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    TRADUCCIN E IDENTIDAD DISCURSIVA*

    CLEM ROBYNS

    Research FelowFund for Scientific Research (Blgica)

    Cualquier discurso (re)produce sus propios lmites y define as una

    especificidad propia respecto a otros discursos. Ello implica que la identidad es

    siempre un concepto dinmico, con un equilibrio muy frgil. La traduccin (ensu sentido tradicional), como confrontacin explcita con discursos "extranjeros",

    es slo el ejemplo ms visible de los continuos conflictos que caracterizan laconstruccin de la identidad. Aunque el problema de la traduccin ya ha sidoformulado en estos trminos por varios estudiosos (por ejemplo, Even-Zohar,

    1990)1, conceptos tan monolticos como "texto", "lenguaje" y "traduccin", que an

    dominan los estudios de traduccin, entorpecen mucho cualquier discusin. Poresta razn, para estudiar el papel que juega la traduccin en la dinmica de la

    autodefinicin, el foco de atencin debe desplazarse de los textos individuales o

    de los rasgos lingsticos en traduccin (por muy "contextualizado" que pueda

    estar el anlisis) hacia la interferencia entre discursos, estructuras discursivas yestrategias. En este artculo, que es tan slo un primer intento de desarrollar un

    marco terico para un programa de investigacin ms amplio, quisiera

    ocuparme de las distintas maneras en que un discurso puede enfrentarse alproblema de la interferencia discursiva, tal como se manifiestan en las estrategias

    de traduccin y en las posiciones respecto a la traduccin en s misma.

    Traduccin y autodefinicin discursiva

    Un discurso -o para usar un trmino que tambin abarca los factoresextratextuales individuales e institucionales, una prctica discursiva- se define a

    *Ttulo original: "Translation and Discursive Identity", en Poetics Today, 15, 3, 1994, pgs. 405-428.Traduccin de Amelia Sanz Cabrerizo. Texto traducido y reproducido con la autorizacin delautor y del editor.

    1 En el campo de la sociolingstica, un marco similar ha sido elaborado por Uriel Weinreich,Languages in Contact, La Haya, Mouton, 1966 [1953], a propsito del bilingismo y de lainterferencia lingstica, y por Joshua A. Fishman, Language and Ethnicity in Minority

    Sociolinguistic Perspective, Clevendon/Philadelphia, Multilingual Matters, 1989, entre otros.

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    s mismo en relacin o ms bien en oposicin a otros discursos. Y lo mismosucede con las culturas, que pueden ser consideradas como conglomerados

    amplios y sistemticos de prcticas discursivas. Si definimos un discurso como

    un conjunto de mensajes considerados por sus productores o receptores comorelacionados porque de alguna manera cuentan con un conjunto de normas en

    comn, la conciencia de tales cdigos comunes es posible slo mediante la

    confrontacin con su ausencia, esto es, con otros discursos.

    As, la dinmica de la autodefinicin discursiva implica continuos

    contactos entre discursos. Ms an, esas relaciones nunca son relaciones de

    igualdad puesto que nunca existen de forma aislada: la compleja red derelaciones creadas por la superposicin de discursos polticos, econmicos,

    cientficos, artsticos, literarios u otros conduce a una perfecta simbiosis entre dosprcticas discursivas cualesquiera que difcilmente parecen algo ms que unaconstruccin ideal.

    El carcter desigual de las relaciones discursivas, esto es, el hecho de quela construccin de la identidad est ligada a relaciones desiguales de poder,

    supone que puede ser considerada ideolgica: al establecer su identidad, una

    prctica discursiva construye, reproduce o subvierte intereses sociales y

    relaciones de poder. Dos precisiones pueden aclarar esta tesis. Primero, el hecho

    mismo de que haya una conciencia de identidad comn dentro de una cultura oprctica discursiva, implica que ha habido tambin una lucha por preservar esa

    identidad, por preservarse a s misma mediante el discurso2. Si la identidad seconstruye por oposicin a lo extranjero, las interferencias implican una prdida

    de autonoma y de ah una prdida de identidad. En segundo lugar, las

    convenciones compartidas en las que se basa la identidad estn implcitas enmuchas ocasiones. Afin de hacer posible el funcionamiento interno de un

    discurso, los participantes dan por supuestas ciertas reglas bsicas y ciertos

    significados que subyacen a su produccin. Este conjunto estructurado (aunque

    plural y dinmico) de presuposiciones es lo que llamamos la "doxa". De la mismamanera que las presuposiciones de una expresin lingstica ("Cundo dejaste

    de amar a tu mujer?") no pueden ser contestadas sin contestar la situacin de

    comunicacin en s misma (contrariamente a la denotacin), la doxa de un

    2En "The Notion of System", Dirk De Geest (1992) relaciona la posicin central/perifrica de loselementos sistmicos con su papel en la unidad sistmica: los elementos que interfieren con otrossistemas tienden a ser relegados hacia posiciones marginales. De Geest tambin propone un"cuadrado de la normatividad" greimasiano que nos permite describir la posicin normativa de

    los elementos (importados).

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    determinado discurso no puede ser contestada (por tanto hacindola explcita,cuando su eficacia reside en su carcter implcito) sin contestar la legitimidad del

    discurso (evidente en s misma) y de sus productores 3.

    Ms an, sta es una funcin posible de la traduccin: introduceelementos discursivos procedentes de otros discursos y constituye as, por

    definicin, una violacin potencial del cdigo. El mero hecho de que un texto estescrito en algo que no es la lengua comn ya es un desafo radical a las

    convenciones del discurso de llegada4. Puesto que la conciencia de normas

    comunes constituye la base para la autodefinicin discursiva, la intrusin de

    elementos extranjeros que violan las convenciones constituye una amenazapotencial. Por eso cada discurso se ve continuamente forzado a fijar su(s)

    posicin(es) respecto a esos elementos ajenos y, por ello, respecto a la traduccin.Diferentes reacciones son entonces posibles y vendrn determinadas segn lasrelaciones sistmicas internas y externas que caracterizan la prctica discursiva

    en cuestin. En este artculo quisiera ocuparme de cuatro tipos de actitudes ante

    la traduccin que pueden caracterizar una prctica discursiva.

    Con el fin de estudiar la traduccin como "invasin de lo extranjero",

    resulta til y hasta necesario redefinir la nocin misma de traduccin. En primer

    lugar, est claro que la traduccin no puede ser considerada de forma aislada

    frente a la no traduccin. En otras palabras, tanto la exclusin de elementosextranjeros como la aceptacin en su forma original, tanto la traduccin "fiel"

    como la transformacin completa de un texto o de un elemento textual, tienenque ser consideradas estrategias de traduccin. Ms concretamente: la traduccin

    puede ir desde la repeticin literal (que en la prctica no existe) y la

    intertextualidad en su ms amplio sentido. En segundo lugar, puesto que las"culturas" y las "literaturas" son simplemente tipos especficos de prctica

    discursiva, no hay razn para restringir el concepto de traduccin a la

    transferencia de textos o elementos textuales entre lenguas (culturas, literaturas).

    As la traduccin puede ser redefinida como "la migracin y la transformacin de

    3No considero la "doxa" como un "inconsciente estructurado" quedetermina un discurso y a susproductores. La funcin ideolgica de la doxa reside en su carcter hegemnico: su carcterimplcito y su evidencia para s mismo. Pero si la doxa excluye por definicin la contradiccin,ello no significa que no pueda ser contradicha.

