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    LA DIMENSIN INTERNACIONALDE LA REFORMA DE DERECHOS HUMANOS:

    ANTECEDENTES HISTRICOS*

    NataliaSALTALAMACCHIA ZICCARDIAnaCOVARRUBIAS VELASCO**

    SUMARIO: I. Introduccin. II. El multilateralismo tradicional en materiade derechos humanos (1945-1994). III. Los aos de transicin (1994-2000) . IV. El multilateralismo liberal en materia de derechos humanos

    (2000-2006) . V. Conclusiones. VI. Bibliografa.

    I. INTRODUCCIN

    La reforma constitucional en materia de derechos humanos promulgada en junio de 2011 tiene una importante dimensin internacional y est llamada aejercer un notable impacto en la conduccin de la poltica exterior de Mxicopor diversas vas. Destacan al menos dos de ellas. Primero, se fortalece el estatus jurdico de los tratados internacionales de derechos humanos precisandosu jerarqua de rango constitucional, al establecer, entre otras cosas, que lasnormas relativas a los derechos humanos se interpretarn de conformidadcon la Constitucin y los propios tratados. Ello, por ejemplo, dar una nuevadimensin al litigio de ciudadanos mexicanos ante las instancias internacio-nales de derechos humanos. Segundo, se introduce en el artculo 89, fraccinX, el respeto, la proteccin y promocin de los derechos humanos comoprincipio normativo que debe guiar la conduccin de la poltica exterior, conlo cual se consagra jurdicamente la idea de que tales derechos son un com-ponente esencial de la identidad poltica que Mxico desea proyectar al resto

    * Natalia Saltalamacchia Ziccardi es profesora-investigadora en el Departamento Aca-dmico de Estudios Internacionales del ITAM. Ana Covarrubias Velasco es profesora-inves-tigadora en el Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de Mxico.

    ** Una versin diferente de este texto fue publicada en Saltalamacchia Ziccardi, Natalia y Covarrubias Velasco, Ana (coords.), Derechos humanos en la poltica exterior. Seis casos latinoame-ricanos, Mxico, ITAM-Miguel Angel Porra, 2011.

    http://www.juridicas.unam.mx/
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    del mundo.1 El asunto no es menor: la modificacin del artculo 89 constitu-cional se basa en la premisa de que los derechos humanos encarnan valoresque son comunes a todos los mexicanos, y, por ende, eleva su proteccin ypromocin en el sistema internacional a una poltica de Estado que, como tal,responde al inters nacional por encima de las diferencias programticas delos gobiernos en turno.

    Aunque la reforma es en muchos sentidos un parteaguas, en lo que con-cierne a la poltica exterior y, especialmente a la modificacin del artculo 89,no debe pensarse como un punto de partida, sino como el resultado de unlargo proceso de transformacin poltica y social mediante el cual la preocu-

    pacin por la proteccin de los derechos humanos se incorpor en la agendapblica mexicana. ste es un proceso que avanz desde la sociedad hacia laclase gobernante y desde ah hacia las instituciones estatales; a lo largo delas dcadas cont con el concurso de fuerzas sociales y polticas de diversosigno, por lo que es una conquista de todas ellas, y de ninguna de maneraexclusiva. Esto es lo que da pie y fundamento slido a la incorporacin dela proteccin y promocin de los derechos humanos como principio queinspira a la poltica exterior del Estado mexicano: no es el producto de unaretrica vaca, sino la cristalizacin de un consenso social, que con idas yvueltas, avances y contradicciones, hemos ido forjando los mexicanos res-pecto a qu es lo que se considera legtimo en el ejercicio de la autoridadestatal. Como sucede con el resto de los principios de poltica exterior, stees tambin el fruto de nuestra experiencia histrica. Sin embargo, revis-te dos peculiaridades. La primera es que mientras los dems principios sefraguaron como respuesta a las vicisitudes de las relaciones internacionalesdel pas (guerras, intervenciones extranjeras, etctera), la proteccin y pro-mocin de los derechos humanos tiene una matriz doble o intermstica: se

    finca sobre todo en las luchas democratizadoras correspondientes al mbitopolticointerno, aunque, como se ver en este captulo, es producto tambinde la dinmica de interaccin con el resto del mundo. En segundo lugar,los siete principios originales ataen primordialmente a las relaciones inter-estatales, mientras que el novel octavo principio se refiere a las relacionesentre autoridades polticas e individuos en todo el mundo y, por obligadaconsistencia, en la propia jurisdiccin nacional. Esta singularidad refleja, sinduda, la evolucin que han experimentado las relaciones internacionales araz de la globalizacin y la progresiva erosin de las fronteras entre el m-

    1 Los siete principios originales son:a) la autodeterminacin de los pueblos;b) la nointervencin;c) la solucin pacfica de controversias;d) la proscripcin de amenaza o del usode la fuerza en las relaciones internacionales;d) la igualdad jurdica de los Estados;e) la co-operacin internacional para el desarrollo; f) la lucha por la paz y seguridad internacionales.

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    mediante variables sistmicas y estatales. Desde el punto de vista sistmicola posicin mexicana correspondi a la estrategia de insercin internacionalde un pas de menor poder relativo, que, adems, debi gestionar la vecin-dad con una superpotencia en el contexto del enfrentamiento bipolar. Deello se deriv una diplomacia fuertemente inclinada hacia el fortalecimientodel multilateralismo, la codificacin y desarrollo del derecho internacional,as como la defensa de la soberana y la no intervencin como medios parapreservar la autonoma nacional. stos fueron rasgos distintivos de la po-ltica exterior mexicana en todos los mbitos, y se proyectaron tambin ensu posicionamiento frente al desarrollo de las normas internacionales dederechos humanos.Por un lado, los dos primeros elementos el multilateralismo y la apues-ta por el derecho internacional eran congruentes con una participacindecidida de Mxico en el rgimen internacional de derechos humanos. Des-pus de todo, tanto el rgimen universal como el rgimen interamericano dederechos humanos constituan esquemas de asociacin multilateral centra-dos precisamente en el desarrollo de normas internacionales. Esto supuso laexistencia de una afinidad bsica con la tradicin diplomtica mexicana, lo

    cual permite comprender por qu sta se esforz siempre por rendir tributoal rgimen desde el punto de vista declarativo. Por otro lado, sin embargo, eltercer elemento sera determinante para debilitar el entusiasmo frente a unentramado institucional y jurdico encargado de velar por la conducta de lospases frente a sus propios ciudadanos. En el caso del rgimen de derechoshumanos, el respaldo habitual del Estado mexicano al multilateralismo decorte juridicista entrara en tensin con el otro pilar de su poltica exterior:la defensa a ultranza de sus potestades soberanas. En efecto, en el contextode la guerra fra se temi que las grandes potencias utilizaran los mecanis-mos internacionales de derechos humanos como excusa para la injerenciailegtima en los asuntos internos de otros pases. Era un temor fundado,como lo demostr la poltica exterior estadounidense hacia Latinoamricaen esos aos. En ese contexto, para los diplomticos mexicanos cualquierdebilitamiento del principio de no intervencin supona una invitacin a lamanipulacin hegemnica.5

    El resultado de la contraposicin entre estos elementos es que duranteestas cinco dcadas Mxico sostuvo una posicin ambigua ante la agendainternacional de los derechos humanos: de respaldo y hasta de exaltacin en

    5 Como lo expresa el embajador Antonio de Icaza, quien en varias ocasiones representa Mxico en los foros multilaterales de derechos humanos, en Toussaint, Mnica, Antonio de

    Icaza: la alegra de servir , Mxico, SRE, 2009, p. 97

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    (e incluso de las relaciones internacionales del pas), con la participacin demuy pocos actores e intereses.6 En el mbito de los derechos humanos esterasgo fue todava ms acentuado debido al desinters de la sociedad mexi-cana hasta la dcada de los ochenta, de tal suerte que el manejo y el gradode atencin prestada a esta agenda estaba en funcin del inters de la elitediplomtica. En la cancillera los derechos humanos no recibieron un tratoprioritario ni sistemtico; como tema de poltica exterior fue uno ms en lacanasta de los asuntos multilaterales.

    1. La posicin de Mxico ante el rgimen internacional de derechos humanos (1945-1994)

    Conviene recordar la participacin de Mxico en los orgenes del sis-tema universal e interamericano de derechos humanos entre 1945 y 1948, ya que ah se marc la pauta de lo que sera su posicin general durante lassiguientes cinco dcadas.

    Durante el primer semestre de 1945 el gobierno de Mxico asumi unaactitud sorprendentemente internacionalista por lo que hace a la proteccin

    de los derechos humanos en el sistema internacional, tanto en el mbitoregional como en las discusiones sobre la creacin de Naciones Unidas. Entrminos generales Mxico procur, mediante sus participaciones, ampliaral mximo la esfera de accin de la comunidad internacional con la correla-tiva mengua del dominio estatal en el nuevo orden mundial.7 Fue un breveinterludio en el que la posicin mexicana reflej su tendencia a encarecerla funcin del derecho internacional sobre las consideraciones puramentepolticas.8

    Entre el 21 de febrero y el 8 marzo de 1945 se celebr la ConferenciaInteramericana sobre los Problemas de la Guerra y la Paz, tambin cono-cida como Conferencia de Chapultepec, en la ciudad de Mxico. El pro-psito fue discutir las propuestas para el orden internacional de posguerraemanadas de la reunin de las grandes potencias vencedoras en DumbartonOaks, y generar posiciones comunes por parte de los pases del continente.Mxico apoy la resolucin XL, titulada Proteccin Internacional de losDerechos Esenciales del Hombre, que fue predecesora de la Declaracin

    6 Gonzlez, Guadalupe, Democratizacin y poltica exterior: el fin del predominiopresidencial?, en Sotomayor Velzquez, Arturo C. y Vega Cnovas, Gustavo (comps.), Elmundo desde Mxico. Ensayos de poltica internacional , Mxico, CIDE-Colmex-ITAM, 2008, p. 63.

