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ROMANTICISMO, NACIONALISMO

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1. CAMBIO DE COORDENADAS

Un sistema de coordenadas permitedeterminar la posición de un punto en elespacio. La situación del sistema es arbi-traria, de forma que el punto puede coinci-dir con el centro o encontrarse en cual-quiera de los cuadrantes, y la ecuación delpunto es diferente en cada caso. Las coor-denadas de la Ilustración habían sido larazón universal y el individuo singular, entanto las del Romanticismo fueron las cul-turas nacionales y el pueblo. La diferenciade coordenadas produjo una imagen con-traria de la realidad. El rechazo de losprincipios de la Ilustración –la razón comomedio de conocimiento, el individuo comofin de la creación, la felicidad materialcomo objeto de la existencia, la concepciónmecanicista de la naturaleza– y de lasaportaciones de la Revolución –los dere-chos individuales, la participación de lasciudadanos y la división de poderes–, diolugar a una nueva época, caracterizada portres procesos decisivos: el paso de la razónnatural a las culturas nacionales, el de lasociedad al pueblo y el de la concepciónmecánica a la orgánica. La distinción entreel Sturm und Drang y el Romanticismopuede tener sentido en el terreno del arte yla literatura, en tanto en el terreno del pen-samiento nos parece inapreciable.

a. De la razón natural a las culturasnacionales

La teoría del conocimiento es un capi-tulo del pensamiento que puede aislarse

para poner de manifiesto su desarrollo. LaRevolución científica creó un lenguajeespecífico para construir la ciencia físico-matemática, y la petit école de Port Royalfue el origen de la Gramática general y razo-nada que pretendía explicar los principioscomunes a todas las lenguas. La Ilustra-ción hizo de la razón el fundamento delpensamiento y la educación, en tanto elRomanticismo dirigió sus armas contra elme- canicismo newtoniano y la razón natu-ral.

El paso de la razón universal a las cul-turas distintas se inició con el estudio de lainfluencia del lenguaje en el pensamiento yen la expresión de los sentimientos, queson la materia de la intercomunicación

Retrato del artista como joven incendiarioUno de los más románticos pintoresneoclásicos, Aune-Louis Girodet, dacumplida noticia de sí. Como no podíaser menos, se nos presenta juvenil,decidido, consciente de sí mismo y desu genialidad. El viejo orden sedebilita, y, en consecuencia, el cabellose desordena como agitado por elanhelo y la furia de su poseedor. Elartista se concentra sobre algo que novemos; la mirada es firme, la actitudresuelta. ¿Tendrá la belleza al alcance de sus manos?[Autoretrato de Girodet. Bibliothèque de la Faqculté de Mèdecine, París.] J. P. T.

La unificación alemanaLa historia de una nación, escribióuna vez Theodor Mommsen, es lahistoria de un vasto sistema deincorporación. La sentencia se aplicó,sobre todo, al Imperio Romano. Perotambién podría describir el procesode construcción, en el siglo XIX, de suauto-proclamado heredero, elImperio Germánico: «unificación»jurídico-estatal de una sólida –y antigua– «nación cultural» queigualmente cabe interpretar entérminos del imparableengrandecimiento y ampliación de laPrusia bismarckiana. J. P. T.

humana. La crítica kantiana de la razón(1781) era una teoría que distinguía entredos formas de conocimiento: sensible(intuición) e intelectual (concepto). El pri-mero requería la referencia a un espacio ytiempo determinados, que concebía comoformas a priori de la sensibilidad, y estaba

limitado a las cosas que entran en contac-to con los sentidos (fenómeno). El segun-do remitía a los objetos que el pensamien-to construía (noúmeno), como el alma oDios. El análisis kantiano del pensamientofue objeto de criticas desde posiciones dis-tintas. Hamann (1730-1788), que veía en

la fe una forma de conocimiento trascen-dental que la razón no podía probar nirefutar, y que había criticado a los ilustra-dos por su confianza en la razón y porsuponer que su ejercicio contribuía albeneficio público, dedicó un texto breve,la Metacrítica del purismo de la razón (1784),a denunciar lo que concebía como unahipóstasis de la razón, al concebirla comouna realidad independiente en vez de veren ella un atributo que se manifiesta en laacción del sujeto. Añadió una observación,ajena al tema, que dio origen al desarrollode la teoría de la lengua como cuestiónprevia al conocimiento, al postular que elsignificado estaba determinado por el len-guaje, que es «la causa del malentendimien-to de la razón consigo misma». Fue elpunto de partida del discurso que hizo delas lenguas la fuente del conocimiento.

En 1769, la Academia de Ciencias deBerlín había convocado un concurso sobreel tema: «¿Pudieron los hombres inventarel lenguaje con sus facultades naturales?».Herder (1744-1803) obtuvo el premio conel Ensayo sobre el origen del lenguaje, quepublicó en 1772. Criticaba las hipótesisaportadas sobre la cuestión por Rousseauy Condillac, que veían el origen del len-

guaje en la expresión espontánea de unasensación y en la convención con una solafrase: «Rousseau ve en el hombre un ani-mal, Condillac hace del animal un hom-bre». Respondió positivamente a la pre-gunta de la Academia y mostró sus efectos–la razón controla y organiza la experien-cia por medio del lenguaje– y continuidad–la lengua es el medio de transmitir elconocimiento de una generación a lasiguiente–. «Con la lengua recibe el almaentera, todo el modo de pensar de sus pro-genitores». Y formuló las que considerabaleyes fundamentales del lenguaje:

• el hombre es un ser activo quepiensa, de ahí que sea una criaturahablante

• el hombre es un animal social, lacomunicación requiere una lengua

• en la misma medida en que lahumanidad se divide en gruposmenores se separan las lenguas

Cada lengua reflejaba los valores ysentimientos de la comunidad, que setransmitían a las generaciones posterioresmediante la lengua. «Todos llegamos aluso de la razón únicamente por el lengua-je y por este a la tradición mediante la fe en

Alemania, 1848: los dos lados de la barricada

A la derecha de la imagen, unbatallón regular, disciplinado y

mortífero; a la derecha, la versiónecuestre de la misma maquinaria de

coacción, En el centro del cuadro,que recrea los combates en

Alewxanderplatz, en la noche del 18al 19 de marzo de 1848, la barricada,

desordenada, caótica, escupe nomenos fuego, y va poblando de

heridos el espacio público. Todo arde.La bandera amarilla, roja y negra,

ondeando sobre la barricada, sugierela básica lealtad de los sublevadoscontra el orden post-napoleónico.Dos meses más tarde, Frankfurt

acogerá la reunión de un Parlamento.[Kunstbibliothek, Berlín.] J. P. T.