    4 A menos que nadie sea capaz de identificar los cdigos lingsticos de un texto extranjero(porque nadie conoce la escritura o el lenguaje). Sin embargo, aunque no haya ninguna violacinde cdigo lingstico (porque no se ofrece ninguna alternativa), el texto puede funcionar como un

    objeto extranjero.

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    elementos discursivos entre diferentes discursos". Cada uno de esos discursospuede ser descrito como si ocupara una posicin en un sistema ms amplio y

    como si formara un sistema en s mismo5.

    Esta "definicin acadmica" es una hiptesis de trabajo como cualquierdefinicin formulada por otras "gentes de la cultura". Utilizar mi concepcin de

    la traduccin no como una exclusiva herramienta para la clasificacin, sino comouna hiptesis cmoda, con plena conciencia de su historicidad. El contexto

    histrico cuestiona sin duda conceptos esencialistas y reductivos como "texto",

    "sujeto" y especialmente "literatura", operacin esta que, desgraciadamente, no se

    ha generalizado en los estudios de traduccin.

    Con el fin de concretar las posiciones que un discurso dado puede asumir

    respecto a la "migracin extranjera", tres aspectos bsicos deben ser tenidos encuenta. En primer lugar, cul es la posicin y la funcin del concepto de

    traduccin o de "lo extranjero" en general en los diferentes subdiscursos de un

    sistema discursivo? Ha sido tratado de alguna manera? Ha sido consideradocomo problema? Y en ese caso, qu clase de problema? Qu dicotomas se

    utilizan para caracterizarlo y qu recursos retricos? El segundo aspecto es la

    seleccin y la distribucin de elementos importados: Permite un discurso la

    invasin?, desde qu otros discursos? Finalmente se deben analizar las

    estrategias de la traduccin: Cmo y en qu medida los elementos discursivosextranjeros se adaptan a las reglas explcitas e implcitas del discurso receptor?

    Estos tres aspectos combinados deben permitirnos describir algunas actitudesbsicas que caracterizan una prctica discursiva. Mis ejemplos estarn sacados de

    varios tipos de discurso (literario, acadmico, lingstico-cultural, nacionalista-

    poltico y cinematogrfico), con el fin de mostrar qu mecanismos similaresoperan en diferentes discursos que tradicionalemente han sido tratados de forma

    aislada.

    Al encuentro de lo extranjero: algunas actitudes bsicas

    A fin de describir cuatro actitudes principales hacia la migracindiscursiva, me gustara proponer dos criterios bsicos. Primero, conoce una

    prctica discursiva la "otredad" de elementos (potencialmente) invasores? Se

    5Vase Robyns (1992) para un estudio ms elaborado de este tema. Una alternativa similar hasido sugerida por Itamar Even-Zohar (1990: 73-78), pero su propuesta no parece haber tenido una

    gran influencia en el terreno de los estudios de traduccin.

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    El modelo imperialista

    Una actitud imperialista hacia el otro se caracteriza por una

    reivindicacin paradjica, por una parte, de la especificidad irreductible de lapropia identidad y, por otra, de la universalidad de sus valores. Esta

    reivindicacin es una elaboracin de la manera en que se legitima el lenguajecannico, segn Marc Angenot (1989: 135): "Su ideologa inmanente exige que la

    lengua cannica sea una forma universal, adaptable a cualquier contenido".

    Todo tipo de estrategias de recuperacin encuentran cabida a la hora de velar lascontradicciones internas de este tipo de doctrina.

    A manera de ejemplo, quisiera comentar la legitimada ideologa

    poltica/lingstica/cultural francesa sobre la universalidad de la lengua francesa(lo cual implica, naturalmente, a la cultura y a la nacin). En la Francia

    centralista, en la que el ministro de cultura es uno de los principales actores de la

    escena cultural, sta ha sido una cuestin de Estado durante siglos y todava loes. Las siguientes declaraciones fueron realizadas no hace mucho por Bernard

    Aubert, responsable del Departamento de Cooperacin Lingstica y Educativa

    del Ministerio de Asuntos Exteriores francs, en una entrevista concedida a larevista Le Franais dans le monde:

    Seamos sinceros. En Francia, usted lo sabe, la poltica lingstica exterior se piensa, senegocia, se hace pblica en las ms altas esferas del Estado... La difusin de la lenguafrancesa en el extranjero sigue siendo una prioridad nacional y los presupuestosasignados no bajan7.

    La ideologa de la universalidad de la lengua francesa que legitima esta

    poltica es raramente cuestionada incluso hoy a nivel institucional: la "Secretara

    para la francofona", creada en 1986, considera que su tarea est basada en la idea

    de que "la vocacin de la francofona es tender hacia lo universal"8. Marc

    Angenot (1989: 268) describe exactamente la misma manera de pensar como laque ya prevaleca en Francia en 1889: "Los doctrinarios, los filsofos desean

    disertar sobre la especie humana, pero esta humanidad no es ms que un avatarabstracto de la cultura francesa, del burgus francs."

    7Jacques Pcheur, "Franais: un rendez-vous et un renouveau ne pas manquer. Entretien avecBernard Aubert" in Le Franais dans le monde, 1990, 230, pp. 26-27.

    8 Jacques Pcheur,"Cration d'un Secrtariat la francophonie: Un front populaire", Le Franais

    dans le monde, 1986, 203, pg. 23.

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    Por supuesto, la universalidad de una lengua ha de estar basada en"criterios universales". Michel Bruguire, un directivo del Alto Comit de la

    Lengua Francesa, nos ofrece esos criterios en el volumen Symposium de la

    Encyclopaedia Universalis9

    . No cabe lugar a dudas: "No deja de ser cierto que laslenguas no son iguales y que toda poltica debe tener en cuenta seis parmetros

    obligatorios"10. De estos seis criterios, tres ya pudieron ser enunciados por

    Rivarol en L'Universalit de la langue franaise, publicada hace unos 200 aos: la"variedad humana", la "difusin pedaggica" y la "riqueza literaria". Los otros

    tres son el nmero de hablantes, la distribucin geogrfica y el impacto

    tecnolgico. Bruguire trata de aplicar estos tres criterios de una forma "objetiva",

    cuantificndolos. Sin embargo, es interesante ver de qu manera surgen las

    estrategias de recuperacin y las metforas atemporales. Al fin y al cabo, elfrancs se sita por debajo del chino y del ingls (entre otros) en nmero de

    hablantes, pero, dado que el hindi y el bengal tambin tienen ms hablantes, "sinque representen una verdadera competencia a escala internacional" (ibid.), ello

    implicara que la importancia de este criterio no debe ser sobrevalorada. En

    cualquier caso, el segundo criterio, la distribucin geogrfica, se utiliza paraexplicar por qu el francs no rene la primera condicin: el francs est bien

    representado en todo el mundo, "slo falta Asia, reserva de la humanidad, en este

    cuadro" (ibid.); el subrayado es mo, pero la connotacin despectiva es deBruguire. El asignar uno, dos o tres puntos a cada lengua importante permite a

    Bruguire construir un "hit parade" de las lenguas internacionales: el francs

    alcanza el segundo puesto despus del ingls. En fin, "el espacio de expresinfrancesa debe ser ... presentado al resto del mundo como lo que es, es decir un

    compendio del mundo." (ibid.:1022a). Quod erat demonstrandum.

