéneres; no puedo

evitar la herencia sajona de

mis antepasados (mi papá y mi

hermano miden 2 metros).

En cuanto a lo de modelo

empírica, lo mencioné porque

tengo una fijación con el cami-

nado y con los pies en general.

Tengo que caminar un pies

tras el otro y mucha gente me

dice que lo hago como las mo-

delos. Sí muchos otros me di-

cen "creída", pero es simple-

mente la postura. en persona

soy buena gente.

En cuanto a lo de mi pie enfer-

mo es porque me pongo tacos

altos y me duele el arco del pie

y el ortopedista me recomendó

no usarlos más que esporádi-

camente.

Y sí trabajo en el Instituto

Tecnológico de Colima, Uni-

versidad de educación superior

en México. Cuando iba ini-

ciando di clases en un kinder y

me gustó mucho, pero eso en

la actualidad ya no es posible.

Dije que tenía predilección por

las labores del campo, no que

las hacía. El hecho de que me

gusten los caballos no necesa-

riamente indica que tenga uno.

Considero que sí hago muchas

cosas al día; trabajo en el TEC, y

tengo otro trabajo adicional, éste

de suite, hago una especialidad y

una maestría, tengo que atender -

en este semestre– cuatro grupos

diferentes, hago trabajo comuni-

tario en la iglesia, tengo una hija,

un marido, la casa, además de

dedicar tiempo a platicar con

vos.

No le grito a la gente en la igle-

sia, solo lo decía porque perte-

nezco al coro y canto fuerte.

Tarabilla, modismo mexicano,

que indica que una persona habla

rápido. Pues le diré, maese, no

tomó nada nadita de alcohol; no

me gustan esas cuestiones -

tampoco fumo-

Cómo verá no me satisfizo su

definición, es por eso que le

aclaró las dudas surgidas acerca

de mi persona.

#154 09-nov-2010 23:16

Eduardo Daniel Melgar

A pesar de lo canibalesco que

pueda parecer (o necrofílico, pa-

ra los entendidos) el olor a fiam-

bre que emula, me dio un poqui-

to de apetito. A mí me gustaría

oler a Bondiola, no sé a los de-

más. Imagino que al capitán Beto

le gustaría oler a Salchichón y a

Orlando a Mortadela de yegua. A

Alma, no me animo a elucubrar.

En cuanto dimensiones, creo que

don Felipe tendría algo que de-

cir, pero por suerte para él no

participa de estos foros. No me

parece inquietante, ya que el

tembleque es vida, me parece

aquietante y endurecedor. Viva

el fiambre (eso no hubiera mata-

do a Unamuno).

#155 09-nov-2010 23:19

Alma Delia Chávez Rojas

¡Órale! que no me había dado

cuenta de lo que decían, me

distraje dándole explicaciones

al maese.

¿¿¿Ustedes creen que el furio-

so sea un infiltrado??? tendré

que fijarme si afuera de mi

casa no hay de esas cosas que

mencionó el capitán...

Y Antonio, qué bueno que se

unió al foro, ya se le extraña-

ba.

Bueno, los dejo, voy a la feria

regional de Colima a ver expo-

siciones ganaderas, comer gor-

ditas de nata y tomar agua de

caña recién exprimida, bueno

y también a caminar, caminar

y caminar, subirme a los jue-

gos mecánicos y comprar ollas

y demás chunches para la coci-

na.

Bueno, y a la salida voy a revi-

sar si hay cámaras, micrófonos

o algo

¡nos vemos!

#156 09-nov-2010 23:46

Orlando Ampuero

Che, ¡¡¡la están poniendo a

Alma en mi contra!!! De bron-

ca, le diré, Melgar: Una peque-

ña ayuda para mis amigos, es

de Harrison. Ahí está,

¡chúpese esa mandarina!

Por otro lado, ¿de dónde saca-

ron que soy millonario? Bueno

si creen eso, supongo que no

tendrán inconveniente en

hacerme un préstamo, ya que

soy solvente, digamos.

Y no se persigan chicos, Alma,

Señor Del Olmo, don Melgar,

Cap. Beto, yo los sigo a morir.

Se me cayeron las alas

(SÉPTIMA parte)

A la memoria de Eduardo Daniel Melgar

P á g i n a 1 2 S p e s U n i c a

#157 10-nov-2010 0:07

Eduardo Daniel Melgar

No se ofusque, Paul (que está

en Bs. As) me aclaró que se la

hicieron con John para que la

cante Ringo y fue un batacazo.

Le manda saludos Badía. Siem-

pre hablamos bien de usté, aun-

que esté ausente o enredado en

el alambrado. No contestó de

las mentirillas de ser rugbier,

usté es más solvente que el

aguarrás y no necesita de

ningún monto de los clicks

nuestros, diga, es más celoso

que PayPal. El amigo don Juan

salió con hermosas enseñanzas

periodísticas ¿qué opina?

#158 10-nov-2010 3:02

Roberto Langella

La luz de su saber me obnubila,

maestro. Ahora tengo ampollas

en el alma, otra vez parafrase-

ando al tamborilero narigón, y

no lo digo en inglés porque no

recuerdo cómo se dice

"ampollas" en ese idioma.

Nada, mi situación ya es insal-

vable. Yo solo pido: NO SE

OLVIDEN DE HUMBERTO

(no nos olviden a nosotros,

snif).

¿Y no me regala un banderín

celeste, si le sobran?

Bueno, pero deje que seamos

solo cinco, si no esto va a em-

pezar a parecerse al extraño

mundo de Jack.

#159 10-nov-2010 3:04

Roberto Langella

Ah, yo ya empiezo a sentirme

como Bruce Willis en Sexto

Sentido. Siempre quise parecer-

me a él, aunque fuera muerto.

#160 10-nov-2010 3:08

Roberto Langella

Pero si camina poniendo un pie

detrás del otro, ¿no camina más

como un cangrejo, que como

una modelo?

Y el hecho de que le gusten los

caballos pero que no los tenga,

¿no le hace sentir que le fal-

tan?.

No sé, yo a mi tropilla la detes-

to, es decir, siento que me so-

bran.

10-nov-2010 3:15

Roberto Langella

A Orlando se le nota que tiene

dinero, porque no le importa

existir o no existir.

#162 10-nov-2010 3:22

Alma Delia Chávez Rojas

¡Jajajaja, lo sabía!, sabía que

dirían algo con respecto a mi

forma de caminar, jajajaja; ya

no se sabe que dirán, jajajaja,

lo que sí es que independiente-

mente del humor negro y

sarcástico que se cargan, se les

aprecia bien, leerlos me hace

sentir contenta.