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Alemania, 1848: el honor de los vencidos

En Berlín, marzo de 1848 fue tiempode barricadas. Ciento ochenta y tres

civiles pagaron la rebelión con su vida.Fue el 18 de marzo. Cuatro días más

tarde, el 22, los ataúdes fueroncolocados en las escaleras de la

catedral alemana de una plaza célebre,la Gendarmenmarkt. Aquel

levantamiento no cumplió del todo susobjetivos. Casi simbólicamente, el

cuadro que representaba estos hechos,de Adolf Menzel, quedó inacabado.

Para Federico Guillermo IV, sinembargo, fue la hora del respeto –y de

una cierta claudicación–.[ Kunsthalle, Hamburgo.] J. P. T.

• al perseguir sus propios valores, lasculturas son incomparables

Del mismo modo que no había unalengua universal, no existía una culturacomún, sino culturas de los pueblos. Apartir de este momento las culturas ocupa-ron el centro del debate.

b. De la sociedad civil al pueblo

La concepción romántica del pueblofue una consecuencia de la invención delas culturas, en la medida en que estasnecesitaban un sujeto colectivo y eterno.En tanto los ilustrados habían explicado lasociedad como el resultado de un contrato,que podía extenderse por mutuo acuerdopara incluir a otros colectivos, como suce-dió en los Estados Unidos y en los territo-rios europeos que decidieron medianteplebiscito su adscripción a uno u otroEstado, los autores del Sturm invirtieronlos términos, al considerar al individuocomo un producto social y al pueblo comola realidad natural, de forma que solo con-templaba la unión de los pueblos divididosy la secesión de los integrados en un Esta-do multinacional. En este terreno había unantecedente que los románticos recupera-ron. Los valores universales de la Ilustra-

ción habían sido negados en su origen porGianbattista Vico (1668-1744), que iniciósu carrera como crítico del conocimientofísico-matemático de la naturaleza. A par-tir de un dudoso postulado que considera-ba como criterio de veracidad –solo setiene un conocimiento verdadero de aque-llo que uno ha creado–, rechazó el conoci-miento físico-matemático de la naturaleza,por ser creación de Dios, y sostuvo encambio la posibilidad de conocer con cer-teza la realidad social y la historia, que soncreaciones humanas. En los primeros años

Cultura y política en los espacios públicosEste cuadro de Johann PeterHassen-Clever (1843) representa unade las instituciones culturales másimportantes de la época. Nacidos enel siglo XVII como consecuencia dehaber periódicos en los cafés, losgabinetes de lectura eraninstituciones públicas cercanas a losclubes, aunque estos eran privados.Básicamente se leía en ellos la prensa,pero también otro tipo de obras.Desde el punto de vista político, suimportancia es evidente; es unainstitución típicamente burguesa.[Alte Nationalgalerie, Berlín.] J. A. B.

la palabra de nuestros mayores». Las dife-rentes lenguas expresaban las diversassensibilidades de cada pueblo y no eraposible manifestar los sentimientos máshondos en una lengua extranjera. En1773, después de sus conversaciones con

Goethe en Estrasburgo, publicó un mani-fiesto (En torno a los caracteres del arte ale-mán) en el que destacaba la importanciade la lengua para la construcción del pen-samiento, el carácter social e histórico dela razón, la irreductibilidad de las diferen-cias culturales, contrarias a las normas delclasicismo: el valor de la poesía popular, laimportancia de la visión personal del artis-ta, etc. En 1781, coincidió en Weimar conAdam Müller, que conservó el recuerdo desus conversaciones, en tanto su influenciaes visible en las Ideas para la filosofía de lahistoria de la humanidad de 1784, la obracapital del historicismo, donde se encuen-tran las proposiciones fundamentales delmovimiento:

• todas las instituciones y accioneshumanas están sometidas al cambioy a las circunstancias

• toda cultura es una unidad orgánica singular e irrepetible

• el desarrollo de la cultura es unasecuencia orgánica: nace, crece ymuere

Una transición insensible: loromántico se insinúa en Arcadia

La Naturaleza (tierra, mar, cielo,animales y vegetales) envuelve al

hombre, sus trabajos y sus días, conuna luz brillante, calma, tras cuyo

misterio se adivina el infinito. En laarmónica majestad del Todo, mundoy flautista parecen fundirse en Uno.

En el lienzo de Claude Lorrain, sediría, han venido pues a

materializarse las nostalgias deHiperión. Pero estamos en pleno

siglo XVII: las raíces delRomanticismo calan muy hondo

en la memoria de los europeos. [Musée des Beaux-Arts, Nancy.] J. P. T.

La ficción romántica reinterpreta el pasado

La «Edad Media» soñada por elRomanticismo, con todo el prestigio y

los esplendores que suele prestar laimaginación: a los pies de una

supuesta catedral gótica, personajesanónimos se afanan en sus tareas,

unidos por la armonía de un trabajoen común; agujas y torres del

Edificio, así como de la ciudaddominada por aquel, se dirigen condecisión hacia el cielo. Tras la mole,

el fuerte contraste de una luzbienhechora, símbolo de aquella

sacralidad que, se supuso, amparó por entonces la vida.

[Catedral gótica junto al agua, porKarl Friedrich Schinkel.] J. P. T.

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La frágil ciudad del tribunal de la RazónMediado el siglo XVIII, Königsberg,en la imagen, comienza a ser unvigoroso centro de irradiacióncultural. Kant, que ha nacido en ella,y que desde 1740 estudia en suUniversidad, ha publicado ya su primera obra de envergadura. Laprimera de las Críticas llegará treintaaños más tarde. También Hamann haestudiado allí, y Herder no tardarámucho en hacer su aparición: eluniverso de polémicas que acompañóla caída del racionalismo encontró allísu eco; y allí madurarían no pocassemillas del mundo que se anunciaba.J. P. T.

ban la lengua materna. El pueblo era elmedio social en que el individuo desarro-llaba su existencia, de forma que al cum-plir la ley no se sometía a la fuerza, actua-ba de acuerdo con los principios delespíritu, y compartía la cultura, que lo dis-tinguía de los miembros de otros pueblos.En 1765, al intervenir en un debate sobrela influencia de la Iglesia católica en Ale-mania, Möser había utilizado la palabraespíritu (geist) en el título de su obra Womdeutschennational-Geist, aunque su conteni-do se refería al sentimiento patriótico pru-siano tras la Guerra de los Siete Años. FueHerder quien creó la nueva acepción, alreferirse a la estrecha relación entre la cul-tura y el pueblo: Geist des Volkes, Geist derNation, Nationalgeist. Concebía el pueblocomo una unidad biológica y cultural, for-mada por los descendientes de una primi-tiva comunidad, que se distinguía de lasdemás por la lengua, el derecho y la cultu-ra, las creaciones propias del pueblo. Entorno a 1800 apareció un término nuevo,das Ganze, para referirse a la totalidad, unorganismo dotado de vida propia, confines propios que no coincidían con los delos individuos. En 1801 Hegel encontró laforma definitiva del concepto: Volkgeist. Elliberalismo fue despojado de una parte desu patrimonio imaginario cuando lanación, el conjunto de los individuos, seidentificó con el pueblo de los románticos.

