RevistadeInformaciónyAnálisis Año2Nº4 Primavera/Verano96 ... · la huella depredadora que la...

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Islam Revista de Información y Análisis Primavera/Verano96´ Año 2 Nº4 El Universo de los soles: la Hormiga y la Langosta Hombre y Naturaleza Crónica de una Peregrinación Acerca de la Imitación Los Universos Múltiples Notas Sí, Notas No La Salud Según las Estaciones: La Primavera 750pts. Análisis sobre la Educación en Ceuta La Farmacia en Al Andalus: el Arrayán La Medicina Islámica y sus fundamentos El Corán: Libro de los Signos Islam y Tamazight en Melilla

Transcript of RevistadeInformaciónyAnálisis Año2Nº4 Primavera/Verano96 ... · la huella depredadora que la...

IslamRevista de Información y Análisis Primavera/Verano96´Año 2 N º 4

El Universo de los soles: la Hormiga y la Langosta

Hombre y Naturaleza

Crónica de una Peregrinación

Acerca de la Imitación

Los Universos Múltiples Notas Sí, Notas NoLa Salud Según las Estaciones: La Primavera

750pts.

Análisis sobre la Educación en Ceuta

La Farmacia en Al Andalus: el ArrayánLa Medicina Islámica y sus fundamentos

El Corán: Libro de los Signos

Islam y Tamazight en Melilla

REVISTA DE INFORMACIÓNY ANÁLISIS SOBRETEMAS ISLÁMICOS

CÓRDOBAAño 2. Primavera-Verano 1996

DIRECTORHashim Ibrahim Cabrera

CONSEJO DE REDACCIÓNMansur A EscuderoJosé Miguel Coca

Sabora UribeDolores Contreras

AbdurRazzaq PérezHabiulláh Casado

DISEÑO Y MAQUETACIÓNForma y Texto

EDITACentro de Documentación

y Publicaciones de Junta Islámica

ADMINISTRACIÓNJunta Islámica

Fuente de ArribaAmodóvar del Río 14720

(Córdoba)Tf: (957) 33 80 55 Fax: (957) 33 80 41

ISSN: 1135-9153DEPÓSITO LEGAL: Co-1558-95

IMPRIMEImprenta Moderna

C/ Málaga, 9. 14003 Córdoba

Verde Islam es una revista plural y ab ier ta queno compar te necesar iamente las opinionesexpresadas en ella por los colaboradores.

CONTENIDOAño 2. Número 4

Primavera-Verano 1996

EDITORIAL 1

FORO DE LOS LECTORES 3

HOMBRE Y NATURALEZA: REFLEXIONES A PARTIR DE UN TEXTO DE HOSSEIN NASR 8Hashim Ibrahim Cabrera

LA SALUD SEGÚN LAS ESTACIONES: LA PRIMAVERA 18Umm Hanif

ACERCA DE LA IMITACIÓN 24Muhammad Asad

DEMOCRACIA, ISLAM Y TAMAZIGHT EN MELILLA 29Dr. Rashid Raha Hamad

PEDAGOGÍA DE LA LENGUA Y DE LA CULTURA 33Uzmán el Azami y Bárbara Herrero Muñoz-Cobo

NOTAS SÍ, NOTAS NO 40Sabora Uribe

HACIAUN NUEVO MODELO DE ESCUELA PÚBLICA EN CEUTA 42Mahdi Flores

LA MEDICINA ISLÁMICA Y SUS FUNDAMENTOS 50Dr. Mansur Abdussalam Escudero

LA FARMACIA DE AL ANDALUS: EL ARRAYÁN 62Habibulah Casado

EL CORÁN: LIBRO DE LOS SIGNOS 64

LOS UNIVERSOS MÚLTIPLES 73Abdullah Bartoll

EL UNIVERSO DE LOS SOLES: LA HORMIGA Y LA LANGOSTA 78Imam ´Ali Ibn-Abu-Talib

AL HACH: CRÓNICA DE UNA PEREGRINACIÓN 85Abu Umar

EL SIGNIFICADO DEL CORÁN: 111SURA AN-NISA’ (LAS MUJERES)

DICHOS DEL PROFETA MUHAMMAD 116

PUBLICACIONES RECIBIDAS 118

El contenldo de esta revista podrá ser difundido yreproducido siempre que se cite su procedencia.

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EDITORIAL

Bajo el pretexto de analizar fenómenos de naturale-za diversa, han sido varias las ocasiones en las que,

desde las páginas de nuestra revista, hemos hecho refe-rencia al problema medioambiental y al papel de la

Ecología en el contexto contemporáneo de mundializaciónde la economía. Más de una vez hemos citado el hadiz de Abu

Bakr como ejemplo de lo que podríamos denominar ética medio-ambiental islámica, definición ésta que ha suscitado una polémica.

Incluso algún lector cargado de suspicacia ha creído adivinar en el título de nuestra publi-cación un guiño de partidismo ecologista. Muchos han preguntado el por qué de la cabe-cera Verde Islam. Otros han expresado su malestar por algunas opiniones que pudieranresultar inconvenientes o por el hecho de que en una misma revista se dé cabida a la expre-sión de actitudes que son a veces irreconciliables. Sobre ello, quisiéramos decir que, comomusulmanes que somos, sabemos bien que el Islam no tiene color. Sin embargo, cuandobuscábamos un nombre para nuestra revista, después de largas sesiones de consulta entrelos miembros del equipo de redacción, llegamos a la conclusión de que hoy, lo mismo queayer, el Islam es la alternativa que puede facilitar al ser humano su andadura por este mundotan lleno de desesperanza, tan secularmente maltratado. Si observamos a nuestro alrededorla huella depredadora que la civilización industrial, como resultado de una filosofía de lavida, ha dejado impresa en la piel de nuestro mundo y la comparamos con el legado quelas sociedades islámicas han dejado en beneficio del género humano, hemos de reconocerque pertenecen a animales distintos. En el primer caso se trata de la huella del animal racio-nal, orgulloso del poder que su mente le confiere sobre la Naturaleza y deseoso de ostenta-ción. En el segundo caso es la huella del animal espiritual, dotado asimismo de una mentepoderosa pero consciente de que su poder le viene de Dios y ha sido creado por encima delas demás criaturas como Jalifa, cuidador responsable. Tradicionalmente, el color verde hasido muy del gusto de los musulmanes. El mismo Enviado de Dios, que Él le colme de pazy de bendiciones, en ocasiones especiales, vestía un verde turbante que era reconocidodesde la lejanía. Verde era el color de Al Andalus y verde es el Jardín por cuyos bajos flu-yen arroyos, prometido a quienes obren correctamente. Verde es sinónimo de vida y espe-ranza. Pero: ¿existe una mayor expresión de ésta que la creencia en una Vida, cuyo esce-nario será, si Dios quiere, dulce y exhuberante?

Nos gustaría decir, sin dejar lugar a ninguna duda, que no es que los musulmanes seamostan modernos que vayamos a levantar hoy una bandera que está de moda, sino que somos sen-sibles a los problemas que una determinada forma de vivir ha generado en una naturaleza quees morada temporal del ser humano y de la que éste no es propietario sin condiciones sinousufructuario responsable.

La sensibilidad y el cuidado de la naturaleza son, en el caso del musulmán, consecuenciade una manera de entender la existencia. El culto sin paliativos que se tributa a la Ciencia y ala Tecnología en las sociedades laico-industriales no existe en el seno de la sociedad islámi-ca. En el Islam existe toda una Filosofía de la Ciencia, contenida en el Corán, que se autode-fine como Criterio, dirección y guía para la humanidad, instrumento crítico que valora cual-

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quier actividad humana. Ello implica la existencia de una Metafísica, de una Moral y de una Ética, de unas reglasdel juego bien definidas y distintas de las que rigen en otras sociedades.

Por todo ello, nuestra relación con el entorno no puede ser la misma que la de quien piensa y cree que elmundo es fruto de la casualidad, que sólo existe lo que se puede comprobar científicamente y que la vida de losseres humanos empieza y acaba en esta tierra. Por mucho que se quiera insistir en que la Ciencia es un saber yun quehacer objetivo, que no tiene nada que ver con la creencia o con la ideología, esto no es cierto. ¿Cómoevalúamos los descubrimientos y las hipótesis científicas? ¿bajo qué criterios? ¿Qué intereses determinan losámbitos y la dirección de la investigación? ¿Cómo se calculan las posibles consecuencias negativas de este o deaquel proyecto tecnológico? Muchas preguntas que finalmente han de topar con criterios de índole moral que,en unos casos están plenamente reconocidos y, en otros, se justifican mediante etiquetas genéricas tales como“conseguir la felicidad y el bienestar”, “contribuir al Progreso de la Humanidad” u otras parecidas. En últimainstancia, hasta el más racionalista de los sistemas se encuentra de manera inevitable con la Metafísica.

En este número incluimos algunos trabajos sobre la visión islámica de las ciencias, variadas consideracio-nes sobre la relación entre el ser humano con la naturaleza, derivadas todas ellas de una lectura coherente delCorán, y de los principios contenidos en la Tradición. Una lectura atenta y desapasionada permitirá descubrir lavigencia de muchos planteamientos, su oportunidad en una tesitura en la que las dudas propias de todo análisisestán urgiendo soluciones, síntesis posibles que den respuesta a problemas de índole compleja y diversa: la reac-ción medioambiental, la necesidad de establecer criterios que hagan posible una Filosofía de la Ciencia, losmodelos económicos, las formas sociales, etcétera.

También aportamos un análisis comparativo entre la concepción oficial de la medicina en la cultura occi-dental y la medicina islámica, el capítulo correspondiente a la Primavera del Libro de Higiene de Ibn Al Jatib yun interesante trabajo sobre el Arrayán, del gran experto en Botánica y Fitoterapia, Habibuláh Casado, que inau-gura una nueva sección, bajo el título “La Farmacia de Al Andalus”. Hemos creído oportuno incluir los textosde dos sermones de ´Ali Ibn Abu Talib, referidos a la Creación de los Mundos, por sus concomitancias conmuchos planteamientos científicos contemporáneos. Dentro del ciclo dedicado a las reflexiones de MuhammadAsad, el número 4 de Verde Islam nos sitúa en el delicado terreno de la imitación cultural y sus consecuencias.Un brillante trabajo sobre la relación entre las culturas que puede darnos ideas sobre cómo establecer dichasrelaciones de forma no lesiva para ninguna de las partes.

Como entre el número anterior y éste, ha tenido lugar la Peregrinación Mayor -Hayy- ofrecemos un pasajeliterario que narra las experiencias de un peregrino en sus andanzas por las ciudades santas de Meca y Medina.Visión personal y apasionada que puede acercarnos a uno de los más importantes pilares del Islam.

Por otro lado, el tema candente de la enseñanza del Islam en la Escuela Pública española, está analizado enun trabajo de investigación sobre metodología didáctica en comunidades específicas, como son la de culturaberéber o tamazight en la ciudad de Melilla, la problemática educativa en Ceuta o los grupos de inmigrantesestablecidos en Almería.

Hemos recibido en nuestra redacción cartas de la más diversa naturaleza. Muchas de ellas contienen unadura crítica a nuestro trabajo. Todas ellas nos sirven para conocer las opiniones de los lectores y estamos con-vencidos de que son siempre útiles como referencia externa a nuestra labor de comunicación. Esperamos, siDios quiere, recibir más y poder publicarlas en la sección Foro de los Lectores.

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El color del Islam

Me dirijo a ustedes para hacerles llegarmi crítica hacia su revista, esperando

que, inshaAllah, sirva de algo. En ella hepodido leer varios artículos que, verdadera-mente, no deberían aparecer en una revistahecha por musulmanes. De entrada, el nom-bre de su revista es del todo inapropiado. Elislam es uno. Ni verde ni amarillo ni rojo.Es el que reveló Allah a su Mensajero Mu-hammad, que la Paz y las Bendiciones deAllah sean con él, quien lo trajo de la formamás sublime y perfecta posible, completósu misión y no dejó confusión alguna.

No añadan ustedes al Islam nada junto asu nombre, connotaciones que nada tienenque ver con el mismo, sino más bien al con-trario. Eso sería mejor para ustedes y para losmusulmanes.

Ustedes afirman que su revista es pluraly que no comparten necesariamente las opi-niones de sus colaboradores. Bueno, supon-go que pretenden que su revista sea unmedio para la propagación del Islam traba-jando dentro del camino de Allah y dentro desus prescripciones, sin desviarse ni a un ladoni a otro. Ahora bien, ustedes han publicadoartículos que se salen de esos límites.Ustedes tienen la obligación de dejar claro elMensaje por si alguien puede, inshaAllah,beneficiarse de ello, y no publicar opinionesque estén fuera del Islam. No pueden apoyarlas opiniones de personas que supuestamen-te son musulmanes y que van en contra de loque Allah y su Mensajero han ordenado. Nosé si estas personas lo hacen por ignoranciao por otros motivos. Los musulmanes más omenos correctos no pueden apoyar las opi-

niones ni los comportamientos de los extra-viados, ya que se convertirían en lo mismoque ellos. Si ustedes quieren trabajar propa-gando el Mensaje del Islam, hay cantidad dematerial correcto y claro que todavía no havisto la luz en castellano, opiniones de gentemuy preparada, para que pierdan el tiempoen apreciaciones de ignorantes. Por otro la-do, en su revista he visto artículos de cali-dad, y siempre han sido los que son acordescon el Corán y la Sunnah. Por favor, sigan enesa línea y olvídense de lo demás. Gracias.Perdonen la redacción pues no hablo bienel español.

Tarek. Francia.

Legítimas preguntas

Haciendo uso de la plataforma que uste-des ponen a disposición de los lecto-

res, quiero hacerles llegar mi punto de vistasobre algunas cuestiones que, seguramente,habrán levantado los ánimos de más deuno. Quiero también adelantar que mi pro-

pósito no es destructivo. La revista me pa-rece de lo más interesante y útil. Sin embar-go, advierto en el tono de muchos de susartículos, un deseo de contemporizar, de li-mar asperezas entre mundos que deberíanentenderse pero que, lamentablemente seencuentran lejos el uno del otro. Algunasveces, ese tono contemporizador hace quese diluyan aspectos que son muy importan-tes a la hora de definir las características ycualidades de éste o aquel sistema. Me ex-plico. Cuando en un trabajo aparecido en elnúmero 3 ustedes hablan, por ejemplo, deIslam y Democracia, da la impresión de queno existen demasiadas diferencias entre unasociedad democrática al estilo occidental yuna hipotética sociedad islámica de nuestrotiempo. De acuerdo que ustedes han seña-lado cuáles son los escollos y las cuestionesdiferenciales, pero, insisto, da la impresiónde que no habría contradicción entre esosdos modelos. ¿Es así o, por contra, una con-cepción anularía a la otra? Jamás había vistoel tema del encuentro entre mundos tan dife -rentes tratado de esa manera, y por ello mesurgen inevitablemente preguntas. En elseno de una sociedad islámica, ¿existe elrespeto hacia las minorías o grupos que tie-nen otra creencia o incluso que no tienenninguna? ¿Existiría, en una sociedad de es-te tipo la libertad de expresión? ¿hasta don-de, hasta qué límite? ¿Qué valores moraleso sociales podrían compartir los creyentesy los que no lo son? Además y, vista la enor-me diversidad de sistemas que se dicen islá-micos, ¿cuál sería el modelo de Estado quemás se ajustaría a la sociedad islámica?

Aparte de las preguntas, he de reconocerque muchas de las cuestiones que se abordan

FORO DE LOS LECTORESLas comunicaciones enviadas a estasección deberán consignar el nombre,apellidos y dirección. Verde Islam se reserva el derecho apublicar las colaboraciones, así comode resumirlas o extractarlas porrazones de espacio o estilo cuando loconsidere oportuno.No se devolverán los originales ni sefacilitará información postal otelefónica sobre ellos.

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en este número están tratadas con ciertavoluntad de objetividad. En ese sentido meparece importante que se diga que, tanto elconcepto de Sociedad Democrática, en Eu-ropa, como el de Sociedad Islámica en Orien-te Medio o el Magreb, son susceptibles derevisión, puesto que ni las sociedad europe-as son, en estricto y total sentido, demo-cráticas, ni las otras son islámicas, si nos ate-nemos a los principios de unas y de otras.

Entre los puntos de fricción que no debe-rían obviarse, se encuentran los referentes alas libertades públicas, a su expresión en lavida social y, fundamentalmente, los princi-pios que sostienen la legislación en un casoy en el otro. El análisis crudo de las dife-rencias, es posible que fuese más útil que elénfasis puesto en algunos puntos de encuen-tro que, si no son lo suficientemente sólidos,corren el riesgo de hundirse bajo el peso dequienes quieren cruzar a uno u otro lado.

Juan José Menéndez Leyte Toledo.

Permanencia

Soy lector asiduo de vuestra revista y megustaría haceros llegar mi felicitación

por la evolución que está siguiendo lapublicación y sobre todo por su continui-dad. Sé lo difícil que resulta mantener unaactividad de este tipo, sobre todo teniendoen cuenta que implica un proceso lento yconstante. También os felicito por la va-lentía que supone abordar temas como losque aparecen en sus páginas, y hacerlo contodas sus consecuencias. Incluso para loslectores no musulmanes debe suponer unenriquecimiento el hecho de poder disfrutarde pasajes tan significativos del patrimoniocultural y lingüístico español. La relaciónde palabras castellanas de origen árabe pue-de darnos a todos una idea de la dimensiónque tiene lo árabe e islámico en nuestra cul-tura. El proceso de la conversión al Islam esun hecho apasionante y que sin embargo esmal conocido de nuestros conciudadanos.El Islam emerge en Andalucía y otras tie-rras de la geografía española, pero aún nonos hemos dado cuenta de la trascendenciay de lo que ello supone para la realidad con-temporánea de nuestro país. Es impresio-nante comprobar cómo la historia permane-ce a pesar de todo, cómo las culturas sobre-viven a tantos avatares. Y todo ello puederesultar una esperanza en un mundo donde

se desarrollan tantos y tan variados conflic-tos. Contar la historia nos ayuda a todos.

Ana M. Castaño. Manresa.

Cada maestrillo...

Dice el refrán castellano que “Cadamaestrillo tiene su librillo”. Viene

esto a cuento del tema de la enseñanza islá-mica, que ustedes han tratado en su revista.Me consta que han existido y existen dife-rentes criterios a la hora de plantear la cues-tión. Sé que se ha producido una polémicaentre las dos federaciones de musulmanesque existen en nuestro país y me gustaríadar una opinión sobre ello. En primer lugar,considero que el hecho de que haya polé-mica y discusión, es un factor de enriqueci-miento, siempre y cuando las referenciasbásicas no se cuestionen, es decir, aquelloque sabemos por el Corán y la Sunnah.Partiendo de la base de que se tiene en cuen-ta esto, lo que se ha debatido es el carácterque debería tener la enseñanza del Islam enlos centros públicos españoles. Un criterioha defendido el que la enseñanza del islamen estos centros, debería ceñirse exclusiva-mente a transmitir las enseñanzas propiasdel culto, es decir, aquellas que tienen quever con la adoración (ibada) y los demáspilares básicos, así como la enseñanzacorrecta de los ritos a los niños musulma-nes, españoles o no, que cursan sus estudiosen la escuela pública. Esta opción pareceasumir el hecho de que en la vida del mu-sulmán existen aspectos religiosos (la ado-ración, peregrinación, ablución, etc.) yotros que no lo son, a la manera en que seconsideran religiosos los aspectos rituales ode culto en otras religiones como la católi-ca, valga el ejemplo. El otro criterio abogaporque la enseñanza del islam en los cen-tros públicos integre, además de los aspec-tos señalados, contenidos de interés cultu-ral, que ayuden a comprender a los alum-nos, tanto si son musulmanes como si no loson, la historia de nuestro país, y la realidaddel islam y de los musulmanes en nuestrotiempo, considerando que la formación enel terreno de los aspectos rituales y forma-les del musulmán debería desarrollarse conmayor intensidad en las mezquitas, puestoque en dos horas semanales sería difícilprofundizar en temas tan extensos como lamemorización y comprensión del Corán,

etc. La primera opción, a mi modo de vertiene serios y variados riesgos. El primero ymás importante es que, podría pensarse queen la vida del musulmán existe un aspectoreligioso, que consiste en conocer el Corán,saber hacer correctamente y a su hora lasoraciones, hacer el ayuno según la Sunnah,etc, y que, fuera de eso, la vida del musul-mán tiene aspectos que no son religiosos yque podrían llegar a ser considerados comoprofanos. Precisamente una de las virtudesmayores del islam, y que lo distingue deotras confesiones religiosas reside en elhecho de que todo en la vida del musulmánes religioso. Cualquier acto de la existencia,desde la oración hasta la más simple de lasconversaciones o transacciones comercia-les, tiene la consideración de sagrado, yaque en su vida no hay aspectos profanos.No existen, alternándose, un tiempo religio-so y un tiempo civil, un pensamiento tras-cendente y una mentalidad desprovista deintención. Una de las causas que han lleva-do al deterioro y a la decadencia de las reli-giones ha sido el hecho de que éstas hansido reducidas progresivamente a susaspectos formales o rituales, desvinculán-dose de la vida cotidiana y desapareciendocomo conjunto de referencias en los másdiversos quehaceres. Otro inconveniente deésta propuesta es que, al ir dirigido exclusi-vamente hacia los alumnos musulmanes,otros alumnos que, sin serlo, podrían estarinteresados en conocer el Islam, se veríanimposibilitados de adquirir esos conoci-mientos. Sinceramente pienso que la segun-da propuesta es más realista y más acordecon la naturaleza y el talante que siempre hadistinguido al Islam. Un sincero abrazo yespero que, inshaAllah, nuestros hijos pue-dan beneficiarse de todo ello.

Musa. Barcelona.

Religión en la escuela

Apropósito del debate que se ha genera-do en torno al tema de la enseñanza de

la religión, existen algunos aspectos que nopueden ser dejados al margen. En los perió-dicos y en la televisión se habla con insis-tencia de esta cuestión que parece ser polé-mica. Por una parte se reconoce el carácterlaico del Estado Español. Por otra, es un he-cho incuestionable que existen millones deciudadanos españoles que se autodefinen co-

mo creyentes y que defienden su derecho auna formación que tenga en cuenta estehecho. La inmensa mayoría de estos cre-yentes son católicos. Además, existen otroscolectivos como los musulmanes, protes-tantes o judíos que, como ustedes han expli-cado muy bien en su revista, tienen recono-cido oficialmente el carácter de “religionesde notorio arraigo”. ¿Cómo conciliar elhecho de la laicidad y aconfesionalidad deun Estado, con el derecho que tienen susciudadanos a una formación que tenga encuenta sus creencias y peculiaridades? Lasolución no es ni mucho menos sencilla. Ladiscusión que se ha generado en torno a sila asignatura de religión debe tener o novalor académico es una de las consecuen-cias de este debate que se abre en el seno dela sociedad española. Quiero precisar queyo no profeso ninguna creencia religiosa.Soy, por decirlo de alguna manera, agnósti-co, es decir, situado voluntariamente al mar-gen de la cuestión de la fe. Sin embargoestoy convencido de que las creencias jue-gan un importante papel en la vida de laspersonas y establecen una serie de princi-pios, de referencias morales que pueden ser,y de hecho lo son frecuentemente, de granutilidad a la hora de desarrollar criterios enun mundo progresivamente desposeído deellos. La enseñanza de la Ética, como asig-natura alternativa para quienes no comul-gan con ningún credo particular puede serasimismo útil para unos alumnos que van atener que enfrentarse con los problemas deuna sociedad competitiva e insolidaria. Eneste sentido, siempre ha sido más difícil yespinoso establecer criterios desde una po-sición laica que desde una determinada doc-trina firmemente consolidada por la tradi-ción. En una sociedad que debería ser efec-tivamente plural, tanto derecho tiene a de-fender su creencia un católico, como un a-teo, un budista o un musulmán. Los alum-nos deben tener garantizado el derecho arecibir una formación que les dote de ins-trumentos críticos sobre muchos aspectosde la vida contemporánea. Resulta bastantemás complicado establecer principios fir-mes de índole moral desde una posición noreligiosa. El católico, como el musulmán,cuenta con un cuerpo de doctrina que actúacomo pararrayos de referencia ante las des-cargas y demandas que surgen en medio deuna sociedad cuya transformación es cadavez más intensa. Por un lado son más tradi-

cionalistas, avanzan con mayor cautela den-tro de ese proceso, pero por otro, esa mismacautela les defiende de muchas asperezas.En cambio, los niños que viven este proce-so de cambio en un ambiente no religioso,están, a mi modo de ver, menos condicio-nados por una tradición pero, al mismo tiem-po, más indefensos frente a los aspectos nodeseados que inevitablemente se producenen situaciones nuevas. Pienso que, entre to-dos, sinceramente, deberíamos hacer quenuestros hijos tuviesen la oportunidad de ad-quirir sólidos criterios, de desarrollar a finde cuentas una vida moral, de tener princi-pios, sean de la creencia que sean.

Miquel Villagrán. Mahón.

Hacia el equilibrio informativo

Me ha resultado grato encontrar en unmedio de comunicación importante

como es el diario El País, referencias clarasa la postura real y efectiva del Islam conrespecto a la cuestión del llamado terroris-mo islámico. Tanto la carta de Shahib Zou-gari, imam de la mezquita de Sevilla, publi-cada en ese diario el día 31 de Mayo, comoel artículo aparecido el día 6 de Junio, fir-mado por Carlos Colón, dejan bien claracual es la postura de los musulmanes ante elfenómeno terrorista. En ambos textos secita un conocido Edicto del Profeta Muham-mad, la paz y las bendiciones sean con él,que dice así: “He escrito este edicto bajo laforma de una orden para mi comunidad ypara todos aquellos musulmanes que vivendentro de la cristiandad, en el Este y en elOeste, cerca o lejos, jóvenes y viejos, cono-cidos y desconocidos. Quien no respete eledicto y no siga mis órdenes obra contra lavoluntad de Allah y merece ser maldito, seaquien sea, sultán o simple musulmán.Cuando un sacerdote o un ermitaño se reti-ra a una montaña o a una gruta, o se esta-blece en la llanura, el desierto, la ciudad, laaldea, la iglesia, estoy con él en persona,junto con mi ejército y mis súbditos, y lodefiendo contra todo enemigo. Me abs-tendré de hacerle ningún daño. Está prohi-bido arrojar a un obispo de su obispado, aun sacerdote de su iglesia, a un ermitaño desu ermita. No se ha de quitar ningún obje-to de una iglesia para utilizarlo en la cons-trucción de una mezquita o de casas demusulmanes. Cuando una cristiana tiene

relaciones con un musulmán, éste debe tra-tarla bien y permitirle orar en su iglesia,sin poner obstáculo entre ella y su religión.Si alguien hace lo contrario, será conside-rado como enemigo de Allah y su Profeta.Los musulmanes deben acatar estas órde-nes hasta el final del mundo”. Refiriéndoseal caso concreto de Argelia, Shahib Zougariexpresa tras su cita, “el profundo dolor porestos santos que han muerto por amor aDios, del Dios que es el mismo para cris-tianos y musulmanes”. Por su parte, CarlosColón dice, tras exponer la carta de Zou-gari, que “le ha emocionado profundamen-te leer ese texto valiente que deplora lasmuertes de los religiosos católicos en Arge-lia, al tiempo que las separa nítida y limpia-mente de la comunidad islámica en general”.

Que nadie se llame a engaño. Muchasveces se ha dicho desde las páginas de VerdeIslam, que el Islam es un camino de paz,tolerancia y respeto. Eso lo sabemos los mu-sulmanes y muchos no musulmanes que hanabordado la historia con objetividad y sin de-masiados prejuicios. Querer, como quieren al-gunos, presentar al Islam como un sistemaintolerante y agresivo, no es ni mucho menosun fenómeno nuevo. Esa actitud está dentrode una corriente, por desgracia muy conoci-da, de desprestigio y ataque hacia una formade vida que es diferente en muchos aspectosde la que defienden aquellos. Sin embargo,sería deseable que temas tan delicados comoson el terrorismo o la realidad política demuchos países árabes, se tratasen con impar-cialidad y sin tendenciosidad, pues esta últi-ma no hace sino fomentar actitudes radicalese irracionales. Cuando alguien se siente injus-tamente tratado, sin posibilidad de defensa,se ve forzado a buscar ésta de la forma quesea. Por eso pienso que es un gran paso ade-lante, aunque sea a todas luces insuficiente,el que diarios y medios de comunicaciónimportantes, den cabida a la opinión de losmusulmanes sobre los temas que nos afec-tan. A los editores de Verde Islam, además defelicitarles por su trabajo en la revista, lesanimaría a participar también en los mediosde amplia difusión. Muchos de los artículosque aparecen en su publicación, podríanmuy bien difundirse en diarios de gran tira-da, con lo que la información llegaría a másgente. Un fuerte abrazo y que Allah os guíe.

AbdelMumin Bañolas. Badalona.

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Consejos

En el nombre de Allah, el Compasivo, elMisericordioso.

Tan sólo observo algo de bien en el con-junto de los hadices del Profeta, la Paz

y las bendiciones sean con él, algún Tafsirde Qur´an, en el que debieran estar mejorespecificadas las fuentes, sean tomadas denuestros hermanos, los autores mejor reco-nocidos, y pequeños y escasos detalles de loque presentais en vuestra revista.

No os vayais a las ramas ya que, si vues-tra intención fuera, en puridad, dar lo correc-to a las gentes, la lucha por Allah, el agrade-cimiento en toda circunstancia...entoncesenseñaríais como se os enseñó. Coged lobueno y apartáos de lo réprobo, pues concerteza, todo guarda presencia ante Allah, ya Él no se le escapa detalle así fuera pequeño.Y Él es el Conocedor de lo manifiesto y delo oculto.

Por cierto, que el Islam no es verde.Cumplid en lo que podáis, y si habeis

emprendido esta tarea generosa, se os impo-ne el hacerlo bien. Que el trato contraído conlos kufr y los fariq, más aún si teneis algúngobierno, sea para prevalecer sobre ellos,pero no lleguéis nunca a asociaros ni firméisley alguna. Si vuestro propósito es el mejor,más bien, implorad el perdón y pedid aAllah, Subhana wa Ta´ala que nos agraciecon la victoria.

Es verdad que el din del Islam es facili-dad, pero no es un camino que trae tantascomodidades ni actitudes diferentes como secree. Mejor sería no añadir ni quitar nada almensaje de Allah, el Verídico, ni a la Sunnahde Su Enviado, la Paz y las bendiciones seancon él, pues al hombre ya le llegó el discer-nimiento.

Tened cuidado con toda innovaciónpues, como recogió Al Tirmidi en el hadizdel Profeta, la Paz y las bendiciones sean conél, cuando éste dijo: “Allah, Subhana waTa´ala ha puesto el ejemplo de un caminorecto. A ambos lados del camino hay sendasvallas con puertas abiertas pero cubiertaspor cortinas. uno llama desde el inicio delcamino y otro llama por encima del camino.Pues bien, el camino recto es es Islam, lasdos vallas son los límites impuestos porAllah, las puertas abiertas son las cosas queAllah ha vedado; nadie transgrede los lími-tes impuestos por Allah mientras no desco-

rra la cortina; el que llama desde el iniciodel camino el es Libro de Allah, y el quellama por encima del camino es el exhorta-dor que Allah ha dispuesto en el corazón decada creyente.”

Este es el camino recto. Allah ha prome-tido que quien se mantenga fiel sin apartarsedel camino, Él lo mantendrá firme en el ca-mino de la otra vida hacia la Misericordia deAllah, Subhana wa Ta´ala. Imagínate cuan-do estéis cruzando el camino --as Sirat--ybajéis la mirada hacia el Fuego...hacia el Fue-go..a los pies, negro y oscuro, con un fulgorabrasador, y veáis llamas inmensas.

Sin otro deseo que el de formar unacomunidad bien guiada, ayudar en la tareade hacer prevalecer el Islam sobre la tierra yactuar en nombre de Allah, el Misericor-dioso, el Compasivo, he intentado daros elmejor consejo.

Y que Él juzgue de la mejor manera.Sin más.Assalamu aleikun wa rahmatullah.

Sin firma. Alicante.

Perspectiva cristiana

He podido leer recientemente su revistaVerde Islam, y quiero decirles que me

ha resultado muy interesante. Entre todo elmaterial publicado, destacaría un artículoque me parece especialmente importante.Me refiero al que aparece en el número 3,firmado por Muhammad Asad, titulado"Acerca de la educación".

Dentro del amplio repertorio de temasque puede desarrollar una revista como lasuya, hay algunos que son especialmentedelicados, que tocan las fibras más sensiblesde la vida contemporánea. En España, comoen el resto de los países europeos, existe unanotable crisis de identidad en relación a losvalores humanos. Se nos habla reiterada-mente de "Derechos humanos", pero nada senos dice acerca de los criterios básicos enque deben fundamentarse esos valores. Yclaro está, las consecuencias han de ser, sinduda, entre otras, el fracaso del sistema edu-cativo --no sólo el denominado fracaso esco-lar--, la falta de referencias a la hora de pla-nificar la vida en su conjunto, y la ausenciade ideales compartidos por las comunidadesmayoritarias de esos países.

Desde mi perspectiva cristiana, compar-to el análisis que hace el señor Asad --yo ya

había tenido la oportunidad de leer alguna desus obras-- sobre las contradicciones entrelas distintas maneras de entender el mundo:la del creyente en Dios Único --sea de la con-fesión que sea--, la del agnóstico, o la delateo. El análisis del señor Asad, a pesar deltiempo transcurrido (me parece que susobras más importantes datan de hace cin-cuenta años) son de una vigencia incuestio-nable. Muchas de sus conclusiones y pronós-ticos han ido desarrollándose desde entoncescon una gran precisión. Y las consecuenciasde la contradicción entre culturas son unhecho cotidiano desde hace unos años. Re-firiéndose a la condición interna de los sereshumanos, dice el señor Asad que "..la alter-nativa entre la creencia religiosa y la incre-dulidad la decide la atmósfera en la que fue-ron educados."

Ahora, en las sociedades democráticas,se habla a menudo de la "pluralidad". Unasociedad libre debería garantizar a sus miem-bros el derecho a una educación y a unaatmósfera vital acorde a sus creencias y sen-sibilidad. Viene esto a propósito del debateque se ha abierto en España sobre la en-señanza de la religión en los centro públicos.Una sociedad plural y democrática debe ytiene que garantizar no sólo la enseñanza delos valores religiosos o filosóficos de las dis-tintas confesiones que conforman su tejidosocial, sino entender a las distintas comuni-dades como parte de su identidad y de su sercolectivo. Algo parecido a como se planteael problema de la administración territorial,pero en relación a las cuestiones del espíritu.El Estado de las Autonomías, debería sertambién el Estado donde conviven las cultu-ras, las creencias, las sensibilidades.

Pero para ello sería necesaria la partici-pación de todas esas comunidades diferentesen las tareas educativas, no solo mediante uncuerpo de profesores dedicados a la enseñan-za de la religión en los colegios, sino partici-pando en los medios de comunicación, desa-rrollando tareas de información y de comu-nicación, que vertebren las ideas que ahoraaparecen dispersas. Un estado democráticoque lo sea de verdad no puede definirse nidesde la confesionalidad ni desde la aconfe-sionalidad. Los valores y criterios no puedenser los de una de las partes. Habría que tenerla capacidad para superar la situación deintransigencia que ya denunciaba el señorMuhammad Asad hace varias décadas. Elderecho a la formación y a la libertad reli-

giosa y de pensamiento no puede ser vividocomo un regalo, como algo que se concededesde un determinado poder, sino como con-secuencia de una madurez social y política.Tenemos derecho a creer, a expresarnos co-mo creyentes, a vivir como creyentes de lareligión que hemos heredado, elegido o re-conocido. Lo demás, como bien sabemos losespañoles, no ayuda a que nos encontremos.

José María Zarrías. Madrid.

Barreras culturales

Me gustaría poder expresar algunasopiniones acerca de un tema que

estáis tratando a menudo en la revista.Quiero referirme al problema de la incomu-nicación entre las culturas. En los últimosveinte años, los españoles hemos ido vien-do cómo se hacía más patente la presenciade extranjeros en nuestro suelo. No me re-fiero a los turistas que vienen a veranear anuestras costas, sino a aquellos otros, emi-grantes, que llegan huyendo de situacionesdifíciles, desde países africanos o del Estede Europa. Durante los años de la dictadu-ra franquista, era poco menos que una rare-za, encontrar en la calle a gentes de color,orientales o eslavos, hecho éste que es hoyusual en casi todas nuestras ciudades.

Tal vez, la presencia más significativa encuanto a número, sea la de los musulmanesmagrebíes y quizás sea ésta también la queha suscitado una mayor reacción por parte dealgunos.

España había sido durante décadas unpaís cerrado a cal y canto al exterior. Lageneración de los que nacieron después de laguerra civil, ha sido una generación cuyaexperiencia del mundo ha estado muy me-diatizada por la realidad interna, por las for-mas propias, y fue, a través de los grandesmedios de comunicación, como estos ciuda-danoes empezaron a darse cuenta de que exis-tían otros seres y otros mundos. Sin embar-go, no ha sido hasta hace poco tiempo el queesas realidades se tradujeran en un contactoreal y cotidiano. Si hiciéramos una compa-ración -siempre odiosa- entre distintos paí-ses, podremos comprobar cómo las reaccio-nes de xenofobia y racismo han sido enEspaña mucho menores que, por ejemplo, enAlemania o Francia.

Podríamos preguntarnos por las causasde esta “tolerancia”, teniendo en cuenta la

falta de contacto a que antes aludíamos. Talvez la respuesta esté en un hecho que habéispuesto de manifiesto en la revista en distin-tas ocasiones: el hecho de que nuestro paísha sido la consecuencia de un contacto secu-lar entre culturas, un espacio interculturaldonde han convivido pueblos de muy distin-tas características.

Pienso que debería hablarse más de ello,pues los españoles siempre tenemos tenden-cia a infravalorarnos, a no tener en cuentanuestros aspectos positivos. Y éste lo es sinninguna duda. El complejo de inferioridadque hemos arrastrado con respecto a Europadurante décadas, debería dejar paso al reco-nocimiento de nuestra identidad como comu-nidad en la que pueden convivir pueblos di-ferentes. No es que quiera ahora decir quesomos los mejores, sino que es importantereconocer también algunos valores propios,no para dormirse en ellos sino para poten-ciarlos y desarrollarlos.

Yo no sé si en otros países se han firma-do Acuerdos de Cooperación como los quehabéis publicado en la revista, pero ese he-cho viene también a mostrar el talante uni-versal y tolerante de nuestro pueblo.

Tras la extrañeza de los primeros años,viene el intercambio. Muchos de aquellos emi-grantes son hoy tan españoles como cual-quiera, tienen hijos españoles que hablanexactamente igual que los demás y convi-vien con nosotros en el trabajo, en la escuelay en la calle.

Frente a los que han esgrimido argumen-tos catastrofistas, como la pérdida de puestosde trabajo, incremento de la inseguridad,etc,hay que decir que en la mayoría de los casos,estas personas han demostrado y demuestrancada día una responsabilidad y un comporta-miento a veces mejor que el de quienes estanacostumbrados a una vida fácil y a una liber-tad sin restricciones.

Al final, ha sido la propia comunidadquien ha podido comprobar todo esto. El pue-blo español ha crecido, se ha hecho mayor.

No se trata ya de estar en el mundo através de la televisión o las revistas, sino enla vida cotidiana de nuestras ciudades y nues-tros pueblos.

Creo que ése es el camino y que debe-mos profundizar en él.

Jaime Blasco. Guadalajara.

Conversión

Me resulta chocante la inclusión de unartículo como “Los retos de la con-

versión” en el número 3 de su revista. Creoque un tema tan profundo e íntimo como lacreencia religiosa no debería tratarse de esamanera. Me parece absurdo desde cual-quier punto de vista, estudiar la conversión,como si se tratara de un fenómeno econó-mico, social o político. Creo que es algomás, algo que no se puede cuantificar nidefinir.

Tratar de encontrar una causa que expli-que la conversión a una religión determina-da, sea la que sea, es desconocer la naturale-za de la creencia. Esta existe en el corazónhumano como algo que no es racional niexplicable ni medible. Ocurre o no ocurre.Es de ésta o de aquella manera, pero querersaber por qué, me parece, además de preten-cioso, inútil e improcedente.

Sin embargo, el resto de la publicaciónme ha resultado interesante y útil, sobre todoel trabajo “La psicología espiritual delislam”, en el que precisamente se tratan lostemas en su dimensión natural y coherente.Aunque no he tenido oportunidad de leer losnúmeros anteriores, estoy seguro de que larevista ocupa un espacio necesario, para dara conocer el Islam a la sociedad española engeneral, y también para expresar puntos devista acerca de los musulmanes desde fuerade su ámbito, siempre desde una actitud derespeto. Espero poder seguir leyéndola.

José Manuel Ruda. Jaén.

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Hace poco más de un mes, a principiosde Junio, la ONU hizo un llamamien-

to mundial para que las naciones y organis-mos intergubernamentales de todo el plane-ta se comprometan a incluir en sus planes,proyectos y medidas de protección medio-ambiental. Por primera vez, este organismoreconoce la gravedad y dimensiones de unproblema que, a corto plazo y de no tomar-se medidas, califica de irreversible.

Ante la creciente situación de degrada-ción cuyos signos se evidencian con mayorfuerza cada día, existen variadas respuestasque van desde la militancia política másradical hasta el escepticismo. Unos esgrimen undiscurso catastrofista y apocalíptico que tratade culpar del problema a la sociedad indus-trial o al Capitalismo. Otros dicen que no es-tá claro que antes no existieran esas situacio-nes, que ahora surgen porque hay interesesen ello; lo cierto es que, en los últimos vein-te años, la discusión sobre el medio ambien-te ocupa y preocupa al hombre de la calle ya los especialistas.

No me cabe la menor duda de que el pro-blema existe y es de unas dimensiones hastael momento desconocidas. Simplemente ob-servando en nuestro entorno podemos detec-tar cambios profundos en el medio que nosrodea. Densos bosques que hace no más deveinticinco años eran recorridos por ríos yarroyos y estaban poblados de animales, sonhoy yermas montañas que se transforman endesierto a velocidad vertiginosa. Especiesque convivían con nosotros, han emigrado aotro lugar o simplemente han desaparecido.

HOMBRE Y NATURALEZAREFLEXIONES SOBRE UN TEXTO DE SAYYED HUSSEIN NASR

Hashim Ibrahim Cabrera

El problema del deterioro medioambiental afecta hoy de manera creciente a todoslos pueblos del planeta. Las preguntas que surgen al abordar las causas de este

fenómeno que caracteriza el final del siglo XX, nos remiten a las raíces de lacultura industrial, a sus fundamentos filosóficos y existenciales. En

contraposición a esta cultura laica que se declara heredera de la Ilustración, elIslam propone un modo de relación distinto con la naturaleza, basado en la

conciencia que ha de tener el ser humano de su papel de cuidador responsable delas demás criaturas en el escenario global de la Creación. El siguiente texto surge

de una reflexión a partir de las ideas expuestas por el profesor Hossein Nasr,durante un ciclo de conferencias impartido en Chicago en el año 1966. A pesar

de la distancia temporal, el análisis del profesor Nasr es de una vigenciaindiscutible, teniendo en cuenta que no se trata de una enumeración de datossobre el grado de deterioro de los diatintos ecosistemas, análisis éste que hoy,

treinta años después, resultaría obsoleto, sino la exposición lógica del proceso deevolución de las ideas que ha desembocado, en el mundo occidental

contemporáneo, en una visión desacralizada de la naturaleza con sus secuelas dealienación y distanciamiento del ser humano respecto del conjunto de la Creación.

La reivindicación de la Metafísica como pilar ineludible de toda Ética, chocafrontalmente tanto con los postulados de la filosofía materialista como con los

ideales ya superados de una Modernidad que no encuentra solución decontinuidad en nuestros días y que, lejos de revisar en profundidad sus

planteamientos, emprende una desesperada huida hacia adelante, confiandomágicamente en la solución tecnológica.

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Pueblos que no pueden beber de sus aguaspor la contaminación de sus acuíferos deri-vada del uso abusivo de agroquímicos. Si ha-cemos caso de los datos que nos suministranlos medios de comunicación, la dimensióndel problema se acentúa: destrucción de lacapa protectora de ozono, cambio climático,peligrosa contaminación de la atmósfera yde los mares, accidentes nucleares de conse-cuencias dantescas y un incremento alar-mante de enfermedades degenerativas yotras de origen desconocido.

Piensan algunos que hablar del tema,planteándolo de forma cruda y directa, noimplica su solución sino, en todo caso, unincremento del miedo y de la alarma social.A fin de cuentas puede mirarse el mundo deotra manera, con unos ojos más positivos,como si aquello que no se ve en primer tér-mino, aunque se estén padeciendo sus con-secuencias, no tuviese realidad.

Precisamente esa actitud está en la basedel problema y responde a un modo de en-tender la vida que ha provocado una peligro-sa e inmensa destrucción.

Antecedentes

Si nos remontamos a los orígenes judeo-cristianos de la moderna y laica sociedadindustrial, comprobaremos las intermina-bles disputas y discusiones sobre la natura-leza de la ley. Prácticamente desde los pri-meros siglos del Cristianismo, las socieda-

des que estaban bajo su influencia vivieronuna profunda contradicción entre los distin-tos ámbitos de aplicación de las normas. Hasido fenómeno común la coexistencia, enuna misma sociedad, de distintos criteriospara establecer las leyes en ámbitos dife-rentes. Por un lado, una Ley Positiva quefija los límites del comportamiento social,dibujando el marco de relaciones interper-sonales de los ciudadanos. Es el caso de losCódigos Civiles inspirados básicamente enel Derecho Romano. Por otro, una Ley Ad-ministrativa, que regula las relaciones de pro-piedad e intercambio de bienes, y que haido adaptando sus pautas a la evolución delas estructuras de poder. También una LeyNatural, inspirada en la concepción científi-ca del momento, y una Ley Divina reduci-da al ámbito de la privacidad y de la expe-riencia personal de los individuos, en per-manente situación de adaptación a los tiem-pos, de aggiornamiento. En algunas épocasy lugares hubo una mayor coincidencia en-tre los códigos, pero la contradicción ha si-do una constante histórica. Muchas veceshemos oído el término “doble moral” refe-rido a comportamientos difícilmente soste-nibles en ámbitos distintos.

Pensadores e incluso teólogos cristianostan significativos como San Agustín, consi-deraron a la naturaleza como no redimida, esdecir, partícipe del mal y del pecado. A aque-llos filósofos cristianos que, siguiendo laTradición, se negaron a considerar este oscu-ro aspecto y hablaron en términos metafísi-cos, se les acusó de panteísmo.

Pensadores e incluso teólogoscristianos tan significativos

como San Agustín,consideraron a la naturaleza

como no redimida, es decir,partícipe del mal y del

pecado.

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Esta falta de criterio unificado nace de lapropia indefinición de la Ley Sagrada sub-yacente en el Cristianismo desde los prime-ros tiempos. La elaboración de dogmas decarácter religioso, siglos después de que elprofeta Jesús, la paz sea con él, desaparecie-se de la tierra, puede darnos una idea de lafalta de acuerdo sobre la naturaleza del men-saje que trajo a la humanidad y sobre el ca-rácter profano de sus fines últimos.

Esta separación de ámbitos existencialespropició una alienación creciente del hombrecon respecto a la naturaleza y una desacrali-zación de ésta, considerada finalmente comoun puro objeto de dominio y conquista. Elindividuo, aislado de su entorno, imposibili-tado para vivir una existencia integral y uni-ficada, ya no se sintió parte de la Creación,inmerso en ella, sino como un extraño vi-viendo en un espacio hostil y lejano.

La secularización de los saberes ha lle-gado a conformar un concepto inamoviblesobre qué debe ser la Ciencia y cómo se hade aplicar. En este proceso, además, se con-sideran el Saber y la Ciencia, como produc-tos netamente humanos, provenientes de la

razón y sin implicaciones trascendentes. Losaspectos trascendentales quedan entonces rele-gados a un ámbito, la Metafísica, que desdehace mucho tiempo es considerada discipli-na dudosa y carente de todo interés práctico.

En una visión semejante, el universo entero,que tradicionalmente estuvo cargado de sig-nificado, se vuelve mudo para todo lo que nosea medible cuantitativamente.

Pensamiento islámico

El lugar que las ciencias y sus aplicacionesocupan en el pensamiento y en la vida islá-micos es bien distinto. Una de las clasifica-ciones más completas, la de Ibn Sina(Avicena), hace derivar todas las cienciasde la Filosofía Especulativa (Metafísica).En el nivel superior se sitúa la Teología,debajo la Matemática y en el nivel inferior,la Física. Las Ciencias Teológicas, en el Is-lam, se ocupan de diferentes aspectos: de lanaturaleza de Dios, de la Unicidad (Tawhid)y de sus consecuencias en el pensamiento.Si el objeto de todo Conocimiento y todaCiencia es alcanzar la Verdad, como ésta sehalla contenida en la Revelación, será allídonde habrá que buscar los fundamentospara cualquier quehacer, el Criterio necesa-rio para la discriminación y el análisis. Elestudio del Corán mediante el Tafsir --exé-gesis comparativa y, a veces, interpretativa-- arroja luz sobre los aspectos más insospe-chados de la existencia. En sus versos in-comparables aparecen descripciones de laCreación de los Universos que hacen pali-decer a los físicos, imágenes de la vidaembrionaria y de la naturaleza humana. Ennumerosas ocasiones, los científicos de lacultura laico-industrial se han sentido tenta-dos a buscar contradicciones en los textosrevelados. En aquellos textos que han sidomanipulados por los seres humanos, hanencontrado hipótesis fácilmente desmonta-bles. En el caso del Corán, cuyo texto no hasido alterado, no sólo no han podido encon-trar error, sino que, en muchos casos, losayats han sugerido la solución a problemasno resueltos.

La ciencia laica, en su afán por dar unaexplicación del Universo desde un punto devista meramente material, emplea susenergías en conocer los mecanismos que ha-cen funcionar a las cosas, pero acaba destri-pando el juguete.

La secularización de lossaberes ha llegado a conformarun concepto inamovible sobrequé debe ser la Ciencia y cómose ha de aplicar. En esteproceso, además, se consideranel Saber y la Ciencia, comoproductos netamente humanos,provenientes de la razón y sinimplicaciones trascendentes.

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Reflexiones

Una de las más brillantes reflexiones sobreesta cuestión, la leí hace poco en un librointeresante escrito por Seyyed Hossein Nasr,integrado por una serie de conferencias yque aparece bajo el título de Hombre yNaturaleza.

El profesor Hossein Nasr, durante unaconferencia en la Universidad de Chicago enel año 66, abordó el problema de una formaclara y aguda:

“La perspectiva muy restrictiva quese asocia con la ciencia moderna haceque, en sentido verdadero, sea imposibleconocer la cosmología dentro del moldedel moderno criterio científico mundial.La cosmología es una ciencia que seocupa de todos los órdenes de la reali-dad formal, de la cual el orden materiales sólo un aspecto. Es una ciencia sagra-da que está obligada a conectarse con larevelación y la doctrina metafísica, encuyo vientre se vuelve significativa y efi-caz...Una cosmología que se base sola-mente en el nivel material y corpóreo dela existencia, por lejos que se extiendaen las galaxias, y que además se base enconjeturas individuales que cambien deun día a otro, no es cosmología real. Esuna visión generalizada de una física yuna química terrestres y, como ya loseñalaron algunos teólogos y filósofoscristianos, está realmente desprovista detodo significado teológico directo, a noser por accidente.”