    As pues, cmo se hace concordar esta doctrina de la universalidad conla reivindicacin de especificidad cultural? Varias estrategias bsicas pueden

    9 El hecho de que un texto as aparezca en un enciclopedia francesa que se llama a s misma"universal" ya es bastante elocuente. En realidad, el volumen del Symposiummerece un estudio ens mismo. La enciclopedia que se presenta como conocimiento incontestable, incluye sin embargoeste volumen a manera de panorama de los debates en curso. Con todo, el mrito de haberanalizado el fenmeno de la enciclopedia como una visin de conjunto del alfabetismo culturallegitimado recae en Stef Wauters, "Langue, littrature et traduction dans la France romantique: LeDiscours sur la traduction dans l'Encyclopdie des Gens du Monde", M.A. Thesis, K.U. Leuven,1991.

    10Michel Bruguire, "Langue et cultures franaises: Les Elments d'une politique internationale"in Encyclopaedia Universalis, Symposium, 1018-254, Paris, Encyclopaedia Universalis, S.A., 1985,

    pg. 1091b.

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    aliarse. La principal consiste en negar "al otro" el estatuto de "cultura vlida":"slo nuestra cultura es universalmente vlida". El otro es reducido a una mera

    curiosidad brbara o extica. Segn Angenot (1989: 279), tal posicin domina en

    la Francia de 1889: "Lo que es universal, es la evidencia de la inferioridad de lospueblos exticos, de la superioridad de Europa y especialmente de Francia, cuna

    de la civilizacin". Esta actitud no se refiere slo a Africa y a Asia, sino tambin,

    por ejemplo, a Alemania (Angenot, 1989: 137).

    Hoy, Bruguire 11defiende una versin apenas algo ms dbil de este

    razonamiento: "Desde luego, una situacin de conflicto sera, en primer lugar,

    absurda: el francs est tan implantado en Francia que no puede temer la menorcompetencia por parte del corso, el vasco o el bretn". En trminos de "poltica

    extranjera", este complejo de superioridad permite de forma natural que Franciaasuma el papel de "gua cultural" para pueblos ms primitivos. En palabras delhistoriador Gustave Lanson12: "[Francia] ha sido la gua que, con un solo

    movimiento, ha conducido a los pueblos hacia los caminos del futuro,

    enarbolando la llama hacia la que se vuelven las otras naciones, preocupadas porla direccin que haban de seguir".

    Y hoy? Hoy el departamento dirigido por Bernanrd Aubert ve esta

    "vocacin" como una forma de mantener una "influencia poltica en el contexto

    institucional en el que se ensea el francs en otros pases"13

    . Pongamos otroejemplo: las dos ilustraciones para el artculo de Bruguire en la Encyclopaedia

    Universalis14, sugieren sutilmente la "fuerza civilizadora" de la cultura francesa.Las dos son fotografas de la entrada de dos edificios modernos de hormign

    muy parecidos. Estos dos edificios son "Centros culturales franceses". En ambas

    fotos, algunos jvenes pasean por ah, entran o salen del edificio. Sin embargo, enuna de las fotos los jvenes son blancos y en la otra son negros. La primer

    fotografa fue tomada en Pars, la segunda en Brazzaville.

    Como en el caso de la "poltica interna", la presuncin de superioridadconduce a una asimilacin sin escrpulos de elementos extranjeros - una

    asimilacin que niega de hecho su especificidad. Tras describir de qu manera

    11Ibid. pp. 1021 a-b.

    12Gustave Lanson, Histoire illustre de la littrature franaise, Paris, Hachette, 1923, pg. 1.

    13Pcheur, op. cit., pg. 27.

    14

    Bruguire, op.cit., pp. 1022, 1023.

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    "nosotros" construimos "nuestra Edad Media" al margen de los elementos latinos,celtas y germnicos, "nuestro Renacimiento" al margen de los componentes

    latinos, italianos y griegos para culminar en "nuestra gran edad clsica", Lanson

    no puede evitar llegar a la conclusin de que "el poder de asimilacin de unanacin, y particularmente de nuestra nacin, es increble"15. Bruguire va ms

    all:En definitiva, toda lengua es de naturaleza biolgica. Ciertas especies animales ovegetales sobreviven solamente en tal o tal clima... Otras se adaptan, prosperan endistintas latitudes... La lengua francesa tiene tras de s ms de un milenio deadaptaciones sucesivas16.

    Si una cultura conquista la universalidad combinando la especificidad

    con la asimilacin de la alteridad, esto indica que existe una gran fuerzateleolgica. Otras naciones son consideradas fuentes prehistricas para el

    inevitable desarrollo hacia la perfeccin de la cultura francesa. As pues, no esuna casualidad si Mitterand llama a la lengua francesa "ese soberbio rbol que

    hunde sus races en todas las culturas del mundo"17, ni que Lanson pueda

    predecir que "nuestros descendientes...sabrn recuperar el rostro de la Franciaeterna. Confiemos en ello"18.

    Permtaseme sealar de paso que, como consecuencia de la identificacin

    lengua = nacin = cultura, incluso los textos francfonos extranjeros puedenfuncionar como elementos "extranjeros". En su artculo "Notre littrature non pas

    lue, mais vue par les Franais"19, Paul Dirkx describe la actitud de los libros detexto franceses y de los crticos de la Nouvelle Revue franaise hacia la literatura

    belga francfona. Descubre estrategias similares, por un lado, para ocultar la

    nacionalidad extranjera de textos altamente valorados y, por otro, para enfatizarlos rasgos "exticos" incluso primitivos de textos "tpicamente belgas". En ambos

    casos los textos extranjeros son considerados contribuciones al "admirable

    desarrollo de nuestra literatura francesa."

    15Lanson, op. cit., pg. 441.

    16Bruguire, op. cit., pg. 1024.

    17Citado por Pcheur, op. cit., pg. 27. El subrayado es mo.

    18Lanson, op. cit., pg. 442.

    19Paul Dirkx, "Notre littrature non pas lue, mais vue par les Franais", en Les Relations littraires

    franco-belges de 1914 1940, ed. Robert Frickx, Brussels, VUB Press, 1990, pp. 13-27.

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    Ya he comentado ampliamente la retrica legitimadora de una actitudimperialista hacia el otro, sin mencionar la traduccin en sentido estricto. Una

    razn es que una doctrina imperialista nunca subrayar el papel de la

    traduccin, aunque ello no impida su desarrollo como estrategia discursiva. Sinembargo, la no cuestionada "poltica de asimilacin" muestra cmo ser

    considerada la traduccin. En primer lugar, se negar su funcin innovadora. No

    se permitir que los elementos importados dominen el discurso de llegada, sinoque debern ser integrados mediante la transformacin. La traduccin tambin

    ser considerada transparente: a causa de la universalidad del discurso de

    llegada, la comprensin del otro nunca constituir ser un problema. Un ejemplo

    extremo de esta ideologa es la siguiente afirmacin realizada por Fichte en 1807,

    en uno de sus Discursos para la nacin alemana: "Por lo tanto, el alemn siemprepuede ser superior al extranjero y comprenderlo enteramente, incluso mejor que

    el extranjero se comprende a s mismo... Por otra parte, no hay duda de que l [elextranjero] dejar sin traducir lo que es genuinamente alemn"20.

    Desde luego, en las traducciones de la literatura canonizada, el "modelotransformador" ha sido problemtico, desde que el Romanticismo y el arte por el

    arte impusieron una doctrina del texto literario nico como "alteridad

    irreductible". Sin embargo, resulta claro que las estrategias de traduccin en la

    prctica, incluso de la literatura cannica, no se corresponden del todo con estadoctrina oficial. Un ejemplo ilustrativo es la primera traduccin francesa de la

    novela de Milan Kundera Zert (1967), La Plaisanterie(1968). En un postfacio a la

    segunda traduccin21, en la cual el mismo Kundera trabaj, dice que empez adesconfiar de la primera traduccin cuando un periodista le pregunt sobre el

    lenguaje "barroco" de su novela. Cuando Kundera verific la traduccin,

    encontr, entre decenas de diferentes adornos, una frase que significaba "el cieloera azul" en el original, traducido por "sous un ciel de pervenche, octobre hissait

    son pavois fastueux"[bajo un cielo de azur, octubre izaba sus fastuosas

    banderas]22.