Pues sí, capitán, en ocasiones

siento que me faltan... pero..

donde vivo es muy pequeño,

ya hablamos mi marido y yo,

que si algún remoto día nos

sacamos la lotería vamos a

comprar un ranchito y nos va-

mos a ir a vivir a la tranquili-

dad del campo... sueños guaji-

ros.

Y, ¿¿¿qué onda con las cáma-

ras??? ¿¿¿aún sigue sintiendo

la presencia de pájaros en el

alambre???

Maese: ¿¿¿necesariamente tie-

ne uno que oler a carne o a

embutidos???

#163 10-nov-2010 12:51

Roberto Langella

No le haga caso a maese Sue-

ñero, misia Alma, lo que pasa

es que él vive al lado de una

chacinería. Como en el fondo

de la casa tiene alambrado, se

la pasa viendo chanchitos yen-

do al cadalso, en medio del

barrizal, el vaho, el olor y la

niebla que lo inunda todo (con

decirle que en su barrio hay

como una atmósfera de clarear

permanente, y hasta se dice que

allí nunca termina de salir el

sol, todo lo cual atribula su al-

ma (su espíritu, quise decir, no

es que la atribule a usted), con-

dición sin embargo a la que se

debe agradecer le ha otorgado

esa gran vena poética, que le

palpita en la sien derecha

(recuerde que los hemisferios

cerebrales rigen las partes

opuestas del cuerpo, respecto

de donde se hallan ubicados).

Por otro lado, lo notable de su

andar, si me permite, misia Al-

ma, es que se va siempre mi-

rando a la cara a quienes se

quedan. Lo suyo me parece una

actitud encomiable y digna de

imitar, cosa que haría si no fue-

ra porque ya tengo a mi país

acostumbrado a verme irme

dándoles la espalda (que tam-

poco es gran cosa para andar

dando) y de pronto no quisiera

dar argumentos a la poblada,

para que se pongan a murmurar

"desde que está en Suite éste se

hace el extravagante". En fin,

así le ha ido al peronismo, tam-

bién

Dígame, Alma, ¿por qué cada

vez que hago alusión a Perón

usted piensa en Antonio Ban-

deras?; la verdad, no la entien-

do.

En fin, mis respetos.

Continuará...

P á g i n a 1 3 S p e s U n i c a

A yer abrí el Face y me di cuenta de que muchos de mis contactos habían puesto

fotografías de animales rescatados de la orfandad. Es una especie de cruzada en la que los lemas son pa-recidos a: ¡Salvemos a nuestras mas-cotas!

Luego recordé que hace poco las fotografías eran en contra de las corridas de toros, otras a favor de las mujeres que no son espirituflaúti-cas, sino más bien gorditas como yo, también se pidió por los mayores de cuarenta y por los árboles, por los niños perdidos, por las mujeres gol-peadas, por las menopáusicas y por el estrés que el crecimientos de las grandes urbes le provoca a los árbo-les. Una de mis amigas participó en una campaña a favor de la lectura, puso muchas imágenes de gente leyendo en lugares como transportes públicos, parques, salas de espera. Yo sólo me limito a clickear el ―me gusta‖, y me siento proactiva. He hecho algo por la humanidad deca-dente. Ja!

Ahí fue que caí en la cuenta, a todos nos encanta sentir que hicimos algo por una buena causa, que no somos indiferentes ante el sufrimiento de las pobres ballenas que los japoneses matan incansablemente, o de las focas que los de Alaska exterminan despiadados. Y que mejor que hacer patente tu disgusto por una mala acción sin tener que moverte de tu asiento frente a la computadora, sólo tienes que clickear un ―me gus-ta‖ o teclear unas cuantas palabras para putear a los malvados… ¡Y ya!

Luego podemos dormir con la cons-ciencia tranquila, somos gente buena que no se queda callada ante las injusticias del mundo. ¡Faltaría más!

El caso es que todos seguimos la causa de moda a través de las redes sociales, y en cuanto una pierde vi-gencia o surgen nuevos horrores, como alimentos transgénicos, repre-siones en el otro lado del mundo o lo que sea que nos estremece de indignación, surgen otras imágenes, videos y notas que nos ponen al

tanto de una nueva causa para escri-bir con mayúsculas y entre signos de admiración.

Pero, siempre hay un pero, el león no es como lo pintan, y la mayoría de los activistas virtuales, somos bastante incongruentes. Para ejem-plo tengo que decirles que mi amiga Yolanda, es la primera que pega en su muro fotos a favor de no maltra-tar a los animales, porque eso es inhumano e insensible, propio de salvajes sin educación. Claro que cuando se trata de los perros de su calle, esos que van a ensuciarle su fachada con sus asquerosas necesi-dades, la mujer ya no se acuerda de lo que es un hermano perro. Pone el grito en el cielo y cuando los llega a pescar, corre a los pobres perros a escobazos y sin miramientos. Además tiene en su sala una zalea de vaca en la que pone sus tiernos pie-cecitos para descansar todas las tar-des. Y cuando le pregunté si no le parecía terrible tener la piel de un animal como adorno, me alegó son-riendo que yo era una exagerada. Ni hablar de que ella no quiere tener mascotas porque no le gusta atender animales, le ensucian su casa y dan muchos problemas. O sea que su afinidad con San Francisco de Asís se queda entre los cuatro ángulos de la pantalla de su computadora.

Y Tina, que siempre anda mandan-do imágenes de rosas preciosas y cursis rodeadas de hadas, ángeles y rostros de niños angelicales. Ella que siempre habla de lo hermosa que es la naturaleza, de que debe-mos cuidar a nuestros árboles, nues-tras plantas, los pulmones de nues-tra amada tierra… ¡Deberían verla los domingos! Tiene por costumbre ir a correr muy temprano al parque que le queda cerca y que es enorme. Se enfunda en sus pantalones de-portivos, y cual Rocky Balboa sale trotando desde su casa hasta el cen-tro del parque, donde llega con aire de campeona para colgarse de la rama de un árbol y hacer buen bra-zo cargando su propio peso y su-biendo lo más que puede. El pobre árbol ya está pandeado de tanto

cargarla. ¿Por qué no pone esa foto en su perfil?

El neurótico de mi cuñado, que no soporta las travesuras de sus hijos, casi derrocha miel cuando sube imágenes de niños maltratados, de mujeres víctimas de violencia fami-liar. Ya hasta me parece verlo con los ojos rasados en lágrimas, con-movido por las crueldades que so-portan las mujeres que son mutila-das por exigencias culturales retró-gradas. Pero no se acuerda de cómo le grita a sus propios hijos y los ojos de diablo que pone cuando quiere que se queden inmóviles como esta-tuas. ¡Esa imagen debería de poner-la yo en mi perfil, para ver si se conduele de lis pobres niños que tienen que soportarlo.