    7 Castaeda, Jorge,Obras completas, Mxico, Colmex-SRE, 1995, p. 83.8 Ibidem, p. 81.

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    Americana de los Derechos y Deberes del Hombre. Ah se proclam laadhesin de las Repblicas Americanas a los principios consagrados en elDerecho Internacional para la salvaguardia de los derechos esenciales delhombre, y se favoreci un sistema de proteccin internacional de los mis-mos. El prembulo sealaba que para que esa proteccin sea llevada a laprctica se requiere precisar tales derechos as como los deberes correlati-vos en una Declaracin adoptadaen forma de Convencin por los Estados.9 Es decir, por esta va el gobierno de Mxico aceptaba en principio que losderechos humanos fueran objeto de un instrumento jurdico internacionalde carcter vinculante. Por otro lado, en sus observaciones oficiales a laspropuestas de Dumbarton Oaks el gobierno de Mxico llam la atencinsobre el serio vaco respecto a los Derechos y Deberes Internacionales delHombre, cuyo respeto constituye uno de los objetivos esenciales de esta gue-rra, y propuso aadir una Declaracin de los Derechos y Deberes Interna-cionales del Hombre como apndice de lo que sera la Carta de NacionesUnidas, as como la creacin de un organismo internacional para velar porsu observancia.10

    La posicin inicialmente favorable a la construccin de un rgimen

    internacional de derechos humanos fuerte, sin embargo, cambi pronto,como resultado del tenor de las discusiones en San Francisco. Hacia no-viembre de 1945 Mxico volvi a su posicin tradicional como acrrimodefensor del dominio reservado del Estado frente a la accin internacionalen asuntos de ndole interna y, en particular, a la proteccin de los derechosfundamentales.11 En las negociaciones paralelas que llevaron tanto a la De-claracin Americana de Derechos y Deberes del Hombre como a la Decla-racin Universal de los Derechos Humanos adoptadas en 1948 las delega-ciones mexicanas recibieron la instruccin de fijar su posicin de acuerdocon los siguientes lineamientos:12

    9 nfasis agregado.10 Opinion of the Department of Foreign Relations of Mexico Concerning the

    Dumbarton Oaks Proposals for the Creation of a General International Organization, 23de abril de 1945, en Documents of the UN Conference on International Organization, San Francisco,1945, vol. III, Nueva York, UN Information Organizations, 1945, pp. 63 y 71-73.

    11 Castaeda, Jorge,op. cit ., pp. 83, 91 y 92.12

    Lineamientos contenidos en el memorando del 19 de marzo de 1948 formulado por ellicenciado Pablo Campos Ortiz, miembro de la delegacin mexicana ante la IX ConferenciaInternacional Americana. Memorando transcrito en el documento: Carta de Germn Fer-nndez del Castillo a Jaime Torres Bodet, presidente de la delegacin mexicana, sexta comi-sin de la OEA, referente a la Declaracin Americana de Derechos y Deberes Esenciales delHombre, Bogot, Colombia, 26 de abril de 1948, s. p.

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    Los derechos humanos no deben ser objeto de una convencin, sinode una simple declaracin.

    Es inadmisible la llamada proteccin internacional de los derechoshumanos, por lo que no puede aceptarse nada que tienda a cons-tituir una maquinaria internacional para proteger tales derechos.

    Debe apoyarse cualquier tendencia en el sentido de fortalecer laproteccin nacional de los derechos humanos mediante solucionesde derecho interno, tales como la institucin mexicana del juicio deamparo.

    En adelante la poltica exterior de Mxico se bas en estas premisas yexhibi una gran continuidad. Los sucesivos gobiernos mexicanos siguieronun curso de accin caracterizado por:

    Enfatizar discursivamente la adhesin del pas a los principios con-sagrados en las declaraciones internacionales de derechos huma-nos, subrayando que constituan el reflejo de su propio orden de-mocrtico.

    Participar con bajo perfil en los sucesivos esfuerzos de codificacinde los derechos fundamentales mediante instrumentos jurdicos in-ternacionales de carcter vinculante (i. e. pactos o convenciones),13 enfatizando la indivisibilidad de los derechos civiles, polticos, eco-nmicos y sociales.14

    Rechazar la posibilidad de desarrollar mecanismos internacionalesde supervisin o cortes internacionales con facultades contenciosasencargados de vigilar el cumplimiento de las normas internaciona-les de derechos humanos.

    Desde el punto de vista poltico ms general, se sostuvo que la co-munidad internacional estaba legitimada a pronunciarse nica-

    13 Mxico cont con grandes juristas y tratadistas que participaron directamente o ase-soraron a los diplomticos mexicanos en estas negociaciones. Aunque fue renuente frente alos tratados generales de derechos civiles y polticos, Mxico tom la iniciativa en impulsar lacodificacin de algunos temas especficos que revestan un inters especial para el pas o queeran poco sensibles para el rgimen del partido hegemnico, tales como los derechos de losmigrantes, los derechos de las mujeres y el combate al racismo.

    14En el marco de la guerra fra existi la tendencia a diferenciar entre los derechos civiles y polticos (defendidos por el campo capitalista) y los derechos econmicos y sociales (enfat

    zados por el campo socialista). Desde 1945 la posicin de Mxico fue vincular la agenda delos derechos humanos al tema del desarrollo e insistir en la correlacin entre ambos gruposde derechos. En ese sentido, destaca el impulso mexicano para la adopcin de la Carta de losDerechos y Deberes Econmicos de los Estados (1974).

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    mente sobre la situacin en Estados donde prevaleciera una grave,masiva y sistemtica violacin a los derechos humanos. sta sera laposicin de Mxico frente a otros Estados, y se esperaba que fuerala actitud de los dems pases frente a Mxico. De tal manera queno se desarroll una vertiente bilateral sistemtica en la poltica ex-terior en materia de derechos humanos.

    Durante este periodo el grado de compromiso de Mxico con el siste-ma internacional de promocin y proteccin de los derechos humanos fuedbil. Como puede observarse en la siguiente tabla, los principales instru-

    mentos internacionales en materia de derechos civiles y polticos fueron ra-tificados tardamente, con lo cual Mxico no contribuy a que entraran envigor. Adems en ningn caso se acept delegar competencias contenciosaso de supervisin a instancias internacionales cuando el reconocimiento detales facultades era optativo.

    Tratado Adopcin internacional Ratificacin de MxicoPacto Internacional de Dere-chos Civiles y Polticos

    Adoptado por Asamblea Ge-neral 16 diciembre 1966

    Entr en vigor en 1976

    24 de marzo de 1981

    Primer Protocolo Facultativodel Pacto Internacional de De-rechos Civiles y Polticos

    Adoptado por Asamblea Ge-neral 16 diciembre 1966Entr en vigor en 1976

    No fue ratificado en esteperiodoFecha de ratificacin: 15 junio de 2002

    Convencin Americana sobreDerechos HumanosCrea la Corte Interamericanade Derechos Humanos. Se re-quiere declaracin expresa por

    la que se reconoce competenciade la Corte Interamericana deDerechos Humanos (artculo62 de la Convencin)

    Aprobada por OEA el 22noviembre 1969Entr en vigor en 1979

    24 de marzo de 1981

    No se deposit la decla-

    racin en este periodoFecha en la que se de-posit la declaracin dereconocimiento: 9 dediciembre de1998

    Convencin contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles,Inhumanos o DegradantesCrea Comit contra la Tortura.Se requiere declaracin expresapor la que se reconoce compe-tencia de Comit para recibir y examinar comunicacionesde individuos que aleguen servctimas (artculo 22 de la Con-vencin)

    Adoptada por Asamblea Ge-neral 10 diciembre 1984Entr en vigor en 1989.

    23 de enero de 1986

    No se deposit la decla-racin en este periodoFecha en la que se de-posit la declaracin dereconocimiento: 14 dediciembre de 2001.

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    Durante estas dcadas y en el marco de su vocacin legalista y multila-teral, los gobiernos de Mxico tuvieron presencia tanto en las negociacionesde los instrumentos jurdicos internacionales como en algunos organismosimportantes, como la Comisin de Derechos Humanos de Naciones Uni-das.15 Es decir, aunque Mxico no se plante como pas lder en esta mate-ria, tampoco dej de reaccionar en momentos clave del desarrollo del rgi-men regional y universal de los derechos humanos. Con mucho oficio en ladiplomacia parlamentaria, los representantes mexicanos participaron conobjeto de influir en la agenda e intentar perfilarla en la direccin y con loslmites por ellos auspiciados. Trabajaron para evitar que Mxico quedara

    en posiciones aisladas que singularizaran al pas y podran llamar la aten-cin de la comunidad internacional.No obstante, a medida que el rgimen internacional fue evolucionando

    hacia un mayor grado de precisin de sus normas y aspirando a desarrollarmejores mecanismos de tutela internacional de las mismas, la posicin deMxico comenz a complicarse. Fue cada vez ms difcil hacer coincidir,por un lado, el discurso de respaldo entusiasta a la agenda internacional delos derechos humanos en su parte dogmtica y, por el otro, la postura con-servadora en materia procedimental, que corresponda a un soberanismodefensivo. Esta brecha se fue ensanchando gradualmente, y hacia el final deesta etapa, a principios de los aos noventa, era francamente notable. Valela pena citar dos casos significativos, a manera de ilustracin.