    20Citado y traducido por John Edwards, Language, Society and Identity, Oxford/New York, BasilBlackwell, 1985, pg. 26.

    21 Milan Kundera, La Plaisanterie: traduit par Marcel Aymonin, Paris, Gallimard, 1968; MilanKundera, La Plaisanterie: Traduction entirement rvise par Claude Courtot et l'auteur. Versiondfinitive, Paris, Gallimard, 1985.

    22

    Kundera, op. cit., 1968, pg. 460.

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    En la ficcin de carcter ms popular, las estrategias de transformacinson incluso ms frecuentes. Una vez ms aparecen ligadas a estrategias

    discursivas ms amplias. Baste un ejemplo: durante las ltimas dcadas, el

    "slang" o argot ha sido ms o menos "oficializado" en Francia y se ha rendido asa las estrictas exigencias lingsticas de ese pas. Ello significa que el argot

    francs, con el fin de ser ampliamente aceptado, ha tenido que despojarse de

    cualquier connotacin regional o extranjera posible. Como en la literatura anglo-americana, el argot ha llegado a ser aceptable en la literatura francesa. Sin

    embargo, en las traducciones al francs, el argot anglo-americano ha entrado en

    conflicto con las normas del "argot francs oficial" y con las muy duras exigencias

    literarias del uso gramaticalmente correcto. Los traductores franceses afrontan as

    sus problemas: en primer lugar, cualquier connotacin regional en el originalamericano (en especial las expresiones caractersticas del Sur americano)

    desaparecen; en segundo lugar, mientras los personajes pueden utilizarconstrucciones agramaticales en los textos originales, esto no ocurre nunca en las

    versiones francesas; finalemente, todas las palabras de argot utilizadas en las

    traducciones francesas forman parte de un repertorio de "argot estndar"exclusivamente francs que podemos encontrar en cualquier diccionario. As que

    est claro que las estrategias de traduccin aplicadas al argot deben ser

    integradas en la poltica general de recuperacin de "lo popular" por parte delfrancs estndar, incluyendo la prohibicin de referencias a regiones especficas o

    a subculturas.

    Este tipo de estrategias corresponde a lo que Even-Zohar (1990: 50) llamala posicin generalmente "secundaria" (esto es, conformista, no innovadora) de

    los textos traducidos en el sistema literario francs. Como he tratado de

    demostrar, esta estrategia discursiva debe ser integrada en una actitud globalhacia la traduccin y "lo extranjero" dentro del sistema discursivo.

    El modelo defensivo

    Las relaciones de poder pueden cambiar, desde luego, y la alteridad, enlugar de ser asimilada, denigrada y escondida, puede imponerse como tal. En

    general (esto es, si el discurso de llegada no adopta una postura defectiva[vase

    ms abajo]), tal intrusin provoca reacciones defensivas. Este es el caso de ladoctrina poltica que domina hoy la lengua francesa, especialmente cuando se la

    considera lenguaje y queda aislada as de la propaganda (todava triunfalista)

    acerca de la cultura francesa en general. Se utilizan giros como "estado de

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    emergencia" para describir la "americanizacin" del francs23 y se subraya lanecesidad de un "frente popular" para lanzar la "reconquista"24. En Quebec, la

    situacin es ms complicada segn veremos. La doctrina nacionalista dominante

    en Quebec no slo presenta la lengua amenazada por la mayora canadiense quehabla ingls, sino que subraya "la crisis de identidad cultural" causada por la

    dominacin cultural de Francia. Las reacciones defensivas van entonces en dos

    direcciones.

    Cmo debemos caracterizar un modelo defensivo frente a la

    incorporacin de elementos discursivos extranjeros 25? En primer lugar, se habla

    de un sentimiento de amenaza de la propia identidad, de alienacin. En palabrasdel traductor Jacques Poisson, del Quebec: "Si bien es cierto que una lengua de

    civilizacin supone un mnimo de consenso entre sus usuarios, destruir laposibilidad de ese consenso por la va de la traduccin y, sobre todo, de latraduccionalizacin26, es... la esencia de la deculturacin"27. En tal situacin, las

    reivindicaciones de universalidad ya no son posibles, pues "la ideologa

    nacionalista no tolera que el Quebec francs sea internacional. La utilizacin deeste calificativo es reveladora: multiculturalismo y transculturalismo son valores

    negativos y en consecuencia deben ser combatidos28. Lo que ser reivindicado

    es la inviolable especificidad del discurso propio. Muy reveladora a este respecto,

    por ejemplo, resulta la queja de Ren Etiemble (uno de los principales "puristasdel lenguaje francs) segn la cual, como resultado de la "americanizacin" de la

    publicidad francesa, "las palabras han perdido su significado" 29. Lo que esto

    23Jacques Pcheur, "Francophonie: Etat d'urgence et tat des lieux" Le Franais dans le monde, 1986,201, pg. 27.

    24Jacques Pcheur, "Cration d'un Secrtariat la francophonie: Un front populaire", Le Franaisdans le monde, 1986, 203, pg. 23.

    25

    Para un estudio ms puntual del discurso defensivo de la lengua francesa, vase Robyns(1995).

    26Para Poisson, se tratara de la traduccin no transformativa.

    27 "La Traduction, facteur d'acculturation?", en La Traduction, une profession/Translating, aProfession: Actes du VIIIe Congrs mondial de la Fdration Internationale des Traducteurs, ed. Paul A.Horguelin, Ottawa, Conseil de traducteurs et interprtes de Canada, 1977, pg. 287.

    28Brisset, In Search of a Target Language: The Politics of Theatre Translation in Quebec, Target,1, 1, 1989, pp. 9-27; cita de pg. 13.

    29

    Ren Etiemble, "Le Bablien", en Encyclopaedia Universalis, Symposium, Paris, EncyclopaediaUniversalis S.A., 1985, pg. 107.

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    implica es que un "significado francs" especfico siempre ha sido ligado a unapalabra francesa especfica, pero que su vnculo natural se ha visto roto por la

    introduccin de lo que no es especficamente francs.

    Un discurso caracterizado por la postura defensiva intensifica suespecificidad subrayando fuertemente la alteridad del discurso "extranjero". Lo

    interesante es esa tendencia general en Quebec 30, especialmente en la radio y latelevisin franco-canadiense, a anglicizar todos los nombres extranjeros,

    cualquiera que sea su origen. Puesto que la comunidad canadiense de habla

    inglesa es la ms representativa de ese extranjero amenazante en el Quebec, esta

    tendencia sugiere un intento de unificar todos los "extranjeros" posibles bajo unasola etiqueta.

    La introduccin amenazadora del discurso extranjero es caracterizadamuchas veces como una invasin. Philippe de Saint-Robert por ejemplo, en su

    prefacio de 1985 al manual oficial francs Guide des mots nouveaux, afirma que una

    lengua tiene que defenderse a s misma contra "la invasin semntica"31. Lainvasin hace que el discurso de llegada se haga dependiente del discurso

    invasor: "puede desarrollarse un colonialismo cultural por el camino de la

    traduccin"32. Etiemble exclama: "!Francia colonizada, colonizada por Babel!"33.