Toda Teoría es un modelo cerrado, unparadigma. Por mucho que se empeñenalgunos científicos en negar las implicacio-nes filosóficas que producen o se derivan deuna Teoría, éstas aparecen inevitablemente.Así, el hecho de considerar el Universocomo un vasto conjunto meramente materialy autocreado, negando la posibilidad de unaRealidad Creadora y Trascendente, indepen-diente de él, hace que no exista hoy en díauna Filosofía Natural, que sería la herra-mienta para comprender el papel del hombre

en el universo, su función dentro de laCreación, su relación con las otras especies,etc. La desaparición de la Metafísica del pa-norama de las ciencias y la consecuenteausencia de una Filosofía Natural (que secu-larmente han estado contenidas en la Re-velación y en otros casos en la Tradición)imposibilita un desarrollo unificado de lasdistintas ciencias y sus aplicaciones.

Para el sabio musulmán --Alim-- laMetafísica es, ante todo, la Ciencia de laRealidad, que procura un conocimiento pau-latino de lo Absoluto, Allah, al Wahid, y pormedio de Su Luz llega al conocimiento delas cosas, de lo relativo y contingente. Trata,sin conseguirlo nunca del todo, de conocer aDios a través de Su Palabra y, siguiendo SuMandato, vuelve sus ojos a la Creacióndonde:

“Entre Sus signos están la creaciónde los cielos y de la tierra, la diversidadde vuestras lenguas y de vuestros colo-res. Ciertamente hay en ello signos paralos que saben.”

(Corán, 30-22)

La desaparición de laMetafísica del panorama de las

ciencias y la consecuente ausenciade una Filosofía Natural (que

secularmente han estadocontenidas en la Revelación y en

otros casos en la Tradición)imposibilita un desarrollo

unificado de las distintas cienciasy sus aplicaciones.

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Sin embargo en la filosofía occidental yadesde Aristóteles, empieza a considerarse ala Metafísica como una rama de la Filosofíapara terminar como ciencia marginal y sinningún interés.

La progresiva desacralización del pensa-miento ha sido paralela al desarrollo de lavida profana, desvinculada de los aspectos

trascendentes de la existencia, sólo preocu-pada por los aspectos materiales de la vidasobre la tierra.

Este empobrecimiento intelectual obligóposteriormente a la Teología Cristiana a su -plir esta laguna del pensamiento por mediode la Voluntad y el Amor.

Dice Hossein Nasr que la pérdida delconocimiento metafísico es responsable dela pérdida de la armonía entre el hombre yla naturaleza y del papel de las ciencias dela naturaleza en el esquema total del cono-cimiento.

En el Islam existe, por el contrario, unavisión armónica de la Creación en la que estáincluida el ser humano. El conocimiento se es-tructura por el principio de Unidad --Tawhid--que atraviesa tanto a los distintos modos deconocer como al ser que conoce. En la socie-dad islámica ha existido siempre una estre-cha conexión entre la Metafísica provenien-te de la Revelación y el desarrollo de lasCiencias Naturales. El puente de unión entreel hombre y la naturaleza, la clave que reve-la la relación entre ambos, se halla contenida

en el Corán, que es, en este caso el Logos oPalabra Divina. Es tanto el Corán documen-tado (Al Qur’án al tadwini) como el Coránde la Creación (Al Qur’án al takwini) dondese contienen los signos y arquetipos de todaslas cosas. No es casual que el término que seusa para designar sus versos (ayats) signifi-que también, según subraya Hossein Nasr,los acontecimientos que ocurren dentro delas almas de los hombres y los fenómenos enel mundo de la naturaleza.

La Revelación que Dios hace a los hom-bres por medio de Su Palabra contenida enun texto recitado, es inseparable de la Re-velación Cósmica que, como dice el propioCorán:

“Sí, es un Corán glorioso, en unaTabla bien guardada.”

(Corán , 85-21.22)

“Está en la Escritura Matriz queNosotros tenemos, sublime, sabio.”

(Corán, 43-4)

“Es, en verdad, un Corán noble, con-tenido en una Escritura escondida, quesólo tocan los purificados.”

(Corán, 56-77,79)

Ta´awil

Así pues, el viaje hacia el conocimiento dela naturaleza ha de recorrer necesariamenteel Texto Revelado. El sabio penetra en elsignificado profundo de la Revelación me-diante el Ta’awil o discernimiento intuitivo--que no por serlo, ha de ser irracional--queprocura sobre todo sentido y significado.

Sigue reflexionando Hossein Nasr, quela paulatina desacralización de la vida huma-na hizo que “al quedarse sólo con el signifi-cado externo de la Sagrada Escritura, losteólogos cristianos posteriores no pudieronencontrar otro refugio que un fundamen-talismo cuyo vuelo patético antes de la cien-cia del siglo XIX, está aún fresco en lamemoria”.

El Islam, en cambio, mantiene unavisión unitaria e integral del hombre y la na-turaleza, viendo en la armonía cósmica, ensu orden mismo, la expresión de la GraciaDivina, de la Barakah contenida en la Crea-ción. El musulmán busca esta Gracia en la

Cuando el hombre se vuelvehacia la Luz del Creador,

inmediatamente ésta serefleja en su entorno, que se

ve beneficiado con ello.Cuando su ser interno sevuelca hacia la oscuridad,la naturaleza que le rodea

se oscurece.

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naturaleza, no vive contra una naturalezaprofana, desprovista de contenido trascenden-te, pues no existe nada que no haya sido cre-ado por Allah, Subhana wa Ta’ala, que notenga en su raíz y en su existencia el sello deSu Poder.

Así pues, el musulmán puede conocer supapel y sentido en esta vida, que no es otroque el de llegar al conocimiento total de lascosas, llegando a ser finalmente Hombre Uni-versal (Al insan al kamil), que habrá de refle-jar en toda Su Gloria, los Nombres y lasCualidades Divinas como un espejo que hasido bruñido hasta la reflexión completa.

Allah enseñó a Adam, la paz sea con él,“los nombres de todas las cosas”, dándoleasí a todo el género humano una preeminen-cia sobre las demás criaturas. Pero sólo esposible ésta condición, si el hombre es elJalifa de Allah sobre la tierra, su vicario yrepresentante, instrumento consciente de SuPoder. Este poder y preeminencia, como biensabemos los musulmanes, cesa y se convierteen esclavitud cuando, embriagado con el re-galo del intelecto (aql), el hombre se rebelacontra su Creador y se coloca a sí mismocomo referencia.

Cuando el hombre se vuelve hacia laLuz del Creador, inmediatamente ésta se re-fleja en su entorno, que se ve beneficiadocon ello. Cuando su ser interno se vuelcahacia la oscuridad, la naturaleza que le rodease oscurece. Ahí reside la gran responsabili-dad del ser humano. Al ser el espejo máscapaz de reflejar la Luz y la Sombra, su esta-do tiene las más profundas repercusiones enlos otros seres. Es la única criatura en la queAllah ha querido reflejar Su Libertad, lo cualconlleva responsabilidad, juicio y resultados.Jardín o Fuego en la Otra Vida, que se antici-pan en ésta, y cuyos signos pueden verse enla naturaleza que nos rodea por dentro y porfuera, ya que somos parte y somos criatura.

Algunas veces hemos reflexionadosobre la naturaleza de la Ciencia y sobre lasconsecuencias éticas y morales de sus apli-caciones.

Cuando leemos o vemos en la televisiónalgunos ejemplos perturbadores nos hemospreguntado si esta o aquella investigaciónhubiera sido posible en otro contexto. A másde un profesional he oído decir que la Cien-cia no tiene color, que su objeto es universale independiente de la creencia o de la ideo-logía de quienes la desarrollan. Nunca lo hecreído así. A menudo pregunto a científicos

musulmanes si, a su juicio, creen que el ac-tual desarrollo de las ciencias, con sus secue-las de degradación y sus peligrosos efectossecundarios, hubiera sido concebible en elseno de una sociedad islámica con la capaci-dad suficiente para producirlo. No he tenidohasta ahora una respuesta satisfactoria, peropienso que no es casual que la ciencia con-temporánea haya llegado a ser como es hoy,precisamente en Occidente. Difícilmente hu-biera podido desarrollarse en una sociedadislámica, ni incluso en otros pueblos orienta-les basados en una Tradición, porque enambos casos hubiera sido difícil llegar a con-siderar la naturaleza como algo profano.

De acuerdo con Hossein Nasr en que“Ni el burocratismo oriental de Needham, nininguna otra explicación social y económi-ca, bastan para explicar por qué la revolu-ción científica, como se la ve en Occidente,no se desarrolló en otra parte. La razón másbásica es que ni en el Islam, ni en la India, nien el Lejano Oriente, la sustancia y la mate-ria de la naturaleza estaban tan vacías de uncarácter sacramental y espiritual, ni ladimensión intelectual de estas tradicionesestaba tan debilitada como para permitirque una ciencia puramente secular se desa-rrollara fuera de la matriz de la ortodoxiaintelectual tradicional...el hecho de que laciencia moderna no se desarrollase en elseno del Islam, no es señal de decadenciacomo lo afirmaran algunos, sino del recha-zo de éste a considerar cualquier forma deconocimiento como puramente secular y

El hombre de la sociedadlaico-industrial sabe, intuye,

que tras la apariencia visiblede las cosas, detrás de sumente mecanicista, debehaber otras realidades

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divorciada de lo que considera como la metaúltima de la existencia humana.”

En definitiva, la desacralización delmedio natural en que el hombre vive, lo hacesusceptible de cualquier agresión y degrada-ción. Para el creyente, el mundo no es sólouna suma de materiales codificables, sino unespacio donde conviven energías de distintotipo. En la mayoría de las tradiciones se con-sidera el carácter no profano de la naturale-za. Tanto en el naturalismo indoeuropeo --consu Naturgeist o Espíritu de la Naturaleza--como en la Angelología de los pueblos semi-tas, existe la posibilidad de que el ser huma-no tenga una experiencia teofánica, unavisión de lo trascendente. Ya hemos vistocómo Dios dice en el Corán que en los fenó-menos naturales --la sucesión del día y lanoche, la lluvia, el trueno o las estaciones--hay signos para los dotados de intelecto, queen ellos se guarda significado, sentido, cono-cimiento.

Para el ser humano, la pérdida de estaposibilidad supone no sólo un grave empo-brecimiento intelectual, sino la desaparicióndel sentido, del significado trascendente dela vida terrenal.

Desacralización

En este proceso, los ángeles, los genios ylos demonios, que son la manifestaciónvisible en este mundo de otras tantas cuali-dades espirituales, desaparecen de la esce-na, dificultando la posibilidad de una expe-riencia teofánica.

No debe resultarnos extraño que en unmundo desacralizado las gentes se vuelvanhacia el esoterismo, el ocultismo y las sectas.No hay en la visión del mundo en el queviven, espacio para lo sagrado sino comoconcepto o abstracción. En un entorno seme-jante es muy fácil ser presa de mistificacio-nes y sincretismos. No es ni mucho menosuna paradoja que la más racionalista y desa-cralizada de las sociedades sea al mismotiempo la que más favorece la superchería.Astrólogos pret a porter, nigromantes de finde semana y curanderos televisivos tratan deocupar el espacio vacío que se abre en elcorazón humano. El hombre de la sociedadlaico-industrial sabe, intuye, que tras la apa-riencia visible de las cosas, detrás de sumente mecanicista, debe haber otras realida-des. Y no se equivoca, porque en la naturale-

za humana -fitrah- existe la capacidad desentir al Creador a través de la Manifestaciónde Sus Cualidades. No se trata de Cantidadsino de Cualidad, no es un problema deCálculo, sino de Significado. Pero al no dis-poner de Criterio, de una visión unificada, laconsecuencia más probable es que desembo-que en la magia y en la superstición, siendofácil presa del miedo y la neurosis.

Si miramos a nuestro alrededor con ojosatentos, veremos en toda su crudeza, el refle-jo de una actitud equivocada, el fruto de unarebeldía estúpida y, a fin de cuentas, pocointeligente.

La visión de una tierra contaminada yesquilmada, no nos habla bien de su admi-nistrador. Poco nos dice en favor de su inte-ligencia y su capacidad. Puede resultarparadójico el hecho de que la responsabili-dad de un error semejante recaiga sobre lamás dotada de las criaturas, la que ha sidodotada de intelecto.

La imaginación creadora

Sin embargo, el Intelecto -Aql- a que serefiere Allah en el Corán, no es la sola razónpráctica que definieron los franceses ilus-trados, sino también el “órgano de la ima-ginación creadora” que, sirviéndose de lalógica para aprehender humanamente elorden de las cosas, llega a percibir, además,detrás de los fenómenos visibles, suSignificado. El sabio siempre consideró alos fenómenos de la naturaleza, a la propiamateria, no como una realidad sólida einmutable --hecho éste que incluso hoyadmite la ciencia laico-industrial de van-guardia-- sino como Símbolo, imagen deuna Realidad que se manifiesta por todossitios.

Dice el Corán:“Les mostraremos Nuestros signos

fuera y dentro de sí mismos, hasta quevean claramente qué es la Verdad. ¿Esque no basta que tu Señor sea testigo detodo?”

(Corán, 41-53)

Sobre ello, Abu Bakr Siraj Ed-Din haescrito, en su Libro de la Certeza que:

“...el hecho principal y más ciertosobre toda forma, es que es un símbolo,de modo que cuando contempla algo a

...el Intelecto -Aql- a que serefiere Allah en el Corán, noes la sola razón práctica que

definieron los francesesilustrados, sino también el“órgano de la imaginación

creadora” que, sirviéndose dela lógica para aprehender

humanamente el orden de lascosas, llega a percibir,además, detrás de losfenómenos visibles, su

Significado.

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fin de acordarse de sus realidades supe-riores, el viajero está considerando esacosa en su aspecto universal, que es elúnico que explica su existencia.”

Así, mirando a nuestro alrededor la hue-lla de fealdad impresa por el humano laico-industrial, veremos el reflejo de la oscuridadque habita en su interior.

La grave confusión que implica conside-rar a la Naturaleza como eterna e ilimitada hapodido ser también causa de su degradación.

El musulmán sabe que todos los mundosperecerán, que la Creación tiene un principioy un final, que solo Allah, Subhana waTa’ala es el Eterno. Por eso entiende que loslímites de la naturaleza no pueden extender-se indefinidamente y por eso mismo tambiénes especialmente consciente del peligro queconlleva una actitud de depredación incon-trolada.

Alguna vez hemos recibido la crítica dequienes consideran que el Islam “no debemezclarse con la Ecología, que son términosincomparables que no pueden situarse al

mismo nivel”. Incluso ha habido alguienque, a propósito de algunos artículos apare-cidos en esta revista, ha creído ver un ciertooportunismo. Decididamente, quienes así opi-nan no han entendido en absoluto la cuestión.

Alternativas

Vivimos en un mundo cada vez más inter-conectado. Las acciones que se producenen cualquier sitio, afectan cada vez deforma más evidente, a todo el conjunto. Losmusulmanes vivimos en esta tierra y com-partimos con el resto de la humanidad losefectos de un problema que ha creado unadeterminada forma de entender la vida y elmundo que no es precisamente la nuestra.El problema está ahí y los musulmanes es-tamos obligados, si es cierto que tenemosresponsabilidad, que hemos de ser jalifasde Allah en este mundo, a tratar de ofrecersoluciones encaminadas a restablecer unequilibrio, una armonía en el mundo de lascriaturas que Allah nos entregó.

La diferencia entre lo que elislam propone y muchos de lospostulados conservacionistasque surgen en el seno de lasociedad laico-industrial,radica en que para nosotros nose trata de invocar una actitudnaturalista, o de reivindicarun cierto naturismo, sino detratar de situarnos en el lugarque Allah nos ha asignadodentro de Su Creación.

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Esa es la razón y no otra, que hace quemuchos musulmanes seamos sensibles alproblema, aunque tengamos conciencia de lamanipulación que se ejerce desde el propiosistema sobre los llamados movimientos eco-logistas o los partidos verdes.

La diferencia entre lo que el islam pro-pone y muchos de los postulados conserva-cionistas que surgen en el seno de la socie-dad laico-industrial, radica en que para noso -tros no se trata de invocar una actitud natu-ralista, o de reivindicar un cierto naturismo,sino de situarnos en el lugar que Allah nos haasignado dentro de Su Creación. Los musul-manes no somos herederos de ningúnromanticismo ni panteísmo. Sabemos que lacuestión no radica, como decía Schuon, enproyectar un individualismo desilusionadodentro de una naturaleza desacralizada,sino en encontrar la Sustancia Divina inhe-rente a toda la Creación y que, sin embargo,no se puede confundir con ella. No en vanonos dice el Generoso Corán que:

“De Dios son el Oriente y el Oc-cidente. Adonde quiera que os volváis,allí está la faz de Dios. Dios es Inmenso,Omnisciente.”

(Corán, 2-115).

Así pues, que nadie se llame a engaño.Nuestra preocupación no responde a otrasafinidades ideológicas que las derivadas denuestra creencia de forma coherente y con-secuente. Nos molesta la fealdad y la insen-satez porque anhelamos Su Belleza. Nosdesagrada la intolerancia y la injusticia por-que esperamos, inshaAllah encontrarnos al-gún día con Al Rahmán, y confiamos recibirel bálsamo definitivo de Su Misericordia. Notenemos más Señor que Él, y fuera de SuSoberanía no aceptamos otra obediencia.

Resulta poco comprensible la extrañezade quien, a propósito de un artículo apareci-do en nuestra revista, calificó de oportunistala definición de ética medioambiental islá-mica. La ingenuidad de sus argumentos re-sulta digna de ser señalada. ¿Cómo --se pre-guntaba nuestro crítico-- puede una religiónde hace quince siglos disponer de respuestasa un problema que es tan reciente y carac-terístico de nuestro tiempo?

De todos es sabido que las Gentes delLibro han sido depositarias durante siglos deun Criterio, con una moral consecuentemen-te derivada de él. Existe lo lícito y lo prohi-bido, lo halal y lo haram, lo bueno y lo malo,

por mucho que la dimensión moral del serhumano haya sido reducida progresivamen-te en el ámbito del individualismo laico-industrial.

Por otro lado, la relación del hombre conla naturaleza ha sido y será inevitable mien-tras exista la vida humana sobre la tierra.

El famoso hadiz

Cuando Abu Bakr, que Allah esté compla-cido con él, recomendó no cortar árbolesfrutales, no diseminar las abejas, no incen-diar los campos, no envenenar los pozos, nisiquiera los de los enemigos, estaba expre-sando en términos prácticos la concienciaética que el musulmán tiene sobre su rela-ción con la naturaleza, principios de índolemoral defendibles desde cualquier argu-

mentación razonable, estaba expresandocon ello una conciencia previsora que notiene en cuenta el resultado inmediato, acorto plazo, sino las consecuencias que, a lalarga, se derivan para el conjunto de toda lacomunidad. Envenenar un pozo puede, enefecto, ser un arma bélica que asegure eltriunfo sobre unos determinados enemigos,pero, una vez conquistado su territorio, esun recurso perdido incluso para los vence-dores. No se trataba entonces de un ecolo-gista que velase por la conservación de unanaturaleza amenazada, sino de un hombre

Los musulmanes vivimosen esta tierra y compartimoscon el resto de la humanidadlos efectos de un problemaque ha creado unadeterminada forma deentender la vida y el mundoque no es precisamente lanuestra

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consciente de las consecuencias que deter-minadas acciones podían acarrear, sinimportar la dimensión del problema. Eneste caso da igual cuántos hectómetroscúbicos estén contaminados. No es un pro-blema de cantidad sino de calidad. El hechode envenenar el agua es reprobable, aunquesea el contenido de un solo pozo, porque elagua de toda la tierra es una sola y, apartede ser sustento de la vida orgánica, entrañaun significado:

“...en el agua que Dios hace bajardel cielo, vivificando con ella la tierradespués de muerta, diseminando por ellatoda clase de bestias, en la variación delos vientos, en las nubes sujetas entre elcielo y la tierra hay, ciertamente, signospara los que razonan.”

(Corán 2-164)

Sería un error pensar que, a remolque delos acontecimientos, el islam se camufla deverde. Siempre fue este color especialmenteamado de los musulmanes. El propioEnviado de Dios, que Allah le colme de pazy de bendiciones, gustaba de ponerse un tur-bante de ese color en las ocasiones especia-les. Lo verde ha sido durante siglos y enmuchos lugares, por evidente analogía, sinó-nimo de vida y esperanza. No ha existido ennuestro entorno geográfico y cultural otropueblo que haya usado más frecuentementeese color que los miembros de la Ummah.

Referencia

Como un argumento más en favor de laactitud de respeto hacia el medio ambienteque implica el hecho de ser musulmán, bas-taría señalar alguna de las condiciones queha de tener el peregrino --muhrim-- cuandorealiza su periplo por los Lugares Santos.Metáfora del viaje por este mundo en buscadel encuentro con el Creador, la Peregri-nación Mayor o Hayy ha de realizarse se-gún determinadas condiciones externas einternas. El peregrino se sacraliza en unestado de inviolabilidad. Pierde esta condi-ción si, dentro del recinto sagrado, altera enlo más mínimo la Creación de Allah.Agredir a un semejante, generar una riñaviolenta, cortar un árbol o tan siquiera unasimple hoja, matar un animal aunque se tra-te de un insecto, provocan la cesación de suestado y su peregrinación de nada le sirve.

¿No resulta suficientemente significativoeste hecho para quien sepa leerlo correcta-mente?

¿No es la del peregrino la condición máscierta del ser humano en la tierra?¿No sonpor cierto la tierra y el universo entero laexpresión de Su Majestad y de Su Gloria?

Dicho todo esto, podemos situarnos en elcontexto que nos ha tocado vivir, con unaconciencia plena del papel que los musulma-nes hemos de jugar en ese mundo interco-nectado y que afecta de manera creciente atodo el género humano. Fuera de cualquieridolatría hacia el progreso, ajenos a la divini-zación de las máquinas, pero favoreciendouna Ciencia y una Tecnología no destructi-vas, no lesivas contra la casa en la que hemosde vivir temporalmente. Manteniendo unarelación creativa y humilde con nuestroentorno, viendo en los hechos que se produ-cen en la naturaleza la manifestación de SuPoder y Su Sabiduría, siendo capaces de veren ella los signos --ayats-- de ese CoránCeleste que no para de celebrar SusAlabanzas.

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Sobre el régimen de la complexiónequilibrada en la primavera

Hay que tener en cuenta que estas indica-ciones revisten un carácter general, por locual pueden aplicarse a todas las comple-xiones, si bien los regímenes específicoscontienen otras prescripciones tendentes acontrarrestar las desviaciones que se pre-senten en uno u otro sentido.

Cuando el cuerpo se halla equilibrado yla estación también está en equilibrio, existeentre ambos una analogía e idoneidad quehacen que el fin deseado se alcance sinesfuerzo y sin alteración en cuanto a la can-tidad.

Como es conocido ya, lo primero a teneren cuenta es la situación del aire que se res-pira y en el que está inmerso el cuerpo, quehabrá de ser lo más puro y suave posible,siempre en movimiento, bajo un vientosuave y aromatizado con frecuencia conalmizcle e incienso. Lo contrario producirátristeza. No descuidar una cuestión: los luga-res estrechos, con malezas y zonas de dese-cho próximas son dañinos y están totalmen-te contraindicados. Si el aire no posee lascualidades deseadas, se compensa con loopuesto, abriendo por un lado y cerrando porotro, refrescando o calentando según con-venga y buscando zonas despejadas.

Así pues, para las reuniones convieneelegir habitaciones con el aire equilibrado,amplias y bien orientadas para que no lesalcance el soplo insalubre del sur ni el fríodel norte con su cortejo de resfriados y cata-rros. En caso de humedad excesiva se acon-seja elevar tarimas de madera o utilizar las

LA SALUD SEGÚN LAS ESTACIONES: LA PRIMAVERA

Umm Hanif

Si la primavera es evidente, se manifiestan los signos delequilibrio ¡permítalo Dios!, en calidez y humedad, siguiendo a

éstos, vapores, abundancia de agua, fructificación y vivificación detodo, a la vez que las materias inorgánicas y los animales en

reposo se ponen en movimiento.Las estaciones mejores son aquellas en las que el otoño es

lluvioso, el invierno, atemperado y frío, aunque sin exceso enrelación con la zona. Pero es aún mejor cuando la primavera

resulta lluviosa y llueve, también, durante el invierno.¡Loado sea El que organizó el mundo y vinculó las causas a sus

efectos, realizándose así Su sabiduría perfecta y gracia copiosa!

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partes altas de la casa. En caso contrario serociará agua hasta que el polvo se disperse.

Dado que nuestro fin es conservar lacomplexión equilibrada, el alimento será depreferencia ligero, que origine excelentequimo y se transforme rápidamente en san-gre. Tales características las poseen el jugode la carne, la yema de huevo y el pan de florde harina, bien amasado y cocido. Son equi-libradas las carnes de gallina, cabrito y ter-nera lechal, las cuales admiten múltiples pre-paraciones, tanto asadas como cocidas, ado-badas con vinagre, aunque evitando el exce-so de grasa y picantes.

Son muy recomendables las gachas decebada y avena, por la mañana, ya que con-tribuyen a purificar los órganos de la diges-tión. El mismo efecto manifiestan los dulceselaborados con miel y almendras y los zu-mos de ácidos en general: lima, limón y gra-nada amarga.

A medida que se aproxime el verano setenderá hacia su régimen, refrescando lascarnes cocidas con hortalizas frescas -lechu-ga, calabaza- y acidulándolas con vinagre. Sies mayor la proximidad al invierno se bus-cará calentar los alimentos con especiasequilibradas y verduras caloríferas -zanaho-rias, nabos-. Son también alimentos excelen-tes la flor de harina, los higos, el melón y elsalvado.

En la primavera se reactivan los humo-res, se desborda la existencia y todo se pone

en movimiento, circunstancias todas queobligan a reducir la ingestión de alimento y asecar el cuerpo, prescindiendo de ciertas car-nes y bebidas. Es de mencionar que tal con-veniencia la observa el ayuno cristiano alprescindir de la carne durante cuarenta díasen la primavera.

El agua siempre será la mejor bebida,más o menos enfriada según el punto de laestación, eligiéndola ligera y de sabor dulce.También son buenas las infusiones de hier-bas equilibradas, las cuajadas, la cerveza sinalcohol y los jarabes de jalapa, rosa y limónjunto con el oximiel, cuya proporción de vi-nagre se aumentará a medida que aumente latemperatura.

El baño debe ser equilibrado, con ten-dencia a refrescar tanto por parte del aguacomo del aire.

Conviene utilizar tejidos o géneros inter-medios entre la frialdad y suavidad del lino ola calidez y los pliegues del algodón, asícomo la lana fina, el pelo de cabra y la piel.

Se practicará el coito normalmente, selec-cionando los momentos de mayor equilibrio,cuando se haya hecho la digestión y el deseosea patente; dejar a un lado la porfía y espe-rar a que llegue el deseo. Esto es lo equili-brado y entonces el acto se realiza lograndola plena satisfacción y la exigencia cumpliday esto es lo perfecto. Y causas de amor y dedicha son que el hombre satisfaga la necesi-dad de la mujer más que la suya, para evitar

En la primavera se reactivanlos humores, se desborda laexistencia y todo se pone enmovimiento, circunstancias

todas que obligan a reducir laingestión de alimento y a secar

el cuerpo, prescindiendo deciertas carnes y bebidas.

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el fracaso y la desilusión y traer la alegría yla consideración de lo bueno.

Se buscará el término medio entre elsueño y la vigilia; un sueño largo, de noche,seguido de cierta vigilia excitante -el frescory placer del amanecer- que luego calma.

En cuanto al deporte, andar y montar si esposible, además de la lucha,la esgrima y otros juegossegún la facilidad y la cos-tumbre.

Un ejercicio excelente p-ara los órganos de la articula-ción y de la respiración es lalectura a media voz. Para losojos se recomienda contem-plar los colores verdes, lasaguas y las lecturas con líneasproporcionadas. Para los oídos,las melodías y sonidos eleva-dos, a medio camino entre losacordes graves y agudos. Parael espíritu, participar en tertu-lias con personas ingeniosas,artesanos o técnicos de carác-ter ecuánime, capaces de man-tener conversaciones sobre te-mas relacionados con la Ley ylas Ciencias divinas, sin refe-rirse a cuestiones enojosas otristes. Se recitarán alabanzas, sufismos ypoesías, eludiendo las diversiones excitantes,la alegría excesiva y el cansancio.

Sobre el régimen de la complexiónsanguínea en la primavera

El aire cálido genera alteraciones en jugos yhumedades, y así sucede también en la san-gre , ya lo dice el refrán. Para compensarlasse buscarán los aires puros, frescos y sua-ves, resguardándose de los soplos del sur ydel poniente.

En particular se debe prescindir de lacarne, tomándola solamente seca y en pocacantidad, puesto que las enfermedades tien-den a aumentar mucho en estas condiciones.

Se refrescarán con hortalizas y frutosagrios como limones, limas, granadas y fru-tos verdes con acompañamiento de endivia,lechuga, achicoria, calabaza y pepino, condi-mentados con limón, vinagre de granada ylentejas.

La bebida enfriada con hielo, pues a estaconstitución, a causa de su robustez, le viene

el hielo mejor que a ninguna otra. Evitar elagua con apariencia turbia y mezclarla congotas de vinagre. Se recomienda el agua derosas, las tisanas de cebada y oximiel y elzumo de limón o granada con azúcar por lamañana temprano. Para retener el vómito, sihay necesidad de ello, está indicada la pulpa

de membrillo y otras frutas, mientras se de-saconsejan los dulces y lo elaborado con mu-cha miel o azúcar.

Resultan excelentes los cohombros y losmelones por su especial característica de per-manencia en el estómago, así como las ci-ruelas negras, las acerolas, los membrillos ylas manzanas.

Se recordará siempre que el régimenaumentará o disminuirá según la estación es-té en su medio o en sus extremos.

En cuanto a los deportes será buenoefectuarlos al amanecer, en zonas frescas,siendo lo más adecuado para esta comple-xión caminar y realizar ejercicios hasta queel sudor corra por la piel, con la finalidad devaciar los vapores condensados.

Esta complexión es la más adecuadapara practicar el coito, haciéndolo en mo-mentos equilibrados y cuando exista el deseode modo natural.

Se buscará más la vigilia que el sueño,procurando distraerse con reflexiones. No seaconsejan los baños prolongados desde nin-gún punto de vista, pero sí lavarse con aguafría porque fortalece y vigoriza, calmando la

Se buscará más la vigiliaque el sueño, procurandodistraerse con reflexiones.No se aconsejan los bañosprolongados desde ningúnpunto de vista, pero sílavarse con agua fríaporque fortalece y vigoriza,calmando la congestión devapores. Se inhalarán depreferencia aromas derosas, violetas y mirtos.

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congestión de vapores. Se inhalarán de pre-ferencia aromas de rosas, violetas y mirtos.

Los mejores vestidos son los confeccio-nados con lino, seda y telas refinadas dobleso ligeras.

Evitar la contemplación de rojos y ama-rillos, fijándose en los verdes intensos, blan-cos, negros y flores de diversos colores.

Respecto a las distracciones vendrá bienescuchar sermones que inciten al temor, ade-más de poesías y relatos que conmuevan alllanto. También beneficiarán al espíritu lascharlas con personas solemnes y graves, aleja-das de diversiones y juegos, buscando la com-pañía de artesanos que trabajan las pieles.

Sobre el régimen de la complexión biliaramarilla en la primavera

Recordemos que esta complexión es seca,de modo que tal complexión queda com-pensada por la humedad de la estación. Elaire se buscará puro y fresco, mejor sidomina el soplo del norte y los vientosfríos, y aún mejor si circulan por jardines enlos que germinan flores suaves y por pradoshúmedos.

Se pueden comer carnes que refresqueny humecten como de cordero, de cabrito o depolluelos condimentados con verduras fres-cas y aciduladas con agrios y con guarniciónde frutas ácidas como manzanas, membrillosy ciruelas.

También pueden tomarse con beneficiola leche cuajada, la leche desnatada y el pes-cado fresco.

Por otro lado se pueden sustituir las car-nes por platos elaborados con lechuga, endi-via, sopa de lentejas, cebada cocida conagrios y caldos simples de pollo con lima yácido de granada.

En cualquier caso conviene reducir lacantidad de alimentos y de dulces y, si seencuentra necesario, limitarse a tomar cosasligeras como caldos, tisanas y sopas. Si ape-tece algo más pesado, viene bien la carne devacuno, las vísceras de vaca y cordero, elqueso fresco, los pescados frescos, los fi-deos, los macarrones, las carnes picadas, losplatos de trigo cocido y todo alimento que sepueda tragar sin masticar.

Agua de excelente calidad y frescornatural es lo mejor para beber, tomándolaantes de comer o después de haber hecho ladigestión. También se puede beber la lecheácida o el suero y la cerveza sin alcohol.

Es más aconsejable prescindir de las fru-tas tiernas y húmedas y de los dulces, pero sise toman y resultan difíciles de digerir, sebeberá agua helada, ácido de granada y oxi-miel. Las frutas que se recomiendan son elpepino, el melón, las ciruelas, las peras, lasmanzanas y los membrillos.

En ayunas, por la mañana, resultan exce-lentes los jarabes aromáticos como el oxi-miel, el oximiel de lima, el jarabe de acederay achicoria.

El exceso de calidez puede incitar a dor-mir, lo que se hará toda la noche y parte deldía en lugares bien ventilados e incitando elsueño con masajes en las extremidades.

En cuanto al deporte se recomienda lanavegación por mares y ríos, así como la

natación para eliminar elengrosamiento y los cata-rros, y los paseos por luga-res aireados y frescos.El coito también se puedepracticar libremente si esca-sea la humedad y haymucha calidez, buscandono obstante los momentosapropiados, seguidos dereposo y sueño.Los baños con agua dulce y fríaresultan beneficiosos siempreque no haya exceso.Se aconsejan las inhalacionesde flores refrescantes comorosas o violetas o sus aguascorrespondientes; los perfu-mes de violeta y sándalo.

Agua de excelentecalidad y frescor natural

es lo mejor para beber,tomándola antes de

comer o después de haberhecho la digestión.

También se puede beberla leche ácida o el sueroy la cerveza sin alcohol.

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Para los vestidos, las telas de algodón, dealgodón y lino y de algodón y seda son lasmejores.

Se procurará el encuentro con gentescultas y liberales, de carácter apacible y pocopropensas a las discusiones, que mantenganconversaciones sobre amores, anécdotas,ganancias e hijos sobresalientes. Para el oídose recomiendan los cantos suaves y rítmicos,alternados con recitaciones de plegarias ypoesías amorosas. Es beneficiosa la contem-plación del rocío, de ríos y vegetales. Porotro lado tendrá beneficio la compañía deartesanos que hagan su labor haciendo esca-so movimiento.

Este es un régimen que resulta apropiadotanto en los extremos como en medio de laestación.

Sobre el régimen de la complexión biliarnegra en la primavera

Aquí las cualidades quedan compensadaspor contraposición.

Se buscará el aire equilibrado, situándo-se en zonas en las que soplen vientos suaves.

Como alimento convienen las carnes e-quilibradas, de crías de cordero, cabrito ypolluelo, así como las comidas fáciles de tra-gar, tal el arroz con leche. Será bueno calen-tar las carnes con cebollas o refrescarlas conlechuga, según convenga.

Como bebida lo más adecuado es el aguaequilibrada en frialdad y cantidad, así comolos jarabes equilibrados como el de jalapa, a-zufaifa y lengua de buey o consuelda.

Constituye un excelente aperitivo el alfe-nique, que es un dulce hecho a base de azú-car y almendras dulces, y las pasas cocidascon miel.

En lo referente al deporte, el sueño, elbaño y el coito, en todos los casos deberánser en justa proporción, observando tanto lasituación de la estación --en su apogeo o ensus extremos - y de la complexión.

Los mejores vestidos son los elaboradoscon telas suaves de lino, seda y muselina.Los mejores perfumes: el agua de rosas, elámbar, el aceite de almendras con algalias, elalmizcle y aguas de otras flores equilibradas.

Se aconseja contemplar aguas, flores demuchos colores y el color blanco. Para eloído y el espíritu conviene escuchar sonidosacordes de rabel, cítara y tambores, frecuen-tar tertulias en las que se comenten temasliterarios e históricos y permanecer en lacompañía de diseñadores, sastres y otrosartesanos que ejerzan oficios nobles.

Sobre el régimen de la complexiónflemática en la primavera

En ella se compensa la frialdad con la cali-dez de la estación, empero puede haber unexceso de humedad, razón por la cual es con-veniente que el aire se mueva para buscaruna mayor desecación.

Resulta apropiado todo alimento seco,asado, frito o tostado con salmuera y subs-tancias pungentes como hinojo, nabos o za-nahorias; también vendrán bien las especiasy los colorantes. Sin embargo, se desaconse-jan los caldos y alimentos fáciles de digerir.

Como es habitual para todos los regíme-nes, el agua, ligeramente endulzada si se de-sea y el oximiel son las mejores bebidas. Porotra parte resultarán medicinales los jarabesde cantueso y almáciga.

Se recomiendan los frutos secos comopasas, avellanas, castañas y similares.

Se practicará el deporte de forma abun-

Se procurará el encuentrocon gentes cultas y liberales,de carácter apacible y poco

propensas a las discusiones,que mantengan

conversaciones sobre amores,anécdotas, ganancias e hijos

sobresalientes.

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dante en momentos equilibrados del día, conintensidad, hasta que los miembros enrojez-can y se vean favorecidos, paseando, lanzan-do, con diversos juegos y luchas.

Esta estación es asimismo más idóneapara la practica del coito que las secas, sobretodo si se efectúa de forma moderada en lu-gares atemperados.

Respecto al baño se recomienda si no seprolonga demasiado, así como los baños desol.

Los mejores vestidos son los confeccio-nados con telas que calienten y sequen comolana, algodón y géneros entremezclados conseda.

Son numerosos los perfumes e inhala-ciones de efecto beneficioso: de naranja áci-da, lirio, jazmín y alhelí, de malvavisco ymenta, de serpol y albahaca. También losperfumes de almizcle, ámbar, madera india ysimilares.

Para la contemplación son apropiadaslas flores de colores, los verdes y los amari-llos. Para el intelecto y el espíritu están indi-cadas las conversaciones sobre argumenta-ciones intelectuales y temas educativos, laaudición de melodías con tendencia a fuerte,de poesías en metro heróico, de temas devanagloria y valentía, además de las tertuliascon comerciantes, escultores y artesanos quetrabajan con metales.

Conclusión

Con estas apreciaciones acerca de la prima-vera hemos concluido nuestra pequeñaincursión en la obra de Muhammad ibn al-Jatib, médico, historiador y visir deGranada al que los azares de la política lle-varon hasta la ciudad marroquí de Fez,donde murió ejecutado el año 1374, trasexiliarse junto a Abu ´Abdallah (Muham-mad V), hijo de Yusuf I. En dos ocasionesfue su visir y en dos ocasiones también leacompañó en su destierro.

El excesivo celo de Jiménez de Cisnerosle llevó a quemar en una pira pública milesde volúmenes de religión, sin embargo, talvez alguien le aconsejó mejor o su codicia seagudizó y se llevó todos los libros de medi-cina y demás disciplinas científicas a subiblioteca de Alcalá. Presumiblemente poresta vía han llegado los manuscritos, cuyatraducción tenemos entre manos, hasta suubicación actual en Europa.

Los someros resúmenes que hemos pre-sentado en Verde Islam pretenden dar unaprimera noticia de la obra de este autor, des-conocido para el público en general, yparadójicamente tan lejano y tan cercano. Lohemos aproximado al lector poniendo derelieve su vertiente práctica, por ser más ase-quible y ofrecer utilidades que esperamoshayan podido beneficiar a algunos de nues-tros lectores.

Por otra parte, hemos querido despertarel interés acerca de su obra en general, tantode materia médica como de historia. Asípues, animamos a quienes puedan hacerlo aprofundizar en la concepción de la Natu-raleza y del cuerpo humano que sustenta suTratado y a disfrutar de su estilo vigoroso ypeculiar. Se deja leer de corrido con placer yes posible manejarlo como libro de consulta.En cualquier caso lo recomendamos para suestudio y disfrute.1

1. M. b. ´Abdallah b. al-Jatib: “Kitab al-wusul li-hifz al-sihha fi-l-fusul” o “Libro de Higiene”

Edición de Mª de la Concepción Vázquez deBenito. Universidad de Salamanca , 1984.

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La imitación que los musulmanes hacen--individual y socialmente-- de la

forma de vida occidental es sin duda elmayor peligro para la existencia o, mejordicho, para el resurgimiento de la civiliza-ción islámica. El origen de esta enfermedadcultural --ya que no puede llamarse de otromodo-- se remonta a varias décadas y estáconectada a la desesperación de los musul-manes, que veían el poder y el progresomaterial de Occidente y lo comparaban conel estado deplorable de su sociedad. Laignorancia de los musulmanes acerca de lasverdaderas enseñanzas de Islam, debida engran medida a la estrechez de miras de losllamados ‘ulama, dio paso a la idea de quelos musulmanes no serían capaces desituarse en el nivel de progreso del resto delmundo, si no adoptaban las normas socialesy económicas de Occidente.

El mundo musulmán estaba estancado, ymuchos musulmanes llegaron a la conclu-sión superficial de que el modelo socioe-conómico islámico no era compatible conlas necesidades del progreso y que, por ello,debía ser modificado de acuerdo con elmodelo occidental. Esos “ilustrados” no sepreocuparon de investigar en qué medida elIslam, como enseñanza, era responsable dela decadencia de los musulmanes; no separaron a considerar la verdadera ideologíadel Islam, sino que simplemente señalaron, ycon justicia, que las enseñanzas de sus teólo-gos contemporáneos eran en su mayoría unobstáculo al progreso y al avance tecnológi-co. Pero en lugar de fijar su atención en lasfuentes originales —el Corán y la Sunnah—identificaron a la Ley Islámica --Shari’ah--

ACERCA DE LA IMITACIÓN

Muhammad Asad

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con la jurisprudencia --fiqh-- petrificada denuestros días, en la que encontraron seriasdeficiencias en muchos aspectos y, en conse-cuencia, perdieron todo interés en laShari’ah como tal, relegándola al dominiode la historia y del conocimiento puramenteteórico contenido en los libros. Por estasrazones, la imitación de la civilización occi-dental les pareció el único modo de salir dela ciénaga de decadencia y degeneración que

era el mundo musulmán. Los esfuerzos bie-nintencionados, aunque desviados, de estosmusulmanes “ilustrados” se vieron asistidosdurante las dos primeras décadas de estesiglo por una avalancha de escritos apologé-ticos de segundo orden que, si bien no recha-zaban abiertamente las enseñanzas prácticasde Islam, trataban de mostrar que era posiblesubordinar su ideología a las concepcionessociales y económicas del mundo occiden-tal. La imitación de la civilización occidentalpor parte de los musulmanes quedó así apa-rentemente justificada y se preparó el cami-no a esa renuncia gradual de los más ele-mentales principios sociales de Islam --siem-pre bajo el disfraz de un “progreso islámi-co”-- que caracteriza hoy la evolución dealgunos de los más avanzados países demayoría musulmana.

Es inútil argumentar, como hacenmuchos de los intelectuales musulmanes,que no tiene importancia espiritual el quevivamos de ésta o aquella manera, ni quevistamos ropas occidentales o las que lleva-

ban nuestros antepasados, ni si somos o noconservadores en nuestras costumbres. Estetipo de razonamiento es muy engañoso.Desde luego que el Islam no es estrecho demiras. El Islam permite al hombre unaamplia gama de posibilidades siempre queno actúe en contraposición a los mandatosreligiosos. Pero aparte del hecho de quemucho de lo que es parte esencial del mode-lo social occidental --como, por ejemplo, la

relación libre y sin restricciones entre lossexos o el interés sobre el capital como basede la actividad económica-- es contrario sinlugar a dudas a las enseñanzas del Islam, elcarácter innato de la civilización occidentalimposibilita totalmente una orientación reli-giosa en el hombre. Y sólo alguien muysuperficial puede creer que es posible imitara una civilización en su apariencia externasin verse al mismo tiempo afectado por suespíritu. Una civilización no es una formavacía sino un organismo vivo. Tan prontocomo empecemos a adoptar las formasexternas de ese organismo, sus corrientesinternas y sus influencias dinámicas empe-zarán a actuar sobre nosotros y moldearánlentamente, de forma imperceptible, todasnuestras actitudes mentales.

Con una comprensión perfecta de estaverdad, el Profeta dijo:

“Quien imita a otra gente se vuelveuno de ellos.”

(Hadiz. Musnad Ibn Hanbal, Sunan Abi Da’ud.)

La imitación de lacivilización occidental

les pareció el únicomodo de salir de la

ciénaga de decadencia ydegeneración que era el

mundo musulmán.

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Este famoso hadiz no es sólo un avisomoral sino también la formulación objetivade un hecho, en este caso, del hecho de lainevitabilidad de que los musulmanes sean

asimilados por cualquier civilización nomusulmana si imitan sus formas externas.Respecto a esto, es casi imposible discernirdiferencias fundamentales entre aspectos“importantes” y “no tan importantes” de lavida social. Nada carece de importancia eneste contexto. No puede haber mayor errorque el de considerar que la vestimenta, porejemplo, es algo puramente “externo” y que,por lo tanto, es indiferente a la personalidadintelectual y espiritual del hombre. La vesti-menta es, en general, el resultado del desa-rrollo secular de las necesidades y gustos deun pueblo. Su forma particular correspondea las concepciones estéticas de ese pueblo, ypor tanto a sus inclinaciones. Ha sido mode-lada, y es remodelada continuamente, cam-biando de acuerdo a la idiosincracia de esacomunidad. La moda occidental actual, porejemplo, se ajusta exactamente al carácterintelectual y moral del Occidente moderno,

y cuando un musulmán adopta tal vestimen-ta desechando la propia, está adaptandoinconscientemente sus gustos a los deOccidente, deformando su propia personali-dad intelectual y moral de tal forma que éstallega a “ajustarse” a la nueva vestimenta. Yal hacer esto renuncia a gran parte de lasposibilidades culturales de su propio pueblo,renuncia a sus gustos tradicionales, a susvalores estéticos y a sus preferencias; aceptala librea de la servidumbre intelectual ymoral hacia una civilización extraña. Enotras palabras, si un musulmán imita la ves-timenta, los modales y la forma de vida deOccidente, está declarando su preferenciapor su civilización, sin importar ya cualessean sus afiliaciones ideológicas. Es prácti-camente imposible imitar a una civilizaciónextraña sin sentir aprecio por su espíritu. Y esasimismo imposible sentir aprecio por elespíritu de una civilización que es opuesta auna concepción religiosa de la vida, y seguirsiendo un buen musulmán.

La tendencia a imitar a una civilizaciónextraña es siempre producto de un senti-miento de inferioridad. Esto, y solo esto, eslo que les ocurre a los musulmanes que imi-tan a la civilización occidental. Cuando com-paran su poder, su pericia técnica y su apa-riencia brillante con la triste miseria delmundo de Islam, empiezan a creer que eneste tiempo la única forma de hacer las cosases la occidental. Está de moda echar la culpaal Islam de nuestras propias deficiencias. Enel mejor de los casos, nuestros llamados inte-lectuales adoptan una actitud apologética ytratan de convencerse a sí mismos y a losdemás de que el Islam es compatible con laadopción de los valores occidentales. Lo pri-mero que los musulmanes deben hacer paralograr la regeneración de mundo del Islam,aún antes de adoptar medidas de reforma, esliberarse totalmente del espíritu de apologíahacia su religión y su estructura social. Elmusulmán debe vivir con su cabeza bienalta. Debe reconocer que es distinto del restodel mundo, y debe aprender a sentirse orgu-lloso de ser diferente. Debe intentar conser-var esta diferencia como algo precioso, a-nunciarla abiertamente al mundo en lugar dedisculparse por ello y tratar de fundirse conotros círculos culturales. Esto no quiere decirque los musulmanes deban hacerse sordos alas voces del exterior. Uno puede siemprerecibir influencias nuevas y positivas de unacivilización extranjera sin tener que abando-

En el mejor de loscasos, nuestros llamadosintelectuales adoptan unaactitud apologética ytratan de convencerse a símismos y a los demás deque el Islam escompatible con laadopción de los valoresoccidentales.

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nar la propia. Un ejemplo de este tipo es elRenacimiento europeo. Ahí hemos visto conque libertad aceptó Europa las influenciasárabes en el material de estudio y el métodode conocimiento. Pero nunca imitó ni la apa-riencia externa ni el espíritu de la culturaárabe, ni nunca sacrificó su propia indepen-dencia intelectual y estética, sino que utilizólas influencias árabes como abono sobre supropio suelo, de la misma forma en que losárabes usaron en su momento las influenciashelenísticas. En ambos casos, el resultadofue un enriquecimiento espiritual: el naci-miento de una civilización original fuerte,llena de orgullo y confianza en sí misma.Ninguna civilización puede prosperar, ni si-quiera existir, una vez perdido este orgullo yla conexión con su pasado.

Sin embargo, el mundo del Islam, con sucreciente tendencia a imitar a Occidente asi-milando sus ideas e ideales, está cortandogradualmente los lazos que lo unen a supasado, perdiéndose en este proceso, nosolo sus raíces culturales, sino también lasespirituales. Se asemeja a un árbol que semantenía fuerte mientras sus raíces se arrai-

gaban firmemente en el suelo. Pero el torren-te de la civilización occidental erosionó latierra dejando las raíces al aire, y ahora elárbol se va muriendo lentamente por desnu-trición. Caen sus hojas y sus ramas se secan,corriendo peligro de derrumbarse.

La imitación de la civilización occidentalno puede ser el método adecuado para des-pertar al mundo islámico del estupor mentaly social causado por la degeneración de lapráctica religiosa en una simple costumbredesprovista de vitalidad y de fuerza moral.¿Dónde, pues, deberían buscar los musulma-nes esa fuente de vigor espiritual e intelec-tual que tanto necesitan en estos momentos?La respuesta es tan sencilla como la pregun-ta. El Islam, como ya he señalado muchasveces, no es sólo una “creencia del corazón”sino también un programa claramente defi-nido, aplicable a la vida individual y social.Este programa puede verse destruido al serasimilado por una cultura extraña cuyasbases morales sean esencialmente diferentes.Igualmente, puede ser regenerado tan prontocomo se lo devuelva a su propia realidad,dándole el carácter de factor determinante y

Ninguna civilización puedeprosperar, ni siquiera existir, una

vez perdido este orgullo y laconexión con su pasado.

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conformante de nuestra existencia personal ysocial en todos sus aspectos. El Islam nopuede permitirse seguir siendo una formavacía, sometida al choque de nuevas ideas y

de corrientes conflictivas, tan característicasdel período que estamos viviendo. Su sueñomágico de siglos se ha roto; tiene ahora quelevantarse o morir. El problema que con-fronta hoy a los musulmanes es el problemadel viajero que llega a una encrucijada. Pue-de quedarse donde está, pero esto supondríamorirse de inanición. Puede elegir el caminomarcado con la señal: ”Hacia la CivilizaciónOccidental”, pero entonces tendría que des-pedirse para siempre de su pasado. O puedeelegir el otro camino, al que apunta la señalcon la inscripción: “Hacia la Realidad deIslam”. Este camino es el único que puedeatraer a aquellos que creen en su pasado y enla posibilidad de que se transforme en unfuturo vivo.

Notas: 1. En lo que respecta a la permisividad y promis-

cuidad sexuales que se han extendido por la sociedadoccidental en el curso de las ultimas décadas, la posi-ción ética del Islam es obvia y no precisa más comenta-rio. En cuanto a la institución de la tasa de interés (riba’)como parte fundamental de la actividad económica mo-derna, hay que destacar que en los últimos años la co-munidad musulmana ha hecho grandes progresos haciala creación de un sistema bancario libre de interés y, enconsecuencia, de un sistema económico que se co-rresponda con las demandas de la shari’ah.