La concepción del individuo resultadesconcertante debido a la invocación dela Humanität como el objetivo común de laespecie, dada la diversidad de las posibili-dades que ofrecen las distintas culturas.Dicha concepción identificó la humaniza-ción con el desarrollo de la especie hacia larazón y la libertad, y concibió la educacion(Bildung) como la autorrealización delindividuo. La realización de la humanidadpersonal requiere el pleno desarrollo de lasfacultades individuales para llegar a seruna única y armoniosa totalidad. La auto-rrealización de cada uno, la humanización,no va más allá de lo que permite la cultu-ra, y es una obligación de la sociedad yresponsabilidad del Estado contribuir a su

formación. La invención del pueblo es elcriterio para descubrir la diversidad den-tro de la unidad de la especie. En 1806, enun momento crítico de la historia de Pru-sia, en que las tropas imperiales ocupabanBerlín, Fichte invocó la unidad del puebloalemán en sus Discursos a la nación ale-mana.

c. Del mecanismo al organismo La imagen físico-matemática del mun-

do había contribuido a explicar ciertos

veinte estudió los sistemas jurídicos y llegóa la conclusión de un único principio y fin,en tanto los contenidos eran diferentes, yexplicó la diferencia por la diversidad delas sociedades. Dedicó dos décadas (1725-

1744) a pulir la doctrina, de la que ofreciótres versiones sucesivas con el título Prin-cipios de una nueva ciencia en torno a la natura-leza de la nación. La primitiva acepción deesta voz designaba el lugar del nacimiento,y se usaba para distinguir a determinadoscolectivos respecto a los que no eran natu-rales del lugar, y adquirió entonces el sig-nificado de una sociedad singular definidapor ciertos caracteres diferenciales: len-gua, historia, derecho. El hombre, talcomo lo conocemos, no es el creado porDios, sino el producto de un desarrollohistórico. La conclusión que extrajo fuepostular la existencia de dos naturalezas;la natural, que identifica al individuo comomiembro de la especie, y la social, que lodistingue de los de las otras sociedades.Cada una de ellas es un producto distintoy no hay lugar para su ordenación.

Herder ofreció una imagen del indivi-duo como realidad social e histórica: «nin-gún hombre se ha hecho hombre por símismo», la criatura «con la lengua recibíael alma entera, todo el modo de pensar, desus progenitores». Definió al pueblo (volk,nation) como la comunidad de los que usa-

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La unificación italianaEn un espacio relativamente breve detiempo, una Italia fragmentada,sometida a la dominación depotencias y/o dinastías foráneas, y sin—en apariencia— más horizontecultural que la nostalgia, suporeconstruir, casi en su integridad, suantigua unidad político-nacional.Guerras, obstinación, audacia ydiplomacias contribuyeronconjuntamente al éxito de unaoperación que, significativamente, secerrará en el centro de la Península,con la anexión de los EstadosPontificios y de su capital: Roma. J. P. T.

Herder: el polígrafode amplia herencia

Autor de una literatura torrencial,Herder, esta tranquila figura,

adecuadamente envuelta en ropajeseclesiásticos, contribuyó

decisivamente a la superación delAntiguo Régimen –y a la

consiguiente conformación dealgunas de las corrientes que

constituyen la contemporaneidad–.Discípulo de Hamann, anti-kantiano

de primera hora, mentor del Sturmund Drang a Herder se remontan,

entre otras, perspectivas que habránde ser tan poderosas como la filosofía

de la Historia, o la reflexión sobre el lenguaje.

J. P. T.

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Bandidos y piratas como formas dealteridad del hombre moderno

La pintura muestra una escenanetamente romántica. A los bandidos,

personajes característicos de laliteratura y el arte de la época, que

dan cuenta del desclasamiento socialy de la ruptura con el entorno por

parte del hombre romántico, sesuman la noche, territorio favoritodel marginado, y la ruina, que da

cuenta de la fugacidad y caducidaddel ser humano. El gusto por lo

gótico y lúgubre adorna la escena,que marca también la tendencia

a alejarse de los lugares de orden del «burgués».

[Museo Romántico, Madrid.] J. A. B.

Johann Gottlieb Fichte: si Alemania despertara… Desde la cátedra de Fichte,representado en esta xilografía, no esel filósofo de Rammenau el quehabla: es la propia vida, el propiopensamiento divino y vivo el quesurge con el más firme empeño pormoldear el mundo. Esa vida es la vidade la Nación; y es también, por tanto,la vida que se encarna en esa únicalengua originaria (excepción hechadel griego), el alemán, en que sabehablar el único pueblo originario,original, llamado como por esencia aeducar al mundo.J. P. T.

organismo como la unidad de la mente y lamateria, de forma que cada uno lleva en suinterior la razón de su existencia, y veía enella el modelo del yo y del mundo.

La concepción del pueblo como reali-dad cultural permitía distinguir a cadauno de ellos de los demás, sin explicar lanaturaleza del vínculo que mantenía uni-das a sus partes. La sociedad civil, queresultaba del contrato, era un conglomera-do de individuos distintos, aislados por lapersecución de sus intereses personales.Para superar una condición que impedía eldesarrollo de las posibilidades individua-les, aplicaron la idea del organismo paradenominar una forma superior de sociabi-lidad, la «comunidad». Era una formaciónhistórica en vez de una decisión políticaque se toma en un momento dado, se man-

tenía en virtud de una lengua común, delas costumbres y tradiciones compartidasque apuntaban a un cierto destino. El leit-motiv de la obra de Schlegel (1772-1829)era la integración del individuo en lacomunidad, la confesionalidad del Estado,dedicado a promover la humanidad en losindividuos por medio de la educación. Elpensamiento orgánico de Fichte (1762-1814) aparece en los Fundamentos del dere-cho natural (1796-97), donde explica cómola libertad de uno requiere la de los otros.Todos desean que las relaciones mutuas seajusten a una regla, y alguien ha de ejecu-tar la ley mediante la compulsión. El con-flicto entre la libertad individual y la com-pulsión del poder se resuelve mediante elcontrato, una acción natural en vez de unacto de voluntad. La sociedad es un orga-

El (re)nacimiento de un ImperioEl cuadro de Anton von Werner(Proclamación del imperio alemán el 18 deenero de 1871 en la galería de los espejos deVersalles, 1889), imagina un momentode raro relieve histórico; y lo hacecon el alto estilo militar y heráldicoque se consideró adecuado:uniformes, medallas, espadas, cascosy banderas. Encuadrados por los símbolos de la guerra, losprotagonistas de la jornada acentúansu estatura: Guillermo I de Prusia,Bismarck (verdadero héroe de larepresentación), Moltke. Todo elcuadro respira triunfo, auto-afirmación, virilidad. Sin la másmínima duda, el mensaje eselocuente: fue sobre la adhesión deun ejército victorioso sobre lo que selevantó el II Reich, y, con él, laAlemania bismarckiana.[Bismarck Museum, Friedrichsrull.] J. P. T.