    La "colonizacin" causa un debilitamiento, una degeneracin del discurso

    amenazado: "Todo lo que tiene de idiomtico... tiende a convertirse enconocimiento pasivo"34. Finalmente esto conduce a la correspondiente

    degeneracin entre los productores del lenguaje: "Es tan difcil de entender queno se puede permitir que el libre cambio rija las relaciones entre todas las lenguas

    sin que exista un peligro de muerte para el espritu y las costumbres?"35

    30Brisset lo menciona en la pg. 105 de Translation and Parody: Quebec Theatre and Making,

    Canadian Literature, 117, 1988b, pp. 92-106.31Citado por Louis-Jean Calvet, "Le Franais dans tous ses tats", Le Franais dans le monde, 1986,203, pg. 25.

    32Robert Dubuc y Jacques Maurais, citado por Sherry Simon, "Paradoxes du discours qubcoissur la traduction",Meta, 35 (1), 1990, pg. 216.

    33Etiemble, op. cit., pg. 108a.

    34Poisson, op.cit., pg. 285.

    35

    Etiemble , op.cit., pg. 107a.

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    Cuando esta sensacin de amenaza nace de un frustrado sentimiento desuperioridad y especialmente cuando los "representantes" de la cultura invasora

    (o de cualquier grupo extranjero) estn presentes dentro de la cultura

    amenazada, generalmente se llega a reacciones racistas. De este modo, la mismaretrica ser utilizada contra los elementos discursivos extranjeros y contra la

    gente de fuera. Mientras Philippe de Saint-Robert declara la guerra a los

    invasores "semnticos", Figaro publica artculos sobre la invasin de trabajadoresinmigrantes y el novelista Jean Raspail escribe acerca de la futura "invasin de

    Francia y del mundo occidental por parte de avanzadas de las masas del Tercer

    Mundo" 36. Una incitacin an ms explcita al racismo viene de la relacin

    establecida por una ilustracin para el artculo de Etiemble en la Encyclopaedia

    Universalissobre la "corrupcin" del francs a causa de la invasin de las lenguasextranjeras. En el fondo de la fotografa hay una valla publicitaria donde se lee

    "Un autre big boy. The new brand of fast food. Ouverture bientt" [Otro "bigboy". La nueva marca de comida rpida. Prxima apertura], mientras aparece en

    primer plano un emigrante negro 37.

    En este contexto, la traduccin slo puede ser vista con un prisma

    negativo: "Las interferencias en la lengua de llegada, invadida [!] por las

    costumbres y los automatismos de la lengua de salida, conlleva un

    empobrecimiento de los medios de expresin y, en consecuencia, unempequeecimiento cultural, una deculturacin"38. Podemos imaginar dos

    reacciones plausibles. En primer lugar, se pueden realizar intentos conscientes y

    explcitos de mantener alejados los elementos extanjeros. Tales reacciones,incluso las legislativas, han tenido lugar en Francia desde comienzos de los

    ochenta: "[Hay que] imponer... a la prensa el hablar y el escribir correctamente;

    prohibir por todas partes a los publicistas... que destrocen las lenguas maternas apropsito... Hay que exigir medidas dirigistas"39. La otra reaccin lleva a

    transformar los elementos extranjeros de acuerdo con las convenciones del

    discurso de llegada con el fin de preservar su identidad. Esto es lo que haocurrido en Quebec. Sin embargo, la situacin all es muy compleja. Oficialmente,

    36 Citado por Ren Pucheu,"Question d'identit: Touche pas mon pote!", Le Franais dans lemonde, 1985, 195, pg. 15.

    37Etiemble , op.cit. , pg. 108.

    38Poisson, op.cit., pg. 285.

    39

    Etiemble , op.cit. pg. 107b.

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    el elemento extranjero amenazador en lo poltico y en lo administrativo es elCanad dominado por el ingls. Puesto que Francia no es una amenaza poltica

    para la autonoma de Quebec, han podido tomar la lengua administrativa del

    francs oficial de Francia, haciendo as posible "mantenerse libres" del discursooficial en ingls.

    En literatura sin embargo, el otro no es slo el Canad de habla inglesa,

    sino tambin la hegemona de Francia en lo cultural40. En cuanto a la literatura de

    ficcin, la identidad de Quebec no parece lo suficientemente desarrollada como

    para tomar una actitud defensiva. Por ello, las traducciones de novelas se

    presentan como una manera de completar la literatura del Quebec 41, esto es, ellimitado repertorio cultural fuerza a esta parte del sistema a asumir una posicin

    defectiva.Por el contrario, el sistema teatral utiliza un rasgo distintivo del Quebec:

    la variante local del francs o "joual" que es una lengua hablada y por ello

    apropiada para el teatro42. As, mientras el "intruso" anglo-canadiense esmantenido al margen (casi ninguna obra canadiense en ingls se representa en

    los teatros de Quebec43), los textos procedentes de Francia son transformados a

    travs del uso de un sociolecto especfico 44.

    En definitiva, el anlisis de la actitud de Quebec hacia la migracin

    discursiva muestra que una "amenaza comn" a los diferentes discursos queconstituyen un sistema no significa necesariamente que estos discursoscompartan la misma actitud hacia esa amenaza.

    El modelo transdiscursivo

    40Brisset, op. cit., 1989, pg. 80.

    41 Sherry Simon, L'inscription sociale de la traduction au Qubec, Quebec, Office de la languefranaise, 1989, pg. 80.

    42Brisset, op. cit., 1989, pg. 10. Como Brisset explica en sus trabajos ya citados de 1988b y 1990,la necesidad de oponer el Quebec a Francia mediante el "joual" conduce incluso a la creacin de"falsas" diferencias entre el francs y el "joual" en la literatura del Quebec.

    43Brisset, op. cit., 1988a, pg. 12.

    44

    Brisset, op. cit., 1988b, pg. 100.

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    Sin perder completamente de vista su especificidad, una prcticadiscursiva puede considerarse explcitamente a s misma como una parte de un

    espacio discursivo ms amplio:

    A fin de promover en Europa una comunidad lingstica real, que coexista con muchaslenguas nacionales cuyo derecho de existir ya no tiene que ser probado, sera prudenteno limitarnos a aceptar una sola lengua de cultura con un capital C, con todo elpuritanismo lingstico y el elitismo cultural que esta eleccin implica 45.

    Esta es la actitud que prevalece en la parte "progresista" (aunque en

    realidad no la dominante) de la cultura flamenco-holandesa hoy. En realidad, la

    primera opcin bsica de esta actitud consiste en dejar de separar cultura

    "flamenca" y "holandesa". En este caso, la especificidad (ya) no es fuertemente

    subrayada, sino que se contempla desde un punto de vista ms pragmtico. As,cuando Frijhoff traza un paralelismo entre la "corrupcin" (las marcas

    relativizadoras de la cita son suyas) del latn en la Edad Media tarda y lasituacin del holands hoy en el prrafo que citamos a continuacin, no

    considera la lengua holandesa como un valor que hay que proteger por derecho

    propio, independiente de las exigencias de la comunicacin eficaz: " No fue esta"corrupcin" en cierto sentido el precio que haba que pagar para una

    penetracin ms fuerte y una mayor utilidad como lengua para los contactos

    internacionales y la cultura?"46. Una doctrina transdiscursiva no considera deforma explcita los elementos importados como "otros" o "ajenos", y no digamos

    "amenazantes". Los elementos discursivos extranjeros y aquellos de "produccin

    local" se consideran contribuciones iguales a un objetivo comn. Citemos aFrihoff una vez ms: "No est alcanzando el americano europeo de hoy el

    estatuto de una nueva lingua franca, precisamente por la contaminacin de

    nuestros idiomatismos, y ello independientemente de su origen britnico o

    americano?"47.

