ROBERTO FLORES ORTIZ. El amor de las razones. Saber e interac- cin en la Historia de las Indias de Nueva Espaa de fray Die- go Durn. Mxico: U A M , 1991.

En este libro Roberto Flores nos presenta una interpretacin detallada y completa de la obra de Diego Durn. Se trata de un estudio en el que se combinan el anlisis semitico, desprendido de la escuela de Greimas, y la comprensin hermenutica, que consideramos que le da un buen complemento y la lleva a un punto muy alto.

La labor de anlisis semitico se ve en la cuidadosa consideracin de los distintos elementos en juego: la predicacin evanglica, que induda- blemente enmarca el discurso del misionero historiador, pero adems la vertiente escolstica que ostenta este dominico del siglo xvi. Pienso que Roberto Flores subraya bien la indudable presencia de la escolstica to- mista en Durn, pero que debe examinar ms a fondo la presencia del humanismo en la escolstica del dominico. La escuela de Durn fue el convento de Santo Domingo, de Mxico, al que entr en 1556, un con- vento muy influido por el de San Esteban, de Salamanca, y tambin por los colegios de Santo Toms, de vila, y de San Gregorio, de Vallado- lid, en todos los cuales hubo cierta recepcin del humanismo renacen- tista. Esta recepcin es admitida, aunque no ha sido suficientemente es- tudiada. Y esa vena humanista llega a Mxico y est en alguna medida transminada y presente en Durn.

sa es una pequea deficiencia que veo en el trabajo de Roberto Flo- res. Pero veo tambin numerosos aciertos. Sabe utilizar un instrumental semitico difcil (el de Greimas), sin que se sienta pesado, pues le im- pone cierta ductilidad y elegante sencillez. Estudia asimismo conceptos arduos que son imprescindibles para la comprensin de la obra de Die- go Durn, como la idea de admiracin en la escolstica tomista. Otro tema difcil es el de la analoga, esto es, el del saber analgico, que es el instrumento cognoscitivo para aprehender los atributos de Dios en re- lacin con las cosas creadas. Es un tema semitico y hermenutico que resulta de gran inters.

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El anlisis que hace Flores de las migraciones tribales de los indge- nas, segn el relato de Durn, nos hace ver que la historia, despus de ser un proceso de conocimiento, es una memoria de amor - c o m o l la llama-, en la cual se aplican bien las categoras tomistas. El anlisis del relato de las guerras esclarece algunos elementos interesantes de esos hechos, tales como la libertad con la que los mexicanos entraron a Colhuacan y el sentido de las guerras floridas.

Roberto Flores concluye su trabajo diciendo que Durn, en su Histo- ria de las Indias, ha sido tributario del tomismo, la filosofa oficial de su orden. Claro que tiene en l su sello particular y llega a ser un idio- lecto, por el tono pesimista de su relato. ~ u n ~ u e nacido en Espaa, es criollo por adopcin, ya que vino a Mxico muy pequeo. Su idealismo radica en el ideal misionero de Amrica. Tambin dice el autor que al- gunos han sealado un mestizaje; pero aclara que hay dificultades con su interpretacin, la principal de las cuales es que el discurso de Durn es el producto de un pensamiento medieval a punto de morir, de una escolstica que pronto ser reemplazada por el humanismo. Flores con- trapone el medievalismo con el humanismo naciente, como el ideal mi- sionero con el repliegue de los frailes hacia los conventos, cosa de la que se duele Durn. Pero esta interpretacin de Flores, como ya deca antes, no me parece del todo exacta. Haba en esos primeros misione- ros, ciertamente medievales an, una presencia del humanismo, que hay que explicar ms. Por ejemplo, Las Casas tena, adems de su base es- colstica, una buena cantidad de influencia humanista (reconocida am- pliamente por M. Bataillon), y no se repleg sin ms al convento. Asi- mismo, fray Diego Valads fue humanista, y tambin misionero incan- sable. Por eso, a los logros y aciertos de Roberto Flores se hubiera podi- do sumar -y hubiera adornado an ms su e s t u d i e una incursin en la veta humanista de Durn. Haba comenzado con Vitoria y Cano; de ellos pas a Pedro de Pravia, Bartolom de Ledesma, y de ellos a To- ms de Mercado, todos los cuales lo dejaron impreso en sus discpulos mexicanos del studium del convento de Santo Domingo. Claro que no era un humanismo tan logrado como el de Erasmo y Vives, pero era humanismo, al fin y al cabo. Y merece ser estudiado y tomado en cuenta.

Instituto de Investigaciones Filolgicas, UNAM