    En 1969 Mxico particip a fondo en las discusiones que condujeron ala redaccin final de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos.Sin embargo, el afn del gobierno mexicano fue restringir las facultades queel anteproyecto original contemplaba para la Comisin Interamericana deDerechos Humanos, y cabilde intensamente en contra del establecimientode una Corte Interamericana de Derechos Humanos con competencia juris-diccional obligatoria. Finalmente, varias de las objeciones de Mxico (juntocon las de otros pases) fueron tomadas en cuenta, por lo que en el texto finalse disminuyeron las facultades de la Comisin y, lo que es ms importante,aunque s se cre la Corte, tambin se estableci que su jurisdiccin tendraun carcteroptativo.16 La delegacin mexicana presidida por el jurista An-

    15 Mxico fue miembro de la (hoy desaparecida) Comisin de Derechos Humanos de

    Naciones Unidas durante varios periodos de sesiones: 1955-1960, 1971-1973, 1981-2005.16 Conferencia Especializada Interamericana sobre Derechos Humanos. San Jos, Costa Rica, 7-22 denoviembre de 1969. Actas y documentos (OEA/Ser.K/XVI/1.2), Secretara General, Organiza-cin de Estados Americanos, p. 102. Citado en Garca Ramrez, Sergio, Los derechos humanos

    y la jurisdiccin interamericana, Mxico, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurdicas, 2002, pp.75-78, donde se incluye el contenido textual de las observaciones de Mxico.

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    tonio Martnez Bez estim que resultara contraproducente para el pasformar parte de la reducida minora que votara en contra, por lo que enel ltimo momento Mxico cambi su posicin y brind su apoyo para laadopcin de la Convencin.17 Debido a la desconfianza que suscitaba estaevolucin del sistema interamericano de derechos humanos, la delegacinde Mxico sinti la necesidad de emitir una declaracin en la que subrayabael carcter voluntario de la aceptacin de la jurisdiccin de la Corte e insistien que fuera anexada al acta final de la Conferencia de San Jos.

    Por lo dems, el Estado mexicano dej pasar doce aos antes de ratifi-car la Convencin. En efecto, en 1981 por razones de ndole interna rela-cionadas con la reforma poltica del presidente Lpez Portillo, y ya pasadoslos aos ms lgidos de combate a la guerrilla Mxico se puso al corrientecon algunos de sus compromisos internacionales: se ratificaron los principa-les tratados internacionales de derechos humanos, es decir, el Pacto Inter-nacional de Derechos Civiles y Polticos (PIDCP), el Pacto Internacional deDerechos Econmicos, Sociales y Culturales (PIDESC) y la ya citada Con-vencin Americana sobre Derechos Humanos.18 Incluso en ese momentoMxico se neg a reconocer la competencia contenciosa de la Corte19 y a

    ratificar el Primer Protocolo del PIDCP, que abriran respectivamente la

    17 Toussaint, Mnica,op. cit., p. 97.18 Se ratific tambin la Convencin sobre la Eliminacin de todas las Formas de Discri-

    minacin contra la Mujer.19 En 1985, el entonces canciller, Bernardo Seplveda, record los motivos por los cuales

    Mxico rechazaba la competencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Valela pena citarlo en extenso, porque representa el modo de razonar de toda una generacin dediplomticos mexicanos: Hay algunas cuestiones que tienen que ser dirimidas no nica-mente a la luz de las consideraciones polticas o con relacin a los fines superiores del respetoa los derechos humanos. Hay algunas consideraciones que tienen que ver, por ejemplo, conel ejercicio del poder poltico en foros internacionales y con la capacidad de determinadosintereses de hacer prevalecer un punto de vista en contra de pases dbiles. La experienciamexicana no ha sido siempre positiva en lo que hace al sometimiento de diferendos a ins-tancias internacionales. Llmese Fondo Piadoso de las Californias, llmese Isla de la Pasin,llmese Chamizal. En todas estas instancias en que hemos sometido diferendos con otros Es-tados a la jurisdiccin de rganos arbitrales, nuestra experiencia ha sido negativa la raznnos fue negada por juegos de poder, por juegos de intereses o, en su caso, fue diferido el aca-tamiento de la justicia, la ejecucin de la sentencia por un lapso bien prolongado. De ah

    que haya tambin un justo temor al sometimiento, no al arbitraje, sino a la arbitrariedadHemos visto en pocas recientes y desde luego sufrido en pocas pasadas, manipulaciones deinstituciones judiciales o arbitrales internacionales. De ah que haya reservas a la considera-cin de un compromiso obligatorio en lo que hace a tribunales de esta ndole.Comparecenciadel C. Lic. Bernardo Seplveda Amor , Diario de Debates de la Cmara de Senadores, LIII Legislatura,ao I, 11 de diciembre de 1985.

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    ruta del litigio internacional o del mecanismo de peticin individual a losciudadanos mexicanos.

    El segundo caso ocurri veinticuatro aos despus, y se refiere a la crea-cin del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Hu-manos. Con la terminacin de la guerra fra se plante la posibilidad dedar un paso ms en la expansin del rgimen internacional de derechoshumanos. En junio de 1993 se celebr la Conferencia Mundial de DerechosHumanos en el marco de Naciones Unidas, donde se introdujo la propues-ta fuertemente respaldada por Estados Unidos y la Unin Europea decrear la Oficina del Alto Comisionado. Un cuarto de siglo haba transcurri-

    do desde la Conferencia de San Jos, pero poco haba cambiado la posicinmexicana en este mbito. El gobierno mexicano se opuso a tal iniciativa ysostuvo que era necesario conjugar la soberana nacional con los consensosglobales. Mxico apoyaba la cooperacin internacional para fortalecerla proteccin efectiva y genuina de los derechos humanos, pero siempre te-niendo en cuenta la perspectiva nacional: el objetivo ltimo deba ser crearun ambiente en el que cada nacin pudiera promover los derechos humanosa partir de avances y esfuerzos propios.20 Mxico, en todo caso, preferaque se perfeccionaran las instituciones de derechos humanos de carcterintergubernamental ya existentes en Naciones Unidas en lugar de generarnuevas instancias.

    En esta ocasin el gobierno mexicano s asumi el costo poltico de estaren minora en el plano regional, ya que casi todos los pases latinoamerica-nos se mostraron favorables, e incluso algunos fueron entusiastas, ante estapropuesta.21 Los trabajos de la Conferencia Mundial se empantanaron eneste punto, y finalmente se resolvi que la creacin del cargo del Alto Comi-sionado fuera discutida por la Asamblea General en su siguiente periodo desesiones, con el objetivo de llegar a un consenso sobre su mandato, la natu-

    20 Intervencin del canciller Fernando Solana durante la Conferencia en: Derechos hu-manos: incorporan a Mxico al club de los renegados, Proceso, 28 de junio de 1993, p. 40. Esdecir, como en 1945 los representantes de Mxico defendan su preferencia por solucionesde derecho interno.

    21 Costa Rica y Ecuador se distinguieron por su amplio respaldo a la propuesta del AltoComisionado. Pases como Brasil, Argentina, Venezuela, Guatemala, Nicaragua y Chile ma-nifestaron su aprobacin. En el continente americano slo Cuba y Colombia se manifestaron

    en desacuerdo o renuentes. Lo cierto es que con las transiciones democrticas la percepcinde los pases latinoamericanos sobre estos temas haba cambiado. Mxico ya haba experi-mentado el aislamiento un ao antes cuando fue el nico pas que vot en contra del Proto-colo de Washington sobre Reformas a la Carta de la OEA (diciembre 1992). Dicha reformaincorpor el artculo 8(bis), que establece la suspensin de un Estado miembro de la OEAcuyo gobierno democrticamente constituido sea derrocado por la fuerza.

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    suponan un reto para las premisas tradicionales de la poltica exterior en eltema de los derechos humanos, sino que, como se explica a continuacin, laevolucin poltica y social al interior del pas tambin empezara a compli-car el trabajo de los representantes de Mxico en el extranjero.

    2. Los aos ochenta: la construccin de una agenda de derechoshumanos en Mxico

    En comparacin con muchos otros pases latinoamericanos, el desarrollode la agenda de los derechos humanos en Mxico fue tardo. A mediados delos aos ochenta aparecieron las primeras OSC interesadas en la promocinde los derechos humanos.25 Mediante sus labores de educacin y difusin delparadigma de los derechos humanos poco a poco se empez a generar en elpas un contexto poltico y social de exigencia frente al gobierno por las fallasen este campo. Los abusos endmicos en el sistema de justicia y en la actua-cin de las fuerzas del orden especialmente el uso de la tortura comen-zaron a ser identificados como violaciones a los derechos humanos. Tambinlos abusos cometidos en el orden electoral inequidad en la competencia,

    fraudes, etctera se denunciaron como violaciones a los derechos polticosde los mexicanos. Algunos partidos de oposicin, como el PAN, adoptaronesta bandera como una de las estrategias para exigir la apertura democrticadel sistema poltico. El PAN, en particular, recurri a la Comisin Interame-ricana de Derechos Humanos (CIDH) para denunciar la violacin a los de-rechos polticos de sus militantes consagrados en la Convencin Americanasobre Derechos Humanos ratificada por Mxico en 1981.26

    La cincuentena de OSC de derechos humanos mexicanas comenzarona tener un acompaamiento internacional, en la medida en la cual dos de

    25 Entre las que destacaron la Academia Mexicana de Derechos Humanos, el Centro deDerechos Humanos Fray Francisco de Vitoria y el Centro de Derechos Humanos MiguelAgustn Pro.

    26 El PAN present quejas por irregularidades electorales ante la Comisin Interame-ricana de Derechos Humanos por los casos de Chihuahua en 1985 y 1986, elecciones dediputados y la gubernatura, respectivamente, Durango en 1986 (elecciones municipales) y elEstado de Mxico en 1990 (elecciones para el congreso local y gobiernos municipales). LaCIDH se pronunci a favor de los peticionarios, y la reaccin del gobierno mexicano fue

    desconocer la competencia de la Comisin como instrumento en asuntos relativos a pro-cesos electorales. Vanse los informes de la CIDH: Organizacin de Estados Americanos,Comisin Interamericana de Derechos Humanos, Resolucin No. 01/90, casos 9768, 9780 y9828 (Mxico), 17 de mayo de 1990, y Organizacin de Estados Americanos, Comisin Inte-ramericana de Derechos Humanos, OEA/Ser.L/V/11.85, sesin 85, Informe Anual 1993, 1de febrero de 1993.