    As, en la revista holandesa Onze Taal [Nuestra lengua], J. J. Bakker

    aporta, de manera objetiva, una lista de "respetables razones" que permiten laintroduccin de palabras extranjeras (especialmente inglesas) en la comunicacin

    holandesa, tales como la ausencia de una palabra holandesa apropiada, la

    45 Willem Frijhoff, "Nationale talen, contacttalen, cultuurtalen: Lesen uit een geschiedenis"Kultuurleven, 55(8), 1988, pg. 728.

    46Ibid., pg. 724.

    47

    Ibid., pg. 728.

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    bsqueda de variedad, la necesidad de un trmino breve, la imitacin de unametfora eficaz y otras as. La nica norma (comn) parece ser la eficacia en la

    comunicacin y la nica forma censurable de enfrentarse a trminos extranjeros

    es su utilizacin gratuita -precisamente porque esto dificulta la comprensin.Muchas veces tal actitud es una reaccin contra lo que se considera un

    "provincianismo infructuoso": la produccin local ya no se ve como realmentedefectiva, sino que se espera que vaya ms all del contexto local. Esta actitud

    puede observarse, por ejemplo, en la industria del cine flamenca y holandesa de

    hoy (y tambin en muchas industrias cinematogrficas europeas). Desde luego no

    es el caso de las pelculas contemporneas que imitan modelos extranjeros (esdecir, americanos). Tratan ms bien de combinar elementos locales con algn tipo

    de "lenguaje flmico internacional". Los crticos con esa misma actitud noconsideran que estas pelculas sean imitaciones, sino que las presentan como lascontribuciones de una industria del cine ms pequea a otra ms amplia e

    internacional. Esta actitud puede incluso llevar al rechazo o al abandono de los

    rasgos y de los productos locales. En tal caso, ya no estamos ante una prcticadiscursiva local que establece su posicin dentro de una entidad ms amplia, sino

    ante un discurso hegemnico ms amplio que ignora o desprecia las prcticas

    locales. La doctrina transdiscursiva se convierte entonces en imperialista.

    Una vez ms, el tipo de reaccin parece depender de la posicin de undiscurso dado dentro de estructuras ms extensas. En consecuencia, no debe

    sorprendernos que una de las ms audaces propuestas "internacionalistas"imaginables fuera hecha respecto a las universidades holandesas. El ministro de

    educacion holands, Jo Ritzen, sugiri que el ingls pasara a ser la primera

    lengua en las universidades de los Pases Bajos. En nuestro lenguaje, estosignificara desgajar el holands cientfico de las "prcticas discursivas" locales y

    fundirlo completamente en una estructura internacional. No es tanto la

    propuesta en s lo que es significativo, como las reacciones de los creadores de

    opinin y del pblico holands. Los articulistas en los dos principales peridicosdel pas, Volkskranty NRC Handelsblad, se mostraron favorables con cautela,

    igual que hicieron algunos responsables de las universidades48. Los editores deOnze Taalcondenaron la iniciativa, pero no a partir de la idea de una presumibleprimaca de la lengua holandesa, sino ms bien porque teman que cierto tipo de

    discurso desapareciera del sistema, causando la consiguiente ruptura entre las

    48

    Arno Schrauwers, "De strapatsen van Ritzen" in Onze Taal, 59 (2-3), 1990, pg. 23.

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    lites intelectuales del pas y el pblico en general49. Sin embargo, hasta estaposicin relativamente moderada fue criticada por uno de los lectores de la

    publicacin50.

    Entre tanto, un debate similar haba tenido lugar en Flandes. Aunque endesacuerdo con la prctica real, la posicin oficial aqu est en contra del uso del

    ingls en las universidades. Esta reaccin es, una vez ms, una consecuencia de lasuperposicin de discursos: una de las primeras y principales reivindicaciones

    del nacionalismo flamenco (que se mantiene vivo en las universidades, entre

    otras instituciones, por razones financieras y como consecuencia de la inercia

    institucional) fue el derecho de las personas a ser educadas en su propia lengua.

    Como ya dijimos, una actitud transdiscursiva es problemtica per se.

    Cada prctica discursiva tiende a establecer su autonoma creando lasinstituciones correspondientes, por lo que una doctrina transdiscursiva, al

    cuestionar sus lmites, resulta por definicin una amenaza para la existencia de

    aquellas instituciones y, por eso mismo, para el orden y la estabilidad. Por elloprovocar reacciones defensivas que normalmente tomarn la forma de purismo,

    esto es, intentos de convertir en absolutas las convenciones del discurso

    amenazado51.

    Una segunda observacin relativizadora que debemos apuntar a

    propsito del "internacionalismo" de la doctrina lingstica flamenco-holandesatiene que ver con la interferencia de otro discurso: el de la radiodifusin. Enrealidad, si cada vez se hacen ms comentarios sobre la "corrupcin" de la lengua

    holandesa, ello se debe en gran medida a la posicin defensiva que el discurso

    intelectual en su conjunto se ve forzado a tomar ante los medios decomunicacin de masas. Las lites intelectuales (no slo en los Pases Bajos, sino

    en cualquier lugar del mundo occidental52), cuya posicin es legitimada apelando

    49

    "Engels als instructietaal", en Onze Taal, 59 (2-3), 1990, pg. 24.50Marius Roessingh, "Engels aan de universiteit", en Onze Taal, 59 (5), 1990, pg. 76.

    51Vase por ejemplo Arno Schrauwers, "De Veramerikaansing vanonze taal" in Onze Taal , 55 (5),1986, pg. 66 y su inmediata refutacin por A. J. Onstenk, "Mijn huis met auto-afdak?" in OnzeTaal, 55 (10), 1986, pp. 130-31, que expone las contradicciones internas de un discurso purista.

    52Por ejemplo en los Estados Unidos, E.D. Hirsch ha intentado establecer un canon americanooficialmente autorizado para la "alfabetizacin cultural". En este caso, la amenaza al discursoliterario constituida por los mass media resulta reforzada por la amenaza del dominiointelectual blanco que conforma la legitimacin (tarda pero corrosiva ya) de los discursos de las

    minoras tnicas.

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    a la vieja autoridad del discurso literario como productor de discurso social, venhoy amenazada su posicin dominante por la creciente influencia del discurso de

    los medios de comunicacin, que ellos no dominan y que nunca han sabido

    afrontar53

    . Como ya apunt, probablemente no hay mejor estmulo para tratarlas viejas convenciones como si fuese un absoluto, que una amenaza a la posicin

    dominante de las viejas instituciones que ellas legitiman.

    El modelo defectivo

    Finalmente, una prctica discursiva puede reconocer que le faltan loscomponentes necesarios a la hora de renovarse para adaptarse al cambiante

    contexto social. Adoptar entonces una posicin "defectiva" , se volver hacia

    discursos "extranjeros" e importar elementos discursivos54. Puesto que estaemigracin se presenta como un enriquecimiento del discurso receptor, estos

    elementos sern introducidos explcitamente como extranjeros. Dado que el

    repertorio del discurso de llegada resulta insuficiente, los elementos importadosno sern transformados de acuerdo con las convenciones de este discurso. La

    traduccin entonces estar bien vista.

