San antonio de padua
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"Jesús ha prometido que siempre habrá signos en la Iglesia.
San Antonio de Padua es uno de estos signos" (Juan Pablo I)
San Antonio de Padua fue teólogo, predicador y monje portugués.
San Antonio de Padua nació en la ciudad de Lisboa cerca del año
1195, hijo de una familia de la aristocracia de Portugal. Ya desde muy pequeño
tuvo una gran devoción a la Virgen María y al Niño
Jesús,la cual conservó a lo
largo de todos sus años llevando una vida
austera y de recogimiento a los
demás.
A los 15 años entró en el monasterio de Canónigos Regulares de San Agustín de San Vicente de Fora, cerca de Lisboa.
Allí tomó el hábito e hizo profesión durante dos años, estudió las Sagradas Escrituras y la teología de algunos doctores de la Iglesia católica como Jerónimo de Estridón, Agustín de Hipona, Gregorio
Magno y Bernardo de Claraval. También estudió los clásicos latinos, como Ovidio y
Séneca. Aunque sus conocimientos eran muy amplios,
profundizó más en las Sagradas Escrituras.
Tras obtener el permiso de sus superiores religiosos, se trasladó a la abadía de la Santa Cruz en Coímbra, para
continuar sus estudios. para trasladarse después al Convento de Santa Cruz de
Coimbra. Estando en Coimbra, ante la popularidad adquirida del
martirio de cinco franciscanos en Marruecos decide hacerse
franciscano, deseoso de consagrarse al apostolado entre los infieles
y morir mártir de Cristo.
Su fama comenzó a extenderse con ocasión de un sermón predicado a franciscanos y dominicos que fueron
ordenados sacerdotes, en 1221. Habló de tal manera que todos quedaron maravillados de su
sabiduría. Cuando sus estudios veía que progresaban decide ordenarse sacerdote, y como
profesor de Teología, ejerce pastoralmente por
Francia e Italia donde alcanza una
afamada popularidad. Se dedicó a la composición de sermones para todas las
festividades del año.
Al cabo de unos años de apostolado eficaz fue nombrado
Antonio profesor de teología. Cerciorado San Francisco de Asís
de su sabiduría y santidad, convencido de la necesidad del
estudio de sus frailes para el más completo desenvolvimiento de la Orden, envióle la siguiente carta:
“A fray Antonio, mi obispo, fray Francisco, salud en Cristo: Me place que interpretéis a los
demás frailes la sagrada teología,
siempre que este estudio no apague
en ellos el espíritu de la santa oración y devoción, según los
principios de la regla. Adiós”.
Con el beneplácito del santo fundador fue San Antonio el
primer Lector de teología que tuvo la Orden franciscana.
Durante diez años predicó por Italia y Francia
congregando a muchas personas que querían oír sus
palabras y mensajes de
evangelización. Durante todo este tiempo se le atribuyeron muchos
milagros y según la tradición, aparte de hablar a los
hombres, lo hacía también a los pájaros y a los peces.
En Rímini encontró fuerte oposición de los herejes, que impedían al
pueblo que asistiera a sus sermones.
Entonces recurrió San Antonio de Padua
a la eficacia del milagro. Ante la apatía del público por la
palabra de Dios fuese a orillas del Adriático
y empezó a predicar a los peces, diciendo:
“Oíd la palabra de Dios, vosotros peces
del mar y del río, ya que no la quieren escuchar los infieles herejes”.
A su palabra acudieron multitud de peces, que sacaban sus cabezas fuera
del agua con grandísima quietud, mansedumbre y orden.
Aquel milagro despertó gran entusiasmo
en la ciudad, quedando corridos los herejes.
Fue tan eficaz su acción apostólica contra los mismos, que los antiguos
biógrafos le llamaron incansable martillo de los
herejes.
Uno de los milagros mas famosos de su vida es el de la mula:
Cuando alguien quiso retarle a San Antonio a que probase con un milagro que Jesús está en la Santa Hostia.
El hombre dejó a su mula tres días sin comer,
y luego cuando la trajo a la puerta del templo le presentó un
bulto de pasto fresco y al otro lado a San Antonio con una Santa
Hostia. La mula dejó el pasto y se fue
ante la Santa Hostia y se arrodilló.
San Antonio y el Niño Jesús
En las estampas que representan a San Antonio se le ve contemplando al
Niño Jesús o bien llevándole en sus brazos.
Esto se debe a su gran devoción que tenía por el Niño Jesús a lo largo
de toda su vida.Se dice que pocos días antes de
su muerte, San Antonio tuvo una visión.