Y así, hasta el infinito, todos cono-cemos las verdades que se esconden detrás de los más aguerridos activis-tas virtuales que tenemos cerca. Deberíamos hacer campaña para sacarlos a balcón.

Yo misma, tengo que reconocerlo, siempre me quejo de que el mundo es una porquería, un asco, nadie hace nada por mejorarlo. Pero yo misma no lo hago. Sólo me pongo a escribir y escribir, y nada de acción. ¡¡¡Buáaaa!!!

Con razón el mundo está como está, todos esperamos que los de-más entren en acción, yo sigo em-pujando a mi flaco para que saque su traje de Supertilico, y vaya a sal-var aunque sea al perro del vecino. La verdad es que todos preferimos protestar en las redes sociales, cómodamente instalados en nuestro hogar u oficina, con una tacita de café al lado, puteando a los malditos reaccionarios, represores, retrógra-das y demás huestes indeseables que pululan por nuestras ciudades, pue-blos y mundo entero.

¡Hagan algo! ¿No ven que yo les estoy enseñando dónde están los problemas que deben resolver?

D i v a g a c i o n e s p e l o t u d a s , P o r m a r í a d e l a p a z r e y e s p e ñ a

P á g i n a 1 4 S p e s U n i c a

E l colectivo estuvo a

punto de pasarle por

encima, pero se con-

formó con darle una buena

salpicada; sin embargo, el

pampeano Robustiano Regu-

les no se enfadó. Le hizo gra-

cia la cascada de agua sucia

sobre sus viejos pantalones.

Llevaba una semana en una

pensión de Constitución. El

dinero atado a la cintura. La

maleta con sus pocas cosas

debajo de la cama. Cuando se

acostaba agarraba fuerte sus

caudales y para dormirse con-

taba caballos salvajes trotan-

do en libertad: tiempos idos

de cuando pibe y cualquier

sueño parecía posible.

Después anduvo un buen tre-

cho por la ciudad para hacer

tiempo. Tenía que andar mu-

cho para dejar pasar la tarde y

la noche con el fin de acercar-

se a la hora en que el bullicio

del centro se atemperara para

alcanzar la misteriosa media-

noche. Entonces entraba en

un viejo edificio y en la déci-

ma planta se introducía en

amplios espacios con pocos

muebles, dejaba su abrigo en

una percha y ordenaba el con-

tenido de muchas cajas, para

luego colocar todos los obje-

tos en estanterías; cosas que

—eso decían— eran antiguas

y muy valiosas, y por su cuida-

do le pagaban un dinero bue-

no, un dinero manso que le

permitía pagar pensión y al-

gunos alimentos.

Le gustaba esa gente extraña

que le daba la mano y le son-

reía: mano con sonrisa sin pre-

guntas, y la ciudad grande

siempre preparada para que

él la recorriera con mirada de

asombro y unos pocos gestos

inocentes.

Pero todo cambió cuando a

vio a la señorita Elizabeth

Saigón, tal el cartelito que

llevaba en su uniforme. Era

una muchacha misteriosa con

rasgos asiáticos. Para él, “la

dulce china”. Nunca había

visto una cara así, un cuerpo

así que adivinaba extremada-

mente suave y sabroso.

Gastó el doble de lo que pen-

saba. Todo barato y feo: ador-

nos, coladores, tazas de café.

Un día tras otro.

Había algo especial en su piel,

en sus manos, en su manera

de moverse.

Nunca había visto belleza se-

mejante. Con el calor se le

pegaba la blusa a los pechos,

los labios se le humedecían al

dar tragos de un botellín de

agua, y las manos no sabían

qué hacer esperando las ma-

nos del pampeano amable,

bastante mayor que ella, con

mirada intensa y la piel en-

cendida en busca de cariño;

manos que sólo le daban di-

nero y recibían el cambio.

La china era cajera de un

súper: los hombros esbeltos,

la mirada perdida, la palabra

ausente, los pechos anhelan-

tes.

Después de muchas tardes,

Robustiano le habló con voz

imperceptible: “Escuchame”,

le dijo. Y al principio no aña-

dió nada más. Le parecía que

ella no le prestaba la menor

atención: “Viejo boludo”, se

dijo.

Volvió a comprar más cosas

que no necesitaba entremez-

cladas con algunas que sí.

La miraba de lejos. Iba bien

vestido, con sus mejores pren-

das, como a un baile del pue-

blo que abandonó al enviu-

dar, y ahí dejaba caer algunas

palabras, como masajeadas

en la garganta, paseadas por

el paladar y la lengua, toda

su boca a merced de un beso

imposible.

Después de muchas otras tar-

des raras, la señorita Eliza-

beth Saigón dejó de mostrar-

se indiferente y le brindó la

sonrisa más hermosa que él

pudiera imaginar.

Él repitió su “Escuchame”, y

la dulce muchacha le brindó

una sonrisa envuelta para

regalo, y pronunció la pala-

bra más encantadora que el

hombre pudiera imaginar:

“Decime”.

Al principio se le agolparon

las palabras. Ni modo de ar-

mar frases lógicas. Pero ella

sonreía y abría todas las com-

puertas para que una nueva

historia se abriera camino

entre los dos.

ESCUCHAME,

Por Horacio Otheguy Riveira

P á g i n a 1 5 S p e s U n i c a

H ay poetas españoles actuales, y también los hubo en otras épocas,

que eligen escribir una poesía de estilo difícil, oscuro, distante, rebuscado, obsesionado por la forma, demasiado enigmático y alejado del lector que busca reconocerse en un libro y bus-car compañía. Es una poesía que hace que, en muchos casos, ese lector abandone el libro y se vaya a otros géneros, y piense que la poesía es una experiencia eli-tista para unos pocos, ya que está muy alejada del lenguaje y de los temas normales y comu-nes. También hay que aclarar que hay lectores muy fieles de esta poesía, que piensan que ésta debe costar entenderse, que debe ser una experiencia sobre todo intelectual, porque de lo contrario no se diferencia en nada del lenguaje coloquial y de la prosa. Es la vieja guerra de siempre, en definitiva, entre el fondo y la forma. Poetas que logran la naturalidad y ser entra-ñables

