Revolucion Cubana - Partido Obrero

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D esde mediados del siglo XIX, Estados Unidos tu- vo un papel dominante en la vida económica de Cuba. En 1804, cuando estalló la rebelión de los esclavos en Haití, la coro- na española autorizó a su colonia cubana a vender azúcar y café a terceros países. El principal be- neficario de esta medida fue Es- tados Unidos, que ya en 1850 do- minaba un tercio del comercio ex- terior cubano. La burguesía norteamericana aspiraba a anexar Cuba a Esta- dos Unidos, al igual que una par- te de la propia oligarquía azuca- rera cubana. Pero, a mediados del siglo XIX, unos y otros toda- vía defendían la continuidad de la dominación española. Los nor- teamericanos temían que una Cuba independiente cayera en la órbita británica. Por su parte, “muchos hacendados entendían que el movimiento independen- tista favorecía la sublevación de los esclavos”. 1 En 1868, en el oriente de la is- la donde predominaban hacien- das rurales de menores dimen- siones y menor ligazón al merca- do mundial estalló el primer movimiento independentista, en- cabezado por Carlos Manuel de Céspedes, propietario de un pe- queño ingenio azucarero. La “Asamblea de la República de Cuba en armas” designó a Céspe- des presidente, abolió la esclavi- tud y aprobó una Constitución. La guerra contra los españoles duró diez años; la represión fue salvaje. La oligarquía del occi- dente de Cuba permaneció fiel a la corona española, que garanti- zaba la continuidad de sus nego- cios con Estados Unidos. En 1878, España y el movi- miento independentista firma- ron el Pacto de Zanjón, que puso fin a la guerra. Cuba se mante- nía como colonia española aun- que los cubanos podrían partici- par en el gobierno colonial; se proponía una “autonomía” que nunca vio la luz; los esclavos fue- ron emancipados. El fin de la guerra coincidió con la aparición de nuevos y más eficientes métodos para produ- cir azúcar, que permitieron al capital norteamericano reforzar su peso en la economía cubana. Además, Betheehem Steel y los Rockefeller pasaron a operar mi- nas de hierro, de manganeso y de níquel. En enero de 1892, el poeta y pe- riodista José Martí, exiliado en Estados Unidos, fundó el Partido Revolucionario Cubano con el ob- jetivo de unir a todas las fuerzas que luchaban por la independen- cia. El PRC albergaba tendencias contradictorias: una, encabezada por el propio Martí, de carácter nacionalista; otra, encabezada por Tomás Estrada Palma, re- presentante de la oligarquía pro- norteamericana (que, en aquellos años, declaraba su interés por la independencia de Cuba). En 1895, el Partido Revolucio- nario Cubano lanzó la insurrec- ción armada. La lucha se exten- dió por toda la isla; otra vez, la re- presión fue brutal. En mayo de 1895 murió Martí; en diciembre de 1896 murió el general Antonio Maceo, héroe de la primera gue- rra independentista. La direc- ción del PRC pasó entonces a ma- nos de Estrada Palma y los sec- tores pro-norteamericanos. Pasados tres años, la guerra continuaba. Desangrados espa- ñoles y cubanos y con el PRC en manos de sus aliados, el gobier- no norteamericano estimó que había llegado la hora de interve- nir: declaró la guerra a España y los marines entraron en opera- ciones en Cuba. Los objetivos norteamericanos hacia Cuba fueron detallados en una carta enviada por J.C. Brenckenridge funcionario de alto rango del Departamento de Guerra al general N.A. Miles, comandante de las fuerzas expe- dicionarias: anexar Cuba a Esta- dos Unidos, luego de exterminar tanto a las fuerzas españolas co- mo a las independentistas (véase recuadro). Rápidamente, las tropas nor- teamericanas respaldadas por las cubanasforzaron la rendi- ción de los últimos jefes españo- les en Santiago de Cuba. Pero Estados Unidos no reconoció al Partido Revolucionario Cubano, ni al consejo de gobierno presi- dido por el general Bartolomé Masó, ni al comandante del ejér- cito cubano. Después de la ren- dición de los españoles, los gene- rales norteamericanos no permi- tieron el ingreso de las fuerzas cubanas a Santiago. La guerra terminó en diciem- bre de 1898 con la firma del Tra- tado de París, por el cual España cedió a Estados Unidos el control de Cuba, Puerto Rico, las Filipi- nas, Guam y Hawaii. Ningún re- presentante cubano participó de esas negociaciones. El 1º de enero de 1899 comen- zó la ocupación militar norteame- ricana de la Cuba formalmente “independiente”. La primera me- dida de los ocupantes fue el de- sarme del Ejército Libertador (cubano) y de la Asamblea Revo- lucionaria (formada por repre- sentantes electos de ese ejército). El plan de Brenckenridge comen- zaba a aplicarse. “A medida que transcurrían los años 1899 y 1900, el espíritu pa- triótico se intensificaba y presen- taba una mayor resistencia a las tentativas anexionistas de los in- terventores. El gobierno de Was- hington se vio obligado a cambiar su política: tomó el camino de so- meter a Cuba a su dominio sin anexarla (...) aparentando satis- facer los deseos de independencia del pueblo cubano”. 2 En noviembre de 1900, el ge- neral Wood, gobernador militar, convocó una Asamblea Constitu- yente que debía dictar la Consti- tución y preparar un tratado que definiera las relaciones entre Es- tados Unidos y Cuba. El 3 de marzo de 1901, la asamblea reci- bió del gobernador militar una ley aprobada por el Congreso de Estados Unidos y la orden de in- corporarla, sin modificaciones, a la Constitución cubana. La ley, conocida como “en- mienda Platt”, daba a Estados Unidos el derecho a intervenir militarmente en Cuba para “pre- servar su independencia y man- tener un gobierno adecuado a la protección de las vidas, propie- dades y las libertades individua- les y para relevar de las obliga- ciones que con respecto a Cuba fueron impuestas por el Tratado de París a Estados Unidos...”. Otro artículo obligaba al gobier- no cubano a vender o alquilar “la tierra necesaria” para la instala- ción de bases navales y militares en la isla. El general Wood dejó en claro que si los constituyentes rechaza- ban la enmienda, la asamblea se- ría disuelta y la ocupación man- tenida. Los constituyentes cedie- ron; la “enmienda Platt” fue in- corporada a la constitución. Apo- yándose en ella, las tropas norte- americanas intervinieron en Cu- ba en 1906, en 1912 y en 1917. El 20 de mayo de 1902 cesó la ocupación militar; el primer pre- sidente de Cuba “independiente” fue Tomás Palma Estrada, repre- sentante de la oligarquía azuca- rera ligada a los norteamerica- nos; el aparato estatal (incluida la justicia) mantuvo en sus cargos a innumerables funcionarios desig- nados por la corona española. El primer gobierno cubano fir- mó con Estados Unidos el llama- do “Tratado de reciprocidad” (1903), por el cual las exportacio- nes cubanas a Estados Unidos gozarían de una reducción aran- celaria del 20 por ciento, mien- tras que las norteamericanas ha- cia Cuba gozarían de reducciones de hasta el 40 por ciento. Cuba pasó a depender enteramente de las importaciones norteamerica- nas, incluidas las de alimentos, que se pagaban con azúcar. Con la “independencia”, Cuba fue convertida en un “comple- mento” de la economía norteame- ricana. El número de centrales azucareras en manos del capital norteamericano creció sin pausa: en 1896, el 10 por ciento de la pro- ducción azucarera de Cuba pro- venía de ingenios cuyos propieta- rios eran norteamericanos; ese porcentaje creció al 35 en 1914 y al 63 en 1926. Veinte años después de la de- claración de la independencia, el sociólogo norteamericano Le- land Jenks denunciaba que la penetración norteamericana “ha hecho de Cuba una hacienda azucarera regida por contadores públicos y corredores de bolsa (...) un latifundio monocultor manejado por propietarios au- sentistas (...) un apéndice de una guerra comercial en un país ex- tranjero (...) las decisiones irre- vocables que afectan a la mayor parte del pueblo cubano (son) to- madas en Wall Street”. 3 Este cuadro de opresión social y nacional prevaleció con algunas modificaciones (en especial luego de la revolución nacional de 1930/33) durante casi sesenta años. Sólo con la victoria de la re- volución, Cuba lograría expulsar al imperialismo. Equipo Aniversario 1. Le Riverend, Julio; citado por Eliane Anconi, “Antecedentes históricos de una revolución anunciada”; en Coggiola Osvaldo (editor), Revolución Cubana: Historia y problemas actuales, Xama, San Pablo, 1998. 2. Le Riverend, Julio; citado por Eliane Anconi, op. cit. 3. Jenks, Leland; “Our Cuban Colony”; citado por Leo Huberman, Cuba: Anatomía de una Revolución; Editorial Palestra; Buenos Aires- Montevideo; 1961. Aniversarios La Revolución Cubana cumple cincuenta años (I) Cuando Wall Street dominaba Cuba “Claro está que la anexión inmediata a nues- tra federación (...) sería una locura, y antes de plantearla debemos sanear ese país, aunque sea aplicando el medio que la Divina Providencia aplicó a Sodoma y Gomorra (...) “Habrá que destruir cuanto alcancen nues- tros cañones, con el hierro y con el fuego; ha- brá que extremar el bloqueo para que el ham- bre y la peste, su constante compañera, diezmen su población pacífica y mermen su ejército; el ejército aliado (los independentistas cubanos) deberá emplearse constantemente en explora- ciones y vanguardias, para que sufran indecible- mente el peso de la guerra entre dos fuegos (...) “Retiradas todas las fuerzas regulares de los españoles seguiremos ocupando militarmente el país, ayudando con nuestras bayonetas al go- bierno independiente (...) “Llegado ese momento, son de aprovechar- se, para crear conflictos al gobierno indepen- diente, las dificultades que a éste tiene que aca- rrear la insuficiencia de medios para atender a nuestras exigencias y los compromisos con no- sotros contraídos, los gastos de guerra y la or- ganización del país. “Resumiendo: nuestra política se concreta a apoyar siempre al más débil contra el más fuer- te, hasta la completa exterminación de ambos (españoles e independentistas), para lograr ane- xarnos la Perla de las Antillas (...)” . Carta de J.C. Brenckenridge al general N.A. Miles, 24 de diciembre de 1897. Reproducida por Hortensia Pichardo, Documentos para la historia de Cuba, Tomo I, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1971. 1 l PRENSA OBRERA1062 l NOVIEMBRE 2008 El 1º de enero de 1959, en medio de una enorme huelga general, una co- lumna revolucionaria encabezada por Ernesto Che Guevara entraba en La Habana y derribaba al gobierno proimperialista de Fulgencio Batis- ta. El Movimiento 26 de Julio, con- ducido por Fidel Castro, tomaba el poder y comenzaba una revolución que produciría una transformación histórica de Cuba. La victoria revolucionaria en Cuba abrió una nueva etapa, política e in- cluso teórica, de la revolución latino- americana. Apareció como una supe- ración histórica de los procesos polí- ticos nacionalistas. Significó una de- rrota política sin precedentes para el stalinismo (arrojó al tacho de basura su tesis de la “revolución democráti- ca”) y quebró su tentativa de confi- nar la revolución a los marcos capi- talistas. A punto de cumplirse cincuenta años de esta hazaña histórica, nos propo- nemos, en los próximos dos meses, historiar su desarrollo. Nue es st t ra po ol lít tica pa ar ra an ne ex xa ar r nos s la Per r la de e las s Ant tillas sEl Partido Revolucionario Cubano Ocupación La “enmienda Platt”

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Historia de la Revolución Cubana. Recopilación de la entrega realizada en 10 números de Prensa Obrera como motivo del 50 aniversario de la Revolución Cubana

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DDesde mediados del sigloXIX, Estados Unidos tu-vo un papel dominante en

la vida económica de Cuba. En1804, cuando estalló la rebeliónde los esclavos en Haití, la coro-na española autorizó a su coloniacubana a vender azúcar y café aterceros países. El principal be-neficario de esta medida fue Es-tados Unidos, que ya en 1850 do-minaba un tercio del comercio ex-terior cubano.

La burguesía norteamericanaaspiraba a anexar Cuba a Esta-dos Unidos, al igual que una par-te de la propia oligarquía azuca-rera cubana. Pero, a mediadosdel siglo XIX, unos y otros toda-vía defendían la continuidad dela dominación española. Los nor-teamericanos temían que unaCuba independiente cayera en laórbita británica. Por su parte,“muchos hacendados entendíanque el movimiento independen-tista favorecía la sublevación delos esclavos”.1

En 1868, en el oriente de la is-la – donde predominaban hacien-das rurales de menores dimen-siones y menor ligazón al merca-do mundial – estalló el primermovimiento independentista, en-cabezado por Carlos Manuel deCéspedes, propietario de un pe-queño ingenio azucarero. La“Asamblea de la República deCuba en armas” designó a Céspe-des presidente, abolió la esclavi-tud y aprobó una Constitución.La guerra contra los españoles

duró diez años; la represión fuesalvaje. La oligarquía del occi-dente de Cuba permaneció fiel ala corona española, que garanti-zaba la continuidad de sus nego-cios con Estados Unidos.

En 1878, España y el movi-miento independentista firma-ron el Pacto de Zanjón, que pusofin a la guerra. Cuba se mante-nía como colonia española aun-que los cubanos podrían partici-par en el gobierno colonial; seproponía una “autonomía” quenunca vio la luz; los esclavos fue-ron emancipados.

El fin de la guerra coincidiócon la aparición de nuevos y máseficientes métodos para produ-cir azúcar, que permitieron alcapital norteamericano reforzarsu peso en la economía cubana.Además, Betheehem Steel y losRockefeller pasaron a operar mi-nas de hierro, de manganeso yde níquel.

En enero de 1892, el poeta y pe-riodista José Martí, exiliado enEstados Unidos, fundó el PartidoRevolucionario Cubano con el ob-jetivo de unir a todas las fuerzasque luchaban por la independen-cia. El PRC albergaba tendenciascontradictorias: una, encabezadapor el propio Martí, de carácternacionalista; otra, encabezadapor Tomás Estrada Palma, re-presentante de la oligarquía pro-norteamericana (que, en aquellosaños, declaraba su interés por la

independencia de Cuba).En 1895, el Partido Revolucio-

nario Cubano lanzó la insurrec-ción armada. La lucha se exten-dió por toda la isla; otra vez, la re-presión fue brutal. En mayo de1895 murió Martí; en diciembrede 1896 murió el general AntonioMaceo, héroe de la primera gue-rra independentista. La direc-ción del PRC pasó entonces a ma-nos de Estrada Palma y los sec-tores pro-norteamericanos.

Pasados tres años, la guerracontinuaba. Desangrados espa-ñoles y cubanos y con el PRC enmanos de sus aliados, el gobier-no norteamericano estimó quehabía llegado la hora de interve-nir: declaró la guerra a España ylos marines entraron en opera-ciones en Cuba.