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    En lo interno, la transicin democrtica se aceler y gener mayor es-pacio para la multiplicacin de organizaciones civiles que se interesaronpor los derechos humanos en Mxico. Asimismo, la novel infraestructurainstitucional para la promocin y defensa no jurisdiccional de los derechoshumanos integrada por la CNDH y las comisiones estatales cumpliun importante papel educador de la sociedad en esta materia, si bien en-contr enormes dificultades para cambiar la conducta de las autoridades enla prctica. Poco a poco la sociedad mexicana se familiariz con el enfoquede los derechos humanos y dicho discurso pas a ser de uso corriente entrelos partidos y los actores polticos nacionales. Esto implic que ms actores

    intentaran incidir en la poltica exterior de Mxico en materia de derechoshumanos. La cancillera ya no sera la nica portavoz de lo que opinabanlos mexicanos sobre lo que ocurra en el pas ni sobre cmo deba participarMxico en el propio rgimen internacional.

    En el nivel sistmico, cabe recordar que Mxico ya haba optado porbuscar su insercin internacional mediante la apertura comercial y la in-tegracin con Amrica del Norte. Sin embargo, tambin tuvo que enfren-tar las exigencias de la agenda liberal internacional que se impuso en laposguerra fra. Auspiciada por Estados Unidos y la Unin Europea, dichaagenda propona el trpode de promocin del libre mercado, la democra-cia y los derechos humanos. De manera explcita se intentaba vincular losintereses econmicos de los pases con condiciones de tipo poltico. En esesentido, las presiones para reformular la concepcin tradicional mexicanasobre la soberana se fueron acumulando.

    En este contexto, se registr cierta evolucin en la poltica exterior deMxico en cuanto al escrutinio y la delegacin de facultades contenciosas ainstancias internacionales. Respecto a lo primero, se transit hacia una ma- yor aceptacin, aunque cauta y selectiva, del escrutinio internacional. Se-lectiva, porque el gobierno de Mxico mostr una mayor apertura ante losorganismos especializados del rgimen multilateral, mientras que mantuvouna relacin tensa y complicada con las OSC y otros actores internaciona-les no estatales interesados en los derechos humanos en Mxico. Respecto alo segundo, en este periodo se rompi la larga historia de rechazo absolutoa las cortes del rgimen internacional de derechos humanos.

    Ernesto Zedillo inici su periodo presidencial en circunstancias suma-

    mente difciles: la crisis financiera de finales de 1994 y principios de 1995 ylas consecuencias, internas e internacionales, que tuvieron el levantamientozapatista el 1 de enero de 1994, y los asesinatos de Luis Donaldo Colosio,candidato del PRI a la presidencia, y de Jos Francisco Ruiz Massieu, se-cretario general de ese partido. En breve, la imagen de pas moderno que

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    procur proyectar el gobierno de Salinas de Gortari y, ms importante, laestabilidad de Mxico, se cuestionaban severamente.

    Frente al problema econmico, la poltica exterior no fue inicialmen-te una prioridad para el presidente Zedillo. Sin embargo, muy pronto elconflicto en Chiapas cobr dimensiones internacionales: el zapatismo y sudiscurso indigenista despert simpatas allende fronteras y, entre otros ac-tores externos, el movimiento transnacional de derechos humanos dirigisu atencin a Mxico. Por primera vez en la historia el pas fue objeto decampaas internacionales sistemticas y sostenidas en materia de derechoshumanos.28 Organizaciones de la sociedad civil mexicanas y extranjeras

    conformaron redes transnacionales que interpelaron continuamente al go-bierno de Mxico respecto a la situacin en el sureste del pas, recurrierona foros internacionales para realizar denuncias e intentaron movilizar pre-siones polticas desde afuera. Tambin recurrieron con mayor frecuenciaal litigio internacional, especialmente ante la CIDH, donde el nmero decasos de peticionarios mexicanos comenz a crecer.29

    En los primeros aos de este periodo, el gobierno mexicano mantuvo suposicin tradicional, a pesar de las crecientes crticas por parte de los diver-sos actores internacionales sobre la falta de garantas y el abuso a los dere-chos fundamentales en Mxico. Sin embargo, en 1996 se dio el primer grancambio: el gobierno de Mxico invit por primera vez a la Comisin Inte-ramericana de Derechos Humanos (CIDH) a visitar el pas para observarla situacin de los derechos humanosin situ y, en consecuencia, a emitir unaopinin al respecto. Se trat, sin duda, de una posicin novedosa para el go-bierno mexicano que, como se ha visto, haba considerado tradicionalmen-te a los derechos humanos como asunto del dominio reservado de los Esta-dos, y no aceptaba el escrutinio internacional respecto a s mismo. La visita

    28 A diferencia de casi todos los otros pases latinoamericanos que haban sido objeto deatencin internacional durante los aos setenta y ochenta por las violaciones a los derechoshumanos cometidas en la era de las dictaduras, para Mxico ste era un fenmeno nuevo.

    29 Al igual que en el pasado, durante esta etapa la postura de Mxico con relacin a loscasos tramitados ante la CIDH fue, como establece Carmona, preponderantemente defen-siva, esto es, [se bas en] la defensa a ultranza del Estado per se. Al parecer, la premisa eraevitar a toda costa la emisin de un informe adverso a Mxico (considerado como un ataquea la soberana nacional) por lo que se interponan las excepciones disponibles a los Estadosen el marco del sistema interamericano (extemporaneidad, no agotamiento de recursos in-

    ternos y falta de configuracin de violaciones a la Convencin Americana), muchas vecescon fines meramente dilatorios, as como otras dirigidas a desconocer de origen la compe-tencia de la Comisin para tramitar cierto tipo de quejas. Carmona Tinoco, Jorge Ulises,Algunos aspectos de la participacin de Mxico ante los rganos del sistema interamericanode proteccin de los derechos humanos,Cuestiones Constitucionales, nm. 9, julio-diciembre de2003, pp. 32 y 33.

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    de la CIDH, as pues, sugiri una forma distinta de entender la soberana y el alcance del rgimen internacional por parte del gobierno mexicano. Elpropio canciller Jos ngel Gurra seal que la invitacin a los represen-tantes de la CIDH demostraba la nueva actitud del gobierno ante temas dederechos humanos: []se es un poco el enfoque, ciertamente es nuevo por-que no se manejaban as las cosas en administraciones anteriores y de hechoen muchas ocasiones habamos adoptado una posicin de cautela, de granprudencia en los contactos, porque considerbamos que eran institucionesque en un momento dado podan estar cuestionando a nuestro pas.30

    La segunda medida fue todava ms importante. Se trat del reconoci-

    miento de la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de De-rechos Humanos en 1998. El momento y el contexto sugieren que sta fueuna iniciativa para responder a la crtica internacional, que se haba forta-lecido por el tema de las mujeres asesinadas en Ciudad Jurez y a raz de lamatanza en la comunidad de Acteal, Chiapas, en diciembre de 1997. Segnla entonces secretaria de Relaciones Exteriores, Rosario Green, la partici-pacin de Mxico en la Corte constituira un espacio para dirimir, dondeno estamos de acuerdo, presentar nuestras pruebas de manera tal que no senos juzgue en ausencia.31

    Dos decisiones ms ilustran la nueva actitud del gobierno mexicano: lafirma del Acuerdo de Asociacin Econmica, Concertacin Poltica y Co-operacin con la Unin Europea, que incluy una clusula democrtica, ydel Estatuto de Roma, que dio origen a la Corte Penal Internacional (CPI).La aceptacin de la clusula democrtica en el Acuerdo Global por partedel gobierno mexicano no fue fcil; hubo algunos intentos por modificar laredaccin de la misma, pero en ltima instancia se aprob, recordando enel prembulo que tanto Mxico como la UE guiaban sus polticas externas einternas inspirados en los derechos humanos y en los principios democrti-cos de cada soberana.32 Debe aadirse que la conclusin de este Acuerdofue el objetivo primordial de la poltica exterior del gobierno de Zedillo, locual constituy un fuerte incentivo para reconsiderar la posicin soberanis-

    30 La Jornada, 19 de agosto de 1997, p. 1.31 La Jornada, 2 de mayo de 1998, p. 16, y 5 de mayo de 1998, p. 7.32 La Jornada, 19 de julio de 1997, p. 10. Segn Szumanski, Marcela y Marthoz, Jean

    Paul, los negociadores mexicanos intentaron manipular la redaccin de la clusula hasta elltimo momento y obtener ms concesiones por parte de los europeos, lo que no sucedi. Loseuropeos dejaron claro que slo firmaran el Acuerdo si se mantena la redaccin originalde la clusula. Szymanski, Marcela y Marthoz, Jean Paul, Mxico y los derechos humanos.Puesta en escena internacional. Disponible enhttp://estepais.com/inicio/historicos/83/11_Ensayo_Mexico_Szymanski-Marthoz.pdf . Fecha de consulta: 4 de noviembre de 2010.

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    convirti en una retahla de acusaciones al gobierno mexicano por no cum-plir en materia de proteccin y defensa de los derechos humanos.

    Es decir, en estos aos el Estado mexicano se enfrasc en agrias con-troversias pblicas con los defensores de derechos humanos extranjeros yse propuso controlar su actividad en el pas argumentando la defensa de lasoberana nacional y, en algunas ocasiones, razones de seguridad nacional.Lo cierto es que los gobernantes mexicanos especialmente en la Secre-tara de Gobernacin mostraban dificultades para adaptarse a este nue-vo fenmeno transnacional, potenciado por la globalizacin.36 Preocupadapor el deterioro de la imagen internacional de Mxico, la cancillera tomla iniciativa y promovi la creacin de la Comisin Intersecretarial para laAtencin de los Compromisos Internacionales de Mxico en Materia deDerechos Humanos.37 sta se present como un espacio donde las OSCnacionales y extranjeras podran expresar sus opiniones, as como el canalmediante el cual lo que dictaba la norma internacional se haca cumpliren Mxico. En retrospectiva, la creacin de la Comisin puede entendersecomo la voluntad del gobierno mexicano de dar cierto reconocimiento a lasOSC, pero siempre manteniendo el control sobre un tema que todava en-

    tenda como esencialmente interno. En otras palabras, el gobierno daba laimpresin de estar dispuesto a escuchar quiz incluso aceptar la crtica,pero no a actuar segn lo dictaban actores no estatales.