Pero, por otro lado, tene-mos poetas que apuestan por una poesía clara, en-tendible, cercana, que toca cualquier tema y si-tuación, llena de encanto, sinceridad y emotividad, una poesía muy humana y llena de sencillez, que no olvida el humor, y que también logra ser profun-da y transcendente. Son poetas de lo cotidiano, sin resultar vulgares ni obvios ni tampoco fáciles. Logran ver-dadera poesía, ese verdadero extrañamiento que consigue la gran poesía, con un lenguaje

reconocible. Con este estilo el lector puede encontrar, afortunadamente, algunos nombres en el panora-ma de la poesía española ac-tual. A continuación se hablará de tres de ellos. Luis Alberto de Cuenca Madrileño del año 50, estupen-do filólogo y traductor, político, fue director de la Biblioteca Na-cional y Secretario de Cultura del gobierno español. Su carre-ra poética comenzó en el año 71 con la publicación de Las afueras. Su poesía está llena de cultura-lismo, pero no por ello se nos muestra distante y retórico. Sus versos denotan claridad por todos los lados y verdadera emoción. Se comprueba la sencillez y amabilidad de sus versos en este poema titulado El desayu-no, de su libro El hacha y la rosa, de 1993:

"Me gustas cuando dices ton-terías, cuando metes la pata, cuando mientes,

cuando te vas de compras con tu madre y llego tarde al cine por tu cul-pa. Me gustas más cuando es mi cumpleaños y me cubres de besos y de tartas, o cuando eres feliz y se te no-ta, o cuando eres genial con una frase que lo resume todo, o cuando ríes (tu risa es una ducha en el in-fierno), o cuando me perdonas un olvi-do. Pero aún me gustas más, tanto que casi no puedo resistir lo que me gustas, cuando, llena de vida, te des-piertas y lo primero que haces es de-cirme: «Tengo un hambre feroz esta mañana. Voy a empezar contigo el des-

ayuno.»"

Jesús Munárriz

Editor prestigioso, dirige la aclamada editorial de poesía Hiperión, que se ha convertido en un referente de este género que se publica en España. En sus versos podemos encon-trar cualquier tema, desde la denuncia social e histórica has-ta el poema puramente satíri-co. Es un poeta narrativo y discur-sivo, que usa un lenguaje muy coloquial, tres características que comparten este tipo de poetas, y que, cuando lo cree necesario, logra un profundo lirismo y transcendencia. Haz lo que quieras..., del libro Esos tus ojos, de 1981:

Tres poetas españoles que apuestan por la claridad,

por Jorge David Alonso Curiel

P á g i n a 1 6 S p e s U n i c a

Luis Alberto de Cuenca, Jesús Munárriz y Eloy Sánchez Rosillo son tres poetas que escriben para todos y que huyen del hermetismo y de la poesía elitista.

"Haz lo que quieras, pinta como quieras,. el impoluto lienzo pasivamente aceptará tus hue-llas. Hiéndelo libremente, sin prejui-cios. Pero no te abandones a las facilidades, no desmayes la guardia, sé siempre muy exacto. Que lo que digas surja desde dentro, que las cosas se nombren a sí mismas, que las palabras jueguen a juegos de palabras, si les gusta, y que tu propia vida vaya manchando el verso con sus botas gastadas."

Eloy Sánchez Rosillo

Poeta que ganó el Premio Ado-nais en 1977 con su primer libro Maneras de estar solo. En este

escritor se encuen-tran versos más sombríos, más tris-tes. En Eloy Sánchez Rosillo hay más penumbra y melancolía que en los dos anteriores. Aunque también hay momentos de goce, sobre todo de la contemplación de la amada y de la naturaleza. Es un poeta más cercano a la tradición clási-ca. Sus versos ca-lan muy hondo. Dejadme aquí, de su primer libro: "Dejadme aquí, su-

mido en la pe-numbra. de esta habitación en la que tantas horas de mi vida transcurrieron. Es tarde ya. La noche se aproxima y hoy -no sé por qué- más que otras veces necesito quedarme solo y recordar muy lentamente

algunas cosas del pasado, ciertas historias ya casi perdi-das, mientras el sol se aleja y la ciu-dad va hundiéndose en la sombra".

Esto ha sido tan sólo una intro-ducción a este tipo de poesía y de poetas de la claridad. Si el lector está interesado, puede profundizar en la carrera de los poetas citados, y es se-guro que hallará versos y libros de su agrado. Y para acabar, citar otros escri-tores más que pueden ajustar-se a esta denominación: Roger Wolfe, Cristina Peri Rossi, Da-vid González o Karmelo C. Iri-

barren.

P á g i n a 1 7 S p e s U n i c a

P á g i n a 1 8 S p e s U n i c a

P á g i n a 1 9 S p e s U n i c a

De cualquier manera cuando yo decía que prefería patronos de derechas es una manera de de-cir porque los medios donde yo escribía no lo eran, no había mensajes políticos concretos, eran más bien culturales, pero lo mismo sus dueños eran bur-gueses católicos, vamos, de "derechas" en un sentido más socioeconómico y cultural por-que no enarbolaban la bandera de LA IZQUIERDA, así, alti-sonante.

Sin embargo, en una ocasión, un grupo de un diario progre donde yo había trabajado fue-ron contratados para la revista dominical del conservador ABC; me hizo ilusión volver a trabajar con ellos y lo intenta-mos; precisamente mi primer reportaje, de tres que hice, fue sobre Stephen King; sin embar-go nunca publiqué ninguno, no les dejaban respirar y me fui por donde había venido. Es muy duro, durísimo, el mundo de la Prensa… (…)

Lo esencial es que he leído y oído criticar a Eva Perón e Isa-belita con toda clase de historie-tas que devenían en el sempiter-no Esa Puta. Cosa que ha ocu-rrido aquí por parte de unos fachas de mucho cuidado con Cristina y el apuesto economis-ta que salió a explicar lo de Repsol. Yo trabajaba en La Razón cuando fue portada una foto malísima de Isabelita bailando en un cabaret. La pala-bra puta no la dijo nadie, fuera de los bares, claro, pero es la sombra que pisa los talones, incluso ahora en que ni Evita, ni Isabelita (dos mujeres fraca-sadas, por la muerte prematura la primera y la segunda por una muerte política, al margen de

otras diferencias). Pero ahora la cosa es distintas: Esas Putas muerden y castran al más pinta-do. Al margen de cuestiones ide-ológicas de fondo, la presidenta de Brasil y la de Argentina mar-can unos estilos novedosos y la guerra esta planteada de otra for-ma. Ya no pueden voltear histo-rias turbias: son mujeres con per-sonalidad que gobiernan con una mezcla hermosa de ovarios y testículos, una combinación ópti-ma, posmoderna…

H. O. R.

*

No, pero que no odie a Sábato tampoco significa que lo quiera, y reconozco todo lo que decís de él, y esto ya último que me contás, que desconocía, acerca de la brujería, me deja patitieso, y sí, qué mierda.