Los objetivos norteamericanoshacia Cuba fueron detallados enuna carta enviada por J.C.Brenckenridge – funcionario dealto rango del Departamento deGuerra – al general N.A. Miles,comandante de las fuerzas expe-dicionarias: anexar Cuba a Esta-dos Unidos, luego de exterminartanto a las fuerzas españolas co-mo a las independentistas (véaserecuadro).

Rápidamente, las tropas nor-teamericanas – respaldadas porlas cubanas– forzaron la rendi-ción de los últimos jefes españo-les en Santiago de Cuba. PeroEstados Unidos no reconoció al

Partido Revolucionario Cubano,ni al consejo de gobierno presi-dido por el general BartoloméMasó, ni al comandante del ejér-cito cubano. Después de la ren-dición de los españoles, los gene-rales norteamericanos no permi-tieron el ingreso de las fuerzascubanas a Santiago.

La guerra terminó en diciem-bre de 1898 con la firma del Tra-tado de París, por el cual Españacedió a Estados Unidos el controlde Cuba, Puerto Rico, las Filipi-nas, Guam y Hawaii. Ningún re-presentante cubano participó deesas negociaciones.

El 1º de enero de 1899 comen-zó la ocupación militar norteame-ricana de la Cuba formalmente“independiente”. La primera me-dida de los ocupantes fue el de-sarme del Ejército Libertador(cubano) y de la Asamblea Revo-lucionaria (formada por repre-sentantes electos de ese ejército).El plan de Brenckenridge comen-zaba a aplicarse.

“A medida que transcurrían losaños 1899 y 1900, el espíritu pa-triótico se intensificaba y presen-taba una mayor resistencia a lastentativas anexionistas de los in-terventores. El gobierno de Was-hington se vio obligado a cambiarsu política: tomó el camino de so-meter a Cuba a su dominio sinanexarla (...) aparentando satis-facer los deseos de independenciadel pueblo cubano”.2

En noviembre de 1900, el ge-neral Wood, gobernador militar,convocó una Asamblea Constitu-yente que debía dictar la Consti-tución y preparar un tratado quedefiniera las relaciones entre Es-tados Unidos y Cuba. El 3 demarzo de 1901, la asamblea reci-bió del gobernador militar unaley aprobada por el Congreso deEstados Unidos y la orden de in-corporarla, sin modificaciones, ala Constitución cubana.

La ley, conocida como “en-mienda Platt”, daba a EstadosUnidos el derecho a intervenirmilitarmente en Cuba para “pre-servar su independencia y man-tener un gobierno adecuado a laprotección de las vidas, propie-dades y las libertades individua-les y para relevar de las obliga-ciones que con respecto a Cubafueron impuestas por el Tratadode París a Estados Unidos...”.

Otro artículo obligaba al gobier-no cubano a vender o alquilar “latierra necesaria” para la instala-ción de bases navales y militaresen la isla.

El general Wood dejó en claroque si los constituyentes rechaza-ban la enmienda, la asamblea se-ría disuelta y la ocupación man-tenida. Los constituyentes cedie-ron; la “enmienda Platt” fue in-corporada a la constitución. Apo-yándose en ella, las tropas norte-americanas intervinieron en Cu-ba en 1906, en 1912 y en 1917.

El 20 de mayo de 1902 cesó laocupación militar; el primer pre-sidente de Cuba “independiente”fue Tomás Palma Estrada, repre-sentante de la oligarquía azuca-rera ligada a los norteamerica-nos; el aparato estatal (incluida lajusticia) mantuvo en sus cargos ainnumerables funcionarios desig-nados por la corona española.

El primer gobierno cubano fir-mó con Estados Unidos el llama-do “Tratado de reciprocidad”(1903), por el cual las exportacio-nes cubanas a Estados Unidosgozarían de una reducción aran-celaria del 20 por ciento, mien-tras que las norteamericanas ha-cia Cuba gozarían de reduccionesde hasta el 40 por ciento. Cubapasó a depender enteramente delas importaciones norteamerica-nas, incluidas las de alimentos,que se pagaban con azúcar.

Con la “independencia”, Cubafue convertida en un “comple-mento” de la economía norteame-ricana. El número de centralesazucareras en manos del capitalnorteamericano creció sin pausa:en 1896, el 10 por ciento de la pro-ducción azucarera de Cuba pro-venía de ingenios cuyos propieta-rios eran norteamericanos; eseporcentaje creció al 35 en 1914 yal 63 en 1926.

Veinte años después de la de-claración de la independencia, elsociólogo norteamericano Le-land Jenks denunciaba que lapenetración norteamericana “hahecho de Cuba una haciendaazucarera regida por contadorespúblicos y corredores de bolsa(...) un latifundio monocultormanejado por propietarios au-sentistas (...) un apéndice de unaguerra comercial en un país ex-tranjero (...) las decisiones irre-vocables que afectan a la mayorparte del pueblo cubano (son) to-madas en Wall Street”. 3

Este cuadro de opresión socialy nacional prevaleció con algunasmodificaciones (en especial luegode la revolución nacional de1930/33) durante casi sesentaaños. Sólo con la victoria de la re-volución, Cuba lograría expulsaral imperialismo.

Equipo Aniversario

1. Le Riverend, Julio; citado por

Eliane Anconi, “Antecedenteshistóricos de una revoluciónanunciada”; en Coggiola Osvaldo

(editor), Revolución Cubana: Historiay problemas actuales, Xama, San

Pablo, 1998.

2. Le Riverend, Julio; citado porEliane Anconi, op. cit.3. Jenks, Leland; “Our Cuban

Colony”; citado por Leo Huberman,Cuba: Anatomía de una Revolución;Editorial Palestra; Buenos Aires-

Montevideo; 1961.

Aniversarios

La Revolución Cubanacumple cincuenta años (I)Cuando Wall Street dominaba Cuba

“Claro está que la anexión inmediata a nues-tra federación (...) sería una locura, y antes deplantearla debemos sanear ese país, aunque seaaplicando el medio que la Divina Providenciaaplicó a Sodoma y Gomorra (...)

“Habrá que destruir cuanto alcancen nues-tros cañones, con el hierro y con el fuego; ha-brá que extremar el bloqueo para que el ham-bre y la peste, su constante compañera, diezmensu población pacífica y mermen su ejército; elejército aliado (los independentistas cubanos)deberá emplearse constantemente en explora-ciones y vanguardias, para que sufran indecible-mente el peso de la guerra entre dos fuegos (...)

“Retiradas todas las fuerzas regulares de losespañoles seguiremos ocupando militarmenteel país, ayudando con nuestras bayonetas al go-bierno independiente (...)

“Llegado ese momento, son de aprovechar-se, para crear conflictos al gobierno indepen-diente, las dificultades que a éste tiene que aca-rrear la insuficiencia de medios para atender anuestras exigencias y los compromisos con no-sotros contraídos, los gastos de guerra y la or-ganización del país.

“Resumiendo: nuestra política se concreta aapoyar siempre al más débil contra el más fuer-te, hasta la completa exterminación de ambos(españoles e independentistas), para lograr ane-xarnos la Perla de las Antillas (...)” .

Carta de J.C. Brenckenridge al generalN.A. Miles, 24 de diciembre de 1897.

Reproducida por Hortensia Pichardo, Documentos para la historia de Cuba, TomoI, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1971.

1 l PRENSA OBRERA1062 l NOVIEMBRE 2008

El 1º de enero de 1959, en medio deuna enorme huelga general, una co-lumna revolucionaria encabezadapor Ernesto Che Guevara entraba enLa Habana y derribaba al gobiernoproimperialista de Fulgencio Batis-ta. El Movimiento 26 de Julio, con-ducido por Fidel Castro, tomaba elpoder y comenzaba una revolución

que produciría una transformaciónhistórica de Cuba. La victoria revolucionaria en Cubaabrió una nueva etapa, política e in-cluso teórica, de la revolución latino-americana. Apareció como una supe-ración histórica de los procesos polí-ticos nacionalistas. Significó una de-rrota política sin precedentes para el

stalinismo (arrojó al tacho de basurasu tesis de la “revolución democráti-ca”) y quebró su tentativa de confi-nar la revolución a los marcos capi-talistas.A punto de cumplirse cincuenta añosde esta hazaña histórica, nos propo-nemos, en los próximos dos meses,historiar su desarrollo.

““NNuueessttrraa ppoollííttiiccaa ppaarraa aanneexxaarrnnooss llaa PPeerrllaa ddee llaass AAnnttiillllaass””

El Partido Revolucionario Cubano

Ocupación

La “enmienda Platt”

Tomás Estrada Pal-ma, un represen-tante de la oligar-quía azucarerapro-norteamerica-

na, fue el primer presidente deCuba. Le siguieron una suce-sión de presidentes – conserva-dores y liberales – que actuaronbajo el control de la embajadanorteamericana y la amenazade la intervención militar. Efec-tivamente, los marines intervi-nieron en tres oportunidadesdurante los primeros veinteaños de la República (en 1906,1912 y 1917). Eran simples go-biernos de fachada: el poder re-al estaba en la Embajada y enlas bases navales norteameri-canas.

Cuba, convertida por el capi-tal norteamericano en mono-productor de azúcar (llegó a serel primer productor mundial),era extremadamente depen-diente de las oscilaciones delmercado mundial. En 1920 co-menzó un curso descendente delos precios del azúcar, que seagravó al año siguiente (en unaño, los precios del azúcar caye-ron el 83%). La crisis llevó a ladesaparición de los pequeñospropietarios azucareros y a labancarrota de la propia oligar-quía azucarera cubana, que de-bió resignar su lugar en benefi-cio de los propietarios nortea-mericanos. El azúcar producidopor los ingenios de propiedad denorteamericanos saltó del 10(1896) al 35% (1914) y al 63%(1926). La consecuencia fue unfuerte desplazamiento de lospequeños y medianos producto-res rurales y una fuerte prole-tarización, especialmente en elcampo. También se desarrollóun importante proletariado ur-bano, formado por obreros deservicios (ferroviarios, portua-rios, electricistas, telefónicos) yde la construcción. Tanto en laciudad como en el campo, el pro-letariado cubano era explotado,fundamentalmente, por empre-sas extranjeras.

Aunque las primeras huel-gas y organizaciones obreras yahabían tenido lugar en los últi-mos años de la colonia, duran-te la república surgieron lasprimeras organizaciones obre-ras impulsadas por anarquis-tas y socialistas. Entre 1907 y1911 hubo grandes huelgas confuerte presencia anarquista(tabaco, portuarios, ferrovia-rios, construcción).

Los anarco-sindicalistasdesplazaron, a partir de 1914,a los anarquistas como la ten-dencia dominante en el movi-miento obrero. En 1917, funda-ron el Sindicato General deObreros de la Habana; en 1920nació la Federación Obrera de

la Habana (FOH). En 1924,anarco-sindicalistas y comunis-tas crean la Confederación Na-cional Obrera Cubana (CNOC),la primera central sindical de laisla. La CNOC permaneceríabajo la dirección de los anarco-sindicalistas hasta el asesinatode Alfredo López (1925); luegosería dirigida por el Partido Co-munista, fundado en 1925.

En diciembre de 1922, bajoel influjo de la Reforma Univer-sitaria de 1918 en Argentina,nació en La Habana la Federa-ción de Estudiantes Universi-tarios (FEU). Su impulsor eraJulio Mella, uno de los funda-dores del marxismo cubano.

En 1925 llegó al gobierno Ge-rardo Machado. La crisis delazúcar, iniciada en 1920, habíadejado al Estado en una com-pleta bancarrota (al punto derequerir créditos bancarios pa-ra pagar los sueldos de los fun-cionarios). Machado se benefi-ció de una cierta recuperaciónde los precios del azúcar, que lepermitieron presentar una me-jora relativa en las condicioneseconómicas. Paralelamente,lanzó una represión brutal con-tra el movimiento obrero y sin-dical, que había comenzado unsostenido ascenso bajo el go-bierno anterior. Los métodoseran salvajes: “actuante el te-mor como regla del poder. Elcrimen, la tortura, la aplicaciónde la ley de fuga, las fechoríasde la porra. La persecusión y lamuerte”. 1 Dirigentes obreros,estudiantiles y campesinos fue-ron asesinados; entre ellos, Ju-lio Mella, fundador del PC cu-bano, asesinado en México a co-mienzos de 1929.2

La mejora en las condicioneseconómicas y la represión almovimiento obrero llevaron aque Machado pudiera imponer–con el respaldo de la derecha,la Embajada y el Ejército –, lareforma de la ley electoral paramantenerse en el poder. Fue re-elegido en 1928; poco después,estallaba la “Gran Depresión”.

La crisis de 1929 fue un gol-pe demoledor para Cuba. Laproducción de azúcar cayó de5,2 a 2 millones de toneladas;su precio cayó al nivel más ba-jo de la historia. El presupues-to del Estado se redujo a menosde la mitad. La rebaja de sala-rios fue generalizada; el desem-pleo alcanzó a 250.000 jefes defamilia (en un país con una po-

blación total de 3,9 millones depersonas).3

La CNOC convocó el 20 demarzo de 1930 una huelga ge-neral contra el desempleo; el 19de abril, 50.000 personas mani-festaban en La Habana contrala dictadura. El movimientohuelguístico creció. En cadahuelga, junto a las reivindica-ciones particulares de los tra-bajadores en conflicto, comenzóa aparecer la consigna “¡Abajola dictadura de Machado!”. Ma-chado declaró ilegales al CNOCy a la FOH pero las huelgas –

de los trabajadores del trans-porte, zapateros y textiles –

continuaron. En diciembre de1932, convocada por la CNOC,se reunió una conferencia detrabajadores del azúcar en San-ta Clara, que fundó el Sindica-to Nacional Obrero de la Indus-tria Azucarera (el primero de larama) y convocó a la huelga ge-neral para comienzos de 1933.

El año de la revolución comien-za con la huelga general azuca-rera, duramente reprimida. Enjulio, una huelga de los traba-jadores del transporte de LaHabana se convirtió rápida-mente en una huelga generalpor la caída de la dictadura, quese extendió por todo el país. Ma-chado maniobraba: concedió lasreivindicaciones de los huel-guistas y negoció con la direc-ción de la CNOC la legalizacióndel sindicato y del PC a cambiode su apoyo para levantar lahuelga. La dirección de laCNOC llamó, entonces, a le-vantar la huelga. No tuvo elmenor éxito. La FOH repudiópúblicamente el llamado y con-vocó a continuar la huelga. Losobreros – respaldados por la in-mensa mayoría de la pobla-ción– siguieron en la calle.