    Tal como se haba hecho en 1994, pero en circunstancias muy distin-tas, el gobierno mexicano permiti la presencia de observadores electora-les internacionales en las elecciones presidenciales de 2000.38 El resultadode aquellos comicios fue histrico: por primera vez desde inicios del sigloanterior el habitante de Los Pinos no perteneca al partido emanado de laRevolucin.

    36 Vase Saltalamacchia Ziccardi, Natalia, La poltica del gobierno de Ernesto Zedillo hacia lasONG internacionales de derechos humanos interesadas en el conflicto de Chiapas (1994-1998), tesis delicenciatura, Instituto Tecnolgico Autnomo de Mxico, 1999.

    37 La Comisin estara presidida por la SRE, y la integraran tambin representantes delas secretaras de Gobernacin, la Defensa Nacional y Marina, participaran como invitadospermanentes un representante de la Procuradura General de la Repblica y de la ComisinNacional de los Derechos Humanos, y se podra invitar a representantes de otras dependen-

    cias de la administracin pblica, o de otro organismo pblico o privado.38 La falta de confianza en las elecciones y las tendencias preelectorales que favorecanal PRI facilitaron la decisin del gobierno de recurrir a visitantes extranjeros en 1994.Segn Bentez Manaut, esos observadores daran legitimidad al proceso y, en consecuencia,al triunfo del PRI. Bentez Manaut, Ral, La ONU en Mxico: elecciones presidenciales de1994, Foro Internacional , vol. 36, nm. 3(145), julio-septiembre de 1996, pp. 533-565.

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    IV. EL MULTILATERALISMO LIBERAL EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS (2000-2006)

    A partir de 2000 la cancillera mexicana comenz a desarrollar unaverdadera poltica exterior de derechos humanos; es decir, una poltica quecont con las cualidades de intencin, agenda y sistematicidad. La transfor-macin fue notable en muchos aspectos y, de hecho, se suele hablar de ungiro de 180 grados en la posicin de Mxico en este campo. Sin embargo,debemos insistir en que el gobierno de Vicente Fox no escribi un guin depoltica exterior sobre una hoja en blanco. Conviene recordar el proceso

    evolutivo que se haba registrado previamente en las concepciones de la di-plomacia mexicana respecto a la dada soberana/proteccin internacionalde los derechos humanos. Esta evolucin fue un precedente importante, yaque abri espacio poltico para los planes en materia de derechos humanosdel nuevo canciller, Jorge G. Castaeda, quien entre otras cosas tendraque trabajar con los miembros del servicio exterior mexicano formados endcadas anteriores.

    La alternancia en el gobierno federal sin duda tiene un peso fundamen-tal como factor explicativo de este cambio. El gobierno del Partido AccinNacional (PAN) se propuso subrayar a travs de la poltica exterior su origen y legitimidad democrticos, as como una concepcin distinta de la rela-cin entre Estado y sociedad. El otorgar un lugar prioritario a los derechoshumanos en las relaciones internacionales de Mxico permitira poner demanifiesto ambas cosas y enfatizar las diferencias con el pasado frente a laaudiencia nacional e internacional. Asimismo, el PAN haba sido uno delos primeros partidos de oposicin en adoptar el lenguaje de los derechoshumanos en los aos ochenta, y haba estado a la vanguardia en el uso deinstrumentos internacionales de derechos humanos para beneficio de susmilitantes. De tal manera que una poltica exterior proactiva en esta mate-ria no era ajena a la doctrina del nuevo partido en el poder.

    La alternancia implic que la continuidad de las premisas operativasde la poltica exterior no pudiera darse por descontada. En ese momento defluidez se tornaron ms relevantes que antes las ideas, el bagaje poltico ylos intereses de los individuos que formulaban la poltica exterior en su vr-tice. En ese sentido, el pasado tanto del presidente Fox como del canciller

    Castaeda como miembros activos de la oposicin al PRI, involucrados enacciones de denuncia y en la lucha por la democratizacin, influyeron en eltono y el grado de importancia que cobr la poltica de derechos huma-nos. Castaeda en particular trajo consigo al gobierno la perspectiva de lasociedad civil, derivada de su cercana y participacin personal en algunas

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    organizaciones del movimiento de derechos humanos en Mxico.39 Esto sinduda influy en su manera de concebir el papel de los actores no estatalescomo coadyuvantes en vez de obstculos en el desarrollo de la agenda de losderechos humanos en el pas. La impronta de Castaeda en esta vertientede la poltica exterior tambin qued de manifiesto cuando sta disminuysu perfil al ser remplazado por Luis Ernesto Derbez.

    Durante esta etapa la poltica exterior de derechos humanos mantuvosu paso incluso si, desde el punto de vista sistmico, Mxico pareci ir encontra de las tendencias internacionales. En su arranque, el gobierno deFox plante claramente que uno de los principales objetivos de su sexeniosera la profundizacin de los lazos con Amrica del Norte. Se buscarauna relacin de socios y amigos con Estados Unidos, equilibrada solamentepor la participacin activa de Mxico en organismos multilaterales, comola ONU. En principio, la poltica exterior de derechos humanos podra sercomplementaria con la meta de generar una comunidad de intereses con elvecino en la arena internacional. Sin embargo, a partir del 11 de septiembrede 2001 Washington entr en la lgica de la guerra contra el terrorismocon la consiguiente merma en su compromiso con las libertades y los dere-

    chos fundamentales. Justo cuando Mxico abrazaba sin cortapisas la agen-da internacional de los derechos humanos, el entorno se haba vuelto pocofavorable, motivo por el cual en este caso los factores de orden sistmico noparecen ser de mucha utilidad para explicar los grandes trazos de la trans-formacin de la poltica exterior en esta materia.

    1. Los derechos humanos como prioridad de la polticaexterior de Mxico

    La poltica exterior en general, y la dirigida a la promocin de la de-mocracia y los derechos humanos, en particular, fue sin duda prioridad delgobierno de Vicente Fox. Dos de los cinco ejes de poltica exterior quepropuso el presidente fueron:apoyar y promover de forma activa y comprometida el respeto y la defensa de los derechos humanos en el mundo, y defenderla democracia comola nica forma de gobierno que garantiza el bienestar de

    39Por ejemplo, Jorge G. Castaeda fue uno de los miembros fundadores de la ComisinMexicana para la Defensa y Promocin de los Derechos Humanos (CMDPDH) a principios

    de los noventa. Particip en acciones de denuncia internacional por abusos a los derechoshumanos cometidos en Mxico, particularmente en Estados Unidos durante la etapa de lasnegociaciones del TLCAN. Para conocer su posicin al respecto en aquella poca vase Cas-taeda, Jorge G., Salinas bajo observacin, Proceso, nm. 725, 24 de septiembre de 1990.

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    los pueblos.40 Se trat de un lenguaje notoriamente distinto al usado por losgobiernos mexicanos en el pasado y de una estrategia igualmente novedosa,pues la poltica exterior sera resultado y causa del cambio interno:

    No podemos estrechar y profundizar nuestros vnculos con otras naciones sinque esa interaccin tambin tenga efectos sobre nosotros: la adhesin en forosinternacionales a ciertos principios que consideramos universales y la adop-cin de posturas que responden a los valores que profesamos, nos imponenla obligacin de actuar de manera congruente en nuestro rgimen interno.Este complejo juego entre poltica exterior y cambio interno se manifiesta contoda claridad en el compromiso del gobierno del Presidente Fox con la causade los derechos humanos La actualizacin de las obligaciones internacio-nales de nuestro pas en materia de derechos humanos ha abonado el terrenopoltico para apuntalar el pleno respeto a esos derechos en Mxico.41

    Es decir, los esfuerzos diplomticos de Mxico tendran dos objetivossimultneos: el pas se comprometera a fondo en la construccin de unsistema internacional que promoviera la democracia y los derechos huma-nos y, a su vez, utilizara ese compromiso para fortalecer el cambio interno.Para reforzar la agenda de los derechos humanos dentro de la cancillerase llev a cabo una modificacin en su estructura orgnica por la cual secre la Subsecretara de Derechos Humanos y Democracia. Al frente de lasubsecretara fue nombrada una reconocida activista de derechos humanos,Mariclaire Acosta, lo cual pretendi ser una seal de que el nuevo gobiernoestaba dispuesto a tomar en serio el tema y a cambiar la dinmica de la re-lacin con las organizaciones de la sociedad civil nacionales y extranjeras.42

    As pues, se puede afirmar que en este periodo se eliminaron los ltimoselementos de la posicin tradicional de Mxico frente al rgimen interna-

    40 Fox Quezada, Vicente, Primer Informe de Gobierno, 2001. nfasis aadido. Disponible enhttp://primer.informe.fox.presidencia.gob.mx/index.php?idseccion=105 . Fecha de consulta: 4 de agos-to de 2010.

    41 Castaeda, Jorge G., Poltica y cambio democrtico, Reforma, 12 de julio de 2002.42 Acosta fue una de las primeras activistas mexicanas en entender e incorporar la di-

    mensin internacional en la lucha por los derechos humanos en Mxico. Fue miembro deAmnista Internacional-Seccin Mxico, de la Academia Mexicana de Derechos Humanos y presidenta fundadora de la Comisin Mexicana para la Defensa y Promocin de los Dere-chos Humanos (CMDPDH). En los aos noventa, la CMDPDH se mantuvo activa ante la

    Comisin Interamericana de Derechos Humanos en asuntos relacionados con el conflictode Chiapas, la matanza de Aguas Blancas y el caso del general brigadier Jos FranciscoGallardo, entre otros. Las resoluciones de la CIDH, y su anlisis, para stos y otros casospueden consultarse en Monroy Garca, Mara del Mar y Snchez Matus, Fabin, Experienciade Mxico ante la Comisin Interamericana de Derechos Humanos, Mxico, Cmara de Diputados,LX Legislatura, Konrad Adenauer Stiftung y Miguel ngel Porra, 2007.