2. En este contexto, también, el lector deberá teneren cuenta que este artículo fue escrito hace cinco déca-das. En aquel tiempo era aún posible que la comunidadmusulmana preservara, por dignidad cultural, aquelloselementos de su vestimenta y de su apariencia externaen general que contribuyen a hacerla visualmente dife-rente de la sociedad occidental. Sin embargo, en el pe-ríodo transcurrido desde entonces, el mundo musulmánha absorbido gran cantidad de influencias estéticas deOccidente, y muchos musulmanes, especialmente enlas clases educadas, han alcanzado un punto del que nopueden ya retroceder. Para ellos, intentar volver al esti-lo de vestimenta y de apariencia externa de las genera-ciones pasadas no representaría hoy más que otro actode imitación estéril y carente de dignidad: es decir, laimitación de un pasado muerto e irrepetible.

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El musulmán e islamólogo NourredinePita afirmaba en su entrevista con

Melilla Hoy, de fecha 2 de Enero de 1996que: “El verdadero laicismo tiene que to-mar en consideración el mensaje de todaslas religiones para entender mejor sus cul-turas, para poder ofrecer una respuesta alas inquietudes culturales expresadas porlos creyentes de las distintas religiones yculturas, que no son conceptos antagóni-cos”. Es decir, que el modelo democráticobasado en la Carta Universal de los Dere-chos Humanos es el que más responde a lapluralidad política, cultural y religiosa. Porconsiguiente, lo que más garantiza al cre-yente la libertad de vivir su religión y depracticar sus ritos.

En este sentido se expresa el recienteacuerdo del Consejo de Ministros del viernes2 de Marzo para hacer realidad que la en-señanza de las religiones protestante y mu-sulmana quede equiparada, en España, a lade la religión católica.

A raíz de las últimas elecciones en Ar-gelia, respondía a un converso granadino --que criticaba de manera categórica el mode-lo occidental-- que en un estado teocrático,gobernado por los islamistas del FIS --o delGIA-- no tendrían sitio en esa Argelia quedefienden, ni la libertad de expresar su pro-fundo conocimiento de Ibn ´Arabi ni de lamística sufí. El Islam es uno --Unidad-- aligual que el Corán, pero las interpretacionesderivadas tanto del mensaje coránico comode la explicación de los hadices del profetaMuhammad son plurales, plasmadas a travésdel tiempo y del espacio en diferentescorrientes religiosas. Por ejemplo, los filóso-

DEMOCRACIA, ISLAM Y TAMAZIGHT EN MELILLA

Dr. Raschid Raha Ahmed

El Islam ha sido tradicionalmente una forma devida que no sólo ha promovido el respeto hacia las

distintas culturas, sino que las ha potenciado,creando un mundo diverso e interconectado. En el

presente trabajo, el profesor Raha Ahmed,Presidente de la Asociación Cultural Tamazight,

de Melilla, expone la reivindicación de la identidadcultural de los pueblos bereberes, a través de laenseñanza de la lengua materna, el tamazight,

marginada de los programas oficiales de enseñanza.

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fos mu´tazilíes --que destacaron durante elapogeo de la civilización andalusí-- no pue-den entenderse con los radicales jariyíes, enlos que se inspiran los actuales extremistasislámicos. Además, existen notables diver-gencias entre las escuelas malikí, shafií,hambalí y hanafí. Es decir, si en todas partes

del mundo islámico, el ser musulmán queaspira a una sola Ummah, se basa en loscinco pilares --bien conocidos por todo elmundo aunque se diferencien un poco en elgrado de sus prácticas-- el wahabismo saudíes bastante diferente del malikismo marro-quí. Además, en el propio Marruecos, al otroextremo del islam ortodoxo, conviven diver-sas corrientes de la religión “popular”, comolas diferentes turuq, los innumerables shur-fas y zawiyas. Por ejemplo, en el caso marro-quí, si no hubiera imperado un marco de-mocrático, aunque sea de manera parcial, elpaís se hubiera convertido en un polvorín,como en el caso de Afghanistán, desgarradopor una tremenda guerra civil, peor que laque está ocurriendo en Argelia.

Claro, nuestro amigo Nourredine Pitahacía dichas declaraciones de cara a la co-munidad musulmana de Melilla, inserta den-

tro de un Estado democrático laico, y a laque aconsejaba --además de impulsar laenseñanza religiosa en los centros escolares-- trabajar en favor de la cooficialidad deltamazight ( la lengua bereber) teniendo encuenta que la población musulmana es decultura bereber. Seguramente, a muchos diri-gentes de la Comisión Islámica de Melilla --quienes han aprovechado la estructura de lascuatro asociaciones religiosas para crear to-do un partido político: Coalición porMelilla-- les parecerá contradictorio o pa-radójico reivindicar al mismo tiempo la en-señanza del Islam y la del tamazight. ¿Porqué? Seguramente porque están influencia-dos ideológicamente por el nacionalismoarabo-musulmán, desarrollado por los políti-cos magrebíes cuando luchaban contra elcolonialismo francés y que han convertidoen ideología hegemónica de los Estadosmagrebíes justo al acceder a sus indepen-dencias. Visto que el Islam es lo que com-parten todos los habitantes del Magreb --elelemento de unión por excelencia entre ama-zighs y árabes-- el nacionalismo magrebí seha fundamentado, como en el Mashrek, enun ámbito lingüístico que ha llegado a hacerequivalente lo musulmán y lo árabe, y vice-versa, olvidando que hay también árabescristianos y árabes judíos.

Por consiguiente, los nacionalistas justi-fican voluntariamente la aniquilación deltamazight en el Norte de África. En este sen-tido, la enseñanza religiosa siempre se haimpartido casi exclusivamente en árabe,salvo en el Sus y en Gardaya, por lo que unagran mayoría de los amazighs han creídoequivocadamente, interiorizando la idea, queun buen musulmán ha de arabizarse a lafuerza. Esto explicaría sin duda la falta decoherencia en los planteamientos ideológi-cos de algunos destacados representantes dela Comisión Islámica de Melilla. Por ejem-plo, el Sr. Wariach Mohamed no ha sido con-secuente con su defensa del tamazight, trashaber movilizado durante el debate preau-tonómico a las fuerzas políticas nacionalistasde Cataluña y País Vasco en favor del tama-zight. Una vez aprobado dicho estatuto,excluyendo al idioma autóctono, el silenciodel Sr. Wariach sobre esta cuestión refleja sinduda una contradicción injustificada. Y en elseno del partido --del que es uno de susmiembros más destacados-- la cuestión cul-tural amazigh no figura entre sus prioridadesni preocupaciones, a pesar de que hacen de

...los nacionalistasjustifican voluntariamente

la aniquilación deltamazight en el Norte de

África.

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la marginación la base de sus objetivos yplanteamientos. Esa sí que es una auténticacontradicción: pretender luchar contra la mar-ginación socioeconómica sin poner el énfa-sis en el factor cultural.

Todo político está convencido de que lasmedidas de integración social y laboral de uncolectivo marginado van paralelamente conla valoración de las sensibilidades culturales.Es decir, que los niños y jóvenes marginados--gitanos o inmigrantes, por ejemplo--encuentran menos dificultades en la escola-rización y en la formación profesional, siéstas tienen en consideración a sus culturasmaternas. Los pedagogos y científicos socia-les han llegado a dicha conclusión, afirman-do reiteradamente que la escolaridad y la for-mación profesional, cuando tienen éxitoentre los jóvenes gitanos o entre los inmi-grantes, ofrecen más oportunidades de inte-gración en el mercado laboral y, por consi-guiente, una mayor integración social ymenor conflictividad interétnica.

Y para volver a la ficticia contradicciónentre Islam y tamazight, la enseñanza reli-giosa no implica necesariamente que seimparta sola o exclusivamente en LenguaÁrabe clásica. Los políticos magrebíes igno-ran que el vehículo lingüístico más utilizadopor los imames y los maestros de religiónpara impartir las lecciones, desde la EscuelaCoránica a la Universidad, suele ser el árabedialectal, que la gente confunde inconscien-temente con la Lengua Coránica. Además,baste saber que de más de mil millones demusulmanes que habitan este planeta, sólomenos de una quinta parte pertenecen almundo árabe. De ahí hay que sustraer a losque son kurdos, drusos y amazighs. Porqueuno de los secretos de la expansión del Islamen los cuatro rincones del mundo, es su capa-cidad de abrazar culturas y pueblos, sin per-judicarlas ni negarles su propia historia ni suidioma.

Y el ayat 13 de la surah XLIX (Lasestancias) que nos dice :

“Os constituimos en confederacionesy tribus para que os conociérais”

es muy explícita al respecto y preconiza,tanto el reconocimiento de la diversidad depueblos y culturas dentro de la Ummah, co-mo la igualdad entre ellos.

De esta manera encontramos que enAndalucía cada vez hay más conversosespañoles al Islam --y eso que desconocen elárabe-- porque los conocimientos divinos se

interpretan y hacen en el mismo castellano,Otro ejemplo: los bosnios musulmanes incli-nados más hacia un estado laico que confe-sional, que han alzado el Islam como bande-ra de resistencia --al igual que los chechenos--contra la limpieza étnica, desconocen la Len-gua Árabe. Y en Alemania, en los programasescolares de integración del alumnado de lasdiferentes comunidades de inmigrantes, seincluían sus lenguas maternas para facilitar-les la adquisición de los conocimientos sobresus culturas y su religión. A los turcos,iraníes y afghanos --todos musulmanes-- nose les impartía la enseñanza en árabe sino enturco (o en kurdo si los niños son de ese ori-gen), en persa y en afghano, Es completa-mente normal que el pasado 3 de Enero, conocasión de la Conferencia Internacionalsobre la Lengua Persa, Irán, el país más isla-mista del mundo, lanzara toda una políticade persofonía, parecida a la francofonía delEstado francés o a la política lingüística delEstado español que llevan a cabo losInstitutos Cervantes en los países latinoame-ricanos y Marruecos. A este respecto, el pre-sidente iraní afirmaba que “la Lengua Persaes un medio adecuado de comunicaciónpara desarrollar la gran civilización islámi-ca”. Federico Mayor Zaragoza, añadía en uncomunicado que “es en la literatura y la len-gua persas (...) donde podemos encontraractitudes de apertura, de comprensión y derespeto al otro. Es lo que nos inspira, si que-remos preservar un porvenir de fraternidadentre los pueblos”.Así pues, en Melilla, loscursos de religión se pueden hacer perfecta-mente en tamazight, traduciendo el signifi-cado de las surats y ayats del Corán --comohacen todos los imames del mundo musul-mán no árabe-- a la lengua materna del co-lectivo autóctono, como hace de forma elo-cuente el conocido imam Huari y el imamnadoriense Al-lal.

En definitiva, la lengua tamazight, vehí-culo de toda una cultura mediterránea desdehace milenios, es también un medio idóneopara transmitir los conocimientos de religióny civilización islámicas, a las que ha enri-quecido de manera notable en todo el Nortede África y en el Al Andalus medieval.Como muestra de ello sólo recordar la laborejemplar del Sus marroquí.

Todo político estáconvencido de que lasmedidas de integraciónsocial y laboral de uncolectivo marginado vanparalelamente con lavaloración de lassensibilidades culturales.

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Duración: 2 años (ampliables a 5)

Requisitos: Haber finalizado la Enseñanza Secundaria (COU o FP2)

Inicio: Septiembre de 1996

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1. Introducción. Origen, necesidad yobjetivos de estos cursos.

El objetivo de este artículo, lejos de preten-siones académicas, consiste, en base a unaexperiencia docente concreta pero queplantea una problemática generalizada, endar una serie de propuestas que puedanresultar útiles a los que realizan labores di-dácticas análogas, pues, como todos sabe-mos, de poco valen a menudo las comple-jas disquisiciones teóricas pedagógicas o psi-colingüísticas cuando la realidad se imponeterca.

Por creer que huelga hacer demasiadasreferencias a la necesidad, es más, a la urgen-cia de este tipo de medidas (enseñanza de lalengua y cultura de origen al colectivo inmi-grante), entraremos de lleno en la comuni-dad objeto y sujeto de nuestra dedicación, enel marco de experiencias análogas realizadasen países que nos han precedido en la acogi-da de inmigrantes. Estas experiencias de-muestran algo bastante simple y que, sinembargo, ha sido obviado a menudo: inte-grar no significa asimilar. Integración es ainterculturalidad, a conocimiento y a respetodel propio origen, lo que asimilación es aalienación y desprecio de lo propio. Estasegunda, aparentemente más fácil para lacultura de acogida, ha resultado, sin embar-go, la más desaconsejable a la larga, puesanula en el educando la posibilidad de enri-quecerse, ampliar horizontes y autoconocer-se. En el caso concreto de la comunidadmarroquí en Almería, este autoconocimientoes, si cabe, aún más real pues no hablamos

PEDAGOGÍA DE LA LENGUA Y DE LA CULTURA

Uzmán el Azami y Bárbara Herrero Muñoz-Cobo

El texto siguiente corresponde a un trabajo de investigación en elcampo de la metodología didáctica. Se trata del diseño de un Cursode Lengua y Cultura Árabes para inmigrantes en la provincia de

Almería, y expone la situación de este colectivo a la luz de un sondeoprevio a partir del cual se establece la estrategia educativa.

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de “el otro “ sino que los magrebíes son, entérminos históricos, parientes cercanos.

Con esta iniciativa se pretende ayudar ala comunidad inmigrante a mantener vivaslas coordenadas más definitorias de su iden-tidad, su lengua y su cultura. Sin embargo,en este caso nos planteamos la enseñanza dela lengua como un microbjetivo para la con-secución de algo más amplio cual es elredescubrimiento, cuando no el descubri-miento, de su cultura-historia-religión, a-malgama entendida en su más amplio senti-do como el conjunto de hábitos, tradiciones,creencias y modos de relacionarse, interpre-tar la realidad y desenvolverse dentro de ella.

2. La enseñanza de la lengua: Fases.

Para conseguir los fines citados se deberánsuperar una serie de fases de implementa-ción. La primera, que configurará a las res-tantes, será la fase de análisis de variableshasta ahora desconocidas como el nivel dealfabetización del alumnado, los grados demotivación o su destreza para la captaciónde determinados contenidos. Una vez defi-nida se procederán a establecer las fasesintermedias indicando tiempos, objetivos yrecursos. Estas fases no serán en cualquiercaso algo rígido sino que se irán modifican-do con las circunstancias, pues considera-mos que el éxito de iniciativas como éstaestriba precisamente en su flexibilidad, que

En el caso concreto de lacomunidad marroquí enAlmería, esteautoconocimiento es, si cabe,aún más real pues nohablamos de “el otro “ sinoque los magrebíes son, entérminos históricos, parientescercanos.

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la capacita para adaptarse a la realidadretroalimentándose desde y para la reali-dad. En una última fase se debe ir calibran-do el impacto del proyecto para, mediantela detección de aspectos subsanables y unanálisis de errores, proporcionar el índicede éxito del proyecto haciendo balance conlos aspectos positivos que se hayan ido con-siguiendo. En otras palabras, el proceso seresume en: programa abierto, análisis de va-riables, evaluación de la implementación,programa 2. Veamos un caso concreto.

Fase 1. Realización de un programaabierto.

Aunque en esta fase “cada maestrillo tienesu librillo”, no está de más recordar que alenseñar una lengua son importantes loscontenidos o “saberes declarativos”, “sabercosas” (el nombre, el pronombre, etc..) perohay aspectos que no se suelen enfatizar yque resultan quizá más importantes puespermiten al alumno aprender por su cuenta.Se trata, aplicando un viejo paradigma encooperación, de “no dar peces, sino en-señar a pescar”. Entre estos llamados “sa-beres procedimentales” que no son otracosa que “saber hacer cosas” el profesor deárabe podrá recurrir a las técnicas de aso-ciación y jerarquización de contenidos, lanemotecnia y las de adaptación a necesida-des comunicativas nuevas, tanto de com-prensión como de producción de nuevosenunciados, desarrollando la capacidad deimprovisación.

Suena bien, pero veamos los alumnos.

Fase 2. Descripción de la realidad. Elalumnado.

En el caso que nos ocupa éstas eran lasvariables de las que partimos: edad, núme-ro, curso escolar, procedencia.

En cuanto al “conocimiento previo” basedel conocimiento posterior, elaboramos uncuadro en el que, básicamente se trataba desaber el tipo de destreza lingüística y elnúmero de alumnos que la poseen:

- Lectura en árabe.- Lectura en español.- Escritura en árabe. - Escritura en español.- Lengua materna: árabe marroquí- beréber.

- Expresión oral /escrita en árabe.- Comprensión del árabe.- Traducción del árabe. Resultando que los niveles más clara-

mente definidos están constituidos por aque-llos niños que “no hablan... si escriben pe-ro..”. Una vez más, reina el caos pues hayuna oferta única y varias demandas distintasy antagónicas.

Fases 3 y 4. Problemas y propuestas desolución. Problema pedagógico: ladiferencia de niveles.

En una clase de quince alumnos, pongamospor caso (recuérdese que se parte de unmínimo de diez alumnos) cada niño es desu padre y de su madre, excepto los herma-nos: unos quieren leer a Mafuz mientrasotros no saben coger el lápiz. Pero no todoestá perdido. Además de la desesperación yde los deseos de quemarse a lo bonzo, elprofesor tiene ante tan siniestra perspectivauna esperanza, una manera diestra de posi-tivizar lo negativo, de capear el temporalcon temple, de aliarse con tan adversa rea-lidad.

Se trata de no ocultar o allanar las dife-rencias de nivel sino, al contrario, fomentar-las y crear solidaridad grupal gracias a ella.Se trata de invertir la pirámide docente en laque el profesor está en la cúspide y los alum-nos menos aventajados en la base, y hacerque el profesor sea el guía, el moderador de

...unos quieren leer aMafuz mientras otros nosaben coger el lápiz. Pero

no todo está perdido.

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los estadios intermedios que se ocuparán delinmediatamente inferior. Hemos comproba-do que esto, además de dar cohesión al grupoy fomentar valores como la necesidad deayuda mutua, fomenta la responsabilidad yla autoestima. Todos son alumnos y profeso -res simultáneamente. Gracias a este sistemalos niños son sujetos activos y no pasivos delproceso de aprendizaje. Por otra parte, estajerarquía que rompe jerarquías, al ser cíclica,posibilita el trueque, y la dinámica del grupose diversifica en un liderazgo compartido.

Otros problemas añadidos: Las actitudeslingüísticas

A las diferencias de nivel se unen las difi-cultades extrapedagógicas que el niño traede casa. No olvidemos que se trata de ungrupo de inmigración formado por seres quedejan su cultura, vienen a veces a mitad decurso y casi siempre con una falta de moti-vación para aprender lo propio, pues todosu esfuerzo se centra, como el de todos, enlo prioritario: adaptarse a su nueva realidad.Para motivarles, ha resultado muy satisfac-torio el “vender la idea” de que su lenguamaterna es una ventaja respecto a su entor-no y no algo que deban olvidar para asimi-larse sino que les ayuda a integrarse, queparten con ese beneficio.

También es importante reforzar la ideade que el conocimiento del árabe no sólo esbueno por ser propio y para conocer la pro-pia cultura, sino también para conocer otraslenguas y culturas ya que el árabe, por ejem-plo, tiene más fonemas que otras y resultamás difícil para los que no es su lengua ma-terna. Es decir, se trata de definir la identidadpersonal y colectiva mediante el lingüismo.En definitiva se trata de reforzar, gracias a lalengua, la idea de diferencia como algo posi-tivo: el niño tiene cosas que aportar y éstasson, fundamentalmente, sus diferencias.Nuestro objetivo debe pues ampliarse paraincrementar la motivación mediante la auto-estima, promoviendo un acercamiento para-lelo a la lengua y a la cultura, y así: transmi-tir la idea de que el árabe es el medio para co-nocer su patrimonio histórico, subrayar laimportancia del legado lingüístico árabe enEspaña enseñando nexos y zonas de inter-sección como los arabismos en español.

3. Transmisión del patrimonio cultural

Para propiciar el acercamiento y la reconci-liación entre la lengua y la cultura, resultabastante eficaz, además de lo ya dicho, rea-lizar actividades complementarias a las cla-ses de lengua (fines de semana, campamen-tos de verano, excursiones...) en espaciosdonde resulte más fácil crear ambientes lú-dicos, cumpliendo así con la célebre má-xima de enseñar deleitando. Proponemospara ello, simultanear y practicar lo apren-dido en clase de lengua en entornos realespero enfatizando los aspectos culturalesque, por razones de prioridad en el tiempo,quizás se hayan relegado en las clases en unafán realista y loable por cubrir las primerasurgencias comunicativas. En los distintosproyectos que se han ido elaborando sobrelas clases de cultura y lengua árabes y conlas aportaciones que la “praxis” ha idosuministrando, surgía con fuerza la idea deque aquéllas debían conducir hacia la inte-gración del niño en el entorno de acogidamediante el fomento y promoción no sólode un sentimiento de orgullo por hablar sulengua materna (lealtad vernácula) sinotambién mediante la asunción de la identi-dad cultural de sus progenitores. Su propiobagaje cultural no debe ser un fardo para laarmoniosa convivencia e integración delniño en el entorno de acogida, mas bien alcontrario, debe ser un rasgo distintivo queenriquezca su identidad y, al entrar en con-tacto con sus “iguales distintos”, la de éstos.Dentro de este marco dimos un paso más yconsideramos que era importante poner de

No olvidemos que se trata deun grupo de inmigración

formado por seres que dejansu cultura, vienen a veces a

mitad de curso y casi siemprecon una falta de motivación

para aprender lo propio, puestodo su esfuerzo se centra,

como el de todos, en loprioritario: adaptarse a su

nueva realidad.

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relieve aquellos aspectos de la cultura e his-toria de origen del niño que le hicieran per-cibir el nuevo espacio como algo cercano,propio, para lo que se programaron una se-rie de actividades encaminadas a enfatizarideas que ampliaran esta hipótesis (confe-rencias, videos, charlas o simples comenta-rios intercalados en las clases), que pusie-ran de relieve hechos como que, muchasmanifestaciones de la cultura marroquí ac-tual (música, lengua, gastronomía, antropó-nimos y topónimos), son herencia de aque-lla que se desarrolló en esta tierra común.Ya que es precisamente Al-Andalus, An-dalucía, donde estos niños viven, crecen yse relacionan. A este respecto consideramosimportante y complementario el exponer,valga el símil matemático, la función inver-sa que consiste en poner de relieve aquellosaspectos de la cultura de acogida claramen-te relacionables con los de la propia comopuedan ser el sustrato lingüístico (léxico,paremiológico, etc...) árabe en español, lassimilitudes en las costumbres, el arte, lamúsica, o cuestiones tan cotidianas comoalgunos hábitos de higiene, gastronomía yun largo etcétera.

En el caso concreto de Almería esta hue-lla es patente y tan relevante, emblemática ymonumental como su alcazaba. La visita a laalcazaba sería, por ejemplo, una ocasión úni-ca, en el caso almeriense, para trasladar a larealidad estos supuestos. Es un manera deque estos niños paseen, hablen y jueguen enun marco que les haga decirse “estamos encasa”. Y así:

- Recalcar la importancia de su patrimo-nio en Andalucía.

- Reivindicar la idea de Al-Andalus co-mo tierra de antepasados comunes con suscompañeros españoles.

Además, en esta fase de prioridad de lafaceta cultural sobre la estrictamente lingüís-tica, surgió una idea2 que contaba con lacolaboración de las familias inmigrantes co-mo sujeto activo y dador, no como mero re-ceptor pasivo. Para ello se propuso a lasfamilias que se hicieran cargo de una recep-ción en su casa de los demás niños con suprofesor, para que así sus casas (cortijos, ensu mayoría) pasasen a ser escenario de en-cuentro y ámbito en el que se potencia nosólo la relación con los distintos sino con losiguales, al potenciar la cohesión y solidari-dad intergrupal, a veces más importante ydirecta que la exógena. Al convertir al hués-

ped en anfitrión les brindamos la posibilidadde desarrollar un rasgo fundamental de supropia cultura como es la proverbial hospita-lidad árabe. Propuestas como ésta vienen ainscribirse en un ámbito más amplio, quecaso de no estar en consonancia, lejos dearmonizar, descentraría al niño al ver dosrealidades distintas, distantes y sin campo deintersección: su casa, su familia y el mundoexterior. Pretendemos en definitiva sincroni-zar la adaptación del niño en su microcos-mos y de éste en un mundo más amplio.Estos dos polos de atracción: la casa --lopropio-- y la calle --lo ajeno-- no deben serexcluyentes sino que hay que buscar unespacio de intersección, que no de eclipse,entre ambas evitando crear un ambiente bur-buja en el que se mitifique y añore la culturade origen (con el consiguiente choque alreencuentro) y rechace la de acogida o lainversa. Se trata de crear una zona de equili-brio entre la apropiación indebida de loajeno y la enajenación de lo propio.

No debemos olvidar, por último, unaspecto que, aunque por su complejidad yriqueza no abordemos en profundidad eneste artículo, resulta del todo fundamental,pues, en esta intersección nos queda una

Su propio bagaje cultural nodebe ser un fardo para laarmoniosa convivencia e

integración del niño en elentorno de acogida...

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media luna --nada más gráfico para repre-sentar al Islam-- el tercer eje que junto conla lengua y la cultura configuran la identidaddel niño y que van indefectiblemente unidosen el caso del Islam. El profesor de lengua ycultura islámica debe por ello transmitir lalengua coránica y sus principios pues, dehecho, el adulto inmigrante se siente antetodo musulmán. La identidad, en esta cultu-ra más que en otras, no se adquiere tanto porlo racial, lo nacional o lo lingüístico, comopor lo religioso que las abarca y las superadotándola de un carácter universal suprana-cional.

Notas1. Al decir Andalucía, en la práctica nos ceñimos

al caso almeriense, sobre el que nos basamos, aunquelas conclusiones y propuestas sean generalizables acasos análogos.

2. La idea a la que hacemos referencia, fue deRamón Pasamontes, trabajador social de la O.N.G.“Almería Acoge” y, como todas las suyas, resultó muypositiva.

BibliografíaRAMMUNY; RAJI. “Statistical Study of Errors of

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PANIKKAR, R. “Sobre el diálogo intercultural”.Editorial San Sebastián. Salamanca. 1990.

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APRENDER ISLAMEN LA ESCUELA

La aprobación, el día 12 de Marzo, del

Convenio entre la Comisión Islámica de Es-

paña y el Ministerio de Educación y Ciencia

para la Enseñanza del Islam en los Centros

Docentes Públicos y Concertados con el Estado,

abre una oportunidad histórica para que los

alumnos y alumnas en España que lo deseen,

puedan recibir, con cargo a los fondos

públicos, formación continuada sobre el Islam

en sus múltiples dimensiones.

Para poder evaluar las necesidades de profesores

que han de impartir esta enseñanza en el pró-

ximo curso escolar 96/97, es preciso conocer el

número de alumnos que la quieren recibir.

Tanto si eres musulmán como si, no siéndolo,

deseas que tus hijos tengan un conocimiento más

correcto del Islam, al formalizar la matrícula

para el próximo curso, solicita su inclusión en la

clase de Enseñanza Islámica.

Si deseas más información, llámanos:

957-338041

Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas

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En tanto que creyentes y practicantes deuna religión, queremos educar a nues-

tros hijos imbuyéndoles los principios queconforman nuestra vida y que suponemosidóneos para la suya. Pensamos que estatransmisión se hace en el grupo primario enel que se cria el niño, la familia prioritaria-mente o la institución o simplemente perso-nas que quieren, protegen y apoyan al niño.Con la crianza y los afectos van empareja-dos los valores y la percepción básica de larealidad y así cada cual los asimila e imbri-ca en su personalidad.

En el continuo cambio que va transfor-mando la sociedad, el Estado ha ido acapa-rando funciones que antaño recaían en lafamilia, cuya estructura difería radicalmentede la nuclear actual (padre y/ o madre ehijos), una familia mucho más extensa quese fundía con la tribu o clan con poderososlazos de mutua conveniencia, en tiemposprecarios. Los nuestros también lo son, noobstante, las interrelaciones individuo-socie-dad se plantean de otro modo: mientras seexacerba el individualismo, el Estado se vahipertrofiando de manera que, en una sutilvuelta de tuerca, el derecho se ha convertidoen un deber y nos encontramos con que lainstrucción --una aspiración loable-- es obli-gatoria. Así las cosas, la enseñanza de la reli-gión ipso facto se hace obligatoria también yaquí empiezan algunos problemas ¿qué reli-gión?, ¿historia de las religiones? y ¿los nocreyentes? Naturalmente, a medida que seplantean nuevas coyunturas se van barajan-do posibilidades. Se ha llegado a un acuerdoinicial: los que quieren religión, la tienen, losque no, tienen ética.

NOTAS SÍ, NOTAS NO

Sabora Uribe

Pero esta alternativa resulta demasiadoreduccionista y no satisface a muchos gru-pos. Hasta este momento la religión Católicaera la religión por antonomasia y no se con-sideraba siquiera la posibilidad de practicar oenseñar otra; en la actualidad otras han lle-gado a adquirir entidad jurídica suficientepara plantearse su enseñanza en las escuelasestatales, así el Islam o el credo Protestante.

Los musulmanes españoles entramosahora en la polémica a que ha dado lugar lacuestión de la religión: ¿se le asignarán a estamateria calificaciones académicas? ¿influ-irán esas calificaciones en el currículum? Enun esquema tan extremadamente competiti-vo de la educación como el nuestro, este tipode cuestiones son asunto candente, cuandouna décima en la nota puede decidir el ingre-so de un joven en una u otra Facultad y, portanto, condicionar su futuro.

Estos días asistimos en la prensa nacio-nal a un debate acerca de esta cuestión y nose vislumbran soluciones al gusto de todos;si hay calificaciones no se sabe con certezaqué elementos conviene tener en cuenta, si lasensibilidad religiosa del alumno o su cono-cimiento formal, su información acerca de lareligión, si no se dan calificaciones se reco-noce su carácter especial, no coercitivo, suregalo para el espíritu. Aunque al poner estamateria en un apartado especial, alejada decondicionamientos realistas, puede hacerque se la relegue a algún lugar en el limbocomo algo ajeno a la vida práctica de cadadía, tal que ha ocurrido a la metafísica y estáa punto de ocurrir con la filosofía, cada vezmás arrinconada.

Vistos pros y contras, nos parece másinteresante salvar el carácter único, especialde la religión y abogamos porque se impartade forma libre y voluntaria, sin calificacio-nes, en la etapa obligatoria de la enseñanza.Habrá de ser una decisión de los padres ymuchos niños no se la tomarán en serio, co-mo no se toman en serio otras materias. Enlas fases tempranas de la educación el niñopiensa en el juego como actividad principalde su vida, está en pleno proceso de sociali-zación, las normas están internalizadas amedias y, en el mejor de los casos, tiene unalimitada perspectiva acerca del alcance desus estudios. Desde este supuesto se requie-re que el profesor haga la clase tan atracti-va que los alumnos disfruten de ella sincontar con la motivación adicional de lasnotas.

Por otro lado, cuando la enseñanza esvoluntaria y, dentro de un abanico de posibi-lidades lo más amplio posible, el alumno sedecanta por la religión, consideramos queestá en condiciones de responsabilizarse desu trabajo y las notas son --a falta de algomejor-- el índice más homogéneo con el quecontamos. Cuando los muchachos amplíansus intereses, su curiosidad sobre el mundo ysobre sí mismos se intensifica y tienen unavisión complementaria corto/largo plazo desus estudios, entonces sí deben responder deuna labor de formación que premie el cono-cimiento formal, la capacidad de compren-sión de conceptos e ideas, la elaboración desíntesis, el esfuerzo personal y la práctica dela curiosidad intelectual y del espíritu críticoconstructivo.

La religión es una concepción del mun-do en el más amplio sentido de la palabra,una concepción que se ha ido desacralizandoy paulatinamente ha sido desbancada por lafilosofía. Entrambas es deseable que se m-anejen en la formación de nuestra juventud.La alternativa natural a la religión es la filo-sofía y no la ética, que es tan sólo una partede ese corpus de pensamiento. Y si el bachi-ller tiene que manejar a Spinoza o Hegeltambién puede tener conocimiento de lasenseñanzas del Profeta Muhammad o de losdiscursos de ´Ali en “La cumbre de la elo-cuencia”.

No olvidemos que las líneas de pensa-miento y los autores son referentes que nosacompañan toda la vida, por esa razón dese-amos conocer y proponer otros que amplíene innoven la oferta existente.

Si los integristas laicos quieren escamo-tear el conocimiento de cuanto se relacionacon el fenómeno religioso, han de realizarsus propias propuestas, ya hay, por ejemplo,un grupo de humanistas que acaba de hacerpúblico el manifiesto de Delfos, en defensade una mayor presencia y difusión de la cul-tura clásica.

Sospechamos que tras la cuestión de lascalificaciones en materia de religión seesconde un asalto por el poder hegemónicollevado a cabo por la Iglesia Católica, insta-lada durante siglos en nuestro país y con evi-dente predominio en el terreno de laenseñanza. Sin embargo, la vida siemprecamina hacia delante y no es factible resta-blecer un estado de cosas cuya base de sus-tentación ha variado substancialmente. Ladinámica actual de nuestra sociedad es plu-

ral y variopinta y los musulmanes españoles,que constituimos una minoría en fase de ex-pansión, concurrimos a ella con los mejoresdeseos. Consideramos que el pensamientoreligioso es universal, trascendente e irre-nunciable para el ser humano y aspiramos acultivarlo en la vida privada, en la escuela,ejerciendo un derecho recién adquirido, y ennuestras relaciones sociales, matizando laconvivencia y dando tono (tonificando y en-tonando) a nuestros intercambios.

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Análisis estadístico de un fracasoanunciado

Como ponen de manifiesto los datos refe-rentes al curso 1995-1996 aportados por laDelegación Provincial en Ceuta delMinisterio de Educación y Ciencia:

--En Educación Infantil, si en elcurso 1985- 1986, es decir, hace diezaños, la proporción de musulmanes eradel 31,99%, es decir, 460 musulmanes deun total de 1438, hoy en día son ya ma-yoría, 990 de 1977 es decir, un 50,07%del total.

Pero mientras el número de niños musul-manes se ha más que doblado en este nivel,el de alumnos no musulmanes sólo ha au-mentado en 17 alumnos, pasando de 970 a 987.

De seguir así, en diez años, el 65 % delalumnado de educación Infantil en Ceuta (entorno a 2000 niños) será musulmán.

--En el nivel de Educación Primaria,el 48,88% del alumnado es musulmán.(2974 alumnos de un total de 6481).

En total, entre el nivel de EducaciónInfantil y Primaria/Educación GeneralBásica hay 3964 niños musulmanes, esdecir, un 46,86 %. Hace diez años, eranel 33,23 %.

--El panorama cambia totalmente enEducación Secundaria.

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HACIA UN NUEVO MODELO DE ESCUELA PÚBLICA

EN CEUTA: ANÁLISIS Y PROPUESTAS

Mahdi Flores

El presente documento recoge las inquietudes, reflexiones y propuestas del colectivoNIQABA que lo presentan, en este caso, a las comunidades islámicas de Ceuta,

miembros de la Comisión Islámica, así como a todos los interesados por la problemática dela lengua árabe y la cultura árabo-islámica en nuestras escuelas, con la finalidad de que

conozcan la realidad escolar de la comunidad musulmana ceutí y participen en latransformación de su actual modelo de Escuela Pública, considerando que ello redundará

en beneficio de todos los alumnos de nuestra ciudad.Este documento es fruto de un trabajo de investigación, estadística, seminarios y debates que

ha llevado a cabo el colectivo con la colaboración de muchas otras personas, que hanayudado en la búsqueda de soluciones a una situación escolar inadmisible. El hecho de quenuestro colectivo represente a un alto porcentaje de docentes o futuros docentes musulmanesha sido muy positivo a la hora de sensibilizar al colectivo NIQABA en su conjunto y de

valorar positivamente todas sus aportaciones y experiencias.Con esta iniciativa intentamos analizar de una manera crítica la realidad del alumnadomusulmán de Ceuta, tanto desde el punto de vista estadístico como sociológico; poner demanifiesto una situación de fracaso escolar alarmante, un incumplimiento esencial de la

LOGSE y una política educativa en Ceuta, en este caso, contraria a los principioselementales de la pedagogía moderna, así como proponer una serie de soluciones compartidas

por todos los responsables educativos y sociales de nuestra ciudad.

En este nivel hay 542 alumnosmusulmanes de un total de 3438, esdecir, un 15,76 %. De estos 542 alumnos,182 estudian en Formación Profesionalo Módulos.

De los datos arriba mostrados se deduceun hecho gravísimo:

De los 2786 niños musulmanes quehabía hace cinco años en la etapa Primariasólo quedan 542 en Secundaria.

¡Se pierden 2226, esto es, un 80,41 %!.

Es decir, un 80,41% del total de alumnosmusulmanes de Ceuta no accede a estudiossuperiores y sólo un 19,59 % puede accedera ese derecho.

Por contra, entre los no musulmanes,hace cinco años había en la etapa Primaria3906 niños, de los que quedan 2896 en Se-cundaria, es decir, se pierden 1010 alumnos:un 25,85%.

Lo cual significa que un 74,15% delalumnado no-musulmán (contra un 19,59 %del musulmán) cursa estudios de la EtapaSecundaria y, en teoría, tiene acceso a losEstudios Superiores.

Estos datos globales, ya de por sí signifi-cativos, se vuelven más dramáticos cuandose sabe que de 407 alumnos que cursanC.O.U. sólo 30 son musulmanes, es decir, un7,37 % del total. En el resto de las modalida-des de Secundaria, el alumnado musulmán,como ya hemos visto, no supera el 16 % deltotal y no tenemos datos que nos permitansaber qué porcentaje puede acceder a estu-dios superiores o universitarios.

Siendo excesivamente optimistas y to-mando como dato de referencia la cifra de losalumnos musulmanes que estudian en la eta-pa secundaria (B.U.P,C.O.U, E.S.O, Ba-chillerato LOGSE, F.P y MÓDULOS) deci-mos que sólo 20 de cada 100 alumnos mu-sulmanes tienen acceso a estudios superiores.El porcentaje de alumnos no-musulmanes quetiene ese derecho es de 75 por cada 100.

De esos 20 alumnos musulmanes, seestima que siguen estudiando sólo 10.

El resto no lo hace por problemas econó-micos o por opciones personales.

De estos 10 sólo 5 sale a las universi-dades de la península, y del resto, gran partese decide a estudiar en Ceuta en la Escuelade Magisterio o en la UNED (Universidad aDistancia).

De esos 10, se desconoce exactamentecuántos acaban sus estudios, cuántos en-cuentran trabajo y sobre todo, cuántos traba-jan en Ceuta, pero hay datos muy significa-tivos al respecto:

--De 730 docentes que trabajan enCeuta en la Escuela Pública, actualmen-te sólo hay dos musulmanes ceutíes.

--De todos los profesionales liberalesque ejercen en Ceuta (abogados, médi-cos, ingenieros, periodistas...) menos deuna docena son musulmanes ceutíes.

- Similar o peor porcentaje se da enfuncionarios y contratados públicos,con el agravante de que este porcentajecasi simbólico de empleados públicosmusulmanes suele ocupar los puestosmás bajos en el escalafón laboral (ser-vicio de limpieza, de recogida de basu-ras, etc).

Análisis socio-lingüístico del alumnadomusulmán

Falta por hacer un estudio exhaustivo quenos proporcione datos socio-lingüísticosfiables relativos a la población musulmana,pero es de conocimiento general que la len-gua materna de la mayoría de la poblaciónmusulmana de Ceuta es el árabe coloquialpropio de la zona, es decir, con influenciasyebalas y tetuaníes a la que hay que sumarla decisiva influencia del español, en fun-ción de distintos factores, que van desde laedad, sexo, grado y lugar de escolarizaciónhasta circunstancias laborales o criteriosideológicos personales que hacen que seconozca y se emplee el árabe más o menoscastellanizado, o que se minusvalore su uso(caso de musulmanes que tienden a inte-grarse plenamente en la cultura dominante

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en español, o incluso que se pierda o el dehijos de algunos matrimonios mixtos).

Desde un punto de vista sociolingüístico,en efecto, la comunidad musulmana deCeuta se caracteriza por el bilingüismoárabe/español y en un porcentaje todavía nodelimitado, pero socialmente poco relevante,por el trilingüismo árabe/español/rifeño.

El caso del rifeño (tarifit) en Ceuta estápor estudiar, puesto que no hay ningún estu-dio estadístico al respecto. Sin embargo, porlos sondeos escolares realizados, se constataque los jóvenes estudiantes de secundaria,hijos de padres de lengua rifeña, generalmen-te no dominan esta lengua, unos pocos laentienden y todos conocen el árabe, ademásdel castellano. De lo que deducimos que elrifeño constituye un elemento no desprecia-ble, pero adicional, en la constitución del pro -blema lingüístico de los musulmanes ceutíes.

La situación del árabe en Ceuta, como enel resto del conjunto arabófono, se caracteri-za sobre todo por la diglosia, es decir, por lacoexistencia de variedades de una mismalengua entre las que no hay intercompren-sión, salvo con el aprendizaje formal de suvariedad alta (árabe culto).

Mientras que en el resto del mundo árabela escuela proporciona la oportunidad deaprender el árabe culto, en Ceuta la situaciónes todavía más complicada, dado que laescuela sólo da opción a la formación delalumno en español. Las nuevas generacionesdesconocen el árabe culto y entre los que lohan estudiado, su conocimiento es muy va-riado: desde el árabe coránico de la mezqui-ta o el msid, enseñanza generalmente reser-vada a hombres y que no permite a esosniveles un dominio moderno del idioma(leer, por ejemplo, un periódico en árabe) alos que estudian en las escuelas marroquíes,cuyo nivel de árabe está en función de sunivel de escolarización.

En resumen, dejando aparte a estos gru-pos que tienen contacto con el árabe culto,vía institución religiosa o escuela marroquí,la mayoría de la población desconoce estavariedad de árabe, con todo lo que suponequedar al margen del árabe escrito, vehículode su propia cultura.

La situación lingüística entre los musul-manes ceutíes es, pues, distinta a la de loshabitantes de un país árabe y muy similar ala de los árabes que han emigrado a paíseseuropeos: al recibir toda su educación enespañol desde los 3 años por docentes que noconocen la lengua materna del alumno y queincluso la ven como una traba para su desa-rrollo cognitivo, los alumnos arabófonosacaban siendo bilingües imperfectos, enespañol y en árabe coloquial, lengua ésta queno tiene tradición escrita y que queda relega-da exclusivamente al nivel familiar.

En Ceuta se calcula que alrededor de 420alumnos siguen el plan de estudios de laescuela marroquí. Los alumnos que estudianen la escuela española no cuentan con nin-guna posibilidad de estudiar árabe y han deestudiarlo privadamente. Alrededor de 130frecuentan una academia particular, donde seles enseña árabe y 369 memorizan el Qur´anen las mezquitas. Como resultado de esto,este mes de mayo se ha podido realizar elprimer encuentro de memorización y tayuiddel Qur´an, promovido por la asociación devecinos República Argentina con otras aso-ciaciones.

Por último, el Instituto de Idiomas cuen-ta con 26 estudiantes de árabe y no parecesatisfacer las expectativas creadas en torno ala implantación de la lengua árabe en suoferta educativa.

Por contra, un estudio realizado en laescuela pública con alumnos musulmanes,de edades comprendidas entre 15 y 17 años,arroja los siguientes datos:

--El árabe de los alumnos musulma-nes es un árabe reducido meramente alámbito familiar, que retrocede tambiénen el ámbito de las amistades: más del50 % de las conversaciones entre amigosmusulmanes se hace en español.

--Un 70 % sienten que pueden expre-sarse con más amplitud en español queen árabe.

Se observa también que el porcenta-je de palabras españolas empleadas por

los alumnos era abrumador en camposcomo la política, el deporte, la adminis-tración, la cultura moderna, etc.

--El 99% no entiende un noticiarioen árabe culto y el mismo porcentaje noha leído nunca un periódico árabe.

Entre las causas aducidas por losalumnos para no hablar bien el árabe :

--Un 100 % piensa que es debido alpoco interés que muestra la escuela poreducarlos también en árabe. Se consi-dera que es la escuela, junto con losmedios de comunicación ( televisión yradio, sobre todo ) los que deben dar laoportunidad de valorar y aprender elárabe.

--Un 100 % verían con agrado laposibilidad de escuchar programas deradio y televisión en su lengua materna.

--Por otro lado, un 100 % consideranbueno que puedan estudiar religión islá-mica en las escuelas públicas.

Consideraciones

De los datos anteriormente citados pode-mos sacar varias enseñanzas:

a) El fracaso del actual modelo educati-vo en la escuela pública ceutí es inaceptable,en lo que respecta al alumnado de lenguaárabe y pone de manifiesto el proceso cons-ciente de asimilación cultural así como lasdificultades que encuentra la comunidadmusulmana para progresar en igualdad deoportunidades.

b) Un 95 % de la comunidad musulma-na ceutí no posee estudios superiores o uni-versitarios y del 5 % restante muy pocosejercen en Ceuta. La comunidad musulmanano genera su propios intelectuales orgánicos,como se suele decir, a partir de la EscuelaPública española.

c) Este va a ser un problema decisivo,dado que si el intelectual musulmán no suele

salir de este modelo de escuela, no podríasurgir más que del otro sistema educativovigente : la mezquita o la fraternidad musul-mana.

Sin embargo, si el peso de la enseñanzatradicional religiosa era importante hace 30años, las condiciones sociales han hecho quesu influencia como creadora de beneficiossociales (mejora de estatus social, puestos enla administración tradicional) haya quedadoreducida, en gran parte, al ámbito de benefi-cio espiritual y de prestigio moral.

Este fenómeno ha provocado en Ceutaun resultado ya conocido:

Dada que la cultura (lengua, usos, cos-tumbres, sistema de valores) de la comuni-dad musulmana se sustentaba sobre todo envalores tradicionales, al retroceder la influen-cia de lo tradicional y religioso, se ha perdi-do también parte de su identidad cultural. Lairrupción de la modernidad, vía las estructu-ras y relaciones sociales, la educación públi-ca en español y los medios de comunicación,han creado una brecha ideológica considera-ble, sobre todo entre la población más jovenque sufre un proceso de aculturación vertigi-noso.

En este camino, una gran mayoría nologra integrarse bien, laboral, educativa yculturalmente y son asimilados por la cultu-ra dominante y reconvertidos en sujetos so-ciales marginales: es decir, hacen parte de laperiferia social y no del centro dirigente.

d) Para romper este círculo vicioso, losejemplos conocidos demuestran que debehaber un colectivo que posibilite experien-cias transformadoras, organice el cambio yconduzca a la comunidad hacia metas cons-cientemente deseadas por la mayoría.

Y llamamos colectivo transformador alconjunto de personas dotadas de un senti-miento de pertenencia a un mismo grupo,con una conciencia de oposición dialéctica alresto de los grupos dominantes, que cifren elprogreso personal en el progreso colectivo yque supediten sus intereses particulares alinterés de todo el conjunto.

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Necesidad de transformación

Es dentro de esta necesidad de transforma-ción que el Colectivo NIQABA proponeuna estrategia decidida y razonable quehaga posible formar un colectivo unido porlos intereses generales de nuestra comuni-dad musulmana en Ceuta.

La trayectoria del Colectivo NIQABAha quedado siempre patente y especialmen-te hace dos años, cuando apostó por unacampaña intercultural que se cifró en unapetición pública de escuela bilingüe (árabe-español) e intercultural (derecho a la culturaislámica) en Ceuta.

Esta campaña se concretó en un cursode árabe para docentes que se viene ofre-ciendo durante dos años en el Centro deProfesores de Ceuta y que ha hecho posibleque el primer curso de árabe coloquial ofre-cido a profesores no arabófonos haya tenidola virtud de concienciar a un gran número deellos de la necesidad de introducir progra-mas bilingües en las escuelas ceutíes.

Para el curso próximo, el Centro de Pro-fesores de Ceuta ha creído necesario conti-nuar con los cursos que este año han sidoimpartidos gracias a la colaboración y elesfuerzo de Fouzia El Filali, miembro deeste colectivo.

La apuesta por el árabe coloquial de losalumnos responde a un criterio fundamen-tal, que es el pedagógico y que a su vezrepercute positivamente en el diseño curri-cular de los centros escolares.

Por una parte es necesario que el educa-dor conozca la lengua materna del alumnopara poder edificar a partir de ella el resto delos contenidos y por otra, es necesario nodespreciar el estudio y el cultivo escolar delárabe coloquial como finalidad en sí y comopuente al árabe culto, lengua básica para todacultura musulmana y clave para la compren-sión de toda su inestimable herencia histórica.

Como pedagogos, estimamos que en losniveles de educación infantil y primaria eluso del árabe coloquial con los niñosmusulmanes no sólo es un derecho delalumno, sino un deber del maestro, y así loestipula la ley educativa (LOGSE), que

ordena incorporar la cultura materna a laescuela, de tal modo que no haya una ruptu-ra traumática entre el medio cultural delalumno y su escuela.

Nunca se valorarán suficientemente losbeneficios de introducir la lengua maternadel niño en la escuela; el desarrollo psicoló-gico del niño experimenta avances especta-culares, se abandona el sentimiento de ex-tranjería que domina al niño en las primerasetapas de su escolarización y se borra elcomplejo de culpa que se les inculca a lospadres achacándoles la responsabilidad delalto fracaso escolar de sus hijos, debido aque en casa les hablan en árabe y no enespañol.

Esta actitud inculpatoria de algunos do-centes ceutíes con respecto al papel adversoque juega la lengua materna del niño en sueducación descalifica sin ningún género dedudas todo el planteamiento de la Admi-nistración educativa ceutí, que no presta lamínima atención al problema del bilin-güismo y que se comporta de un modo irres-ponsable negando toda implicación en untema tan fundamental como éste.

Las repercusiones que tendría una es-cuela bilingüe en Ceuta serían extraordina-riamente fructíferas para todo el colectivomusulmán, y no sólo para él, en el planopedagógico, social y laboral. Si se respetaseel espíritu de la ley y se introdujesen paula-tinamente programas bilingües en la escue-la ceutí, se deberían crear más de 200 plazasde maestros por este concepto.

Para lograr este objetivo se necesitará laparticipación de todos los musulmanesceutíes, a todos los niveles y es por ello queel colectivo NIQABA apela a la unidad deacción y ve ahora la oportunidad de comen-zar a dar los primeros pasos con ocasión delas clases de religión islámica en Ceuta.

Propuesta de compromiso de un marcode colaboración permanente

Con ocasión de la posibilidad que brinda elconvenio firmado por el Estado español y laComisión Islámica Española de que se

impartan clases de religión islámica en lasescuelas, hemos querido presentar a la con-sideración de las comunidades musulmanasceutíes un proyecto de trabajo en común,que haga posible la unidad y la colabora-ción de todos los musulmanes ceutíes, nosólo circunstancialmente, sino con un com-promiso duradero.

Creemos que las clases de religión cons-tituyen una parte demasiado pequeña de loque debería ser la presencia cultural árabe ennuestras escuelas y que podemos y debemoshacer más para que este impulso cultural nose detenga.

La propuesta se basa en los siguientespuntos:

a) Las clases de religión son unaconquista que debe beneficiar a toda lacomunidad musulmana y que deben ser-vir para plantear una estrategia de cola-boración entre todas las agrupacionesislámicas de Ceuta.

b) El Colectivo NIQABA pone avuestra disposición todo el esfuerzo desus afiliados, en su mayoría musulmanesy el respaldo de toda su estructura orga-nizativa.

Como propuesta inmediata es el com-promiso de este colectivo a constituir unCentro de Estudios Árabo-Islámicos enCeuta, que sirva de coordinador de múltiplesactividades relacionadas con la lengua y cul-tura árabo-islámicas.