fenómenos vitales, sin ofrecer una concep-ción de la vida. El Romanticismo propor-cionó el ambiente para la constitución de laNaturphilosophie, que pretendió explicar ladiversidad de los seres vivos a partir de unamateria única y unos principios de organi-zación. Era la otra cara de la Philosophianaturalis newtoniana. En la Historia generalde la naturaleza (1755), Kant había ofrecido

una cosmología mecanicista, la versión filo-sófica del discurso newtoniano, en la que seencuentran intuiciones que la observacióncientifica confirmó: la concepción de la VíaLáctea como un disco aplanado, la forma-ción del Sistema Solar a partir de unanebulosa, la creación ilimitada de materia.Tres décadas después, en los Principiosmetafísicos de la ciencia de la naturaleza(1786), utilizaba los conceptos de «orga-nismo» y «finalidad» para sustituir la con-cepción mecánica de la naturaleza por otra,dinámica. Un organismo se caracterizaporque sus elementos son, a la vez, mediosy fines, y por contar con un principio regu-lador que descubre la finalidad de su exis-tencia. Goethe (1749-1832) concebía lanaturaleza observable como el resultado deuna permanente transformación, creó lavoz «morfología» para describir los carac-teres de los seres vivos, e imaginó la orga-nización de la planta y el animal origina-rios. En tanto la Óptica de Newtondescribía los fenómenos asociados a la luz,Goethe analizaba los fenómenos asociadosa la percepción en la Teoría de los colores(1810). Schelling (1775-1854) concebía el

1830: Revolución, Acto SegundoA lo largo de tres jornadas de julio

que, un día, se calificarán de«gloriosas», las calles de París se

vuelven a llenar de humo, confusióny cadáveres. La inmortalizada por

Joseph Beaume aquí, es la jornadadel 28: dos días antes, Carlos X había

suprimido la libertad de prensa,disuelto la Cámara y modificado laley electoral; no tardará mucho en

verse obligado a abdicar. En elcuadro, dos detalles inequívocosmarcan la pauta: el gorro frigio

de la figura en primer plano,la bandera en el extremo opuesto.

[Château de Versailles.] J. P. T.

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El aparente sosiego del Romanticismofilológico: Friedrich SchlegelUna vez, el Romanticismo giró entorno a este personaje algorechoncho, bonachón; este rostrorisueño y apenas aristado. A él,Fiedrich Schlegel, a su hermanoGuillermo Augusto y a la pequeñanube de genios precoces (Novalis,Tieck) que tuvieron por amigos.Pocos como él supieron definir «loromántico» en los debidos términosalusivos a la ironía y al fragmento. Lalingüística, la historia de la literaturay la teoría literaria le deben mucho.La Restauración y el catolicismo, mástarde, también.[Goethemuseum, Frankfurt.] J. P. T.

1806: la imparable primacía deNapoleón

Cuando se derrota a un enemigo, sepenetra en su territorio; se irrumpe

en su capital; y se hacen acasocaracolear los caballos sobre el

empedrado de una ciudad moderna,cuyos edificios denotan voluntad de

permanencia, un cierto gusto porvolver al pasado. Pero eso es,

justamente, lo que recoge esta obrade Charles Meynier, la entrada de

Napoleón en Berlín (27 de octubrede 1806) –ya eso es lo que acaba de

ocurrir: Jena y Auerstädt handecidido, por el momento, la suerte

de Prusia. La Revolución, hechaImperio, pasea su triunfo por un

corazón simbólico del antiguo orden.[Château de Versailles.] J. P. T.

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dos alemanes medievales. Gentz (1764-1832), consejero de Metternich en el Con-greso de Viena y traductor de Burke, selimitó a la crítica de la Ilustración y laRevolucion. Savigny, el fundador de laEscuela histórica del Derecho, adoptó ladoctrina del espíritu del pueblo para des-cribir la elaboración de la ley que, en vezde ser la decisión de una asamblea, se ini-cia en la costumbre y se desarrolla con lajurisprudencia. La ley no es invariable, serenueva con el paso del tiempo y el cambiode las circunstancias. El príncipe interpre-ta el Volkgeist para hacer la ley y, si se equi-voca, el pueblo anula su decisión median-te el desuso. Desde estos supuestos, seopuso a la propuesta de Thibaut parahacer un código para Alemania, en unescrito polémico, De la vocación de nuestrosiglo por la legislación y la jurisprudencia(1814), que tuvo una gran difusión a esca-la continental.

2 . LITERATURA Y ARTE

El Romanticismo, como movimientoartístico, más concretamente literario,

comenzó en Berlín en 1797-1799, años enque la revista Athenäum fue portavoz de lasnuevas tendencias artísticas. El término,procedente del francés, había servido en elsiglo XVIII para referirse a lo irreal, absur-do y desproporcionado. Individuo y liber-tad, concebidos por los revolucionarioscomo el sujeto y el primero de los dere-chos, respectivamente, se convirtieron envalores fundamentales para el Romanticis-mo con la colaboración de Kano, que enlos años sesenta había sustituido la felici-dad por la libertad como objeto de la ley.En tanto la felicidad material era una res-ponsabilidad del príncipe, el individuo erael sujeto de la libertad. La libertad delartista en cuanto a su vida y a su obra diolugar a un estilo de vida y a un cambio decanon. La autorrealización personal, eltema central de la Bildung, impuso a loscreadores una tarea imposible, la integra-ción de los contrarios, la experiencia detodas las posibilidades: el ansia, el anhelo(Shensucht) de alcanzar la plenitud creóuna conciencia de frustración, una melan-colía a la que diagnosticaron como Le mal

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nismo, un totum, no un compositum, quecompara con un árbol, en el que cada partesostiene al todo y el todo mantiene a las par-tes. Schleiermacher (1768-1834) hizo de lareligión la piedra angular de la educación yla autorealización personal. Adoptó en1800 la concepción orgánica del Estado y,de acuerdo con el principio de que los orga-nismos se conocen a través de su origen ydesarrollo, llegó a la conclusión de que la

monarquía era la forma más adecuada paralos grandes Estados, y que la forma madu-ra del Estado era aquella en que el contras-te entre el gobernante y los gobernados eramayor, para favorecer la interacción políti-ca. El nombre que convenía a esta forma deEstado era el de nación-estado (Volkstaat).