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    cional de derechos humanos. El Poder Ejecutivo Federal plante una posi-cin por la cual:

    Mxico respald y en algunos casos lider los esfuerzos de codifica-cin internacional en materia de derechos humanos.

    Se acept el mximo nivel de delegacin previsto en los instrumen-tos internacionales mediante la ratificacin de protocolos facultati-vos, reconocimiento de competencias, retiro de reservas, etctera.

    No slo se acept, sino que se alent el escrutinio internacional dela situacin de los derechos humanos mediante invitaciones expre-

    sas a relatores especiales y similares. Mxico se adhiri a una concepcin de multilateralismo liberal enmateria de derechos humanos, en la que se reconoci como legti-ma la participacin no slo de Estados y organizaciones intergu-bernamentales, sino tambin de otros actores interesados: OSC,individuos, etctera.

    2. Actores externos, tratados internacionales y derechos humanos en Mxico

    En referencia a la apertura del gobierno mexicano al escrutinio interna-cional, destaca en primer lugar la nueva actitud de las autoridades mexica-nas hacia las OSC. El gobierno panista extendi una invitacin permanentea todos los observadores de derechos humanos que quisieran visitar el pas, ya fuera como representantes de organizaciones intergubernamentales o dela sociedad civil. As qued abrogada la ley para regular la actividad de ob-servadores de derechos humanos en Mxico que haba aplicado el gobiernode Zedillo. En otras palabras, las autoridades mexicanas reconocieron lalegitimidad de la labor de las OSC de derechos humanos tanto en Mxicocomo en los foros del rgimen internacional. Debido a la naturaleza de suactividad, la relacin con las OSC no siempre fue tersa, pero en general losactivistas de derechos humanos reconocieron la existencia de una mayordisposicin al dilogo y a la colaboracin por parte del gobierno federal.43

    43 En 2003 se cumplieron diez aos de los feminicidios de Ciudad Jurez (muertas de Jurez). En agosto de ese ao, la secretaria general de Amnista Internacional, Irene Khan,

    visit Mxico, y su evaluacin respecto a ese tema fue en general negativa al sealar la inca-pacidad del gobierno mexicano de resolver esos crmenes y prevenir que se siguieran come-tiendo. Sin embargo, Amnista Internacional destac el compromiso de la PGR de impulsarlas investigaciones para que se resolvieran los casos pendientes, as como la iniciativa delsecretario de Gobernacin, de proporcionar informacin mensual a las ONG interesadas enesos casos. En su respuesta al gobierno de Chihuahua, que haba descalificado su informe, AI

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    Por otro lado, los vnculos con las organizaciones intergubernamentalestambin se estrecharon. Un da despus de haber tomado posesin, el pre-sidente Fox firm un acuerdo con el Alto Comisionado para los DerechosHumanos, para que estableciera una oficina en Mxico y elaborara un diag-nstico de la situacin de los derechos humanos. Se trat de la primera ofi-cina que estableci el Alto Comisionado en un pas que no estaba en guerracivil.44 Con esta medida, el gobierno de Mxico pretenda recibir apoyo enlas reformas estructurales necesarias para la proteccin y defensa de los de-rechos humanos en el pas.45 Asimismo, se propuso desarrollar una polticaconstructiva de cooperacin con el sistema interamericano de derechos

    humanos, favoreciendo la investigacin de los hechos denunciados ante laCIDH y realizando el mayor esfuerzo posible para implementar las reco-mendaciones de sta.46 Con ese espritu, por ejemplo, el gobierno mexicanotom medidas para avanzar en la solucin de algunos casos paradigmticosque se haban presentado ante la Comisin. Entre stas se encontr la libe-racin del general Jos Francisco Gallardo acusado de 14 delitos por elejrcito, pero supuestamente encarcelado por haber propuesto unombuds-man para esa institucin y de los campesinos ecologistas del estado deGuerrero, Teodoro Cabrera y Rodolfo Montiel acusados de portacin

    distingui entre autoridades estatales y federales subrayando el compromiso de estas ltimasde tomar medidas para poner fin a los feminicidios, reconocindolos y no negndolos. Am-nista Internacional, Mxico: a pesar de las promesas sobre Jurez, persisten las dudas sobreel compromiso real del gobierno en materia de derechos humanos, comunicado de prensa,AMR 41/039/2003, 13 de agosto de 2003. Disponible enhttp://amnesty.org/es/library/asset/

    AMR41/039/2003/es/9628fb6f-d687-11dd-ab95-a13b602c0642/amr410392003e4.pdf ; Amnis-ta Internacional, Respuesta a la Carta Abierta del Gobierno del Estado de Chihuahua

    sobre el informe de Amnista Internacional, comunicado de prensa, AMR 41/044/2003/s,15 de agosto de 2003. Disponible enhttp://amnesty.org/es/library/asset/AMR41/044/2003/ es/acfe8f7c-fac8-11dd-b6c473b1aa157d32/amr410442003es.pdf.

    44 La oficina de vinculacin para poner en prctica el Acuerdo se estableci en la Ciudadde Mxico en julio de 2002. El diagnstico de los derechos humanos en Mxico se public en2003 como Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Huma-nos, Diagnstico sobre la situacin de los derechos humanos, 2003. Segn la cancillera, el diagnsticosirvi de base para la elaboracin del Programa Nacional de Derechos Humanos. Secretarade Relaciones Exteriores, La poltica exterior mexicana en la transicin, Mxico, SRE-Fondo deCultura Econmica, 2005, pp. 135 y 136.

    45Secretara de Relaciones Exteriores, La poltica exterior mexicana en la transicin, cit ., p. 135.46 Ponencia de Mariclaire Acosta, subsecretaria para Derechos Humanos y Democracia

    de Mxico, en el evento Sesin de trabajo sobre la implementacin de los compromisosinternacionales y el respeto de los estndares internacionales en el campo de los derechoshumanos en el sistema interamericano llevado a cabo en la sede de la OEA, 1o. de marzode 2003, pp. 3 y 4.

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    de armas de uso exclusivo del ejrcito, pero supuestamente encarceladospor oponerse a la tala inmoderada de bosques.47

    La buena disposicin del gobierno mexicano al escrutinio internacionalse tradujo en un buen nmero de visitas de relatores y grupos de trabajo.Hasta 2005 se haban registrado diecisis visitas a Mxico, y se haban reci-bido 388 recomendaciones en la materia.48 La cancillera tendi a destacarla utilidad de estos ejercicios para el fortalecimiento de la agenda nacionalen materia de derechos humanos: Las recomendaciones constituyen unvalioso insumo para contar con una percepcin ms clara de la situacinactual de los derechos humanos en el pas, de los obstculos que estamos

    enfrentando y de la forma de revertirlos.49Mxico cambi decididamente su posicin respecto a los mecanismosde peticin individual que permitiran a sus nacionales recurrir directamen-te a los rganos de supervisin previstos en los diferentes tratados interna-cionales de derechos humanos despus de agotar todos los recursos inter-nos. En 2001, por ejemplo, se reconoci la competencia del Comit contrala Tortura, para recibir y examinar comunicaciones de individuos que ale-guen ser vctimas de esa prctica, y en 2002 se ratific el Primer ProtocoloFacultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos. El reco-nocimiento del papel positivo que podran desempear las instancias inter-nacionales en materia de defensa de los derechos humanos y la democraciase manifest tambin en el sistema interamericano mediante el respaldo delgobierno mexicano a la Declaracin de Quebec (2001), que limitaba la par-

    47 El presidente Fox otorg la liberacin de Cabrera y Montiel por la va administrativa.Gallardo fue liberado mediante un decreto presidencial de reduccin de pena. Algo similarse repiti en el caso de los pescadores Leocadio Ascencio y Aurelio Guzmn, privados de sulibertad por infringir presuntamente una zona de veda en Ptzcuaro, Michoacn, y a quienesel presidente otorg un indulto para ponerlos en libertad. En todos los casos destac el hechode que no se llev a cabo ninguna investigacin sobre el proceso judicial que determin lasentencia original y no se entr en el mrito de los asuntos, con lo cual no sali fortalecidoel Estado de derecho en Mxico. Esto es un ejemplo de las resistencias y obstculos internosque encontr la poltica exterior de derechos humanos.

    48 Entre ellos: el Grupo de Trabajo sobre Detencin Arbitraria, el Relator Especial so-bre la Independencia de Magistrados y Abogados, el Relator Especial sobre una ViviendaAdecuada, la Relatora Especial sobre los Derechos de los Migrantes, representantes de laConvencin contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas o Degradantes,

    y la Relatora Especial sobre los Derechos de la Mujer de la Comisin Interamericana deDerechos Humanos. Mxico, Secretara de Relaciones Exteriores, La poltica exterior mexicanaen la transicin, cit ., pp. 136 y 137.

    49 Secretara de Relaciones Exteriores,Compilacin de las recomendaciones a Mxico de los or- ganismos internacionales y comits de derechos humanos de las Naciones Unidas y de la Organizacin de Estados Americanos, Mxico, septiembre de 2003, p. 9.

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    ticipacin de cualquier pas al rea de libre comercio de las Amricas slo aregmenes democrticos, y a la Carta Democrtica Interamericana (2001),que contempla la suspensin de cualquier pas miembro de la OEA en don-de ocurra una interrupcin del orden democrtico. Con ello se revirti laposicin asumida en este mbito a principios de los aos noventa.