El Centro de estudios árabo-islámicos

En el aspecto más básico, es decir,su finan-ciación, el colectivo propone que sea sufra-gado voluntariamente por un 5 % del sala-rio de los docentes de Islam, por las activi-dades que se den el centro y por las ayudaseconómicas que puedan llegar de otrosmusulmanes.

En el aspecto teórico creemos que esfundamental que personalidades musulma-nas del ámbito académico, que cuenten con

sufiente influencia y experiencia en el ámbi-to que nos ocupa, patrocinen el proyecto yconstituyan una Comisión de Seguimientoque vele por la buena marcha del centro yaconseje y arbitre, desde su neutralidad, encualquier caso que se crea conveniente.

Como funciones de esta Comisión deseguimiento, además de aconsejar y arbitrarentre cualquier discrepancia que pueda sur-gir, se dan las de atender a la formación reli-giosa y pedagógica de los profesores de reli-gión islámica, colaborar con todos los me-dios a su alcance a conseguir ayudas y cola-boraciones entre organizaciones musulma-nas y participar con un voto en la direcciónde centro.

El organigrama del centro quedaríaconstituído del siguiente modo:

Una dirección, formada por un represen-tante de cada comunidad musulmana másuno de la comisión de seguimiento y delcolectivo NIQABA, respectivamente.

Sus funciones son las de representarcolegiadamente al centro y las de coordinarlas actividades del mismo.

Sus decisiones se tomarán por mayoría yse estipulará un calendario de reunionesperiódicas (como mínimo, una vez al mes)que permita trabajar de manera eficiente enlas actividades del centro.

Sería muy deseable que esta colabora-ción desembocase en una unión de todas lascomunidades religiosas musulmanas deCeuta, y desde aquí se os hace un llama-miento para que no cerréis la puerta a laconstitución de una Comisión IslámicaCeutí, similar a la que ya funciona en Melillacon tan buenos resultados.

ÁREAS

Las actividades del centro comprendencuatro áreas:

1) ÁREA DE DOCENCIAEn ella, la parte fundamental está constituí-da por:

1.1) El departamento de docencia deIslam para maestros y profesores.

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Puede que sea necesario que los docen-tes de Islam reciban clases de lengua árabe yreligión islámica por parte de varios tutores(muraqibun).

Este departamento debería ofrecer:a) La posibilidad de formar a sus propios

profesores de Islam, de acuerdo con unoscriterios comunes de pedagogía que seanacordes con la situación peculiar del alum-nado ceutí.

b) El seguimiento continuo de la docen-cia en las escuelas y la coordinación de lamateria y técnicas didácticas entre todos losdocentes.

c) La posibilidad de contar con una bi-blioteca y la colaboración de profesores invi-tados, así como de otras ayudas al estudio.

d) El perfeccionamiento de los conoci-mientos en materia religiosa y en lenguaárabe, a ser posible con la implantación de unprograma universitario de estudios islámicos.

Se considera que esta coordinación es fun-damental y un requisito necesario para impar-tir clases de religión. Si además se da la opor-tunidad de estudiar a distancia un programauniversitario y la consecución en unos años deuna titulación específica, creemos más quejustificada la existencia de este departamento.

1.2) Clases de islam y árabe para niñosSe dará prioridad a uno de los tutores

para que imparta estas clases .

1.3) Clases de árabe para mujeres. A petición de un grupo numeroso de

mujeres musulmanas que nos han transmiti-do su deseo de recibir clases de árabe.

1.4) Árabe coloquial para docentes.A petición de varios docentes no musul-

manes. Se ofrecerá el mismo método que seimpartió en el Centro de profesores duranteeste año escolar. Nivel Básico.

2) ÁREA DE PUBLICACIONESSe pretende editar un boletín / revista delcentro que se haga eco de todo lo referentea la comunidad musulmana ceutí. Su perio-dicidad podría empezar siendo mensual yno se descarta que en un futuro sea quincenal.

3) ÁREA DE ACTIVIDADES Coordina todas las actividades comoencuentros, entrevistas, mesas redondas,viajes, campamentos, etc.

4) ÁREA DE ECONOMÍACoordinará las ayudas económicas, becas ymaterial escolar que se faciliten. Asímismorecibirá las cuotas correspondientes de losdocentes de Islam, así como una aportaciónproporcional de todas las actividades queaporten algún ingreso económico.

Los ingresos han de servir prioritaria-mente para sufragar los gastos del alquilerdel centro y para asignaciones mensuales alos tutores, si fuera necesario.

Otras consideraciones sobre el centro deestudios árabo-islámicos

--Como ya se ha dicho, el centro deberíacontar con una biblioteca de temas islámicosy hemeroteca, así como una videoteca ymaterial audiovisual.

--El centro sólo sirve para fines cultura-les de enseñanza de materias relacionadascon el árabe y la cultura religiosa islámica,pero nunca y en ningún caso tendrá otra fina-lidad ni podrá ser utilizado por asuntos noestrictamente docentes o culturales.

Propuesta de profesorado de religiónislámica

Todo este proyecto gira, como hemos visto,en torno a unos objetivos claros: formar encultura árabo-islámica a docentes y nodocentes y convertir el centro en un puntode encuentro de toda la comunidad ceutí.

Para hacer posible esto, el colectivo seproponen una serie de medidas y actividadesque harían posible una autofinanciación ypermitirían obrar con libertad, sin peligro deexigencias ajenas y sentando las bases de uncompromiso más resuelto entre todos losmusulmanes ceutíes.

En este sentido, el compromiso deque todo docente de religión islámica, de-

be aportar un 5 % de su salario para su-fragar el centro, así como su propia for-mación continua, nos parece fundamen-tal; representa la piedra angular de todo eledificio.

Es por ello que pedimos a las distintascomunidades musulmanas de Ceuta, queson las que legalmente deben presentar unalista común de estos profesores:

a) Que esa lista sea lo más consen-suada posible entre todas las comunida-des, para bien y ejemplo de todo elcolectivo musulmán ceutí.

b) Que si están de acuerdo en seguiradelante con el proyecto supediten laelección de profesores a la aceptación delo estipulado anteriormente, respecto asu cuota de participación y la necesidadde coordinación y perfeccionamiento desus conocimientos en la materia.

c) Que para facilitar el consenso, lacomisión de seguimiento organice unoscursos de verano para docentes, demanera que preparen y seleccionen alos más idóneos para ese cometido,desde el punto de vista de conocimientosy pedagogía. Creemos que las distintascomunidades ceutíes deben ser cons-cientes de que la ayuda de profesoresprestigiosos en ciencias del Islam debeser prioritaria en una decisión como laelección de profesorado, dada su mayorexperiencia y conocimiento del tema.

d) Que las comunidades musulmanasden su aprobación a que los seleccionadosen esos cursos por la comisión de segui-miento en colaboración con el resto de pro-fesores que participan en ellos, reciban undiploma (iyasa) de capacitación para laenseñanza del islam en Ceuta y sean los can-didatos a impartir clases de religión islámi-ca en la escuela pública ceutí y que así se lecomunique a la Comisión Islámica deEspaña, que deberá comunicarselo a su vez ala Delegación del M.E.C de Ceuta, a princi-pios de Septiembre.

e) que las distintas comunidades ceutíesden su aprobación a que participen en estoscursos de preparación y selección una listade docentes y estudiantes de magisteriomusulmanes ceutíes y, si son consideradosidóneos, puedan optar, en función de las pla-zas que se creen en Ceuta, a un puesto deenseñante de Islam en la escuelas ceutíes. Elhecho de que alguno de ellos pudiera serseleccionado les obliga a continuar su for-mación, si fuera establecido por sus tutores,durante el tiempo que los tutores crean con-veniente.

f) que sin perjuicio de que participen losmiembros de esta lista en esos cursos, lasdistintas comunidades musulmanas ceutíespuedan elaborar una lista consensuada portodas ellas con más candidatos a participaren estos cursos.

Consideraciones finales

Consideramos, que dada la transcendenciade lo que aquí se ha expuesto, todos lasorganizaciones o comunidades interpela-das en este documento, deben expresar suopinión al respecto y si, tras su estudio ydebate, estiman oportuno darle posibilidadde desarrollo, es conveniente lo hagan concompromiso fraterno y en el más puro con-senso islámico, que se concrete en unafirma que suponga la aceptación del conte-nido de la propuesta de colaboración, y queno sólo significará el principio de una con-vivencia más estrecha entre todas lascomunidades musulmanas ceutíes sino quepondrá las bases para construir en Ceuta,con ayuda de Dios, un Islam más fuerte ymás auténtico.

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Cualquier forma de practicar la Medi-cina se apoya en una concepción filo-

sófica o ideológica de lo que entendemospor salud y enfermedad y del papel que enellas juegan tanto el médico como el pa-ciente. El propósito de esta exposición esdelimitar el marco conceptual en el que seinscribe y desarrolla la práctica de la medi-cina desde una perspectiva islámica. Elmismo término medicina islámica se utilizafrecuentemente haciendo referencia a prác-ticas o procedimientos terapéuticos biendiferentes, por lo que habremos de ver cuá-les son los elementos que éstas tienen encomún para merecer el mismo nombre.

El médico musulmán

El médico musulmán es, en primer lugar,un creyente en el Dios Único. Su papel co-mo médico es una extensión de su naturale-za como hombre y de su creencia y prácticacomo musulmán. Ello significa fundamen-talmente su compromiso con la doble afir-mación de que está compuesta la Shahada(testimonio):

Dice Allah, ensalzado sea, en elQur’an:

“No hay dioses, sólo Allah.”“Muhammad es el Mensajero de

Dios.”En la primera parte hace público con la

lengua y testifica sinceramente en el corazónque Dios es Uno, con el que nada puede serasociado, y que no puede atribuirse divini-dad a nada excepto a Él. Mediante la segun-

LA MEDICINA ISLÁMICA Y SUS FUNDAMENTOS

Mansur Abdussalam Escudero

Según la clasificación de Ibn Sina, la Medicina ocupa un lugar predominanteentre las ciencias físicas, pero no por ello está desvinculada su práctica de la

dimensión espiritual del ser humano. Ninguna de las ciencias que se desarrollanen el seno de la sociedad islámica es un saber desacralizado, sino que hunde sus

raices en la Revelación y en la Tradición, obteniendo en ellas el Criterio necesariopara fundamentar sólidamente tanto las observaciones como la aplicación de

procedimientos. El Doctor Mansur Abdussalam Escudero, hace un recorridopor los fundamentos de la Medicina Islámica, siempre teniendo en cuenta lafuentes antes mencionadas, aquilatadas por más de treinta años de práctica

clínica y de investigación científica en los terrenos de la Psicología Transpersonal,la Acupuntura y la Medicina Natural e Integral.

Una lectura atenta del presente estudio pone en seguida de manifiesto lasprofundas diferencias entre la concepción islámica de la medicina y la que hoyprevalece en el seno de las sociedades industrializadas. La concepción científica

ilustrada, heredera de un pensamiento y una filosofía desacralizada yantropocéntrica, poco o nada tiene en común --en el fondo-- con la que surge de

una Revelación Divina y Trascendental. Aunque a veces haya concomitancias endeterminados procedimientos, su raíz es siempre de diferente naturaleza. Como

bien dice el doctor Mansur, “no es el médico el que cura, sino que es consciente entodo momento de que toda curación proviene de Allah”

da, declara aceptar a todos los profetas ymensajeros que, a lo largo de la historia de lahumanidad, han sido enviados con una reve-lación, un mensaje, una guía para los hom-bres, y que Muhammad, el profeta nacido enArabia hace catorce siglos, que sobre él ytodos los demás sea la paz, representa elsello de la profecía y la actualización últimaen las formas de las anteriores revelaciones.

La primera afirmación implica el reco-nocimiento de la absoluta Unidad de todo loexistente. Su aceptación marca la diferenciafundamental entre creyentes y no creyentes.

“No hay dioses, solo Allah.”Toda la creación y lo que ella contiene,

desde lo más alto, grande y remoto, hasta lomás bajo, pequeño y próximo, está indican-do la existencia de un Creador Único. Sólo lailusión, que empaña y distorsiona la luz de laconciencia hace concebir la existencia dealgo distinto de Dios. La ilusión es una falsa

percepción de la realidad. Para el creyentemusulmán nada puede ser asociado con Diosy, al mismo tiempo, cualquier cosa que seafirme, piense o imagine aparte de Dios,adquiere la categoría de ídolo y su naturale-za es ilusoria. Los ídolos, en tanto que obje-

to, manifestación o concepto, son ilusorios.Allah dice en el Qur’an:

“Allah es la Luz de los cielos y de latierra.”

“Dondequiera que dirijas tu miradaallí encontraras la faz de Allah.”

El Universo entero, considerado a nivelcelular, galáctico o subatómico, todos losfenómenos en el tiempo, todo lo considera-do como masa o como manifestación, hasido creado con la Verdad; pero nada tienerealidad excepto Él.

Sobre ello existen numerosas referenciasen el texto coránico: 10-5, 15-85, 16-3, 44-39, 45-22.

“No hemos creado los cielos y la tie-rra y lo que entre ellos hay sino confor-me a una verdad (intrínseca).”

(Qur´an 46-3)

Si la primera afirmación representa laexpresión sintética de la ciencia de la Unidady la piedra de toque de todos los conoci-mientos, la segunda, “Muhammad es elmensajero de Allah”, testifica la creación co-mo separación y es la ciencia del discerni-miento, de la dualidad y multiplicidad de losfenómenos. Es, también, la ciencia del cuer-po, de la conducta personal y social y de larelación con el entorno. Es la ciencia del vivirrectamente y en armonía con la naturaleza.

Solamente desde la dualidad, desde laseparación, puede afirmarse la Unidad. Estasegunda parte de la testificación que hacetodo musulmán, implica la aceptación deMuhammad como modelo de hombre, ensus palabras, en sus acciones y en sus esta-dos. Él muestra la expresión máxima de lasposibilidades del hombre. Es el ejemplo per-fecto de conducta humana y fuente de todoslos conocimientos útiles. A través suyo, Allahha explicado y hecho claros Sus signos a loshombres y, por ello, representa una muestrade Su compasión por la humanidad.

Así, en el Islam, como creencia y siste-ma de vida, está contenida la guía que cual-quier ser humano necesita para conocer y ser-vir al propósito de su existencia y para viviruna vida plena de significado; en paz interna-mente, en una relación de equilibrio con elentorno y con los demás hombres y mujeres.

Lo expuesto anteriormente puede consi-derarse como un planteamiento inicial e in-soslayable del marco en el que se desarrollala práctica de una medicina que pueda serconsiderada como islámica.

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El médico musulmán es, enprimer lugar, un creyente en

el Dios Único. Su papelcomo médico es una exten-sión de su naturaleza como

hombre y de su creencia ypráctica como musulmán.

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La medicina islámica

La medicina islámica, por tanto, está basa-da en el conocimiento contenido en elQur’an y en el ejemplo y enseñanzas delMensajero, que Allah le bendiga y le con-ceda paz.

Llegados aquí, es preciso señalar que elmarco de referencia del Islam no puede serentendido como una estructura legal rígida ydogmática, sino como un sistema de referen-cia, a la vez completo y abierto, que permitetomar diferentes decisiones según sea lanaturaleza del momento, la situación, y delos diferentes elementos involucrados en elproceso. En este sentido, es tan perfectamen-te aplicable la noción de sistema abierto --procedente de la teoría de los sistemas-- a lahora de entender la constitución de los ele-mentos de la Ley del Islam y su modo deaplicación, como al referirnos al estudio dela célula, el organismo, los grupos humanosque forman las comunidades, o la Naturalezaen su conjunto. Este carácter organísmico,vivo, del sistema islámico es lo que le da sucarácter universal y su aplicabilidad en cual-quier situación.

Al igual que la investigación científica ysus aplicaciones tecnológicas se encuentrancondicionadas por la particular ideología o

visión del mundo del científico, la medicina--en mayor medida en cuanto que intervie-nen variables de imposible cuantificación--forma su cuerpo teórico y, por tanto, sus deri-vaciones prácticas en el ámbito de las tera-pias, en base a la particular comprensión queel médico tiene de la función y significadodel hombre, del propósito de la enfermedady la cura, del encuentro o intervención con osobre el paciente, y, en última instancia, delmodo de entender la naturaleza del yo, el cuer-po, la mente y la realidad en su conjunto.

La medicina islámica, al estar inscrita enel marco de referencia del Islam, como siste-ma de creencias y de pautas de conductabásicas humanas, tiene un carácter totaliza-dor, integral, holístico, que le imprime unamarcada diferencia respecto a la que llama-remos medicina oficial.

La medicina oficial

La medicina oficial, por referirnos a la quese enseña en las Facultades de Medicina yse practica en las instituciones de laSanidad oficial, está ligada y emerge de unavisión del ser humano y del cuerpo, queprocede del pensamiento racionalista carte-siano, donde la naturaleza se divide en dosreinos totalmente separados: el de la mentey el de la materia. El universo material esconsiderado como una máquina y sus ele-mentos constituyentes se describen funcio-nando de acuerdo a leyes mecánicas, en tér-minos de movimientos y ajustes de sus par-tes. Así, el hombre, las plantas, los anima-les, la naturaleza en su conjunto, respondena un modelo conceptual análogo al demáquinas de mayor o menor complejidad.El modelo de hombre bajo esta perspectivaes la de un animalmáquina habitado por unalma racional.

Esta visión mecanicista se refuerza poruna concepción de la realidad que hunde susraíces en los principios ya obsoletos de lafísica newtoniana. Desde esta posición elUniverso es visto como espacio absoluto,contenedor vacío e independiente de losfenómenos que ocurren dentro de él. Loscambios en el mundo físico son descritos entérminos de dimensiones separadas. El tiem-po es considerado como absoluto y sin rela-ción con el mundo material; los elementosconstituyentes de éste se imaginan movién-dose en un espacio y tiempo absolutos, como

Este carácterorganísmico, vivo, del

sistema islámico es lo quele da su carácter universal

y su aplicabilidad encualquier situación.

sólidas partículas materiales, a modo de ladri-llos de los que toda la materia está hecha.

Éste es el modelo que impregna todo elpensamiento científico y, especialmente, lamedicina. Como lógico corolario, un cuerposano es considerado como una máquina bienhecha y en perfectas condiciones mecánicas;uno enfermo, como otra cuyas partes no fun-cionan correctamente y que, por tanto, espreciso ajustar o sustituir.

La ciencia médica oficial, dominantehoy, está basada en un modelo analítico quepretende reducir la realidad compleja del serhumano y lo que considera sus elementosconstitutivos físicos y químicos más simples,con la pretensión de estudiarlos en detalle yde comprender los tipos de interacción queexisten entre ellos.

Desde esta concepción de la realidad, seintenta conocer los más minúsculos detalles,pero se pierde de vista el objetivo y sentidoglobales. La explicación de los fenómenosse hace desde los supuestos de la causalidadlineal, cadena lógica de causas y efectos,extendida en toda su dimensión a lo largo deun tiempo que se mueve unívocamente enuna dirección fija, del pasado al futuro.

La ciencia médica se ha limitado a inten-tar entender los mecanismos biológicosimplicados en la lesión en una determinadaparte del cuerpo, olvidando así al pacientecomo ser humano completo, como sistemavivo, complejo y abierto, en continuo flujo einterdependencia con todo lo externo e inter-no. Bajo esta perspectiva ideológica, ya queno científica, se justifica una orientación dela medicina en la que cada vez tienen máscabida la utilización de procedimientos talescomo la terapia de sustitución de órganos, laintervención a nivel genético o la exclusiónde la dimensión espiritual y de las variablespsicosociales en la causación y manifesta-ción de la enfermedad. La investigación delas causas de la enfermedad y de los proce-dimientos terapéuticos se concentra en las“evidencias o pruebas materiales” olvidandola compleja realidad del ser humano, delhombre en el Cosmos, del hombre comorepresentante de Allah en la Tierra.

Frente a esta visión reduccionista, cabecitar las palabras de Sidi Ali Al-Yamal, quienhace más de trescientos años, en un libroinsuperado como ciencia del conocimiento,decía:

“Allah ha hecho de la existencia unacopia del hombre; un espejo en frente de

él. Sus estados son tus estados; sus pala-bras son tus palabras; sus acciones sontus acciones. Tu yo es una copia de laexistencia y la existencia es una copia detu yo. A quien quiera que Allah da poderpara disponer de sí mismo, le es dadopoder para disponer de la existencia.”1

La perspectiva de la Ciencia

La visión mecanicista de la materia y delhombre, de la salud y de la enfermedad queaún prevalecen en la medicina occidental,no sólo se contradicen con la descripción dela realidad y del hombre contenida en elQur’an, sino que incluso desde la perspecti-va científica más reciente de la biología, dela cibernética, de la ecología o de la físicasubatómica, muestra es-tar totalmente desfasa-da, tanto en lo que res-pecta a las bases con-ceptuales como, lo quees peor, en la práctica aque da lugar.

La física actual llegaahora a confirmar lo quelos gnósticos de Islam yde otras enseñanzas re-veladas anteriormente,siempre supieron yenseñaron. La física devanguardia ha dejado dever el Universo, y porextensión al hombre, o ala célula, como una má-quina compuesta demultitud de objetos se-parados. En su lugar sehabla de totalidad armo-niosa, interrelacionada,interdependiente, indi-visible, como una ma-deja de relaciones diná-micas en la que el ob-servador humano y suconsciencia están in-cluidos.

En la física moder-na, espacio y tiempo noson dimensiones sepa-radas ni conceptos ab-solutos. El átomo es con-siderado como un uni-verso en el que en lugar

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La ciencia médica oficial,dominante hoy, está basada enun modelo analítico quepretende reducir la realidadcompleja del ser humano y loque considera sus elementosconstitutivos físicos y químicosmás simples, con la pretensiónde estudiarlos en detalle y decomprender los tipos de interac-ción que existen entre ellos.

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de partículas materiales, es decir, con unamasa y un peso, se describen mallas deprobabilidades de existencia en un lugar ytiempo dados, modelos de actividad yenergía. Enfatizando que la tendencia o pro-babilidad de existir no es ni siquiera una pro-babilidad de que la cosa exista en sí mismasino como una probabilidad de intercone-xiones. El objeto observado por el físico noes un objeto identificable sino un sistemaintermediario dependiente de la preparacióndel experimento y de los subsecuentesmedios utilizados en la medición. Ob-servador y observado se encuentran en tanintrincada interacción que el resultado delexperimento viene determinado por la elec-ción previamente hecha por el experimenta-dor, es decir por su consciencia. La observa-ción de materia a este nivel desvela que loconsiderado como sustancia material sólidano es más que una proyección mental, unconcepto. Lo que el físico observa son mo-delos dinámicos en continuo cambio.

El enfoque islámico integral se basa enuna percepción global y detallada a la vez;unifica y separa; relaciona y considera lasinteracciones entre los elementos y los efec-tos de las interacciones. Sustituye la visiónestática, sólida y permanente de la realidadpor la de movimiento, fluidez, considerandola naturaleza continuamente cambiante eimpermanente de los fenómenos.

“Todo habrá de perecer, excepto Sufaz.”

(Qur´an 28-88)

La Medicina Integral ve al organismohumano, desde el nivel celular hasta el cuer-po completo como totalidad organísmicapsicofísica y espiritual, en términos de pro-cesos dinámicos no analizables en partes se-paradas y en permanente interacción contodo el cosmos, tanto con la realidad galácti-ca como con la interna, la ambiental y social.Mouley Arabi ad Darqawi decía:

“Se ha dicho que existen cien milmundos, cada uno de ellos como éste ytodos están contenidos en un hombre sinque él sea consciente de ello.” 2

Y también: “Si quieres descubrir el secreto de

todo el cosmos mira a la cosa más insig-nificante.”

Allah dio a Adam los nombres de todaslas cosas, le puso como Su representante enla tierra y le concedió la capacidad para

nombrar y, por tanto, conocer el significadode ellas. De esta forma le hizo ser espejo dela Realidad. La capacidad del hombre es lacapacidad de Adam. Está inscrita y ha sidotransmitida en el código genético. Existecomo posibilidad para ser descubierta, re-cordada, en el DNA de nuestras células.Nombrar implica discernir en el reino de lamultiplicidad. La Realidad, una en su esen-cia, es múltiple en la descripción, es múltiplepor sus nombres, por el lenguaje interior delpensamiento o por el lenguaje de la palabraque corta, delimita y modela el silencio. Loque puede ser dicho, lo que puede ser expre-sado o definido no es lo inmutable, no es loeterno. En una tradición china se dice:

“No existencia y existencia son idén-ticas en su origen, solo se diferencian alhacerse manifiestas. Esta identidad sellama profundidad. La infinita profundi-dad es el origen de todas las cosas deluniverso.”

La palabra separa la realidad, y con pala-bras podemos describir diferentes niveles enella. Pero la separación no existe en la reali-dad, sólo existe en la descripción. A cadanivel: atómico, molecular, celular, corporal,

social o cósmico corresponde un modo defuncionamiento y de organización propios,con sus signos, leyes y manifestaciones. Laconsciencia, como la realidad, es una y múl-tiple en las manifestaciones. La conscienciaestá ligada a la materia en cada una de susformas de organización. En el hombre

La Medicina Integral veal organismo humano,desde el nivel celular

hasta el cuerpo completocomo totalidad

organísmica psicofísica yespiritual...

corresponde al Yo. El Yo del hombre, laconsciencia del hombre, impresa en cadauna de sus moléculas de DNA, contiene lapotencialidad de todos los modos de expe-riencia.

“El hombre contiene el universocompleto, te lo digo con palabras seriasque no engañan.”

Hay un modo de experiencia que provie-ne de la información administrada por lossentidos: ver, oír, gustar, oler, sentir, tocar,hablar, desplazarse. A este nivel, se genera elpensamiento de separatividad y diferen-ciación. Se discierne, razona, clasifica, y seelige. El mundo es visto en su forma densa,sólida, permanente, y el Yo se ve como sepa-rado del mundo. En este nivel lo externodomina a lo interno, lo sensorial domina alsignificado. El Yo es identificado con elcuerpo físico o con la experiencia del cuer-po. En la psicología islámica se utiliza el tér-mino de nafs para referirse a esta modalidadde experiencia.

En el siguiente modo de experiencia, elYo tiene acceso a la percepción de lo sutil enla realidad. El mundo de lo no perceptiblepor los sentidos. Es el mundo de los signifi-cados: el mundo del espíritu en el que lointerno domina a lo externo. El término paraindicar el Yo en este modo de consciencia esel de Ruh. Sidi Ali Al Yamal refiriéndose aesto dice:

“El nafs es el ruh y el ruh es el nafs.Sin embargo sus nombres varían paradiferentes estaciones. Es como el hom-bre: es llamado niño en la primera etapade su vida, hombre cuando alcanza lamadurez y anciano en la última etapa desu vida. Similarmente el yo es lo mismoque el ruh. Sin embargo, mientras el yoestá prisionero de la oscuridad del veloes denominado nafs. Cuando se libera ysale de la oscuridad del velo a la luz delojo que testifica es llamado ruh.”

En el tercer modo de consciencia se pro-duce el descubrimiento unitario de la reali-dad. A este nivel no existe observador niobservado, ni interno ni externo, ni pensa-miento ni lenguaje que pueda describirlo.Tampoco hay un locus espacio temporal dela experiencia: sólo el vacío original antesdel comienzo del tiempo infinito.

“En el principio era Allah y nadahabía con Él y Él tiene ahora lo quetenía.”

(Hadiz Qudsi)

Y Allah ta’ala dice en el Qur’an: “La verdad ha llegado y se ha disi-

pado lo falso. Ciertamente lo falso estádestinado a desvanecerse.”

Y Shayj Muhammad Ibn Al Habib, en lainstrucción a sus discípulos, en el Diwan delos Amantes, de los Viajeros Gnósticos, dice:

“¡Oh tú que deseas la presencia deun testigo ocular, debes elevarte porencima del espíritu y de las formas, asir-te al vacío original y ser como si no fue-ras, oh aniquilado!”3

La medicina integral.

“No hay enfermedad que Allah haya crea-do, sin que haya creado también su trata-miento.” 4

La medicina integral debe estar basadaen una ciencia que permita el reconocimien-to de las condiciones y estados del cuerpo ensus aspectos físico, mental y espiritual y delos elementos que alteran estas condicionesy estados.

El cuerpo humano, como sistema abier-to de elevada complejidad (al igual que lacélula o las comunidades de hombres o elecosistema) tiene la capacidad de conservarsus estructuras y funciones gracias a unamultiplicidad de equilibrios dinámicos, con-trolados por mecanismos de regulación in-terdependiente. Este es el concepto de home-ostasis, de equilibrio dinámico. Un sistemaasí reacciona a todo cambio, interno o exter-no, o a toda perturbación, por una serie demodificaciones que persiguen el manteni-miento del equilibrio. Si el sistema, la célula,el cuerpo, no consiguen establecerlo enton-ces entra en otro modo de funcionamientoque es la enfermedad, que bien puede llevara la destrucción del conjunto de la estructura--la muerte-- o al establecimiento de unnuevo equilibrio que es la salud.

El cuerpo humano es, por tanto, un siste-ma soporte de vida, totalmente coherente eintegrado, con mecanismos internos de equi-libramiento y control. Es función natural delcuerpo la de restablecer el equilibrio, la decurarse a sí mismo. El médico es testigo deeste proceso. Su intervención debe irencaminada a la potenciación de estas fun-ciones naturales, no a su interferencia. Lossíntomas no son la enfermedad sino tan sólosu expresión. La enfermedad, de acuerdo alconcepto de homeostasis, debe ser con-

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La medicina integral debeestar basada en una ciencia

que permita elreconocimiento de las con-

diciones y estados del cuerpoen sus aspectos físico,

mental y espiritual y de loselementos que alteran estas

condiciones y estados.

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siderada como un proceso de reajuste delequilibrio del organismo, que se manifiestacon unos signos característicos pero indivi-dualizados externamente y con una determi-nada experiencia interna. Signos y ex-periencia son los síntomas. La enfermedades el proceso subyacente. El remedio quetrae la cura, es el elemento que restableceuna nueva forma de equilibrio que es experi-mentado internamente como salud.

El objetivo de la medicina integral es lasalud, no sólo como ausencia del síntoma ode la enfermedad, sino como un proceso deadquisición de formas de equilibrio superio-res. El objeto es el hombre en su totalidad.La salud óptima implica en el hombre el usode la capacidad concedida por Allah paracumplir con la deuda contraída por el hechode vivir. Es decir: servirle con conocimiento.En lo externo, salud significa un cuerpocapaz de responder adecuadamente a lasdemandas de la realidad. En lo interno es unestado de paz y sereno contentamiento, queexpresa aceptación y reconocimiento de loque Allah ha dispuesto para uno mismo.

“La realidad de la wilaya (cercaníaa Dios) es que, cuando uno que la poseeestá sentado a la sombra, no desea sen-tarse al sol, y cuando está sentado al sol,no desea sentarse a la sombra.” 5

La posición del musulmán ante la enfer-medad es de aceptación de la misma y, almismo tiempo, de búsqueda de la cura. Nohay duda que la salud es un bien para el cre-yente, y que su búsqueda y consecución esalgo bendecido por Allah. Así está confirma-do por numerosas tradiciones proféticas:

Dice el hadiz:“Si un hombre tiene solamente su

Islam y su salud, esto es suficiente paraél.”

“Pídele a Allah por salud, pues anadie le es dado nada mejor que lasalud.”

“Aquél que se despierta por la maña-na sano de cuerpo y de espíritu y cuyopan del día está asegurado, es uno queposee el mundo.”

“Pídele a Allah por perdón y salud.Después de la seguridad en la fe, nada lees dado a un hombre mejor que la buenasalud.”

“Ninguna petición es mas compla-ciente para Allah, que la petición porbuena salud.”

“La salud es un tesoro oculto y un

lujo invisible.” El creyente sabe que tanto la enfermedad

como la cura proceden de Allah, son partedel decreto de Allah. Está libre del temorneurótico a la enfermedad que impregna lasociedad occidental, expresión a la vez delmiedo a la muerte y de su negación. Tam-poco hace un culto de la salud ni idolatra alcuerpo humano o a sus capacidades.

Dice Allah en el Qur´an:“Di, nada nos llegará excepto lo que

Allah ha prescrito para nosotros.” “Si Allah te toca con un daño, nadie

podrá quitártelo, pero si Él decreta al-gún beneficio para ti, nadie podrá apar-tar Su favor. Él hace conseguir a cual-quiera de sus siervos lo que quiere.”

El musulmán conoce y acepta que laenfermedad y la salud, el médico y su trata-miento, las circunstancias que llevan a laenfermedad y aquéllas que conducen a lacura, son parte de lo prescrito por Allah:

“En verdad, con la dificultad llega lafacilidad.”

Dice el hadiz:“El tratamiento de las enfermedades

está dentro de lo predestinado por Allah.Si Él ha decretado que tal cosa ocurrirápor tal y tal causa, ello ocurrirá cuandoaparezca esa causa. En este caso, lamedicina dada es la causa predestinadapara traer la cura.”

Sin embargo, no hay lugar para el fata-

lismo o la pasividad del médico ni delpaciente, para la evitación de respon-sabilidad por la enfermedad adquirida ni porla búsqueda de la cura.

Dice Allah en el Qur´an:

La posición del musulmánante la enfermedad es deaceptación de la misma y, almismo tiempo, de búsquedade la cura.

“Cada uno tendrá lo que haya adqui-rido y cargará con lo que haya adquiri-do.”

“Si haces un bien a ti te lo haces y sihaces un mal a ti te lo haces.”

Allah exhorta continuamente en elQur’an a hacer lo que es un bien reconoci-do; a buscar lo más provechoso de entre las

cosas que están permitidas y a evitar lo quees dañino:

“Comed de las buenas cosas que oshemos proveído para vuestro sustento,pero no cometáis excesos.”

“No contribuyáis con vuestras pro-pias manos a vuestra destrucción.”

El enfermo está obligado a buscar trata-miento médico y el médico a prestarlo,debiendo éste profundizar continuamenteen el conocimiento de la naturaleza de laenfermedad, sus causas y su tratamiento:

Dice el hadiz:“Oh siervos de Allah, buscad trata-

miento médico. Allah ha puesto unremedio para cada enfermedad, claro

para quien lo conoce y oscuro paraquien no lo conoce.”

No es el médico el que cura, ni el poderestá en el remedio.

Dice Allah en el Qur´an:“Él es quien me alimenta y me da de

beber y cuando me pongo enfermo mecura.”

Dice el hadiz:“Tú eres un amigo, Allahes el médico.” “Hay un remedio paracada enfermedad y, cuan-do el remedio se aplica ala enfermedad, ésta secura con el permiso deAllah ta’ala.” Es conocido que el temor yla negación de la enferme-dad son elementos que re-fuerzan la enfermedad y queincluso pueden ser toda laenfermedad. El dolor vaasociado a la contracción, yla contracción mantenida escausa del dolor y de la le-sión. La actitud mental deresistencia es causa de an-gustia y de temor neuróticoante la enfermedad. El cre-yente confía en Allah. Sabeque está en sus manos y quetodo lo que es y ocurre esparte de la perfección deAllah1. Para él, ya sea médi-co o paciente, sólo cabe laposición de quien testifica yacepta, y esto, aún en laenfermedad, es salud: Dice el hadiz:

“Un creyente nunca es azotado condificultad, enfermedad, malestar, pesar oincluso con preocupaciones mentales,sin que sus faltas sean expiadas.”

“Qué maravilloso es el asunto delcreyente: cuando le viene un período defacilidad, da gracias a Allah por él; ycuando le sobreviene una dificultad, espaciente y así, en ambos casos, se bene-ficia.”

Un aspecto fundamental de la naturalezaintegral de la medicina islámica es su carác-ter preventivo, precisamente el área donde esmás ostensible el fracaso de la medicinadominante en occidente. Multitud de investi-gaciones coinciden en afirmar que el estilo

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El enfermo está obligado abuscar tratamiento médico y el

médico a prestarlo, debiendoéste profundizar continuamente

en el conocimiento de lanaturaleza de la enfermedad,sus causas y su tratamiento.

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de vida y la calidad moral y ambiental delentorno social y físico son las causas domi-nantes de mortalidad y morbilidad en lasnaciones consideradas como desarrolladas.Las enfermedades más importantes de nues-tro siglo --cardiopatías coronarias, arterioes-clerosis, hipertensión, diabetes, obesidad,cáncer, cirrosis hepáticas, depresiones,esquizofrenias y toda la gama de las psi-copatías-- están claramente ligadas a un es-tilo de vida autodestructivo y destructor:inmoderada y desequilibrada alimentación,consumo excesivo de alcohol, tabaco y me-dicamentos, falta de ejercicio físico, aisla-miento, incomunicación, carencia de víncu-los afectivos con los miembros del gruposocial, falta de objetivos y guías morales,desorganización y destrucción del ámbitofamiliar, stress continuado, invasión de laintimidad, polución atmosférica, del agua, delos alimentos, de las ideas, y en fin, pérdidadel sentido de la existencia y del valor de lavida. Está admitido que en la mayor parte delas enfermedades crónicas y como causas demuerte en los países de occidente, son losfactores psicosociales y del ambiente los quejuegan un papel etiológico más decisivo. Deello se deduce que, en gran medida, podríanser prevenidos mediante una modificaciónde los mismos. Sin embargo, la orientacióntecnológica e intervencionista, química ofísicamente, su carácter mercantilista des-provisto de compasión para con el débil, vaen dirección totalmente opuesta a la preven-ción. No hay duda de que cambiar los hábi-tos y la forma de vida es una tarea más difí-cil que suprimir o enmascarar los signos queel cuerpo produce para indicar la necesidadde un cambio. Hay suficientes datos esta-dísticos que corroboran el fracaso de la me-dicina alopática, pero sólo señalaré uno co-mo ejemplo. En un reciente informe alCongreso de los EE.UU. se revelaba que enun solo año se habían realizado dos millonesy medio de intervenciones quirúrgicas inne-cesarias con un coste de 4 billones de dóla-res y, lo que es más inquietante, con un re-sultado de cerca de once mil muertos.

La medicina islámica tiene un carácteresencialmente preventivo. El Islam, comoforma de vida, provee a los niveles espiritual,corporal, moral y social, de conocimientos ypautas de conducta útiles para mantenerse enla salud, tratar correctamente la enfermedady progresar hacia un óptimo nivel de salud.No hay medicina preventiva más completa,

económica, equilibrada, fácil de entender yde aplicar que la que se deriva de seguir laconducta del Mensajero de Allah, que Allahle bendiga y le conceda paz. Alimentación,higiene personal, relaciones sexuales, sueño,actividad física, relación con el medio am-biente y conducta ante la enfermedad. Enestos y en otros muchos ámbitos de la vida

cotidiana el musulmán encuentra una guíaen el ejemplo del mejor de la creación, queAllah le bendiga y le dé paz.

El contexto social, político y económicoexige a los médicos, como médicos y comomusulmanes, un compromiso de acción enáreas aparentemente alejadas de lo conside-rado como práctica clínica. Hay condicionesen las que la práctica clínica tiene que sercompletada, si no sustituida, por una prácti-ca social y política. La posición políticamen-te aséptica del científico no es posible ni a-ceptable. En ella hay complicidad. La cien-cia, y especialmente la medicina, es unaresultante y a su vez sostiene, como uno desus pilares fundamentales, al sistema decuyo seno surge. Existe una medicina quenace de una ciencia, de una visión del mundoy de una ideología que niegan la existenciadel Único Dios, que carecen de una enseñan-za revelada y de unos criterios éticos; estoshan sido inventados por hombres cuyas aspi-raciones y ejemplo vital están lejos de ser unmodelo deseable para nadie. Ésta es la medi-cina de kufr. Y el Mensajero de Allah, queAllah le bendiga y le conceda paz, dijo:

“Kufr es un sistema.” Como sistema, es coherente en su estruc-

tura, en la interdependencia de los elementosque lo integran y en su modo de funciona-miento. La esencia de kufr es cubrir, velar,enmascarar, rechazar la realidad. La medici-

El dolor va asociado a lacontracción, y la contracciónmantenida es causa deldolor y de la lesión. Laactitud mental deresistencia es causa deangustia y de temorneurótico ante laenfermedad.

na kufr se manifiesta como negación del Crea-dor y como encubrimiento de la enfermedady de las causas que la producen; en defi-nitiva, encubrimiento de la realidad del serhumano y de su propósito en la existencia.

Opuesto al sistema de kufr está el siste-ma de Islam. Es desde Islam, desde la cien-cia del conocimiento y de la conducta que esIslam, desde donde debemos enfrentar,como médicos musulmanes, la ignorancia ybrutalidad de kufr.

Restablecer el din de Islam en su totali-dad. Seguir con conocimiento y amor elejemplo del mejor de la Creación, Muham-mad, la paz y las bendiciones sean con él,descubrir nuestro significado como hombresy servir compasivamente a nuestros seme-jantes es la tarea. Que Allah nos ayude a to-dos a lograrlo.

Síntesis

A modo de síntesis, agrupando conceptosque han sido desarrollados anteriormente,resumiré algunos de los rasgos que caracte-rizan a la medicina islámica y su práctica.

1. La medicina islámica se sustenta en el

reconocimiento de la absoluta unidad deAllah, la unidad de la Realidad. No hay diosexcepto Allah.

2. Aceptación del sistema de Islam como

marco de la conducta individual y de la orga-nización social, y aceptación del amor por elprofeta Muhammad, que Allah le bendiga yle conceda paz, como modelo más perfectode ser humano. Muhammad es el Mensajerode Allah.

3. El médico musulmán se encuentrasujeto a los mismos criterios morales y deconducta que cualquier otro musulmán.Acción recta, solidaridad y ayuda al ne-cesitado son obligaciones que recaen sobreél:

Dice el hadiz:“Un verdadero creyente es con res-

pecto a otros verdaderos creyentes comolos ladrillos de una pared, uno apoyandoy fortaleciendo al otro.”

“Veréis a los musulmanes en su com-pasión, amor y forma de sentir en comu-nidad como si constituyesen un únicocuerpo en el que cuando un miembroestá enfermo, comparte su fiebre y suinsomnio con el resto del cuerpo.”

4. La práctica de la medicina islámicaestá basada en la compasión, es decir, en elservicio con amor, discernimiento y conoci-

miento para con todos los seresde la creación, no únicamentepara con los musulmanes. Dice el hadiz:“No creéis verdaderamentehasta que no sois compasivos,y ser compasivos no es quemostréis la compasión sola-mente con vuestra gente sinocon toda la humanidad.”

5. El sistema de Islam, como sis-tema abierto, como organizaciónviva, ha sido revelado para elbien y el provecho del hombre,que posee así una referencia pro-cedente de Allah. La esencia de laSunnah del Profeta, que Allah lebendiga y le dé paz, era la ade-cuación de su comportamiento yde su acción a cada situación. Laacción correcta proviene delconocimiento en el camino de

Islam, el camino del médico musulmán es elde la continua búsqueda de conocimiento.Allah dice en el Qur´an:

“¿Son igual aquellos que conocen y

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El contexto social, políticoy económico exige a los

médicos, como médicos ycomo musulmanes, un

compromiso de acción enáreas aparentemente

alejadas de lo consideradocomo práctica clínica.

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aquellos que no conocen?”

El Profeta mismo, que Allah le bendigay le conceda paz, fue un ejemplo de progre-sión continua en el conocimiento de suSeñor y repetidamente exhortó a los creyen-tes a su búsqueda:

“Busca conocimiento aunque sea en

China.” (Dicho sufí)

Dice el hadiz:“Busca conocimiento desde la cuna

a la sepultura.”“El conocimiento es el tesoro perdi-

do del creyente: él lo busca dondequieraque pueda encontrarlo.”

6. La medicina islámica tiene un carácterintegral, ecológico, sistemático en su con-cepción del hombre y del Universo, en suconcepción de la enfermedad, de la salud yde la terapia y en su carácter esencialmentepreventivo.

7. El hombre es considerado como Jalifade Allah en la Tierra, contenedor y unifica-dor del Cosmos en su conciencia. Discer-nidor por el intelecto. Espejo en el que serefleja y confronta la Realidad.

8. El papel del médico es el de discernir.Allah es Al Hakim: el que juzga y pasa sen-tencia. El médico es el esclavo del Hakim. Elmédico no tiene ningún poder. Tampoco elremedio:

Dice Allah en el Qur´an:“No hay poder ni fuerza sino la de

Allah.”

9. La enfermedad, la muerte, el médico,el remedio y la salud son parte del decreto deAllah. Cualquier pretensión de poder es purailusión:

Dice Allah en el Qur´an:“Di, nada os llega excepto lo que

Allah ha prescrito para vosotros.”

“Si Allah te aflige con un mal, nadieexcepto Él podrá apartarlo.”

(Qur´an, 6, 19)

“Si una calamidad te aflige, (sabe) quecalamidades similares han afligido tam-bién a otros...y esto para que Dios lim-

pie de toda escoria a los que tienen fe.”

(Qur´ an, 3, 140-141)

10. La enfermedad no es un castigo sinouna purificación. Al manifestarse la enfer-medad, se manifiestan los mecanismos natu-rales de regulación que posee el cuerpo pararestablecer un equilibrio que ha sido alte-rado. En la enfermedad está la cura.

11. La medicina islámica no está ligada auna exclusiva o determinada forma de tera-pia. Cada paciente es único. Su situación ycircunstancias son únicas. Su enfermedad yremedio son únicos. Sin embargo, algunoscriterios pueden servir como indicadores dela elección terapéutica:

--Lo reconocido como útil y beneficioso: “¡Oh Allah, apártame de cualquier

ciencia que no traiga beneficio a la gente!” “Los mejores hombres son los mas

útiles para la humanidad.”

--Lo que es más fácil, simple y asequible: Dice Allah en el Qur´an:“Allah quiere lo fácil para vosotros.” Y dice el hadiz:“Siempre que el mensajero de Allah,

que Allah le bendiga y le conceda paz,podía elegir entre dos cosas de entre laspermitidas, elegía la más fácil.”

--Lo que ayuda a los procesos naturales

La enfermedad, la muerte,el médico, el remedio y la

salud son parte del decretode Allah. Cualquier

pretensión de poder es purailusión.

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de curación del cuerpo.

--Lo que es más económico: Dice Allah en el Qur´an:“Allah no ama a los que despilfa-

rran.”

--Lo que produce menos daño comoefecto secundario:

Dice el hadiz:“Allah odia el daño hecho a cual-

quier musulmán.”

--Lo que tiene valor educativo: Dice el hadiz:“Todo en esta existencia está malde-

cido excepto dos cosas: uno que recuer-da a Allah y uno que enseña y otro queaprende.”

12. Investigación, estudio y diagnósticodel paciente deben estar en función del bene-ficio del paciente y no como un fin en sí mis-mos, o como una forma de glorificación delego:

Dice el hadiz:“Quienquiera que busque la ciencia

para eclipsar en gloria a otros científi-cos o para entrar en controversia con losnecios o para atraer la atención de lagente, será de la gente del fuego.”

Referencias Bibliográficas

1. SIDI ALI AL YAMAL. “The Meaning of man”.Diwan Press. Norwich 1977

2. “The Darqawi way. The letters of ShaykhMawlay Al´Arabi ad-Darqawi”. Diwan Press.Norwich 1979.

3. “El testigo ocular. The Diwans of theDarqawa”. Diwan Press. Norwich 1980.

4. BUJARI. “Book of Medicine”. pág 582.5. Cita de Sheij Ahmed al Yamani recogida por

Sidi Ali Al Yamal en “The Meaning of man”, reseñadoanteriormente.

6. MUSLIM. 3466.7. “Riyyad as-Salihin”, hadiz 37.8. Id, ant, hadiz 27.

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El Arrayán o Mirto (Myrtus communis)es un arbusto leñoso o pequeño árbol

(si se le deja crecer) de hoja perenne, verdetodo el año. Sus pequeñas hojas son coriá-ceas y de un verde lustroso, con el bordeentero y terminadas en punta. Si se mirancon cuidado a contraluz se ve que estáncomo “perforadas” por minúsculos puntostranslúcidos que son la esencia (aceite esen-cial). Por ello tanto las hojas como los fru-tos --murtones-- son aromáticos.

Las flores tienen cinco preciosos pétalosblancos que recuerdan por su forma y dispo-sición a las flores del rosal silvestre. Florecedesde mediados de Junio hasta primeros deAgosto. Los murtones maduran para comien-zos de Noviembre.

Es conveniente no confundir el Mirtocon el Boj. Este último se distingue fácil-mente porque el extremo de sus hojas esachatado y con una pequeña escotadura.

El Arrayán es un arbusto típicamentemediterráneo, tanto del sur de Europa comodel norte de África.

Cuando hace ya algunos años el reyBirendra del Nepal visitó oficialmenteGranada solicitó poder llevarse hasta su paísejemplares de nuestro Arrayán. Así lo hizo, yjunto a él y su séquito viajaron en el aviónvarias macetas que, junto a sus descendien-tes, ahora adornarán un poco más esa tierraconocida como el Jardín del Himalaya.

El nombre de Arrayán proviene delárabe Ar-Rayhan o Rihan --el “aromático”.En Oriente este término se aplica al Basílico

LA FARMACIA DE AL-ANDALUS:EL ARRAYÁN

Habibullah Casado

En este número inauguramos una nueva sección de la revista.Vamos a tratar de aproximar al lector el sabor de la farmacia

tradicional de Al-Andalus a través de un trabajo que pretende sermás de etnomedicina e historia que de fríos datos científicos sobre las

plantas. Sobre esto hay ya escritos muchos libros al alcance decualquiera.

Y qué mejor comienzo que hablar de un vegetal tan representativo denuestra tierra como es el Arrayán.

o Albahaca (Ocimum sp.), al Arrayán se leconoce bajo el nombre de Al As. La otra de-nominación que recibe en nuestra lenguaesta planta es la de Mirto, derivada del latín,y es la que le da su nombre científico: Myr-tus communis.

El Mirto o Arrayán contiene tanto en sushojas como en sus frutos una esencia aromá-tica fuertemente antiséptica, el Mirtol. Por sucomposición y propiedades es similar a ladel Eucalipto, pues ambas especies pertene-cen a la misma familia botánica, son “parien-tes”. También contiene taninos que le con-fieren un carácter astringente.

Por todo ello el Mirto está adornado demuy numerosas propiedades terapeúticas ypopulares.

Para infecciones pulmonares y bronquia-les, urinarias (cistitis) e intestinales (diarreas,disenterías, amebiasis,etc.) se administrantisanas (infusiones) lo más calientes posible,tomadas después de las comidas (3 tazas aldía). Para prepararlas se cogen 20 ó 30 gra-mos de hojas (ó planta entera) y se infundenen 1 litro de agua durante 15 minutos. Es me-jor tomar la infusión recién preparada, con lacantidad proporcional de hojas y agua.

El aceite esencial destilado de las hojases un poderoso antiséptico pulmonar usadoen numerosas especialidades farmaceúticasen forma sobre todo de supositorios.

Por otro lado la infusión de las hojas yramas jóvenes es un excelente remedio parael asma muy utilizado en Argelia, donde estaplanta se conoce por el nombre de Rihan oShalmun.

El cocimiento de los frutos es muy útilpara el cabello, limpia la caspa, deseca lasllagas del cuero cabelludo y ennegrece elpelo (esta virtud también la tiene el coci-miento de las hojas). También detiene lacaída del pelo, por lo que es útil para preve-nir la alopecia. Según el “Libro de laAlmohada” (Kitab al-wisad) de Ibn Wafidde Toledo las hojas de Mirto frescas, macha-cadas y puestas a macerar en aceite de olivadurante 3 semanas al Sol, impiden la caídadel cabello.

Por todo ello el Mirto ha pasado a formarparte de la composición de muchos champúscomerciales.

Las bayas también son útiles como anti-diarreicas y desinfectantes intestinales. Paraello hervir por unos minutos una cucharadasopera de las bayas en una cantidad de aguaequivalente a una taza, colar y escurrir a pre-

sión. Tomar de 1 a 4 tazas diarias entre comi-das, según las necesidades de cada caso.