Como la huelga no cedía, lospropios aliados políticos de Ma-chado, la Embajada norteame-ricana y el Ejército forzaron surenuncia. Lo reemplazó CarlosManuel de Céspedes, hijo delprimer independentista cuba-no y ex embajador de Machadoen Washington. El reempla-zante de Machado fue “elegido”por Sumner Welles, enviado es-pecial del presidente norteame-ricano Roosevelt a Cuba.

El gobierno de Céspedes fueefímero. El 4 de septiembre es-talló una sublevación por me-joras salariales de los subofi-ciales del Ejército, con el res-

paldo del Directorio Estudian-til Universitario (organizaciónde estudiantes formada paracombatir a Machado); uno delos jefes de la sublevación erael (entonces) sargento Fulgen-cio Batista.

Tras la caída de Céspedes,asumió como presidente el pro-fesor Ramón Grau San Martín,dirigente del Directorio Uni-versitario, en medio de una cri-sis revolucionaria de gran al-cance. Antonio Guiteras, diri-gente de la organización nacio-nalista radical Joven Cuba, fuenombrado secretario de Go-bierno. Uno de los primeros de-cretos del nuevo gobierno as-cendió a Batista al grado de co-ronel y lo designó comandantedel Ejército. Desde ese mismomomento, Batista comenzó aconspirar con los norteameri-canos contra Grau.

Estados Unidos no reconocióal nuevo gobierno; esto no im-pidió que el PC – que había boi-coteado la huelga contra Ma-chado– lo calificara como“agente del imperialismo” y lla-mara a derrocarlo.

En los primeros días de go-bierno, bajo el impulso de Gui-teras, Grau impulsó una agen-da nacionalista: creó la Secre-taría de Trabajo, instauró lajornada de ocho horas, disolviólos antiguos partidos, creó tri-bunales especiales para juzgara los machadistas, estableció laautonomía universitaria e in-tervino la compañía de electri-cidad. Pero la crisis revolucio-naria y la actividad de los obre-ros no refluían: los obreros ocu-paron las centrales azucareras,los obreros del café y los del ta-baco fueron a la huelga.

El gobierno de Grau SanMartín se desintegraba bajo lapresión combinada de los obre-ros en huelga y la burguesíaque pretendía aplastarlos. Gui-teras presionaba para que lasreivindicaciones de los obrerosen huelga sean satisfechas; Ba-tista mandaba al ejército a re-primir a esos mismos huelguis-tas.

En septiembre de 1933, Ba-tista ordenó ametrallar la ma-nifestación que recibía los res-tos mortales de Julio Mella;fueron asesinados varios mani-festantes. La movilización ha-bía sido autorizada por el pro-pio gobierno. Guiteras exigió alpresidente la destitución y elapresamiento de Batista, peroGrau San Martín concilió con el

represor y no se decidió a desti-tuirlo. En una provocaciónabierta, Batista continuó repri-miendo y ametrallando huelgasy manifestaciones.

La debilidad del gobierno en-valentonó a los conspiradores.En enero de 1934, un golpe mi-litar encabezado por Batistadestituyó al gobierno; Grau SanMartín renunció sin oponer re-sistencia.

Carlos Mendieta (otro emba-jador cubano en Washington)fue designado presidente; esegobierno y los que lo siguieronfueron una fachada democráti-ca de una dictadura encabeza-da por Batista. El movientoobrero y popular fue puesto enla clandestinidad y duramentereprimido; Antonio Guiterasfue asesinado por esbirros deBatista en mayo de 1935.

Las limitaciones de su direc-ción nacionalista pequeñobur-guesa llevaron a la derrota a lapoderosa revolución de 1930/33– que prácticamente destruyóel Ejército y puso al rojo vivo,durante tres años de luchas ex-cepcionales, la cuestión de la in-dependencia nacional. Sus pre-tensiones constitucionalistas,su respeto al aparato del esta-do, su negativa a armar a lostrabajadores para enfrentar elgolpe, la llevaron a capitularante el imperialismo y a rendir-se sin combate frente a los opre-sores nacionales y los masacra-dores del movimiento obrero ypopular.

El castrismo se nutrió ideo-lógicamente de este fracaso. Laexperiencia del ’33 mostró lapotencialidad de la huelga ge-neral revolucionaria (que vol-teó a Machado). Al mismo tiem-po, planteó la liberación nacio-nal en términos sociales y nosimplemente en términos for-males (referidos a los privile-gios jurídicos o políticos del im-perialismo).

Equipo Aniversarios

1. De la Osa, Enrique: Crónica del

Año 33, Ediciones políticas, La

Habana, 1989.

2. Algunos autores señalan que

fueron los servicios secretos stali-

nistas quienes asesinaron a Mella.

Aunque nunca se había proclama-

do trotskista, Mella era visto por

desconfianza en los medios stali-

nistas porque sus amigos –tanto

mexicanos como cubanos – adhi-

rieron a la Oposición de Izquierda

encabezada por León Trotsky. El

stalinista Victorio Codovilla vetó la

participación de Mella en el secre-

tariado sudamericano de la Inter-

nacional Comunista. Poco después

fue asesinado.

3. De la Osa, Enrique, op. cit.

CINCUENTA AÑOS DE LA REVOLUCION CUBANA (II)

La Revolución de 1933Cuba, independiente desde 1899, erauna plena semicolonia del imperialis-mo norteamericano. Estados Unidostenía bases en su territorio y estaba au-torizado a intervenir militarmente enla isla para garantizar sus intereses.

La penetración del capital norteameri-cano había convertido a Cuba en unmonoproductor de azúcar para la in-dustria estadounidense. Desde la inde-pendencia, el verdadero gobierno deCuba estaba en Wall Street.

Aniversario2 l PRENSA OBRERA1063 l NOVIEMBRE 2008

La dictadura de Machado

En el año 1933

Batista y la Embajadanorteamericana pu-sieron como presiden-te a Carlos Mendieta.

El y su sucesor, Miguel Gómez,eran la cobertura ‘institucio-nal’ del poder real, el ejército.

En febrero de 1935, estallóuna gran huelga docente, querápidamente concitó el apoyode los estudiantes, se extendióa otros sectores obreros y ad-quirió un carácter político. LaCNOC – dirigida por el partidocomunista – recién convocó a lahuelga general el 10 de marzo,“cuando el movimiento ya notenía posibilidades de victo-ria” 1.

La represión fue brutal.Fueron instauradas la ley mar-cial y la pena de muerte. LaUniversidad de La Habana fueocupada militarmente y la au-tonomía universitaria revoca-da. La sede de la FederaciónObrera de La Habana fue des-truida. Los partidos y sindica-tos fueron ilegalizados y se es-tablecieron tribunales suma-rios. Miles de sindicalistas fue-ron encarcelados. Antonio Gui-teras fue asesinado.

En el curso de 1935, en con-sonancia con el giro de la Inter-nacional Comunista hacia losfrentes populares, el PC de Cu-

ba llamó a formar un “frenteantifascista”. Blas Roca, su se-cretario general, escribía en-tonces que “la revolución cuba-na se encuentra hoy en su fasenacional (...) confraternizamos,en el interés común de la libe-ración de nuestro país, con to-dos los sectores de la población,del proletariado a la burguesíanacional, que pueden y debenconstituir un vasto frente con-tra el opositor extranjero”. 2

Grau San Martín y el PartidoAuténtico rechazaron la invita-ción. El stalinismo terminaríaconstruyendo su “frente anti-fascista”... con Batista.

En 1937, como preparativo dela candidatura presidencial deBatista, fueron liberados 3.000presos políticos, se convocó auna Asamblea Constituyente yse legalizó a los partidos. Enmayo de 1938, el PC declarópúblicamente que Batista era“un defensor de la democracia”.Al mismo tiempo, luego de unareunión con Blas Roca en uncuartel militar, Batista recono-ció al PC como un “partido de-mocrático”. 3

En enero de 1939, el PC pre-sentó candidatos propios a laConstituyente con un progra-

ma “antifascista” (igualdad dederechos para mujeres y ne-gros; auxilio a los desocupados;defensa a los campesinos con-tra los desalojos; defensa de laeconomía nacional y de la pa-tria contra el fascismo).

La lista del PC obtuvo90.000 votos y 6 bancas. Se in-corporaron algunos de susplanteos a la Constitución (de-recho al trabajo; libertad de or-ganización sindical y derechode huelga; jornada de 8 horasdiarias y 48 semanales; contra-tos colectivos escritos; previ-sión social y prohibición deltrabajo a los menores de 14años). Blas Roca calificó a estaConstitución – que no tocabaun ápice de la dominación im-perialista ni del monopolio delpoder en manos del ejército yde Batista – como “una Consti-tución progresista, democráti-ca, contenedora de las princi-pales reivindicaciones del me-joramiento popular y capaz deservir de arma inapreciable pa-ra la defensa de la economíanacional”. 4

También en enero de 1939se fundó la Central de Trabaja-dores de Cuba (CTC). Ocho-cientos delegados asistieron ala fundación de la nueva cen-tral, que eligió al stalinista Lá-zaro Peña como secretario ge-neral. La “Comisión Obrera delPartido Auténtico” (animadapor sindicalistas que habían ro-to con el trotskismo, como San-dalio Junco) no participó delCongreso fundacional.

En julio de 1940 se realizaronlas elecciones generales. Ganóla “Coalición Socialista Demo-crática” de Batista. El PC inte-graba la coalición ganadora;obtuvo 10 diputados, la inten-dencia de Santiago de Cuba,cientos de concejalías y puestosen el ministerio de Trabajo.

Luego de la invasión nazi ala URSS, el PC reforzó sualianza con Batista. La CTC,dirigida por el PC, llamó a “evi-tar las huelgas como solución alos conflictos obreros patrona-les (...) a recurrir al arbitraje ya las negociaciones con el fin degarantizar los suministros cu-banos al frente de guerra”. 5

La regimentación no pudoevitar las huelgas que nacíande los reclamos más elementa-les. Entre 1942 y 1945, lashuelgas registradas en el Tri-bunal de Urgencia de La Haba-na fueron más de 180. Entrelas más importantes estuvie-ron la de la mina Matahambre,la de Ron Baccardi y la de los

textiles, que duró 52 días; tam-bién hubo huelgas en gráficos,transportes, ferroviarios, agrí-colas, la construcción y la in-dustria azucarera. La sistemá-tica oposición a las huelgas porparte de los dirigentes stalinis-tas llevaría a los trabajadoresa apoyar, de manera creciente,a los sindicalistas provenientesde la Comisión Obrera del Par-tido Auténtico.

En 1943, el PC cambió sunombre al de Partido Socialis-ta Popular (PSP) y dos de susdirigentes – Juan Marinello yRafael Rodríguez– ingresaronal gabinete de Batista como mi-nistros sin cartera.

En las elecciones de 1944, elcandidato de Batista fue derro-tado por Grau San Martín, can-didato del Partido Auténtico.El PC apoyó al candidato deBatista.

Los sindicalistas auténticoscomenzaron a disputar a losstalinistas la dirección de laCTC. El propio Grau San Mar-tín frenó las hostilidades por-que necesitaba el respaldo delPSP. Su posición no era sólida:no tenía mayoría parlamenta-ria y Batista dominaba el ejér-cito. El PSP y el gobierno llega-ron a un acuerdo: una repre-sentación equitativa en laCTC, con Lázaro Peña como se-cretario general, y el apoyo au-téntico a la designación del sta-linista Juan Marinello como vi-cepresidente del Senado; acambio, el PSP apoyaría al go-bierno en el parlamento.

El acuerdo duró poco. En lasparlamentarias de 1946, el PAobtuvo la mayoría parlamenta-ria y rompió la alianza. La CTCse dividió. La mayoría de lossindicatos importantes se ali-neó en la “CTC auténtica”. Elsindicato del azúcar quedó enmanos de los stalinistas, perolos “auténticos” formaron unnuevo sindicato que rápida-mente se convirtió en mayori-tario. Carlos Prío Socarrás, mi-nistro de Trabajo, reconoció ala “CTC auténtica”. El retroce-so del PSP en el movimientosindical era imparable: en el úl-timo congreso de la CTC antesdel golpe de 1952, el PC dirigíasólo 20 de los 300 sindicatos re-presentados. A través de la bu-rocracia “auténtica”, el movi-miento sindical quedó fuerte-mente integrado al Estado.

Prío Socarrás sucedió aGrau San Martín como presi-dente en 1948. Ambos se carac-terizaron por una entrega na-cional y una corrupción ram-

pantes, que llevarían al estalli-do del Partido Auténtico.

En diciembre de 1946, el sena-dor auténtico Eduardo Chibás,denunció a Grau San Martínpor “traición” y por la extendi-da corrupción; en mayo de1947, Chibás rompió con el go-bierno y formó el “Partido Or-todoxo”.

Los “ortodoxos” levantaronun programa nacionalista: “de-volver las tierras y las riquezasdel país a los cubanos; diversi-ficar la producción agrícola; li-quidar el monocultivo de azú-car; ‘cubanizar’ el comercio ex-terior; nacionalizar los servi-cios municipales; garantizar elderecho al trabajo y la eleva-ción de los salarios”. 6

Rápidamente atrajeron elapoyo popular, en particular dela juventud universitaria, delmovimiento obrero, e inclusode la burguesía y la pequeño-burguesía menos ligada a losnegocios con Estados Unidos.La juventud ortodoxa estaba ala izquierda del partido; un ma-nifiesto publicado en 1948 de-nunciaba al “imperialismo ca-pitalista” y reivindicaba el “sis-tema social socialista”. 7

Los “ortodoxos” aparecían co-mo los principales candidatospara las elecciones de 1952; elsuicidio de su fundador, en1951, había elevado aún más laaudiencia ortodoxa entre lasclases medias y la juventud.

El gobierno auténtico dePrío Socarras se descomponíaaceleradamente. Batista ha-bía formado el Partido AcciónUnitaria (PAU) para candida-tearse como presidente. ElPSP (stalinismo) llamó a losortodoxos, a Batista y a otrospartidos a formar un frentecomún contra el candidato au-téntico Carlos Hevia. 8 Los or-todoxos y Batista rechazaronla invitación.

El candidato ortodoxo CarlosAgramonte era el favorito. Pa-ra impedir su victoria, Batistay la Embajada norteamericanamontaron un golpe de Estado.Los preparativos del golpe eranperfectamente conocidos por elgobierno, a través de detalladosinformes de la propia inteligen-cia militar. Prío Socarrás nomovió un dedo contra los golpis-tas, que lo derrocaron el 10 demarzo de 1952.

No hubo reacción al golpe.Ni la CTC dominada por la bu-rocracia auténtica ni el PSP es-bozaron la menor resistencia.

Aniversario

En julio de 1956, Fidel Cas-tro fue acusado de ser miem-bro del Partido Comunista. Elhecho sucedió luego de queCastro fuera detenido en Mé-xico y un periodista cubanoinformara que la policía me-xicana había confirmado queFidel era miembro del PC. Elrégimen de Batista comenzóa reproducir esta ‘informa-ción’ para desprestigiarlo.