    Esta es la actitud que ha marcado totalmente la evolucin del subsistemaliterario de la novela de detectives en la Francia de la postguerra. Una vez ms, la

    posicin concedida a este subsistema es una consecuencia de la interaccin entrevarios discursos. Antes de la Segunda Guerra Mundial, la novela francesa dedetectives constitua un sistema ms bien dbil: tena una tradicin muy limitada

    (esencialmente el autor de feuilleton de finales del siglo XIX, Emile Gaboriau y

    Maurice Leblanc, el creador de Arsne Lupin) y una produccin contemporneaigualmente limitada. La mayor parte de las novelas eran importadas de Gran

    Bretaa para ser publicadas en la coleccin "Le Masque" cuyos grandes autores

    eran Agatha Christie y Patricia Wentworth.

    Si la produccin local logr mantener una cierta autonoma, ello fuedebido exclusivamente al belga francfono Georges Simenon, que domin

    completamente el gnero. l integr la frmula policaca en la novela francesaburguesa de comienzos del siglo XX y as consigui delimitar una posicin

    53 Para un comentario ms amplio de las reacciones defensivas ante la cultura de los "mass-media", vase Robyns (1991).

    54 Even-Zohar (1978: 18). Prefiero el trmino "defectivo" a "dbil" o "dependiente" que Even-

    Zohar suele utilizar.

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    ambigua entre la novela de detectives y la ficcin "seria". En sus novelas y en lasde sus epgonos, el misterio cedi el sitio al melodrama, al psicologismo y a los

    slidos valores y modos de vida pequeo burgueses. Al funcionar como

    prototipo de novelista policaco francs entre-deux-guerres, Simenon sigui siendodurante aos el blanco favorito de los ataques para una nueva generacin de

    severos escritores franceses. Incluso en 1973, el Magazine littraire repasaba el

    perodo anterior y el inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial enestos polmicos trminos:

    Francia? Silencio...

    Simenon (Georges) reina. Desde los aos 30. Produce. Con un buen acabado. Cosido amano. Con puntos y comas. Una racin anual de Simenon. Simenon novela. SimenonMaigret... Pasto, congelado... Burgueses que producen para tranquilizar a losburgueses.55

    Entre tanto la novela de detectives anglo-americana estaba

    experimentando profundos cambios: el modelo dominante de la novela policaca

    fue atacado (violentamente) por autores americanos tales como DashiellHammett y Raymond Chandler. Para el lector americano de los aos 20 y 30, en

    un pas obsesionado por el crimen organizado y la corrupcin

    institucionalizada, los asesinatos en las bibliotecas de las tranquilas casas decampo inglesas haban perdido todo su atractivo. De ah la aparicin de la novela

    de detectives dura que poco a poco relegara el misterio a segundo plano para

    subrayar las violentas escenas de accin. Algunas de aquellas novelas (las deHammett y Raoul Whitfield) haban sido traducidas en Francia durante los aos

    30. Sin embargo, haban sido excluidas del gnero de la novela de detectives al

    ser publicadas (con escaso xito) en la coleccin Chef d'oeuvre du Roman

    d'Aventures. De esta manera la autonoma de la novela "literaria" de detectives en

    Francia quedaba preservada.

    Este frgil (pues esttico) equilibrio fue destruido despus de la guerra.La imagen de los Estados Unidos como vencedor de la guerra y protector de la

    Europa Occidental, as como su influencia econmica a travs del Plan Marshall

    (1947) y su dominio cultural mediante el control de los medios de comunicacin(con la imprenta europea y los sistemas de radiodifusin todava por

    reestablecer), dieron lugar a una moda por "comprar americano" sin precedentes.

    Los gobiernos locales intentaron restringir esta influencia. Por ejemplo, despus

    55

    Pierre Ysmal, "Du nouveau dans la Srie Noire", Le Magazine Littraire, 78, 1973, pg. 25.

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    de la guerra, Francia (como Italia y Espaa) impuso cuotas de importacin a laspelculas americanas, al tiempo que subvencionaba ampliamente la industria

    cinematogrfica local. En 1949 una ley de censura para los dibujos animados fue

    aprobada en Francia. Aunque oficialmente enfocada hacia la proteccin moral delos jvenes, iba claramente dirigida a las importaciones americanas. Sin embargo,

    estas medidas tenan efecto slo en reas en las que Francia poda replegarse

    sobre una slida tradicin local.

    Este no fue el caso de la novela de detectives. Apoyado por el desarrollo

    paralelo del cine negro, el gnero adopt una postura extremadamente defectiva

    hacia las importaciones anglo-americanas. Marcel Duhamel, el creador de lanueva pero tan influyente Srie Noire, dej claro en su introduccin de 1947 a

    varios volmenes de su coleccin que los nuevos modelos que se opondran a latradicin de Simenon eran britnicos y americanos: "Nosotros echamos mano delos grandes especialistas de la novela policiaca de accin: Burnett, James Cain,

    Hadley Chase, Peter Cheyney, Horace McCoy, Dashielle Hammett, Don Tracy,

    Raoul Whitfield, etc"56. El cambio de modelos no poda ser ms radical. Citemosuna vez ms a Duhamel: "El que guste de los enigmas a lo Sherlock Holmes no

    encontrar aqu lo que desea... Queda la accin, la angustia, la violencia -con

    todas sus formas y particularmente las ms abyectas- las palizas y las masacres".

    Como ya dije, el modelo defectivo trata las importaciones de otros discursoscomo un enriquecimiento y por ello enfatiza su carcter extranjero. En lo que se

    refiere a la novela de detectives, se dio una forma extrema de la postura

    defectiva: la produccin francesa neg su carcter local y se present a s mismacomo traducida. As las ediciones de Minuit, creadas en 1941, publicaron slo

    pseudo-traducciones. Sus directores, Louis Daquin y Louis Chavance, tomaron

    como pseudnimos Lewis MacDackin (!), Irving Ford y Jack River. Algunosautores, tales como Lo Malet y Jean Meckert, que se convertiran despus en los

    principales exponentes de la novela negra francesa, se presentaron como

    "americanos". De la misma manera, San-Antonio, que despus monopolizara laparodia de la novela dura de detectives, public sus primeras novelas en 1947

    con el pseudnimo de "Kill Him" [Mtale].

    La traduccin domin el gnero hasta los aos 60: el 75% de las novelasde la Srie Noireeran traducidas. Que la traduccin estuviera bien vista no debe

    sorprendernos, pues el discurso receptor ya no posea modelos propios con los

    56

    Citado por Jos Dupuy, Le Roman policier, Paris, Larousse, 1974, pp. 43-44.

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    que oponerse a los textos importados. Esto significa tambin que lastraducciones slo podan ser "fieles" al original (esto es, a los rasgos del modelo

    duro), puesto que no haba alternativas. Los autores franceses tardaron casi dos

    dcadas en desarrollar una versin francesa propia de la novela dura: la novelanegra. Poco a poco, el nmero de traducciones fue cayendo (especialmente en las

    nuevas colecciones) y los textos importados fueron adaptados una vez ms,

    como normalmente sucede en Francia57. En los 70, tuvo lugar otro cambio demodelos (la novela negra pas a ser neo-policaca), pero esta vez el cambio se

    origin a partir de la produccin local. As, en 1973, los editores de Magazine

    littraire podan repasar la historia de la novela de detectives y sacar

    conclusiones:Naci en Inglaterra en el S. XVIII, pero reapareci en la Amrica de los aos 30,transformada. Esta novela negra lleg hasta nosotros traducida en la Srie Noire.Despus los autores franceses la han comprendido, la han recuperado y nos explican,con cierto humor de novela negra, lo que en cierta manera es la Francia de hoy.58

    Aunque este hecho se inscriba en una tendencia sociocultural general del

    perodo de postguerra, la actitud defectiva del gnero de la novela francesa de

    detectives vino motivada esencialmente por necesidades intrasistmicas. Esto no

    es una condicin necesaria: una superposicin especfica de discursos puede

    tambin ocasionar un giro hacia un modelo defectivo. Wolfgang Bauer59

    cuentacmo la toma del poder por los comunistas en China, basada en un rechazo total

    del sistema poltico/social/cultural, forz al "mercado de bienes simblicos" ensu totalidad a adoptar un modelo defectivo respecto a la Union Sovitica desde

    finales de los aos 40 hasta el final de los 50. Ello signific desde luego que el

    sistema cultural chino se vio obligado a adoptar al mismo tiempo posicionestransdiscursivas respecto al discurso sociopoltico total. Se puso en marcha una

    enorme mquina de traducir con miles de traducciones (y retraducciones!) de los

    textos rusos producidos en cada rea, desde la literatura a las ciencias naturales y

    la ingeniera60. El modelo defectivo respecto a la Union Sovitica determin

    57Para un estudio ms detallado de las estrategias de traduccin en este periodo, vase Robyns(1990).