También tienen la virtud de agudizar lavista y tornar más brillante la mirada. Paraésto es aconsejable comer cada día 2 ó 3cucharadas de frutos. La esencia del fruto delMirto, ó la infusión de sus hojas, se usancomo loción ocular para quien quiera mante-ner los ojos jóvenes.

En el siglo XVI se preparaba (por desti-lación) con las hojas y flores una loción tóni-ca y astringente llamada eau d’Ange (aguade Angel), de gran reputación. Asimismo, enMallorca se utiliza desde antiguo su agua des-tilada como cosmético para lavado de brazosy cara.

Los usos populares del arrayán soncomo vemos muy numerosos. Pero todavíaquedan más.

La decocción de las hojas, muy aromáti-ca, se emplea en el mundo árabe para cuida-dos de belleza y para la última toilette de losmuertos. Se les cubre también a los difuntoscon ramas de mirto para atraer sobre ellos lagracia (barakah) divina.

Los griegos también lo utilizaban parahonrar a sus muertos, considerándolo símbo-lo de la gloria y del amor, trenzando coronasde mirto para honrar a los héroes y a los futu-ros esposos.

En el Antiguo Testamento se hace refe-rencia al mirto como aquél que los hijos deIsrael llevaban en guirnaldas para sus bodas.

Teofrasto hace referencia a los mirtos deEgipto, considerándolos como los másbellos y aromáticos.

Finalmente, hay que destacar el uso quetradicionalmente se viene haciendo delmirto, junto con el lentisco, en el Reino deValencia, para la realización de enramaes.Estas consisten en cubrir la calzada, los díasde significación especial con ramas de mirtoy lentisco, siendo característico el aroma queinvade las calles, como consecuencia del pi-soteo de las ramas de estas plantas por losparticipantes en los actos festivos (procesio-nes, romerías, etc.).

Y con esto les dejo hasta el próximonúmero. Si quieren más información sobreéste u otro tema relacionado con las plantasy su utilización pueden escribirme a la si-guiente dirección de correo electrónico:[email protected].

Hasta siempre.

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El Corán es el corazón y el alma delIslam: los musulmanes creen que es la

sabiduría de Dios revelada para toda la hu-manidad a través de Su Profeta Muhammad.

Parece algo sin sentido buscar informa-ción científica objetiva en un libro que ofre-ce principalmente una guía espiritual y sociala través de la Revelación. Sin embargo, en elCorán hay muchas aleyas que contienendescripciones del mundo físico que son ex-traordinariamente similares a las de la cien-cia moderna.

Tales aleyas abarcan una amplia gamade temas, desde las grandes líneas maestrasdel universo hasta los mínimos detalles de lavida en la tierra.

“¿Es que no han visto los infieles quelos cielos y la tierra formaban un todohomogéneo y los separamos? ¿Y quesacamos del agua a todo ser viviente?”

Surah 21, Los profetas, aleya 30.

El Corán se diferencia mucho de la cien-cia moderna en el modo de acercarse alconocimiento. El enfoque científico consisteen aislar y analizar lo específico, mientrasque la Revelación Coránica siempre hacereferencia a lo específico en relación con ycomo parte de todo el conjunto de la crea-ción.

Actualmente la ciencia puede explicarmuchas de las complejas interacciones quemantienen el ciclo de la vida sobre nuestroplaneta. Existe la comprensión de cómo losinsectos, los animales y el viento trasladan elpolen desde el estambre de una planta hastael óvulo de otra. Este proceso de fertilizaciónde las plantas casi siempre depende de laexistencia de características sexuales defini-das, los estambres machos y los óvulosfemeninos. Este es un conocimiento corrien-

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EL CORÁN: LIBRO DE LOS SIGNOS

El siguiente texto forma parte de un guión para vídeo, producido por NaasFilm Limited y Syed Kechik Film Productions para The Islamic Dawah

Council del Sureste Asiático y del Pacífico. El guión fue revisado por Rábitah al Alam al Islami y por la Universidad Al Azhar de El Cairo.La traducción al español es de Sabora Uribe, y fue publicado por el Centro

de Documentación y Publicaciones Islámicas, en su serie Páginas delInterior, en Motril, Granada.

te hoy, pero en la época de la Revelación Co-ránica no se poseía una información tan deta-llada. En cualquier caso en el Corán leemos:

“Él es quien ha extendido la tierra ypuesto... una pareja en cada fruto.”

Surah 13, El trueno, aleya 3.

“(Dios es quien) ha hecho bajaragua del cielo. Mediante ella, hemos sa-cado toda clase de plantas.”

Surah 20, Ta Ha, aleya 53.

El Corán describe lo particular para queel hombre avance en la comprensión de launidad de todas las cosas y su lugar dentrode la creación. A la luz de esto quizás poda-mos esperar descubrir que cualquier ob-servación detallada hecha en el Corán con-cuerde con los hechos científicos modernos.El descubrimiento de esta relación en su propiocampo impulsó al Dr. Maurice Bucaille ahacer un estudio científico del Corán.

“Como médico particularmente atraídopor las ciencias naturales y por la fisiología,he de reconocer que en 1972, cuando leí elCorán en su idioma original por primeravez, los datos referentes al hombre fueron losque más me impresionaron. Y dado el esta-do del conocimiento en la época del ProfetaMuhammad es inconcebible que muchas delas afirmaciones del Corán conectadas conla ciencia pudieran ser obra de algúnhombre.”

El interés inicial del Dr. Bucaille le llevóa un estudio general de todas las referenciascientíficas que aparecen en el Corán. Los re-sultados de su investigación se publicaron endos libros La Biblia, el Corán y la Ciencia y¿Cuál es el origen del hombre? Se dio cuen-ta de que para comprender plenamente esasreferencias tenía que conocer a fondomuchas disciplinas científicas especializa-das. A medida que progresaba en su estudioencontró que cada descripción del mundomaterial en el Corán tiene su correspon-dencia en hechos científicos establecidos.

“Por lo tanto es perfectamente legítimono sólo mirar al Corán como la expresión dela Revelación, sino también concederle unlugar especial por la garantía de autentici-dad que proporciona y la presencia en él dereflexiones que, cuando se analizan hoy,aparecen como un desafío a la explicaciónhumana.”

O sea que, cómo es posible para un librorecopilado en el siglo VIII predecir tanto delo que la información científica ha logradorecientemente. Para comprender esto hemosde mirar la naturaleza de la RevelaciónCoránica y examinar su autenticidad.

Meca, en la Península Arábiga, es el cen-tro del mundo musulmán. Meca siempre fueun lugar Sagrado y centro de peregrinaciónmucho antes de la época del Profeta Mu-hammad. Aquí nació Muhammad y crecióhasta convertirse en un miembro respetadode la comunidad y un comerciante de éxito.Tenía el hábito de retirarse a la cercana Mon-taña de Luz durante periodos para la medi-tación y la contemplación. En la cueva deHira, a los cuarenta y dos años, recibió su pri-mera revelación, el seis de agosto del año 610.

“¡Recita en el nombre de tu Señor, Queha creado,

ha creado al hombre de sangre coagula-da!

¡Recita! Tu Señor es el Munífico,Que ha enseñado el uso del cálamo,ha enseñado al hombre lo que no

sabía.”Surah 96, La sangre coagulada, aleyas 1-5.

Las revelaciones continuaron durantemás de veinte años hasta la muerte del Pro-feta en el año 632.

Como el Profeta era incapaz de leer oescribir, recurrió a sus compañeros letrados yles dictó, supervisando la transcripción y elregistro fidedigno de las revelaciones. Estos

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...la RevelaciónCoránica siempre hacereferencia a lo específicoen relación con y como

parte de todo el conjuntode la creación

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fragmentos se reunieron más tarde como elCorán. Todos juntos son 114 Suras o capítu-los, compuestos de más de 6000 aleyas.

A los quince años de la muerte del Pro-feta quedó compilado un Corán final, auten-tificado por los compañeros del Profeta queestuvieron con él mientras se sucedieron lasRevelaciones. Esto se hizo durante el Cali-fato de Uzman, en la ciudad de Medina, don-de está enterrado el Profeta.

Cuando Muhammad llevó su mensaje aMeca mucha gente se volvió contra él y sevio obligado a huir con sus seguidores. EnMedina le dieron refugio y allí fue donde sefundó la primera Comunidad Musulmana ydonde Islam desarrolló su forma social.Desde entonces el Corán no ha cambiado yse ha conservado el significado original delas palabras. El mismo Corán, palabra porpalabra y en su idioma original, el árabe, seusa hoy día en todo el mundo musulmándesde Marruecos hasta Malasia.

Para el musulmán el Corán es el libro dela sabiduría que regula cada aspecto de laexistencia del hombre. Su conducta externay la vida social de la comunidad además del

desarrollo espiritual interno de cada persona.La forma que rige toda la vida socialIslámica es tranquila y diáfana tanto en unacompleja vida urbana, como en comuni-dades rurales tradicionales. El fundamentode cualquier comunidad sea grande o pe-queña es el individuo. Es la conducta delindividuo la que determina el patrón social,su fuerza o su debilidad.

Hay muchos versículos del Corán queguían la conducta individual y que hacenreferencia a su responsabilidad hacia los de-más. En toda comunidad musulmana, lomismo urbana que rural, se aprende y asumeesto desde una edad muy temprana. ElCorán describe esta responsabilidad indivi-dual como una muestra de confianza queDios ha dado al hombre. Implícita en estaconfianza hay una triple responsabilidad,hacia uno mismo, hacia los demás y hacia elmundo natural. De este modo el individuo sepercibe como perteneciente, como parte deun todo más que como algo separado.

Leyendo el Corán incluso los aspectosmás rutinarios de la vida cotidiana adquierensignificado. El Corán fue revelado 600 añosantes de que un científico musulmán, BinNafis, descubriera la circulación de la sangrey 1000 años antes de que William Harveybrindara su comprensión a la ciencia occi-dental. Sin embargo, el proceso de la diges-tión y la distribución de los nutrientes através de la sangre hasta los distintos órganosy glándulas se describe en esta aleya:

“Y en los rebaños tenéis motivo dereflexión. Os damos a beber del conteni-do de sus vientres, entre heces y sangre:una leche pura, grata a los bebedores.”

Surah 16, Las abejas, aleya 66.

Aceptando la responsabilidad de su vidael individuo se fortalece. A partir de su senti-do de identidad y pertenencia crece la fuerzade la comunidad del pueblo y de ella la fuer-za de la más amplia comunidad del mundo.

Por supuesto, el Corán es mucho másque una guía para la conducta moral y social.La aceptación de la Revelación esencial-mente significa creer en Dios el Creador.También significa creer en Sus profetas. Por-que el Corán es considerado como la palabrade Dios de modo bastante literal. Es un he-cho conocido que un musulmán reza cincoveces al día, pero se comprende menos amenudo que su oración no termina cuandodeja la mezquita, sino que debe acompañar-le impregnando la conciencia con la queemprende todas sus actividades diarias, sinque importe lo mundanas que puedan pare-cer. De este modo consigue mantener unaperspectiva de su mortalidad y vivir en elmundo sin ser del mundo.

Actualmente hay más de mil millones demusulmanes en el mundo, viviendo enmuchos países diferentes. Divididos por la

La forma que rige todala vida social Islámica es

tranquila y diáfana tantoen una compleja vida

urbana, como en comuni-dades rurales

lengua, la cultura y la política, pero unidospor su fe común en Dios y en las enseñanzasdel Corán. Y esto sucede en una época en laque mucha gente, sobre todo en occidente,siente que el progreso científico ha aportadodudas insalvables acerca del valor de lasenseñanzas espirituales. El Islam nunca haconsiderado que haya contradicción realentre ciencia y religión.

El profesor Ismail Faruqui, una auto-ridad muy respetada en los estudios islámi-cos, se manifestaba así en una entrevistaefectuada poco antes de su fallecimiento :

“Ser musulmán es ser científico, porqueno puedes ser musulmán si no cumples conlos requisitos del califa y el requisito del cali-fa es tratar con la naturaleza. Transformasla naturaleza, la naturaleza dentro de ti, lanaturaleza en ti y en otros seres humanos yla naturaleza fuera, los árboles, las mon-tañas, los ríos y todas las cosas: la Creaciónentera. De modo que has de estudiar lanaturaleza para conocer sus leyes, sus se-cretos si los hay, para tratar con ella ytransformarla. También por otra razón. Lanaturaleza es la creación de Dios y Dios haestablecido en la naturaleza sus modelos. Y,por tanto, descubrir los modelos de la na-turaleza es descubrir los modelos de Allah y,en consecuencia, glorificarle. Hay, pues,estas dos razones para que cada musulmánsea un científico y por eso los musulmaneshan hecho maravillas en la ciencia. El mu-sulmán se aproxima a la naturaleza, no por-que la naturaleza sea un enemigo, como lohicieron los griegos por ejemplo, el mu-sulmán va a estudiar la naturaleza no por-que haya un genio en la naturaleza queintente controlar o dominar, en absoluto, elmusulmán se aproxima a la naturaleza por-que la naturaleza es un regalo de Allah, queAllah ha puesto al servicio del hombre paraque el hombre pueda vivir y ejecutar eldecreto de Allah.”

Observando la naturaleza el hombre haaprendido siempre a acomodarla a sus nece-sidades. Los antiguos sistemas de riego sonun ejemplo perfecto de cómo el hombre con-vierte la observación en conocimiento prác-tico. No es necesario tener una comprensióncientífica de la naturaleza para desarrollaruna tecnología tan elemental.

En Europa no se presentó la primera des-cripción coherente del ciclo del agua hasta els.XVI de la mano de Bernard Palissy. Él des-cribió cómo el agua se evapora de los océa-

nos y se enfría para formar nubes. Las nubespenetran tierra adentro donde se hinchan,condensan y caen en forma de lluvia. La llu-via se agrupa en lagos y torrentes y fluyehacia los océanos en un ciclo continuo. Estaimagen nos resulta familiar ahora, pero en laépoca del Profeta Muhammad las ideas que

prevalecían le debían más al mito y a la espe-culación que al hecho observado.

En el s.VII a.C. Tales de Mileto creía queel agua de la superficie de los océanos larecogían los pájaros, quienes la llevaban alinterior para dejarla caer como lluvia. Secreía que el agua regresaba al océano através de un gran abismo, al que Platónllamó el Tártaro. Mientras que Aristótelesimaginó que el vapor de agua del suelo secondensaba en frías cuevas de montaña for-mando lagos subterráneos que nutríanmanantiales.

El Corán, lejos de reflejar los conceptoserróneos comunes en aquel tiempo, está enestrecha concordancia con los datos de lamoderna hidrología.

“¿No ves que Dios empuja las nubesy las agrupa y, luego, forma nubarro -nes? Ves, entonces, que el chaparrónsale de ellos.”

Surah 24, La luz, aleya 43.

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El Islam nunca haconsiderado que hayacontradicción real entreciencia y religión.

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“Dios es Quien envía los vientos yéstos levantan nubes. Y Él las extiendecomo quiere por el cielo, las fragmenta yves que sale de dentro de ellas el chapa-rrón. Cuando favorece con éste a lossiervos que Él quiere, he aquí que éstosse regocijan, mientras que, antes dehaberles sido enviado desde arriba,habían sido presa de la desesperación.”

Surah 30, Los bizantinos, aleya 48-49.

Ciencia es el estudio del mundo materialy de la forma en que tienen lugar los proce-sos de la naturaleza. Las enseñanzas espiri-tuales, como en la Revelación Coránica, sepresentan con una perspectiva más amplia.

“¿No ves cómo hace Dios bajar aguadel cielo y Él la conduce a manantialesen la tierra? Mediante ella saca cerealesde clases diversas, que, más tarde, semarchitan y ves que amarillean.”

Surah 39, Los grupos, aleya 21.

“Y entre Sus signos está el hacerosver el relámpago, motivo de temor y deanhelo, y el hacer bajar agua del cielo,vivificando con ella la tierra después demuerta. Ciertamente, hay en ello signospara gente que razona.”

Surah 30, Los bizantinos, aleya 24.

El Corán pide al hombre que mire lossignos dentro de sí mismo y en el horizonte.Para alcanzar la comprensión un hombretiene que usar sus ojos, su mente y sucorazón. Todo camino de conocimientoexige un acto de fe. Pero no una fe ciega

como se suele entender equivocadamente.Los verdaderos buscadores de conocimientoesperan que sus ideas y su fe en tales ideas,se pongan a prueba constantemente.

En la corta historia de la ciencia moder-na se han presentado muchas ideas y con-ceptos que se han descartado como nuevospuntos de evidencia para una verdad dife-rente. A pesar de todo hay muchos descubri-mientos científicos de los que puede decirseque son hechos incontestables. Por ejemplo,el hecho de que el sol es una fuente directade calor y la luna carece de luz propia, essólo un cuerpo reflectante, es un conoci-miento común en la actualidad y se aceptasin cuestionarse. Hace 1400 años detalles tanespecíficos no eran moneda corriente. Peroen el Corán, la luz de la luna se describecomo Munir, una palabra que significa“tomar prestado” o “reflejar”. El sol se com-para con una lámpara brillante --wahaj-- ocon una antorcha --siraj--. Una precisa yacertada descripción de la diferencia entre laluz del sol y la luz de la luna.

“¡Bendito sea Quien ha puesto cons-telaciones en el cielo y entre ellas unluminar y una luna luminosa!”

Surah 25, El criterio, aleya 61.

Durante mucho tiempo los filósofos ycientíficos europeos creían que la tierra per-manecía inmóvil en el centro del universo yque cualquier otro cuerpo planetario, inclui-do el sol, se movía a su alrededor. En occi-dente esta teoría geocéntrica no se puso enduda desde la época de Ptolomeo, en el s.IIdespués de Cristo, hasta el s. XVI cuandoCopérnico afirmó que es la tierra la que semueve alrededor del sol. En el año 1609 elastrónomo alemán Kepler enunció las leyesque llevan su nombre, en las que se llega a laconclusión de que no sólo los planetas semueven en órbitas elípticas alrededor del sol,sino que además giran sobre su propio eje avelocidades irregulares. Con este conoci-miento se hizo posible para los científicosmodernos explicar correctamente muchosde los mecanismos de nuestro sistema solar,incluyendo el proceso del día y la noche.

Al describir la secuencia de la noche y eldía el Corán usa el verbo árabe “kawarra”que dice cómo la noche “enrolla” o “en-rosca” al día y el día a la noche. Una imagenque concuerda a la perfección con un ciclode noche y día provocado por el giro de latierra sobre su eje.

...en el Corán, la luz dela luna se describe comoMunir, una palabraque significa “tomarprestado” o “reflejar”.El sol se compara conuna lámpara brillante--wahaj-- o con unaantorcha --siraj--.

“Hace que la noche suceda al día yel día a la noche.”

Surah 39, Los grupos, aleya 5.

“El es Quien ha creado la noche y eldía, el sol y la luna. Cada uno navega enuna órbita.”

Surah 21, Los profetas, aleya 33.

La Revelación va mucho más lejos quela ciencia en su visión unificada de la crea-ción. Pero los aspectos que describen especí-ficamente el mundo material coinciden conlos datos científicos establecidos. Por otraparte, no hay observación en el Corán quehaya sido refutada por los hechos científicos.No hay genuina contradicción entre la bús-queda religiosa de la sabiduría y la búsquedacientífica de la verdad. El dogmatismo creaeste cisma ilusorio. El dogmatismo religiosoconduce a la negación de verdaderos descu-brimientos científicos. El dogmatismo cien-tífico surge a menudo de la incapacidad paradistinguir entre hechos y teoría. Y donde másevidente se hace esto es en la controversiaque rodea la teoría de la evolución.

Para la mayoría de nosotros el conceptode evolución evoca el nombre de CharlesDarwin. Darwin presentó sus teorías al mun-do en dos libros principales: “La teoría de laselección natural”, publicado en 1838 y “Elorigen de las especies”, publicado en 1859.En las Islas Galápagos Darwin encontró laprueba viviente de un proceso evolutivo enfuncionamiento. Por ejemplo, halló que ha-bía considerables variaciones en los picos delos pájaros, cada uno de los cuales había evo-lucionado para hacer uso de diferentes encla-ves ecológicos. Pero las variaciones teníanlugar dentro de la misma especie. Darwin nopudo encontrar ninguna evidencia que apo-yara su teoría de que una especie puede de-rivar en otra. Expresó sus dudas en una cartaescrita a Thomas Thornton en 1861:

“... creo en la selección natural, no por-que pueda probar en ningún solo caso queuna especie se haya cambiado a otra, sinoporque agrupa y explica bien (o eso meparece a mí) una serie de hechos en clasifi-cación, embriología, morfología, órganosrudimentarios, sucesión y distribucióngeológica.”

A pesar de sus dudas la obra de Darwintuvo un impacto tan poderoso que hainfluenciado desde entonces la mayor partede la investigación científica sobre el tema.

La imagen popular de la evolución --que elhombre procede del mono-- goza de unaaceptación tan general que ya se consideracomo un hecho más que como una teoría.Sin embargo, más de un siglo de inves-tigación científica ha fracasado en demostraresta teoría. Durante mucho tiempo la líneaprincipal de investigación fue la paleonto-logía, el estudio de los fósiles. Aquí una evi-dencia limitada y fortuita ha alimentado unailimitada cantidad de especulación. En 1971,el profesor Grasse, que ocupó la Cátedra deEstudios sobre la Evolución en la Univer-sidad de la Sorbona de París durante 30 años,escribió:

“En la historia de los primates, hemosde ser cautos para no dar por válidas lasreconstrucciones de nuestros antepasadosbasadas en unos escasos vestigios, adelanta-dos con toda seriedad por paleontólogossumamente imaginativos. Esto explica por-qué los árboles genealógicos del hombre sediseñan con rapidez y se descartan con lamisma rapidez. Las obras más recientessobre el tema parecen bastante mediocres,aunque implican nuevos e interesantes des-cubrimientos; los investigadores embarca-dos en estos estudios no tienen el cono-

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...una evidencialimitada y fortuita ha

alimentado unailimitada cantidad de

especulación

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cimiento o el buen sentido de interpretar losdescubrimientos correctamente.”

La evidencia de los fósiles ha mostradoque ha habido diferentes estadios en el desa-rrollo de la humanidad. Pero nunca se haencontrado un eslabón que una cualquiera deesas formas homínidas con el linaje de otroanimal. El famoso engaño del Hombre dePiltdown, demuestra el enfoque simplista delos paleontólogos al buscar este especulativoeslabón perdido.

El fósil más antiguo de una forma homí-nida, casi completo, es Lucy --se dice quetiene unos 3.500.000 años--. La estructuraósea muestra que Lucy caminaba erecta so -bre dos piernas como nosotros y no como unmono. Lucy y los australopitecos como ellamurieron durante la primera era glaciar.

“¿...habiéndoos creado en fasessucesivas?”.

Surah 71, Noé, aleya 14.

Fósiles encontrados en África, Asia yEuropa muestran que hubo otra oleada dehomínidos, más próximos a nuestro tamañoque Lucy y con una capacidad cerebral simi-lar a la del hombre moderno. Esta oleada, elHomo Erectus, hace ya entre 500 y 150.000años que desapareció.

“Hemos creado al hombre dándolela mejor complexión.”

Surah 95, Las higueras, aleya 4.

La siguiente oleada, el hombre deNeanderthal, está más cerca de nosotros enestructura y probablemente en apariencia.Murió hace 100.000-40.000 años.

“Si quisiera, os retiraría y os susti-tuiría por quien Él quisiera, igual que osha suscitado a vosotros de la descenden-cia de otro pueblo.”

Surah 6, Los rebaños, aleya 133.

El hombre de Neanderthal convivió conel hombre de Cromagnon, al que sucedióconstituyendo así la cuarta oleada. El hom-bre de Cromagnon es el antepasado directodel hombre moderno. No se ha encontradoun vínculo claro entre los diferentes estadi-os.

“Nosotros les hemos creado y hemosfortalecido su constitución. Si quisiéra-mos, podríamos sustituirles por otrossemejantes.”

Surah 76, El hombre, aleya 28.

Una vez más la perspectiva del Corán ylos hechos descubiertos por la investigaciónparecen coincidir. Pero aquí se detiene la se-mejanza. El Corán no comparte las teorías yespeculaciones de los paleontólogos.

El último apoyo para la teoría de la evo-lución de las especies procede de la biologíamolecular, en especial del estudio de los cro-mosomas y el código genético. En los orga-nismos pluricelulares el código genéticocompleto se contiene dentro del núcleo detodas y cada una de las células del cuerpo.Una persona hereda una copia exacta de losgenes de los padres y así se transmiteinformación de una generación a otra. De laúnica manera que puede cambiar un gene esmutando durante el proceso de bipartición.Los especialistas en genética han probadoque este proceso de mutación puede darlugar a cambios físicos importantes en uncorto espacio de tiempo. Pero esto está lejosde demostrar que una especie puede trans-formarse en otra. Y está aún más lejos de pro-porcionar una explicación completa de lamiríada de formas de vida sobre el planeta.

“Si quisiera, os retiraría y ossustituiría por quien Élquisiera, igual que os hasuscitado a vosotros de ladescendencia de otro pueblo.”

Para que un organismo pluricelularcambie su naturaleza y su función muchosrasgos distintos han de evolucionar juntos.Lo que exige una coordinación genéticaextraordinariamente compleja. Atribuir talcoordinación al azar o a la mutación “casual”es un grave encogimiento de la imaginación.Francis Crick, que ha dominado la investiga-ción genética desde sus comienzos, recono-ce las severas limitaciones del enfoque mo-lecular:

“En cierto modo se puede considerartodo el trabajo genético y molecular de losúltimos 60 años como un largo interludio.Ahora que se ha concluido el programahemos de volver de nuevo sobre los pro-blemas que dejamos atrás sin resolver. Unorganismo herido ¿cómo puede regenerarcon exactitud la misma estructura quetenía antes? ¿Cómo forma el huevo el or-ganismo?”.

Apenas se conoce nada del modo en quese comunican, cooperan y se organizan losgenes para desarrollar un organismo de lacomplejidad del hombre. El intento de expli-car la vida únicamente en términos de meca-nismos moleculares azarosos es demasiadosimplista. Fracasa al explicar las cuestionesfundamentales que hay tras el proceso decreación.

“Y os creamos. Luego, os formamos.Luego dijimos a los ángeles: “¡Proster-náos ante Adán!”

Surah 7, Los lugares elevados, aleya 11.

Es conocida la concepción espiritual quehay tras la creación del hombre a partir dearcilla o barro. La ciencia nos ha enseñadoque hay también una realidad física en estaafirmación. Los componentes químicos queforman el cuerpo humano están presentes enmayor o menor cantidad en el suelo.

“¿... Señor, Que te ha creado, dadoforma y disposición armoniosas, Que teha formado del modo que ha querido?”

Surah 82, La hendidura, aleyas 7 y 8.

La creación de la humanidad en tantoespecie se puede ver como un microcosmoscon la creación de cada ser humano en par-ticular. Las aleyas coránicas que tratan de lafertilización y desarrollo del embriónhumano sorprenden por su claridad y preci-sión.

“...Que Él crea la pareja, varón y hem-bra, de una gota cuando es eyaculada.”

Surah 53, La estrella, aleyas 45 y 46.

“Luego, le colocamos como gota enun receptáculo firme.”

Surah 23, Los creyentes, aleya 13.

Una vez fecundado, el óvulo se desplazahasta el útero donde expulsa vellosidadesque utiliza para trepar por las paredes delútero y atraer alimento.

“¡Recita en el Nombre de tu Señor,que ha creado, ha creado al hombre desangre coagulada!”

Surah 96, La sangre coagulada, aleyas 1 y 2.

“Luego, creamos de la gota un coágu-lo de sangre, del coágulo un embrión y delembrión huesos, que revestimos de carne.Luego, hicimos de él otra criatura.”

Surah 23, Los creyentes, aleya 14.

A medida que crece, el embrión atra-viesa estadios durante los cuales muchasde sus partes no están proporcionadas.

“...Nosotros os hemos creado detierra; luego, de una gota; luego, de uncoágulo de sangre; luego, de un em-brión formado o informe.”

Surah 22, La peregrinación, aleya 5.

“Luego, le ha dado forma armonio-sa e infundido en él de Su Espíritu. Osha dado el oído, la vista y el intelecto.”

Surah 32, La adoración, aleya 9.

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“Y os creamos. Luego, osformamos. Luego dijimos a

los ángeles: “¡Prosternáosante Adán!”

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Hemos nacido en una época de grandeslogros científicos. Hemos aprendido muchode los mecanismos infinitamente complejosde la Naturaleza. Cuando pensamos en la ex-traordinaria organización que preside el na-cimiento y el mantenimiento de la vida,resulta cada vez más difícil considerarla pro-ducto de la casualidad.

Cuando los científicos profundizan enlos mundos celular y subatómico y fuera enlos misterios del universo, alcanzan nuevas ymisteriosas fronteras del conocimiento. Laconcepción mecanicista clásica de la vida nosirve ya y los científicos se enfrentan a pro-blemas que tradicionalmente se han conside-rado pertenecientes al reino de lo espiritual yde la creencia religiosa. Es cierto que la cien-cia, al ser una forma de conocimiento relati-va, nunca será capaz de responder a esas pre-guntas.

“¡Compañía de genios y de hombres!¡Atravesad, si podéis, las regiones celes-tiales y terrestres! Pero no podréis atra-vesarlas sin ayuda de una autoridad!”

Surah 55, El Compasivo, aleya 33.

La comprensión de que la vida sólo sepuede entender plenamente en términos deinterrelaciones e interdependencias es el pun-to de partida de todo conocimiento religiosoy espiritual. La Revelación Coránica es lamás reciente en la larga tradición de sabi-duría revelada. Presenta una perspectiva den-tro de la cual otros medios de buscar conoci-miento, incluida la ciencia, pueden orientar-se hacia un entendimiento más completo. Elmundo ya está viendo y sufriendo las conse-cuencias de la falta de una visión unificada.

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“Alabado sea Allah, Señor de losUniversos.”

(Corán 1-2)

Como vemos en el Sagrado Corán, exis-ten universos diferentes al nuestro.

Este hecho merece una explicación másprofunda. Hay dos concepciones sobre losmúltiples universos, el de la Física moder-na cuántica, y la islámica de Ibn ´Arabi, elmás grande pensador del Islam. Trataremosde explicar, de la manera más resumidaposible, los principios de las dos concep-ciones, la de los universos múltiples de laFísica y la de los infinitos universos segúnla concepción islámica.

Puesto que la Física moderna ha llegadoa la misma conclusión que el Corán sobre laexistencia de múltiples universos, explicaréla historia de este descubrimiento “reciente”para demostrar que el Sagrado Corán es ellibro para el futuro que nos queda, que elmensaje coránico es “científico” y no está encontradicción con las leyes físicas, sino, alcontrario, puede llenar los vacíos que laFísica, por sí sola, no puede resolver si no escon ayuda de la revelación de Allah.

Podremos ver que los sabios musulma-nes son precisamente los precursores de esaFísica moderna, como el murciano Ibn´Arabi, que nació el día 17 de Ramadán delaño 560/28 de Julio de 1165.

Pero antes, veamos cómo han llegadolos físicos modernos a la conclusión de queexisten universos múltiples. La historiacomienza con uno de los “experimentos

LOS UNIVERSOS MÚLTIPLES

Abdullah Bartoll

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mentales” más conocidos, el denominadogato de Schrödinger, llamado así por habersido ideado por Erwin Scrödinger, uno de losprecursores de la Mecánica Cuántica. Seencierra a un gato en una cámara de acerodotada de un dispositivo que consiste en uncontador Geiger en el que se ha colocadouna fracción minúscula de sustancia radiac-tiva. Esta partícula es tan pequeña que la pro-babilidad de desintegración del átomo es delcincuenta por ciento. El contador Geiger estáconectado a un detector en el que, si ha teni-do lugar la desintegración radiactiva, un pe-queño martillo rompe una ampolla que con-tiene cianuro venenoso. Caso de no detectarla desintegración, no rompe la ampolla.

Por consiguiente, si el átomo sufre unadesintegración, el gato muere. Si no, sobre-vive. Todos sabemos que, pasada una hora,si fuésemos capaces de realizar tan cruelexperimento, habría dos posibilidades: queestuviera vivo o que estuviera muerto.

Sin embargo, según propone la físicacuántica, ¡el gato no se hallaría en ningunade las dos situaciones!

Al cabo de una hora, la función de ondaque describe al gato no sería la del gatomuerto ni la del gato vivo. En vez de ello setrataría, simultáneamente, de las funcionesde onda del gato muerto y del gato vivo: laauténtica función de onda consiste en lasuma de las dos. De manera incontestable, lafísica cuántica afirma que el gato está a lavez vivo y muerto. Entre los físicos, existeun consenso generalizado que afirma queesta suma es lo que predice la mecánicacuántica estándar. Pero no se ponen deacuerdo en la interpretación, en el significa-do de dicha suma.

Según la versión de Copenhage, existeun proceso denominado reducción de la fun-ción de onda,que provoca que la suma de lasfunciones de onda del gato vivo y del gatomuerto, se reduzca, bien a una u otra fun-ción, pero no a las dos. Toda reducción adi-cional tiene un carácter aleatorio, esto es, enel experimento de Schrödinger, la mitad deltiempo el gato estará vivo y la otra mitadmuerto. No existen reglas generales parapoder decidir cuáles son los objetos físicoscuya función de onda se ha producido en elmomento de ser observado por seres huma-nos. Algunos físicos que dan por válida lainterpretación de Copenhage opinan que esnecesaria la presencia de conciencia parareducir la función de onda (Penrose y

Wigner pertenecen a esta corriente), mien-tras que otros consideran que basta que seaun objeto “grande” para que tenga lugar esteproceso (John A. Wheeler es de esta opi-

nión). Sin embargo, tanto los seres humanoscomo los objetos “grandes” están constitui-dos por átomos, cada uno de los cuales evo-luciona según las leyes de la física cuánticahabitual, sin que haya ninguna reducción dela función de onda. Por tanto, para los físi-cos, es difícil entender con precisión cómollega a tener lugar en realidad esta reducción.

Pero los musulmanes sí sabemos Quiénproduce la reducción de onda. Allah, enmuchos ayats, dice: “Nos observamos loque vosotros hacéis...” o “Allah es laPercepción Omnisciente” etc. Por otraparte: ¿Qué hay más grande que Allah?Los musulmanes, constantemente deci-mos “Allahu Akbar” , Dios es el MásGrande. ¿Qué conciencia es la que siem-pre está observando? Sabemos que antesdel ser humano ya existían los animales,y antes de los animales los vegetales, yantes de ellos el agua, los minerales...Yantes de la tierra ya existía el universo.Por lo tanto no puede ser el ser humanoquien reduce la función de onda. Ahorabien, el ser humano participa en esa re-ducción de onda cuando se dan las con-diciones dadas por Allah, como cuandoÉl dice:

existen muchos universosdotados de diferentes radiosen el momento de la máximaexpansión.

“Hemos hecho descender a tucorazón la Revelación”.

O cuando dice:

“Le ofrecimos el Amana a los cielosy a las montañas, pero sólo el corazón deMi siervo puede contenerlo”.

Esto quiere decir que es a través delcorazón del siervo (me refiero al HombrePerfecto o Universal, al profeta y En-viado) que Allah observa la Creación. Esel concepto del espejo de Ibn ´Arabi,quien lo aclara cuando dice:

“Él es tu espejo para tu visión de timismo, y tú eres Su espejo en la visión deSus Nombres (o Cualidades) y para laaparición de Sus normas. Todo ello es Suactualización (reducción de onda) en laexistencia.” (La traducción es de Abdu-rrahmán Muhammad Maanán, el conte-nido entre paréntesis es mío).

Según la interpretación de los MundosMúltiples, no existe reducción alguna de lafunción de onda. Es decir, después de trans-currida una hora en la cámara de acero, elgato se encontraría realmente en estadocuántico consistente en el gato muerto juntocon el gato vivo. Esta interpretación afirmaque la desintegración radiactiva del átomo

habrá obligado al gato y a todos los demásaparatos del experimento a dividirse en dosmundos distintos: en uno, el gato está vivo;en el otro, muerto. Si ahora tratásemos de

comprobar si el gato está vivo o muerto,también nos dividiríamos en dos. En unmundo veríamos que el gato está vivo. En elotro, que está muerto. La interpretación deCopenhage supone que la reducción de lafunción de onda elimina los efectos cuánti-cos a escalas cosmológicas, muy poco tiem-po después de la Gran Explosión. Por tanto,el Universo, actualmente, no es de caráctercuántico salvo a muy pequeña escala. Paralos físicos cuánticos que siguen esta inter-pretación, la reducción de la función de ondaes un proceso misterioso. No tienen ningunaforma para discernir la sustancia que puedereducir las funciones de onda, y por eso lesresulta imposible realizar un análisis precisode la contingencia que aparece cuando eseacontecimiento tiene lugar. La interpretaciónde los mundos múltiples tiene que eliminarese escollo diciendo que no existe la reduc-ción de la función de onda, y que la realidadfísica viene dada por la función de onda delUniverso. Éste tiene ahora el mismo caráctercuántico que tuvo en sus orígenes. En estainterpretación, el radio del Universo es, sim-plemente, una variante cuántica más, igualque la vida del gato en el experimento. Enconsecuencia, existen muchos universosdotados de diferentes radios en el momentode la máxima expansión. Da la casualidad deque vivimos en uno de esos universos y, sinembargo, hay otros mundos en los que exis-ten otras versiones de nosotros mismos.

Esperamos no cansar allector, pero consideramosnecesaria esta exposiciónpara poder comprobar có-mo la física moderna hallegado a la misma conclu-sión que se sostiene en elIslam: hay mundos múlti-ples y hay múltiples ver-siones de nosotros mismosen estos universos.Ahora veremos lo que diceIbn ´Arabi sobre los uni-versos infinitos. Ibn ´Arabiconsidera que el universoes de figura esférica --cerrado-- y por eso ansíavolver a su principio unavez que ha llegado a su fin

--máxima expansión-- es decir, a Allah, quefue quien nos sacó del no ser al ser y al quehemos de volver como Él mismo dice envarios pasajes del Corán. Todo ser, toda

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cosa, es una simple circunferencia que tornaa Aquel de quien tomó su principio. Suintención parece bien clara: señalar que eluniverso es esférico, que hubo un inicio(Gran Explosión, en el lenguaje de la físicamoderna) y que habrá una terminación de

esa expansión inicial (implosión). Tambiénseñala que Allah crea las cosas sacándolasdel no ser, apoyando su afirmación en lasayats del Corán que hablan de la creación apartir de la nada hacia el ser a través de unacto de Conciencia o Inteligencia. Eso quie-re decir que las partículas más pequeñas dela materia no existen, sino que son manifes-taciones vibratorias provenientes de camposinmateriales. Los campos son los verdaderossoportes de la realidad. Y esa realidad vienedel Ruh --Espíritu-- de Allah. La materia noes más que un soporte de esta alma --nafs.Por lo tanto, Materia y Espíritu son lo mismoy no pueden existir uno sin la otra y su dife-rente comportamiento es fruto de la concien-cia del observador. Para comprender esto,pondremos un ejemplo: un hombre puedeser albañil, hijo y padre al mismo tiempo yno por ello deja de ser el mismo hombre.

Sigue diciendo Ibn ´Arabi: “Más aún, elfin de todas las cosas creadas está en Allah,como los puntos de una circunferencia(reducción de la función de onda), tienen sufin en el centro (origen de la función deonda) en que se apoya el radio que los haengendrado; mientras que las cosas no pue-den existir sin Allah, y los seres creados tie-nen necesidad de Él, Allah es independien-te de sus criaturas.”

Ibn ´Arabi sostiene, basándose en elCorán, que existe una sucesión indefinida deUniversos: “También es evidente que cadaparte del universo puede llegar a ser causade la existencia de otro universo, no másperfecto (no tan real) pero sí semejante aaquél, y esto indefinidamente. En efecto, lalínea de la circunferencia está formada depuntos tan próximos entre sí, que es imposi-ble que exista entre dos de ellos un tercero, acausa de que los espacios por ellos ocupa-dos están inmediatamente contiguos. Ahorabien, cada uno de esos puntos (reducción dela función de onda) es capaz de engendraruna nueva circunferencia (si se les tomacomo centro), de la cual, a su vez podrá afir-marse lo mismo que de la primera. Y asíindefinidamente, puesto que no cabe admitirtérmino ni límite en el universo.” Entonces,aunque lógicamente no repugna que laVoluntad de Allah pudiese crear universos,Ibn Arabi dice que “la modalidad de la cre-ación está condicionada al acto creador deAllah”. Así pues, lógicamente, la existenciade universos infinitos no obliga a admitir unamodificación en el Ser de Allah. Lo mismoque desde el centro del círculo (origen de lafunción de onda) se pueden trazar infinitosradios sin que el centro experimente cambioalguno, del mismo modo pueden crecerhasta el infinito los seres creados sin que semodifique la Unicidad absoluta de Allah.“Del Único permanente --dice Ibn Árabi--nace la muchedumbre de los seres creados,sin que Él se multiplique esencialmente,pues es un error absurdo el de los que afir-man que del Único sólo puede proceder unacosa.”

Ibn ´Arabi afirma claramente que losuniversos no se producen ex necesitate natu-re, como sostenía el neoplatonismo y sostie-nen hoy algunos físicos, sino por un acto dela Voluntad de Allah, ya que cada uno de losradios (reducción de la función de onda) quesalen del centro (origen de la función deonda) del círculo “es la manera particularcomo cada ser proviene de su Creador, esdecir, su ´aql (intelecto) a que se refiere elayat: ‘Solamente tenemos que decir, cuandoqueremos una cosa, sé, y existe’. Luego laVoluntad de Allah está también representa-da en el radio.”1

Ibn ´Arabi, en su libro Kitab al-Futûhâtal-makkiyya2 dice: “(...) Abd Al-lâh IbnAbbâs aludía a algo semejante según lo quese cuenta de él en un determinado hadiz:

“Del Único permanente --dice Ibn‘Arabi-- nace la muchedumbre de

los seres creados, sin que Él semultiplique esencialmente, pues es

un error absurdo el de los queafirman que del Único sólo puede

proceder una cosa.”

`Esa Kaaba es una morada entre otrascatorce moradas. En cada una de las sieteTierras hay una criatura semejante a noso-tros (nuestro homólogo), de tal modo que encada una de las siete Tierras hay un Ibn´Abbâs que es mi homólogo´.”

Vemos claramente como Abbâs (con-temporáneo y amigo del Profeta Muham-mad) sostiene la idea de que existen otrosuniversos con versiones de nosotros mis-mos. Por otro lado, la existencia de mundosmúltiples demuestra que existe el librealbedrío, puesto que, lógicamente, si no exis-tieran otros mundos estaríamos destinados ano poder “actuar de otra manera”. El queexistan múltiples versiones de nosotros mis-mos en otros universos, implica el que elsujeto “pudo haber actuado de otra forma”.La única manera de asegurarse de que elsujeto “pudo haber hecho otra cosa” es queéste hubiese, de hecho, actuado de otra mane-ra. O sea, es necesario que el sujeto lleve a cabosimultáneamente dos o más actos, diferentes eluno del otro o los otros. Evidentemente estono sería posible en un solo universo, sino quese necesitan múltiples universos para queexista la libertad de elegir entre miles deposibilidades para desarrollarnos completa-mente (si no existieran múltiples universos yversiones de nosotros mismos actuando dediferente manera), puesto que necesitaría-mos cumplir dos condiciones necesarias. Laprimera, el tiempo. Pero tendría que ser untiempo infinito, o sea, tendríamos que sereternos. La segunda, retornar de nuevo anuestro universo. La primera condición esimposible de cumplir puesto que tenemos untiempo biológico, como bien dice el Corán :

“(...) dijo (Shaytán): vuestro Señoros ha prohibido acercaros a este Árbolpor temor de que os convirtáis en ánge-les u os hagáis inmortales”

(Corán 7, 20)

Por lo que el tema de la inmortalidad eneste mundo no es posible. La segunda con-dición, el retorno a este mundo tampoco loes. El Sagrado Corán nos dice que no retor-naremos a la vida actual:

“..y si los viese en el momento enque, colocados en el fuego dirán :¡Ojalá se nos devolviera! No tacharía-mos de mentiras los signos de nuestroSeñor y seríamos de los que tienen plenaconfianza en ellos.”

(Corán, 7, 27)

Existen muchas transmisiones de lossabios islámicos sobre la existencia de mun-dos múltiples. Daremos otro ejemplo y conél, finalizaremos esta exposición islámica dela existencia de múltiples historias y univer-sos. Dice el Sheij Abûl Qâsim Jân Ibrâhîmî(Xarkâr Âgâ), V sucesor del Sheij AhmadAhsâ´î: “Lo que se deduce en definitiva,tanto del Libro de Allah como de las pala-bras de los walî Imâms, es que la CreaciónDivina no se limita en absoluto al mundo enque nos encontramos y del que percibimossu apariencia visible. Hay numerosos mun-dos. El primer ayat del Libro afirma:

“Gloria a Allah, el Señor de losMundos.”,

y más adelante:“Bendito sea el que hizo descender el

Corán sobre su siervo, a fin de que fuera unprofeta para los mundos”.

(Corán, 25, 1)

No hay duda pues, sobre la existencia denumerosos mundos.”3

NOTA. Un equipo de físicos estadounidenses hademostrado que un átomo puede existir simultánea-mente en dos sitios a la vez, a considerable distancia oposición espacial en términos del microcosmos.

1. (Extraido del libro, Historia del Pensamiento enel mundo islámico, Miguel Cruz Hernández, vol II)

2. Kitab al-Futûhât al-makkiyya.(Las iluminacio-nes de la Meca, o El Libro de las Conquistas espiritua-les de la Meca), en edición de El Cairo, 1329 H., vol I,págs 126-31, y citado por Henry Corbin en el libroCuerpo Espiritual y Tierra Celeste. Edit. Siruela. Madrid1996. pág. 161.

3. Extraido del libro Cuerpo Espiritual y TierraCeleste, de Henry Corbin. Edit. Siruela. Madrid 1996.Pág 260.

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En el nombre de Allah, el Compasivo, elMisericordioso.

La gloria y las alabanzas sean para Allah,cuya Majestad no pueden describirla

los más diestros oradores de época ningu-na; ni sus bondades y bendiciones puedenser enumeradas por los cronistas ni por losregistradores; ni el tributo a Él pueden ren-dirlo adecuadamente los más asiduos y per-severantes adoradores. Nadie puedeentenderLe completamente ni explicar SuSer por mucho que se obstine. Ni la razónni la sagacidad Le pueden visualizar. Ni lainteligencia, ni la perspicacia ni la com-prensión pueden llegar al nivel de conoci-miento que sería necesario para estudiar oexaminar la Divinidad.

Las facultades humanas de abstracción,percepción y aprendizaje, y las cualidades devoluntad, intuición y apreciación no puedenaprehender ni un solo rasgo de Su Presenciani atisbar la magnitud de Su Poder ni de SuGloria. Sus Atributos no pueden ser fijados,limitados o definidos, pues no hay palabrasde ningún idioma que puedan contenerlos.Su Ser es Eterno, así que no podemos ima-ginar un tiempo a partir del cual comenzó aexistir, ni tampoco concebir la duración deSu Existencia.

La Creación de los Universos, la expan-sión universal del gas primordial, y su solidi-ficación gradual en forma de montañas queactúan como estacas en el cuerpo de laTierra, se deben únicamente a Su Omni-potencia.

El primer requisito de la religión es reco-nocer y aceptar a Allah como el Señor. La

EL UNIVERSO DE LOS SOLES: LA HORMIGA Y LA LANGOSTA

Reflexiones sobre la Creación del Imam ´Ali Ibn-Abu-Talib

Ali ibn -Abu-Talib era primo hermano y yerno del Profeta Muhammad, que laPaz y las bendiciones sean con él, casado con su hija Fátima. Era conocido comoWali Allah, el íntimo de Dios. Nació en Meca, unos veintidós años antes de la

Hégira, y fue proclamado como cuarto Jalifa, en el año 34 H (656 de la eracristiana). Entre los tesoros inmensos de su legado intelectual y espiritual, destaca larecopilación de sermones y cartas conocida como Nahy-ul-Balaghah -La Cumbre de

la Elocuencia- donde trata de forma inimitable temas de la más diversa índole,desde la más alta Teología del Tawhid hasta los aspectos puramente cotidianos de laexistencia islámica. Cuenta el Hadiz que el Profeta, la Paz y las bendiciones seancon él, afirmó que “El Islam es una ciudad de conocimiento y Áli es su puerta”.Tal es la importancia central que en el conocimiento islámico ocupa la figura de

este santo imam, cuyo Ta´awil o conocimiento intuitivo desmenuza los vastossignificados que contiene el Libro Revelado. Como ejemplo de ello, presentamos los

textos de dos sermones; en el primero, que corresponde al número 1 de lamencionada recopilación, ´Ali nos habla de la Creación de los Mundos, tal y como

está explicada en el Qur´án. Leyendo este texto podemos hacernos una idea de laprofundidad y exactitud de los conceptos que maneja el Libro Sagrado, sus

diferentes niveles de significado, y la vasta capacidad semántica de la LenguaÁrabe, idioma radical y sintético donde los haya, que permite una polisemia

sugestiva y reveladora. En el segundo sermón, que se corresponde con el número190, el imam reflexiona sobre diferentes aspectos de los saberes y las ciencias, su

sentido para el musulmán y sobre las distintas actitudes humanas en relación aellos. Quince siglos después de su elaboración, sentimos un genuino asombro ante laprofundidad y actualidad de estas reflexiones, que tanto tienen que ver con algunas

de las más sofisticadas descripciones científicas contemporáneas.

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perfección del entendimiento radica en laconvicción, y ésta consiste en creer sincera-mente que no hay dios excepto Él. La creen-cia correcta en la Unicidad implica la con-ciencia de que Él es absolutamente Puro yestá por encima de cualquier naturaleza, deque nada puede ser añadido o restado a SuSer.

Es decir, uno llega a reconocer que noexiste diferencia entre Su Ser y SusAtributos. Estos no deben ser diferenciadosde Aquél1. Quien diga o crea que Sus Atri-butos son otros que Su Ser, en realidad estaránegando Su Unicidad y estableciendo unadualidad: Él y Sus Atributos. De hecho, esapersona está creyendo que en Él existen par-tes2. Quien sostenga dicha creencia no podráhacerse un verdadero concepto de Allah,será ignorante y siempre tenderá a creer enalgún producto de su imaginación como sifuera su dios. Cualquiera que sostenga estacreencia está aceptando que existen limita-ciones en Su Ser, está queriendo confinarLea un lugar o a poderes y atributos particula-res, intentando rebajarLe al nivel de Sus cria-turas.

Creer que Él está localizado en un sitioconcreto, cielo o tierra, o señalar hacia unlugar cuando de Él se habla, o pensar que Élestá restringido a determinadas ocasiones, oque cierto espacio o tiempo puedan existirsin Él, carentes de Su Om-nisciencia y Omnipresen-cia3, todos estos concep-tos se derivan de asignarun número, una cantidada la Divinidad4.

AsignarLe un espa-cio por considerar que Élestá dentro o sobre unlugar, implica tratar desometerLe a las li-mitaciones propias delespacio; subordinarLeun espacio significa asi-mismo creer que algúnlugar puede existir fuerade Su Omnipresencia.

Su Existencia eseterna. Él no comenzó aexistir en ningún mo-mento. No fue creado.Su Existencia no surgió de la no existencia.Él está con todo, pero no física o corporal-mente; Él está lejos de todo pero no en los sen-tidos de distancia, despreocupación o indiferen-

cia. Él actúa y trabaja, pero la acción y el traba-jo no necesitan movimiento ninguno, ni cuerponi herramienta ni máquina. Él ya veía inclusocuando aún nada había sido creado. Él es Únicoy Solo, porque no tiene compañero cuya com-pañía necesite, o cuya ausencia extrañe.