Castro denunció que todoel incidente había sido arma-do por los servicios secretosde Batista y la Embajada nor-teamericana. Su denuncia dela colaboración del stalinis-mo con Batista fue demole-dora.

“¿Qué moral tiene el señorBatista para hablar de comu-

nismo si fue candidato presi-dencial del Partido Comunis-ta en las elecciones de 1940;si sus pasquines electoralesse cobijaron bajo la hoz y elmartillo; si por ahí andan lasfotos junto a Blas Roca y Lá-zaro Peña; si media docenade sus actuales ministros ycolaboradores de confianzafueron miembros destacadosdel Partido Comunista?” .1

1. Fidel Castro: “¡Basta ya de

mentiras!” , Bohemia, 15 de julio

de 1956. Reproducido en Draper,

Theodore; Castrismo. Teoría y

práctica ; Ediciones Marymar;

Buenos Aires; 1965. Blas Roca era

el secretario general del PC;

Lázaro Peña, su principal

dirigente sindical.

En 1956, Fidel Castrodenuncia al stalinismo

Cincuenta años de la Revolución Cubana (III)

Batista: Del cogobierno con el PC al golpe de EstadoEn enero de 1934, un golpe de Estado encabezado porFulgencio Batista derrocó al gobierno de la revolu-ción de 1933, que lo había convertido en jefe del ejér-cito. El presidente nacionalista Ramón Grau SanMartín se rindió sin combate.

3 l PRENSA OBRERA1064 l NOVIEMBRE 2008

La constituyente de 1940

Cogobierno Batista-PC

El golpe de Batista

Los gobiernos auténticos

El Partido Ortodoxo

Los dirigentes ortodoxos insta-ron al pueblo a realizar accio-nes de boicot como no comprarzapatos, ropas o ir al cine.

La resistencia efectiva que-dó en manos de los estudiantesuniversitarios y los militantesortodoxos de base; el centro ini-cial de la resistencia fue la Uni-versidad de La Habana. Suprincipal animador era un jo-ven abogado, dirigente de laFederación Universitaria y(frustrado) candidato ortodoxoa diputado por La Habana. Sunombre era Fidel Castro.

Apenas dos semanas des-pués del golpe, el abogado Cas-tro presentó una demanda pe-

nal contra Batista por violar laConstitución e impedir la rea-lización de elecciones. El Tribu-nal la rechazó. En un acto rea-lizado en agosto de 1952 en LaHabana, Fidel Castro rechazólos boicots promovidos por ladirección ortodoxa y señaló que“la respuesta a la violencia deldictador debería ser dada porlas armas”. Fue aplaudido porla multitud. 9

Pocos meses después, con elasalto del Cuartel de Moncada,Castro y sus compañeros co-menzarían con la crítica de lasarmas.

Equipo Aniversarios

AniversarioNOVIEMBRE 2008 l PRENSA OBRERA1064 l 4 19

1. Alonso Junior, Odir: “A Esquerda

Cubana antes da Revolucao:

anarquistas, comunistas e

trotskistas”; en Coggiola Osvaldo

(editor), Revolución Cubana: Historia

y problemas actuales , Xama, San

Pablo, 1998.

2. Bandera Roja (periódico

clandestino del PCC, diciembre de

1936); citado por Alonso Junior, Odir,

op. cit.

3. Alonso Junior, Odir: op. cit.

4. “Informe rendido por Blas Roca

ante la reunión plenaria del comité

ejecutivo nacional de la Unión

Revolucionaria Comunista, celebrada

el domingo 23 de junio de 1940, en

el Salón de Torcedores”; reproducido

en Selección de artículos y

documentos para la historia del

movimiento obrero y de la

revolución socialista de Cuba , Tomo

III, segunda parte, Minfar, 1983.

5. Crespo, Oliver y Fabián Humberto:

“La lucha antifascista en Cuba

durante la Segunda Guerra

Mundial”; en Lamas González, Ana y

López Suárez, Gladys (comp.),

Antecedentes históricos de la

Revolución Socialista de Cuba ;

Ministerio de Educación Superior, La

Habana, 1987.

6. Citado por Lorenzo R. (y otros):

“Papel de los partidos políticos en la

sociedad neocolonial y su relación

con la política externa de Estados

Unidos, en la etapa de 1946 a 1952”;

en Lamas González, Ana y López

Suárez, Gladys (comp.),

Antecedentes históricos de la

Revolución Socialista de Cuba ;

Ministerio de Educación Superior, La

Habana, 1987.

7. “El pensamiento ideológico y

político de la Juventud Cubana” ,

editado por la Organización Juvenil

del Partido Ortodoxo (1948); citado

por Lorenzo R. (y otros), op. cit.

8. Lorenzo R. (y otros): op. cit.

9. Tutino, Saverio: “L’Octobre cubain”;

citado por Alonso Junior, Odir; “O

Proceso Revolucionário: 1953/59”; en

Coggiola Osvaldo (editor), Revolución

Cubana: Historia y problemas

actuales , Xama, San Pablo, 1998.

Aniversarios5 l PRENSA OBRERA1065 l NOVIEMBRE 2008

Cincuenta añosde la Revolución

El Asalto al cuartel MoncadaLos partidos y sindicatos establecidos – m a r z o d e 1 9 5 2 .auténticos,ortodoxos, stalinistas– La resistencia comenzó en la juventud; quedaron paralizados ante el golpe de su epicentro fue la Universidad de La Estado de Fulgencio Batista del 10 de Habana.

Cubana (IV)

Los mártires del Moncada. Mural que recuerda a los militantes torturados y asesinados por el régimen de Batista, luego de haberse rendido. El mural se encuentra en el Museo abierto en el Cuartel Moncada luego del triunfo de la revolución.

Desde el mismo 10 de marzo,Fidel Castro – dirigente d e l a F e d e r a c i ó n d e Estudiantes Universitarios (FEU) y frustrado candidato ortodoxo a diputado por La Habana– comenzó una vasta tarea de agitación. Se presentó ante los tribunales para exigir que Batista fuera condenado por violar la constitución; su presentación fue rechazada. Poco después, a mediados d e 1 9 5 2 , e n u n a concentración en La Habana, Castro planteó que “la respuesta a la violencia del dictador debería ser dada por las armas”.1 Fue ovacionado p o r u n a c o n c u r r e n c i a mayoritariamente juvenil. Poco menos de un año después, el 26 de julio de 1953 comandaba el asalto al cuartel Moncada.

Cuando Castro dio su discurso en La Habana, los preparativos para la acción a r m a d a y a h a b í a n comenzado. Con el respaldo d e a l g u n o s d e s u s compañeros de la FEU y de la j u v e n t u d d e l “ p a r t i d o ortodoxo”, Castro comenzó acrear decenas de células, especialmente en La Habana. Las integraban estudiantes, e m p l e a d o s e s t a t a l e s , artesanos y algunos obreros del azúcar. El grupo tuvo un rápido desarrol lo; según Fidel Castro, a mediados de 1953 ya organizaban unos 1.200 militantes.2 La organización se diferenciaba de las e x i s t e n t e s p o r s u o r g a n i z a c i ó n c e l u l a r , especialmente concebida para combatir a una dictadura s a n g u i n a r i a . E r a independiente de los partidos opos i to res : “No hab ía dirigentes oficiales de ese partido (ortodoxo) en la organización nuestra (...) Era una organización al margen de los partidos políticos”, recordaría Castro.3 El grupo comenzó a resolver problemas prácticos. Para no despertar las sospechas de los servicios de inteligencia, s e c o m p r a r o n exclusivamente armas de caza. “Las adqu i r imos legalmente (...) fue tan eficiente el trabajo, que c o n s e g u i m o s q u e l a s armerías nos dieran crédito; las ú l t imas armas las compramos a crédito casi todas”.4 Castro pensaba que la toma de un gran cuartel encendería la llama de la rebelión popular contra la dictadura; su plan político se reducía a realizar una acción resonante para despertar la conciencia popular. Según el propio Fidel C a s t r o , “ n o s o t r o s pensábamos ocupar las armas del campamento; pensábamos hacer un

Preparación

llamamiento a la huelga general de todo el pueblo”.5 El llamamiento que pensaban difundir era el último discurso de Eduardo Chibás, fundador del Partido Ortodoxo, antes de su suicidio en 1951.6

El blanco elegido fue la segunda mayor instalación militar de la isla, el cuartel de Moncada en Santiago de Cuba. Aunque el objetivo del ataque era desatar una sublevación popular, ninguno de los integrantes del grupo – con la excepción del propio Castro y de otro militante– t e n í a r e l a c i ó n c o n e l movimiento de masas de Santiago; la mayoría ni siquiera conocía la ciudad. Por razones conspirativas, según explicó el propio Castro, “había un compañero del Movimiento que vivía en Santiago de Cuba; era el único (...) no queríamos reclutar personal de Santiago para disminuir los riesgos de que pudiera haber una indiscreción”.7

El plan de ataque previó varios blancos. Al Moncada se dirigirían los dos grupos mayores, encabezados por el propio Fidel Castro. Los objetivos secundarios eran el cuartel Bamayo, el tribunal provincial y el hospital civil. Se resolvió atacar en la víspera del carnaval, una época en que la guardia estaría reducida. En total, 134 militantes participaron de las acciones. Después de duros tiroteos, el grupo encabezado por Raúl Castro tomó el tribunal; el de Abel Santamaría ocupó el hospital. Pero la toma del Moncada fue un rotundo f r a c a s o . D e s p u é s d e treshoras de combate, el grupo atacante comenzó a replegarse. Diez atacantes murieron en combate. Más de 70 se rindieron; fueron asesinados luego de ser horriblemente torturados. En las horas posteriores al ataque, la policía asesinó a decenas de

Ataque

opositores en Santiago. Fidel Castro logró huir; fue capturado varios días más tarde. Salvó la vida por casualidad. El oficial que comandaba la cuadrilla que lo capturó había s ido su compañero en la universidad; le advirtió que no diera su n o m b r e p o r q u e s e r í a asesinado en el acto. Luego, entregó a Castro a la policía; no a los militares.

El 21 de septiembre comenzó el juicio contra los sobrevivientes del ataque. Como abogado, a Castro se le permitió ejercer su propia defensa. Fidel Castro convirtió su defensa en una violenta denuncia de la tortura y el asesinato de los militantes que se habían rendido, de la sistemática violación de los derechos de juicio y, por sobre todo, en una sistemática y pormenorizada denuncia del régimen de Batista, de las privaciones de las masas empobrec idas y de la opresión nacional y social en Cuba. Castro logró poner en el banquillo al régimen de B a t i s t a . S u a l e g a t o comenzaba a tener tal repercusión que el gobierno intentó impedir que su voz llegara al público. Se lo d e c l a r ó o f i c i a l m e n t e “enfermo” para impedirle

Juicio

concurrir a las sesiones. Castro protestó. Recién el 16 de octubre pudo volver a estar presente en las sesiones, que ya no se desarrollaron en el tribunal sino en una sala de enfermeras del hospital civil. En su alegato, Castro formuló los objetivos políticos de su movimiento: “El problema de la tierra, el p r o b l e m a d e l a industrialización, el problema de la vivienda, el problema del desempleo, el problema de la educación, el problema de la salud del pueblo; he ahí concretados los seis puntos a cuya resolución se hubieran encaminado resueltamente nuestros esfuerzos, junto con la conquista de las libertades públicas y la democracia política”. 8

El “programa del gobierno revo luc iona r io ” i nc lu ía m e d i d a s c o m o e l asentamiento de cien mil campesinos arrendatarios, la expropiación del latifundio, la recuperación de las tierras usurpadas al Estado, la rebaja de los alquileres, la nac ional izac ión de las compañías de electricidad y teléfono; la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas. Del programa inicial de los “ortodoxos” – la crítica a la corrupción gubernamental– Castro había comenzado a evo luc ionar hac ia una plataforma antiimperialista.

El alegato de Castro, que entró en la historia por su frase final – “La historia me absolverá”– fue editado clandestinamente; ya en 1954 circulaban miles de copias. Desde la cárcel, Fidel seguía celosamente la distribución del “programa” y su efecto en l a s n u e v a s c a p a s d e militantes; era un síntoma de que la evolución política de las masas comenzaba a e n t r a r e n t r e s u s p r e o c u p a c i o n e s fundamentales. Fue condenado a 15 años de prisión, que debería cumplir en la isla de Los Pinos.

El fiscal trató de probar que los dirigentes opositores exiliados habían dado dinero y apoyo a los rebeldes. Castro lo negó con vehemencia. También negó que algún miembro del PSP (stalinista) hubiera participado en el ataque. No se trataba de argucias judiciales. La dirigencia po l í t i ca opos i to ra , s in excepciones, repudió a Fidel Castro. Los “auténticos” y las d i s t i n t a s f r a c c i o n e s “ortodoxas” en el exilio se planteaban negociar un acuerdo con Batista. El s t a l i n i smo , que hab ía par t ic ipado con var ios ministros en anteriores gobiernos de Batista, repudió el ataque porque “perturbaba la constitución de un frente nacional” con los “auténticos” y “ortodoxos”. No criticaba sus limitaciones; lo atacaba desde la derecha. Pasados tres años, el PSP seguía caracterizando que el asalto al Moncada había sido “peligroso y estéril”. 9 El aislamiento de Fidel Castro respecto de los a p a r a t o s p o l í t i c o s contrastaba con su enorme (y creciente) popularidad entre la juventud. A fines de 1954, Batista convocó a elecciones; los auténticos, los ortodoxos y los stalinistas anunciaron su participación. Aunque a último momento se re t i ra ron , sirvieron al éxito de la maniobra. El 15 de mayo de 1955, Fidel Castro y sus c o m p a ñ e r o s f u e r o n amnistiados y salieron en libertad. Como habían prometido durante el juicio, volvieron inmediatamente a la lucha.

Equipo Aniversario

De vuelta a la lucha

AApenas liberado, FidelCastro pasó a organizarsu partido. En una reu-

nión clandestina, celebrada enLa Habana en julio de 1955, na-ció el “Movimiento Revoluciona-rio 26 de Julio”. El nuevo movi-miento declaró que su objetivoera el derrocamiento de la dicta-dura para implementar el “pro-grama del gobierno revoluciona-rio” esbozado por Fidel Castro ensu alegato durante el juicio porel asalto al Moncada.

Casi inmediatamente, adhi-rieron al MR26 el MovimientoNacional Revolucionario y la Ac-ción Liberadora Nacional. Estaúltima organización, encabeza-da por el joven y enérgico diri-gente universitario Frank PaísGarcía, tenía una amplia pene-tración en la provincia de Orien-te (Santiago de Cuba).