Tampoco me gustó la discrimina-ción que ostenta hacia los ciegos, y que eso pase como "arte y cul-tura"; realmente, una mierda.

Solo que los odios como los amores, ya sabemos, son involun-tarios; por ahí me falta prestarlo un poco más de atención para llegar a odiarlo.

Bueno, un tema para un buen Súbito, se me ocurre, puede ser cómo viste o viviste el 2001 ar-gentino desde Madrid; ese es to-do un tema.

Atento a lo que me decís acerca del fascismo de izquierda argenti-no, ¿qué opinás de Santucho, por ejemplo?

R. L.

*

Haces un apasionante recorrido por las palabras; las definiciones académicas y el uso que les da-mos en el día a día, y sobre todo bajo las diversas influencias cul-turales de quien emite juicios...

Todo el fanatismo, la ceguera, los crímenes pasionales... es pro-ducto de una desesperada nece-sidad de tener razón, de ser el centro.

Hay una película francesa, luego remake norteamericano, las dos están bien, cada una a su mane-ra, La mujer infiel, de Chabrol, con su esposa Stephane Audran y Michel Bouquet, e Infiel, de Adrian Lyne, como 30 años des-pués con Richard Gere y mi pre-ciosísima, adorada, más aún que Michelle Pfeiffer, Diane Lane... En la versión francesa todo es muy frío, y cuando el marido protege a su mujer que mató a su amante y termina la película con los dos nuevamente juntos, alguien me dijo: "Cuánto la quie-re", y yo, que tenía 18 años, le dije: "No la quiere nada". La he vuelto a ver y es así: es su ego-centrismo lo que protege, la ne-cesidad de que su hábitat no se altere y pueda tener a su mujer al alcance de su responsabilidad social. Ninguna pasión, ningún amor.

Hoy día hay una fijación con los mensajes positivos y la expulsión de toda historia tremebunda o negativa; he visto gente que con-sidero inteligente, sensible, in-cluso divertida y a ratos profun-da, solidaria... convertirse en un guiñapo lloriqueante ante temas crudos de la propia realidad o la ficción, que viene a ser lo mis-mo: "A mí no me puedes contar eso", "Es muy fuerte para mí".

P á g i n a 2 0 S p e s U n i c a

Incluso hay una enormidad de libros de supuesta autoayuda con ese verso. El peor de todos "Prohibido mensajes negativos". Pe-ro, bueno, cómo vas a amar la esperanza si no coqueteas con su contrario, la desesperanza. Cómo vas a amar la vida si no has coqueteado con el deseo de morir…

H. O. R.

*

Qué lindos son los diccionarios, ¿verdad?, revisarlos es como ver mapas, aunque sean de lugares que no conocés, que nunca vas a visitar.

Particularmente me gustan estas definiciones, que destacan sus raíces etimológicas.

Fe, del latín fides, me llevó a bus-car Fidelidad, del latín fidelitas, fidelatis, es decir, la persona fiel es aquella que ejerce la fe, pero

vayamos a las definiciones del diccionario:

fidelidad.

(Del lat. fidelĭtas, -ātis).

1. f. Lealtad, observancia de la fe que alguien debe a otra perso-na.

2. f. Puntualidad, exactitud en la ejecución de algo.

Fijate en esa primera acepción: "observancia de la fe que al-guien debe a otra persona". Es así, la fidelidad es el ejercicio de la fe.

Fe y bien, y la complementarie-dad del amor y el odio. Una vez leí a un tipo que dijo "yo des-confío de todos aquellos que aseguran jamás podrían lastimar a la persona que aman". Es ver-dad, es que la fe ciega es fanatis-mo, y eso tiene que ver en algo con la psicosis, a menos que

uno se haya transformado en un santo, quizás.

Sí, respecto de la última parte de tu mail, yo reniego de pensar que todos somos iguales, y no hay peores ni mejores. Lo que no significa que no tengamos todos los mismos derechos, ni que no pueda haber personas mejores que uno - de hecho, respecto de mí los hay - pero todos desperdiciamos mucho de nosotros y de nuestros recursos; supongo que el que menos des-perdicia, quien más aprovecha, es mejor. no creo tampoco que se trate de cantidad, sino de cali-dad, no creo en los gurúes que tienen un discurso estandariza-do, para todos.

La esperanza, la fe, el amor, son cosas que uno puede tener para pocos; al menos con la fe y la esperanza es así, y solo con el amor no basta. Yo puedo ser muy optimista de vos, de la gen-te que admiro y que valoro, pero respecto de la masa, no tendría más que darles quejas y mensa-jes desesperanzados, que en definitiva es lo que hago, me-chando con cosas que más pue-den estar dirigidas para uno per-dido en medio del rebaño.

Generalmente mis críticas van dirigidas a todos, y siempre al final me reservo unas líneas para decir, "pero bueno, las cosas siempre pueden mejorar", esas frases de consuelo y de esperan-za siempre las objetivo ya a uno, o a unos pocos de los que leen, dos o tres entre los 900 que leen la Spes, que después de todo no sé ni quiénes son ni qué los mo-viliza a leer la revista.

R. L.

*

Pero, hombre de dioooossss, hay tipos torturados y chantas como ese que hizo de su

tortura un buen business, por eso le odio, porque fue por ahí dan-do lástima y le salió redondo negocio para joder con la mis-ma cantinela. Además le hizo un daño tremendo a los ciegos; mucha gente les tomó manía por ese libro de mierda que es-cribió, encima él dijo que todo era verdad y que tuvieron que hacerle un exorcismo para libe-rarle de la brujería que los cie-gos de mierda le habían hecho: esto no lo olvidaré jamás, se lo escuché por televisión; un tipo decente no hace eso en un me-dio tan popular. Pero, bueno, si tú lo quieres, bien querido es-tará, no volveré a decir nada, me como un merengue de dulce de leche, así tengo la boca bien ocupada, jajaja.

(…) Creo que las generalizacio-nes en esto de las izquierdas y las derechas en muchos terre-nos son superficiales; en la Ar-gentina, por ejemplo, se dio el partido comunista más fascista de Hispanoamérica; en mi pro-pia cara, cuando trabajaba en La Razón, los PC del Comité de Empresa avalaban el golpe de Estado y decían, "¿ves que son unos caballeros, que esto no es una matanza como la de Pino-chet?" Y pensar que tanta gente puteó al pobre Borges porque hablaba de "los caballeros mili-tares".