La Creación de los Universos se hizo en unActo Solo. Él los creó con todo lo que en elloshay, de la manera más excelente y perfecta.Allah originó esa creación sin experimentaransiedad5, sin ensayo previo que tuviese encuenta los resultados para ir mejorando unmodelo, sin que ningún movimiento ni cam-bio se produjera en Su Ser, sin estar obliga-do ni condicionado por decretos o leyes par-ticulares6.

(El imam describe ahora el proceso de laCreación)

El Señor Todopoderoso destinó las cosas,materia y energías, a ser disueltas por eltiempo7.

Él arregló y consolidó estos factores deforma que la intensidad de sus distintas yopuestas propiedades estuviese equilibrada 8.

Tan pronto como las cosas llegaron aexistir, les fueron asignadas cualidades y unlugar en el conjunto de la naturaleza. Y pocodespués de la creación de las cosas, fue dadauna orden para su expansión y extensión9 y,

a medida que las cosas obedecían, a cadauna de ellas le fueron dados una forma y uncuerpo10.

El Señor Todopoderosodestinó las cosas,

materia y energías, aser disueltas por el

tiempo.

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Así, cada criatura, desde la más grande ala más pequeña, y cada objeto tuvieron unlugar permanentemente fijado, una posiciónen la Creación que nadie puede cambiar. Enesta Creación no hubo nada improvisado,sino que todo tuvo su espacio predetermina-do en la naturaleza.

Allah conocía todos los detalles de losseres antes de traerlos a la existencia11. SuConocimiento abarca los efectos inmediatos ylos distantes del comienzo de la existencia, sufuncionamiento y desarrollo, y la segura ani-quilación de lo que estaba siendo creado 12. ElSeñor Todopoderoso asignó13 lugar en elespacio a estos objetos. Para ello, el gas oéter empezó a romper su continuidad y adividirse en masas nebulosas. Le fue ordena-do al espacio que se expandiera, para quepudiera contener a esta masa nebulosa que seextendía. Esta grandiosa masa de fluido esta-ba girando, moviéndose y estremeciéndosecomo un conglomerado en un estado suma-mente agitado y turbulento. En ella se eleva-ban olas enormes, de millones de millas dealto. La fuerza de esa expansión actuabacomo el más poderoso viento tormentoso,rodando, rotando, temblando, empujando,arrastrando y forzando a esta masa fluidahacia las regiones exteriores del espacio14.En ese tiempo, la masa que se estaba expan-

diendo recibió la orden de replegarse y con-densarse15. Durante ese tiempo, la enormevelocidad de expansión estuvo perfectamen-te sujeta16 hasta el final. Allah sujetó a laCreación entera dentro de sus límites17.

En este punto, el Señor Todopoderosodio existencia a una tercera fuerza, parecida

a un viento impetuoso 18 que detuvo la dis-persión del fluido y lo forzó a volverse, porlo que surgieron en su seno tremendas con-vulsiones. Esta tercera fuerza empezó aactuar sobre él, creando olas nuevas y nuevasmareas, como la crema cuando se convierteen un suero delgado donde nadan pequeñosy espesos glóbulos de mantequilla 19.

Este viento actuaba con fuerza de diver-sas maneras. Por un lado movió a ese ser demasa y energía de tal forma que cada partede él estaba igual y uniformemente bajo suinfluencia20 hasta que el gas adquirió elaspecto de algo parecido a la espuma, la cualiba formando islas de materia espesa en elmar de polvo más ligero. Así el Señor creósiete cielos21, uno después de otro. El con-glomerado más bajo22 hacía las veces debase o centro, desde el que se producía laexpansión en todas direcciones, y los otrosconglomerados estaban dispuestos comotejados, el uno sobre el otro. Los cielos esta-ban, y aún están flotando en el espacio sinningún apoyo, ocupando sus lugares sinningún fallo 23.

Entonces Él permitió que cada galaxiafuese adornada con sus soles y estrellasluminosas, con sus planetas que reflejan lasluces de estos soles, y sus lunas, mientrasque, a cada uno de ellos le fue ordenado querotase en su órbita, en el seno del tejadoconstantemente giratorio.

Después de haber abierto el espacio, elSeñor Todopoderoso lo pobló con diferentesclases de ángeles. Unos, desde el principiode la Creación, han tenido sus frentes en laposición de suyud (prosternadas), en ora-ción, y no han tenido ni tendrán la oportuni-dad de levantarlas a la posición de ruku(inclinación). Otros están inclinados y nuncapodrán enderezarse, mientras otros están depie, en hilera, rezando, y nunca dejarán sulugar ni se moverán. Algunos están repitien-do Sus Nombres desde su creación, y conti-nuarán haciéndolo sin tregua hasta el final desu existencia. Nunca se cansan ni sientenfatiga por tan continuo trabajo. Todos estáncreados de manera tal que la fatiga y el desa-liento no actúan sobre ellos, ni el descuido, lanegligencia o el olvido les afectan. A algunosde ellos les son confiadas Sus Revelacionesy actúan como mensajeros que llevan SusMandamientos a Sus Profetas y Apóstoles.Otros son guardianes de Sus criaturas, mien-tras que otros hay que guardan las puertasdel Jardín. Otros han sido creados de mane-

Así el Señor creó siete cielos,uno después de otro.

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ra que se extienden desde una orilla del espa-cio hasta la otra24, alcanzando incluso fuerade estos límites.

La Grandeza de Su Poder y Su Gloria losha deslumbrado, y el conocimiento de supropia humildad e insignificancia les abru-ma. El Poder y la Fuerza de Allah los ocultaa la vista de sus otras criaturas. Siendo cons-cientes de Su Grandeza, ellos no Le asociancon ninguna forma, figura, apariencia, confi-guración ni tamaño, ni Le adscriben atribu-tos, ni Le confinan a un lugar o posición niLe comparan o asemejan con cosa alguna.

Microcosmos

(El imam, en este sermón alabó al Señor,diciendo que es Eterno y sin par; la creaciónmisma de los universos, el cambio en lascondiciones de la materia y la disipación dela energía prueban que Él es el Creador yque nada en el Universo es Eterno exceptoÉl. El imam llamó la atención del hombrehacia las maravillas de la Creación citandodos ejemplos de la vida de los insectos: lahormiga y la langosta. Entonces expresó suasombro ante aquellos que, habiendo vistolas maravillas del Universo, se niegan aestudiarlas y a aceptar al Gran Creador.)

En el nombre de Allah, el Compasivo, elMisericordioso.

Alabado sea el Señor, a Quien los ojosno pueden captar, ni los sentidos abarcar, niel espacio Le puede contener, y cuya Bellezay Majestad nada en la naturaleza puedecubrir ni ocultar.

El inicio de la existencia de los universosy su edad son, en sí mismos, la prueba claray la evidencia de Su Preexistencia yEternidad25.

La decadencia y la destrucción en lanaturaleza prueban que Él existirá por siem-pre26.

Similarmente, en las propiedades, atribu-tos y características de las cosas creadas hayuna evidencia de que no puede haber simili-tud alguna entre Él y Sus criaturas, y que Élno tiene par ni igual. Él es veraz y fiel a Suspromesas, y está por encima de la opresión yde la tiranía. No hay error de omisión ocomisión en Su Gobierno, ni exceso o redun-dancia, ni deficiencia o escasez. Él ha desti-nado y dispuesto la naturaleza en tal forma,que proporciona para las cosas existentes

todo lo que ellas requieren para la existencia,y sólo la cantidad que ellas necesitan.

La existencia misma de las cosas es unaevidencia de que Él es el Creador y queexistía antes que ellas. La imposibilidad deque las formas de la Creación pudieran exis-tir por sí mismas y de que pudieran proveer-se a sí mismas sin ayuda exterior, es pruebade Su Omnipotencia y Capacidad Infinita. Elconstante cambio en las condiciones de laMateria y la permanente disipación de laEnergía, revelan a la razón humana SuAtributo de Eternidad.

Todos estos hechos prueban que Él esUno, pero Su Unidad no es una cualidadmatemática; prueban que Él es Eterno, noteniendo principio ni fin, que Su Ser y SuExistencia no necesitan ningún apoyo oayuda de Sus criaturas, que las mentes acep-tan Su Existencia, pero no mediante la vistao los otros sentidos; que Sus criaturas dantestimonio de Su Ser sin haber entrado encontacto con Él, y que la imaginación y lacomprensión no pueden abarcarlo aunquereconozcan Su Infinita Existencia. Él es elMás Grande, no debido a Su dimensión --yaque Su Grandeza no es corporal-- sino debi-do a Su Majestad, a Su Belleza y Poder.

Yo declaro que Muhammad es Su cria-tura, Su Mensajero y Profeta escogido, Susiervo digno de confianza. Que la paz y lasbendiciones de Allah sean con él y sus des-

Entonces Él permitió quecada galaxia fuese

adornada con sus soles yestrellas luminosas, con

sus planetas que reflejanlas luces de estos soles, y

sus lunas, mientras que, acada uno de ellos le fue

ordenado que rotase en suórbita, en el seno del

tejado constantementegiratorio.

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cendientes. Él envió a este Mensajero elegi-do para que viviera entre nosotros, para mos-trarnos el camino recto. Vino acompañado depruebas irrefutables, logros indiscutibles yórdenes claras. Este Profeta nos transmitió SuMensaje, enseñándonos a diferenciar entre locorrecto y lo indebido, entre lo verdadero y lofalso, entre el vicio y la virtud y entre la pie-dad y el pecado. Él nos mostró el verdaderocamino hacia la salvación, iluminó el sende-ro de la religión, colocando alminares de luza lo largo de todo el trayecto, fortaleciendolos lazos del Islam y las ligaduras de la fe.

Si las gentes tan sólo pudieran estudiarcon detenimiento la belleza y grandeza delArte contenido en la Creación y las bendicio-nes ocultas en las diversas formas de vida,quedarían anonadadas ante tantas maravillasy aceptarían sinceramente Su Grandeza.Seguirían el camino trazado por Él, buscan-do Su Bendición y temiendo Su Ira. Pero,desgraciadamente, el ser humano tiene unamentalidad enfermiza y una visión insana.

¿Por qué es así? ¿No puede ver acaso esasotras pequeñas criaturas que proliferan a sualrededor? ¿No puede darse cuenta de cómoAllah hizo a esos seres tan pequeños y a lavez tan fuertes y robustos? Qué pequeños,delicados e indefensos parecen, pero quéfuertemente están construidos sus miembrosy conectados entre sí. Tienen ojos, oídos, hue-sos y piel como cualquier animal superior.

Mirad a la hormiga. Qué pequeño es sucuerpo y qué delicadas son sus articulacio-nes. Es una criatura tan pequeña que, fre-cuentemente, escapa a una mirada rápida;pocas personas le conceden importanciaentre los seres vivos que habitan esta Tierra.Miradla y estudiad su forma de vivir; cómose arrastra, cómo obtiene su alimento, cómolevanta un grano --varias veces más pesadoque su cuerpo-- y lo carga hasta su agujero;cómo almacena los granos y, en verano,guarda y reúne el alimento en previsión delinvierno y la estación lluviosa. Allah, elMisericordioso, ha ordenado que la naturale-za le proporcione el alimento que necesitapara sobrevivir. El Señor Misericordioso noha abandonado ni siquiera a una criatura tanpequeña, haciendo que la naturaleza le pro-vea y cuide de ella incluso si tiene su mora-da en lugares escondidos. Cuida incluso desus órganos diminutos, aquellos por dondeentra el alimento y por donde sale el desper-dicio, los cartílagos de sus costados que pro-tegen sus sistemas circulatorio y respiratorio,su estómago, su cabeza dotada de ojos comopuntas de alfiler, sus órganos de audición ylas conexiones con el cerebro y con el restodel cuerpo. No podríais explicarlas ni descri-birlas fácilmente.

Grande y Glorioso es el Señor que lacreó, la hizo levantarse sobre sus patas e hizoque los diminutos órganos de su cuerpo fun-cionaran de manera armoniosa unos conotros. Nadie fue Su socio en esta obra ninadie le ayudó a producir la Creación.

Si observáis con seriedad y perspicacia lanaturaleza, os daréis cuenta de que el Uno, elQue creó a la hormiga, creó asimismo lapalma datilera. Los detalles de los organis-mos vivientes son maravillosamente peque-ños, delicados y complejos. Las diferenciasentre los órganos de las distintas formas devida son pequeñas pero precisas. La crea-ción de las formas más pequeñas y elemen-tales de vida, así como las de las criaturasenormes y monstruosas, fuertes o débiles,delicadas o robustas, no tienen diferencia pa-

Si las gentes tan sólopudieran estudiar con

detenimiento la belleza ygrandeza del Arte contenido

en la Creación...

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ra Él; para Su Poder y Su Grandeza, una for-ma de creación es tan fácil como la otra.Similar es el caso de la creación del agua, elaire, la atmósfera o el cielo. Mirad al sol o ala luna, la verde vegetación, los poderososárboles, las piedras y las rocas, las noches ylos días sucediéndose unos a otros; los ríosque fluyen, las cordilleras de cumbres eleva-das, las diferencias de las razas y los idiomasde los hombres. Todos ellos son fuente debeneficios y bendiciones para la Humanidad.

Es una lástima que el hombre se nieguea aceptar la existencia de este Gran Arqui-tecto del Universo, del Poderoso Creador dela naturaleza. Es una pena que él crea que supropia existencia es un accidente, o que él haadquirido el ser por sus propios méritos yque nadie lo creó. Él se concibe a sí mismocomo una planta a la que nadie ha hecho cre-cer ni nadie ha formado, una vida sin ordenni propósito. Pero él no ofrece pruebas racio-nales ni objetivas de ello. ¿Puede existir unacasa sin constructor?¿Puede haber un efectosin causa?

Hay otro ejemplo cerca de vosotros paraestudiar los detalles de Su Creación. Mirad ala langosta. ¿No os maravilláis ante la sime-tría de su cuerpo, sus dos ojos que brillancomo estrellas, sus oídos delicados y ocultos,sus sentidos adaptados a su forma de vida, suboca apropiada para su manera de alimentar-se? Sus agudas quijadas son útiles para tritu-rar el pasto y las hojas; sus patas están artís-tica y delicadamente dibujadas, pero son losuficientemente robustas y poderosas parasoportar el peso de su cuerpo sobre el pastoy las hojas de los árboles. Los agricultores letemen, pero no pueden evitar que traiga ladevastación y destruya sus campos. Qué gran-des y fuertes son ellos y qué pequeña es lalangosta en comparación, pero estos campe-sinos, aún reuniéndose en gran número, nopueden expulsar de sus campos a las langos-tas. Ella se sitúa en sus cultivos y jardines ycome hasta saciarse. Ella no es mayor que eldedo meñique de un granjero, pero es unproblema para él.

Glorioso y Exaltado es el Señor, anteQuien todo en la naturaleza ha de postrarse,de grado o a la fuerza, debe permanecer hu-milde y manso y debe rendir su propia exis-tencia a Él y a Su Decreto. Las aves en elaire, que parecen moverse libremente, estánbajo Su completo dominio y control. Él sabecuántas plumas tiene cada una de ellas ycuántas veces respirará en su vida. A algunas

de ellas, las ha destinado Él a la tierra y aotras les ha ordenado que sean aves acuáti-cas. Él les ha fijado sus formas de vivir yconoce sus variedades, especies y géneros.Allí están el cuervo, el halcón, la paloma y elavestruz. Cada especie está creada con suspeculiaridades, con su entorno y su manera dealimentarse.

Y qué decir de esas espesas nubes, den-samente cargadas de lluvia. A cada tierra leestá asignada una porción de ellas. Ellas con-vierten las tierras secas en campos verdes,las tierras muertas en verdor sonriente y jar-dines placenteros.

Los detalles de los organismosvivientes son maravillosamentepequeños, delicados y complejos.

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Notas1. O sea, que no pueden ser añadidos o restados a

Su Ser, ya que cada atributo, cualidad o propiedad, porsu propia existencia, prueban que son algo diferente dela persona a quien se atribuyen, y a las que califican odescriben: porque la existencia de todo ser creado es unaprueba de que se trata de una entidad diferente y sepa-rada de sus atributos y propiedades.

2. Es decir, teniendo diferentes partes del cuerpo,una que ve, otra que oye, una tercera que siente, etc.

3. Es incorrecto creer que Él depende del tiempo,el espacio, las cualidades o los atributos.

4. Que Él fuese como un número que puede sersumado, del que se puede sustraer algo, multiplicado odividido. El Señor no es así.

5. Ansiedad acerca de cómo crearlo, cómo darleforma y asignarle propiedades y atributos, cómo mante-nerlo en existencia o cómo aniquilarlo.

6. La creación de todos los universos fue un actosimultáneo. Él lo deseó y lo quiso, y todo adquirió exis-tencia tal y como Él había querido que fuera.

7. Que tuviesen sus existencias ligadas al tiempo yfuesen dependientes de él, dando así tiempo a la mate-ria y, por lo tanto, espacio, un continuo que no puedeexistir sin los otros dos.

8. De forma que todos ellos se unieron para con-vertirse en millones de galaxias que contienen billonesde soles, lunas y tierras, e innumerables formas de vida.Pero como Él había decretado que la espontaneidad fue-ra la principal característica de la Creación, fue un actoespontáneo y simultáneo.

9. Simultáneamente con la Creación e inmediata-mente después de ella, los universos empezaron a ex-pandirse, El Poder de Su Decreto es tal, que las galaxiasque empezaron a existir hace billones de años, aún si-guen expandiéndose hoy.

10. La solidez, el estado líquido, el estado gaseoso,la radiactividad, la condición inerte, la forma mate-ria/energía y el tamaño (más o menos pequeño que lalongitud de onda de la luz); o sea, toda forma de propie-dad o atributo que existe en la naturaleza. Y fue hechoobligatorio para todo lo que empezó a existir y que deca-yera de acuerdo a ciertas leyes, y en obediencia a Su Plan.

11. Detalles de la existencia, de las propiedades, delas afinidades, incongruencias, incompatibilidades, eta-pas de desarrollo, y de la destrucción, las épocas y loscambios que sufren las cosas.

12. Los efectos de cada cambio en la forma o laspropiedades de la materia y la energía; cada etapa deldesarrollo, cada forma de evolución, fueron conocidospor Él antes de que les fuera dado un lugar en la natura-leza o fueran introducidos en ella.

13. Después de haber dispuesto un programa, unconjunto de leyes para gobernarlos y también una ruti-na a seguir; y después de haber dado forma y propieda-des a cada uno de los objetos.

14. El gas interestelar o primordial, llamado éterpor los científicos. Yo he usado la palabra “fluido” co-mo traducción de “Ma”, usada por el imam, ya que estegas, debido al efecto de la presión colosal de la conden-sación original, era demasiado espeso como para com-portarse como un gas o líquido ordinario. Estaba en es-tado fluido, y yo creo que por ello se usó la palabra “Ma”.Hay otro punto digno de mención: este gas primordial,era casi exclusivamente Hidrógeno, principal ingredientedel agua, cuyo nombre árabe actual es “Ma in”.

15. Para que en el espacio creado, cada galaxiapueda encontrar un lugar donde desarrollarse y conden-sarse en billones de soles y planetas, no disipándosecompletamente.

16. Para que la materia y la energía puedan actuardentro de ciertos límites y no se disipen en el espacio.Por lo tanto, el espacio se mantuvo finito, por grandeque fuese, la materia permaneció finita, y el tiempo semantuvo finito por largos que pudieran ser sus períodos.Así que nada hay infinito en la naturaleza.

17. El espacio, así como las regiones galácticas, fue-ron controlados dentro de campos gravitacionales, aunqueel espacio fuese muy vasto y el fluido muy turbulento.

18. Era la fuerza gravitacional actuando contra lavelocidad de expansión.

19. El Imam ha explicado esta fase con el ejemploanálogo de la cuajada que es violentamente agitada yempieza a dividirse en grumos (estrellas) y suero (polvode estrellas y gas interestelar). Una similitud muy ade-cuada.

20. La influencia del campo gravitacional y la velo-cidad de expansión, al mismo tiempo, permitieron lasuficiente quietud como para que la cohesión atómica seprodujese entre elementos, es decir, moléculas.

21. Las regiones de los conglomerados galácticos,cada uno conteniendo millones de galaxias, y cada gala-xia conteniendo billones de estrellas.

22. Una en el centro de la masa primordial, quizásen la que está localizada nuestra Tierra.

23. Estas galaxias, aunque se componen mayorita-riamente de polvo estelar y estrellas, están, fuerte ydurablemente entretejidas.

24. Quizás como gas primordial o campo gravita-cional, o como curvatura del espacio.

25. Las ciencias modernas han calculado la edadaproximada del Universo, o sea, de la Materia, laEnergía, el Espacio y el Tiempo. Puede que ésta no seatotalmente correcta, y puede que el desarrollo futuro delas ciencias, aumente o disminuya el valor calculadopara estos períodos. Puede ocurrir incluso que los cientí-ficos concluyan que los universos, junto con el espacioy el tiempo tienen una existencia pulsante, un ciclo entreCaos y Cosmos, Pero debe haber, y hay, un principio enalguna parte. La existencia misma del Universo pruebaque el proceso comenzó alguna vez. El imam llama aesto “Hudus”, o sea, el principio de la Creación, argu-

yendo que este principio prueba que Él está más allá deltiempo y por lo tanto es Eterno, nadie Le creó y, por lotanto, nadie pudo existir antes que Él.

26. El ciclo de Materia y Energía, de Caos y deCosmos, la pulsación de las galaxias hacia el gas pri-mordial, y de éste de nuevo hacia las galaxias prueba,lógica y matemáticamente, que todo alguna vez tendráque llegar a una terminación, así como empezó algunavez, y que Él no tuvo principio y que, por tanto, notendrá fin.

(El texto que reproducimos está tomado de la edi-ción de Tahrike Tarsile Qur an, Inc. New York 1988,traducida al castellano por Dr. Muhammad AliAnzaldúa Morales).

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Vuelo de la imaginación

Por el ojo de buey se divisaba un tranquilomar de nubes a nueve mil metros de lasuperficie del océano. Entre los blancosalgodones se clareaba a veces un azul dis-tante allí abajo. Aquel debía ser el MarRojo, el que, huyendo de las huestes delFaraón, cruzara el profeta Musa, que la pazsea con él, hace algunos milenios. Sentadoen su sillón first class, el peregrino Hishamse preguntaba sobre la distancia que separala forma de vivir de los antiguos y la de suscontemporáneos. Se decía a sí mismo quetal vez el dromedario o el Jumbo sirvan alos mismos propósitos. En cualquier caso,la inmensidad del desierto del Hiyás eraaún más apabullante sentida así de golpe,entre las nubes, desde esas alturas que per-miten a la imaginación suplir con sólo unvistazo las impresiones de las largas jorna-das de otros tiempos.

Hisham era un converso que queríacumplir con uno de los pilares de su religión,viaje imaginado y soñado, aquel que habíamodelado su memoria desde el día que entrópor la puerta del Tawhid en la propia comu-nidad de los creyentes. ¡Cuántas tardes habíapasado escuchando los hadices que narrabanla vida del Profeta, que la Paz y todas lasbendiciones sean con él, y se había acostum-brado ya a quererlo y a sentirlo en aquellastierras que fueron su morada, en esas santasciudades que albergaron a tantos hombresjustos! Sin embargo, la memoria imaginati-va tiene a veces lagunas imponderables,vacíos que no pueden llenarse con imágenes

AL HACH: CRÓNICA DE UNA PEREGRINACIÓN

Abu Umar

Texto que recoge las impresiones de un peregrino que marcha a lasciudades santas del Islam para cumplir con uno de los pilares básicosde su religión. Junto a la descripción de los lugares, ritos y secuencias

que integran el periplo, aparece la narración paralela de la experienciainterior, componiéndose así una crónica subjetiva que podría ser la de

muchos musulmanes que cada año y desde hace siglos, viajan desde losmás remotos lugares del planeta hasta el corazón del Hiyás. El relato

contiene muchos términos islámicos en lengua árabe, por lo queincluimos un glosario al final donde se intenta ofrecer una

aproximación a su significado en castellano.

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sino con sentimiento. Com-prendió entonces que laHistoria le traicionaba, queel abismo entre aquellacomunidad que conoció alProfeta, la Paz sea con él, yesta otra que viajaba por losaires era demasiado profun-do. Abajo se distinguían yaclaramente los suburbios deJeddah, enormes extensio-nes edificadas a lo largo dela costa occidental de ArabiaSaudí.Un enorme surtidor de aguase levantaba junto a la playa,surgiendo del mar. Un com-pañero de viaje le contabaque Jeddah, en árabe, quieredecir abuela, y que, según

cuenta la tradición, en esa ciudad está ente-rrada Eva, la primera mujer creada, antece-sora de todo el género humano.

La anécdota se deshizo en el aeropuerto,en la visión de una arquitectura elegante yvanguardista que reflejaba sin embargo elespíritu de la cultura tradicional del desierto.Abiertas estructuras que producen la sombranecesaria y dejan que el aire circule pordebajo, allí donde se reúnen los miles deperegrinos que acuden desde todos los rin-cones del mundo para cumplir con uno delos pilares de su fe.

Mientras esperaba la resolución de trá-mites inevitables, Hisham se dio cuenta deque su imaginación no había tenido en cuen-ta un hecho que ahora se revelaba como cen-tral: una comunidad que no estaba determi-nada por la pertenencia a una raza, tribu olengua materna sino una comunidad de cre-yentes que se reunían con la voluntad decumplir un antiguo mandato. Hombres ymujeres de todas las edades y culturas deam-bulando en un espacio abierto y caluroso,esperando pacientemente su protocolaria tra-mitación hacia el interior.

Durante el viaje, las conversaciones ha-bían girado inevitablemente sobre las condi-ciones del Hach, sobre el estado del Muhrim,y la manera correcta de cumplir con todoslos ritos, descritos y fijados de manera defi-nitiva por el Mensajero de Allah, que Allahderrame sobre él y sobre su familia las másgenerosas bendiciones. Lo primero era clara-mente una cuestión de intención, la concien-cia que ha de tener el peregrino de una

voluntad firme para materializar en sí mismoaquello prescrito, encomendándose a su Se-ñor en uno de los Mikats o lugares especifi-cados para ello.

Intención

Tambien en ese tema surgieron los distintospuntos de vista y el cruce de informaciones.Hisham estaba con un grupo de peregrinosen la puerta de uno de los negociados deinmigración, tomando café verde y masti-cando dátiles. Cuando, tras una intermina-ble espera, pudo por fin abandonar el aero-puerto, supo que los llevaban en autobúshasta Taif, más allá de Meca, en cuyasinmediaciones está uno de los mikats. Elviaje transcurrió por la llanura calcinadahasta que la carretera empezó a ascenderpor enormes montañas de roca. Se le hacíadifícil a Hisham imaginar la travesía de losantiguos por aquellos parajes, a pleno sol,sin el recurso facilón del aire acondiciona-do, a pelo de camello y pellejo de agua.Ciertamente esa comunidad tuvo el privile-gio de convivir con el Mensajero de Allah,la Paz sea con él, y escuchar la Recitaciónde sus propios labios, pero también es cier-to que sus miembros fueron claramenteprobados.

Finalmente el autobús se detuvo junto auna mezquita. Hisham y sus compañerosbajaron llevando en la mano una bolsa con elIhram, las dos piezas de tela blanca sin cos-turas que son la sola vestimenta del muhrim.Cientos de musulmanes se agolpaban en lasinmediaciones de los lugares de ablución,esperando turno para purificarse con el aguae invocar al Señor de los Mundos. CuandoHisham salió con la ropa en la mano, algu-nos de sus compañeros estaban ajustándoseel ihram, difícil maniobra cuando no se tienemucha práctica. Al dejar la ropa en elautobús se oyó el adhan de Magrib y entrócon sus compañeros en la mezquita.

El imam recitaba con una entonaciónespecial. Aunque no dominaba el árabe, Hi-sham sintió toda la dulzura de esa lengua y labelleza incomparable del Divino Discurso.Después del salat se quedó un rato en la mez-quita haciendo dikr. Mientras repetía lasletanías, su corazón sintió la proximidad deuna situación muchas veces imaginada.Dentro de poco iba a visitar la Casa Sagrada.Como musulmán, sabía que Allah no puede

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ser asociado a ninguna forma, confinado aun sitio concreto, pero también que Allah hamandado que se peregrine a Meca, al menosuna vez en la vida, si se dispone de mediospara ello. Allah no está en ningún sitio, peroÉl ha dicho que los creyentes tengan laKaaba como centro en sus oraciones de cadadía. La idea de llegar a ese Centro, le resul-taba a Hisham inquietante, sobrecogedor,aún a sabiendas de que el Templo nada con-tiene, de que detrás de la puerta dorada nohay imagen ninguna, ni soporte, ni forma.Ese era uno de los misterios que su mente nohabía podido resolver, porque a fin de cuen-tas no era una cuestión de razonamiento sinode fe.

Al salir, ya de noche, la luna avanzabahacia el cuarto creciente de Dul-Hiyya, seña-lando un año más la fecha del milenarioretorno.

La Casa

El tráfico era pesado y el autobús avanzabapenosamente por la carretera de Meca alMukarrama, la Ciudad Bendecida. Los pe-regrinos se acostumbraban a recitar la invo-cación que habría de acompañarles durantetodo el Hach: “¡Labbaik, Allahumma lab-baik. Labbaik, la sharika laka labbaik.Imnalhamda wanniamata laka wal mulk, lasharika lak...Labbaik!--¡He aceptado TuOrden, y he venido para obedecerte. OhDios mío He aceptado Tu Orden y he veni-do para obedecerte. Nada puede ser asocia-do contigo. He aceptado Tu Orden y hevenido para obedecerte. Por cierto, Tuyasson las alabanzas y Tuyas son las bendicio-nes. Y Tuya es la soberanía. Nada puede serasociado contigo!--” Cuando por fin sedetuvo en las inmediaciones del Haram,Hisham se dió cuenta de la densidad inima-ginable que poblaba las calles. La multitudparecía un solo organismo que se expandíapor todos sitios, encogiéndose por momen-tos, como una cinta sin fin que se movieraen todas las direcciones. El grupo de Hi-sham descendió por una calle limitada porun alto muro que, según les indicó uno delos guías, cerraba el espacio del palacioreal. Cuando llegaron abajo, Hisham pudodarse cuenta de que estaba pisando los már-moles blancos del Haram y, al levantar losojos, los potentes reflectores le mostraron,iluminados, la fachada de la Mezquita y los

alminares. El guía les señaló un obeliscocon un reloj, diciéndoles que, en caso deperderse, volvieran a ese sitio tras comple-tar la Umrah. No tenía pérdida. El reloj seveía desde todos los rincones de la plaza.

“¡Labbaik, Allahumma labbaik...!” reso-naba por todos sitios. La multitud ofrecía elrostro único de toda la genealogía humana,la expresión de una diversidad elocuente queno había dejado nada en el tintero de lasposibilidades. El vicio y la virtud, promesasdel cielo y del infierno, cruzándose en el marde hombres, mujeres y niños que ya desem-bocaba en el interior, buscando un punto sindimensión que era su sola referencia.

Hisham cruzó entre las columnas de larica mezquita engalanada, a la vez temerosoy lleno de deseo. Pasando de un salón a otro,su corazón galopaba con rapidez. No supoen qué momento sus ojos vieron por vez pri-mera la negra vestidura, pero sus lágrimasbrotaron desde dentro, desde muy adentro.Tanto que descubrió en sí mismo la SublimeMorada. Las lágrimas cayeron sobre el már-mol y se prosternó. Ya no había multitud ni

sonido que pudiera distraerle de la Re-citación. Sintió que había estado ausente mu-cho tiempo. Recordó entonces las cosas olvi-dadas y supo que allí estaba su casa, el lugardonde su intimidad era sentida, donde podíaencontrarse a solas con su Señor, el DiosÚnico, Solo y sin asociado, el Amigo Íntimoque de verdad le conocía. Sus lágrimas noestaban sólo enjugando una biografía sino

...al levantar los ojos, lospotentes reflectores lemostraron, iluminados, lafachada de la Mezquita ylos alminares.

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que componían ahora el discurso de una cre-ación. Lloraba también porque no podíadecir nada, porque era consciente de quenada ni nadie podrá nunca articular palabraque Le describa. Lloraba también al darsecuenta de su insignificancia, de la gratuidadde tantos sufrimientos y gozos inútiles, detantos recuerdos y deseos que se hacen trizasy se decoloran ante la Sola Realidad.

Circunvoluciones

Cuando Hisham terminó su plegaria seinternó en el tawaf, buscando la esquinaoriental donde se ha de iniciar la circunva-lación. Aún por la parte exterior era difícilavanzar entre la marea imparable de loscreyentes. “Labbaik Allahumma labbaik...”grupos que estaban ya dando las vueltasempujaban sin quererlo siquiera, comoarrastrados por un caudal de humanidadque no dejaba de incrementarse. Olor cor-poral, sollozos, la humedad de un ihramque vistió a un peregrino venido desde lasprofundidades de Afghanistán o desde unárido rincón de Africa. “Imnalhamda wan-niamata...” Perfumes del medioriente, vo-ces de súplica, presión de los cuerpos queno terminan de encontrar la nada...”lakawal mulk...” Hisham levantó su brazo dere-cho desnudo hacia el cielo y repitió el salu-do “Bismillah allahu akbar” mientras pa-saba por delante de la majestuosa Kaaba,rozando el Maqam de Ibrahim. Cuando viola puerta dorada entre las cabezas de los pe-regrinos sintió un deseo irreprimible deacercarse. Arrastrado por la multitud, doblóla esquina Norte tocando el borde del Hirchde Ismail, donde, según cuenta la Tradi-ción, están enterrados éste y su madreHayyar. Sudor, súplica, presión, imposibili-dad...”La sharika lak...Labbaik...”. Ahorase encontraba en la esquina occidental y lamultitud se abría en ese sitio. Aprovechópara acercarse un poco más, y en la esquinadel Sur, la del Yemen, pudo ver a las gentesluchando por acariciar una de las piedrastalares. Un olor intenso a perfume lo llena-ba todo. Parecía imposible que, de pronto,desapareciera la presión de los cuerpos paravolver aún con más intensidad. “Allahum-ma labbaik...” La tela negra dejaba al des-cubierto la parte inferior de la Kaaba, yHisham pudo ver de cerca sus piedras oscu-ras de color indescriptible: estaban cogidas

entre sí con un mortero marfileño, la tela,ricamente bordada con alabanzas al Señorde los Mundos, cuando la densidad huma-na se hizo insoportable. “Imnalhamda...”.Esta vez pudo ver la hornacina de plata que,en la esquina oriental protege la PiedraNegra, piedra que, como dijo el Profeta, laPaz y las Bendiciones sean con él, “ni per-judica ni beneficia” y que, según cuenta laTradición, le fue traída a Ibrahim, la Paz seacon él, por un ángel, desde la colina de AbuQubays, donde estaba conservada desdeque llegó a la tierra procedente de los con-fines del Universo. Hisham recordó elhadiz de Tirmidi: “descendió a la tierramás blanca que la leche, pero los pecadosde los hijos de Adam la volvieron negra.”Ibrahim y su hijo Ismail, la Paz sea conellos, colocaron la piedra en la esquinaoriental cuando terminaron de construir laKaaba, por mandato de Allah. En ese tiem-po profético se instituyó el rito de la Pere-grinación, que adquirió su forma definitivacon la Revelación Coránica que transmitióel Mensajero de Allah, Muhammad, que laPaz y las bendiciones sean con él.

Hisham estaba en la segunda vuelta y sumente ya no articulaba. Círculos de la exis-tencia componiendo un gigantesco acto deadoración, nunca detenido desde los tiemposremotos de Ibrahim. Preguntas sobre la con-dición humana. “...Wanniamatta...” ¿Quémisteriosa energía hace posible ese irrepri-mible movimiento del ser humano haciaDios?...¿Qué fuerza es capaz de mantener alser humano e incluso a la propia Historia,sujetos a un movimiento circular en torno a

Círculos de la existenciacomponiendo un gigantescoacto de adoración, nuncadetenido desde los tiempos

remotos de Ibrahim.

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un cubo vacío desde los tiempos históricosmás remotos?...Hisham empezó a adivinarlas respuestas pero nada podía decir, comono fuera repetir la invocación, volverse haciael Recuerdo...”Laka wal mulk, la sharikalak. Labbaik...” Ahora había cruzado el Ma-qam de Ibrahim por dentro y se aproximabahacia las piedras. El Hirch volvió a desviar-lo. Se dio cuenta de que estaban depositandoun cadáver, el cuerpo de algún peregrino quequiso allí morir como shahid, alcanzando asíel Jardín prometido a los mártires, a los quemueren en el Camino de Allah. De la parteexterior del círculo irrumpió entonces unaespecial comitiva formada de altos porteado-res que transportaban a los impedidos sobreangarillas. Inválidos y enfermos para los quela enfermedad no era un obstáculo, cumplíanasí con los ritos prescritos. Figuras llenas dedignidad en medio de la vorágine de cuerposamortajados...”Allahumma labbaik...” Tri-bus diferentes que llegan de todos los luga-res del planeta...ojos rasgados del extremooriente, dulzura de las islas donde se anticipael jardín, cuerpos curtidos por el sol de lasabana, recia la voz, ahora música, bálsamosy aceites aromáticos, “Allahumma...” lágri-mas, sudor, alguna mirada shaytánica que sedisuelve en la marea de los que adoran,“Allahumma...”, algún empujón desespera-do entre brazos que quieren proteger a loscuerpos más débiles. Hombres que defien-den a sus mujeres en el mar de los cuerpos,“Allahumma...”, con susbrazos fuertes abren ca-mino entre los caminos.“Imnalhamda wa-nniamatta..” Un grupopenetra con evidentefuerza, sus miembrosembriagados en el Re-cuerdo, los ojos cerrados,cuerpos empapados ensudor, perfume y lágrimas:“La illaha illa Allah... laillaha illa Allah...la illahailla Allah...” sonido que sepierde entre los demás, no-tas de una sola melo-día...”Laka wal mulk...”Hisham ya no estaba presente, su persona sehabía desintegrado. Su cuerpo era llevado,arrastrado por una energía inevitable, su vozera también en ese instante la voz de toda laUmmah, recitando los más sentidos versosde adoración. Su conciencia ahora estaba

abierta, no condicionada por el deseo.Presentes sus seres más queridos, las másviejas escenas de su memoria no compartíanya ningún argumento. Figuras olvidadas,momentos negados...”la sharika lak...”

¿Tres vueltas? ¿Quizás cuatro? AHisham le era ya del todo imposible llevar lacuenta. “Bismillah Allahu Akbar!”. Denuevo contracción junto a la Puerta Doraday, más adelante, muecas de la más baja natu-raleza, sonidos animales que caen al suelopisoteados en medio de la súplica. Otra vezse expande el espacio y Hisham está ahoratocando las piedras de la Kaaba. Un peregri-no sudoroso vuelve su rostro envuelto enllanto: deja delante de sus ojos los sillaresdesnudos. Hisham bajó los párpados y, altocar la piedra con los labios, sintió que suconciencia se proyectaba hacia el infinito,atravesando cielos poblados de galaxiasinnumerables. Millones de puntos lumino-sos en una oscura interioridad. Fue cuestiónde una fracción de segundo, un tiempoimponderable en el que su alma abandonó sunatural encarnación para volar libre de cual-quier contingencia. Momento irrepetible, alabrir los ojos se encontró frente a un materialveteado de minúsculos reflejos metálicos.Las piedras exhalaban un denso perfume,ungidas como estaban desde la antigüedad.Detrás del muro, nada. Tal es la forma en queAllah quiere ser adorado, Solo, sin asociado,Único, sin forma, sin objeto, sin rostro.

Hisham estaba casi tocando la esquina delSur. Pudo ver la piedra yemenita, en la quese adivinan grafismos intraducibles, frag-mentos incisos de una escritura desvanecida.Manos de distintas tonalidades acariciabansin cesar su superficie. “Allahumma...” Un

Detrás del muro, nada. Tal esla forma en que Allah quiereser adorado, Solo, sin asociado,Único, sin forma, sin objeto,

sin rostro.

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poco más adelante, rozando el muro Sureste,algunos muhrims trataban de acercarse a laPiedra Negra. Hisham puso la intención detocarla y se adentró en el punto de mayordensidad. Parecía no haber fisuras entre loscuerpos. Sintió la imposibilidad de acercar-se. Sobre la esquina, agarrado a una de lascuerdas que sujetan la tela, estaba colgado unguardia uniformado que intentaba disuadir alos peregrinos cuando la tensión se hacía pe-ligrosa. La idea de morir aplastado era, másque una sensación, una posibilidad real quepodía producirse en cualquier momento.Violentos movimientos de brazos, y sonidode animales respiraciones. Rostros de losque luchan y no temen a la muerte. Rictusque ya sólo se miran de soslayo y de nuevola marea que lleva a Hisham hacia la Puerta.Quiso volver pero ya no podía, arrastradopor los que iban saliendo de tan álgido espa-cio. “Bismillah Allahu Akbar...”

La quinta vuelta casi desapareció de suconciencia. Todos los intentos por tocar laPiedra Negra habían resultado infructuosos.Hisham se consoló pensando en el Hadiz:”Ni perjudica ni beneficia...” y en el hechode que no es obligatorio el tocarla, de que noforma parte de lo prescrito al peregrino. Apesar de ello, cuando estaba completando lasexta vuelta volvió a la carga y se zambullóempujando con toda la fuerza de que eracapaz. La presión era tan insoportable quepodía morir estrujado en cualquier instante.Aún era posible retroceder. Sintió miedo, unprofundo terror ante la inminencia de su pro-pia muerte. Nada de metáforas ni alegorías.Perdió fuerza por un instante y estuvo apunto de desfallecer. Súbitamente cesó elpánico, la presión y las voces. Se encontróagarrando con las manos el borde de unahornacina de plata que tiene en el centro unaabertura. Metió la cabeza y besó la Piedra,negra por los pecados de toda la Humanidad,antigua y cansada. Sin saber cómo seencontró doblando la esquina. Bajo la Puertahabía un claro y allí se quedó con el pechopegado a las piedras. El sudor le corría a cho-rros y su pecho quedó adherido a la paredcomo una ventosa. Su corazón golpeaba elmuro produciendo un sonido. Eran los alda-bonazos desesperados de una criatura quereconocía al Poderoso, al Compasivo.Hisham miró hacia arriba y se fijó en la puer-ta cerrada. “La jawla ualla qwata illabillah...”Allí acababan todos sus estados,frente a la puerta cerrada que guarda un

espacio vacío de todo menos de Allah. Sintióque la Kaaba era como su corazón, un espa-cio interior donde se acaban las palabras,donde a veces resuena la Verdad. Órganoque escucha la Recitación y sede de su Con-ciencia y de su anhelo. Allí le pidió Hishama su Señor los favores que más necesitaba.Expresó, sin hablar, los más puros deseos yallí se conoció a sí mismo como nunca anteslo había hecho. Allí desveló el secreto ycomprendió la inmensa Sabiduría de SuMandato. Allí van los creyentes para saberya para siempre que Allah no está ni aquí niallá, que no reside en este o aquel lugar, queel final del viaje está en el interior, en elTaqwa que nace del corazón de los que Leadoran y suplican sinceramente.

Súplicas en un lugar especial

Hisham completó el Tawaf y se dirigió alMaqam de Ibrahim, donde los que acabanlas vueltas se detienen a prosternarse dosveces.

Era difícil ocupar un espacio en mediode la corriente, pero en ese momento seescuchó el Adhán de Isha por todos los rin-cones del Haram. La llamada se extendió

entre la multitud como si fuese un bálsamo yel movimiento se fue deteniendo poco apoco. Hisham se encontró de pronto for-mando parte de una de las filas circulares,alineado con otros peregrinos que se ya sedisponían para hacer los rakaa. La solemne

Sintió que la Kaaba eracomo su corazón, unespacio interior donde seacaban las palabras, dondea veces resuena la Verdad.Órgano que escucha laRecitación y sede de suConciencia y de su anhelo.

sensación de quietud y el silencio calurosodel Haram le abrieron los ojos a SuMajestad. Quietos los corazones y los cuer-pos, quietos como ese Templo Inmutableque se ofrecía a su visión, despojado ahora,por un momento, de sus contingentes ronda-dores. La recitación del Imam se extendiópor todos los rincones y más allá. De nuevosintió Hisham que la entonación y el ritmode los ayats escapaban de cualquier condi-ción humana. No era la voz de ningún hom-bre, la palabra de ninguna criatura, o el dis-curso que quien se sabe perecedero, sinoPalabra Eterna, ritmo de las estaciones y losdías, de la sucesión del día y de la noche, delnacimiento y de la muerte. Después delsalat, Hisham pudo hacer los rakaa de laSunna, mirando de frente la puerta cerradade su íntimo vacío de todo menos de Allah,Alabado Sea.

Pidió Hisham a su Señor por sus seresqueridos, por que fueran guiados por elCamino Recto y no les resultara demasiadodifícil la travesía por esta vida. Por sus súpli-cas desfilaron los habitantes de su corazón ylas querencias inevitables de su alma. Seresamados y recordados, rostros que expresa-ron su cualidad más señalada, como si enuna fugaz visión celeste quedaran reducidosal solo sonido de sus nombres.

Agua de Vida

Lentamente se encaminó Hisham hacia elcorredor que une las dos colinas, Safa yMarwa, las que, según cuenta la tradición,recorrió Hayyar pidiendo auxilio para suhijo Ismail, que moría de sed en plenodesierto de Becca, en la antigua Ruta delIncienso que atraviesa la Península Arábigade Sur a Norte. Siete veces recorrió Hayyarel espacio entre las colinas antes de queYibril acudiese a ella mostrándole el pozode Zam Zam. El agua brotó de la mismaarena en el preciso lugar donde Ismail teníaasentado el talón. Y así, son siete las vecesque el muhrim ha de recorrer la distanciaentre las colinas, de las cuales Hisham sólopudo ver sus piedras superiores, ya que labase y el camino entre ambas se hallan hoyrecubiertas de blanco mármol y techadas,formando el ala Sureste de la Gran Mez-quita del Haram. Unas líneas fluorescentesmarcaban el espacio intermedio donde elperegrino debe acelerar el paso, correr

incluso, recordando con ello el momentoangustioso en el que la madre buscabaayuda para su hijo en medio del desierto.

Al final del recorrido, Hisham estabaexhausto y sediento. Sintió que los ritos pres-critos le ayudaban a vivir una experienciaque estaba teniendo lugar en un tiempoprofético, no en ese tiempo lineal y lógico,descriptivo, que construye la Historia, sinoen otro en el que los siglos no tienen sentido,en el que pasado, presente y futuro convivenen la experiencia de la Conciencia Única.Momento en el que ya no hay sujeto u obje-to de conocimiento ninguno.

Hisham bajó a Zam Zam y se acercó auno de los puntos de agua. Sintió en su cuer-po el frescor inusitado de un Agua Benditaque, en este caso, no está contenida y quietaen una pila, sino fluyente y viva, artesiana,emergiendo de las más remotas profundida-des, elevada mediante la energía de la crea-ción. Cogió una de las cazoletas de metal ygustó su sabor incomparable, diferente acualquier agua que hubiese bebido en sitioalguno, sin olor ni sabor, místicamente pura.Bebió un cazo tras otro y acabó rociándosela cabeza.

Con el Ihram empapado, Hisham aban-donó el Haram por Bab As Salam, sabiendoya que no es una metáfora el dicho de que

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...y gustó su saborincomparable, diferente a

cualquier agua que hubiesebebido en sitio alguno, sin

olor ni sabor, místicamentepura. Bebió un cazo tras otroy acabó rociándose la cabeza.

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quien hace lo prescrito en ese santo Maqamsale de allí como naciendo de las entrañas desu madre.

Mina

Cuando llegó al lugar de cita con sus com-pañeros encontró a algunos de ellos char-lando con el guía. Aún faltaban más de lamitad, y en la espera volvieron los debatessobre la forma correcta de hacer esto oaquello. El siguiente paso consistía en per-noctar en el Valle de Mina, como hizo elMensajero de Allah, que la Paz y las bendi-ciones sean con él, cuando fijó definitiva-mente la forma de la Peregrinación.

Al poco tiempo estaban todos juntos enun vehículo que les llevaba a Mina. Denuevo la entonación del “Labbaik, Alla-humma labbaik...” letanía que ya se repetiríahasta la saciedad. Las calles de Mecaparecían intransitables. Autobuses de la másdiversa procedencia con ayats de Corán cali-grafiados en la carrocería, invocaciones quellegaban a la Ciudad Bendecida procedentesde todo el mundo. Algunos ejemplares cu-riosos, como esos viejos autobuses iraníes alos que les han quitado el techo y llevan a losperegrinos a su meta cruzando los desiertosa pleno sol, en un ansia por reproducir lasdificultades de los tiempos antiguos. O aque-llos otros, procedentes de Afghanistán, conla baca atestada de estoicos y recios hom-bres, mientras en los asientos se distribuyenlas mujeres, los niños y los ancianos. Detrásde alguna ventanilla, Hisham descubría aveces la mirada perdida de algún viejo queiba buscando el mejor de los rincones paraesperar la muerte.

A medida que pasaban las horas el flujose iba incrementando hasta los momentos decolapso total. Cuando por fin llegaron aMina, el cuarto creciente de Dul-Hiyya serecortaba claramente en un cielo anaranjadode intensa luz artificial. Enormes reflectoresiluminaban todo el valle, ofreciendo la ima-gen de una reunión escatológica. El autobúsno pudo avanzar más y los guías decidieronque era el momento de apearse. A duraspenas pudieron llegar los peregrinos a las jai-mas donde debían alojarse.

Los alrededores de la mezquita estabantan saturados de gente que tuvieron que bor-dearla para poder atravesar al otro lado delvalle. Allí, a lo largo de toda la cadena mon-

tañosa se alineaban miles de jaimas y sedibujaban líneas de peregrinos moviéndoseen todas las direcciones como si de un gigan-tesco hormiguero se tratara. Jamás había vis-to Hisham nada semejante. Pensó por unmomento en los cientos de miles de historiaspersonales que allí se entrecruzaban. Cadauno de aquellos seres tenía sobre su concien-cia el peso de la individualidad, y sin embar-go no cabía mayor anonimato. Hubo unmomento en el que todos los rostros le pare-cieron familiares, como si la dimensión exa-gerada del número condujera a un reconoci-miento evidencial de toda la condición hu-mana, a la disolución real de las particulari-dades. Un misterioso sentimiento en el quetodos aparecen iguales y únicos al mismotiempo. Algunas mujeres orientales abríanenormes pañuelos sobre el suelo, ofreciendoa la vista productos exóticos: telas de múlti-ples y vivos colores entre las tribus maurita-nas, sedas suavemente teñidas en el extremooriente, perfumes de todas las calidades po-sibles de la pobreza, imposibles bisuterías ymaquinaria dorada de Taiwan por todossitios. Hisham se daba cuenta de que paramuchos de aquellos peregrinos, aquel era elviaje de su vida. Muchos habían llegadohasta allí vendiendo la quincallería para irpagando el viaje. Recios muyyahiddins secruzaban con rostros venerables dibujadospor el Vedhanta, un hombre de estatura inu-sitada levantaba sobre sus hombros un niñode apenas cuatro años, destacado de la masablanca de los ihrams.

Para llegar hasta la jaima había queascender por la ladera de la montaña, remon-tando un sendero cortado a pico sobre elvacío. Allí acababa el asfalto y comenzaba eldesierto de roca. Hombres, mujeres y niños

Hubo un momento en el quetodos los rostros le parecieron

familiares, como si ladimensión exagerada delnúmero condujera a un

reconocimiento evidencial detoda la condición humana, a

la disolución real de lasparticularidades.

circulaban subiendo y bajando como si ca-minaran a ras del suelo. A medida que subía,Hisham iba asumiendo una panorámica másextensa. El mar de peregrinos parecía notener fin. Al final del valle, la blanca multi-tud se difuminaba hasta desaparecer en unavibración lechosa y anaranjada, confundidacon el vapor luminosode los reflectores.