El nuevo movimiento era ob-jeto de un celoso control de losservicios de inteligencia y de unaférrea censura. Los medios queentrevistaban a Castro o difun-dían sus posiciones eran cerra-dos, suspendidos o perseguidos.El MR26 resolvió entonces en-viar a una parte de su direccióna México para preparar una nue-va resistencia armada. La direc-ción del MR26 en Cuba, encar-gada de realizar el trabajo pre-paratorio de la invasión, quedóen manos de Frank País.

En junio de 1955, Fidel Castroconoció a Ernesto Guevara, quehabía llegado a México huyendode Guatemala, donde había par-ticipado de las tentativas de de-fender al gobierno nacionalistade Jacobo Arbenz.

Guevara había sido testigo dela invasión armada por la CIA pa-ra derrocar a Arbenz (que gober-naba con el respaldo del stalinis-mo). Arbenz disuadió de resistira los pocos militares que intenta-ron defenderlo; toleró el boicotnorteamericano a la compra dearmas por parte del gobiernoconstitucional; renunció cuandohabía que organizar la resisten-cia. El stalinismo – tan paraliza-do como el gobierno– impidió lamovilización de los obreros ycampesinos y rechazó los pedidosde reparto de armas entre el pue-blo para defender al gobierno.

Todos sus biógrafos coincidenen que Guevara – que estuvo en-tre los que recorrieron febril-mente las calles de Guatemalareclamando el reparto de armasal pueblo– quedó profundamen-te impresionado por esta rendi-ción sin combate de los naciona-listas y stalinistas guatemalte-cos.

Esta experiencia – que llevó aGuevara a la conclusión de la ne-cesidad de armar al pueblo –

coincidía con la que seis años an-tes había vivido el propio Castroen Bogotá. Como delegado a uncongreso universitario, Castroestaba en la ciudad cuando esta-lló el Bogotazo, la rebelión quesiguió al asesinato de del líderpopular Jorge Eliécer Gaitán

por la derecha. Según sus bió-grafos, Castro estuvo en las ca-lles en esos días y recogió la ex-periencia de su participación enla rebelión.

Guevara se incorporó inme-diatamente al MR 26.

Apenas llegada a México, la di-rección del MR 26 comenzó a es-tablecer un nuevo plan de resis-tencia armada a la dictadura deBatista.

Para recaudar fondos, Castroinició una gira por Estados Uni-dos. En un acto realizado enNueva York, anunció que en1956 se iniciaría la lucha arma-da contra Batista. Cuando algu-nos de sus compañeros lo critica-ron por dar a conocer sus planesal enemigo, Castro respondió“quiero que todo el mundo sepaen Cuba que yo voy. Deseo quetengan fe en el Movimiento 26 deJulio (...) aunque sé que militar-mente puede ser perjudicial. Esuna guerra psicológica”. 1 A dife-rencia de la preparación delasalto al Moncada, los aspectospolíticos comenzaban a tenerpreeminencia sobre los exclusi-vamente militares.

Fidel Castro regresó de Esta-dos Unidos con 50.000 dólares.En México, unos ochenta mili-tantes se instruían militarmen-te bajo la dirección del coronelAlberto Bayo, un veterano mili-tar cubano de la Guerra Civil Es-pañola. La instrucción militar serealizó en condiciones de clan-destinidad y bajo la sistemáticapresión de los servicios de inteli-gencia cubanos y mexicanos.

Durante la preparación de lainvasión, Castro intentó mante-ner contactos con diferentes or-ganizaciones cubanas. Ningunafracción “ortodoxa” quiso partici-par o ayudar a financiar la inva-sión; también el PSP (stalinis-tas) repudió la invasión.

El PSP fijó su posición en una“Carta del Comité Nacional delPartido Socialista Popular alMovimiento 26 de Julio”, fecha-da en febrero de 1957. “En esedocumento clave, los comunistascubanos expresaban su ‘radicaldiscrepancia con las tácticas yplanes’ propuestos por Fidel

Castro (...) Insistían en que la ac-ción armada era una tácticaequivocada. Defendían la políti-ca de resistir al gobierno ‘con to-da expresión pacífica de la vo-luntad popular’...”. 2

Su rechazo a la invasión fueratificado en otro documento,una carta enviada por Juan Ma-rinello, dirigente del PSP, al pe-riodista norteamericano Her-bert Matthews. “En los momen-tos actuales y en relación con losasaltos a los cuarteles y a las ex-pediciones desde el exterior -pro-ducidos sin contar con el pueblo-nuestra posición es clara: esta-mos contra esos métodos”.3 Ma-rinello informaba que el objetivodel PSP era llegar a “elecciones”,para lo cual proponía un “Fren-te Democrático de LiberaciónNacional”, con los “ortodoxos” y“auténticos”.

El único que respondió afir-mativamente a la invitación delMR26 fue el Directorio Revolu-cionario. Era una organizaciónde origen católico, independien-te de los partidos, ligada a la Fe-deración de Estudiantes Univer-sitarios. Su principal dirigente,José Echeverría, viajó en agostode 1956 a México donde firmócon Castro un “pacto de acción”en el que acordaban “unir sóli-damente sus esfuerzos” para de-rrocar al régimen de Batista me-diante “la insurrección armadasecundada por la huelga gene-ral”. 4

A fines de 1955, Castro pro-dujo una importante clarifica-ción política al romper pública-mente con el Partido Ortodoxo,al cual se encontraba, todavía,formalmente afiliado. En esaépoca, los “ortodoxos” intentaronnegociar con Batista una “salidapolítica” que terminó en un pre-visible fracaso. Castro denuncióla componenda y rompió públi-camente con ellos.

Para Castro, la invasión debíaser el detonante de una subleva-ción general contra la dictadura.El plan de la nueva invasión, re-tomaba muchos aspectos delplan inicial del asalto al Monca-da. Pero, a diferencia de aquel,la acción militar debía coordi-

narse – y subordinarse – al tra-bajo preparatorio del MR26 alinterior de Cuba y al propio le-vantamiento que señalaría elinicio de la rebelión.

A fines de 1955, había tenidolugar una exitosa huelga gene-ral de los trabajadores del azú-car. Al mismo tiempo, Batistacomenzaba a enfrentar las cons-piraciones de camarillas milita-res rivales. Así, la invasión em-palmaba con una crisis políticay un movimiento de masas en as-censo.

Para el MR26, la invasión -yla acción armada en la sierra-debía ser secundaria respecto dela acción insurreccional en lasciudades. La invasión era, en loesencial, “otra manera de lograruna base urbana en la provinciade Oriente” desde donde lanzar“una campaña nacional de sabo-taje y agitación que debía culmi-nar en una huelga general”. 5 Pa-ra el propio Castro, “la estrate-gia del golpe decisivo se basa so-bre la huelga general revolucio-naria, secundada por la acciónmilitar”. 6

“Hasta tal punto no pensabaCastro en una prolongada gue-rra de guerrillas que no habíahecho ningún esfuerzo por estu-diar la geografía de la región nipara tratar de crear allí algún ti-po de organización”. 7

El plan preveía el desembar-co de la fuerza invasora en Ni-quero, en las cercanías de San-tiago de Cuba. Allí debería esta-llar, en coincidencia con el de-sembarco, una insurrección. Co-mo la organización encabezadapor Frank País tenía un desarro-llo tumultuoso, la dirección delMR26 resolvió adelantar la in-vasión. La fecha del levanta-miento fue fijada en el 30 de no-viembre de 1956.

El 25 de noviembre, embarca-dos en el yate Granma, 82 mili-tantes del MR 26 partieron rum-bo a Cuba.

Faustino Pérez, uno de los sobre-vivientes, fue muy directo al ca-racterizar el fracaso del desem-barco: “Todo salió mal”.

La travesía del Granma fueazarosa. Llegó dos días más tar-de de lo planificado a un lugar

equivocado. El yate encalló; losinvasores llegaron a la costa des-pués de cuatro horas de chapo-tear en el barro. Perdieron lamayoría de su equipo. Para en-tonces, el levantamiento en San-tiago había terminado.

Bajo el comando de Frank Pa-ís, cientos de militantes delMR26 se levantaron en la capi-tal de Oriente. Fracasaron en elasalto al Moncada pero lograrontomar el cuartel de policía y libe-rar a cientos de presos políticos.Los trabajadores de la vecinaGuantánamo se declararon enhuelga; la central azucarera Er-mita fue ocupada por sus traba-jadores. Levantamientos y huel-gas similares se produjeron enlas provincias de Holguín y Ma-tanzas. Tras cinco horas de com-bate, los milicianos de Santiagocomenzaron a retirarse ordena-damente.8

Después del desembarco, losmilicianos del Granma deambu-laron por las montañas. La zonaa la que habían llegado carecíade vegetación densa; no podíanocultarse de los bombardeos dela aviación ni de las patrullas delejército. Durante la persecusión,varias decenas murieron encombate; los que se rindieron,fueron asesinados inmediata-mente. Castro dio la orden de di-vidirse en pequeños grupos y es-capar por sus propios medios.

Sólo 19 lograron escapar.Después de más de una semana,los campesinos de la organiza-ción de País lograron reunir a losgrupos dispersos en las zonasmás aisladas de la Sierra Maes-tra.

Cuando los grupos lograronreunirse, Castro anunció a sushombres – agotados, persegui-dos, sin armas ni equipo – que“¡Los días de la dictadura estáncontados!”.9 Les anticipó que el26 de Julio aplastaría a la dicta-dura a la cabeza de un levanta-miento popular.

Equipo Aniversarios

1. Dubois, Jules: “Fidel Castro”; ci-

tado por Huberman, Leo y Sweezy,

Paul: Cuba: Anatomía de una re-

volución , Editorial Palestra, Bue-

nos Aires-Montevideo, 1961.

2. Draper, Theodore: Castrismo.

Teoría y práctica , Ediciones Mary-

mar, Buenos Aires, 1965.

3. Idem anterior.

4. Idem anterior.

5. Pérez, Faustino: Bohemia , 11 de

enero de 1959; citado por Draper,

Theodore; op. cit. Faustino Pérez

era miembro de la dirección del

MR26.

6. Fidel Castro: “Manifiesto del 12

de marzo de 1958”; citado por Dra-

per, Theodore; op. cit.

7. Fidel Castro: “Revolución”, 2 de

diciembre de 1961; citado por Dra-

per, Theodore; op. cit.

8. Alonso Junior, Odir: “O processo

revolucionário: 1953/1959”; en Cog-

giola Osvaldo (editor), Revolución

Cubana: Historia y problemas ac-

tuales , Xama, San Pablo, 1998.

9. Huberman, Leo y Sweezy, Paul:

op. cit.

Cincuenta añosde la Revolución

Cubana (V)El desembarco del Granma

Aniversario6 l PRENSA OBRERA1066 l DICIEMBRE 2008

El 15 de mayo de 1955, Fidel Castro ysus compañeros sobrevivientes del ata-que al cuartel Moncada fueron amnistia-

dos y liberados de la prisión de la Isla delos Pinos. Comenzaba una nueva etapade lucha.

Ernesto Guevara

La preparaciónde la nueva invasión

El plan políticode la invasión

El fracaso de la invasión

Cincuenta años de laRevolución Cubana (VI)

Aniversario7 l PRENSA OBRERA1067 l DICIEMBRE 2008

DDurante varios meses, laguerrilla se vio obligada amantenerse práctica-

mente inactiva, librando peque-ños combates. Mientras tanto,en Santiago crecía la actividadrevolucionaria. Las huelgas ymanifestaciones eran regulares;también los atentados a instala-ciones oficiales. La tensión revo-lucionaria comenzaba a exten-derse hacia el occidente.

La influencia del MR26 cre-cía, especialmente entre la ju-ventud. Frank País, su jefe enSantiago, era una personalidadpolítica descollante. Con apenas22 años, estaba al frente de la or-ganización de las huelgas, lasmanifestaciones y del abasteci-miento de la guerrilla.

A comienzos de mayo de 1957,el Directorio Revolucionario(DR), que actuaba de comúnacuerdo con el MR26, intentó unataque de grandes proporciones:tomar el palacio presidencial enLa Habana y asesinar a Batista.El MR26 se opuso; Castro repu-dió el plan de asesinar a Batis-ta: planteaba que debía ser de-tenido para someterlo a un tri-bunal popular. 1 El ataque fue unfracaso; José Echeverría, jefe delDR, murió en combate. Los so-brevivientes del DR se incorpo-raron a la guerrilla en la Sierra.

El 28 de mayo de 1957, la gue-rrilla obtuvo su primer éxito deimportancia en el ataque alcuartel de Uvero. Luego de estecombate, Batista concentró sustropas en las guarniciones másgrandes. La guerrilla pudo ter-minar su etapa del nomadismoy dominar una parte de la Sie-rra. Se instalaron hospitales, es-cuelas y fábricas de campaña yse estableció una segunda co-lumna, bajo el mando del CheGuevara.

El 30 de julio de 1957, en San-tiago, la policía asesinó a FrankPaís. Inmediatamente explotóuna huelga general que durantecinco días paralizó la ciudad. Rá-pidamente, se extendió a toda laprovincia de Oriente y a Cama-guey. El funeral del joven revo-lucionario dio lugar a una mani-festación popular sin preceden-tes en la ciudad. La huelga mos-tró la madurez que iba adqui-riendo el proceso revolucionario.

El MR26 intentó una nuevainsurrección, con la colaboración

de efectivos de la Marina de labase naval de Cayo Loco, suble-vados contra la oficialidad. El 5de septiembre, militantes delMR26 y marineros sublevadostomaron a la base, apresaron asu comandante y distribuyeronarmas entre la población. La ve-cina Camaguey quedó en manosde los sublevados. Durante docehoras la ciudad fue atacada porla aviación; los focos de resisten-cia fueron aplastados con tan-ques y artillería. El alférez SanRomán, jefe de los sublevados,fue asesinado luego de haberserendido; decenas de civiles y ma-rinos, detenidos y ejecutados,fueron enterrados en fosas co-munes. La rebelión de los mari-nos de Cayo Loco mostraba ladescomposición del ejército deBatista.

A comienzos de julio de 1957,Castro recibió en su cuartel de laSierra a Raúl Pazos (ex presi-dente del Banco Nacional, consi-derado el principal economistade Cuba), a Roberto Agramontey a Raúl Chibás (dirigentes delpartido Ortodoxo). Firmaron el“Manifiesto de la Sierra Maes-tra”, que planteaba la unidad detodos los partidos de la oposi-ción; rechazaba cualquier me-diación extranjera y cualquiergobierno provisorio (civil o mili-tar) que reemplazaran a Batis-ta; y reivindicaba una reformaagraria que devolviera sus tie-rras a los campesinos expropia-dos y distribuyera parcelas nocultivadas entre los sin tierra.