H. O. R.

P á g i n a 2 1 S p e s U n i c a

Princesitas Muertas, de Thomas Czarnecki

P á g i n a 2 2 S p e s U n i c a

P á g i n a 2 3 S p e s U n i c a

Margaret Hilda Thatcher

Año de nacimiento: 1925

Nadie podría haber situado a

Margaret Thatcher como fu-

tura primera ministra del Reino

Unido de Gran Bretaña, cuando

estudiaba investigación química

en Oxford. Una carrera que po-

co tiene que ver con el ejercicio

directo de la política, con las

largas sesiones ministeriales o

la lucha dialéctica, tan distante

de la vida de un laboratorio.

Margaret Hilda nació un 13 de

octubre de 1925 y se educó en

la dura realidad de la Depre-

sión. Su adolescencia transcu-

rrió entre bombardeos y sus

estudios superiores fueron reali-

zados en la austera etapa de

postguerra.

Con ese bagaje, igual al de tan-

tos seres de la época, Margaret

siguió por un camino que sor-

prendió a todos, ya que decidió

ingresar en el Partido Conser-

vador, siendo elegida miembro

del Parlamento en 1959. Conta-

ba con treinta y cuatro años de

edad, una media muy inferior a

la que era habitual

entre la clase políti-

ca conservadora.

Los Libra tienen

una extraña capaci-

dad para acceder al

lugar que han elegi-

do de antemano y,

sin lugar a dudas, el

caso de la Thatcher

sirve para ilustrar

las posibilidades de estos nati-

vos cuando realmente se lo pro-

ponen.

En este caso, se cumple la nor-

ma astrológica que define a los

Libra como seres asombrosa-

mente individualizados, de ser

personas muy especiales, con

una indefinible calidad huma-

na.

Otros Libra célebres son Os-

car Wilde, Gore Vidal, Sarah

Bernard, Brigitte Bardot, Ives

Montand, Marcello Mastroiani,

Mahatma Gandhi, y Barbara

Streisand.

L o s s i g n o s d e l z o d i a c o e n l a

H i s t o r i a ( L i b r a )

( T o m a d o d e “ A s t r o l o g í a y C i e n c i a s

A d i v i n a t o r i a s ” . B i b l i o t e c a B á s i c a M u l t i m e d i a .

F . G . E d i t o r e s . M a d r i d , 1 9 9 8 ) .

P á g i n a 2 4 S p e s U n i c a

Los viejos de mierda

D icen que cuando Adolfo Bioy Casa-res terminó de es-

cribir su Diario de la Guerra del Cerdo, una novela que trata de una Buenos Aires hipotética en la que los jóvenes se dedican a asesinar ancianos, al llevársela a leer a su ami-go, Jorge Luis Borges, al con-cluirla éste le dijo: “Muy buena novela. Ahora habría que escribir una que trate de los ancia-nos que asesi-nan a los más jóvenes”. Historias de fratricidios y de filicidios. Seguramente no es más gra-ve matar a un hijo que a un padre, aunque haya más probabilidad de indefensión en el primero que en el se-gundo, aunque también se pueda dudar del rol de edu-cador, cuando menos, de padre, de un tipo que termi-na siendo asesinado por su hijo. Cronos se devoraba a sus hijos indiscriminadamente. No creo que haya un mito sobre un dios que matara a sus ancestros.

En Argentina, la generación de los desaparecidos así fue por quienes generacionalmente eran sus padres. Esos jóvenes y adolescentes de los años „70 y principios de los „80, fueron aniquilados por sus mayores, en su mayoría hijos de inmi-grantes que primero habían ya dilapidado lo que sus padres con enorme esfuerzo habían logrado conseguir—un país, nada menos—hipotecándoles

a su vez el futuro a sus hijos, a sus nietos, por medio de la intolerancia y el terror instau-rados bajo las for-mas de enfrenta-mientos entre peronistas y anti-peronistas, cuan-do no azules con-tra colorados, revoluciones li-bertadoras y de-más lacras que siempre tenían a los militares en el medio. Hoy, esa genera-

ción que se comió a sus hijos está anciana. Son los que piden poner mantos de olvido y de piedad al pasado, los que re-niegan de los juicios a los res-ponsables de la última dicta-dura cívico-militar en Argenti-na. Los que deploran que “los montoneros” hayan llegado al gobierno. El mundo adocenado, encorse-tado, compartimentado, cen-surado, tal como lo conocían, ha desaparecido. Internet lo ha pasado por encima, como con

una topadora. Sus latiguillos públicos, sus eslóganes de épocas en que todavía mar-chaban, hoy en día serían impensables. Nunca el tiempo pasado es mejor en comparación con el presente, porque al menos éste tiene esperanza cuando aquel ya de ninguna manera. La evolución, de la índole que fuere, presenta nuevas ventajas y también nuevas desventajas, pero las noveda-des siempre traen aparejadas a la esperanza, que es clásica, nunca pasa de moda, es espe-ranza pasada, presente y fu-tura, es siempre la misma. Desde ya que no se trata de enfrentamiento “viejos vs. jóvenes”, de una manera “bioicasariana”. En todo caso, un viejo de mierda primero fue un adulto de mierda, un joven, un adolescente, antes, un bebé de mierda. Una de las cosas más conmo-vedoras que nos ofrece la vida es cuando podemos dis-frutar de una persona que ha llegado a sus tiempos finales de manera completa, plena.

L e s i o n e s d e l b u e n v i v i r , p o r R o b e r t o L a n g e l l a

P á g i n a 2 5 S p e s U n i c a

C o n s u l t o r i o A s t r o l ó g i c o S p e s u n i c a C u r s o P r á c t i c o

d e T a r o t a d i s t a n c i a

Inauguramos nuestro Curso Práctico de Tarot a distancia, el cual tiene una duración de seis meses, de cuatro clases por mes, de modalidad intensiva, racional y psicológica.

Por medio de este curso, el estudiante adquirirá los conocimientos específicos y completos acer-ca de tiradas y lecturas y sobre todas las nociones relativas a nuestra materia.

La estructura del curso es modular, mensual y correlativa; esto significa que el alumno adquirirá por adelantado su vacante mensual, la que consta de un módulo de cuatro clases, por cada una que irá recibiendo un apunte de contenidos. La correlatividad de nuestras clases apunta a que nadie podrá "saltearse" módulos, ni obviar algunos de los primeros, aunque se contara con cono-cimientos previos. Sin embargo, las clases serán individuales y el alumno sí podrá "saltearse" me-ses de asistencia, sin perder la correlatividad; es decir, al regresar al curso, hubiera pasado el tiem-po que fuere, retomará desde el mismo punto donde lo dejó.

Se evaluarán exámenes mensualmente, y al final del curso habrá un examen integrador. Se otor-gará entonces el certificado de asistencia al curso, y de reconocimiento del egresado como taro-tista.