El tránsito de la comunidad al Estadoorgánico se produjo con los Elementos depolítica (1808-1809) de Adam Müller, en losque sociedad y Estado se confunden. Lanecesidad del Estado, manifiesta en la gue-rra, hace que el individuo no se pueda pen-sar fuera de él, ni pensarlo desde fuera. Lafunción del Estado no se reduce a promo-ver la felicidad de los individuos; en lacomunidad cada uno está en condiciones derealizar su función social. La definición delEstado es la descripción de un organismo:«...es la conexión íntima de todas las necesi-dades físicas y espirituales, de todas lasriquezas físicas y espirituales, de toda lavida interior y exterior de una nación paraconstituir un gran todo enérgico e infinita-mente movido y vivaz».

Además de crear el nacionalismo, elRomanticismo introdujo el tradicionalis-mo, un pensamiento conservador e histori-cista dirigido a combatir el liberalismo, apartir de sus fundamentos ilustrados: lacapacidad de la razón y la idea de la felici-dad personal. Los derechos individuales,en su versión liberal, fueron objeto de unacrítica sistemática, que se extendió a lasconsecuencias políticas extraídas por losrevolucionarios: soberanía nacional, divi-sión de poderes y representación nacional,al entender el adjetivo en el sentido delEstado-Nación. La concepción orgánicadel Estado fue el fundamento teórico de ladoctrina, basada en el caso de Möser(1720-94) en una serie de proposicionesalternativas a las liberales: las necesidadesy los derechos no son naturales sino socia-les, el Estado no es un constructo, sino unproducto histórico, no es un colectivo, sinouna jerarquía de funciones, no cambia porla voluntad de los individuos, sino por laacción de la Historia. El modelo de Estadoque proponía era el de los pequeños esta-

En la encrucijada de las posibilidadesA mediados del XIX, el Constructor, elArquitecto, bien puede ya tendersesobre un desmesurado capitel, y planosen mano considerar los diferentesestilos que se le ofrecen como posibles:¿levantará una pirámide, un templo nomenos egipcio? ¿alzará un pináculogótico? ¿se inclinará por restaurar lasolidez del clasicismo? Por su atuendo,nuestro arquitecto recuerda a FranzLiszt. Y es que todo toma un decididoaire teatral: se retiran las cortinas, y el Creador de Monumentos nospermite, por un instante, participaratónitos de su ensoñación.[El sueño del arquitecto(1840), porThomas Cole. Museo de Arte, Toledo, Ohio.]J. P. T.

Retrato de Novalis, ingeniero y poetaEn 1799, fecha en la que

presumiblemente vio la luz esteretrato, Friedrich von Hardenberg

tenía veintisiete años. Y solo habríade vivir dos más. Lo juvenil y hastaaniñado del rostro responde pues auna realidad: es el rostro de alguien

que se auto-sublimó como «Novalis»,como la cifra y sustancia misma de

una renovación y disponibilidad. Elrostro de alguien que, llamando a

romantizar el mundo, proporcionó elsanto y seña a toda una generación.

[Bibliothèque Nationale, París.] J. P. T.

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La utopía revolucionariay sus símbolos

El título completo de esta imagen deFrédéric Sorrieu no puede ser máselocuente: «La república universal

democrática y social». Es todo elvibrante utopismo de la revolución de

1848 el que aquí encuentra sussímbolos: dejando atrás el Arco del

Triunfo, el pueblo-río abandonaParís, figuras masculinas de aire

romántico al frente, festejando untriunfo republicano al que se suman

de buen grado representantes deUltramar. En la base del monumento

conmemorativo, tal fecha de felizrecuerdo. Destacando sobre todo el

conjunto, la cuádriga que transportauna imagen de la Libertad.

[Musée Carnavalet, París.] J. P. T.

Europa en 1812 Ningún emperador sin imperio,

podría decirse. En el caso de quien,para Francia, fue por antonomasia «el

Emperador», ese imperio solo podráser, además, «Grande». Y de hecho,

sus límites, excepción hecha de GranBretaña, Suiza y los Balcanes,llegarían a ser los de Europa.

Mientras subsistió, el esquema de suorganización fue en realidad muysencillo: un «centro» (Francia) al

que rodeaba la «periferia» queconstituían, con distintos grados de

dependencia, unos «satélites» que nohabrían de tardar mucho en

manifestar –con éxito–, lo limitado de su adhesión al sistema.

J. P. T.

du siècle. Para algunos de ellos, personajesde ficción como Werther, autores comoKleist, Nerval o Larra, la solución fue elsuicidio: el duelo alcanzó dimensiones des-conocidas y así murieron Pushkin y Ler-montov.

La libertad artística no sirvió a losarquitectos para crear un estilo original;en su lugar, se adoptó el neogótico en elParlamento de Londres, el neobarroco enla Ópera de París y eclecticismo en la Écoledes Beaux Arts. El retrato alcanzó en la obrade Goya una identidad que no había teni-do antes ni tendría después, al imponer ala realidad su punto de vista, en tanto lostemas de sus aguatintas desconciertan alos espectadores por la naturaleza crítica ofantástica de sus temas. La representaciónde la naturaleza, del paisaje desnudo, o lapresencia en él de un contemplador carac-teriza la obra de Friedrich, en tanto Tur-ner, influido por las teorías de Goethe,construía el mundo con colores sin formas.El descubrimiento de países remotos y dis-tintos y la representación de acontecimien-tos extraordinarios dio a la obra de Dela-croix su carácter romántico.

El Romanticismo ha llegado a confun-dirse con la escuela de literatura, y la liber-tad se ha reducido al rechazo del canon delclasicismo: la libertad de reunir distintos

géneros en la misma obra y de combinarlas distintas composiciones poéticas, laruptura del canon horaciano de los cincoactos y las tres unidades del teatro francés.La recuperación de las canciones y la delos cuentos populares, de la cultura popu-lar, fue un empeño colectivo que llevó a lacreación de una disciplina académica, elfolklore, término acuñado por Thoms en1846. El sujeto, con frecuencia una imagendel autor, y el pueblo fueron los temas másfrecuentes; el sentimiento personal y lacomunidad eran los motivos centrales dela poesía. La imaginación era un valorapreciado, y Coleridge distinguió entre lafantasía, la capacidad de reorganizar losdatos de la experiencia, y la facultad crea-dora de la imaginación. La novela incorpo-ró dos nuevos géneros: la novela históricay el Bildungroman.

3. EL NACIONALISMO EN EUROPA

Los liberales habían definido la socie-dad civil a partir de la Constitución o con-

trato social que iniciaba una nueva épocaen la historia de los pueblos. Una asam-blea representativa, con la unidad depoder que había caracterizado a la monar-quía, determinó el territorio y la pobla-ción, los derechos y la participación políti-ca de los ciudadanos, y lo hizo de acuerdo

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¿El más polémico de los estrenos?En la historia del Romanticismo, El estreno de Hernani (o, más bienLa batalla de Hernani) constituye por derecho propio un hito detrascendencia. Corría 1830, y corríasobre todo la enésima confrontaciónentre «antiguos» y «modernos»,«clasicistas» y «rebeldes». El cuadrode Bernard Albert es fiel a lascrónicas de la época: aún no se halevantado el telón, y Ares ya campeaen toda la escena. Melenudo,tribunicio, Teófilo Gautier defiende con ardor su caso. [Maison de Victor Hugo. París.] J. P. T.