En el seno del MR26, sin em-bargo, aparecieron divergenciasentre los dirigentes del “llano”(Felipe Pazos, Ray) y los de la“sierra” (Fidel, Guevara). Losdel “llano” “provenían en gene-ral de grupos nacionalistas cató-licos y conservaban sus prejui-cios anticomunistas y sus cone-xiones con los partidos burgue-ses tradicionales. Los de la “sie-rra” crecían entre círculos másplebeyos, evolucionaban hacia laizquierda y habían incorporadoa cuadros internacionalistas dela envergadura del ‘Che’. En elmonte no se bloqueaba la radi-calización política de los nuevosmilitantes, mientras que en laciudad la animosidad hacia el so-cialismo no cesaba. En pleno de-sarrollo de la guerra, madurabadentro del 26 de Julio un futuro

choque político”. 2

En octubre, se reunieron enMiami representantes del Direc-torio Revolucionario, de los par-tidos Ortodoxo y Auténtico y deotros grupos menores; el MR26estuvo representado por FelipePazos.

El encuentro se celebró enmomentos en que el gobierno deBatista enfrentaba una descom-posición acelerada: había cons-piraciones militares en su contray el gobierno de Eisenhower re-clamaba elecciones anticipadas.Las negociaciones de Miami reu-nían a las principales fuerzas dela oposición burguesa. El opera-dor de la reunión era el ex presi-dente ‘auténtico’ Prío Socarras.La naturaleza de la maniobraquedó en claro cuando los oposi-tores de Miami designaron comofuturo presidente a Felipe Pa-zos, el principal dirigente del‘llano’ del MR26, y se reservaronel derecho de designar a sus mi-nistros.

Castro denunció de inmedia-to el “pacto de Miami”, la actua-ción de los representantes delMR26 y retiró a su movimientodel acuerdo. Aprovechó para en-fatizar que “el poder sería toma-do por una huelga general de ca-rácter insurreccional”. 3 En res-puesta a la designación de Pa-zos, Castro anunció que el futu-ro presidente sería Francisco deUrrutía, un ex juez de la dicta-dura que había roto con Batista,el cual designaría libremente asus ministros. Con la designa-ción de Urrutía, que no era cas-trista, Castro buscaba neutrali-zar la capacidad de acción de losaliados de Miami, con los queacababa de romper.

A fines de 1957, las tropas de Ba-tista abandonaron toda tentati-va de controlar la Sierra Maes-tra; el Ejército Rebelde – quecontaba con menos de 500 hom-bres en condiciones operativas-creó otras dos nuevas columnas,al mando de Raúl Castro y Ca-milo Cienfuegos. En febrero de1958, comenzó a transmitir “Ra-dio Rebelde”, que rápidamentese transformó en una gigantes-ca herramienta de agitación re-volucionaria.

Las direcciones urbanas delMR26 plantearon que había lle-gado el momento de convocar ala huelga general que derrocaría

a Batista. Aunque la direccióndel Ejército Rebelde la conside-ró “prematura” 4, prevaleció laopinión de las direcciones urba-nas: la huelga fue fijada para el9 de abril de 1958.

Los preparativos se iniciaronen marzo. En el medio sindical,la organización recayó en elFON (Frente Obrero Nacional),dirigido por el MR26; la FEU or-ganizó la huelga entre los estu-diantes.

El PSP (stalinista) no fue in-vitado a participar en la prepa-ración de la huelga. Recién en fe-brero, el PSP había dejado de re-chazar públicamente la activi-dad guerrillera del MR26. Lo hi-zo de manera ambigua, ya queresolvió “apoyar al mismo tiem-po, ‘la lucha armada en el cam-po y la lucha no armada y civilen las ciudades’...”.5 Esta posi-ción reflejaba un compromisoentre dos fracciones de la direc-ción del PSP, enfrentadas acer-ca de la posición a adoptar anteel castrismo. En estas condicio-nes, el MR26 no dio participa-ción al PSP en la preparación dela huelga general.

La huelga comenzó a las 11de la mañana en La Habana.La paralización en otras ciuda-des – Santiago, Camaguey, Pi-nar del Río y Cienfuegos – fuetotal, pero no pudo consolidar-se en la capital. A media tarde,la resistencia había terminado.

“Carlos Rafael Rodríguez, elmás inteligente de los dirigentescomunistas, esperaba que el fra-caso de la huelga convenciera aCastro de la necesidad de incluira partidarios de Grau y Prío (di-rigentes ‘auténticos’) en un futu-ro gobierno y de bajar el tono decualquier propaganda anti-nor-teamericana”. 6

La huelga fracasó por su ca-rácter prematuro y por la salva-je represión (Batista ordenó notomar prisioneros). Pero entrelas causas de su fracaso también

hay que contabilizar el sabotajedel PSP y de una parte de las di-recciones del ‘llano’ del MR26,favorables a la ‘salida negociada’que impulsaba la Junta de Mia-mi.

Con el fracaso de la huelga re-trocedió la actividad revolucio-naria en las ciudades; se reforzóel papel del Ejército Rebelde co-mo la fuerza hegemónica de lalucha contra la dictadura.

Batista, que interpretó el fra-caso de la huelga como la señalde que el MR26 estaba al bordede la derrota, lanzó una gigan-tesca ofensiva militar para ani-quilarlo: aviones, tanques, ame-tralladoras, napalm y asesoresnorteamericanos; en total, 14batallones y siete compañías in-dependientes, para cazar a 300combatientes del MR26.

Como después del Moncada,otra vez parecía que todo estabaperdido. Sin embargo, sólo sietemeses separaban a Cuba de lavictoria de la revolución.

Equipo Aniversarios

1. Draper, Theodore: Castrismo. Te-oría y práctica, Ediciones Marymar,Buenos Aires, 1965.2. “Cuba: La revolución que se so-brepuso a sus errores (última par-te)”, Prensa Obrera Nº 167, 1 8 de di-ciembre de 1986.3. Alonso Junior, Odir; “O processorevolucionário: 1953/1959”; enCoggiola Osvaldo (editor), Revolu-ción Cubana: Historia y problemasactuales, Xama, San Pablo, 1998.4. Thomas, Hugh: Cuba: The Pursuitof Freedom , Harper & Row; NuevaYork, 1971.5. Aníbal Escalante: Fundamentos,agosto de 1959. Citado por Draper,Theodore, op. cit.6. Carta de Carlos Rafael Rodrígueza Claude Julien (periodista de LeMonde). Reproducida por Thomas,Hugh; “Cuba: The P ursuit of Free-dom”, Harper & Row, Nueva York,1971.

El fracaso de la huelga general de abril de 1958En noviembre de 1956, el desembarco delGranma y la instalación de la guerrilladel Movimiento Revolucionario 26 de Ju-

lio (MR26) en la Sierra Maestra señala-ron el inicio de una nueva etapa en la lu-cha contra Batista.

Junio de 1957. Parte de la dirección del Mr26 en Sierra Maestra. Fidel Castro (al centro),

Raúl Castro (en cuclillas), Ernesto Che Guevara (en segundo plano, a la izquierda).

Huelga general en Santiago

Abril de 1958

Maniobras contra el MR26

LLa ofensiva contra la SierraMaestra comenzó el 24 demayo. Diecesiete divisiones

– con el apoyo de tanques, arti-llería, aviación, bombas de na-palm y asesores norteamerica-nos– fueron movilizadas paracazar a unos 300 guerrilleros. Alfrente de la invasión de la Sie-rra fue puesto el general Canti-llo.

El ejército logró mantener laofensiva sólo 25 días, en mediode emboscadas que le provoca-ron grandes bajas y de la hosti-lidad abierta de los campesinos.El 29 de junio, en el combate deSanto Domingo, la guerrilla in-flingió una derrota aplastante aun enemigo superior. Las conse-cuencias de esa derrota fueron“extraordinarias” 1: el ejército deBatista comenzó a retirarse y,en el curso de un mes abandonótotalmente la Sierra Maestra.

El combate de El Jigué con-virtió la retirada en desbande.Los jefes del ejército entraron enpánico. Las unidades se rendíansin combatir ante tropas mani-fiestamente inferiores en núme-ro y armamento. Otras, huíanluego de abandonar sus armas,equipos y hasta uniformes.

El fracaso de la ofensiva con-tra la Sierra Maestra colapsó alejército de Batista y selló lasuerte del régimen.

Desde la Sierra, Fidel Castrose dirigió por radio a “los milita-res honestos”: “Estamos en gue-rra contra la tiranía, no contralas fuerzas armadas (...) El dile-ma del Ejército es claro (...) o daun paso adelante, sacuediéndo-se el cadáver del régimen de Ba-tista (...) o comete suicidio comoinstitución. Aquellos que hoypuede salvar al Ejército, no po-drán hacerlo dentro de pocosmeses. Si la guerra continúaotros seis meses, el Ejército sedesintegrará totalmente”. 2

¿Se trataba de un discurso depropaganda, que buscaba acele-rar la descomposición del Ejér-cito, o Castro alentaba un golpede Estado que abriera la puerta

al colapso final del régimen? Lahistoria zanjó el asunto: seis me-ses después, el ejército de Batis-ta se había desintegrado.

El 20 de julio, con el ejército deBatista ya en retirada de la Sie-rra, se reunieron en Caracas to-dos los partidos de oposición.Acordaron “una estrategia co-mún para derrotar a la dictadu-ra a través de la insurrección ar-mada”. Castro fue designado“comandante en jefe de las fuer-zas de la revolución”; esto no sig-nificaba, sin embargo, que lasotras fuerzas combatientes o po-líticas fueran puestas bajo sumando.

Dos políticos burgueses, el exjuez Francisco de Urrutía y el exlegislador José Miró Cardonafueron designados como presi-dente y primer ministro de unfuturo gobierno.

“Este acuerdo (...) significabaen realidad un cese meramentetemporario de las disputas in-ternas, antes que una estrategiacomún”.3

En agosto, dos operaciones mili-tares de la guerrilla comienzana definir el curso de la guerra.La primera es la marcha de Fi-del Castro hacia Santiago deCuba con el objetivo de sitiarla;la segunda es la entrada de lascolumnas del Che Guevara yCamilo Cienfuegos en las pro-vincias de Camaguey y Las Vi-llas.

La ofensiva de Guevara yCienfuegos – uno por el norte; elotro por el sur – tenía por objetodividir la isla en dos y permitirque Castro puediera tomar San-tiago sin que el ejército de Ba-tista pudiera recibir auxilio. Eraun plan audaz y ambicioso, másaún considerando lo exiguo delas fuerzas del MR26. La colum-na de Guevara tenía unos 150hombres; la de Cienfuegos, me-nos de 100.

En el curso de esta campaña,

Guevara mostró una gran capa-cidad militar. También mostróuna gran capacidad política alllevar a una acción común a losdistintos grupos locales (MR26,Partido Socialista Popular, Di-rectorio Revolucionario, gruposprovinciales) hasta entoncesviolentamente enfrentados.

Mientras Guevara y Cienfue-gos cortaban a Cuba en dos yCastro comenzaba a sitiar San-tiago, el Ejército oficial se de-rrumbaba con una velocidadque sorprendía a los propios je-fes del MR26: se sucedían lasrendiciones sin combate y lasdeserciones. El Ejército Rebel-de, que a medidados de 1958contaba con menos de 500 hom-bres armados, se había duplica-do en el curso de pocos meses.Su armamento ya incluía algu-nos tanques, transportes, ame-tralladoras, morteros y equiposde comunicación sofisticados.Su principal “proveedor” era elpropio ejército de Batista.

En octubre, se reunió en la Sie-rra el “Congreso campesino enArmas”, que aprobó la “LeyAgraria de la Sierra”.

La ley agraria establecía quetodos los tenedores de tierraspúblicas, arrendatarios, parce-ros que tuvieran menos de 27herctáreas se volverían propie-tarios de sus tierras; los campe-sinos sin tierras recibirían sus27 hectáreas, considerada lamedida mínima de explotación.Las tierras fiscales serían re-partidas; las propiedades de Ba-tista serían confiscadas. Lospropietarios que debieran cedersus tierras serían indemizados. 4

La ley “no proscribía el latifun-dio” sino que remitía al futurogobierno la obligación -ya esta-blecida en la Constitución de1940- de establecer un límite asu extensión. 5

La ley sólo entraría en vigen-cia después de la caída de Batis-ta, cuando fuera promulgadapor el gobierno revolucionario.

En el mismo mes de octubre,cuando era claro que Batista ca-ería en poco tiempo, el PSP (sta-linista) declaró su apoyo alMR26 y solicitó su ingreso al“Pacto de Caracas”. Castro re-clamó que el pedido fuera acep-tado. En La Habana, sin embar-go, hubo una fuerte hostilidad alingreso del PSP, especialmentepor parte de los representantesdel MR26. 6

Aún bajo la presión del pro-pio Fidel, fracasaron varios in-tentos de incorporar al PSP al“Pacto de Caracas”. El PSP sólofue aceptado en el frente sindi-cal, donde su peso era relativa-mente importante: el FON(Frente Obrero Nacional), queera la “sección sindical” del“Pacto de Caracas”, pasó a lla-marse FONU (Frente ObreroNacional Unidos) con la incorpo-ración a su dirección de algunosdirigentes sindicales del PSP.También el MR26 aceptó la in-corporación de militantes delPSP en el Ejército Rebelde.

Batista fue durante años elagente del imperialismo nortea-mericano en Cuba. Con el avan-ce de la guerra civil, se produjouna división creciente en el “es-tablishment” diplomático y deseguridad de Estados Unidosacerca de la posición adoptarfrente a Batista.

Entre las dos posiciones ex-tremas – la del embajador en LaHabana, que presentó el planpara que un comando de la CIAasesinara a Castro en la Sierra,hasta los que planteaban sacar-se de encima a Batista – habíauna vasta gama de posiciones ycompromisos.

En marzo de 1958, los norte-americanos declararon un em-bargo de armas a los dos bandoscombatientes en Cuba, lo cualno impidió que continuaran lle-gando armas norteamericanas aBatista mediante la “triangula-ción” de los envíos a través de laRepública Dominicana y Nica-ragua e, incluso, como denunciópersonalmente Castro, de lospropios Estados Unidos. 7

En la medida en que la des-composición del régimen de Ba-

tista se aceleraba, se reforzabael campo de los que impulsabanuna “salida política” para llegara un acuerdo con los vencedores.

En noviembre, en una medi-da desesperada, se realizaronelecciones presidenciales convo-cadas por Batista. Foster Du-lles, secretario de Estado de Ei-senhower, respaldó calurosa-mente la maniobra. El MR26anticipó que sometería a juicio alos candidatos que se presenta-ran a las elecciones y los parti-dos del “Pacto de Caracas” lasboicotearon. Apenas el 10 porciento de los cubanos concurrióa votar.