    58"Le Roman Noir", Le Magazine littraire, 78, 1973, pg. 10.

    59Wolfgang Bauer, Western Literature and Translation Work in Communist China, Frankfurt/ Berlin,Alfred Metzner, 1964

    60

    Ibid., pp. 6-12.

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    3

    incluso la seleccin de autores occidentales para que se tradujeran al chino, comoBauer demuestra claramente (ibid., pp. 22-26). Cita una declaracin realizada en

    1959 por profesores comunistas chinos: "Al promover un amplia difusin del

    socialismo, la literatura del socialismo y del realismo soviticos ms avanzadosconcuerda con nuestra educacin intelectual y nuestra siempre creciente

    necesidad de prstamos culturales"61.

    Sera difcil encontrar una demostracin ms clara de algunas de las

    principales hiptesis apuntadas en este artculo: el reconocimiento explcito del

    "enriquecimiento" mediante la inmigracin discursiva como tpico del modelo

    defectivo; la importancia de las relaciones de poder entre prcticas discursivas; lanecesidad de estudiar discursos en lugar de textos y no digamos los textos

    literarios exclusivamente .

    A manera de conclusin

    Si extendemos la nocin de traduccin para incluir la migracin y la

    transformacin de elementos discursivos, si dejamos de limitar nuestros estudios

    a los textos (literarios), si consideramos las relaciones de poder entre discursos

    como el principal factor para determinar si la traduccin ser considerada una"amenaza" a la autonoma y a la identidad discursiva, entonces no podremos

    evitar formular las mismas preguntas acerca de nuestro propiodiscurso. En primerlugar, el utilizar la misma perspectiva para nuestro tema de investigacin y paranuestro discurso puede salvarnos de la ilusin de una "ciencia neutral" y, al

    mismo tiempo, permitirnos encontrar lo que yo considero uno de los criterios

    bsicos de las ciencias culturales contemporneas: la gran importancia concedidaa los factores histrico-contextuales respecto al objeto y al sujeto del discurso.

    Sin embargo y para ser ms preciso, el fenmeno de la construccin de la

    identidad parece particularmente importante dentro del campo de los estudios

    de traduccin. En realidad, la unidad y la identidad de esta "(inter)disciplinasemi-autnoma"62no son evidentes en s mismas. En los ltimos tiempos se han

    realizado muchos intentos de intergrar diferentes perspectivas: obras como la deMary Snell-Hornby, revistas como Target(fundada en 1989) y actas de congresos

    como Translation Studies: The State of the Art. Con todo, la heterogeneidad de estas

    61Ibid., pg. 18.

    62

    Toury, G. y Lambert, J. (1989: 1).

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    publicaciones revela el carcter artificioso de esta llamada disciplina. Tres ramasde las humanidades forman la base de este edificio: la lingstica, la enseanza de

    la traduccin y la literatura comparada. Las tres han competido en este terreno y

    han adoptado una postura ms o menos "imperialista" hacia las otras. As Snell-Hornby se apropia de varias perspectivas y conceptos sin llegar ms all de la

    finalidad de la enseanza vocacional de la traduccin, quizs como reaccin a

    una ciencia de la didctica de la traduccin. De la misma manera, en suintroduccin a Translation, History and Culture, Bassnet y Lefevere declaran

    referirse a la traduccin en general (p. IX), pero enseguida restringen

    implcitamente "traduccin" a traduccin literaria. As la"revolucin cultural"

    evocada en esta obra parece ser un intento de imponer los modelos de la

    traduccin literaria a la disciplina como un todo.Por otro lado, la falta de una identidad bien delimitada para la

    "disciplina" de los estudios de traduccin ha dado lugar muchas veces a una

    actitud defectiva hacia otras disciplinas, con conceptos y modelos que han sido

    importados de otros discursos diferentes63. Sin embargo, llevados por lanecesidad de preservar la autonoma problmtica de los estudios de traduccin,

    estos prstamos siempre han sido parciales. Por ejemplo, la introduccin del

    concepto sociocultural de "norma" por Gideon Toury (1978) ha tenido sin duda

    una influencia decisiva en este terreno, pero muchos estudiosos -a causa de lafirme determinacin de restringir la traduccin a relaciones binarias entre textos-

    han ignorado los aspectos socio-institucionales de este concepto. Muy

    recientemente, nociones sociocrticas como "discurso" han sido importadas (porejemplo, por Annie Brisset entre otros), pero una vez ms a costa del aspecto

    institucional.

    As parece que la unidad postulada y la autonoma de los estudios de la

    traduccin se basan en una "doxa" especfica y aparece reforzada por factores

    institucionales, tales como los programas de enseanza de la traduccin, aunque

    es una doxa que limita mucho las preguntas que pueden ser formuladas. Enrealidad, el nico terreno comn para los lingistas, los estudiantes de literatura

    comparada y los profesores de traduccin parece ser el texto

    (interlingsticamente) traducido. Por ello, la existencia de una disciplinaunificada exige que todos los dems aspectos (esto es, otras interferencias

    culturales / discursivas, discursos sobre la traduccin, factores institucionales,

    63Un diagnstico similar ha sido hecho por Roda P. Roberts, "The Need for Systematization of

    Translation Theory" en Translation. On future, ed. Paul Nakerman, Maastricht, Euroterm, 1988 yDirk Delabastita (1991).

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    etc.) sean relegados a un "contexto" al que tendremos que apelar a posteriori afinde explicar algo, pero que no puede ser nunca un objeto real de estudio.

    Espero haber demostrado aqu que tal reduccionismo es insostenible: no

    se puede distinguir la traduccin de otras formas de "migracin discursiva", lasestrategias de traduccin de los discursos sobre la traduccin y "lo extranjero" o

    los procedimientos textuales de las estrategias institucionales. Desde este puntode vista, los "estudios de traduccin" seguiran este camino: tras la identificacin

    provisional de una prctica discursiva, estudiaramos las formas en las que esta

    prctica discursiva construye su identidad, su posicin relativa respecto a otros

    discursos, los diferentes tipos de interferencia entre ellos, las formas en las que eldiscurso (o cualquiera de sus participantes) se relacionan con la interferencia y

    las relaciones entre esas actitudes y las posiciones socio-institucionales de susdefensores. Esta doctrina "transdiscursiva" (que ya ha sido formulada en 1981 porEven-Zohar en su "Call for Transfer Theory") no quiere ser otra "teora de la

    traduccin", muy al contrario, se cuestiona la posibilidad misma de una teoraindependiente, de una disciplina para la traduccin.