Las jaimas de lonablanca estaban dispues-tas junto al enjuto cami-no, abiertas hacia elvalle. Unas simples al-fombras cubrían el sue-lo, suavizando la super-ficie cuajada de irregula-ridades. La vibración dellugar coincidía con elespacio tantas veces ima-ginado. En un extremo,unos hombres sentadostomaban café verde queofrecieron a los reciénllegados junto con elsaludo, “Assalamu aleikun wa rahmatullahiwabarakatuhu...”, respondido por los agota-dos peregrinos que se sentaron sin pensarlodos veces.

Encuentros

Entre el café con cardamomo y las pala-bras, se fueron cruzando las miradas y lasintenciones. Uno de los anfitriones se lla-maba Sidi Umar, y era uno de los hijos deSidi Bashir, hombre del que Hisham habíaoído hablar a menudo a sus amigos de AlAndalus. Su familia pertenecía a una comu-nidad de eritreos afincada en Medina AlMunawwara desde hacía siglos. Sidi Umartenía la distinción propia de los de su raza,esa elegancia de rasgos que distingue a losmiembros de este pueblo entre todos los dela Ummah. Hablando con él, descubrió Hi-sham el significado de la palabra adab, tér-mino que no sólo alude a la cortesía en lasformas, sino que es la expresión social deun estado del alma e incluso del espíritu.

La conversación serpenteaba por el hilo con-ductor del Tawhid --la Ciencia de la Unicidad-- ysobre la licitud de determinadas actitudes yprácticas. Algunos hombres estaban reunidosen un espacio cercano haciendo dikr. Su mur-mullo se dejaba sentir como un bajo continuo.

Poco a poco fueron quedándose dormi-dos sobre las alfombras, entre relatos dehadices y emocionadas canciones medinesasen recuerdo del Mensajero de Allah, que laPaz y las bendiciones sean con él. Lo últimoque pudo oír Hisham, justo antes de sumirseen una nostálgica inconsciencia, fue el Hadiztransmitido por Bujari en el que el Profeta, laPaz sea con él, afirmó: “Los mejores de mipueblo son los de mi generación, luego losque vienen después de ellos, luego lossiguientes.”

Durante la noche, los sueños de Hishamse poblaron de largas caravanas que avanza-ban por el valle. No había asfalto ni reflecto-res, sino la tierra milenaria bañada en la luzpolarizada de Arabia. Camellos del color dela arena soportaban la carga de las genera-ciones, como si llevaran la Historia sobre suslomos. La diversidad de razas y culturas queHisham había visto durante el día, aparecíaahora ampliada en el tiempo. Una solahumanidad avanzaba con parsimonia comosi eternamente estuviese finalizando su tra-vesía. Hisham descendió de la montaña parair al encuentro de los viajeros. Les saludó,pero éstos parecían no darse cuenta de supresencia. Inmutables, miraban hacia el finaldel Valle desde la más remota interioridad.Sus ojos ya lo habían visto todo en estemundo y estaban inevitablemente de regre-so. Hisham caminaba en sentido contrario alde la caravana. Estaba descalzo y las piedrasle quemaban los pies. Sintió un dolor en lasplantas y se agachó, descubriendo que teníaclavada en el talón la espina de un azufaifo.Cuando terminó de sacarla, una pezuña clarase detuvo a su lado. Sintió una alegríainmensa, un amor incontenible. Se agarró ala brida de Qaswa sin atreverse a levantar lamirada. En ese momento, el Adhán de Fayrvibraba con fuerza en todo el valle: “...asha-du anna Muhammadan Rasullullah...” yHisham se dió cuenta entonces de que soña-ba. Su conciencia estaba ahora entrando enla vigilia del último momento de la noche.“...la illaha illa Allah.”

Por toda la montaña se veían peregrinosportando botellas de agua para realizar la ablu-ción. Poco a poco se iban formando gruposalineados tras los imames. Con el presenti-miento del crepúsculo se produjo la Teofaníade la Recitación: visión de una humanidadque cumple con el ineludible mandato de laadoración. La Ummah prosternada ante suCreador, el Generoso, el Inmenso.

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Hisham se daba cuenta deque para muchos de

aquellos peregrinos, aquelera el viaje de su vida.

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Según finalizaban las oraciones, losperegrinos iban preparándose para la marchahacia Arafah, una vasta llanura que se abrehacia el Este, a partir del límite del recintosagrado, en dirección a Taif.

Gentes del Recuerdo

A pesar de la hora temprana hacía bastantecalor porque estaba entrando el verano. SidiUmar invitó a Hisham a tomar un café consu gente. Un grupo de sudaneses se sentócon ellos. Hisham percibió en los recién lle-gados una vibración especial, como si susmovimientos dibujaran un planificado di-seño. En voz baja Sidi Umar le explicó queeran gentes de la tariqa del Sheij Bujari yque iban a ir con ellos hacia Arafah.

Tras el café, el grupo se puso en camino.Una larga fila de peregrinos descendía por lamontaña, como un arroyo que fuese adesembocar a una corriente mayor. Desdearriba, la masa de peregrinos parecía fluircomo un líquido que iba a desagüar en lahondonada. Poco a poco los sudanesesempezaron a entonar el “Labbaik”. Hishamse sumó a su letanía mientras el ritmo de lamarcha crecía paulatinamente. Los sudane-ses eran seres de una gran fortaleza física,recios y flexibles. Hisham se sentía a gustocon ellos, con la bondad de sus miradas y lasinceridad de sus corazones.

Los casi veinte kilómetros del trayectofueron recorridos como en volandas, conalguna parada para beber o para atender a lasmujeres y a los niños. Éstos, a medida que seiban cansando, pasaban a las espaldas de loshombres. Al fondo se sugerían las montañasde Taif difuminadas por el calor.

Hicieron un alto en la mezquita de Muzda-lifah para esperar a los más viejos que habíanquedado descolgados durante la marcha.Hisham se dió cuenta entonces de que habíanestado caminando durante horas. El valle seabría en una llanura y Sidi Umar le dijo queestaban entrando en Arafah mientras le ofrecíauna botella con agua de Zam Zam. Tambien ledijo que durante el Hach de la Despedida, algu-nos hombres del Quraish se habían extrañadode que el Profeta saliese de los límites del recin-to sagrado y se asentara en aquella llanura. ElProfeta, la Paz y las bendiciones sean con él,había dicho que Ibrahim, la paz sea con él,había establecido el día de Arafah y luego estaparte de la Peregrinación se había olvidado.

Arafah

Los peregrinos llegaban de todas las direc-ciones circulando por unas avenidas circun-dadas de acacias que estructuran el desiertoen aquel lugar. Los árboles sobreviven allígracias a un sistema de difusores que lan-zan una niebla finísima, como sakina, quecae suavemente al suelo.

Sidi Umar dijo que las jaimas de Bujariestaban un poco más adelante, en un lugarmuy especial. Cuando llegaron a las lonas leseñaló a Hisham una colina diciéndole queera Yebel Rahma, el Monte de la Miseri-cordia, donde el Profeta, la Paz y las bendi-ciones sean con él, se asentó para pronunciarsu sermón.

Los sudaneses entraron en la jaima invi-tando a Hisham a unirse a ellos. Unas sim-ples lonas y alfombras. En el centro se dis-ponían algunos leños para cocinar y en unrincón se había improvisado una letrina. Enel otro extremo del recinto había un espaciocerrado al que algunos hombres accedíanabriendo una cortinilla.

Sentado en un rincón, Hisham observa-ba atentamente cómo se iban colocando losque llegaban. Saludaban a un hombre queparecía un guerrero de la sabana. Este les ibaindicando un sitio hasta que hubo un núme-ro suficiente. Empezó entonces a recitar lashahada continuando luego con la menciónde los Nombres de Allah. Los hombres leseguían en la recitación y al poco tiempotodos estaban inmersos en el Recuerdo. SidiUmar le dijo que aquel fornido luchador erael muqadem y que aquellos hombres eran losfuqara del Sheij Bujari, los cuales venían aMeca casi todos los años durante laPeregrinación.

La temperatura iba subiendo pormomentos. Poco a poco se fueron incorpo-rando nuevos fuqara que llegaban de Mina.Una mujeres estaban preparando comida enuna enorme olla de latón. A Hisham le sor-prendió la naturalidad con la que se tratabanhombres, mujeres y niños dentro de esegrupo. Lo hizo notar a Sidi Umar quien lecontestó que todo era cuestión del talante yde las costumbres de los pueblos. Añadióque, aún existiendo la natural separaciónentre hombres y mujeres, entre estos musul-manes se dan un tipo de relaciones familia-res mucho menos rígidas que entre los pue-blos del Golfo. Hisham pudo comprobarcómo los hombres se preocupaban de los

niños y estaban atentos a las necesidades desus mujeres, siempre dispuestos a echar unamano, siempre sonrientes con ellos. Hom-bres capaces de matar a un león con las ma-nos, acariciaban a sus pequeños con la ter-nura de quien es consciente de su propiafuerza.

Éxtasis

El tono de las letanías fue creciendo y susonido invadía todo el espacio de la jaima.Hisham cruzó algunas miradas con los fu-qara y pudo percibir tremendas energíasque sugerían espacios inmensos y luchasllenas de nobleza. Sidi Umar se levantó yvolvió al poco tiempo con unos vasos de té.Por la puerta del recinto entró entonces unpersonaje que llamó poderosamente laatención de Hisham. Era un hombrepequeñito y oscuro. La barba y el cabelloestaban crecidos, como en esas estampastópicas de naúfragos rescatados después delargos años de soledad. Se apoyaba en unavara y llevaba un takbir de madera en laotra mano. Hisham preguntó a Sidi Umar yéste aseguró conocerle. Se trataba de SidiAhmed, eritreo como él, que había pasadoocho largos años de soledad en medio deldesierto, en una cueva, memorizando elCorán. Cuando el anacoreta pasó junto aellos, pudieron sentir su vibración, unaenergía luminosa y sonriente, alegre y lige-ra. Su cuerpo no era mayor que el de unniño de trece o catorce años, y se movíacomo dibujando en el aire su propia figura.Se colocó en cuclillas en un rincón ycomenzó a pasar las cuentas. El dikr sehacía cada vez más intenso, como el calor,y Hisham se dio cuenta de que estaba atra-vesando un límite, una puerta existencial noconocida. Casi no podía contener la energíay decidió salir al exterior. Preguntó a SidiUmar y éste le dijo que prefería quedarse,porque allí afuera la cosa estaría intransita-ble. Hisham se levantó y fue hasta la puer-ta de lona. Al salir comprendió la negativade Sidi Umar. El espectáculo era dantesco:hombres, mujeres, niños, ancianos deam-bulando bajo el calor, autobuses varados,coches de policía, ambulancias enloqueci-das, seres moviéndose en todas las direc-ciones. Habían llegado al sitio, pero el sitioera inmenso, así que seguían andando de unlado a otro. Hisham no entendía por qué ni

para qué, pero todos se movían sin cesar.Algunos se arremolinaban en torno a uncamión que repartía botellas de agua. Otrossalían y entraban de las jaimas. El sueloestaba lleno de botellas de plástico y restosde comida. La dinámica humana era tanintensa que daba la sensación de un movi-miento sin retorno hacia ningún sitio.Algunos se sentaban en el suelo extenuadospor el cansancio y el calor, aprovechandoalguna mínima e incomprensible sombra.Un policía llevaba de la mano a un niño queparecía perdido. Otros atendían a un ancia-no que había sufrido un colapso.

Hisham estuvo andando un rato y seacercó a Yebel Rahma. El calor era allí tanintenso que la densidad humana era menor.Subió la colina entre los lamentos de quienesallí realizaban las súplicas en alta voz. Desdeallí podía verse la explanada cubierta deblancas figuras. Hisham pensó que aquelloera como una escenificación del Día delJuicio. Los peregrinos andaban caminandosobre la podredumbre de sus vidas, sobre losrestos de una existencia condenada a desa-parecer. De aquella putrefacción nacíanahora los seres purificados, elevados desdela tierra descompuesta, envueltos en sudariosiluminados. Imagen escatológica para quie-nes quieren saber de la Otra Vida. Símboloviviente de la Resurrección. La visión hizocomprender a Hisham que aquello no seexplicaba tan sólo como parte de un rito. Eranecesario algo más para soportar aquellaprueba y hacerlo sonriendo. Trató de imagi-nar un encuentro así entre no musulmanes yle resultó imposible.

Los peregrinos cubrían toda la llanura.Ya no había otro sitio adonde ir. La esperan-za que hubiera en sus corazones había llega-do a su límite. Hisham volvió sobre suspasos abriéndose camino entre los cuerpos.Un hedor insoportable surgía del suelo incor-porándose al aire denso que todo lo envolvía,incluso el humo disperso de un incensario enel que se quemaban costosos perfumes. Al-gunos hombres dormían más allá del can-sancio sobre el hábitat improvisado de unaalfombra. La tierra se acotaba en esos espa-cios limpios y mínimos delimitados por losdetritus de la aglomeración. Parecía imposi-ble que los seres convivieran allí con sus pro-pios deshechos sin contaminarse. La máscercana metáfora era una escena iluminada,en la que la realidad se fragmentara en lucesy sombras.

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Al penetrar en la jaima, el tono del dikrhabía subido hasta el delirio. Hisham buscóinútilmente a Sidi Umar por todos sitios. Vióa Sidi Ahmed que seguía sentado en su este-rilla pasando las cuentas, irradiando su ener-gía luminosa, desperdigando la sonrisa a sualrededor. Los fuqara estaban entregados alRecuerdo de Sus Nombres y a las palabrascerteras del Tawhid. Hisham sintió que elmuqadem le miraba. Volvió su rostro hacia élpara encontrarse tan sólo con un perfil recor-tado en la lona. Era la voz de los guerrerosque estaban librando el Gran Yihad,el que sedirime en lo profundo del corazón de los quetienen conciencia de Dios, taqwa. Alrededorde los fuqara se reunían otros corros dondelos peregrinos tomaban té o recibían un platocaliente del caldero. De pronto se abrió lajaima cubierta y apareció Sidi Umar quien,viendo a Hisham, le hizo un gesto de saludoy se dirigió hacia el caldero para ofrecerle unplato de comida.

Hisham casi no pudo comer. El guiso detapioca estaba condimentado con especiasmuy fuertes y picantes, y el sudor le corríapor el cuerpo como si estuviese en un bañoturco. Probó un poco y volvió a ensimismar-se con el ritmo de los derviches.

Ese día era Viernes, y coincidía Arafahcon el Yumah. Sidi Bashir le dijo que estabade suerte porque estaba haciendo el Hach alAkbar, cuya recompensa era cien veces supe-rior a otros casos. Señalando en la direcciónde Yebel Rahma dijo que en el día de Arafah,el Profeta, que la paz y las bendiciones seancon él, había pronunciado el último sermón,durante el que transmitió los ayats finales delCorán, que acababa de recibir de Yibril:

“Hoy, aquellos que no creen han deses-perado de prevalecer sobre vuestra religión,así pues no les temáis a ellos sino a Mí. Hoyos he perfeccionado vuestra religión, com-pletando Mi gracia en vosotros y me satisfa-ce que sea el Islam vuestra religión.”

El ritmo del dikr empezó a descender. Latensión fue disminuyendo casi hasta la quie-tud. Empezaron a escucharse diálogos deexpresivas respiraciones. Algún nostálgicosuspiro y el adhán que ya anunciaba las ora-ciones.

El muqadem se levantó encaminándoseal rincón donde Sidi Ahmed seguía desgra-nando su takbir. Cruzaron algunas palabras yfinalmente el anacoreta extendió su manoderecha señalando al muqadem el lugardesde donde debía pronunciar el jutba. El

muqadem se resistió, pero finalmente se co-locó delante de la lona y empezó a desgranarun sermón en árabe que Hisham no podíaentender.

Hicieron luego el salat y continuarontoda la tarde entre el recuerdo y las peticio-nes. Palmas abiertas en señal de súplicarecibían de cuando en cuando una lágrima ogotas de sudor. Así hasta la oración del cre-púsculo, tras la que los peregrinos se prepa-raron para abandonar la llanura. Sidi Umardijo a Hisham que ahora era el momentopara entrar a saludar al Sheij Bujari, peroHisham no lo consideró oportuno, a la vistade las numerosas personas que aguardabanen el exterior. Sidi Ahmed se levantó y cruzópor delante de ellos. Hisham observó que suenergía iba diseminando la sonrisa allí pordonde pasaba. Algunos de los fuqara selevantaron e hicieron ademán de saludarle.Empezaron los abrazos y Hisham sintió que,a pesar de no haber cruzado una sola palabra,había existido una clara comunicación conellos. Los cuerpos y, sobre todo, los ojos nomentían. Momento emocionante fue el abra-zo del muqadem. Entonces comprendióHisham por qué había sentido su mirada cla-vada, sin poder ver sus ojos. Pudor o com-pasión, aquellas pupilas que ahora tenía antesí podían muy bien matar a una fiera. El gue-rrero lo sabía y por eso no le había mirado defrente hasta ese momento. Hisham pudo vermuchas cosas en esa mirada.

Muzdalifah

Tras la despedida los peregrinos empeza-ban su marcha hacia Muzdalifah, dentro yadel recinto sagrado, donde habrían de pasarla noche. En medio de la masa de peregri-nos Hisham perdió de vista a Sidi Umar yya no volvió a ver a ningún derviche. Ahoracaminaba solo, más bien nadaba en lacorriente humana que circulaba por las ave-nidas de Arafah circundadas de árboles.Olía a flor de acacia.

En Muzdalifah se desplomaban los cuer-pos cansados por las alfombras, iluminadospor la luz anaranjada de los reflectores. Elsuelo estaba limpio y las gentes que llegabanya no comían ni arrojaban detritus. Sólo bus-caban un metro cuadrado de tierra dondederrumbar su cansancio. Aquí y allá queda-ban los cuerpos quietos como estatuas deplomo. Caminando entre los ya durmientes,

Hisham encontró una alfombra extendida,vieja y vacía, y se recostó en una esquina. Apesar del agotamiento no podía dormir. En-tró en un estado de ensoñación en el que lasimágenes de los peregrinos se cruzaban conrecuerdos de otras gentes y de otros tiempos,con luces y sonidos ajenos a su voluntad.

El adhán de la oración de Isha le sacódel estupor. Tras un corto deambular en-contró a alguien que estaba terminando laablución y le facilitó un poco de agua en unabotella de plástico.

Después de hacer el wudu, se incorporóa unos peregrinos que estaban agrupándosetras el imam.

Acabado el salat, recordó que tenía querecoger las piedras para apedrear, en los díassiguientes, a los Yamarats, unos obeliscosque representan a las fuerzas shaytánicas delmal. Anduvo durante un buen rato como unavestruz, doblándose en busca de los guija-rros. Las piedras de Muzdalifah, como todaslas montañas del Hiyás, están cuajadas deminerales metálicos. A la luz de los reflecto-res, las piedrecillas ofrecían inesperados des-tellos y vetas de una belleza obnubilante.Hisham tuvo la sensación de estar recolec-tando piedras preciosas. Remontó la laderade una montaña cercana y de nuevo pudo verel mar de peregrinos. La masa central estabaquieta, dormida, creciendo en extensión amedida que iban llegando nuevas oleadasdesde Arafah. Se quedó allí mirando desdelas rocas, oliendo a pasto seco.

Bajó después y trató de buscar la alfom-bra inútilmente, así que estuvo caminandohasta encontrar un espacio donde tumbarse.Finalmente pidió permiso a un grupo queestaba en una alfombra ocupada a medias.Se sentó y al poco le ofrecieron un té. A pesardel cansancio y de que reinaba un relativosilencio, la luz de los reflectores era tanintensa que no podía dormir. Los focos esta-ban poblados de insectos que revoloteaban asu alrededor, atraídos inevitablemente haciala claridad. Por medio de las mariposas blan-cas cruzaban eventualmente grandes mur-ciélagos en busca de alimento. Hisham sequedó como hipnotizado siguiendo con lavista su vuelo irregular. Cuando lograbancapturar alguna mariposa desaparecíanvelozmente en la negrura de las rocas. Depronto, en la danza de los cazadores aparecióun ave más veloz. Hisham, que se había cria-do en el campo, reconoció muy pronto quese trataba de un halcón. Era extraño que

anduviera volando por la noche pero allíestaba, cruzando como un relámpago las tra-yectorias de los murciélagos trazadas en laniebla anarajanda.

A pesar de la velocidad, era difícil alcan-zar la presa. Los murciélagos no seguían un

camino lineal, sino que avanzaban de formasincopada, siguiendo un ritmo irregular eimprevisible. El halcón pasaba una vez yotra sin conseguir atraparlos. A veces separaba a descansar sobre el reflector.Resultaba extraño que no se quemara laspatas o cayese electrocutado. Al poco tiem-po volvía a la carga, y Hisham se quedó dor-mido sin saber el desenlace de tan hipnóticomovimiento.

El adhán del alba lo sacó del sopor y,todavía dormido, pudo encontrar un poco deagua para hacer la ablución.

Después del salat al Subh, los peregrinoscomenzaron el regreso hacia Mina. La vuel-ta fué más penosa pues estaban cansados.Habían dormido poco y ya se había cruzadoel cénit de la peregrinación. Como dice laTradición, “el Hach es Arafah”.

Yamarats

Unas horas después podían verse los almi-nares de la mezquita de Mina. Cuando porfin Hisham pudo llegar a los alrededores delos Yamarats era casi la hora de Duhr.Llevaba una bolsa de plástico conteniendo

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Entró en un estado deensoñación en el que las

imágenes de los peregrinosse cruzaban con recuerdosde otras gentes y de otros

tiempos, con luces y sonidosajenos a su voluntad.

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las piedras y pensó que lo mejor era tirarlascuanto antes. Sin embargo, pronto pudocomprobar que no era una tarea fácil. Enese momento se producía otra situación deaglomeración. Todo el mundo quería tirar laspiedras. Demasiada gente al mismo tiempoen el mismo lugar. Cientos de miles de per-sonas queriendo acceder al mismo espacio.Decidió esperar y se dirigió hacia la jaimade las primeras noches. Subió la colina yallí estaba Sidi Umar preparando café.

-”Assalamu aleikun wa rahmatullahi wabarakatuhu”, le dijo el eritreo.

Hisham le devolvió el saludo y se sentóen la alfombra raída.

Después de hablar de las peripecias de lavuelta, Sidi Umar le preguntó sobre losYamarats. Aquél le contó que había dema-siada gente y el amigo le recomendó que loresolviera pronto pues iban a ir por la tarde asacrificar. Conocían a un hombre que criabacorderos en los alrededores de Meca yhabían concertado un coche para desplazar-se. Le advirtió además de los peligros dellanzamiento de las piedras y la forma correc-ta de acercarse a los monolitos.

Hisham bebió dos o tres tazas de café ydescendió por la montaña. De nuevo lacorriente humana de los que marchan yregresan en todas las direcciones. Los pues-tos improvisados en el suelo y la acumula-ción de restos por todos sitios. Para llegar

hasta los Yamarats tenía que cruzar el valletransversalmente. Encontró una ruta entrelos peregrinos y finalmente se vio arrastradopor la multitud que iba a lanzar los guijarros.Sobre el mar de cabezas se podía ver lacolumna de piedra gris y el ruido sordo delos miles de impactos que estaba recibiendo.No eran sonidos puntuales sino una vibra-ción seca y continua. La columna aparecía alo lejos envuelta en un vapor denso que noera otra cosa que una lluvia de minerales.

A medida que se iba acercando, Hishampudo comprobar que las energías se estabantiñendo de matices diabólicos. El simbolis-mo de la lapidación ejercía una profundainfluencia en los peregrinos, que con ese actoestaban exorcizando todos sus demonios per-sonales, sus carencias, miedos y omisiones.Escenificaban el triunfo de la luz sobre laoscuridad, del bien sobre el mal. La dimen-sión moral de esa parte del rito hacía que elsimbolismo se encarnara en un acto vividocon intensa emoción, provocando la teo-fanía, haciendo realidad en éste mundo a laComunidad de los Creyentes, a la comuni-dad de aquellos que según el Generoso Co-rán, “Prescriben el bien y rechazan el mal...”

El ruido y la presión de los cuerpos fue-ron haciéndose más intensos. La sensaciónera parecida a la que había sentido en losalrededores de la Piedra Negra, pero con unacarga de violencia que apenas existía en elotro lugar. Hisham pensó que debería acer-carse lo más posible si quería acertar con laspiedras, pero la masa humana se sentíaimpenetrable. Haciendo un esfuerzo consi-guió abrirse paso entre los resquicios, hastaque consideró que estaba a una distanciaapropiada. En ese momento sintió que leempujaban hacia adentro. De nuevo elmiedo se apoderó de él, pero supo tambiénentonces que no debía desfallecer. Comopudo, a duras penas lanzó los siete guijarrosen el Nombre de Allah, el Bueno, elPerdonador. Cuerpos pesados le pisaron lospies hasta destrozarle las sandalias. Lehabían empujado tanto hacia adentro, que laspiedras de los que estaban más lejos caíansobre su cabeza produciéndole daño. Volvióel rostro y pudo comprobar que los peregri-nos tenían las caras desencajadas, vomitandoen sus gestos toda la malignidad reprimida,arrojando en su dramático movimiento, nosólo los pedruscos sino sus más inconfesa-bles frustraciones. El pánico invadió aHisham, que no veía la forma de salir de allí.

Sobre el mar de cabezas sepodía ver la columna de

piedra gris y el ruido sordode los miles de impactos queestaba recibiendo. No eransonidos puntuales sino unavibración seca y continua.

Sentía que cada vez estaba más adentro,acercándose a una zona peligrosa en la quelos peregrinos eran aplastados contra la ba-randa de contención que rodea el monolito,recibiendo una violenta lluvia de piedras. Ungrupo de policías se abrió paso y consiguiósacar a una anciana que había sido pisoteada.Hisham aprovechó la situación para salir deallí. De soslayo, sus ojos pudieron ver elcuerpo inerte de la mujer que, con seguridad,estaba muerta. Una sensación de desasosie-go le recorrió el cuerpo.

Repitió los lanzamientos en los otros dosmonolitos, pero desde más lejos. La expe-riencia le había servido para aprender a cru-zar los densos y humanos espacios, hallandoimpensables senderos entre los cuerpos.

Cuando entró de nuevo en la jaima, SidiUmar se le acercó con un vaso de té calien-te. No necesitaba preguntarle nada a Hi-sham. Se limitó a mirarle a los ojos y le dijo:

-”Mucha gente viene aquí con la espe-ranza de morir. No hay que entristecerse,pues a ellos se les ha prometido el Jardín.Algunos, en sus países, cuando sienten cer-cana su hora, emprenden su peregrinacióncon la esperanza de morir en el camino. Aotros les gustaría hacerlo en el Haram,delante de la Kaaba, y si lo piensas bien,¿qué lugar mejor para entregar el alientoque la Tierra Sagrada?”

Día del Sacrificio

Por la tarde, Sidi Umar invitó a Hisham a ircon ellos hasta el aduar donde se concen-traban los animales. El taxi se abría pasocon el morro a través de las gentes. Unahora más tarde habían salido de Mina yestaban circunvalando Meca por el No-reste. Uno de los acompañantes señaló unamontaña, diciendo que se trataba de YebelNur, Montaña de la Luz, en cuya cima reci-bió el Profeta Muhammad, que la Paz y lasbendiciones sean con él, los primeros ayatsde la Revelación Coránica. Hisham se que-dó mirando el lugar durante un rato, obser-vando su forma peculiar, esbelta y diferentea las otras montañas de los alrededores.

Cuando llegaron al lugar donde se con-centraban los rebaños, Hisham tuvo la sen-sación de encontrarse de nuevo en el espacioprofético, en medio de la visión suscitada porla lectura del Libro o los relatos de los hadi-ces. La vestimenta de los pastores era tal y

como Hisham había imaginado muchas ve-ces. Beduinos del desierto, de tez curtida ycuellos cuarteados por el sol. Sonrisa dedientes blancos y una hospitalidad que nadatiene que ver con las formas sociales sinocon el espíritu de unos seres acostumbradosa los rigores del desierto. Mundo de Yinnsque escuchan atentos la Recitación en mediode la tormenta, de hombres que recuerdan asu Señor en las soledades inmensas, queconocen el desamparo de las caravanas y elvalor de las cosas simples como el agua o lasombra.

Un hombre maduro los introdujo en loscorrales, mostrándole unos blancos animalesque estaban preparados para el sacrificio.Sidi Umar empezó a negociar el precio, y alcabo de un rato le dijo a Hisham la cantidadconvenida. Sacaron los animales al exteriory allí mismo cada uno procedió a sacrificarel suyo. Hisham comprendió entonces unpoco mejor la naturaleza del sacrificio ritual.Pidiendo perdón al animal, le cortó limpia-mente la yugular vuelto en la dirección de laKaaba.

“Bismillah Allahu Akbar”, repitióHisham cuando la hoja separó por fin la líneaentre la vida y la muerte.

Desangrados los animales, convinieronen dejarlos allí como limosna o sádaka,reservando una parte para la gente del cam-pamento de Mina.

Era la hora de Asr y se quedaron con lospastores para la oración. Terminada ésta, ini-ciaron el regreso.

Ya en camino, Hisham quiso detenerseen Yebel Nur, pero Sidi Umar dijo que era yabastante tarde y sería difícil luego encontrarun taxi.

Llegaron al campamento poco antes dela oración de Magrib. Aún tenían tiempopara afeitarse la cabeza, como está prescrito.Cerca de la jaima encontraron a un sudanésque, por la módica cantidad de diez riyals,dejaba los cráneos pelados y relucientes.Hisham le dijo a Sidi Umar que indicara en-carecidamente al hombre que usara una cu-chilla nueva. Sidi Umar le dijo que no se pre-ocupara, que era costumbre el hacerlo siem-pre y no había necesidad de decirle nada.

Agua caliente con jabón, “Bismillahi arRahmani ar Rahim”...la sensación metálicaen la cabeza iba acompañada de un ciertoescozor por los pequeños cortes que, inevita-blemente, se producían. Cuando el sudanésle dio a Hisham un trozo de espejo para que

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De soslayo, sus ojos pudieronver el cuerpo inerte de lamujer que, con seguridad,estaba muerta. Una sensaciónde desasosiego le recorrió elcuerpo.

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viera el resultado, éste comprendió que latransformación interna tenía ya su reflejo enel mundo visible. Un hombre nuevo habíanacido allí, a pesar de la evidente suciedadque había acumulado el ihram después detantos días caminando entre las multitudes.

Después del salat y con íntima satisfac-ción, con el espíritu liberado de sus lastresexistenciales, tomaron la dirección delHaram para realizar el tawaf, siguiendo lospasos del Mensajero de Allah, que la Paz ylas bendiciones sean con él, que hizo lo pro-pio durante su Peregrinación.

Andando entre la multitud

Hisham ya se había acostumbrado a laaglomeración, y se movía con soltura entrelos grupos de peregrinos. Ya sabía cómocortar transversalmente la corriente sinrozarse apenas con los caminantes, encon-trar las veredas que se forman entre las hile-ras desordenadas y esperar el momento enque la densidad da paso a la apertura. Por elcamino se entretuvo en concentrase en eseejercicio y comprobó lo fácil que eramoverse entre la gente sin recibir ni un soloempujón. Todo era cuestión de reducir laansiedad y eliminar la impaciencia. Cuandoconseguía un estado de quietud, el espacioiba abriéndose delante de él. Cuando sumente se distraía con algún pensamiento,un codazo o un pisotón lo sacaban del ensi-mismamiento. Parecía como si los ojostuviesen el poder de ir abriendo camino,como si la mirada proyectara una energíareal en el espacio circundante. Hubo unmomento en el que Hisham se sintió jalado,arrastrado por un itinerario liviano que nomostraba ninguna resistencia a su paso.

Cuando quiso racionalizar lo que le esta-ba ocurriendo se encontraba frente a laspuertas del Haram, en la explanada de már-mol blanco. Sidi Umar había caminadodetrás de él durante todo el trayecto y ahorale indicó que era muy difícil realizar el tawaf,porque todo el mundo se estaba concentran-do allí a esa hora.

Un hombre anciano estaba tendido juntoa una de las puertas. Hisham miró a SidiUmar y éste le dijo, adivinando sus pensa-mientos, que probablemente estaba agoni-zando. Se detuvieron a contemplarlo, perono pudieron saber si estaba durmiendo oentregando el aliento. En su rostro se dibuja-

ba una especial dulzura y sus párpados cerra-dos cubrían una segura visión de la OtraVida. Como adivinando la presencia de quie-nes le daban la despedida, sus labios vivieronla que tal vez fuese última sonrisa antes dequedar inmóviles en este mundo.

Sidi Umar cogió a Hisham de la mano yjuntos fueron hasta las escaleras que condu-

cen a los pisos superiores. Mientras subían,podía verse en toda su amplitud la dimensiónde la mezquita. Varios cientos de miles depersonas podían estar allí en ese momento.Unos prosternados, otros elevando las manoshacia el cielo en señal de súplica. Algunos,retirados junto a las gruesas columnas demármol, pasando las cuentas del takbir, aqué-llos leyendo a media voz la Recitación.Hombres y mujeres mezclados en el espaciofinal de la Quibla, en el punto donde conflu-yen todas las direcciones espaciales de adora-ción. Centro desmitificador que ayuda al serhumano a desprenderse del Shirk, de esaúnica falta que Allah no perdona. Si algunavez, en la imaginación del creyente, se tejie-ron fantasías sobre la Casa de Allah, sobre suforma o contenido, éstas quedan ahora redu-cidas a nada frente a la realidad de la Kaaba,del Cubo Vacío que, sin embargo, alberga eneste mundo de las formas el punto sin dimen-sión donde toda prosternación desaparece ytoda diferencia se diluye.

Cuando llegaron al piso superior pudie-ron comprobar que estaba también lleno deperegrinos haciendo tawaf. El recorrido eraaquí mucho más largo porque la circunfe-rencia era la misma que la de la mezquita, talvez unos ochocientos metros. En el suelo de

...aquéllos leyendo a mediavoz la Recitación. Hombresy mujeres mezclados en elespacio final de la Quibla,en el punto donde confluyentodas las direccionesespaciales de adoración.

mármol estaba marcada la posición de co-mienzo frente a la Piedra Negra y el cielo,iluminado por los reflectores, dejaba pasarla imagen de una luna caminando hacia laplenitud.

Teofanía

Tardaron casi dos horas en completar lassiete vueltas. En la segunda, el adhán deIsha les hizo pararse para hacer el salat.Luego continuaron hasta acabar en elMaqam de Ibrahim donde hicieron duats.Pasaron después a la terraza superior delcorredor entre Safa y Marwa y lo recorrie-ron siete veces. El trayecto central, en elque hay que apretar el paso estaba indicadocon unos tubos verdes fluorescentes. Hacíacalor, y el agua de Zam Zam, que tambiénfluye en los pisos superiores, fue la mejorrecompensa a sus sudores.

Al terminar, Hisham se acercó a la ba-randilla. El espectáculo era inenarrable. Des-de la altura podía verse el tawaf circunvalan-do la Kaaba. Un mar de puntitos negrosrodeados de un halo blanco que se movían si-guiendo la dirección espiral de las aguascuando desaparecen por un sumidero. Eneste mundo de formas no hay nada más allá.

Como un agujero negro que devoraseuna gigantesca galaxia de humanidad, laKaaba expresaba su majestad desde todos

los ángulos posibles. Desdela terraza, era inevitablesentir la Manifestación, laTeofanía. Sidi Umar estabajunto a Hisham, tambiénperplejo. El hecho de quecada año viniese a la Pere-grinación y de que hubieravisto el espectáculo muchasveces no era óbice para quese sintiera estupefacto cadavez que contemplaba laescena. En un momento,dijo que el verdadero mila-gro estaba en el hecho deque, desde hace cuatro milaños, desde los tiempos de

Saydinna Ibrahim, la Paz sea con él, la Ka-aba no ha dejado de ser circunvalada. Acualquier hora de cualquier día del año pue-de verse el tawaf lleno de peregrinos quevienen de todos los rincones del mundo ahacer el Hach o la Umrah. Ésa era la prueba

de que la fe aún sigue viva en el corazón delhombre, a pesar de que las generaciones, co-mo todo lo que está destinado a desaparecer,vivan sometidas a la descomposición, a ladegradación y, en definitiva, a la entropía quees consecuencia de la existencia material.

Lugar de la Revelación

Al llegar a la jaima apenas habían regresa-do unos pocos que estaban sentados, co-miendo dátiles que se deshacen en el pala-dar y sorbiendo ruidosamente los pocillosde café verde.

Al día siguiente, Hisham volvió a losYamarats para arrojar las piedras. Resultómás fácil que el día anterior. Había aprendi-do a moverse entre la densidad y a lanzardesde lejos. En el primer Yanmarat pidió aAllah que le librase de la concupiscenciadesmedida, instinto que era el principal obs-táculo en el camino del Recuerdo. En elsegundo monolito Le pidió protección paralos suyos, que les librara de las amenazasexteriores e interiores, guiándolos por el sen-dero del Islam. En el último suplicó por susdifuntos, porque encontrasen en la tumba laCompasión del Misericordioso.

De nuevo en la tienda, Sidi Umar le dijoque si quería, podía ir hasta Yebel Nur.Hisham se dio cuenta entonces de que du-rante todo el tiempo de su peregrinaciónhabía tenido cerca al eritreo, pendiente desus necesidades, y sintió una profunda grati-tud. Ambos se abrazaron como hermanos y,cogidos de la mano, bajaron por el caminode la colina.

Tuvieron que caminar un buen trechoantes de conseguir un taxi. Sidi Umar discu-tió el precio del trayecto y al cabo de mediahora divisaron la roca vertical difuminadapor el calor.

Caminaron por la suave colina que lesirve de base. El suelo era de polvo y piedra,y el lugar mostraba un evidente abandono.Diseminados por el trayecto se hallabanalgunos aduares de pastores beduinos y gru-pos de chabolas que albergaban con todaseguridad a familias de emigrantes.

Sidi Umar le iba explicando que, anti-guamente, la montaña era conocida comoMonte Hira, y según se sabe por la Tra-dición, era lugar frecuentado por los descen-dientes del Profeta Ismail, la Paz sea con él.

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En un momento, dijo que elverdadero milagro estaba enel hecho de que, desde hacecuatro mil años, desde los

tiempos de SaydinnaIbrahim, la Paz sea con él,la Kaaba no ha dejado de

ser circunvalada.

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Allí se retiraban los hunafa, rectos seguido-res de los antiguos profetas, desde los másremotos tiempos, para practicar el ayuno y lameditación. En una cueva que existe en lacima y, siguiendo la costumbre de sus mayo-res, se retiraba el Enviado de Dios, que laPaz y las bendiciones sean con él, durantelargos períodos de tiempo.

Fue allí donde, a la edad de cuarentaaños, en una noche de finales de Ramadánvió al ángel Yibril bajo la forma de un hom-bre, quien le ordenó: “Recita”. El Profeta lecontestó: “No soy un recitador”. La orden serepitió tres veces y finalmente descendió laRevelación, empezando por la Surah quehoy conocemos como “De la sangre Coa-gulada” y que dice:

“¡Recita en el Nombre de tu Señor, quelo ha creado todo!

Ha creado al hombre de un coágulo.¡Recita! Tu Señor es el más Generoso, Él, que ha enseñado el uso del cálamo,ha enseñado al hombre lo que no

sabía.”Llegaron a la base de la montaña. La

roca se erguía de forma imposible en mediode la llanura. Hisham pensó que no era posi-ble subir andando, pero observó a algunosperegrinos que bajaban por un camino decabras, bordeando las piedras. A un lado delas veredas estaban apostados tullidos y men-digos que alargaban las manos a los cami-

nantes que las transitaban. El trayecto sehallaba surcado de vidrios, latas y desperdi-cios. Parecía que aquel lugar estaba abando-nado. Era difícil mantener el equilibrio entretantos guijarros. Los pies le dolían y optó por

descalzarse. Sidi Umar, sin detenerse, le re-comendó que repitiera algún Dikr acom-pasándolo con la respiración. “Alham-dullillah!...Alhamdullillah!..”.en pocos mi-nutos, el movimiento de su cuerpo, el ritmode su respiración y su pulso entero estabandiciendo: “Alhamdullillah!... Alhamdullil-lah!” Hisham sintió como si lo agarraran porel ihram y lo subieran hacia arriba, viéndosede pronto junto a una lona, bajo la que unosafghanos estaban tomando té. Saludaron alos recién llegados como si fuesen conocidosde siempre, invitándolos a una taza caliente.Hisham miró a su alrededor y pudo compro-bar con una sensación de vértigo, la altura ala que se encontraba. Podía haber subidoseiscientos metros sobre el suelo y el hori-zonte era tan vasto, que se perdía entre laneblina producida por el calor del desierto.

El lugar tenía una báraka inconfundible.El hecho cierto de que el Enviado de Dios,Muhammad, que la Paz y las bendicionessean siempre con él, pisó aquellas piedras yen aquella cima recibió la Revelación, ilumi-naba la conciencia de los que allí subían. Laalegría brotaba de los rostros que, de pronto,rompían en llanto. A pesar de estar en la ci-ma, Hisham no veía ninguna cueva y pre-guntó a Sidi Umar. Este le indicó que le si-guiera por una vereda. A escasos metros,unas gigantescas placas de piedra se apoya-ban contra una pared vertical. Estaban dis-puestas como las hojas de un libro. El espa-cio entre la primera hoja y la pared era unaoquedad oscura y triangular que se iba estre-chando hasta convertirse en una rendija. SidiUmar dijo que existía la costumbre de pasaral otro lado y hacer dos rakaa sobre una pie-dra cuadrada que allí existe, pues era el lugardonde solía hacerlo el Profeta de Dios, que laPaz y las bendiciones sean con él. Hisham seasomó pensando que era imposible pasar alotro lado. Por un momento dudó de hacerloy prefirió esperar a que antes entrase alguienpara verlo. Llegaron algunos corpulentosafghanos y Hisham pensó que si pasabansería tarea sencilla para él. Entró a la cuevadetrás de ellos y, cuando había recorridosescasamente dos metros, se sintió aprisiona-do entre las piedras sin posibilidad demoverse hacia adelante ni hacia atrás. Pudover cómo el hombre corpulento pasaba sinmucha dificultad y sintió los cuerpos de losque venían empujando. Otra vez la soledadmás absoluta, otra vez la criatura indefensaante la prueba de su Señor, otra vez la duda

El lugar tenía una bárakainconfundible. El hecho

cierto de que el Enviado deDios, Muhammad, que laPaz y las bendiciones sean

siempre con él, pisó aquellaspiedras y en aquella cima

recibió la Revelación,iluminaba la conciencia de

los que allí subían.

que se resuelve en la certeza. De nuevo lapetición sincera y Hisham estaba saliendopor el otro extremo. Allí estaba, a sus pies, laCiudad Bendecida, Meca al Mukarrama,diseminada por valles laberínticos que pe-netran en las montañas. En medio de los edi-ficios se podía ver el Haram y, en su centro,la Kaaba, pequeñita y oscura, como una jo-ya inimitable que adornara el cuerpo de latierra.

Hisham se miró los pies y se dio cuentade que estaba pisando un Maqam especial, lapiedra cuadrada donde se prosternaba elEnviado durante su retiro, donde pasaba lar-gas horas contemplando la Casa de Allah.

Las lágrimas brotaron con fuerza de susojos, que así excretaban los restos de laincredulidad y de la duda. El Aliento de SuMisericordia había limpiado a fondo sucorazón y ya sólo se sentía agradecido.Cuando terminó de hacer rakaa, advirtió lapresencia de Sidi Umar detrás de él. Con laelegancia y comprensión de siempre, Umarseñaló la ciudad que se extendía allí abajo ydijo:

-”En tiempos del Enviado de Dios, queAllah le colme de Gracia, cuando éste conta-ba treinta y cinco años, el Quraish decidióreedificar la Kaaba, pues en esa época sehallaba muy deteriorada. Bajo la PiedraNegra encontraron un trozo de pergaminoescrito en lengua siriaca que decía: ‘Yo soyDios, el Señor de Becca. La creé el mismodía en que creé los cielos y la tierra, el sol yla luna, y puse a su alrededor a siete ángelesinviolables. Durará tanto tiempo como lasdos colinas, bendita por sus gentes con lechey agua’.”

Los dos amigos se fundieron en un pro-fundo abrazo permaneciendo un rato en esesanto lugar. Más tarde rodearon la cueva porun lado y volvieron a coger una de las vere-das que descendían.

Sidi Umar dijo que, cuando el Enviadode Dios bajó de la montaña tras recibir laRevelación de Yibril, lo hizo saludando a lasplantas y a las piedras, deseándoles la Paz deAllah. Eso era consecuencia de la tremendaexperiencia que supone para un ser humanoel encuentro directo y personal con suCreador, una mutación irreversible de la con-ciencia que le acompañará ya durante todasu vida.

Se cruzaron con los mendigos y tullidosque emitían sonidos lastimeros. El descensoera rápido. Hisham estaba concentrado en el

ritmo de sus pisadas, movimientos certeros einverosímiles que se producían sin titubeo,como si el cuerpo fuese conducido porQuien conoce hasta la más diminuta de laspiedras. En un recodo, coincidiendo con unaespiración, Hisham encontró una mirada quese clavó de lleno en su interior. Era unamujer con un niño pequeño que alargaba sumano, dibujando un movimiento hecho milveces. Aquellos ojos no dejaban lugar paraninguna duda. No podía existir mentira enaquel momento. Hisham se detuvo y le en-tregó un billete sin mirarla siquiera. Siguióbajando hasta alcanzar la colina de abajo,donde Sidi Umar le estaba esperando. Si-guieron charlando entre los aduares hastaque un anciano ciego les cortó el paso ame-nazante, esgrimiendo un garrote e invocandoa Rasul, que la Paz sea siempre con él. Losamigos no entendían lo que estaba ocurrien-do y, esquivando los garrotazos, salieroncorriendo hasta la carretera.

Regreso

Consiguieron encontrar un vehículo parallegar a Mina. En la radio del automóvilpudieron escuchar el adhán de Magrib.Hisham abrió la ventanilla porque nosoportaba el aire acondicionado y el taxistavolvió la cabeza un poco molesto.

Después de cenar, en la jaima, hicieronsalat y se quedaron conversando hasta muytarde. Hablaron sobre las peripecias delHach y algunos expresaron su intención devolver. Al día siguiente, tras arrojar las últi-mas piedras a los Yamarats, cada uno em-prendería el regreso a su tierra de origen. SidiUmar le dijo a Hisham que podía acom-pañarlo a Medina para visitar la Mezquitadel Profeta, y le ofreció su casa tanto tiempocomo quisiera.

El día después, tras arrojar las piedras,Sidi Umar llevó a Hisham hasta la casa de unamigo en Meca. Allí se ducharon y se cam-biaron de ropa, dejando atrás la vestimentadel peregrino. Renovación del cuerpo mal-tratado por mínimas penalidades si las com-paraban con las que seguramente se produje-ron en otros tiempos. Como imagen queresumía la travesía, las dos piezas del ihramquedaban juntas sobre el suelo, exhaustas yteñidas con las vicisitudes del camino.

Hisham se sentía como recién nacido,emergido de su propia profundidad, agrade-

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Bajo la Piedra Negraencontraron un trozo de

pergamino escrito en lenguasiriaca que decía: ‘Yo soy Dios,

el Señor de Becca...

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cido por el regalo de la existencia. Pocas ve-ces se había sentido tan libre de la memoriay del deseo, tan presente en la ÚnicaRealidad, en la Conciencia. Sintió como si laluz estuviese magnificada y los olores reve-laran los primeros secretos de la naturaleza yde los pueblos. Voces lejanas y palabras quese engastaron por un momento en una solamelodía percibida como acabada y perfecta.

El amigo de Sidi Umar, cuyo nombre desa-pareció en la escritura, los invitó a almorzar y,con la hospitalidad casi tópica pero sincera delos árabes, los retuvo todo el tiempo posible.

Después de Asr, los llevó a una estación deautobuses que hacía la línea Meca-Medina yallí se despidieron.

Hégira

El aire acondicionado se agarró a la gar-ganta de Hisham. El contraste entre la cáli-da y seca naturaleza del desierto arábigo yel frío extremo de los refrigeradores lehabían provocado un serio catarro. Por laventanilla podían verse unas extensionesinterminables, deshabitadas y rocosas. Noera ésta la imagen del desierto que Hishamhabía soñado. Siempre imaginó este espa-cio como un mar de arena suave y clara

transitada por caravanas de dromedarios ohileras de todo-terrenos caminando pormedio de las dunas. La realidad era muydistinta. Una impecable carretera de asfaltocruzaba por medio de un paisaje onírico,por un planeta que había sufrido el impactode grandes meteoritos o alguna catástrofeimpensable. Enormes piedras emergidasdel centro de la tierra o tal vez el resultadode la colisión de alguna de las lunas que,según se dice, tuvo la tierra en otras eras. Eldesierto del Hiyás, la Arabia Central, se leaparecía como un fragmento de otro mun-do. Imaginarse a los pueblos de las antiguasedades proféticas cruzando esos parajesresultaba difícil. Más de cuatrocientos kiló-metros separan las dos ciudades santas, dis-tancia que antiguamente se recorría a lomosde camello en once jornadas. Prueba difícilsin duda para quienes no tuvieran demasia-do valor o una creencia firme. Muy de vezen cuando se distinguía el pequeño caucede un oued, reverdecido en el fondo, y algu-na jaima que aprovechaba el agua de algúnsondeo reciente. Un verde mitigado por lainmensidad de las piedras y una temperatu-ra que no admite fácilmente color ninguno.

La visión era una impresión lejana, aisla-da por el vidrio de la ventanilla y absurda-mente contradicha por el frío ambiente delinterior del autobús, donde los peregrinostomaban alguna bebida carbónica helada odormían plácidamente recostados sobre losasientos.

Poco a poco el desierto de piedra fuedando paso a otro paisaje, más cercano a laimagen imaginada. Arena fina de color ama-rillo claro, algunas plantas estoicas junto auna duna y, ¡Alhamdullillah! un aduar desolitarios dromedarios ramoneando unasescuálidas acacias. A lo lejos se divisabanvastos palmerales que, en medio de aquellassoledades, componían la más intensa figurade la fertilidad y de la vida.

Estuvieron un largo trecho rodando entrehileras interminables de palmeras y el aire sepresentía más grato. Algunos seres cubiertostransitaban entre las palmas y, entre los tron-cos, a veces se adivinaban algún huerto um-brío o el punto de color de una fruta maduraescondida entre las hojas. Agua corriendopor alguna acequia, y un hombre clavando laazada en una tierra mullida y orgánica.

Sidi Umar hizo un comentario sobre laciudad de Medina, su tierra de adopción,lugar por el que sentía una profunda queren-

...algunas plantas estoicas juntoa una duna y, ¡Alhamdullillah!

un aduar de solitariosdromedarios ramoneando unas

escuálidas acacias.

cia. Habló de lo diferente que es de Meca, ydel significado que ambas tienen para elIslam y para los musulmanes. Meca es sobretodo el lugar donde mejor se siente laMajestad de Allah, el Poderoso, el Sabio. Lasimple visión de la Kaaba es suficiente, si nopara comprender, al menos para experimen-tar Su Solemne e Inalcanzable Presencia.Meca al Mukarrama es, fundamentalmente,un espacio de interiorización, una vibraciónque conduce al yo hasta un punto en el queéste desaparece en el océano de la Realidad.Medina al Munawwara, por el contrario, eslugar de expansión y de palabras, de comu-nicación y de vida comunitaria. Sidi Umar seextendió en analizar las diferencias entre lassuras del Corán que habían descendido encada una de las dos ciudades, y el papel queambas jugaron en el tiempo primordial enque el Islam comenzaba a asentarse en aque-llas tierras. Meca fue, en un principio, unatierra dura y hostil, un espacio para la prue-ba. Medina, por el contrario, acogió al Men-sajero, que Allah le colme de bondades, y allíse formó la primera comunidad de creyentes.Allí pudo vivirse el gran regalo que el Islamsupuso para aquellos que confiaron en elmás digno de confianza, aquél Quraish lla-mado Ahmed, que un buen día se encontróde frente con su Señor.