El fracaso de las eleccionesconvenció al embajador EarlSmith, el más firme respaldo deBatista, de que los días de suprotegido habían terminado.Durante unos pocos días, Smithimpulsó la idea de adelantar eltraspaso de la presidencia alpresidente electo Rivero Agüe-ro. Pero rápidamente cambió delínea y planteó reemplazar aBatista con “un gobierno hostila él pero no hostil a nosotros” 8;un gobierno del “Pacto de Mia-mi”... sin el 26 de Julio ni Cas-tro (ver Prensa Obrera, ante-rior).

Pero era demasiado tarde. Ladescomposición del régimen eraimparable y Batista rechazabaobstinadamente entregar el po-der.

Equipo Aniversarios

1. Thomas, Hugh: Cuba: The Pursuitof Freedom, Harper & Row, NuevaYork, 1971.2. Citado por Thomas, op. cit.3. Thomas, Hugh: op. cit.4. Souza Mizukami,Eduardo yBuzetto, Marcelo: “RevoluçaoInacabada”; en Coggiola Osvaldo(editor), Revolución Cubana: Historiay problemas actuales, Xama, SanPablo, 1998.5. Valdés Paz, Juan: Procesosagrarios en Cuba. 1959-1995,Editorial de Ciencias Sociales, LaHabana, 1997.6. Thomas, Hugh: op. cit7. Huberman, L eo y Sweezy, Paul:Cuba: Anatomía de una revolución,Editorial Palestra, Buenos Aires-Montevideo, 1961.8. Thomas, Hugh: op. cit.

La ofensiva finalEl 9 de abril de 1958, el Movimiento Revolucionario 26 de Julio lanzó una huelgageneral revolucionaria para derrocar a Batista. La huelga fracasó; Batista lanzó en-tonces una enorme ofensiva militar contra la Sierra Maestra para aplastar al MR26.

Aniversario8 l PRENSA OBRERA1068 l DICIEMBRE 2008

Fidel Castro y Ernesto Guevara en la Sierra Maestra.

Cincuenta añosde la Revolución

Cubana (VII)

El pacto de Caracas

Ley de reforma graria

Los yanquis y Batista

La ofensiva final

EQUIPO ANIVERSARIOS

MM ientras el Ejército Re-belde avanzaba, el ge-neral Cantillo volvió a

la Sierra Maestra pero esta vezno como invasor. Se entrevistócon Fidel, al que le prometió de-rrocar a Batista. Pero, al mismotiempo, Cantillo – con el respal-do de la embajada y del propiojefe del Ejército – organizaba lahuída de Batista y armaba “ungobierno de transición” para im-pedir que Fidel Castro llegara alpoder. Fue una maniobra deses-perada que precipitó la caída.

El avance de Castro haciaSantiago era imparable. Tam-bién el de las columnas del Chey Cienfuegos. El 18 de diciembreGuevara capturó Fomento; el 21atacó Cabaiguan, Guayos ySancti Spiritu. El 22, Cienfuegoscercó Yaguajay, en el norte de laprovincia. El mismo día, Gueva-ra conquistaba Placetas, unaciudad de 30.000 habitantes queera un importante nudo de co-municaciónes entre Las Villas yLa Habana.

El 28 de diciembre, Guevaracomienza el combate por SantaClara, que quedará en manos delMR26 después de tres días decombate. En la lucha, capturaun tren blindado y una enormecantidad de material militar.

El 1º de enero, Fidel Castroentra en Santiago de Cuba.

Inmediatamente después dela conquista de Santa Clara,Guevara y Cienfuegos marchana paso redoblado a La Habana,donde llegan en la noche del 2 deenero de 1959. Batista ya habíahuido hacia Santo Domingo enla madrugada del 1º de enero.

Guevara y Cienfuegos tomanlos cuarteles de Columbia y LaCabaña, los más importantes dela capital. Desde la huida de Ba-tista, la ciudad estaba en manosde los militantes de la resisten-

cia clandestina del MR26. Des-de Santiago, Castro llamó a lahuelga general. En medio de lahuelga, otro intento de golpe, es-ta vez del general Barquin, fra-casó en pocas horas.

En todo el país, los militantesdel MR26 y amplias masas po-pulares tomaban por asalto lascomisarías y cuarteles, las de-pendencias estatales y los tribu-nales, los medios de comunica-ción y los nudos de transporte.Los funcionarios de Batista erandestituidos por las masas; los re-presores y torturadores eran de-tenidos; las cárceles abiertas ylos presos políticos liberados.

Desde Santiago, Fidel Castromarchó por tierra hacia La Ha-bana. El viaje duró siete días; enel trayecto, se detuvo en las prin-cipales ciudades, donde se reali-zaron enorme mitines popula-res. Durante toda esa semana, elMR26 y las masas procedieron auna demolición sistemática delaparato estatal batistiano.

El 8 de enero de 1959, FidelCastro entró en La Habana.

Apenas 25 meses después del de-sembarco del Granma, el MR26dominaba Cuba. La guerra li-brada por el MR26 tuvo caracte-rísticas muy peculiares: se tratóde una guerra de pequeña esca-la, incluso para los parámetrosde las guerras de guerrillas.

A mediados de 1958, el MR26contaba con unos 500 hombres,no todos con el armamento ade-cuado. La columna de Guevaracontaba con menos de 200 hom-bres; la de Cienfuegos con menosde 100. En momentos de lanzarla ofensiva final, a comienzos dediciembre, las fuerzas del MR26no superaban los 1.500 hombres.

Con la excepción de los quese libraron en Santo Domingo ySanta Clara, los combates fue-ron relativamente pequeños.También, relativamente, lasbajas que sufrió el MR26: 40bajas durante la ofensiva deBatista contra la Sierra Maes-tra; seis en Santa Clara. ElMR26 sufrió sus mayores bajasen las ciudades – no en la Sie-rra – , como consecuencia de lasdesapariciones y asesinatos dela policía batistiana.

También las bajas del Ejérci-to fueron insignificantes: 300muertos y heridos en dos años decombates, concentrados en el ex-tremo oriental de la isla. Desdeel punto de vista de sus efectivosy su armamento, cuando cayóBatista, su ejército no había su-frido pérdidas significativas.

El derrumbe del Ejército deBatista no fue la consecuenciade una derrota militar sino deun colapso político. No era unafuerza de combate sino unaguardia pretoriana de los nego-cios de la camarilla guberna-mental; los puestos de coman-do eran monopolizados por losamigos de Batista, que se ser-vían de ellos para su enrique-ciento personal. La oficialidadmedia vivía en un estado de re-belión permanente contra la ca-marilla que monopolizaba lospuestos de comando. “El finalde Batista llegó tan repentina-mente que el propio Castro sesintió sorprendido, pues fuemás bien una capitulación an-te un pueblo hostil que una de-rrota ante una fuerza enemigasuperior (...)”. 1

El nuevo régimen enfrentabaenormes contradicciones.

En el gabinete fueron desig-nados figuras tradicionales, in-cluso representantes del grancapital. Lo presidía el juez Urru-tía; Miró Cardona era el primerministro. La mayoría de los mi-nistros eran hombres comoAgramonte (ex candidato presi-dencial ortodoxo) o López Fres-quet (ex funcionario del Bancode Desarrollo en la presidencia

de Prío Socarras), con participa-ción en anteriores gobiernos “au-ténticos” u “ortodoxos”. Los mi-nistros del MR26 estaban en mi-noría absoluta. Este era una ten-tativa de compromiso entre elMR26 y el gran capital liberal ypro-yanqui.

El objetivo declarado del nue-vo gobierno era restituir la Cons-titución de 1940 y llevar adelan-te reformas sociales limitadas.El nuevo gobierno anunció querespetaría los compromisos exis-tentes con Estados Unidos.

La revolución tiró abajo al Es-tado batistiano, podrido hasta lamédula. El empuje de la revolu-ción liquidó al ejército. Treinta yseis de los cuarenta miembros dela Corte Suprema fueron desti-tuidos; la justicia fue entera-mente depurada; la justicia cri-minal fue disuelta. Los represo-res que no lograron huir fueronencarcelados y sometidos a jui-cio; a muchos se los fusiló (veraparte).

Rápidamente, la revoluciónse esforzó en poner en pie unnuevo aparato estatal a partirdel Ejército Rebelde, el cual, sinembargo, no había alcanzado,durante la guerra de guerillas,la envergadura para semejantepropósito.

Los mandos del Ejército Re-belde fueron transferidos al nue-vo ejército. Desde la caída de Ba-tista, las comisarías estaban enmanos de los responsables delMR26 de cada barrio, que habí-an dirigido su ocupación y ga-rantizaban el orden público.Luego de que Efigenio Ameijei-ras, un comandante de la Sierra,tomara la dirección de la policía,la mayoría de los nuevos comisa-

rios designados habían combati-do en la Sierra.

El nuevo aparato estatal te-nía su base en el MR26; por esarazón era extremadamente dé-bil. Apenas seis meses antes, elEjército Rebelde contaba conapenas con 500 miembros.

Para superar esta debilidad,la dirección del MR26 se recostóen el PSP. En particular, Castroestableció una fuerte alianza conel PSP en el movimiento sindi-cal y hasta intervino personal-mente para impedir que fueradesplazado.2 Este copamientodel aparato del Estado por el sta-linismo sería un factor ulteriorde descontento popular y de gra-ves crisis políticas.

Los representantes de la bur-guesía y los grandes patrones enel gabinete comenzaron rápida-mente a conspirar – con el respal-do del imperialismo. Entre esto yla radicalización política que losacudió, el MR26 amenazaba de-sintegrarse por completo. La cri-sis del MR26 reforzó el llamadode Castro a los cuadros del stali-nismo en el aparato del Estado.

Las tensiones que habíanexistido entre los dirigentes del‘llano’ – el ala derecha, burguesay católica del MR26 – y los de la‘sierra’ – su ala radical – crecie-ron y se convirtieron en lucha po-lítica abierta.

El imperialismo y sus aliadoslocales, ante algunas medidastomadas por el nuevo gobierno,comenzaron a hostigarlo abier-tamente: la rebaja de los alqui-leres, la intervención de algunasempresas de servicios públicos yla reforma agraria. No acepta-ban que las indemnizaciones alos propietarios de tierras expro-piadas se pagaran con bonos delEstado (que rendían, sin embar-go, una tasa superior a la inter-nacional), ni que los cañaveralesfueran independientes de los in-genios (y de propiedad cubana).

En represalia a estas medi-das, ninguna de las cuales erasocialista, Estados Unidos cortóla cuota azucarera de Cuba ysus empresas en la isla se nega-ron a refinar el crudo importadode Rusia. Para enfrentar estecomplot, el gobierno se vio obli-gado a pedir la ayuda de laURSS, que logró superar el blo-queo petrolero con una opera-ción de emergencia en 72 horas.

1. Draper, Theodore: Castrismo. Teo-ría y práctica, Ediciones Marymar,Buenos Aires, 1965.2. Draper, op. cit.

Triunfa la revoluciónA comienzos de diciembre de 1959, Batista todavíamantenía Santiago, Bayamo y Holguín; fuera de estasciudades, Castro tenía el control total de la provinciade Oriente. Habiendo dejado atrás Camaguey, Gueva-ra y Cienfuegos avanzaban decididamente hacia San-ta Clara, capital de la provincia de Las Villas.

Aniversario9 l PRENSA OBRERA1069 l ENERO 2009

Fidel Castro entra en Santiago de Cuba.

Cincuenta años de laRevolución Cubana (VIII)

El carácter de la guerra

El nuevo gobierno,el nuevo Estado

LeaCuando Fidel Castrofue 'gorila' y Batista'peroncho'

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AniversariosENERO 2009 l PRENSA OBRERA1069 l 10

A lternativa Socialista, elperiódico del MST, advir-

tió que se acercaba el 50 ani-versario de la Revolución Cu-bana y decidió curarse en sa-lud –aunque con muy malafortuna. En su edición del 22de octubre pasado, en un ar-tículo dedicado al 70 aniversa-rio de la IV Internacional, tuvoque reconocer que la posiciónde su corriente, hace medio si-glo, fue francamente contra-rrevolucionaria. En resumen,que se alinearon con Batistacontra la guerrilla de SierraMaestra y contra la revolucióncubana.

“Los primeros días de1959 –dice ahora este more-nismo repitente– habían con-movido al mundo. Fidel entrótriunfante a La Habana, y estogeneró confusión en las filastrotskistas (sic). En un princi-pio, el partido argentino tuvouna visión sectaria, denun-ciando al régimen, pero no tar-daría en rectificarla”. Sin em-bargo, los únicos ‘trotskistas’con esa ‘visión’ fueron los mo-renistas, que para esa épocano eran trotskistas sino pero-nistas.

En el párrafo citado todo es-tá dispuesto y acomodado pa-ra ocultar una mentira. La másnotoria es cuando caracterizanque su ‘error’ fue haber ‘de-nunciado al régimen’ cuandolo que hicieron fue denunciara la revolución (castrista) y de-fender al régimen (batistiano).Hasta finales del ‘60, la revolu-ción cubana no se había con-vertido aún en un ‘régimen’.

La mentira más grande deesta ‘autocrítica’ es, sin em-bargo, cuando ubica la ‘confu-sión’ en “los primeros días de1959”. Ohco meses antes, amediados de abril de 1958, elperiódico morenista PalabraObrera (17/4/58) celebraba“dos hechos no decisivos pe-ro sí interesantes (sic): el fra-caso del gorila Fidel en lograrla huelga general en Cuba, y laresolución de Trujillo de conce-der permiso de residencia al lí-der” (sic) –esto en referencia alexilio de Perón. El fracaso dela huelga general declaradapor el ‘gorila’ Fidel Castro, quefestejaba el morenismo quetenía a Perón como ‘líder’, ha-bía desatado una represiónsalvaje: Batista dio la orden deque no se tomaran prisione-ros; cientos de militantes delMR26 y simples trabajadoresfueron asesinados por la poli-

cía y los servicios de Batista yenterrados en fosas comunes.En materia de ‘errores’, el mo-renismo nunca operó, comose ve, al por menor (que lo di-ga, si no, su caracterización dela dictadura videliana comouna “dictablanda” y su recla-mo de una autoamnistía paralos milicos argentinos en1981).

Otra mentira más del párra-fo citado aparece cuando di-cen que “no tardarían” en rec-tificar el ‘error’; sólo lo hicierona fines de 1959: o sea que, du-rante dos años, el morenismoabordó a la revolución cubanadesde la contrarrevolución.Esta posición fue uno de losnumerosos resultados reac-cionarios de lo que se dio enllamar el “entrismo” en el pe-ronismo, que llevó al morenis-mo a apoyar a todos los dicta-dores reaccionarios y proyan-quis que eran amigos de Pe-rón –por ejemplo Batista. El‘entrismo’, en realidad, no fuetal, ya que éste supone la in-dependencia política y organi-zativa de quienes hacen el en-trismo –aquí se trató, en cam-bio, de una simple conversiónal peronismo en su versiónmás obsecuente. Un docu-mento de debate del IV Con-greso del Nuevo Mas recono-ce, sin el menor empacho:“Siempre cometimos erroresy de magnitud” (sic), una jac-tancia por lo menos curiosa.Pero no solamente de tamañosino de tiempo, pues agrega:“Durante la revolución cubanaestuvimos casi un año antesde reconocer que era una re-volución y que había surgidouna nueva dirección; creíamosque era una contrarrevolucióncomo la que había habido enla Argentina con la llamada‘Revolución Libertadora’ deLonardi, Aramburu y Rojas”.