La embajadora de Alemania enEuropaDurante años fue una reina sin tronopero con salón: rigió como pocos unantiguo territorio, tan invisible comopoderoso, la República de las Letras.Intrigante y decidida, admiró aRousseau, se midió con Bonaparte, sesobrepuso al exilio; amó con la mismalibertad que preconizó para otras. Desus muchos servicios como«embajadora», uno quedó comoinolvidable: el que prestó a losrománticos alemanes, de los queEuropa tuvo noticia, en parte, graciasa un libro suyo, capital y perseguido:«De l’Allemagne».[Retrato de Madame de Stael, porMane Eleonore Godefroid. Château de Versailles.] J. P. T.

Perfil de un hombre que fue El TeatroEl despliegue sobre las tablas de lasperipecias de Karl Moor, rebelde ybandido, electrizó a la Alemania de

1782. Toda la exaltada reacción contrael Antiguo Régimen simbolizada por elSturm und Drang vino a concentrarse en

esta figura excesiva y trágica, a la queno por casualidad parece adjudicarse

aquí categoría de león. En realidad, sinembargo, la obra no pudo

ser más edificante, ni loar con másfuerza, en última instancia,

las palmarias bondades de la virtud y de la ley.

[Retrato de Friedrich von Schiller, porFranz Gerhard von Kugelgen.

Goethemuseum, Frankfurt.] J. A. B.

con una concepción igualitaria, que seidentificó con el nombre de Estado-Nación. La construcción del Estado-Nación requirió la destrucción de los pri-vilegios estamentales y la unificación delas condiciones jurídicas, la igualdad del

lema revolucionario. Los románticos acep-taron sin reservas la simplificación delmosaico político alemán que Napoleón lle-vaba a cabo, en tanto describían los carac-teres propios de un pueblo o nacióncomún. La lengua propia fue la principalseñal distintiva, y un examen somero des-cubrió que Alemania era una nación de laque los reinos y principados no eran sinopartes. La raza, base étnica del pueblo y lalengua, era el colectivo humano de lanación, en tanto la cultura común era laprueba visible de la existencia de lanación. La aplicación de estos criterios,reforzada por la hipótesis de la psicologíade los pueblos, afectó al mapa político deEuropa y tuvo consecuencias devastado-ras para las Monarquías que habían sobre-vivido a la Revolución. Las mismas ideasprodujeron resultados contradictorios: launión de unos y la división de otros.

Los primeros efectos del Romanticis-mo político se manifestaron en la construc-ción de las diferencias, al destacar los ras-

gos propios de los pueblos y culturas. Lafijación de la lengua y la recuperación dela literatura vernácula, la especializaciónde la historia, y la investigación de loscaracteres psicosomáticos raciales fueronlos aspectos más significativos de la cons-trucción cultural del Romanticismo. Seplanteó el conflicto entre las dos imágenesde la nación, los servicios ofrecidos por elEstado-Nacion fueron nacionales –carre-teras, institutos, bibliotecas, museos, selec-ciones deportivas–, en tanto las minoríasse dedicaban a la recuperación de su iden-tidad. El proceso fue el mismo en todaspartes: cultivo de la lengua propia relega-da al medio rural, publicación de gramáti-cas y diccionarios para hacer de ella unalengua culta y urbana, edición de textosmedievales, exaltación de las realizacionesartísticas. Al renacimiento de las lenguas yla difusión de la cultura popular (folklore)se añadió el estudio del derecho y las insti-tuciones históricas de los pueblos. En unasegunda etapa, el movimiento culturaladquirió caracteres políticos con la apari-ción de partidos nacionalistas que, en unoscasos reclamaban la unión de los estadosen que Alemania e Italia estaban divididos,y en otros la secesión de los pueblos queeran parte de un Estado, como en losImperios de Austria y Turquía.

a. La unidad de Alemania e Italia

El Sacro Imperio no era un Estado y,cuando Napoleón promovió la Confedera-ción del Rhin (1806), Francisco II cambiósu título por el de emperador de Austria.La caída de Napoleón produjo cambiosterritoriales, que redujeron a treinta ynueve el número de príncipes soberanos yciudades libres que formaron la Confede-ración germánica. La Dieta de Francfurt,una asamblea de delegados de los sobera-nos bajo la presidencia de Austria, tomabaacuerdos por unanimidad y carecía demedios para imponer su ejecución. El cre-cimiento económico permitió a Prusiacrear, en 1834, la unión aduanera (Zollve-rein) con los estados menores, y en las dosdécadas siguientes integró a todos, aexcepción de Austria y Mecklemburgo.

Las revoluciones de 1848 plantearon doscuestiones políticas fundamentales: encada principado, los revolucionarios ofre-cieron a los príncipes textos constituciona-les que pudiesen aceptar. El control de lasciudades les proporcionó la conformidad,y la reocupación militar por las tropas fueseguida de la sustitución de las Constitu-ciones por Cartas otorgadas. Los naciona-listas se reunieron en una asamblea revo-lucionaria en Francfurt, que convocóelecciones por sufragio indirecto. El Parla-mento aprobó la Constitución federal de

La Europa de la Restauración(1814-1815)

Tras la convulsión napoleónica, unmomento de respiro para la reacción:

durante unos años, Europa sereorganiza, ateniéndose a la tradición

antiguo-regimental del deseable«equilibrio» entre las potencias. Deéstas, cuatro, las que doblegaron a

Francia, destacan sin equívoco:Austria, Prusia, Inglaterra y Rusia.

Los «reinos» menores que figuran enel mapa reflejan no solo la fortaleza

coordinada de los intereses deaquellas: muestran también,

y a la primera ojeada, que de laentusiasta expansión revolucionaria

francesa ya no queda nada.J. P. T.

La Revolución ignora los maticesLibertad o muerte: a finales del siglo

XVIII, la Francia revolucionaria notiene otra disyuntiva. Y la disyuntiva

es nítida: a un lado, estrella,juventud, plomada y gorro frigio; delotro, esqueleto, hoz, ropajes oscuros

que ocultan la nada. Rebeldía yemancipación, por lo demás, están

para la época bajo la ardienteadvocación del Genio: portador de la

llama, un Numen se dirige por igual atodos, abriendo sus brazos en un

signo de fraternidad.[El genio alado de Francia con los

símbolos de Igualdad, Libertad yFraternidad, porJean-Baptiste Regnault.

Kunsthalle, Hamburgo.] J. P. T.