Todos los inscriptos al curso recibirán el kit de estudio, el cual consta de todas las herramientas y contenidos necesarios, absolutamente, para la realización de este curso, tales como:

Todas las clases serán dictadas por Roberto Langella o María de la Paz Reyes Peña, a elec-ción del alumno.

Mazo de cartas de Tarot Marsellés, de Botta (para imprimir).

Mazo de cartas Zenner (para imprimir).

Presentación del curso y apuntes nº 1, 2, 3 y 4

Carátula personalizada para ir encarpetando los apuntes

Fuentes tipográficas para la computadora

Todos los alumnos tendrán una clase de dos horas en un día de la semana a convenir, por el programa de videoconferencias Skype

Siempre y en todos los casos los alumnos podrán resolver sus dudas y cuestionamientos vía e-mail. Los alumnos egresados encontrarán en Spesunica una fuente de consulta perso-nalizada, para toda la vida.

Téngase presente que la suma de los apuntes irán conformando un verdadero libro, manual de Tarot.

La cuota mensual es de U$S 40.- ($ 150.– de Argentina) por adelantado, mientras que quien des-ee pagar el curso completo, en una o dos cuotas trimestrales, el precio final es de U$S 200.- ($ 800.– de Argentina).

Para una mayor información acerca de las características de este curso, descargue libremente el artículo "Presentación, Estructura y Temario", en nuestra sección de descargas.

www.spesunicastrologia.com.ar

P á g i n a 2 6 S p e s U n i c a

MANUEL

Nombre que implica tenacidad y

constancia para compaginar la

reflexión con la acción. Casi

siempre el destino le es adverso,

aunque no se da por vencido con

facilidad.

Dinero: Con lo necesario es sufi-

ciente.

Amor: Es fácil contentarse afecti-

vamente.

Trabajo: Se siente feliz trabajan-

do.

MARCELINO

Indica tenacidad y entereza, espe-

cialmente a la hora de poner en

práctica determinados proyectos,

largamente elaborados. En senti-

do universal, revela el cuidado

puesto en no correr riesgos inúti-

les.

Dinero: La experiencia demues-

tra que siempre hay que tenerlo

en cuenta.

Amor: Sentirse amado es lo más

agradable de la vida.

Trabajo: Realizan sus trabajos

con aprovechamiento y rigor.

MARCELO

Revela nerviosismo ante situacio-

nes delicadas, especialmente rela-

cionadas con determinados asun-

tos familiares. Es propio de per-

sonas que muestran siempre un

talante utilitarista y que manifies-

tan interés por la cultura y el sa-

ber.

Dinero: Piensan que el dinero

abre todas las puertas.

Amor: Aunque en ocasiones les

cueste un gran esfuerzo, suelen

ser fieles con su pareja.

Trabajo: Siempre están activos y

no se quejan de su trabajo.

MARCOS

Muestra las capacidades ocultas

de un individuo y, por lo general,

es un nombre asociado a la vio-

lencia y a la fuerza. Es propio de

personas que, en determinadas cir-

cunstancias, prefieren vencer a con-

vencer.

Dinero: Sin dinero no se pueden

realizar proyectos ambiciosos.

Amor: Son muy exigentes en el

afecto: a veces piden lo imposible.

Trabajo: Desarrollan gran capacidad

de trabajo.

MARGARITA

Por lo general, la persona que lleva

este nombre es especial, se sale de

lo corriente y aparece con frecuen-

cia revestida de cualidades poco

corrientes: serenidad, comprensión,

dulzura y preocupación por los de-

más.

Dinero: Valoran el dinero porque

cuando no se tiene únicamente se

piensa en él, y así la desarmonía

gobierna nuestros actos.

Amor: Son fieles en el amor y no

reprochan las infidelidades ajenas.

Trabajo: Es un bien estar ocupado y

trabajar por los demás.

MARÍA

Nombre que indica serenidad, fuer-

za vital y ganas de vivir. Aunque en

ocasiones, y cuando los problemas

que tienen que afrontar las personas

que llevan este nombre, son muy

graves, piden ayuda a los demás

porque no pueden resistir el dolor.

Dinero: Lo consideran necesario,

pero no esencial.

Amor: Estiman que el amor es lo

más importante que se tiene en la

vida: no se puede vivir sin amor.

Trabajo: Hay que ser responsables

en el trabajo.

MARIANO

Nombre que indica decisión y fir-

meza. Es propio de personas que se

empeñan en llevar adelante sus pro-

yectos, aunque nadie les apoye. Tie-

nen muy afianzadas sus ideas y no

suelen dejarse influir por criterios

ajenos.

Dinero: Conviene tener resuelta la

situación económica para así no

pensar en ella.

Amor: Su timidez les cierra la

puerta a nuevas experiencias.

Trabajo: Desarrollan gran capaci-

dad de trabajo.

MARINA

Nombre de personas muy dadas a

la ensoñación y al ensueño. Suelen

refugiarse en su mundo de fantasía

cuando se encuentran frente a de-

terminados problemas - especial-

mente familiares- que no logran

solucionar.

Dinero: Siempre imaginan que

tienen mucho dinero, y que viajan

por exóticos países.

Amor: Les gusta relacionarse con

personas de toda clase y condi-

ción.

Trabajo: Exageran la importancia

de las tareas que realizan.

MARIO

Nombre que simboliza la necesi-

dad de sentirse a gusto consigo

mismo, especialmente en el campo

profesional. Es propio de personas

que se preocupan por estar al día y

actualizar sus conocimientos y su

información.

Dinero: Les gusta contar siempre

con el dinero necesario para llevar

a cabo sus proyectos.

Amor: Son tímidos y necesitan que

los demás tomen la iniciativa.

Trabajo: Desarrollan con profesio-

nalidad sus tareas diarias.

O n o m a n c i a : L e t r a “ M ” ( s e g u n d a p a r t e ) ( T o m a d o d e “ A s t r o l o g í a y C i e n c i a s

A d i v i n a t o r i a s ” . B i b l i o t e c a B á s i c a M u l t i m e d i a .

F . G . E d i t o r e s . M a d r i d , 1 9 9 8 ) .

P á g i n a 2 7 S p e s U n i c a

Aries a Mes de problemas en asuntos domésticos y en el hogar, pero ideal para romper la rutina, to-marse unas vacaciones. Posible suerte en el juego. Los temas de pareja cobran mayor relevancia.

Tauro b Igualmente, problemas en asuntos domésticos y del hogar. Cuidado con los pequeños accidentes. Buen período para iniciar o concentrarse en los estu-dios, para aprender en la casa.