No se puede pretender, co-mo hace ahora una de las co-rrientes morenistas, que iden-tificar a Castro con los yanquisy la Libertadora haya sido,simplemente, una “equivoca-da definición inicial (sic) de larevolución cubana” (El Socia-lista, 28/2/07). Es que no se tra-ta de una cuestión de “defini-ciones” sino de alineamientopolítico –en este caso se aline-aron internacionalmente conla contrarrevolución para quela revolución fracasara o fueraderrotada.

Diego Diéguez

Cuando FidelCastro fue

‘gorila’ y Batista‘peroncho’

De la entrada en La Habana a Playa Girón

Aniversario11 l PRENSA OBRERA1069 l ENERO 2009

Cincuenta años de laRevolución Cubana (IX)

El 1º de enero de 1959, Fulgencio Castro y sus hombres en noviembre de Batista huyó de Cuba. La revolución, 1956, había triunfado.iniciada con el desembarco de Fidel

El Estado batistiano había quedado desmantelado como c o n s e c u e n c i a d e l a revo luc ión. E l E jérc i to Rebelde se convirtió en la fuerza armada de la nación, pero las masas no fueron armadas. La po l i c ía -depurada- fue puesta bajo el mando de comandantes que habían combatido en la Sierra. Los altos funcionarios del gobierno batist iano fugaron al exilio; los que no lo hicieron, fueron detenidos. Los jueces de la Corte Suprema fueron destituidos.

E l g o b i e r n o e s t a b a encabezado por conocidas figuras de la burguesía opositora a Batista: Manuel Urrutía (presidente), José M i r ó C a r d o n a ( p r i m e r ministro), Roberto Agramonte (canci l ler) , Rufo López Fresquet (finanzas); Felipe Pazos (presidente del Banco Nacional).

El gabinete fue una tentativa de compromiso político con la burguesía cubana e incluso con el imperialismo. La revolución se había hecho en nombre de la vigencia de la Cons t i tuc ión de 1940 , derogada por el golpe de Batista en 1952.

E l i m p e r i a l i s m o n o r t e a m e r i c a n o , s i n embargo, hostilizó al nuevo gobierno desde el primer día. L o s n o r t e a m e r i c a n o s iniciaron su campaña hostil con motivo de los primeros decretos del nuevo gobierno.

El 6 de enero, el gobierno decretó la disolución de los partidos políticos con el propósito de depurarlos de las camar i l las que habían colaborado con Batista y reorganizarlos con vistas a las f u t u r a s e l e c c i o n e s , anunciadas para mediados de 1960. Otro decreto, de la misma fecha, estableció la pena de muerte para los responsables de crímenes de guerra . Comenzaron a f u n c i o n a r t r i b u n a l e s revolucionarios para juzgar a los torturadores y asesinos del régimen caído. Estos juicios fueron denunciados en Estados Unidos por la revista T i m e y p r o m i n e n t e s miembros del Senado.

El establecimiento de los tribunales provocó la renuncia del presidente Urrutía y del primer ministro Miró Cardona.

Urrutía la retiró; Miró Cardona la hizo efectiva a comienzos de febrero. Fidel Castro -que hasta entonces no formaba par te del gobierno- lo reemplazó como primer ministro. Así, la presión del imperialismo condicionó a todos los actores políticos y comenzó a def in i r los campos.

En marzo, el gobierno decretó la rebaja de los alquileres, la intervención de la compañía telefónica (norteamericana) y la expropiación de las propiedades de los altos funcionarios de Batista. En mayo decretó una reforma agraria dentro de marcados c á n o n e s c a p i t a l i s t a s . Establecía un límite máximo de 400 hectáreas para las explotaciones agrícolas, excepto para las azucareras y arroceras (1.342 hectáreas). Las compañías extranjeras podían superar esos límites si el gobierno consideraba su explotación de " interés nacional". Los propietarios recibirían una compensación equivalente a la valuación fiscal de la tierra, pagadera con un bono a 20 años y un interés del 4,5% anual. La tasa era superior y el plazo inferior a otras experiencias de reforma agraria (como las de Japón o Taiwán). Las tierras confiscadas serían r e p a r t i d a s e n t r e l o s campesinos o explotadas por cooperativas. La reforma i n c l u í a u n a v i e j a reivindicación nacionalista: prohibió a los ingenios azucareros extranjeros (casi todos norteamericanos) poseer plantaciones de caña ( q u e a p a r t i r d e l a promulgación de la ley debían p a s a r a m a n o s d e propietarios cubanos).

Ninguna de estas medidas e r a s o c i a l i s t a . Ostensiblemente, la reforma agraria quedó por atrás del proyecto aprobado en 1958 e n e l C o n g r e s o d e Campes inos en Armas celebrado en la Sierra Maestra.

Desde Miami comenzaron

vuelos sobre Cuba para arrojar, indist intamente, bombas o propaganda contrarrevolucionaria; ante las protestas cubanas, el gobierno norteamericano declaró no tener medios para impedirlos. El vicepresidente Richard Nixon reclamaba la preparación de una fuerza armada para invadir la isla; la CIA trabajaba activamente con los exiliados en Miami. D e n t r o d e C u b a , l o s ganaderos de Camagüey se convirtieron en el centro de la a g i t a c i ó n contrarrevolucionaria.

Radicalización

La presión norteamericana provocó la primera crisis de gabinete. El 11 de junio, Estados Unidos presentó una protesta diplomática contra la reforma agraria; rechazaba el m o n t o d e l a s compensaciones y reclamaba su pago en efectivo. Al día

siguiente de esa nota, luego de un encarnizado debate en el gabinete, Fidel Castro forzó la renuncia de los ministros que se habían opuesto a la reforma agraria. La mayoría de ellos pasó a la oposición y comenzó a conspirar con los norteamericanos. En julio estalló una nueva crisis: C a s t r o d e n u n c i ó públicamente al presidente Urrutía por conspirar para " p r o v o c a r l a a g r e s i ó n extranjera". Urrutía renunció.

La hostilidad del imperialismo puso en crisis al MR26 y al Ejército Rebelde. En junio renunció el jefe de la Fuerza Aérea, que se fugó a Miami para trabajar para la CIA. Una crisis todavía mayor estalló en julio, cuando Hubert Matos, comandante mi l i ta r de Camagüey, los oficiales a su mando y la dirección local del M R 2 6 d e n u n c i a r o n a l gobierno y anunciaron su paso a la oposición. Fueron detenidos y juzgados.

A n t e c a d a g o l p e d e l imperialismo, la revolución se r a d i c a l i z a b a . C o m o consecuencia de la crisis en Camagüey, fueron obligados a renunciar la mayoría de los m i n i s t r o s b u r g u e s e s , p a r t i d a r i o s d e u n entendimiento con Estados Unidos. En apenas seis meses, no quedó casi ninguno de los ministros del gabinete inicial (la excepción era el ministro de Finanzas, L ó p e z F r e s q u e t ) . Desapareció la "unidad nacional" de los primeros días de la revolución.

El nuevo gabinete decretó nuevas medidas contra los intereses norteamericanos. Nacionalizó los hoteles, exprop ió t ie r ras de la Bethlehem Steel y de la International Harvester, y obligó a las petroleras a p e r f o r a r l o s p o z o s c o n c e s i o n a d o s . E n respuesta, Estados Unidos amenazó con cortar la cuota a z u c a r e r a c u b a n a . E l respaldo popular al gobierno revolucionario y a Fidel Castro era abrumador. El 1º de Mayo y el 26 de julio tuvieron lugar enormes concentraciones populares en La Habana.

Asfixia económica

Mien t ras a len taba l as conspiraciones internas -fueron desmantelados grupos armados que operaban en la Sierra Maestra- y las del ex i l i o , e l imper ia l i smo o r g a n i z a b a l a a s f i x i a económica de Cuba. Sus exportaciones a la isla cayeron drásticamente; las fuentes de financiamiento se cerraron. En Cuba las grandes empresas y los prop ie tar ios de t ie r ras o r g a n i z a b a n e l d e s a b a s t e c i m i e n t o y promovían el desempleo. El gobierno cubano se dirigió a Europa para obtener los bienes y el financiamiento que Estados Unidos le negaba, pe ro , ba jo l a p res ión n o r t e a m e r i c a n a , l o s g o b i e r n o s e u r o p e o s rechazaron otorgar los préstamos que solicitaba Cuba. La isla enfrentó una crisis de productos de primera necesidad mientras crecía la desocupación.

Ante a la agresión económica, refinerías que operaban en la invasores en Playa Girón. el PSP comenzó a adquirir dirigentes del PSP forzaron la Cuba f i rmó un t ra tado isla (Shell, Esso, Texaco) que Fidel Castro declaró entonces importancia política y a ocupar renuncia del secretar io económico con la URSS. El procesaran el crudo importado el carácter socialista de la un número creciente de g e n e r a l e l e c t o ( D a v i d g o b i e r n o s o v i é t i c o s e de Rusia. Bajo presión revo luc i ón cubana . La puestos relevantes en el S a l v a d o r ) y d e o t r o s comprometió a comprar a n o r t e a m e r i c a n a , l a s declaración fue recibida con aparato del Estado. dirigentes. Para sus puestos Cuba 425.000 toneladas de refinadoras rechazaron la un silencio hostil por el fueron dirigentes designados En el campo sindical, las azúcar y una cantidad de otros orden; fueron intervenidas. gobierno soviético y fue por el ministro (no electos), relaciones entre los militantes productos y a venderle The Wall Street Journal rechazada por los partidos muchos de ellos del PSP. El del 26 de Julio y del PSP eran petróleo y otros bienes revelaba por esos días que el comunistas de América Latina. ministerio comenzó a asumir muy tensas; los stalinistas industriales. Además, ofrecía gobierno norteamericano El argumento en contra era funciones propias de los habían boicoteado la huelga el financiamiento que le preparaba la invasión de la que la revolución cubana era sindicatos, como la firma de general de abril de 1958 negaban Estados Unidos y isla. democrático-burguesa; la convenios colectivos, y los organizada por los castristas. Europa. Cuba se transformaba oposición obedecía a que la sindicatos quedaron reducidos El 6 de julio, Eisenhower En las primeras semanas en el centro de una crisis proclamación socialista la a meros apéndices del aparato redujo la cuota azucarera luego de la caída de Batista, se internacional. h a c í a u n a d i r e c c i ó n estatal. cubana. Castro denunció la renovaron las direcciones de independiente del aparato El 17 de marzo, poco después "guerra económica" contra El PSP se benef ic iaba todos los sindicatos. Los internacional del stalinismo. de la firma del tratado con la Cuba. El 6 de agosto, el políticamente de los acuerdos burócratas comprometidos En la crisis de los misiles, en URSS, renunc ió López gobierno cubano expropió las económicos con la URSS. con la dictadura fueron oc tubre de 1962, es ta Fresquet, el último de los refinerías, las compañías de Durante 1960 y 1961, el PSP destituidos y reemplazados, independencia dará paso a un ministros burgueses que teléfonos y electricidad y todos fue ocupando resor tes en la mayoría de los casos por choque abierto. permanecía en el gabinete. El los ingenios de propiedad fundamentales del poder. Las dirigentes ligados al MR26. Al mismo día, el presidente norteamericana. Estados tensiones que iba creando mismo tiempo, los castristas norteamericano Eisenhower Unidos respondió con una este copamiento entre el E s t a t i z a c i ó n d e l o s expulsaron al PSP de la autorizó a la CIA a armar y p r o h i b i c i ó n d e l a s MR26 y los viejos dirigentes sindicatos dirección del Fonu (Frente adiestrar a los exiliados exportaciones a Cuba. En stalinistas se manifestaban en Obrero Nacional Unido), el Luego de adher i r a la cubanos. respuesta, el gobierno cubano un segundo plano. Después frente sindical formado en la revolución a último momento expropió a mediados de d e P l a y a G i r ó n , e s t e última etapa de la lucha contra (a caballo de la victoria), el agosto más de 500 empresas enfrentamiento se profundizó. Batista. Expropiación del capital PSP (el partido stalinista) jugó agrícolas e industriales de En 1962, F ide l Cast ro norteamericano hasta comienzos de 1960 un En noviembre de 1959 se capital norteamericano. En denunció públicamente a

papel de segundo orden en la reunió el X Congreso de la enero de 1961, Estados Aníbal Escalante, secretario El gobierno cubano, en revolución. Incluso, la prensa CTC (la central sindical), el Unidos rompió relaciones con general del PC, por promover c o n o c i m i e n t o d e l o s castrista y el propio Castro primer congreso que se Cuba. Los preparativos para la "un nido de privi legios, preparativos militares de la habían tenido algunos duros realizaba con las direcciones invasión se aceleraron. beneficios y favores de todo CIA, lanzó nuevas medidas cruces con el PSP durante la sindicales renovadas. El PSP tipo". La crisis terminó con la contra la reacción. Intervino En abril de 1961, Estados primera mitad de 1959. El sólo tenía 260 de 3.000 expulsión de Escalante y del los diarios y los canales de TV Unidos lanzó la largamente acuerdo comercial con la delegados acreditados. e m b a j a d o r s o v i é t i c o privados (convertidos en preparada invasión en Cuba. URSS, al que Cuba recurrió K u d r y a t s e v y c o n e l t r i b u n a s d e l a Inmediatamente después del Gracias a una extraordinaria por el bloqueo comercial y desplazamiento de la mayoría contrarrevolución) y confiscó C o n g r e s o , c o m e n z ó a movilización popular y a la financiero de Estados Unidos y de los dirigentes del PSP de un millón de hectáreas de funcionar una "comisión de a d o p c i ó n d e m e d i d a s Europa, cambiaría las cosas. sus puestos en el gobierno. p r o p i e d a d d e g r a n d e s depuración" de los sindicatos. represivas excepcionales

compañías, muchas de ellas A c t u a n d o c o m o Trabajando codo a codo con el contra la reacción interna, la norteamericanas. A fines de ‘ r e p r e s e n t a n t e ' d e l a ministro de Trabajo, Augusto revolución logró derrotar a los mayo, ordenó a las tres burocracia soviética en Cuba, Sánchez Mar t ínez , l os

Aniversario12 l PRENSA OBRERA1069 l ENERO 2009

Cincuenta años de laRevolución Cubana (IX)

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