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La representación académica y suimagen de lo espiritualEl ideal del hombre culto, espiritual,interpretado por el pincel de un pintoracademicista, clásico, enamorado de losdetalles y acostumbrado a triunfar enlos Salones de pintura. Este óleo deMeissonier representa un poeta; fuerealizado en 1852. A finales de ladécada, en 1859, Italia lucha por suunificación; Darwin publica El origen delas especies. Aquí, tapices yconcentración; luz suave, natural, yplumas de ave para rasgar el papel;libros de sabor arcaico se amontonansobre el escritorio: ¿una visiónedulcorada de las herenciashumanistas?[Musée du Louvre. París.] J. P. T.

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Los artistas encuentran su sitioen la sociedadEste detalle presenta a CharlesBaudelaire leyendo. Pertenece alcuadro de Gustave Courbet titulado Elestudio del pintor, de 1855. Durante elsiglo XIX se asiste a un debate sobre lafigura del artista, que cada vez cobramayor presencia en sociedad. Uno delos resultados de esa reflexión es elnúmero de obras (literarias ypictóricas) que se dedican a mostrar lavida de los artistas. El poeta que leeformaría parte de la iconografía conque habitualmente se representaban losescritores.[Musée d’Orsay, París.] J. A. B.

sula. En la Edad Media, los carolingios ylos emperadores germánicos fueron reyesde Italia, con independencia del territorioque gobernaban. Cuando los emperadoresrenunciaron a ejercer el poder real, lapenínsula se dividió en principados, de losque buena parte eran de la Monarquía deEspaña, y en el siglo XVIII quedó divididaentre reinos y ducados independientes,además de los estados de la Iglesia. ConNapoleón practicaron un constitucionalis-mo aparencial, hubo repúblicas italianas,un reino de Italia, y Murat fue rey deNápoles. En 1815, el regreso de los prínci-pes absolutos y la presencia austríaca enLombardía y el Véneto mantuvieron ladivisión y crearon regímenes autoritarios,bajo la apariencia de la Restauración. Enla década de los años veinte, Mazzini seformo en la lectura de los liberales y en lade Herder a través de Michelet. No apre-ció la contradicción que había entre ellas yformuló una doctrina liberal y nacional ala vez. De las Constituciones que se hicie-ron en 1848-1849 en Italia, el Statuto dePiamonte fue la única que sobrevivió. Car-

los Alberto aceptaba la monarquía consti-tucional y se lanzó a la aventura de lucharcon los austríacos para incorporar susestados. La derrota impuso una pausa, y lasiguiente iniciativa, organizada por Gari-baldi, se dirigió contre el reino de las DosSicilias. Diez años después, Cavour consi-

El ensimismamiento de los artistasA diferencia de lo que sucedía enépocas anteriores, en las que solo por excepción los artistas seretrataban en sus propias obras, en el XIX son habituales este tipo de representaciones. Escritores,artistas, actores, forman una pequeñasociedad dentro, y a veces al margen,de la sociedad general. Gautier,Balzac y el actor Frédérick Lemaîtrecomponen este trío representado porG. Grauduille en 1840, que evidencialo que eran las maneras, los modos yla indumentaria de los artistas.J. A. B.

El cultivo del alma a comienzos del siglo XIX

Una escena de Bildung, realizada porGeorg Friedrich Kersting hacia 1812:sobre el escritorio, y naturalmenteen la mano, libros; a la derecha, una biblioteca semi-velada, nutridatambién con textos de solemneencuadernación; sobre la pared, una imago mundi; frente al lector, ypresidiendo con tranquila autoridadsu concentración, una estatua a todasluces clásica. El lector estáensimismado, solo. La luz de la lámpara, sin embargo, insinúa un tiempo nuevo: ha dejado de ser natural.[Schloßmuseum, Weimar.] J. P. T.

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1849, que contemplaba una monarquíaconstitucional, una asamblea bicameralcon una cámara alta de representaciónterritorial. Ofrecieron la corona a Federi-co Guillermo IV, que la rechazó por proce-der del pueblo. La Constitución de Prusia

de 1850, en realidad la Carta otorgada delaño anterior, le valió un prestigio políticodel que Austria carecía. La unidad de Ale-mania fue obra del canciller Bismarck,mediante la guerra contra Austria (1866)y Francia (1870). La primera le permitióeliminar la influencia austriaca en Alema-nia y la incorporación a Prusia de los esta-dos que habían hecho armas contra ella.La Confederación del Norte de Alemania(1866) creó una Constitución basada,como todas las federales, en el reparto decompetencias entre el poder federal y el delos estados, que conservaban las suyaspara todo lo relativo al poder interior: par-ticipación, división de poderes, gobierno,etc. La guerra con Francia sustituyó laConfederación por el Imperio, sin apenascambios en el texto anterior. Las iniciati-vas del gobierno contaron con el apoyo dela opinión, organizada en sociedadesnacionalistas, en tanto los príncipes acep-taron sin reservas la supremacía prusiana.

En latín clásico se documenta el uso dela palabra Italia para referirse a la penín-

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La llamada de la inspiraciónEn el arrebato de la creación, una

fuerza tan poderosa como invisibleasalta al escritor por la espalda. Es

un viejo conocido de Occidente: es eldaímon, la inspiración, esa eterna

hermana –y rival– del Lógos, de laRazón. El fuego de ese entusiasmo

tensa cuerpo y mirada; hasta se diríaque –como un viento– impele hacia

atrás los cabellos del elegido. El artista pre-romántico respira

júbilo: quien le visita es su Musa, y lo que cumple hacer ahora

no es tanto argumentar cuantoescuchar y agradecer.

[La inspiración, por Jean HonoréFragonard. Musée du Louvre, París.]

J. P. T.

Las mujeres acabarán siendo quienes más lean

Son muchas las representaciones queexisten de mujeres leyendo, como la

que aparece en la imagen, obra deNorman Garstin. El aumento de las

que aprendieron a leer, pero también aescribir, explica en parte su cantidad.

Pero la lectura sirvió además paraseñalar el momento privado en el que

el personaje se retiraba del entornopúblico para dedicarse un tiempo a sí

mismo. De distintas maneras semostraba el espacio del ocio y las

formas de lectura, aquí mediante lalectura de algún folletín. Por otro lado,

hay que atender a las condicionesmateriales en que se realiza la lectura.