    Por otro lado, el gobierno de Mxico tom la iniciativa en el mbitode la codificacin internacional en materia de derechos civiles y polticos.Llam la atencin el liderazgo ejercido en distintos foros multilaterales paraintroducir garantas a los derechos humanos en el contexto de la lucha con-tra el terrorismo. As pues, en la OEA el representante mexicano logr exi-

    tosamente introducir provisiones para resguardar los derechos humanos enla Convencin Americana contra el Terrorismo.50 En LVII periodo de sesio-nes de la Asamblea General de la ONU, Mxico y Costa Rica promovieronla adopcin del Protocolo Facultativo de la Convencin contra la Tortura, ypresentaron una resolucin adoptada por unanimidad, que obliga a losEstados a garantizar que cualquier medida que se tome en contra del terro-rismo debe apegarse al derecho internacional, en particular en lo referentea los derechos humanos, el refugio y el derecho internacional humanitario.51

    Finalmente, debe mencionarse la contribucin de Mxico para impul-sar el principio de jurisdiccin universal, por el cual se asume que todos losEstados comparten el inters de llevar ante la justicia a aquellos individuosresponsables de crmenes de guerra o de lesa humanidad, independiente-mente de su nacionalidad o del lugar en donde haya sido cometido el cri-men. En una decisin sin precedentes, el gobierno mexicano concedi la ex-tradicin del argentino Ricardo Miguel Cavallo para ser juzgado en Espaapor los delitos de genocidio y terrorismo. Asimismo, en 2005 finalmente seratific el Estatuto de Roma, que cre la Corte Penal Internacional.

    Todas estas iniciativas sin duda modificaron la poltica exterior en tr-minos de su contenido y de su conduccin, pero no necesariamente fuerondel todo eficaces en trminos de alcanzar su objetivo declarado; es decir,contribuir a mejorar la garanta y el ejercicio de los derechos fundamenta-les en Mxico. La evaluacin de la poltica en estos trminos requiere un

    50 Sobre el papel que desempe el embajador Miguel Ruiz Cabaas, representante deMxico ante la OEA, vase Bond, Loretta, Beyond the Border and Across the Atlantic. Mexicos

    Foreign and Security Policy post-September 11th

    , Washington, Center for Transatlantic Relations,2004, pp. 39 y 40.51 Los principales logros en la poltica exterior del presidente Vicente Fox, palabras

    pronunciadas durante su informe de gestin, correspondiente al periodo 2002, Tlatelolco,9 de diciembre de 2002, en Discursos del secretario de Relaciones Exteriores, Jorge Castaeda (julio-diciembre, 2002), Mxico, SRE, 2003, pp. 87 y 88.

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    anlisis detallado que rebasa los alcances del presente texto. Dicho anlisisdebera incluir el papel del Poder Legislativo en la llamada armonizacininterna de las normas, el papel del Poder Judicial en la interpretacin yaplicacin de los tratados y sentencias internacionales, el papel de los go-biernos de las entidades federativas, as como las posiciones de actores, comolas policas y las fuerzas armadas. Con esta nota de caucin, damos paso a lasconclusiones.

    V.CONCLUSIONES

    Mediante la interaccin entre factores internos e internacionales a lolargo de las seis dcadas aqu analizadas, Mxico pas de sostener una posi-cin defensiva a una proactiva, frente al rgimen internacional de derechoshumanos. Desde el punto de vista terico, cmo se explica esta evolucinen la poltica exterior de Mxico?

    Distintos enfoques resultan tiles para explicar las diferentes facetas deeste largo proceso. Sin duda, los resultados de la ltima etapa la adopcinde los derechos humanos como una prioridad de la poltica exterior son

    consistentes con la teora sobre ellock in o anclaje internacional desarrolladapor Andrew Moravscik.52 Dicho autor sostiene que la voluntad de un pasde adquirir compromisos sustantivos con el rgimen internacional de dere-chos humanos es el resultado de clculos polticos internos. En particular,del deseo de los gobernantes en turno de restringir en el futuro el margen dediscrecionalidad en la accin gubernamental y, por ende, reducir la incer-tidumbre poltica a travs de delegar autoridad en esta materia a instanciasinternacionales. Moravscik explica que un pas es ms propenso a apoyaral rgimen de derechos humanos cuando su gobierno est firmemente com-prometido con la gobernanza democrtica pero enfrenta desafos internosque pueden amenazar su futuro....53 Por este motivo, se puede esperar quelas democracias jvenes y potencialmente inestables sean aquellas que denun respaldo ms vigoroso a los organismos y tratados de derechos humanosvinculantes. La esperanza es que los compromisos internacionales funcio-nen como un reaseguro para mantener y profundizar la cultura de los dere-chos humanos en el pas en cuestin.

    No queda duda de que sta fue una de las motivaciones principales delgobierno foxista para desarrollar una poltica exterior de derechos humanos

    52 Moravcsik, Andrew, The origins of human rights regimes: Democratic delegation inpostwar Europe, International Organization, vol. 54, nm. 2, 2000, pp. 217-252.

    53 Ibidem, pp. 228 y 229.

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    comprometida. Como se vio en este captulo, el canciller Jorge G. Castae-da hizo suya esta lgica de manera explcita: en discursos y declaracionesexplic que se buscaba una mayor interaccin y colaboracin con las ins-tancias internacionales como una de las vas para mejorar la vigencia de losderechos humanos en Mxico. De tal manera que la teora republicanaliberal de Moravscik, que enfatiza variables internas para explicar la pol-tica exterior, encuentra confirmacin en este caso y durante esta etapa. Sinembargo, la historia que aqu se expone es muy larga, y es necesario enten-der cmo se lleg a este punto.

    La teora del anclaje, como todas las teoras liberales, toma las preferen-cias de los gobernantes como dadas: stos estn comprometidos con la de-mocracia y abrazan el discurso internacional de los derechos humanos. Sinembargo, resulta importante tratar de dilucidar el paso anterior; es decir,cmo se forjaron estas preferencias o identidades entre los tomadores de de-cisiones. En particular, cmo se desarroll en Mxico una clase poltica queadopt el tema de los derechos humanos como asunto prioritario? Cmofue posible que estuviera dispuesta a sostener una visin internacionalistaen esta materia y a desarrollar una estrategia de anclaje que abandon las

    premisas tradicionales de la poltica exterior?Algunos han visto en este cambio una ruptura franca atribuible a laalternancia poltica y/o al perfil de los individuos en el gobierno. Aunque,como se estableci en este captulo, ambas cosas tuvieron peso, aqu se hasostenido tambin que no existi tal ruptura, sino que como casi todo enMxico desde la Revolucin se trat de una evolucin gradual. Esa evolu-cin implic una transformacin paulatina de las representaciones intersub- jetivas de los mexicanos respecto a qu se consideraba legtimo y aceptableen el ejercicio del poder pblico, como sostiene el enfoque constructivista.Las preguntas arriba formuladas aluden precisamente a esta cuestin. Paraque los derechos humanos llegaran a ser prioritarios en la poltica exteriorde Mxico debi primero desarrollarse un proceso por el cual los mexica-nos se familiarizaran con este paradigma y lo adoptaran como lente inter-pretativo de su propia situacin poltica y social. Esta socializacin de losderechos humanos en Mxico comenz en la dcada de los ochenta de lamano de organizaciones de la sociedad civil, principalmente, y se extendia partidos polticos y gobernantes. Aunque no es posible desarrollar aquesta lnea de anlisis con profundidad, este enfoque contribuye a compren-der tanto los avances que se registraron durante los aos de Zedillo comolas preferencias e intereses de quienes asumieron el poder en el ao 2000.De alguna manera Fox y Castaeda (pero tambin sus antecesores inmedia-

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    tos) encarnaron la transformacin ms general que se estaba produciendoen la cultura poltica en Mxico. Asimismo, esto contribuye a explicar porqu el canciller cont con el consenso social suficiente entre la burocra-cia, la clase poltica y la sociedad para ejecutar una poltica exterior dederechos humanos activa y comprometida, incluso si sta reconfiguraba lanocin clsica de la defensa de la soberana que haba sido la estrella polarde la diplomacia mexicana en este campo.54 La vertiente multilateral de lapoltica exterior de derechos humanos destinada a buscar la cooperacininternacional para mejorar la vigencia de los derechos humanos en el pro-pio pas encontr en general pocos detractores,55 aunque cabe agregar queno sucedi lo mismo con la vertiente bilateral desarrollada principalmentehacia Cuba. En Mxico no existi ni existe respaldo mayoritario a que ladiplomacia intente influir directamente en la situacin de los derechos hu-manos de otros pases.56

    Todo lo anterior apunta a que la principal fuente de cambio en la polti-ca exterior de Mxico en esta materia se origin en las transformaciones enel mbito interno. Sin embargo, stas la democratizacin y el desarrollo

    54 De acuerdo con la encuesta Mxico y el mundo, en 2006 85% de los lderes y 86%del pblico opin que era muy importante o algo importante promover los derechoshumanos en el mundo como objetivo de poltica exterior. Gonzlez, Guadalupe y Minush-kin, Susan (eds.), Mxico y el mundo 2006. Cuestionario y resultados del pblico y los lderes en Mxico,Mxico, CIDE-COMEXI, 2006, p. 27.

    55 La ratificacin del Estatuto de Roma fue la medida que gener mayor controversia.Vase Sotomayor, Arturo, Mxico y la ONU en tiempos de transicin: entre activismoexterno, parlisis interna y crisis internacional, Foro Internacional , vol. XLVIII, nm. 1-2,enero-junio de 2008, pp. 257-259. Por otro lado, una medida aproximada de la opinin p-blica respecto a la colaboracin internacional se deriva de la percepcin sobre el papel de lasOSC internacionales de derechos humanos. sta tendi a ser positiva. En el termmetro deopinin de los lderes sobre diversas organizaciones internacionales las OSC alcanzaron en2006 una media de 76 grados (donde cien expresa una opinin muy favorable), colocndosepor encima de la ONU, la OEA, la OMC y las empresas multinacionales, y slo por debajode la Unin Europea. Entre el pblico obtuvieron una media de 65 grados, colocndose pordebajo de la ONU, la OMC, las empresas y la Unin Europea, y por encima de la OEA.