Géminis c Un período de concentración en el tema de las ganancias y con grandes posibilidades financieras, aunque esmás tiempo de sembrar que de pensar en cosechas. Mu-cho que compartir con el entorno más cercano. También se encon-trarán muy seductores y enamora-dizos. Se aconseja realizar depor-tes.

Cáncer d Mes del cumpleaños para la ma-yoría de los de este signo. Inician este año astrológico con mucho sentido comercial y financiero, un poco fríos emocionalmente y un tanto predispuestos a mantener discusiones en el hogar.

Leo e Mes del cumpleaños para los del primer decanato. Habrá mucha sociabilidad y las relaciones de amistad cobran mayor relevancia. Un buen mes para realizar apren-

dizajes concretos.

Virgo f Un mes enfocados en los proyec-tos e ilusiones, y también las amistades. Posibles problemas con la figura de autoridad femeni-na. Las oportunidades económi-cas se activan.

Libra g Posibles problemas con la figura de autoridad masculina. Posibili-dades en el área del arte superior, y en relación con el extranjero. Con Marte transitando en su sig-no, se sentirán muy energizados y tendientes a enojarse. Se aconseja canalizar realizando ejercicio físi-co.

Escorpio h El pensamiento puesto en cues-tiones filosóficas, religiosas o científicas, un tanto aislado de los problemas mundanos, igualmente que de la pareja. Hay una carga de violencia inconsciente, de la que se recomienda prevenirse.

Sagitario i Un mes dedicado a la pareja, de

mucho romanticismo, pero con

algunos trastornos para concretar

mayor intimidad. A quienes ini-

cien relaciones, se recomienda ir

despacio.

Capricornio j También para ustedes es un

mes con el foco puesto en

temas de pareja. Lo mismo

que para el signo anterior, con

dificultades de lograr intimi-

dad. Respecto de la salud, cui-

den los riñones. También

podrían verse involucrados en

episodios de violencia social,

cuidado con eso.

Acuario k Pueden sentirse algo faltos de

energías, débiles o estresados,

y la comunicación con la pare-

ja puede verse algo estancada.

Disfrutarán sin embargo de

los placeres intelectuales, con

mucha sensualidad. Se activan

los pensamientos abstractos y

todo lo concerniente a relacio-

nes con el extranjero.

Piscis l

Un mes de vacaciones o de

mucho disfrute. Igual, podrían

necesitar cuidar sus nervios,

quizás por problemas emocio-

nales debidos al hogar. Proble-

mas de pareja podrían llevarles

a absorberse en el mundo de

la creatividad.

Horóscopo de Julio

por Roberto Langella

P á g i n a 2 8 S p e s U n i c a

C o n s u l t o r i o A s t r o l ó g i c o S p e s u n i c a C u r s o I n t e g r a l d e A s t r o l o g í a

a d i s t a n c i a

Inauguramos nuestro curso de astrología a distancia, el cual tiene una duración de seis meses, de

cuatro clases por mes, de modalidad intensiva, racional y psicológica.

Por medio de este curso, el estudiante adquirirá los conocimientos específicos y completos acerca de la confección e interpretación de la carta natal astrológica, Revoluciones Solares, cartas combinadas

y sinastrías, y todas las técnicas complementarias que hacen al quehacer del oficio de astrólogo.

La estructura del curso es modular, mensual y correlativa; esto significa que el alumno adquirirá por adelantado su vacante mensual, la que consta de un módulo de cuatro clases, por cada una que irá recibiendo un apunte de contenidos. La correlatividad de nuestras clases apunta a que nadie podrá "saltearse" módulos, ni obviar algunos de los primeros, aunque se contara con conocimientos previos. Sin embargo, las clases serán individuales y el alumno sí podrá "saltearse" meses de asistencia, sin perder la correlatividad; es decir, al regresar al curso, hubiera pasado el tiempo que fuere, retomará

desde el mismo punto donde lo dejó.

Se evaluarán exámenes mensualmente, y al final del curso habrá un examen integrador. Se otorgará

entonces el certificado de asistencia al curso, y de reconocimiento del egresado como astrólogo.

Todos los inscriptos al curso recibirán el kit de estudio, el cual consta de todas las herramientas y

contenidos necesarios, absolutamente, para la realización de este curso, tales como:

Todas las clases serán dictadas por Roberto Langella

Tablas de Efemérides Planetarias para los siglos XX y XXI

Tablas de Casas

Otras diferentes tablas

Plantilla para la confección de mapas astrales

Presentación del curso y apuntes nº 1, 2, 3 y 4

Carátula personalizada para ir encarpetando los apuntes

Fuentes tipográficas de astrología para la computadora

Todos los alumnos tendrán una clase de dos horas en un día de la semana a convenir, por el

programa de videoconferencias Skype

Siempre y en todos los casos los alumnos podrán resolver sus dudas y cuestionamientos vía e-mail. Los alumnos egresados encontrarán en Spesunica una fuente de consulta personalizada,

para toda la vida.

Téngase presente que la suma de los apuntes irán conformando un verdadero libro, tratado de

Astrología.

La cuota mensual es de U$S 40.- ($ 150.– de Argentina) por adelantado, mientras que quien desee pagar el curso completo, en una o dos cuotas trimestrales, el precio final es de U$S 200.- ($ 800.– de

Argentina).

Para una mayor información acerca de las características de este curso, descargue libremente el

artículo "Presentación, Estructura y Temario", en nuestra sección de descargas.

www.spesunicastrologia.com.ar

P á g i n a 2 9 S p e s U n i c a

www.spesunicastrologia.com.ar

robertolangella@spesunicastrologia.com.ar

marypazreyespena@spesunicastrologia.com.ar

Spes Unica. Año 3 nº 21. Julio de 2012

Editada por el Consultorio Astrológico Spesunica

Dirección: Roberto Langella

y María de la Paz Reyes Peña

Registro de Propiedad Intelectual: En trámite.

Impresa por Peecho B. V., Amsterdam, Netherlands.

Colaboran en este número: Horacio Otheguy Riveira;

Jorge David Alonso Curiel; Guillem de Rubenhor; Ñapi.

Las afirmaciones y opiniones vertidas en los artículos

y textos son de exclusiva responsabilidad de quienes

los escriben.

Se prohíbe la reproducción total o parcial por cual-

quier medio de esta publicación, sin previa autoriza-

ción de la editorial.

Mary Paz y Roberto registran sus contenidos en

www.safecreative.org

Los números atrasados pueden ser obtenidos si-

guiendo este vínculo:

http://issuu.com/robertolangella

A S T R O L O G Í A ,

T A R O T , P O E M A S ,

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C U E N T O S . . .

Un lugar de encuentro.

Consultorio Astrológico Spesunica

¡Esperamos sus

colaboraciones!