Hisham nunca había pensado en estascosas, y las palabras de su amigo lesugerían nuevos significados. Se acordó deSafa y Marwa, del movimiento entre lasdos colinas buscando la posibilidad devivir. Ese movimiento se extendía ahoraentre las dos ciudades, entre la Majestad yla Belleza, entre el interior y el exterior,entre el individuo y su comunidad. Perotambién podría extenderse a todo el univer-so visible, a cualquier ritmo o energía quesustente la posibilidad de la existencia. Safay Marwa, Meca y Medina, inspiración yespiración...Hisham sintió que su pulso seaceleraba...sístole y diástole: era el movi-miento propio de la vida y de la concienciaexpresado en el mundo visible, en el cuer-po y en las palabras, en los caminos y en lassensaciones.

Cuando llegaron al final del trayecto,Hisham tuvo la sensación de hallarse en otropaís. Las gentes parecían casi las mismas,pero en el aire se percibía una vibración dis-tinta. Sidi Umar fue señalándole algunascalles, explicándole anécdotas y recordandopasajes de la vida del Profeta, sal Allahu

aleihi wa salem. Siempre que se hablaba deRasulllullah, el Mensajero de Allah, losmusulmanes árabes desean la paz y las ben-diciones para él diciendo: “Sal Allahu aleihiwa salem”. A Hisham le resultaban ya fami-liares esa bellas palabras, inseparables delnombre propio o de la condición del quetuvo el privilegio de transmitir claramente laDirección y la Guía pata todo el género

humano. Sello de los Profetas, el último delos Enviados, fue el eslabón final de unacadena que se remonta al primer hombrecreado, Adam, que la Paz sea con él, aunquesu ser ya existiera en espíritu desde elPrincipio de la Creación.

La Ciudad Iluminda

Hisham se daba cuenta de que apenas que-daban en la ciudad testimonios arquitectó-nicos del pasado. Los bloques de viviendaseran tan impersonales como los de cual-quier lugar del mundo. Sólo los diferencia-ban los letreros en las más dispares cali-grafías árabes y el aire cruzado de olor acomidas mediorientales y perfumes de su-gestividad inverosímil. Hacía casi tantocalor como en Meca pero la atmósfera eramás ligera. La ciudad parecía un inmensozoco. Aquí y allá se abrían locales ofre-ciendo las mercancías más insospechadas.Las tradicionales perfumerías con sus esca-

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Medina al Munawwara,por el contrario, es lugar deexpansión y de palabras,de comunicación y de vidacomunitaria.

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parates mostraban una miríada de frascosde vidrio pintado con líneas abbasidas, alestilo de los cuentos de las Mil y Una No-ches. Los puestos de chawarman, despi-diendo el olor apetitoso de la carne asada,aromatizada con especiales condimentos.Hisham miraba hacia el fondo de las callesque desembocaban en la avenida y en cadauna de ellas se abría un mercado. Las pie-zas de tela de intensos colores se abríancomo banderas, dejando ver entre sus plie-gues aparatos domésticos e ingenios elec-trónicos. Otra calle estaba llena de fruteríasdonde se exhibían los productos más exó-ticos, cultivados con toda seguridad a milesde kilómetros de distancia. Allí una pila deablución, más allá un puesto de pañuelos.

Al fondo se destacaban los alminares delHaram. A medida que se acercaban a lapuerta, Hisham pudo comprobar que era unamezquita clara, luminosa. Pegados al murose hallaban sentados dignos ancianos vesti-dos totalmente de blanco. Sidi Umar dijo queeran miembros de la tribu de los Banu Ha-shim, los históricos herederos de aquellafamilia que fue secularmente la encargada deatender a los peregrinos y velar por el respe-to a los Santos Lugares.

La mezquita había sido ampliada recien-temente. Ahora podía albergar a decenas demiles de peregrinos en sus salas inmensas.

Accedieron al interior por la fachadaprincipal, la más reciente, y Hisham se que-dó embelesado con su arquitectura. Gruesascolumnas de mármol claro, techos bella-mente trabados y una estructura modernaque, sin embargo, expresaba en su condes-cendiente decoración, un inestimable tribu-to a la tradición constructiva de los musul-manes. La construcción habría necesitadode muchos medios técnicos y económicospara poder ser llevada a cabo. Casi sugeríaun alarde en el más literal sentido del térmi-no. El espacio estaba lleno de peregrinos.Cuerpos expresando los más variados movi-mientos de la adoración y de la súplica.Suaves murmullos de la Recitación, calmaprofunda de la multitud que reconoce inclu-so al más insignificante de sus miembros.

Tardaron unos minutos en llegar a otrade las ampliaciones, ésta más antigua, dondeencontraron un hueco, y allí se colocaron ali-neados para hacer rakaa. Tras la prosterna-ción se quedaron en silencio. El espacio don-de se encontraban ahora databa tal vez de laépoca de Feisal. No tenía la magnificencia ni

los medios tecnológicos de la primera parte,pero se trataba de una mezquita impresionan-te y llena de riquezas. Del techo colgaban lám-paras que parecían salidas de una crónica delBagdad abbasí. Un enorme sistema de aireacondicionado y ventiladores removía el airesin cesar, creando corrientes imprevisibles.

Según avanzaban se iba notando unamayor aglomeración. Arribaron a otro espa-cio con un patio iluminado cenitalmente.Daba la sensación de ser antiguo, tal vez yade otro siglo. En los muros, unos medallonescolgados mostraban simples caligrafías. Hi-sham reconoció las letras del Nombre deAllah, y las de Muhammad, pero no podíaleer las otras que se alineaban en los latera-les. Sidi Umar empezó a leer en voz alta: Fá-tima.. .Ali, .Abu Bakr, .Umar Ibn al Jattab,Uthmán, Abu Huraira... Bilal... Allí estaban es-critos los nombres de los Compañeros y Fa-miliares, allí, en el lugar donde pasaron tantashoras del día y de la noche en la más dulce delas humanas compañías. En aquel lugar sehabían echado los cimientos duraderos de lamás amplia comunidad, allí mismo.

Al otro lado del patio se abría el últimotramo, el espacio de la mezquita primitiva.Su interior era más oscuro y, al principio, Hi-ham no podía ver bien. Cuando sus ojos seacostumbraron a la nueva iluminación, sedio cuenta de que aquelloempezaba a coincidir con elespacio imaginado. Los te-chos, más bajos, eran soste-nidos por columnas cubier-tas de gruesas capas de pin-tura. Los capiteles mostra-ban el oro de los desposeí-dos, la purpurina digna eingenua de la pobreza. En elmuro de la qibla volvían arepetirse los nombres de losCompañeros. Sidi Umar di-jo que los nombres señala-ban el lugar donde descan-saban sus restos. Los Com-pañeros y Familiares, queAllah esté complacido conellos, quisieron reposar lomás cerca posible de quienhabía sido el más amado delos hombres, su conductor más añorado.

Las lámparas eran aquí humildes ydaban la sensación de haber sido adaptadaspara la iluminación eléctrica, habiendo teni-do un uso anterior, tal vez mediante aceite o

bujías. Nada de artesonados ni materialesnobles, la vibración era aquí más interior. Nohabía necesidad de formas que impresiona-ran al peregrino. La sola presencia del lugarera suficiente para provocar el llanto y laconciencia.

A la izquierda, un volumen rodeado debarrotes encierra la Tumba del Enviado.Unos guardias trataban de impedir que losperegrinos se quedaran allí agarrados, impi-diendo la circulación a los que venían detrás.Llamaban la atención de los que se deteníanpara hacer peticiones, porque el Único queescucha a quien Le sirve es Allah, el quetodo lo ve. Detrás de los barrotes colgabauna tela que velaba la habitación. Hisham sedeslizó pegado al recinto y, durante una frac-ción de segundo, pudo vislumbrar el espaciointerior, un humilde habitáculo apenas ilumi-nado, en cuyo centro se adivinaba un volu-men. Un espacio real de la historia profética,la misma estancia de la casa de Aisha, la másjoven de sus esposas, donde el Digno deConfianza, el Profeta Amado, que Allah lecolme de paz y bendiciones, entregó defini-tivamente el aliento.

La corriente empujaba hacia afuera. Allado de la tumba, el muro continuaba en unespacio parecido. Sidi Umar, que iba detrás,le dijo que era el sepulcro vacío de Isa, Jesús,

que estaba preparado para recibir su cuerpocuando volviera a este mundo a completar sumisión.

Junto a la puerta encontraron un sitio yallí se detuvieron para pedir por las almas del

Mensajero y de sus Familiares y Compa-ñeros, por aquellas gentes que habían prota-gonizado el último episodio profético de lahistoria humana.

Bárakah

La salida al exterior fue como una bofetadade luz y calor. En ese momento, el adhán deAsr se oyó en todos los rincones. Los co-merciantes se apresuraban a cerrar las tien-das dejando las mercancías a medio guardar,y los transeúntes volvían sus pasos hacia lamezquita. Hisham y Sidi Umar volvieron aentrar por una de las puertas laterales y bus-caron un sitio para hacer el salat cerca delpatio iluminado. A los pocos minutos, era yadifícil encontrar un lugar donde prosternar-se. La recitación del ikamat hizo que los queaún andaban se apresuraran a detenerse. Lavoz del imam se escuchaba perfectamente.El tono de la recitación era distinto del queHisham había escuchado en el Haram deMeca, más musical, más dulce y sentimen-tal. Hasta en eso eran diferentes las dos ciu-dades, hasta en esa íntima manera de expre-sar la Creencia, los dos espacios del Ha-ramain expresaban su pálpito dialéctico enel corazón de los que se prosternan, comoMisericordia venida del Creador, comoseñal para los dotados de vista y oído, paralos dotados de entendimiento.

Hisham estaba absorto en sus súplicas. Pasósus manos por el rostro, como es costumbre, yse volvió hacia el lado derecho para estre -char la mano de su compañero de fila. En-tonces se encontró con un regalo que no espera-ba, con aquella mirada que materializaba elmás profundo y querido de sus sueños, aquelen el que su deseo le había llevado a imaginarvívidamente cómo pudieron mirar aquellosojos únicos. Su corazón había recibido el pre-sente más humano y, al mismo tiempo, el quemás podía facilitarle el Recuerdo. Aquelloque se considera imposible, lo es sólo para elpoder del hombre, pero no existe imposi-ble para Allah, el Poderoso, el Sabio.

Cuando Hisham se recobró del impacto,vio a un anciano encorvado, cubierto conuna alfombrilla vieja y raída que se alejabaentre los peregrinos con la levedad propia delos espíritus, de esos seres que tal vez hemosvisto, pero de los que nunca podremos decirnada seguro.

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Suaves murmullos de laRecitación, calma profundade la multitud que reconoceincluso al más insignificante

de sus miembros.

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Hermandad.

Caminando por la ciudad, los dos amigosentraron en una perfumería que respondíaal milenario nombre de Qureishi, dondeHisham descubrió aromas evocadores denuevas sensaciones y de recodos viejos,territorios indefinidos donde se confundenla más intensa sensualidad y la espirituali-dad más refinada.

Compró algunos frasquitos para llevar-los como regalo: Kaaba, Jazmín, Flor deTaif... Envueltos en la mezcla de los aromasllegaron a casa de Sidi Umar, donde Hishampudo comprobar que la hospitalidad y eladab no son un tópico entre los musulma-nes. Comprendió entonces que no era gratui-to el hecho de que la familia de Sidi Umar,hubiese decidido establecerse en aquella ciu-dad, cerca de la Mezquita. Eran gentes quesentían un amor tan grande por el Profeta,sal Allahu aleihi wa salem, que se habíanido a vivir al sitio que le fue más querido ycercano.

En esa casa aprendió Hisham muchascosas de esas que no aparecen en los libros yque se guardan celosamente en las conversa-ciones entre los hermanos, asuntos de la granfamilia musulmana que se tratan de puertasadentro, en la intimidad del espacio sincero.Hadices que van hilándose a propósito de laconversación y que acaban iluminando laescena. Paz de los que se levantan de suslechos a media noche para adorar a su Señor.

Los dos días que le quedaban antes deregresar a Al Andalus, los pasó Hisham encasa de quien ya era su hermano. Iban ahacer el salat a la Mezquita. Desde la habi-tación donde pasaban la mayor parte deltiempo se escuchaba con nitidez el adhán yhacían el trayecto en apenas cinco minutos.

La despedida fue emocionada. Ahorasabía Hisham que la Peregrinación no habíaterminado, que la propia vida en esta tierrano es sino un viaje cuyo único desenlace esel encuentro definitivo con el Creador en laOtra Vida, prometida por Él a los que Lesirven.

GLOSARIO

HACH (AL): La Peregrinación Mayor, establecidaen su forma actual y definitiva por el ProfetaMuhammad, la paz y las bendiciones sean con él.

HACHAL AKBAR:Lit. El Hach Grande. Cuando eldía de Arafah coincide con un Viernes..

MUHRIM: Peregrino que, tras poner su intención dehacer Hach o Umrah, se viste con las dos piezas de telablanca y entra en estado de inviolabilidad.

MIKAT: Cada uno de los lugares donde el peregri-no pone su intención de hacer el Hach o la Umrah, antesde entrar como muhrim en la ciudad santa de Meca.Existe un lugar específico para hacer el mikat para cadalugar de procedencia de los peregrinos.

ADHÁN: Llamada a la oración que incluye el testi-monio de la Unicidad de Dios, de que no existen divi-nidades fuera de Él, así como de que Muhammad es SuMensajero.

MAGRIB: Nombre que se da al Occidente y alocaso. Se usa para nombrar la oración correspondienteal crepúsculo.

SALAT: Cada una de las cinco oraciones obligato-rias que el musulmán debe realizar cada día de su vidacomo parte de los cinco pilares de la religión.

DIKR: Recuerdo. Se aplica al Recuerdo o Menciónde Dios. Puede consistir en la repetición de SusNombres, Sus Cualidades o en alguna jaculatoria refe-rente a Él.

HARAM: Lo prohibido. También lo sagrado einviolable. En el caso de las mezquitas de Meca yMedina, cada una de ellas se denomina “Al Haram”, yambas componen “Al Haramain”, es decir los lugaressagrados.

UMRAH: Peregrinación Menor, que puede realizar-se durante casi todo el año.

TAWAF: Circunvalación de la Kaaba en el sentidocontrario a las agujas del reloj. También se denomina asíal espacio que la rodea.

IHRAM: Vestimenta del peregrino consistente endos piezas de tela blanca sin costuras, una que le cubrela parte superior del cuerpo y otra la inferior.

MAQAM: Estación o lugar.

HIRCH (AL): Espacio semicircular situado en lacara noroeste de la Kaaba donde están enterrados elProfeta Ismail, la paz sea con él, y su madre Hayyar.

SHAHID: Lit. El que testifica. Se aplica a aquellos quemueren en el camino de Dios, sea durante la Guerra San-ta, la Peregrinación, defendiendo a los suyos e incluso losque son víctimas de alguna enfermedad consuntiva.

ISHA: Oración de la noche, última de las cinco obli-gatorias, cuyo tiempo comienza una hora y media des-pués de la puesta de sol.

RAKAA: Cada una de las secuencias completas dela oración. Incluye las posiciones de pie, inclinado,prosternado y sentado.

BAB AS SALAM: Puerta de la Paz. Una de las innu-merables puertas del Haram de Meca, por donde tradi-cionalmente suele entrarse cuando se visita el lugar porprimera vez.

MUYAHHIDIN: Los que van a la Guerra Santa, losque luchan en el Camino de Dios.

ADAB: Cortesía, distinción, educación.

FAYR: Oración recomendada que se ha de realizarentre el comienzo de la aurora y la salida del sol.

SAKINA: Lluvia finísima, casi imperceptible, quelos musulmanes aprecian como especial Misericordiade Dios.

MUQADEM: En los círculos del Recuerdo, esto es,en las tariqas o cofradías sufís, el que dirige los rezos ylas letanías.

YUMAH: La oración del Viernes que se hace encomunidad, en la mezquita, y en la que el imam impar-te un sermón o Jutba.

WUDU: Ablución menor que incluye lavarse yenjuagarse manos, boca, nariz y cara, los brazos hastalos codos, pasarse las manos húmedas por el pelo y lasorejas, y lavarse los pies hasta el tobillo.

SUBH: Oración obligatoria previa a la salida del sol.

DUHR: Oración obligatoria del Mediodía.

ADUAR: Hato de corderos, cabras o camellos, queguardan los pastores beduinos.

YINNS: Genios. Seres de fuego creados por Dios,según el Corán.

ASR: Oración obligatoria de la mitad de la tarde,cuando la sombra proyectada por el cuerpo tiene unavez y media la longitud de éste.

RIYAL: Unidad monetaria actual del Reino deArabia Saudita. Equivalente a unas veintitrés pesetasaproximadamente.

HIYÁS: Nombre de la región de Arabia Central,casi toda desértica, donde están situadas las CiudadesSantas.

JAIMA: Tienda de lona que usan los habitantes deldesierto.

FUQARA: Faquires miembros de una cofradía sufí.

TAKBIR: Repetición de determinados dikr. Por exten-sión también se denomina así al rosario de cuentas o sibt-ja, aunque para algunos resulta impropia esta acepción.

SHAHADA: Testificación que hace el musulmánsobre la Unicidad de Dios y la naturaleza profética delEnviado de Allah, Muhammad.

YIBRIL: El Arcángel Gabriel, que trajo al Profeta laRevelación Coránica.

BARAKAH: Bendición o Gracia Divina.

TAWHID: La Unicidad.

DUL-HIYYA: Mes del calendario islámico duranteel cual se realiza el Hach.

GRAN YIHAD: La Gran Guerra Santa, la que selibra en el corazón del creyente, para diferenciarla delPequeño Yihad, referido a la lucha con las armas.

HUNAFA: Pl. de Hanif. No asociador. Apelativodado a Ibrahim, la Paz sea con él, en el Corán, y porextensión se conocen como “hunafa” a los seguidoresde la religión abrahámica que existían en tiempos delProfeta Muhammad, que la Paz y las bendiciones seancon él.

AL MUKARRAMA: Lit. La bendecida. Nombre dela ciudad de Meca

AL MUNAWWARA: La iluminada. Nombre con quese conoce a la ciudad de Medina.

SIDI: Tratamiento de cortesía que podría equivalera “Don”.

SHEIJ: Maestro espiritual.

SHIRK: Asociar a Allah con algo o con alguien. Lapeor de las faltas que puede cometer el creyente.

ASR: La oración de la media tarde, cuando la lon-gitud de la sombra que proyecta el cuerpo sobre el sueloes de una vez y media su altura.

HADIZ: Lit. Relato. Se usa para denominar losdichos del Profeta Muhammad, recopilados en coleccio-nes diversas.

UMMAH: La comunidad de los creyentes.

TAQWA: Temor o Conciencia de Dios.

SUNNAH: Tradición islámica.

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EL TITULO An-Nisa’ dado a esta sura sedebe a que muchos de sus pasajes se

ocupan de los derechos de las mujeres y decuestiones relacionadas con la vida familiaren general, incluidas las leyes de la heren-cia, la prohibición del matrimonio en cier-tos grados de consanguineidad, las relacio-nes matrimoniales, y así sucesivamente. Elversículo inicial hace hincapié en la unidadesencial de la raza humana y en las obliga-ciones mutuas de hombres y mujeres entresí, derivadas de este parentesco. Gran partede esta sura está dedicada a la legislaciónpráctica relativa a los problemas de la paz yla guerra y a las relaciones de los creyentescon los no creyentes, en especial con loshipócritas. Los versículos 150-152 refutanla posibilidad de creer en Dios sin creer enSus profetas: y esto, a su vez, lleva al temade los judíos, que no sólo niegan la misiónprofética de Muhammad sino también la deJesús, y al de los cristianos, que niegan aMuhammad y deifican a Jesús, aunque élmismo “nunca tuvo a menos ser siervo deDios” (versículo 172). Finalmente, comoqueriendo resaltar la inseparabilidad de lascreencias del hombre de su conducta social,el último versículo se refiere de nuevo a lasleyes de la herencia.

No hay duda de que esta sura perteneceen su totalidad al período de Medina. En elorden de la revelación va, o bien inmediata-mente después de Al Imrán, o —según algu-nas autoridades— está separada en el tiempo

de esta última por Al-Ahsab y Al-Mumta-hana. Lo más probable es que, en su mayorparte, fuera revelada en el año cuarto des-pués de la hégira, si bien unos pocos versí-culos pueden pertenecer a un período ante-rior y el versículo 58 a otro posterior.

EL SIGNIFICADO DEL CORÁNSURA AN-NISA’ (LAS MUJERES)

Período de Medina

Tafsir de Muhammad AsadTraducción al español: AbduRasak Pérez

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(1) ¡OH GENTES! Sed conscientes de vuestro Sustentador, queos ha creado de un solo ente vivo, del cual creó a su pareja y de esosdos hizo surgir a multitud de hombres y de mujeres.1 Y manteneosconscientes de Dios, en cuyo nombre os reclamáis mutuamente[vuestros derechos], y de estos lazos de parentesco. ¡En verdad, Diosos observa continuamente!

(2) Así pues, dad a los huérfanos sus bienes y no sustituyáis lomalo [vuestro] por lo bueno [que les pertenece], y no consumáis susbienes junto con los vuestros:2 esto es, en verdad, un grave delito.

(3) Y si teméis no ser equitativos con los huérfanos, entoncescasaos con [otras] mujeres que os sean lícitas:3 dos, tres o cuatro;pero si teméis no ser capaces de tratarlas con equidad, entonces [sólo]una —o [con] aquellas esclavas que sean de vuestra propiedad.4 Estohará más probable que no os desviéis de la rectitud.

(4) Y dad a las mujeres su dote como un regalo;5 pero si, volun-tariamente, renuncian a una parte en vuestro favor, disfrutadlo com-placidos y con buen ánimo.

(5) Y no confiéis a los faltos de juicio los bienes que Dios os haencomendado6 para [su] manutención; alimentadles de ellos y ves-tidles, y habladles con amabilidad. (6) Y examinad a los huérfanos [avuestro cargo] hasta que alcancen edad de casarse; entonces, si lesconsideráis sensatos, entregadles sus bienes; y no los consumáis pró-diga y apresuradamente, adelantándoos a su mayoría de edad. Y queel rico se abstenga por completo [de tocar los bienes de su pupilo]; yque el pobre los comparta en forma honorable. Y cuando les entre-guéis sus bienes, que haya testigos por su parte —aunque nadie llevalas cuentas tan bien como Dios.

(7) A LOS HOMBRES les pertenece una parte de lo que dejen lospadres y los parientes, y a las mujeres les pertenece una parte de loque dejen los padres y los parientes, sea poco o mucho —es una parteprescrita [por Dios].

(8) Y si en la distribución [de la herencia] están presentes [otros]parientes, huérfanos y pobres,7 dadles algo de ello como sustento, yhabladles con amabilidad. (9) Y que teman [a Dios] aquellos [here-deros legales] que si dejaran una descendencia débil temerían porellos —y que sean conscientes de Dios y hablen [a los pobres] deforma correcta.

(10) Ciertamente, quienes consumen los bienes de los huérfanosinjustamente, sólo están llenando sus vientres de fuego: pues [en laOtra Vida] sufrirán un fuego abrasador.

(11) CON RELACION a [la herencia de] vuestros hijos, Dios os pres-cribe [lo siguiente]:8 al varón le corresponde el equivalente a la porciónde dos hembras; pero si hay más de dos mujeres, les corresponden dostercios de lo que [sus padres] dejen; y si sólo hay una, recibirá la mitad.

Y a los padres [del difunto], les corresponde a cada uno un sextode lo que deje, si tiene algún hijo; pero si no tiene ninguno y suspadres son los [únicos] herederos, entonces a su madre le correspon-de un tercio; y si tiene hermanos y hermanas, entonces a su madre lecorresponde un sexto una vez descontados los legados que hayahecho, o las deudas [pendientes].

No sabéis quienes son más merecedores de vuestro favor, sivuestros padres o vuestros hijos: [de ahí esta] prescripción de Dios.Ciertamente, Dios es omnisciente, sabio.

(12) A vosotros os corresponde la mitad de lo que dejen vuestrasesposas, si no tienen hijos; pero si dejan algún hijo, os correspondeun cuarto de lo que dejen una vez descontados los legados que hayanhecho, o las deudas [pendientes]. A vuestras viudas9 les correspondeun cuarto de lo que dejéis, si no tenéis hijos; pero si dejáis algún hijo,entonces les corresponde un octavo de lo que dejéis una vez descon-tados los legados que hayáis hecho, o las deudas [pendientes].

Y si un hombre, o una mujer, no tiene herederos en línea directa,pero sí un hermano o una hermana, entonces a cada uno le corres-ponde un sexto; pero si son más de dos,10 entonces compartirán untercio [de la herencia], una vez descontados los legados que hayansido hechos, o las deudas [pendientes], en ambos casos sin intenciónde perjudicar [a los herederos].11

[Esto es] un mandamiento de Dios; y Dios es omnisciente, benigno.(13) Estos son los límites fijados por Dios. Y a quien obedezca a

Dios y a Su Enviado, El le hará entrar en jardines por los que correnarroyos, en los que permanecerán: ese es el triunfo supremo. (14) Ya quien se rebele contra Dios y Su Enviado, e infrinja Sus límites, Elle hará entrar en el fuego, en el que permanecerá; y le aguarda un cas-tigo humillante.

(15) Y PARA AQUELLAS de vuestras mujeres que cometan unaindecencia, buscad a cuatro testigos presenciales; y si dan testimoniode ello, recluidlas en sus casas12 hasta que les llegue la muerte o Diosles procure una salida [por su arrepentimiento]. (16) Y castigad [deigual modo] a ambos culpables;13 pero si se arrepienten y se enmien-dan, dejadles en paz: pues, ciertamente, Dios acepta el arrepenti-miento y es dispensador de gracia.14

(17) En verdad, Dios sólo acepta el arrepentimiento de aquellosque habiendo hecho el mal por ignorancia, se arrepienten antes deque se les pase su plazo:15 a éstos se vuelve Dios en Su misericordia—pues Dios es omnisciente, sabio; (18) pero no será aceptado elarrepentimiento de aquellos que hacen el mal hasta que, viendo pró-xima su muerte, dicen:16 “En verdad, ahora me arrepiento”; ni el deaquellos que mueren negadores de la verdad: para esos hemos pre-parado un castigo doloroso.

EN EL NOMBRE DE ALLAH, EL MÁS MISERICORDIOSO, EL DISPENSADOR DE GRACIA

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Notas1. De los muchos significados que cabe atribuir al

término nafs --alma, espíritu, mente, ser animado, entevivo, ser humano, persona, yo (en el sentido de identi-dad personal), genero humano, esencia vital, principiovital, y así sucesivamente-- la mayoría de los comenta-ristas clásicos eligen el de "ser humano", asumiendo quealude aquí a Adán. Sin embargo, Muhammad Abdurechaza esta interpretación (Manar IV, 323 ss.) y, en sulugar, da preferencia a la de "género humano", por cuan-to que este término hace hincapié en el origen común yhermandad de la raza humana (que es, sin duda, el sen-tido del versículo), sin asociarlo por ello injustificada-mente, al relato bíblico de la creación de Adán y Eva.He seguido este mismo razonamiento al traducir nafs,en este contexto, por "ente vivo". En cuanto a la expre-sión sauyaha ("su pareja"), debe mencionarse que eltérmino sauch ("una pareja", "un miembro de una pare-ja" o "un compañero") referido a seres animados, se usatanto para designar al macho como a la hembra de lapareja; así, referido a los seres humanos, significa lapareja de la mujer (el marido) y también la pareja delhombre (la esposa). Abu Muslim --a quien Rasi cita--interpreta la frase, "creó de él (minha) a su pareja" en elsentido de, "creó a su pareja [e.d., a su complementariosexual] de su mismo género (min yinsiha)", lo querefuerza la opinión de Muhammad Abdu ya menciona-da. La traducción literal de minha por "de él" alude cla-ramente, como se deduce del texto, al hecho fisiológicode que ambos sexos se originaron a partir de "un soloente vivo".

2. Esto se refiere a los tutores legales de huérfanosdurante la minoría de edad de estos últimos.

3. Lit., "que sean buenas para vosotros" --e.d.,mujeres que estén fuera de los grados de parentesco enlos que está prohibido el matrimonio, tal como se enu-meran en los versículos 22-23 de esta sura (Samajshari,Rasi). Según una interpretación sugerida por A’isha, laviuda del Profeta, esto se refiere al caso (hipotético) deaquellas huérfanas con las que sus tutores deseancasarse, pero a las que no quieren, o no pueden, pagaruna dote apropiada --dándoles a entender que debenresistir la tentación de cometer tal injusticia, y quedeben casarse con otras mujeres (cf. Bujari, Kitab at-Tafsir, y también Muslim y Nisa’i). Sin embargo, notodos los contemporáneos de A’isha estaban conformescon su explicación de este versículo. Según Said ibnYubair, Qatada y otros sucesores de los Compañeros,el significado del pasaje anterior es el siguiente: "Asícomo teméis, justificadamente, dañar los intereses delos huérfanos, debéis ser igualmente escrupulosos envuestra consideración de los intereses y derechos deaquellas mujeres que pensáis desposar." Tabari, en sucomentario a este versículo, menciona varias alterna-tivas de esta última interpretación, y le da su claraaprobación.

4. Lit., "las que posean vuestras diestras" --e.d., deentre los cautivos apresados en una guerra por la causade Dios (a este respecto, véase la sura 2, notas 167 y168, y la nota 72 de la sura 8). Es evidente que la frase"dos, tres, o cuatro; pero si teméis...", etc. es una cláu-sula parentética que se refiere tanto a las mujeres libresmencionadas en la primera parte del pasaje como a lasesclavas --pues ambos nombres están regidos por elmismo imperativo "casaos". Así, el significado de lafrase completa es: "Casaos con [otras] mujeres que ossean lícitas, o con aquellas que sean de vuestra propie-dad: dos, tres, o cuatro; pero si teméis no ser capaces detratarlas con equidad, entonces [sólo] con una" --dandoa entender que el número de esposas no debe exceder decuatro, tanto si se trata de mujeres libres como de anti-guas esclavas. Esta es la forma en que MuhammadAbdu entendía el versículo anterior (véase Manar IV,350). Este punto de vista está además confirmado por elversículo 25 de esta sura y también por 24:32, en el quese habla del matrimonio con esclavas. Ni en el Qur’anni en el modelo de vida del Profeta puede hallarse baselegal alguna que autorice las relaciones sexuales fueradel matrimonio, en contra de la opinión popular y de lapráctica de muchos musulmanes en siglos pasados.

En cuanto a la autorización de casarse con más deuna mujer (hasta un máximo de cuatro), esta está tanrestringida por la condición, "si teméis no ser capaces detratarlas con equidad, entonces [casaos sólo con] una",que hace posibles esos matrimonios múltiples sólo encasos totalmente excepcionales y en circunstanciasexcepcionales (véase asimismo la primera cláusula de24:32 y la correspondiente nota 42). Aun así, uno podríapreguntarse por qué no se ha dado la misma libertadtambién a las mujeres; la respuesta, sin embargo, es sim-ple. Aparte del factor espiritual del amor que influencialas relaciones entre hombre y mujer, la razón biológicadeterminante del instinto sexual es, en ambos casos, laprocreación: y mientras que una mujer puede concebirun hijo de un solo hombre y debe luego pasar nuevemeses de embarazo antes de poder concebir otro, unhombre puede engendrar un hijo cada vez que cohabitacon una mujer. Así pues, la naturaleza hubiera incurridoen un gran derroche de haber producido un instinto polí-gamo en la mujer, mientras que en el hombre tal incli-nación está justificada biológicamente. Resulta obvio,por supuesto, que el factor biológico es sólo uno de losaspectos --y no siempre el más importante-- del amorconyugal: se trata, no obstante, de un factor básico y portanto decisivo en la institución del matrimonio propia-mente dicha. La Ley Islámica, con una sabiduría quetiene siempre en cuenta plenamente la naturaleza huma-na, busca tan solo salvaguardar la función socio-bioló-gica del matrimonio (que incluye también el cuidado dela progenie), al permitir que el hombre tenga más de unaesposa y no permitir que una mujer tenga más de unmarido al mismo tiempo; mientras que el problema

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espiritual del matrimonio, por ser imponderable y estar,por ello, fuera del ámbito de la ley, queda a la discreciónde los cónyuges. En cualquier caso --y dado que elmatrimonio en el Islam es un contrato civil-- siemprequeda abierto para cualquiera de los dos cónyuges elrecurso al divorcio. (Con relación a la disolución delmatrimonio a instancias de la esposa, véase la sura 2,nota 218.)

5. El término nihla significa dar algo de buengrado, voluntariamente y sin esperar nada a cambio(Samajshari). Debe resaltarse que la cantidad de la doteque el futuro marido debe entregar a la novia no ha sidoestipulada en la Ley y depende por entero del acuerdoentre las partes, pudiendo consistir de cualquier cosa,hasta de un simple regalo simbólico. Según variasTradiciones auténticas que aparecen en la mayoría delas recopilaciones, el Profeta deja claro que "hasta unanillo de hierro" puede ser suficiente, si la novia lo acep-ta o aún, a falta de eso, "enseñar a tu novia un versículodel Qur’an".

6. Lit., "vuestros bienes que Dios os ha asignado".El contexto hace evidente que esto se refiere a los bie-nes de huérfanos que no han alcanzado aun una madu-rez suficiente y que están, por lo tanto, "faltos de juicio"(lit., "débiles mentales").

7. E.d., gentes que no tienen derecho legal a laherencia pero que, no obstante, merecen esta conside-ración.

8. En mis notas a los versículos 11-12, que esdonde se detallan las porciones legales de la herenciaasignadas a los parientes cercanos, no me he propuestoanalizar todas las implicaciones legales de esta orde-nanza. Las leyes de la herencia son tema de estudio deuna rama especial, muy intrincada, de la jurisprudenciaislámica, y su clarificación completa excedería conmucho la función de unas notas explicativas cuyopropósito es sólo hacer accesible el texto del Qur’an ala comprensión del lector no especializado.

9. Lit., "a ellas".10 Lit., "más". Según la mayoría de los comenta-

ristas clásicos, este pasaje se refiere a los hermanas-trosy hermanastras. De la herencia de los hermanos y her-manas consanguíneos se trata al final de esta sura (versí-culo 176).

11. Esto se refiere a legados y deudas ficticias quetenían el propósito de privar a los herederos de sus por-ciones legales. Según varias Tradiciones auténticas, elProfeta prohibió que se hicieran legados a otras perso-nas por encima de un tercio de la propia hacienda, encaso de que existan herederos legales (Bujari yMuslim). Sin embargo, si no existen parientes cercanoscon derecho legal a una parte de la herencia, el testadorpuede legar su fortuna en la forma que desee.

12. Lit., "en casas".13. Lit., "y a los dos de vosotros que la cometan,

castigadles". Según la mayoría de los comentaristas,

esto se refiere a la conducta inmoral entre un hombre yuna mujer y también a las relaciones homosexuales.

14. Algunos de los comentaristas dan al términofahisha (traducido aquí por "indecencia") el significadode "adulterio" o "fornicación" y, por consiguiente, sonde la opinión de que este versículo ha sido "abrogado"por el 24:2, que establece el castigo de cien azotes acada uno de los culpables. Esta suposición, sin embar-go, debe ser rechazada por carecer de fundamento. De-jando a un lado la imposibilidad de admitir que un pasa-je del Qur’an pueda haber sido "abrogado" por otro(véase sura 2, nota 87), la expresión fahisha, en sí mis-ma, no implica la relación sexual ilícita: significa algoque ultraja la decencia y la modestia, algo obsceno oabominable tanto en palabras como en hechos (cf. LaneVI, 2344 s.), sin estar en absoluto limitado a las infrac-ciones sexuales. Esta expresión, leída en este contexto yen combinación con 24:2, designa obviamente, en estepasaje, un tipo de conducta inmoral que no alcanzanecesariamente el grado denominado sina (e.d., "adul-terio" o "fornicación"), y es por tanto expiable por me-dio del arrepentimiento (a diferencia de un acto proba-do de sina, que se castiga con azotes). --Hay que resaltarque en todos los casos de supuesta infracción, o desho-nestidad, sexual el Qur’an estipula el testimonio de cua-tro testigos presenciales (en lugar de los dos que se exi-gen en los demás casos judiciales) como condición sinequa non para la condena. Para una presentación de lasrazones que subyacen en este precepto, así como susimplicaciones judiciales, véase la nota 7, en 24:4.

15. La expresión min qarib, que designa aquí pro-ximidad en el tiempo, puede traducirse también por "enseguida", e.d., poco después de cometida la ofensa; sinembargo, la mayoría de los comentaristas clásicos sos-tiene que, en este contexto, indica un tiempo anterior ala proximidad de la muerte. Esta interpretación se veconfirmada por el versículo siguiente.

16. Lit., "hasta que, cuando le llega la muerte a unode ellos, dice".

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De Abu Musa, Allah esté complacido con él, que dijo elMensajero de Allah, sobre él la paz y las bendiciones:

“Ciertamente el ejemplo de aquello por lo que yo he sidoenviado, tanto de guía como de conocimiento, es el agua quecae en la tierra. Hay una clase de tierra que recibe el agua y laacepta, creciendo en ella gran cantidad de pasto y de hierba. Yhay otra clase que retiene el agua con la que se beneficia lagente para beber y regar. Y hay una tercera clase de tierra quees árida y estéril, que ni retiene el agua ni deja crecer el pasto.

Así pues, ése es el ejemplo del que entiende el Din y sebeneficia de aquello por lo que he sido enviado. Y aprende yenseña. Y por otro lado, está el ejemplode aquel que no presta atención y noacepta la guía con la que he sido en-viado.”

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

De Abu Huraira, Allah esté compla-cido con él, que dijo el Mensajero de

Allah, sobre él la paz y las bendiciones:

“A quien libera a un creyentemusulmán de una de las penas que leafligen en este mundo, Allah le liberade otra en el día del Levantamiento.

A quien ayuda a otro que está endificultad, perdonando su deuda o pagándosela, Allah le ayuday le da facilidad en esta vida y en la otra. A quien cubre unafalta de un musulmán, Allah le cubre otra en esta vida y en laotra. Allah cuida de su siervo mientras él cuida de su hermano.

A quien sigue un camino buscando conocimiento, Allah lefacilita el camino hacia el Jardín. Y no se reúnen unas personasen una de las casas de Allah, Altísimo sea, para recitar y estu-diar el libro de Allah, sin que Allah haga descender la tranqui-lidad a sus corazones, las cubra de misericordia y las rodeenlos ángeles. Y Allah las recuerda entre los ángeles. Y quien sequede corto en sus acciones tendrá una recompensa corta.Aunque sea de familia noble”.

Lo relató Muslim.

De Abu Barza Nadla Ibn Ubaid Al Aslami, Allah esté compla-cido con él, que dijo el Mensajero de Allah, sobre él la paz y las

bendiciones:

“El día del Juicio no se moverán los pies de ningún siervo,es decir que no irá al Jardín o al Fuego hasta que sea pregun-tado: acerca de su tiempo en esta vida y en qué lo empleó;acerca del conocimiento, si actuó conforme a él o no; acercade su dinero, cómo lo consiguió y en qué lo gastó; y acerca desu cuerpo y lo que experimentó con él.”

Lo relató At-Tirmidí.

De Abu Kabsha Amrin Ibn Saad,Allah esté complacido con él, que oyó

decir al Mensajero de Allah, sobre él la paz y las ben-diciones:

“Juro sobre tres asuntos y os hablaré dealgo que debéis retener: Nadie ha vistomenguada su riqueza por una sádaqa; alsiervo que ha padecido una injusticia y laha superado con paciencia, Allah le haincrementado y honrado; y al siervo queha abierto la puerta del pedir, Allah le haabierto la puerta de la pobreza.Y hablaré de algo que no debéis olvidar.Dijo: ‘Este mundo sólo es para cuatro

personas:Un siervo al que Allah proporciona riqueza y ciencia y se

muestra temeroso de su Señor en el gasto lícito y en obras rec-tas, y favorece con ello la relación con sus parientes, y sabeque Allah tiene derechos sobre ello. Este es el mejor de losgrados.

Un siervo al que Allah ha dado conocimiento, pero nó lariqueza. Es veraz y sincero en la intención y dice: ‘Si tuvieradinero haría el bien como lo ha hecho fulano (el anterior).’

Esa es su intención. Y la recompensa que obtendría por susbuenos propósitos sería igual a la que obtendría si estuvieraagraciado con la riqueza y la gastara por la causa de Allah (esdecir, sería como la recompensa del primero).

DICHOS DEL PROFETA MUHAMMAD

Traducción del Árabe: AbdurRahman Zakaría Maza

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Un siervo al que Allah proporcionó riqueza, pero no cono-cimiento. El corrompe con su dinero, sin conocimiento. Por unlado no teme a Allah y lo gasta en lo prohibido y, por otro, nocontribuye con él a estrechar sus relaciones familiares. Y, porúltimo, no paga los derechos de Allah, como el zakat. Este esel más repugnante y pernicioso de los grados.

Un siervo al que Allah no ha dotado de riqueza ni de cono-cimiento, y que dice: ‘Si tuviera dinero haría con él como hizoel anterior’. Esa fué su intención y de acuerdo con ella será sucastigo.”

Lo relató At Tirmidi.

Se transmitió de Ibn Masúd, Allah esté complacido con él, quedijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:

“No hay envidia (sana), excepto en dos casos: un hombreal que Allah hizo rico y gastó el dinero en corresponder a losderechos de Allah; y un hombre al que Allah dió la sabiduría yel conocimiento, actuó conforme a ello y lo enseñó.”

Se transmitió de Abu Huraira, Allah esté complacido con él,que dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:

“A quien siga un camino buscando en él el conocimiento,Allah le facilitará el camino hacia el Jardín.”

Lo relató Muslim.

Se transmitió de Abu Huraira, Allah esté complacido con él,que dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:

“¡Quien llame a una guía correcta, tendrá la mismarecompensa que quienes la sigan, sin que mermen en nada lasrecompensas de ellos!”

Lo relató Muslim.

Se transmitió de Abu Umáma, Allah esté complacido con él,que dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:

“¡El mérito del sabio sobre el siervo es como mi méritosobre el de menor rango de vosotros!

Después añadió el Mensajero de Allah, Él le bendiga y ledé paz:

¡Verdaderamente Allah y Sus ángeles, y los mundos cono-cidos que hay en los cielos y la tierra, hasta la hormiga en suhormiguero y la ballena en el mar, piden por el que enseña ala gente el bien!”

Lo relató At Tirmidi.

Se transmitió de Abu Dardá, Allah esté complacido con él, queoyó decir al Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:

“¡A quien siga un camino en el que busca conocimiento,Allah le facilitará el camino hacia el Jardín. Y ciertamente, los

ángeles bajan sus alas ante el buscador de conocimiento enseñal de complacencia por lo que hace.

Y por el sabio pide perdón todo cuanto hay en los cielos yla tierra, hasta las ballenas en el mar.

Y el mérito del sabio sobre el siervo, es como el mérito dela luna sobre el resto de los astros.

Ciertamente, los sabios son herederos de los profetas. Yverdaderamente, los profetas no han dejado en herencia nidinar ni dirham, sino que han dejado el conocimiento comolegado, y quien lo tome, habrá tomado una parte importante deese conocimiento.”

Lo relataron Abu Daud y At Tirmidi.

Se transmitió de Abu Huraira, Allah esté complacido con él,que dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:

“¡Quien sea preguntado acerca de algo y lo oculte siendoconocedor de ello, será embridado el Día del Juicio con unabrida de Fuego!”

Lo relataron Abu Daud y At Tirmidi.

Se transmitió de Abdullah Ibn Amri Ibn Al As, Allah esté com-placido con él, que oyó decir al Mensajero de Allah, Él le ben-

diga y le dé paz:

“¡Verdaderamente, Allah no quitará el conocimientoarrancándolo de la gente de repente, sino que lo quitará con lamuerte de la gente de conocimiento. De forma que, cuando noquede uno sólo, la gente tomará líderes ignorantes, que al serpreguntados emitirán veredictos (fatuas) sin conocimiento,extraviándose ellos y extraviando a los demás!”

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

Se transmitió de Abu Huraira, Allah esté complacido con él, quedijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:

"¡Quien aprenda una ciencia del Din, digna de aprenderse poramor a Allah, Poderoso y Majestuoso, y sin embargo, no lohace sino con un propósito mundanal, no encontrará el aromadel Jardín en el Día del Juicio!"

Lo relató Abu Daud.

Se transmitió de Masúq que dijo:

"Fuimos a ver a Abdullah Ibn Masúd y nos dijo:‘Quien sepa algo que hable de ello y quien no sepa que

diga:‘Allah sabe más’. Ya que es de conocimiento, decir cuando

no se sabe algo: ’Allah sabe más.’Dijo Allah a su Profeta, Allah le bendiga y le dé paz:‘Dí: No os pido compensación por ello (por llamaros al

Islam), y no soy un impostor’."Lo relató Al Bujari.

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LIBROS LIBROS NASAFI ´AZIZODDIN, “El libro del hombre perfecto”.Traducción del persa de Isabelle de Gastines. Editorial SirioS.A. Málaga 1987

HAMMUDAH ´ABD AL ´AFI, “The family structure in Islam”. American Trust Publications 1977

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MURATA SACHIKO, “The Tao of Islam”. State University ofNew York Press, 1992

CHAPRA M. UMER, “Towards a Just Monetary Sistem”. TheIslamic Foundation, Leicester, UK, 1985

MUHAMMAD CHAKOR Y SERGIO MACÍAS “LiteraturaMarroquí en Lengua Catellana” Colección Reencuentro,1996

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AL QARADAWI YUSUF, “Islamic Awakening between Rejectionand Extremism”. International Institute of Islamic Thought,Herndon, Virginia, U.S.A. 1995

BÁRBARA HERRERO MUÑOZ-COBO: “EL ÁRABE MARROQUÍ:Aproximación Sociolingüística. Universidad de Almería, 1996

REVISTASREVISTAS Y PERIÓDICOSY PERIÓDICOSINETemasNúmero 5, dedicado al fundamentalismo en el Islam. Publicacióndel Instituto de Estudios Trasnacionales de Córdoba.

Insha ALlahNúmero 6, y los suplementos “Jesús, profeta de Allah”, “Los fun-damentos del Islam”, “Ser mujer musulmana” y “Estudios coránicosen la Biblia” Asociación Insha Allah. Barcelona.

Espurnall InternacionalNúmero 17, en el que se incluye un dossier sobre el Islam.Editado por SODePAU. Barcelona.

Los musulmanes andalucesNúmero 1. Nueva publicación de la Yama´a Islámica de Al-Andalus. Sevilla.

Al-Yama´aNúmero 24, editado por la Comisión Islámica de Melilla. Melilla1996.

Proyecto de viaje homenaje a Al-Mutamid.Universidad Islámica Averroes. Córdoba.

Nación Árabe, con un suplemento sobre Jerusalén.Editada por el Comité de Solidaridad con la Causa Árabe.

ProyecciónRevista editada por la Facultad de Teología de Granada. Nº 180 y181.

Misceláneas Comillas“Los nombres del profeta en la Teología Musulmana”, de Mikel deEpalza. Universidad Pontificia de Comillas, 1975.

NewsbulletinInternational Islamic University Malaysia. Nº 22.

La voz del IslamPublicación de la Sociedad de musulmanes latino americanos.Enero-Abril 1996.

“Islamic Education” Colección de 8 libros de texto, editada por Iqraa CharitableSociety, Jeddah, Arabia Saudí.

Boletín del Instituto Andaluz de Patrimonio HistóricoPublicación trimestral. Año IV, Junio 1996.

PUBLICACIONES RECIBIDASPUBLICACIONES RECIBIDAS

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OASIS de GRANADA

Cuando una publicación periódica comienza a desenvolverse en el tiempo a través de númerossucesivos y van acumulándose los análisis y las opiniones, el lector —y los mismos redactores—

pueden ir teniendo una visión más clara sobre las conclusiones de fondo que se van dibujando sobreel conjunto. A lo largo de los cuatro primeros números hemos asistido juntos a un proceso analíticocomparativo en el que, superando tópicos y valoraciones emocionales, hemos tenido acceso a unainformación que no suele ser la habitual en lo que a temas islámicos se refiere y, por otro lado, a unavisión islámica de la sociedad occidental, “desde una perspectiva externa”, que tampoco suele ser locorriente. En todos los ámbitos en los que se ha desarrollado el análisis ha quedado patente que unade las diferencias fundamentales entre los dos modelos se refiere a la propia concepción del ser huma-no, produciéndose visiones distintas del humanismo. En el caso de la sociedad laico-industrial, setrata de un humanismo que adolece de valores morales bien fundamentados, como consecuencia deuna filosofía idealista que, tras renunciar a la Metafísica, entronizó unos ideales, que han resultado sermás que dudosos con el correr del tiempo. Dudosos en cuanto que no responden a las necesidades deuna humanidad necesitada como siempre de respuestas trascendentes, de sentido existencial.

La crisis ética de la sociedad de consumo no sólo se explica por una injusta distribución de la rique-za y un mal uso de los recursos, sino que apunta a la misma raíz de sus planteamientos, a la sacra-

lización del mercado, al carácter todopoderoso que se le atribuye en el mundo desarrollado, a su pre-dominio como fiel de la balanza global.

Tras analizar en los números anteriores algunos aspectos históricos y filosóficos de la diferencia-ción cultural, hemos creído interesante dedicar el número cinco de Verde Islam al tema de la

Economía Islámica, disciplina poco y mal conocida en nuestro país. No es casual que muchos eco-nomistas occidentales “neoclásicos”, hayan colocado la lupa sobre esta forma de economía quepodría situarse en un terreno de conciliación entre el individuo y la sociedad, entre los intereses par-ticulares y los comunitarios, y se hayan dado cuenta de que la economía islámica aporta soluciones amuchos de los problemas con los que hoy se enfrenta el modelo económico liberal. Prueba de ello esel hecho de que entidades bancarias de primera línea, europeas y norteamericanas, han comenzado aincorporar entre sus ofertas fórmulas de financiación exentas de interés. Nuevamente aquí, como enel resto de los ámbitos de la actividad humana, el Islam se nos muestra con una inagotable capacidadde síntesis, de reducción de contrarios.

Contaremos en nuestras páginas con la colaboración de prestigiosos economistas musulmanes,que nos ayudarán a entender muchos de los aspectos de la vida económica en la sociedad islá-

mica: las relaciones laborales, el concepto de riqueza, los fundamentos islámicos que deben presidirlas transacciones, y, sobre todo, el carácter trascendente que este área, como todas las que componenla vida humana, tiene para el musulmán de cualquier tiempo y lugar.

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Los libros no contienen la curad e l o s c o r a z o n e s . L o scorazones se curan por lacompañia de los señores de loscorazones. El conocimiento delos libros es un residuo delc o n o c i m i e n t o d e l o scorazones. Es imposible quepueda contenerse en los libros.El conocimiento contenido enlos libros es una indicación delc o n o c i m i e n t o d e l o scorazones. Nada contiene loque los corazones contienen

Sidi Ali Al Yamal"ElSignificadodelHombre"