    Mxico y el mundo 2006 , cit., p. 91.56 En 2006, por ejemplo, 67% de los lderes y 66% del pblico estaba muy de acuerdo

    o algo de acuerdo en que Mxico participara en esfuerzos internacionales para mejorarla situacin de los derechos humanos en Cuba. Sin embargo, la mayora opinaba que este

    tipo de poltica deba efectuarse a travs de canales multilaterales y no bilaterales. Ante lapregunta Qu cree usted que debe hacer Mxico frente a un pas en el que no se respetenlos derechos humanos?, el 48% del pblico opin que debe impulsar que organismos comola ONU censuren estas violaciones a los derechos humanos, el 28%, que no debe entrome-terse en los asuntos internos de dicho pas, y slo el 18% opin que deberan romperse lasrelaciones diplomticas. Mxico y el mundo 2006 , cit., pp. 37 y 76.

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    de una agenda a favor de los derechos humanos en el pas no estuvieronexentas de influencias internacionales o transnacionales. Cunto nos ayu-dan las teoras de relaciones internacionales para explorarlas?

    En principio, el proceso de socializacin de los derechos humanos, quepermiti que stos se incorporaran de manera decidida en la poltica ex-terior, se puede analizar con el instrumental analtico de las teoras inte-resadas en la difusin normativa o la internalizacin de las normas inter-nacionales. Los trabajos de Keck y Sikkink,57 as como de Risse, Ropp ySikkink,58 dentro de una tradicin liberal pluralista, ponen el nfasis en lalabor de las redes transnacionales de derechos humanos, que actan comotransmisores de normas a travs de las fronteras nacionales.59 Como se ob-serv en este captulo, el trabajo de promocin, educacin, recoleccin deinformacin y la movilizacin de presiones por parte de las OSC mexica-nas y extranjeras, que a su vez aprovecharon la arquitectura del rgimeninternacional de derechos humanos para defender su causa, fue, en efecto,fundamental. Antes de los aos ochenta los gobiernos mexicanos no tuvie-ron que hacer cuentas con el movimiento transnacional de derechos hu-manos, al principio porque ste no exista, y durante los setenta porque se

    interes muy poco por el caso mexicano. Esto comenz a cambiar duranteel gobierno de Carlos Salinas de Gortari, y adquiri toda su fuerza a partirdel gobierno de Zedillo, lo cual contribuye a explicar por qu el primero sedecidi a institucionalizar la agenda de los derechos humanos en el pas, yel segundo inaugur algunos cambios en la relacin de Mxico con el rgi-men internacional.

    Por ltimo, es necesario apuntar que los cambios en la poltica exteriorde Mxico coincidieron con transformaciones en el orden internacional,que potenciaron la capacidad de influencia de las redes transnacionales dederechos humanos. Como se estableci en este captulo, el fin de la guerrafra supuso el ascenso de una agenda normativa liberal en el mundo. Elconstructivismo argumentara que se fortaleci una estructura social inter-nacional que traza los lmites entre lo apropiado e inapropiado, lo legtimo y lo ilegtimo, en materia del ejercicio del poder pblico segn lo que dictan

    57 Keck, Margaret E. y Sikkink, Kathryn, Activists beyond borders: advocacy networks in interna-tional politics, Ithaca, Cornell University Press, 1998.

    58Risse, Thomaset al ., The power of human rights: international norms and domestic change, Cam-bridge studies in international relations,Cambridge, Cambridge University Press, 1999.

    59 Para una aplicacin de este marco analtico al estudio del caso mexicano a partir delos aos noventa vase Anaya Muoz, Alejandro, Transnational and Domestic Processesin the Definition of Human Rights Policies, Human Rights Quarterly, vol. 31, nm. 1, 2009,pp. 35-58.

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    las normas de derechos humanos. En este contexto, los promotores norma-tivos mexicanos y extranjeros encontraron un espacio social proclive paradesafiar la legitimidad de las acciones del gobierno de Mxico, que perci-ban como violatorias de las normas y para poner en entredicho su prestigioe integridad social a los ojos de la comunidad de Estados a la que aspirabapertenecer: la de las democracias respetuosas del Estado de derecho. Porotro lado, las teoras liberales racionalistas enfatizaran que con el fin de laguerra fra se modific la estructura internacional de incentivos materialesque enfrentaban los gobernantes mexicanos, aumentando el costo de opor-tunidad de desviarse de la agenda liberal.

    Para finalizar, conviene preguntarse sobre el futuro de la poltica exte-rior mexicana en materia de derechos humanos. La atencin que ha puestoel gobierno de Felipe Caldern en la llamada lucha contra el narcotrficoha resultado en la creciente crtica de organizaciones internas e internacio-nales sobre violaciones de los derechos humanos.60 Ms an, el Congresoestadounidense ha discutido en varias ocasiones el condicionamiento de re-cursos para la Iniciativa Mrida el proyecto principal de poltica exteriordel segundo gobierno panista para combatir el crimen organizado a que

    el gobierno mexicano respete los derechos humanos.61

    La promocin de lademocracia y los derechos humanos sigue siendo uno de los objetivos dela poltica exterior, pero el nfasis no est puesto en ello.62 Se mantiene enel lenguaje oficial y en la actividad multilateral63 en lo bilateral sobresalenicamente la posicin de Mxico frente al golpe de Estado en Hondurasen 2009, pero el inters ms importante del gobierno de Felipe Caldern

    60 Vase, por ejemplo: Amnista Internacional, Mxico. Nuevas violaciones de derechos humanosa manos del Ejrcito, Madrid, EDAI, 2009.

    61 Ribando Seelke, Clare y Beittel, June S., Mrida Initiative for Mexico and Central America: Funding and Policy Issues, Congressional Research Service, 7-5700, 1o. de junio de 2009. Pro-puesta que, por cierto, suscit el rechazo airado de legisladores de todos los colores polticos,lo cual confirma lo sealado arriba: no existe consenso entre los mexicanos respecto a si y enqu casos los derechos humanos deben ser un tema de la relacin bilateral con otros pases, ya sea que se trate de la situacin de Mxico o de terceros.

    62 En el cuarto informe de gobierno se enumeran los objetivos de la poltica exterior enel siguiente orden: el desarrollo nacional, la construccin del orden mundial, la diversifica-cin de la agenda de la poltica exterior, mexicanos en el exterior y migracin. Ampliar lavigencia de los valores y principios democrticos, las libertades fundamentales y los derecho

    humanos se incluyen en el segundo objetivo. Debe subrayarse, as, que es un propsito mstradicional, el del desarrollo econmico, el que se identifica como prioritario. Presidencia,Cuarto Informe de Gobierno, Mxico, 2010.

    63 Destaca la labor de Mxico como miembro no permanente en el Consejo de Segu-ridad de la ONU (2009-2010), en donde se impulsaron varias iniciativas de promocin ydefensa de los derechos humanos.

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    no es, como lo fue el de Fox, el de proyectar la imagen de un Mxico demo-crtico ni promover los derechos humanos en el mundo.64

    Cmo entender as la reciente reforma mediante la cual los derechoshumanos se han elevado a rango constitucional y se reconocen expresamen-te los tratados internacionales para defenderlos? Es una de las consecuen-cias de la poltica exterior de derechos humanos del presidente Vicente Fox?Funcion en este caso la estrategia del anclaje? Identificar a la polticaexterior como causa o una de las causas de la reforma constitucional re-querira un anlisis cuidadoso adicional, pero no es aventurado sugerir quelas diversas manifestaciones a favor de los derechos humanos, en lo interno y lo exterior, desde los aos noventa contribuyeron a esa reforma. En lo refe-rente a la poltica exterior, cabe esperar, en el futuro, diferencias en el ordende prioridades y en los instrumentos utilizados, pero no una eliminacin deltema de los derechos humanos. Esta conclusin se deriva de la tesis centralde este texto: el desarrollo de esta poltica exterior tiene un componente es-tructural, es el producto de un cambio poltico y social de largo aliento y nouna simple ocurrencia panista. Por otro lado, no puede ignorarse el hechode que la reforma constitucional es el resultado de un arduo trabajo de las

    OSC de derechos humanos, que desde el ao 2003 presentaron y cabildea-ron diversas propuestas. Fue una iniciativa emanada del Poder Legislativo,donde se encuentran representadas las principales fuerzas polticas del pas y donde fue aprobada de manera unnime. Podemos suponer que ello re-fleja un consenso bsico alcanzado entre la clase poltica en esta materia yapunta a que en el futuro ser difcil prescindir de este tema en el diseo dela poltica exterior. En todo caso, a diferencia del pasado, el gobierno queas lo hiciera tendra de su lado la carga de la justificacin.

    VI.BIBLIOGRAFA

    A MNISTA INTERNACIONAL, Mxico. Nuevas violaciones de derechos humanos a ma-nos del Ejrcito, Madrid, EDAI, 2009.

    64 En la relacin bilateral con Cuba el tema de la democracia y los derechos humanossali casi por completo de la agenda. Las excepciones ms notables fueron el comunica-

    do de la cancillera sobre la muerte del prisionero cubano Orlando Zapata y la respuestaa un artculo de Fidel Castro en el que afirmaba que el imperio no permiti a AndrsManuel Lpez Obrador asumir la presidencia. Vase Castro, Fidel, El gigante de las sieteleguas (parte 1),CubaDebate, 12 de agosto de 2010. Disponible enhttp://www.cubadebate.cu/reflexiones-fidel/2010/08/12/el-gigante-de-las-siete-leguas-parte-1/ . Fecha de consulta: 20 deseptiembre de 2010.

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