Antes de irse a dormir, se le apareció
el Niño Jesús, sonriente y radiante que iluminó toda la habitación.
Esta escena fue vista por un compañero de celda,
el hermano Tiso que hizo propósito, a petición de San Antonio,
de no contárselo a nadie, pero, una vez muerto el santo, reveló el
suceso, que artistas y pintores han venido desde entonces inmortalizando en
lienzos y esculturas.
Un enamorado de Jesús.
El entusiasmo de San Antonio hacia
la figura de Jesús se expresaba asiduamente en sus sermones,
aquí algunas de sus frases:
"Jesús es un nombre dulce que alimenta la esperanza; nombre
que es, como dice San Bernardo, júbilo para el corazón, melodía para el
oído y miel para la boca".
"Si tú predicas a Jesús, Él ablanda los corazones y dulcifica las
ásperas tentaciones. Si piensas en Él, domina tu
corazón. Si lo lees, sacia tu mente."
El Pan de los Pobres
A parte de llevar al Niño Jesús en sus brazos, a San Antonio se le representa
muy a menudo en diferentes imágenes
con un pan en la mano, es el conocido "Pan de los Pobres ."
Durante su vida, el santo compartió sus alimentos con los más
necesitados ,uno de ellos, fue el pan .
Se dice que incluso iba a las panaderías
de las ciudades que visitaba para que le regalaran pan para los habitantes
más pobres .Este pan que vemos en San Antonio ,nos indica claramente que también
nosotros tenemos que compartir con los que más sufren .
En sus sermones, no se cansaba de invitar
a los ricos y poderosos a compartir sus bienes.
Algunos de sus textos:
"Quienquiera que posea bienes terrenales, retenidos los necesarios
para la comida y el vestido, debe darlo a sus hermanos,
por quien Cristo murió, si los viere necesitados".
"Y si no socorre y cierra el corazón al hermano pobre,
digo que peca mortalmente, porque no está en él la caridad de
Dios; pues si la tuviese, con gusto
auxiliaría al hermano pobre".
"¡Hay de aquellos que poseen depósitos de vino y grano, y dos o
tres partes de vestidos, mientras que los pobres de Cristo llaman a las
puertas con el estómago vacío o con su cuerpo desnudo."!
Un día la enfermedad que le aquejaba anunció un fatal desenlace. Recibidos los santos sacramentos, cantó Antonio un cántico
a la Virgen mientras fijaba su mirada hacia un punto luminoso, invisible para los allí presentes, con una sonrisa beatífica en sus labios. El religioso que le asistía le preguntó en la intimidad qué
cosa veía, a lo que respondió el Santo:
“Veo a mi Señor”. Después alargó los brazos, juntó las palmas de las manos en actitud humilde
y alternaba con los religiosos en el rezo de los salmos penitenciales.
Al terminar entró en un profundo éxtasis que duró media hora; vuelto en sí miró por última vez a los presentes,
sonríales y su alma santísima, desligada de los lazos de la carne, fue absorbida en los abismos de los resplandores divinos.
Era viernes, día 13 de junio del año 1231. Tan pronto como expiró los niños de Padua recorrieron la ciudad
al grito de: “¡Ha muerto el Santo! ¡Ha muerto San Antonio.”!
El 13 de junio de 1231, cuando San Antonio tiene sólo 36 años, muere en el convento de Arcella
y es trasladado al convento de Santa María de Padua.La canonización vino muy rápida, ya que después de su muerte,
muchos devotos peregrinaron a su sepulcro atribuyéndole infinidad de milagros.
Fue casi un año después, el 30 de mayo de 1232, cuando el Papa Gregorio IX lo elevó a los altares.
Por otro lado, el 16 de enero de 1946, el Papa Pío XII lo declaró Doctor de la Iglesia con el título de "Doctor Evangélico".
San Antonio de Padua es conocido también bajo el nombre de "El Santo de los Milagros", "El Arca del Testamento"
y "El Santo de todo el mundo". Con este último título lo llamaba el Papa León XIII, y no
exageraba, ya que San Antonio de Padua, es sin duda alguna,
el santo más popular de la Iglesia, venerado sobre todo, por la gente humilde que sabe descubrir en él la ayuda
y el ejemplo en las cosas ordinarias y sencillas. Acudamos a San Antonio con devoción y conoceremos
por propia experiencia cuán útil y poderosa es su protección.
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Servicio Gratuito. Que Dios te llene de
bendiciones.Y que permanezcamos unidos
en el amor a Jesús.