[Newlyn Orion Galleries. Cornwall, Inglaterra.] J. A. B.

obra de clérigos, ortodoxos y católicos, y elconflicto político, que podía llegar a la rei-vindicación de independencia, fue conte-nido gracias a la concesión de estatutos deautonomía. Los primeros movimientosnacionalistas se dieron en Turquía: Serbiaconsiguió su autonomía en 1817, Greciaproclamó su independencia en 1822, y laintervención de las grandes potencias con-dujo a la independencia de ambos paísesen 1830. Los movimientos revolucionariosde 1848 tuvieron en Hungría un carácternacionalista. La Dieta, reunida desdenoviembre anterior, aprobó un proyectode autonomía en el Imperio y de unifica-ción frente a los eslavos. La Dieta se con-virtió en electiva, se creó un gobiernoautónomo en lugar de la administraciónimperial y, a pesar de la oposición delemperador, levantaron un ejército. La res-tauración del poder imperial en Viena fueseguida de la intervención en Hungría,que necesitó la ayuda de un ejército rusopara reducir la resistencia (1849). La vic-toria fue aprovechada para crear unaadministración homogénea y disolver lasasambleas territoriales. La experienciafuncionó mientras no hubo guerra. Laintervención francesa en Italia obligó aabandonar el sistema neoabsolutista, y laderrota ante Prusia (1866) condujo al

acuerdo (Ausgleich), que produjo la divi-sión del Imperio en dos áreas, separadaspor el rio Leith: Cisleithania y Transleith-tania. Se acordó un reparto de competen-cias con un poder central limitado a lasrelaciones exteriores y la organización delejército. A partir de aquí, la evolución delas dos partes fue distinta. Francisco Joséintrodujo el sufragio universal en Cislei-thania e hizo concesiones a los checos, entanto en Transleithania se intentó magiari-zar a la población eslava. La Monarquíadual llego hasta la Primera Guerra Mun-dial. El nacionalismo eslavo recortó las

Remodelación europea tras la PrimeraGuerra Mundial (1920-1923)El rostro de Europa tras la Primerade las grandes guerras: como decostumbre, fragmentación,desconfianza y oposición; las semillascasi visibles de una renovación futurade los conflictos. Solo que ahoraparece perfilarse un principio de–relativo– orden territorial: laaplicación de aquel «punto»wilsoniano que exigía autonomía paralas naciones individualizadas por sulengua. Versalles, acta notarial de la disolución del Imperio Austro-Húngaro, fue el triunfohistórico del nacionalismo gestado a todo lo largo del siglo anterior,y con él, de todas sus dificultades y contradicciones.J. P. T.

Andreas Geiger. Arte y negociose dan la manoEsta estampa satírica pinta elderrotero moderno del arte. La del crítico es una figura ascendente,pero para sobrevivir en el ejercicio delas letras ha de trabajar duro; porotra parte, los artistas necesitan del periodista que dé cuenta de loque hacen. La publicidad es elementobásico en el nuevo esquema decomunicación artística. Otra de lascaracterísticas de los tiemposmodernos es la prisa y la ofertacultural, una y otra se manifiestanen las cinco «manos» que emplea elatribulado escritor para dar cuenta de una actividad teatral, a lo que parece, vertiginosa.[Estampas satíricas para un binocular de Andreas Geiger, 1847. Colección Privada.] J. A. B.

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guió el apoyo de Francia contra Austria, laguerra y los plebiscitos unificaron el nortede Italia, a cambio de la cesión de Saboyay Niza. En 1860, Toscana y los ducadosvecinos decidieron su integración en elreino de Piamonte, Garibaldi conquistabalas Dos Sicilias y las tropas piamontesasocupaban los Estados Pontificios sin llegara Roma. Un Parlamento ampliado se reu-nió en Turín, el Statuto fue aceptado comoConsticución, y en 1861 Víctor Manuel IItomaba el título de «rey de Italia». Laalianza con Prusia valió a Italia la antiguarepública de Venecia, y la derrota de Fran-

cia en 1870 fue la ocasión para ocuparRoma. A diferencia del Imperio alemán, elreino de Italia fue un Estado unitario.

b. La disgregación de Austria y Turquía

En tanto la idea romántica del pueblohabía contribuido a la formación de dosnuevos Estados, comparables por suextensión con los occidentales, los impe-rios de Austria y Turquía descubrieroncómo la misma doctrina producía los efec-tos contrarios. El renacimiento de las len-guas y culturas de los pueblos integradosen las Monarquías fue, en gran medida,

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FALTA TÍTULO.Romanticismo de Rousseau. La

figura que aparece en este grabado–tricornio, zapato de hebilla, peluca,

casaca y medias– es del tododieciochesca, pero el siglo venidero seanuncia ya en mil detalles: un alto en

el peregrinaje; un rostro espiritual,devastado por las emociones; la

Naturaleza pujante, envolvente ymaternal, cuya placidez se extiendehasta el horizonte… El paseante hadebido recibir alguna revelación: el

lápiz está presto, y la mano que,sentimental, sofoca los latidos de un

corazón desbocado, pronto permitirála fluidez de una escritura.

[Jean Jaques Rousseau. BibliotecaNacional, Madrid.] J. P. T.

fronteras de Turquía con la creación denuevos estados, primero autónomos y luegoindependientes –Montenegro, Rumania,Bulgaria y Albania–,y el resto del territoriofue ocupado por la Monarquía dual y porGrecia.

Las antiguas minorías étnicas se con-virtieron en mayorías y el reparto territorialno pudo evitar la presencia de antiguas ynuevas minorías, a las que trataron a su vezde integrar, sin cambiar por ello el mapa delas nacionalidades. La protección de lasminorías por parte de las potencias de lamisma etnia contribuyó a que los conflictosfuesen mayores y dio lugar a una red dealianzas que obligaba a entrar en guerra encaso de ataque de un tercero. El asesinatodel archiduqe Francisco Fernando fue lacausa inmediata de la Primera GuerraMundial, y la derrota de las potencias cen-

trales creó la ocasión para un arreglo defi-nitivo de la cuestión de las nacionalidades.El presidente de los Estados Unidos, Wil-son, invocó el principio de las nacionalida-des para trazar un nuevo mapa de Europaen el que los imperios de preguerra vieronrecortadas sus fronteras para construir losnuevos Estados de Finlandia, Repúblicasbálticas, Polonia, Checoslovaquia, Hungríay Yugoslavia. El problema de las minorías,sin desaparecer, cambió su perfil. Hitler nosolo adoptó los principios del nacionalismoromántico, introdujo la jerarquía entre lospueblos que ultilizó para justificar el exter-minio de los judíos y la explotación de loseslavos. La retirada de las tropas alemanasdel Este determinó un importante movi-miento de población que se convirtió, trasla capitulación, en una operación organiza-da por los nuevos gobiernos.

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El futuro de Europa se perfila tras Sedán

Corre septiembre de 1870, y Prusiaacaba de derrotar (ayer, de hecho) a

Francia. El Emperador es ya, enrealidad, un prisionero ¿Es por eso

por lo que el vencedor porta suespada, y al vencido no le queda sino

abrir, mustia, su mano derechadesnuda? El sosiego de los dirigentes

no puede ocultar, a la mirada de unintérprete actual, el cúmulo de

consecuencias, para Europa, de estatranquila mañana. En efecto:

se avecinan tratados, capitulaciones,y un interminable rosario de

orgullos heridos, y reivindicaciones nacionales.

[Bismarck y Napoléon III despuésde la batalla de Sedán.] J. P. T.